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domingo, 28 de junio de 2020

355. EL MAR RECONOCE A PEDRO DE LUNA COMO PAPA


355. EL MAR RECONOCE A PEDRO DE LUNA COMO PAPA (SIGLO XV. PEÑÍSCOLA)

El aragonés don Pedro de Luna era en aquellos momentos todavía Benedicto XIII, pero se había iniciado ya el principio del fin, cuando el mundo le había comenzado a volver la espalda. Estamos en 1415. Tras recibir a varias embajadas encabezadas por el propio Emperador, en las que el rey de Aragón, don Fernando I de Antequera, también participaba solicitando su renuncia al papado, don Pedro siguió terne (en sus trece) en su decisión agravando con ello el conflicto.

Estando en Colliure, donde recibió a los últimos embajadores, y presionado por el desarrollo de los acontecimientos, decidió apartarse a meditar en medio de la soledad y la calma del castillo de Peñíscola. Preparó en poco tiempo el viaje y se embarcó en la pequeña localidad francesa.

No es normal que el mar Mediterráneo presente ribetes bravíos, pero en esta ocasión, cuando el barco de Benedicto XIII había zarpado, se desencadenó una auténtica tempestad. Las olas eran de tamaño oceánico de modo que la nave de don Pedro de Luna desaparecía por momentos. Todo el mundo creyó llegado su último suspiro, de manera que —arrodillados en la bodega, puesto que en la cubierta se corría el riesgo de ser barridos por las enormes olas— los acompañantes pontificios imploraban a Dios.

Don Pedro de Luna, el Papa del Mar como se le denominó en alguna ocasión, desafió la tempestad y se encaminó a la proa de la embarcación. Arrodillado, mirando al cielo, solicitó la salvación para él y para los suyos si la Providencia le reconocía como verdadero vicario de Cristo, de manera que si no era así deseaba y solicitaba que la tempestad hundiera su nave.

Lo cierto es que la tempestuosa tormenta amainó casi en el acto y el mar quedó en absoluto reposo, aunque el cielo seguía enviando una auténtica cortina de agua. El pontífice, dirigiéndose a los suyos, que no daban crédito al portento, les gritó: «¡Proa al sur! ¡Vamos a Peñíscola!».
Aquella prueba divina, en la que el mar representó papel tan decisivo, le reafirmó en su idea de no renunciar a la dignidad pontificia. Peñíscola era el lugar perfecto para la resistencia ante los hombres.

[Simó Castillo, Juan B., Pedro de Luna, el papa de Peñíscola, pág. 161.]

martes, 23 de junio de 2020

316. EL CADÁVER DEL PAPA LUNA


316. EL CADÁVER DEL PAPA LUNA (SIGLO XV. ILLUECA)

Las grandes tribulaciones del papa/antipapa Benedicto XIII, el aragonés Pedro Martínez de Luna, sólo terminaron con su fallecimiento, ocurrido en su voluntario retiro de Peñíscola, en el año 1423. Pero, incluso después de muerto, su recia personalidad siguió dando origen a constantes y múltiples anécdotas y aseveraciones que circulaban de boca en boca, de reunión en reunión, incluso de crónica en crónica.

Benedicto XIII había recibido sepultura en la propia iglesia del castillo roquero que le había servido de baluarte y aún siete años más tarde de su inhumación tuvo lugar allí mismo un hecho ciertamente prodigioso e inexplicable, sobre todo para los más escépticos.

Narra el cronista Martín de Alpartir, quien fuera prior de la Seo zaragozana y camarero del antipapa, que tanto el Domingo de Ramos y como el día de Jueves Santo de 1430, a partir de la humilde tumba de Pedro de Luna, comenzó a extenderse por todas las estancias del castillo-fortaleza una fragancia extraordinaria, cual si fuera fruto del néctar de las más bellas y lozanas flores. Pero, según las crónicas, el aroma embalsamó, asimismo, el ambiente de toda la ciudad y alrededores.

En vista de tal prodigio, el entonces alcaide del castillo —ciertamente desconcertado y temeroso por lo sucedido— mandó aviso urgente al rey Alfonso V, que a la sazón estaba de visita en la villa de Cariñena, pidiéndole consejo sobre qué hacer ante tal prodigio. Entonces, don Juan de Luna, sobrino de Benedicto XIII y conocedor de lo ocurrido, imploró al monarca que ordenara al alcaide del castillo de Peñíscola que le entregase el cuerpo sin vida de su tío para trasladarlo solemnemente a Illueca, su patria chica.

El rey Alfonso V el Magnánimo, conmovido por aquella manifestación última del inefable don Pedro Martínez de Luna, cuya proverbial tozudez tantos problemas diplomáticos le había causado en vida, accedió a lo que se le solicitaba, de modo que el cuerpo incorrupto del antipapa fue llevado desde Peñíscola hasta Illueca y depositado en un sepulcro ubicado en la misma cámara del palacio donde había nacido.

[García Ciprés, G., «Ricos hombres de Aragón. Don Pedro Martínez de Luna (el
«antipapa»)», en Linajes de Aragón, II (1911), págs. 187-188.]

domingo, 8 de marzo de 2020

26-30




26.
PREPARACIÓN PARA EL ESTUDIO DE LOS LIBROS III, IV Y V DE LAS
DECRETALES. Un volumen en cartulina, folio grande, de 662 páginas.
Es del siglo XIV. Aunque no tiene foliación, como tampoco la tienen
la mayor parte de los Códices antiguos, en este se hallan muy bien
designados todos los tratados, porque en cada folio y en la parte
superior, está en letra encarnada el título de las Decretales que
allí se contiene. Además el primer nombre con que comienza cada
Decretal está escrito con letras muy grandes adornadas de colores.

Al fin de la última página de este Códice hay cuatro notas,
puestas separadamente y de un modo especial. Su contenido ofrece
mucha curiosidad, porque en ellas se hace alusión al Cisma de
Occidente
, o al tiempo del llamado Papa Luna, en que fue
escrito este Códice, y a otros hechos históricos. Para no quitar
nada del interés de estas notas, las copiamos en latín como están;
advirtiendo que hay algunas líneas raspadas posteriormente, porque
tal vez contendrían alguna expresión no muy conforme sobre el
asunto del Cisma, que tuvo divididas por muchos años a algunas
naciones católicas. Dicen así las notas.
«Iste liber
fuit incoeptus in Montepesulano (Mompeller, Montpellier) XX die
mensis Decembris, anno Domini MCCCXCIX et expletus in eodem
loco, die vero secunda mensis Aprilis, Domino Benedicto digna
Dei providentia Papae XIII, licet in Francia
(sic) et in Castella eum non obedientes (Después de esto hay
dos líneas que están raspadas) Et dictus Rex Francie cum
aderentibus... Collegio Cardinalium quod tunc erat instante...
Et eodem anno fuit depositus á subditis suis Rex Angliae
(Richardus II) et alius in Regem electus, et ille qui
depositus fuit in carceribus mortuus, licet Gualli multum
Anglicos impeterent, et hoc propter filiam Regis
Francie
, quam dictus Rex Angliae qui depositus fuit in...
Dominum Benedictum in palatio (Siguen otras dos líneas raspadas) tum
et captum contra et circumtenendo. Quod hoc est actum et scriptum die
sabbati, tertia die Aprilis mensis supradicti, anno Domini
MCCCC quo currebat annus centenarius de indulgentiis Roma,
licet multi abstinent propter Cisma.»

27.
EVNAGELIARIO, (Evangeliario) Un volumen en folio en pergamino, de 538 páginas. Es
del siglo XIV. Contiene los Evangelios de todas las Misas del año.
Está escrito en letras muy grandes, y las iniciales de todos los
Evangelios hállanse adornadas con dibujos de colores. Obsèrvase
que este
Códice está foliado; pero la foliación es de época
más reciente, pues la letra es distinta de la del texto.
Después
de insertarse todos los Evangelios, a continuación del folio 230
principia un Indice, que ocupa algunas páginas y parece truncado,
porque se intercalan allí los Evangelios que no están en lo demás
del libro.

28. LOS LIBROS DE EZEQUIEL Y DANIEL. Un volúmen
en folio en pergamino, de 335 páginas. Es del siglo XIII. Este
Códice es muy semejante a los del número 2, 12 y 23, que también
contienen algunos libros de la Sagrada Escritura. Todas las letras
del principio de los capítulos del texto, y de los comentarios, son
de diversos colores y están adornadas con dibujos. También hay
glosas o notas entre las líneas del texto. Además de los
comentarios de los lados, hay otros en el margen de letra muy
pequeña.
Al principio del libro de Daniel hay una
preciosa viñeta. La que había al comenzar el libro de Ezequiel
fue cortada. Esto manifiesta la facilidad con que en los tiempos
pasados hubieran podido desaparecer estos Códices, toda vez que sin
ningún temor o reparo se cortaban las viñetas, por alguien que tal
vez no conocía el mérito del Códice.
Al fin de la penúltima
página se lee una nota de distinta letra, que dice: Iste liber est
Domini, Dei gratia, Archiepiscopi Auxitani. Después debió
adquirirlo esta catedral; y por ello se observa que las dos últimas
palabras están algo raspadas y apenas pueden leerse.

29.
MISAL SEGÚN LA COSTUMBRE O RITO DE LA IGLESIA DE TORTOSA.
Un
volumen en folio mayor, en pergamino, de 876 páginas, además de los
37 folios del principio que no tienen numeración. Es del siglo XV.
Este grandioso Misal, aunque no es de los más antiguos de esta
iglesia, como obra de arte y de suntuosidad es de lo más notable que
se compuso en aquellos tiempos. Su estilo se diferencia del de los
otros Misales y Códices; las letras también son mucho más grandes.
Todo revela una obra monumental, así en la clase de pergamino que se
empleó, como en la profusión de adornos, pues los hay en todas las
iniciales de cada oración, y en las Epístolas, Evangelios etc.

Dicho Misal pesa nueve kilos, a pesar de que la
encuadernación es sencilla, y que sólo están las Misas de
las festividades, dominicas y ferias. No se sabe
el motivo de no haber puesto también las Misas de los Santos;
tal vez se tendría el proyecto de insertarlas en un segundo
tomo
del Misal, y no llegó a realizarse.
Al principio hay un
grandioso Calendario que ocupa doce extensas páginas. Además de los
días del mes, y de la luna, están las horas que tiene el día y la
noche de cada mes. Como este Misal se escribió para uso de la
iglesia de Tortosa, en las fiestas que en esta catedral se
celebraban con cierta solemnidad, se expresa el número de
cantores que debía haber en el coro. Después están las
advertencias que se hallan en todos los Misales, respecto a lo que
puede ocurrir en la celebración de la Misa; todo escrito en
letra muy grande. Luego siguen los Prefacios y el Cánon de
la Misa
. El Cánon principia con una bellísima letra inicial, y
todos los caracteres del mismo son mayores, como lo son también los
de las oraciones de las Misas.
Concluido el Cánon, al principio
del folio siguiente hay una inscripción con una preciosa inicial, la
cual inscripción traducida del latín, dice: «Principia el Misal
según la costumbre de la iglesia de Tortosa.» Desde allí en
adelante todos los folios están numerados. Sin duda no se numeraron
los anteriores, porque lo contenido en ellos no pertenece al rito
especial
de la iglesia de Tortosa.
Hállase este Misal
en tan buen estado de conservación como si ahora se acabase de
escribir. No hay señal alguna que indique haberse usado, ni siquiera
una vez; por otra parte sería esto muy difícil atendido su grande
volumen y peso. Discurriendo, pues, sobre el objeto que pudo
proponerse el Cabildo de aquel tiempo al disponer la confección de
este Misal tan suntuoso, es de creer que se inspiró en la idea de
hacer una obra monumental, dando con ello un grande honor al
acto más sublime de la religión cristiana, cual es el santo
sacrificio
de la Misa.
También podría ser que este
Misal, lo mismo que otros libros o Códices del archivo, tuviesen por
objeto servir de modelos autorizados, digámoslo así, para los
escribientes que se dedicaban a estos trabajos; facilitando de
este modo la propagación de los libros de liturgia.
Así se explica el que en este archivo existan muchos Códices,
en los que no se conoce que hayan prestado servicio alguno,
hallándose con tal pulcritud, como si fuesen libros que se
acabasen de imprimir en un establecimiento de los de mejores
condiciones.

30. SAN GREGORIO MAGNO. Un volumen en folio
mayor, en pergamino, de 392 páginas. Es de principios del siglo XII.
Comprende los Morales, Moralia, de dicha obra de San
Gregorio
desde el libro XI al XXII inclusive, lo cual indica que
los diez libros primeros debían formar otro volumen. Cada libro
principia con una hermosa viñeta de colores muy vivos, y con dibujos
según el estilo de aquel siglo. A pesar de su grande
antigüedad este Códice se halla muy bien conservado.
Obsérvase
que los folios están numerados; pero se ve que esto fue hecho en
época más reciente. Después del libro XXII, en la página que
sigue, hay un documento otorgado por el conde D. Ramón
Berenguer
en 29 de Mayo del año 1156. No se puede
calcular el motivo de haber insertado allí dicho documento,
que ya debe estar en otros libros o registros del archivo destinados
para conservar las copias de estos escritos.






lunes, 10 de junio de 2019

Tomo I, texto XXXVI, lo Rey, cardinali Ispanie


XXXVI.
Reg. 2252, fol. 113. 24 de setiembre de 1409.

Lo Rey. - Reverent padre en Christo e muy caro amigo. Nuevament havemos recebido vuestra letra contenient muytas nuevas deixas partes la qual cosa agradescemos muyto a la vuestra paternidat e havremos toda vegada muy gran plazer que nos en querrades escribir. Al feyto del vuestro missatgero de que nos havedes escripto que vos merevellades muyto como lotro dia fue preso en Gerona vos respondemos que la vuestra paternidat no sen deve merevellar como ell dius color de traher a nos vuestras letras ne trahia muytas otras no solament en nuestros regnos et terras mas en Castiella e en otras partes en las quales sembrava zizania dissencion e gran scisma e malas informaciones enamigas de toda verdat contra ell senyor sanct padre Benedicto XIII° el qual havemos por verdadero papa et vicario de Jhesuchristo e no dariamos paciencia por cosa del mundo que en nuestros regnos e tierras fuesse maltractado: porque reverent padre en Christo e muy caro amigo quando vos nos querredes escrivir dalguna cosa nos recebiremos vuestras letras con grand plazer segund que desuso es dito e aquell qui trahera vuestras letras sera por nos segurament recebido: mas gardese bien que no traha con si alguna cosa que sea contra el dito padre sancto ne letras semblantes a las dessuso ditas porque no hi tomariamos plazer. El dito padre sancto entrara dentro la ciudat de Barchinona en breves dias e deve fazer muytos actos entre los quales sera uno es a saber que deposara e dara por scismaticos vos e todos los otros cardinales que son estados a ell inobedientes. Certificamosvos ende porque no vos merevelledes si apres quel dito acto sera feyto no vos escrivimos como a cardinal quar nos qui aquell tenemos por verdedero vicario de Jhesuchristo havemos et somos tenidos seguir e especialment en lespiritual los decretos e ordinaciones suyas. E sea la sancta Trinidat vuestra continua proteccion. Dada en Barchinona dius nuestro siello secreto a XXIV días de setembre del anyo de la nativitat de nuestro Senyor MCCCCIX. - REX MARTINUS. - Dominus rex mandavit michi - Bernardo Medici. - Dirigitur cardinali Ispanie.