viernes, 6 de marzo de 2020

CÓDICES DE LA CATEDRAL DE TORTOSA

LOS CÓDICES
DE LA CATEDRAL DE TORTOSA, 



POR EL
Dr. D. RAMON O'CALLAGHAN,

Canónigo Doctoral de dicha Santa Iglesia,
Archivero del
Excmo. Cabildo, y por el Excmo. Ayuntamiento Cronista de Tortosa.

TORTOSA.
Imp. católica de José L. Foguet y Sales, Moncada,49.
1897.

//

Editado por Ramón Guimerá Lorente.

//

Sume tibi librum grandem, et scribe in eo.
Isaiae 8, 1.

//

En el Apéndice a los ANALES DE TORTOSA que publicamos hace poco, dedicamos un capítulo al archivo
de esta catedral, reseñando brevemente sus riquezas históricas.
Entre estas figuran de un modo muy distinguido los preciosos
Códices que posee, muchos de ellos admirables no sólo por su valor
histórico, sino también como objetos de arte, pues revelan la
altura que este alcanzó en los tiempos pasados. También son
dichos Códices un grande honor para la iglesia de Tortosa, porque
manifiestan la importancia y el poder que tuvo en aquella época, en
que invirtió cuantiosas sumas para adquirir estos libros; y el noble
anhelo que la distinguió por conservar y difundir el sagrado
depósito de la ciencia, que recibió con una mano de las
generaciones antiguas, y trasmitió con la otra a las que habían de
venir, las cuales agradecidas, no pueden menos de admirar este legado
que por todos conceptos es de un gran mérito. Para darlo a
conocer, supuesto que forma una de las mayores glorias de esta
iglesia, ofrecemos a nuestros amigos en este libro un catálogo o
reseña de sus preciosos Códices, tanto más interesantes en cuanto
se han conservado prodigiosamente al través de los siglos, y entre
las muchas vicisitudes que ha pasado esta ciudad, en las guerras,
sitios y trastornos de todas clases.

Tortosa enero de 1897.





I.

Introducción.- Inventario
de los Sres. Denifle y Chatelain.

La afición de cada día
mayor que se observa respecto a las investigaciones históricas, y el
estudio a que se prestan los datos ú objetos que con
frecuencia se descubren, han creado un sinnúmero de asociaciones,
destinadas exclusivamente a fomentar dichos descubrimientos y a
conservarlos.
Ciertamente que a estos trabajos de investigación
se puede aplicar con toda propiedad aquella máxima de los sagrados
libros: Colligite quae superaverunt fragmenta ne pereant.
Recojed los fragmentos que han quedado, para que no se pierdan.

La
facilidad y economía en los medios de comunicación de la época
actual, también ha sido un poderoso auxilio sobre este punto.
Calcúlense las molestias y dispendios que se debieron ofrecer al P.
Florez, cuando a mediados del siglo XVIII hubo de recorrer toda
nuestra nación para escribir su «España Sagrada». Lo mismo puede
decirse de la obra que con igual título escribió el P. Risco a
principios de este siglo, y del «Viaje literario a las iglesias de
España» del P. Villanueva.

Dada la actual facilidad de las
comunicaciones, se comprende que por todas partes se multipliquen los
viajes literarios. Concretándonos a esta catedral, han sido varias
las comisiones y personas particulares que con motivos científicos
la han visitado de algunos años a esta parte. Recordaremos el sabio
P. Fanla, Religioso italiano de la Órden de San Francisco,
que vino el año 1876 con objeto de recojer datos para la
colección de sermones de San Buenaventura que publicaba dicha Orden
religiosa. Posteriormente, el año 1878 estuvo aquí el muy ilustrado
Dominico P. Rivas, autor de la Historia eclesiástica que sirve de
texto en muchos Seminarios de España, quien junto con otro
Dominico
español examinó los Códices de este archivo, tomando notas de
grande interés sobre las obras de Santo Tomás de Aquino.

Dos
años después vino por primera vez a esta ciudad, con igual motivo
de inspeccionar las obras de Santo Tomás, el distinguido P. Enrique
Denifle, también Dominico, austríaco de nación, sub-Archivista
del Vaticano
, acompañado de otro Religioso francés de la misma
Orden. Ambos hicieron grandes elogios de los Códices que posee esta
iglesia. El año 1880 volvió otra vez el P. Denifle, tomando
interesantes apuntes, y fijándose de un modo especial en un Códice
del siglo XIII, que contiene la exposición del Credo o
Símbolo de los Apóstoles, obra del Dominico P. Raimundo
Martín, el cual Códice
además de su gran mérito, tiene la particularidad, según dijo el
P. Denifle, de ser el único ejemplar que ha visto en las
muchas bibliotecas que ha tenido ocasión de examinar.

En
1892 visitó este archivo y examinó los Códices, el sabio Jesuíta
alemán P. Guido Dreves, escritor de gran nota y censor de libros en
el colegio de Exacten, quien recorrió los archivos y bibliotecas de
España y de otras naciones, buscando datos para una obra de Liturgia
antigua que escribía, y según manifestó los halló de mucho
interés en los Códices de esta catedral. Al poco tiempo vino el
notable escritor, también Jesuita y alemán, P. Francisco Ehrle,
individuo del Consejo Directorio de la Biblioteca del Vaticano,
quien visitó esta iglesia y examinó el archivo, al efecto de
completar algunas noticias relativas al cisma de Occidente y
al llamado Papa Luna, sobre todo lo cual tenía muy adelantada
una obra histórica.

En 1894 visitó asímismo este archivo
un joven seglar inglés, llamado Arturo S. Hunt, a quien recomendaba
para los fines de su viaje literario la Universidad de Oxford, en
Inglaterra, según un documento que presentó librado por dicha
Universidad. El objeto de este viajero era tomar notas y hacer un
índice de los Códices para una obra que sobre esto debía
publicarse. Al efecto formó un catálogo numerado, expresando el
título del libro o Códice, siglo en que fue escrito según su
opinión, y alguna otra particularidad digna de notarse.

Pero
el trabajo de más importancia y de mayor mérito respecto a
clasificar los Códices, débese a los muy ilustrados Archivistas, el
citado P. Enrique Denifle, y D. Emilio Chatelain, francés de nación
y Bibliotecario de la Universidad de París. Estos dos notables
escritores visitaron el archivo y examinaron los Códices de esta
catedral a primeros de septiembre del año 1895. El P. Denifle los
conocía perfectamente pues esta era la tercera vez que venía a
Tortosa con este objeto. Así se explica el que a pesar de los pocos
días que emplearon en su cometido, el trabajo practicado por dichos
señores es muy perfecto según veremos.

Se edita en París
una publicación titulada «Revista de Bibliotecas, la cual como su
nombre indica, tiene por objeto dar a conocer todo lo más notable
que contienen las bibliotecas y archivos de Europa. Tal fue el
aprecio que aquellos distinguidos escritores hicieron de los Códices
de esta catedral, que formaron un Inventario muy completo de todos
ellos, clasificándolos por el siglo en que cada uno fue escrito,
haciendo sobre muchos Códices observaciones que aunque breves son de
grande interés y revelan un criterio superior.

El número de
dicha Revista correspondiente a los meses de enero y febrero de 1896,
se destinó exclusivamente a dar cuenta de los mismos. Forma un
cuaderno que se titula Inventarium Codicum manuscriptorum Capituli
Dertusensis
.

Le precede, escrito en elegante latín, un
prólogo que firman los dos ilustres archivistas. Dicen en él, que
era muy grande su deseo de examinar los Códices de esta catedral;
y que después de haber inspeccionado el archivo de la de
Barcelona
, vinieron a Tortosa a primeros de septiembre de
dicho año 1895, los días en que esta ciudad estaba engalanada,
reinando en ella la mayor animación con motivo de celebrarse las
anuales fiestas de la Virgen de la Cinta. Ello no obstante,
pudieron satisfacer cumplidamente sus deseos, examinando como querían
todos los Còdices de esta catedral.

Después de
expresar esto dan una idea general de los Códices y del sitio donde
están colocados, pareciéndoles bien los trabajos y dispendios que
se han hecho de pocos años a esta parte, a fin de asegurar por largo
tiempo la conservación de tan preciosos libros.



numero-códices-reseña-histórica

CXLVI, reg 2175, fol 89, 9 abril 1402

CXLVI. 
Reg. N° 2175, fól. 89. 9 abr. 1402.

Lo rey. Promens: be que per clara e vera relacio sintam la bona et singular affeccio que havets aixi (primera vez que aparece aixi, antes salía axi) com rahonablement haber devets a la prosperitat et augmentacio del estudi de medicina de aqueixa ciutat per nos et per nostra real provisio et adjutori fundat axi per necessitat et utilitat de nostra persona com per bellesa et conservacio de sanitat singularment de vosaltres et dels habitadors de la dita ciutat: pero encareus manam pregantvos tan affectuosament com podem que lo dit studi axi en general com en singular rebats per nostre servir et sguart quius ho grahirem fort singularment en recomendacio especial prosseguint aquell de totes utilitats favors et liberalitats posibles: e per res si servir nos desitjats non sintam lo contrari car part quens ens desplauriets molt fariets gran dan a vosaltres mateixos et al ben publich daqueixa ciutat la cual segons vehets es ara per divinal juhi de pestilencia epidemial vexada. Dada en Valencia sots nostre segell secret a IX dies de abril del any MCCCCII. - Rex Martinus. - Dominus rex missit signatam - Dirigitur consiliariis Barchinone (1).

(1) Otro testimonio de la constante protección que los monarcas aragoneses dispensaron al estudio de la medicina es el siguiente privilegio concedido por el rey don Juan 1.° a sus profesores y maestros en artes. - (Reg. 1904, fól. 72.) Nos Johannes et cetera. Volentes vos magistros in medicine et artium facultatibus studii generalis civitalis nostre Ilerde in quo ut e cetero didiscimus notabiliter et egregie ac etiam singulariter inter alia nostri dominii studia actus medicine et arcium continue leguntur prerogativis et favoribus in scriptis tanquam benemeritos et condignos prossequi in hac parte: tenore presentis hec vobis de speciali gratia concedentes in perpetuum vulumus et ordinamus quod omnes magistri dictarum duarum scienciarum videlicet medicine et artium qui nunc estis vel fueritis pro tempore in studio predicto gaudeatis et gaudere possitis de cetero in perpetuum omnibus illis graciis favoribus honoribus prerogativis franquitatibus et immunitatibus quibus gaudent et gaudere possunt doctores in utroque jure vel tantum in altero tam virtute quarumcumque gratiarum seu privilegiorum per nos seu predecessores nostros celebris memorie eisdem indultorum quam etiam virtute aliquorum statutorum seu ordinacionum per consilium studii predicti factorum seu fiendorum. Mandantes per hanc eandem gubernatori Cathalonie vicario et curie ac paciariis et probis hominibus civitatis Ilerde necnon cancellario et rectori ac doctoribus et bacallariis et scolaribus utriusque juris dicti studii el aliis etiam ad quos spectet presentibus et futuris de certa sciencia et expresse sub nostre ire et indignationis incursu quatenus vos dictos magistros in medicina et artibus uti permitiendo favorabiliter honoribus et prerogativis supradictis quibus ipsi doctores in jure utroque dictorum privilegiorum seu statutorum pretextu uti possunt et debent ac eciam vos favorabiliter pertractantes graciam et concessionem nostras hujusmodi vobis perpetuo teneant firmiter et observent tenerique et observari faciant inconcusse et non contraveniant seu aliquem contravenire permittant aliqua racione. In cujus rei testimonium presentem fieri jussimus nostro sigillo majestatis impendenti munitam. Data in monasterio de Petrisalbis XVII die augusti anno a nativitate Domini M°CCC°XC° secundo regnique nostri sexto.- Petrus Oltzina.- Signum + Johannis Dei gratia regis Aragonis Valentie Majoricarum Sardinie et Corsice comitisque Barchinone Rossilionis et Ceritanie.- Rex Johannes.- Testes sunt Petrus Lattonis vicecomes de Vilanova Jacobus Castella camerlengus domine regine Franciscus de Sancto Clemente majordomus Jacobus Castella uxerius armorum et Eximinus de Tovia cavallericius domini regis.- Dominus rex mandavit mihi Johanni de Tudela.

FIN DEL TOMO SEXTO DE LA COLECCIÓN.