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domingo, 28 de junio de 2020

Capítulo 2


CAPÍTULO II.

En que se describe el condado de Urgel.

En la región de estos pueblos Ilergetes, y a los extremos de ella y a las partes más cercanas al río Segre, está situado este condado, cuyos fines y límites a los principios fueron estrechos y solo ocupaban los montes más ásperos de él, que son los que están junto a la Seo de Urgel y confinan con el reino de Francia, tierra áspera, fragosa e inaccesible; pero después, a sus tiempos, por el valor y esfuerzo de los condes y de sus mismos vasallos, se fue dilatando y extendiendo por las orillas del Segre hasta llegar al Ebro, y por las orillas y tierra mediterránea de las dos Nogueras, Pallaresa y Ribagorzana, subiendo hasta el vizcondado y valle de Áger, y discurriendo desde la Seo de Urgel hasta Agramunt, y de aquí a Bellpuig y de Bellpuig a Lérida, que también fue de su condado; y comprende dentro de sí las riberas de Sió y Bragos, ríos que traviesan esta tierra y fertilizan con su riego muchos pueblos y tierras que están en sus riberas. Confina con la Noguera Ribagorzana, vizcondado de Áger, marquesado de Pallars, condado de Eril, condado de Fox (Foix) en Francia, vizcondado de Castellbó, condado de Cerdaña, ducado de Cardona, la Segarra, las riberas del río de Cervera, hasta la ciudad de Lérida, y con Segre, hasta volver donde se juntan él y Noguera Ribagorzana. Los pueblos más principales, y de los que se hacía principal y particular mención en las enfeudaciones que hacían los reyes de Aragón y condes de Barcelona a los condes de Urgel, eran: Balaguer, Albesa, Albelde, Menargues, Linyola, Agramunt, Pons, Monmagastre, Corrioles, Lo-Donzell, Vives, (recuerdos a Daniel Albesa Vives de Fuentespalda, Fondespala) Collfret, Tiurana, Oliana, Vilaplana, Altés, Puig-vert (en dos líneas, Puigvert, Puigverd). Oliola, Las-Puelles, Camarasa, Cubells, Mongay, Butzenit, Lorens y otros muchos que había vecinos a estos, y se comprendían todos con el nombre de condado de Urgel. Es generalmente todo él tierra fértil y abundante de trigo, cebada, avena y otros granos, y toda suerte de legumbres y frutas, y más en particular de almendras; y esto en tanta abundancia, que, no sin razón, le llamaron los antiguos granero de España, así como Sicilia de Italia. Cógese mucho aceite, miel y mucho salitre, y en algunas partes, vino. Abunda de grandes y dilatados prados en que pastoran infinidad de vacas, yeguas y carneros; y así eran grandes las rentas y provechos ordinarios que recibían los condes cada año, sin empobrecer ni vejar a sus vasallos, que comunmente casi todos eran ricos, y la tierra casi toda se labraba, y daba trigo y otros granos en abundancia, en muchas partes que el día de hoy solo sirven de prados para apacentarse en ellos el ganado. La tierra en los llanos es muy seca y gruesa, y llueve muy tarde en ella, que por ser toda ella tan desabrigada, con dificultad se detienen las nubes, por no haber montes vecinos a cuyo reparo y abrigo se detengan; pero el año que llueve, que suele ser ordinariamente de dos en dos años, es tal la cogida y fruto que sacan de aquella tierra, que un año solo hace olvidar la carestía y esterilidad de cuatro. En el llano que comunmente llaman lo pla del Urgel (el pla de l'Urgell en catalán de Pompeyo Fabra) corren tres ríos, que aunque poco caudalosos, pero dan grande provecho sus aguas: estos son el Corp, el río de Cervera y Sió, que bajan de los montes de la Segarra y desaguan en el Segre. Las riberas de estos ríos, y más la de Sió, están muy pobladas de lugares y abastecidas de todo género de frutas y hortaliza, y lo mismo es por toda la ribera del Segre. En medio del llano hay un lago que llaman de Ivars, por razón de un lugar vecino. De este se saca sal, y a no ser de ella tan abundante toda Cataluña, (son muy salaos los catalanes) si se beneficiara, valiera muchos ducados; pero como de Cardona y de la mar se saca tanta, no se hace caso de la de este lago. Suelen las avenidas del río de Cervera y de Sió, que reciben todas las aguas de la Segarra, de tal manera fertilizar y regar los pueblos de sus orillas, que el año que salen de madre queda aquella tierra cual otra Egipto con las avenidas y crecientes del Nilo; (sólo les faltan los cocodrilos a los payeses, por eso llevan Lacoste) y cuanto mayores son las avenidas de estos ríos, tanto mejores y más ciertos son los provechos que salen de aquella tierra. Abunda de todo género de caza, particularmente de perdices, conejos y javalíes; y finalmente, no falta en ella nada de aquello que es menester para el servicio y regalo de sus paisanos, y es todo el condado tan fértil, que, si abundan lluvias, con poco trabajo da abundantísimas cosechas y frutos. En el verano, en las llanuras, aprieta mucho el sol, así como en el invierno el frío. Los de los montes lo pasan mejor, porque durante el estío son muy frescos y en el invierno muy provistos de leña. La ciudad de Balaguer es de muy buen cielo y clima y muy sana, así como todo el condado, y entre otros lugares, es alabado de mejor cielo y clima el Terrós, del que, hablando Bernardino Gómez de Miedes arcediano de Murviedro y canónigo de Valencia, (de Alcañiz), en la historia del rey don Jaime el primero (jaime-i-conquistador.blogspot.com), dice estas palabras: es esta villa, según fama de los que por algún tiempo han residido en ella, de las más sanas de España, por la subtibilidad y pureza del aire y aguas o por algún buen vapor que sale de la tierra, el cual, recibido por los sentidos, purga el celebro de tal manera, que a los locos furiosos (como Manel Riu Fillat), y principalmente a los endemoniados (como Arturo Quintana Font), los llevan allí para que sanen; y está en refrán muy usado en Cataluña, en comenzar uno a enloquecer o endemoniarse: á este llévenle al Terrós.
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Texto con ortografía actualizada en parte: Con esta ocasión comenzó a tomar fuerza de armas, y reducir a la corona real algunas villas y castillos de estos barones, hasta que llegó a Terrès, villa pequeña y cercana a Lerida y Balaguer. - Es esta villa, según fama de los que por algún tiempo han residido en ella, de las más sanas de España, o por la subtilidad y pureza del ayre y aguas, o por algún buen vapor que sale de la tierra. El cual recibido por los sentidos purga el celebro, de tal manera que a los locos furiosos, y principalmente a los endemoniados, los llevan allí, para que sanen. Y así está en refrán muy usurpado por Cataluña; en comenzar uno a enloquecer, o endemoniarse: a este llévenlo a Terrès.
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Del buen clima de este condado y vizcondado de Áger son testimonio los naturales de él, por lo mucho que suelen envejecer, y más que en otras partes (casi tanto como en Okinawa): son gente entendida, valiente, fuerte y animosa, sufrida en los trabajos y, por estériles que sean los años, estiman más sufrir trabajos y necesidades en sus casas, que ir divagando por el mundo, dejando aquellas inhabitadas. Criábanse en lo más áspero de las montañas de este condado aquellos antiguos almogávares, tan nombrados en las historias y tan estimados de sus reyes, por su gran valor y esfuerzo. Su mayor hacienda y ejercicio es el campo, y de él esperan su bien y riqueza; y su mayor mercadería es el trigo, y entra por su causa mucho dinero en este condado. En las poblaciones grandes hay mucha gente docta y de letras; y para la educación de sus hijos y buena enseñanza de ellos, reciben gran beneficio de la universidad y estudio de Lérida, que fue antiguamente de los condes de Urgel (con permiso del Papa y del Rey de Aragón), donde envían (a) sus hijos; y de aquí es que hay entre ellos mucha gente erudita y política (como Durán y Lérida, o Duran i Lleida) y de buenos entendimientos, y que se han siempre preciado de dar buena satisfacción y cuenta de las cosas que les han sido encomendadas.