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sábado, 7 de marzo de 2020

16-20

16. CODLIBETOS DE FRAY RICARDO DE
MEDIAVILLA, de la
orden de San Francisco. Un volumen en 4.°
mayor prolongado, en pergamino, de 96 páginas. Es del siglo XIV. Le
falta el primer codlibeto. El segundo principia del siguiente modo,
traducido del latín. «En nuestra controversia general se trataba de
investigar algunas cosas de Dios y otras de la existencia, etc. Y
después dice:» Estas cuestiones que siguen están sacadas de la
Suma de dicho Maestro, y atañen a lo que manifiestan algunos
doctores sobre ciertas cuestiones. La primera es, si Dios es
infinito. La segunda, si hay alguna otra cosa fuera de Dios que sea
infinita
actu. Y la tercera, si las potencias de los ángeles
son accidentes.» 




17. ALANO DE ANTIRUFINO, llamado también
de Insusulis. Un volumen en 4.° mayor, de 154 páginas,
escrito en papel cartulina. Es del siglo XV. Tiene un prólogo que
comienza de este modo: Incipit prólogus Anticlaudiani Alani
de Antirufino. Todo el libro es muy curioso, por la gran variedad de
asuntos que expone, los cuales se indican en el margen con letras de
color; y también por la forma del escrito, que está en verso o
metro; y como las iniciales de cada linea se hallan algo separadas,
resulta una caprichosa combinación, que revela muy buen gusto y
grande paciencia en
el escribiente.
Después de este tratado,
que ocupa la mayor parte del libro, hay treinta y tres Fábulas de
Esopo
, traducidas del griego al latín por D.
Lorenzo Valense, Secretario del Rey D. Alfonso de
Aragón
, auxiliado del circunspecto Arnaldo Fonoleda. Así
consta en una nota en latín que está al principio de dichas
Fábulas. Y por último hay dos breves escritos, titulados el
uno: Commentum super Argumentatione Marchi Tulii Ciceronis. Y el
otro: Argumentatio perfectissima per M. T. C. feliciter incipit.


18. BREVIARIO CON EL SALTERIO. Un volumen en 4.° mayor, en
pergamino, de 626 páginas. Es del siglo XIV. Está adornado con
letras de diferentes colores en el principio de cada oración;
también hay viñetas de muy buen gusto. Es digna de notarse la
Letanía, que se halla en el folio 51, por el gran número de
Santos que se invocan, y por las peticiones que se
hacen. Entre ellas están las siguientes, que traducimos del latín:
«Que nos concedas la paz y concordia. Que nos instruyas en la
disciplina regular. Que infundas la gracia del Espíritu Santo en
nuestros corazones. Que visites nuestras casas, y consueles a todos
los que habitan en ellas.» Esto manifiesta que dicho Breviario
era para el uso de esta catedral, cuando el Cabildo de aquella época
vivía en comunidad.
En el folio 83 se ve la oración propia
de San Onofre
, que se añadió al texto y fue escrita
posteriormente.
Se comprende que entonces en esta catedral había
mucha devoción a dicho Santo; pues cuando la iglesia sólo llegaba a
la capilla del Rosario, y había allí una puerta por donde se
salía al claustro, en aquel sitio tenía un altar San
Onofre
. En el folio siguiente también está añadida en igual
forma la oración propia de San Eligio.

19. JUAN
ESCOTO. Comentarios sobre los libros 1.° y 3° del Maestro de las
Sentencias
.
Un tomo en folio en pergamino, de 362 páginas.
Es del siglo XIV. Al principio hay un prólogo dividido en trece
capítulos, que comprenden doce folios.
Los comentarios al
libro primero del Maestro de las Sentencias ocupan casi
las dos terceras partes del Códice. Al fin de dicho libro hay una
nota que traducida del latín dice: «Concluye el libro primero de
Fray Juan Scoto, doctor sútil, de la órden
de Frayles Menores.
Después sigue un índice, y al fin otra nota que dice: «Concluyen
los títulos de las cuestiones del Doctor sútil Fray
Juan Duns Scoto
, de Frayles Menores, sobre el primer libro
de las Sentencias.»
Luego hay algunas notas, y sigue el tercer
libro. Al fin de este se ve otro índice. El Códice que nos ocupa se
halla muy anotado en el margen del texto con diversas letras, que
manifiestan haber sido escritas en diferentes épocas y por distintos
autores.

20. SAN AGUSTÍN, SOBRE LA CIUDAD DE DIOS. Un
volumen en folio en pergamino, de 760 páginas. Es del siglo XII.
Está numerado hasta el folio 70. Al principio le faltan
algunas hojas, pues comienza en el folio 17. Cada uno de los
22 libros en que está dividida la obra, se indica por medio de una
inicial adornada con dibujos de colores. Al fin del libro 22 hay una
nota, que traducida del latín dice: «Concluye el libro vigésimo
segundo de San Agustín Obispo, sobre la Ciudad de Dios.» Y
después hay otra que dice así: «Terminado el libro, demos gracias
a Cristo.» Siguen dos hojas más, y al fin otra nota que traducida
dice: «Yo Nicolás Berguedano escribí lo que aquí se
contiene, desde el mes de Mayo hasta el mes de Septiembre.»






domingo, 8 de marzo de 2020

46-50




46. ROFREDO
BENEVENTANO. Tratado sobre el modo de hacer los memoriales o
súplicas, según el derecho canónico y las fórmulas de la Curia
Romana. Un volumen en folio en pergamino, de 125 páginas. Es del
siglo XIII. Este Códice contiene formularios razonados en latín, de
todas las súplicas que se habían de dirigir a las autoridades
eclesiásticas sobre cualesquiera asuntos, pero principalmente sobre
los de matrimonios y sus impedimentos.
Al principio tiene una
hermosa viñeta, donde se ve una figura muy bien dibujada con un
vestido especial; tal vez el que usaban en aquel tiempo los empleados
de la Curia Romana. En la página 39 hay otro dibujo muy
curioso.
Después de este Tratado sigue otro que se titula: «De
los diezmos» De décimis. Comienza en la página 55. No
consta el autor; pero es probable que sea el mismo del primer
Tratado, porque el escrito es todo seguido y sólo se divide por una
viñeta. En la página 69 hay un grupo de varias figuras, que según
parece representan al Obispo en el acto de recibir los
derechos de procuración o de visita, que antes
le pagaban los párrocos.

47. SANTO TOMÁS DE AQUINO.
Comentario a la Metafísica de Aristóteles. Un volumen en
folio mayor, en pergamino, de 166 páginas. Es de principios del
siglo XIV. Todos los folios están numerados; pero esto se hizo en
época posterior, pues por lo general en los Códices antiguos no se
numeraban los folios. En este Códice, como en algún otro que hemos
reseñado, también se ven en el margen los puntos agujereados que
sirvieron de guía para escribir las líneas.
Las letras del
principio de todos los capítulos están adornadas con dibujos de
colores. En el margen hay algunas notas de diferente letra. Al final
se leen estas que traducimos del latín: «Concluye el escrito sobre
la Metafísica de Santo Tomás. Terminado el libro, dése
alabanza y gloria a Cristo» Después en letra más moderna hay otra
nota que dice:
«Este escrito sobre la Metafísica es de Fray
(sigue raspado un nombre) de la orden de Frayles Predicadores del
Convento de Zaragoza
, que lo compró (siguen algunas palabras
confusas) el año 1531.

48. LIBRO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR.
Un volumen en folio, escrito parte en pergamino y parte en cartulina,
de 337 páginas. Es del siglo XV. El título que tiene al principio
de la primera página traducido del latín dice así: «Comienza el
libro de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, compilado por un
Fraile cartujo.» Además de la Pasión hay varios tratados
relativos al Divino Salvador, como la Resurrección,
sus apariciones a los discípulos, etc.
La materia está
distribuida en capítulos, y las iniciales se hallan adornadas con
dibujos negros; solamente hay dos de colores en la página
245. Después de cada capítulo hay una oración o súplica muy
adecuada al asunto de que allí se trata.
La primera página de
este libro está orlada con dibujos y dorados,
viéndose algunas aves muy bien dibujadas; todo produce un bellísimo
efecto. En la página 25 hay otra orla negra, que se comenzó
a dibujar con colores, pero no llegó a concluirse. Es
probable que los dibujos negros que hay en este libro, que son
muchos, debían completarse después con colores.
Al fin están
aquellos hermosos versos de San Bernardo:
Iesu dulcis
memoria; etc.

Es de notar en este Códice que las hojas de
cartulina se hallan intercaladas con las de pergamino, de modo que
cada tres folios de cartulina hay dos de pergamino; ignorándose el
motivo de esta distribución tan original, que también se observa en
algunos otros Códices.

49. JUAN ESCOTO. Un tomo en folio en
pergamino, de 184 páginas. Es de últimos del siglo XIII, o de
principios del XIV. Contiene los comentarios del libro tercero del
Maestro de las Sentencias. Al principio hay una hoja de diferente
letra, que según parece no pertenece a este Códice, pues
por
los títulos o epígrafes se deduce que trata de derecho canónico.
Al comenzar la segunda página hay dos versos latinos relativos a
Juan Escoto; y en el margen y de otra letra, se ve esta nota
también en latín: «Juan Escoto sobre el tercero de las
Sentencias.»

Aunque este Códice no está foliado, la
materia se halla bien indicada por medio de números romanos de
colores, que expresan las treinta y nueve distinciones en que está
dividido el libro. Al final hay un índice muy completo; y después
una nota que traducida del latín dice: «Concluye la
Tabla sobre
el tercer libro del Maestro de las Sentencias, compuesto por Fray
Juan Escoto
, de la orden de Frayles menores

50.
TRES TRATADOS DISTINTOS. Un volumen en 4.° mayor, escrito parte en
cartulina y parte en pergamino. Tiene 146 páginas. Es del siglo XV.
Al principio le faltan algunas hojas.
En el primer Tratado que
comprende hasta la página 16, se dan todas las noticias mitológicas
relativas a los siguientes dioses del paganismo:
Júpiter, Marte, Apolo, Venus, Mercurio, Diana, Minerva, Juno,
Cibeles, Vulcano, Neptuno, Pan, Plutón y Baco.
El segundo
Tratado que llega hasta la página 115, contiene los 14 libros de la
Metamorfosis de Ovidio. Al fin de los mismos hay una nota que
dice: Explicunt Moralitates libri Ovidii Methamorfóseos. Deo
gratias. Sigue después un índice alfabético muy extenso que
comprende siete folios. Y al final se hallan estas notas, que
traducidas dicen: «Concluye la Tabla, super Moralitate, del libro de
Ovidio, Metamórfosis, compuesta por Fray Tomás de Anglia, de la
orden de Predicadores, Deo gratias. Fue escrita en Lérida, y
concluida el día 4 de Agosto del año del Señor 1430. El que la
escribió se llama Gundisalvo, su apellido es Riquexor.»

En el tercer Tratado que comprende los ocho folios últimos, hay
seis comedias de Terencio, a las que precede un prólogo. Y
después de todo una nota que dice: «Concluye el breve y muy útil
opúsculo sobre el libro de Terencio. Lérida 16
de Septiembre del año 1430.»







51-55

72-82

72. TRATADO
DE LAS ELECCIONES CANÓNICAS. 



Un volumen en 4.° prolongado, en
pergamino, de 93 páginas. Es del siglo XIV. Toda la materia
referente a los tres modos de hacer las elecciones según el derecho
canónico, hállase expuesta en este libro con mucha claridad. Aunque
no hay capítulos que dividan los asuntos, todas las cuestiones están
señaladas con epígrafes de letra encarnada.
Este Códice está
escrito con gran perfección y se halla bien conservado. Como los de
su clase, abunda en letras con dibujos de colores. Al lado del texto
hay comentarios del mismo autor. En el principio del libro se lee un
epígrafe, que traducido del latín dice: «Comienza aquí el libro
compuesto por el Maestro Guillermo de Mondagoto, Arcediano
Nemausense
, sobre el modo de hacer las elecciones y ordenar los
procesos relativos a las mismas».





73. FLOS
SANCTORUM O VIDAS DE SANTOS.
Un volumen en 4.° mayor, en
pergamino, de 673 páginas Es del siglo XIV. Al principio le faltan
algunas hojas; el final está completo. Tiene de especial este libro,
que antes de la vida de cada Santo se explica la etimología
del nombre
y su significado, con datos sumamente curiosos
que suponen en el autor mucha erudición. No consta quien sea éste.
Es muy probable que fue algún religioso agustino, porque la
única viñeta que hay está en la vida de San Agustín,
obispo y doctor, viéndose allí una imagen del Santo.
Además
de las vidas de los santos, hay pláticas sobre varios
asuntos, como la Cuaresma, Dominicas que la preceden.
Resurrección, y otros misterios y fiestas de la
Santísima Virgen.

74. PRISCIANO EL MAYOR. TRATADO DE
GRAMÁTICA.
Un volumen en 4.° mayor prolongado, en pergamino, de
258 páginas. Es del siglo XI. Dicho autor fue un célebre
gramático latino que nació en Cesarea a fines del
siglo IV. El año 525 abrió una escuela que tuvo gran
fama por el número de gramáticos distinguidos que de allí
salieron. Compuso varias obras; pero la más notable es esta.
/
Nota: Si nació a finales del siglo
IV, pongamos 399, y en el año 525 abrió él mismo una escuela,
vivió más de 125 años. Priscianus Caesariensis (fl. 500), más
conocido como Prisciano, fue un importante gramático del latín,
nacido en Caesarea, Mauritania, (en la actualidad la ciudad de
Cherch
ell en Argelia). Según Casiodoro enseñó latín en
Constantinopla. https://es.wikipedia.org/wiki/Prisciano
Su obra más
importante es una gramática del latín que recibe el nombre
de Institutiones Grammaticae. /
Se divide en 18 libros, y
no en 14 como dice algún escritor. Al principio, después de un
prólogo, pone el autor un índice o resumen de los 18 libros. Antes
hay dos hojas que no pertenecen a este Códice; en la primera se ve
parte de un índice sumamente curioso por la forma con que está, el
cual debía pertenecer a alguna obra de derecho del siglo XI, o
quizás de antes.
Este Códice es el que se conserva en mejor
estado entre todos los de aquel siglo, a pesar del servicio que se
conoce prestó en su tiempo. La letra es muy legible. Hay muchas
notas en el margen, todas con caracteres pequeñísimos hechos con
gran perfección. Pero lo que llama la atención principalmente es el
extraordinario número de notas puestas entre las líneas del texto,
tan diminutas, que admira cómo pudieron escribirse allí.
Los
títulos en que se dividen los libros, o sea los epígrafes de cada
asunto, están señalados con letras encarnadas. Las iniciales de los
apartados son de colores; pero sin dibujos, según el estilo de aquel
tiempo. También hay una viñeta al principio, de muy buen gusto, y
algunas otras en lo demás del libro.
Al fin de todo se ve
una nota, en caracteres encarnados muy grandes, que traducida dice:
«Concluye el libro de Prisciliano, Gramático, Doctor de la ciudad
de Roma.»

75. TOMÁS DE HIBERNIA. MANOJO DE FLORES. Un
volumen en 4.° mayor prolongado, en pergamino, de 254 páginas. Es
del siglo XIV. Contiene un repertorio por orden alfabético de varios
nombres o asuntos pertenecientes a la Teología dogmática y moral,
Sagrada Escritura, Filosofía, etc. De ahí el título de Manojo de
flores, que se le aplica con muchas propiedad.
Está en
forma de diccionario. Pero además el autor tuvo el buen gusto de
señalar en el margen, por medio de alfabetos de letras minúsculas,
los párrafos en que se divide el asunto que allí se trata.
Cada
nombre del diccionario tiene la inicial adornada con dibujos de
colores. También son de colores las iniciales de todos los párrafos.
Al principio le faltan algunas hojas; el final está completo. Hay un
índice que contiene todos los nombres de los asuntos que se explican
en este diccionario. Después siguen cuatro folios que son como una
ampliación.
Antes del índice hay una nota que traducida dice
así: «Esta obra fue compilada por el Maestro Tomás de Hibernia, en
algún tiempo Sócio de Sorbona».

76.
SANTO TOMÁS DE AQUINO. SOBRE EL LIBRO II DEL MAESTRO DE LAS
SENTENCIAS. Un volumen en 4.° mayor prolongado, en pergamino, de 146
páginas. Es de últimos del siglo XIII o de principios del XIV. En
la parte superior de cada página están señaladas por su orden las
44 distinciones en que se divide esta obra. Al final hay un índice
hecho posteriormente, que sólo llega hasta la Distinción 35.
Antes
del índice se leen unas notas de diversa letra, que traducidas
dicen: «Concluye el escrito de Fray Tomás, sobre el segundo
de las Sentencias.» Prueba esto que cuando se escribió el Códice
aún no había sido canonizado Santo Tomás. Después
hay otra nota que dice. «Este libro es de (sigue un nombre que está
raspado). Cualquiera que lo vendiere sea anathema. Luego hay
otra que dice así: «Este libro es de Fray (sigue un nombre raspado)
de la orden de Frailes predicadores del convento de (hay otro nombre
raspado) de la provincia de Aragón».
Al fin de todo en
la última página todavía hay otras notas que dicen: «Yo Antonio
Aymerich
, Bachiller en artes, el viernes día 29 de Abril
compré este libro al Reverendo confesor del
Rey de Navarra, en la ciudad de Valencia, el año 1435
del Nacimiento del Señor.» Y más abajo se lee: «Este libro es de
Pascual March, quien lo compró por 44 sueldos

77.
LETANÍAS Y ORACIONES. Un volumen en 4, en pergamino, de 44 páginas.
Es del siglo XIV. Se comprende que este Códice se usaba en todas las
rogativas que se hacían en esta catedral. Después de las Letanías
de los Santos, siguen las preces y oraciones pertenecientes a cada
rogativa. Entre otras de las que ofrecen interés histórico, está
la tradicional plegaria que se canta en esta catedral
en las rogativas pro pluvia, que dice así: «Dómine
rex, Deus Abraham, dona nobis pluviam super faciem terrae, ut discat
pópulus tuus quia tu es Dóminus Deus noster.»

También hay
una oración propia de la Santa Cinta, diferente de la que se
halla en el Breviario de esta catedral. En dicha oración se
expresa la aparición de la Santísima Virgen en esta
iglesia y la entrega de su Sagrado Cíngulo. Como es un
documento de grande valor histórico, pues confirma aquella veneranda
tradición, creemos conveniente insertarlo tal como está: Dice así:

«Omnipotens sempiterne Deus, qui gloriosae Virginis Matris
Mariae corpus et animam, ut dignum Filii tui habitaculum effici
maereretur, Spiritu Sancto cooperante praeparasti; da, ut cujus
Visitatione et Cinguli traditione hanc Ecclesiam
decorasti, ejus pia intercessione ab instantibus malis et á
morte perpètua liberemur. Per Dominum...»

/ Nota: á
y perpètua aparecen con tilde en el pdf que tengo, otros textos en
latín también están con tilde en este libro.
La ae del latín,
æ, la escribo en este libro ae -

https://www.delcastellano.com/errores-pronunciacion-latin/


ae (y oe)


Por increíble que pueda parecer, el
diptongo ae se pronuncia [ae̯]. Por tanto, hay que evitar la
pronunciación arromanzada como una simple *[e]: quae se lee [kʷae̯]


, no *[ˈkwe]. Tortosa : Tortose,
Lleida : Lleide, Maella : Maelle, Favara : Favare, etc.
La
bibliografía anglosajona tiende a considerar que ae se pronunciaba
[ai], aunque esta pronunciación es de época arcaica (siglo iii a.
C. y anteriores). Lo mismo se aplica al diptongo oe, menos frecuente,
que se pronuncia [oe̯]: amoenus se pronuncia [aˈmoe̯.nus]


, no *[aˈmenus] /

78. PEDRO DE
TARANTASIA. COMENTARIOS SOBRE EL LIBRO II DEL MAESTRO DE LAS
SENTENCIAS. Un volumen en 4.° mayor, en pergamino, de 242 páginas.
Es del siglo XIII.
El autor es conocido con este nombre por ser
natural de Tarantasia, provincia y condado de los antiguos
estados sardos. Las 44 Distinciones del libro II del Maestro
de las Sentencias están completas en este Códice, y se señalan con
números en la parte superior de cada página, y además en el
margen. Hay algunas notas de época posterior. Las iniciales de los
párrafos están adornadas con dibujos de colores.
Al principio
hay un índice. También se ve allí una hoja de distinta época y
diferente letra, que no pertenece a este libro.

79. ALANO DE
INSULIS. SOBRE LAS DIVERSAS SIGNIFICACIONES O USOS QUE TIENEN ALGUNOS
NOMBRES EN LA SAGRADA ESCRITURA. Un volumen en 4° en pergamino, de
321 páginas. Es de principios del siglo XIII. Este curioso libro
tiene alguna semejanza con las Concordancias de la Sagrada Escritura,
aunque es más reducido y su objeto también es distinto.
Le
precede un prólogo dirigido a Ermengaldo, Abad de San Gil.
Después siguen los nombres por orden alfabético. Antes de cada
letra hay un índice; luego siguen los nombres cuyo uso se trata de
explicar, estando señalados con letras encarnadas en el texto los
libros de la Sagrada Escritura a que se refiere el uso de cada
nombre.
A pesar de su mucha antigüedad está muy bien conservado
este Códice. Todas las iniciales de cada párrafo son de colores, y
algunas están adornadas con hermosas viñetas. Al final hay la
acostumbrada nota que dice. «Este libro ha sido escrito; el que lo
escribió sea bendito».

80. FRAGMENTOS DE LOS CLÁSICOS Y
OTROS AUTORES ANTIGUOS. Un Volumen en 4.° de 328 páginas. Está
escrito parte en cartulina, que pertenece al siglo XIII, y parte en
pergamino, que es del siglo XII.
Contiene escritos de Horacio,
Juvenal, Marcial, Salustio, Cicerón y Séneca. También los hay de
Macrobio, (las Saturnales) y de Macer (del poder de las hierbas.)

Además un tratado de Geometría con figuras geométricas, y otro
del eclipse del sol.

81. CAPITULARIO PARA TODO EL AÑO. Un
volumen en 4.° en pergamino, de 380 páginas. Es del siglo XIV. Al
principio hay un Calendario muy deteriorado por el uso, en el cual
falta una hoja que debía contener los meses de Noviembre y
Diciembre.
Tiene de particular este Códice, que se halla en él
la oración propia de la Santa Cinto,
(Cinta, Cingulis, Cíngulo) de que ya hemos tratado en el
Códice de n.° 14; pero en el que nos ocupa dicha oración está en
el mismo Capitulario, y no en hoja añadida como en el otro Códice.
También hay algunas otras oraciones de interés histórico. Todas
las iniciales de los capítulos y de las oraciones se hallan
adornadas profusamente con dibujos de colores.

82. MISAL. Un
volumen en 4° en pergamino, de 460 páginas. Es del siglo XIII. Está
escrito con muy buen gusto y con profusión de letras de adorno.
Tiene además algunas viñetas muy distinguidas y de un estilo
especial. Hay un Calendario muy completo; y lo mismo que en otro
Códice reseñado, el día 4 de Febrero hay una nota que traducida
dice: «Aquí comienzan a cantar las aves». Y el día 24 de Abril
otra que dice: «Salida de Noé del arca.»
En este Calendario ya
está la fiesta de la Concepción de la Virgen, el día 8 de
Diciembre; la oración está añadida en el margen en su lugar
respectivo, y es diferente de la que se usaba antes de la actual.
También se halla el día 18 de Diciembre la fiesta de la
Expectación del parto de Nuestra Señora
, que se puso después
porque la letra no es la misma que lo demás del Calendario.




83-93

140-147




140.
MISAL. Un volumen en 4.° mayor, en pergamino, de 266 páginas. Es
del siglo XIII. Al principio tiene un Calendario; pero le faltan los
meses de Noviembre y Diciembre. En el margen del mismo están
señalados los días egipcíacos. En la página que precede al
Calendario, están escritas de letra más moderna las oraciones que
dice el sacerdote al ponerse los sagrados ornamentos, en las
cuales son de notar algunas pequeñas diferencias respecto de las que
se dicen actualmente.
Según la costumbre de los Misales de aquel
tiempo, en este también están dibujadas antes del Cánon las
imágenes del Cristo y del Salvador, con las figuras y alegorías
de que se ha hecho mención en otros Misales. El que nos ocupa está
bien conservado, y tiene las iniciales de los capítulos y párrafos
adornadas con dibujos de colores según el estilo de aquel siglo.


141. MARSILIO DE PADUA. Un volumen en 4.° mayor, en
pergamino, de 200 páginas. Es del siglo XIV. Su autor llamado de
Padua porque naciò en dicha ciudad, floreció a
últimos del siglo XIII o principios del XIV. fue un célebre
político y jurisconsulto. Una de sus principales obras
es la que contiene este Códice. Se titula «El defensor de la paz»
porque expone la grave cuestión acerca la potestad del Papa y
del Emperador.
Toda la materia se explica seguidamente sin
haber divisiones de tratados; tan sólo en la parte superior de cada
página hay una sencilla indicación del número de la cuestión que
allí se expone.
Al final hay un resumen o índice de los
asuntos.

142. ARISTÓTELES. Un volumen en 4.° mayor, en
pergamino, de 142 páginas. Es del siglo XIII. Contiene los ocho
libros phisicorum de aquel filósofo. Al principio hay tres
folios que no pertenecen a este Códice. El primero y segundo libro
tienen una inicial que manifiesta comenzar allí el tratado; en los
demás libros quedó esto por hacer, y sólo se conoce el principio
del libro por el blanco que allí se ve. De todos modos los libros
están bien indicados con números de color en la parte superior de
cada folio. Hay notas en el margen de letra muy diminuta y clara;
algunas son de época posterior a la del Códice. También las hay
entre las líneas, especialmente en los últimos folios.

143.
FRANCISCO DE MAIRON Y OTROS AUTORES. Un volumen en folio en
pergamino, de 214 páginas. Es del siglo XV. Contiene primeramente un
trabajo del expresado autor, cuyo título traducido del latín dice:
«Flores extractadas de los libros de la Ciudad de Dios de San
Agustín, y reducidas a la forma de verdades, por el Doctor en
sagrada Teología, el venerable Maestro don Francisco de Mairon,
añadiendo muchos documentos y argumentos teológicos, etc.»
Se
divide en 22 libros, que se indican en números muy pequeños en la
parte superior de cada folio.
Sigue un tratado del Maestro
Nicolás Oresme, de communicatione idiómatum.
Otro
de Retórica, cuyo autor no consta.
Otro que se titula, dici
de omni
, según la mente de Aristóteles y demás filósofos, por
el Doctor y Maestro Reverende Enrique de Hassia.
El sermón
que dicho Maestro Nicolás Oresme predicó delante del Papa
y de los Cardenales, la víspera de Navidad, que fue el
cuarto domingo de Adviento del año 1363, y segundo del
Pontificado de Su Santidad el Papa Urbano V.
El
sermón de San Francisco, que el Maestro Pedro de Ailliaco
predicó en la Universidad de París el año 1382.
La
carta de la Universidad de París al rey de Francia,
sobre el cisma, fechada la víspera de Pentecostés,
día 25 de Mayo del año 1394.
El libro titulado «del
hombre interior» compuesto por el Maestro Ricardo de San Víctor.


144. CONSTITUCIONES PAPALES DE ALEJANDRO III, Y OTROS DOS
OPÚSCULOS.
Un volumen en 4.° mayor prolongado, en pergamino, de
188 páginas. Es de últimos del siglo XII. En este Códice llama la
atención el contener materias tan distintas entre sí; pero según
hemos notado en algún otro Códice, se debe a la escasez de libros
de aquel tiempo, en que siendo tan costoso poderlos adquirir, se
coleccionaban varios opúsculos en un mismo Códice.
En el que
nos ocupa, primeramente están las Constituciones de Alejandro III
dadas la mayor parte en el Concilio Lateranense III.
Después
la Filosofía del Maestro Guielmo de Conchis. Trátase
en ella de la sustancia creatriz, de los elementos, del caos, del
sistema planetario, que se explica con mucha extensión y con
multitud de figuras y círculos. También se trata de la tierra, de
los animales, etc.
Por último, hay un breve opúsculo que
comprende cuatro folios, y se titula traduciéndolo del latín:
«Libro de Cirujía según Constantino el Africano».


145. BREVIARIO. Un volumen en 4.° mayor, en pergamino, de
600 páginas. Es del siglo XIV. Este Breviario es de los más
completos que existen el archivo. Por el estado en que se halla se
comprende que prestó gran servicio en su tiempo. Tiene varios himnos
con notas de música, siendo de notar que algunos son
distintos de los que se usan actualmente.
En el oficio de la
Santísima Virgen
las lecciones del primer Nocturno no son
de la Sagrada Escritura, sino de un Santo Padre.
Dicho
Breviario como los otros de su clase, está escrito con gran
profusión de dibujos en las iniciales de cada capítulo. Al
principio tiene un Calendario en el que falta una hoja que comprende
los dos primeros meses.

146. SAN GREGORIO MAGNO. Un volumen
en folio, impreso en papel cartulina, de 672 páginas. Es de últimos
del siglo XV. Contiene la obra de dicho Santo Padre titulada Moralia.

Este libro es de los llamados incunables;
nombre con que se designan los libros impresos desde que se inventó
la imprenta hasta principios del siglo XVI.
Contiene un prólogo
del Obispo Brixiense. Después sigue un índice alfabético
que ocupa catorce folios. En el primer folio hay una nota manuscrita
que dice: Sedis Dertusae.
Y en el margen se ven algunas
notas, también manuscritas, que abundan más en los primeros
libros en que se divide esta obra.
Al fin hay un párrafo que
traducido del latín dice lo siguiente: «Ha sido concluida esta obra
de los Morales de San Gregorio Papa, corregida y enmendada
diligentísimamente por D. Bartolomé Cremon, Canónigo
regular
, impresa en Venecia por Reynaldo de Novimagio
Teutónico
, año del Señor 1480, el día 14 de Junio,
siendo Presidente de Venecia el ínclito Duque Juan
Mozenigo

Y en el folio último hay una página manuscrita
donde se dan algunas explicaciones sobre este libro.

147.
TRATADO ASCÉTICO. Un volumen en 4.° escrito parte en cartulina y
parte en pergamino, de 346 páginas. Es del siglo XV. Contiene varios
tratados o meditaciones sobre la Pasión del Señor. No
consta quien es el autor. Según parece, en este Códice tan sólo
hay una parte de la obra, que es la segunda, pues en las primeras
líneas dice traducido del latín: «Comienza aquí la segunda parte
de
esta obra, que fue compuesta en honor de la memoria de la
Pasión del Señor».
Siguen luego las meditaciones, sirviendo de
principal tema las siete palabras que dijo el Salvador, y se indican
con números en la parte superior de las páginas. La división de
los asuntos está señalada con iniciales de color.








viernes, 6 de marzo de 2020

CATÁLOGO DE LOS CÓDICES.

CATÁLOGO DE LOS CÓDICES.




Indicadas en los capítulos anteriores
algunas ideas generales sobre los Códices de esta iglesia, los
reseñaremos como hemos dicho, siguiendo el orden que tienen en el
Inventario de los señores Denifle y Chatelain.

1. CUESTIONES
CODLIBETALES DE STO. TOMÁS DE AQUINO. Un volumen en 4.° mayor
prolongado, en pergamino, de 116 páginas. Es del siglo XIII.
Al principio le faltan algunas hojas. Después del codlibeto
quinto hay una nota, que traducida del latín dice así: «Este
codlibeto lo concluyó Fray Tomás de Aquino, de la orden de predicadores, en París el año del Señor 1271, en los
días próximos al Nacimiento del Señor.»
Aunque esta fecha no
se refiere al Códice, sino al codlibeto que escribió
el Santo, las condiciones del libro de que tratamos y la
antigüedad que revela, hacen presumir con fundamento que se
escribió cuando aún vivía Santo Tomás. Nótese a propósito
de esto, que aún se le designa con el nombre de Fray Tomás de
Aquino
.
En este Códice faltan los codlibetos
primero y cuarto. El último codlibeto es el undécimo. Al fin
del séptimo se leen las siguientes palabras que solían ponerse al
concluir los Códices antiguos, las cuales traducidas del latín
dicen lo que sigue: «Este Códice ha sido escrito; el que lo
escribió sea bendito.»

2. PARTE DE LA BIBLIA. Comprende los
libros de Josué, los Jueces, primero de Esdras,
Judit, Ester, Tobías, y los de los Macabeos.
Un volumen en folio en pergamino, de 560 páginas. Es de principios
del siglo XIII
. Hay otros Códices, que según veremos, contienen
otros libros de la Biblia escritos en igual forma que el que
nos ocupa. Todos llevan los comentarios de Rábano Mauro, uno
de los escritores más fecundos del siglo IX.
Este Códice
es de los más notables del archivo. Además del texto hay dos clases
de notas, escritas con una pulcritud admirable. Al principio de cada
libro hay una preciosa viñeta con dorados de mucho
mérito que se conservan perfectamente.

3. EL DECRETO DE GRACIANO. Un volumen en folio grande, en pergamino, de 596 páginas.
Es del siglo XIV. En el margen están los comentarios de
Bartolomé de Brescia, profesor de derecho canónico en la
Universidad de Bolonia, en tiempo del Papa Gregorio IX.
Este Códice se distingue por la gran profusión de dibujos de
colores, y por la multitud de letras adornadas. Lo están así mismo
todas las iniciales de cada párrafo.
Las viñetas también son
de muy buen gusto. En ellas se ven las figuras de muchos Obispos,
pues como la materia que se trata es de derecho canónico, por
lo general dichas figuras aluden al asunto del cánon que se
expone. Faltan en este
Códice muchas viñetas que fueron cortadas, lo cual

manifiesta las vicisitudes que han pasado estos libros.
Además le faltan algunas hojas al principio y al fin. 



4.
SANTO TOMÁS DE AQUINO. DE LA VERDAD DE LA FÉ CATÓLICA CONTRA LOS
ERRORES DE LOS INFIELES. Un volumen en 4.° mayor, en pergamino, de
592 páginas. Es de últimos del siglo XIII o de principios del
XIV
. En el margen hay algunas notas que se conoce son de época
posterior. Comienza así, traducido del latín: «Libro de la verdad
de la fé contra los errores de los infieles, compuesto por Fray
Tomás de Aquino
, de la orden de Padres predicadores». Al
final hay una nota que traducida dice: «Terminado el libro, sea
alabanza y gloria a Cristo.»






5. SALTERIO. Un volumen en 4.° mayor,
en pergamino, de 610 páginas. Es del siglo XIV. Al principio
faltan dos o tres hojas. Contiene también las letanías
de los Santos y varias preces. Este Códice es una
verdadera especialidad, y se distingue entre los otros de un modo
notable, por la multitud y riqueza de los adornos. Todo es de un gran
mérito. Como cuando se compuso este libro el Sr. Obispo y los
Canónigos de esta catedral vivían en comunidad, es de creer que su
objeto era para usarlo el Prelado en el coro los días
más solemnes.
Difícil es reseñar, aún en compendio,
las bellezas artísticas de este Códice. Al principio de cada salmo
hay preciosas viñetas, de distintas formas, con dorados y colores
finísimos; siendo de notar que la multitud de figuras que allí se
ven, todas son de capricho o fantásticas, constituyendo un verdadero
repertorio. Además todas las letras mayúsculas, que son
innumerables, y las iniciales de cada párrafo, están dibujadas con
el mayor gusto, intercalándose unas con adornos de oro, y otras con
dibujos de colores.
Pero se distinguen principalmente seis
páginas, en distintas partes del libro, donde el escritor o
dibujante parece que quiso hacer gala de su inspiración. Toda la
página está orlada con figuras de varias clases perfectamente
dibujadas. También hay otras figuras alegóricas, que expresan con
suma propiedad la idea contenida en las primeras palabras del salmo
que allí principia.

catálogo 6-10

domingo, 21 de abril de 2019

Aragón en la biblioteca histórica

BIBLIOTECA HISTÓRICA DE LA FILOLOGÍACASTELLANA POR EL CONDE DE LA VIÑAZA

original en pdf en archive.org

Unos pocos extractos donde aparece Aragón:

La lengua latina (escribe el ilustre conquense), desterró en España a la griega, y fué la que se habló con los residuos que de ésta quedaron, hasta la venida de los Godos, los cuales no hicieron desaparecer el latín, sino que le corrompieron más con nuevas exóticas palabras. Esta lengua latina, así mezclada y corrompida, duró por toda España, según el autor, hasta el año 719 (sic), en que vinieron los moros, cuyo idioma empezó a hablarse, excepto en Asturias, Vizcaya, Lepuzca y algunos lugares fuertes de Aragón y Cataluña que no pudieron ser sojuzgados.

Hasta la conquista de Granada, dice Valdés, no pudieron tanto conservar los españoles la pureza de su lengua, que no se mezclase con ella mucho de la arábiga; y de los vocablos que dejaron, añade, el uso hacía tener por mejores que los latinos algunos de ellos, diciéndose
alhombra, mejor que tapete; alcreuite, que piedra zufre; azeite, que olio.


Dolor grande fué que la obra de Valdés no pudiese ejercer influencia en los estudios filológicos por haber permanecido desconocida de todos hasta el siglo pasado, a lo cual pudo contribuir también el haberse compuesto en tierra extranjera, donde tenía que ser menos apreciado el manuscrito, si por casualidad llegó a verlo alguno. Por esto no hay citado nada de lo que sustenta aquel famoso conquense en su Diálogo, en ningún escrito anterior a los Orígenes de la lengua española de D. Gregorio Mayans, excepción hecha de la mención que del manuscrito de Valdés hizo el cronista D. Juan Francisco Andrés de Ustarroz en sus Progresos de la historia del reino de Aragón.

Don Pelayo, y sus Castellanos de las Montañas, y por años después que siguieron, hablaron la Lengua Castellana corrompida de la Romana latina, y aun entremezclada con la arábiga, por la comunicación que con los Agarenos tuvieron. La mesma Romana latina hablaron los moradores en las vertientes de los Pirineos; empero por la vecindad del estudio de Letras que antiguamente tuvieron en Huesca los Romanos, tenían muchas dicciones latinas; y como los moradores de aquella tierra fueron gente tosca y mal mirada, corrompieron aquel latín y mezclaron Lengua Gascona, y formaron una Lengua muy confundida del latín Bárbaro y corrompido, y de la Romana y Gascona: y assí, si no es en Zaragoza, Ciudad principal, y cabeza de Aragón, que la propria Lengua Aragonesa se habla, toda la otra gente, que está en las fronteras de Gascuña, Navarra, Castilla y Valencia, es muy agena de la verdadera Lengua Aragonesa.
Pues entremos en Castilla, que es un Reino muy grande, compuesto y ayuntado de muchos Reinos, donde el Rey y su Corte siempre reside, y tantos grandes Señores y Cavalleros, y hay Ciudades muy grandes y populosas, donde se habla la perfecta Lengua Castellana muy galana, cortesana y graciosa, y muy esmerada y estimada por todos los Reinos, y Provincias del mundo, por ser muy inteligible y conversable. Empero si nos imos por los linderos y aledaños de Castilla, donde afronta Aragón, Navarra, Vizcaya, Galicia, Portugal, Granada, en quanto hay Algaravía, y Valencia, qué mixturas de Lenguas hallamos, que se le han apegado por la comunicación de los foranos; por cierto que es lástima ver que en la Lengua Castellana aya tanta mixtura de términos y nombres del Arábigo, y ales venido por la mucha comunicación que por muchos años han tenido en guerra y en paz con los agarenos. Y hanse descuidado los Castellanos dexando perder los propios y naturales
vocablos, tomando los extraños: y desto rescibe la Noble Lengua Castellana, no poco, sino muy grande perjuicio, en consentir que de la más que
cevil y abatida Lengua Arábiga tome vocablo, ni nombre alguno; pues en Castilla hay millares de Varones sabios, que en lugar de los Arábigos podrían hallar vocablos proprios a qualquier cosa, en demás teniendo la Lengua latina, de la qual la Lengua Castellana pretende ser tomada del tiempo de los Romanos venidos a España; que pues la latina es madre de muchas otras Lenguas, la Castellana se mejoraría grandemente. Y conforme a lo dicho lo hallarán en la Lengua Valenciana, que por más que en Reino de Valencia havia dos tercios de Agarenos, que hablavan Arábigo, y en esta Era hay un tercio de convertidas que hablan Arábigo, jamás la Lengua Valenciana ha tomado, ni usado de palabra alguna Arábiga, antes por ser el Arábigo tan enemigo del Christiano, le tienen por muy aborrecido. Son estos conversos de la Secta
Mahomética a nuestra Santa Fe Cathólica tales, que al cabo de cinquenta años, que son baptizados, jamás se ha podido acabar con ellos que dexen el Algaravía, y hablen Lengua Valenciana; y quando mucho los apretamos, responden algunos de ellos:


Por qué quereis que dexemos la Lengua Arábiga? Por ventura es mala? Y si es mala, por qué la hablan los Castellanos mezclada en su Lengua? Dexen ellos nuestra habla, y nosotros la dexaremos poco á poco. Y viniendo a contradecirles un convertido bien avisado, en Lengua Castellana, dixo: No veis que a los Castellanos les faltan muchos vocablos proprios, y por aquella falta toman de la Algaravía estos:
Sarten, Azeyte, Azeituna, Azeituno, Azebuche, Alhombra, Altamia, Candil, Alcuza, Alhucema, Alquitara, Arrayan, Albahaca, Azaar, Adelfa, Azufeyfo, Azucena, Azaleja, y muchos otros sin número. Y los ríos casi todos son nombren de Algaravía, como Guadalquivir, Guadiana, Guadarrama, Guadalete, &c. Otra mixtura tiene la Lengua Castellana, pero no tan mala, y es que como los Castellanos son muchos, y andan por diversas partes en servicio de los Reyes, y en


jornadas de grande valor, quando tornan de su jornada hay algunos que trahen algunas señales de heridas en sus personas, con que se glorian y honran por tener aquellas por valerosos servicios que a su Rey hicieron contra Saxonia, Francia, Italia, Turco y Túnez, y otros enemigos. Otros ay, que pues su ventura los libró de las heridas y de la muerte, y bolvieron vivos a su tierra, por mostrar que allá sirvieron, traen dos docenas de vocablos extraños y háblanlos y péganlos a su Lengua Castellana. Y ya que esto se hace si fuere de otra lengua buena como la Castellana, aún sería de sufrir; pero a las veces es de alguna ruin Lengua, y en lugar de honrar su lengua ensúcianla; y de esta manera es Lengua compuesta de muchas. En qualquier Lengua, ora sea Castellana, Aragonesa, Valenciana, o otras ay tres maneras de hablar. La primera, y más principal, es la que hablan los hombres de ciencia y letras, porque guarda la propriedad del término, siguiendo la verdadera significación, pronunciación, ortographía y acento; y en caso, que estos no hallen, o tengan algún buen término, acuden a tomarle del Griego o latín, que son las dos princesas en bien hablar, y con esto tienen su lengua muy corregida y copiosa. La segunda manera es la que hablan los Cavalleros, y gente principal cortesana, y ciudadana, que hablan muy cortés, polido y gracioso; y es buena Lengua, y bien hablada, empero si no hay en los tales letras, adelgazan tanto su polideza, que se van confundiendo, acortándola como los vestidos de que usamos, que han venido a decir vuestra señoría, o merced. y por acortar, tráganse la dicción de vuestra, y exprimen la señoría o merced. Otros hay que del vicio hacen gala con duplicar la esse, que por decir casa o coja, dicen cassa o cossa. Otros exprimen la ache diciendo: Chuan, chente, &c. Otros pronuncian templum, dominum. mudando la final de eme en ene, siendo todo lo contrario a la verdadera ortographía y buen acento. Desde aquí pienso que alguno que no estava advertido destos defectos, leyendo este aviso me lo agradecerá, y se emendará. La tercera, y última manera de hablar es la que hablan los villanos, y gente común, que estos aplican a cada passo términos contrarios e improprios; y quanto más va, tanto corrompen su Lengua, de los quales no se ha de tomar exemplo alguno sino de la más esmerada y preciada Lengua de que usan los hombres de Letras, pues aquellos quanto más andamos siempre mejoran su Lengua. Esto se nos da a entender con los libros escriptos en tiempo antiguo, en los quales vemos la forma del antiguo hablar. Esso mesmo vemos en los libros que después en otros años fueron escriptos con la mejoría de la Lengua; y en esta era vemos los libros que se escriven quán bien y mejorada está la Lengua...


Cap. VI. A lingoa que oje falla em Portugal donde teve origem, & porque se chama Romance.

Desta introduçāo da lingoa latina, que os Romanos fizerāo em Hespanha, & como de muitas naçóes & varios costumes, se vierāo a conformar, & parecer tudo hum povo de Romanos, he teste minha mesma lingoa que oje fallamos, ainda que corrupta, & húa pedra antiga que se achou na cidade de Empurias do reino de Aragão, que era habitada de Gregos, & Hespanhoes que diz asi:

Emporitani popvli graeci hoc
templvm svb nomine dianae
ephesiae eo secvlo condidere,
qvo nec relicta graecorvm lingva,
nec idiomate patriae iberae
recepto, in mores, in lingvam,
in ivra, in dictionem cessere


romanam. m. Cetego et Lvcio Apromo. coss.

Acrecentaron la lengua indígena, al decir del Cronista aragonés, las colonias griegas y fenicias, los bárbaros y los árabes, en fin; mas de ninguna manera los judíos que en miserables y dispersas tribus vinieron a España. Y en cuanto a la semejanza y afinidad entre nuestra lengua y la latina, escribe: No deve hazer novedad, sabiéndose que son tenidos por Españoles aquellos Antiquísimos Príncipes Hespero, Italo, Zano i otros, i que el Antiguo Parentesco de Entrambas Lenguas se renovó con el arrivo de tantos Españoles a Roma... Con tales argumentos, nacidos de las turbias fuentes antes aludidas, escribe Pellicer todo su alegato, para probar que la lengua matriz de nuestra Península es la misma lengua española hablada hace más de dos mil años.



IV. E riflettendo, che la Lingua Provenzale, e la stessa appunto, che la mia materna Catalana, come attestano parecchi Autori e può conoscere ognuno, confrontando le parole, le maniere, i modi di dire, e lo stile delle nostre antiche Costituzioni di Catalalogna, esistenti nella Biblioteca Barberina, cogli antichi Statuti di Provenza, che si trovano nella Libreria Casanattense; e come anche più agevolmente riconoscerá il Lettore dalla lettera, che per questo efetto ho estratta dalla Storia, e Cronica di Provenza di Cesare di Nostradama scritta da Renato d Angió Re di Napoli il decimosesto, e Conte di Provenza il ventunesimo nell anno 1468, en son bon, & franc Catalan Provenzal, come dice l istesso Nostradama, a Giovanni d Angió intitolato Duca di Calavria suo figlio primogenito, e Generale dell Armata Franzese, e Provenzale, che allora si trovava ne confini di Catalogna; (benchê nel detto anno, anzi ventisei anni prima, fosse giá il suddetto Conté scaduto dalla Regia di Napoli, avendo prevaluto il partito, e il va ore delle armi de i Catalani, e degli Aragonesi contro degli Angioini, ed essendo in essa rimasto trionfante, e coronato fino dal 1442, il Re Alfonso il II d Aragona, e il I di Napoli cognominato il Magnanimo), la qual lettera ho qui trascritta con la medesima ortografía, che nella predetta Istoria si legge del seguente tenore:


...Ben noto e per altro, a tutti i Letterati, che la nostra Lingua, e più antica assai, della Castigliana, poiché su per tutto il Ponente, tra tutti gli altri Idiomi di quelle parti di gran lunga primiera e cosí florida, culta, ac polita ut nulla feré extiterit Regio, in quam immissa non fuerit e la Castigliana al contrario, mentre fino al 1479, nel quale ad unicum Principem tota Hispaniarum potestas rediit, come dice il Du-Fresne rarioris fuit usus, ut poté barbaris spersa vocabulis. Anzi lo stesso Crescimbeni, parlando sopra questa materia di precedenza, ed antichitá fra le lingue volgari, mi disse aver letto in un certo Autore straniero, che in Catalogna incominció a corrompersi il dialetto latino, che correva in tempo dell Imperio de Goti. Ed a questo proposito e cosa degna d osservare, che in Catalogna pure s incominció l uso di trattare le Leggi, e Costituzioni, e tutti gli atti giudiziali in lingua volgare; anzi nel 1412. D. Ferdinando I, Infante di Castiglia, che su eletto, e dichiarato Re d Aragona, e Conte di Barcellona dagli Stati di Catalogna, Aragona, e Valenza congregati in Caspe, per esser morto intestato, e senza successione il Re Don Martino, che su 1 ultimo Re, e Conte della stirpe de Beringhieri; fece in Catalogna una Legge, tra 1 altre, insieme co i tre Stati generali del Principato, cioé l Ecciesiastico, il Nobile, e l Borghese, o Cittadino, comandando espressamente, che tutte le suddette cose fossero fatte, e trattate nel nostro volgar Catalano, e non in latino, né in altro straniero linguaggio, come aparisce dal Volume delle nostre Costituzioni esistente nella Biblioteca Barberina, e cosí su sempre praticato fino al 1714; la quale legge, per dirlo di passaggio, pare che indirettamente, e in alcun modo sia stata confermata dalla Santissima Vergine Nostra DonnA, coll´ occasione d un miracolo, che a intercession sua, fece il Beato Fra Salvadore d Orta Francescano, di far parlare in Lingua Catalana una Donzella muta di otto anni di Nazione Navarrese, come raccontano i compilatori della Vita di esso Beato Fr. Salvatore, e riferisce il Bollando negli Atti de i Santi. E simile uso poi negli altri Stati, e Regni dell Europa, non che di Castiglia solo, non incominció, che cento cinquant anni dopo, nella propria lingua naturale di ciascun paese. Ma non occorre, che sopra ció mi affatichi, né perda più tempo in addurre dell altre autoritá, e memorie, che mi sono rimase nel Zibaldone, e fra laltre, che.
L´an 1613 on imprimá à Paris un gros livre in quarto en langue Françoise, qui contient 1030 pages, ayant pour titre: Thresor des Langue de cêt univers, contenant les origines, beautez, perfections, decadences, mutations, & ruines des langues, où l´Autheur Monsieur Claude Duret Bourbounois, en compte jusquà 56, & parmy les autres, il place la Cathalanne avant l´Espagnole, & plusieurs autres: mentre che dalle Tavole degli Autori, e de i libri in Provenzale, poste in fronte del mio Vocabolario puó il Lettore abbastanza foddisfarsi; conciossiaché i più antichi, che la Castigliana Lingua in questo, od altro giudizio possa produrre, faranno di gran lunga posteriori a molti di quei, che in esse Tavole oggidí compariscono... (Págs. 36-38.)


... Conchiudo, che più tofto che errori dovrebbero con più proprietá chiamarsi Provenzalismi, de quali abbondano le scritture Toscane del buon secolo, e maggiormente quelle tratte da i testi Provenzali, che sono molte. E molto più si rende ció manifesto, se si considera, come ho toccato di sopra, che la medesima nostra Lingua Provenzale pura, e schietta, che per tutta l Europa si sparse, su ella da Toscani studiosamente ne primi tempi adoperata, e poi lungamente imitata siccome da tutta la Francia, dall´ Inghilterra, e dalla Germania, essendo allora amata, e pregiata come la Greca, e la latina, e su a i più delicati ingegni comune, ed universale; anzi tant oltre passó in riputazione, e fama, che ella sola su in istima tra le lingue... (Págs, 69, 70).



Este escritor sostiene las mismas proposiciones de todos los bascófilos, a saber: que la lengua bascongada fué, no sólo la primera que se habló en España, a donde la trajo Túbal, sino también la primera del mundo. En su discurso estudia las etimologías de porción de nombres de lugar de la Península, modernamente usados, presumiendo probar que se derivan del eúskaro. Pirineos (= Bi-Erri-Eneac, Pirineac), Aragón (= Arrigonia), Cardona ( = Gatzona, Catzona), Gerona ( = Hiri-ona o Herriona), Barcelona (= Parcer-ona o Parcel-ona), Sagunto ( = Es-egunto), Andalucía ( = Landalucea), Setúval ( = Echetúval), etc.



Hicieron notar los articulistas la importancia excesiva que Mayans dio al elemento griego, en cuya apreciación anduvieron más acertados que en la inexactitud con que resumieron lo que en los Orígenes se dice respecto de la lengua hebrea; aumentaron las prerrogativas otorgadas por el erudito valenciano a la lengua árabe en la composición de nuestro Diccionario; quisieron (por ser, sin duda, nacido en Aragón uno de los articulistas del Diario) contradecir la opinión de que la lengua hablada en dicha comarca no es ningún dialecto, sino tal lengua aragonesa; discutieron con más o menos acierto algunas etimologías, y no se inspiraron, finalmente, en un espíritu de verdad y de justicia, pues llegaron hasta afirmar que el autor de los Orígenes no sabía traducir del latín al castellano.

Hicieron notar los articulistas la importancia excesiva que Mayans dio al elemento griego, en cuya apreciación anduvieron más acertados que en la inexactitud con que resumieron lo que en los Orígenes se dice respecto de la lengua hebrea; aumentaron las prerrogativas otorgadas por el erudito valenciano a la lengua árabe en la composición de nuestro Diccionario; quisieron (por ser, sin duda, nacido en Aragón uno de los articulistas del Diario) contradecir la opinión de que la lengua hablada en dicha comarca no es ningún dialecto, sino tal lengua aragonesa; discutieron con más o menos acierto algunas etimologías, y no se inspiraron, finalmente, en un espíritu de verdad y de justicia, pues llegaron hasta afirmar que el autor de los Orígenes no sabía traducir del latín al castellano.


1788.

27. Discurso sobre el origen, uso y cultura de la lengua española en Aragón.

Inserto en el Memorial literario de Febrero y Marzo de 1788, págs. 274 y 353.

La noble tendencia que inspira todo este trabajo se lee en síntesis a su comienzo.

Dos errores o preocupaciones igualmente injuriosas a Aragón (dícese), se van introduciendo en materia del idioma o lenguaje español. Uno es excluir a este reino de la formación de cultura de la lengua principal de la nación, y otro el adoptar en él la lengua lemosina o provenzal, queriéndola hacer en algunos tiempos común y ordinaria: el primero no se enseña abiertamente, pero el vulgo se va imbuyendo indirectamente de él, no faltando alguno de los doctos que incidentemente lo afirme; el segundo se publica como invención erudita y con todo el aparato seductivo de citar en su confirmación noticias exquisitas, códices y monumentos recónditos; de manera que es necesario cautelarse mucho para no dejarse alucinar de una opinión tan favorita de los sabios. Así es que, en lo antiguo, los mismos escritores llamaban nuestra lengua con la disyuntiva de castellana o española, como se ve en Aldrete, Covarrubias y Sepúlveda, La misma Real Academia le da con frecuencia el nombre de lengua española en la primera edición de su Diccionario, si bien en el Discurso proemial sobre el origen de la lengua dice que este dictado es del uso de los extranjeros, y en su segunda edición constante y solamente con el nombre de castellana. Mayans, en sus
Orígenes, poniéndose a explicar el significado de esta voz, lengua española, dice que por ella se entiende la lengua común de la nación; pero añade que no puede incluir la aragonesa por no tener la perfección que en Castilla, donde el menor comercio con los extranjeros la ha conservado más pura. Todavía está más áspero con nosotros el P. Terreros (Paleografía española, fol. 212, en el tomo XIII del
Espectáculo), que después de olvidar a Aragón, cuando tratando del origen de la lengua menciona casi todas las provincias de España, prosigue luego su historia, y dice que en tiempo del Rey D. Fernando de León, nieto del Rey D. Sancho de Castilla, con motivo de su dominación en León y


Navarra, les comunicó su lengua que también tomaron los aragoneses.


En ciertas circunstancias el dativo hace también la función del acusativo. Hay que observar:

a) El artículo neutro es una adquisición propia del castellano, y no se emplea más que con el adjetivo abstracto elevado a la calidad de sustantivo: lo bueno, lo grande, lo mejor, lo mío. Lo por él se encuentra en los antiguos, particularmente en el dialecto leonés y aragonés; por ejemplo: lo lazo, lo chico (niño); y se une a las preposiciones, según se indicará más adelante.



2: sustantivos: asinus, cophinus, dominus, fraxinus, bucina, femina, pagina. Castellano: asno, cofre, dueño, fresno, bocina, hembra, página. Poseemos también una forma ezno (esno), destinada a señalar el origen: lobo, lobezno; pavo, pavezno (arc.); pecado, pecadesno (ib.); víbora, viborezno. Es, sin duda, contracción de cinus, esto es, inus precedido de una c diminutiva: lobezno, latinizado, sería lupicinus (antiguo apellido aragonés: Lupicino). Este sufijo se aplica también a algunas palabras que designan objetos, como torezno (torrezno), rodezno.


aneus. -1.° Adjetivo: extraneus, circumforaneus, spontaneus, subitaneus, subterraneus.

Castellano (-año, -aneo): extraño, subterráneo, espontáneo, sopitaño (arc.) -De aneus se pasa fácilmente a la forma anus, como en el provenzal de Aragón forano, y en el latino fontaneus, a cuyo lado se encuentra fontanus. -A este ejemplo latino se ajustan algunas nuevas derivaciones que proceden, ya de sustantivos, ya de adverbios: tacaño, cutáneo, frustráneo.


ensis. -Adjetivo: designa la descendencia o la ciudadanía: algensis, forensis, lutensis, nemorensis, hortensis, portuensis, atheniensis, carthaginiensis, narbonensis, rhodensis. -En castellano esta forma ha permanecido activa, pero más bien para formar nombres de pueblos que nombres comunes. Ejemplos de vocablos, en su mayor parte nuevos, algunos de los cuales son empleados como
sustantivos (-és): cortés, burgués, marqués, aragonés, cordobés, francés, inglés, leonés, portugués;

(-ense): conquense, ateniense, oscense, hispalense.


3: Adverbios de cantidad.
Multo, longe = mucho, mucho más.
Mol, molt en chapurriau.
Nimis. Demasiado (de demás = de magio),
massa en chapurriau.
Satis = asaz.
Parum, paulum = paucum (
poco) = algo.
Tantum, solum = solo, no -sino, no -mas (perífrasis).
Tan, tant, sol en chapurriau.
Vix. Compuestos con a: alés (arc.), mal -avez (arc.) Perífrasis: apenas, a duro, de duro.
SALTEM = a lo menos, siquiera (sisqueraen chapurriau).
Vel = mismo,
vel - bel en aragonés.
Omnino sustituido por totus = del todo,
del tot en chapurriau.
Fere, paene = cuasi, fascas hascas (ares. hasta casi), por poco que, por poco no, falta poco.

Adverbios de comparación.

Sic = si, sin.
Tam = tan, tanto.
Aeque, perinde, están representados por compuestos con sic: otro -sí, otrosi, otrosí, ansí, así.
Ut ha sido suplantado por quomodo, para lo cual se ha despojado de su propio sentido. Como, en lo antiguo quomo, com (chapurriau igual), como, coma (usado todavía en La Litera, Huesca, por ejemplo).


Quam = cuan. El sentido de estos adverbios puede expresarse también con sustantivos: guisa, manera, suerte, modo.


II. Preposiciones.

La mayor parte de las preposiciones latinas las ha conservado el castellano: ab, cis, ex, erga, ob, prae, propter: otras menos importantes, ya no existen en castellano independientes. Las palabras nuevas de esta clase no todas tienen el mismo origen. Son:
1: Compuestos de diversas preposiciones; por ejemplo: de -ad, ad - Prope (
a prop, prop en chapurriau), in -contra, in -versus, per -ad, per -ante, per -inter.
2: Adverbios empleados con el sentido de preposiciones.
3: Nombres. -a) sustantivos que, repeliendo la preposición que les seguía, han tomado el sentido de una partícula: cabe. b) Adjetivos o participios considerados como neutros, que, por el abandono de toda flexión, se han convertido en partículas: bajo, junto. -Las preposiciones propias, son aquéllas que pueden ser inmediatamente prepuestas al nombre. Son impropios todos los adverbios y los nombres que, para expresar un sentido preposicional, necesitan el intermedio de una preposición. De la gran cantidad de estos últimos, la lista siguiente no puede dar más que un pequeño número de ejemplos. Para reconocerlos, únese a cada uno de ellos la preposición que ordinariamente les sigue; pero es de advertir que muchos nombres así caracterizados se emplean también sin este complemento.

Ab. -No existe más que en composición; en general ha sido reemplazada por
de. Para darle el sentido local o temporal de ex o in -de a, hay palabras especiales, como desde (de ex).
Ad = a -Compuesto que indica el fin: para = pora (pro ad,
per a -pera en chapurriau) en los siglos XII y XIII.

Ante = ante, antes de.
Ab ante = abáns en chapurriau.

Apud (en las inscripciones apue). -El sentido de esta preposición está representado por sustantivos, como cabe, cabo (arc.), a cabo.

Circa = acerca de.

Contra = contra.

Cum (cun, con en las inscripciones) = con.

De = de. Para expresar relación: acerca de.
Erga. -Reemplazada por versus. Posteriormente versus se reemplaza por contra, por ejemplo en una pelea.

Ex. -Reemplazada por
de.

Extra. -Reemplazada por foras, foris, con o sin de.
Extramuros = a las afueras del poblado.

In = en.

Inter -entre. -Sinónimo: en medio (
en mich en ch.). La significación temporal de inter está expresada por participios, como durante.

Intra. -Derivada del adverbio intro = dentro de.

Ob ha desaparecido, siendo reemplazada por
per, pro. -Expresiones perifrásticas: por razón de, a causa de (*g, griego moderno).

Per = per (arc.), hoy desaparecida,
excepto en chapurriau. -Por de pro.

Post = en pos de, después de.

Praeter, falta. -El adjetivo neutro
excepto la ha reemplazado.

PRO = por, que al mismo tiempo reemplaza la preposición perdida
per. Un sentido particular de pro está representado por en lugar (en lloc de en ch.), en vez (en ves de en ch.), cuyas expresiones se construyen con genitivo.

Prope (
prop en chapurriau). -Su sentido se expresa por medio de adjetivos. Así, junto de.

Sine = sin, sines, senes (arc.). De senes, por metátesis, se construye
sense en chapurriau.

Sub = so (
sota en aragonés, catalán). Ha sido reemplazada por subtus = bajo, debajo de (sinónimos). Deball -daball en chapurriau.

SUPER = sobre. Además, encima de, tienes la comida sobre la mesa.
Tens lo diná sobre la taula, damún (de) la taula; en chapurriau.

Tenus ha desaparecido. Hay que asignar otro origen a las palabras anticuadas
fata o ata (árabe, hatta). El antiguo vocablo fasta = hasta moderno, parece un compuesto de facia ata.

Usque. -Corresponde a la expresión arcaica
entro.

Trans, como preposición, toma en castellano el sentido de
post, pone. Tras, que puede estar precedido de a, de, atrás, detrás.

Versus, aunque ha sustituido a
erga en algunas lenguas neo-latinas, carece de correspondencia en la nuestra. Lucha de 1 VS 2 -actualmente (2019) CONTRA.

Hay todavía algunos nombres empleados como preposiciones, como
mediante, no obstante, etc.

III. -Conjunciones.

Quedan pocos vestigios originarios en esta clase de palabras, pues los adverbios y las perífrasis nominales han llenado este vacío histórico.

Et = y, i, e (arc.), et (arc.)
NEC = ned (arc.), nen (arc.), ni.
ETIAM = también,
tamé en chapurriau. Expresiones negativas: tampoco (tampoc en ch.), ni menos.
AUT = o, O.

Ut, quod = que. Compuestos: para que (*g, griego moderno), a fin (de) que.
Ut, sicut, quam. A esta última, en tanto que se refiere a un comparativo, corresponde que, ca (arc.) Quasi se ha conservado literalmente.
Casi moderno.
Si = si.
Nisi = si no.
Dummodo = Caso que.

Sed y las otras partículas adversativas están representadas por
magis (en lugar de potius), que ha producido también adverbios: mas, pero, empero,
Potius = antes,
sinó.

Etsi. -Está representada de diversas maneras: bien que , aunque, puesto que.
Tamen = todavía, con todo esto, sin embargo.

Nam, quia. Compuesta con la partícula que: por tanto que. Compuesta con el pronombre que: por qué. - Hay adverbios de tiempo tomados en un sentido casual: pues (
pos en chapurriau), pues que, ya que.

Nempe = a saber.

Igitur, ergo = pues, luego. Por ideo, propterea, empléanse ende, por eso, por tanto (
per tán en ch.).

Quum (
cuan en ch.) ha desaparecido: como partícula temporal ha dado al castellano la voz cuando. Varios adverbios de tiempo pueden, con el auxilio de la partícula que, pasar a la categoría de conjunciones, siendo suprimida también a veces esta partícula. Así, después de.
Una voz nueva por la latina DUM es la castellana
mientras.

IV. -Interjecciones.

El latín no es rico en esta parte de la oración; el castellano tiene, en cambio, muchas interjecciones. Las cuales son: 1:, sonidos naturales; 2:, sonidos más complejos; y 3:, palabras mutiladas o abreviadas.

La interjección más común, que sirve para reforzar el vocativo, es
oh. Las siguientes expresan una llamada: ha, he, ahe, aik en chapurriau. Compuesta con la: óla. El alemán usa Halló con acento en la ó para llamar la atención, Hállo con acento en la á para saludar.

El dolor se expresa por ah, ay. Con pronombre personal: ay me, ay de mí. -La amenaza o la queja se expresa por
guay (vái, gótico). Aragonés: Guaita (con los güellos) -mira (con los ojos. Quizás provenga del vái gótico.
Las primeras, que denotan el dolor, también sirven para revelar la alegría y la admiración.

Es difícil averiguar el origen de ciertas interjecciones, como
cáspita, caramba. Collóns o mecagondéu ya es más fácil de averiguar.

Para exhortar y alentar, empléase
ea (eja, lat.), ea pues, sus, upa, aúpa (¿las dos de origen alemán?), alafé, alahe, alae (las tres arcaicas). -Una llamada: al arma, ah de casa, aquí del rey. -Un deseo: ojalá (enschá allah, árabe). -Una caricia: halo halo (arc. halagar).

Interjecciones para la repugnancia y aversión: dale, zape, oxte (arc. por exte, de exir), fuera, vete, su,
fuch en chapurriau.

Para el silencio: chito, chitón, ta, tate (tace?)

Para la protestación (protesta) y la maldición: por Dios, cuerpo de Dios, cuerpo de tal, y muchas más blasfemias incluidas. 

El distinguido aragonés D. Mariano Nougués Secall ha extractado las principales ideas del trabajo de su compatriota, en la nota que copio a continuación:

En el trabajo del Sr. Lasala se combate la prioridad que pretenden los castellanos en el ejercicio del romance español, diciendo que de antes del siglo XII no posee Castilla escrito alguno oficial ni diplomático en romance español, y que tal vez no sucede lo mismo en Aragón.

Pretende que en el privilegio de los veinte, otorgado por Alfonso el Batallador a Zaragoza, se leen algunas palabras vulgares de aquel reino: cita un documento de 1148, que se encuentra en el archivo de la iglesia del Pilar de Zaragoza, en el cual, entre otras palabras, se leen las de carta, cuartals de trigo, campo, brazal, etc.

Cita asimismo otro documento, que trae Briz Martínez, del año 1061.

Pasa a examinar los códices, y sostiene que el de Sobrarbe es indisputablemente más antiguo que el de Avilés.

Observa que el Rey San Fernando, el conquistador de Sevilla, dio en 1241 el Fuero Juzgo a Córdoba; pero que no consta que en su reinado se romanceara, y que si en él no se hizo su romanceamiento, seria por su hijo D. Alonso.

Que si se duda de que el fuero de Sobrarbe lo dio Sancho Ramírez, no puede ofrecer duda que lo diera Alonso el Batallador a Tudela, en cuyo archivo se conserva con el mismo romance que los demás códices, de lo que se infiere que en romance se escribió este fuero.

Habla en seguida de un códice de fueros anteriores a Jaime I, que se conserva en el archivo del Pilar, y que observada la diferencia que existe entre el lenguaje del códice Pilarense y el de la compilación de Huesca del año 1247, aquél debe suponerse anterior a éste en un siglo. Añade que en la Biblioteca Nacional se halla un Ms. en pergamino de esta compilación, en la cual sólo se encuentran siete fueros de la Pilarense, cuyo lenguaje es más incorrecto que el usado en el del Obispo Canellas.

Deduce el Sr. Lasala de estos antecedentes que el códice Pilarense debía ser muy antiguo, cuando en 1247 se reconoció la necesidad de otra compilación, y viene a parar por qué el fuero de Avilés (de 1155) puede pasar por coetáneo, no del de Sobrarbe, sino en su caso de el del Pilar.

No cabe decir, en su concepto, que la compilación de Canellas se escribiera en latín y se romanceara después; porque es sabido que quien hizo la traducción fué el Justicia Salanova en 1352, advirtiéndose que el escrito en romance tiene más títulos y fueros y distinto orden que el latino, lo que demuestra que no es copia de éste el que se encuentra en romance, sino que éste es el original, y el otro su copia modificada y alterada en un latín poco castizo.

La consecuencia que deduce el Sr. Lasala de todos estos datos y antecedentes, es que el fuero asturiano no tiene la antigüedad que el de Sobrarbe, cuyo prologista murió en 1094, ni mayor tampoco que los del códice del Pilar, y que el romanceamiento del Fuero Juzgo fué posterior a la compilación de Canellas.

En seguida pasa a verificar un cotejo entre el fuero de Avilés y el Pilarense, deduciendo que entrambos pertenecen al mismo período histórico en que el habla común de los españoles luchaba por sacudir el yugo del idioma latino; y por si no se acepta el códice Pilarense, trae para hacer la comparación algunos fueros del de Sobrarbe.

De este parangón deduce también la mayor perfección de los fueros citados sobre el de Avilés, en el que no se encuentran oraciones completas, y sí el uso del presente de indicativo en vez de los demás tiempos de sus conjugaciones.

Todavía, por si se supusiese sofisticado el fuero de Sobrarbe y por sospechosos los del Pilar, sostiene que sólo con el Código de Canellas hay suficiente para probar la prioridad y perfección de Aragón en el uso del romance. San Fernando murió en 1252, dejando a su hijo el encargo de romancear el libro de los Jueces; la promulgación de la compilación de Canellas se hizo cinco años antes, o sea en 1247, no habiendo podido hacer más dicho Obispo que compilar, en el corto espacio de dos meses y medio que se le concedió, los fueros promulgados anteriormente, haciendo un argumento irresistible, y es el de que hubiera sido inútil la traducción de los fueros por Salanova si los hubiera redactado en latín el Obispo Canellas.

El Sr, Lasala, en su trabajo comparativo del prólogo del Fuero Juzgo y del de la compilación Oscense, observa que es más perfecta la construcción aragonesa que la del Código castellano.

Llevando a término su trabajo, hace un cotejo entre el lenguaje de las Partidas y el privilegio general otorgado en 1283 y con los privilegios de la Unión, que lo fueron tres años después del fallecimiento del autor de las Partidas.


52. Sobre el origen y formación de las lenguas romances y en particular de la lengua castellana, por D. José Amador de los Ríos.

Tomo II de su Historia critica de la literatura española: Madrid, imprenta de José Rodríguez... 1862. -Ilustración II, págs. 361-414, y Apéndice I, págs. 581-596.

Trabajo de selecta erudición, en el que su autor opina que, durante las dominaciones romana y visigótica, existían en España otros idiomas, hablados, si no escritos, a la vez que el latino, aunque éste, después del Concilio III, fué el preferido y el dominante. Fija en el año 739, fecha que lleva la famosa inscripción de Santa Cruz de Cangas, el punto de partida del romance declarado, que se formó, como dice el Sr. Amador, de los elementos congregados en el suelo español, entre los que si al latín corresponde mucha parte, no pequeña se les debe al hebreo y al arábigo; aunque es innegable que el primero constituye el núcleo y fundamento del castellano. Varios documentos ilustran la tesis defendida, y sirven para probar las diferencias distintivas del habla vulgar, usadas en los comienzos de su historia por aragoneses, navarros y castellanos.

1868.

56. Discurso leído ante la Real Academia Española de Arqueología y Geografía del Príncipe Alfonso, por el señor D. Francisco Otín y Duaso, en el acto solemne de su recepción de Académico de número de la misma. Madrid. 1868. Por D. Alejandro Gómez Fuentenebro, impresor de dicha Real Academia.

4.°-62 págs.

Tema del Discurso: El idioma de Aragón y de Castilla es uno mismo en su origen, formación y progreso; pero en determinada comarca del Pirineo se vislumbran los vestigios de una lengua desconocida, cuyos nombres de ignorada etimología aparecen como incrustados en el romance común. Los nombres en que se funda la segunda parte de esta tesis son principalmente los de ríos,
montes, pueblos y los patronímicos de todo el partido de Jaca y parte del de Boltaña y Huesca. La naturaleza de estos vocablos la supone el autor arraigada en tiempos anteriores a los de la dominación romana. Hace notar las frecuentes terminaciones en
es o íes, y las en üe, ües, üas y sus derivadas: üe-lo, üe-go, üe-rre; y, afirmando que las voces a que pertenecen no son ni éuscaras, ni latinas, ni godas, ni mucho menos árabes, necesariamente (dice el autor) han de corresponder a uno de los varios idiomas que se hablaban en la Península antes de las invasiones de cartagineses y romanos.

Siguen a este discurso muy eruditas notas, donde se ven catalogados muchos nombres de las citadas terminaciones, y se incluye además una lista de 328 voces aragonesas, 34 de ellas anticuadas, de uso común en el Pirineo de Aragón, de etimología evidentemente latina y derivadas las más del
ablativo o del infinitivo. Al lado de cada una de ellas pone el autor las correspondientes palabras latina y castellana.

A este Discurso acompaña el de contestación por el Académico Sr. D. Mariano Nougués y Secall, distinguido aragonés, como el Sr. Otín. En dicho trabajo sostiene el autor que el romance se habló antes con más perfección en la comarca aragonesa que en la de Castilla; que muchos de los
llamados provincialismos de Aragón han sido vocablos puros usados por los castellanos, y que en este antiguo reino, así como también en el de Navarra, se habló primitivamente el éuscaro o bascuence. Interesantes notas y algunos documentos castellanos (o aragoneses mejor dicho), de remota fecha, completan el trabajo.


87. Souhaits de bienvenue adressés a Ferdinand le Catholique par un poète barcelonais, en 1473. Estudio de crítica histórica y filológica, por D. Alfredo Morel-Fatio.

https://www.persee.fr/doc/roma_0035-8029_1882_num_11_42_6213 (varias páginas escaneadas).

Publicado en la Romania, núms. 43, (Julio 1882), y 61, (Enero 1887), tomos XI y XVI: páginas 333 -356 y 92 -97 respectivamente.

El poema consta de 225 versos, y su autor revela que no estaba acostumbrado a escribir en puro castellano, a pesar del esfuerzo que hizo para saludar en esta lengua al monarca aragonés. Abundan en él, por consiguiente, las palabras y giros extraños, y así es su estudio de gran utilidad para la historia de nuestra lengua.

En el análisis hecho por el Sr. Morel -Fatio trata primero de las modificaciones fónicas, siendo de notarse las siguientes:

a átona por e. -Ejemplos: bozas, enamigos = voces, enemigos.
e por a. -Ej.: egenos = agenos (
ajenos).
e final átona por o. -Ej.: testes, viente = testo, viento.
u átona por o. -Ej.: queus (queos) = que vos; suspecha, bufetadas (
chapurriau bufetada, bufetades) -sospecha, bofetadas.
ie por e. -Ej.: presidiente = presídente.
ue por o. -Ej.: puenga = ponga.
c inicial por g. -Ej.: critos, colpes = gritos, golpes =
chapurriau crits, cops.
T final por D. -Ej.: virtut, grant = virtud, grand.
s por ç, y. -Ej.: verguensa, punision = verguença (
vergüenza), punizion (punición, castigo).
tz por c. -Ej.: suitzia = sucia.

Después se ocupa el crítico francés de las modificaciones gráficas; y es de advertir que en el poema se pone la h entre dos vocales para indicar el hiato.

Estas particularidades las hace en parte propias Morel-Fatio, con muy buen acuerdo, del dialecto aragonés; porque, efectivamente, la lengua antigua aragonesa, así mencionada desde principios del siglo XV (Véase Colección de documentos inéditos del Archivo de Aragón, tomo I, pág. 103), sustituía los diptongos ie y ue por e y o; la d final por t; la ç o y por s; la ñ y ch por ny, tx y x, y pronunciaba nt, rt, y no nte, rte, como los castellanos.

No faltan tampoco formas catalanas en este pequeño poema; pero, a nuestro juicio, puede considerarse principalmente como un ejemplo precioso del lenguaje aragonés.

als presentz, Pedro II, Osca


104. Para la fonética castellana del siglo XIII es muy importante el estudio directo de los textos inéditos publicados, con una advertencia preliminar y preciosas notas de critica filológica, por el señor Morel-Fatio en la Romania. Números 62-64: Avril -Octobre, 1887.

Tomo XVI: págs. 364-382.
La transcripción de que el Sr. Morel-Fatio se ha valido para la impresión, parece ser hecha en Aragón, a juzgar por las siguientes importantes observaciones, propias del castellano da esta comarca:
1: Conservación de los grupos iniciales cl, pl: clamados, pleno, plora.
2: De la d media: fryda, frydor, odi, piedes, creder.
3: El uso de los pronombres
meu o meo y seu, etc.

Lo que diximos de la lengua ebraica, griega e latina: podemos mui mas claramente mostrar en la castellana: que tuvo su niñez en el tiempo de los juezes e Reies de castilla e de leon: e comenzo a mostrar sus fuerzas en tiempo del mui esclarecido e digno de toda la eternidad el Rei don Alonso el sabio. Por cuio mandado se escrivieron las siete partidas, la general istoria, e fueron trasladados muchos libros de latín e arabigo en nuestra lengua castellana. La cual se estendio después hasta aragon e navarra e de allí a italia siguiendo la compañía de los infantes que embiamos a imperar en aquellos Reinos. Y assi crecio hasta la monarchia e paz de que gozamos primeramente por la bondad e prouidencia diuina: después por la industria, trabajo e diligencia de vuestra real majestad.
En la fortuna e buena dicha de la cual los miembros e pedazos de españa que estauan por muchas partes derramados: se reduxeron e aiuntaron en un cuerpo e unidad de reino.

Los franceses mosier. los
aragoneses mosen. los moros abicid. mulei. Assi que sera don en nuestro lenguaje en lugar de pronombre e aun devesse escrivir por breviatura como los pronombres latinos, o como lo escriven agora los cortesanos en roma: que por lo que nosotros dezimos don Juan: ellos escriben do joannes. Connombre (cognom catalán) es aquel que se pone después del nombre proprio: e es común a todos los de aquella familia, e llamase propriamente entre nosotros el apellido, como los estunigas. los mendozas.

Denominativos se pueden llamar todos los nombres que se derivan e decienden de otros nombres, e en esta manera los patronímicos, possesivos. diminutivos, aumentativos, e comparativos se pueden llamar denominativos. Mas propriamente llamamos denominativos: aquellos que no tienen alguna especial significación. I porque estos tienen mucha semejanza con los possesivos e gentiles: diremos agora juntamente dellos. Gentiles nombres llaman los gramáticos: aquellos que significan alguna gente, como español, andaluz, sevillano. Aunque Tulio en el primero libro de los oficios haze diferencia entre gente, nación, e naturaleza . porque la gente tiene debaxo de si muchas naciones. Como españa a castilla, aragon. navarra, portogal.

117. Gramática de la Lengua Vulgar de España. (Grabadito en madera que representa un ignente sol, en cuyo centro está la figura del Niño Dios sentado, con el mundo en su mano izquierda: encima de esta empresa, en una línea, este lema: In sole posuit tabernaculum suum)
Impresso, en Lovaina por Bartholomé Gravio. M.D.LIX. Con Gracia i priuilegio del Rei. -(Al fin.) Impresso, en Lovaina por Bartholomé Gravio. M.D.LIX.

8.°-31 hs. útiles sin foliación. - Signs. Aij -dIIIIj, ó sean 4 pliegos de impresión. Portada. - Texto.

Cuatro son, i mui diferentes entre si, los lenguajes, en que hoi día se habla en toda España. Al primer lenguaje llaman
Vazquense, que es la lengua de Viscaia, de la Provincia, i de Navarra: tiene su origen esta lengua, i reconosce por madre a la lengua Caldea, según dizen los dotos que la entienden: es mui notorio (como paresce a los graves varones) que esta es la mas antigua lengua entre todas las otras, que se hablan por toda España en este tiempo. Síguese tras esta, la Araviga, que es verdaderamente Hebrea, la qual tiene el lugar segundo, no solo por su antigua y noble descendencia, como también por haver escrito en ella muchos Españoles bien, i agudamente diversas obras en todas las artes liberales: esta se habla en el reino de Granada, i en parte de los reinos del ´Andaluzia (i con diéresis), de Valencia, i Aragón.
La tercera es la lengua Catalana; esta es verdaderamente Francesa, i trahe su origen de la provincia de
Cascoña, de la mui antigua ciudad de Limojes: hablase en ella en los reinos de Cataluña, de Valencia, Mallorca, Menorca, Iviça, Cerdeña, i aun en Napoles, tiene esta lengua su lugar inmediatamente junto a la lengua Araviga (dexando aparte muchas, i mui buenas razones) por esta solo, que, después de los Araves, no se han escrito en toda España tantos, tan buenos, i tan sotiles libros en prosa, i metro, como en esta lengua Catalana, tanto que todos los Italianos a una voz dizen, i confiesan, havér sido los Proençales inventores de sus trobas, de que hoi día tanto se precia la ingeniosa i prudente Italia: i la lengua Proençal, de que ellos hablan, es la mesma Catalana, lo qual ninguno duda, i si lo dudase, se prueva del pie a la mano por las mui antiguas obras de los Proençales, por el Dante, por el Petrarca, por el Bocacho, i principalmente por el veinteno Canto de su Purgatorio del Dante, en el qual haze hablar a su maestro, el gran Limosin, padre de poesia (e con diéresis), el divino Arnoldo Daniel, digo, le haze hablar en lengua de Limojes, o Proençal, do se vée claramente, que la Proençal, i Catalana son una mesma lengua.

El quarto lenguaje, es aquel, que io nuevamente llamo, Lengua Vulgar de España, porque se habla, i entiende en toda ella generalmente, i en particular tiene su asiento en los reinos de Aragón, Murcia, Andaluzia, Castilla la nueva, i vieia (
vella en chapurriau), Leon, i Portugal: aunque la lengua Portoguesa tiene tantas, i tales variedades en algunas palabras, i pronunciaciones, que bien se puede llamar lengua de por si: todavia no es apartada realmente de aquella, que io llamo vulgar, antes son vna mesma cosa, manaron de vna mesma fuente, tienen en todo, i por todo vna mesma descendencia, saluo que la Portuguesa se paresce algo mas con la madre de entrambas, la lengua latina. Por esto no embargante, licito es a cada uno apartarlas la vna de la otra, i de quatro que io hize, hazer cinco lenguas diferentes. A esta, que io nombro Vulgar, algunos la llamaron lengua Española, en lo qual, a mi parescer, erraron, pues vemos que en España hai mas de una lengua; i otras mas antiguas, que no esta, i de mas lustre, por los mas escritores, que han tenido. Otros la llamaron Castellana, dándole el nombre de la provincia de Castilla, donde (según se dize) ella mas floresce; lo qual, aunque no paresce desaforado, todavia es nombre ambicioso, i lleno de imbidia, pues es mas claro que la luz del sol, que los reinos de Leon, y Aragon tienen maior y mejor derecho en lengua Vulgar, que no el reino de Castilla, i esto por tres razones: la primera porque estando Castilla debaxo la sujeción de reies Moros, do no se hablava sino en Aravigo, en Aragon, i Leon reinavan reies Cristianos, en cuio reino entonces ia se hablava en la lengua que ellos quieren nombrar Castellana: la segunda, porque toda Castilla fue conquistada i reduzida a la lei de Cristo por la industria emparo, i favor de los reies de Leon i Aragon, echando della los Moros, que la posseian: la tercera, por quanto siendo los dos reinos sobredichos con ceptro i real corona adornados, Castilla era condado sujeto i dando parias al reino de Leon. Por las quales causas, i otras que adrede callo, ma parescio nombrarla no Española, ni Castellana, sino Vulgar, como siempre la llamaré en toda esta obra; porque siendo la mas vulgar, la mas usada, i la que mas tierra ocupa en toda España, fue necessario hallarle un nombre conforme a lo que ella es, para que se diesse a cada uno lo suio quitando todo perjuicio i contienda, i esto basta para lo que se deve saber acerca del nombre desta lengua, que al presente enseñar queremos. Esta lengua Vulgar tiene su origen de la latina, sino que con el comercio i aun con el imperio de muchas i mui peregrinas naciones, como Africanos, Godos, Vandalos, Vnos, Alanos i otras; queda tan mudada, i desecha de su propiedad, i natural ser, admitiendo en su habla palabras, acentos, y pronunciaciones estranjeras, que ha resultado, i venido a hazerse una lengua de por si, compuesta de la latina, i de las sobredichas; de tal manera que tenga mui mucho mas de lo latino, que de las otras, tanto que claramente se le parescia ser aquella mesma, que antiguamente se usava en Roma: por donde no sin causa se puede llamar esta nuestra Vulgar, lengua latina alterada, i corropida. Desta pues quiero dar al presente tales reglas i precetos, que todo hombre de qualquier nación que fuere, pueda mui facilmente, i en breue tiempo hablarla, i escriuirla mas que medianamente: lo qual, para bien y perfetamente hazerse, devia tratarse quatro maneras dichas Ortografía, Etimología, Sintaxe, i Prosodia; pero io, dexando estas dos postreras partes al uso comun, de do se aprederan mejor i mas facilmente; solo trataré de las dos primeras, porque dellas depende la conicion necessaria desta lengua, de manera, que esta obrezita será diuidida en dos libros; en el primero diremos de la Ortografía: i en el segundo i postrero trataremos de la Etimología: en cada uno de los quales (servando breuedad) se tratará no todo quanto se pudiere dezir, si no lo que a mi me paresciere ser necessario para la instrucion de un principiante...

(Del primer libro de este tratado, o sea del llamado De ortografía, damos cuenta en el año 1559 de la tercera parte de este Segundo Libro de nuestra Biblioteca.)

(En cuanto a la primera parte de esta curiosa Gramática, júzguese por lo que a continuación consignamos:)

La etimología, es la segunda parte de las reglas de bien hablar, cuia fuerça consiste en mostrar la origen i descendencia de las palabras, es a saber, que raiz tienen, que fuerças, quantos ramos, que hoja, que flor, i que fruta llevan; seame licito hablar con esta metáfora, pues es mui conveniente i apropiada a la materia en que tratamos. Todas estas cosas, de que tiene cargo la etimología, los antiguos Gramáticos las abraçaron debaxo deste vocablo de origen, o descendencia; i en verdad que lo hizieron mui bien i agudamente, en hacerlo assi. Estas descendencias se consideran de muchas maneras; pero entre ellas, una hai muy necessaria a los principiantes, sin la qual no se pueden tan fácilmente entender ni aprender lenguas peregrinas; digo, que una hai mui necessaria, la cual por los latinos Gramáticos fue llamada Declinación o Conjugación, que todo es una mesma cosa... Declinación, es forma i manera de entender las finales cadencias i variedad de las palabras con que hablamos en respondencia de macho, i hembra, persona, numero, i tiempo: cujas partes son quatro solamente, Declinación del Articulo, del Nombre, del Pronombre, del Verbo; porque las partes de la Declinación no pueden ser mas, de lo que fueren las partes declinables...

Los articulos son de aquella calidad en esta lengua, que son en la griega, Hebrea, Italiana i Francesa, hai de tres suertes dellos: El, que es para el Macho: La, que es para la Hembra: Lo, para el Neutro... Casos no tienen los articulos, i por esso hazen mal, los que fuera, antes contra su naturaleza, los quieren declinar por casos... El articulo
veril algunas veces se pone por el articulo feminino en aquellas palabras que comienzan por vocal; como el alma, el agua; lo cual se hace, porque la pronunciación sea mas suave: aunque también se pone el articulo feminino a las mesmas; como la alma, la agua.

Este mesmo articulo juntándose con palabras que comiençan por vocal, suele perder su e, i allegando tanto a su nombre, que se haga un cuerpo de entrambos; como el ojo, el estandarte, lojo, lestandarte...
Sigue la declinación del nombre y de todos los pronombres.
Declinación del verbo en sus tres clases: Modos: Indicativo, Imperativo, Subjuntivo, Comun e Infinitivo. Tiempos de Indicativo: Presente, Imperfecto, Perfeto, Venidero. De Imperativo: Presente de Subjuntivo (se dize Subjuntivo, porque es de tal condición, que necesariamente se le ha de añadir otro verbo, para que diga algo): Presente y Venidero.

El quarto Modo es por mi llamado Común, porque todos sus tiempos son comunes i dedicados para declarar aquellos dos Modos que los latinos dizen Optativo i Subjuntivo, que en la lengua latina todos los gramáticos nesciamente han repetido, poniendo unos mesmos Tiempos en diversos
Modos, do no era menester. Este Comun Modo, tiene tres tiempos, Presente, Imperfeto i Promiscuo.