martes, 20 de julio de 2021

XIII SÓLLER.

XIII

SÓLLER.
Poesía
premiada en los Jochs florals de Barcelona, en Maig de 1871.

¡Oh
benhaurada terra
Hont la pau hi té niu, y per la plana
Volateja
y la serra,
Hont lo frést nom de guerra
Sòls corre malmenat
per veu llunyana!

De bon matí les roses
Que tira el Sol
adornan l´alta vía,
Y després envejoses
Les flors del vall
hermoses
Obrint los ulls alegran la masía.

Allá, de les
pomeres
Que rodejan los horts y les marjades,
Botan, botan
rioleres
Les aus dematineres,
Brins á picar pe´ls buyts de
les porxades.



XIII



SÓLLER.

Oh
bienaventurado país, en donde construye su nido la paz, y revolotea
por sierras y llanuras; en donde el grito feroz de la guerra, sólo
se deja oír mal conducido por voces lejanas.

Muy de mañana
las rosas que el Sol envía, adornan las altas cumbres de los montes;
y envidiosas las florecillas del valle, abren sus cálices y alegran
las alquerías.




Allí,
de los manzanos que rodean los huertos y bancales, saltan las
risueñas aves de la mañana, y vuelan á concertar con su piquito la
brizna en los derruidos techos.







Y
entorn de la caseta
Del festiu llaurador sos lays refilan,
Y
entorn de l´Esgleyeta
Cantan ab llur harpeta
Lo chor sagrat
que ´ls serafins estilan.

De nit, quant les oscures
Ombres
del vall descobren l´estelada,
Se gosan les dolçures
De
l´aura perfumada,
Ab los taronjerals enjogassada.

Allá,
´l cor de les nines
Es un cel d´harmonía delitosa;
Dins ell,
les veus divines
Gayes veus mallorquines
Se tornan, nostra
llengua fent xamosa.

Y les gentils donzelles,
De blanch
vestides y color del ayre,
Rumbejan les poncelles
De violes y
roselles
Qu´ahir colliren per ´l bon glosayre...

Lo suau
de l´harmonía
Que brollar pot de l´eternal Bellesa,
Lo rich
de la poesía
Que llúu en la fantasía
Dins Sóller ho ha
sembrat Naturalesa.



Posadas
ante la vivienda del festivo labrador, ensayan sus deliciosos
gorjeos; y, entorno del oratorio de la Madre de Dios, remedan con
arpilla melodiosa el coro sagrado que cantan en el cielo los
serafines.

Por la noche, cuando se rasgan las oscuras nieblas
del valle y descubren el estrellado firmamento, se goza allí la
dulzura de la perfumada brisa, que juguetea en los naranjales.

Allí
el corazon de las jóvenes es un cielo de deliciosa armonía. En lo
interior de este corazon, las divinas voces se convierten en alegres
palabras mallorquinas, que hacen más y más graciosa nuestra
lengua.

Las doncellas vestidas de azul y blanco, ostentan
ramilletes de amapolas y violetas, cogidos la víspera para premio de
los trovadores populares.

Toda la suave armonía que puede
manar de la eternal Belleza, toda la esplendorosa poesía que
relumbra en la imaginacion, las ha esparcido la Naturaleza en el
territorio de Sóller.


Si
duyt pe ´ls grats aromes
En la Pascua florida vas á l´horta,
Les
magranes y pomes
En flor vestint les comes,
La pau revivirán
en ton pit morta.

Los taronjers flayrosos
S´abraçan ab
les mòres oliveres,
Ab noguerets ayrosos
Los pins
maravellosos,
Ab los fassers gracioses llimoneres.

Les
llargues ciquioles
Ab goig per entre los verjers
murmuran;
Engrossan fontinyoles,
Fins la mar no s´aturan,
Y
l´abundancia fértil asseguran.

Esguarda la fumera
Que
dels enginys corona les teulades,
Ascolta la feynera
Pobreta
jornalera,
Junt dels telers ab les remors variades.

Pero,
déxahi la vora
Dels torrentols que raspan les arenes
Del port,
déxahi enfora
La mar barbulladora
Que s´entretén jugant ab
açucenes.



Si,
atraído por los gratos aromas, visitas las amenas huertas durante el
risueño Abril, los granados y manzanos en flor que visten las
laderas de las colinas, harán revivir la dulce paz en tu pecho.

Los
olorosos naranjos, entrelazan sus jóvenes ramas con olivos que
plantaron los árabes; tiernos nogales se acercan á altísimos
pinos; y esbeltos limoneros crecen al lado de elegantes palmeras.

El
agua corre murmurando por las largas acequias, en medio de los
verjeles; acrecienta las fuentecillas, y llega hasta el mar, por do
quiera derramando la fértil abundancia.

Mira la columna de
humo que corona el techo de las fábricas; escucha la voz de la pobre
jornalera, y el variado rumor de los telares.

Pero deja la
orilla de los torrentes, que remueven las arenas del puerto; deja á
la espalda la resonante mar, que juguetea con las azucenas de la
playa.


¡Oh!
munta al Puig; les glories,
Los esplendors veurás de l´ampla
terra;
En formes il-lusories
Les antigues memories
Dés tota
l´Illa pujan dalt la serra.

L´arrevellit brancatje,
De
But-Naba la viva torrentera,
Del mar l´inmens ropatje,
Sens
fons l´espay selvatje,
Al pit retornan sa forçor
primera..........

¡Oh terra benvolguda!
¡Lluny, ben lluny
dels palaus y les arcades,
Pas´, de Deu ab ajuda,
Ma vida
renascuda,
Algun jorn en tes quietes fondalades!

Agost de
1876.




¡Oh!
sube con aliento al Puig Mayor: en su cima contemplarás los
esplendores de la ancha tierra; y volarán á ti como ilusiones los
recuerdos de la antigüedad, desde toda la redondez de la Isla.

El
crudo ramaje esparcido, las ruidosas fuentes de But-Naba, el infinito
velo que cubre los mares, la salvaje extension del espacio sin fondo,
vuelven al pecho la juventud primera......

¡Oh país
bienamado! ¡Quiera Dios que mi vida reanimada, se deslice algun día,
léjos, muy léjos de los alcázares y palacios, en medio de tus
apacibles valles!


(V.
nota 9.)

domingo, 11 de julio de 2021

XII, Deyá

XII

DEYÁ.

I

Viatger, qui de Valldemossa
Dexas
les antigues tanques,
Y emprèns l´hermoset camí
Cap amunt
per la collada;
No´t deturen les pinedes
Qu´environan
l´ermitatje,
Ni del mar los blaus llençols
Que devant de tu
s´axamplan.
Dexa enrera Miramar,
D´en Ramon Lull noble
casa;
Dexa Son Gallart enrera,
Y´ls recorts qu´allí
t´aguardan.
Passa puigs vestits d´alzines,
Travessa espessos
boscatjes
De gegantins olivers,
Y arriba al peu del
vilatje,
La vila tan deliciosa,
Qu´enjoya l´Illa dorada.



XII
DEYÁ
I

Viagero, que abandonas las antiguas cercas
de Valldemosa, y enfilas el hermoso camino por todo lo alto del
collado;

no te detengan los pinares que rodean la célebre
Ermita, ni las azules sábanas del mar, que se extienden ante
ti.

Deja á la espalda Miramar, noble casa de Raimundo Lulio;
deja también el predio Son Gallart, y los recuerdos que en él te
esperan de la Beata Catalina.

Pasa cerros cubiertos de
encinares, atraviesa espesos bosques de gigantescos olivos, y llégate
al pié de la villa;
la villa tan deliciosa, joya de la Isla
dorada.

II

El
camí que serpenteja
Casi ranet de les platjes,
A poch poch se
torç y acosta
Vers un pujol qui s´atansa.
Vénen horts; les
llimoneres
Encreuan ses fortes rames
Ab taronjers
perfumosos
Que los sentits embalsaman.
Un torrent el puig
rodeja
De roques descapdellades,
Per hont baxan enfurides
Les
aygues en l´ivernada.
Dalt lo puig la bella esglesia
Son nou
campanar exalta,
Y en l´aspra pendent la vila
Les cent
teulades escampa,
La vila tan deliciosa,
Qu´enjoya l´Illa
dorada.

III

Viatger, atura ton pas,
Vora l´esglesia
descansa,
Asseute sobre ´ls pedrissos,
A l´ombra d´aquexa
parra.
Devant, les serres del Teix
Forman inmensa
murada;
Derrera, el camí de Sóller
Se pert á dins la
montanya.



II

El camino culebrea, siempre cerquita de la playa; tuerce
luégo hacia dentro, y se acerca á un cerro que le sale al
paso.

Vienen huertos; los limoneros cruzan sus fuertes ramas
con perfumosos naranjos, arrobamiento de los sentidos.

Circunvala
el cerro un torrente de revueltas rocas, por cuyo álveo bajan en el
invierno enfurecidas las aguas.

Sobre el cerro, la bella
iglesia levanta su modesto campanario; y en el áspera pendiente, el
pueblecito esparce su centenar de casas;

el pueblecito
delicioso, joya de la Isla dorada.

III

Viagero,
detente; descansa cerca de la iglesia; siéntate en ese poyo, á la
sombra de la parra.

Enfrente, las sierras del Téix forman
inmensa muralla; á la espalda, el camino de Sóller se pierde en las
espesuras.



Lo cel sense nigulets
Extén son blau cortinatje,
Y´l Sol
s´estoja tranquil
Allá, per la mar veynada.
Del fons de la
vall s´en pujan
Fins á tu remors boscanes,
Y´t saluda ´l
rossinyol
Tendra veu d´aquest paratje,
D´esta vila
deliciosa
Qu´enjoya l´Illa dorada.

IV

¡Quína
gent la pagesía
Que coltura estes marjades!
Ací feyneres les
dones
Cuydan l´hortet y la casa.
Los hòmens van fora vila
A
fer carbó en la montanya;
S´en van lo dilluns matí
Abans de
que trenqui l´auba;
Uns en les carboneríes
Passan la dura
setmana,
Altres en les possessions
O en les viles no
llunyanes;
Y tornan robusts y alegres
Lo capvespre del
dissapte,
Per honrar al Creador
Lo Diumenje en son vilatje,
La
vila tan deliciosa
Qu´enjoya l´Illa dorada.



El cielo, sin nubecillas, despliega su azul cortinaje; y el Sol se
esconde tranquilamente, á lo léjos, en el seno del mar, que lame la
cercana costa.
Del fondo del valle suben hasta ti los misteriosos
ruidos de las selvas; y te saluda el ruiseñor, dulce palabra de
estos lugares;
de esta villa deliciosa, joya de la Isla
dorada.

IV

¡Qué gente tan buena los montañeses que
cultivan estos ribazos! Aquí hacendosas las mujeres, se cuidan del
huertecito y de las labores domésticas.
Los hombres se van al
campo, á hacer carbon en el monte. Se van todos los lúnes, de
madrugada, ántes de salir la aurora.
Unos pasan la semana en las
carboneras; otros en las casas de labor, ó en los pueblos
vecinos;

Y regresan alegres y robustos por las tardes de los
sábados, para adorar al Creador los Domingos, en la parroquia de la
villa;

la villa tan deliciosa, joya de la Isla
dorada.

V

¡Quín
be de Deu les donzelles
Mostran en ses joves cares,
Etcisant
aquests contorns,
Conmovent la fadrinalla!
Bellesa qui les
anima
N´es de Grecia recordança,
N´es dels moros sa
blanor,
Y dels espanyols sa gracia.
Miráu exes
pagesetes,
Garrides com les garlandes,
Falagueres com lo
vent
Qui remou lo sech fullatje.
A la claror de la lluna,
De
los oms sota les rames,
Omplen d´aygua la jarreta,
D´aygua
viva aquí brollada,
En esta vila preciosa
Qu´enjoyella
nostra patria.

VI

Quant es la festa major,
Casi al
mig de l´estiuada,
Fadrinets y fadrinetes
Se posan sos mellors
trajes.
Al sò de les xeremíes
Comença ´l ball en la
plaça,
Y lluhen los richs volants,
Y ´ls botons d´or y
esmeraldes...

V


¡Qué perfecciones adornan el rostro de las doncellas!
Hechizan el país, conmueven á los jóvenes!

La belleza que
las anima es recuerdo de la Grecia; es de los moros su morbidez, y de
los españoles su gracia.

Ved esas aldeanas, lindas como los
amarantos, lijeras como el viento que mueve el seco follaje.

A
la claridad de la luna, bajo las ramas de los olmos, llenan su
jarrito de agua viva, de agua nacida ahí mismo;

en esta villa
preciosa, joya de la Isla dorada.

VI

Cuando llega la
fiesta del santo Patron del pueblo, en medio del verano, mozos y
muchachas visten sus mejores trajes.

Al són de las chirimías
se empieza el baile en la plaza; y brillan las blancas tocas, y los
botones de esmeraldas y oro...

Quant
la dolça primavera
Rumbeja ses noves gales,
Vestit de festa lo
poble
Celebra de Deu la diada.
Ab ses capes los
prohoms
L´Hostia de Deu acompanyan,
Les fadrines al devant
Ab
manteta y filigranes,
Per esta vila preciosa
Qu´enjoya l´Illa
dorada.

VII

Felís, Deyá, felís, poble
Que vius
dins estes montanyes,
Lluny de les ciutats superbes,
Lluny de
la gloria mundana.
Prech á Deu que te preservi
De la furia
que´ns aglaça,
Prech á Deu que may tos fills
Obliden sa
tendra mare.
Vora tos monts empinats,
Per dins tes valls
amagades
Troba lo viatger salut,
Troba del avior l´imatge.
Les
oliveres t´ombrejan,
Los passerellets t´encantan,
Y´l mar
dormint á tos peus
Eternalment t´afalaga,
¡Ets la vila
deliciosa
Qu´enjoya l´Illa dorada!

Juliol de 1873.



Tambien cuando la dulce primavera hace ostentacion de sus nuevas
galas, vestido de fiesta el pueblo, celebra el santísimo Día del
Córpus.
Los prohombres de la Hermandad, lucen sus largas capas
negras, acompañando procesionalmente la Hostia del Señor; las
mocitas van por delante, con mantilla y botones de oro
afiligranados;
por esta villa preciosa, joya de la Isla
dorada.

VII

Feliz, Deyá, feliz, pueblo que vegetas en
estas montañas, léjos de las soberbias ciudades, léjos de la
gloria del mundo.

Ruego á Dios que te preserve del huracan
que nos azota; ruego á Dios que tus hijos no se olviden nunca de la
Fe cristiana, su tierna madre.

En tus empinados cerros, en tus
escondidos valles, el viagero encuentra salud, encuentra la viva
imágen de la antigüedad.

Los olivos te dan sombra, los
pajarillos encanto; y el mar, dormido á tus pies, eternalmente te
acaricia.

¡Eres, villa deliciosa, joya de la Isla
dorada!

(V. nota 8.)