martes, 20 de julio de 2021

XV, SON ORDINAS.

XV

SON
ORDINAS.
A MADONA CONSOLACIÓ FABRA DE FUSTER.

En
quelque climat que j´érre
Plus que touts les autres líeux

Cet hereux coin de la térre
Me plait, et rit á mes
yeux.



(Fénelon.)



Entre
´l Puig de l´Aucadena
Y lo castell d´Alaró,
La vall
d´Ocmadrá s´axampla,
Revoltada de turons.

¿T´en
recordas? Díes eran,
Los díes primers d´Agost,
Que de
Lloseta surtíam
Per veure vostra partió.

Caminant enver
ponent,
De la tarde á la claror,
Arribárem á la
casa,
Ardits, entrada de fosch.



XV
SON
ORDINAS.



A
CONSUELO FABRA DE FUSTER.

Entre el Monte de la Alcadena y el
derruido castillo de Alaró, en el centro de la Isla de Mallorca, se
extiende el pintoresco Valle de Ocmadrá, ceñido de cerros.

¿Te
acuerdas? Corrían los primeros días de Agosto. Salímos una tarde
de Lloseta, para ir á ver el predio Son Ordínas, situado en aquel
valle.

Caminando hácia poniente, con el entusiasmo propio de
jóvenes viajeros, llegamos al cortijo, cuando los últimos rayos del
crepúsculo de despedían de nosotros.


Quína
casa tant alegre;
Gran y rica possessió;
Per tu qui vius de
grandeses,
Per tu qui lo camp adors.

L ´oratje passa
tranquil,
Ple d´embalsamada olor,
Que xupa d´arbres
fruyters,
De blats y mates y polls.

Un cel puríssim nos
volta
Ab argentada lluentor;
Blau cortinatje de seda
Suspés
sobre ´ls cims dels monts.

De matí, quant l´auba guayta
Del
Orient per lo balcó,
Tota la vall s´enllesteix,
Fadrina en
festa major.

Per la casa, en los parrals,
Marruquejan los
coloms;
En los ametlers s´ascolta
Xerradissa de gorrions.

De
los sementers revolan
Les guátleres als rostolls,
Y per
l´ample espay s´aguantan
Com inmòvils los voltons.



Qué
casa tan alegre; qué posesión tan vasta y abundante: digna de ti
que vives de grandezas; digna de ti que deliras por el campo.

Soplan
mansos cefirillos, embalsamados con los suaves olores que roban á
los árboles frutales, á los trigos, á las floridas matas y álamos
blancos.

Un cielo purísimo abriga la tierra con plateados
reflejos, cual inmenso cortinaje de seda azul, apoyado sobre las
altas cumbres.

Cuando el alba se asoma por los balcones del
Oriente, el valle entero se engalana, como doncella en la fiesta del
Santo Patron.

En los parrales de la casa se arrullan las
palomas; en los almendros charlan los gorriones.

Las
codornices vuelan de las sementeras á los rastrojos; y en el
infinito espacio se sostienen inmóviles los
buitres.

Allí
Natura regala,
Mare fecunda, sos dons,
Al home, rey de la
terra
Qui la festeja ab amor.

La vetlada los missatjes,
La
gent de feyna, al entorn
De la llar, resan ab l´amo
Les
cristianes oracions.

Los Diumenjes, surt apenes
De lo día
la claror,
Quant en l´oratori veuen
Levar LA VÍCTIMA
tots.

En l´ivern les titinoyes
Seguexen als sembradors,
Y
l´áliga per les neus (nuus, nubes traduíx mes
avall
)
S´en du ´l robat anyelló.

En la dolça
primavera,
Per la Pascua del Senyor,
Cullita de rosses
faves
Replegan á forfollons.

Remat de blanques ovelles,
De
negres cabres y bochs,
Destinan al sacrifici,
Trists y alegres,
los pastors.



Allí
Naturaleza, madre fecunda, regala sus dones al hombre, al rey de la
Creacion, que la cuida amorosamente.

Durante la velada los
labriegos y mozos de labranza, al rededor del hogar, rezan con el
cortijero las oraciones del Cristianismo.

Los Domingos, apénas
luce la claridad del alba, se van al Oratorio, á ofrecer a Dios la
augusta VÍCTIMA.



En
el Invierno las pajaritas de nieve siguen á los labradores; miéntras
el águila se cierne en las nubes, con el robado corderillo en las
garras.

En la dulce Primavera, por la Pascua del Señor, se
recoge á montones la cosecha de rubicundas habas.

Tristes al
par que alegres los pastores, destinan al sacrificio rebaños de
blancas ovejas, de negras cabras y machos de cabrío.



L´estiuada,
grosses garbes
De blat s´extenen per tot;
Y en l´era, entre
munts de palla,
Estols de forts segadors.

Per Sant Llorens
belles figues,
Per Sant Bernat fresch bessó;
Y en Setembre ´l
Sol madura



Entre
pámpols el rich most.

Vénen boyroses diades,
Y plujes de
la tardor;
Llestes cullidores cullen
L´oliva, cantant
cançons.

Lo tafoner també canta
En la tafona afanyós;
La
prensa prem les olives,
L´oli regalima á doll.

¡Quína
casa tan alegre!
¡Gran y rica possessió!
Natura en ella vos
dona
Sos homenatjes mellors.

De la casa de tos
pares
Exires, Consolació;
Es digna de tu exa casa
Dels
pares de ton espòs.



En
el verano enormes gavillas de trigo se descubren por do quier; y en
las eras, entre montes de paja, grupos de tostados segadores.

Por
San Lorenzo, se cogen magníficos higos; por San Bernardo, rojizas
frescas almendras: y en el mes de Setiembre, el Sol hace madurar, á
la sombra de los pámpanos, el rico mosto.

Y llegan los
nebulosos días, y las lluvias del Otoño: y ágiles aceituneras
recogen cantando el precioso fruto.

Tambien el almazarero
canta afanoso en la almazara; la prensa estruja las aceitunas; el
aceite escurre á borbotones.

¡Qué casa tan alegre! ¡Qué
posesion tan vasta y rica! Naturaleza os tributa allí sus grandes
homenajes.

De la casa de tus mayores acabas de salir,
Consuelo; es digna de ti esa casa de los padres de tu esposo.



¿T´en
recordas? Un migdía,
Per fugir la xafogor,
Anárem al bosch.
Tu gosas
Del bosch á dins les negrors.

Entre alzines
centenaries
Que s´abraçan ab los rochs,
El torrent del
Astorell
Forma gegantesch un gorch.

Devora ´l Gorch
de María
,
Sobre penyal alterós,
De les alzines á
l´ombra,
Respirant l´oratje dolç;

Parlávam de la
bellesa
Derramada pe´l Creador,
De les llegendes antigues,
De
les velles tradicions.

De Catalunya y Mallorca
Los dos
genis protectors,
Venían á ferte ofrena
D´un vell
esdevenidor.

¿T´en recordas? Oblidarho
Possible fore;
mes no;
No hu oblidarém, Madona,
En tant lo mon sía
mon.

Agost de 1880.



¿Te
acuerdas? Una mañana, á eso del mediodía, para huir de los ardores
caniculares, nos fuímos al bosque. Tú gozas inmensamente en la
oscuridad de las selvas.

Entre encinas seculares, abrazadas á
las rocas, el torrente del Astorell forma gigantesco remanso.

Junto
al Remanso de María, sentados en alta peña, á la sombra de
las chaparras, respirando el puro ambiente;

hablábamos de la
belleza derramada por el Creador, de las leyendas antiguas, de las
viejas tradiciones.

Los dos genios protectores de Cataluña y
Mallorca, venían, en alas del deseo, á ofrecerte brillante
porvenir.

¿Te acuerdas? - Olvidarlo posible sería; mas, no;
no lo olvidaremos, Señora, miéntras dure nuestra existencia en el
Mundo.

XIV, la mort dels taronjers.

XIV

LA
MORT DELS TARONJERS.
(DEDICADA Á LA VILA DE SÓLLER).



Trist,
y assegut vorera
D´un torrent el poeta suspirava,
Veent
l´aygua falaguera
Qu´entre los horts passava
Com rams de
taronjers al mar portava.

D´exos arbres que foren
El pa y
la gloria de l´hermosa vila
Los morts cimals estoren
L´aygua,
qui los apila
Vora les roques hont gemechs refila.

S´en
van, y aquesta terra
Sembla que pert la poderosa sava,
Com si
maleyta guerra
Sos terrers trapitjava,
Com si hagués esclatat
en rius de lava.



XIV
LA
MUERTE DE LOS NARANJOS.
(DEDICADA Á LA VILLA DE SÓLLER.)

Sentado
á la orilla de un arroyuelo de Sóller, el poeta suspiraba
tristemente, al ver como el agua, que atraviesa los huertos,
arrastraba hacia el mar secas ramas de naranjos.

Ramas
muertas, desprendidas de las copas de esos árboles, que fueron el
pan y la gloria de la hermosa villa, tapizan la corriente, que las
amontona sobre las rocas de la playa, exhalando gemidos.

Se
van, y la tierra pierde, al parecer, su poderosa fuerza; cual si
malditas guerras asolasen sus campos, ó éstos rebentasen en
inmensos ríos de lava.


Sollerica
planura
Lo cor un temps encativar solía;
Rich mantell de
verdura
A los ulls ofería,
Com bella joya al amador
l´aymía.

L´embalsamada flayre
Vos seguía per tot; les
suaus aromes
En los replechs del ayre
Banyavan valls y
comes,
Desde ´ls horts de taronjes y de pomes.

Baix del
ramatje ombrívol
Pau encontrávau y quietut riallera,
Tant si
lo Sol altívol
Lluhís en blava esfera
Com si la nit baxava á
la pradera...

Ara dòls tenebrosos
Cobrexen exes tanques
malaltisses;
En lloch de rams ayrosos
Hi veym branques
mostisses,
Lletja la fruyta cau per les bardisses.

Los
raigs del cel no doran
L´atapit cimarol hont s´aturavan;
Los
rossinyols anyoran
Lo ramell hont niuavan,
Y la fresca taronja
que picavan.



El
valle de Sóller un tiempo cautivaba deliciosamente el corazon;
ofrecía á la vista rico manto de verdura, como valiosa alhaja
regalada por la novia al amador constante.

Embalsamado
ambiente respirabais por do quiera; los suaves aromas embebidos en
los pliegues del aire bañaban valles y cañadas, desde los huertos
de naranjos y manzanos.

Debajo de las sombrías arboledas
encontrabais paz y alegre silencio; ya el Sol derramase su lumbre
desde lo alto de la azul esfera, ya la callada noche descendiese á
los prados.

Ahora tenebroso luto visten las enfermizas
albarradas; en lugar de airosos ramos vemos ramas marchitas; el
fruto, podrido y feo, cae sobre la pedregosa tierra.

Los rayos
de la luz no doran ya la tupida copa que ántes no podían atravesar;
los ruiseñores echan de menos el ramo en donde construían su nido,
y la fresca naranja que picoteaban.


Com
l´ivernada freda
Retalla prompte del brancam la fulla,
Axí la
mort l´arbreda
Dels taronjers despulla,
Y ses corones de
blancor exfulla.

Ho veu la pagesía,
Perduda veu la
delitosa terra;
Y l´aspra malaltía
Que los jardins
esguerra
Lo goig del camp y del pagés desterra.

Velleta
filadora
Ne recorda ´ls ramells qu´ombra li davan;
Marinera
cuytora
Retrèu quant carregavan
Les solleriques naus, y al
Golf anavan.

¡Pobre gent! ¿algun día
De deutes ofegats
parar la taula
No podrèu? ¿L´alegría
Será una vella
faula?
¿Vostres camps cobrirá l´inútil saula?.........
Com
trista es la carrera
D´un ánima pe ´ls vicis abatuda,
Com
trista n´es y fera
Dels amors la cayguda,
Axí n´es trista
aquexa arbreda y muda.
Lo xiprer mortuori
Apar que brota en mig
de les marjades;
Es lo cant responsori;
¡Y en lloch de dolces
fades
Ombres de Mort s´axecan malanades! Agost de 1870.
(*)
(*) La poesía anterior, per erro involuntari, té subscrita
la data de Agost de 1876. Llegésca ´s pero, Agost de 1868.



Como
el helado invierno recorta en breves días del ramaje las hojas; así
la muerte desnuda los naranjos, y deshace sus coronas de azahar.

Lo
ven los campesinos; perdida ven la deliciosa tierra: y la desesperada
enfermedad, que destruye los jardines, destierra la alegría de los
campos y de sus habitantes.

La viejecita hilandera se acuerda
de los ramos que le daban sombra; la activa marinerilla habla de
cuando las naves de Sóller, cargadas de dorado fruto, navegaban con
rumbo al Golfo de Leon.

¡Pobre gente! ¿Algun día, cargados
de deudas, no podréis llevar tal vez un pedazo de pan á vuestra
hambrienta boca? ¿La alegría será para vosotros vieja fábula?
¿Cubrirán estas campiñas inútiles chopos?....

Como es
triste el estado de un alma abatida por los vicios; como es triste y
fiera la pérdida de los amores; así es triste y mudo ese decadente
arbolado.

Paréceme que ya brota en medio de los cármenes el
funerario cipres; los cantares se me figuran responsorio; y en lugar
de vaporosas ninfas, ¡sólo se levantan horribles sombras de
Muerte!

(V. nota 10.)