100.
HORACIO. Un volumen en 8.° en pergamino, de 262 páginas. Es del
siglo XI. Al principio y al fin le faltan algunas hojas.
Tratando de este Códice los Sres. Denifle y Chatelain, dicen que es
sin duda el más antiguo de España que contiene las obras de
Horacio, pues algunos manuscritos de la misma obra que
se conservan en la Biblioteca del Escorial son del siglo
XIII y posteriores.
Llaman la atención en este antiguo
Códice la multitud de glosas o notas puestas en el margen y entre
las líneas, tan diminutas, que admira cómo pudieron escribirse.
Al principio de cada uno de los libros en que se divide esta obra
de Horacio, hay una viñeta de muy buen gusto, estilo de aquel
siglo. Pero se distinguen principalmente las que se ven al principio
del libro dirigido a Mecenas, y al comenzar el «Arte
poètica.»
101. LA CARTA DE SANTIAGO, Y CONCORDANCIAS DE LAS
CARTAS DE SAN PABLO. Un volúmen en 4.° en pergamino, de 370
páginas. Es del siglo XII. Este Códice se divide en tres
partes, que se escribieron en diversas épocas. La forma del escrito
de la carta de Santiago es completamente distinta de los
otros. Luego sigue una especie de repertorio, que comprende dos o
tres folios, donde se indican algunos asuntos de los que San Pablo
trata en sus cartas. Por último, y esto ocupa la mayor parte
del libro, están las Concordancias de las cartas de San Pablo,
con una introducción general de Rábano Mauro.
En este
tratado no hay división alguna. Únicamente se distingue la
separación de cada asunto o carta por medio de una inicial muy
grande de color encarnado, con algún sencillo dibujo. Al principio
de este Códice hay una nota, que también se lee en algún otro.
Dice así: «Este libro es de Santa María Dertusense. Si
alguno lo quitare, sea anatema.»
102. FORMA DE VISITAR A UN
HERMANO ENFERMO. Un volumen en 4.°, en pergamino, de 260 páginas.
Es del siglo XIV. Como en aquel tiempo los canónigos de esta
catedral vivían en comunidad, además de los ritos generales había
algunas prácticas especiales de esta iglesia.
En este Códice se
expresa en muy grandes letras todo lo que debía practicarse cuando
se tenía que administrar la Santa Unción a un Capitular,
así como la recomendación del alma y demás hasta
darle sepultura. También está el oficio de difuntos.
Es muy curioso por lo que se refiere a la parte antigua
histórica, lo que dice este Códice desde el folio 122 hasta su
conclusión. Se explica allí lo referente a la procesión que
se hacía por la catedral y el claustro en la mañana
del día de difuntos; y con este motivo se dan noticias de
mucho interés histórico. Se dice, que la procesión primeramente
irá al lugar donde estaban los sepulcros de los Obispos;
después pasará al de los sepulcros de los canónigos;
luego seguirá por la parte donde se hallaba el granero, y
entrará por el claustro a la casa donde residían en
comunidad los canónigos; volviendo después al claustro,
y dirigiéndose a la parte de detrás del altar de Santa
María, (el ábside) cantando una absolta en cada
uno de dichos puntos.
También se cita una puerta llamada
septentrional, y otra occidental.
Al principio de
este Códice hay algunas hojas truncadas que se refieren a la
administración del sacramento del bautismo.
103. SAN
GREGORIO PAPA. Un volumen en 8.° en pergamino, de 218 páginas. Es
del siglo XII. Contiene la exposición del libro de las Parábolas,
del Eclesiástes, Sabiduría, Josuè, Jueces, Reyes, Números, Éxodo,
Gènesis, y algún otro. Al fin hay un breve comentario sobre un
libro que se titula de «Jesús de Sirach». Tal debe ser el
nombre del autor, porque después dice: Explicit liber Iesu
fili Sirach.
Son de notar en este Códice algunas
hojas del principio y del fin, de letra cursiva muy antigua, y de una
pequeñez y claridad admirables. Los epígrafes de cada exposición
están señalados con letras encarnadas. En los últimos libros hay
un índice al principio. En uno de los últimos folios se ve un
espacio de unas dos líneas, con signos muy extraños que parecen de
música.
/ Nota:
https://archive.org/details/VetusLatina112SirachEcclesiasticus/page/n8/mode/2up
aparece Sirach (Ecclesiasticus) /
104. SERMONES
PANEGÍRICOS. Un volumen en 8.° en pergamino, de 688 páginas. Es
del siglo XIV. Contiene panegíricos de los Santos más
principales, y de algunas festividades y Misterios. Al principio hay
dos índices. Uno alfabético, y otro en el que están según el
orden del calendario, los nombres de los Santos y Misterios cuyos
panegíricos se hallan en este libro, expresando los folios que
comprenden. En algunos hay dos o más sermones.
Los asuntos
conforme a la costumbre de estos Códices, se indican en el texto con
letras encarnadas. En la primera página hay una nota de letra más
moderna, que dice «Sermones» y después «Número 15». Lo
que prueba que en algún tiempo ya se formó inventario de estos
libros.
105. HUGO DE SAN VÍCTOR. Un volumen en 4.° en
pergamino, de 149 páginas. Es de principios del siglo XIII. Contiene
las cinco septenas, quinque septenas, del expresado
autor, que comprenden hasta la página 9, al fin de la cual hay una
nota que traducida dice: «Concluye Hugo sobre las cinco
septenas.» Después hay unos soliloquios del mismo autor; la
exposición de algunos salmos de David; y un tratado
sobre algunas cuestiones del antiguo testamento. No hay
foliación ni índice.
Aunque el autor solamente se titula Hugo,
y hay varios escritores de este nombre, estos tratados pertenecen a
Hugo de San Víctor, Religioso de la Abadía de San Víctor
de París; por ello sin duda se le aplicó este nombre. Falleció
dicho escritor a mediados del siglo XII.
106. SAN GREGORIO MAGNO. Un volumen en 4.° en pergamino, de 270 páginas. Es de
principios del siglo XIII. Contiene las Homilías de
dicho Santo Padre. La primera es sobre el Evangelio que se canta el
Domingo de Ramos antes de la bendición de las palmas y ramos; y la
última se titula in natale virginis.
Después de estas
Homilías siguen varios sermones de Santos en idioma Provenzal,
que por los siglos XIII y XIV fue la lengua literaria en el Reino de Aragón, o sea el peculiar lenguaje de nuestro pais.
Dichos sermones, que comprenden 30 folios, hacen muy notable este
Códice por el idioma Provenzal con que están escritos; de
tal modo que en poco tiempo se han recibido cartas de algunos
centros literarios del extrangero, pidiendo copias
y noticias de este curioso escrito Provenzal, único
que existe en los Códices de esta iglesia.
107. BOECIO Y
ARISTÓTELES. Un volumen en 4.° en pergamino, de 594 páginas. Es de
últimos del siglo XIII o de principios del XIV. Contiene los Tópicos
de Boecio. Con este nombre se designaba en la filosofía
antigua cierto método o forma de argumentar.
Antes de esto hay un tratado con figuras de geometría; al
principio le faltan algunas hojas.
Después siguen los Tópicos
de Aristóteles, donde se ve gran multitud de notas en el
margen y en medio de las líneas. Merece notarse una curiosa tabla,
en la que se explica todo lo referente a la conversión de las
proposiciones, por un método sumamente ingenioso.
También hay varias figuras o líneas para aclarar y hacer comprender
lo que se explica en estos tratados.
Al principio de algunos de
los libros en que se divide la materia de este Códice hay un blanco.
Es porque se dejó la letra inicial para adornarla, según la
costumbre de aquel tiempo, y no llegó a verificarse. Esto manifiesta
que un amanuense era el que escribía el Códice,
y otro ú otros los que se empleaban en los dibujos de las
letras.
108. JUAN BIRIDAN Y ALBERTO DE SAJONIA. Un volumen de
400 páginas, escrito en cartulina. Es del siglo XIV. Contiene las
cuestiones sobre el arte antiguo, de Juan Buridan, que
fue profesor de la Universidad de París, y adversario
muy hábil y constante del realismo. El tratado de éste
comprende hasta el folio 44.
Después están las cuestiones
logicales de Alberto de Sajonia, que comprenden hasta el
fin. No hay división de títulos en este Códice, ni epígrafes que
indiquen los asuntos. Todas las cuestiones se distinguen con simples
apartados, faltando en algunos la letra inicial que se dejó para
dibujar, y no llegó a hacerse esto.
109. SERMONES. Un tomo
en 4.° en pergamino, de 450 páginas. Es del siglo XIII. No consta
quién es el autor. En la distribución de los sermones hay poco
orden, pues están intercalados los sermones de los Misterios
con los de la Santísima Virgen y con los panegíricos
de Santos; y como no hay índice, para registrarlos se
debe recurrir al epígrafe de cada sermón, que está
(esta en el original) señalado con letras encarnadas.
En algunos
asuntos hay más de un sermón. El final no está completo. Al
principio de este Códice se ve un número de letra más moderna; lo
cual prueba lo que hemos dicho tratando de algún otro Códice,
respecto a que en los tiempos pasados se formó inventario de
estos libros.
110. SUMA O COMPENDIO DE LA PENITENCIA. Un
volumen en 4.° en pergamino, de 273 páginas. Es del siglo XIV. Este
Còdice comprende varios tratados de distintos autores,
relativos todos a la penitencia. Primero hay algunas
instrucciones sobre la administración del sacramento de la
penitencia. A esto sigue un epígrafe que traducido dice:
«Principia el libro de las meditaciones de San Bernardo de
Claraval.» Luego hay otro tratado que se titula así:
«Principian las meditaciones de San Agustín, Obispo de Hipona.»
Sigue otro que dice: «Principia el libro de los Soliloquios de
San Isidoro.» Después otro que comienza de este modo:
«Principian los tres libros de Próspero sobre la vida
contemplativa y activa.
Sin duda por la relación que tienen con
las materias de este Códice, se añadieron los siguientes opúsculos.
Uno cuyo epígrafe dice: «Principia la útil ocupación de
Anselmo, que se titula, Misericordia de la Pasión del
Señor.» Después hay una oración de San Bernardo. Y por
último un oficio o rezo de la Pasión del Señor,
que es distinto del que se usa actualmente.
Al principio de la
primera plana hay una nota escrita con la misma letra que el Códice,
la cual traducida dice así: «Este libro es de Santa Maria de
Tortosa. Si alguno lo quitare, sea anatema.» La forma de dicha
nota manifiesta que este Códice fue escrito para esta iglesia.
Al final está en letras encarnadas hechas con cierto capricho y buen
gusto, lo que solía ponerse en algunos Códices: «Este libro se ha
escrito; el que lo escribió sea bendito.»