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lunes, 23 de agosto de 2021

Geroni Rosselló, LO CASTELL DE L'ARMONÍA.

LO CASTELL DE L'ARMONÍA.


(Á n'en Marian
Aguiló.)


Dalt un puig coronat
d'àrbres


Que domina monts y
plans,


Hi ha el castell de
les sèt torres,


De los sèt portals
murats.





¡Qué n'es de
hermosa la reyna


Que s'alberga en est
palau!


¡Qué n'es la reyna
de rica
!


Y lo castell ¡qué
n'es d'alt!





Lo merlet de mes
amunt


Té la senyera
onejant;


De drap n'es de
plata fina,


Ab un sòl tot d'or
brodat.





EL CASTILLO DE LA ARMONÍA.


(Á D. Mariano
Aguiló.)


Señoreando montes y
llanos, y sobre altísimo pico coronado de árboles copudos,
descuella el castillo de las siete torres muradas.


¡Qué hermosa es la
reina que se alberga en este alcázar! Qué rica, qué rica es la
reina! y cuán elevado el castillo!


En la mas alta de
sus almenas ondea un vistoso estandarte: de plata fina es su tela, un
sol bordado en oro entre sus pliegues relumbra.





Lo Castell de l'Armonía


Li diuen los
naturals,


Perque n'ixen
suspirs dolsos,


En surten dolsos
cantars.





Set donzelles té la
reyna


Que sempre la córt
li fan;


Y sèt gentils
cavallers


Li guardan los set
portals.





Elles son:
Sabiduría,


Bellesa, Fe,
Veritat,


Virtut, Puresa,
Esperansa,


Totes sèt d'estirpe
real.





Y los cavallers:
Amor,


Enteniment elevat,


L'Entusiasme, lo
Poder,


Enginy, Sentiment,
Còr-franch.





Gran fama logra la
reina


Per son parlar
celestial,


Per axò son molts
que l'aman,


Mes son pochs los
estimats.





Venturós qui la pòt
veurer


Sens lo vel que
porta al cap;


Mes venturós si
ella 'l mira;


Si sonriu ¡fortuna
gran!





Castillo de la Armonía le apellidan los naturales, porque de sus
muros encantados salen a todas horas dulcísimos suspiros, brotan
melodiosos cantares.


Siete doncellas
pulidas hacen siempre la corte a la reina: siete gallardos caballeros
custodian las siete puertas del castillo.


Las doncellas se
llaman: Sabiduría, Belleza, Fé, Verdad, Virtud, Pureza, Esperanza.
Las siete son de régia estirpe.


Y los caballeros:
Amor, Entendimiento levantado, Entusiasmo, Poder, Ingenio,
Sentimiento, corazón- franco.


Por su habla
celestial, gran fama se ha grangeado la reina; por esto muchos son
los que la quieren, pero a pocos corresponde la bella esquiva.


Venturoso aquel que
acierta a contemplarla cuando el velo que cubre su rostro no anochece
su peregrina beldad. Mas venturoso si ella le mira. Afortunado del
todo si le sonríe.





Molts n'hi pugen, molts n'hi pugen,


Molts, romeus, se
n'hi han pujat;


Mes casi tots s'en
devallan


De desdeny los còrs
nafrats.





¿Quína llansa hi
ha prou fina,


Que dels cavallers
guardians


En los escuts no se
rompia,


En los escuts de
diamant!





¿Quína mirada hi
ha tendra,


Quína paraula que
bast


Pera guanyar les
donzelles


Que guarda a la
reyna fan?





Los qui s'hermosura
han vista


Maravelles n'han
contat,


Y el món sospés òu
encare,


Ou l'èco de son
parlar.





Sa veu es lo sò
d'una arpa


Perdut de nit per
l'espay;


Sa semblansa n'es lo
sòl


Que té la mar per
mirall.





Quant per maig mira
la terra


Reverdexen tots los
camps;


Mira el cèl en nit
serena


Y romàn tot
estrellat.





¡Cuántos trepan al castillo! ¡Cuántos trepan! Muchos peregrinos
emprendieron animosos el áspero sendero. ¡Infelices! Ellos han
bajado con la espina del desden clavada en sus corazones.


¿Qué lanza hay de
tan bien templado acero que en los escudos de los siete caballeros
guardianes no se quiebre? ¿no se quiebre en sus escudos de
diamantes?


¿Qué miradas hay
tan tiernas, qué palabras tan entrañables, que puedan avasallar el
corazón de las siete doncellas?


Milagros de su
hermosura, milagros que el mundo oye todavía lleno de asombro, han
contado todos los que han tenido la suerte de verla.


Sonido es de arpa
celeste su voz angelical, sonido de arpa que en la calma de la noche
ondea por el espacio; su semejanza es el sol cuando en el anchuroso
mar se espeja.


Miran sus dulcísimos
ojos a la tierra en la estación de las flores, y los campos
reverdecen: mira el cielo en noche serena, y las estrellas lo
abrillantan en seguida.





Plòra la nit la rosada


Quant ella a dormir
s'en vá;


L'aucéll canta, la
flor s'òbri


Quant ella es vòl
despertar.





¡Ó qué n'es de
trista cosa


Estar d'ella
enamorat,


Y rendirse a mitx
camí


Del sender per on hi
van!





- Pelegrí, bòn
pelegrí,


Pelegrí del món
cansat,


¿On t'en vás per
estes penyes,


Camina caminarás?





- Jò m'en puig
muntanya amunt,


Jo m'en vaig
pelegrinant,


Ferit d'amor d'una
reyna


Que sommíi des que
som nat.





Jo vull que s'alé
m'etsís,


Jo vull que s'alé
m'abrás,


Y daré tota ma vida


Per morir dins son
palau.





Sent que l'ánima
illumina,


Que del còr les
ales bat,


Y sent per tot sa
presencia


Sens poderla veure
may.





Cuando el sueño la rinde, vierte la noche lágrimas de rocío; las
aves cantan, la flor se abre, cuando se despierta.


¡Triste, muy triste
es estar de ella enamorado, y desmayar a medio camino del que a su
palacio conduce!




- Peregrino, el buen
peregrino, cansado ya de las asperezas del mundo ¿adónde vás por
estas peñas, camina que caminarás? (1)




- Monte arriba,
monte arriba; peregrino soy de celestes amores, herido el corazón
por el amor de una reina que he visto flotar radiante en mis sueños
infantiles.


Quiero que su
aliento perfumado me hechize, quiero que su hálito de fuego me
abrase, dar quiero toda mi vida para alcanzar la dicha de morir en su
palacio.


Siento que se inunda
el alma mia de gloriosa lumbre, que mi corazón aletea; por todas
partes siento su presencia, y sin embargo no he podido verla jámas.





La sent dins la llum del cèl


Y dins los nuvols
daurats,


Dins los bells
colors del íris,


Dins la pluja, dins
lo llamp.





Errant vá per los
boscatjes,


Y puja per los
penyals;


S'assèu dels rius a
la vòra,


Passeja vergers y
prats.





N'es lo suspir del
ramatge,


N'es l'escuma de la
mar,


N'es lo perfum de
les roses,


N'es del rossinyol
lo cant.





No hi ha res de
béll, de noble,


En el món no hi ha
res gran,


Ont lo seu alé no
hi senta,


L'ardor de son foch
sagrat.





Jo vull viure sols
per ella,


Jo cantant vull
espirar:


Vull que'm don la mà
d'esposa,


Vull que l'ánima
m'inflam'.





Animeta, llum de
Deu,


Lo camí te cansará;


Deixa lo pes de ton
còrs


Que t'en portas
rossegant;





La siento en la luz del cielo, en las atornasoladas nubes, en los
gayos colores del iris, en la lluvia que cae, en el rayo que estalla.



Errante va por
los boscages umbrosos, subo por los peñascos, se asienta a la márgen
de los ríos, pasea magestuosamente prados y vergeles.


Es el suspiro del
ramage tembloroso, es la espuma del mar, es el aroma de las
rosas, es el canto del ruiseñor.


Nada bello, nada
noble, nada grande puede existir en el mundo, si no le
vida su aliento inmortal, el ardor de su fuego sagrado.


Únicamente por ella
quiero vivir; quiero espirar con dulces canciones en los labios;
quiero que me dé la mano de esposa, quiero que el ánima me inflame.


¡Alma mia! Luz de
Dios! El camino te fatigará. Suelta la carga molesta de ese cuerpo
que a remolque llevas.





Aixampla tes ales blanques,


Pren ton vol fins
allá dalt;


Colomet, volta la
torre,


Volta y tórnala a
voltar.





Deu te guart de los
falcóns,


D'els espervérs y
miláns,


De les fletxes de
los vicis,


De los vicis Deu
t'en guart.





Molts han de ser
qu'envejosos


A ton cor li apunten
l'arch,


Mes la fe será la
forsa


Qu'en tes ales
trobarás.





No hi haurá secrets
per tú


Dins lo oscur del
còr humá,


Ni tendrá el futur
cap sombra,


Ni cap sombra lo
pasat.





Cantarás lo bé del
mon,


Plorarás del mon lo
mal;


Colomet, volta la
torre,


Volta y tórnala á
voltar.





De la gòtica
finestra


Poset demunt los
pilars;


Pasa sales,
pasa alcoves,


Pasa cambres
de crestall.






Estiende tus níveas alas hacia las alturas sublimes; toma el
vuelo, palomita, revolotea, revolotea al rededor de la torre.


Dios te libre de los
halcones, de los gavilanes y milanos; de las flechas de los vicios,
…. sobre todo de los vicios, Dios te libre.


Solo así el corazón
humano descorrerá el velo de sus más recónditos secretos; ninguna
sombra en lo venidero, ninguna sombra en lo pasado.


Envidiosos te
sobrarán que asesten el arco contra tu corazón; pero una fuerza de
lo alto dará empuje a tus alas, la Fé.


Cantarás el bien y
las dichas del mundo, llorarás del mundo el mal; palomita voltea la
torre, voltéala y vuelve otra vez a voltearla.


Pósate en los
delicados pilares de la gótica ventana; pasa salas, pasa alcobas,
pasa cámaras de cristal.





Si 't demanan sant y senya:


Poesía els
respondrás.


¡Gloria á tots los
qui s'en venen!-


Dolsa música 't
dirá.





En lo jardí llavors
entra,


Ahont ton ídol
trobarás,


Y poset dalt el
llorer,


Dalt el llorer
inmortal,





Y arranca'n sols una
fulla


Y ab ton béch la'm
portarás,


Per la gloria d'un
sol nòm


Que dins lo còr
tinch tancat.





Si te piden santo y
seña, Poesía contestarás.-


¡Gloria a todos los
que de allí vienen! - te dirá una música dulce y deliciosa.


Entra en el jardín
entonces, en donde encontrarás a tu ídolo; descansa a la sombra del
laurel eterno, galardón de tus inmortales tareas;


Y arráncale una
hoja tan solo y tráemela en tu pico, para la gloria de un solo
nombre que en el sagrario de mi corazón tengo encerrado.

domingo, 12 de julio de 2020

CAPÍTULO XXIX.

CAPÍTULO XXIX.

Descúbrense en el monte Santo de Granada las reliquias y libros de san Tesifonte y de otros santos discípulos del apóstol Santiago.

El principio a esta santa invención lo dio Sebastián López, natural de la villa de Torres, en el obispado de Jaén. Buscaba este buen hombre un tesoro, y tenía noticia que, cuando se perdió España, en el reino de Granada, en un cerro pelado que tenía piedras azules, se cerró una mina de oro, y que había dentro de ella muchos aposentos, y tenía la boca a la parte de poniente. Jamás se supo quien dio a este hombre esta noticia o receta; e hizo todo lo posible para hallar lo que buscaba, sin dejar cerro alguno que no andase ni mirase buscando piedras azules, que era el primer señal que en el cerro había de hallar. Con esta ansia llegó a Granada, y dióse a buscar su mina por los cerros más cercanos a la ciudad. Antes de proseguir este suceso, es de advertir que en el lugar donde está fabricada la iglesia catedral de Granada, para proseguir aquel suntuoso edificio fue necesario derribar una torre antigua: llegando ya a la mitad de ella, un viernes a 18 de marzo, víspera de san José, 1588, con la tierra cayó en el suelo una caja de plomo, no muy grande, pero bien cerrada; acudieron a ella los oficiales, alegando cada uno el derecho que a la caja tenía, pensando que era algún tesoro; llevaron al fin la caja al arzobispo de aquella ciudad, que era don Juan Méndez; abriéronla y hallaron dentro un hueso y un pergamino escrito, parte en lengua y letra castellana, y lo más en lengua y letra arábiga, y es una profecía de san Juan Evangelista, una relación árabe, en que refiere san Cecilio, primer obispo de Granada, un viaje que hizo a la ciudad de Atenas, donde dice que hubo de san Dionisio Areopagita esta profecía, medio paño de aquel con que la Virgen nuestra señora se enjugó las lágrimas en la pasión de su hijo, nuestro señor, y un hueso de san Estévan, primer mártir. Está la profecía en letra y lengua castellana, como la hablamos el día de hoy: son las letras coloradas y negras, puestas cada una alternativamente en unas casillas como de ajedrez, duplicando algunas y poniendo en medio otras letras griegas, y al fin de todo está el evangelio de san Juan como el que oímos al fin de la misa, y una firma al cabo, ni bien latina, ni del todo arábiga, pero entiéndese que dice Cecilio, obispo de Granada; y después de todo esto, está una memoria que declara todo lo que queda dicho, y dice de esta manera:
RELATIO PATRICII SACERDOTIS.
Servus Dei Cecilius, Episcopus Granatensis, cum in Iberia esset, et cum videret dierum suorum finem, occulte mihi dixit, se habere pro certo suum martirium appropinquare, et utpote ille qui in die amabat, thesaurum suorum reliquiarum mihi commendavit, et me admonuit ut occulte haberem et in loco locarem, ubi in potentiam maurorum nunquam veniret, affirmans esse thesaurum salutis, atque scientiae certae, et plurimum laborasse et iter *fecime terra marique, et debere esse in occulto loco donec Deus vellet illud manifestare; et ego melius quam intellexi in loco clausi ubi jacet, Deum rogans ut eum observet.
Et reliquiae quae hic jacent sunt: Prophetia divi Joannis Evangelistae circa finem mundi; medius pannus quo Virgo Maria abstersit ab occulis lacrimas in passione sui Filii sacrati; os divi Stephani primi martiris. (san Esteban, Esteve, Estévan, Stephano, Stephanus, etc, protomártir ...)
Deo gratias.

El dicho arzobispo recogió todo esto y lo veneró como reliquias: murió aquel prelado, y se quedó de esta manera; y el sucesor, que fue don Pedro de Castro y Quiñones, no trató de ello, hasta que le obligó la correspondencia de lo que se halló en el monte buscando el tesoro.
Continuaba, pues, Sebastián López en visitar los cerros vecinos de la ciudad de Granada, que no son pocos: día de Todos Santos del año 1594 subió al cerro que llamaban Val-Paraíso y hoy Monte Santo, y allá halló una piedra que le pareció que tenía oro, y margarita la llaman los afinadores. De esta piedra tomó motivo para cavar, y lo continuó por algunos días, y descubrió tres bocas de cuevas que mostraban serlo, en que la tierra con que estaban llenas era movediza y puesta a mano: buscó ayuda, porque solo no podía continuar la empresa, y porque se iban descubriendo diversos caminos y ramos en aquella cueva, y en uno de ellos, en el mes de marzo del año 1595, hallaron una lámina de plomo con algunos renglones, escrita con letras extraordinarias e inusitadas, nunca vistas ni leídas en inscripciones ni monedas antiguas. Buscaron quien la leyese, y no hallaron nadie hasta que la llevaron al colegio de la Compañía de Jesús, y un padre de ella la leyó y halló que decía: Corpus ustum divi Mesitonis, martiris. Passus est sub Neronis imperatoris potentatu. Fueron continuando en cavar aquellas cavernas, y en diferentes días hallaron otras láminas de la misma letra latina y ortografía, y en todas tres estaban dobladas las letras hacia dentro, como que las hubiesen doblado para así mejor guardar y conservar las letras. Decía, pues, la una de estas dos últimas láminas de esta manera:
Anno secundo Neronis imperii, Marcii kalendis, passus fuit martirium in hoc Illipulitano, electus ad hunc effectum, sanctus Hischius, apostoli Jacobi discipulus, cum suis discipulis Turilo, Panuncio, Maronio, Centulio, per medium ignem, in quo vivi ambusti fuerunt; aeternam vitam transivere; ut lapides in calcem conversi fuerunt; quorum pulveres in hujus sacri montis cavernis jacent, qui, ut ratio postulat, in eorum memoriam veneretur.
La otra lámina decía.
Anno secundo Neronis imperii, kalendis aprilis, passus est matirium in hoc Illipulita....us Ctesiphon, dictus, priusquam converteretur, Abenatar, divi Jacobi apostoli discipulus, vir litteris et sanctitate praeditus, qui plumbi tabulis scripsit librum illum, Fundamentum Ecllesiae apellatum; et simul passi sunt sui discipuli divus Maximinus et Luparius, quorum pulvis et libri sunt cum pulveribus divorum martirum in hujus sacri mont … cavernis. In eorum memoriam venerentur.

Prosiguióse en abrir y vaciar las dichas cavernas, como dicho, y hallaron en una de ellas, como mazmorra, entre cenizas, tierra y carbones, una cabeza o calavera de hombre, y una pierna y pie y otros huesos, y muchos de ellos medio quemados; y la mazmorra también quemada y abrasadas las paredes, que parece claramente que el fuego se hizo allá dentro y fueron quemados allí. Fueron cavando más adelante y vaciando la tierra, y descubrieron otra caverna hecha a mano como horno, y estaba también quemada y abrasada, y rajadas las piedras, paredes y el techo como si hubiera habido calera allí con poderoso fuego, y allí hallaron muchas cenizas, carbones y pedazos como de cal, y una masa blanca muy liviana, tiznada y mezclada con carbones, que tendría de bulto como dos fanegas, la cual, examinada por oficiales, son huesos quemados, mezclados con cenizas y piedras que se quemaron entonces; y esto parece que corresponde a la lámina de san Hisquio, donde dice que él y sus cuatro discípulos fueron quemados vivos, y vueltos en cal como piedras.
A 22 de abril del mismo año 1595, se halló el libro que dice la una lámina: está metido en una caja o cubierta de plomo; en el suelo de ella, por la parte de dentro, tiene escrito de la misma letra antigua este letrero.
LIBER FUNDAMENTI ECCLESIAE SALOMONIS CARACTERIBUS SCRIPTUS.
A 25 del dicho mes y año se halló en otra caverna otro libro, escrito en tablas de plomo, metido en una caja o cubierta de plomo: y en esta cubierta, por la parte de dentro, en el suelo de ella, está escrito, con la misma forma de letras y caracteres que las dichas láminas, esto:
Liber De Essentia Dei, quem Divus Cthesipon, apostoli Jacobi discipulus, in sua naturali lingua arabica, Salomonis caracteribus scripsit; et alius, Fundamentum Ecllesiae appellatus, qui in hujus sacri cavernis montis jacet. Deus * Nerone Imperatore hos duos liberet libros. Imposuit finem hic mr. suis operibus, scribens miracula et vitae …. itatem sui magistri …. vi in hujus sacri montis ca.... est....
Lo que falta no se puede leer, por estar muy gastadas las letras. Además de esto, cavando en las cavernas de dicho monte, se hallaron otros diez y seis o diez y siete libros en hojas de plomo y en lengua árabe, y uno de ellos no se entiende en qué letras está; y en uno de ellos se halla como san Tesifonte y Cecilio eran hermanos, naturales de Arabia, y, como tengo ya dicho, el uno había nacido ciego, y mudo el otro (no me grites que no te veo!), y que Cristo nuestro señor les había dado la vista y habla y les encomendó al apóstol Santiago, y así, por ser árabes, escribieron aquellos libros en arábigo.
Esto es lo que pasó en la invencion de las reliquias de san Tesifonte y sus compañeros: las diligencias y averiguaciones que se hicieron sobre la verdad de ellas, y las dificultades que se ofrecieron a algunos, refieren el doctor Gregorio López de Madera en sus discursos que hace de la certidumbre de estas reliquias, y don Castellá Mauro Ferrer en su historia del apóstol Santiago. Y así, las dejo, y solo traigo en él capítulo siguiente la sentencia que dio sobre esto el arzobispo de Granada, con que se quita y da solución a las dificultades que pueden ofrecerse sobre esta dichosa invencion.

jueves, 14 de noviembre de 2019

LA SOMBRA DE LA PRINCESA DOÑA BLANCA


159. LA SOMBRA DE LA PRINCESA DOÑA BLANCA (SIGLO XIII. ALBARRACÍN)

Entre las varias torres de Albarracín, una muy hermosa lleva el nombre de doña Blanca, recuerdo romántico del pueblo albarracinense a una historia desgraciada. Porque Blanca, toda bondad y sencillez, hermana menor del príncipe heredero de Aragón, vióse impulsada al exilio por los celos de su cuñada, que pronto sería reina de los aragoneses.

LA SOMBRA DE LA PRINCESA DOÑA BLANCA (SIGLO XIII. ALBARRACÍN)


Con gran pesar, doña Blanca tuvo que emprender, acompañada por su escaso séquito, el camino que le llevaba a su destierro castellano, atravesando para ello las tierras del señorío independiente de Albarracín, donde sus señores le brindaron hospitalidad. Aceptó la princesa, y todo el pueblo, arremolinado en las calles, fue testigo de la llegada de la comitiva que acompañaba a la princesa aragonesa en su recorrido tortuoso por las calles empedradas de la capital dedicada a Santa María, hasta llegar al palacio de los Azagra, que iban a ser sus anfitriones.

Poco a poco fueron pasando los días. Todos, mayores y menudos, deseaban y esperaban volver a ver a Blanca por las calles de Albarracín, pero el sol y la luna se sucedían ininterrumpidamente sin que la princesa fuera vista de nuevo por nadie. El séquito que la acompañara regresó a la corte aragonesa. De Blanca, no se supo nada.

Comenzó el pueblo a pensar que la desdichada princesa podía haber muerto de pena y que su cuerpo joven habría sido enterrado en la torre que, desde entonces, pasó a llamarse como ella. El silencio más absoluto se hizo en torno a la suerte corrida por la princesa aragonesa.

Pero el misterio comenzó pronto a desvelarse y se desvela aún cada plenilunio, cuando la campana próxima a la torre desgrana los doce sones de la medianoche. Entonces, las gentes de Albarracín ven salir de su torre de piedra una sombra clara, figura de mujer y holgadas vestiduras, que lentamente desciende, roca a roca, hasta los huertos y el río, para bañarse en aguas claras del Guadalaviar. Luego, al cabo de un rato, la sombra se desvanece hasta el nuevo plenilunio.

Se trata, sin duda, de la sombra de doña Blanca, la princesa que debió morir de pena en su exilio a causa de unos celos cortesanos.

[Tomás Laguía, César, «Leyendas y tradiciones...», Teruel, 12 (1954), 124-127.]

Tomás Laguía, César, «Leyendas y tradiciones



Obra publicada:

Artículos:
«El beato Joaquín Royo», en revista TERUEL 6 (1951), pp. 7-34. ISSN 0210-3524
«La erección de la Diócesis de Albarracín», en revista TERUEL 10 (1953), pp. 203-230. ISSN 0210-3524
«Notas para la historiografía de Albarracín», en revista TERUEL 11 (1954), pp. 33-55. ISSN 0210-3524
«Leyendas y Tradiciones de la Sierra de Albarracín», en revista TERUEL 12 (1954), pp. 123-148. ISSN 0210-3524
«Las capillas de la catedral de Albarracín», en revista TERUEL 14 (1955), pp. 147-186. ISSN 0210-3524
«Breves notas sobre el arquitecto Pierres Vedel y familia», en revista TERUEL 20 (1958), pp. 113-119. ISSN 0210-3524
«La iglesia de Teruel en la guerra de la Independencia», en revista TERUEL 21 (1959), pp. 136-222. ISSN 0210-3524
«Las capillas de la catedral de Teruel», en revista TERUEL 22 (1959), pp. 5-159. ISSN 0210-3524
«La geografía urbana de Albarracín», en revista TERUEL 24 (1960), pp. 5-127. ISSN 0210-3524
«Breves noticias históricas sobre la fundación de la colegiata de Rubielos de Mora», en revista TERUEL 27 (1962), pp. 149-165. ISSN 0210-3524
«La casa de la Brigadiera (Albarracín)», en revista TERUEL 28 (1962), pp. 199-204. ISSN 0210-3524
«Las iglesias de la diócesis de Albarracín», en revista TERUEL 32 (1964), pp. 5-173. ISSN 0210-3524
«Origen de la Casa de la Misericordia de la ciudad de Teruel», en revista TERUEL 34 (1965), pp. 5-122. ISSN 0210-3524
«Fuentes para la historia de Cella», en revista TERUEL, 38, (1967), pp. 5-130. ISSN 0210-3524
«Notas para la geografía urbana de la ciudad de Teruel», en revista TERUEL 42 (1969), pp. 71-94. ISSN 0210-3524
«Índice de los documentos en papel del Archivo de la Catedral de Teruel, correspondientes a los siglo XII, XIII, XIV y XV», en revista Teruel 48 (1972), pp. 16-156. [Este trabajo ha tenido continuidad merced a unos admiradores del autor, que publicaron los documentos correspondientes al siglo XVI (1978), teniendo prevista la publicación del material correspondiente hasta el siglo XX)].
«Notas y documentos artísticos culturales sobre Teruel Medieval» [en colaboración con Santiago Sebastián López], en revista TERUEL 49-50 (1973), pp. 67-109. ISSN 0210-3524
«Sellos del archivo de la S.I. Catedral de Albarracín», en revista TERUEL 52 (1974), pp. 41-51. ISSN 0210-3524
«Fuentes para la historia del Alto Maestrazgo», en revista TERUEL 57-58 (1977), pp. 135-181. ISSN 0210-3524

Libros:

Catálogo de los pergaminos y documentos insertos en ellos existentes en el Archivo de la S.I. catedral de Teruel (1953), Edita Instituto de Estudios Turolenses (IET), Teruel. ISBN 978-84-00-02342-3
Catálogo de la sección de pergaminos del Archivo de la S.I. Catedral de Albarracín (1955), Instituto de Estudios Turolenses, Teruel. ISBN 978-84-00-01446-9
La insigne colegiata de Santa María de Mora de Rubielos (1964). Edita el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). ISBN 978-84-00-00988-5
La desmembración de las Iglesias de Albarracín y Segorbe (1965). Instituto de Estudios Turolenses de la Diputación Provincial de Teruel (CSIC), Teruel [Discurso leído por el autor, en el acto de su recepción en la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de Zaragoza]. ISBN 978-84-00-00989-2

  • Mateu Ibars, Josefina y Mª Dolores (1991). Texto y transcripciones, Universidad de Barcelona, ed. Colectánea paleográfica de la Corona de Aragón. Siglos IX-XVIII. Barcelona. ISBN 84-7528-694-1.
  • Sánchez Garzón, Alfredo (2000). Ayuntamiento de El Cuervo, Teruel, ed. Aproximación histórica: La villa de El Cuervo y su parroquial. Valencia. ISBN 84-931563-1-0.

Estudió Latín y Humanidades, Filosofía y Teología en el Seminario Conciliar de Teruel, siendo ordenado sacerdote el 4 de octubre de 1925.

Como presbítero, ejerció de ecónomo en distintas parroquias de la diócesis de Teruel (Monteagudo del Castillo y Saldón), ejerciendo después como «Maestro de ceremonias» en la Santa Iglesia Catedral de Teruel.

Canónigo archivero de la catedral de Teruel por oposición, desempeñó también la función de «Archivero Diocesano».

Durante el pontificado del obispo diocesano Fray León Villuendas Polo (1885-1968), fue nombrado «vicesecretario de Cámara y Gobierno» del obispado, y «examinador pro-Sinodal» (1947).

Posteriormente, obtuvo por oposición la cátedra de Historia Eclesiástica, Patrología y Liturgia Doctrinal en el Seminario diocesano de Teruel.

En tanto clérigo, fue un «sacerdote de gran espiritualidad, de reconocidas cualidades humanas y de una extraordinaria sensibilidad artística»;2​ su gran pasión intelectual fue la investigación historiográfica, que el eminente archivero llevó a cabo de forma objetiva, rigurosa y metódica.

Gran parte de su trabajo como investigador fue publicado en la revista «TERUEL», órgano oficial del Instituto de Estudios Turolenses (IET), de la Excma. Diputación Provincial de Teruel, adscrito al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Su primera obra publicada en ese medio -«La erección de la Diócesis de Albarracín»- recibió el Premio del IET en el I Certamen de Albarracín (1953). En homenaje a su labor investigadora e historiográfica, la Revista le dedicó los números 55-56 (1976).

César Tomás Laguía, conocido como «Don César», fue un sacerdote católico, escritor e historiador español, nacido en Torremocha, municipio de la provincia de Teruel, en 1903 y fallecido en la ciudad de Teruel en 1979.