Mostrando entradas con la etiqueta Satanás. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Satanás. Mostrar todas las entradas

martes, 23 de junio de 2020

288. VICENTE FERRER IMPIDE QUE LOS DIABLOS SE ACERQUEN A CASPE


288. VICENTE FERRER IMPIDE QUE LOS DIABLOS SE ACERQUEN A CASPE
(SIGLO XV. CASPE)

Nos hallamos en Caspe. La ciudad es un hervidero de gente, congregada en torno a los nueve compromisarios que tenían la encomienda de elegir un rey para Aragón entre los diversos aspirantes. Dentro de la sala de sesiones, las discusiones entre los representantes aragoneses, catalanes y valencianos se alargan; asimismo, en las calles y plazas, es casi imposible de dejar de hablar del problema sucesorio. No obstante, de cuando en cuando se producen intervalos de merecido descanso.

Entre los muchos y variopintos personajes congregados en torno al debate oficial, había un invocador del diablo que presumía constantemente de poder saber quién iba a ser denominado rey y, para demostrarlo, invocó públicamente a Satanás preguntándole el nombre que él y los asistentes que le rodeaban deseaban saber. El diablo, sin dudar lo más mínimo, le dijo un nombre y el hechicero le dio publicidad, corriéndose como reguero de pólvora no sólo por Caspe, sino por todos los confines del reino aragonés y aledaños. No obstante, los nueve compromisarios —argumentando y contraargumentando— continuaban los debates.

Pocos días después, en medio de un gran corro de gente, volvió a repetir la representación, pero en esta segunda ocasión el nombre proporcionado fue el de otro aspirante distinto. Ante tal contradicción, el hechicero le preguntó al diablo por qué un día le daba un nombre y días después otro. Satanás, que conocía y mantenía relaciones desde hacía tiempo con el hechicero, se sinceró, diciéndole: «Sabe que de tres leguas al contorno no me puedo acercar a Caspe, por un hombre que hay allí», haciendo referencia a Vicente Ferrer. Naturalmente, las contradicciones del hechicero le desacreditaron ante la concurrencia y tuvo que abandonar el lugar. Por el contrario, la fama y el crédito del fraile todavía se cimentaron más.

Algunos días después, influidos definitivamente los compromisarios por los argumentos del fraile valenciano, eligieron rey al infante castellano don Fernando, que muy pronto supo de aquella decisiva intervención. Fernando I, en agradecimiento, le nombró su confesor, aunque lo fue sólo por muy escaso tiempo, pues el ministerio de su apostolado no le permitía asentarse de manera definitiva en corte alguna. Así es que, una vez aclamado el nuevo monarca, Vicente Ferrer se trasladó a Alcañiz.

[Vidal y Micó, Francisco, Historia de la portentosa vida..., libro II, pág. 188.]

lunes, 22 de junio de 2020

251. NACIMIENTO DE SAN JUAN DE LA PEÑA


7. ASPECTOS RELIGIOSOS

7.1. LOS MONASTERIOS

251. NACIMIENTO DE SAN JUAN DE LA PEÑA (SIGLO VII. SAN JUAN DE LA PEÑA)

251. NACIMIENTO DE SAN JUAN DE LA PEÑA (SIGLO VII. SAN JUAN DE LA PEÑA)


Don Juan de Atarés era un respetado caballero cristiano que, perteneciente a una noble y prestigiosa familia hispanogoda, tenía su casa solariega en Atarés, pueblecito cercano a Jaca, donde fundamentalmente se dedicaba a la agricultura y a la ganadería. Un día, a fines del siglo VII, movido por su profunda vocación religiosa, decidió renunciar a sus cuantiosos bienes y a su familia y se hizo penitente.

Se estableció en solitario Juan de Atarés en una cueva del monte llamado Pano, en un aislado paraje de la sierra de San Juan, cerca de Jaca, donde pasaba las horas orando. Un día, sin saber por dónde había llegado, lo fue a visitar un caballero ricamente vestido (era, en realidad el propio Lucifer disfrazado) y ambos salieron a hablar al exterior de la cueva. De pronto se oyó un gran estruendo y las piedras de la montaña comenzaron a moverse hasta formar un hermoso palacio. Mostró así Satanás a don Juan su inmenso poder y le incitó a que renunciara a Dios regresando a las cosas del siglo. Por respuesta, el anacoreta Atarés comenzó a rezar y cayó al suelo privado de sentido.

Cuando volvió en sí vio que se hallaba en presencia de un ángel y observó cómo el suntuoso palacio se venía abajo con otro gran estruendo. «Ya ves lo que queda del poderío del enemigo de Dios que ha venido a tentarte», le dijo el ángel, y le pidió que se trasladara a una gran cueva que había en el monte Uruel y labrara allí un altar bajo la advocación de san Juan Bautista, a quien debía encomendar su vida y su alma.

Una vez que desapareció el ángel, Juan de Atarés se aprestó a cumplir la orden recibida. Anduvo por el monte y encontró una oquedad, en cuyo fondo existía una inmensa gruta. Preparó un pequeño habitáculo para resguardarse de la intemperie y colocó una imagen de san Juan Bautista toscamente modelada con su propia navaja en un improvisado altar, fundando así una iglesia en honor de san Juan, donde andando el tiempo surgiría un famoso monasterio en el que los monjes harían vida en común y de donde arrancaría —la leyenda se encargará de decírnoslo— el nacimiento del reino de Sobrarbe y del condado de Aragón.

[Libro de S. Voto. Manuscrito Bibl. Universitaria de Zaragoza. Cop. siglo XIII, fol. 0-2.
Papebroch, D., Acta Sanctorum, Mai VII, págs. 61-63. Risco, P., España Sagrada, 30, págs. 400-408.
Sánchez Pérez, José A., El Reino de Aragón, págs. 118-120.]





lunes, 29 de abril de 2019

LA DEFENSA DE MEDIANO


2.14. LA DEFENSA DE MEDIANO (SIGLO VIII. MEDIANO)

LA DEFENSA DE MEDIANO (SIGLO VIII. MEDIANO)
Embalse, pantano de Mediano

En cierta ocasión, en tiempos de la reconquista, el pueblo de Mediano fue cercado por los musulmanes, mientras don Pedro, su señor, hombre malvado como pocos, había salido para buscar ayuda armada. Una fenomenal tormenta retardó el asalto, pero, por otra parte, elevó tanto el nivel de las aguas del Cinca, que don Pedro se vio imposibilitado de socorrer a sus convecinos sitiados.
Pensó don Pedro en construir un puente, pero la empresa era poco menos que imposible. Desesperado, se decidió a buscar la alianza del diablo, al que encontró en la cueva del Entremón. Si construía —le dijo— un puente sobre el Cinca antes de que cantara el primer gallo de Mediano, le ofrecía su alma a cambio. El problema es que Satanás rechazó la oferta, puesto que no tenía ningún valor para él dada la maldad que caracterizaba a don Pedro. Sin embargo, lo construiría si le entregaba a las tres doncellas más hermosas del pueblo, accediendo el guerrero sin pensar en las consecuencias.
Advertido por su mujer de que el pacto suponía la pérdida de su propia hija, quiso romperlo, pero no pudo hallar al diablo. Entonces, dio voces a los de Mediano para que despertaran antes del alba a todos los gallos, pues, aunque el puente quedaría sin terminar, salvaría a su hija. Cuando así se fue a hacer, encontraron muertos a todos los gallos, fulminados por el propio Satanás.
Mientras el puente iba tomando forma construido por miles de diablos, la hora del alba se acercaba y, con ella, el plazo marcado. El malvado Pedro, arrepentido, invocó desesperado a la Virgen y de momento nada sucedía. Sin embargo, a punto de expirar el plazo, rompió la tranquilidad de la noche un kikirikí desgarrador. En torno al «puente del diablo» se armó una algarabía de mil demonios y Satanás, vencido, se sumergió en las aguas del río, dejando prácticamente construido el puente.
En definitiva, un hombre viejo del pueblo, para salvar a su nieta —que era una de las tres doncellas condenadas— imitó tan bien el cacareo del gallo que pasó por natural. Y, cuando se le preguntó por qué había tardado tanto en hacer la imitación, contestó que así se encontrarían el puente prácticamente acabado y gratis.
Con la ayuda del puente, al que siempre le faltaron algunos sillares, los refuerzos llegaron a Mediano, que pudo romper así el asedio que padecía.
[Orús, Mariano, «El puente del Diablo», El Cruzado Aragonés, 43, 45, 47, 4951.]




http://leyendasdearagon.blogspot.com/2010/