domingo, 7 de julio de 2019

JAIME I, COFRADE DE LA VIRGEN DE LOS ÁNGELES


123. JAIME I,
COFRADE DE LA VIRGEN DE LOS ÁNGELES (SIGLO XIII. ALBENTOSA)

JAIME I,  COFRADE DE LA VIRGEN DE LOS ÁNGELES (SIGLO XIII. ALBENTOSA)


Una vez reconquistada la aldea de Albentosa por las huestes del rey aragonés Jaime I el Conquistador, en pleno siglo XIII, el lugar, situado en el límite con las tierras levantinas, fue repoblado por cristianos llegados del reino adentro para poner en explotación sus tierras situadas a casi mil metros de altitud.

Transcurridos algunos años desde aquel memorable día de la conquista, el rey volvió a pasar por Albentosa, ciertamente hambriento y cansado, acompañado tan sólo por un puñado de escogidos guerreros. El pueblo, situado como tantos otros en la falda del monte, estaba desierto cuando entró el rey en él, encontrando en sus calles tan sólo a un niño al que Jaime I le preguntó dónde estaban los demás vecinos. Respondió el muchacho que todos estaban en el castillo, hacia el cual dirigió el monarca su montura siendo seguido a cierta distancia por sus acompañantes.

Conforme se iban acercando a las murallas del alcázar, se oían más nítidamente la algarabía y el bullicio del interior. Desde la puerta, pudo observar el rey que se estaba preparando una apetitosa y abundante comida, circunstancia que aún provocó más a su estómago desfallecido. Ante sus insistentes llamadas, acudió a la puerta una mujer anciana que no reconoció en el caballero al monarca y, sin mediar palabra alguna por parte de éste, le dijo que nadie que no fuera cofrade de la virgen de los Ángeles podía entrar aquel día en el castillo, ni siquiera el rey, a no ser que se hiciera miembro de la cofradía.

Jaime I, tras aquella información tan escueta y tajante, preguntó a la anciana qué era necesario para ser admitido como cofrade, pues él estaba dispuesto a hacerse, respondiéndole la mujer que bastaba con pagar una pequeña cuota y tener deseo de serlo. Entonces, el rey llamó a su escribano y sobre un pergamino hizo donación a la Virgen de múltiples bienes, destacando el llamado Molino de Arriba, todavía en funcionamiento hasta hace pocos años.

Cumplidos con creces los requisitos precisos, el rey y su hueste pudieron penetrar en el castillo, donde fueron recibidos como cofrades de Nuestra Señora de los Ángeles y pudieron saciar, por fin, su hambre.

[Proporcionada por Josep Martínez Rondán.]


Albentosa es una localidad y municipio de la comarca Gúdar-Javalambre en la provincia de Teruel, en la comunidad autónoma de Aragón, España.

Tiene un área de 68 km² con una población de 267 habitantes (INE 2016) y una densidad de 3,93 hab/km².

En el término municipal se encuentran las localidades de: Albentosa (capital del municipio), y los barrios Venta del Aire, Estación de Mora de Rubielos, Fuen del Cepo y Los Mases.

Propiedad de la tierra: Siempre de realengo, por pertenecer a la comunidad aragonesa. Estuvo encuadrada en la comunidad de aldeas de Teruel el la Sesma del Campo de Sarrión, hasta la división provincial de 1833.

En la localidad destacan la iglesia de estilo gótico tardío y renacentista de Nuestra Señora de Los Ángeles del siglo XVI, restos del castillo (actual cementerio), el ayuntamiento, del siglo XVIII y el puente medieval de los siglos XV y XVI.

Sus fiestas Patronales son el 2 de agosto, Virgen de los Ángeles. Organizadas de forma voluntaria por Comisiones de fiestas, a partir de la Asociación Cultural V.A. Comprenden aproximadamente una semanas de actos festivos y otra de actos culturales.

Ibáñez González, Javier (coord.) (2009). Las Hoces del Mijares y los Caminos del Agua. Qualcina. Arqueología, Cultura y Patrimonio. ISBN 978-84-937190-0-5.

Ibáñez González, Javier & Casabona Sebastián, José F. (2013). Castillos, murallas y torres. La arquitectura fortificada de la Comarca de Gúdar´Javalambre. Qualcina. Arqueología, Cultura y Patrimonio. ISBN 978-84-937190-5-0.

sábado, 6 de julio de 2019

LA RÉPLICA DE LA VIRGEN DE LA ALEGRÍA EN BARCELONA


122. LA RÉPLICA DE LA VIRGEN DE LA ALEGRÍA EN BARCELONA
(SIGLO XIII. MONZÓN)

LA RÉPLICA DE LA VIRGEN DE LA ALEGRÍA EN BARCELONA  (SIGLO XIII. MONZÓN)


Es bien conocido por todos cómo el rey aragonés don Jaime I el Conquistador —educado en las armas y en las letras por los Templarios en el castillo de Monzón tras la muerte de su padre Pedro II— sentía por estas tierras una especial predilección, lo cual es muy natural, puesto que siendo niño había recorrido y jugado por todos los alrededores. Recordaba perfectamente el castillo, el Saso y su fuente; recordaba los parajes refrescantes a la vera del caudaloso Cinca y del Sosa exiguo; rememoraba de cuando en cuando al viejo eremita de san Vicente y santa Quiteria; evocaba durante alguno de sus continuos y largos viajes la ermita de Nuestra Señora de la Alegría, donde iba montado sobre un enorme caballo ...

Asimismo, era y es de sobras conocida la grande y profunda devoción que Jaime I el Conquistador tuvo siempre por la figura de la Virgen, predilección de la que existen multitud de pruebas tanto reales como legendarias. No es extraño, por lo tanto, que sintiera algo muy especial en su interior cuando se trataba de cosas referentes a la virgen de la Alegría, a cuyos pies había orado y jugado tantas veces.

Como es natural, su intensa actividad política y militar como rey y señor de tantos territorios como alcanzó a gobernar no le permitía desplazarse, como sin duda era su deseo, a Monzón para deambular sosegadamente por sus alrededores. Por lo tanto, ordenó tallar a un excelente escultor de la corte una réplica casi exacta de su amada virgen de la Alegría montisonense y, cuando estuvo finalizada y a su gusto, la hizo llevar a Barcelona, ciudad a la que solía acudir muy a menudo. Una vez en la ciudad condal, la hermosa talla fue colocada en la catedral, junto a la puerta de san Ibo.

Cuando Jaime I estaba en Barcelona, donde los asuntos de la Corona le llevaban con una cierta frecuencia, solía acudir a la catedral y visitar la imagen réplica de Nuestra Señora de la Alegría, como lo han hecho y hacen tantos montisonenses desarraigados de su tierra, sirviéndoles de vínculo, como al mismo rey, con sus propios recuerdos de niño.

[Castillón, Francisco, El santuario de la virgen de la Alegría de Monzón, pág. 81.]


La Navidad trae la Alegría: el nacimiento del Niño Jesús. Es por ello que existe una Virgen de la Alegría, ya que es la Virgen María quien da la Alegría al mundo. Esta Virgen se venera en una de las primeras capillas que se encuentran entrando en la Catedral de Barcelona por la puerta de Sant Iu, justo a mano derecha. Es aquí también donde actualmente está enterrado el Cardenal Jubany, que fue arzobispo de Barcelona entre los años 1971 y 1990.