Mostrando las entradas para la consulta pisada ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta pisada ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

miércoles, 1 de mayo de 2019

LA VIRGEN COLABORA EN LA BATALLA DE PIEDRATAJADA


2.33. LA VIRGEN COLABORA EN LA BATALLA DE PIEDRATAJADA
(SIGLO XI. BISCARRUÉS)

En su diario, solitario y monótono deambular por los campos y rastrojeras que rodean al pueblo, un joven pastor de Biscarrués venía observando desde hacía cierto tiempo que todos los días, sin excepción alguna, una de las cabras de su rebaño se alejaba sola de las demás, regresando de nuevo al seno de la manada transcurrido un cierto tiempo, que no era mucho.

LA VIRGEN COLABORA EN LA BATALLA DE PIEDRATAJADA, pastor, cabras


Movido por la curiosidad que le causaba aquel proceder de la cabra, decidió seguirla un día, dejando el rebaño al cuidado de sus dos perros pastores. Caminando tras ella a prudente distancia para no asustarla, vio que se adentraba decidida en una cueva natural excavada en la roca caliza de un montículo. 

Tomás Guimerá Urquizú, cueva, cova

No dudó entonces en penetrar también él en la oquedad, donde, con gran sorpresa, halló una bella imagen de la Virgen —luego llamada de Miramonte— y una campana de mediano tamaño.
Cuando, tras poner a buen recaudo su ganado, llevó la noticia del hallazgo al pueblo, se organizó una procesión con el párroco al frente, decidiendo trasladar a la imagen y la campana a la iglesia.
Algunos años después, cuando el rey Sancho Ramírez de Aragón decidió enfrentarse a los musulmanes en batalla campal para intentar eliminar los obstáculos que se oponían en su camino hacia el Ebro, pasó por Biscarrués para ponerse humildemente bajo el amparo y pedir la intercesión de la Virgen, que le infundió los ánimos y valentía necesarios para vencer a los moros en la batalla de Piedratajada. Estaba terminando el siglo XI. Agradecido el monarca por la ayuda celestial, decidió crear una cofradía compuesta por treinta hidalgos y seis sacerdotes.
La campana es tan milagrosa como la propia imagen de la Virgen, pues ahuyenta las tempestades y las malas nubes que amenazan las cosechas, a la vez que remedia el dolor de las parturientas.
[Datos proporcionados por J. Esporrín.]

Tradicionalmente, la historiografía suponía que el emplazamiento de Piedra-Pisada correspondería a la actual Piedratajada, un lugar cercano a Ayerbe. Sin embargo, es insostenible que la palabra “pisada” con el paso de los siglos acabara transformándose en “tajada”, por lo que Ubieto rechazó esta ubicación. Es mucho más plausible que Piedra Pisada evolucionara en Piedra Pesada, Piedra Pisa, Piedra Piza o Piedra Pesa.


http://www.pasapues.es/mapas/comarcas/ribagorza.php


miércoles, 21 de julio de 2021

V, ¡POBRE DONA!

V

¡POBRE
DONA!



Beati
pauperes spiritu;
quoniam ipsorum est
regnum coelorum.



(Evangeli
de S. Mateu; cap. V.)







Plena
d´enuig y anyorança,
Plena de cruels agoníes
Y dolors,
De
la pobre l´esperança
Se pert, y les alegríes,
Y ´ls
amors;
Si es que de goig una estela
Il-lumine sa persona
Pe´l
viarany;
Si es qu´ovir perduda vela,
Al mig de l´inmensa
ona
Del afany.







V
¡POBRE
MUJER!

Llena de pesares y recuerdos, de cruels agonías y
dolores, se desvanece su esperanza, cual se desvanecen su amor y su
alegría; si es que alguna estrella la ilumine en los senderos del
mundo; si es que descubra acaso perdida vela, en el inmenso piélago
de sus afanes.







Miraula:
sa groga cara
Ab lo negre mocadó
Mig coberta;
Porta un
vestit de sa mare,
Un espellisat gipó;
Tota oberta
La
sabata de captiri,
Que ´n l´esglesia li donaren
Molt temps
fa.



Dona
hermosa, com lo lliri
Que los vents arrebassaren
Y´s mor ja.



Veniu
á veure exa dona;
Si teniu de Deu lo do
Ploraréu.
D´un
porxo vell, hont retrona
Lo vent d´ivern, á un recó
Trobaréu,
Un
matalás de burballa,
Y una tauleta de pi,
Sense pa.
Tothom
calla, tothom calla;
Lo cotxo del rich vehí
S´ou passar.







Ved
á esa mujer: negro pañizuelo le encubre á medias la pajiza cara;
viste viejo sayal de su madre, y despedazado justillo; calza
destrozados zapatos de limosna, que le dió el señor cura hace
muchos meses. Hermosa... como marchito lirio arrancado por los
huracanes.



Venid
conmigo á la vivienda de la pobre. Si tenéis el don de Dios,
cristianos sentimientos, derramaréis compasivas lágrimas. En un
rincon de destartalada guardilla (porxo, buhardilla, perchi,
pérgola, desván
), donde silba el vendabal de invierno,
encontraréis un jergon de virutas (márfega), y una mesilla
de pino, sin pan. Todos callan, todos callan; siéntese pasar el
coche del rico vecino.




A
dalt d´aquesta porxada,
Pudrida per les goteres
De la
pluja,
Viu la pobre malanada,
Y l´ayre fresch de les eres
May
hi puja.
Bona mare, feel esposa,
Y no té pa pe´ls infants,
Ni
consol;
De salut apenes gosa,
Puys traballa sens descans,
Sol
á sol.



¡Pobre
dona! Quant nasqueres
De la miseria sentires
La picada.
Quant
més grandeta te feres
Casi de fam te morires,
Arrufada.
Y
donzella trahullosa
Ab tos guanys roba comprares
Per los
teus;
Te demaná per esposa
Un infelís y´t casares
Sense
arréus.







En
ese camaranchon, podrido por las goteras de la lluvia, vive la
malhadada. Nunca se respira allí el fresco aire de los campos. Buena
madre, fiel esposa; mas no tiene pan para los hijos, ni consuelo.
Apénas goza de salud; trabaja sin descanso desde la madrugada hasta
la noche.



¡Pobre
mujer! Al venir al mundo, ya sentiste el aguijon de la miseria. Antes
de entrar en la pubertad, casi te moriste de hambre, por tu
encogimiento. Y hacendosa doncella, con tus ganancias compraste ropas
para los tuyos; te pidió por esposa un infeliz, y te casaste sin
preparacion y sin ajuar.







¿Quí
socors á aquexa dona
Si té malalt son marit,
Dar voldrá?
Negú
del mal s´en adona;
Asseguda vora ´l llit,
¿Qué fará?
Tu
no tens robes daurades,
Tu no tens nom esplendent,
No tens
or;
No tens belleses malvades,
Tretes á vendre á la gent
De
mal cor.



Jo
he vist quant la tramuntana
D´ivern gela´l moll dels òssos
Y
la sanch,
Un senyor qui ve ab ufana
De sarau, vestir los
gossos,
No´ls toch fanch.
¿Y ella? ¡Ay, ay! De porta en
porta,
Cercant consol de sa pena
Y un rohegó,
Troba un
guardia de sanch morta,
Qui per vaga se la ´n mena
A
presó.







¿Quién
la socorrerá, si cae enfermo su marido? Nadie se cuida de la
desgracia agena. Sentada junto al lecho del dolor, ¿qué va á
hacer? Tú no tienes telas de oro, no tienes famoso nombre, no tienes
dinero; no tienes malvada belleza que saques á pública subasta,
para la gente de infame corazon.



He
visto, cuando la tramontana de invierno hiela los tuétanos y la
sangre, á algun señoron, que, al regresar pomposamente del teatro,
mandaba poner gualdrapas á sus perros, para guarecerlos del frío y
del barro. ¿Y ella? ¡Ay! ¡ay! Busca consuelo en su quebranto; pide
de puerta en puerta un mendrugo de pan; y halla al fin algun
caritativo guardia, que por vagamunda se la lleva á
reclusion.







Axí
la jírgola sola
En mig del desert perduda
Se mostía;
Axí
vermella atzerola
Dins fangosa pols cayguda
Per la vía.
Entorn,
ab fréstes dïades,
De la pobre, se passeja
Mut lo temps;



Passan
hores endolades,
Mentre ´l mon l´estamaneja
Com á fems.



Y
quant magra malaltía,
Dels sufriments rodejada
Y´l penar,
Men
de la mort l´alegría,
Y vinga la pau amada
Del fossar;
Tomba
de terra rojenca,
Trapitjada per tothom,
No cerquéu;
¡Que´l
cós més aviat se trenca
Perdut dins grava, sens nom,
Sense
creu! …........







Así
la desnuda seta, perdida en el desierto, se marchita; así la
encarnada acerola, caída en el fango de los caminos. Al rededor de
la pobre corre el tiempo, mudo, con pavorosos días. Pasan las
enlutadas horas, miéntras el mundo la trata como basura. (*)




Y
cuando flaca enfermedad, acompañada de penosos sufrimientos, traiga
la alegría de la muerte, y venga la suspirada paz del cementerio; no
busquéis sepultura, siquier de rojiza tierra, pisada por las gentes,
no; ¡porque el cuerpo se disuelve más pronto, perdido en cascajosa
arena, sin nombre, sin cruz!.......

(*) Purgamenta hujus mundi... Frase de S. Pablo, llena de verdad y fuerza.
(Vid.
Epíst. I. ad Cor. Cap. 4. vers. 13).







¡Oh!
Tanta cruel desventura,
Tanta virtut oblidada,
¿A hónt s´en
va?
¿Quí premía l´amargura
D´una vida atareada,
Més
allá
?
¡DEU!, qui ab mirada serena
Dirá: l´ánima
inmortal
Meua sía;
Jo goigs li daré á la plena;
¡Jo´t
don la Ditxa Eternal,
Filla mía!

Octubre 1868.







¡Oh!
Tanta cruel desventura, tanta virtud olvidada, ¿á dónde van?
¿Quién premia en la eternidad las amarguras y trabajos de la vida?
- ¡DIOS!, que con serena mirada dirá:
el alma inmortal me
pertenece. Yo le daré goces á manos llenas.
¡Yo te doy la
eterna felicidad, hija mía!