domingo, 28 de junio de 2020

HISTORIA DE LOS CONDES DE URGEL, Diego Monfar Sors

COLECCIÓN DE DOCUMENTOS INÉDITOS DEL ARCHIVO GENERAL DE LA
CORONA DE ARAGÓN,
PUBLICADA DE REAL ORDEN
POR
SU CRONISTA,
D. Próspero De Bofarull y Mascaró.

TOMO IX.

HISTORIA DE LOS CONDES DE URGEL,
escrita por D. Diego Monfar y Sors,
archivero del Real Archivo de Barcelona,
y
PUBLICADA DE REAL ORDEN
POR
D. Próspero de Bofarull y Mascaró,
cronista de la Corona de Aragón.
Tomo I.
Barcelona.
En el establecimiento litográfico y tipográfico de
D. JOSÉ EUSEBIO MONFORT.
1853.

/ Edición de Ramón Guimerá Lorente.
Se actualiza la ortografía en parte, y añado comentarios entre paréntesis y cursiva (así). Faltan bastantes páginas y otras están mal escaneadas /.
Deseando la Reina Ntra. Sra. (Q. D. G.) que vean la luz pública en esta colección diplomática, no solo los documentos interesantes a la historia y demás ramos de literatura en general, si que también diferentes códices inéditos que igualmente custodia este antiquísimo archivo, por considerarlos no menos conducentes al digno objeto de su ilustrado desvelo, según anunciamos y ofremos en el preliminar de esta empresa; daremos con oportunidad la preferencia a la Historia inédita de LOS CONDES DE URGEL, de D. Diego Monfar, por tratarse en ella de unos personajes, estados y hechos tan enlazados con los de la Corona de Aragón, como con sus Parlamentos, Compromiso de Caspe y demás documentos que acabamos de publicar, a tenor de las reales instrucciones que hemos recibido. En efecto, desde que Carlos Calvo dividió la Septimania en marcas, cediendo en plena soberanía la española, o marquesado y condado de Barcelona con sus agregados, a Vifredo el Velloso, que en su muerte heredó a su hijo Seniofredo con el de Urgel; este condado, erigido en la región de los antiguos Ilergetes, ha estado constantemente bajo el señorío de príncipes de la dinastía de Barcelona y Aragón, hasta que al cabo de cuatro largos siglos de gloriosa existencia la falta de sucesión en Don Martín, el fallo de los nueve compromisarios de Caspe y la rebelión de Don Jaime el desdichado contra el electo Don Fernando, autorizó a este nuevo rey a proceder militar y judicialmente contra su malhadado primo, confiscándole sus estados y condenándole a cárcel perpetua, en la que murió al cabo de muchos años, asesinado en el castillo de Játiva por los infantes hijos de su mismo antagonista.
Diego Monfar y Sors, ciudadano honrado y natural de Barcelona, hizo sus estudios, con el aprovechamiento que manifiestan sus obras, en la antigua y acreditada universidad literaria de Lérida: fue escribano de mandamiento de la cancillería de Aragón, y uno de los rehenes que envió a Luis XIV el Principado, en seguridad del ejército francés con que aquel monarca ausilió a Cataluña durante la guerra que sostuvo contra Felipe IV de España, llamada de los segadores. En 1641 fue nombrado por dicho rey de Francia archivero de su Real Archivo de Barcelona; y por estos años, hasta el de 1652, en que murió en la villa de Tarrasa, escribió este códice o Historia de los Condes de Urgel, después de haber examinado detenidamente, no solo los infinitos autores que en ella cita, si que también varios archivos de Aragón y Cataluña, y en especial este de la Corona de Aragón que tuvo a su cargo, del que copia muchos documentos curiosísimos e interesantes.
Consta este códice de 500 folios, escritos de puño propio del autor, en papel muy ordinario, con letra bastante difícil para quien no está versado en la paleografía; y se ignora cómo fue a parar al archivo de los Padres Mercenarios de Barcelona, del que lo recogió el archivero de la Corona de Aragón el año de 1835, depositándole en este mismo establecimiento donde probablemente fue escrito. El padre maestro Izquierdo, de la orden de san Agustín, sacó de él una copia en dos grandes volúmenes, que hemos consultado y existe en el archivo de la Academia de Buenas Letras de Barcelona; pero la hemos hallado llena de erratas, aunque en el testo esté conforme con el original que tenemos a la vista. Como Monfar escribió en una época tan turbulenta, cual fue la de aquella asoladora y desgraciada guerra, no es de admirar que no diese la última mano a su obra, ni que se hallen en ella algunas lagunas, no pocos barbarismos y otras faltas de lenguaje, que difícilmente podía evitar un catalan que escribía en castellano a mediados del siglo XVII, cuando el Principado conservaba aún en toda su fuerza el entusiasmo patrio por sus fueros e idioma.
a pesar de esto, para conservar en todo lo posible la pureza del testo, rara vez nos hemos atrevido a rectificar más que aquellos defectos que podían producir confusión en el sentido de la frase, y que sin duda ninguna hubiera el mismo autor corregido, a haber tenido espacio y sosiego para limar su obra. Nos hemos contentado con regularizar y uniformar su ortografía, suprimiendo todas las inflexiones exclusivas del catalan, más o menos antiguas, que Monfar aplicó al castellano, y que hemos sustituido con las letras con que propiamente debía escribirse en este idioma, a saber: ny por ñ, cuando se halla banyo por baño; I en principio de dicción por ll, cuando escribe levar por llevar; s líquida por es en las voces que deben empezar con estas dos letras; t por d, en algunos finales en ad; y doble s por la s sencilla, única y fuerte, castellana; y haciendo desaparecer todos los afijos, especialmente en los genitivos de los nombres que empiezan por vocal, que llevaban una d al principio, cuyo uso hemos variado, suprimiendo por consiguiente la sinalefa, y marcando el de.
La idea que nos guía, y el útil objeto que llevamos al publicar este libro, quedarán aun más patentes a medida que el lector se haga cargo de la importancia del códice, cuya corrección, para darlo a luz, esperamos con justicia que nos habrá de agradecer.