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jueves, 29 de julio de 2021

IV, Á LA VINGUDA DEL SENYOR.

IV

Á
LA VINGUDA DEL SENYOR.




Deus
ipse veniet,
et salvabit vos
.



(ISAÍAS:
Capítol XXV; verset 4.)



Boyrós
era lo día;
Del temple de Salem lo Rey profeta
Del Sacrifici
exía;
La veu del sant poeta
Poble, guerrers é sacerdots
movía.



Ab
l´arpa misteriosa
Lo Rey sòns misteriosos escampava:
Sa veu
maravellosa
De Jehovah exalçava
Lo Braç potent, la Gracia
victoriosa.







IV



Á
LA VENIDA DEL SEÑOR.



El
cielo estaba nublado; el Rey profeta salía del templo de Jerusalem,
de ofrecer un sacrificio; la voz del divino Vate atraía pueblo,
guerreros y sacerdotes.



De
su misteriosa arpa, el Rey arrancaba sonidos misteriosos; su
admirable voz ensalzaba el potente Brazo de Jehovah, su Gracia
victoriosa.



Cantava
la destresa
Dels inimichs de Deu, l´ardenta ira
Dins de son
cor encesa
Contra l´humil, que mira
En Deu l´únich consol de
l´orfanesa.



Contra
Vos, Senyor, deya,
É vostre Ungit, del Assia les maynades
Que
un temps l´odi desfeya,
Pe´l Maligne aplegades
Arman d´ira é
de fel son cor de teya.



É
sempre llum boyrosa,
É sempre la host del Bé queda retuda,
Ab
sa gloria confosa;
May vehem asseguda
La gent á l´ombra de la
pau ditxosa.



Los
hòmens estantissa
É esgrogahida l´esperança tenen;
Com
vïatjer que frissa
Son camí tots emprenen
Per la costa del
mal llenegadissa.



Digáu,
de les Altures
Oh gran Poder, ¿fugir atabuxada
Veurán les
criatures
La virtut? ¿Maltractada
La virtut ha de ser per mans
impures?”




Cantaba
la astucia de los enemigos de Dios, la saña encendida en su corazon,
contra los humildes que en Dios ponen el único bálsamo de la
horfandad.



Y
decía: “Señor, contra Ti y contra tu Ungido, las muchedumbres del
Asia, ántes desunidas por odios de tribu, ahora por el genio del mal
adunadas, arman de ira y de hiel sus pétreos corazones.



Siempre
dudosa luz; siempre las huestes del bien son derrotadas, y confundida
su gloria; nunca los pueblos se sientan á la sombra de la paz.



Los
hombres tienen marchita y amarillenta la flor de la Esperanza; como
viajero que lleva prisa, todos emprenden su camino por la resbaladiza
rampa del mal.



Díme,
oh gran poder altísimo, ¿veremos huír la virtud, arrojada de los
hogares? ¿Veremos cómo manos impuras maltratan la virtud honesta?”







De
rebent, quant exía
De los núbols un raig de blanca aurora
Que
la fosca aclaría,
La terra venidora
Devant lo Rey profeta
resplendía.



Son
pensament alçava
Les portes eternals; tota gojosa
Sa cara se
inflamava;
É á l´harpa silenciosa
Nova harmonía l´Esperit
dictava:



Reviu,
oh Patria mía,
Reviu com may ta sempiterna gloria;
Rodeja
l´alegría
Mon cor per la victoria
Que Jehovah nos dona en lo
gran día!



Baxa
de les Altures
Lo Braç de Deu, é omnipotent arranca
Les
nissagues impures;
La malvestat ja manca,
Lo crim en mig del
caminal aturas´!

“ ¡Furia de la batalla!
Lo Braç de
Deu netejará la terra,
De lleons ampla valla.
¡Còm poderós
los ferra!...
Mes ¡no! ¡lo pur Amor del cel devalla!...




De
repente, al brillar entre las nubes un rayo de blanca luz, que
disipaba la oscuridad, la tierra de lo porvenir se aparecía radiante
á los ojos del Rey profeta.



Su
pensamiento levantaba las puertas eternales; enardecíase regocijado
su rostro; y al arpa silenciosa el Espíritu de Dios dictaba nuevas
armonías.



¡Revive,
oh patria, revive como nunca tu sempiterna gloria; la alegría rodea
mi corazon por el triunfo que Jehovah nos ha de dar en el gran día!



Baja
de las Alturas el Brazo de Dios, y, omnipotente, arranca de la tierra
el predominio de las razas del mal; la iniquidad mengua; el crímen
se pára estupefacto en mitad de su camino.



¡Ardor
de la batalla! El Brazo de Dios limpia la tierra, ancha cerca de
leones. ¡Con qué poder los encadena!... Mas ¡no! ¡el Amor puro
baja del cielo!





Baix
d´esventada runa,
En mig del camp desert, á la mal hora
De
fredosa nit bruna,
Jau en la menjadora
Lo fill del Rey, pobret
sense fortuna.



Los
ángels aparexen;
¡Pau! repeteix la il-luminada
esfera;
Pastors allá conexen
La ditxa que´ls espera,
É
anyells de llet al Recent Nat ofrexen.



É
vénen de l´aurora,
Los reys de illes lunyanes, hont
oviran
L´estrella brilladora;
¿Veyèu camells que giran
É
á Éphrata s´en vénen benfactora?



Lo
mon se regenera,
Baxa claror de l´eternal Altura,
Lo Rey Ungit
impera,
S´esglaya l´impostura,
La humilitat arboran per
bandera.



Calláu;
viu establerta
La justicia en lo cor, sens ferhi nosa;
La porta
s´es oberta
De lo Ver, abans closa;
Hont se vulla la pau regna
complerta.



En
unas ruinas expuestas al vendabal, en campo desierto, á las altas
horas de oscura y fría noche, acostado en un pesebre, pobrecito sin
fortuna, está el Hijo del Rey.



Los
ángeles descienden; paz repite la deslumbrante esfera;
pastores conocen la dicha que les aguarda, y ofrecen tiernos
recentales al Recien Nacido.

“Y
vienen de las partes de la aurora los reyes de las lejanas islas,
donde vieron la brillante estrella. ¿Veis esos camellos que se
acercan, y llegan á la bienhechora Éfrata?



El
mundo se regenera; la luz desciende de los montes eternos; reina el
Rey Ungido; desmáyase la mentira; enarbólase la bandera de la
humildad.



¡Silencio!...
La justicia vive sin empacho, en el corazon; las puertas de la
verdad, ántes cerradas, hanse abierto de par en par; completa paz
impera por doquier.



É
la terra, corcada
Com un camp de blat mort, de nou s´estufa;
Lo
cel plou sa rosada
Qu´es el Just, y s´arrufa
Ab ses rencors
l´enveja malanada.



É
vénen, é cobrexen
Monts de Israël
los negres de l´Arabia;
Los de Sabá partexen;
É´ls deus de
la India sabia,
De marbre enrevoltats, se migpartexen.



Noves
virtuts sadollan
Lo llinatje humanal; los vents de guerra
No´s
mouen ni sorollan;
Les nacions de la terra
Devant lo Crist
plegades s´agenollan.



¡Hala!
¡hala! ¡L´aliança
Cantáu dels fills de Deu, pobles
extesos
Pe´ls camps de l´esperança!
¡Los grillons están
fesos!
¡L´hora s´en ve de vostra deslliurança!”



Diu
Davit. Ascoltaren
Poble, guerrers é sacerdots; é á una
Los
timbals ressonaren,
Contents ab sa fortuna,
É abraçantse ab
amor tots exclamaren:

¡Saludemlo, eix gran Día,

Día de glories, de inmortal ventura!

¡Ay! ¡lo mal nos perdía;
Pero en la Etat futura
Deu, Deu nos salvará! ¡Beneyt Ell sía!”

Febrer de 1869.




Y
la tierra, carcomida como campo de trigo muerto, de nuevo se
restaura; el cielo llueve su rocío, que es el Justo; y acobárdase
la envidia con todos sus rencores.



Y
vienen, y cubren montes de Israel los negros de la Arabia; parten los
de Sabá; y los marmóreos dioses de la docta India caen hechos
pedazos.



Nuevas
virtudes alimentan el humano linaje; ya no soplan los vientos de la
guerra; las naciones todas se arrodillan ante el Cristo.



¡Ea!
¡Cantad la alianza de los hijos de Dios, pueblos tendidos por los
campos de la esperanza! ¡Las cadenas están rotas! ¡Llega la hora
de vuestra libertad!”



Dijo
David. Pueblo, guerreros y sacerdotes escucharon contentos. Sonaron á
una los címbalos; y, abrazándose unos á otros, exclamaron:



Saludemos
ese gran día, día de glorias, de venturas inmortales.
¡Ay! ¡la
maldad nos pierde; pero en el tiempo futuro, Dios, Dios mismo nos
salvará! ¡Bendito sea!”

miércoles, 21 de julio de 2021

XVIII, LLUCH.

XVIII

LLUCH.

Son altes les montanyes, la verda cabellera D´alzines druïdenques cobreix los comallars; Lo Sol de Deu quant daura la matinal brumera Corona ´ls puigs de flames que lluhen com altars.



Et
erit in novissimis diebus praeparatus,
mons domus Domini in
vertice montium...
et fluent ad eum omnes Gentes.
(Isaiae,
cap. 2.) (*)

Son altes les montanyes, la verda
cabellera
D´alzines druïdenques cobreix los comallars;
Lo Sol
de Deu quant daura la matinal brumera
Corona ´ls puigs de flames
que lluhen com altars.

¡Lo vent be remoreja! ¡Lo bosch es un
sagrari!
Ressonan dins la selva les primitives veus;
Y surten
les sibiles del Lúcus, ab desvari,
Y ´ls sacerdots gentílichs
vestits ab blanchs arreus.

Remors de la Velluria, passáu com
un oratje;
Les áligues s´axecan del cim de los turons;
Raigs
de sol juguetejan baix lo fullam selvatje
Ab gotes de rosada que
penjan dels brostons.

(*) Esta oda obtingué “Menció
honorífica”, en lo certámen de les Fires y Festes, celebrat á
Palma lo día 15 de Setembre de 1881.



XVIII
LLUCH.

Son
altas las montañas; la verde cabellera de druídicos encinares ondea
en sus vertientes: el Sol de Dios, cuando enciende las brumas de la
mañana, corona de llamas las cumbres, que como altares
brillan.

¡Suspira fuerte el viento! ¡El bosque es un
sagrario! Resuenan en lo interior de la selva, las voces de los
habitantes primitivos. Las sibilas salen del Lúcus, tocadas de
divino furor; y aparecen los sacerdotes del Gentilismo, envueltos en
blancas vestiduras.

Voces de los antiguos tiempos, pasad como
la brisa. Levántanse las águilas sobre la cima de los cerros; rayos
de sol juguetean, bajo el nudoso ramaje, con gotas de rocío que
penden de los mirtidanos.







Brancams
de les pinedes, violetes de la vía,
Perfums de les boscuries,
olors del vent suau,
Formem un incesari pe´l trono de María;
Que
´ls núvols repartescan l´aroma en lo cel blau.

Fontanes
abscondides, brolláu, brolláu depressa;
Cantáu ab més dolçura,
rossinyolets de nit;
Y ab vostres harmoníes oferirèm
expressa
Cançó á la Santa Verge del fons de nostre pit.

Ací,
en mig de les penyes, s´eleva ´l Santüari;
L´Amor en antichs
setgles sos fonaments alçá.
¿De los moderns tal volta malnat
alè contrari,
Per odi trabucarlos voldría?... ¡No podrá!

Sobre
estes santes lloses, devant la negra Imatge
De la celestial Verge,
posaren sos genolls
Los qui la gloria cercan, los qui li fan
estatje,
Los afanyats de ditxa, los qui n´están sadolls.

Lo
rey sa real corona, lo duch sa forta espasa,
Lo llaurador sa
rella, sa barca ´l mariner,
Sagraren á María dins esta santa
Casa;
Y´l poble baleárich d´amor li feu dosser.

Los qui
´ls verjers colturan de Sóller y Pollença,
Omplint á grans
faldades lo porxo de fruyts d´or;
Los qui ab les ones lluytan,
d´Andratx en la defensa;
Los qui´ls rahims trapitjan morats de
Manacor;
Ramas de los pinares, violetas del camino, perfumes de
las selvas, olores de los céfiros, formemos incensario para el trono
de María: que las nubes repartan este aroma por el azulado cielo.




Ocultas
fuentecillas, saltad, saltad apresuradamente; cantad, cantad,
melodiosos ruiseñores de la noche; y con vuestras armonías
ofreceremos á la Santísima Vírgen expresa cancion, salida del
fondo de nuestro pecho.

Aquí, en medio de las peñas, se
levanta el Santuario. El amor en remotos siglos echó sus cimientos.
¿Tal vez los modernos abrigan en contra malsanas aspiraciones, y por
odio volcarlos quisieran?... ¡No podrán!

Sobre estas santas
losas, ante la negra Imágen de la celestial Vírgen, doblaron sus
rodillas los que buscan la gloria, los que ya la poseen, los afanosos
de felicidad, los que están hartos de ella.

El rey su real
corona, el capitán (lo duch) su invencible espada, el
labrador su arado, el marino su buque, consagraron á María bajo las
bóvedas de esta Santa Casa; y todo el pueblo balear le preparó en
ella el magnífico solio del amor.

Los que cultivan los
verjeles de Sóller y Pollenza, almacenando en sus desvanes el
abundante fruto de oro; los que, por el buen nombre de Andratx,
desafían el poder de las olas; los que pisan en el lagar las moradas
uvas de Manacor;


La mare carinyosa qu´espera la
tornada
Del qui la mar inmensa per son deber solcá;
L´esposa
benehida, la jove enamorada,
Lo noy ple d´esperances, lo consirós
anciá;

Tots pujan estes costes, tots duhen presentalles,
Per
ornar de María lo noble camaril;
Tots li demanen força del mon
en les batalles,
Y esperan obtenirne les gracies mil á mil.

Oh
santa Verge nostra, perleta mallorquina,
Sis setgles fa
qu´ascoltas la veu dels insulars;
Sis setgles fa qu´est trono de
forma gegantina
Bastiren, perque fosses la Reyna de ses
llars.

Has vist de nostra historia passar totes les gestes;
Al
peu de tes montanyes están los mallorquins;
¡Llibèrtalos,
Senyora, d´iniquitats ferestes,
Y de la bella Patria goberna los
confins!

Agost de 1881.





La
cariñosa madre que aguarda la vuelta del que, en cumplimiento del
deber, atravesó el inmenso mar; la bendita esposa; la jóven
enamorada; el niño, de esperanzas lleno; el anciano
meditabundo;


Todos suben estas cuestas, todos traen ex-votos
para colgar en el antiguo camarin de María; todos la suplican les dé
fuerzas en los combates del mundo; y esperan obtener de ella mil y
mil gracias.


Oh Santa Vírgen nuestra, brillante perla
mallorquina; seis siglos hace que escuchas la voz de los isleños;
seis siglos hace que te levantaron este trono de gigantesca forma,
para que fueses la Reina de la Isla.


Has visto pasar los
sucesos de nuestra historia; al pié de tus montañas están los
mallorquines. ¡Señora, libértalos de feroces iniquidades; sé Tu
el piloto de esta bella patria!


(V. nota 13.)

https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_Lluc

domingo, 8 de marzo de 2020

61-71

61. LOS
LIBROS DE JEREMÍAS E ISAÍAS, con las glosas o comentarios de Rábano
Mauro. Un volumen en folio grande, en pergamino, de 394 páginas. Es
de principios del siglo XIII. Este Códice es igual al de los números
2, 12, 23 y 28, que también contienen libros de la Sagrada
Escritura. Se 



comprende que en todos se adoptó la misma forma.

La viñeta del principio del libro de Jeremías fue
cortada. Antes de los Trenos o Lamentaciones hay otra
de muy buen gusto, que representa a dicho Profeta enfrente de la
ciudad de Jerusalén, y en actitud dolorosa, anunciando los
males que sobre ella habían de venir como justo castigo de sus
crímenes. También se ve otra viñeta al principio del libro de
Isaías
, alusiva a algún pasaje de las profecías que en él se
contienen.
Antes del libro de Jeremías hay un prólogo. Así en
este libro como en el de Isaías, los capítulos están señalados al
margen con números romanos de colores. Los comentarios son muy
abundantes; la letra de estos y la del texto es de una perfección
admirable, estando también adornadas con dibujos las iniciales de
cada capítulo.

62. HOMILÍAS DE ALGUNOS SANTOS PADRES.- Un
volumen en folio mayor, en pergamino, de 306 páginas. Es del siglo
XII. A pesar de su mucha antigüedad, y del servicio que se conoce
prestó en su tiempo este Códice, se halla en muy buen estado de
conservación, y se distingue de un modo especial entre todos los
libros del siglo XII, por su tamaño, pues aquellos no pasan de la
mitad de las dimensiones que tiene este. Además fue escrito con
caracteres muy claros, dejando gran margen en todos los folios,
aunque al parecer no debía ponerse allí ninguna nota, pues no la
hay en todo el libro, cosa que no se observa en los otros Códices
antiguos.
También se distingue este Códice por la profusión de
adornos en las iniciales de los capítulos, que ostentan colores muy
vivos, con los dibujos propios de aquel siglo, en algunos de los
cuales se ven caprichosas figuras. Al principio y al fin le faltan
hojas, no pudiéndose determinar cuantas sean porque no tiene
foliación. En el margen de los folios se ven muy claramente los
puntos agujereados para marcar las líneas; lo que prueba cuan
antigua era esta práctica.

63. CÓDIGO DE JUSTINIANO. Un
volumen en folio mayor, en pergamino, de 232 páginas. Es del siglo
XIV. Contiene los nueve primeros libros de los doce que componen el
Código de Justiniano. Tal vez entonces no se considerarían
indispensables los otros tres libros; o quizás su contenido estaba
resumido en algún otro Códice de esta catedral.
El que nos
ocupa se halla completo al principio y al fln, si bien está muy
deteriorado por la acción del tiempo, y por el mucho uso que se
comprende se hizo del mismo para el estudio del derecho romano. Lo
demuestra la multitud de notas y glosas que tiene de diferentes
letras y épocas.
Los nueve libros están señalados en cada
folio con letras y números de colores. Todas las leyes tienen al
principio algún adorno de color; también están adornadas con
dibujos las iniciales de los comentarios. En las notas que se
pusieron posteriormente hay gran multitud de pequeñas figuras,
muy
caprichosas, que revelan el gusto de aquel tiempo.

Pero lo
más notable de este Códice son las viñetas del principio de los
libros, de un estilo especial, distinto completamente de las que se
ven en los otros Códices.

64. TRATADO DE DERECHO CIVIL.
Un
volumen en folio grande, en papel cartulina, de 489 páginas. Es del
siglo XIV. No hay división de materias, ni está foliado este
Códice. Los asuntos se tratan en forma de casos que se proponen;
luego se explana el punto y se resuelve. Antes de cada caso se
indica la palabra o palabras con que principia la ley cuya doctrina
se va a exponer.
Comenzando por el prólogo, y por el caso que se
propone en la página 1.a se observa en todos los casos un
vacío o blanco, destinado a adornar la inicial del nombre con que
principia la ley; inicial que no llegó a ponerse en ninguno de los
blancos, y así han quedado, faltando por consiguiente la primera
letra.
No consta el nombre del autor. El final no está completo,
y faltan algunas hojas. Lo demás del Códice se halla en buen
estado; en el margen hay alguna nota de época más reciente.

65.
COMENTARIOS AL DECRETO DE GRACIANO. Un volumen en folio grande, en
pergamino, de 694 páginas. Es de últimos del siglo XIII o de
principios del XIV. Este Códice es muy semejante al de n.° 3; pero
en aquel está todo el texto de los cánones, y en este sólo se
indican las primeras palabras del cánon, y luego sigue la
explicación o glosa.
Las Distinciones y las Causas están
señaladas en la parte superior de cada página, y además en el
margen. Todo el escrito es de mucho gusto, con profusión de hermosas
viñetas adornadas con planchas de oro. La viñeta del principio del
libro fue rasgada.
Después del último cánon de la parte 3.°,
de Consecratione, o sea al fin del libro, hay cuatro hojas
añadidas de distinta forma y tamaño, que al parecer pertenecieron a
algún otro Códice de derecho canónico. En las dos últimas hojas
están los árboles de consanguinidad y de afinidad; después
de este último árbol hay una nota que traducida del latín, dice:
«Concluye el árbol del Maestro Juan de Dios,
sacerdote español» Deo gratias.

66.
JUAN TEUTÓNICO. SUMA DE CONFESORES.
Un volumen en folio grande,
en pergamino, de 656 páginas. Es del siglo XIV. Está dividido en
cuatro libros, que se subdividen en títulos. Unos y otros se indican
con iniciales y números (nú-ros en dos líneas en el original)
de colores en la parte superior de cada página. Los capítulos y
resúmenes de lo que se trata se señalan antes del texto con letras
encarnadas.
Este Códice todavía es más notable que el
anterior, por el grande número de viñetas y de letras adornadas con
dibujos y planchas de oro. Además se distingue del otro, en que en
la mayor parte de las viñetas hay dibujos de caras de hombres, de
santos, etc. Es de sentir que en las muchas vicisitudes que han
pasado estos Códices, se rasgase en el que nos ocupa la viñeta que
había en la portada, y las que estaban al principio de cada uno de
los libros en que se divide esta obra. Aún se ha salvado en el
primer folio una figura que representa al autor, vestido de
religioso dominico, escribiendo el libro. En la nota que hay
al fin se designa á éste con el nombre de Fray Tentónico,
de la orden de Frayles predicadores. Después del libro
cuarto, que es el último, hay unos índices muy completos.

67.
LOS LIBROS DEL LEVÍTICO, NÚMROS Y DEUTERÓNOMIO.
Un
volumen en folio mayor, en pergamino, de 373 páginas. Es de
principios del siglo XIII. Este Códice es muy parecido al de n.°
61, y forma parte de la colección que hay de libros de la Sagrada
Escritura. También tiene los comentarios de Rábano Mauro. Al
principio de cada uno de dichos tres libros está un prólogo y una
preciosa viñeta, menos en el libro primero de donde se rasgó.
Los
capítulos en que se dividen los libros están señalados en el
margen con números de colores. Las iniciales de cada capítulo
ostentan dibujos de muy buen gusto, y todo el Códice se halla
escrito con mucha perfección.

68. MILELOQUIO DE SAN AGUSTÍN,
compilado por Fr. Bartolomé de Urbino, llamado así porque
era Obispo de dicha ciudad. Un volumen en folio grande, en
pergamino, de 816 páginas. Al principio tiene una Tabla o índice
alfabético de todos los asuntos que se exponen por orden alfabético,
lo mismo que un diccionario. Al fin hay una indicación de las
materias que pueden adoptarse para los sermones (ser- sermones en
dos líneas en el original
) de varias festividades y de algunos
santos.
Como en los Códices anteriores, las iniciales de los
capítulos están adornados con dibujos. También hay algunas viñetas
que sirven de orla a toda la página, especialmente en los últimos
folios.
El autor pertenecía a la orden de Ermitaños de San
Agustín
. Ahí consta en una nota que hay al fin, antes de los
índices, que traducida dice: «Concluye el Mileloquio de San
Agustín, compilado por Fray Bartolomé de Urbino, de la orden
de Frailes Ermitaños de San Agustín
» Y en la última página
hay otra que dice: «Este libro ya ha sido escrito. El que lo
escribió sea bendito.»

69. PONTIFICAL ROMANO. Un volumen en
4.° mayor, en pergamino, de 304 páginas. Es del siglo XIV.
Atendiendo al objeto para que fue destinado este Códice, que eran
las funciones pontificales, se escribió con gran lujo. Llaman la
atención las letras de adorno, y las preciosas viñetas con figuras
y dorados, que aún conservan el mayor brillo. Al principio hay un
índice hecho en época posterior, y seis hojas que si bien tratan de
la misma materia que lo demás del libro, se comprende que fueron
agregadas, pues son de diferente letra y no están foliadas como el
Códice.
En el margen hay algunas notas. También se ve alguna
oración añadida posteriormente. Como la mayor parte de los actos
para los cuales se escribió este Códice eran solemnes, hay algunos
signos de música.

70. COMENTARIOS AL DECRETO DE GRACIANO. Un
volumen en 4.° prolongado, en cartulina, de 322 páginas. Es del
siglo XIII. Está incompleto y muy deteriorado. Al principio le
faltan algunas hojas, y al final deben faltarle muchas, pues tan sólo
comprende hasta la Causa XI de la segunda parte del Decreto de
Graciano, y esta parte tiene XXXVI Causas. También le falta la
tercera parte, de Consecratione.
No consta quien es el
autor de estos Comentarios. En las Distinciones, que forman la
primera parte, no hay señal alguna que indique su numeración,
porque si bien en el margen se ven algunos números, son poco
legibles.
Las Causas están numerados en la parte superior de
cada página.

71. COMENTARIOS SOBRE EL LIBRO I DEL MAESTRO DE
LAS SENTENCIAS.
Un volumen en 4.° mayor, en pergamino, de 204
páginas. Es del siglo XIV. En el margen hay algunas notas y citas
que se refieren a varios capítulos del libro. Al final se ve una
tabla o índice, que expresa las cuestiones que se proponen en las
cuarenta Distinciones de que consta el libro.
Después hay una
nota con el nombre del autor, que traducida dice: «Concluye la Tabla
del primero, de Fray Pedro de Atarrabia de la orden de Frailes
menores.» Deo gratias. Amen.