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lunes, 22 de junio de 2020

262. LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA FE


262. LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA FE
(SIGLO XIV. ZARAGOZA)

262. LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA FE  (SIGLO XIV. ZARAGOZA)


Los monjes del monasterio de Fuenclara —cenobio que cierta tradición sitúa en las proximidades del río Cinca, en la diócesis de Lérida— estaban siendo molestados constantemente por los hombres de los condes de Urgell, así como permanentemente por los bandoleros que tenían atemorizada la comarca.

Ante una situación tan difícil como aquella y tras mucho meditarlo, decidieron aceptar la propuesta que les hizo Miguel Pérez Zapata, señor de Cuarte, Cadrete y Purroy, y, a la sazón, gobernador de Aragón: les ofrecía que se trasladaran a una pequeña ermita levantada en Santa Fe, junto a Zaragoza, en el lugar que llegaría a ser importante monasterio cisterciense.

La comunidad de Fuenclara —ante los reiterados ataques que padecía y deseando vivir en paz para dedicarse por completo a la oración— encomendó a dos de sus más jóvenes monjes para que viajaran a inspeccionar el lugar que se les brindaba. Nada más salir del convento para emprender el viaje, fueron perseguidos y hostigados por los hombres del conde de Urgell (Urgel) hasta acorralarlos en la orilla del río Cinca, desbordado por las recientes lluvias torrenciales y, por lo tanto, imposible de vadear. Cuando estaban a punto de ser alcanzados por sus perseguidores, y ante la admiración y el asombro de aquellos desalmados, ambos monjes lograron atravesar el río tendidos sobre las cogullas de sus hábitos, que hicieron de embarcación segura.

Una vez solventado el peligro prosiguieron viaje hacia Zaragoza y de allí a Santa Fe, donde inspeccionaron el terreno. Estaba situado en la huerta que riega la Huerva y el paraje era rico y feraz, capaz de proporcionar el alimento necesario a la comunidad, así es que fue de su agrado.
Regresaron los dos monjes emisarios a su convento de Fuenclara y relataron a sus compañeros la excelencia del paraje que se les ofrecía, de modo que la comunidad entera decidió trasladarse a Santa Fe, donde crearon el monasterio que sería nuevo reducto de sus rezos.

[Zapater, Alfonso, Aragón...., tomo 15, págs. 2243-2244.]

sábado, 27 de julio de 2019

ORIGEN DE LA BARONÍA DE ESCRICHE


144. ORIGEN DE LA BARONÍA DE ESCRICHE (SIGLO XII. ESCRICHE)

Una fiera —los más creen que un descomunal y sanguinario lobo— tenía atemorizados a todos los habitantes del lugar de Escriche. No sólo descuartizaba a sus víctimas, sino que su piel era como el mismísimo acero, de modo que ni flechas ni espadas parecían hacerle mella pues salían despedidas. Los caminantes que sabían de su existencia daban grandes rodeos para no atravesar tan peligrosa zona, que muy pronto quedó totalmente despoblada. La noticia se extendió por todo el reino.

Un día se presentó ante el rey aragonés Alfonso II —hasta quien había llegado la noticia— un valiente guerrero diciendo que él se comprometía a dar muerte a la fiera, para lo cual tan sólo solicitaba una espada que fuera algo mejor que la suya y un gran espejo. Aunque extrañaron sobremanera las condiciones, fue aceptada su oferta.

El joven salió en su busca del feroz animal, sin que tardara mucho en encontrarlo. Al verlo, el monstruo se abalanzó furioso sobre el guerrero, que lo esperó con el espejo delante, apoyado en el suelo. Cuando el bruto vio reflejado su cuerpo en el cristal, titubeó unos breves instantes, pero los suficientes para que el bravo guerrero le introdujera certeramente la espada por la boca, único lugar vulnerable del animal.

Muerta la fiera, renació la calma en toda la comarca. Los habitantes que habían huido atemorizados regresaron a sus casas; la vida continuó. El rey, agradecido por tan valerosa hazaña y por el gran servicio que había prestado a la comunidad, decidió premiar al guerrero dándole en tenencia todo el territorio que pudiese recorrer en un solo día, naciendo de esta manera tan singular la que sería baronía de Escriche.
La letrilla de una jota inmortalizó hasta hoy la gesta:
«Nadie le tema a la fiera, que la fiera ya murió;
al revolver una esquina, un valiente la mató».


[Alfonso Zapater, Aragón pueblo a pueblo, tomo VII, pág. 1.014.]




Alfonso Zapater Gil (Albalate del Arzobispo, 19 de julio de 1932 - Zaragoza, 30 de mayo de 2007) fue un escritor y periodista español.

Pasó su infancia y juventud en su pueblo natal, Albalate del Arzobispo, que compartió con Urrea de Gaén. Su producción abarca todos los géneros: novela, teatro, ensayo y poesía. Ha obtenido importantes premios literarios, entre ellos el San Jorge (en su doble vertiente de novela y poesía), Padre Llanas, Ciudad de Barbastro, Ciudad de Jaca y el nacional de teatro Miguel Hernández. En 1981 fue finalista del Premio Nadal con El accidente.​ Publicó más de treinta libros, además de obras como Aragón, pueblo a pueblo (diez volúmenes), Historia de la jota aragonesa (tres volúmenes), Tauromaquia aragonesa (tres volúmenes) y Líderes de Aragón, siglo XX (cuatro volúmenes).


Desde 1966 escribía una página diaria para Heraldo de Aragón, «Zaragoza al día», donde mezclaba el reportaje, la crónica, la entrevista y el comentario o la opinión. En dicho periódico permaneció hasta su muerte el 30 de mayo de 2007.





  • Montserrat, Concha (31 de mayo de 2007). «Alfonso Zapater Cerdán, periodista y escritor»El País.






  • domingo, 12 de mayo de 2019

    LA RECONQUISTA DE AGUILAR DE ALFAMBRA


    2.66. LA RECONQUISTA DE AGUILAR DE ALFAMBRA (SIGLO XII. AGUILAR DE ALFAMBRA)

    LA RECONQUISTA DE AGUILAR DE ALFAMBRA (SIGLO XII. AGUILAR DE ALFAMBRA)


    Tras cruentas y reiteradas escaramuzas y auténticas batallas contra los musulmanes por toda la altiplanicie turolense, el rey Alfonso II de Aragón, el reconquistador de Teruel, pudo por fin apoderarse de Aguilar de Alfambra en 1170. Cuenta la leyenda cómo su castillo, hoy llamado de la Virgen de la Peña, sirvió de baluarte casi inexpugnable durante algún tiempo a todos los moros que andaban huidos y dispersos por la comarca y tras sus muros se hicieron fuertes, sin que los guerreros cristianos lograran rendirlos, por más denodados esfuerzos que realizaban.
    Sin embargo, la toma de Aguilar se mostraba totalmente necesaria para poder proseguir la tarea reconquistadora. Así es que los capitanes del ejército cristiano, al ver que no podían vencer mediante las armas a los aguerridos musulmanes empleando la táctica habitual, dada la dificultad existente para entrar en el castillo, decidieron utilizar otra estrategia, concibiendo un ingenioso plan para rendirlos.
    El plan a seguir era sencillo y consistía en reunir —con el mayor de los sigilos para lo cual tuvieron que atarles los hocicos— un enorme rebaño de cabras traídas de toda la comarca que fueron concentradas en una paridera cercana.

    Luego esperaron una noche sin luna, muy oscura, y les colocaron teas encendidas amarradas a los cuernos, lanzando a las bestias de esta guisa y por sorpresa hacia el castillo. Los musulmanes, muchos de los cuales dormían al abrigo de los muros de la inalcanzable fortaleza, despertaron asustados por tan extraño y desmedido ejército, salieron del alcázar y huyeron despavoridos entre aullidos, hasta terminar la mayor parte de ellos como cautivos.
    Del empleo de esta curiosa estratagema que los cristianos utilizaron contra los musulmanes procede el apelativo de chotos con que todavía se designa hoy a los habitantes de Aguilar de Alfambra.

    [Zapater, Alfonso, Aragón pueblo a pueblo, tomo I, pág. 60.]



    https://es.wikipedia.org/wiki/Aguilar_del_Alfambra

    Aguilar del Alfambra es una localidad y municipio de la comarca Comunidad de Teruel en la provincia de Teruel, en la Comunidad Autónoma de Aragón, España. Tiene un área de 39,04 km² con una población de 64 habitantes (INE 2016) y una densidad de 1,64 hab/km².

    Aparece como Aguilar en un texto de 1212. Durante la Edad Media y todo el Antiguo régimen, hasta la división provincial de 1833, fue tierra de realengo, quedando encuadrada dentro de la comunidad de aldeas de Teruel en la sesma del Campo de Monteagudo.

    viernes, 3 de mayo de 2019

    LA RECONQUISTA DE LUNA


    2.38. LA RECONQUISTA DE LUNA (SIGLO XI. LUNA)

    En la mente y en el deseo de los cristianos aragoneses estaba la toma del enclave de Huesca, una de las llaves que podrían abrir el camino hacia Zaragoza. Pero para ello era preciso ir eliminando paulatinamente otros obstáculos menores, como el que significaba la hoy villa zaragozana de Luna, situada al pie de la sierra de Luna, junto al río Arba de Biel. Preparada la correspondiente campaña, Luna fue reconquistada a los musulmanes, en 1092, por Sancho Ramírez, rey de Aragón y Navarra, al que sorprendería accidentalmente la muerte dos años después en el sitio de Huesca.
    Como en tantas otras ocasiones, la configuración del terreno sobre el que se asentaba el caserío había dado el nombre a la villa, que entonces era el de Monte Mayor, merced a su estratégica situación, y ante Monte Mayor se apostaron los guerreros de Sancho Ramírez.
    Dada la topografía del enclave, no era fácil apoderarse de la villa, a la que se cortó toda posibilidad de recibir refuerzos externos. Se estudió detenidamente la estrategia a seguir y se convino en esperar a que luciera en lo alto del cielo la luna llena para atacar de noche, como así se hizo.
    Tras la conquista de Monte Mayor todo fueron novedades, e incluso sus nuevos dueños cambiaron su anterior denominación por la de Luna, en recuerdo de aquella luna llena que iluminara desde el firmamento los edificios, las calles y las plazas de la villa, convirtiéndose así en el mejor aliado del rey cristiano y de sus tropas.
    [Zapater, Alfonso, Aragón pueblo a pueblo, tomo X, pág. 1.543.]







    LA RECONQUISTA DE LUNA

    Luna es un municipio y población de España, de la Comarca de las Cinco Villas, perteneciente al partido judicial de Ejea de los Caballeros al noroeste de la provincia de Zaragoza, comunidad autónoma de Aragón, a 65 km de Zaragoza. Tiene un área de 308,92km² con una población de 733 habitantes (INE 2016) y una densidad de 2,37 hab/km². El código postal es 50610.


    Desde el punto de vista eclesiástico, depende de la diócesis de Jaca que, a su vez, es sufragánea de la archidiócesis de Pamplona.

    Actualmente, lo que se conoce como municipio de Luna comprende los siguientes núcleos:

    Luna
    Júnez

    Su término municipal linda por el norte con el de la población de El Frago y con Agüero, al este con Valpalmas, Piedratajada y Gurrea de Gállego, al sur con Las Pedrosas, Erla, Sierra de Luna y Castejón de Valdejasa, y al oeste con los de Ejea de los Caballeros y Orés.

    Las mayores alturas corresponden al Fragal (856 m), que marca la divisoria entre Luna, El Frago y Orés; a Monlora (657 m); a la Peña del Valiente (620 m); y a Santiá (389 m), que marca la separación entre Erla, Luna y Ejea.

    Está atravesado de norte a sur por el río Arba de Biel, del que es afluente el río Júnez, así como diversos barrancos.

    Castillo palacio de los Luna o torre del reloj.
    Castillo de Villaverde (Luna).
    Castillo de Obano.
    Castillo de Yéquera.
    Iglesia parroquial de Santiago y San Miguel.
    Iglesia de Santiago de la Corona.
    Iglesia de San Gil de Mediavilla.
    Santuario de Nuestra Señora de Monlora.