Mostrando entradas con la etiqueta Dueso Lascorz. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dueso Lascorz. Mostrar todas las entradas

domingo, 14 de junio de 2020

202. LA MORA DE LA BASA

202. LA MORA DE LA BASA (SIGLO XIV. GISTAÍN)

202. LA MORA DE LA BASA (SIGLO XIV. GISTAÍN)

Las naturales diferencias existentes entre los cristianos y los moros, que muchas veces fueron solventadas de manera violenta, produjeron, sin duda, sufrimiento entre las gentes sencillas de uno y otro pueblo, pero también a veces entre los poderosos que habitaban los palacios y las casas señoriales. No es de extrañar, por lo tanto, que muchos decidieran elegir la soledad, quizás a manera de protesta, como le debió suceder a la princesa mora de esta historia que, hastiada de tanto enfrentamiento, decidió perderse por las bellas montañas de Gistaín para hacer de ellas su morada, y más concretamente en la basa o pequeño ibón pirenaico cercano a Plan y a Saravillo, huyendo de la belicosa vida del llano o del valle.
Fue tan feliz allí y se identificó tanto nuestra princesa agarena con el ibón de cuyo paisaje hizo su morada —por eso se le llamará desde entonces la «basa de la mora»— que, cuando al cabo del tiempo murió, tanto su espíritu sencillo como su endeble cuerpo debieron quedar sepultados en el fondo pedregoso desus aguas siempre limpias.
El cuerpo de la princesa mora jamás ha sido hallado, pero es sabido que su espíritu se encarna cada mañana del día de san Juan de cada año, de modo que, cuando los rayos del sol inundan e iluminan por completo la sosegada superficie de la basa, su alma se hace visible. Surge entonces la princesa majestuosa, bella y joven sobre la superficie límpida del agua fría y baila con cadencia armoniosa una danza interminable. Aparece vestida con culebras de todos los colores que se enroscan en sus brazos y en sus piernas, y en torno a su cuello y su cintura. Llevan todas las sierpes incrustada pedrería de oro y corales, de plata y diamantes. Durante la mañana de cada día de san Juan, el espíritu de la princesa, que continúa sintiéndose libre, baila y baila.
Conviene, no obstante, añadir que nuestra solitaria princesa no puede ser vista por cualquiera esa mañana de San Juan de cada año, sino que sólo se hace visible a quienes previamente han purificado su cuerpo, o al menos su cara, en las aguas frías del estanque, siempre que tengan su corazón limpio.
[Dueso Lascorz, Nieus-Luzía, Leyendas de l’Alto Aragón, págs. 9-10.]

https://es.wikipedia.org/wiki/Gista%C3%ADn

Gistaín wiki en asturiano
Gistaín (n'aragonés Chistén, oficialmente Gistaín/Chistén) ye un conceyu d'España na provincia d'Huesca, Comunidá Autónoma d'Aragón. Tien un área de 75,90 km² con una población de 137 habitantes (INE 2016) y una densidá de población de 1,81 hab/km². Parte del so términu municipal ta ocupáu pol Parque natural Posets-Maladeta. Gistaín: llocalidá del Pirinéu aragonés asitiada nel Valle del mesmu nome: Gistaín. Les poblaciones que conformen esti valle son: Badaín, San Marcial, Salinas d'Ensin, Saravillo, Ensin, Señes, Serveto, Plan, San Juan de Plan, Gistaín (o Gistau). (Gistaín en llingua francesa soníu = Gistén), pronunciada la lletra G, na aguada española como CH (Chistén). Nel valle de Benasque denominóse d'antiguu al valle y a la llocalidá como: Gistau (en llingua francesa soníu = Gistó), que pola mesma regla anterior, la G, n'otros idiomes peninsulares tomar por CH = Chistau. El ríu Cinqueta naz nos montes del términu municipal de Gistaín, que'l so caudal que xunto coles agües que se-y amiesten pela so vera izquierda procedente de los montes de San Juan de Plan, va formar más del 90% Topar ente los valles de Bielsa y Benasque o Benás, tamién nel Pirinéu aragonés. El ríu Cinqueta percuerre'l Valle de Chistau dende la so nacencia n'El Pez hasta incorporase al ríu Cinca en Salina d'Ensin a la entrada del Valle. Chistén, nun tien ríu, anque'l ribayu de Foricón que pasa xuntu al pueblu desagua nel ríu Cinqueta nel términu de Plan. La carretera transpirenaica que xubiendo escontra'l túnel de Bielsa dexa a la derecha la esviadura del valle de Chistau onde s'atopa la llocalidá de Chistén / Gistaín. Dientro del so abigarrada arquiteutura destaquen dos torres defensives: La Torre de Casa Tardán y la Torre de Casa Rins. Y la torre de la Ilesia de San Vicente Mártir.

191. LAS TRES MORAS DE ZARAGOZA


191. LAS TRES MORAS DE ZARAGOZA (SIGLO X. ZARAGOZA)

Mohamed Altabill, rey moro de Zaragoza, estaba orgulloso de sus tres hermosas y jóvenes hijas a las que mantenía encerradas en palacio por temor a que pudiera sucederles alguna desgracia, pero tanto celo paterno desagradaba a las muchachas. Por lo tanto, no es nada extraño que un día de invierno las tres moras, que habían estado urdiendo un plan de fuga durante mucho tiempo, escaparan de palacio sin destino conocido.
Cuando el rey se enteró de la huida, preso de un sentimiento confuso, mezcla de ira y de temor, llamó a sus tres mejores alférecesAlí Malhalí, Alhor y Alshama— y les encomendó la búsqueda de las princesas. Cada uno de ellos tomó una dirección distinta.
Alshama —que estaba enamorado de Sobeya, una de las princesas— contrató a unos judíos expertos que lograron encontrar el rastro de las hermanas, lo que le condujo en dirección al Alto Aragón, pasando sucesivamente por Zuera, Huesca, Sierra de Guara y Boltaña, en plena tierra de cristianos, pues las tres hermanas huían en dirección a Francia para refugiarse allí, ya que eran conscientes de ser perseguidas. De nada le sirvió a Alshama reventar varios caballos por haber cabalgado día y noche, pues nunca lograba dar alcance a las fugitivas.
Cuando Alshama llegó a Boltaña, la gente del lugar le previno del inminente peligro que acechaba en la montaña nevada, aconsejándole que no se aventurara a seguir con la persecución pues las nubes del puerto presagiaban temporal. Pero el moro, creyendo tener ya al alcance de su mano a las fugitivas, desoyó los consejos y se dispuso a proseguir el viaje con sus hombres. Así es que, dejó atrás Aínsa, remontó el río Cinca aguas arriba y a punto estaba de llegar a las afueras de Bielsa cuando le sorprendió una violenta nevada, acompañada de una ventisca de muerte.
Un trecho más arriba, pues su ventaja era ya escasa, también las tres hermanas se vieron sorprendidas por el temporal, tanto que la nieve acabó con su huida al cubrirlas con un espeso manto blanco bajo el que perecieron heladas, y allí quedaron para siempre las «tres sorores», como les llamaron los cristianos, en el valle de Chistau. De Alshama, el alférez enamorado de Sobeya, nunca más se volvió a tener noticia.
[Dueso Lascorz, Neus Lucía, Leyendas de l’Alto Aragón, págs. 51-55.]