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miércoles, 8 de mayo de 2019

LA VIRGEN DEL CASTILLO, DEFENSORA DE BIJUESCA


2.53. LA VIRGEN DEL CASTILLO, DEFENSORA DE BIJUESCA
(SIGLO XII. BIJUESCA)

El rey aragonés Alfonso I el Batallador, que poco antes acababa de tomar por la fuerza de las armas la importante ciudad de Zaragoza —tras recorrer victorioso con su hueste toda la comarca, junto con otras poblaciones como las de Torrijo, Berdejo, Torrelapaja, Malanquilla o Carabantes—, se propuso conquistar y así lo hizo la plaza fuerte de Bijuesca, defendida por un casi inexpugnable castillo moro.

LA VIRGEN DEL CASTILLO, DEFENSORA DE BIJUESCA


Apenas tuvo tiempo de saborear el éxito alcanzado, pues el Batallador, conocedor de la debilidad musulmana del momento, trató de explotarla de modo que abandonó la zona no sin antes encomendar la defensa de las tierras recién reconquistadas a reducidas guarniciones que se hicieron fuertes en los alcázares y castillos que acababa de tomar al enemigo.

Sin embargo, en el caso concreto de Bijuesca, viendo el escaso contingente del retén, los musulmanes sometidos intentaron volver a tomar la plaza que a punto estuvo de perderse. Fue tal el empuje de los moros sublevados que la desmoralización y el desánimo cundieron pronto entre los defensores cristianos, que a punto estuvieron de verse obligados a entregar la fortaleza.
Cuando la suerte parecía estar echada sin remedio, uno de los centinelas que estaban de vela descubrió —erguida sobre la muralla exterior del castillo y envuelta en un intenso halo de luz— una imagen de la Virgen. Aquella portentosa aparición infundió a los soldados sitiados los ánimos suficientes como para rechazar de manera contundente al enemigo, que no alcanzaba a entender la causa de aquella reacción tan inesperada y aguerrida.
Los moros, que cada vez estaban más aislados merced a las victorias de Alfonso I por toda la extremadurasoriana, no comprendían cómo una pretendida aparición —plasmada en una simple y pequeña talla de madera que los defensores denominaron «virgen del castillo»— había logrado infundirles tanta fuerza y arrojo. Pero lo cierto es que Bijuesca pasó de manera definitiva a ser aragonesa hasta hoy pues los habitantes moros fueron definitivamente sometidos.
[Proporcionada por Concepción García.
Faci, Roque A., Aragón..., II, pág. 457.]


https://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Bijuesca

El castillo de Bijuesca es una edificación militar, construida en el siglo XIV, ubicada en el municipio de Bijuesca, en la provincia de Zaragoza (España), dentro de la comarca de la comunidad de Calatayud, a 50 km de Calatayud, 56 de Soria y 139 de Zaragoza.

En 1357 Pedro IV de Aragón mandó fortificar el castillo y la iglesia del municipio de Bijuesca, los cuales se encontraban estratégicamente situados en la confluencia entre el Reino de Aragón y la castellana provincia de Soria. Dentro de la conocida como Guerra de los Dos Pedros, dada su proximidad con el Reino de Castilla, éste fue uno de los primeros Castillos conquistados por D. Pedro I el Cruel, en 1358, quien dejó el castillo en manos del capitán Gómez de Carrillo, señor del Torreón de las Henestrosas, quien fue asesinado por el mismo D. Pedro, por supuesta traición. Tras ser recuperado por el reino de Aragón, el castillo se volvió a perder bajo el mando de Pedro IV en 1362. Éste, lo mandó derribar, pero no se cumplió la orden del todo ya que sólo se derribó una parte. Estuvo activo durante el siglo XIV. Este castillo siempre perteneció al municipio, excepto durante su conquista por D. Pedro IV.

El castillo, uno de los mayores atractivos de Bijuesca, conserva una torre defensiva, aún en pie. La mayor parte de los muros han sido derrumbados por el paso del tiempo, principalmente debido a la erosión y la llegada directa de los rayos solares.

Aunque hay esfuerzos para recuperarlo, el castillo de Bijuesca está en deterioro progresivo.
Incluido en la Lista roja de patrimonio en peligro (España) de la asociación Hispania Nostra.


  1.  http://www.castillosnet.org/espana/informacion.php?ref=Z-CAS-525
  2.  http://www.patrimonioculturaldearagon.es/bienes-culturales/castillo-de-bijuesca
  3. http://www.sipca.es/censo/1-INM-ZAR-020-050-003/.html
  4. https://casaruralmanubles.com/entorno/tradiciones
  5. http://castillosdelolvido.com/ermita-fortificada-de-la-virgen-del-castillo-bijuesca/
  6. https://www.foro-ciudad.com/zaragoza/bijuesca/fotos/41190-virgen-del-castillo.html
  7. http://torrealbarrana.com/doce-leguas-y-quince-rios/bijuesca/
  8. https://www.europapress.es/aragon/noticia-bijuesca-solicita-restauracion-retablo-virgen-castillo-20160822175441.html
  9. http://www.elperiodicodearagon.com/temas/bijuesca_185.html
  10. https://www.calatayud.org/noticias/SEPTIEMBRE-17/210917_16.htm
  11. https://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza/2016/08/22/bijuesca-pide-restauracion-del-retablo-ermita-virgen-del-castillo-1022538-2261126.html
  12. http://www.aldeaglobal.net/alu510/castella/Arago/Castell%20Bijuesca.htm
  13. https://joseaiguarbe.webcindario.com/lugares/03c1989be61103103/index.html
  14. https://www.turismodezaragoza.es/provincia/patrimonio/medieval/castillo-bijuesca.html
  15. http://aguamanubles.blogspot.com/2011/01/el-castillo-de-bijuesca.html

sábado, 27 de julio de 2019

LA MUERTE DEL CONDE ARTAL, SEÑOR DE MEQUINENZA

149. LA MUERTE DEL CONDE ARTAL, SEÑOR DE MEQUINENZA (SIGLOS XIV-XV. MEQUINENZA)

LA MUERTE DEL CONDE ARTAL, SEÑOR DE MEQUINENZA (SIGLOS XIV-XV. MEQUINENZA)


Estamos en Mequinenza. Era señor del castillo el conde Artal, hombre tan temido como odiado por su crueldad y licenciosas costumbres. Entre sus aficiones, destacaba la caza, que solía practicar de manera asidua por los campos y montes de la comarca. En cierta ocasión, cuando perseguía con encono a una pieza por los alrededores, vio por el camino a Alicia, hermosa y recatada muchacha, hija de un honesto campesino de la localidad. Dirigió hacia ella su caballo, a la par que el padre de la joven se encaminó, asimismo, hacia el lugar temeroso de lo que pudiera pasarle a su hija.

Molesto el conde por la actitud defensiva y desconfiada del campesino, arreó a su caballo para alejarse al galope, pero no sin antes conminar a la muchacha a que acudiera al castillo, sin excusa alguna, a la hora de oración. Alicia, temerosa por lo que pudiera sucederle si no obedecía al conde, tuvo que ser consolada por su padre.

Cuando caía la tarde, cubierto el cielo por negruzcas y amenazadoras nubes, padre e hija —temerosos por cuanto pudiera suceder en él— ascendieron al castillo, puesto que no podían negarse a la petición de su señor natural sin caer en desgracia. Llegados a la fortaleza y avisado el conde, su alegre semblante al llegar a la sala cambió al ver al padre de la muchacha, que fue conminado a marcharse. Ante su negativa, fue apresado por la fuerza y conducido a las mazmorras, donde quedó confinado y cargado de cadenas.

A solas ya en la estancia el conde Artal y Alicia, ésta no sólo se negó a brindar con la copa de vino que aquél le ofreciera, sino que tiró su contenido por el suelo. Hubo forcejeo entre ambos y la joven, en un instante de sorpresa, se dirigió corriendo hacia la amplia balconada, arrojándose al vacío para ir a caer en la balsa que había junto al castillo. A la vez que esto sucedía, el mismo rayo que iluminó el salto mortal de la joven cayó sobre la torre en la que se hallaba el conde Artal, cuyo cuerpo quedó totalmente carbonizado y sepultado entre los sillares arrancados de los muros.

A costa del sacrificio personal de Alicia y de su padre, aquellos que les sobrevivieron en el señorío de Mequinenza aliviaron, en parte, su condición servil.

[Aldea Gimeno, Santiago, «Cuentos...», C.E.C., VII (1982), 9-74, págs. 59-60.]


El castillo de Mequinenza es un palacio-castillo intacto en lo alto de una colina dominando la confluencia de los ríos Ebro, Segre y Cinca, ubicado en la localidad homónima de Aragón (España). Fue construido por los Moncada, señores de la baronía de Mequinenza. Data de los siglos XIV y XV, aunque en 1959 lo reformó considerablemente el arquitecto Adolf Florensa. Señala el punto fronterizo entre Aragón y Cataluña, y entre las provincias de Zaragoza y Lérida.

Pese a que actualmente es una propiedad privada que pertenece a la Fundación ENDESA, el régimen de visitas al Castillo permite hacerlo los martes no laborables por la mañana. Para ello, hay que ponerse en contacto con la Oficina de Turismo del Ayuntamiento de Mequinenza.

En origen el castillo se ha identificado con la fortaleza musulmana descrita por el cronista árabe Edridi con el nombre de Miknasa que decía de ella que era “pequeña, de fuerte aspecto y se halla en las fronteras del Andalus”.

Alfonso II de Aragón cedió a Armengol VII de Urgel en 1192 la villa de Mequinenza y el castillo, pasando a partir del siglo XIII a dominio de la familia Moncadas que en 1581 recibió el título de marquesado de Aytona y en 1722, por extinción de su línea directa, sus señoríos recayeron en el ducado de Medinaceli.

Durante la rebelión contra Felipe IV fue una fortaleza de primera línea donde pudo refugiarse el ejército real, derrotado por el franco de Charcot (1644). En la guerra de la Independencia española el castillo fue atacado por tropas francesas a lo largo de 1808 y 1809 y capituló ante el general Suchet tras una larga lucha en 1810. El nombre de Mequinenza aparece en el Arco de Triunfo de la plaza L’Etoile y figura entre los nombres de las plazas fuertes: Nápoles, Plaisance, Madrid y Mequinenza. En 1816 el rey Fernando VII reincorporó Mequinenza y su castillo a la Corona como acuartelamiento militar. Tras la guerra civil, en 1939, el castillo quedó sin guarnición y se abandonó. En la actualidad pertenece a la Fundación Endesa​ y solo es visitable los martes previa llamada al ayuntamiento. Se encuentra en muy buen estado de conservación.

Castillo gótico de finales del siglo XIV y principios del XV aunque al haber estado en uso hasta la primera mitad del siglo XX, las fortificaciones exteriores atienden a características de la arquitectura militar moderna.

Hasta la llegada de los tiempos modernos, la villa y el castillo de Mequinenza formaron un conjunto único. Las murallas del castillo no se limitaron a circunscribir o cobijar las construcciones militares ubicadas en la cima escarpada sino que, como indicaba Quadrado "los muros de su mole se desprenden y bajan hacia el Ebro para abrazar holgadamente a la población".​ En aquel entonces, cabe pensar que la población se ubicaba entre murallas y después de la desaparición de éstas, creció y se expansionó considerablemente siempre a orillas del Ebro. Las luchas que debió sufrir constantemente el castillo y la población hicieron que éstos no pudieran expansionarse y embellecerse, siendo ambos víctimas de incendios y saqueos, durante las invasiones sarracenas, durante las luchas medievales y durante el asedio francés en la Guerra de la Independencia.

El castillo-palacio es de forma cuadrangular irregular, con seis torres rectangulares y una séptima que pentagonal que es fruto de una reforma del siglo XVII. Dos de las torres guardan la entrada. El castillo se encuentra sobre un espolón de 185 m de desnivel divisando la confluencia de los ríos Segre, Cinca y Ebro. Está protegido en la vertiente sur por una escarpada ladera en la que son visibles los restos de una muralla que desciende buscando hacia el río y en el lado norte la protección proviene de un foso artificial.

El acceso al castillo se realiza por su flanco meridional, a través de una puerta con arco de medio punto protegida por dos torres. En la puerta se conserva el blasón de los Moncada. El interior se organiza alrededor de un patio descubierto sobre el que se articulan las dependencias y con aljibe excavado en la roca. En el sur tiene tres arcadas apuntadas y en el ala norte conserva una escalera que conduce a la segunda planta, donde está la Sala de Armas cubierta por bóveda de cañón apuntado. En el ala oeste está la gran sala, que conserva los macizos arcos diafragmas que sustentaban la techumbre de vigas, siendo el lugar donde se ubicaba la antigua capilla.

En el año 1133 la población, en manos de los árabes, es conquistada por Alfonso I el Batallador, rey de Aragón. Nuevamente, la población es reconquistada por los sarracenos y finalmente fue conquistada definitivamente por Ramon Berenguer IV en 1185. Alfonso II de Aragón al casarse con doña Sancha dió a esta como prenda de su real estimación la villa de Mequinenza. Más tarde, en 1192, el mismo rey la cede a Armengol, conde de Urgel. Del Dominio de los Condes de Urgel pasó el castillo y la villa de Mequinenza al de Ramón Guillén de Moncada y por sucesión hereditaria, pasó a los Marqueses de Aytona y después a los Duques de Medinaceli.

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En 1212, Pedro II prometió a su hija legitimada (contraída fuera de su matrimonio) Constanza de Aragón, al noble Guillén Ramón de Moncada en una fiesta celebrada en Tauste. La dote que aportaría la infanta serían los señoríos de Mequinenza, Aytona, Albalate de Cinca, Serós y Soses con todos sus derechos, castillos, villas y términos. Se iniciaba así la rama de Aytona del linaje de Moncada, que toma el nombre del más importante de los señoríos que Constanza recibió. A partir de este momento, los descendientes del linaje de los Moncada serán los señores de Mequinenza.

AñoSeñor
1212 (año de la dote) - 1250Constanza de Aragón, I señora de Aytona
1243/1245 - 1266Pedro Ramón de Moncada, II señor de Aytona
1266?-1285Guillén Ramón de Moncada, señor de Serós y Mequinenza
1253 - 1266?*Constanza de Moncada
1285-1313Berenguela de Moncada, señora de Serós y Mequinenza
1313-1320Elisenda de Moncada, Señora de Serós y Mequinenza
1320-1322Oto de Moncada "el Viejo", IV señor de Aytona
1322-1327?Elisenda de Moncada, Señora de Serós y Mequinenza
1327?-1341Oto de Moncada "el Viejo", IV señor de Aytona
1341-1354Oto de Moncada y Moncada, V Señor de Aytona
1354-1371Guillén Ramón de Moncada, VI Señor de Aytona
1371-1421Oto de Moncada, VII señor de Aytona
1421-1455Guillén Ramón de Moncada, VIII señor de Aytona

El castillo de Mequinenza fue mansión en 1288 de Carlos II de Anjou Príncipe de Salerno, hijo de Carlos de Anjou, rey de Nápoles y Sicilia, dado en rehenes por Alfonso III a sus barones.

Alfonso III hizo prisionero al citado Príncipe de Salerno cuando el padre de éste disputaba a aquél la Corona de Sicilia, después que había estado desposeído de ella en las famosas vísperas sicilianas y atribuido aquel reino a la Casa de Aragón. Alfonso encerró a aquel preso, inicialmente en el castillo de Monclús, pero viendo la poca seguridad que ofrecía por la proximidad con Francia, lo trajo al castillo de Mequinenza hasta que fue puesto en libertad en 1288 en cumplimiento del tratado de Canfranc. Una de las condiciones impuestas era que la Provenza caería bajo el vasallaje de Alfonso III si Carlos de Anjou incumplía aquello a lo que se le obligaba. Fray Miguel de Salas indicaba la importancia del Castillo de Mequinenza ya que "a un príncipe tan grande no se le daría Palacio que no fuera proporcionado a la grandeza y soberanía de su persona".

El Castillo de Mequinenza sufrió diversos embates al comienzo de siglo XIX con la Guerra de la Independencia y la invasión napoleónica. En aquel momento, Madoz destaca que la población formó "compañías enteras con su juventud que se hallaban en los memorables sitios de Zaragoza". Los franceses, después de haber tomado Lérida quisieron hacer lo mismo con Mequinenza cuya posesión ansiaban por considerarla la "llave estratégica del Ebro" y estar situada en una altura dominante sobre la desembocadura de los tres ríos. El mariscal Suchet, que mandaba en aquella zona encomendó al general Musnier aquella misión. Pero Mequinenza y su castillo resistieron heroicamente durante tres embates acometidos por el ejercito francés durante el año 1808. El ataque se reanudó en junio de 1809 nuevamente con derrota francesa. Musnier, viendo que la operación era muy difícil por la situación estratégica defensiva del castillo decidió que abriría un camino desde Torrente de Cinca que conduciría hasta el poniente de Mequinenza para hacer llegar a sus hombres y su artillería al castillo. La dura operación puso se puso en marcha el 15 de mayo de 1810 y se alargó hasta el primero de junio, tiempo en el cual los franceses ocuparon las posiciones más importantes a orillas del Ebro y del Segre.

El Castillo se hallaba en ese momento defendido por 1.200 hombres al mando del coronel Carbón. En la noche del 2 al 3 de junio se abrió la brecha y en la del 4 al 5 el ejército francés logró penetrar en la villa, saqueando y prendiendo fuego a muchas casas. Tres días después, destruidas las principales defensas del castillo y sin abrigo alguno, la guarnición española se rindió, quedando prisionera de guerra. La conquista del Castillo de Mequinenza supuso una de las grandes victorias en el valle del Ebro, por lo que debido a su gran importancia decidieron inscribirla en el Arco del Triunfo de París inmediatamente debajo del nombre de Madrid.

La fortaleza siguió prestando posteriormente sus servicios hasta época reciente. Después de la rendición francesa, mantuvo guarnición durante el siglo XIX y se vió afectado por nuevos avatares políticos y militares que sucedieron en la historia de España y especialmente durante las guerras carlistas. Ya había perdido ya su posición de palacio residencial de los Moncada y los Marqueses de Aytona y sus dependencias se habían adaptado a las necesidades de la guerra incluyendo nuevos dormitorios, la residencia del gobernador, almacenes de artillería, almacenes de fortificación, calabozos, dormitorios de artilleros, horno de pan, cementerio o varios polvorines.

En 1816 hay constancia de una R.O. dictada por el rey Fernando VII con fecha de 31 de mayo de 1816 que expone que la villa de Mequinenza solicita al rey ponerla bajo su real dominio. El dia 10 de enero de 1819 el corregidor de la ciudad de Fraga pasó a las Casas del Ayuntamiento y a su Sala Capitular para hacer cumplir la Real Orden a través de la cual la villa y su plaza pasaban a ser incorporadas a la Real Corona. El Duque de Medinaceli, anterior propietario, exigió a la corona diversas compensaciones como dar posesión de un horno de pan de cocer, de varias dehesas, treudos, derechos a participaciones de frutas y diezmos, señalando que el señorío sobre la villa de Mequinenza y el Castillo no pertenecían más que a la Corona. El Castillo de Mequinenza había quedado en un estado de abandono importante con el derrumbe de sus techos y parte de sus murallas.

Una de las primeras referencias que se encuentran del castillo es en la obra "Aragón" de José María Quadrado que en 1844 describe así su ubicación:

"Sobre la frontera misma de Aragón, ríndele el Segre sus caudales recién confundidos con los del Cinca, y en el amenísimo confluente, en aquel trifinio, por decirlo así, de las tres provincias aragonesas que por poco no viene a coincidir con el de los tres reinos que formaban la coronilla, asiéntase una antigua y noble villa colocada en medio de tres grandes ríos, como para hacer al principal los honores de la despedida".
(Los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca, patria del autor Quadrado, distan bastante. Creo que 
el cabeza cuadrada se refería al tercer reino como Cataluña, despreciando el propio de Mallorca).

Juan de Mariana, en su famosa "Historia de España" describe Mequinenza como "la que César llamó Octagessa, Pueblo fuerte por su sitio y por las murallas, está asentada en la parte que los ríos Cinca y Segre se juntan en una Madre".

Fray Miguel de Salas recoge en su obra "Vida de Sta. Agathoclia, Virgen y Mártir, Patrona de la Villa de Mequinença en el Reyno de Aragón" publicado póstumamente en 1697 ya se apuntan diversos asentamientos anteriores "porque con los varios sucesos de los tiempos se ha perdido la memoria de quién fué el que asentó para su fundación la primera piedra".

Pascual Madoz apunta a que el castillo se asienta "en la cima de una montaña aislada, que sirve como barrera a los ríos Ebro y Segre, en el punto de su confluencia. Consiste en una casa fuerte o palacio antiguo que fue del Marqués de Aytona, cuya figura es irregular en todos sus lados, siendo el mayor de treinta y cuatro varas y media, el menor de veinte y siete y su altura de nueve con torres en todos sus ángulos y en la longuitud de los lados mayores que miran al S. y O., estando la puerta en aquel". Como curiosidad Madoz apunta a que el Castillo de Mequinenza recibe el nombre de "el Macho" o "el Mocho" (refiriéndose a aquello que falta la punta o la debida terminación, ya que en el Castillo no había ninguna torre destacada por encima de las otras) y describe su estado como "miserable y reducido".




lunes, 6 de septiembre de 2021

senyer En Garau de Berbera donzell capita

Al molt honorable senyer En Garau de Berbera donzell capita et cetera.

Molt honorable senyer. Vostra letra havem rebuda avisatoria del cas fet per los enemichs en lo castell de Foix. Decontinent havem aplegat consell en lo qual es stat deliberat los cent rocins sien decontinent expedits e per esser promptament fet havem acordat bestraure per un mes pus los diners dels pagesos no son encara presos. No res menys es stat dat orde per que al fer de la present es gran hora de nit e persones son destinades qui dema per lo mati entendran ensemps ab lo senyor loctinent en fer exir la mes gent que poran e axi confortau aqueixa vila e les forçes circumvehines e tramatteu los socors si master sera en guisa que nos perden. Lo queus han dit del comte de Prades esser a Çalacuna no passe axi car a Cardona es ab X o XV rocins. Mas Ferrando Delicado era als Prats al circa L rocins porie esser que fos anat a Çallacuna. (ipsa lacuna o llacuna: La laguna) Gran meravella es de ten poch nombre de genets
spant en aqueixa terra majorment com veen e saben que los C rocins se preparen. Provehir al necessari car com dit es tantost haureu la gent. Data en Barchinona a XXIII de octubre del any Mil CCCCLXIII. - P. de Belloch
- Los deputats del General et cetera.
Domini deputati et cetera.

https://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Foix

Qué comida típica francesa se hace con hígado de pato? Se parece a Foix.

lo castell de Foix


El castillo de Foix está situado en la ciudad francesa de Foix, localidad a la que domina desde una altura de unos 60 metros en la cima de una peña calcárea. Es un importante centro de atracción turística del departamento del Ariège; la fortaleza también es conocida por ser uno de los principales lugares asociados al catarismo y sede del condado de Foix.

La roca calcárea sobre la que se asienta el castillo está trufada por diversas grutas, que ya fueron habitadas por el hombre en los tiempos prehistóricos, y que han sido objeto de diversas campañas de investigación, tanto de tipo espeleológico como arqueológico.

En época celta prerromana, el lugar siguió ocupado, hecho que atestigua la siguiente cita de Julio César, en el año 58 a. C.: El legado Craso combatió contra los sitiates, que se resguardaban en un oppidum fortificado.
(oppidum : podium : puig : pueyo : pui : puch ?)

Sobre la misma roca estuvo antaño emplazado un santuario pagano, consagrado al dios Abelio, dios del sol celta, (el de los abalorios) que fue reemplazado por una construcción fortificada (castrum) de los siglos VII y VIII (aunque con el antecedente de una pequeña fortificación romana). En el año 507 se cita la existencia de una fortificación en la ciudad de Foxum (la actual Foix).

En el siglo IX se construye a los pies de lo que actualmente es el castillo una abadía de estilo carolingio, posiblemente fortificada, que en el siglo X fue consagrada a san Volusiano, (de Tours) santo por el que los condes de Foix sintieron gran devoción a lo largo del tiempo. Dicha abadía resultó destruida durante las Guerras de religión de Francia. Igualmente se conoce que Carlomagno, posiblemente dentro de una política de reforzamiento de las defensas pirenaicas ante los musulmanes que habían ocupado la península ibérica, reforzó y modernizó el conjunto defensivo.

Según la documentación conservada, la existencia del castillo como tal se atestigua ya el año 987. El año 1012, figura en el testamento otorgado por Roger II de Cominges, el Viejo, conde Roger I de Carcasona, conde de Couserans y conde de Razés, que legó la fortaleza a su hijo menor Bernardo I Roger, el cual heredaba el condado de Couserans y parte del condado de Razés. Se conocen pocos datos sobre este primitivo castillo.

En efecto, la familia señorial propietaria de la zona se había instalado en este lugar que permitía el control de las vías de acceso a la cuenca alta del valle del Ariège, al vigilar desde este punto estratégico el país llano a la vez que se protegía tras una murallas inconquistables. De hecho, el castillo está construido en el punto de confluencia de los ríos Arget y Ariège.

En 1034, el castillo se convierte en sede del condado de Foix, jugando un importante papel en la historia militar medieval. Durante los dos siglos siguientes, el castillo protege no sólo a los condes sino también a las personalidades inspiradoras de la resistencia occitana durante la Cruzada contra los cátaros, y el condado se convierte en refugio privilegiado de los cátaros perseguidos.

En el año 1116, Ramón Berenguer III, el Grande, conde de Barcelona, intervino militarmente en la ciudad y su castillo para poner fin a una revuelta.

El castillo, que sufre varios asedios en su historia, entre ellos los de Simón IV de Montfort (en 1211 y 1212), - inciso, batalla de Muret, donde muere el rey de Aragón Pedro II
siempre resistió los asaltos bélicos, y únicamente fue conquistado en una ocasión, en 1486, debido a una traición acontecida con ocasión de combates entre dos ramas de la familia condal de Foix. Proeza de la época, los condes lograron preservar su territorio de la anexión a otros estados e incluso experimentaron un ascenso político. No obstante, hay que indicar que, en junio del año 1272, Roger Bernardo III de Foix, conde de Foix y vizconde de Castellbó se rindió al rey de Francia, tras que este sitiase el castillo, siendo encerrado en una mazmorra hasta que aceptó rendir homenaje al rey de Francia. En 1290, Roger Bernardo III de Foix se convirtió en vizconde de Béarn, al contraer matrimonio con la heredera del vizcondado de Béarn, Margarita (véase la relación de titulares del vizcondado).

Desde el siglo XIV, los condes de Foix, entre ellos Gastón III Febus (1343-1391) fueron abandonando progresivamente el castillo, debido a su falta de confortabilidad, en provecho del Palacio de los gobernadores (el actual tribunal) de la ciudad de Pau, la capital del vizcondado de Bearn. A partir de 1479, el conde de Foix asumió la corona del reino de Navarra y el último de ellos, Enrique IV, rey de Francia en 1607, anexionó a Francia en 1620 sus territorios de la Baja Navarra, que España no había conseguido controlar tras la Conquista de Navarra.

Sede del gobernador del País de Foix desde el siglo XV, el castillo siguió contribuyendo a la defensa del país, especialmente durante las guerras de religión. Se convirtió en el último de los castillos de la región tras la orden de Richelieu de que todos ellos fuesen arrasados (1632-1638). Hasta la Revolución francesa, la fortaleza mantuvo acantonada una guarnición. Su vida estuvo constelada de recepciones grandiosas cuando tenían lugar las llegadas de los nuevos gobernadores, entre los que se contaba al conde de Tréville, capitán de los mosqueteros de Luis XIII de Francia, y el mariscal de Ségur, ministro de Luis XVI de Francia.

A mediados del siglo XIX, el castillo de Foix fue declarado Monumento histórico por el Gobierno francés. En ese mismo siglo, el castillo fue objeto de una intensa restauración, que pretendía recuperar su estilo medieval. Desde 1930, el castillo acoge las colecciones del Museo Departamental del Ariège. Prehistoria, arqueología galorromana y medieval, etc., atestiguan la historia del Ariège desde los tiempos más remotos. El Museo reorganiza sus colecciones sobre la historia del yacimiento del castillo intentando lograr conocer la vida en Foix en tiempos de los condes. Es igualmente interesante el espectáculo Érase una vez... Foix que cada verano organiza el Museo, durante el cual queda iluminado todo el castillo.

Arquitectura:

Ambas torres cuadradas, la cubierta y la descubierta, son de las partes más antiguas del castillo, remontando su antigüedad a los siglos XIII a XIV (aunque actuando sobre elementos existentes con anterioridad), mientras que la redonda, la más moderna, data del siglo XVI.7​ Las tres torres están rematadas por almenas, y tiene una altura de entre 25 y 30 metros.

La torre cuadrada descubierta se conoce también como Tour d'Arget, (pero NO Tour d´Argent, de plata) puesto que su función es la vigilancia del valle del río Arget. Sirvió como prisión para presos políticos catalanes y civiles durante cuatro siglos, hasta 1862.

La torre central del castillo contiene tres salas provistas de bóvedas de crucería.

Los lienzos de unión entre las torres (es decir, la segunda muralla), igualmente almenados, y las barbacanas fueron construidos en el siglo XIII.

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-media/20180419/47313403821/cruzada-contra-los-cataros.html

lunes, 29 de abril de 2019

LA RECONQUISTA DE ALQUÉZAR

2.25. LA RECONQUISTA DE ALQUÉZAR (SIGLO XI. ALQUÉZAR)

Alquézar, durante la dominación musulmana, era cabecera administrativa de la comarca. Su gobernador residía en el castillo y su poder era omnímodo no sólo ante sus correligionarios sino, y sobre todo, ante la población cristiana mozárabe que se quedó tras la conquista.

LA RECONQUISTA DE ALQUÉZAR (SIGLO XI. ALQUÉZAR)


Era costumbre del gobernador, llamado Banu Jalafel, exigir a los cristianos un tributo consistente en la entrega de las más bellas doncellas de los poblados circundantes con destino a su harén. Todos los días se hacía llevar a palacio una muchacha distinta, con gran disgusto de los cristianos, que no veían la forma de terminar con aquel oprobio. Por fin idearon la manera.
Por aquel tiempo, la presión de los ejércitos cristianos frente a los dominadores musulmanes era ya ostensible, lo que daba ánimos a los sometidos mozárabes. En tales circunstancias, éstos creyeron llegado el momento de actuar ideando un plan que mantuvieron en secreto.
Una mañana, para cumplir con el tributo, tenía que ir al castillo una bella muchacha de Buera, llamada María, población que estaba cercana a Alquézar. Aparentemente, se resistió cuando pudo, pero acabó accediendo, aunque, eso sí, con un plan premeditado que cumplir.
Una vez en presencia del gobernador, cuando estaban a solas, la muchacha le clavó el cortaplumas que había introducido oculto entre sus trenzas, dándole muerte. Luego, con gran aplomo, empapó su propio pañuelo con la sangre del jefe moro, se asomó a la ventana de la estancia e hizo la señal convenida con los cabecillas cristianos. Todos, armados como pudieron, se dirigieron al castillo.
Cuando se corrió la noticia de la desaparición del gobernador entre la guarnición musulmana, atemorizados como estaban por la presión de los ejércitos cristianos en fortalezas contiguas a Alquézar, cundió el pánico y, antes que verse desamparados y sin guía para afrontar la lucha que se avecinaba, los soldados decidieron arrojarse al río desde las rocas altas del castillo y huir.
La fortaleza fue tomada en nombre del rey de Aragón, a quien enviaron emisarios con la buena nueva.
[Proporcionada por Adolfo Castán. Colegio «San Viator». Huesca, así como por Pilar Ballarín, Mª Carmen Cabrero, Eva Gilaberte, Elena Huguet y Silvia Lascorz.]

https://es.wikipedia.org/wiki/Alqu%C3%A9zar

Alquézar (Alquezra en aragonés) es un municipio de la comarca Somontano de Barbastro, en la Provincia de Huesca, comunidad autónoma de Aragón, España.

Está situado en la margen derecha del río Vero, en su último cañón, al pie de las sierras de Balcez y Olsón. Dista de Huesca 51 km.

Parte de su término municipal está ocupado por el Parque natural de la Sierra y los Cañones de Guara.

Radiquero
San Pelegrín

Debe su nombre al castillo o al-qasr construido para defender el acceso a la Barbitanya.
Siglo IX. Jalaf ibn Rasid mandó construir el castillo y se convirtió en el principal punto de defensa de Barbastro frente a los reinos cristianos del Sobrarbe.
El 28 de agosto de 1067, el rey Sancho Ramírez de Aragón concedió la villa de Beranuy y Santa María de Sabiñánigo al abad de Fanlo "porque fabricasteis la torre en Alquézar" (CANELLAS, Cartulario de Fanlo, nº. 46).
El 27 de abril de 1069 Sancho Ramírez, concedió fueros a Alquézar (LACARRA, Documentos, nº. 2).
https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/03/52/11canellas.pdf

En 1075 Sancho Ramírez, concedió privilegios a Alquézar "cuando se levantó el sitio de los sarracenos" (MUÑOZ, Colección de fueros, p. 252).
En febrero de 1125 el rey Alfonso I el Batallador otorgó fueros a Alquézar (LACARRA, Documentos, nº. 115).
Fue de realengo desde su conquista hasta 1202 (MIRET, Itinerario de Pedro II, p. 266).
En 1218 el rey Jaime I de Aragón dio al obispo de Tortosa la iglesia de Alquézar (HUICI-CABANES, Documentos, nº. 12).
El 6 de febrero de 1233, estando en Sariñena, Jaime I de Aragón concedió a Artal de Foces el castillo y villa de Alquézar (HUICI-CABANES, Documentos de Jaime I, nº. 176).
El 25 de septiembre de 1245 Jaime I de Aragón confirmó a los hombres de Alquézar los fueros dados por el rey Sancho Ramírez, otorgando los privilegios de feria y mercado (HUICI-CABANES, Documentos, nº. 413).

Vista del valle del Vero desde la colegiata.
El 28 de enero de 1290 era de realengo (SINUÉS, Nº. 195).
En 1295 era de realengo (Codoín, 39, p. 299).
En 1327 se deslindaron los dominios entre los términos de Alquézar y Alberuela de la Liena (NAVARRO TOMÁS, Documentos lingüísticos, nº. 103).
El 5 de septiembre de 1357 el rey Pedro IV de Aragón vendió a Pedro Jordán de Urriés el castillo y villa de Alquézar (SINUÉS, nº. 196).
El 11 de junio de 1372 Pedro IV entregó el castillo y villa de Alquézar a Gonzalo González a cambio de Ricla (SINUÉS, nº. 198).
El 22 de marzo de 1380 Violante de Urrea vendió el castillo, villa y aldeas de Alquézar al rey Pedro IV (SINUÉS, nº. 203).
El 1 de junio de 1398 el rey Martín I de Aragón confirmó la compra de Colungo por los de Alquézar (SINUÉS, nº. 205).
En 1610 eran de Alquézar las poblaciones de Asque, Colungo, Buera, Radiquero y San Pelegrín (LABAÑA, p. 63).
1960 – 1970 se le unió Radiquero.
En 1966 la colegiata fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional.
En 1982 el casco urbano fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.

Personas célebres nacidas en esta localidad:

Domingo Alquézar
Pedro Melero
Bartolomé de Lecina
Martín Garcés
Juan de Naya
José Azara Cáscaro
José Nicóstrato Belenguer
Francisco Tomás Vilellas Férriz
Blas Nasarre
Antonio Vicente Lamarta y Buil
José Cáscaro y Férriz
Rafael Fierro Trallero
Mariano Ordás López
Ramón Rosa
Elías López Sarrayo
Florentín Felipe Naya, Beato de la iglesia católica.
Mariano Sierra Almázor, Beato de la iglesia católica.
Antonio Buil Casquillo

UBIETO ARTETA, Antonio, "Historia de Aragón". Los pueblos y los despoblados I (Ed. Anubar. Zaragoza, 1984)
CONTE OLIVEROS, Jesús. “Personajes y Escritores de Huesca y Provincia”. Ed. Librería General (Zaragoza 1981)

jueves, 21 de noviembre de 2019

LOS URREA CONTRA LOS CORNEL


169. LOS URREA CONTRA LOS CORNEL (SIGLO XIV. ZARAGOZA)

Doña Brianda de Luna, una joven perteneciente a la importante familia de este apellido, estaba casada con el rico-hombre don Lope Ximénez de Urrea, mas el destino y la fatalidad quisieron que el enlace no funcionara bien y la muchacha, alegando que su marido era impotente, inició los trámites del divorcio.

Sin esperar la resolución pertinente, la joven abandonó el hogar, que estaba situado entre la calle del Sepulcro y la ribera del Ebro. Intervinieron en el asunto tanto el arzobispo de Zaragoza, que era familiar suyo, como los abades de Montearagón y Veruela, conminando todos a la muchacha a que volviera con su esposo al menos hasta que se resolviera el caso.

Regresó contrariada Brianda con su marido, pero como estaba resuelta a terminar con él, a los pocos días se descolgó por una ventana que daba al río, huyendo en compañía de su primo y amante, don Luis Cornel, para refugiarse ambos en el cercano castillo de Alfajarín. Al hacerse pública esta noticia entre los zaragozanos, los Urrea y los Cornel entablaron una disputa que desembocó incluso en luchas y choques sangrientos.

LOS URREA CONTRA LOS CORNEL (SIGLO XIV. ZARAGOZA)

El rey Pedro IV, viendo que las desavenencias entre tan importantes familias estaban asolando Alfajarín y sus contornos, decidió convocar a ambas partes a las Cortes reunidas en Zaragoza, con citación especial de los dos promotores de la discordia.

Acudió don Lope Ximénez de Urrea, el marido burlado, ante los brazos de las Cortes, pero no así don Luis Cornel, el amante burlador, que no sólo recibió con chanzas a los embajadores del rey sino que incluso arreció sus ataques contra las posesiones de su enemigo.
El rey, profundamente enojado por esta actitud, dispuso que sus tropas arrasaran los campos de Alfajarín, tomaran por asalto el castillo y llevaran prisionero a don Luis Cornel, que fue condenado al destierro, mientras doña Brianda acababa sus días recluida en un convento.

[García Ciprés, G., «Ricos hombres de Aragón. Los Luna», en Linajes de Aragón,
II (1911), 65.


http://www.sipca.es/censo/1-INM-ZAR-017-017-002/.html


  •  Gran Enciclopedia Aragonesa. alfajarin&categoria_id=&subcategoria_id=&conImagenes= «El castillo de Alfajarín»

    1.  Heraldo de Aragón. «Alfajarín rehabilita torre del castillo»
    2.  Turismo de Zaragoza. «El Castillo de Alfajarín»

    El castillo de los Cornel se sitúa en el término municipal de Alfajarín, en la provincia de Zaragoza sobre una cumbre de los Montes Blancos, junto a la ermita de la Virgen de la Peña de la localidad.

    El castillo de Alfajarín fue construido por los musulmanes en el siglo XI. Alfajarín y su castillo se rindieron ante el avance cristiano (1119) tras la reconquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador en 1118, pero poco después volvió a manos musulmanas y en 1131 tuvo que volver a tomarlo el rey Alfonso, poniendo como tenente a Fortún Galíndez.

    Tras la muerte de Alfonso I Batallador, a consecuencia de las heridas sufridas en la batalla de Fraga en 1134, volvió a poder de los almorávides, no siendo reconquistado definitivamente hasta 1141, durante el gobierno de Ramón Berenguer IV quien puso tenentes al frente de la guarnición hasta 1196.

    Desde final del siglo XIII y hasta finales del siglo XIV perteneció a la baronía de los Cornel,​ como consecuencia de la donación hecha por Jaime II de Aragón en 1293. Tras extinguirse esta baronía fue comprado por diferentes personajes. Entre ellos destaca Ramón de Espés y la familia de los Alagón. Con posterioridad el castillo quedó abandonado y comenzó un proceso de ruina.

    La fortaleza se sitúa sobre un espolón rocoso sobre la ribera del Ebro, defendido por los lados norte y este por acantilados naturales y en el resto se construyó un foso defensivo para proteger la entrada teniendo acceso con puente levadizo protegido con dos torres. En una de las torres se encontraba el acceso en recodo, con arco apuntado revestido de ladrillo, en la actualidad muy deteriorada. La otra torre destaca por su volumen, presenta planta cuadrada, de unos 6 metros de lado, y gran altura. Interiormente se estructuraba en dos plantas superpuestas, cubiertas con bóvedas de cañón apuntado, de las que la de la planta baja ha desaparecido. Posee dos puertas y una ventana en arco apuntado situadas en la cara que mira al interior del recinto. el recinto tiene planta pentagonal irregular midiendo aproximadamente 100 por 60 metros. El muro norte es el menos deteriorado y en él se abre un portillo que lo une con la Torre del Homenaje, vigilado a su vez por un torreón rectangular. En el extremo este presenta existe torreón pentagonal en muy mal estado. Existe un foso artificial en todo este extremo. La torre del homenaje se construyó en el siglo XIV y en esta época también se reforzó todo el castillo. Esta torre debía ser imponente, pero sólo conserva dos paredes de gran espesor. La construcción es de tapial revestido de ladrillo macizo hasta media altura.

    viernes, 3 de mayo de 2019

    LA TRAICIÓN DEL MORO GLAFAR


    2.43. LA TRAICIÓN DEL MORO GLAFAR (SIGLO XI. RUEDA DE JALÓN)

    A mediados del siglo XI, todo Al-Andalus se había cuarteado en más de cien feudos musulmanes más o menos grandes —los llamados reinos de taifas—, destacando entre todos ellos la taifa sarakustí, que tenía su corte en el bello palacio de la Aljafería, todavía en pie, y cuya construcción tuvo lugar a la vez que se levantaba la catedral jaquesa.

    LA TRAICIÓN DEL MORO GLAFAR (SIGLO XI. RUEDA DE JALÓN), Aljafería


    No obstante, los importantes reyes taifales zaragozanos edificaron y mantuvieron otras residencias, cual es el caso del entonces inexpugnable castillo de Rueda, elevado a la vera del río Jalón, fortaleza que fue corte de GinfarAmad, hijo de rey de Sarakusta Abdel-Mech, hasta que tuvo que entregarlo a Alfonso I el Batallador, en 1118, como consecuencia de la caída de Zaragoza.

    castillo de Rueda, elevado a la vera del río Jalón, fortaleza que fue corte de GinfarAmad, hijo de rey de Sarakusta Abdel-Mech

    Pocos años antes, en 1084, el moro Glafar —que ya tenía problemas de supervivencia para mantener independiente su feudo— fingió que estaba dispuesto a hacer entrega del castillo a los cristianos a cambio del cumplimiento de determinadas condiciones, cuando, en realidad, lo que pretendía era ganar tiempo y apoderarse del mismo monarca aragonés.
    Aunque no logró su propósito, puesto que fue descubierto con suficiente antelación, hizo que sus secuaces apresaran y asesinaran a los infantes pamploneses Sancho y Ramiro Garcés, hijos del rey, así como al conde Nuño Álvarez de Lara y al conde González Salvadórez, «Cuatro manos», entre otros caballeros. La venganza de la traición quedó pendiente por el momento.
    [Bernal, José, Tradiciones..., pág. 222.]


    El castillo de Rueda de Jalón es un castillo medieval de propiedad particular situado en el municipio zaragozano de Rueda de Jalón y que se encuentra en grave riesgo ruina.


    Rueda de Jalón llamada en otros tiempos Rota o Rotalyeu, fue conquistada por los Banu Casi, de Zaragoza en el año 882. Existen noticias de que en 935 fue sitiado por Durrí, general de Abderramán III, cuando estaba en manos de Tuchibí, del reino de taifa de Zaragoza.
    En el año 1083, siendo alcaide de la fortaleza el caudillo Al-Mustaín, Alfonso VI de Castilla plantó cerco aunque no llegó a conquistarla. Posteriormente, Amed-Saif-Dola, hijo y sucesor en Rueda de Beni Hud, cambió el lugar con Alfonso VII de Castilla por un terreno en Toledo. Por fin, la plaza fue definitivamente reconquistada por Alfonso I el Batallador.

    Constan como tenentes de Alfonso II de Aragón entre otros Pedro Ortiz en 1165 o Ortún de Sotiu en 1178. En 1228 Alfonso III de Aragón entregó el castillo a los nobles de la Unión. Jaime II de Aragón lo entregó en rehenes a su prometida Isabel de Castilla y en 1291 aparece como propiedad de Lope Ferrench de Luna, VII señor de Luna y siguió en tenencia de los Luna hasta 1315. En 1391 Juan I de Aragón lo vendió a Ramón de Perelló, dos años después lo compró el señor de Épila, que lo unió a sus señoríos, convirtiéndose más tarde en vizconde de Rueda.

    La fortaleza es un amplio recinto triangular situado sobre un espolón inaccesible por dos de sus lados accediéndose por el tercero donde se encontraba la puerta de acceso al recinto que hoy día no existe. El recinto se distribuye en tres niveles escalonados.
    En el más alto tenemos una torre, que ha perdido el remate y la puerta de acceso. En el nivel medio queda un lienzo de muralla en el que se pueden reconocer los arranques de los muros de varias dependencias rectangulares y algunos muros de tapial que serían la zona residencial. El nivel inferior era el más amplio y llano, pero apenas quedan restos visibles.

    Se conserva un tramo de muralla almenada que conecta con una torre albarrana que protegía el acceso. Esta torre es de planta cuadrada, con puerta y ventanas de estilo caifal. También se conserva un aljibe subterráneo, al que se puede acceder por unas escaleras talladas en la roca. En lo alto de la montaña se alzan dos hermosas torres cuadradas construidas en tapial. El castillo se encuentra en estado ruinoso, aunque conservando algunos muros de considerable volumen formando un conjunto de importancia relevante. Se encuentra en un estado de conservación lamentable lo que hace que esté incluido en la Lista roja de patrimonio en peligro (España).






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