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lunes, 22 de junio de 2020

255. ANTECEDENTES DEL MONASTERIO DE TRASOBARES

255. ANTECEDENTES DEL MONASTERIO DE TRASOBARES (SIGLO XI. TRASOBARES)

255. ANTECEDENTES DEL MONASTERIO DE TRASOBARES (SIGLO XI. TRASOBARES)


Estamos en Jaca, capital del reino. Sancho Ramírez, rey de los aragoneses, estima que debe coordinar sus esfuerzos con los cristianos de Castilla para oponer un frente común a los musulmanes que dominan el valle del Ebro. Prepara, pues, un viaje a tierras castellanas, que debe hacerse con toda discreción para no levantar sospechas.

Acompañado solamente por un criado, emprendió el viaje disfrazado de arriero y, tras cabalgar día y noche, ambos se perdieron en el camino. Estaban en tierra de moros y, por lo tanto, temerosos de caer en sus manos. De repente, el canto de un gallo al alborear el nuevo día les indicó que se hallaban cerca de un poblado. Decidieron hacer un alto y redoblaron la vigilancia para no verse sorprendidos por los vigías moros.

El criado, con sumo cuidado, se adentró en la desconocida población y, dirigiéndose a una de las casas de su barrio mozárabe, le proporcionaron las vituallas necesarias para proseguir el viaje y le informaron que el poblado se llamaba Trasobares. Luego, durante el retorno junto a don Sancho que le estaba esperando ansioso, en medio de una intensa y casi cegadora luz, vio una imagen de la Virgen. Se sintió emocionado y sorprendido, y corrió cuanto pudo para contarle al rey lo que acababa de sucederle.

A pesar del peligro que suponía, los dos fueron al lugar de la aparición. Entonces, el rey, con sumo cuidado, tomó y envolvió la imagen entre paños y, tras acomodarla en la silla de su montura, decidió suspender el viaje a Castilla y regresar a Jaca sin dilación para, una vez allí, ir a depositar la imagen en el monasterio de San Pedro de Siresa.

Años más tarde, Alfonso I el Batallador reconquistó Trasobares para Aragón. A petición de los cristianos del pueblo, el rey ordenó devolver la imagen al lugar donde se apareciera, construyendo para ella una ermita, germen del monasterio femenino cisterciense que allí se fundaría, cuya sala capitular sería presidida por la imagen, de manera que pronto se le conocería como Nuestra Señora del Capítulo.

[Bernal, José, Tradiciones..., págs. 78-79.
Sánchez Pérez, José A., El culto mariano en España, págs. 112-113.]


El origen de la villa actual es medieval, y debe su existencia al monasterio de monjas cistercienses o «bernardas» fundado en dicho lugar en el siglo XII. La elección de este apartado lugar, en el somontano del Moncayo y a orillas del río Isuela, para dicha fundación se debe a la aparición de la Virgen María al mismísimo rey de Aragón, Sancho Ramírez, allá por el año 1092, en este lugar. Al parecer, y según la tradición, por estas fechas el rey Sancho Ramírez emprendió una peligrosa expedición desde Aragón a Castilla para entrevistarse con el rey castellano Alfonso VI. Para ello tuvo que atravesar las tierras del poderoso reino taifa de Zaragoza. De incógnito, y con solo unos criados por compañía, Sancho Ramírez emprendió el viaje por «caminos ocultos», según dice la tradición. Ya cerca de Castilla el rey y compañía acamparon para pasar la noche en una hondonada junto al río Isuela, lugar donde encontraron la acogida de tres leñadores cristianos y sus familias que vivían en unas cabañas en este lugar. Aquella noche, mientras el rey dormía un gran resplandor iluminó el lugar, tanto que los gallos comenzaron a cantar. Asombrados, los presentes presenciaron la aparición de la Virgen rodeada de ángeles que la veneraban. Una vez acabado el prodigio, y vuelta la oscuridad, los presentes, al acercarse al lugar donde se había producido el hecho, descubrieron una imagen en madera de la Virgen que el rey Sancho decidió llevarse a Aragón a su vuelta de Castilla. Así la imagen fue trasladada al monasterio de Siresa, en el Pirineo. El rey Alfonso I el Batallador, hijo de Sancho Ramírez, reconquistó toda la zona de Trasobares en fechas posteriores a 1118 y, a petición de la gente que habitaba el lugar, llamado ya «Trium Obantium» o «Tres Obares» —Tres vencedores— en recuerdo de los tres leñadores que habían conservado el lugar para los cristianos, devolvió la imagen a su lugar de origen, fundándose una pequeña ermita para su veneración. Textualmente el privilegio firmado por El Batallador dice: «volo enim ut restituatis supradictam imaginem sindicis vel procuratoribus loci Trium Obantium». La tradición ha conservado incluso el nombre de aquellos «tres vencedores»: Hernando Sánchez, García Aznar y Beltrán Gascón. Son apellidos que históricamente se encuentran en el pueblo, lo que da verosimilitud a la tradición. Posteriormente, sobre 1168, se produjo la fundación del monasterio ya citado, alrededor del cual creció una pequeña villa, que fue Trasobares. Fue una dama noble castellana, doña Toda Ramírez, tercera abadesa del monasterio navarro de Santa María de la Caridad de Tulebras, quien lo fundó tras pedir a la reina Petronila de Aragón el lugar donde se encontraba la pequeña ermita dedicada a la Virgen como sede de este nuevo monasterio para hijas de «ricos hommes» (homnes, homines, etc) de Aragón. Previamente la animosa dama había viajado hasta París para entrevistarse con Bernardo de Claraval, fundador del Císter y futuro santo, para solicitar su permiso para esta fundación. El privilegio de fundación lo concedió el rey Alfonso II el Casto, en 1188. Este privilegio incluía el señorío de la villa de Trasobares, a las que ya a finales del siglo XII se añadiría la donación de los términos de Aguarón y Tabuenca, lo que convirtió a sus habitantes en vasallos del monasterio. También recibió el monasterio otros privilegios, como los de pacer sus ganados en diversos lugares del reino, tal como lo hacían los ganados reales. La iglesia del monasterio quedó dedicada a Santa María de los Ángeles, en alusión a las circunstancias de la aparición de la Virgen a Sancho Ramírez. El monasterio, que nunca fue grande en capacidad —unas treinta monjas, más sirvientes—, quedó sujeto espiritualmente al gran monasterio cisterciense del otro lado del Moncayo, Santa María de Veruela. La llamada Guerra de los dos Pedros, entre Pedro IV de Aragón y Pedro I de Castilla, entre 1356 y 1369, supuso el primer quebranto importante en la vida del monasterio, al estar cerca de la frontera castellano-aragonesa. En 1357 el ejército castellano destruyó las villas de Trasobares y Calcena, teniéndose que refugiar sus habitantes en el cercano castillo de Tierga, aguas abajo del Isuela. Las monjas eligieron retirarse a Aguarón, en tierras de Cariñena, junto a Cosuenda, lugar más lejano y seguro, y que les pertenecía. El Compromiso de Caspe (1412) supuso la inesperada ruina del convento. La abadesa de Trasobares, Violante de Luna, se negó (ja ja ja !!) a aceptar el fallo que nombraba rey de Aragón al castellano Fernando de Antequera, un Trastámara, (descendiente de los reyes de Aragón) ya que los Luna apoyaban al candidato Jaime de Urgel. En una novelesca peripecia la abadesa huyó de Trasobares, refugiándose en el castillo de Loarre junto con su primo, y, dicen, que amante, Antón de Luna, cabeza de los partidarios «urgelistas» en Aragón e instigador del asesinato del arzobispo de Zaragoza García Fernández de Heredia, partidario de Fernando de Antequera. Tras un riguroso asedio que duró un año, y que sobrepasó en duración y tenacidad al que el propio candidato al trono, Jaime de Urgel, (Jayme Darago) llevó a cabo al castillo de Balaguer, la abadesa «guerrera» fue detenida y se dispuso su traslado al castillo de Sora, en las Cinco Villas. Pero nuevamente Violante (Yolanda) volvió a fugarse sirviéndose de un falso salvoconducto. El Papa Benedicto XIII, otro Luna (Papa Luna) y tío de la abadesa rebelde, actuó expeditivamente, tal vez para demostrar al nuevo rey la fidelidad de su familia; excomulgó a la abadesa, que incluso había tenido un hijo con su primo, ordenó a las monjas abandonar el convento de Trasobares, trasladándolas nuevamente a Aguarón, y ordenó su demolición, a excepción de la iglesia. El castigo incluía además la prohibición de que las monjas se llevaran la imagen de la Virgen de Trasobares. Durante el derribo del convento se cuenta que se produjo el milagroso suceso de que al caer un cascote sobre la nariz del niño Jesús que sostiene la imagen de la Virgen, de ella manara sangre. Dicho suceso dicen ocurrió porque la imagen, desde siempre, no se encontraba en la iglesia del convento —que no se derribó—, sino en la sala capitular, lo que le valió a la talla el otro nombre, aparte del de «Nuestra Señora de los ángeles», que ostenta y que es más popular: «Nuestra Señora del Capítulo». Otro hecho prodigioso del que se da noticia sucedió durante la ausencia de las monjas. Un día los habitantes de la villa escucharon el canto de la salve en la iglesia, a la hora en que las monjas lo solían realizar. Al entrar en la iglesia, pensando que las monjas habían vuelto, se la encontraron vacía, por lo que tuvieron por cierto que habían sido los propios ángeles los que habían cantado la Salve. Hasta 1419, por medio de una bula del Papa Martín V, no fueron autorizadas las monjas a regresar al monasterio, reconstruyéndolo en su totalidad excepto la iglesia. La vida de la comunidad monástica, y de la villa, continuó apaciblemente, aunque con sobresaltos como el del 18 de enero de 1810, en plena Guerra de la Independencia, cuando una partida francesa apresó al párroco del pueblo, Manuel Sancho, saqueando el archivo parroquial y desapareciendo varios libros antiguos y dinero. El monasterio pervivió hasta 1837, fecha en que la Desamortización de Mendizábal desalojó a las monjas - quedaban diez - del lugar y las agregó a las del monasterio de santa Lucía en Zaragoza. Sin embargo, unas pocas fueron al monasterio de Tulebras (Navarra), llevándose el rico báculo de plata que el Papa Luna (Benedicto XIII) había regalado a la abadesa Violante de Luna. Actualmente dicho báculo se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Las propiedades del convento pasaron, teóricamente, a manos particulares. Sin embargo, solo un par de edificios fueron adquiridos por estos, quedando el resto abandonado y arruinándose con el tiempo.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

CLXVIII, diciembre 1194


CLXVIII (1)
Reg. 2 fol. 94. Dic. 1194.

(1) Aunque este documento se halle en cierto modo fuera de su lugar, por la época a que corresponde; hemos creído conveniente terminar con él la colección de las escrituras pertenecientes al gobierno de D. Ramon Berenguer IV, ya que a ellas dimos también principio con el testamento de su padre, D. Ramon Berenguer III. De este modo damos una idea completa, en lo posible, de aquella época; y podrá el lector inquirir más fácilmente las causas y resultados de la unión del condado de Barcelona con el reino de Aragon.

Hec est sacramentalis conditio seu publicatio ultime voluntatis cujusdam nobilissimi Ildefonsi regis Aragonis comitis Barchinone et marchionis Provincie que est facta juxta primi ordinis modum infra spacium VI mensium sicut continetur in libro jurium de ultimis voluntatibus moriencium quam nos testes scilicet Arbertus de Castro-veteri et B. de Portella testificando juramus per Deum et sancta IIII Evangelia anteposita super altare Beate Marie Magdalene quod est in ecclesia civitatis Cesarauguste que est sita juxta portam Valencie sub ordinatione Guillelmi Dei gracia ausonensis episcopi Petrique eiusdem sedis sacrista et judicis et Berengarii de Albuciano ordinarii judicis Gerunde qui vidimus et audivimus et presentes eramus quando prefatus rex jacens egritudine qua obiit in sensu bono et memoria plena voluntatem suam nobis ordinando manifestavit sicut presens pagina inferius declaravit. Ego lldefonsus Dei gracia rex Aragone et comes Barchinone et marchio Provincie pleno sensu et memoria facio
testamentum meum et sic super Regno meo et comitatibus et universis terris quas habeo et habere debeo et rebus etiam meis mobilibus dispono prout inferius declaratum est. Primum quidem in hujus ordinacione testamenti eligo manumissores meos R. Tarrachone archiepiscopum Gobaldum ilerdensem et Richardum oscensem episcopos et magistrum milicie et Petrum abbatem Populeti quibus precipio ut si me mori contigerit antequam aliud testamentum faciam res quas hic dispono meas sicut in presentiarum subscribitur pro libertate regni celestis adipiscenda et ob remedium anime mee meorumque parentum fideliter distribuant. Dimitto siquidem corpus meum domino Deo et beate Marie semper virgini ad sepeliendum in monasterio Populeti. Dono etiam atque concedo eidem monasterio imperpetuum regiam coronam meam. Dono iterum et concedo eidem monasterio dominicaturam meam de Vineros cum omnibus terminis suis et pertinenciis in francum alodium ad faciendam propiam voluntatem eorum et totam integre vineam meam de Palomera in territorio ilerdensi. Dimitto et dono domui milicie templi dominicaturam meam de Canibor cum omnibus suis terminis et pertinenciis in franchum alodium et unum equum bonum cum tota integre armatura mea. Concedo necnon eidem domui quidquid mobile et inmobiie a me vel ab antecessoribus meis eidem est atributum seu collatum. Dimitto et dono domui Hospitalis Iherosolimitani in servicium pauperum castrum Sancti Petri de Calanda cum terminis suis et pertinenciis et omein meam medietatem illius donativi quam retinui in Monte Rubeo et terminis ejus sicut continetur in carta archiepiscopi et clericorum Tarrachone quam eis quondam fieri feci. Concedo etiam domui Hospitalis et dono quidquid ego juris habebam vel habere poteram in omnibus illis que ex parte Petri Teresie et ejus voce aut alia aliqua racione eis exigebam super hiis que ipsi modo tenent et habent. Concedo necnon et auctoritzo eidem domui Hospitalis quidquid mobile et inmobile a me vel ab antecessoribus meis eidem est atributum et collatum aut quocumque modo ipsi habeant et teneant per donativum vel sine donativo. Dimitto ecclesiis beatorum Petri et Pauli apostolorum Rome unicuique calicem et turibulum de octo marchis argenti et sit calix bene deauratus. Dimitto domino pape quingentos aureos in ornamentis sue capelle. Dimitto ecclesie Sancti Dominici Sepulcri villam de Palafrugello et villam de Lofredo post obitum Dalmacii de Palaciolo cum suis terminis et pertinenciis ad stabiliendum per manum prioris a conventu Sepulcri V sacerdotes imperpetuum unum ante altare majus in capite alium ante altare Dominici Sepulcri alium ante altare Sancte Crucis alium ante altare Virginis Marie in valle Josaphat alium ante altare Nativitatis in Bethleem: qui utique sacerdotes stabiliantur a predictis manumissoribus meis per ecclesias Sepulcri in terra mea de redditibus predictarum villarum usque dum terra Ihierosolimitana per graciam Sancti Spiritus a christianis sit recuperata. Dimitto ordini de Cistello quingentos morabetinos ut ex hiis et ex aliis mille morabetinis quos jam ibi dedi ematur tantum honoris de redditu cujus totus conventus Cistelli semel in anno honorifice pascatur ad annuam ipsius congregacionem. Dimitto preterea jamdicto ordini mille morabetinos ad emendum incensum quod per omnes ipsius ordinis abbatias distribuatur: obsecro tamen humiliter conventum ut tanquam unum ex fratribus orationum et beneficiorum in predicta domo et in membris ejus participem me constituant quemadmodum michi jam dederunt et concesserunt. Dimitto ordini Grandimontis quingentos solidos in redditu in villa Amiliani sicut jam eis a me statutum est in completum de quibus semel in anno conventus honorifice pascatur ad annuam ipsius congregacionem. Dimitto etiam eidem ordini CCC morabetinos pro incenso emendo: et deprecor humiliter conventum ut tanquam unum ex fratribus oracionum et beneficiorum in predicta domo et in omnibus membris ejus participem me constituant quemadmodum michi dederunt et concesserunt. Dimitto ordini de Cartoxa mille morabetinos ut ex eis tantum emant honoris de cujus redditu totus conventus honorifice semel in anno pascatur ad annuam ipsius congregacionem: et deprecor humiliter conventum ut tanquam unum ex fratribus oracionum et beneficiorum in predicta domo et in omnibus membris ejus participem me constituant quemadmodum michi jam concesserunt. Dimitto monasterio de Scala-Dei quod de novo hedificari facio ad ipsum complendum si tunch completum non esset mille morabetinos: et si esset completum dimitto CL morabetinos ad unam candelam perpetuo illuminandam. Dimitto monasterio quod de novo fieri debet in Pals vel in Petra vel in quolibet alio loco ad edificandum illud mille morabetinos. Dimitto in redempcionem captivorum christianorum mille morabetinos: et volo et mando quod omnes sarraceni mei dentur redempcioni et tota eorum redemptio detur redemptionem christianorum set et si quis christianus esset in captione mea aut aliquis christianum per me vel occasione mei captum teneret mando firmiter quod sit solutus et liberatus. Dimitto mille morabetinos ad emendum thus de quo distribuantur CCC morabetinos priori Montserrato et CCC ordini de Cartoxa quatuor ceteri vero residui distribuantur per loca religiosa et per ecclesias Cathalonie et Aragone sicut predicti noverint manumissores. Dimitto Sancte Marie Rivipolli omnia mea molendina de Ripis que habeo in terminis ipsius castelli in recompensationem sepulture mee et reddo eis honorem de Barbastro sine aliqua retencione et quidquid etiam aliud in Montissono et in aliis locis terre mee habent et habere debent et etiam quidquid excambiatum michi fuit ab eis in quolibet loco totum eis concedo et excambium et totum aliud quod pro excambio michi dederant alicubi. Dimitto ecclesie Tarrachone CCC solidos imperpetuum in redditibus meis propriis Tarrachone ad operam ipsius ecclesie donec sit hedificata posteaque eidem remaneat ecclesie sub eo pacto quod teneant et stabiliant unum sacerdotem qui imperpetuum celebret divinum officium pro anima mea meorumque parentum et quod archiepiscopus quicumque fuerit tam per se quam per omnes successores et sufraganeos similiter suos per ecclesiasticum rigorem faciat hoc testamentum ratum haberi et inconvulsum et imperpetuum observari bona fide in quantum sibi permissum est secundum auctoritatem ecclesiastice censure. Dimitto singulis sedibus quatedralibus Aragone et Cathalonie CL vel CC morabetinos sicut manumissores cognoverint ad stabiliendum in singulis unum sacerdotem qui perpetuo divinum oficium celebrent pro remedio anime mee meorumque parentum preter in illis in quibus jam stabilitus est. Dimitto ecclesie Dertose ecclesiam de Alchesar cum omnibus suis ecclesiis et pertinenciis imperpetuum eo pacto quod unum sacerdotem teneant et stabiliant imperpetuum preter illum qui jam stabilitus est. Dimitto monasterio Sancti Cucufati CL morabetinos ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum. Dimitto ecclesie Ville Bertrandi CL morabetinos ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum. Dimitto opere de Sanctis Crucibus mille morabetinos eo modo quod jam statutum est per meam cartam et exceptis illis qui tunc soluti fuerint detur eis complementum M morabetinos in eo loco Montis Albi quo accipere consuevere et CL morabetinos ad unam candelam perpetuo illuminandam. Dimitto monasterio Sancti Felicis de Cadinis CCC morabetinos et Vallibone CC morabetinos qui dentur in rebus perpetuo permansuris eisdem monasteriis juxta arbitrium manumissorum. Dimitto singulis abbatiis Cathalonie L morabetinos et prioratibus XX ut dentur in ornamentis suarum ecclesiarum. Dimitto monasterio Sancti Johannis de Pinna CL morabetinos ad unum sacerdotem ibidem perpetuo stabiliendum. Dimitto etiam et absolvo eis omnem honorem emparatum a me ipso in Montisono et in aliis quibuslibet locis. Dimitto monasterio Sancti Salvatoris de Lerins CL morabetinos ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum. Dimitto monasterio de Peraman CL morabetinos ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum et tres bonos xarricos unum in Morata alium in Mediana et alium in Placentia. Dimitto Sancto Victoriano CL morabetinos ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum. Monasterio de Betola CL morabetinos ad candelam perpetuo illuminandam. Monasterio de Junchera CL morabetinos ad candelam perpetuo stabiliendam. Dimitto ad complendum monasterium de Monte Cay de fratribus ordinis Grandi Montis CCC morabetinos. Dimitto monasterio de Casulis CL morabetinos ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum concedens et autorizans imperpetuum quecumque ei data sunt et concessa. Dimitto monasterio de Sexena Untinenam cum pertinenciis suis et totum hoc quod habeo in Alcoerre et in terminis ejus post obitum Lupi de Foz ad unum sacerdotem et candelam perpetuo stabiliendos. Dimitto ecclesie Sancte Marie de Pinna de Calatajub L morabetinos. Dimitto monasterio Sancte Crucis monialium CL morabetinos ad sacerdotem stabiliendum. Concedo Sancte Marie de Tirasona illam donacionem quam ei feci ad candelam unam perpetuam illuminandam et dimitto ibidem unum calicem argenti de duabus marchis. Dimitto ecclesie Sancti Salvatoris de Cesaraugusta unum calicem argenti de tribus marchis deauratum et turibulum de tribus marchis et unam pixidem de una marcha qua Sacratisimum Corpus Christi reponatur. Concedo Sancte Marie de Osaraugusta villam de Mareta cum omni jure meo ad candelam perpetuo illuminandam et dimitto ibidem unum calicem de tribus marchis et unum turibulum de tribus marchis et unam pixidem de una marcha. Dimitto monasterio de Xalamera CL morabetinos ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum. Dimitto Sancte Marie de Monte-Serrato CL morabetinos ad sacerdotem perpetuo stabiliendum. Dimitto Sancte Marie de Roquetta CL morabetinos ad sacerdotem perpetuo stabiliendum. Dimillo Sancte Marie de Solsona unam candelam perpetuo stabiliendam de redditu honoris quem ibi dedi in Maresana de Pratis. Dimitto unicuique heremitarum de terra mea qui non egressi sunt monasteria inobedienter viginti morabetinos in ornamentis ecclesie sue. Dimitto altari dominici Sepulcri calicem unum auri de quator marchis unum turibulum argenti de quator marchis unam pixidem auri de una marcha qua Sacratissimum Corpus reponatur. Altari Sancte Marie de Bethlem unum calicem et turibulum de octo marchis argenti et pixidem de una marcha. Altari Sancte Marie de valle Josaphat unum calicem et turibulum argenti de octo marchis et pixidem de una marcha. Sancte Marie de Podio unum calicem et turibulum de octo marchis argenti et pixidem unius marche. Sancte Marie de Rochamador unum calicem et turibulum de octo marchis argenti et pixidem unius marche. Sancto Thome de Cantuaria unum calicem et turibulum de octo marchis argenti et pixidem de una marcha. Sancto Jacobo apostolo unum calicem et turibulum de octo marchis et pixidem de una marcha. Sancto Nicolao de Bar unum calicem et turibulum de octo marchis argenti et pixidem unius marche. Dimitto ecclesie Sancti Angeli de Monte Gargano unam lampadem de novem marchis argenti et CC morabetinos ad candelam unam perpetuo ibidem stabiliendum. Concedo monasterio Fontis Frigidi honorem illum quem dedi ibi ad candelam perpetuo illuminandam et unum calicem de quator marchis. Dimitto domui pauperum Sancte Christine pro servicio quod michi fecerunt et ob remedium anime mee meorumque parentum CCC solidos de redditibus in villa Jacce in propriis meis et juste redditibus aut leuzdis imperpetuum. Adhuc vero volo et mando quod omnes predicte dimissiones persolvantur de redditibus meis Dertosse et de Azcon et de toto redditu de Seros et de medietate omnium reddituum Terrachone Cervarie Tarrage et Montisalbi et de omni redditu Ville Majoris et Terracia et Calidis et de Osor post obitum Dalmacii de Crexell et de Ripis et de Pratis post obitum Guillelmi de Montepessulano et Agnetis uxoris sue et de medietate reddituum Ceritanie et Confluentis et de omni redditu castri et ville de Pinna et de omni redditu castri et ville de Mediana et castri et ville de Pratella et de omni redditu molendinorum Barchinone et Lobricati et molendinorum Gerunde et de tota medietate questie judeorum Aragone et Cathalonie. Joye vero mee et anuli et tabule auree ceteraque amminicula mea et munuscula et omne meum mobile et bestiarium vendatur juxta consilium manumissorum de quorum precio dentur quingentos morabetinos pauperibus et leprosis similiter quingentos residuum vero addatur dimissionibus supradictis juxta arbitrium eorundem manumissorum. Precipio etiam quod si in vita mea non fuerit stabilita lampas Sancti Jacobi et Sancte Thome de Cantuaria post obitum meum compleatur et stabiliatur. Mando etiam et precipio quod omne bestiarium meum quodcumque vel ubicumque sit vendatur et precium detur ad complendum solucionem supradictarum dimissionum. Precipio similiter quod omnia debita illa de quibus per me ipsum teneor primum ante omnia de istis predictis redditibus persolvantur posteaque ipsi redditus predicti dividantur et distribuantur in supra memoratis distribucionibus et dimissionibus pro ut superius declaratum est. Si quis autem querimoniam de me haberet de injuria vel de exheredatione quam ego ei facerem mando domine Sancie regine uxori mee et filio meo regi Petro et rogo etiam omnes manumissores meos prenominatos ut juxta arbitrium duorum proborum ac legitimorum militum et juxta cognicionem duorum vel trium manumissorum inquisita rei veritate omnis injuria vel exheredatio honoris vel averi ita integre conquerenti resarciatur vel emendetur quod plenam inde faciant absolucionem et remissionem anime mee meorumque parentum. Mando insuper ut si que leuzde novelle aut prave consuetudines in tota terra mea inoleverint aut a me constitute fuerint prorsus deleantur et cassentur. Preter hoc vero eligo quator manumissores in Provincia archiepiscopum aquensem et forojuliensem et Antipoli episcopos et magistrum milicie per quorum arbitrium et consilium distribuantur et dividantur ea que michi retineo pro anima mea in comitatu Provincie videlicet LX milia solidorum malgarensium in meis justis redditibus usque ad VI annos de quibus per singulos annos VI recipiantur decem milia solidorum ac distribuantur a predictis ob remedium anime mee meorumque parentum ita videlicet quod persolutis primum meis debitis in Provincia postea distribuant predicti manumissores ecclesie arelatensi mille solidos ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum ecclesie aquensi mille solidos melgarenses ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum et VII marchas argenti ad unum calicem et turibulum. Dimitto etiam ecclesie Sancti Victoris de Marsilia redditum CCC solidorum imperpetuum in loco competenti prout prenominati decreverint manumissores ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum et dimitto eidem preterea M solidos ad alium sacerdotem stabiliendum. Dimitto monasterio de Lerins mille solidos melgarenses ad unum sacerdotem perpetuo stabiliendum. Dimitto ecclesie Forojuliensi M solidos ad alium sacerdotem perpetuo stabiliendum el VII marchas argenti pro calice et turibulo. Dimitto sedi Antipolis mille solidos pro quodam presbitero stabiliendo et VII marchas argenti ad unum calicem et turibulum. Si vero istos mille solidos nollent accipere ad stabiliendum sacerdotem predicte ecclesie manumissores jamdicti vel addant quod addendum decreverint vel predictos mille solidos distribuant aliter aliis locis vel in eisdem pro anima mea. Dimitto omnibus aliis sedibus quathedralibus Provincie M solidos melgarenses ad unum in unaquaque sacerdotem stabiliendum imperpetuum et VII marchas argenti pro calice et turibulo supradicto modo et condicione. Dimitto monasterio de Cornete ad unam candelam perpetuo stabiliendam: monasterio de Silva Gana mille solidos ad unam candelam perpetuo stabiliendam: prioratui de Montecreu D solidos in ornamentis ecclesie: et Alaverna D solidos pro ornamentis ecclesie. Ecclesie Perpiniani CCC solidos pro duobus calicibus: el singulis aliis abbatiis et prioratibus Provincie CC solidos pro calicibus: de residuo vero emendent meas injurias predicti manumissores juxta arbitrium suum vel baronum vel clericorum Provincie qui per manum eorum ad hec electi forent. Si vero predicta non suficerent ad persolvendum debita mea in Provincia et dimissiones predicti manumissores accipiant postmodum singulis annis X millia solidorum usque dum omnia supradicta in integrum sint persoluta: videlicet in pedatico de Aquis duo millia solidorum de Grassa cum toto Episcopatu duo millia solidos de Forojuliensi duo millia solidos de Aquensi MM solidos de Regnensi MM solidos. Mando preterea quod sique lezde de novo vel alique prave consuetudines a me constitute fuerint in Provincia prorsus deleantur et cassentur. Retineo etiam michi in partibus Amiliani et Gavaldani XII mille solidos melgarenses per quator annos de justis et propriis redditibus meis et racionibus recipienda per manum quoque magistri Milicie in partibus illis: de quibus solutis primum meis debitis in terris illis distribuantur cetera ab ipso magistro Milicie in hunc modum: ecclesie Numatensi M solidos ad sacerdotem perpetuo stabiliendum: ecclesie Amiliani mille solidos ad sacerdotem perpetuo stabiliendum: ecclesie Rodensi M solidos ad sacerdotem perpetuo stabiliendum: hospitali de Albrach mille solidos ad sacerdotem perpetuo stabiliendum: monasterio Bonauda D solidos in ornamento sue ecclesie: singulis aliis monasteriis prioratibus et hospitalibus fundatis in predictis terris CC solidos in ornamentis ecclesie. Residuum vero si quid est distribuatur injuriis meis juxta arbitrium ipsius magistri cum duobus probis hominibus ipsius terre. Si vero deesset addantur MM solidos de supradictis redditibus singulis annis usque dum supradicta in integrum sint persoluta et completa prout in superioribus difinitum est et declaratum. Dimitto monasterio de Grassa CC solidos de redditu. Monasterio de Sancti Michaelis de Coxano CC solidos de redditu. Monasterio de Arles CC solidos de redditu. Monasterio Sancti Andree CL solidos de redditu. Monasterio de Monte Canigon CL solidos de redditu. Monasterio de Campo Retundo CL solidos de redditu. Prioratui de Corliniano CL solidos de redditu. Hec omnia stabiliantur a manumissoribus meis prout melius viderint et cognoverint in meis propriis redditibus Ceritanie et Confluentis et totius Rossilionis. Tandem rogo humiliter et obsecro in caritate et misericordia omnes archiepiscopos episcopos et universos terre mee prelatos abbates prepositos et priores de tota terra mea Aragonis Cathalonie Provincie Amiliani Gavaldani et Rodensis ut ab unoquoque sacerdote sue diocesis in remissione pecatorum meorum et parentum viginti misas faciant ad obitum meum celebrari. Et predicti manumissores sine intermissione aliqua hec fieri faciant et compleri ab omnibus prelatis quam citius poterint: hiis vero completis rogo humiliter magistrum milicie et omnes fratres ut propter amorem qui semper enituit inter patrem meum et me et iilos omnes redditus supradictarum terrarum Aragonis et Cathalonie et aliarum similiter et etiam totum illud avere et pecuniam quod ad opus mei retineo colligant integre et recipiant dividant et distribuant prout superius declaratum est juxta consilium et mandatum supradictorum manumissorum. Et si omnes insimul interesse non poterint aut in aliquo dissentirent fiat secundum saniorem partem eorum qui fidelius et rectius ob remedium anime mee meorumque parentum dividerent et distribuerent. Ad ultimum vero in hoc presenti testamento illustrem filium meum regem Petrum instituo heredem in toto regno meo Aragonis cum omnibus suis terminis et pertinentiis et in toto comitatu Barchinone cum omnibus terminis et pertinentiis suis et cum omni suo jure et directis et in comitatu Rossilionis cum omnibus terminis suis et pertinentiis et in comitatu Ceritanie et Confluentis cum omnibus terminis et pertinentiis suis et cum omni jure suo et directis et comitatu Palariensi cum omnibus terminis et pertinentiis suis et cum omni jure suo et directis et in tota Cathalonia et in omnibus que habeo et habere debeo in predicto regno et per regnum et in omnibus predictis comitatibus et per comitatus et etiam in omnibus illis directis et jure que habeo et habere debeo per me et per antecessores meos et per prememoratos comitatus in omnibus terris a civitate Biterrensi usque ad portus Aspe. Alium autem filium meum Aldefonsum instituo heredem in toto comitatu Provincie cum omnibus suis terminis et pertinentiis et in toto comitatu Amiliani Gavaldani et Rodonensi cum omnibus eorum terminis et pertinentiis et cum omni jure et directis que habeo et habere debeo per me et per predecessores meos in illis comitatibus et per illos comitatus et etiam in totum illud jus quod dominus Montis Pessulani tenet per me. Alium vero filium meum minorem Ferrandum nomine offero Deo et beate Marie ut sit monachus in monasterio Populeti. Verum si unus predictorum duorum obierit quod Deus avertat sine masculo et legitimo herede totum alteri revertatur sine aliqua retencione: et si filia superstes fuerit sit honorifice maritata quemadmodum ad eam pertinuerit. Si vero quod absit duo filii mei morerentur sine masculis et legitimis heredibus et alius filius meus superesset predicta omnia eidem integre remaneant et revertantur: si vero aliquis non superesset filius quod Deus nolit sed tantum filia revertatur eidem filie totum regnum et omnes predicti comitatus cum omnibus supradictis: et si non habuerit virum ducat cum consilio et voluntate manumissorum archiepiscoporum baronum et militum et proborum hominum terre mee. Dimitto autem illustrem filium meum regem Petrum cum regno Aragone et Cathalonie et cum omnibus aliis in posse et custodia domine Sancie regine illustrissime uxoris mee ita ut totum teneat et habeat donec filius meus rex Petrus etatis sit regnandi viginti scilicet annorum: rogo tamen et diligenti peto obsecracione ut domina Sancia regina illustrissima uxor mea propter fedus amoris et vinculum dileccionis quod est inter me et illam et semper enituit post obitum meum vivat domina et regina pre omnibus honoranda caste et sine marito: cumque prenominatus rex Petrus filius meus fuerit etatis regnandi viginti scilicet annorum vivat predicta regina continens ut dictum est et honeste sine marito habeatque integre et sine contradiccione suum sponsalicium quod ego sibi feci dedi et concessi sicut continetur in carta a me sibi concessa et corroborata sive recipiat habitum religionis sive non: sed post ejus obitum revertatur totum integre jamdicto filio meo regi Petro et ejus successoribus. Alium vero filium meum Aldefonsum comitem Provincie cum tota terra sua jamdicta dimitto similiter in posse et custodia matris sue regine donec sit XVI annorum sed interim comitet ipsum cum tota terra sua in procuracione cujusdam fidelis quem et qualem ipsamet domina regina cum manumissorum consilio elegerit de Aragone aut de Cathalonia. Mando insuper illustri filio meo Petro quod de omnibus illis dimissionibus et lexis quas facio in hoc testamento que sunt de honore sponsalicii matris sue reddat eidem tantundem de meis propriis redditibus: si ipsa vero hoc nollet restituat ei predictum honorem sponsalicii et de aliis redditibus meis restauret predictas dimissiones et lexias. Preter hec vero humili rogo deprecacione dominum Papam ut hoc testamentum sicut superius declaratum est sua roboret auctoritate et confirmet; adversus quod si quis vel si qua vel etiam filius meus rex aut alius filius Aldefonsus vel quilibet alius heres venire temptaverit subiciat illum et totam terram ejus perpetuo anathemati et a Sacro Corpore Christi faciat eum alienum donec digna satisfaccione recipiscat. Volo insuper mando et rogo dominam Sanciam reginam illustrem uxorem meam quod hoc totum sicut superius dictum est et declaratum teneri faciat et observari. Rogo similiter Terrachone archiepiscopum et omnes alios manumissores ceterosque prelatos totius terre mee Aragonis Cathalonie Provincie Gabaldani et Rodensis quod hec omnia supradicta teneri faciant et observari censura ecclesiastici rigoris et etiam si quis contra hoc testamentum venire aut aliquo modo infringere temptaverit perpetuo nisi recipuerit ipsum et totam terram ejus subiciant excomunicationi et cum Datan et Abiron in lacu mortis inferioris partem recipiat. Mando preterea illustribus filiis meis regi Petro et comiti Aldefonso ut per filialem fidem qua michi tenentur et astringuntur hoc testamentum sicut in supradictis ordinatum est ratum firmum et inconvulsibile teneant et observent imperpetuum et teneri faciant et observari. Tandem vero notanda est omnibus manumissoribus voluntas mea quod si quod vel si qua de supradictis estabilimentis aut dimissionibus completum vel completa fuerit ante obitum meum volo et mando quod ab hoc cadat vel cadant testamento et si quid defuerit compleant et compleri faciant omnibus modis. Datum Perpiniani anno Domini millessimo CXCIIII mense decembris. - Signum + Ildefonsi regis Aragone comitis Barchinone et marchio Provincie qui hoc testamentum laudo et confirmo et a predictis firmari rogo.
- Signum + infantis Petri Dei gratia filii regis Aragone qui hoc testamentum laudo et confirmo et tactis Sacrosanctis juro propriis manibus illud tenere et observare.
- Testes siquidem sunt Arbertus de Castroveteri Bernardus de Portella Gaufredus de Rochabertino Dalmatius de Crexell Guillelmus de Crexell Petrus de Turricella Assalitus R. de Urg Guillelmus de Granata Arnaldus de Foxano B. de Bellostare Guillelmus Durfortis Stephanus de Maurimon. - Sig+num Petri de Blandis notarii domini Regis qui mandato ejus hoc testamentum scripsit die et anno et mense quo supra.

Fin del tomo IV.

Notas:
millessimo CXCIIII: 1194.
Sancti Petri de Calanda: Samper de Calanda, Sant Pere, Sancti Petri.
Monte Rubeo: Monte royo, Monte rojo, Monroyo, Mont-Roig.
ordini de Cartoxa: orden de Cartuja, los cartujos.
ordini de Cistello, Cistelli : Císter, cisterciense.
Fontis Frigidi: Fuente fría, Fuenfría, Font Freda, Fontfreda.
ordinis Grandi Montis: orden de Montesa, Montessa.
Monasterio Sancti Johannis de Pinna: monasterio de San Juan de la Peña.
Sexena, Untinenam; Alcoerre: Sijena, Ontiñena; Alcubierre, Alcover, Alcoverre, etc.

jueves, 23 de mayo de 2019

FUNDACIÓN Y DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DE PANO


2.81. FUNDACIÓN Y DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DE PANO
(SIGLO VIII. SAN JUAN DE LA PEÑA)

FUNDACIÓN Y DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DE PANO  (SIGLO VIII. SAN JUAN DE LA PEÑA)


En los momentos inmediatamente posteriores a la conquista musulmana de Zaragoza, la principal ciudad del valle medio del Ebro, no era extraño advertir la presencia de pequeños grupos de cristianos huidos y escondidos en bosques, cuevas y montes que esperaban a ver cómo se desarrollaban los acontecimientos por si podían regresar a los hogares que habían abandonado de manera precipitada. Estos fugitivos solían reunirse para llorar sus penas, solicitar la ayuda de Dios y ayudarse unos a otros. Fue en una de estas reuniones cuando, ante la permanencia de los moros en la ciudad, surgió la idea de reconquistar las tierras perdidas y tratar de fundar una ciudad cristiana.
Animados por esta ilusionante idea, los cristianos huidos —que conocían perfectamente la zona, pues no en vano era su casa— escogieron una cumbre inaccesible, la cima del monte Pano, como lugar de asentamiento de su primera ciudad tras la invasión agarena. Dicho monte, que situado entre Santa Cruz de la Serós y Botaya, está coronado en su cima por una extensa llanura, por lo que el trazado y la construcción fueron fáciles, máxime cuando aún hoy por allí abundan la piedra y la madera. Se dieron cita en aquel lugar familias enteras que se rigieron por los antiguos usos y costumbres bajo la protección de la Cruz, el auténtico símbolo de su fe.
No tardó mucho en llegar la noticia de la existencia de esta nueva y pequeña comunidad a oídos de Abdelaziz, gobernador musulmán de Zaragoza, quien, temeroso de que aquel intento pudiera constituir algún peligro, dispuso inmediatamente un ejército, capitaneado por Abdemelic, para tratar de someter a la ciudad de Pano.

Cuando los cristianos advirtieron la presencia del ejército musulmán se aprestaron a defender sus casas. En principio, las dificultades para acceder al lugar escogido pudieron mantener a salvo sus casas y enseres por un cierto espacio de tiempo, pero finalmente acabó imponiéndose el mayor poderío humano y bélico del ejército atacante, que penetró en la ciudad y la arrasó por completo, frustrando así el sueño de aquellas familias.
Nada quedó en la ciudad de Pano, salvo esta historia.

[Martínez y Herrero, B., Sobrarbe y Aragón..., I, págs. 46-48.]


El Real Monasterio de San Juan de la Peña situado en Botaya, al suroeste de Jaca, Huesca, Aragón (España), fue el monasterio más importante de Aragón en la alta Edad Media. En su Panteón Real fueron enterrados un buen número de reyes de Aragón. Forma parte del camino aragonés del Camino de Santiago. Su enclave es extremadamente singular.


Cuenta la leyenda, que un joven noble de nombre Voto (en algunas versiones, Oto), vino de caza por estos parajes cuando avistó un ciervo. El cazador corrió tras la presa, pero ésta era huidiza y al llegar al monte Pano, se despeñó por el precipicio. Milagrosamente su caballo se posó en tierra suavemente. Sano y salvo en el fondo del barranco, vio una pequeña cueva en la que descubrió una ermita dedicada a San Juan Bautista y, en el interior, halló el cadáver de un ermitaño llamado Juan de Atarés. Impresionado por el descubrimiento, fue a Zaragoza, vendió todos sus bienes junto a su hermano Félix se retiró a la cueva, e iniciaron una vida eremítica.

Este sería el inicio del Monasterio del que escribía don Miguel de Unamuno:

...la boca de un mundo de peñascos espirituales revestidos de un bosque de leyenda, en el que los monjes benedictinos, medio ermitaños, medio guerreros, verían pasar el invierno, mientras pisoteaban la nieve jabalíes de carne y hueso, salidos de los bosques, osos, lobos y otros animales salvajes.

Claustro de San Juan de la Peña.
Claustro de San Juan de la Peña.


Se habitan estas montañas poco después de la conquista musulmana, al construir el castillo de Pano, destruido en el año 734. El origen legendario del Reino de Aragón también encuentra en el monasterio cueva de San Juan de la Peña su propia historia, cuando reunidos los guerreros cristianos junto a Voto y Félix deciden por aclamación nombrar a Garcí Ximénez su caudillo que les conducirá a la batalla por reconquistar tierras de Jaca y Aínsa, lugar este donde se produjo el milagro de la cruz de fuego sobre la carrasca del Sobrarbe.

Reinando en Pamplona García Íñiguez y Galindo Aznarez I, conde de Aragón, comienzan a favorecer al Monasterio. El rey García Sánchez I concedió a los monjes derecho de jurisdicción, y sus sucesores hasta Sancho el Mayor, continuaron esta política de protección. Allí pasó sus primeros años San Íñigo. En el reinado de Sancho Ramírez de Aragón adquiere su mayor protagonismo llegando a ser panteón de los reyes de Aragón.

Fueron devastadores los incendios de 1494 y 1675. A raíz del último de ellos, se construyó el Monasterio Nuevo. El Monasterio Antiguo fue declarado Monumento Nacional el 13 de julio de 1889 y el Monasterio Moderno el 9 de agosto de 1923. La restauración fue dirigida por el arquitecto modernista aragonés Ricardo Magdalena.

Probablemente existiera algún tipo de cenobio anterior al siglo XI, pero la construcción de mayor importancia empieza el año 1026 por iniciativa de Sancho el Mayor. En el año 1071 el rey Sancho Ramírez cede el conjunto existente a los monjes cluniacenses y favorece su reforma. En este momento se levanta el conjunto que hoy queda, en mayor o menor medida. La reforma benedictina de Cluny no podía obviar la construcción de un claustro que se finalizará ya entrado el siglo XII.

A finales del siglo XI son un conjunto de capiteles de influencia jaquesa del claustro con temas de animales fantásticos y algunos motivos geométricos y vegetales donde destacan los roleos. Un segundo grupo, formado por veinte capiteles, fue encargado en el último tercio del siglo XII al llamado maestro de San Juan de la Peña, autor anónimo, también conocido como Maestro de Agüero, probablemente para sustituir otro anterior.​ El pequeño recinto ofrecía un cerramiento diáfano en forma de arcadas separadas por columnas. Los arcos se veían rematados con cenefas con el típico taqueado jaqués.

El Maestro desarrolla un programa sobre escenas bíblicas donde aparecen entre otras el Anuncio a los pastores, la Natividad, la Anunciación, la Epifanía, el Bautismo y la Circuncisión de Jesús, la Última Cena, episodios sobre Caín y Abel, la Creación de Adán y Eva, así como su Reprobación y posterior condena al trabajo. Seguramente el maestro de Agüero solo elaboró los capiteles para dos alas del claustro ya que a finales del siglo XII el monasterio entró en franca decadencia. El programa iconográfico que plantean los 26 capiteles que conservamos parece enfocar la Salvación a través de la Fe escogiendo los episodios más significativos para ello.

Se trabaja con bajorrelieves casi todos dominados por un horror vacui muy acentuado que provoca contorsiones en algunas figuras que superan el propio marco sacando un brazo como en la escena de Jesús y los Apóstoles. Los gestos son exagerados, casi teatrales, acentuando los ojos y la boca, y confiriendo narratividad a las escenas. En cuanto a las formas, estas se someten a esquemas geométricos que dominan desde la configuración del rostro o los pliegues de los paños, hasta los movimientos de caballos o de la misma agua que se vierte de un jarro a otro.

En el piso superior se encuentra el Panteón real. En él, durante cinco siglos se enterraron algunos de los monarcas de Aragón y de Navarra. Su aspecto actual data del siglo XVIII.

En San Juan de la Peña, los reyes de Aragón fueron sepultados en tumbas de piedra colocadas en tres órdenes superpuestos, desde la roca hacia afuera, presentando a la vista solo los pies del féretro. El panteón real ocupa las dependencias de la antigua sacristía de la iglesia alta, que data del siglo XI; fue reformado por Carlos III en 1770, siguiendo las indicaciones de don José Nicolás de Azara y del conde de Aranda, quien quiso ser enterrado en el atrio. La reforma solo afectó a la decoración, quedando los sepulcros en el mismo lugar; se levantó delante de ellos una pared en la que se colocaron láminas de bronce con las inscripciones correspondientes, se distribuyó por la sala profusión de estucos y mármoles, colocando en la pared frontera unos medallones con relieves que representan escenas de legendarias batallas.

Alberga los restos de algunos monarcas navarros que reinaron en Aragón, de los primeros condes aragoneses y de los tres reyes iniciales de la dinastía ramirense, Ramiro I, Sancho Ramírez, Pedro I, junto con sus esposas.

En 1889 se le otorga el título de Monumento Nacional que en 1920 es completado con la declaración por parte del rey Alfonso XIII como Sitio Nacional. Ya el 2 de febrero de 2004, el Gobierno de Aragón completa su declaración como Bien de interés cultural con la protección del conjunto monástico y su entorno.

La mayor parte del fondo documental del Monasterio se trasladó al Archivo Histórico Nacional de Madrid, donde se encuentra en la sección de Clero. Atendiendo a los trabajos publicados, la documentación se divide en tres grandes grupos:

Textos más antiguos, entre 507 y 1064, que se recogen en el Cartulario de San Juan de la Peña.
Documentos fechados entre 1064 y 1194.
Documentos fechados entre 1195 y finales del siglo XV.

Según la leyenda española sobre el Santo Grial, este permaneció en el monasterio, después de pasar por diversas ubicaciones como la cueva de Yebra de Basa, monasterio de San Pedro de Siresa, iglesia de San Adrián de Sásabe, San Pedro de la Sede Real de Bailo, la Catedral de Jaca, desde 1071 hasta 1399.

La necesidad de atraer a los peregrinos a Santiago que pasaban por el cercano camino de Jaca al monasterio aconsejó que en él se ubicara la reliquia. En 1399 el rey Martín I se llevó el vaso sagrado al palacio de la Aljafería de Zaragoza, donde estuvo más de veinte años, después de una breve estancia en Barcelona, acompañando al rey y posteriormente se trasladó a la Catedral de Valencia.

El primer lugar en España donde se celebra con el rito Romano es en el Reino de Aragón en el monasterio de San Juan de la Peña, el 22 de marzo de 1071, durante la estancia del Santo Cáliz en el monasterio y a continuación se oficializa en el resto del reino, sustituyendo al rito mozárabe.

Martínez y Herrero, Bartolomé (1866). Sobrarbe y Aragón : estudios históricos sobre la fundación y progreso de estos reinos, hasta que se agregó á los mismos el Condado de Barcelona. pp. 54-59. http://bibliotecavirtual.aragon.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=3703

Enríquez de Salamanca, Cayetano, Rutas del románico en la provincia de Huesca, Las Rozas (Madrid), 1987, pág. 42, ISBN 84-398-9582-8.

Lapeña Paúl, Ana Isabel (1997). «Documentos en romance del Monasterio de san Juan de la Peña (primera serie, siglo XIII-1325)». Alazet, 9, pp. 215-249.

La introducción del rito romano en Aragón y Navarra.




  • Sitio web oficial del Monasterio de San Juan de la Peña (en español, francés e inglés)


  • http://www.jacetania.es/jacetaneas/opencms/site/web/conoce_la_comarca/jaca/botaya/?comboIdiomas=spanish

    lunes, 22 de junio de 2020

    259. LA REINA SANCHA FUNDA EL MONASTERIO DE SIGENA


    259. LA REINA SANCHA FUNDA EL MONASTERIO DE SIGENA
    (SIGLO XII. VILLANUEVA DE SIGENA)

    259. LA REINA SANCHA FUNDA EL MONASTERIO DE SIGENA  (SIGLO XII. VILLANUEVA DE SIGENA)


    A fines del siglo XII, las órdenes militares del Hospital (o de San Juan de Jerusalén) y del Temple estaban de moda en Aragón, tanto por la importancia adquirida tras el testamento de Alfonso I el Batallador como por la fama ganada en la defensa de los Santos Lugares y en varias acciones reconquistadoras en tierras del Ebro.

    Entre ambas, el espíritu femenino eligió aquella que mejor parecía satisfacer sus anhelos, ya que les brindaba la oportunidad de dedicarse a las funciones caritativas para con los enfermos de su sexo. Así es que cuando la reina doña Sancha, esposa de Alfonso II de Aragón, decide fundar el monasterio de Sigena para recogimiento de damas de la nobleza como monjas hospitalarias el fermento es enorme.

    Existía ya una congregación masculina hospitalaria en Sigena y allí tuvo lugar un hecho extraordinario que fue decisivo para elegir el enclave definitivo y actual. La zona era pantanosa y propicia para el pastoreo, de modo que, durante varios días, un toro venía separándose sistemáticamente de la manada. 
    El pastor, extrañado por el hecho tantas veces repetido, decidió seguirle una tarde, hallándole en total quietud observando una imagen de la Virgen en medio de uno de los islotes. Con gran fervor por parte de los habitantes de la comarca, se llevó la imagen a la iglesia del pueblo, pero una y otra vez desaparecía para volver a la pequeña isla.

    Llegó a la corte la noticia del prodigio y la reina doña Sancha, que andaba buscando entonces un lugar adecuado donde erigir su cenobio hospitalario, no lo dudó, puesto que estaba claro que la Virgen deseaba permanecer en el lugar elegido por ella, por lo que había que acondicionarle un abrigo decoroso, levantarle un altar, una iglesia, un monasterio entero.

    La construcción del monasterio en Sigena motivó el traslado del pueblo existente aguas abajo del río Alcanadre, dando lugar a la «villa» nueva de Sigena, o sea, Villanueva de Sigena. El nuevo cenobio, aparte de su acción religiosa y asistencial se destacaría como centro organizador y repoblador de la comarca entonces semidesierta de los Monegros.

    [Ubieto, Agustín, El Real Monasterio de Sigena..., págs. 16-17.]


    jueves, 14 de noviembre de 2019

    LOS AFECTOS CASTELLANOS DE LA REINA SANCHA


    155. LOS AFECTOS CASTELLANOS DE LA REINA SANCHA
    (SIGLO XII)

    LOS AFECTOS CASTELLANOS DE LA REINA SANCHA  (SIGLO XII)


    Doña Sancha de Castilla, esposa del rey de Aragón Alfonso II el Casto, fue fundadora del real monasterio de Sigena para acoger a las damas de la nobleza aragonesa, importante cenobio que encomendó a la orden religioso-militar de San Juan de Jerusalén y que repobló y puso en explotación una buena parte de los poco poblados Monegros.

    La reina —la santa reina doña Sancha era llamada en ocasiones por los suyos— gozó en vida de excelente fama entre sus súbditos aragoneses, así como de su estima, aunque también concitó, como es lógico, algún rechazo. A la muerte del rey aragonés, su marido, acaecida no mucho antes de la batalla de Alarcos, la reina doña Sancha tuteló con prudencia a su hijo Pedro, entonces todavía adolescente, e influyó de una manera decisiva en los asuntos políticos e institucionales del reino aragonés, pasando a las páginas de la historia como una de sus mejores reinas.

    El rey Alfonso II de Aragón —a pesar de la gran influencia ejercida por su mujer, de origen castellano— había maquinado cuanto le fue posible en perjuicio del rey de Castilla, Alfonso VIII, con el que, no obstante, concertó el tratado de Cazorla, en virtud del cual aragoneses y castellanos fijaban las tierras a reconquistar en el futuro frente a los enemigos comunes, los musulmanes.

    Dicen las crónicas castellanas que la reina doña Sancha amaba apasionadamente —en silencio y sin confesión explícita de sus sentimientos— al rey Alfonso VIII sobre todos los demás hombres (incluso en vida de su esposo), de modo que no dudó en ayudarle una vez muerto el rey, su marido, aunque siguió manteniendo en secreto el amor que le profesaba.

    Así parece o quiere explicarse cómo Pedro II de Aragón —movido por el consejo de su prudente madre y acompañado de sus nobles vasallos— se unió inseparablemente a Alfonso VIII de Castilla, participando ambos, entre otras muchas lides, junto con Sancho VII de Navarra, en la victoriosa batalla de las Navas de Tolosa contra los almohades, la penúltima gran gesta militar de la Reconquista.

    [Charlo Brea, Luis, Crónica latina delos Reyes de Castilla, pág. 16.]


    Sancha de Castilla (Toledo, 21 de septiembre de 1154 o 1155-Villanueva de Sigena (Huesca), 9 de noviembre de 1208), hija de Alfonso VII de León y de su segunda esposa, Riquilda de Polonia, fue infanta de Castilla y reina consorte de Aragón (1174–1206).

    Fue la primera reina de Aragón en utilizar un sello regio. Sus características son similares a las de los sellos que usó Alfonso II de Aragón, su marido, y muestra en sendas caras una imagen de la reina entronizada con una flor de lis en una mano en el anverso, y en el reverso otra ecuestre montando a la amazona con vestiduras femeninas. Esta iconografía muestra la relación de la reina con la autoridad real de su esposo.


    Destacó su labor como mecenas de las artes, que se evidencia no solo en la originalidad del sello que ostentó, sino en la fundación del monasterio de Sigena, que tuvo la función de panteón de los reyes aragoneses. Participó activamente en la administración de monasterio, donde probablemente se retiró al enviudar, al cual hizo muchas donaciones.

    Testó en 1208 ordenando su enterramiento en la capilla de San Pedro en el monasterio, donándole sus joyas, una tela de seda, la reliquia del dedo del Señor, judíos de Huesca, Zaragoza, Calatayud y Alagón, además de bienes en Calamocha y en Cambor de Pina.​ Debió fallecer poco después del 6 de noviembre de 1208 fecha en la cual aparece por última vez, figurando a partir de esa fecha la priora del monasterio así como su hijo el rey Pedro haciendo varias donaciones y confirmando las que había hecho su madre.

    Matrimonio y descendencia:

    El 18 de enero de 1174 se casó en la catedral de Zaragoza con el rey Alfonso II de Aragón, roborando diplomas a partir de entonces como regina Aragonie, comitissa Barcinone et marchissa Provincie
    De este matrimonio nacieron:

    Pedro II de Aragón (1178–1213), rey de Aragón y conde de Barcelona;
    Constanza (1179–1222), casada en 1198 con Emerico I de Hungría y en 1210 con Federico II Hohenstaufen, Sacro Emperador Romano Germánico, rey de Sicilia y de Jerusalén;
    Alfonso (1180–1209), conde de Provenza, con el nombre de Alfonso II;
    Leonor (1182–1226), casada en 1202 con Ramón VI de Tolosa:
    Sancha (1186–1241), casada en 1211 con Ramón VII de Tolosa;
    Sancho, muerto joven.
    Ramón Berenguer, muerto joven.
    Fernando (1190–1249), sacerdote y abad en el monasterio de Montearagón.
    Dulce (1192–¿?), monja en el monasterio de Sigena.

    lunes, 22 de junio de 2020

    262. LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA FE


    262. LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA FE
    (SIGLO XIV. ZARAGOZA)

    262. LA FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE SANTA FE  (SIGLO XIV. ZARAGOZA)


    Los monjes del monasterio de Fuenclara —cenobio que cierta tradición sitúa en las proximidades del río Cinca, en la diócesis de Lérida— estaban siendo molestados constantemente por los hombres de los condes de Urgell, así como permanentemente por los bandoleros que tenían atemorizada la comarca.

    Ante una situación tan difícil como aquella y tras mucho meditarlo, decidieron aceptar la propuesta que les hizo Miguel Pérez Zapata, señor de Cuarte, Cadrete y Purroy, y, a la sazón, gobernador de Aragón: les ofrecía que se trasladaran a una pequeña ermita levantada en Santa Fe, junto a Zaragoza, en el lugar que llegaría a ser importante monasterio cisterciense.

    La comunidad de Fuenclara —ante los reiterados ataques que padecía y deseando vivir en paz para dedicarse por completo a la oración— encomendó a dos de sus más jóvenes monjes para que viajaran a inspeccionar el lugar que se les brindaba. Nada más salir del convento para emprender el viaje, fueron perseguidos y hostigados por los hombres del conde de Urgell (Urgel) hasta acorralarlos en la orilla del río Cinca, desbordado por las recientes lluvias torrenciales y, por lo tanto, imposible de vadear. Cuando estaban a punto de ser alcanzados por sus perseguidores, y ante la admiración y el asombro de aquellos desalmados, ambos monjes lograron atravesar el río tendidos sobre las cogullas de sus hábitos, que hicieron de embarcación segura.

    Una vez solventado el peligro prosiguieron viaje hacia Zaragoza y de allí a Santa Fe, donde inspeccionaron el terreno. Estaba situado en la huerta que riega la Huerva y el paraje era rico y feraz, capaz de proporcionar el alimento necesario a la comunidad, así es que fue de su agrado.
    Regresaron los dos monjes emisarios a su convento de Fuenclara y relataron a sus compañeros la excelencia del paraje que se les ofrecía, de modo que la comunidad entera decidió trasladarse a Santa Fe, donde crearon el monasterio que sería nuevo reducto de sus rezos.

    [Zapater, Alfonso, Aragón...., tomo 15, págs. 2243-2244.]

    257. FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE TRASOBARES


    257. FUNDACIÓN DEL MONASTERIO DE TRASOBARES
    (SIGLO XII. TRASOBARES)

    La imagen de la Virgen que los mozárabes de Trasobares habían perdido en el siglo XI les fue devuelta en cuanto Alfonso I el Batallador reconquistó el castillo de este pueblo, pues es sabido por medio de la leyenda cómo el propio rey Sancho Ramírez la había llevado personalmente al monasterio de San Pedro de Siresa para ponerla a salvo de los moros.

    El retorno de la talla de madera a Trasobares constituyó un verdadero acontecimiento en el pueblo y en la comarca, pues sus habitantes recuperaban parte de sus raíces, pero el hecho hubiera pasado más o menos desapercibido de no ser por los hechos que se sucedieron poco después, durante la minoría de edad de doña Petronila, la hija de Ramiro II el Monje.

    En efecto, doña Toda Ramírez —una importante e influyente dama que pertenecía a la nobleza castellana y estaba emparentada con la casa real de Aragón— se presentó en la corte aragonesa con la pretensión de solicitar ayuda para fundar un monasterio dedicado exclusivamente a albergar mujeres pertenecientes a la nobleza, cenobio que tenía pensado someter a la regla del Cister.

    Antes de convencer a la reina y al conde de Barcelona, viajó a Francia para entrevistarse personalmente en París con el mismo san Bernardo, que escuchó a la dama castellana, aceptó complacido la idea y concedió gustoso su placet, así es que con la probación en la mano doña Toda Ramírez regresó a Aragón. En la corte aragonesa, fue oída por la joven reina doña Petronila a la que convenció no sólo para que diera su aprobación, sino también para que donara el terreno y dotara al nuevo cenobio de algunos bienes para su mantenimiento.

    A la hora de buscar el lugar idóneo para levantar el monasterio, el hecho de estar como estaban todavía frescos los acontecimientos de la devolución de la Virgen a los vecinos de Trasobares favoreció la elección de un paraje recogido a la vera del río Isuela que surge del Moncayo, aprovechando la existencia de la ermita de la Virgen, que pronto pasó a presidir la sala capitular del nuevo monasterio, de donde le vendría el nombre de Nuestra Señora del Capítulo.

    [Pérez Gil, Miguel Ángel, El habla..., pág. 127.]