Así pues un día el tirano Gabardón acudió en busca de ayuda a un amigo suyo, el valeroso y arrogante Guara, para que rompiera dicha unión. Siguiendo las órdenes de Gabardón, Guara cogió su cayado y partió en dos el macizo montañoso de un golpe seco, separando a los dos enamorados para siempre, y creando la brecha del río Flumen al cual derramaría sus lágrimas Gabardiella eternamente. Gratal, al verse separado de su amor para toda la eternidad, clamó venganza, y al anochecer mientras Guara dormía, alzó su propio picacho y lo clavó en el corazón del gigante dormido permaneciendo así hasta hoy.
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domingo, 8 de marzo de 2020
Gratal, Gabardiella, Guara, Flumen,
Cuenta la leyenda, que cuando la tierra era plana y comenzaban a crearse las montañas comenzó una historia de amor entre Gratal y Gabardiella, dos amantes enamorados que estaban unidos por un precioso macizo montañoso. Gabardón, padre de la bella Gabardiella, era reacio a esta relación ya que Gratal era mucho más mayor que Gabardiella (cielos!) y simbolizaba la antigüedad, la vejez y la muerte.
Así pues un día el tirano Gabardón acudió en busca de ayuda a un amigo suyo, el valeroso y arrogante Guara, para que rompiera dicha unión. Siguiendo las órdenes de Gabardón, Guara cogió su cayado y partió en dos el macizo montañoso de un golpe seco, separando a los dos enamorados para siempre, y creando la brecha del río Flumen al cual derramaría sus lágrimas Gabardiella eternamente. Gratal, al verse separado de su amor para toda la eternidad, clamó venganza, y al anochecer mientras Guara dormía, alzó su propio picacho y lo clavó en el corazón del gigante dormido permaneciendo así hasta hoy.
Así pues un día el tirano Gabardón acudió en busca de ayuda a un amigo suyo, el valeroso y arrogante Guara, para que rompiera dicha unión. Siguiendo las órdenes de Gabardón, Guara cogió su cayado y partió en dos el macizo montañoso de un golpe seco, separando a los dos enamorados para siempre, y creando la brecha del río Flumen al cual derramaría sus lágrimas Gabardiella eternamente. Gratal, al verse separado de su amor para toda la eternidad, clamó venganza, y al anochecer mientras Guara dormía, alzó su propio picacho y lo clavó en el corazón del gigante dormido permaneciendo así hasta hoy.