Aragón, Arago, Aragó, Aragona, Aragonum, corona Darago, aragonés, aragoneses, fueros, aragonesa, textos antiguos de la corona de Aragón
martes, 23 de junio de 2020
327. LA JUSTICIA REAL EN ENTREDICHO
282. EL CRUCIFIJO DE SAN VICENTE FERRER

viernes, 6 de marzo de 2020
Los Códices son un honor de esta Iglesia. Examinándolos se aumenta la fé.
Los Códices son un honor de
esta Iglesia. Examinándolos se aumenta la fé.
Haciendo
mención otra vez del notable trabajo de los distinguidos archivistas
señores Denifle y Chatelain, su Inventario de los Códices de la
catedral de Tortosa es de un gran mérito, y revela que los
autores no sólo son muy expertos en esta clase de estudios, sino que
además conocen bien los archivos y principales bibliotecas
de Europa; porque al clasificar algunos de dichos libros,
hacen referencia a los de otras bibliotecas, demostrando con
ello una erudición muy digna de elogio.
Siguiendo,
pues, el mismo orden de dicho Inventario, daremos a conocer los
Códices de esta catedral, tomando por base las clasificaciones de
aquellos archivistas respecto al siglo en que fue escrito cada
Códice. Creemos prestar con ello un servicio a la historia en
general, y particularmente a la de esta iglesia, vindicando además a
los siglos pasados de las falsas imputaciones de, obscurantistas, retrógrados, etc.
Otra observación nos ocurre al hojear
estos voluminosos Códices, escritos casi todos en pergamino,
con caractéres que son verdaderos objetos de arte, y muchos
de ellos adornados con preciosas viñetas y dibujos del
major gusto. Es, que al pensar que todo era para adquirir y propagar
la ciencia, que se exhibía engalanada con tanto lujo y esplendor;
preciso es reconocer la importancia que entonces se daba al estudio,
cuando de tal modo se prodigaban los atractivos a fin de hacerlo más
agradable y honroso.
Y si a esto se añade que la Iglesia,
institución divina y civilizadora, cumpliendo con su elevada misión
de difundir la luz en el mundo, empleaba cuantiosas sumas para
ilustrar al clero, al efecto de que este instruyese después a los
fieles; dígase, si reflexionando esto no es la más negra ingratitud
e injusticia, pretender negar a la Iglesia el título de primera
Maestra de la humanidad, y centro de toda cultura y civilización,
como lo es realmente.
También nos ocurre otra idea al
examinarlos Códices, principalmente los que tratan de asuntos
religiosos o de sagrada liturgia.
Cuando uno observa la
inconstancia de las cosas humanas, y esa tendencia a cambiarlo todo,
de tal manera, que cada época se distingue por sus aficiones y
estilos; y hoy no gusta lo que se admiraba ayer, porque el deseo de
la novedad parece que sea condición inherente al hombre; viendo,
pues, esto, y observando por otra parte que en medio de esta habitual
inconstancia, se levanta majestuosa la figura de la Iglesia, firme en
sus principios y constante en sus ritos y tradiciones, desde luego se
ha de deducir que una mano superior debe dirigirla.
Esta
reflexión se ofrece al ver en un Códice del siglo XI igual
Cánon de la Misa que el que se usa en la actualidad. Lo
propio sucede con los demás Códices que contienen libros de la
Sagrada Escritura, o de los Santos Padres, que habiendo
sido escritos por amanuenses de distintas épocas y naciones,
no aparece en ellos la más leve discrepancia en todo lo que
concierne a la doctrina católica.
Es muy cierto que al
examinar los Códices se aviva la fé. Más de una vez hemos
presenciado en el archivo de esta catedral, que han hecho
manifestaciones en este sentido personas indifentes en
materias religiosas, las cuales comenzando por hojear los Códices
por mera curiosidad, concluyeron admirando los dogmas y
enseñanzas de la religión católica, y la constante
solicitud de la Iglesia al conservar el sagrado
depósito de su doctrina, con la mayor pureza, por medio de
los Códices.
Luego no exajeramos al decir que
examinando estos libros la fé aumenta. Porque si al contemplar
nuestras grandes catedrales, obra de siglos, donde una larga serie de
generaciones empleó sus esfuerzos y recursos para llevarlas a
término, deducimos con fundamento, que tanta constancia y
sacrificios no se conciben sin que la fé guiase los trabajos, y
alentase a todos con la esperanza de eterna recompensa; iguales
reflexiones ocurren al ver un Códice, en el que se empleó un buen
número de años, y donde el escritor se ocupó días y noches en un
trabajo monótono, practicado con tal paciencia que excede toda
ponderación. Ni se concibe tampoco la abnegación de los que pagaban
gastos tan enormes, en épocas de gran penuria, si lo que se escribía
en dichos libros no contuviese verdades y máximas en las cuales se
funda la esperanza de la felicidad en la otra vida.
Todo
influye a mirar con respeto los Códices; ya sea por lo que se
refieren al arte, ya también considerándolos bajo su aspecto
histórico y religioso.
jueves, 13 de febrero de 2020
XI, perg 66, Jaime I, 15 setiembre 1216
Perg. N° 66. Jai. I. 15 setiembre 1216. (M°CCXVI°)
In Dei nomine. Notum sit cunctis quod nos S. Dei gratia Terrachone archiepiscopus G. per eandem Tirassone episcopus P. Ferrandi dominus sancte Marie de Albarrazino Eximinus Cornelii Guillelmus de Cervaria Guillelmus vicecomes Cardone Guillelmus de Monte-Catano suscipimus vos dominum Jacobum regem Aragonis comitem Barchinone dominum Montis-Pessulani sub protectione et defensione et custodia atque consilio nostro et promittimus vobis quod nos consulemus vobis in omnibus negotiis vestris ad utiiitatem vestram et totius vestri regni et militum atque omnium vestrorum bona fide et sine fraude secundum vestrum bonum intellectum et custodiemus et deffendemus personam vestram et totam terram et res vestras ab omni adversitate pro posse nostro et promittimus vobis quod unus nostrum non substrahat personam vestram alteri gratis vel vi et si quis faceret vel consentiret quod absit remaneret perjurus et proditor ad forum Aragonis et bauzator ad consuetudinem Catalonie. Et hec omnia promittimus vobis in fide hominii quod vobis facimus ore et manibus et super crucem Domini et quatuor evangelia juramus quod ita attendemus et complebimus sic Deus nos adjuvet et sancta quatuor evangelia: salva tamen procuratione domini comitis Sanccii quamdiu bene curaverit et salva jura mei Guillelmi de Cervaria. Actum est hoc XVII kalendas octobris anno Domini M°CCXVI° apud Monssonem. - Testes sunt hujus rei et sacramentorum prestitorum B. de Clareto preceptor Gardenii tenens vicem magistri et frater B. de Aguilella comendator Monssonis et frater B. de Camppanis comendator Mirabeti et frater R. de Ayesclis + magister Emposte et frater Fortunius de Pomaris et frater Blascus de Avero Blaschus de Alagone Guillelmus de Podio Petrus de Pomario Petrus de Navascos R. de Monte-Catano G. Raimundi de Monte-Catano Jordanus de Petra alta R. de Castro-Veteri R. Gascon B. Item Dominicus Lois Matheus del Mas Auztorch de Jacca Fernandus Diaz Paschassius Munionis Arnaldus de Jussiet Petrus de Podioviridi Arnaldus Cortit Bernardus de Zasala Raimundus Raimundi Pretrus Tomas Arnaldus de Val Secherio Bernardus Clavelli. - Petrus Oviecho scripsi et hoc sig+num feci mandato prescriptorum.
jueves, 7 de noviembre de 2019
PERGAMINO ORIGINAL DEL FUERO DE JACA, 1062
EL PERGAMINO ORIGINAL DEL FUERO DE JACA CONCEDIDO POR EL REY SANCHO RAMÍREZ.
http://www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/el-pergamino-original-del-fuero-de-jaca-concedido-por-el-rey-sancho-ramirez/
Ricardo del Arco.
Copia y pega del pdf, puede haber errores no detectados al pegar. (Más adelante ya no está editado, hay muchos errores.)
El célebre fuero o carta magna otorgado a la ciudad aragonesa de Jaca por el rey Sancho Ramírez, era hasta ahora conocido únicamente por la copia del instrumento original contenida en el códice que conserva aquel Municipio, denominado "Libro de la Cadena".
Este es un infolio en pergamino que consta de dos partes, que claramente se distinguen por la desigualdad de su confección:
la primera y más esencial se escribió por los años de 1270; ocupa 84 folios y contiene documentos reales y municipales, copiados todos por una misma mano en letra francesa, hermosa y limpia, con algunas iniciales adornadas, pero con descuidos e inexactitudes que acusan al copista de mediano lector de letra antigua y de menos que mediano latino. La segunda parte la forman los 17 últimos folios, que contienen documentos pontificios, reales y episcopales, los cuales, seguramente, no estaban
en el archivo del Concejo, sino que se llevaron del de la Catedral para completar con ellos el cartulario; están escritos en varias ocasiones y por distintas personas, en peor letra que los de la primera parte, pero con más corrección, y no más tarde del año 1312, excepto el último, que lo fué antes del 1323.
Está encuadernado en tapas de madera forradas de cuero, guarnecidas en sus ángulos con clavos de hierro y mostrando señales de haber tenido otros mayores, a modo de sellos, en los centros, para unir el broche que lo cerraba. Por estos detalles se le llama en documentos del siglo XIV "el libro de los sellos redondos de hierro'''; cuando éstos desaparecieron le dieron el nombre de '''libro de las cubiertas vermellas''', que ha durado hasta fin del XVIII , añadiendo alguna vez en estos últimos tiempos el calificativo "de la Cadena", que no se nombra en los primeros; cadena que se pondría para sujetarlo, acaso en 1544, cuando fué trasladado desde el domicilio del Jurado o notario que lo guardaba a la actual Casa Consistorial (1).
(1) Dámaso Sangorrin: El Libro de la Cadena del Concejo de Jaca... Transcripción, traducción y anotaciones del cronista de la ciudad don --- (Zaragoza. 1921). pág. IV.
Los folios I verso, 2, 3 y 4 recto, contienen la copia del fuero concedido por Sancho Ramírez en el año (según reza allí) 1062, o sea la Era 1100. Esta ha sido la única fuente de todas las ediciones del famoso privilegio, tan interesante en la historia de la legislación española; es decir, a lo que parece, el documento original no ha sido conocido hasta que yo lo he descubierto recientemente en el Archivo municipal de Jaca. Veámoslo.
El analista Zurita fué el primer historiador que dio noticia del fuero, en sus índices latinos, al año 1064, como indicando que en esa fecha otorgó el rey el privilegio. El original, como se verá, coincide con la copia en la data, o sea en la Era 1100, año 1062, probablemente equivocada por omisión de alguna cifra.
¿De qué coligió Zurita esa fecha? De haber visto el pergamino original, hubiera hecho alguna reflexión para rectificarla. Sirvióse, pues, de una copia, que seguramente debieron comunicarle.
El padre fray Ramón de Huesca imprimió el tomo de su Teatro histórico de las iglesias del Reino de Aragón, dedicado a la de Jaca, en 1802. En la página 71 de ese volumen (el VIII de la serie) habla del fuero de Sancho Ramírez, indicando las leyes que el Monarca otorgó a la ciudad para su gobierno, "como consta del diploma que publicamos en el apéndice I, según se halla en el "Libro de la Cadena", de la misma ciudad, que es de vitela y caracteres muy antiguos, en que están sus privilegios. Dichos fueros se hicieron tan famosos en toda España, que venían de Castilla, Navarra y otras partes a Jaca para llevarlos á sus tierras, como lo testifica el rey don Alonso II en un privilegio, de que luego hablaremos; y el padre Moret refiere algunas ciudades de Navarra y Castilla que se gobernaban por los fueros de Jaca".
Publicó, en efecto, el privilegio tal como está; en el "Libro de la Cadena", aunque indicando en el epígrafe que "se halla en pergamino suelto, en el archivo de dicha Ciudad, caxón 5, leg. 13, núm. 3, y en el libro de la Cadena de la misma, fol. 1."
Pero el padre Huesca no vio el original, no obstante haber estado en Jaca preparando la edición de su Teatro, cosa que no le ocurrió a Zurita, y ello por dos razones: la signatura que el documento tenía en tiempo del padre Huesca era la misma que ostenta hoy, o sea el núm. 1 de los privilegios reales, y no el núm. 3, del leg. 13. Además, y es prueba concluyente, después de inserta la copia del privilegio tomada del "Libro de la Cadena", añade: "La data está defectuosa, pues habla del año de la Encarnación sin expresarlo, y la Era M. C. que señala corresponde al año del Señor 1062, y don Sancho Ramírez no subió al trono hasta el mes de mayo del siguiente. Zurita, que pudo ver el original, afirma en los índices latinos sobre el año 1064 que el rey don Sancho dió a Jaca en este año, en el principio de su reinado, las leyes, forma de gobierno y título de ciudad que menciona el privilegio."
Además, de haber visto, el padre Huesca el original, se hubiera valido de él para la publicación, como más fidedigno que una copia en la que se registran muchas variantes, errores o malas lecturas, como veremos.
Don Tomás Muñoz y Romero, en su Colección de fueros municipales y cartas pueblas (Madrid, 1847), publicó este fuero jaqués, pero tomándolo del padre Huesca, por lo cual adolece de todos los defectos de infidelidad de aquél. Antes que él lo publicaron Llorente, en el tomo III, pág. 454 de sus Noticias históricas de las Provincias Vascongadas, aunque —(dice Muñoz Romero— no con tanta corrección como le imprimió el padre Huesca-.
Zuaznavar, en su Ensayo histórico sobre la legislación de Navarra, y Yanguas, en su Diccionario de antigüedades del Reino de Navarra, dieron también este fuero según la misma fuente.
El padre Moret, en sus Investigaciones históricas de aquel Reino, asignó al documento nada menos que el año 1090.
En nuestros días, don Gabriel Llabrés ha publicado una noticia del "Libro de la Cadena", en la Revista de Huesca, tomo I (año 1903), págs. 281 a 292, seguida de la transcripción de cuatro documentos del "Libro", uno de ellos este fuero jaqués. La lectura es más fiel que la que en 1921 ha hecho don Dámaso Sangorrin. Llabrés no conoció el pergamino original.
Dicho señor Sangorrin, cronista de Jaca, ha dado a la luz una edición del "Libro de la Cadena del Concejo de Jaca" (Zaragoza, 1921), con atinados comentarios a los documentos de que se compone. Tampoco el cronista de aquella antigua ciudad ha visto el pergamino original, porque no lo menciona; antes bien, en la pág. 102 de su obra, dice: "El copiante (del '''Libro de la Cadena") omitió la fecha de la Encarnación, que sin duda constaría en el original además de la Era..." ; y en la pág. 103: "Lo que sospecho es que en el original decía Era MCXV..." Ni una ni otra cosa son ciertas; el copiante, que tantos errores cometió al trasladar el documento original, al llegar a la fecha copió bien, porque en el original se omitió el año de la Encarnación y la Era es M.a C.a, y no la que sospecha el señor Sangorrin, M. C. XV.
Por tanto, el pergamino original es inédito, y ha permanecido oculto desde el siglo XVIII. A mis manos llegó registrando el Archivo municipal de Jaca, como comisionado de Real orden para realizar el inventario de varios archivos de la provincia no incorporados al Cuerpo facultativo de Archiveros.
Un índice del siglo XVIII me dio el rastro, y al fin lo encontré (1), con la satisfacción natural, por tratarse del documento más enaltecedor de Jaca, el más importante, sin duda, de Aragón y uno de los más
insignes de España, citado por todos los historiadores nacionales y extranjeros de nuestra Legislación.
Esa es la razón que me ha movido, no sólo a dar cuenta a la Real Academia de la Historia del importante hallazgo, sino a ofrecer una transcripción fiel del curiosísimo documento acompañada de la fotografía, anotando las variantes —errores del copista y errores de lectura, por mejor decir—- que aparecen en las ediciones del padre Huesca (y de Muñoz Romero, por tanto) y de Sangorrin, en numero de 67,
Las primeras van indicadas con la inicial H, y las segundas con la inicial S (2).
(2) Las variantes de la edición de Llabrés son, poco más o menos, las de la de Sangorrin, por lo que me abstendré de anotarlas o compararlas con el original, salvo las que sean distintas. Llabrés no pone diptongos (que no se usaban entonces ni constan en el Libro de la Cadena) como el señor Sangorrin; pero en cambio escribe siempre Jacca o Jaccam, en vez de Iaca, o Iacea, Iaccam.
(1) Encontré, además, el documento más antiguo del Archivo: una donación del rey Ramiro I a los vecinos de Osas, de la villa de Suersa, concediéndoles fuero, en 30 de mayo del año 1042; un privilegio de Alfonso I (1106), otro de Pedro II (1212) sobre el Almudí, dotado de magnífica bula plúmbea; casi toda la serie, en fin, de los privilegios concedidos a Jaca, los cuales dormían entre el polvo del olvido, en un hermoso armario inexplorado .........
El documento tiene todos los caracteres apetecibles de autenticidad (letra, signo de Sancho Ramírez, firma de Pedro I, abreviaturas, ancianidad del pergamino, etc.), y es, sin duda alguna, el original, por lo demás bien conservado.
En él el rey Sancho Ramírez declara a Jaca ciudad; y para que sea bien poblada, le concede todos los buenos fueros que los habitantes le habían pedido, a saber:
I. Que cada cual edifique y cierre a su arbitrio su vivienda.
II. Que el que hiera a otro en presencia del Rey o en su palacio, hallándose el Monarca en él, pagará 1.000 sueldos o se le cortará la mano; en caso contrario, pagará la multa según el fuero de ausencia Real.
III. Que si alguien mata a otro sorprendido en delito de robo, no tenga pena de homicidio.
IV. Que en hueste no tengan obligación de llevar sino víveres para tres días, y eso cuando se trate de guerra regular o que el Rey esté sitiado por el enemigo. Si el cabeza de familia no quiere ir, podrá mandar en su lugar un peón armado.
V. Que el que adquiera una heredad la posea libre un año y día, sin traba alguna; después de este plazo pagará al Rey 60 sueldos el que quiera despojar al poseedor de su derecho.
VI. Que tengan libertad de pastos y leñas en terreno donde puedan ir y volver en el día.
VII. Que no tengan obligación de aceptar desafíos sino por voluntad de ambas partes; y para tenerlos con los de fuera se necesitará el beneplácito de los hombres de Jaca.
VIII. Que nadie pueda ser preso dando la fianza correspondiente.
IX. El que fornicare con mujer, consintiéndolo ella, si no es casada, no pague multa; pero si usa de violencia, búsquela marido o tómela por esposa. Si la mujer ultrajada pide justicia dentro de dos días, lo probará con testigos fidedignos de Jaca; pero transcurridos tres días sin reclamar, no tendrá derecho alguno.
X. Que el que vaya contra su vecino con armas, lanza, espada, maza o cuchillo, pagará 1.000 sueldos o será privado de la mano; si alguno mata a otro, pague 500 sueldos; si solamente le hiriere con el puño o le asiere por los cabellos, 25 sueldos; si le arroja en tierra, 250 sueldos.
XI. El que allane la morada del vecino o saque de ella prenda, pague 25 sueldos al dueño de la casa.
XII. Que el merino real no perciba calonia de ningún vecino sin la aprobación de seis hombres buenos.
XIII. Que los vecinos no estén obligados a comparecer en juicio fuera de Jaca.
XIV. El que tenga medidas o pesos falsos, pague 60 sueldos de multa.
XV. Que los de Jaca vayan a moler a los molinos que quisieren, excepto los judíos y los que fabrican pan para la venta.
XVI. Que no enajenen sus fincas a eclesiásticos ni a infanzones.
XVII. Que el que quiera prender a otro por deudas llame al Merino, y éste lo encierre en el Palacio Real, a la custodia del carcelero. Pasados tres días, el denunciante dará ración diaria de pan al preso, y si no lo hace, sea puesto éste en libertad.
XVIII. Que el que embargue un sarraceno o una sarracena guárdelo en el Real Palacio, en donde el dueño del preso le dará ración de pan y de agua, porque es persona y no es justo que quede sin alimento como una bestia.
Estos son los preceptos que contiene el fuero de Jaca, otorgado por Sancho Ramírez. Fué confirmado y adicionado por Ramiro II el Monje, en 1134 y por Alfonso II, en 1187. En este último dice el Rey que de Castilla, de Navarra y de otras partes venían a Jaca a aprender y trasladar sus usos y costumbres.
Respecto a la fecha, encontrado el original, hay que desechar las conjeturas, y afirmar que es la Era 1100, o sea año 1062, con error del "scriptor", o sin él.
Bonilla y San Martín, en la pág. 6, nota 2, de su admirable estudio El derecho aragonés en el siglo XII (Huesca, 1920), dice: "Esta fecha (1062) , y no la de 1064, que es la que generalmente suele darse, figura en el texto del "Libro de la Cadena" o de los Privilegios de Jaca. Véase la edición del fuero, por don Gabriel Llabrés, en la Revista de Huesca (1903), tomo I (único publicado), pág. 289."
En su citada obra, Bonilla y San Martín analiza los preceptos del fuero jaqués y los de otros del siglo XII , considerándolo el primero aragonés, o sea el más antiguo, que tiene alguna extensión; pues a excepción del de Tudela (1127), del de Calatayud (1131) y del de Daroca (1142), los restantes son brevísimos documentos: cartas pueblas, privilegios, en los que apenas se alude a algunas de las más importantes instituciones jurídicas.
De aquellas disposiciones, unas se refieren al servicio militar (la 4); otras, al reconocimiento de derechos individuales (1, 5, 6, 8, 11, 12, etc.), otras a la propiedad (5, 6, 16; etc.); otras son de índole penal (2, 3, 5, 9, 10, 11, 14); otras, en fin, de derecho procesal (8, 12, 13, 17, 18).
He aquí la transcripción de este curioso documento, en la que se marcan con letra cursiva las abreviaturas resueltas. En notas van las variantes de los textos anteriormente publicados, para restablecer la pureza del original.
"In nomine nostri ihesu Xpi. et indiuidue (I) trinitatis patris et filii et spiritus sancti amen. Hec (2) est carta auctoritatis / et confirmationis quam Ego Sancius gratia dei aragonensium rex et pampilonensium, facio uobis notum omnibus hominibus qui sunt / usque in orientem (3) et hoccidentem (4) et septentrionem et meridiem, quod ego uolo constituere ciuitatem in mea uilla que (5) dicitur / iaka (6). In primis con dono (7) uobis omnes malos fueros quos abuistis (8) usque in hunc diem quod ego constitui iakam (9) esse ciuitatem, et ideo quod ego uolo quod sit bene populata concedo et confirmo uobis et omnibus qui populauerint in iaca (10) mea ciuitate, totos illos bonos / fueros quos michi demandatis (11) ut mea ciuitas sit bene populata, et unus quisque (12)
(1) S., indiuiduae.
(2) S., Haec.
(3) S., oriente.
(4) H., occidentem; S., occidente.
(5) S., quae.
(6) H., Jacca; S., iacca.
(7) H. y S., condono.
(8) H. y S-, habuistis.
(9) H., Jaccam; S., iacam.
(10) H., Jacca; S., iacca.
(11) S., demandastis.
(12) H. y S., unusquisque.
(N. E. A partir de aquí hay muchos errores, no está editado. Leer en el PDF.)