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miércoles, 1 de septiembre de 2021

Miquel Cardona, Luis Ponç, Senyor Rey en Castella

 

Als molt honorables e savis senyors mossen Miquel Cardona e frare Luis Ponç embaxadors per lo Principat de Cathalunya tramesos al Senyor Rey en Castella. Molt honorables senyors. Rebuda havem vostra letra feta part en Cartar e part en Calaforra (Calahorra, La Rioja) per la qual stesament restam avisats de totes les coses fins a la jornada. Havem molta contentacio de la copia dada a la Magestat del S. Rey de les instruccions e del bon recapte que vos frare Luis Ponç haveu dat al queus ere comes. De vosaltres alre nos sperave. E axi matex dels tres caps dels quals de paraula haveu suplicada la sua Excelencia. Nostra desig fora si a Deu fos stat plasent lo dit S. Rey hagues feta la resposta pero pus es diferida per Asona cove en tota manera aquella haver e ab tot cregam a la hora de ara sera feta he vosaltres sereu expedits. Encara vos pregam e encarregam si axi no ere doneu orde se haje decontinent certificants nos de aquella per correu volant. E si clara e ab efecte sera haurem ho a molta gracia qual se vulle empero sie la dita resposta vingue lo hu de vosaltres e laltre reste fins haje altre avis de nosaltres si empero a vosaltres ere vist deure abdosos romandre rematem ho a la bona delliberacio vostra. Una cosa empero nous oblit ço es que expedits ho no tremateu per via segura de continent En Franci Fuster qui ab vosaltres es com lo hajam molt necessari. A vos mossen Miquel Cardona no freture salconduyt de França car per vos e altres se ha ja provehit a la seguretat. Placieus saludar nos molt lo noble don Johan de Cardona lo qual com a bon cathala fa la que virtuosament ha acostumat. Dell alre nos pot sperar. E per lo semblant aquest Principat de bona voluntat enten fer per ell tot lo possible. En lo fet de la galea nos pot entrar fins sie de vosaltres cobrada resposta de les negociacions que teniu entre mans e aço per bona causa e semblantment nos saludareu molt don Jayme Darago e son fill Ferrando de Bolea e tots altres queus sera vist. Per laltre corren ab lo qual vos trametem la present duplicada haureu credit per esser socorreguts aqui de diners. E sie la Santa Trinitat proteccio de tots.
Data en Barchinona a VII de octubre del any MCCCCLXIII. - Los deputats del General et cetera.
Domini deputati et cetera.

domingo, 28 de junio de 2020

CAPÍTULO XVIII.


CAPÍTULO XVIII.

Estado de las cosas de España, y de los gobernadores que vinieron a ella; presa de Corbins y Arbeca, pueblos ilergetes.

La pérdida de las décadas de Tito Livio ha oscurecido casi lo mejor de los hechos de nuestros ilergetes y de los demás españoles, y puesto en olvido lo que aconteció por estos reinos; de donde viene que todos los que escriben de estos tiempos, pasan tan de corrida, como cosa de que no tienen nada que decir ni afirmar con certeza. No dudo yo que después de haber pasado todo lo que queda dicho, quedarían herederos y descendencia de Belistágenes o de su hijo, príncipes de los ilergetes, que poseerían en devoción del pueblo romano aquellos pueblos; pero tengo también por cierto, que esta devoción no sería de mucha durada, porque estaban los romanos tan deseosos de tener guerra con Ios españoles, y por ocasión de ella merecer triunfos, ovaciones, coronas, adquiriendo riqueza y reputación, que ellos mismos aborrecían la paz y sosiego; y eran tantas las sobras y tiranías que usaban con los españoles, que ellos mismos eran causa y ocasión que cada día hubiese levantamientos y tomasen las armas contra ellos, para librarse del yugo tan pesado en que estaban metidos; pero el fruto y provecho de estos levantamientos y empresas no era para ellos, sino para los romanos, que, con título de rebeldes al senado y pueblo romano, de fementidos y perjuros, les quitaban la hacienda, tomaban los pueblos, y a veces los vendían por esclavos, y ellos quedaban ricos, atrayendo a si todo el oro y plata que podían, para meterlo en Roma en sus triunfos y ovaciones, ganando reputación entre los suyos y buen nombre en aquella ciudad; y lo que más era de lamentar fue, que jamás tuvieron los romanos guerra en ninguna provincia de España, que, para sojuzgarla, no se valiesen de la gente de otra provincia de España; y era tal la desdicha de los nuestros, que jamás se supieron unir y juntar todos, y hacer un cuerpo para echar a los romanos, porque si así lo hicieran, es cierto que quedaran libres de enemigos tan continuos, codiciosos y pesados; pero la poca confederación y discordias de los nuestros, admitió los extranjeros, y aún los engrandeció: y esta ha sido siempre la felicidad de las naciones bárbaras que han llegado a España, de cartagineses, romanos, godos, moros y otros, que nunca les ha faltado el favor y socorro de los naturales, que son los que después lo han llorado, cuando la experiencia les ha enseñado ser imposible el remedio.
Sucedió a Marco Catón en el gobierno de Cataluña, que era provincia de la España Citerior, Sexto Degio y de la Ulterior Publio Scipion Nasica, que era hijo de Cayo Neyo Scipion, aquel de quien queda dicho que murió a manos de Mandonio e Indíbil y sus ilergetes. Sexto Degio tuvo algunos encuentros con los vecinos del Ebro que, cansados de los inmoderados y excesivos tributos que les pedía, tomaron las armas diversas veces con gran daño de sus romanos; y si no le valiera Scipion, que estaba en Portugal, quedara del todo perdido y acabado. a estos sucedieron, Cayo Flaminio en la Citerior, y Marco Fulvio Flavio Nobilior en la Ulterior; y respetando Flaminio el valor de los españoles, porque no tenía el ejército ni el poder que los otros procónsules habían tenido, no solo conservó la paz con ellos, sin hacerles sobras ni agravios, pero a sus armas más presto volvió las espaldas que la cara. Después de estos vino Lucio Emilio Paulo y el mismo Marco Fulvio fue confirmado otra vez, y gobernaron los años 189 y 188 antes de Jesucristo señor nuestro. Al año siguiente tuvimos a Publio Junio y Plaucio Hipseo: a estos fueron sucesores Lucio Manlio Acidino y Cayo Atinio, que gobernaron los años 186, 185; y los años siguientes de 184 y 183 fueron nombrados en Roma Lucio Quincio Crispino para la Ulterior, y Cayo Calpurnio Pisón para la Citerior; y en el entretanto hubo algunas revoluciones en Portugal, do murió Cayo Atinio que gobernaba aquella provincia (Lusitania), y Acidino tuvo guerra con los celtíberos, junto a Calahorra; y si no
llegara un poderoso ejército de tres mil soldados de a pie y doscientos de a caballo, todos romanos, y veinte mil infantes y trescientos caballos latinos, lo pasaran mal.
En el año siguiente fueron nombrados Aulo Terencio Varron para la Citerior, y P. Sempronio Longo para la Ulterior: a estos dio el senado cuatro mil soldados de a pie y cuatrocientos de a caballo, todos romanos, y cinco mil infantes y quinientos caballos latinos, para que con esta gente y caballos reformasen los ejércitos de España, y enviasen los soldados viejos a descansar, según era estilo de aquella república, que nunca olvidaba el premio ni descanso de los que bien habían servido. En tiempo de este Varron, los vecinos de Corbins, pueblo de los ilergetes, que está en un alto donde se juntan Segre y Noguera Ribagorzana, cansados de los romanos y de su insaciable codicia, tomaron las armas para librarse de ellos, y lo mismo hicieron otros pueblos vecinos, aunque lo calla Livio, y solo dice de Corbins. Sus palabras son estas (1: Liv., lib. 39, c. 42. ): Aulus Terentius in Suessetanis oppidum Corbionem vineis et operibus expugnavit, captivos vendidit; quieta deinde hiberna et citerior provincia habuit. Dice que Aulo Terencio, por fuerza de armas, con torres y cavas que hizo alrededor de ellas, tomó la villa de Corbion y vendió por esclavos todos los que tomó vivos. Por haber hecho mención en este lugar de la palabra vineis, explica lo que es este instrumento y dice fray Gerónimo Román en su República, que hoy llaman gato y los latinos vinee o vineas,
y era hecho de esta manera: tomaban madera lijera y delgada y tablas, y armaban una como tumba ancha, de ocho pies de altura, y de largo diez y siete; estaba muy llena de aldabas y asas; cercábanla y guarnecíanla por los lados de mimbres, porque aunque tirasen muchas pedradas y golpes, no se rompiese. Iba guarnecida y cubierta de pieles de animales recién muertos, y estos muy doblados, porque si acaso viniese fuego, no lo pasase fácilmente; y puestos dentro muchos hombres, iban con sus artificios muy apriesa, y llegando a los muros, los minaban y daban con ellos en tierra. Hacen mención de esta máquina Propercio, Vegecio, Lipsio y otros. Asímismo dice Livio, que vendió por esclavos a todos aquellos que cogió vivos en aquella ciudad. El modo como se hacían estas ventas era, que sacaban en lugar público a los que habían de ser vendidos, y les ponían guirnaldas en las cabezas, y con esta señal daban a entender que eran cosa de la república, para que los comprasen de mejor gana, por la seguridad grande que había en la venta; y esto era lo que dice Livio en otro lugar sub corona vendere. Asímismo a estos esclavos, para que fuesen más vistosos, les ponían en pie sobre una piedra algo levantada, y a los que eran vendidos así, decían que erant de lapide empti, esclavos comprados de encima la piedra; y si los tales eran ultramarinos, les pintaban los pies de una pintura o engrudo blanco, para que el que compraba supiese lo que compraba; y asímismo, cuando vendían otras cosas, hincaban una lanza en el lugar donde se hacía una almoneda, y a este tal modo de vender las cosas llamaban subhastare (sub+hasta o asta), que es lo mismo que ponellas debajo de la lanza o vendellas debajo la lanza o debajo la guirnalda. Con esta presa de Corbins quedó muy sosegada esta parte de Cataluña, y en todos los pueblos ilergetes nadie le osaba mover, escarmentados todos con el castigo que había hecho Terencio con los de aquella villa, el cual se quedó en Cataluña, donde invernó (se dice que dijo: recullòns, quína rasca fot), aunque después no le faltaron encuentros con los celtíberos, junto a Ebro, donde les tomó algunos pueblos.
Lo que aquí se puede dudar es, si este pueblo Corbion es Corbins; porque de las palabras de Livio se echa de ver claro que era en los suesetanos, región diferente, aunque muy cercana de los ilergetes, y Corbins, como hoy se ve, está entre Lérida y Balaguer, a la orilla de los ríos Segre y Noguera Ribagorzana, que es en medio de los pueblos ilergetes. Seguiré en esto la opinión de Gerónimo Pujades (1: Lib. 3, cap. 52. ), que siente ser Corbins, y siguiendo a Florián de Ocampo, halla que los ilergetes y suesetanos eran muy vecinos y rayaban en la vuelta del septentrion con los vascones, en cuya región moraban las suesetanos, que tomaron el nombre del pueblo de Sangüesa, que antes se llamaba Suesa, según parece en cartas públicas y privilegios que dice haber visto aquel autor, concedidos por el rey de Aragón y Navarra, donde está aquel pueblo; y así fue muy posible por razón de la vecindad, como vimos a Indíbil valerse de los suesetanos, como de vecinos que le eran, siempre que quisiese; y fue fácil cosa a Livio meter a Corbins en los suesetanos, extendiendo los límites de ellos hasta Segre, entendiendo que Corbion estaba en su distrito; y hácese más creíble esto, porque, entre los pueblos del reino de Navarra y merindades de ella no hallo ninguno que se llame Corbion, ni aun le sea semejante en el nombre, y es muy fácil a los autores forasteros, como era Tito Livio, alargar o estrechar los términos de las provincias, escusados de no haber estado en ellas.
Esta presa de Corbins fue año de 181, y el año después entró Varron triunfando en Roma, y llevó en el triunfo gran tesoro. Terentius, qui ex Hispania decesserat, ovans urbem iniit. Translatum, argenti pondo IX millia CCCXX; auri LXXX pondo, et duae coronae aureae pondo LXVII, que, según el traductor de Livio, eran mil trescientas libras (pondo, pound) de plata, ochenta y dos de oro, y sesenta y siete que pesaban las coronas del mismo metal; y Ambrosio de Morales, que lo reduce a la moneda de ahora, dice que las dos coronas de oro pesaban valor de setecientos ducados, y lo demás subía a valer poco menos de cien mil ducados; do se echa de ver la riqueza que había en España, pues no habiendo hecho otras conquistas, ni tenido otras victorias, sino esta de Corbins y otras de los celtíberos, llevó tanto tesoro a Roma.
En este mismo año fueron pretores en la España Citerior Quinto Fulvio Flaco, y en la Ulterior Publio Manlio. La primer cosa que hallamos haber hecho Fulvio Flaco, fue poner cerco en un lugar fuerte en los pueblos ilergetes llamado Urbicua, que hoy llamamos Arbeca, a fines del llano de Urgel (lo pla de Urgell), no lejos de los montes de Segarra, muy señalado por el insigne alcázar (alcássar, al-qasr árabe, que vinieron después) que tenían en él los duques de la casa de Cardona, señores que fueron de aquel pueblo y baronía. Los de este pueblo debían haber hecho algún gran movimiento, pues obligó a Flaco que luego diera sobre él: túvolo cercado muchos días, y le dio muy recios combates, y en ellos perecieron muchos romanos, y vinieron para socorrerle muchos celtíberos; pero no fueron poderosos para hacer alzar el cerco, aunque hubo muchas peleas y escaramuzas, porque siempre hallaron brava resistencia, y perecieron muchos romanos y otros quedaron heridos; y los celtíberos de cansados se volvieron, porque no se sentían con fuerzas para valer a los cercados, aunque hicieron todo lo que les fue posible, y así la ciudad fue tomada, saqueada y del todo destruida, y los despojos de ella dio el pretor a los soldados. Así lo cuentan todos, sacándolo de Tito Livio (1: Liv., lib. 40, c. 16. ), cuyas palabras son estas:
Fulcium Flaccum, oppidum hispanum, Urbicuam nomine, oppugnantem, Celtiberi adorti sunt: dura ibi proelia aliquot facta; multi romani milites et vulnerati, et interfecti sunt. Victi perseverantia Fulvii, qui nulla vi abstrahi ob obsidione potuit, Celtiberi, fessi proeliis variis, abcesserunt. Urbs, amoto auxilio eorum, intra paucos dies capta et direpta est; praedam militibus praetor concessit. Ha parecido traer estas palabras, para deshacer la opinión de algunos, que han afirmado que Arbeca era en la Celtiberia, lo que no dice Livio, sino que los celtíberos la socorrieron, aunque Pujades no quiere que Urbicua sea Arbeca, sino un pueblo llamado Ciutat, que está más abajo de la Seo de Urgel, en la ribera del Segre, en un alto, o Ciutadilla, que está (a) dos leguas de Arbeca, no muy lejos del monasterio de Poblet (1).
Alcanzada esta victoria, prosiguió este pretor su gobierno, que para la España tarraconense fue harto peor que una peste; pues en algunas batallas que tuvo con los españoles, afirma Paulo Orosio (2), natural de Tarragona, autor muy antiguo y grave, que en la España tarraconense mató veinte y tres mil hombres y cautivó cuatro mil; y Ambrosio de Morales, que lo saca de Tito Livio, dice haber muerto treinta y dos mil celtíberos, presos diez mil y novecientos caballos y ciento sesenta y dos banderas, lo que no hubiera sido, si no le hubieran favorecido otros españoles amigos suyos, que esta fue, como dije, la desdicha de estos reinos, que siempre tuvieron los romanos de su parte españoles por amigos, con cuyas fuerzas vencieron y destruyeron a los otros que estaban en desgracia de los romanos, y siempre salió de nosotros mismos el astil con que fuimos cortados.

(1) Pujad., lib 3, c. 53.
(2) Oros., lib. a, c. 20, in fine.

lunes, 29 de abril de 2019

RAMIRO I LUCHA POR CALAHORRA


2.24. RAMIRO I LUCHA POR CALAHORRA (SIGLO XI. CALAHORRA)

Cuenta la leyenda, que fuera recogida en forma de romance, cómo resolvieron los hermanos Fernando I, rey de Castilla y León, y Ramiro I, rey de Aragón, la contienda entablada entre ambos por la posesión de Calahorra, importante enclave del curso medio del Ebro en tierras riojanas. «Por quitar muertes y guerras», acordaron que lidiasen solamente dos caballeros, uno de cada bando, de modo que el vencedor obtendría la plaza para su señor, quien la dominaría en adelante.
Fernando, el monarca castellanoleonés, nombró para que le representara en la lid al famoso guerrero Rodrigo de Vivar, mientras Ramiro, el aragonés, depositaba su confianza en Martín González. Ambos paladines acudieron convenientemente pertrechados al campo de batalla convenido al efecto, entablando un duro y cruento combate cuerpo a cuerpo. Cuando ya estaban quebradas las lanzas y heridos ambos contendientes, Martín gritó bravuconamente al Cid que
«non volveréis a Castilla
/ni Jimena, vuestra esposa,
/jamás vos verá a su lado».
Rodrigo, enfurecido por aquellas palabras, se encomendó a Dios y comenzó a combatir a Martín con tales fuerzas, que lo derribó al suelo, segándole la cabeza con su espada.
Tras limpiar parsimoniosamente de sangre el arma y dar gracias a Dios por la victoria que acababa de lograr para su rey y su reino, se dirigió el Cid Campeador a los jueces de la contienda preguntándoles si debía hacer algo más para ganar definitivamente la ciudad, concluyendo éstos que, según el trato pactado, el rey aragonés Ramiro I había perdido todos sus posibles derechos sobre la misma. El rey Fernando se dirigió raudo hacia él para abrazarlo y felicitarlo. Calahorra sería en adelante castellana.
[Gella, José, Romancero Aragonés, págs. 48-49.]


Calahorra es un municipio y ciudad de la comunidad autónoma de La Rioja, España, perteneciente a la comarca de la Rioja Baja. Tiene 23.827 habitantes,4​ según los datos del INE para el año 2016, una extensión de 91,41 km² y una densidad poblacional de 260,5 hab/km². Ostenta los títulos de Muy Noble, Muy Leal y Fiel Ciudad. Desde los siglos IV-V es sede de la diócesis de su mismo nombre, que en tiempos pasados llegaba hasta el Cantábrico. Es la segunda ciudad de la comunidad autónoma de La Rioja en importancia y población tras la capital, Logroño y la más importante dentro de La Rioja Baja.


Destaca por su producción agrícola, sus viñedos y su antigüedad. Fue una importante ciudad romana: Calagurris Nassica Iulia que se hizo famosa con el asedio de Pompeyo pues prefirió que murieran de hambre casi todos sus habitantes antes que rendirse al enemigos (esta es la Fames Calagurritana simbolizada por la Matrona) y por su ceca que mantuvo hasta la Edad Media. Por ello ofrece una gran variedad de monumentos y rasgos históricos, fundamentalmente romanos. Calahorra, además, es cuna del gran maestro en oratoria Marco Fabio Quintiliano, autor de varios textos y maestro en la corte romana, y de uno de los mejores poetas cristianos de la Antigüedad, Aurelio Prudencio, autor del Peristephanon, catorce himnos dedicados a santos mártires (entre los que se encuentran los patronos de Calahorra: San Emeterio y San Celedonio). Como curiosidad, en honor a la ciudad se le otorgó a un cráter de Marte el nombre de Calahorra.


RAMIRO I LUCHA POR CALAHORRA (SIGLO XI. CALAHORRA)









  • Amela Valverde, Luis (2002) "Calagurris y la fijación de nuevos límites territoriales en la antigüedad". Kalakorikos, n.º 7, pp. 31-50.
    • Amigos de la Historia de Calahorra (2011). "Historia de Calahorra"
    • Catalán Carbonell, Fernando; Valoria Escalona, Miguel Ángel; Catalán Carbonell, José Joaquín (1970). "Conozca Calahorra y su comarca". Calahorra: Gráficas Numancia.
    • de Felipe Castillón, Jesús (2000). "Calahorra". León: Edilesa.
    • Gómez Fraile, José M.ª (2001) "Sobre la adscripción étnica de Calagurris y su entorno en las fuentes clásicas". Kalakorikos, n.º 6, pp. 27-70.
    • Gutiérrez Achútegui, Pedro (1959) "Historia de la muy noble, antigua y leal ciudad de Calahorra". Logroño: Talleres Gráficos de Editorial Ochoa
    • Schulten, Adolf (1927) "Las referencias sobre los Vascones hasta el año 810 después de J.C.". Revista Internacional de Estudios Vascos.



  • Ayuntamiento de Calahorra