COLECCIÓN DE CARTAS ESCRITAS POR LA
DIPUTACIÓN DE CATALUÑA,
CORRESPONDIENTES AL AÑO DE 1463.
ADVERTENCIA.
Hasta la última fecha citada, ocho de
marzo de mil cuatrocientos sesenta y cinco, en que se aprueba la
deliberación tomada en dos del propio mes, ninguna interrupción ha
habido respecto al orden cronológico de los actos, sesiones,
deliberaciones, correspondencias y demás, aun cuando, ya desde algún
tiempo, ha de haberse observado la decadencia del cuerpo que
representaba en cierto modo el espíritu del país, y la
transformación consiguiente que aquel, por la misma causa hubo de
sufrir. Así en un principio se ve obrar a la Diputación con toda su
fuerza e influencia; más adelante, cuando los apuros crecen y
aparecen defecciones inesperadas, aquel cuerpo se da la mano, como
igualándose mutuamente sus poderes, con el concejo de la ciudad de
Barcelona, en términos, que al pie de cada deliberación va la
aprobación o desaprobación de la ciudad, notándose ya en este caso
gran simplificación en lo concerniente a la parte que podría
llamarse ceremonial del cuerpo; y por último, se llega ya al extremo
de prescindirse enteramente de los individuos que componían los
diferentes brazos, cuya asistencia en las sesiones del consejo
general era indispensable para votar y deliberar, y se faculta a un
determinado número de personas que, representando a la Diputación y
a la ciudad, deliberen de común acuerdo con los pocos o muchos
diputados u oidores que se hayan mantenido en su cargo hasta la fecha
a que antes se ha hecho referencia, siendo de esta clase la
última sesión y deliberación con que da fin el registro que
concluye en la página precedente, y con la circunstancia, además,
de llevar al pie una aprobación de la ciudad, cuando las que la
preceden de su clase no la llevan, y de no advertirse al margen,
según era costumbre, que las tres personas facultadas para deliberar
con las que representan a la Diputación pertenezcan al Cuerpo
municipal.
Otras variaciones pueden haberse observado en el
decurso de estos importantes
hechos, sobre todo en los que empiezan en el tomo anterior, a saber,
la desaparición de la correspondencia oficial, desde el agosto del
año mil cuatrocientos sesenta y dos en adelante, de modo que desde
esta fecha quedan consignadas solamente en los registros las
deliberaciones y se prescinde enteramente de toda carta; y luego la
reducción del número de sesiones, en términos que, pasado el mes
de enero de mil cuatrocientos sesenta y cinco, que contiene un número
regular, se reducen las demás a una docena para llegar al julio del
mismo año, o acaso al marzo del siguiente, pues hay que advertir,
que se encuentra este mes con posterioridad al julio de mil
cuatrocientos sesenta y cinco, aunque estas equivocaciones,
frecuentes en las últimas páginas, son fáciles de adivinar en los
demás casos y quizá se deban en gran parte al copista.
Inducen
estas observaciones a pensar si podían haber influido en el ánimo
de las personas que dirigían los negocios públicos, en la marcha de
estos y por consiguiente en el orden y sistema de administrarlos y
regirlos, ya que en todo se observa una transformación decadente,
los fatales sucesos que tuvieron lugar durante el año mil
cuatrocientos sesenta y cuatro, a saber, el hambre y miseria que se
experimentaron en varios puntos del Principado, la inevitable entrega
de Lérida al rey don Juan, la concordia entre este y don Juan
de Beaumont, la batalla de Calaf, donde el condestable de
Portugal, el mismo que habían aclamado por rey los catalanes,
quedó vencido y derrotado,
mientras que hubieron de pasar al
cautiverio la mayor parte de caudillos que representaban y defendían
los principios proclamados por la Diputación; o por otra parte, si,
para adoptar otro sistema menos complicado en la formación de los
registros, se prefirió, desde la fecha ya citada anteriormente,
separar toda la correspondencia de las actas y con ella arreglar otra
colección especial de cartas, instrucciones etc. Por lo primero no
sería de extrañar que los papeles concernientes a una causa vencida
quedaran acaso en cierto desorden, y hubiera poco interés en
coordinarlos o salvarlos: así se encuentra el único registro de
cartas a que se alude presentando la fecha del primer documento que
encierra, posterior de un año a la que lleva la última carta
transcrita en el tomo precedente, y así se observa en la última
página de aquel empezada una
carta que no concluyó, de manera
que por ello no puede deducirse si faltan solamente folios al
registro o si se extraviaron el volumen de cartas pertenecientes al
tiempo intermedio que se indica y los que tal vez seguían al único
salvado; y de lo segundo, ninguna duda puede quedar ya al lector,
cuando el tomo que se conserva ofrece una serie no interrumpida de
cartas, que guarda riguroso orden cronológico, con la particularidad
de ser estas solamente las emitidas por la Diputación, y no a la vez
las emitidas y recibidas, como se había practicado en los registros
anteriores, cuando se copiaban al pie de las deliberaciones, lo que
cuando menos revela un nuevo plan o sistema.
Este interesante
volumen de correspondencia es el que ofrecemos, pues, a los lectores,
con la idea de proporcionar todos los datos que puedan contribuir a poner en claro la turbulenta época en que reinó don Juan II,
y de aglomerar materiales, aun cuando fueron inconexos (inconnexos)
entre sí, para formar un conjunto diplomático sobre la misma
época, con ayuda del cual, (conforme ¡remos acreditando en lo
sucesivo,) pueda después el historiador trazar con toda
imparcialidad y fácilmente el cuadro de los sucesos, y presentar a
los que en ellos intervinieron con los grados de mérito o culpa que
desapasionadamente se les deban atribuir. Sin apartarnos, por
consiguiente, del sistema adoptado (odoptado) en todos los
tomos ya publicados, y trasladando el volumen con la exactitud que
corresponde, esto es, sencillo como puede serlo un copiador de
cartas, sin que le preceda advertencia, portada o prefacio alguno,
daremos principio por la primera carta que encierra, cuyo contenido
es como sigue.
Aragón, Arago, Aragó, Aragona, Aragonum, corona Darago, aragonés, aragoneses, fueros, aragonesa, textos antiguos de la corona de Aragón
lunes, 30 de agosto de 2021
COLECCIÓN DE CARTAS ESCRITAS POR LA DIPUTACIÓN DE CATALUÑA, CORRESPONDIENTES AL AÑO DE 1463.
NOTAS.
NOTAS.
(1)
Camina
que caminarás. No encontramos otra manera de verter al castellano la
frase del original, usada con frecuencia en los cuentos populares de
la isla. Hemos preferido ser literales a desnaturalizar demasiado en
la versión el sabor que distingue esta composición.
(2)
-
“De ancho y profundo foso rodeada, amparada y guarnecida de muro
que flanquean multitud de torres, y de bello antemural coronada.” -
Crónica de Marsilio. - “La ciudad de Mallorca que es de las más
fuertes del orbe y la de mejores murallas.” -
Crónica de
Muntaner.
(3)
-
“Y según relación que hemos oído a muchos sarracenos, y el rey
lo averiguó a su tiempo con mayor diligencia, precedía a los
hombres armados un caballero sobre blanco alazán, cubierto de
relucientes armas y de blanquísimas vestiduras, y este caballero fue
muy terrible para los sarracenos y el primero que penetró en la
ciudad; el
cual piadosamente creemos sería el bienaventurado San Jorge.”
(4)
El
yelmo que el rey conquistador llevaba al entrar vencedor en Palma,
existente en la Armería nacional, tiene por cimera un dragón
o animal fabuloso.
(5)
-
“Avanzaron (los cristianos) e hicieron gran número de prisioneros
de los moros que se habían reunido en aquel punto, y todo lo
arrollaron y vencieron. Y avanzando más herían y mataban a cuantos
enemigos encontraban a su paso, hasta que llegado hubieron a la Real
Alcazaba, que se llama la Almudayna, y entonces se esparramaron por
la ciudad haciendo gran matanza de enemigos, de manera que esto les
tuvo ocupados todo el día. “ - Crónica de Desclot.
(6)
-
“Los saqueadores, escudriñando las casas, encontraban bellísimas
mujeres y muy agradables doncellas que tenían en su regazo monedas
de oro y plata, margaritas y piedras preciosas, brazaletes de oro y
plata, collares y toda suerte de ricas alhajas; y ostentaban estas
cosas a los ojos de los soldados que invadían las viviendas, y
llorando amarguísimamente les decían en arábigo: - Tuyas sean
estas riquezas y concédeme la vida.” - Crónica de Marsilio.
(7)
-
“El último que se apartó del teatro del combate fue el
animosísimo rey de Mallorca. “ - Id. id.
(8)
-
“Y el rey don Jaime conoció al rey sarraceno.... y acercándose a
él asióle de la barba.” - Crónica de Muntaner.
(9)
Imprecación
que en los cuentos populares de la isla profieren las hadas antes de
empezar sus hechizos o encantos.
(10)
Con
este nombre se conocieron en el siglo XVII en Mallorca, dos bandos
encarnizados que originaron sensibles desgracias y ensangrentaron
lastimosamente el suelo mallorquín.
(11)
Especie
de toca que forma parte del traje característico de las campesinas
de Mallorca. No tiene correspondencia castellana por no usarse más
que en la isla.
(12)
Se
llama así la danza primera con que se abre el baile en las fiestas
populares de los pueblos rurales de Mallorca. Las jóvenes campesinas
apetecen mucho alcanzar esta distinción; y por esto se abre en la
misma plaza del baile una licitación, adjudicándose la primera al
mejor postor. El precio ofrecido, así como el de las danzas
sucesivas, se aplica a los gastos de la fiesta religiosa del patrón
del pueblo.
La
puja, pues, ofrece ocasión al amante para pretender que el honor de
bailar la primera recaiga en su novia, y esto hace que muchas veces
las posturas lleguen a ser muy crecidas.
(13)
Especies
de danzas peculiares del país.
(14)
-
“Después el conde de Ampurias empezó una mina muy próxima al
foso, e hízola abrir tan extensa y profunda, que parecía una casa y
cabían en ella en caso necesario más de doscientos caballeros. El
conde se introdujo allí con los suyos, y allí estaba día y noche.”
- Crónica de Desclot.
(15)
-
“En tanto el buen conde de Ampurias hizo minar el muro y la torre
de poniente, y los hizo cubrir de vigas y maderámenes y les puso
fuego; cuando llegó el sábado hundiéronse el muro y la torre y
cayeron al foso. “ - Id. id.
(16)
-
Gil de Alagón, que fue cristiano y caballero, y ahora es sarraceno y
renegado de la fé bajo el nombre de Mahomet.” - Crónica de
Marsilio.
(17)
-
“Pero el conde de Ampúrias no quiso asistir a este consejo ni a
otro cualquiera en que se tratase de transacción alguna con los
sarracenos; sino que continuamente estaba en la mina que mandaba
abrir, diciendo cuando era citado a consejo que no saldría jamás de
allí hasta que la ciudad fuese tomada.” - Id. id.
(18)
-
“Plugo al rey lo que más había sido del agrado del consejo, y
envió al rey de Mallorca la respuesta de que no se admitía
convenio.” - Id. id.
(19)
-
“Y en continente todos los que eran de la familia de Moncada y los
prelados dijeron a una voz y con clamor unánime, que fuese tomada la
ciudad a viva fuerza.” - Id. id.
(20)
-
“Benhabet fue al campamento y convidó al conde Don Nuño para que
pasase con él las fiestas de Navidad en la villa de Pollenza... el
conde aceptó el convite, y montando a caballo iba a partir... El de
Ampúrias dijo súbitamente a Don Nuño que por nada del mundo se
ausentase.” - Crónica de Desclot.
(21)
-
“Id, vos allá, Rocafort, y llamadlos a toda prisa, y decid a Nuño
que esta su tardanza de hoy podría perjudicar demasiado y que podría
hacernos mal provecho su comida.”
- Crónica de Marsilio.
(22)
-”...La
estudiada dilación de Don Nuño que comprometió la vida de los
Moncadas.”
- Quadrado. Notas a la Crónica de Marsilio.
(23)
-
“Don Nuño Sánchez.... combatió al lado de su padre en las Navas
de Tolosa donde fue armado caballero....Es probable que fuese este
(el de Ampúrias) el conde que asistió a la gloriosa batalla de las
Navas...” - Quadrado. Conquista de Mallorca. Apéndice 1.°
(24)
-
“Cuando el conde Don Nuño comprendió que el de Ampúrias y todo
el ejército estaban disgustados de su partida, detuvo su viaje... y
dijo:... No me ausentaré puesto que no os place: mas por lo que
concierne al asalto, hagamos lo que os diré. Fijemos el día en que
debamos entrar en la ciudad para morir o vencer, y que nadie pueda volver
atrás. Esto juran todos... el rey el primero y luego los demás.” - Crónica de Desclot.
(25)
-
“Y el conde de Ampúrias enfermó también y dentro de ocho días
pagó el tributo de la naturaleza.” - Crónica de Marsilio.
(26)
-
“Y considerando y recapacitando estas pérdidas, el conde de
Ampúrias con ánimo doliente y lloroso, dijo: Con qué! ¿todos los
de la familia de Guillermo de Moncada le seguirán falleciendo así?
Seguro es.” - Id. id.
(27)
-
“Cayó enfermo Guillermo de Clarmunt y al octavo día pasó a
reunirse con sus padres. En seguida enfermó Raimundo Alemany y al
octavo día terminó su carrera. Después de él enfermó García
Pérez de Meytats.... y al octavo día murió. Después de estos
enfermó Gerardo de Cervelló.... y al octavo día entregó su
espíritu al Señor. - Id. id. (28)
Traducimos
esta frase, comienzo obligado de todos los cuentos populares de la
isla llamados rondalles, con la que pone
Cervantes al principio del que relata en su primera parte del Don
Quijote, cap. XX.
(29)
Véase
la nota 13.
(30)
Poetas
vulgares improvisadores. Suelen concurrir a las bodas para amenizar
la danza con sus agudezas. Los ha habido de una facilidad asombrosa
en el versificar.
(31)
Véase
la nota 11.
(32)
Estos
versos forman el principio de un romance popular muy conocido en la
isla.
_____
ÍNDICE.
Se
omite.
ERRATAS NOTABLES.
Se corrigen en el texto.