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domingo, 21 de junio de 2020

225. LA CUEVA DE LA MORA ENCANTADA, Tarazona


225. LA CUEVA DE LA MORA ENCANTADA (SIGLO XII. TARAZONA)

225. LA CUEVA DE LA MORA ENCANTADA (SIGLO XII. TARAZONA)


En la tarde de una primavera temprana, un grupo de muchachos musulmanes —habitantes de una Tarazona dominada hacía ya algunos años por los cristianos— se hallaba paseando por las inmediaciones de la cueva que estaba próxima a los baños árabes, cuando se vieron sorprendidos por la fantástica aparición de la figura blanca y deslumbrante de una hermosa joven, vestida al modo oriental, enjoyada y envuelta en sedas.

Tras detenerse silenciosa unos instantes ante ellos, la fantasmal y atractiva figura, con la mirada absolutamente perdida en el horizonte, como si no hubiera visto a los muchachos, se adentró de nuevo en la cueva que le servía de cobijo, un antro que sus padres les habían descrito tantas veces como lugar maléfico y siniestro. Todos quedaron preocupados, buscando sentido a aquel episodio, aunque para ninguno de ellos lo tenía.

Intrigados como estaban por lo sucedido, volvieron los muchachos en varias ocasiones más al mismo lugar, repitiéndose idéntica escena tantas cuantas veces fueron al paraje, sin mediar nunca palabra alguna.

Un día, sorprendiendo a todos los demás, uno de los chicos se separó del resto, se acercó decidido a la joven y la abrazó con mucha fuerza. Luego, se tomaron ambos de la mano, y se fueron alejando lentamente y en silencio por la vereda que llevaba a la entrada de la cueva. Una vez allí, se adentraron en ella y desaparecieron. Después, se hizo el silencio más absoluto, sin que el muchacho volviera a dar señales de vida. Tanto por el barrio moro como por el resto de la ciudad cristiana, se corrió la noticia, coincidiendo todos en que la cueva estaba habitada por una mora encantada.

Sólo se sabe que, transcurridos algunos años, en un intrincado escarpe de los aledaños fue encontrada, descolorida y rota, una elegante escarpela carmesí, dentro de la cual se halló una pequeña cruz de plata

[Pérez Urtubia, Teófilo, «La cueva Bayona», Heraldo de Aragón, 10-X-1978.]