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jueves, 29 de julio de 2021

IX, EL COR DE JESÚS.

IX

EL
COR DE JESÚS.



I

Dins
la mar de les negres desventures
Vogam de nit y jorn,
Y té lo
desconhort en les criatures
Perpetüal sejorn.



He
vist desgraciats que l´aspra vida
No poden suportar,
Y sanch
de sa cruelíssima ferida
No cessa de ratjar...

Cor de
Jesús, ab les paraules mudes,
Eloquents, que sabeu,
Vulláu
aconsolar al qui perdudes
Ses alegríes veu.



IX
EL
CORAZON DE JESUS.



I

En
el mar de las negras desventuras, vogamos incesantemente; el
desconsuelo tiene en el corazon humano perpetua morada.



He
visto desgraciados, que no pueden sobrellevar el cruel peso de la
vida; y de sus heridas nunca se restaña la sangre.



Corazon
de Jesus, con las mudas pero elocuentes palabras que Tú sabes,
consuela á los que han perdido la alegría.







II

En mig de les
foscors que perseguexen
Al home peregrí,
Cercam les
resplendors que no finexen
Y mostran lo camí.

He vist
enteniments que fantasiavan
Un mon de veritat,
Y ansiosos de
trobarlo sòls trobavan
Impura realitat.,.

Cor de
Jesús, ab la claror divina
Que de Vos se desprén,
Vulláu
il-luminar al qui camina
Y´l bon camí no pren.







III

Com suspiran
les flors pe´l dolç oratje
Per la pau suspiram,
Mes de la
guerra ab lo febrós coratje
La patria destroçam.



Veig
qu´arboran fatídiques banderes
D´Europa´ls pobles-reys,
Y
posan dels canons en les rengleres
Les sobiranes lleys...

Cor
de Jesús, la pau tan anyorada
Se pert en somnis vans;
¡Vulláu
que´s donen prompte una abraçada
Al manco los cristians!







II
En
medio de las tinieblas que persiguen al peregrino de la vida,
buscamos los resplandores eternos, que señalan la verdadera senda.



He
visto espíritus que soñaban un mundo de Verdad, y, anhelando
descubrirlo, sólo descubrían la realidad impura.



Corazon
de Jesus, con la celestial claridad que de Ti se desprende, ilumina
al viajero que yerra el camino.





III

Como
las flores suspiran por suaves cefirillos, suspiramos por la paz;
pero destrozamos la patria con el calenturiento ardor de la guerra.



Veo
que en Europa los pueblos-reyes enarbolan fatídicas banderas; y
cifran en la multitud de sus cañones la soberanía de la
ley...

Corazon de Jesus, la tan suspirada paz se evapora en
vanos sueños.
¡Haz que pronto se den abrazo duradero, al ménos
los Cristianos!







Senyor,
Vos sou lo goig, la llum, la vida,
De los humans tresor.



¿Quína
font brolla aquexos dons sens mida?
¡Ah, Deu meu: vostre
Cor!



1873.







Señor,
Tú eres el gozo, la luz, la vida de las criaturas; su gran tesoro.

¿De qué fuente fluyen tan inconmensurables dones? ¡Ah, Dios
mío: DE TU SACRATÍSIMO CORAZON!

VI, AMOR DEL BON JESÚS.

VI

AMOR
DEL BON JESÚS.



Vous
serez le plus ingrat de
touts les homnes si vous n´aimez
pas
Dieu qui vous aimes tant, et
qui ne se rebute point de
frapper
á la porte de vostre coeur pour y
répandre son
amour.



(FENELON.
- Lletres espirituals.)



Anima
meua, per est mon perduda,



Per
entre´ls espinals desgarriada,
Ovella tendra, dins lo bosch
ombrívol;
S´en ve la nit, y está la guarda llunya;
¿Qué
ferás, lassa, quant lo llop s´en tema
De que tu has fuyta y lo
camí no trobas?
Vindrá lo llop. Sa gola ja aparella,
Ja ses
dents verinoses vol clavarte;
¡Detúrat, infeliça!




VI
AMOR
DE JESUCRISTO.



Alma
mía, perdida por el mundo, extraviada entre las zarzas, pequeña
ovejuela, en la oscuridad del bosque. Viene la noche; está lejos tu
rebaño. ¡Ay triste! ¿Qué vas á hacer, si el lobo se apercibe de
tu fuga y extravío? Ya se acerca el lobo; abre las fauces, quiere
hincar en tus carnes sus venenosos dientes. ¡Párate, infeliz!







¡Oh
bon Pastor! ¿La dexarèu tant sola,
Y abandonada á l´inimiga
furia?
¿La trobarán los vïatjers cadavre
Mig menjat, del
torrent á la vorera?



Sos
òssos compodrits haurán per tomba
L´aspre rocam, ó del milá
les críes?



¡No,
per gracia! ¡Cuytáu, qu´encara es hora,
Cuytáu, Senyor, y á
son ramat tornáula



Sobre
la vostra esquena!



Ánima
mía, ¿sents la veu placévola
Del bon Jesús qui ple d´amor te
crida?
Torna, torna, d´amor ubriacada;
No tengas por de que ab
mal ull te mire;
No cregas, no, que rebujarte vulla;
Ab los
braços extesos Ell t´espera
Per oblidar tes enujants
ofenses,
Per darte una dolcíssima abraçada
Y esser la teua
gloria.



Sempre
Jesús als pecadors estima;
Jesús derrama de los bens la copa.
Un
día, quant los hòmens renegaren
Y Adam seguí les infernals
banderes,
Nengú sortía fiançador del Home,
Nengú per
l´Home del Etern les ires
Resolgué satisfer; les cruels
tristeses
Eran les primogènites germanes
De la nissaga
nostra.


¡Oh buen Pastor! ¿Dejarásla sola, y abandonada á la
enemiga furia?
¿Encontraránla cadáver los viajeros, medio
comido, á la orilla del torrente? ¿Sus restos putrefactos, tendrán
por sepultura las escuetas roca, ó las crías de los cuervos (milá
: milanos
)? ¡No, por gracia! ¡Apresúrate, que es tiempo
todavía; apresúrate, Señor, y vuélvela sobre tus espaldas al
aprisco!



Alma
mía, ¿oyes la plácida voz de Jesucristo que te llama, movido de su
amor? Vuelve, vuelve, de amor embriagada. No temas que te mire con
enojo; no creas que á rechazarte vaya. Con los brazos abiertos Él
te espera; para olvidar tus irritantes injurias; para darte dulcísimo
abrazo, y ser tu gloria.



Jesus
ama siempre á los pecadores; Jesus derrama la copa de los bienes. Un
día, cuando renegaron de su Creador los hombres, y Adan siguió las
banderas del Infierno; nadie salía fiador de los humanos; nadie
resolvió satisfacer por ellos á la divina Justicia: las crueles
tristezas eran las hermanas mayores de nuestra raza (nissaga:
saga
).











Y
Ell més plasent que totes les criatures,
Y Ell més amant que´ls
serafins altívols,
Verb inmortal de la inmortal Essencia,
De
carn mortal ofría revestirse
Y ab sa mort rembre lo perdut
llinatje.
Y aparegué. Y ´ls ángels lo vegeren
Arrufadet
demunt la menjadora,
¡Oh fineses d´amor!, desde
l´infancia
Donantnos bell exemple.



Després
fet home corregué la terra,
Del vall á la montanya, per les
viles,
Conhort suavíssim regalant als pobles.
Exían de sa
boca les paraules
Tant sòls pera dictarnos la sabiesa,
La fe
senzilla, y el perdó benévol.
De son ropatje una virtut
sortía
Qu´als coxos y tullits alleugerava,
Movent llur cor de
teya.



Hereu
del regne de los cels no fore
L´home caygut, sens eix Amor per
mestre,
Que son giny endreçás per bona vía,
Que sa pena
regís malensenyada.



Sens
eix Amor per metje, corrompuda
La terra fore ab lo lleig cranch
del vici;
Sense eix Amor, ¡ay Deu!, per santa víctima,
De los
abyms l´eterna flamarada
Era la nostra herencia.




Y
Él más amable que todas las criaturas, más amoroso que los
elevados serafines. Verbo inmortal de la inmortal Esencia, ofreció
vestirse de carne mortal, y con su muerte redimir el humano linaje.

Y apareció. Los ángeles le vieron, reclinado en el pesebre de
Belen.
¡Oh finezas de amor! Desde la cuna nos dió bellos
ejemplos.



Luégo,
ya hombre, recorrió la tierra de Palestina, los montes, y los
pueblos, regalando la suavidad de su consolacion. Salían de su boca
las palabras, sólo para dictarnos sabias cosas, la Fe sencilla, y el
perdon benévolo. De su vestido salía tal virtud, que aliviaba á
los cojos y tullidos, moviendo á penitencia su corazon de roca
(teya).



Heredero
del reino de Dios, no sería hoy el Hombre caído, sin ese Amor por
maestro, que su juicio endereza al buen camino, que rige su ántes
mal enseñada inteligencia. Sin ese Amor por médico, estaría la
tierra devorada por el horrible cáncer de los vicios. Sin ese Amor,
¡ay Dios!, por santa víctima, la eterna llamarada de los abismos
sería nuestra herencia.







¡Be
ho sap aquexa roca del Calvari!
Allí, clavat Jesús al pal
d´afronta,
Com infelís esclau per l´hom suspira.
Negra fosca
cubreix lo sacrifici,
Estremida la Terra se detura,
Brujit de
flastomíes l´ayre omplena;
Y devalla la veu adolorida
Del bon
Jesús, qui desde l´alt patíbol
Sitio, - tench set, -
clamava.



¿Y
de qué assedegat talment podía
Nostre Jesús estar? ¿Per quí
angunioses
Al etern Pare ses paraules pujan?



¡Ah!
¡prou que´s veu! Estimació tot era;
Patir, set de patir per
nostres ánimes,
Set tormentosa de dexarnos lliure
De fanch
l´esprit, lo cor de l´impuresa,
La Fe del dubte, calcigant per
sempre
De Satanás l´imperi.



Y
un poch abans de bèurese lo cálzer,
¡Oh gran Mártyr del mon!,
en la vesprada,
Havent amat desde´l principi als hòmens
Aymáls
fins á la fí. Los sants Apòstols
Lo viu recort de la passió
reberen,
¡Angèlich Pa, de los cristians fortesa,
Goig de llur
vida, de llur cel penyora,
Miracle hermós qu´al home
dignifica,
Batent son captivatje!







¡Sábenlo,
sí, las rocas del Calvario! Allí, clavado Jesus en afrentoso madero
como un infeliz esclavo, suspira por el Hombre. Negra oscuridad rodea
el Sacrificio; la tierra estremecida va á pararse; sordo ruido de
blasfemias rueda en la atmósfera; y baja la doliente voz de Jesus,
que desde el alto patíbulo clama: Sitio, - tengo sed.



Y
¿de qué podría estar sediento, tan intensamente, nuestro divino
Jesus? ¿Para quién suben al eterno Padre, sus angustiosas
palabras?
¡Ah! ¡Demasiado lo conocemos! Todo era amor; y sed de
padecer por nuestras almas; sed tormentosa de dejarnos libres de
cieno (fango: fanch)
el espíritu, de impureza el corazon, de dudas la fe, hollando para
siempre el satánico imperio.



Y
ántes de apurar el Cáliz de su pasion; ¡oh sublime Mártir del
mundo!, en aquella noche memorable de la última cena, habiendo amado
desde el principio á los hombres, los amó hasta el fin. Los santos
apóstoles recbieron el vivo recuerdo de la pasion, el Pan de los
ángeles, fortaleza de los cristianos, gozo de su vida, prenda de su
cielo, hermoso milagro, que dignifica al hombre, rompiendo su
cautividad.







¿Ho
sents, ánima mía? ¿Y exmoguda
No t´han de Jesucrist aytals
grandeses?
¿Qué més esperas que no´t mous encara?
¿Qué
més cobejas que de greu no ploras?
Torna, torna, d´amor
ubriacada;
No tengas por de que ab mal ull te mire,
No cregas
qu´Ell tot rebujarte vulla;
Ab los braços extesos ja
t´espera,
Vol ser la teua gloria.



___


¡Senyor,
Senyor!, á vostres peus tirada
L´ánima mía reconeix
l´angoxa
Que per ella sentiu, y ses injuries.



¿Per qué ho tench
d´amagar? A la presencia
De vos qu´el sol creáreu ho
confeso.
¡Culpable som; som la perduda ovella!
Mes vos sou bo,
com la remor dels arbres;
Dolcíssim com la mel de primavera;
Sou
del Amor... ¡MISTERI!

Janer 1871.




¿Lo
oyes, alma mía? ¿No te enternecen esas maravillas del Amor de
Jesucristo? ¿Qué más esperas, que áun no te mueves? ¿Qué más
buscas, que no rompes en amargo llanto? - Vuelve, vuelve, de amor
embriagada. No temas que Él te mire con enojo; no creas que vaya á
rechazarte. Ya te aguarda con los brazos abiertos; quiere ser tu
corona..........

¡Señor, Señor!, á tus piés arrojada el
alma mía, reconoce la angustia que por ella sientes, y sus ofensas.
¿A qué negarlo? Ante ti, que el sol creaste, lo confieso. Culpable
soy; soy la perdida oveja. Mas tú eres bueno, como el rumor de los
árboles; dulcísimo, como la miel de primavera. Eres de Amor...
¡MISTERIO!

domingo, 11 de julio de 2021

X, égloga Valldemossina, imitació de Garcilaso

X

ÉGLOGA VALLDEMOSSINA.
(IMITACIÓ DE GARCILASO)



Vull fugir del gran mon la tiranía
La remor ascoltat de les
arbredes,
Y de los fills del camp la llengua pura;
Tal volta la
dolcíssima harmonía
Dels aucells, y verdor de les pinedes
En
mon pit calmarán la desventura.
La pau de la Natura
Es joya
molt preuada,
Més que l´or de l´entrada;
Diuen que travalar
quietes les hores
Se sent dels torrentols just á les vores.
La
Santa Imatge qui lo cor inspira
De les gentils pageses,
Envíe
fresca inspiració á ma lira.

X
ÉGLOGA VALLDEMOSINA.
(IMITACIÓN DE GARCILASO)


Quiero huir la tiranía del gran mundo, escuchando el manso ruido de
la arboleda, y la pura lengua de los hijos del campo. Tal vez los
melodiosos gorjeos de los pajarillos, y la verdura de los pinares
mitiguen las ansias de mi corazon. La paz de la Naturaleza es más
preciosa que el oro de los palacios. Dicen que á orillas de los
arroyos, se deslizan suavemente las horas. La santa Imágen de la
Vírgen, que inspira el corazon de las graciosas lugareñas, envíe
fresca inspiracion á mi lira.

Ja la Mare de Deu, molt carinyosa,
Treya de son mantell les riques
diades
Del mes de Maig, escampador d´aromes.
Y n´eran molt de
veure en la xamosa
Vila de la Beata les marjades
Esclatar en
esmelts de noves pomes.
Un matí que les comes
Lo clar Sol
festejava,
Y novella cantava
Pe´l sementer la jove
cadernera;
Sobre ´l folgat herbey de la vorera
Del llampant
torrentol que´l puig bressola
De Na Fátima ombrívol,
Mirantse
´l puig en l´aygua qui trescola;

Recolzat un pastor s´hi
llamentava
De la mala dis-sort que´l perseguía,
Y dexant son
flaviol, tristíssim deya:
¿Te´n recordas, Silvestre?
Sorollava
Lo ventol esguardant ta bella aymía,
Y una catifa de
fullam li feya.
Y ella com llum sonreya,
Dient: ta aymía
plora
Per tu, y sempre t´anyora.
Llevòrs ple de vivor mil
besadetes
Brostava mon coret, com floretetes
Brosta la vall
pe´l temps de primavera.
¡Ay, Bon Jesús, servaume;
Tirar
no´m voldrèu Vos per la carrera!

Ya
la Madre de Dios, llevada de su maternal cariño a los hombres, sacaba
de entre los pliegues de su manto los azules días de Mayo, pebetero
de ricos aromas. Eran de ver en la pintoresca villa de la Beata, los
huertos brotando flores, esmalte de los nuevos frutos. Una mañana en
que el Sol acariciaba las faldas de los montes, y los jilgueros
cantaban en las sementeras: sobre el hojoso musgo de la orilla del
claro riachuelo, que lame los piés del sombrío Monte de Fátima,
miéntras el Monte se mira en la plácida corriente;

Recostado
un pastor, se lamentaba de su fatídica desventura; y, soltando su
caramillo, con profunda tristeza decía: ¿Te acuerdas, Silvestre?
Suspiraba el cefirillo al mirar á tu amada, y tendía delante de sus
piés alfombra de hojas y flores. Y ella como la luz sonreía,
diciendo: - Tu amada llora por ti, y siempre echa de ménos tu
presencia.
- Entónces de mi corazon brotaban con viveza millares
de besos, como del valle brotan florecillas durante la primavera. ¡Ay
Jesús mío, valme; que se burla de mí la mala suerte!

Na
Bel ab sos ditets de blanca rosa
Formava un ramellet de dolça
flayre
Ab aquelles besades, y en sa boca
Dúya´l, enamorada
com esposa.
Son suspir no´m fugía, perque l´ayre
Travavan
les alzines dins llur soca.
Com enmelada coca
Sos dietats
m´encisavan,
Y mos mals axellavan
Si perdía ´l falcó
m´escampadissa,
O ´s trencava un xotet en la bardissa,
O
robavan gorrions lo blat de ´l era.
¡Ay, Bon Jesús,
servaume;
Tirar no´m voldrèu Vos per la carrera!

Una fada
maleyta pogué exirne
Del infern, y ha esmortit s´hermosa
cara,
Tan plena de frescor quant de Deu volía;
Y sos ulls ha
enfosquit, qu´embadalirne
Feyan les ovelletes de son pare,
Si
les agombolava en la masía.
Feresta malaltía,
Qui ma dolça
penyora
Del cor ab má traydora
Robar me vols, ¿no sabs que hi
ha niuada
Dintre mon cor ma tortereta aymada?
¿No sabs que
n´es mon pit bona sagrera?
¡Ay, Bon Jesús, servaume;
Tirar
no´m voldrèu Vos per la carrera!

Isabel,
con sus diminutos dedos de blanca rosa, entretejía con aquellos
besos un oloroso ramo, y lo llevaba en la boca como enamorada
consorte. No se desvanecían del todo sus suspiros; porque el aire se
enredaba en los troncos de las encinas. Sus palabras me tenían
hechizado, sabiéndome á pastelillos con miel; y mitigaban mi dolor,
si el gavilan atacaba mis palomas, ó algun corderillo enfermaba en
el redil, ó si bandadas de gorriones robaban el trigo de la era.
¡Ay, Jesus mío, valme; que se burla de mí la mala suerte!

Una
maldita fada pudo escapar del infierno, y ha marchitado el
hermoso rostro de Isabel, tan lleno de frescura cuando Dios quería;
y ha oscurecido sus ojos, que eran el embeleso de las ovejas de su
padre, cuando ella las abrigaba en los establos del predio. ¡Ah!
horrible enfermedad, que quieres arrebatar con traidora mano la dulce
prenda de mi corazon, ¿no sabes que en éste formó su nido mi amada
tórtola? ¿No sabes que mi pecho es para ella cual sagrada ermita?
¡Ay, Jesus mío, valme; que se burla de mí la mala
suerte!

Aygues,
qui aviat aviat vos empenyíau,
Quant jo ací de l´amor la mel
tastava,
Al lluny del lluny contant mes amoretes;
Eures, qui
les olives estrenyíau,
Mentres lo goig del pit al cel muntava
A
despertar les gayes aucelletes;
Jo us deya mes secretes
Tristors;
y, al clar de lluna,
L´òliba´m responía dés la runa:
Per
la primaveral y encesa rosa
Que´t creyas del verjer la més
flayrosa,
Besar deus una trista passionera.
¡Ay, Bon Jesús,
servaume;
Tirar no´m voldrèu Vos per la carrera!

Per tu´m
recordo que la vall ombrosa,
Per tu les violes, y remors
boscanes,
Y´l cant del rossinyol més m´eternían;
Per tu la
fontanella barbullosa
Me delitava, y´l blanch de les
cabanes
Colgat entre les rames qui´s movían.
Los somnis que
venían,
Les amors qui me veyan,
Volatejant de flor en flor se
deyan:
Mira exa colometa malmenada,
Cayguda en mig del erm y
desanada,
Que dins l´herba punxosa s´esparvera.
¡Ay, Bon
Jesús, servaume;
Tirar no´m voldrèu Vos per la
carrera!

Aguas, que apresuradamente os
deslizabais, cuando yo gustaba en estos sitios la miel del amor, y
contabais á lo léjos mis amores; hiedras, que os abrazabais con los
olivos, miéntras el gozo del corazon subía al cielo á despertar
las alegres avecillas: yo os comunicaba en secreto mos tristezas; y,
al melancólico rayo del astro de la noche, la lechuza me respondía
de lo alto del ruinoso muro: en lugar de la encendida pura rosa de
primavera, que se te figuraba la flor más olorosa del verjel,
besarás una triste pasionaria. ¡Ay, Jesus mío, valme; que se burla
de mí la mala suerte!

Por ti el umbroso valle, por ti las
violetas, y susurros del bosque, y los trinos del ruiseñor más me
agradaban; por ti la ruidosa fuentecilla me daba sumo gozo, y la
blancura de las cabañas que se descubren entre las movibles ramas de
los árboles. Los ensueños que se me acercaban, los amorcillos que
me veían, volando de flor en flor murmuraban entre sí: Mira esa
ajada paloma, desfallecida en el desierto (yermo) cuál se
estremece de miedo entre espinas y abrojos.
¡Ay, Jesus mío,
valme; que se burla de mí la mala suerte!

Aquí
sos tendres planys interrompía
El pastoret, y lo blau cel
mirantne
Pe´l desconhort semblava que´s fonía.

Una perla
vivíssima brollantne
De sos ulls en ses galtes se desfeya,
Per
l´herba de la vora travalantne.

Ab sa tristor melancoliós no
veya
Lo ramat dels anyells, ni la dolçura
Del ventijol del
auba li sonreya.

Que ab má pitjada beure ´ns fa l´agrura
Del
dol de nostra aymía, l´astorada
Ombra del mal qui á son llindar
s´atura.

Ab axò un ermitá, de venerada
Forma y cenrosa
barba, quiet venía,
Silenciós removent l´herba estufada.

Y
ab veu blana, com es la melodía
Dels ángels, al pastor li
assegurava
Que Deu nostre Senyor provehiría.

Mes
Silvestre, qui ab ell se consolava:
- ¿Sabeu còm estará la meua
vida,
Lo meu conhort?, plorós li preguntava.

¡Ah! ¿tal
volta ´m dirèu que s´es mostida
Aquella blanca rosa, qu´
encisera
Per mí dins esta vall havía exida?

Al
llegar aquí el pastorcillo interrumpió sus lamentos, y dirigiendo
una mirada al cielo, daba claras muestras de la honda pena que le
aquejaba.

Una vivísima perla brotó de sus ojos, corrió por
sus mejillas, y se deslizó sobre el musgo de la márgen.

Sumido
en melancólica tristeza, no paraba miéntes ni en el rebaño de
corderillos, ni en la frescura de las brisas del alba.

Porque
con extraordinario sentimiento probamos la copa de la amargura,
cuando nos la presenta la asustada sombra del dolor, desde el umbral
donde vive nuestra amada.
En esto, un ermitaño de venerable
aspecto y cenicienta barba, se acercaba paso á paso, abriéndose
camino disimuladamente al través de la exuberante vegetacion.
Y
con voz llena de suavidad, cual debe de ser la melodía de los
ángeles, infundíale al pastor la confianza de que Dios muy pronto
acudiría á su remedio.
Mas Silvestre, que con sus palabras se
consolaba, le pregunta lloroso: ¿sabéis cómo sigue á estas horas
la que es mi vida?

¿Tal vez venís para decirme que se ha
marchitado aquella blanca rosa, de hechizos llena, que brotara para
mí en este valle?

-
No, lo bon pastoret; ja la pradera
Per tot sonriu, les flors ab la
rohada
Ne copsan los alens de primavera.

El mon fa festa.
¿Y nostra Verge aymada
Qui de matí´t vejé, la Creu
divina
Besant, no´tornaría l´estimada?-

L´ermitá diu;
y surt la tendra nina
De l´ombra del brancam, ab faç
riallosa,
Com matinera gota d´aubahina.

Enllestida ab
volant y ab flochs ayrosa,
Son trajo li coneix de rampallada
En
Silvestre, y l´abraça molt gojosa....

Y atxerevit prenent la
caramella:
¡Isabel, deya, còm s´encén ta ullada,
Cóm
s´alegra ma ditxa moridora!
De dalt lo Teix quant me sorprèn
l´aubada,
No llúu com tu cap matinal estrella,
Ni com tu de
delit es movedora.
Que en avant vividora
Deu te fassa. Los
lliris,
La blancura dels ciris
Del altar de Cartuxa tu
superes;
Míra´t en estes clares fontinyoles,
Y ho diu l´aygua
qui besa les riberes,
Mentres du brins y fulles y
atzeroles.

Mentres du brins y fulles y atzeroles.



- No, buen pastorcillo, no. El
prado sonríe, las flores con el rocío beben el aliento de la
primavera.

El mundo celebra su cumpleaños. Y la Vírgen, que
te ha visto esta madrugada besar la santa Cruz, ¿no te ha de
devolver tu adorada novia?-
Dice el ermitaño, y sale de la sombra
de los árboles la cándida doncella, alegre el semblante, como gota
de rocío matinal.

Adornada con blanca toca de muselina, al
estilo mallorquin, y anchas cintas verdes en su sombrerito de paja,
Silvestre la reconoce al momento, y la abraza cariñosamente.

Y
presuroso, recogiendo su caramillo, la decía: Isabel, ¡cómo se
anima tu mirada: cómo revive mi moribunda dicha! Cuando la aurora me
sorprende sobre la cumbre del Téix, no brillan tanto como tú las
estrellas de la mañana, ni me causan tanto placer.
¡Qué
Dios te conceda largos años de vida! Tú eres más blanca que los
lirios, y más que las velas del altar (cirios) de Cartuja.
Mírate en estas claras fuentecillas, y te lo dice el agua que besa
las márgenes, arrastrando sólo briznas, hojarasca y acerolas.

Anem
á reposar, la més garrida
D´entre les pagesetes. Valldemossa
La
llar ovir de nostre be y ventura.
Jo era un romeu perdut prop
d´una fossa,
Y florint m´esperança ja pansida,
Tu ets lo
llumeneret de ma foscura.
La pau de la Natura
Per mi tos ulls
inclouen;
Y lo soroll que mouen
Los pinars qui saludan
l´ermitatje
No´s tan placévol com ta veu. Grat sía
Mil
vegades á Deu y á son Imatge,
Puys rebrota mon goig curant
m´aymía.

Setembre de 1868.

Vámonos
a descansar, oh la más linda de las campesinas. Valldemosa vea
levantarse el hogar de nuestro bien y ventura. Yo era un peregrino
extraviado, próximo al precipicio: mi esperanza marchita reverdece;
tú eres la lucecilla en mi oscuridad. Para mí la paz de la
Naturaleza se encierra en tus ojos. El ruido que mueven los pinares
al saludar la Ermita, no es tan placentero como tu voz. ¡Gracias
sean dadas mil veces á Dios, y á su Madre; pues renace mi dicha con
la curacion de mi amada!

(V. nota 6.)  

sábado, 25 de septiembre de 2021

LAS HORAS DE LA VIRGEN. HORAS DE NOSTRA DONA SANCTA MARIA.

LAS
HORAS DE LA VIRGEN.



Hacia
el mismo tiempo en que escribió Raimundo la elegía que acabamos de
insertar, compuso el otro poema dedicado a la Reina de los cielos,
que intituló las Horas de la Virgen. Tiene por objeto cantar las
alabanzas de la madre del Salvador. Dividiólo el poeta en siete
partes, formando cada cual una de las horas canónicas, que a su vez
están también divididas en siete estrofas de doce versos. La
primera parte comprende la hora de maitines, la segunda la de prima,
la tercera la de tercia, la cuarta la de sesta (sexta; la hora de
la siesta)
, la quinta la de nona, la sexta la de vísperas y la
séptima la de completas. Empieza con una exposición, a la que sigue
una plegaria para cantarse antes de cada una de las horas. La de
maitines dedica una estrofa a Dios, otra al Dios padre, otra al Dios
hijo, otra al Dios Espíritu Santo, y las tres restantes tienen por
objeto el Criador, el Recreador y el Glorificador, hablando en cada
una, de la Virgen María Madre de Dios, a quien llama guía de los
pecadores; consejo, confortamiento, gozo y amor de los mortales;
salvación del género humano, salud de todos los que la aman y
gloria de los cielos todos.



La
hora de prima se ocupa en sus siete estrofas de la encarnación del
Verbo en el seno de María, doncella de tanta virtud, que otra más
perfecta no pudiera hacer el mismo Dios; del nacimiento de Jesús y
del placer que experimentó la Virgen al ser madre; de la pasión y
de los dolores que traspasaron su corazón al ver las afrentas que
Jesús sufrió y la muerte que le dieron; del descendimiento a los
infiernos para libertar triunfante y victorioso a Adán y a los
patriarcas; de la resurrección y del gozo de la Virgen al ver a
Jesús que ya no podía morir; de la ascensión a los cielos, dejando
Jesús a su madre en el mundo para ejemplo de las criaturas e
intercesora de los pecadores; y del juicio final que ha de dar el
premio a los buenos y el castigo a los malos.



En
la hora de tercia habla de la sabiduría, cuyo don concedió el
Espíritu Santo a María, para que pudiese escribir en el nuevo libro
los nombres de los que la alaben y ensalcen; del entendimiento que la
Virgen da a los que le son fieles, para que puedan conocer a Dios;
del consejo de que está dotada para llevar el mundo por el camino de
la salud; de la fuerza que da a los humildes y temerosos de ofender
al Todopoderoso; de la ciencia que concede al hombre, para que
columbre el refugio en donde ha de encontrar merced; de la piedad que
encuentra el culpable cuando confía en la coronada Virgen; y del
temor que ella inspira al hombre para impedirle caer en pecado.



Trata
la hora de sexta del don de la justicia con que embelleció Dios el
alma de María, para que juzgase a los arrepentidos y les otorgase el
perdón; de la prudencia, luz que muestra al hombre el puerto de la
salud y los caminos de la muerte eterna, y con que dota la Virgen a
sus devotos; de la fortaleza de los que aman a la madre de Dios; de
la templanza que quiere la valerosa Señora tenga el hombre por su
amor; de la fé que debe haber el que quiera conservarse en la gracia
de la excelsa Reina; de la esperanza que salva a los que en la Virgen
la tienen puesta; y de la caridad que considera como la mayor de las
virtudes.



La
hora de nona la consagra el autor a los siete pecados capitales,
diciendo: que la dulce María no puede tener afecto a quien en vez de
atesorar amor a Dios en su corazón, recoge con avaricia las
mundanales riquezas; que menos concede el delicioso sabor de los
lícitos placeres a quien se entrega a la gula; que la concupiscencia
es el pecado que más aborrece la celestial doncella, esbelto palacio
de virginidad, suave aroma de la flor blanca del amor; que esta borra
de su memoria al que por soberbia quiere en alto levantarse sobre los
demás; que con la pereza, origen de la villanía y de todos los
pecados, pierde el mortal a su abogada en el cielo; que la envidia es
enemiga de todas las virtudes y de toda plegaria a la más amorosa de
las madres; y que la ira nos enemista con ella, nos roba la libertad,
encadena nuestro albedrío y ofusca nuestro entendimiento.



Los
siete sacramentos de la iglesia son el objeto de la hora de vísperas.
Dice que el matrimonio place a la madre de Dios, para que sean los
fieles engendrados sin culpa; que le place el bautismo porque es
imagen del de sangre con que Cristo nos lavó y regeneró desde la
cruz, y la confirmación porque en la fé con que ha entrado en la
vida se afirma el cristiano; de la eucaristía manifiesta que tiene
tal virtud que no hay hombre que pueda expresarla, y que es indecible
el gozo que ocasiona a María cuando un ministro justo es quien
celebra el santo sacrificio; que la bendición de la Virgen recae
sobre el varón que aspira al orden sacerdotal; que nunca niega
aquella su perdón al que se entrega a la penitencia; y concluye
ponderando la eficacia de la postrera unción.



Y
por último en la hora de completas dice que la memoria de los
grandes dones, de la esperanza y del perdón nos hace valientes,
francos, alegres y virtuosos en todos nuestros actos, y que se
alcanza el amor de Dios dedicando al divino hijo de María la flor de
nuestros recuerdos, que es la de hacerle presente nuestra frivolidad:
que el entendimiento hace comprender verdaderamente el pecado,
despertando luego el temor y la contrición, al paso que María no
permite que en culpa mueran los arrepentidos; que quien ama con toda
su voluntad a la augusta princesa del cielo, tiene tan noble amor que
en todo acierta, en nada yerra; luego dice a los ángeles que no
importa rueguen a su reina para que nos ame, pues tanto es el amor
que nos tiene que es innecesaria su intercesión; pues si
entrañablemente no nos amase, nadie pudiera evitar las infernales
penas, ni alcanzar los placeres del cielo; que al imaginar los
terribles y eternos castigos llénasele el corazón de tristeza y
miedo, hasta que se acuerda de la madre del amor; y al hablar de los
sentidos, exclama: - “Cuando tiendo una mirada por la tierra, el
mar y el cielo; cuando oigo el canto de los pájaros; cuando aspiro
el perfume de las flores; cuando percibo el delicado sabor de los
manjares; y toco ricas telas, preciosas maderas, oro y rubíes, y
hablo entretanto con recogimiento con la Señora de los cielos;
cuando a ella me entrego en cuerpo y alma; ay! siento entonces tanta
dulzura en mi corazón, que nunca igual la experimento.” Y da fin
Raimundo a su poema ensalzando los efectos de la verdadera oración.



Esta
hermosa poesía está escrita en versos pareados, fáciles y fluidos
y en esmerado lenguaje; y contiene no pocas bellezas literarias, ya
en lo que mira a su esencia, ya en lo que atañe a su forma.





HORAS
DE NOSTRA DONA



SANCTA
MARIA.



-------



Deus,
en vostra virtud comença RAMON aquestas horas de nostra dona Sancta
María é cántense al só dels hymnes.







A
honor del major Senyor



Jesu-Christ,
vull far per s' amor



Set
horas de sua mayre



Que
es de peccats repayre,



Per
esperança e perdó;



Las
set horas aquestas só:



Maytinas,
prima, tercia,



Mitg
día, nona y sia



Vespres,
completas, e si y fós



Altre
hora fora joyós.



Cascuna
es de setenas



Qui
son de oracions plenas:



L'
hora qui es de maytinas



Es
de personas divinas:



Prima
es de la humanitat



Ab
que Deus ha el mon creat (1):



Tercia
del Esperit Sant



Qui
set dons dona en amant;



Mitg
dia de set virtuts



Qui
son carreras de saluts (2):



Contra
los set peccats mortals



Está
nona hora cabals:



Vespres
son dels set sagraments



Qui
de la fe son ornaments:



De
set cosas es completa



Ab
qui los Sants fan colleta



De
sanctitat perpetual



En
gloria celestial.




DE
LA CONFESSIÓ QUE HOM DEU FER Á CASCUNA HORA



ANS
QUE LA DIGA.







A
vos mayre de pietat



Me
confes de tot mon peccat,



Ab
dolor e contricció,



Volent
far satisfacció



A
mon poder del falliment



Qu'
ay fayt ves vos e mante gent:



E
vos, dona, per pietat



Prenets
esta hora en grat;



La
qual dic per vostra lausor



E
p' el vostro fill Salvador.



Ave
María alegramen



Diga
hom al començamen.







DE
MATTINAS.



I.



De
un Deu.




Es
un Deu e una dona



Qui
sobre totas es bona;



De
aquests dos es trastot lo mon



En
lonch, pregon, ample e redon;



La
dona es Sancta María



Qui
a fill sens d' hom paria,



E
es un fill home e Deu;



E
çell qui tot vòl esser seu



No
hage pahor a la mort,



Que
lo mal esperit l' emport;



Car
Deus lo vòl al cel haver



Pus
tot s' es dat a son voler.







II.



De
Deu pare.



En
la divina natura



Es
un payre sens mesura;



En
la natura humana



Una
dona es qu' hom reclama;



Nostra
dona mayre de Deu



Qui
es filla de l' hom fill seu,



E
del payre e la mayre fó (3)



Mercé,
pietat e perdó.



Amdos
están en aquel port



On
hom no mor a mala mort;



Lo
payre e la mayre amdos



Sien
payre e mayre de nos.







III.



De
Deu fill.

Es un fill Deu en Deitat
Fill de sa filla Christ
nomenat (4);
Qui es trames per son payre
Per esser nostre
Salvayre.
Aquel fill ha tan gran virtut
Que sens éll hom no
ha salut;
E té per sa mayre perdó
E no diu a null hom de no

De neguna perdonança
Si en sa mayre ha fiança;
Aytal
fill sia conegut
Per tot lo mon e car tengut.



IV.

De Sant esperit.

De Deu payre e fill amant
Hix un
esperit qui es sant,
E es creayre e senyor,
E vòl la puella
d' amor
Mays que quant ha creat sajus
E l'ha sus enfora
Jesus;
E quant prega hom la puella (5)
Que li ajut li
consella,
Que a son fill ella deman
Só de que hom la va
pregan,
Puys l' ha fayta mayre d' honor
E refugi de peccador.







V.



De
creador.




Lo
mon ha sol un creador



Qui
l' ha creat per far honor



A
la puella sa mayre



De los peccadors guiayre



Com
son en tribulació,



E
pregon ella que lur dó



Conçell,
confort, gaug é amor,



Com
servesquen nostre Senyor



Ab
tot quant han a lur poder



E
de lurs peccats dol haver;



Aquella
puella es cabal



De
tot ço perque amor val.


VI.
De recreador.




Un
recreador de quant es



En
una verge home se fes,



Ab
una tal condició



Que
vengués a salvació



L'
humá genre qu' era perdut,



E
que la verge fos salut



De
tots aquells que l' amarán,



E
qu' el creayre en istán



Complesca
sua demanda,



Pus
sa mayre ho comanda,



Perque
's confort tot peccador



Si
ama la dona meyllor.







VII.



De
glorificador.

Gloria nostra dona 'l cel
Ab l' ángel Sant
Gabriel
E ab tots los sants que la y son
En veser son fill
desiron,
Qui ' els dona gloria tan gran
En membrant, entenent
e aman,
E ab un tal sguardament
Que no es nengun hom vivent

Qui la pogués dir ni pensar:
- Fill, dix la Verge, pus poch
dar
En est loch tal gloriament
Veng' on say tuyt nostro ’n
parent.



DE
PRIMA.



A
vos mayre de pietat.

I.



De
la sua concepció.




Ah
Deus! ¿con gran maravella



Es
que regina puncella



Haje
ver home conçebut



Qui
ver Deus sia sdevengut?



Emper
no 'n so y maravellat



Pus
que fo per lo esperit Sant,



Qui
pòt complir quant vòl haver,



Si
voluntat ha, ab son poder (6).



Mas
la virtut d' on fó plena



Quant
li fó fayta estrena



De
fill Deu home qui fos seu



No
la pográ far major Deu.







II.



De
la nativitat.




Quant
consir la nativitat



Qu'
home ver pusca esser nat



De
fembre verge e passar



Un
cors per altre sens trencar,



Molt
stay en gran spaven



Tro
que pens lo conçebimen



Qui
fó per miracle complit



Per
lo Senyor Sant Esperit;



Mas
quant consir lo gran plaer



Que
la Verge hac sens doler



En
enfantar home e Deu



Me
maravell sobre 'l seyn meu.



III.



De
la passió.




Anc
pasio de passió



Ne
de neguna acció



Poch
sofrir cos ne pensament,



Com
soferí la Verge humilment,



Quant
vi son fill tant ahontat



Sus
en la crotz mort e penjat;



E
adonchs desirá morir



Car
no 's podia sostenir;



Mas
car havia gran plaer



En
son amorós fill veser



No
la podia pendre mort,



Estava
en guayg e desconort.







IV.



Devallá
als inferns.



Quant
Jesu-Christ fó mes al vas,



Dix
la regina: - ¿Qué farás?



Irás
a mayso per morir,



O
estarás say per vivir



En
veent aquest moniment? -



De
mentra era en est pensament



L'
arma de son fill devallá



En
infern, de lo qual gitá



Adam
e tots sos companyons



Per
victoria e perdons.



-
Ah! dix Abraham, de ma cusina,



E
com es de nos medicina!





V.



De
resurrecció.




Jesus
resucitat, sentit



Recobrá
e virtut l' esperit



De
la regina en plaer:



On
fo conformat sens doler;



E
dix a son fill en rien:



-
¿Que s' es feta soptosamen



La
greu dolor qu' eu suy sentir!



E
vos fill ¿podets may morir? -



E
quant recobrá son scient,



E
conech manifestament



Que
son fill fó resucitat,



Null
gaug al seu es comparát.







VI.


Del pujament de Jesu-Christ al cel.







Quant
Jesus hac son fayt complit



Al
payre, al Sant Esperit



En
est mon, ah san Gabriel



E
ab tots los ángels del cel,



Puja
el sen a son payre,



Al
cel qui es son repayre;



E
sa mayre 'n lo mon lexet



En
qui molt paubrement visquet,



Per
ço que gran eximpli fós



A
hom rich, avar e ergullós,



E
que tots jorns son fill pregás



Que
als peccadors perdonás.





VII.



Del
dia del judici.




Resucitará
tota gent



E
venrá a lo jutjament



De
Jesu-Christ qui es Senyor,



Qui
dirá a li peccador:



-
Anats a lo foch infernal



A
haver dolor perpetual. -



E
dirá a la puncella:



-
Mayre! vostres fills apella



A
la gloria eternal,



E
dona lur juy per cabal (7)



A
tota la lur voluntad,



Pus
que per ells m' has tant pregat.







DE
TERCIA.



A
vos mayre.



I.



De
saviesa.

A la mayre del gran Senyor,
Mayre de valor e d'
amor,
Ha donat lo Sant Esperit
Un dó qui está molt complit,

Apellat sapiencia,
Per ço que aquel hom sia
En lo seu
libre nou escrit,
Qui haurá d' ella gran bé dit;
Perque
diguen bé de s' amor
Tuyt li just e li peccador:
Car ella
'ls dará tal saber
Que poran lo seu fill veser.



II.

De enteniment.

L' Esperit Sant enteniment
Dona qu'
hom sia conexent (8)
De ço que es bé e es mal;
E la regina
atretal
Lo dóna á çells qui son seus,
Per ço qu' ells
coneguen Deus;
E la regina a l' esperit
Ha un gran orde
establit,
Qu' hom entena son fill amán (9)
Ab contricció e
plorán,
Que lur perdó culpas e torts
E que los guard de
malas morts.

III.
De consell.

Dona Sant Esperit
consell
A la regina, que capdell
Lo mon a via de salut (¡O)

Mas hom s'es tant desconegut
Que no 's vòl lexar capdellar

A la regina, ne pregar
Que lo consell quant es vençut,
E
'n mortal peccat cahut,
E está tot desemparat,
Com a home
desconsellat;
E si la regina no pregás
Son fill, fora 'l mon
en mal cas.


IV.



De
força.




Sant
Esperit dona força



A
tot hom qui bé s' esforça



A
reclamar quant es cuytat (11)



La
regina de pietat,



Qu'
enfortex tot pensament



Qui
sia humil e tement



Contra
falliment e peccat;



E
télo tan fort esforçat



Si
es pacient per sa' amor,



Qui
tuyt li demoni major



No
'l poden pendre ne forçar,



Car
al seu fill lo fá guardar.







V.



De
sciencia.

Sciencia es donada
Per Sant Esperit, pausada

En la douça dona d' amor
Qui la dóna al peccador,
Per
ço que sapia on es
Socors, pietat e mercés;
E que a ella
los deman,
Car del donar ha gran talan,
E dona sciencia
infusa,
E quant hom li quer no s' escusa;
Ans lo te fortment
a mal
A çells a qui saber no cal.


VI.



De
pietat.

Pietat! quius ha donada
A la Verge coronada,

Haus donada al Sant Esperit,
Per ço que no sian punit
Li
peccador qu' han fiança
En la Verge quins avança
En tal
granea e bontat
Que per vos son tuyt salvat,
E estors a foch
qui mays no mor.
Pietat! venits a mon cor,
E fayts n' exir
suspirs e plors
Membrant la regina d' amors!



VII.



De
temor.







Temor!
d' amor sols venguda
De la regina quins ajuda;
Sots per l'
esperit tramesa,
De Deu e d' amor dexesa,
Per ço que tots
comunament
Temem a fayre falliment
Contra la douça puncella

Que ab amor nos apella:
Çella e 'I Sant Esperit
En nos
no han re depertit:
Temor! ab vos mercé deman
A la regina en
ploran!





DE
SEXTA.
A vos regina.

I.



De
justicia.

Justicia es ço perque just
fá ver judici: e
al fust
Pujá a morir lo Salvador
Per desliurar li peccador,

E per donar justicia
A sa mayre verge pia;
Per ço que
faça jutjament
De tot hom qui es penedent (12),
Qui de
peccats demán perdó
Prometent satisfacció,
Que si 's jutje
sia jutjat
E'l peccat sia perdonat.







II.



De
Prudencia.



Prudencia
es la virtud



Perque
hom eleig salut,



E
fuyg a mal e peccat,



E
es donada de bon grat



Per
nostra dona a son amích,



Com
per altre mal se castích,



E
sapia el bé que pòt far



E
lo mal que pòt esquivar;



Perque
prudencia es luts



Que
mostra vías de saluts,



E
mostra carreras de mort,



E
aporta hom a bon port.




III.



De
fortitudo.




Fortitudo
es tal virtud



Que
conforta cor combatut



Contra
malvestat e engan



Ab
esperança, e ' en pregan



La
regina que li ajut,



Com
l' enemich sia vençut



Ab
fortitudo, que es port



En
qui cascun hom es tan fort,



Que
vens e no está sobrat;



E
qui es bé enamorat



De
la Verge, mayre e flor,



Sia
forts contra fals amor.







IV.



De
temprança.




Temprança
es virtud cabal,



E
'n sanitat mays qu' altre val;



Es
virtud que soven dona



Bons
mérits a la persona;




viure mesuradament



Menjant,
parlant e en vistent;



E
vòl la dona de valor



Que
hom l' haje per sa amor;



Car
ella la hac en est mon,



Perque
tots aquells d' ella son,



Qui
de temprança son vestit



E
ab ella son be noyrit.


V.



De
fe.

Fe es virtud ab que enten
Veritat nostre entenimen

Com enten sobre son poder;



E
qui la fe vòl mantener



Dels
articles e 'I sagrament,



Será
en lo manteniment



De
la Verge, qui fe amá



Quant Gabriel la saludá;



La
nostra fé 'n ella romás



Quant
Jesu-Christ passá p'el pas.



De
la mort qu' hay gran dolor,



Car
la fe no ha mays d' honor.







VI.



De
esperança.

Es esperança la virtut



Ab
qu' hom espera la salut



Que
ve de merce e perdó,



E
mou la Verge a rahó,



Que
deja a son Deu fill pregar



Que
tots aquells vulla salvar



Que
en ella han bon esper,



Perque
esperança, car tener



La
deu tot hom pus que tant val,



E
que la tenga per censal



De
la Verge que li consent



A
tot lo seu requeriment.




VII.



De
caritat.




Caritat
es virtut major



Ab
que hom ama ‘l Deu d' amor,



En
aman son prohisme e sé,



E
la regina qui la té,



Per
ço que la dó a tot for



E
‘n puscha hom complir son cor,



Aytant
quant l' hom volrá complir



E
ab gaug viure e morir;



E
qui caritat vòl haver



Faça
a la Verge son plaer,



Car
sens ella no 's pòt donar



Vendra,
comprar ne autrejar.



DE NONA.



A
vos mayre.



I.



De
avaricia.
Avaricia es çell peccat



Qui
es mays contra caritat,



Contra
larguea e perdó;



Espera
'n satisfacció



E
no 's sadolla hom de res,



Ans
lo sotsmet a tot quant es,



E
pert n' hom la Verge d' amor



Qui
no prega nostre Senyor



Per
negun hom que sia avar,



Car
per re noʻl pòt amar;



Pus
que de diners fá tresor



E
no del fill seu en son cor.







II.



De
glotonia.

Glotonia es çell peccat
Perque vé ans
paupertat,



E
perque hom es soven mal sá



E
en sas paraulas vilá;



E
aquell hom que es golós



Mays
que altre hom es pererós;



E
quant no menja es irat,



E
trist está quant ha menjat:



En
la dona, flor de amor,



Hom
golós no troba sabor,



Perque
la Verge no 'l requer



Que
li faça negun plaer.







III.



De
luxuria.




Luxuria
es pudent peccat



Qui
en hom consuma sanitat;



E
es peccat que mays desplau



A
nostra dona, qui 's palau



De
virginitat e odor



Que
hix de blanca flor d' amor.



E
aquell hom luxuriós



Es
trop vilá e ergullós,



Si
nostra dona vá pregan



Que
sia 'n re d' éll membran,



Car
dos contraris no estan



En
un acort ne en un talan.




IV.



De
ergull.

Ergull es peccat qui en alt



vòl
estar, e ‘n jus pren tal salt,



Que
negun home ergullós



No
ha amichs ne companyos.



Ergull
no hac la plasenta



Quant
dix: - Vet mala sirventa (13)



Del
Senyor, fasse 'n son plaer.



E
hom que orgull vòl haver



No
es per la Verge membrat



A
la mort quant será jutjat;



Ans
lo lexa anar a la sort



Del
demoni a mala mort.







V.



De
accidia.




Accidia
es neglegiment



En
far bé, e es amament



De
falliment e de tot mal;



Perque
accidia no val,



Ans
desval tant, que tol valor



E'
n pert hom la dona de amor,



Qui
ama bé en tot quant es,



Perque
es vilá e descortés



Vays
la Verge e accidiós,



E
mays que altre es anujós,



E
ja la Verge no 'l valrá



A
la mort quant ops li será.


VI.



De
enveja.







Enveja
es desijament



De
castell, sembra o argent,



Contra
caritat e rahó



Volent
hom la possessió



D'
altruy, sent que no' y ha null dret;



Perque
enveja lo sotsmet



A
ira e a dampnació;



E
já no fá sa oració



A
nostra dona que l'ajut;



Car
envejós no ha virtut



Que
sia exoit ne entés,



Car
ab peccat null bé no es.







VII.



De
ira.







Ira
es trista passió



E
voler contra elecció



De
lexar mal e pendre 'l bé;



Perque
hom irat no reté



En
son voler sa libertat;



Car
ira lo té carçerat,



E
torba son enteniment,



E
fá 'l fer mal soptosament;



Perque
null hom qui es irat



En
la Verge ha amistat;



Ans
es per ella mal volgut,



Pus
que per ira es vençut.





DE
VESPRES.
A vos mayre.

I.
De matrimoni.

Matrimoni
es sagrament



Que
fá cópula carnalment



D'
hom e fembra, e es amat



Per
la Verge, que castedat



Ama,
car está ajustat (11)



Seguents
l' orde que fó pausat



En
na Eva e en Adam;



E
tot hom que castedat am



Sech
lo primer ordonament,



E
es a la Verge plasent,



Que
vòl que hom sia engenrat



Ordenadament
sens peccat.







II.



De
baptisma.




Baptisma
es lo lavament



Del
peccat qu' el primer parent;



Han
sobre tots homens sembrat,



Peccat
original nomnat (15);



Lo
cual baptisma ha en grat



Nostra
dona, car començat




per son fill en la crotz;.



Quant
ab sa sanch nos lavá a tots,



E ’n
flom Jordábatejats,



Per
Sant Esperit saludats;



Gran
fó lo seu baptisament (16),



Car
molt hom n' ha salvament.




III.


De confirmació.




Confirmar
es lo sagrament
Que confirma el batejament
Que han fayt del
petit infan,
Lo cual atorga cuant es gran,
Ab voluntat e
enteniment:
E Christ fó lo confirmament
Sus en la crotz ab sa
greu mort,
Ab la qual mort son say estort
De mal peccat
original;
E la regina qui mays val
vòl que hom sia
confirmat,
Pus que en vera fe es entrat.

IV.


De la
misa.

Lo sant sagrament del altar
Es dó a qui Deus
no pòt dar
A paraula mays de poder,
Ab la cual Christ fá son
cors fer
Ab lo prevera en traspassan
Pa e vi, en carn e
sanch
Que es de nostron rey Jesus
éll estant al cel e
sajus.
La virtut de aquell sagrament
No la pòt dir hom
vivent,
N 'el gaug que nostra dona n'ha,
E majorment si hom
just lo fá.


V.
De orde.

Orde d' acolit,
diaque,
Prevera e subdiaque,
Es sagrament per Deu servir
En
cantant e la missa dir,
E en infants a batejar,
E 'n
matrimoni, confessar,
E lo prevera que perdó,
E faça
estrema-unció,
E sia vicari de Deu,
E beneescha tot hom
seu,
D'aquest sagrament fá plaer
A la Verge qui 'l vòl
haver.

VI.
De penitencia.

Penitencia es
sagrament
Per qui hom fá dejunament,
E's penet e requer
perdó,
E hom fá satisfacció
De sos torts contra greus
peccats,
E vòl qu' hom sian carçerats
En temor e 'n
aflicció,
Ab dolor e contricció;
Aytal sagrament ha
virtut
Qui mou la dona de salut
A una tal devoció,
Qu'a
penedent no diu de no.


VII.
De
extrema-unció.

Es la extrema-unció
Sagrament de querer
perdó
A la fí assumadament
E qu'hom faça confirmament
De
la fe en que ha estat,
E cascun s'en sia untat
Ab crisma com
ver christiá;
E fo fayt en Christ quant penjá
En la crotz ab
sanch e suor,
E en la regina ab plor,
Car ab negun sen no peccá
(17)
Mays que nostres peccats plorá.




DE
COMPLETAS.



A
vos mayre.



I.
De
membrança.

Membrança de gran dó
De esperança e de
perdó
fá coratje franch e joyós
E 'n tots los fayts
virtuós,
Per virtut del remembrament,
Si hom membre la pus
plasent
Qui de membrar es joy e flor,
E fá membrar per
nostr' amor
A son fill nostra frevoltat,
Per ço que haje
pietat,
E per res no 's pòt abstener
Que nos am ab tot son
poder.


II.



De
entendre.




Çell
qui enten ab veritat



Son
falliment e son peccat



Ab
contricció e temor



A
la mort no hage pahor,



De
son falliment e peccat



Si
enten la gran pietat



Que
ha de tots los peccadors



La
douça dona de valors,



Que
no sofer qu' hom sia mort



Ab
neguna colpa e tort;



Pus
que hom sa valor enten



E'
s penet de son fallimen.

III.



De
voluntat.

Qui ha veraya voluntat
A nostra dona de bon
grat,




un tant noble amament



Que
en tota res es avinent,



Leyal,
humil, franch e cortes



E
no falla 'n neguna res;



Car
nostra dona el té tan car



Que
no ’l lexa en res errar,



Amem
donchs la Verge molt fort



Car
ella es de tot gaug port,



Ont
hom está segurament



E
no tem nulla re vivent.


IV.



De
angels.

Senyors ángels, nous cal pregar



La
regina qu' ens, vulla amar,



Car
ella ens ha tan gran amor



Que
no y ha master pregador;



E
vos senyor Sant Gabriel,



Michael,
Seraphin, Raphael,



Fayts
li ’n gracias e merces,



Car
nostra advocada es;



Car
si per sa amor no fós



Ja
no pográ negú de nos



Fugir
a pena infernal



Ni
haver gaug celestial.







V.



De
Imaginar.

Gay só quant vull imaginar



En
la Verge gloriejar,



Que
ha al cel imperial.



Imaginar
mays me val
Que tot quant hay sentit de sá;
Car tots los
sants que son d' allá
Canten de la sua valor,
Pregant per li
peccador.
Mays quant imagin lo turment
Qu' en infern están
longament,
Adonchs suy trist e hay pahor

Trò membr' a la
dona d' amor.


VI.



De
sentir.




Quant
veig la terra e la mar,



Lo
cel, e aug aucells cantar,



E
sent de las flors lur odor,



E
de las viandas sabor,



E
toch drap, fust, aur, e rubís,



Per
la dona de paradís



Ab
la qual parle en pregan;



Quant
l' arma e 'l cors li coman,



Adonchs
sent al cor tal douçor



Que
hanc no la sentí major



E
dich a la Verge ploran:



-
"Veus me dona 'n vostre coman (18)."







VII.



De
pregar.



Aquell
qui bé volrá pregar



La
meyllor dona, e orar



Acus
se de son falliment,



Desix
aytant jutjament



Contra
sí com ama perdó;



Car
pus éll se pos en rahó,



No
'l pòt la dona de no dir



De
res qui si vulla querir;



Mays
çell qui ama mays salut



Qu'
el judici per Deus volgut,



No
fá oració leyal,



Ans
ho té la dona a mal.



____





De
la fí de aquest libre.



Las
set horas son finidas



E
per Ramon proferidas;



A
la douça dona d' amor



Pregon
per él li peccador.




VARIANTES.



(1)
Ab que Deus ha ‘l mon recreat:



(2)
Qui son de creaturas saluts:
(3) E del payre e la mayre só
(4)
Fill de sa filla Deu nomnat,
(5) E quant prego ‘n la puella

(6) La voluntat ab son poder.
(7) E doner lur mi per cabal

(8) Dona com sia conexent
(9) Com entena son fill aman
(¡O)
Lo mon havia de salut;
(11) A reclamar quant es irat
(12) De
tot lo mon qui 's penedent,
(13) Quant dix: - Vetme la sirventa

(14)
Ama, car está amistat

(15) Peccat original nomenat
(16) Gran
fó lo seu banyament,
(17) Car ab negun seu no peccá
(18) -
"Deus me don en vostre coman.” (este don pareix dou, pero sal
passá en les u,n segóns lo tipo de lletra)