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viernes, 27 de agosto de 2021

Marian Aguiló. Aubada.

AUBADA.





I.





L'estrella mes
lluenta


Poruga ja guayta;


Tremola agradosa


D'allá la muntanya.


¡Be n'haja
l'estrella,


L'estrella de
l'auba!





II.





Els galls que
dormian


Devall ses porxades


¿Qué´s lo que ara
veuen


Que tant y tant
cantan?


N'han vist qu'ix
l'estrella,


L'estrella de
l'auba.





ALBORADA.


I.


Miedosa va asomando
la más luciente de las estrellas, trémula y apacible se muestra más
allá de la montaña.


¡Bienhaya la
estrella del alba!


II.


Dormía el gallo en
la vieja rama que sombrea el vecino tejar. ¿Qué es lo que vio ahora
que así repite sus alegres cantares?


Ve asomar en el
oriente la estrella del alba.





III.


Les flors ajupides


P´el pes de la
roada


L'ambat les sorolla,


Els ulls xalests
badan


Y obiran rialloses


L'estrella de
l'auba.





IV.


Les boyres se
gronxen,


La lluna s'apaga;


Piulant els aucells


Estiran ses ales,


Perquè 'l sol envia


L'estrella de
l´auba.





V.


Cansats se condormen


Malalts y malaltes,


Y alegres somian


Visions d'esperança;


Qu'els mals y la
fosca


Defugen de l'auba.





VI.


¿Per qué 'l
monestir


Ventant ses campanes


Ja crida a matines


Escolans y frares?


Perque vol que resen


L´estrella de l´auba.





III.


Inclínanse las
flores bajo el peso del rocío, bésalas murmurando el aura leve y
abren gozosas sus ojos,
Y sonriendo saludan a la estrella del
alba.


IV.


Las nieblas se
mecen, escóndese la luna, las avecillas despiertan y pían
desperezándose las alas.


Es que llegó la
mensajera del sol, la estrella del alba.


V.


Aduérmese abatido
el enfermo y le halagan en su sueño bellas visiones de esperanza;


Que los males y las
sombras huyen del alba.


VI.


¿Por qué vibrando
en los aires la campana del monasterio llama ya a maitines a monjes y
escolares?


Quiere que recen, la
estrella del alba.





VII.


Estrella que 't
mostras


Quant fugen les
altres


¿Per qué 'm
desxondexes


Tant de matinada?


En lletres que lluen


Respon I' estel
d'auba:





VIII.


- Amich, aprofita


La vida que passa;


De fosca nasquerem,


La llum ens aguarda;


Del sol de la gloria


La vida n´es
l'auba. -

___

VII.


Estrella que naces
al morir tus hermanas, ¿por qué me despiertan a deshora tus
matutinos resplandores?


Con relucientes
signos responde la estrella del alba:


VIII.


- No desperdicies,
amigo, la vida que huye; la luz es la herencia de los que nacimos en
tinieblas;
Del sol de la eternidad la vida es el alba. -

____


jueves, 29 de julio de 2021

Á L´HORA DEL TRENCH DE L´AUBA.

II


Á
L´HORA DEL TRENCH DE L´AUBA.



MEDITACIÓ
Y SÚPLICA.



Deus, Deus meus,
Ad Te de luce vigilo.
(Salm LXII.)







Ab
la llum matinera de la diada,
Ab les gayes cançons del
passerell,
Oh Deu, mon Deu, desperta
L´ánima mía, pren
assedegada
Son vol rápit envers vostre Escambell.







II


Á
LA HORA DEL ALBA.




MEDITACION
Y SÚPLICA.



Con
la primera luz del día, con las alegres canciones de los pajarillos,
oh Dios, Dios mío, despiértase mi alma, y toma, sedienta de Ti, su
rápido vuelo hacia tu Trono.





Jau
lo còs en lo llit, mes ab dalera
Mon pensament s´enlayra fins á
Vos.



¿No
sou font sanitosa
Que la carn esmortuida regenera,
Que fa
s´alegri l´esperit dolrós?



Del
erm los solitaris en esta hora
La salmodia començan del matí;
Al
sò d´una campana,
Que´s sent de los pinars per més enfora,
Ab
fe us demanan lo socors diví.



Pare
nostre, qu´estau en les altures,
De resplendentes glories
rodejat,
Com l´ermitá us imploro;
Permeteume que conte
desventures,
Que us demane consol per caritat.



¿Lassa
còm no ha d´estar l´ánima mía
Si per tot vostre Nom veig
malehir,
Y, ensenyorint la terra,
Axecarse ab ergull la
flastomía,
Fahent als hòmens del Creador fugir?







Aun
ántes de levantarse de la cama el cuerpo, anheloso mi pensamiento se
remonta hasta Ti. ¿No eres la fuente de salud, que regenera la
enfermiza carne, que alegra el doliente espíritu?

Los
solitarios del yermo principian ahora la salmodia matutina; al són
de una campana, que resuena más allá de los pinares, con fe
impetran de Ti divino auxilio.



Padre
nuestro, que estás en los Cielos, rodeado de resplandeciente gloria;
como el ermitaño te imploro. Permíteme que te cuente desventuras;
que por caridad te suplique me consueles.



¿Cómo
no ha de estar angustiada mi alma, si por do quiera oigo maldecir tu
santo Nombre? Írguese estólida la blasfemia, enseñoreándose del
mundo; los hombres huyen de su Creador.





Lo
Regne de la pau y la bonesa
Que Vos vinguéreu á establir al
mon,
´Par que retut ne quedi.



Triunfa
lo mal, s´engrexa la vilesa,
Floca la guerra, la justicia´s
fón.



La
Voluntat del univers regina,
Qui del no-rés tragué los mars, la
llum,
La gran naturalesa;
La Voluntat, dels ángels lley
divina,
Menysprehada n´es de vanitat pe´l fum.



Guaytáu,
Senyor, desde lo trono altíssim,
Guaytáu... No hi há nengú que
fassa ´l bé;
La miseria ´ns atupa;
Per moltes parts hi falta
lo suavíssim
Pa d´esperit, y´l de lo còs també.



¡Ah!
Si d´amor la font veym estroncada
Y l´arbre de la ciencia
enmatzinat,
Si´l cor y el seny patexen;
La descarnida fam, la
set irada,
Del còs de molts gaudexen á ciutat.







El
Reino de la paz y la bondad, que Tú viniste á establecer en el
mundo, aparece derrotado. El mal triunfa, se engorda la vileza, es
aclamada la guerra, desconócese la justicia.

La Voluntad
reina del universo, que de la nada sacó los mares, la luz, la
grandiosa naturaleza; la Voluntad, divina ley de los ángeles; es acá
abajo despreciada, por el humo de los vanos caprichos.



Mira,
Señor, desde tu trono altísimo; mira... Nadie practica el bien. La
miseria nos azota. En muchas partes falta el dulce pan del espíritu,
y áun el del cuerpo.



¡Ah!
que se ha secado la fuente del amor; que se ha envenenado el árbol
de la ciencia. El corazon y el entendimiento sufren. Y por cima de
eso, la descarnada hambre, la rabiosa sed, se apoderan de muchos
infelices en las ciudades modernas.







Y
´ls contratemps los hòmens no sofferen,
Y, omplerts d´enveja y
de mortal rencor,
Foch del infern vomitan;
Los deutes de son
pròxim no alleugeran,
Y ´ls oys cobejan enjegant
l´amor...

L´ánima mía fins al moll dels òssos
Assabarada
d´amargor está.



L´ampla
terra consiro,
Y l´infantívol innocencia, trossos,
Ab vell
vestit, despellissada vá.



Aydat
de los plahers ab la falsía
Per fernos renegar vé el
tentador;
Ens breça, ens afalaga;
Per places y carrers, de nit
y día,
Rialler presenta lo pecat traydor.



¡Oh
Pare, Pare nostre!, ¿ens abandona
La omnipotencia? La que ´ls
lliris vest;



Y
á les aus boscatanes
En lo xarmat ivern socors les dona,
¿A
Satán nos entrega que ´ns envest?







Y
los hombres no soportan con paciencia los contratiempos; y, comidos
de envidia y de mortal rencor, vomitan fuego del infierno. No
perdonan las faltas del prójimo; abrigan, sí, los odios, cerrándose
al amor fraternal.



Mi
alma está anegada en amargura, hasta los tuétanos. Contemplo la
redondez de la tierra: la cándida inocencia anda por ahí
destrozada, con viejos arreos, horriblemente andrajosa.



Ayudado
de los falsos placeres, para hacernos apostatar, viene el tentador.
Nos acaricia, nos halaga; por calles y plazas, de noche y de día,
nos presenta risueños los más infames vicios.



¡Oh
Padre, Padre nuestro!, ¿nos abandona la omnipotencia? La que viste
los lirios del valle, y en el desnudo invierno ampara las aves del
bosque, ¿nos entrega á la furia de Satán?







¡No,
per ditxa!... Lo sol sa llum destrena,
Y de la boyra axuga ´l
regalim;
Sol de la pura gracia,
Envïaunos un raig de llum
serena,
Calor qu´axugui dels pecats lo llim...

Vejentme
past de l´infernal llobera,
Moltes vegades invoquí ´l sant
Nom;
Vos lo crit exoíreu
Y me lliuráreu de l´horrible
fera,
Perque sou sempre el lliurador del hom.



Aveníu,
donchs, bon Deu; per la clemencia,
Per la Mare puríssima eus ho
dich;
Ohíu la humil pregaria.
¡Daunos ajuda, santa
Providencia;
Agenollat posantme eus ho suplich!



Senyor,
vostra fortesa vencedora
Habite avuy en lo pregon dels cors;
Y
la virtut s´axequi,
Com al bes de la rohada animadora
S´axecan
ara les mostisses flors.

Janer 1871.







¡No,
por dicha!... El sol destrenza su cabellera de luz, y enjuga el
reguero de gotas caídas de las nieblas. Sol de pura Gracia, envíanos
un rayo de serena lumbre, cuyo calor enjugue el cieno de los pecados.



Viéndome
pasto del lobo infernal, otras veces invoqué el santo Nombre. Tú
oíste mi grito, y me libraste de la horrible fiera; porque Tú eres
siempre libertador de los humanos.



Vén,
pues, oh Dios. Por tu clemencia, por tu purísima Madre te lo ruego.
Acoge mi humilde plegaria. ¡Danos alivio, santa Providencia; te lo
suplico de rodillas!



Señor
tu invencible fortaleza habite hoy en lo profundo de los corazones. Y
levántese la virtud; como, al beso del vivificante rocío, se
levantan ahora las flores macilentas.