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martes, 30 de abril de 2019

LA RECONQUISTA DE EJEA POR LOS SOLDADOS FRANCESES


2.27. LA RECONQUISTA DE EJEA POR LOS SOLDADOS FRANCESES (1095)
(SIGLO XI. EJEA DE LOS CABALLEROS)

En tiempos en los que regía los destinos de Aragón el rey Sancho Ramírez, el ejército cristiano aragonés trató una y otra vez de conquistar por la fuerza de las armas la ciudad de Ejea sin éxito alguno, pues tanto la enorme valía y la bizarría de los soldados musulmanes como la situación privilegiada de la que gozaba el enclave de la murada plaza impedían un asalto definitivo con ciertas garantías.
Afortunadamente, cuando los soldados aragoneses estaban a punto de perder toda esperanza de victoria, llegaron de Gascuña el conde de Bigorra, don Gastón de Espés y otros muchos nobles y caballeros franceses con sus propias huestes perfectamente armadas. Éstos, una vez se hubieron percatado de la situación real —muy difícil por cierto—, aconsejaron humilde y sabiamente al rey que hiciera una promesa a san Geraldo, santo del que eran muy devotos los guerreros franceses. De esta manera, le hablaron pormenorizadamente al rey aragonés del monasterio de Selvamayor, situado en plena Gascuña, donde se guardan los restos de tan venerado santo, bien conocido y aclamado por su demostrado poder milagroso. (Abbaye de La Sauve-Majeure)
Sancho Ramírez, deseoso de tomar Ejea a toda costa para proseguir el avance reconquistador en otros frentes, prometió que, en caso de obtener la fortaleza, entregaría al santo las primicias de pan, vino, olivas, lino y de todas las riquezas de la tierra. Así es que el ejército aragonés, confiado en el poder intercesor de san Geraldo ante Dios y en el apoyo de los franceses, se dispuso para la batalla final lleno de fe en la victoria. La lucha por la hasta entonces inexpugnable Ejea —que sin duda hubo de ser muy intensa— terminó con la muerte de todos los infieles a manos cristianas, con lo que la población cayó y quedó en poder del monarca aragonés.
La calma se hizo en el campamento del gozoso rey Sancho Ramírez, quien, fiel a la palabra que había empeñado ante los muros ejeanos, satisfizo la promesa que le hiciera al santo y para ello mandó construir dentro ya de la ciudad tomada una iglesia, casa y cementerio (lo que se denominó en adelante como «Abadía de Ejea»), donde se recogerían y guardarían desde entonces los frutos de las primicias prometidas.
[Ferrer y Racax, Joseph F., Idea de Exea, págs. 62-66.]

LA RECONQUISTA DE EJEA POR LOS SOLDADOS FRANCESES (1095)  (SIGLO XI. EJEA DE LOS CABALLEROS)




Ejea de los Caballeros (Exeya d'os Caballers en aragonés) es una villa y un municipio español, de la provincia de Zaragoza y la comunidad autónoma de Aragón, situado en la comarca de las Cinco Villas en el partido judicial homónimo. Dista 72 km de la capital provincial, Zaragoza, y 43 km de Tudela (Navarra).


Con una superficie de 609,92 km², es el segundo municipio más extenso de Aragón. Tenía una población de 16 605 habitantes (INE 2018), lo que le convierte en el cuarto más poblado de la provincia.

Actualmente, el municipio de Ejea de los Caballeros comprende las siguientes localidades:3​ Bardenas, El Bayo, Ejea de los Caballeros, Farasdués, Pinsoro, El Sabinar, Rivas, Santa Anastasia y Valareña.

Por su extensión se trata de uno de los municipios españoles más extensos, siendo su superficie de 609,92 km2.

El término municipal incluye los núcleos habitados de Farasdués y Rivas, junto con los pueblos de colonización de Pinsoro, El Bayo, Bardenas, Valareña, Santa Anastasia y El Sabinar. Limita al norte con Sádaba, Biota, Luesia y Asín; al este, con Orés, Luna y Castejón de Valdejasa; al sur, con Tauste; y al oeste, con las Bardenas Reales, en Navarra.

El origen geológico del territorio que hoy ocupa Ejea de los Caballeros se remonta al comienzo de la Era Terciaria, en lo que los especialistas han llamado el «paroxismo alpino».

Justo en la zona donde en la actualidad se sitúa Ejea, se produjo un hundimiento, que se cubrió con posterioridad con materiales miocénicos (margas, arcillas, arenisca y calizas) de una antigüedad en torno a los 22 millones de años. La fineza de esos materiales facilitó la acción de la erosión diferencial, que a lo largo de miles de años configuró este territorio con unas formas dominadas por la planitud del terreno.

Así pues, Ejea se ubicó en el centro de una depresión cubierta después por sedimentos cuaternarios, de hace un millón de años, que tiene relación con el sistema fluvial de terrazas Arbas-Riguel. Como consecuencia de todo ello, el relieve ejeano es predominantemente llano, salteado tan sólo por suaves elevaciones. Ejea se encuentra a 320 msnm, altitud baja si se compara con los 525 msnm de la vecina villa de Luna o con los 745 msnm de la Sierra de Erla y los Montes de Sora.

Ejea tiene un clima de tipo continental, aunque suavizado con ligeros matices del clima mediterráneo. Se caracteriza por sus temperaturas extremas, la escasez e irregularidad de las precipitaciones y la limpieza atmosférica gracias a los vientos. El clima es de los más duros de España, con temperaturas muy bajas en invierno que pueden alcanzar los 18 °C bajo cero y temperaturas superiores a los 40 °C en verano.

La temperatura media anual es de 14 °C. Los meses más fríos son enero y febrero con medias menores de 5 °C, aunque se dan baremos absolutos que descienden por debajo de 0 °C, sobre todo en invierno. La media de temperatura de noviembre a enero es inferior a los 10 °C, pero se producen con frecuencia heladas hasta bien entrado el mes de mayo.

Los meses más calurosos son julio y agosto, aunque ya desde finales de junio se produce un aumento notable de las temperaturas. La media en el verano es de 23 °C, sin descartar los días en que el termómetro alcanza los 40 °C. Esta rigurosidad térmica se suaviza en otoño.

La media de lluvias de Ejea es de 468 mm anuales, siendo mayo el mes más lluvioso seguido de la estación otoñal, en forma de gota fría. Por el contrario, el verano es el periodo más seco, humedecido sólo con esporádicas tormentas de origen térmico.


Río Arba de Biel a su paso por Ejea.
El viento es un meteoro muy característico de la zona. El viento del norte encajonado en el valle del Ebro origina el llamado «cierzo», que llega a alcanzar grandes velocidades y provoca una sensación térmica muy fría en invierno pero refrescante en verano. En verano, sobre todo, sopla el viento del sureste, el llamado «bochorno», que contribuye al aumento de las temperaturas.

Tanto el relieve como el clima hacen que el régimen hidrográfico sea un tanto irregular, con una pertinaz sequía en verano, sólo rota por las riadas provocadas por las tormentas y con un aumento del caudal en primavera y otoño. Todas estas peculiaridades se reflejan en los ríos que atraviesan el término municipal de Ejea de los Caballeros: Riguel, Arba de Luesia y Arba de Biel. Estos dos últimos se unen en un solo río Arba ya cerca del casco urbano de Ejea.

En el territorio de Ejea de los Caballeros se dan bastantes casos de endorreísmo como consecuencia de la impermeabilidad del suelo, sobre todo en zonas donde se concentra material calizo. Hay una buena muestra de estancas, lagunas y balsas, dotadas de diversas dimensiones y peculiaridades: el lagunazo de El Moncayuelo, el de Bolaso, la estanca de El Gancho y El Sabinar, y el pantano de San Bartolomé, además de otros núcleos de menor entidad.

También existen algunos manantiales. El más famoso de ellos es el de Bañera, aunque en el extenso término municipal encontramos numerosas fuentes.

A pesar de la intervención del hombre modificando el terreno, aún quedan en Ejea algunos restos de la vegetación original. Existe abundante monte bajo (coscojo, tomillo, romero) y algunas manchas espesas de arbolado, sobre todo pino carrasco (en la Bardena). En los márgenes de los ríos hallamos tamarices en las zonas de inundación, además de sauces y chopos.

No obstante, la construcción del embalse de Yesa y del canal de las Bardenas, que convirtió en regadío la mayor parte del término estepario de Ejea, terminó con la mayor parte del medio natural no humanizado.

Los arqueólogos han encontrado en estas tierras indicios de épocas tan pretéritas como la Edad del Bronce, el periodo Calcolítico o incluso el Neolítico. Se han descubierto huellas de la actividad humana desde el 8000 a. C. En concreto, se han hallado restos en el yacimiento arqueológico existente en la parte alta de la villa, localizado ante la iglesia de Santa María, en pleno barrio de la Corona.

Edad Antigua
Sin embargo, los primeros datos históricos relativos a Ejea aparecen con la presencia en el lugar de los suesetanos, un pueblo de lengua celta relacionado con la gran tribu belga de los suesones, y que da a Ejea el primer nombre que nos es conocido, Segia, del que deriva el nombre actual. Sin embargo, los historiadores no tienen clara la importancia de la población de Segia dentro del territorio suesetano, desconociéndose por el momento si se trataba de su capital, de una ciudad importante o de un núcleo menor.

En este sentido, se ha defendido la identificación de Segia con la capital de los suesetanos, Corbio, que fue arrasada por un Ejército romano al mando del cónsul Terencio Varrón en el año 184 a. C., tras lo cual el territorio suesetano fue cedido a los vascones.

Época romana
Después de que Roma asumiese el control directo del territorio vascón, tenemos constancia de un documento, el llamado «Bronce de Ascoli», en el que, en el marco de la guerra social —de 91 a. C. a 89 a. C.—, Cneo Pompeyo Estrabón concedió la ciudadanía romana a nueve jinetes suesetanos o vascones de Segia, integrados en la llamada «Turma salluitana», como premio a sus actividades militares en dicha guerra.4​

Tanto bajo la República romana como bajo el Imperio romano, Segia y otras localidades de las Cinco Villas, como Tarraca —posiblemente Los Bañales de Uncastillo—, fueron objeto de una intensa romanización, motivada además por el hecho del intensivo cultivo en los llanos de la zona de trigo y otros cereales. La calzada Caesaraugusta (Zaragoza)-Pompelo (Pamplona) constituyó la columna vertebral de las comunicaciones que atravesaban sus tierras. Asimismo, los romanos extendieron una red de vías secundarias que daban acceso a las villas y los asentamientos de la población.

Cabe suponer que Ejea se viese afectada por las revueltas de los bagaudas en el siglo V, aunque carecemos de citas documentales al respecto, ya que los disturbios y enfrentamientos producidos se centraron en Hispania en el valle del Ebro, en especial en sus zonas alta y media —saqueos de Tarazona y Zaragoza, por ejemplo.

Edad Media
La caída del Imperio Romano supuso para Ejea un periodo de decadencia. A partir del año 545, su territorio entró en un proceso de despoblación y de disminución de la vida socioeconómica. En este contexto, el área de Ejea quedó bajo el dominio de un terrateniente hispanorromano, el Conde Casio.

Los visigodos hispanorromanos llamaron a la ciudad Egessa, denominación que aparece en algunas monedas.


Representación de Sancho Ramírez, quien intentó, sin éxito, reconquistar la villa en 1091.
La llegada de los musulmanes a la zona se produjo en 714, tres años después de su desembarco en la Península Ibérica. Aplicando una política de conversión, los musulmanes llegaron a un pacto con el Conde Casio: éste se convirtió al Islam, manteniendo todas sus posesiones pero rindiendo pleitesía al nuevo poder. De este modo, nació la dinastía muladí de los Banu Qasi. Bajo la dominación musulmana, la ciudad recibió el nombre de Siya.

En el posterior marco de la Reconquista, el rey de Pamplona Sancho Garcés I quiso arrebatar Siya a los musulmanes en los años 907-908, lo mismo que Sancho Ramírez en 1091, en ambos casos sin éxito. No sería hasta el año 1105 que Alfonso I el Batallador recuperase la villa para los reinos cristianos, pasando a denominarse Exea.

El historiador Jerónimo Zurita, en sus Anales de la Corona de Aragón, refiere que Alfonso I «lo primero que se acometió fue poner cerco sobre la villa de Ejea, lugar principal a la frontera de Navarra dentro de los límites de la región antigua de los vascones, y ganóla a los moros... Y allí se afirma que en aquél lugar tomó el título de emperador».​ Además de los pobladores cristianos, Exea se nutrió con la llegada de los judíos, cuya presencia aparece reflejada en las crónicas de la época. Por ejemplo, en el año 1208, Pedro II de Aragón les concedió el Castillo de Ortes para su repoblación.

Entre los edificios medievales más importantes destacan la iglesia de Santa María, edificada en 1174, y la de San Salvador, consagrada en 1222 y que durante un tiempo fue la base de uno de los prioratos que tuvo la orden de la Selva Mayor en Aragón. En 1265 Jaime I el Conquistador convocó Cortes en Ejea, en las cuales se acabó de modelar la figura del Justicia Mayor de Aragón, quien debía dirimir las disputas entre la monarquía y la nobleza.

Edad Moderna y Contemporánea:
En la Guerra de Sucesión, Ejea se había pronunciado por el archiduque de Austria, por lo que fue sitiada por el ejército de Felipe de Anjou. Comandadas por el Marqués de Saluzo, las tropas saquearon e incendiaron la ciudad.

Los habitantes de Ejea de los Caballeros contribuyeron a la lucha contra los franceses durante la Guerra de la Independencia, formando algunas guerrillas, que acudieron a combatir a Tudela. Era natural de Ejea una de las heroínas del primer Sitio de Zaragoza, Juliana Larena y Fenollé.


Canal de las Bardenas, de 132 km de longitud.


Canal de las Bardenas, de 132 km de longitud.

Ya en el siglo XX, el movimiento obrero tuvo una presencia importante en Ejea y su comarca, hallándose fuertemente implantada la Unión General de Trabajadores. Los socialistas de las Cinco Villas estuvieron implicados en la sublevación de Jaca y el diputado socialista por Zaragoza, José Algora, había recomendado a Fermín Galán que, desde Jaca, dirigiera sus tropas hacia Zaragoza atravesando las Cinco Villas, que les eran afectas.




A nivel económico, la ciudad se vio fuertemente modernizada a principios del siglo XX. Accedió al transporte en ferrocarril con la construcción del Ferrocarril de Sádaba a Gallur en 1915, lo que permitió el transporte barato de los productos de la comarca, cuya producción iba a aumentar con las sucesivas ampliaciones del regadío. La construcción del Pantano de Yesa y del Canal de las Bardenas, ambos consecuencia directa del Plan Aragón, permitió aumentar drásticamente la producción de cereal y remolacha y motivar la implantación de algunas industrias agroalimentarias. El proyecto del canal es de 1924 y el del pantano de 1926. En 1959 se inauguraron las dos infraestructuras y se construyeron los seis pueblos de colonización de Ejea.

domingo, 7 de julio de 2019

LA PÉRDIDA DE PITILLA, siglo XIII, Sos del Rey católico


126. LA PÉRDIDA DE PITILLA (SIGLO XIII. SOS DEL REY CATÓLICO)

LA PÉRDIDA DE PITILLA (SIGLO XIII. SOS DEL REY CATÓLICO)


Es históricamente cierto que, a comienzos del siglo XIII, los reyes Pedro II
de Aragón y Sancho el Fuerte de Navarra, que eran parientes, habían firmado un pacto de paz y amistad. También lo es que el monarca aragonés tenía dificultades económicas, de manera que pidió un préstamo al navarro que ascendía a veinte mil morabetinos y, como era costumbre, le entregó en prenda los castillos de Peña, Pitilla, Escó y Gallur. En nombre de ambos, los tendría el señor Jimeno de Rada, hasta la fecha en la que expiraba el plazo de devolución. No obstante, si el aragonés no devolvía el dinero del préstamo en la fecha fijada, los castillos pasarían al navarro hasta que se hiciese efectivo aquél.

Sabemos que las monedas entregadas eran diversas, como morabetinos alfonsinos y mazmudinas, pero el navarro estaba dispuesto a aceptar la devolución en cualquier tipo de morabetinos (alfonsinos, lupinos o aisars), o de mazmudinas (bien nuevas o viejas, dobles o contrahechas), siempre que su equivalencia fuera de veinte mil morabetinos alfonsinos. Sabemos, asimismo, que el préstamo no fue devuelto en el plazo previsto, por lo que los cuatro castillos pasaron a depender provisionalmente del rey navarro, que incorporó, además, la fortaleza de Trasmoz como consecuencia de un nuevo préstamo.

Cuando murió Pedro II (1213) y se planteó el problema sucesorio que dio con su hijo Jaime en Monzón, el pretendiente a la corona, su hermano don Fernando, renunció a los derechos que pudiera tener sobre los pignorados cuatro castillos, renuncia que hizo efectiva su sobrino Jaime I el Conquistador.
Aquí es donde la leyenda hace su aparición para dar una explicación mucho más prosaica y cercana al pueblo, quien afirmaba que el castillo de Pitilla fue perdido en una partida, al parecer de ajedrez, aunque muy probablemente fuera de dados, según otros. El rey de Navarra y el de Aragón se apostaron Gallipienzo y Pitilla, respectivamente, perdiendo el aragonés, que cumplió su palabra, de modo que, desde entonces, Pitilla pertenece efectivamente a Navarra.

No obstante, la historia nos dice que los aragoneses pretendieron conquistar Pitilla en 1312 y, si bien su castillo fue cercado, los habitantes rechazaron el intento.

[Recogida oralmente.
Ubieto Arteta, Antonio, Historia de Aragón: La formación territorial, págs. 208-209.]


https://www.sitiosdeespana.es/articulo/15-cosas-que-hacer-en-sos-del-rey-catlico-y-sus-alrededores

https://es.wikipedia.org/wiki/Sos_del_Rey_Cat%C3%B3lico

Sos del Rey Católico es un municipio español de la comarca de las Cinco Villas, al noroeste de la provincia de Zaragoza, en la comunidad autónoma de Aragón.

Dependen del municipio cinco asentamientos de población: Barués, Novellaco Mamillas, Campo Real y Sofuentes.


La ubicación de esta población, en una elevación del terreno rocosa la convirtió durante mucho tiempo en plaza fuerte y, desde que fue reconquistada en el siglo X, tuvo gran importancia como ciudad fronteriza. En 1044 fue incorporada por Ramiro I al Reino de Aragón.

En el año 1452, en plena Guerra Civil de Navarra, la reina Juana Enríquez se desplazó a la entonces llamada "Sos" a secas, donde dio a luz al infante Fernando que luego se convertiría en Fernando el Católico. Ese nacimiento añadió la coletilla de "del Rey Católico" al nombre de la población.

En 1711 fue nombrada Capital de las Cinco Villas.

Todo su casco histórico está muy bien conservado y el pueblo está declarado Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural en el año 1968. La excepcional conservación de su casco urbano hace que un paseo por esta localidad se convierta en un viaje al pasado destacando las murallas, iglesias, la Plaza de la Villa y el Palacio de los Sada, donde nació Fernando el Católico en el año 1452. En Sos del Rey Católico se rodó la película La vaquilla (1985) de Luis García Berlanga, en la que actuaron como extras muchos de los vecinos de la localidad.



En enero de 2016 entró a formar parte de La asociación de los pueblos más bonitos de España.

Iglesia de San Esteban.
La iglesia de San Esteban está situada junto al castillo. El conjunto está formado por la iglesia en sí, destinada al culto, la cripta y el claustro, que da acceso desde la calle que sube de la plaza de la villa, a la portada principal de la iglesia.


Cripta de la Virgen del Perdón. s. XIV.


Cabezo Ladrero: Yacimiento arqueológico situado en la pedanía de Sofuentes.

Castillo de la Peña Felizana.- Como villa fronteriza entre los vecinos reinos de Navarra y Aragón, Sos contó con su castillo fortificado para reforzar la línea defensiva. Realmente ese fue el origen de la población, que fue poco a poco, construyendo sus viviendas alrededor de este primitivo castillo, que en su origen fue construido en madera. Está situado en lo alto de la peña Feliciana, la parte más alta de la localidad lo que facilitaba la defensa de la plaza. Del original castillo en madera no queda nada. Conforme las técnicas de construcción evolucionaron, la madera fue sustituyéndose por la piedra, y actualmente del castillo del siglo XII el vestigio más reseñable que se ha conservado es la rehabilitada Torre del Homenaje.

Casa de la villa.- Es un edificio, de estilo renacentista, que fue construido por el concejo sosiense a finales del siglo XVI, reformado durante el siglo XIX, y restaurado para la adaptación a su actual función como sede administrativa de las dependencias municipales, en los años ochenta.

Palacio de los Sada'.-' La casa palacio es un edifico en piedra de sillería, que data de finales del siglo XV, y en la fachada, sobre la puerta de entrada podemos ver el escudo de la familia.Fue la vivienda de la familia nobiliaria de los Sada, y la casa donde fue acogida doña Juana, para dar a luz al futuro monarca, ya que por expreso deseo de la reina, quería que su hijo naciera en tierras aragonesas.Actualmente se ha convertido el Centro de Interpretación de la figura de Fernando II de Aragón. En el centro, mediante paneles y audiovisuales, se acerca al visitante a la vida y la época de este ilustre monarca.En el Palacio se encuentra situada la Oficina de Turismo municipal y desde allí se gestionan las visitas guiadas a la localidad.

'Palacio Español de Niño'.- En la calle Mayor (calle de Fernando el Católico) encontramos el palacio Español de Niño. Fue durante años colegio de las niñas de Sos, donde las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul, gracias a doña Manuela Pérez de Biel, impartían la formación inicial. El edificio es de estilo renacentista, y fue construido como el palacio nobiliario de los Español de niño de finales del XVI. Cuenta con tres plantas, la planta superior formada por una galería de arquillos en su fachada principal. Mención especial merece la portada principal, formada por un arco almohadillado, y el suelo del patio, compuesto por un mosaico de cantos rodados.

Colegio Isidoro Gil de Jaz.- El edificio se encuentra en la plaza de la villa. Su fachada está construida con piedra de sillería, y consta de 4 plantas, siendo la última una galería de arcos de medio punto, siguiendo el estilo de construcción aragonés. El conjunto incluye la iglesia de San José de Calasanz.

Lonja Medieval.- Fue construida como lugar de mercado y espacio de reunión del concejo de la villa en la edad media, y actualmente alberga la biblioteca municipal, en su edificio principal. Además de este edificio principal, la Lonja dispone de un espacio abierto, formado por un soportal porticado, compuesto por arcos apuntados se mantienen los dos orificios excavados para guardar hielo, necesario por ejemplo en la conservación de alimentos.

Parador Nacional de Turismo.
De carácter aragonés, el hotel conserva el ambiente monumental, histórico y artístico de Sos del Rey Católico. La villa, declarada Conjunto Histórico-Artístico, fue cuna de influyentes nobles y del Rey Católico.


Puertas de la muralla.- La naturaleza de villa fronteriza entre los vecinos reinos de Navarra y Aragón, hizo que la villa medieval contase con una muralla defensiva que rodeaba todo el perímetro de la localidad.Se conservan en la actualidad siete portales de la muralla, que dan acceso al recinto intramuros.


Portal de Zaragoza.

Portal de la reina.
Portal de Sangüesa.
Portal de Jaca.
Portal de Uncastillo.
Portal de Levante.
Portal de poniente o del mudo.

Santuario de Valentuñana.
Construido por los Carmelitas Descalzos, a finales del s. XVII, el Convento de Ntra. Sra. de Valentuñana, está situado a unos 2 km. de la Villa de Sos del Rey Católico.


La judería.- Conserva Sos lo que fue la judería medieval, llamada en la actualidad "barrio alto". Estuvo en origen formada por unas treinta casas en torno a una calle principal desde la que se podía acceder al centro de la villa y desde la cual surgen diversos callejones sin salida o callizos. El corazón de la judería es la conocida como Plaza de la Sartén, en una de cuyas casas se conserva la hendidura donde situar la Mezuzah. Dada la cercanía a Navarra, cuando en 1492 fue firmado el decreto de expulsión, fueron mayoría los judíos de la villa que cruzaron la frontera al vecino reino.

Castillo de Roita.
Castillo de Añués.

"'Pilar Bueno Ibáñez.-"', una de las 13 rosas represaliadas por el régimen franquista.
Fernando II de Aragón (El católico)
Isidoro Gil de Jaz.- Natural de Sangüesa pero infanzón de corazón, pues se consideraba natural de Sos del Rey Católico, de dónde provenía su familia. Fue un jurista y regente del Principado de Asturias.




jueves, 4 de julio de 2019

JAIME I, CONCEBIDO GRACIAS A UNA TRETA PALACIEGA

115. JAIME I, CONCEBIDO GRACIAS A UNA TRETA PALACIEGA
(SIGLO XIII. MONTPELLIER)

Retrato de Jaime I, por Jaume Mateu. Museo de Arte de Cataluña.
Retrato de Jaime I, por Jaume MateuMuseo de Arte de Cataluña.


El matrimonio de María de Montpellier con Pedro II el Católico, rey de Aragón, a punto estuvo de originar a aquélla su segundo divorcio, lo que no ocurrió gracias a la oposición del papa Inocencio III. El fracaso matrimonial era público, y sólo como consecuencia de una de las treguas de la pareja nació el infante Jaime, luego Jaime I el Conquistador.
Cómo llegó a nacer Jaime I de unos padres separados es una pregunta que dio rienda suelta a la imaginación y a la leyenda.
Desclot nos proporciona una explicación legendaria:
Pedro II se había enamorado de una dama a la que el monarca hizo saber sus sentimientos, circunstancia que fue conocida por la reina María, quien solicitó al mayordomo real que le ayudara a suplantar a la dama durante una noche, a fin de que pudiera tener descendencia de su propio marido.

El mayordomo intermediario dijo al rey que la dama accedía a sus deseos amorosos siempre y cuando no hubiera luz en la cámara. El monarca, sin sospecharlo, pasó toda la noche con su propia esposa, aunque, antes del amanecer, la reina se descubrió y el rey, disimulando su contrariedad, siguió con ella hasta bien entrada la mañana.

Muntaner nos proporciona otra versión de los hechos, más elaborada y completa, con matices distintos.
Como extracta Soldevila:

La iniciativa de la estratagema no partió de la reina, sino de los barones de Montpellier, que deseaban un heredero para el señorío. Ellos fueron los que convencieron al privado del rey y los que propusieron la suplantación; son ellos los que van a ver a la reina y le exponen el proyecto; los que ordenan plegarias por el éxito del engaño.
Son ellos —junto con abades y priores, con el representante del obispo y religiosos, con doce damas y doncellas, todos con cirios en la mano— los que acompañaron por la noche a la reina a palacio, hasta la antecámara real.
La reina entró en la cámara y todos quedaron en oración. Al despuntar el alba, entraron en la estancia. El rey, asustado, saltó del lecho y tomó su espada. Todos se arrodillaron y le rogaron que mirara a quién tenía a su lado. La reina se incorporó y el rey la reconoció. Tras explicarle humildemente la trama urdida, el monarca, resignado, acabó diciéndoles que, ya que así había sucedido, «rogaran a Dios que se cumpliera su deseo».

[Desclot, Crónica, cap. IV.
Muntaner,Crónica, cap. III y IV.
https://jaime-i-conquistador.blogspot.com/search?q=Mompeller

Capítulo VI. De la poca fé que el señor de Mompeller tuvo con la Princesa su mujer, y como viviendo ella se casó con otra. 

Después de pasado el regocijo de las bodas, y de haber parido la Princesa una hija que llamaron doña María, la cual con mucha gracia de todos los vasallos fue aceptada por sucesora, y señora del estado: diremos lo que hizo don Guillen contra la Princesa su mujer, y lo mucho que a sí mismo faltó; porque se vea la inconstancia y poca fe humana adonde llega, junto con el abominable vicio de la ingratitud, que usó contra su propria carne y heredera. Y asimismo el desordenado apetito, y disoluta vida que de allí adelante tuvo Don Guillen: siguiendo la natural condición de los hombres carnales: los cuales cuanto más apetecen la cosa, y con más codicia la desean, tanto más después de alcanzada la desprecian, y por la hartura que de ella tienen, buscan la variedad dejándose llevar tras ella. Ansí acaeció a don Guillen, a quien, siendo de mediano estado, no le bastó haber casado con hija de Emperador, que venía a casar con Rey, y tener hijos de ella: sino que vencido de su apetito, no solo se apartó de su mujer, pero en vida de ella se casó con otra que llamaban Ynes de España, de quien tuvo tales hijos, que acometió el mayor de alzarse con el estado, y excluir de la herencia a doña María su hermana, siendo verdadera señora de ella:y sobre esto formó gran pleito delante del sumo Pontífice contra la misma, la cual compareció luego por su procurador y (como después diremos) fue en persona a Roma a defender su causa, hasta haber tenido sentencia del mismo Pontífice por la cual fue dado el estado a ella, y al Príncipe don Iayme su hijo: como más adelante contará su historia, la cual pues nos llama para hablar de él, digamos con brevedad por agora las cosas que en este medio pasaron en Aragón, y Cataluña, pues son a propósito de la misma historia.

https://es.wikipedia.org/wiki/Jaime_I_de_Arag%C3%B3n


Jaime I de Aragón recibiendo del obispo y jurista Vidal de Canellas los Fueros de Aragón ante otros magnates eclesiásticos. Inicial miniada N del Vidal Mayor, primera compilación de los fueros aragoneses. El texto en aragonés comienza:
Nos, don Iavmes, por la g[rat]ia de Dius Rey d'Aragon et de Maillorgas et de Valencia, conte de Barçalona et de Urgel et seynor de Montpesler [...]

'Nos, don Jaime, por la gracia de Dios Rey de Aragón y de Mallorca y de Valencia, Conde de Barcelona y de Urgel y Señor de Montpellier'.
Jaime​ I de Aragón el Conquistador (occitano post Pompeyo Fabra: Jaume el Conqueridor, aragonés: Chaime lo Conqueridor, occitano: Jacme lo Conquistaire) (Montpellier, 2 de febrero de 1208-Alzira, 27 de julio de 1276) fue rey de Aragón (1213-1276), de Valencia (1238-1276) y de Mallorca (1229-1276), conde de Barcelona (1213-1276), conde de Urgel, señor de Montpellier (1219-1276) y de otros feudos en Occitania.

Hijo de Pedro II el Católico y de María de Montpellier, era el heredero de dos importantes linajes: la Casa de Aragón y el de los emperadores de Bizancio, por parte de su madre.
Tuvo una infancia difícil. Su padre, que acabaría repudiando a la reina, solo llegó a concebirlo mediante engaño de algunos nobles y eclesiásticos que temían por la falta de un sucesor, y la colaboración de María, haciendo creer a Pedro que se acostaba con una de sus amantes. Estas circunstancias produjeron el rechazo de Pedro II hacia el pequeño Jaime, a quien no conoció sino a los dos años de su nacimiento.2​ A esa edad, el rey hizo un pacto matrimonial para entregar a su hijo Jaime a la tutela de Simón, Señor de Montfort, para casarlo con la hija de este, Amicia, para lo cual el niño iba a ser recluido en el castillo de Carcasona hasta los 18 años.


A la muerte de su padre, durante la cruzada albigense, en la batalla de Muret (1213), Simón de Montfort se resistió a entregar a Jaime a los aragoneses hasta después de un año de reclamaciones y solo por mandato del papa Inocencio III. Durante su minoría de edad, estuvo bajo la tutela de los caballeros templarios en el castillo de Monzón, habiendo sido encomendado a [[Guillermo de Montredón|, junto con su primo de la misma edad, el Conde de Provenza Ramón Berenguer V. Mientras, actuaba como regente del reino el conde Sancho Raimúndez, hijo de Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV y tío abuelo de Jaime. Heredó el señorío de Montpellier a la muerte de su madre (1213).

Huérfano de padre y madre, tenía unos 6 años cuando fue jurado en las Cortes de Lérida de 1214. En septiembre de 1218 se celebraron por primera vez en Lérida unas Cortes generales, en las cuales fue declarado mayor de edad.

En febrero de 1221 contrajo matrimonio en la población soriana de Ágreda, población fronteriza entre Castilla y Aragón, con Leonor de Castilla, hermana de la reina Berenguela de Castilla y tía de Fernando III. Tras la boda la pareja se trasladó a la catedral de Tarazona, donde Jaime fue ordenado caballero. Anulado su primer casamiento por razón de parentesco en 1229, contrajo segundo matrimonio con la princesa Violante (8 de septiembre de 1235), hija de Andrés II, rey de Hungría. Por el testamento de su tío segundo Nuño Sánchez, heredó los condados de Rosellón y Cerdaña y el vizcondado de Fenolleda en Francia (1241).

Durante los quince primeros años de su reinado, mantuvo diversas luchas contra la nobleza aragonesa, que incluso llegó a hacerle prisionero en 1224. En 1227 afrontó un nuevo alzamiento nobiliario aragonés, dirigido por el infante Fernando, tío del rey, que terminó, gracias a la intervención papal a través del arzobispo de Tortosa, con la firma de la Concordia de Alcalá (marzo de 1227). Este tratado marcó el triunfo de la monarquía sobre los levantiscos nobles, dándole la estabilidad necesaria para iniciar las campañas contra los musulmanes. Esta estabilidad logró el apaciguamiento de las reclamaciones de la nobleza y obispos.

Ante los ataques de los piratas mallorquines, los mercaderes de Barcelona, Tarragona y Tortosa pidieron ayuda al monarca para acabar con la amenaza. Así, en una reunión de Barcelona (diciembre de 1228) le ofrecieron sus naves, mientras que los nobles catalanes acordaron participar en la empresa a cambio del botín y dominios territoriales. En otra reunión en Lérida, los nobles aragoneses aceptaron las mismas condiciones, pero sugirieron al rey que la empresa se dirigiera contra los musulmanes de Valencia, por lo que su participación no sería significativa.

El 5 de septiembre de 1229, la escuadra aragonesa, compuesta por 155 naves, 1500 caballeros y 15 000 soldados, zarpó de Tarragona, Salou y Cambrils,​ para conquistar Mallorca a Abú Yahya, el gobernador almohade semiindependiente de la isla.

Las tropas aragonesas desembarcaron en Santa Ponsa y vencieron a los musulmanes en la batalla de Portopí (13 de septiembre de 1229). Los musulmanes se refugiaron tras las murallas de Madina Mayurqa y crucificaron a varios soldados aragoneses a la vista de las tropas de Jaime. Estas poco después tomaron y pasaron a cuchillo a la población de la ciudad (diciembre de 1229) y se apoderaron de la isla en pocos meses, salvo un pequeño núcleo de resistencia musulmana que logró mantenerse en la sierra de Tramontana hasta 1232. Los pobladores musulmanes huyeron a África o fueron esclavizados.

Después de pasar a cuchillo la población de Madina Mayurqa, la cantidad de cadáveres fue tal que se produjo una epidemia que diezmó el ejército de Jaime I. Por añadidura, los nobles catalanes intentaron quedarse con el botín, provocando una revuelta que debilitaría aún más el poder militar de Jaime I.

Mallorca se constituyó como un reino más de la Corona de Aragón bajo el nombre de Regnum Maioricarum et insulae adiacentes, el cual obtuvo una carta de franqueza en 1230. La institución en 1249 del municipio de Mallorca (actual Palma) contribuiría a la institucionalización del reino.

El monarca aragonés se vio incapacitado para conquistar Menorca a causa de las divisiones internas dentro de su ejército por el botín y la reducción de su ejército debido a unas malas decisiones; aun así, el monarca consiguió por mediación de dos nobles aragoneses (Pedro Maza, y Assalido de Gudal), un noble catalán (Bernaldo de Santa Eugenia) y el comendador del Temple de Mallorca (Ramón de Serra) un vasallaje sobre Menorca, rubricado por el Tratado de Capdepera, por el cual los musulmanes menorquines aceptaron su soberanía (1231).
El vasallaje sobre Menorca sería transferido al reino de Mallorca como parte del testamento de Jaime I


https://www.academia.edu/3040304/Los_testamentos_de_Jaime_I_de_Arag%C3%B3n_._Repartos_territoriales_y_turbulencias_pol%C3%ADticas._2009_

Alfonso III de Aragón conquistaría de forma efectiva esta isla, después de la capitulación de Abû ‘Umar en 1287. Fue repoblada, aunque quedó una abundante población musulmana, que más tarde fue desterrada.


miércoles, 3 de julio de 2019

RAMIRO II, REY DE ARAGÓN, HUYE ILESO DE PAMPLONA

108. RAMIRO II, REY DE ARAGÓN, HUYE ILESO DE PAMPLONA
(SIGLO XII. JACA)

RAMIRO II, REY DE ARAGÓN, HUYE ILESO DE PAMPLONA  (SIGLO XII. JACA)


Corría el año 1135. Tras la muerte de Alfonso I el Batallador había tenido lugar un auténtico drama político e institucional de alcance peninsular que se saldó con el nombramiento de Ramiro II como rey de Aragón y la separación de las tierras pamplonesas, que pasaron a depender de García Ramírez el Restaurador, aunque sometido en vasallaje por ellas.

Los nuevos monarcas acababan de pactar oficialmente la nueva frontera navarro-aragonesa yendo a descansar a continuación a Pamplona. Pero, aquella misma noche, el monarca pamplonés intentó apoderarse por la fuerza de la persona del aragonés para retenerle y obligarle no sólo a levantar el vasallaje que habían pactado de común acuerdo, sino también para arrancarle la entrega del propio reino de Aragón, pues el pamplonés estimaba que no le pertenecía dada su calidad de monje.

Cuando estaba a punto de consumarse el secuestro proyectado por los secuaces de García Ramírez el Restaurador, Ramiro II el Monje fue advertido del peligro que corría por Íñigo de Axuar. El monarca aragonés convocó sin pérdida de tiempo a don Cajal, don Férriz y don Pedro de Atarés para estudiar la situación, conviniendo todos en que el monarca debía salir de manera urgente y a escondidas de Pamplona.

Cuando comenzaba a anochecer, salían de la ciudad, con todo el sigilo posible, cinco caballerías, entre ellas la que montaba el rey Ramiro II. Caminaron con celeridad y sin apenas descansos, en dirección a la ciudad de Jaca, hasta llegar al monasterio de Leire, que estaba a mitad del camino, y donde la comitiva real se detuvo durante tres días a la espera de todos los suyos. Allí fue recibido no sólo con fiestas, sino como a su rey natural.

monasterio de Leire, Leyre
monasterio de Leire

Para demostrarle a Ramiro II su reconocimiento y fidelidad, los monjes, con el abad García al frente, le obsequiaron con uno de sus más preciados tesoros, la conocida como espada de don Lope Juan.


espada de don Lope Juan, aceros de Hispania, Ricardo Lop Moliner, Castelserás
espadas en Castelserás, aceros de Hispania, Ricardo Lop Moliner.



Pamplona (en vascuence y cooficialmente, Iruña) es un municipio y ciudad española, capital de la Comunidad Foral de Navarra.

Pamplona está ubicada en el norte de la península ibérica, y en el centro de la cuenca de Pamplona. Se extiende a ambas orillas del río Arga y por ella discurren otros dos ríos, el Elorz (afluente del Arga) y el Sadar (afluente del Elorz). Cuenta con una población de 199 066 habitantes (INE, 2018) —203 382 según los datos del padrón municipal— repartida en una superficie de 25,098 km², según los datos del registro municipal. Su área metropolitana alcanza los 334 830 habitantes distribuidos en una superficie de 488,6 km².

Tradicionalmente se ha creído que la ciudad fue fundada en el 74 a. C. por el general romano Pompeyo como Pompaelo o Pompelo sobre un poblado preexistente, de supuesto origen vascón, quizá denominado Bengoda,​ aunque ninguna fuente histórica clásica recoge este dato; Estrabón sí alude, sin precisar detalles, que la fundación de Pamplona fue obra de Pompeyo. La ciudad se convertiría desde entonces en una de las poblaciones más importantes del territorio de los vascones. Tras las invasiones de los pueblos germanos del siglo VI, el reino visigodo de Toledo se estableció en Pamplona, pero manteniendo continuas campañas contra los vascones. La posterior conquista musulmana de la península ibérica del siglo VIII logró la sumisión del territorio pamplonés.

Durante la primera mitad del siglo IX, la nobleza local, con la alianza de la familia Banu Qasi, consiguió la consolidación de un núcleo de poder independiente liderado por Íñigo Arista, que convirtió a Pamplona en la capital del Reino de Pamplona el cual, avanzada la Edad Media, se transformará en el Reino de Navarra. En 1423 Carlos III de Navarra dictó el Privilegio de la Unión que unificó los tres burgos de Pamplona en una única ciudad. En 1512 fue ocupada por las tropas enviadas por Fernando el Católico, con la derrota definitiva en 1521, y que junto con la parte peninsular del antiguo reino navarro quedó anexionada en la Corona española.
La mayoría del nacionalismo vasco la considera también capital histórica de Euskal Herria.

Su patrimonio histórico y monumental, así como diversas celebraciones que tienen lugar a lo largo del año, la convierten en una ciudad receptora de turismo nacional e internacional. Destacan los Sanfermines, de fama internacional, llenándose sus calles de miles de forasteros venidos de todas las partes del mundo. Los festejos comienzan con el lanzamiento del chupinazo (cohete) desde el balcón del ayuntamiento a las doce del mediodía del 6 de julio, y terminan a las doce de la noche del 14 de julio con el Pobre de mí, una canción de despedida. Su fama mundial es un fenómeno reciente, vinculado también a la difusión que les dio Ernest Hemingway con su novela Fiesta.

Entre sus monumentos más representativos se encuentran la catedral de Santa María, la iglesia de San Saturnino, la iglesia de San Nicolás, la Ciudadela o la Cámara de Comptos, todos ellos declarados Bien de Interés Cultural.

Es el centro financiero y comercial de Navarra, además de constituir también el centro administrativo de la comunidad a causa de ser la sede de las instituciones de la administración autonómica y de la administración territorial del Estado. También es un importante núcleo de actividad industrial, especializada en las actividades de producción de materiales de construcción, metalurgia, papel y artes gráficas y transformados cárnicos. La empresa automovilística Volkswagen, ubicada en el polígono industrial de Landaben, es la factoría industria que más puestos de trabajo genera en la cuenca de Pamplona, con una plantilla aproximada de 5000 trabajadores en 2009. Asimismo destaca la actividad comercial, tanto mayorista como minorista.

La ciudad cuenta con dos universidades: la Universidad Pública de Navarra y la Universidad de Navarra, además de contar con un centro asociado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). La primera, fundada en 1987, contaba con 7276 alumnos en el curso 2007-08 y figura como la 28.ª universidad de España por número de alumnos según la clasificación del diario El Mundo.10​ La segunda, fundada en 1952, es de titularidad privada y su propiedad y gestión corresponden al Opus Dei; en el curso 2007-08 contaba con 13.490 alumnos y figura como la 8.ª de España.10​ En el ámbito sanitario dispone del Complejo Hospitalario de Navarra, formado por los hospitales públicos Hospital de Navarra y Hospital Virgen del Camino,​ y de varios centros privados, destacando entre estos últimos la Clínica Universidad de Navarra,​ gestionada también por el Opus Dei.

El topónimo Pamplona deriva de Pompelon,​ nombre latino difundido en tiempos de la Antigua Roma por autores clásicos como el geógrafo griego Estrabón (64 a. C.- 14), a quien se debe la referencia más antigua conocida de la ciudad.​​ En su obra, Estrabón refería brevemente que Pompelon era la ciudad más importante del pueblo de los vascones, y Pompeios polis,​ es decir, la "ciudad de Pompeyo" en alusión al nombre del linaje del general romano Cneo Pompeyo Magno (106-48 a. C.), versión que es la más comúnmente aceptada acerca de su significado.18​ En obras antiguas y medievales se han usado las grafías de Pampejopolis, Pampelo, Pampelona, Pampilona, Pampalona, Pampelone, Pampeluna, Pampelune, Pampilo, Pamplon, Pamplona, Pompelo o Pompilone.​​ El gentilicio derivado es pamplonés o pamplonesa, y "pamplonica" es empleado coloquialmente.

El topónimo tradicional de Pamplona en vascuence es Iruña​ el cual se documenta desde el siglo X y, en consecuencia, tiene reconocido el carácter de denominación oficial de Pamplona en esa lengua​. No obstante, la Real Academia de la Lengua Vasca rechaza el topónimo tradicional y oficial de Iruña y prefiere en cambio la forma lingüística Iruñea​.
Etimológicamente, las formas lingüísticas Iruña e Iruñea se relacionan con la raíz derivada del sustantivo uri, iri/hiri, idi o ili, que significan ciudad. Algunas de las grafías empleadas en los textos medievales y modernos para el topónimo en vascuence de Pamplona son: Iruña, Erunga, Ironía, Irunga, Irunia, Irunna, Irunnia, Irunpa, Orunia, Urunia, Yronia, Yrunea, Yrunia, Yruynna o Irunia. Los gentilicios para la denominación en vascuence son: iruñar, uruñar, iruindar, irunxeme o iruinxeme. En el siglo XVII, cronistas como el padre José Moret y Arnaud Oihenart señalaron que la denominación en vascuence era la del asentamiento prerromano.​ Aunque la hipótesis más aceptada es la que establece el origen etimológico del nombre en vascuence "Iruña" a la contracción de "iru ona" (tres buenos), en alusión a la unión de los tres Burgos que hasta 1423 formaban lo que a partir de entonces fue una sola ciudad. Otras hipótesis, basadas en estudios numismáticos, han identificado este asentamiento con el nombre de "Bengoda",​ el de "Olcairum" o el de "Bentian".

El uso de los topónimos en castellano y en vascuence están reconocidos por el Decreto Foral 338/1990 de 20 de diciembre, "por el que se establecen las denominaciones oficiales de la Capital de la Comunidad Foral" en su artículo único:

Las denominaciones oficiales de la capital de la Comunidad Foral de Navarra son Pamplona e Iruña. Dichas denominaciones serán las legales a todos los efectos.

La bandera y el escudo de armas de Pamplona son sus símbolos oficiales. La historia de ambos remonta al Privilegio de la Unión, la Carta Fundacional de la ciudad otorgada por el rey Carlos III el Noble el 8 de septiembre de 1423 y que formalizó la unión de los tres burgos medievales.

La bandera de Pamplona es de color verde y tiene unas proporciones de 2 a 3, con el escudo municipal en el centro en sus colores. Fue declarada oficial por el Ayuntamiento en 1930, tras ser empleada por primera vez en 1923, con motivo del quinto centenario del Privilegio de la Unión. Aunque en este documento se determinaba el uso del color azul para el pendón de la ciudad, los colores azul y blanco fueron los que se utilizaron hasta la adopción del verde, sin que todavía se haya podido documentar las razones de este cambio.

El escudo de armas pamplonés ha conservado los elementos del blasón que fue otorgado a la ciudad en 1423,​ que se distingue por las figuras de un león en posición pasante y una corona, a los que se añadieron las "cadenas", el entonces emblema del reino navarro y de su soberano. Su descripción heráldica es la siguiente:

En campo de azur, un león pasante de plata, lampasado y armado de gules, y surmontado por una corona real de oro. Bordura de Navarra, que es de gules, cargada con una cadena de oro.

La descripción oficial refiere también el uso de una corona ducal, y habitualmente se representa en la forma de un escudo de contorno apuntado.​ Este blasón es también compartido con la ciudad hermanada de Pamplona, en Colombia, mientras que el municipio vecino de Arbizu emplea una variante con el león en posición opuesta o "alterada".

El término municipal de Pamplona 26​ se sitúa en el norte de España, en el área centro de Navarra y del entorno geográfico de la cuenca de Pamplona, denominación tradicional de la comarca en forma de vasto circo rodeado de elevaciones que se abre hacia el sur y el alto valle del río Ebro, hacia donde fluye también la red hídrica que la ha conformado. El municipio se extiende sobre una superficie de 25,14 km² y limita al norte con: Berrioplano, Berriozar, Ansoáin y Ezcabarte; al este con: Villava, Burlada, Valle de Egüés y Aranguren; al sur con: la Cendea de Galar, la Cendea de Cizur y Zizur Mayor; y al oeste con Barañáin, la Cendea de Olza y Orcoyen.