lunes, 22 de junio de 2020

NUNILO Y ALODIA, VÍCTIMAS DE LA INTRANSIGENCIA RELIGIOSA


240. NUNILO Y ALODIA, VÍCTIMAS DE LA INTRANSIGENCIA RELIGIOSA (SIGLO IX. ADAHUESCA Y BETORZ)

Nunilo y Alodia eran dos niñas de Adahuesca, localidad del somontano oscense, hijas de madre cristiana y de padre musulmán. Dada la radicalización de los primeros tiempos de la conquista, no fue nada fácil vivir en el seno de una familia mixta como la suya, pero fueron educadas por consenso de sus padres en la religión materna.

Cuando su padre murió relativamente joven, siguiendo los preceptos de la religión islámica, las niñas pasaron a estar bajo la tutela y amparo del pariente varón más cercano, que en este caso era un tío, cuyo radicalismo obligó a que ambas se educaran en adelante en la religión paterna, es decir, la islámica. Como la madre persistiera terne en su empeño de que fueran cristianas, a pesar del parentesco el intransigente tío las denunció ante la autoridad del juez musulmán de Alquézar.

Se tomó su tiempo el juez, buscando la mejor manera de solventar el problema, resolviendo al fin, movido por la juventud de las muchachas, no condenarlas. Pero al tío no le satisfizo aquella sentencia exculpatoria de modo que, enfurecido, decidió apelar a la autoridad del juez superior de Huesca.

Tras pasar vicisitudes varias por el camino, llegaron a la capital del distrito. Aquí, el juez Zumail, tras tomarles declaración y exhortarles a que adjuraran de la religión católica, les preguntó si estaban dispuestas a ello pues, de lo contrario, tendría que condenarlas a la pena máxima.

Las niñas se mantuvieron firmes y firme fue también la decisión de Zumail, que las condenó a morir degolladas. Sus cuerpos sin vida fueron a parar al muladar.
Ocurrió que durante varios días, sendas luces de origen desconocido lucieron permanentemente en el vertedero donde habían sido abandonadas, por lo que pusieron al corriente del hecho al juez. Éste, para evitar cualquier tipo de reacción de la población mozárabe cristiana, ordenó horadar un profundo pozo y enterrarlas en él. Una vez cubierto, se señaló el lugar con una cruz.

[Datos proporcionados por Ana Mª Cavero, Eva Gálvez, Raquel Gutiérrez y Mª Soledad Laborda, del Colegio «San Vicente de Paúl». Barbastro.]


239. OROSIA MUERE A MANOS MUSULMANAS

6.2. RELACIONES PROBLEMÁTICAS

239. OROSIA MUERE A MANOS MUSULMANAS (SIGLO IX. JACA Y YEBRA DE BASA)

239. OROSIA MUERE A MANOS MUSULMANAS (SIGLO IX. JACA Y YEBRA DE BASA)


Orosia o Eurosia —una de las hijas de los duques (que para otros eran reyes) de Bohemia o de Aquitania, Boribonio y Ludemila, quienes se habían convertido al cristianismo por influencia de san Metodio— era una muchacha joven y de notable belleza, a la que algunos convierten en mujer del último conde aragonés Fortuño Ximénez, mientras otros consideran que era soltera en el momento de sufrir el martirio al que fue sometida, si bien es cierto que estaba a punto de desposarse.

Lo cierto es que en el año 870, acompañada por el obispo Acisclo y por su hermano Cornelio, recorrió las tierras de Francia de norte a sur para venir a reunirse a Aragón con su esposo o su prometido, no se sabe bien. Tras un largo y penoso viaje, atravesó por fin la comitiva el Pirineo para encaminarse hacia Jaca, cuando recibieron noticias de que algunos grupos armados de musulmanes patrullaban por la comarca, así que decidieron guarecerse en una cueva cercana a Yebra de Basa, en espera de que pasara el peligro.

Alertados, asimismo, los musulmanes de la presencia de un grupo de gente cristiana que andaba huida y escondida por los montes, acabaron por encontrar a Eurosia y a todos los suyos, que fueron conducidos prisioneros ante su jefe, Abenlupo, quien quedó impresionado por la belleza de la joven.

El juicio fue sumarísimo y Abenlupo ofreció salvar la vida de la joven y la de los suyos si ésta accedía a convertirse al islamismo, pero la negativa fue tajante. No obstante, para forzarla a cambiar de opinión, hizo matar uno tras otro a su tío, a su hermano y a algunos de los acompañantes y doncellas del séquito, pero la princesa permaneció fiel a su fe. Aquella actitud de firmeza de Eurosia acabó por irritar completamente a Abenlupo, que ordenó también su muerte, haciéndole cortar los brazos, las piernas y la cabeza.

Tuvieron que transcurrir casi doscientos años, según la tradición, para dar con los despojos de Eurosia. Un ángel condujo hasta ellos a un pastor, que acabó hallando la cabeza y el tronco de la joven. Dejó la primera en Yebra de Basa y llevó el tronco a Jaca. A su paso por las aldeas del camino, las campanas tañían solas, lo mismo que ocurrió en Jaca, donde se guarda la reliquia.

[Rincón, W. y Romero, A., Iconografía..., II, pág. 15.]


Interesante ruta en la que destaca el sorprendente número de ermitas que nos vamos a encontrar así como las magnificas vistas durante la ascensión del Valle de Basa, aunque sin lugar a dudas el lugar más espectacular de todo el recorrido lo constituyen el conjunto de ermitas rupestres de San Cornelio y de La Cueva, que se encuentran literalmente encajadas entre grandes paredes de piedra, sobre la cual se precipita desde gran altura las aguas del Barranco de Santa Orosia formando una impresionante cascada conocida como El Chorro.