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domingo, 8 de marzo de 2020

51-55

51.
SALTERIO. Un volumen en 4.° mayor, en pergamino, de 322 páginas. Es
del siglo XII. Además de su antigüedad este Códice es muy notable
por las especialidades que en él se observan. La más principal es
que su escrito tuvo dos objetos, o por mejor decir, este libro prestó
dos servicios. El uno fue utilizarlo para el
rezo o canto
de los
Salmos; y el otro para la instrucción relativa a lo
que en los mismos se expresa. Sin duda que el mucho valor que tenía
un libro en aquel tiempo, motivó la resolución de que prestase
estos dos servicios. 



Por eso al escribir el texto de los Salmos
de David
en caracteres muy claros, se dejó un blanco de la mitad
de la plana, a fin de poner allí las notas o glosas. Y se hizo esto
con tanta profusión, que en algunos Salmos especialmente en los
primeros, hay glosas hasta entre las líneas del texto. De modo que
mientras este libro servía para el oficio divino en el coro de esta
catedral, como se conoce por el estado de las hojas, era estudiado en
las clases o conferencias que se daban en esta misma iglesia para
instrucción del clero.
Otra cosa digna de notarse se observa en
este Códice. Al fin de cada Salmo, y con la inscripción Collecta
con que aún actualmente se designan las oraciones de la misa, hay
una oración en igual forma que estas, que tiene por fundamento de la
petición que se hace a Dios algún versículo o idea de las
contenidas en el Salmo que precede. En los Salmos que hacen alusión
a algún asunto histórico, se indica este al principio.
Después
del Salterio están todos los Cánticos. Luego sigue una Tabla donde
se expresan algunas fiestas movibles; y al fin de todo están las
Letanías según el rito antiguo de esta catedral. En ellas se hace
mención de San Rufo.
En este Códice hay algunas viñetas
de muy buen gusto según el estilo de aquel siglo.

52. Santo
Tomás de Aquino. Cuestiones de Veritate. Un volumen en folio
en pergamino, de 390 páginas. Es del siglo XIV. Al principio hay un
índice muy extenso, que comprende las 27 cuestiones que se tratan en
este libro. Después siguen estas por su orden.
Este Códice
además de estar foliado, en números romanos, tiene en todos los
folios el número de la cuestión que allí se contiene. En el margen
hay algunas notas de época más moderna. Las iniciales de todos los
capítulos están adornadas con dibujos de colores.
Algún
escritor supone que este Códice es del siglo XIII; pero téngase
presente que su autor, Santo Tomás de Aquino, fue canonizado
por el Sumo Pontífice Juan XXII el año 1323, o sea a
principios del siglo XIV; y en este libro ya se le designa con el
nombre de Santo. El epígrafe que hay al
principio dice
así: «Cuestiones de Veritate de Santo Tomás de Aquino.» Y
al fin una nota que dice: «Concluyen las Cuestiones de Veritate de
Santo Tomás de Aquino, de la orden de Predicadores.

53.
Varias Fórmulas Curiales. Un volumen en folio en pergamino, de 78
páginas. Es del siglo XV. Contiene este Códice un abundante
repertorio de formularios para las Curias eclesiásticas,
especialmente en lo que se refiere a los actos de jurisdicción
voluntaria; como colaciones de beneficios, fórmulas de actas de
profesión religiosa, absoluciones de censuras, y todo cuanto puede
ocurrir en los diversos asuntos a que se extiende la administración
eclesiástica. Aunque desde entonces han variado mucho estas
fórmulas, no deja de ser interesante conocer las prácticas que
regían sobre este punto en el siglo XV.
Le faltan algunas hojas
al principio y al fin. Antes de cada formulario hay un epígrafe en
letra encarnada indicando el asunto. Las letras iniciales de cada
formulario están con dibujos de colores.

54. Leccionario o
Epistolario. Un volumen en folio en pergamino, de 472 páginas. Es
del siglo XV.
El servicio del altar y coro de esta catedral, que
desde los tiempos más remotos ha estado siempre a grande altura,
requiría un buen número de libros litúrgicos; y de ahí que
aún existan tantos de antiguos.
El que nos ocupa aunque se
conoce que prestó mucho servicio, todavía se halla en buen uso. Las
primeras y últimas hojas están escritas de diferente mano, como lo
demuestra la forma de la letra y los dibujos de las iniciales de las
lecciones que también son de diverso estilo.
Este Códice ya fue
foliado cuando se escribió. En el folio 175 donde comienzan las
Epístolas de las Misas de los Santos, hay una inicial sumamente
adornada.

55. San Agustín. De la Trinidad y de la Verdadera
Religión.
Un volumen en 4.° mayor prolongado, en pergamino, de
404 páginas. Es del siglo XV. Al principio tiene tres hojas escritas
en época más moderna y de distinta letra que lo demás del Códice.
Contiene un resumen de cada uno de los quince libros en que se halla
dividido el tratado de la Trinidad de San Agustín. Al comenzar este
resumen hay una nota que traducida dice: «Se principió (por San
Agustín) el año 400. Se concluyó cerca del año 416
Después está el resumen del Tratado de la verdadera Religión, que
comienza en el folio 173; antes hay una nota que dice que fue escrito
cerca del año 390.
En la primera página se halla la
carta de San Agustín a Aurelio Obispo de Cartago,
que sirve de prólogo. A continuación del Tratado de la verdadera
Religión, y como final del libro, está copiado el capítulo XIII
del libro I de las Retractaciones. Antes hay una nota que traducida
dice: «fue escrito en Pisa el año 1431 por mi Juan
Gregorio
». Después debió comprarlo el Cabildo, pues en una
nota escrita al pie de la página l.a, se dice, que
pertenece a los libros de esta catedral.




56-60.


46-50




46. ROFREDO
BENEVENTANO. Tratado sobre el modo de hacer los memoriales o
súplicas, según el derecho canónico y las fórmulas de la Curia
Romana. Un volumen en folio en pergamino, de 125 páginas. Es del
siglo XIII. Este Códice contiene formularios razonados en latín, de
todas las súplicas que se habían de dirigir a las autoridades
eclesiásticas sobre cualesquiera asuntos, pero principalmente sobre
los de matrimonios y sus impedimentos.
Al principio tiene una
hermosa viñeta, donde se ve una figura muy bien dibujada con un
vestido especial; tal vez el que usaban en aquel tiempo los empleados
de la Curia Romana. En la página 39 hay otro dibujo muy
curioso.
Después de este Tratado sigue otro que se titula: «De
los diezmos» De décimis. Comienza en la página 55. No
consta el autor; pero es probable que sea el mismo del primer
Tratado, porque el escrito es todo seguido y sólo se divide por una
viñeta. En la página 69 hay un grupo de varias figuras, que según
parece representan al Obispo en el acto de recibir los
derechos de procuración o de visita, que antes
le pagaban los párrocos.

47. SANTO TOMÁS DE AQUINO.
Comentario a la Metafísica de Aristóteles. Un volumen en
folio mayor, en pergamino, de 166 páginas. Es de principios del
siglo XIV. Todos los folios están numerados; pero esto se hizo en
época posterior, pues por lo general en los Códices antiguos no se
numeraban los folios. En este Códice, como en algún otro que hemos
reseñado, también se ven en el margen los puntos agujereados que
sirvieron de guía para escribir las líneas.
Las letras del
principio de todos los capítulos están adornadas con dibujos de
colores. En el margen hay algunas notas de diferente letra. Al final
se leen estas que traducimos del latín: «Concluye el escrito sobre
la Metafísica de Santo Tomás. Terminado el libro, dése
alabanza y gloria a Cristo» Después en letra más moderna hay otra
nota que dice:
«Este escrito sobre la Metafísica es de Fray
(sigue raspado un nombre) de la orden de Frayles Predicadores del
Convento de Zaragoza
, que lo compró (siguen algunas palabras
confusas) el año 1531.

48. LIBRO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR.
Un volumen en folio, escrito parte en pergamino y parte en cartulina,
de 337 páginas. Es del siglo XV. El título que tiene al principio
de la primera página traducido del latín dice así: «Comienza el
libro de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, compilado por un
Fraile cartujo.» Además de la Pasión hay varios tratados
relativos al Divino Salvador, como la Resurrección,
sus apariciones a los discípulos, etc.
La materia está
distribuida en capítulos, y las iniciales se hallan adornadas con
dibujos negros; solamente hay dos de colores en la página
245. Después de cada capítulo hay una oración o súplica muy
adecuada al asunto de que allí se trata.
La primera página de
este libro está orlada con dibujos y dorados,
viéndose algunas aves muy bien dibujadas; todo produce un bellísimo
efecto. En la página 25 hay otra orla negra, que se comenzó
a dibujar con colores, pero no llegó a concluirse. Es
probable que los dibujos negros que hay en este libro, que son
muchos, debían completarse después con colores.
Al fin están
aquellos hermosos versos de San Bernardo:
Iesu dulcis
memoria; etc.

Es de notar en este Códice que las hojas de
cartulina se hallan intercaladas con las de pergamino, de modo que
cada tres folios de cartulina hay dos de pergamino; ignorándose el
motivo de esta distribución tan original, que también se observa en
algunos otros Códices.

49. JUAN ESCOTO. Un tomo en folio en
pergamino, de 184 páginas. Es de últimos del siglo XIII, o de
principios del XIV. Contiene los comentarios del libro tercero del
Maestro de las Sentencias. Al principio hay una hoja de diferente
letra, que según parece no pertenece a este Códice, pues
por
los títulos o epígrafes se deduce que trata de derecho canónico.
Al comenzar la segunda página hay dos versos latinos relativos a
Juan Escoto; y en el margen y de otra letra, se ve esta nota
también en latín: «Juan Escoto sobre el tercero de las
Sentencias.»

Aunque este Códice no está foliado, la
materia se halla bien indicada por medio de números romanos de
colores, que expresan las treinta y nueve distinciones en que está
dividido el libro. Al final hay un índice muy completo; y después
una nota que traducida del latín dice: «Concluye la
Tabla sobre
el tercer libro del Maestro de las Sentencias, compuesto por Fray
Juan Escoto
, de la orden de Frayles menores

50.
TRES TRATADOS DISTINTOS. Un volumen en 4.° mayor, escrito parte en
cartulina y parte en pergamino. Tiene 146 páginas. Es del siglo XV.
Al principio le faltan algunas hojas.
En el primer Tratado que
comprende hasta la página 16, se dan todas las noticias mitológicas
relativas a los siguientes dioses del paganismo:
Júpiter, Marte, Apolo, Venus, Mercurio, Diana, Minerva, Juno,
Cibeles, Vulcano, Neptuno, Pan, Plutón y Baco.
El segundo
Tratado que llega hasta la página 115, contiene los 14 libros de la
Metamorfosis de Ovidio. Al fin de los mismos hay una nota que
dice: Explicunt Moralitates libri Ovidii Methamorfóseos. Deo
gratias. Sigue después un índice alfabético muy extenso que
comprende siete folios. Y al final se hallan estas notas, que
traducidas dicen: «Concluye la Tabla, super Moralitate, del libro de
Ovidio, Metamórfosis, compuesta por Fray Tomás de Anglia, de la
orden de Predicadores, Deo gratias. Fue escrita en Lérida, y
concluida el día 4 de Agosto del año del Señor 1430. El que la
escribió se llama Gundisalvo, su apellido es Riquexor.»

En el tercer Tratado que comprende los ocho folios últimos, hay
seis comedias de Terencio, a las que precede un prólogo. Y
después de todo una nota que dice: «Concluye el breve y muy útil
opúsculo sobre el libro de Terencio. Lérida 16
de Septiembre del año 1430.»







51-55

sábado, 7 de marzo de 2020

Catálogo 11-15

11. Misal. Un volumen en 4.° en
pergamino, de 280 páginas. Es del siglo XII. De este Misal histórico
hacen mención varios escritores.
Martorel lo cita en su
Historia de Tortosa. También se ocupan del mismo el P. Risco en su
«España Sagrada» y el P. Villanueva en su «Viaje literario.» 



Describiendo Martorel este Misal dice: «Está con cubiertas de
finísima plata, y en ellas un Cristo pintado con esmalte de
finísimos colores, clavados los dos pies en la Cruz con dos clavos,
señal evidente de grande antigüedad, y a la otra parte un Salvador,
y al derredor de él muchas piedras finas.» Hasta aquí
Martorel.
Dichas piedras actualmente no están en el Misal. Es de
creer que se sacaron por temor de que fueran robadas en algún sitio
o guerra, dándoles después otro destino, pues antiguamente había
mucha afición de adornar con piedras finas los ornamentos sagrados.

Las figuras de las cubiertas a que alude Martorel son de estilo
bizantino, y están sobre una plancha de metal dorado. En una
cubierta hay un Crucifijo, que tiene esta inscripción con
abreviaturas: Iesus Nazarenus Rex Iudoeorum; a un lado está
la imagen de la Santísima Virgen, con esta inscripción: María; y
al otro la imagen de San Juan, con esta inscripción. Ioannes. En los
ángulos superiores hay dos figuras de ángeles. Al lado de uno de
ellos se lee: Sol; y al del otro: Luna.
En la otra cubierta hay
una imagen del Salvador, que tiene en las manos un libro donde se
lee: Ego sum qui sum. A los lados del Salvador están las
iniciales de las palabras griegas Alpha et Omega; y en los
ángulos de esta cubierta hay las figuras alegóricas de los cuatro
evangelistas.
Los extremos o bordes de las dos cubiertas están
circuidos con una plancha de plata. En la de una cara se lee:
Sum Deus, et vendor. Sum Rex, et in hac cruce pendor. Y en la
plancha de la otra cara dice: Adstans altari, pia mens gaude
lacrimari
.
Esta última inscripción se halla mutilada;
lo que no es de estrañar atendidas las muchas vicisitudes que
ha pasado este Misal, y las distintas veces que ha estado escondido,
tal vez fuera de la catedral, para poder salvarlo.
En las
crónicas y notas antiguas de esta iglesia se designa este Misal con
el nombre de Misal de San Rufo, únicamente porque en él se
halla la oración propia de dicho Santo. Pero conviene advertir, y lo
hace constar el P. Villanueva en el tomo V de su «Viaje literario»,
que al encuadernarse hubo el descuido de truncar algunos folios,
resultando que la oración propia de San Rufo no está en el lugar
que corresponde
, sino en el folio 61. Y lo mismo sucede con el
Cánon de la Misa, como está allí anotado.
Es de creer que el
Misal que nos ocupa debía destinarse para los Pontificales de
los Prelados, y por eso se adornó con tanto lujo. Hay en el
texto viñetas de muy buen gusto, según el estilo de aquel tiempo.
Antes del Cánon se ven reproducidas las dos figuras del Cristo y del
Salvador que están en las cubiertas; pero las del Cánon son de un
dibujo más perfecto.
A propósito de estas figuras, se comprende
que en aquella época debían estar muy en uso, al menos en esta
iglesia; pues según veremos al reseñar otros Misales, casi todos
los de aquel tiempo las tienen, con la particularidad de que aunque
sean de dibujos más vulgares, todas concuerdan en el fondo, o sea en
el Salvador, en el Cristo, y en las alegorías que tienen a los
lados.

12. LAS CARTAS DE SAN PABLO. Un volumen en folio
grande, en pergamino, de 626 páginas. Es del siglo XIII. Contiene
las cartas del Santo, y los comentarios de Rábano Mauro. Este sabio
escritor, a quien ya hemos citado en el Códice de número 2, nació
en Maguncia por los años de 776, y fue Arzobispo de
dicha ciudad. Comentó la Sagrada Escritura, y por ello en algunos
otros Códices que contienen libros de la Escritura, hacemos mención
de sus comentarios. También escribió un Martirologio,
Homilías, y Poesías religiosas, entre las cuales está
el Himno Veni Creator Spiritus.
El Códice que nos ocupa
como objeto de arte caligráfico es de los más notables del archivo.
Está escrito en tres tipos o letras distintas. En
medio, con caracteres muy grandes, se hallan las cartas de San
Pablo
; y a los lados circuyendo el texto, hay dos
clases de comentarios; unos inmediatos al
texto, y otros
más separados de letra muy diminuta y escrita con suma
perfección
.
Así en este Códice como en algunos otros de la
misma época, se observa en el escrito una circunstancia que merece
notarse. Las líneas de lápiz que suelen servir de pauta,
no están al pie de las letras, sino entre una y otra línea o
sea en el medio. No se sabe el motivo de colocarlas en esta
forma.
De todos modos revela un gran pulso en el escribiente,
el hacer las líneas con tanta rectitud, sin que las letras lleguen
hasta el lápiz. Al principio y al fin de este Códice faltan
algunas hojas destruidas sin duda por la acción del tiempo.


13. ORACIONES DE LAS MISAS DE TODO EL AÑO. Un volumen en
folio en pergamino, de 286 páginas. Es del siglo XIII. También hay
un Calendario. Ante todo está el rito referente a la celebración
del Sacramento del matrimonio. Se dice allí en primer lugar,
que los matrimonios deben celebrarse públicamente, y
que está prohibido celebrarlos: Desde el Adviento hasta la octava de
Reyes. Desde Septuagésima hasta después de la octava de
Pentecostés. Pero esto fue modificado posteriormente por el Concilio
de Trento.

En los antiguos Códices solía ponerse alguna
nota referente a hechos históricos. En el que reseñamos al final
del folio 4.° se lee lo siguiente, que traducimos del latín.
«Año 1352. El día primero de Agosto fue consagrado el Altar
(o Ara) de San Esteban, por D. Bernardo, Arzobispo
de Galatea
» Este altar ahora no existe, y debió ser substituido
por otro.
Después del folio 72, antes de los Prefacios de la
Misa
, hay una figura del Cristo y otra del Salvador, semejantes a
las del Códice n.° 11, aunque el dibujo es de menos mérito, y los
colores ya están muy deteriorados.

14. CAPÍTULOS Y
ORACIONES DE TODO EL AÑO. Un volumen en 4.° mayor, en pergamino, de
368 púginas. Es del siglo XIV. Está escrito con caracteres
muy grandes, pues se comprende que este libro servía para el
Canónigo Semanero, y entonces los Maitines y Laudes
eran por la noche. Llama la atención una oración
propia, del rezo de Nuestra Señora de la Cinta, que
está en una hoja de pergamino suelta, dentro de este Códice, al
folio 173, escrita en letra que se conoce es de aquel mismo siglo.
Esto manifiesta que ya se rezaba entonces dicha oración; lo cual
confirma la tradición relativa a la aparición de la Santísima
Virgen
en esta catedral, y entrega de su Santa Cinta.
Por ser un documento de mucho interés histórico lo copiamos
literalmente. Dice así:

«Deus, qui Ecclesiam Dertusensem
Beatissimae Virginis Maríae Visitatione et Cingulo
decorasti; ejus nobis intercesione concede, ut cingulo fidei
et puritatis accinti, a cunctis peccatorum nexibus eruamur . Per
Dominum...»

En el Códice núm. 81 de que trataremos más
adelante, y que también es del siglo XIV, se halla esta oración en
el mismo Capitulario, sin estar añadida en hoja suelta.
Son
de notar así mismo las oraciones de Santo Tomás de Aquino y
de San Vicente Ferrer, que están al margen con diferente
letra; y es porque cuando se escribió este Capitulario dichos Santos
aún no habían sido canonizados.

15. DIÁLOGOS DE
PEDRO ALFONSO, ex Iudeo Christianus.
Así consta en una nota
antigua que hay al principio de este libro, lo cual indica que el
autor era Judío antes de su conversión. Está en 4.°
mayor prolongado, y tiene 232 páginas en papel cartulina. Es del
siglo XIII. Hállase dividido en 12 títulos, que tratan de diversos
puntos de la religión cristiana. Al principio el autor pone
lo siguiente, que traducimos del latín: «La gracia del Espíritu
Santo nos asista. Amen.» Y después añade: «En nombre de la
Santísima y Divina Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
principia el proemio de Pedro Alfonso, de Judío
Cristiano.» Al fin del libro repite esto mismo, e invoca otra vez la
divina gracia.