mantenía encerradas en palacio por temor a que pudiera sucederles alguna desgracia, pero tanto celo paterno desagradaba a las muchachas. Por lo tanto, no es nada extraño que un día de invierno las tres moras, que habían estado urdiendo un plan de fuga durante mucho tiempo, escaparan de palacio sin destino conocido.
sus tres mejores alféreces —Alí Malhalí, Alhor y Alshama— y les encomendó la búsqueda de las princesas. Cada uno de ellos tomó una dirección distinta.
lograron encontrar el rastro de las hermanas, lo que le condujo en dirección al Alto Aragón, pasando sucesivamente por Zuera, Huesca, Sierra de Guara y Boltaña, en plena tierra de cristianos, pues las
tres hermanas huían en dirección a Francia para refugiarse allí, ya que eran conscientes de ser perseguidas. De nada le sirvió a Alshama reventar varios caballos por haber cabalgado día y noche,
pues nunca lograba dar alcance a las fugitivas.
montaña nevada, aconsejándole que no se aventurara a seguir con la persecución pues las nubes del puerto presagiaban temporal. Pero el moro, creyendo tener ya al alcance de su mano a las fugitivas, desoyó los consejos y se dispuso a proseguir el viaje con sus hombres. Así es que, dejó atrás Aínsa, remontó el río Cinca aguas arriba y a punto estaba de llegar a las afueras de Bielsa cuando le sorprendió
una violenta nevada, acompañada de una ventisca de muerte.

