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domingo, 21 de junio de 2020

219. LOS AMORES IMPOSIBLES DE ZOMA Y MARÍA, Daroca


219. LOS AMORES IMPOSIBLES DE ZOMA Y MARÍA (SIGLO VIII. DAROCA)

219. LOS AMORES IMPOSIBLES DE ZOMA Y MARÍA (SIGLO VIII. DAROCA)
Foto: Julio E. Foster


Conquistada Daroca por Tarik, uno de sus primeros alcaides fue Zoma, al que se le recuerda tanto por la torre de la mezquita que mandara edificar como por sus amores imposibles con la cristiana María. En efecto, cuando un día caminaba Zoma hacia la mezquita, se cruzó en la calle con una muchacha que iba a por agua. A partir de ese momento fue incapaz de orar con recogimiento ni de dormir con sosiego, pensando en la muchacha del ánfora. Al día siguiente, Zoma contó al santón Abú-Amer la promesa que hiciera de edificar una mezquita si Mahoma le concedía la fortuna de hallar una mujer hermosa con la que desposarse, hablándole del encuentro del día anterior y el sueño subsiguiente, en el que el ángel Azrael le presentaba a la joven a la par que unos genios del arte construían una pequeña pero hermosa mezquita.

El santón preguntó a Zoma si la joven era mora o nazarena, contestando éste que cristiana, lo cual dificultaba la posible unión, máxime siendo él la primera autoridad musulmana. No se arredró el alcaide y, confiando en que la podría convencer para que renunciara a su religión, comenzó a edificar la mezquita, que pronto estuvo finalizada junto a su bello minarete. Entre tanto, Zoma y María, sin que jamás mediaran palabra, buscaban todos los días el encuentro fugaz de la calle de la Gragera (Grajera), aunque sabían ambos cuantas cosas les separaban.

Todo continuó así hasta que un día un joven cristiano fue denunciado ante el alcaide de maldecir contra Mahoma. Si era verdad, significaba su condena de muerte, a pesar del levantamiento de la población mozárabe en su favor. El destino quiso que el presunto condenado fuera hermano de María, la joven enamorada de Zoma.

La muchacha, por salvar a su hermano, solicitó audiencia al alcaide, que desconocía el parentesco. Los enamorados se hablaban por primera vez. Zoma prometió a la joven salvar a su hermano si ésta accedía a ser su sultana favorita. La negativa significaba la condena, como así fue. No obstante, María le dijo a Zoma que si él se convertía al cristianismo sería su esposa. A pesar del amor, no podía haber acuerdo. La religión les separaba... Pero cuando María descendía llorosa por la escalinata del palacio, Zoma, que no podía resistir la pena de su amada, la llamó: «No llores más, tu hermano será salvo». Y María, agradecida y enamorada a la vez, cayó en sus brazos.

[Beltrán, José, Tradiciones y leyendas de Daroca, págs. 48-54.]


Nombrada Colegial en el año 1377, es Basílica desde 1890. Su primitiva fábrica fue románica, pero se amplió y remodeló en repetidas ocasiones durante la época gótica, rehaciéndose casi por completo, a la vez que se cambiaba la orientación de su cabecera a fines del siglo XVI. La iglesia actual se hizo entre 1585 y 1592, según trazas renacentistas, pero con tradición gótica y fue su constructor Juan Marrón. La puerta principal es obra de 1603, realizada por los canteros Laroza, Pontones y Aguilera. Es una iglesia de tipo de salón, de tres naves con capillas entre los contrafuertes y cabecera con coro; igualmente se hizo un baldaquino a imitación del que se halla en el Vaticano. El grupo de la Anunciación fue esculpido por el zaragozano Francisco Franco en 1682. El coro y órgano pertenecen a la antigua iglesia y son obra del siglo XV. Este órgano está considerado como de los mejores de España y en él fue maestro el célebre Pablo Bruna. Del edificio románico -posiblemente construido sobre la Mezquita Mayor de Daroca una vez reconquistada la ciudad por Alfonso I en 1120- sólo se conserva el ábside orientado hacia el este, una ventana del crucero y la moldura con ajedrezado del primitivo lado del Evangelio. Su cabecera corresponde con la actual capilla de los Corporales; opuesta a ella, la puerta principal, del Perdón. Es obra de los últimos años del siglo XII y de los primeros del XIII. Llama la atención, al exterior, el particular sistema de montar el tejado, sobre modillones que apean en arquillos. La puerta del Perdón presenta en su tímpano la visión del Apocalipsis: Cristo triunfante entre el sol y la luna, y ángeles que portan los instrumentos de la Pasión; es adorado por la Virgen y San Juan, que interceden por los hombres, los cuales son despertados de sus tumbas por ángeles trompeteros. Es obra del siglo XIV que fue remodelada arquitectónicamente en el siglo XV. La torre es de piedra sillar, obra de 1441, costeada por doña María, la mujer de Alfonso V, y enfunda otra anterior, mudéjar, de los siglos XIII y XIV. CAPILLAS En el interior de la iglesia, comenzando a la mano derecha de la entrada, se suceden distintas capillas. La primera, la capilla del Patrocinio, está cubierta con bóveda estrellada, acogiendo un retablo con mazonería renacentista, obra muy posiblemente de Juan de Palamines, en cuyo interior destacan grupos escultóricos policromados con figuras y relieves en alabastro, representando el Nacimiento de Jesús, la Coronación de la Virgen y la Adoración de los Reyes entre otros, todo obra del s. XV. A ambos lados se encuentran la sepultura en alabastro de una canonesa de Rueda, obra de finales del s. XV, y el sepulcro bajo arcosolio de un caballero yacente en sarcófago de rasgos renacentistas y ángeles góticos. La capilla se cierra con una verja del s. XVI. Sigue la capilla de la Anunciación, mandada construir en 1609 por Pedro Terrer de Valenzuela. El retablo es obra de Juan Miguel de Orliens, concluído el 31 de octubre de 1609 dentro de un estilo romanista. En los muros laterales aparecen pinturas relativas a Melquisedec y Moisés. En las cuatro trompas aveneradas de la capilla se representa a los cuatro Evangelistas en altorrelieve, obra también de Orliens. En el pavimento está la lauda sepulcral de bronce perteneciente al arzobispo Terrer de Valenzuela. La verja que cierra la capilla, de bronce dorado con las armas de los Terrer, es obra del rejero de Zaragoza Juan Blanco con diseño de Juan Miguel de Orliens, quedando manifiesta la colaboración del escultor en la concepción total de la capilla. La tercera, la capilla de los Corporales, es la antigua cabecera de la iglesia románica. Es una afortunada (y rara en España) construcción de tipo franco-flamenco. Toda la capilla forma parte de un conjunto unitario con decoración gótico-flamígera, siguiendo el concepto de capilla-relicario, donde se custodian los Corporales. Parece que se empezó por encargo de Juan II de Aragón y se terminó con el Rey Católico; en ella pudo trabajar el escultor darocense Juan de la Huerta y asimismo Pere Johán, que trabajaba en el retablo de La Seo de Zaragoza. A finales del siglo XVII se abrió el óculo que sirve de ostensorio y se pintaron las figuras con ribetes y lunares dorados. Llaman la atención los relieves que narran la historia del milagro de los Corporales, con un hábil y gracioso trabajo lleno de detalles documentales de la época. Acto seguido nos aparece la capilla de Santa Ana, resto del edificio medieval y lugar por donde se entra a la sacristía. Fue posesión del señor Esteban Lop y sus descendientes. Son de interés las cinco laudas sepulcrales que aparecen en el pavimento. Linda con ésta la capilla de Santo Tomás, edificada en la reforma del siglo XVI y entregada al canónigo Salvador Bádenas. El altar principal es del siglo XVIII. A ambos lados, los retablos de San Juan Evangelista y de San Joaquín y Santa Ana, obras platerescas del s. XVI, este último mandado hacer en 1586 por Francisco Balaguer. La siguiente capilla, hoy dedicada a San Miguel, en un principio fue llamada de Nuestra Señora la Coronada, pues tuvo el retablo y la imagen de la Virgen Goda, trasladada allí en el s. XVII cuando se hizo la capilla de los Terrer. Esta Virgen, obra del s. XIII, se expone en el Museo de la Colegial. Actualmente la capilla la ocupa el retablo de San Miguel procedente de la iglesia del mismo nombre, obra gótica de estilo sienes realizado a fines del siglo XIV. A ambos lados contemplamos el retablo de la Magdalena (siglo XVII) y el lienzo de San Jerónimo en el desierto (siglo XVI). Dejando a la derecha la entrada al Museo, penetramos en la capilla de la Purísima. Su interior acoge un retablo del s. XVII. El muro se abre lateralmente comunicando con el coro, situado en el centro de la cabecera del templo, en el que destaca la sillería capitular de madera, perteneciente al templo gótico, obra del fustero zaragozano Juan Lañes, realizada entre 1494 y 1495. Frente al coro se encuentra el Altar Mayor, de estilo barroco, inspirado en el baldaquino de San Pedro de Roma. Se compone de cuatro columnas salomónicas de mármol negro, colocadas en 1677, sobre las que descansa un entablamento con las imágenes de los cuatro Doctores de la Iglesia, rematado en cúpula calada con linterna similar y armas de la Colegial y del obispo Terrer, mecenas de la obra. El interior se completa con el grupo escultórico de la Asunción, tallado en madera blanca por los zaragozanos Francisco y Pedro Franco en 1682 y quizá no terminado hasta cinco años más tarde. Ya en el lado del Evangelio, comunicada con el coro, aparece la capilla de la Soledad con un retablo del siglo XVII. A continuación se pasa a la capilla del Cristo, que mandó construir mosén Domingo Moros, donándola en 1607. El retablo actual, con esculturas policromadas, data del siglo XVII. Ante él una serie de laudas sepulcrales. Por último, la capilla de San José, entregada a la familia Celaya, en cuyo frontal luce su blasón heráldico. El retablo, en madera dorada, pertenece al siglo XVIII. A ambos lados encontramos varios lienzos, representando uno de ellos a «San Jorge triunfando en la batalla de Alcoraz». Las pinturas de la cúpula las realizó Mariano Miguel en 1897.

miércoles, 17 de julio de 2019

LA VIRGEN DEL PILAR SALVA A FERNANDO II


135. LA VIRGEN DEL PILAR SALVA A FERNANDO II
(SIGLO XV. ZARAGOZA)

LA VIRGEN DEL PILAR SALVA A FERNANDO II  (SIGLO XV. ZARAGOZA)


Al rey Fernando II el Católico se le reconoce una fervorosa y profunda devoción por la Virgen, destacando su predilección por la del Pilar, de la que creía y decía haber recibido favores especiales en multitud de ocasiones, aun hallándose fuera de Aragón.
Es bien sabido y notorio que Fernando II no frecuentó excesivamente el territorio aragonés y que, cuando lo hizo, la mayor parte de las veces era de paso entre Castilla y Cataluña. No obstante, la ciudad de Zaragoza ocupó la mayor parte de sus visitas a Aragón, atraído especialmente por la presencia allí de la virgen del Pilar a la que veneraba desde niño.

Entre los numerosos favores que debía a la virgen del Pilar, y que solía recordar de cuando en cuando a sus más íntimos colaboradores, uno tuvo lugar cuando se encontraba en cierta ocasión en la ciudad de Barcelona.

Era diciembre de 1492 y quiso asistir como rey al tradicional Tribunal abierto, en el que se impartía justicia. Cuando finalizó la mañana, al pasar por la plaza del Palacio, un hombre de apariencia normal, pero depravado moralmente, pretendió atentar contra su vida en plena calle. Sin duda alguna, su existencia hubiera quedado segada por el puñal asesino a no ser por el collar de oro que llevaba prendido del cuello, que detuvo el golpe, de modo que todo quedó en un susto. Fernando II reconoció inmediatamente la intercesión de la virgen del Pilar, su valedora en tantas otras ocasiones de peligro.

Convencido como estaba de ello, se despojó del collar, al que tenía en gran estima, y, colocándolo en una hermosa arqueta de madera, lo hizo llevar a Zaragoza para que fuera depositado a los pies de la virgen del Pilar, entrando a formar parte de los numerosos exvotos de ésta.

[Azagra, Víctor, Cosas nuevas de la Zaragoza vieja, II, pág. 32.
Ansón, Francisco, Los milagros de la Virgen del Pilar..., págs. 127-137.]





La Virgen del Pilar es una advocación mariana de la Iglesia católica, cuya imagen tiene su principal centro de culto en la Basílica del Pilar de Zaragoza (España).


El 20 de mayo de 1642 el municipio de Zaragoza proclamó a la Virgen del Pilar patrona de la ciudad, patronazgo que se extendió a todo el Reino de Aragón en las Cortes aragonesas de 1678.1​ Acumula otros patronazgos, como el del Cuerpo de la Guardia Civil (1913), Cuerpo de Correos y Telégrafos (1916), Cuerpo de secretarios, interventores y depositarios de administración local (1928), Sociedad mariológica (1940), Consejo superior de misiones (1948)1​ y del Arma Submarina de la Armada Española (1946).

En 1908 mediante un Real Decreto se declara Capitana General del Ejército español. El 24 de junio de 1948 se eleva a categoría de Basílica el Pilar por Pio XII (1948).

La leyenda sobre sus orígenes se remonta al año 40, cuando, de acuerdo con la tradición cristiana, el 2 de enero la Virgen María se apareció a Santiago Apóstol en Caesaraugusta. María llegó a Zaragoza «en carne mortal» —antes de su Asunción— y como testimonio de su visita habría dejado una columna de jaspe conocida popularmente como «el Pilar». Se cuenta que Santiago y los siete primeros convertidos de la ciudad edificaron una primitiva capilla de adobe a orillas del Ebro​ Este testimonio es recogido por un manuscrito de 1297 de los Moralia, sive Expositio in Job, de Gregorio Magno, que se custodia en el Archivo del Pilar. La devoción mariana comenzó en los albores del siglo XIII, cuando comenzaron las primeras peregrinaciones a Santa María la Mayor.

Sobre la iglesia mozárabe preexistente, se erige el templo románico del Pilar poco después de la conquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador (1118) que fue culminado en el siglo XIII.​
En esta época se documenta en el templo una capilla primitiva para alojar el Pilar, según transmite Diego de Espés en 1240​.
Para 1293 el templo se encontraba en tan mal estado que el obispo Hugo de Mataplana promovió la restauración del templo y su conversión en la colegiata gótico-mudéjar de Santa María la Mayor con recursos de una bula de Bonifacio VIII que por vez primera menciona la advocación «del Pilar».
Actualmente el único vestigio conservado del templo románico del Pilar es el tímpano de la iglesia, que ha sido colocado en la fachada sur de la basílica barroca.

La imagen de la Virgen es una talla en madera dorada; mide treinta y seis centímetros y medio de altura y descansa sobre una columna de jaspe forrada de bronce y plata y cubierto, a su vez, por un manto desde los pies de la imagen de la virgen hasta la base vista de la columna o pilar, a excepción de los días dos, doce y veinte de cada mes en que aparece la columna visible en toda su superficie. En la fachada posterior de la capilla se abre el humilladero, donde los fieles pueden venerar la Santa Columna a través de un óculo abierto.

Se trata de una escultura de estilo Gótico tardío franco-borgoñón de hacia 1435 atribuida a Juan de la Huerta, imaginero de Daroca. En cuanto a su iconografía, se observa a María coronada y con túnica y manto, que recoge con su mano derecha, contemplando a Jesús niño que agarra el manto de su madre con la mano derecha y un pájaro con la izquierda. El Niño puede haber sido objeto de una restauración poco cuidadosa.

Probablemente fue una imagen donada por Dalmacio de Mur con el mecenazgo de la reina Blanca I de Navarra, mujer de Juan II de Aragón, a raíz de la curación de una enfermedad que aquejó a la reina por entonces.

La imagen representa a la Virgen coronada y ataviada con un vestido gótico abotonado. Se trata de una vestidura ceñida por un cinturón con hebilla que llega hasta los pies que permite observar el derecho más que el izquierdo. Una gran pieza de paño le cubre la cabeza y muestra un peinado ondulado. La mano derecha sostiene un pliegue de la ropa, que cubre todo su abdomen y la mayor parte de sus extremidades inferiores. El Niño Jesús se encuentra en la mano izquierda, desnudo. Su figura gira hacia la izquierda y su cabeza apunta al cinturón de la Virgen. La escultura, de fábrica gótica, se restauró en 1990 por el Instituto del Patrimonio Histórico Español, a iniciativa del Cabildo Metropolitano de Zaragoza.

La Santa Columna está hecha de jaspe, tiene 1,77 metros de altura, un diámetro de 24 centímetros y un forro de bronce y plata. La tradición pilarista afirma que jamás ha variado su ubicación desde la visita de María a Santiago.

El 24 de marzo de 1596 se recibió en el santuario del Pilar el obsequio de Felipe II, que consistía en dos ángeles de plata —obra de Diego Arnal— que sirven de guardia a la Virgen. Son los únicos elementos de la colegiata gótico-mudéjar de Santa María la Mayor que se conservan en la actual basílica barroca.

El templo se articula en tres naves, de igual altura, cubiertas con bóvedas de cañón, en las que se intercalan cúpulas y bóvedas de plato, que descansan sobre robustos pilares. El exterior es de ladrillo caravista, siguiendo la tradición de construcción en ladrillo aragonesa, y el interior revocado en estuco. La nave central se halla dividida por la presencia del altar mayor bajo la cúpula central. El altar está presidido por el gran retablo mayor de la Asunción, perteneciente a la colegiata gótico-mudéjar de Santa María la Mayor de Zaragoza, realizado por Damián Forment en el siglo XVI.

Bajo las otras dos cúpulas elípticas de la nave central, se dispuso la Santa Capilla de la Virgen del Pilar, y el coro y órgano, que también procedían de la colegiata predecesora. Actualmente el coro y órgano, se encuentran desplazados, al siguiente tramo, para dotar de mayor espacio los tramos del altar mayor.

La comunidad cristiana de Caesaraugusta es una de las más antiguas de España, junto a las de Mérida, León y Astorga. Hacia 254 se documenta su existencia en el epistolario de San Cipriano. También consta que el obispo Valerio estuvo en el concilio de Elvira a inicios del siglo IV y que el Pilar muy probablemente fue sede del concilio antipriscilianista de 380.

En el siglo IV destaca el canon VIII del Concilio de Antioquía —celebrado en la segunda mital del s. IV—, que establece la colocación de las imágenes religiosas sobre columnas o pilares. De lo cual deducen estudiosos como Mariano Nougués Secall y Manuel Aramburu que el hecho pudo haber estado inspirado por el conocimiento de la aparición de María a Santiago, aunque dicha tradición era muy popular en el paganismo.13​ De acuerdo con Francisco García Palacios, en este siglo el obispo Atanasio de Zaragoza, discípulo de Santiago, ya utilizaba los símbolos del cristianismo primitivo como el Agnus Dei.

Hacia 1608 se descubrió en una pared contigua a la Santa Capilla medieval la tumba de un diácono de nombre Lorenzo, que aparentemente habría fallecido en julio de 196. Siguiendo la teoría de Aramburu —aunque Juan Francisco Andrés de Uztarroz puso en duda que el epígrafe de la tumba hubiese sido escrito en las postrimerías del siglo II—​ la capilla pilarista funcionaba activamente en 196 y contaba ya con varios diáconos ordenados.​ Del siglo II datarían también las comunicaciones subterráneas de la iglesia del Pilar con varios sitios de la ciudad cesaraugustana. En 1718, al desmontar la primitiva plaza del Pilar, se descubrieron comunicaciones entre una casa particular y el templo.17​ Se cree que fueron construidas circa 130, cuando los judíos comenzaron a utilizar las catacumbas para practicar su religión perseguida por Adriano, táctica que poco tiempo después adaptarían las primitivas comunidades cristianas.

Para estudiar el siglo III existe mayor diversidad de documentos que aportan información a la historia del Pilar. Se tiene constancia de que el obispo Valero de Zaragoza edificó un salón anejo al templo conocido como la «sala valeriana». También se discute la existencia de la capilla del Pilar durante las persecuciones de Diocleciano, aunque numerosas fuentes indican que testigos visitaron el templo durante aquellos años, como Caledonio, obispo de Braga.

En noviembre de 380 se convocó a un concilio nacional en la ciudad de Zaragoza, presidido por el obispo Valerio II de Zaragoza. El acta del concilio es firmada por doce obispos. Se infiere que esta catedral tenía representadas, en pintura o en bajorrelieve, veinticuatro escenas del Antiguo Testamento y el mismo número para el Nuevo Testamento. En el arco fronterizo figuraba el Pantocrátor y los veinticuatro ancianos.​

Aparentemente, el poeta tardorromano Aurelio Prudencio redactó una oda a los mártires de Zaragoza entre 380 y 395. De acuerdo con algunas interpretaciones, en una de las estrofas de su composición alude al templo del Pilar como «templo» y «casa llena de ángeles».​ Sin embargo, Juan de Arruego, Antonio de Nebrija y Lupercio Leonardo de Argensola, cada quien por su cuenta, desecharon esta teoría al afirmar que Aurelio Prudencio se refería a toda la ciudad de Zaragoza y no al Pilar en particular.​ Cualquiera que haya sido el caso, es seguro que para el siglo IV la capilla del Pilar había sido ampliada y contaba con espacio suficiente para albergar a los dieciochos mártires que, según la tradición, murieron durante las persecuciones en los albores del siglo IV.​

El mismo Prudencio fue comisionado para escribir glosas sencillas a algunas escenas del templo, pero al colocar la explicación al Santo Pilar redactó algo insólito: «la Columna (atado) a la cual fue flagelado el Señor».​ Gracias a este testimonio autores como Lupercio Leonardo de Argensola, Diego Murillo, Manuel Aramburu y José Félix de Amada especularon que la Santa Columna podía ser la que sirvió para atar a Cristo en la flagelación o que incluso era una porción de ella. Al respecto escribió Lupercio:

Dicen que el Pilar que vemos en la santa Capilla fue traído por los ángeles. Siendo así como la tradición asegura, habemos de dar alguna causa digna de que tales ministros lo trajesen y de que la Virgen se pusiese sobre él; pues ¿qué causa más verosímil que haber sido aquel en que Nuestro Señor Jesucristo fue azotado? Yo así lo oí predicar siendo niño al padre Govierno.

Daniel Lasagabáster Arratíbel, Historia de la Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza (Reyes de Aragón, 5): D. Lasagabáster, 1999, pág. 201.
ISBN 84-605-8648-0.

Otro testimonio sobre la veneración a la Virgen en los tiempos del bajo imperio es uno de los bajorrelieves del sarcófago de Santa Engracia, donde se representa el descenso de los cielos de la Virgen para entrevistarse con Santiago. Se conoce desde el siglo IV.

Con la llegada de los visigodos a Hispania se suscitaron numerosos conflictos religiosos entre las dos principales doctrinas de la época: el arrianismo y el catolicismo romano. Gracias a los Concilios de Toledo, a la conversión del rey Recaredo y a mártires como San Hermenegildo, paulatinamente el reino visigodo experimentó una transición unificadora hacia el catolicismo.

Se ha puesto en duda la supervivencia de la capilla del Pilar en el siglo V, debido a las severas invasiones sufridas por Hispania en la época.​

Existen testimonios que afirman que en 542 la estola de San Vicente, resguardada en el Pilar, fue llevada en procesión hasta París, donde Childeberto I la requirió en agradecimiento por haber levantado el cerco de la ciudad.​ Asimismo, se relata que en esta centuria fue muy común la denominación de «basílica de San Vicente» para el templo del Pilar.​

En el siglo VI se atestigua también el uso de la misa propia de la Virgen del Pilar, que había utilizado desde 368 el misal mozárabe. También se conoce un documento fechado en 645 por Chindasvinto —una donación— donde se menciona el templo del Pilar como fundado por el apóstol Santiago. Por último, en este siglo ocupó la cátedra zaragozana el obispo San Braulio, documentado como obispo entre 626 y 651 y cuya tumba se encontró en el Pilar en 1290. Se encuentra sepultado cerca del altar mayor.​

Durante las últimas décadas de la dominación visigótica, la sede episcopal de Zaragoza y el templo del Pilar alcanzaron su mayor esplendor. Braulio de Zaragoza es la figura señera de estos años, aunque, de acuerdo con Daniel Lasagabáster, existe cierta extrañeza porque Braulio jamás comentó en sus textos la existencia del edículo y la tradición pilarista.

Duchesne esgrimió este argumento contra la predicación de Santiago. Z. García Villada lo aplica a la Visita de la Virgen a Zaragoza. Lo considera importante ya que callan el hecho de la aparición Idacio, Orosio, Juan de Viclara, S. Isidoro de Sevilla, S. Ildefonso de Toledo, S. Braulio y Prudencio, que parece debían registrarlo. Y añade: «Causa extrañeza el que Braulio no aprovechara cualquier ocasión para escribir algo sobre un acontecimiento tan glorioso como el de la Virgen del Pilar». Aquí está precisamente el error de García Villada. En el siglo VII el objeto de la tradición pilarista se centraba en un edículo insignificante de 4 x 2 m, situado en descampado donde se echaban desperdicios, lugar inhóspito fuera de las murallas. ¡Qué tenía que decir Orosio sobre este edículo!

Daniel Lasagabáster Arratíbel, Historia de la Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza (Reyes de Aragón, 5): D. Lasagabáster, 1999, pág. 189.
ISBN 84-605-8648-0.

En 716 los musulmanes capturaron Zaragoza y la nombraron Saraqusta. Asimismo, aunque importaron su religión y construyeron la mezquita mayor de Saraqusta al Baida, «Zaragoza la Blanca», una de las más antiguas de Al-Ándalus,​ la religión cristiana fue permitida y el Pilar se convirtió en uno de sus baluartes. Durante aquella época, según las crónicas, se formó incluso la Cofradía de la Bienaventurada Virgen María del Pilar. Arruego señala que en el siglo VIII, cuando inicia la islamización en Zaragoza, la catedralidad pasó al templo del Pilar.

En el siglo IX se hace mención de los obispos Sénior, quien trasladó al Pilar el cadáver de San Vicente, y Eleca, participante de numerosos concilios y personaje relevante en el cristianismo español de dicha centuria.

Es aquí cuando Aimoino escribe su Historia del traslado de San Vicente, donde describe la iglesia mozárabe del Pilar en el mismo emplazamiento del templo barroco. En torno a ella se congregaba la comunidad cristiana de Zaragoza.​

Hacia 985 el barcelonés Moción, hijo de Froya, hace una donación a la iglesia mozárabe de Santa María la Mayor y a las Santas Masas de Zaragoza. En su testamento heredaba cien sueldos «ad Santa Maria». El pergamino se conserva en el archivo de la Archidiócesis de Barcelona. Este testimonio permite afirmar que el templo pilarista existía desde la época visigótica, pues, a pesar de la tolerancia religiosa islámica, no se permitía construir nuevas iglesias.

Las capitulaciones firmadas el 18 de diciembre de 1118, luego de la conquista de Zaragoza, otorgaban a los musulmanes ciertas concesiones entre las que se incluía el plazo de un año para abandonar la ciudad e instalarse extramuros, y practicando su religión.​ Alfonso el Batallador le otorgó el patronazgo de la capilla del Pilar a Gastón IV de Bearn, adalid de la toma de Zaragoza.​ De acuerdo con Lasagabáster, el hecho de que los dos encargados del Pilar tras la conquista, Pedro de Librana y Gastón IV, fueran franceses, es una prueba de que la devoción pilarista era ya bastante conocida en Europa.​

Pedro de Librana fue nombrado obispo de Zaragoza, y al constatar el lamentable y ruinoso estado del templo de Santa María, extendió la siguiente carta:

Habéis oído contar (audivistis) con suficiente detalle que con la ayuda del cielo, alcanzada con vuestras oraciones, y el arrojo de los esforzados combatientes ha sido conquistada la ciudad de Zaragoza por las armas cristianas y que ha sido liberada la iglesia de la bienaventurada Virgen María, después de haber permanecido durante mucho tiempo sujeta ¡oh dolor! al dominio de los infieles sarracenos. De antaño sabéis (novistis) que esta iglesia es prevalente (pollere), antecede a todas por su bienaventurada y antigua nombradía de santidad y dignidad. Sin embargo, debo daros a conocer que ahora, como consecuencia de la triste cautividad anterior, carece de todo lo necesario. Sabed que se halla en estado ruinoso por la falta de reparaciones durante el largo cautiverio y que carece de todo. No se cuenta con medios para restaurar sus destrozados muros y reponer los ornamentos. Los clérigos que día y noche se dedican allí al servicio divino no disponen de vivienda ni de medios de subsistencia. Acudimos, pues, suplicantes a vuestra benevolencia a fin de que, si corporalmente no la podéis visitar, al menos la visitéis con la generosa oblación de vuestras limosnas. (...) A los que se compadezcan de esta iglesia, privada de los recursos más necesarios y, condoliéndose de los gemidos de su pobreza, entreguen un denario, o lo que puedan, para su restauración, nosotros, confiados en la divina clemencia, en la autoridad del papa Gelasio, del arzobispo de Toledo y de todos los obispos de España, les concedemos indulgencia plenaria. Los demás conseguirán la remisión de sus pecados en conformidad a la cuantía de sus limosnas y al mérito de sus buenas obras. Aquellos que ofrezcan hospitalidad a nuestro arcediano Miorrando y acompañantes, portadores de nuestra carta, consigan de Dios la vida eterna.

Daniel Lasagabáster Arratíbel, Historia de la Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza (Reyes de Aragón, 5): D. Lasagabáster, 1999.
ISBN 84-605-8648-0.

Tímpano de la iglesia románica.
Así, entre 1119 y 1120 el arcediano Miorrando recorrió varias diócesis de España, Italia y Francia en busca de donativos para restaurar la capilla pilarista. De acuerdo con los testimonios escritos debe haber obtenido una generosa suma que le permitió a Pedro de Librana emprender cuanto antes las tareas que había señalado.

Es en el siglo XII cuando el Pilar recibe numerosos obsequios que atestiguan la existencia de la tradición pilarista durante la dominación islámica.​ El más destacado es el olifante de Gastón IV de Bearn, donado por su viuda Talesa de Aragón y resguardado en el Museo del Pilar. En 1138 se fundará la primera congregación de agustinos. Seis bulas de los papas Eugenio III, Alejandro III y Celestino III otorgan importancia al Pilar de Zaragoza.​ De igual modo, el templo fue favorecido por los reyes de Aragón —tanto de la Casa de Aragón como de la Casa de Trastámara— desde Ramón Berenguer IV (NO fue rey, sino Princeps, la reina era Petronila) hasta el rey Fernando II, así como Alfonso VII de León y Sancho II de Navarra. Así, el Pilar se convierte en un prestigiado y reconocido templo de culto mariano.​

Ya en el siglo XIII la tradición pilarista se difunde por toda España y poco después se funda la primera cofradía. Es importante señalar que el pueblo aragonés ya conocía a la Santa Capilla como «Santa María del Pilar»,​ aunque el templo en el que se asentaba era llamado «de Santa María la Mayor». Hasta bien entrado el siglo XV se empleará el título de «Santa María la Mayor y del Pilar».

Para 1261 fuertes riadas dañaron severamente la estructura del templo románico de Santa María. En 1291 el recién llegado obispo Hugo de Mataplana decidió emprender la restauración de la iglesia y su conversión al estilo gótico, tan en boga durante aquellos años.​ En marzo de 1293 ordena al canónigo obrero idear una solución para mejorar el estado del templo pilarista. A este hecho se le considera el fin del templo románico y el inicio de la historia de la colegiata gótico-mudéjar.​ En 1296 Hugo de Mataplana viajó a la Santa Sede para obtener el apoyo del papa Bonifacio VIII. Aunque Mataplana falleció estando en Roma, el pontífice expidió poco después la bula Mirabilis Deus, para acicatear al pueblo a colaborar en las obras de restauración del Pilar de Zaragoza.

En 1318 un documento de Juan XXII menciona a Santa María la Mayor de Zaragoza como «edificada por Santiago en el año 40» y también afirma que dicho templo es el más antiguo de España. Sin embargo, incurre en un error bastante común: señalar que la colegiata fue edificada en 40 cuando su construcción data de varios siglos después. Pero este dato permite conocer que para los canónigos la Santa Capilla y el templo gótico formaban parte de un solo conjunto.

De acuerdo con fuentes de la época, la reina Blanca de Navarra, esposa de Juan II el Grande, experimentó una curación milagrosa atribuida a la Virgen del Pilar y en agradecimiento marchó al santuario en julio de 1434.

Entre 1434 y 1435 se originó en la sacristía del claustro un incendio que arrasó con varias joyas y con el retablo de alabastro del templo. Es aceptada casi unánimemente la teoría de que el camarín de la Virgen y el Santo Pilar resultaron indemnes del siniestro. No existen indicios de que el fuego haya alcanzado a la colegiata gótica.​ La imagen que hoy se venera de la Virgen del Pilar, de acuerdo con los estudios de Carmen Lacarra Ducay, fue elaborada en estilo gótico tardío por Juan de la Huerta, escultor oriundo de Daroca quien trabajó fundamentalmente en la corte borgoñona, y muy probablemente fue una donación de la reina Blanca y del arzobispo Dalmau de Mur.​ En este siglo continuaron las concesiones al Pilar, otorgadas por Juan II y su hijo Fernando II.

Los fieles y la nobleza de Aragón colaboraron en las obras para restaurar los daños del incendio. Las paredes fueron cubiertas con bajorrelieves que representaban la aparición de la Virgen a Santiago. También se emprendió la construcción de un nuevo retablo, «de alabastro, de los más claros y transparentes que he visto, donde hay algunas figuras de bulto muy bien labradas, puestas dentro de sus nichos y el semblaje y lo demás del retablo hecho con gran primor. Acompañan a todo esto otras molduras y figuras pequeñas de alabastro, que están en lo restante de la pared a una parte y a otra».

El arzobispo Alonso de Aragón, hijo de Fernando el Católico, fue el responsable de transformar la iglesia en estilo gótico y a él se debe el magnífico retablo tallado por Damián Forment (1512-1518).​ En el siglo XVI la Casa de Austria entró a gobernar en España y continuó la tradición de la dinastía aragonesa de otorgar privilegios y protecciones al santuario del Pilar. En 1530 la decisión de Clemente VII de exceder la jurisdicción episcopal del Pilar generó un conflicto interno en los arzobispados locales.​ La Seo interpuso un pleito por la catedralidad que fue resuelto hasta 1676, cuando Clemente X fusionó los cabildos de la Seo y del Pilar, con lo que dio origen al Cabildo Metropolitano de Zaragoza.

Ya entrado el siglo XVI la iglesia gótica experimenta su transformación al estilo mudéjar. En esta centuria ocurren hechos de trascendencia para el templo, como la construcción de una bóveda estrellada de crucería flamígera llena de florones relucientes de oro (1504-1515), a semejanza de las que adornaban el Palacio de la Aljafería.

Damián Forment fue contratado en 1509 para edificar un nuevo retablo de estilo gótico, cuyas obras comenzaron en 1510 al desmontarse el anterior retablo. Construida entre 1512 y 1518, este retablo se considera una de las obras más logradas de la escultura del Renacimiento en Aragón.

También hubo reparaciones en la Santa Capilla, donde se cambió la verja del presbiterio por el cerrajero maestro Pedro de Escalantes, que creó una verja balaustrada y estañada con apariencia de platería rematada con festones dorados. Tenía la misma altura que la nave. La verja de hierro que cerraba la entrada al camarín de la Virgen fue sustituida en 1644 por el príncipe Baltasar Carlos de Austria.

Esteban de Obray, Juan de Moreto y Nicolás Lobato, construyeron el coro de la iglesia entre 1542 y 1548. La sillería de tres hileras de sitiales superpuestos en forma de grada y dispuestos en planta semicircular posee trabajos taraceados con incrustaciones de boj amarillo.​ De los 138 sitiales originales solo quedan 124, pues algunos han sido reubicados en el presbiterio del altar mayor. La sillería del Pilar es mucho más grande que la de la mayoría de las catedrales de España.​ Se conserva en la actual basílica barroca, pues fue reubicada en 1716.

El 29 de marzo de 1640 ocurrió el suceso conocido como Milagro de Calanda, pues el cojo Miguel Pellicer afirmó que por intercesión de la Virgen del Pilar le fue restituida la pierna derecha, que había perdido en un accidente. El hecho obtuvo gran relevancia en todo el reino, y el 27 de abril de 1641 se dictaminó como milagro.​ Ya el 27 de mayo de 1642, el municipio de Zaragoza proclama patrona de la ciudad a la Virgen del Pilar.

La devoción a la Virgen del Pilar se había extendido por toda España, y en 1678 el virrey Pedro Antonio de Aragón llamó a Cortes en nombre del rey Carlos II, a fin de declarar a la Virgen como patrona de Aragón.

Varios templos barrocos se habían edificado en el siglo XVII en Zaragoza. En 1670 Juan José de Austria promovió la renovación del Pilar en estilo barroco. Felipe Sánchez obtuvo el triunfo en el concurso celebrado por el cabildo de Zaragoza para el proyecto de la nueva basílica. A la cabeza del proyecto se situó Francisco de Herrera el Mozo y la primera piedra se colocó el 25 de julio de 1681 por el arzobispo Diego de Castrillo.

A pesar de que la Guerra de Sucesión Española trastocó los planes del nuevo edificio, para 1716 se reubicó en su totalidad el retablo y la sillería de la colegiata mudéjar. El 11 de octubre de 1718 se inauguró el templo barroco de Nuestra Señora del Pilar.

En 1750, después de varios proyectos de reforma que jamás se llevaron a cabo, se acepta el plan de Ventura Rodríguez para edificar la capilla barroca del Pilar. El 6 de octubre de 1751 Rodríguez recibe el visto bueno de Fernando VI y desde el 2 de noviembre de ese año, cuando se destruyó la capilla medieval, comenzaron a ejecutarse las obras, que se prolongaron hasta el 12 de octubre de 1765. La mayor parte de la construcción fue sufragada por el obispo Francisco Ignacio de Añoa y Busto y por el pueblo zaragozano, que en ocasiones donaba su trabajo sin pago alguno.

Entre 1863 y 1872 el obispo Manuel García Gil promovió la culminación de la cúpula central, que se finalizó en 1869. El programa iconográfico fue renovado gracias a Bernardino Montañés y Félix Burriel, que decoraron varias cúpulas del templo. Finalmente, durante las Fiestas del Pilar de 1872, se consagró la basílica.

Los estragos causados por los franceses durante los Sitios de Zaragoza causaron que el pueblo incrementara notablemente su devoción hacia la Virgen, pues incluso gran cantidad de defensores de la ciudad llegaron a dormir dentro del tabernáculo de la Virgen. A pesar de que una bomba fue arrojada cerca de la capilla de San Juan no produjo daño alguno, aunque el 8 de febrero de 1809 dos bombas cayeron cerca de la cúpula de la sacristía mayor y de la capilla de Santa Ana, y en el acto pereció una cantidad indeterminada de personas alojadas en la Basílica. Dos días después una bomba de doce arrobas cayó cerca de la capilla de San Antonio, pero no llegó a explotar.

Para el 20 de febrero la situación se había tornado insostenible y la Junta de Defensa de la ciudad solicitó al comandante de las fuerzas galas, Jean Lannes, la rendición de Zaragoza. El francés aceptó y otorgó todos los honores a los más de ocho mil vencidos, que entregaron sus armas en el Palacio de la Aljafería al día siguiente.

Para salvar a la ciudad del Ebro del saqueo al que seguramente la someterían los galos, la Junta de Defensa de la ciudad propuso al Cabildo entregar al ejército vencedor doce alhajas. La más suntuosa era una que había sido regalada por Bárbara de Braganza, esposa de Fernando VI, y que tenía casi dos mil brillantes.72​ La totalidad de las joyas tomadas por Lannes ascendían a más de 130.000 pesos fuertes.

1904 fue el año declarado por Pío X como «jubilar mariano». Durante este período varias damas de España comenzaron a invitar al pueblo a recaudar fondos para coronar solemnemente a la Virgen. El 28 de septiembre, gracias a la intervención de la condesa de Guiomar, Pío X otorgó su apoyo a la causa.​

La corona fue construida en los talleres Ansorena de Madrid gracias al patrocinio de un grupo encabezado por la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena. El 28 de abril de 1905 el cardenal zaragozano Juan Soldevila llevó las coronas a Roma para ser bendecidas por el Papa.

El 20 de mayo fue el día en que se coronó a la Virgen del Pilar. Prelados de toda España y representantes diplomáticos acudieron a la ceremonia, donde también estuvo presente un número hasta entonces inusitado de peregrinos. A las doce en punto del día el obispo coronó al Niño y después a la figura de la Virgen, en medio de una atmósfera de emoción generalizada. Días después comenzaron las peregrinaciones, realizadas por grupos, ya que no era posible obtener alojamiento en la ciudad para todos los peregrinos. En memoria de la coronación canónica, cada día 20 del mes la Virgen no lleva manto.

Por Real Orden del 8 de octubre de 1908, le fue concedido el título de Capitán General, corroborado con la solemne imposición de manto y fajín, el 9 de mayo de 1909.

La madrugada del 3 de agosto de 1936, durante la Guerra Civil Española, el trimotor republicano Fokker lanzó tres bombas, de 50 kilogramos cada una, sobre las torres de la Basílica del Pilar. Una de ellas quedó clavada en la Basílica del Pilar, otra atravesó el techo y la última llegó a penetrar la bóveda del coreto de la Virgen y causar serios daños en el marco dorado de La adoración del nombre de Dios, de Goya. Ninguna de ellas llegó a estallar ni causar daños de consideración, hecho que fue atribuido a un milagro de la Virgen. Las bombas fueron desactivadas y hoy en día se exhiben en pilastras cercanas a la Santa Capilla.

El 24 de junio de 1948, el papa Pío XII concedió a la catedral de Nuestra Señora del Pilar el título de basílica menor, mediante el breve Decus ornarnentumque.​ Más de cuatro décadas atrás, el 22 de junio de 1904 el gobierno del rey Alfonso XIII había declarado El Pilar Monumento Histórico-Artístico Nacional.

El Congreso Mariológico y Mariano Internacional se llevó a cabo en la Basílica en octubre de 1979. A pesar de que el papa Juan Pablo II no asistió, para dicha celebración se mandó remodelar las cúpulas y los tejados del templo.

El 2 de enero se conmemora la fiesta de la Venida de la Virgen, el 12 de octubre es la fiesta del Pilar y el 20 de mayo es la fiesta de la coronación canónica. Por eso, los días 2, 12 y 20 de cada mes la imagen aparece sin manto, dejando ver la guarnición semicilíndrica de plata labrada de la columna.

Es tradicional en Aragón, y también en algunas regiones vecinas, el que los niños sean presentados una vez en su vida a la Virgen del Pilar, lo que se conoce como «pasar por el manto de la Virgen». Debe de hacerse antes de hacer la Primera Comunión, en esa etapa de la vida en que se considera al niño «inocente», es decir, que no ha alcanzado el «uso de razón». Existen tradiciones similares con otras vírgenes en varias partes de España.

El 10 de octubre de 1613, el Concejo de Zaragoza acordó guardar anualmente el día 12 de aquel mes, con lo que la fiesta religiosa del 12 de octubre pasó a ser también festividad civil. Finalmente, el papa Clemente XII aceptó en el siglo XVIII el 12 de octubre como fecha para la celebración de la «festividad de la Virgen María Aparecida en Carne Mortal».

En lo que respecta a los actos rituales (ofrenda de flores, de frutos, etc.), sus orígenes se encuentran en los inicios del siglo XIX, siendo resultado de la evolución de diversas ceremonias religiosas. Se supone fruto del fervor popular y de la iniciativa de las familias más acomodadas de la ciudad.

Son las fiestas patronales de Zaragoza que se celebran en honor de la Virgen, patrona de la ciudad. Tienen lugar la semana del 12 de octubre en que se celebra la fiesta patronal. Por lo general, las fiestas comienzan el fin de semana anterior al día 12 y se prolongan hasta el domingo posterior por lo que duran unos diez días.

En las fiestas del Pilar tienen lugar un buen número de eventos festivos organizados por el Ayuntamiento de la ciudad a los que se unen no pocas iniciativas privadas de organizaciones o colectivos privados que aprovechan la semana para organizar muestras, concursos y otras actividades de interés popular. Las más destacadas celebraciones pilaristas son:

Solemne misa de Infantes
Se celebra en el altar mayor de la basílica del Pilar el día 12 de madrugada.
Ofrenda de flores.
Representa el punto culminante de las celebraciones y la mayor manifestación de la devoción popular hacia la Virgen. El día 12 por la mañana, se lleva a cabo una ofrenda en la que miles de personas ataviadas con el traje regional aragonés o de otros lugares del mundo llevan ramos o centros de flores hasta la plaza del Pilar. Allí se teje un enorme manto a una virgen situada sobre una estructura metálica. La gran aceptación popular la atestiguan los centenares de grupos inscritos para la edición de 2016 y las más de doce horas que dura el desfile. La tradición de la ofrenda data del año 1958, por iniciativa del concejal Manuel Rodeles, tras haber observado la ofrenda que celebraban a la Virgen de los Desamparados en las fiestas de Valencia.
Misa Pontifical.
Tras la ofrenda a la Virgen, el día 12 se celebra una misa pontifical en la basílica del Pilar a partir de las 12.00, tras la que se desarrolla una procesión.
Ofrenda de frutos.
Se lleva a cabo el día 13 por la mañana y tiene un recorrido similar al de la ofrenda de flores. En esta procesión se presentan a la Virgen los más variados frutos de la tierra aragonesa. Su primera edición es anterior a la ofrenda floral pues tuvo lugar en 1949.
Rosario de cristal.
Un espectáculo sin parangón en el mundo, el desfile del rosario de cristal aúna religiosidad y arte. La procesión consiste en un conjunto de 29 carrozas de cristal iluminadas interiormente de las que, al menos, quince representan los misterios del rosario. A ellas, se aúnan un buen número de farolas y estandartes. Los pasos fueron portados a hombros hasta 1926 y no se alumbraron con luz eléctrica hasta el año 1940. El rosario parte de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en donde tiene su sede, el día 13 al anochecer recorriendo las principales arterias de la ciudad. Su origen data de 1889.

Himno:

Virgen santa, Madre mía,
luz hermosa, claro día,
que la tierra aragonesa
te dignaste visitar(bis)

Este pueblo que te adora
de tu amor favor implora
y te aclama y te bendice
abrazado a tu Pilar.

Pilar sagrado, faro esplendente,
rico presente de caridad.
Pilar bendito, trono de gloria,
tú a la victoria nos llevarás.

Cantad, cantad
himnos de honor y de alabanza.
Cantad, cantad
a la Virgen del Pilar.

Se atribuyen a la intercesión de la Virgen del Pilar diversos milagros, entre los que destacan la asombrosa curación de doña Blanca de Navarra, a la que se creía muerta, y las de invidentes como el niño Manuel Tomás Serrano y el organista Domingo de Saludes o el llamado «Milagro de Calanda», por el que al mendigo Miguel Pellicer, nacido en Calanda, se le restituyó la pierna que le fue amputada en octubre de 1637. Este suceso extraordinario ocurrió el 29 de marzo de 1640 y fue proclamado como milagro el 27 de abril de 1641 por el arzobispo Pedro Apaolaza Ramírez, tras un proceso en el que intervinieron tres jueces civiles y fueron interrogados veinticinco testigos. Ese mismo año, el rey Felipe IV mandó ir a palacio a Miguel Pellicer y arrodillándose ante él le besó la pierna. Este hecho prodigioso determinó que en 1642 la Virgen del Pilar se convirtiera en co-patrona de Zaragoza junto a San Valero. Más mundanos resultan otros hechos que se le atribuyen, como liberaciones de presos, superación de pruebas o éxitos económicos y deportivos.

Entre las campañas militares que los católicos consideran obra de su intercesión se cuenta la toma de Zaragoza de manos musulmanas en 1118, la resistencia ante el ejército francés durante la Guerra de Independencia Española y la protección del templo en la Guerra Civil Española. De esta última se narra el bombardeo sufrido por el templo el 3 de agosto de 1936, cuando fueron arrojadas sobre la Basílica de El Pilar tres bombas que no estallaron. Las cargas que cayeron en el templo se exponen a los lados del Camarín de la Virgen e integran la larga lista de hechos milagrosos atribuidos a la Virgen.

En la Iglesia de Los Robles, (Antiguamente el Pilar), Municipio Maneiro, Margarita, Estado Nueva Esparta, Venezuela, se venera a la Virgen del Pilar como Patrona del Pueblo junto al co-patrono San Judas Tadeo, y se conservan una campana de plata dorada en la que se talló la imagen de la virgen y una pequeña imagen tallada en oro macizo de la Virgen del Pilar, cuya introducción se debe a la Reina "Juana La Loca", hija de la Reina "Isabel la Católica" de España, en pago por la salud devuelta a su marido el Rey Fernando de Aragón, quien había estado muy enfermo; dicha introducción data desde la época de la Colonia aproximadamente desde el año de 1504 y es desde esa fecha cuando en la comunidad de Los Robles o El Pilar se venera a "La Pilarica" y cada año los fieles a la virgen y a la iglesia católica celebran con gran fervor las fiestas de la Virgen del Pilar todos los 12 de octubre de cada año.
En la Catedral de San Cristóbal de La Laguna (Tenerife, Canarias, España) se conserva una pequeña talla de alabastro llamada "Virgen de Trapani" pero que algunos investigadores sugieren que es en realidad una talla de la Virgen del Pilar. De ser cierto sería la representación de "La Pilarica" más antigua del Archipiélago Canario.​ En la ciudad de Santa Cruz de Tenerife, en la misma isla, se encuentra la Parroquia de la Virgen del Pilar, una de las más importantes de la ciudad, la cual está presidida por una pequeña réplica de la Virgen del Pilar procedente de Zaragoza.
En Huelva (ciudad del descubrimiento) cada 12 de octubre se celebra como en el resto de España la fiesta de la Hispanidad, teniendo Huelva un barrio con ese nombre y donde cada año sale una representación de la Virgen del Pilar por las calles de este.
Aparte, la patrona del barrio de Guanarteme (Las Palmas de Gran Canaria, Canarias, España) también es la Virgen del Pilar, dando nombre así a la Plaza del Pilar y al Instituto de Educación Secundaria y Bachillerato Nuestra Señora del Pilar.
En Valladolid, en el barrio del Pilar, existe una iglesia neogótica con esta advocación.
En Benejúzar, Alicante, en el monte de dicho pueblo, hay un Santuario dedicado a esta advocación, celebrándose fiestas y romería del 8 al 12 de octubre.
En Cartagena, se encuentra una talla de la Virgen del Pilar en la Base de Submarinos de la Armada Española, ya que esta advocación es la Patrona de los submarinistas. En la primera inmersión del Submarino torpedero de Isaac Peral, este llevó consigo una Virgen del Pilar, estando reconocida como Patrona de este Cuerpo desde 1946. La talla que se encuentra en la base luce un manto con el emblema de los submarinistas, que estos llevan cada año en el mes de febrero a la ciudad de Zaragoza para conmemorar el aniversario del Arma Submarina.
En Pilar, provincia de Córdoba, Argentina: Capilla de Nuestra Señora del Pilar, erigida entre 1698 y 1711. Es Monumento Histórico Nacional. Allí, el 10 de septiembre de 1819, el General Manuel Belgrano, ya muy enfermo, hace entrega del mando del Ejército del Norte al Cnel. Mayor Francisco Fernández de la Cruz. También transitaron el lugar hombres como el General José de San Martín, el Brigadier General Juan Bautista Bustos, Santiago de Liniers, el Marqués de Sobre Monte, José María Paz y Juan Facundo Quiroga. La capilla dio el nombre a la localidad.
En La Jagua del Pilar, Colombia: iglesia de nuestra Señora del Pilar. La fiesta de la Virgen del Pilar se celebra el 12 de octubre.
En Montequinto, un barrio de Dos Hermanas (Sevilla) se encuentra una talla de la virgen con la advocación Nuestra Señora del Pilar en su Mayor Dolor. Se trata de una imagen de la virgen dolorosa de 1.62 de altura. Pertenece a la agrupación parroquial de HUMILDAD Y PILAR. Realizan estación de fe cada sábado de pasión y celebran sus cultos cada mes de octubre.

el 10-XII-1118, el Papa Gelasio II dirige la bula Litteras devotionis al ejército cristiano que sitiaba la ciudad, comunicándole la aceptación y consagración del obispo por ellos propuesto, Pedro de Librana, de origen francés, y concediendo indulgencias a los que murieren en el asedio, a los que en él combatiesen y a aquellos «qui praefatae urbis ecclesiae, a saracenis et moabitis dirutae, unde reficiatur, et clericis inde famulantibus, unde pascantur, aliquid donent vel donaverint». Que esta «ecclesia», por cuya restauración ofrece indulgencias el Pontífice, se refiere a la de Santa María aparece por la carta circular, con que el nuevo obispo, Pedro, una vez conquistada la ciudad, remite la bula papal, por medio del arcediano Miorrando «universis Ecclesiae fidelibus, archiepiscopis, episcopis, abbatibus, presbyteris, omnibus catholicae fidei cultoribus». Para su restauración y para alimento de sus clérigos pide el obispo limosna generosa. El contenido de esta carta manifiesta la fama general de que gozaba ya entonces la iglesia de Santa María y la conciencia de su antigüedad. En la circular se añadían a las indulgencias del Papa, las del propio obispo Pedro, las del arzobispo de Toledo, Bernardo; obispo de Huesca, Esteban; obispo de Calahorra, Sancho, y el cardenal Bosón, legado pontificio y las «omnium episcoporum Hispaniae». Una prueba bien clara de que la fama del templo de Santa María trasciende ya los límites ciudadanos y aun diocesanos.

AMADA, José Félix de, Compendio de los milagros de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza, 1680.
ANSÓN NAVARRO, Arturo y Belén Boloqui Larraya, «Zaragoza Barroca», en Guillermo Fatás Cabeza, (coord.) Guía histórico-artística de Zaragoza, Zaragoza, Ayuntamiento (Servicio de acción cultural), 1991, págs. 249-327. Cfr. especialmente la sección «Basílica de Nuestra Señora del Pilar», págs. 287-322. ISBN 84-86807-76-X.
ARAMBURU, Manuel Vicente, Historia cronológica de la S.A y A. Capilla de Nuestra Señora del Pilar, Zaragoza, 1766.
ARBIOL, Antonio, España feliz por la milagrosa venida de la Reina de los Ángeles, Zaragoza, 1718.
«El Pilar», Gran Enciclopedia Aragonesa (en línea).
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LASIERRA GÓMEZ, Carlos. "La Virgen del Pilar en sus estampas" Bubok, 2009.
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RISCO, Manuel, España Sagrada, t. XXX. Contiene el estado antiguo de la Santa Iglesia de Zaragoza [...] y una colección de las epístolas de San Braulio [...], Madrid, Antonio de Sancha, 1775.

jueves, 2 de julio de 2020

CAPÍTULO XXVIII.

CAPÍTULO XXVIII. 

Viene el apóstol Santiago a España, y predica en los pueblos Ilergetes: memorias que hay de esta venida, y otros sucesos hasta la muerte del emperador C. Calígula.- Del imperio de Claudio; venida de los apóstoles san Pedro y san Pablo a España, y cosas notables acontecidas en los pueblos Ilergetes hasta la muerte del emperador.

En el año 37 después de la natividad del Señor, en cumplimiento de lo que había mandado a sus sagrados apóstoles, que fuesen por todo el mundo predicando el Evangelio, vino Santiago el Mayor a España. De la certeza y verdad de esta venida no tengo qué decir ni probar nada, porque además de ser opinión común y averiguada de todos los historiadores, lo confirman las memorias y acuerdos que quedan de ella, que negarla sería impiedad; particularmente en la ciudad de Zaragoza queda la columna o pilar en que apareció al santo apóstol la Virgen nuestra señora.
Por qué parte entrase en España el glorioso apóstol y qué orilla fue la dichosa que le recibió, cuando vino de Jerusalén, está en duda; y aunque don Mauro Castellá Ferrer en su historia de este glorioso apóstol averigua con gran diligencia todo lo que toca a su vida y hechos, pero acerca de esta entrada por dónde fue no puede afirmar cosa cierta. Lo que da por firme y verdadero, es su venida a España, y haber predicado en Braga, Iria-Flavia, que hoy llaman el Padrón, en las ciudades de Lugo, Sevilla, Granada, Cartagena, Toledo, Astorga, Palencia y Julio-Briga, que algunos dicen ser Logroño; y en la corona de Aragón, en las ciudades de Zaragoza, Tarragona, Barcelona, Valencia; y
a las más dejó obispos y memorias de su santa predicación. Sin estas ciudades y otras muchas de España, llegó también a los pueblos ilergetes, y en ellos predicó; y en la ciudad de Lérida, cabeza de ellos, además de haber predicado el Evangelio, hizo muchos milagros, y entre otros sanó un pie a un peregrino, en cuya memoria está instituida en aquella ciudad una capilla que es llamada lo Peu del Romeu, y en memoria de estos milagros obró Dios por el santo apóstol, cada año, el día de su fiesta, hacen los niños unas lanternillas de papeles de colores, y meten dentro unas candelillas de cera, y con aquello andan por las calles celebrando la memoria del glorioso apóstol, y porfían entre ellos sobre qué lanternilla está mejor, cumpliéndose lo que dice el salmista: Ex ore infantium et lactantium, etc. Esto refiere el doctor Antonio Juan García, canónigo de Barcelona, en la historia de san Olaguer; y el Licenciado Gaspar Escolano, cronista del reino de Valencia, no solo afirma esta venida del santo apóstol a Lérida, pero añade haberse el santo aposentado en el Iugar donde hoy queda la dicha capilla, y todo aquel barrio se llama hoy El Pie del Romeu. El doctor Pujades dice lo mismo. Fue esta venida cuando el santo venía de Zaragoza a Tarragona y Barcelona; y así se puede afirmar por cosa cierta y averiguada, que los primeros pueblos de Cataluña que merecieron oír la predicación del santo apóstol y recibir la ley evangélica, fueron los pueblos ilergetes, en quienes había de dar el santo primero que en otros, por ser confinantes con Aragón, de donde venía; así que, se pueden con mucha razón gloriar los pueblos ilergetes de haber sido la primera tierra de Cataluña en que fue predicado el Evangelio, y experimentó el poder de Dios con los milagros del santo apóstol, patrón y amparo de las Españas, por cuyo medio recibieron nueva luz y conocimiento del verdadero Dios, cosa que generalmente desearon todos los españoles, pues es cierto que pocos meses después de muerto Cristo señor nuestro, según dice Lucio Dextro (que escribía con la zurda), o su autor, enviaron embajadores al Colegio Apostólico, para que alguno de ellos viniera a dar noticia de Dios, enseñar su ley sacrosanta y el camino del cielo, que con su muerte dejó llano y abierto para todos los que supiesen aprovechar su muerte y predicación.
De lo que pasó en Tarragona, y del primer obispo que dejó en ella y en Barcelona el santo apóstol, y demás cosas que hizo, lo dejo, remitiendo al curioso a Flavio Dextro y demás autores que tratan de ello.
Vivía por estos tiempos en la ciudad de Lérida Porcia Nigrina, hija de Cayo Porcio Nigrino, que fue cónsul en Roma. Esta señora casó con Cayo Licinio Saturnino, hijo de Cayo, y muerto él, quiso se perpetuara su memoria, como lo usaban los romanos, y se conserva en la Seo de Lérida en un mármol que está al lado del evangelio, en la capilla mayor, o junto a ella, en la pared, que dice de esta manera:
C. LICINIO
C. F. GAL.
SATURNINO
AEDIL. II. VIR.
PORCIA P. F. NIGRINA
UXOR.
Que Porcia Nigrina, hija de Porcio, mujer de Cayo Licinio Saturnino, hijo de otro Cayo, de la tribu Galeria, que había sido edil y del regimiento de la ciudad y sacerdote, dedicaba aquella memoria a su marido difunto.
Esta Nigrina fue muy alabada por el grande amor que tuvo a su marido, y cuando quemaban su cuerpo, como se usaba entre los romanos, quiso ser quemada con él, y lo fuera, si los que estaban con ella no la sacaran de las llamas. Fue este hecho muy admirado en aquellos siglos, y no lo pudo disimular Marcial, el cual, aunque siempre andaba en burlas, pero en este hecho cantó con muchas veras estos versos:
O faelix animo, faelix Nigrina marito,
Atque inter latias gloria prima nurus.
Te patrios miscere juvat cum conjuge census,
Gaudentem socio participemque viro.
Arserit Evadne flammis injecta mariti:
Haec minus Alcestim fama sub astra ferat.
Tu melius certe memisti pignora vitae,
Ut tibi non esset morte probandus amor.
Dichosa tierra y dichosos pueblos, que tales mujeres producían !
En el año 38 de Cristo señor nuestro, murió el emperador Tiberio César, después de haber gobernado el imperio romano veintitrés años, sucediéndole Cayo Calígula, que murió el año de 42, después de haber imperado tres años, poco más o menos.
Favorecía Dios a España, dándole por medio de santísimos predicadores la luz del santo Evangelio y doctrina cristiana, y cada día llegaban a ella varones verdaderamente apostólicos a trabajar en esta viña del Señor. En el año 44 vino de Jerusalén san Tesifonte, discípulo de Santiago, que le había acompañado cuando se volvió a Jerusalén. Era este santo árabe de nación, y antes que se convirtiera a la fé, se llamaba Abenatar; tuvo un hermano llamado Cecilio, que también es santo, y fue obispo iliberitano: nacieron el uno ciego y el otro mudo, y Cristo señor nuestro les dio vista y habla (vista al mudo y habla al ciego), y les encomendó al apóstol Santiago. Fueron estos dos hermanos de aquellos doce discípulos que traía consigo el apóstol y le iban acompañando por España, predicando el evangelio; y cuando el santo apóstol se volvió a Jerusalén, fueron con él, y después de haber padecido martirio, que fue el año de 42, y haberle dado sepultura, siete de ellos, que fueron Torcuato, estos dos hermanos, Segundo, Idalecio, Hesiquio y Eufrasio, se fueron a Roma, donde el apóstol san Pedro les hizo obispos y les envió a España, para continuar la predicación evangélica que su maestro había comenzado, como lo dicen claro Dextro y el papa Gregorio séptimo en una carta que escribió al rey Alfonso de Castilla, y lo refiere Baronio en las anotaciones al Martirologio romano, a 15 de mayo, que se celebra la fiesta de estos siete santos. Dejo los lugares donde predicaron los seis, y vengo a san Tesifonte, como a cosa nuestra. Este santo, viniendo de Roma, predicó el evangelio con gran fervor y fundó el cristianismo en la ciudad de Urgel. Así lo dicen fray Prudencio de Sandoval, dignísimo obispo de Pamplona, en la Historia de los monasterios del orden de san Benito de Castilla, y el padre Francisco Diago en la Historia de Valencia (lib. 4, c. 6.); y añade que la ciudad de Urgel se llama Vergidum, porque está en un lugar y asiento donde los montes Pirineos, tan nombrados, comienzan a torcerse y derribarse algún tanto a la parte del mediodía; y de aquella torcedora le vino el nombre de Vèrgido, que lo significa, como derivado del verbo vergo, el cual tiene esta significación; y no sería fuera de propósito afirmar qué este santo fuese el primer obispo de la ciudad de Urgel; y lleva camino, porque no es verosímil que habiendo en este tiempo obispos en Zaragoza, Barcelona, Tarragona, y no muchos años después en Tortosa, viniese a faltar en los pueblos o región de los ilergetes, que era de las pobladas y fértiles de España, donde predicó la palabra de Dios, viviendo santísimamente. Fue san Tesifonte hombre muy docto, y dejó escritos dos libros en tablas de plomo, para que durasen más; y por merced y favor de Dios, han comparecido en nuestros días, como diré después: el uno se llama Fundamentum Ecclesiae y el otro De Essentia Dei. Duró su predicación hasta el año 57, en que, como dice el autor de Dextro, fue al concilio iliberitano, que se iba juntando no muy lejos de donde está hoy la ciudad de Granada, donde iban llegando los discípulos de Santiago y otros para conferir cosas muy importantes al alto oficio que tenían; y antes que estuviesen allá juntos, llegó un ministro de Satanás, llamado Aloro, juez de Nerón y tal el uno como el otro, y les prendió y hurtó todo lo que tenían, y les mandó quemar, y pasando por este martirio, se fueron a gozar de Dios, cuya ley santa predicaban. Sus huesos y cenizas y los libros que estos santos dejaron escritos tomaron sus discípulos, y los escondieron en partes secretas, donde les dejaron hasta que el Señor, por quien murieron, lo descubriese para mayor gloria suya y consolación del pueblo cristiano; y fue del modo dirémos en el capítulo siguiente, que no es justo dejarlo, por ser cosa tocante a nuestro primer prelado y predicador.

domingo, 1 de agosto de 2021

NOTAS.

NOTAS.



NOTA
PRELIMINAR.



OBSERVACIONES
ORTOGRÁFICAS Y LITERARIAS.



Paréceme
indispensable apuntar aquí, no precisamente para los lectores
mallorquines, sino para los castellanos, algunas observaciones acerca
de la ortografía catalana, lemosina, ó balear y modo de leer este
idioma literario.



OBSERVACION
1.a – Diferentes sistemas ortográficos: -
Dos
sistemas se siguen por la generalidad de los autores lemosines: ó el
de Mariano Aguiló, ó el de Rubió y Ors. Yo me he adherido siempre
al primero, con la mayoría de los escritores mallorquines y
valencianos, y no pocos catalanes propiamente dichos, entre quienes
descuella Jacinto Verdaguer. Distínguese este sistema por adoptar la
ortografía antigua, de los siglos XIII, XIV, XV y XVI, época
maravillosa de nuestra literatura. Los plurales de los nombres
procedentes de la primera declinacion latina terminan en es, y no en
as; como rosa, plural roses, y no rosas. Muchas razones filológicas
se aducen en pro de tal desinencia, que no son de este lugar.



OBSERVACION,
2.a – De las letras. - La letra a tiene dos sonidos:
grave, (como la castellana), cuando sobre ella carga la
pronunciacion; leve, (parecida á la e muda francesa), en el caso
contrario. Así en el vocablo paraula, (palabra), sólo la segunda a
se pronuncia distinta y claramente.
La e, como en frances, es
abierta è, cerrada é, y muda e. No siempre las distingue el acento,
sino el uso.
Esta última se pronuncia exactamente como la a leve.
De modo que eras, (verbo), y feres, (nombre), son consonantes.
Téngase muy en cuenta esta circunstancia, para percibir la armonía
rítmica. Otro ejemplo:
A la claror de la lluna,
Los oratjols
respirantne,
Que alzinars y garriguelles
De bosch en bosch
embalsaman.



Es
romance, porque respirantne y embalsaman, tienen asonancia; la última
e del primero, y la última a del segundo se pronuncian del mismo
modo. Los valencianos y alicantinos se separan algo de esta última
regla, en la pronunciacion vulgar.



La
o tiene dos sonidos: ò abierta, como en frances é italiano; y o cerrada, como la castellana. No siempre las
distingue el acento, sino el uso.



La
c en las sílabas ce, ci, ça, ço, çu, se pronuncia como la s
castellana. Se usa de la ç en las sílabas ça, ço, çu, cuyo
orígen latino lleva claramente c, * (k o h, no se lee bien) ó
ch,
Todos los vocablos lemosines terminados en c toman h final,
(sólo en la terminacion masculina, si son adjetivos), como joch,
ètich; y esta ch equivale á q.



La
g y la j tienen el mismo sonido que en frances, parecido al de la y
castellana. Úsase de g siempre que claramente la lleva en su orígen
latino: Jeroni, y no Geroni; imatge, y no imatje.
La ny representa
la ñ castellana ó gn francesa: any, Catalunya.
(Aquí no se
dice nada del añy que se lee en textos como las ordinacions del
regne de Mallorca.)

La s se pronuncia fuerte entre vocal y
consonante: Anselm, ansa; suave entre vocales, como en frances: ase.
Para sonido fuerte entre dos vocales, se dobla la s ó se pone ç,
segun sea el orígen: braços, amorosíssim.
La x tiene el sonido
de sh inglesa, y en algun modo de ch castellana, pero suave: xot,
(cordero), bruxa, (bruja). Exceptuándose las palabras compuestas de
la preposicion latina ex, y algunas otras, que enseña el uso, en las
cuales la x tiene el sonido de cz ó de cs: extranjer, exámen,
luxuria. La x final, (y no la de en medio de diccion, como
acostumbran escribir los valencianos), va precedida de i, débilmente
pronunciada: peix, (pescado), coix, (cojo.)
La y griega suele
substituir á la latina en los diptongos ai, ei, oi, ui, (ayre,
reyna, boyra, fruyt.) Finalmente: la z tiene el sonido de s suave; y
la usamos cuando se necesita este sonido entre vocal y consonante:
alzina.
OBSERVACION 3.a – Sílabas y terminaciones. -
Las silabas finales aig, eig, ig, oig, uig, se escriben tal como aquí
van escritas; y no atx, etx, itx, otx, utx; ni aitx, eitx; ni aix,
eix; ni acx, ecx. Ejemplos: gavaig, (buche), raig, (rayo), roig,
(rojo)... En el plural toman s; y se pronuncian débilmente la i en
el número singular, y la g en el plural.



Se
escriben con qu, y no con c, muchas sílabas que llevan q en su
orígen latino; pronunciándose la u, excepto en que, qui. Ejemplos:
quant, qual.
Las segundas personas de singular y terceras de
plural del presente de indicativo en los verbos de la primera
conjugacion toman a, y no e, para no confundirse con las respectivas
personas del subjuntivo. Pero las mismas personas en los verbos
regulares de las otras tres conjugaciones lemosinas, (pues el
infinitivo en nuestros verbos termina de cuatro modos; AR, amar; ER,
temer; IR, partir; RE, confóndre (confundir); toman e, y no
a.
Igualmente las segundas personas del singular y terceras del
plural de los pretéritos imperfectos de indicativo, de todos los
verbos, toman a, y no e, (á pesar de la contraria regla que seguían
los antiguos), porque así lo pide su orígen.
Ejemplos:


INDICATIVO SUBJUNTIVO



Pres.
Tu amas – Ells aman Que tu ames – Qu´ells amen.



“partexes
- “partexen “partescas – partescan... etc.
Pret. amavas. y
no amaves.
amavan. y no amaven
partías. y no
partíes.
Partían. y no partíen...etc.




OBSERVACION
4.a – De los acentos y pronunciacion. -
Dos son los
acentos: agudo, y grave. Para su buen uso deben adoptarse las mismas
reglas, con poca diferencia, que la Real Academia Española señala
para la lengua castellana en su Gramática, ya en la edicion de 1874,
(sígola yo en este tomo, por no haberme sido posible otra cosa), ya
en la de 1880. El acento grave se usa cuando la pronunciacion, (en
palabras esdrújulas, graves terminadas en consonante, ó agudas
terminadas en vocal,) carga sobre la o ó la e.



OBSERVACION
5.a – Lengua literaria: lengua vulgar. -
En cuanto
al acento general y cadencia en la pronunciacion, que tanto distingue
á los mallorquines, de los valencianos y catalanes, debo advertir
que una cosa es la lengua literaria y otra la vulgar. El catalan
literario es uno; y se escribe, y debe escribirse, del mismo modo por
catalanes, baleares y valencianos. Así lo hicieron los escritores
antiguos; así lo cumplen los buenos autores modernos. La
pronunciacion literaria debe acercarse, en cuanto sea posible, á la
unidad; aunque no es absolutamente necesario. El catalan vulgar
tiene, respecto á pronunciacion, tres dialectos: el barcelonés, el
valenciano y el mallorquin. El primero se distingue por la
preponderancia de la è abierta, el segundo de la é cerrada ó
castellana, y el tercero de la e muda. El mallorquin vulgar tiene
tres subdialectos principales: el sollerense, el pollensin y el
menorquin; ademas de las variantes de Ibiza y del llano de Mallorca.
Es privativo del mallorquin vulgar el artículo es, sa, equivalente
al literario el ó lo, la. La gente de Sóller pronuncia como u la o
no acentuada. En Pollenza carecen del artículo es, sa, (no en
absoluto); en cambio tienen el raro artículo eu. la, equivalente al
literario el ó lo. la. Así como en Palma solemos convertir en y la
ll de muchos nombres, en Menorca la suprimen. Fulla (hoja), en Palma
es fuya; en Ciudadela de Menorca fua. La r de los infinitivos
generalmente no se pronuncia, en la conversacion vulgar; no sólo en
Baleares sino tambien en las otras comarcas de la lengua catalana.
Falta un Diccionario balear que dé a conocer estas diferencias,
escribiendo el vocablo literario y sus diferentes pronunciaciones.
Falta igualmente una gramática académica, que fije las desinencias
y las construcciones. El Diccionario mallorquin de Amengual, (Imp. de
J. Colomar, Palma: 1858-1878, - dos grandes volúmenes), es
incompleto; desconoce la unidad de la lengua; rompe la tradicion
literaria en la ortografía. A lo sumo puede servir de guía á los
que estudian el dialecto de Palma. Sin embargo; le faltan bastantes
nombres, áun de los vulgarmente conocidos en la isla.
Hé aquí
algunos:
Aubahina. - Llovizna matinal.
Barba d´olivera. -
Musgo.
Calandria. - Alondra.
Estebeig. - Murmullo,
hervidero.
Gró. - Especie de seda. Gro.
Llar. - hogar.
Mabre.
- Mármol, pez.
Pedra viva. - Piedra parda.
Ramat. - Rebaño.
(también leemos Remat de blanques ovelles...)
Sibina. -
Sibina, arbusto. (Sabina)
Terra broja. - Tierra fría; el
santo suelo.
Tivellar, tivella. - Hacer dobleces.
Esto, unido á
lo desigual de su redaccion, pues en el tomo primero abundan las
disertaciones extemporáneas, y en el segundo apénas se explica la
significacion de los vocablos, hace que este Diccionario, superior al
del P. Figuera y al de Unos amigos, no responda todavía á
las exigencias del renacimiento literario.



OBSERVACION
6.a – El Catalanismo. - Éste principió en Palma cuando
la fundacion de los Juegos florales de Barcelona, en 1859. Las
Fábulas de D. Tomás Aguiló, padre, y las Baladas fantásticas,
(1852), del hijo, están escritas en mallorquin vulgar, y nada tienen
que ver con el espíritu del renacimiento. Lo Joglar de Maylorcha,
(1882), de D. Jerónimo Rosselló, señala la introduccion del nuevo
gusto, predicado desde Barcelona con admirables ejemplos por Mariano
Aguiló, y Picó Campamar.



En
1872 publica Bartolomé Ferrá sus Comedies y Poesíes; y, aquel año
fundada, difunde las nuevas ideas La Revista Balear, reemplazada
luégo con ventaja por el Museo Balear, que muere fatalmente en 1877;
cuando ya se había dado á luz la delicada Corona poética á la
Beata Catalina Tomás en 1874, el tomo de Poetas baleares del siglo
XIX, y el Homenaje á R. Lull en el centenario de Miramar. Tal es,
hasta hoy, nuestro caudal literario moderno. No hablo de las nuevas
ediciones de autores antiguos, ni de pequeñas publicaciones, ménos
importantes.
Esta escuela poética mallorquina se distingue por su
amor á la pureza de la forma, por su exquisita seleccion de
vocablos, y por un espíritu de provincialismo inofensivo, en nada
contrario al espíritu patriótico nacional. Aquí nadie sueña en
locos separatismos; y si cultivamos la lengua del país, es para
conservar su antigua literatura, para promover las espontáneas
creaciones de la Musa indigena, tesoro de orientales perlas; y,
especialmente, para averiguar y exponer sus relaciones con la lengua
nacional. El cultivo del mallorquin, vulgar ó literario, debe
contribuir al conocimiento y extension de la lengua castellana. Las
faltas de ortografía y sintáxis castellanas que se cometen en
Mallorca, se evitarán únicamente cuando se conozcan y estudien bien
las relaciones entre ambos idiomas, sus idiotismos, sus elegancias,
su historia, sus clásicos.



No
niego que en Barcelona habrá habido escritores que tal vez han
rebasado esa línea de legitimidad; en Mallorca, nunca. Por mi parte,
protesto contra toda tendencia repulsiva, ó perturbadora de la
unidad constitucional de nuestra adorada España. D. Francisco M.
Tubino, en su reciente Historia del Renacimiento literario
contemporáneo en Cataluña, Baleares y Valencia, duda del
españolismo de algunos escritores catalanistas.
- De mí dice lo
siguiente, que le agradezco en lo que vale:
“El presbítero
mallorquin D. José Taronjí, se ha dado á conocer como amador de la
gentileza, publicando versos en los periódicos de la isla y tomando
parte en los certámenes catalanistas. Nació el 10 de Marzo de 1847,
significando desde muy jóven sus aficiones literarias. Es persona
docta, que atribuye al renacimiento provincial su justo carácter.
Entre sus poesías cítanse como notables: A la Llotja de Palma,
Sóller, y la que escribió con motivo del centenario de Raimundo
Lulio. Reproducimos...etc.” (Tubino. - Obra citada; página 618.)



(Nota
1.a)
Página 14. (En el pdf original)

MALLORCA.
Esta isla tiene 15 leguas de longitud, desde Cap de Pera, hasta Cap
Grosser; y 7 de latitud, desde Palma á Alcudia. Está situada en
medio del Mediterráneo, á 40 leguas al S. de Barcelona y 37 al E.
de Valencia. El promontorio Pera mira á levante y costa de Cerdeña,
el Grosser al ocaso y playa de Valencia, el de Formentera al N. y
costa de Cataluña, y el de Salinas al Sur y tierras de Argel. La
superficie es de 1234 millas cuadradas, que ocupan dos ciudades, 45
villas, 32 lugarejos, y 2496 alquerías ó posesiones (BOVER.
Noticias).
- La Sociedad para el estudio de las lenguas romances,
tiene su asiento en Mompeller, y es notable centro de reunion de
Felibres ó poetas provenzales. En 15 de Setiembre de 1876 publiqué
en el Museo Balear un artículo, con el objeto de dar a conocer en
esta provincia la Felibrería francesa. Voy a reproducirlo en parte;
las relaciones entre baleares y provenzales son de importancia
filológica. Dice así:
“Prometimos en nuestro último número
que nos ocuparíamos con más detalles que entonces , en la nueva
Asociacion general del Mediodía, que se ha constituido en Francia
para el cultivo de la antigua lengua de Oc y de sus dos ramas, que
actualmente son la lengua provenzal y la catalana, con todos sus
dialectos y subdialectos respectivos. La poesía provenzal sigue,
especialmente desde el año último, una marcha ascendente, y sus
manifestaciones vienen á ser verdaderas festividades literarias en
la Francia del Sur; como lo son en la España oriental desde algunos
años á esta parte las manifestaciones de la lengua catalana. En el
mes de Mayo útimo tuvieron lugar dos de estas alegres é históricas
fiestas: una en Nímes y otra en Aviñon, con poco intervalo de
tiempo.
“La ciudad de Nímes erigía una estatua á Reboul, en
los jardines de La Fontaine. El autor de l´Ange et l´enfant, del
Dernier jour, de las Traditionelles, tuvo al escribir en frances sus
horas de gran poesía; pero lo que áun ignoran muchos es que
escribiese en provenzal y fuese en esta lengua un pintor de
costumbres, un poeta lleno de originalidad y de rasgos incisivos y
mordaces. Numerosos felibres acudieron aquel día, y entre ellos
Roumanille, que debía pronunciar un discurso en el momento de la
inauguracion de la estatua. La lluvia impidió el acto; pero por la
noche tuvo lugar en el teatro y delante de un auditorio numeroso, que
pudo oír de boca del gran felibre el más cumplido elogio de su
digno conciudadano.
“La reunion de Aviñon tuvo lugar el 21 de
Mayo, día de Santa Estrella, y aniversario vigésimo tercero del
Felibrije. Tenía por objeto reconstituir esta asociacion sobre bases
más anchas, y darle en Langüedoc y en Gascuña una existencia que
hasta el presente sólo era nominal. La reunion tuvo lugar en la
antigua Capilla de los caballeros de San Juan de Jerusalem,
restaurada hace poco y adornada con inscripciones tomadas de las
obras de los principales poetas de la Provenza contemporánea. Muchos
hombres ilustres se habían adherido al pensamiento; entre ellos
figuraban Mistral, Aubanel, Roumanille, Alberto de Quintana, Gabriel
Azaïs, Bonaparte-Wysse, Anselmo Mathieu, Berluc-Perussis, Alfonso
Tavan, Villeneuve-Esclapon, el abate Lientaud, Arnavielle, Bonnet,
Laforgue, Cárlos de Tourtoulon, Cavallier, Antonio Glaize, Gaidan,
Aquíles Mir, Gaut, Roumieux, Ernesto Rousset, Chastanet, Aressy,
Frizet, Fourès, el hermano Savinien (de las Escuelas cristianas),
Pablo Gaussen, Mario Bourrelly, Mario Girard, Challamel, Bar,
etc.
“Por acuerdo de meridionales y catalanes quedó constituido
definitivamente el Felibrije. Formará una Asociacion especial tanto
en Cataluña como en el Mediodía de Francia, dividiéndose por ahora
en tres secciones ó mantenencias: Provenza, Cataluña y Langüedoc;
abrazando esta última todo lo que no sea la Provenza propiamente
dicha, el condado Venesino, Niza y el Delfinado. Cada mantenencia
tendrá su direccion especial, sus reglamentos y sus escuelas
particulares. Un consistorio de cincuenta mayorales, (majorals =
majouraus), resumirá bajo la autoridad del presidente ó capoulié
las diversas fracciones de la Asociacion. Este consistorio tendrá
sesion anual, en Aviñon, ó en otra ciudad de antemano indicada por
la Junta administrativa. Los mantenedores, (manteneires), pueden ser
en número ilimitado. El catalan de Barcelona, purgado de
importaciones extranjeras y otros defectos sabidos por los
catalanistas de buen gusto, es la lengua literaria de la seccion de
Cataluña.



En
recuerdo de los siete trovadores de Tolosa y de los siete
mantenedores de los Juegos florales de Barcelona, el Felibrije tiene
por símbolo y distintivo una estrella de siete rayos; sus Juegos
tendrán lugar cada siete años; su Junta administrativa se compone
de siete personas, fuera del presidente; y, no contando á éste, el
mismo número siete se encuentra siete veces en el número de
miembros del Consistorio. La palabra Felibre no tendrá
exclusivamente la significacion de poeta provenzal. Segun la
definicion de Aubanel, designa tanto al historiador, al pintor y al
escultor, como al poeta y al erudito: “al que sabe y ama los
nombres de los santos, de los reyes, y de los grandes hombres de
Provenza y Cataluña.” El Felibrije sale de su período provenzal,
y piensa en unir á sus principios é ideas el mediodía de Francia y
el oriente de España.



Una
de las mejores disposiciones de los estatutos votados en Aviñon, es
la que separa en absoluto la política de todas las reuniones del
Felibrije. Hay que responder con hechos á las maliciosas
insinuaciones de la prensa de Paris y Madrid. Los Felibres
provenzales, dice una autorizada Revista, de la cual tomamos estas
noticias, no olvidan jamas que son leales franceses; como los
Felibres catalanes no olvidan jamas que son leales españoles.
“La
Junta directiva ó direccion general del Felibrije la componen los
señores siguientes: Presidente (capoulié), Mistral;
vice-presidentes (assessour), Azaïs, Balaguer, y Roumaille;
canciller (cancelié), Roumioux; síndico de Provenza, Aubanel;
síndico de Languedoc, Tourtoulon; síndico de Cataluña, Alberto de
Quintana...
“Antes de pasar al nombramiento de la Junta, Mistral
leyó su poesía La copa (La coupo). En este canto corren parejas la
esperanza y el temor; el poeta se pregunta si él y sus amigos son el
principio ó el fin de Provenza, los últimos hijos de una raza que
desaparece, ó sus primeros retoños. Aquellos versos entusiastas y
tiernos, miéntras la copa catalana corría de mano en mano
hasta el último convidado, dieron á la reunion un carácter
solemne, no comprendido por los que no sienten amor á los recuerdos,
amor á la historia. Podía considerarse como un sueño esta fiesta
poética, celebrada en la vieja capilla de los caballeros de Malta;
ante aquellos muros, cincelados por los viejos felibres de la piedra;
bajo las bóvedas que oyeron las oraciones de los caballeros,
felibres de la espada. Las cenizas de los muertos trovadores
saltarían de gozo. Pero es que cada nuevo triunfo del catalanismo ó
del provenzalismo, ha dicho Tourtoulon, parece un sueño que se
realiza.
¡Adelante; que así renace la verdadera poesía; así
puede confiar en un dichoso porvenir!”
Esto escribí hace seis
años; la Asociacion general del Mediodía no ha prosperado; mas su
espíritu vive aún en Francia y en España.



(2.a)
PÁGINA
32 (del original en pdf).



La
Lonja. - Este elegante edificio, es modelo del arte ojival aplicado á
las construcciones civiles. Con instrumento público de 11 Marzo
1426, ante Bernardo Sala, notario, tomó el arquitecto mallorquin
Guillermo Sagrera la empresa de levantarlo por el precio de 22,000
libras; luégo se le abonaron 2500 más. “Es la lonja un edificio
rico y noble; en su interior resplandecen la majestad, el desembarazo
y la elegancia; en su exterior gózase de su originalidad y esbeltez;
y de aquella su disposicion particular que le constituye altamente
poético y pintoresco....; ahora que raras fábricas civiles de
aquellos tiempos han sido respetadas, ella es un monumento más
precioso, digno de una conservacion la más esmerada, y tal vez en su
género el primero de España.” (PIFERRER. Mallorca.)

(3.a)



PÁGINA
40.



EL
SEPULCRO DE LA B. CATALINA TOMÁS. - El incorrupto cuerpo de esta
bendita Santa mallorquina yace en una urna de plata y cristales. Fué
trasladado á su capilla del convento de Santa Magdalena de Palma, en
31 Agosto 1815. - A manera de trono se ve un nicho de figura
circular, al que se sube por una escalinata. Sostienen el techo,
artesonado de oro, ocho columnas estriadas de piedra de Santañí, de
órden corintio, con capiteles dorados. Sobre la última grada se
levanta un altar de mármoles, donde descansa la urna. El cardenal A.
Despuig costeó la obra; y fué su arquitecto Tomás Abrínes, y su
escultor Guillermo Torres. (FURIÓ. Panorama.)

(4.a)
PÁGINA
48.

Contra Lulio y la doctrina luliana se han esforzado en
declamar los dominicos, siguiendo al inquisidor Eymerich. En 1483 D.
Fernando V el Católico erigió la universidad literaria mallorquina,
con las mismas prerrogativas de que gozaba la de Lérida. Pero como
en ella había de leerse la doctrina luliana, se opusieron á su
fundacion los dominicos. Mandó el soberano que se zanjasen las
diferencias, disputando públicamente un lulista y un dominico. El
catedrático lulista Pedro Daquí, y el inquisidor Guillermo Caséllas
fueron los nombrados; y, en largas conferencias, á presencia del
obispo, cabildo, jurados y doctores, salió vencedor el lulista. El
dominico, despues de haber confesado delante de tan numeroso y
escogido concurso la bondad de la doctrina luliana, procuró molestar
a Daquí, por medio del inquisidor general; pero un procedimiento tan
extraño dió motivo para que se quitase temporalmente el tribunal de
la inquisicion á los dominicos de Mallorca. - En 1752 se suscitaron
reñidas disputas entre dominicos y lulistas, por no haber querido
asistir los primeros á una fiesta que se celebró en honor del B. R.
Lulio; y, despues de muchos altercados, recayó órden del gobierno
para que los dominicos fuesen privados de las cátedras que
desempeñaban en la universidad mallorquina.
(BOVER. Noticias).



(5.a)
PÁGINAS
74 y 80.

La
fiebre amarilla invadió á Palma en 1870, cuando la ciudad no había
podido aún reponerse de los estragos del cólera de 1865. - En 1870
hizo pocas víctimas; pero todavía se acordaban los ancianos de la
invasion de 1821, cuando la horrible fiebre quitó la vida á 5000
personas.

(6.a)



PÁGINAS
86 y 96.



VALLDEMOSA.
- Situada á unas 3 leguas al N.O. de Palma, en el corazon de la
sierra. Es conocida por lo saludable de su clima, por lo hermoso de
su cielo, por la belleza de su accidentado suelo, y por sus
monumentos artísticos. La Cartuja fué antiguamente un castillo
construido por el rey D. Sancho de Mallorca en 1321; el rey D. Martin
de Aragon, en 1399, hizo donacion del castillo al P. D. Pedro
Solánes, para fundar un monasterio de cartujos, que se conservó
hasta 1835.
- La iglesia moderna, de órden compuesto, se empezó
en 1735 dando la traza el arquitecto D. Antonio Mezquida; el insigne
Jovellános contribuyó con sus consejos á su embellecimiento, y fué
bendecida en 1812. Tiene excelentes pinturas de Juncosa.



(7.a)
PÁGINA
110.



MIRAMAR.
- El sepulcro del B. Raimundo Lulio es obra monumental. Se levanta en
oscura capilla del convento de San Francisco, de Palma. El maestro
Juan Llobet, verdadero fundador de la enseñanza luliana en Mallorca,
erigió á sus espensas la capilla, y trazó é ideó el diseño de
los adornos para el sepulcro. La capilla se acabó en Junio de 1448.
El escultor del sepulcro fué Mossen Francisco Sagrera, presbítero,
de la familia del inmortal Guillermo Sagrera, arquitecto de la Lonja.
En 9 de Setiembre de 1492, se depositó el cuerpo del B. Ramon en la
tumba, donde desde entónces es venerado. - Miramar está situado
cerca de
una ensenada, camino de Valldemosa á Deyá. Hace pocos
años se veían alli las ruinas de una pequeña iglesia, consagrada á
la Santísima Trinidad. Eran los venerandos, aunque olvidados, restos
del colegio de lenguas orientales, fundado en 16 de Noviembre de 1276
por el B. Raimundo. Allí se enseñó durante la edad media la
doctrina del célebre maestro; allí se estableció la primera
imprenta balear, en 1485. - Un ilustre extranjero, un modelo de
príncipes, S.A.D. Luis Salvador, de Austria, ha restaurado tan
gloriosa memoria. En 25 de Enero de 1877 se celebró allí el sexto
centenario de la fundacion del colegio. Permítaseme reproducir lo
que acerca de tan fausto acontecimiento escribí en El Porvenir de
Mallorca, (año 2.° n.° 4), al regresar de la fiesta literaria.



La
fiesta literaria, repetidas veces anunciada por los periódicos de
Palma, para solemnizar el sexto centenario de la fundacion del
colegio de Miramar por nuestro inclito compatriota el mártir Ramon
Lull; tuvo lugar el 25 del pasado Enero, día en que la iglesia de
Mallorca celebra la conversion á la piedad y á mejor vida del
expresado mártir.
Desde las primeras horas de la mañana, una
numerosa concurrencia de personas de todas clases y condiciones se
apiñaban al rededor del edificio y capilla, levantados en aquellos
pintorescos sitios por Su Alteza el Sr. Archiduque de Austria D. Luis
Salvador. Muchos vecinos de los pueblos de Valldemosa, Deyá y Sóller
acudían á la fiesta; y las elegantes señoritas de Palma alternaban
con las sencillas payesas de aquellos montes, formando un encantador
y animado conjunto. A las diez de la mañana empezó la justa
literaria, á la que asistían los principales vates mallorquines.
Desde principios del siglo XVI no se había visto reunido tal y tan
copioso número de literatos para cantar, en las dos lenguas, la
oficial y la materna, la gloria y exclarecidos hechos de Raimundo. En
un largo y espacioso salon, situado en el ala izquierda del edificio,
estaban colocados los señores del certámen, en la forma siguiente:
En el fondo varios personajes distinguidos; á la izquierda, como
formando el tribunal de esa corte de amor y buen decir, S. A. el
Archiduque, su Señora madre la Gran duquesa (duquosa) de Toscana, el
Sr General D. Miguel de la Vega Inclan, el Sr. Alcalde de Palma, y
otras personas representando corporaciones ó autoridades: junto á
la puerta de entrada se agolpaba el bullicioso pueblo, ávido de oír
los inspirados acentos de la poesía lulista: y en el centro y á la
derecha estaban sentados, en sendos sillones de construccion antigua,
formando paralelógramo al rededor de una preciosa mesa, los poetas y
literatos convidados.



A
invitacion del Sr. Archiduque, comenzó D. José María Quadrado á
leer su trabajo, consistente en una bien escrita Memoria histórica
de Miramar, en lengua castellana. Otros señores leyeron elegantes
poesías castellanas, entre los cuales recordamos á D. Juan Palou y
Coll, D. Antonio Frátes, D. Tomás Aguiló, D. Eduardo Infante, D.
Joaquin Fiol, D. Leon Carnicer, Don Francisco María Servera, D. Juan
O´Neille y D. Francisco Manuel de los Herreros. Leyéronse
igualmente hermosas composiciones mallorquinas de las señoras doña
Manuela de los Herreros de Bonet, doña Victoria Peña de Amer, y
doña Margarita Caymari de Baulo, renombradas poetisas de Palma, que
no pudieron asistir al solemne acto. Y la sala resonó con los
acentos, hora tiernos y melancólicos, hora enérgicos y entusiastas
de la Musa lemosina, de la antigua poesía trovadoresca, que parecía
cobrar nueva vida y entrar en el pleno goce de sus derechos
literarios, en aquel sagrado recinto, en donde se habían dado cita
el amor á la Religion, el estudio de la antigüedad y la adhesion á
la patria mallorquina, bajo las ramas de las encinas y de los olivos
seculares. Entre los señores que con sus dulcísimos versos
catalano-mallorquines tributaron elevado culto á Ramon Lull y á su
patria, recordamos á los casi todos laureados, vates D. Jerónimo
Rosselló, Don Gabriel Maura, D. Pedro de Alcántara Peña, D. José
Taronjí, Pbro. (el que escribe el libro), D. Bartolomé
Ferrá, D. Mateo Obrador, D. Tomás Forteza y D. Juan Alcover. No
pudieron asistir á la fiesta, pero enviaron bellas poesías
mallorquinas que fueron leídas con las demas, los señores D. José
Luis Pons, D. Miguel Victoriano Amer, Don Ramon Picó y Campamar, D.
Miguel Costa, y D. Onofre Prohens. Terminó el acto con la lectura de
una sentida carta castellana de D. Mariano Aguiló, quien desde
Barcelona decía no haberle sido posible concurrir á la solemnidad,
pero que se asociaba con toda su alma al espíritu general del
certámen. El Sr. Archiduque dió las gracias a los señores
reunidos, y declaró terminada la justa poética.



Los
poetas y personas convidadas recorrieron con el Sr. Archiduque los
deliciosos paseos de la posesion de Miramar. Las grandes arboledas,
los encrespados montes, las azuladas olas que se pierden á lo léjos
en la vasta llanura de los mares, el sol que desde Occidente difundía
entre las brumas quebrados rayos de misteriosa claridad, sobre los
declives de los montes y los rasgados peñascos de las playas; todo
elevaba el alma, todo absorbía la imaginacion, hácia un mundo ideal
de belleza y de recuerdos. Parecía que la augusta sombra de Ramon
Lull bajaba á conversar con sus queridos discípulos, al cabo de
seis siglos. Todas las poesías habían nombrado á Ramon Lull; todas
las imaginaciones le tenían presente. ¡Que el insigne sabio, desde
el cielo, su eterna patria, bendiga aquellos sitios y estos
esfuerzos!
“A las dos y media de la tarde el Sr. Archiduque
obsequió á sus convidados con una comida; en la que reinaron la
mayor cordialidad, la más dulce expansion y las afecciones más
simpáticas y puras.



Al
despedirse del Sr. D. Luis Salvador y de su señora madre la Duquesa
de Toscana, los baleares que en aquellos salones habían sido tan
caballerosamente obsequiados, llevaban la conviccion de que los
actuales poseedores de Miramar son mallorquines de corazon, y que
están dispuestos á hacer en beneficio de Mallorca y á honor de
Ramon Lull todo lo que pueda concebir su ilustrada inteligencia. En
nombre de todos, el decano de los poetas mallorquines, entregó al
Sr. Archiduque una poesía laudatoria, dedicada á Su Alteza y
firmada por los demas literatos. Y cada uno de estos señores,
recibió de manos de Su Alteza una medalla conmemorativa del sexto
centenario de Miramar. Esta medalla es de metal blanco, perfectamente
acuñada; en el anverso lleva el busto del beato mártir con esta
inscripcion: Ramon Lull. - 1276 -; en el reverso lleva un alto
relieve representando la posesion y la ermita, con este lema: Miramar
-1876. -”



(8.a)
PÁGINA
126.



Deyá.
- Villa á 5 leguas al N. de Palma. En arábigo significa cortijo. En
tiempo de la reconquista pertenecía con Muza ó Valldemosa (vall
de Muza
), á la antigua Buñona, (hoy Buñola), que era cabeza de
uno de los 12 distritos en que los árabes dividieron la Isla.



(9.a)
PÁGINA
136.



SÓLLER.
- Pintoresca é industriosa villa, situada á 4 leguas al N. de
Palma, en un valle de naranjos y limoneros, rodeado de elevadísimas
montañas que se abaten repentinamente en el cerrado puerto. La
configuracion de éste recuerda los más risueños lagos de Suiza é
Italia.



(10.a)
PÁGINA
144.

LA MUERTE DE LOS NARANJOS. - Una desastrosa enfermedad
mataba los naranjos de Sóller, cuando escribimos esta poesía. La
tristeza dominaba los ánimos; sin embargo, los industriosos hijos de
Sóller no se han dejado abatir por el infortunio; y recorren hoy las
ciudades del litoral español y francés, buscando en el comercio lo
que la naturaleza se propuso al parecer negarles. Bien por ellos.

(11.a)
PÁGINA
162.



BINISALEM.
- Está situada á 4 leguas al E. de Palma Antes se llamó Rubines.
La iglesia se edificó en el siglo XVIII. El P. Cayetano de Mallorca
dice que esta iglesia es una de las más bellas alhajas de estas
islas. Su arquitecto fué Bernardo Cabrer.



(12.a)
PÁGINA
164.




RAXA.
- Este predio dista de Palma 2 leguas y media, camino de Sóller. En
tiempo de los árabes se llamó Araxa, y está contiguo á otros
predios que áun conservan el nombre de aquellos invasores, como son
Beni Atzar y Alfabia. El eminentísimo señor Don Antonio Despuig, de
la casa de Montenegro, descubrió, en 1787, en los campos romanos de
Arriccia, en el sitio donde Domiciano dedicara magnífico templo á
la ninfa Egeria, la mayor parte de las preciosísimas esculturas y
fragmentos del arte clásico, que, con lo adquirido de otras partes,
trajo á Mallorca, su patria. Así se fundó el celebrado museo de
antigüedades, uno de los primeros de Europa.



(13.a)
PÁGINA
168.



LLUCH.
- La pequeña antiquísima imágen de la Vírgen, fué hallada por un
pastorcillo en 1238, en el fondo de un lúcus o bosque sagrado. Al
principio, se la dedicó una capilla; luégo los templarios le
cedieron porcion de un predio, en 1270. Tomás Tomás, prohombre de
la casa, en 1456 le cedió otro predio; y Calixto III en el mismo año
erigió allí un colegio de sacerdotes, confirmado en 1465 por
Alejandro VI. Clemente VII en 1551 dió las actuales constituciones.
Ademas del prior y sacerdotes del culto, tiene 20 estudiantes de
latin y música. La obra actual es del siglo XVI. En sus espaciosas
crujías hospédanse continuamente multitud de peregrinos baleares.




(14.a)
PÁGINA
174.

LA VICTORIA. - Es un cerro que termina en el promontorio
del Pinar, al N. E. de la Isla. Encima hay la ermita de la Vírgen de
la Victoria, llamado así desde la época de las germanías. A un
lado está la ciudad de Alcudia en el fondo de su bahia, y al otro en
otra bahía la graciosa villa de Pollenza. - Alcudia es nombre árabe
que significa altozano; Pollenza, nombre latino, que significa poder,
(de pollens), como que Pollentia era, (segun dicen algunos), la
capital de la isla, y colonia romana.
La Vírgen fué hallada
tambien por un pastor. - En 1405 D. Luis de Prádes concedió al
ermitaño Diego que pudiese celebrarse misa en la capilla. En 1523
habitaron allí frailes carmelitas. Por una victoria que los de
Alcudia obtuvieron contra los comuneros, en 1522, se le dió este
nombre á la Vírgen.

(15.a)
PÁGINA
180.



RANDA.
- El cerro de Randa forma un doble cono truncado, á 3 leguas al E.
de Palma. El santuario de Gracia está á la ladera del S., engastado
en la roca. El P. Miguel Galmés, lo edificó en 1497, construyendo
oratorio y hospedería. La nueva iglesia data de 1644.
- Sobre el
peñasco descuella la ermita de San Honorato, fundada en 1394 por el
ermitaño Arnaldo Brull. - En la parte más elevada del cerro vense
las ruinas del colegio de Ntra. Sra. de Cura, donde enseñaron
famosos lulistas, (Boil, Pelagio, Daquí, Llobet, Libanio). - El
viajero debe visitar la cueva de Lulio, y la mata escrita, en cuyas
hojas parecen leerse, (segun cuentan), los nombres de Jesus y María,
en caractéres hebreos, grabados por Lulio. Los reyes católicos, y
el B. Juan de Ribera quisieron tener hojas de este lentisco. - Al

(aquí salta de la página 545 a la 550).




ÍNDICE
(se omite).



FIN DE LA OBRA.





ERRATAS
Y CORRECCIONES.



Página Línea Dice Debe
decir.



(respecto
al original en pdf
)



4 13 arpa harpa



24 27 Abg
reu Ab greu



40 8 Sus
lo sepulcre Vora´l sepulcre



52 13 Totxa Xotxa



60 25 Donzelles
y dorades Donzelletes y orades.



80 2 VII VIII



111 4 quec
ompuso que compuso



121 2 Oh
tú, que nos escuchas, histórica ruina
Oh tú, histórica
ruina
142 17 1876 1868



154 25 voltons voltors



157 15 re
recoge se esconde



163 11 piedra
fría, piedra parda,
166 9 cristalina cristallina



180 15 voluntad voluntat



192 11 La
vida amor. La vida amor;
193 11 La vida amor. La vida
amor;
194 9 Yá Morey y á Salvá los inspiraren



Y
á mestres mallorquíns los inspiraren



195 8 á
los maestros Morey y Salvá á maestros
mallorquines,
288 10 Que´l pur oratje Qu´ab los
oratjes
id. 11 del cel me trau; del cel baxau;
321 5 a
llamarada la llamarada



322 8 trits! trist!

440 2 la encreuat l´encreuat



512 15 esperitual espiritual



526 7 ó
balear ó balear,
id. 23 OBSERVACION, 2.a OBSERVACION 2.a



527 14 valensianos valencianos



id. 17 taliano; italiano;