domingo, 8 de marzo de 2020

120-129




120.
BREVIARIO SEGÚN EL USO DE LA IGLESIA DE TORTOSA. Un volumen en 4.°
en pergamino, de 666 páginas. Es del siglo XIV. así este
Breviario como el del número anterior, se conoce que estaban
destinados por el uso diario de esta catedral, porque además de
contener algunos rezos ú oficios propios de esta iglesia, se dice en
los mismos el número de cantores que en el coro correspondían a
cada festividad.
En el que nos ocupa, después del Calendario hay
una especie de lista donde se expresan, como hemos dicho, las
festividades en que debía haber seis, cuatro, y dos cantores.
También está el oficio de la fiesta de San Rufo y el de la
octava. Al final hay dos o tres hojas de letra más moderna, que
contienen varias explicaciones y notas sobre la liturgia de esta
iglesia.

121. LECCIONARIO CON LAS HOMILÍAS. Un volumen en
4.° mayor, en pergamino, de 419 páginas. Es del siglo XIV. También
fue escrito este Códice para esta catedral, o sea para el coro;
sirviéndose de él en las lecciones los canónigos y
beneficiados a quienes correspondía por turno. Está
incompleto, pues al principio y al fin le faltan muchas
hojas. Por lo demás se halla en buen uso y se conoce que el trabajo
de este libro se hizo con mucha perfección. Todas las iniciales de
las lecciones están adornadas con dibujos de colores.

122.
HONORIO AUGUSTODUNENSE. ELUCIDARIO. Un volumen en 4.° prolongado, en
pergamino, de 164 páginas. Es del siglo XII. Al principio de la
primera página hay una nota de letra más moderna que dice,
Quoestiúnculae Theologicae. Después sigue este epígrafe:
Capitula Lucidarii. Las cuestiones se dilucidan en forma de
diálogo, figurando un discípulo que pregunta, y un maestro que
contesta dando la explicación.
Al principio de cada uno de los
libros en que se divide esta obra, hay un largo índice de todos los
puntos que se han de explicar. Después en las últimas hojas, que
son de otra época, hay los siguientes breves tratados. De la
Iglesia. De los sagrados órdenes. Del Sumo Pontífice. De la
dedicación de la iglesia. Del agua bendita. De las palmas y ramos,
etc. El final del libro está muy deteriorado y faltan además
algunas hojas.

123. EL EVANGELIO DE SAN JUAN. Un volumen en
4.° prolongado, en pergamino, de 204 páginas. Es del siglo XII.
Tiene los comentarios de Rábano Mauro, como los otros Códices de la
Sagrada Escritura de que hemos hecho mención; pero este es de época
más antigua, y de ahí que sea completamente distinto, así en el
tamaño como en lo demás del escrito, viñetas, etc.
En este
Códice se nota la particularidad de que el texto apenas ocupa una
quinta parte de cada página, a fin de dejar extenso margen para los
comentarios. También hay bastante distancia de línea a línea para
poner notas, viéndose allí muchas. Al principio de la primera plana
se ve con letra más moderna la nota que hemos copiado de otros
Códices: «Es de Santa María de Tortosa; si alguno lo quitare, sea
anatema» . Y al final después del evangelio de San Juan, hay una
página comentando las palabras de la profecía de Balaam,
Orietur stella ex Iacob.

124. COMENTARIOS SOBRE EL
MAESTRO DE LAS SENTENCIAS. Un volumen en 4.° mayor, en pergamino, de
242 páginas. Es del siglo XIII. No consta el hombre del autor. No
hay separación ni epígrafes que indiquen los libros del Maestro de
las Sentencias que se exponen en este Códice. Es de notar que los
comentarios principian por el libro segundo, como lo indican las
palabras de la primera página, que traducidas dicen: «Sobre el
principio del segundo libro del Maestro de las Sentencias propongo
una cuestión.»
En el folio 29 comienza el comentario al libro
primero, según lo expresa una nota de letra muy pequeña y de época
distinta que dice, Circa primum Sententiarum.
En los
folios 87 y 88 hay un índice de las cuestiones.

125. HUGO DE-NOVOCASTRO. Un volumen en folio en pergamino, de 292 páginas. Es
del siglo XIV. Principia este libro del siguiente modo: Incipit
secundus lecturae, Fratris Hugonis de Novocastro, Ordinis Fratrum
minorum, suppletus ab eodem.
Tal es el título que tiene. Su
contenido es una exposición o comentario del Maestro de las
Sentencias. El autor, que era un teólogo inglés,
(Nota: Novocastro : Newcastle : Castellnou etc...) vivió a
principios del siglo XIV. Dividió el libro en distinciones,
subdivididas en cuestiones, que se indican con números romanos en la
parte superior de cada página. Pero al llegar a la distinción XXI
se omitió el señalarlas. También se omitió desde esta distinción
hasta el fin del Códice, poner las iniciales del principio de cada
cuestión, que sin duda debían adornarse con dibujos como las demás,
y no se hizo; notándose que falta una letra y hay un claro en el
texto.
Al final está un índice muy completo de las cuestiones
que se tratan en este libro. Después del índice hay una nota, que
traducida del latín dice así refiriéndose al libro: «El que me
escribía, el nombre de Nicolás tenía.»

126.
FORMULARIOS PARA TODA CLASE DE INSTRUMENTOS. Un volumen en folio en
pergamino, de 114 páginas. Es del siglo, XV. Este Códice ofrece
especial curiosidad por la multitud de formularios que contiene,
redactados con mucha extensión y según derecho. No está completo.
Al principio le faltan algunas hojas, pues comienza el primer folio
por el instrumento de número XIV.
Aunque no hay foliación,
todos los instrumentos están numerados por su orden en el margen.
Además, al principio de cada instrumento hay un breve título o
epígrafe con letras encarnadas. Todos los instrumentos o formularios
de este Códice ascienden a 337, y aún faltan algunas hojas al fin.
De un mismo asunto hay varios formularios según las diversas
combinaciones y casos que pueden ofrecerse.

127. COMENTARIOS
A LOS LIBROS DE LAS DECRETALES. Un tomo en folio, en cartulina, de
238 páginas. Es del siglo XV. Este Códice se puede dividir en dos
partes; hasta la mitad del libro donde hay algunas hojas en blanco, y
desde allí hasta el fin. La primera parte comienza por los
comentarios del segundo libro de las Decretales, que tratan de los
juicios o procedimientos; no hay allí división ni señal alguna de
títulos ni capítulos. En la segunda parte están los comentarios a
los libros tercero y cuarto; y aunque tampoco hay separación de
títulos ni capítulos, cada caso que se resuelve está señalado con
letras más grandes.
También se observa lo que ya hemos dicho de
otros Códices; que la inicial quedó sin adornar, viéndose un claro
o blanco en el texto.

128. LOS CUATRO EVANGELIOS. Un tomo en
4.° en pergamino, de 394 páginas. Es del siglo XII. Al principio de
cada evangelio hay un índice y un prólogo. En el evangelio de San
Lucas el prólogo está sin concluir, pues sólo tiene algunas líneas
escritas, y siguen dos páginas en blanco donde parece que debía
concluirse.
Las primeras palabras de los evangelios son de letras
de muy buen gusto, y según el estilo de aquel siglo; siendo lástima
que las principales que sin duda hubieran sido muy notables, quedasen
por hacer, viéndose los claros donde debían estar. También son de
colores las iniciales de todos los capítulos y párrafos. Este
Códice a pesar de su mucha antigüedad se halla perfectamente
conservado.
Según se ve en el ultimo folio, después de los
cuatro Evangelios debían seguir en este Códice los Evangelios y
Capítulos para todo el año; pero probablemente se continuaron en
otro Códice.

129. SUMA O COMPENDIO DEL CÓDIGO DE
JUSTINIANO. Un volumen en 4.° mayor, en pergamino, de 234 páginas.
Al principio tiene un índice de los nueve libros en que se halla
dividida esta obra; pero le falta algún folio, pues comienza por el
índice del libro cuarto. Antes del primer capítulo, que se titula
de Sacrosanctis Ecclesiis, hay un breve prólogo que comienza
así, traducido del latín: «En nombre de Dios Padre, y del Hijo, y
del Espíritu Santo, principia la suma de todos los libros de leyes
promulgada por los jurisconsultos.» Siguen luego por su orden los
libros, que están indicados en la parte superior de cada folio. Los
capítulos se indican en el margen con números romanos; y los
epígrafes de cada asunto o cuestión están como es costumbre en
estos Códices, con letras encarnadas a continuación del texto. Las
iniciales de los capítulos son todas de colores, y las del primer
nombre de cada libro están adornadas con dibujos.
Este Códice
además del mérito de su antigüedad, tiene la especialidad de ser
muy raro en las bibliotecas de Europa. Lo prueba, que al poco tiempo
de haber publicado los señores Denifle y Chatelain el Inventario
de los Códices de esta catedral
, en la Revista que ya hemos
dicho impresa en París, titulada Revue des Bibliothéques, un
publicista de aquella ciudad nos escribió pidiendo copia de algunos
capítulos de este Códice, para completar y ampliar según dijo, una
obra de derecho regional que había publicado en Francia hacía pocos
años.