viernes, 22 de noviembre de 2019

EL PORTAL DE LA TRAICIÓN


178. EL PORTAL DE LA TRAICIÓN (SIGLO XIV. TERUEL)

EL PORTAL DE LA TRAICIÓN (SIGLO XIV. TERUEL)


Durante la «guerra de los dos Pedros», una buena parte de las actuales tierras de Teruel cayeron en manos de Pedro I de Castilla. En 1362, llegaba a la ciudad del Turia la noticia de la pérdida de Calatayud por parte de Pedro IV, rey de Aragón, pero los turolenses no dieron mayor importancia a este hecho, que consideraron como un incidente fronterizo más, y confiaban que el ejército castellano sería detenido en Daroca como había ocurrido en otras ocasiones.

Pero las noticias eran cada vez más alarmantes. En Cariñena, sus habitantes habían sido degollados. En Báguena, su alcaide, Miguel de Bernabé, moría abrasado voluntariamente antes que entregar el castillo. Bueña sufría suerte parecida. Las tropas castellanas se acercaban a Teruel y la ciudad se preparó ahora para su defensa. Cada hombre ocupó su sitio en la muralla.

El sitio comenzó el día de san Marcos de 1363, reuniendo los castellanos sus mayores efectivos ante la puerta de Zaragoza. Pronto comenzaron a lanzar enormes piedras con sus máquinas de guerra, intentando, sobre todo, intimidar a la población, en espera de que se rindiera a causa del pánico. El sitio duró nueve días, y fueron derrumbadas muchascasas mientras morían muchos defensores.

Pronto comenzaron a lanzar enormes piedras con sus máquinas de guerra


Entre tanto, el juez de Teruel, temiendo una muerte cruenta, entró en conversaciones con los sitiadores, a quienes abrió un pequeño portillo de la muralla, desde entonces y hasta ahora conocido como el «Portal de la Traición». Pedro I entró por él en la ciudad, en lugar de hacerlo por la puerta principal, la de Zaragoza, delatando así al traidor. Durante casi tres años los castellanos ocuparon la ciudad.

Pedro IV, encolerizado por lo sucedido, abolió los fueros de la ciudad hasta que, una vez recuperada, y ante las súplicas de la población, que nada había tenido que ver con la traición, indultó a Teruel y le devolvió y confirmó sus fueros, una vez que los ejércitos castellanos, tras arrasarla, habían abandonado la ciudad.

El juez traidor no pudo ser castigado por haber huido, pero su nombre fue borrado de todas las crónicas y documentos, para que la historia lo ignorara para siempre.

[Andrés, Federico, «Tradiciones turolenses», Heraldo de Teruel, 11 (1896), 81-86;
«El Portal de la Traición», Miscelánea Turolense, 20 (1896), 386-387. Caruana, Jaime de, Relatos y tradiciones de Teruel, págs. 81-86.]

LA RESISTENCIA HEROICA DE BUEÑA


177. LA RESISTENCIA HEROICA DE BUEÑA (SIGLO XIV. BUEÑA)

LA RESISTENCIA HEROICA DE BUEÑA (SIGLO XIV. BUEÑA)


La Guerra de los dos Pedros (entre Pedro IV de Aragón y Pedro I de Castilla) fue cruel y despiadada, suponiendo para una parte de Aragón —sobre todo en las «comunidades» de Calatayud, Daroca, Albarracín y Teruel— un auténtico reguero de muerte y destrucción, dando origen a muchos despoblados. Mas, como suele suceder en toda contienda bélica, en ésta se dieron casos de heroísmo, gestas colectivas e individuales, muchas de las cuales, aparte de su veracidad, se han teñido de matices legendarios.

Los ejércitos castellanos ensangrentaron las comarcas de Tarazona y Calatayud y ensombrecieron la de Daroca. En Báguena, su alcalde, Miguel de Bernabé —haciendo arder el castillo e inmolándose él dentro— pasó a la historia por su heroísmo, lo mismo que la resistencia comunitaria de Bueña, en el camino de Teruel. Por fin, la capital turolense fue asaltada, por lo que durante unos años obedeció al rey castellano.

No pudieron entrar en Bueña los soldados castellanos, pero hicieron muchos prisioneros, entre ellos a los hermanos Martín y Andrés Martínez de Gombalde. Ya tenía Pedro I de Castilla un medio de presión ante el alcaide de la plaza, de modo que parlamentó con él, ofreciéndole mercedes y la libertad de los jóvenes si accedía a la entrega del castillo. Si se negaba, los degollarían al pie mismo del muro. Se repitió ante Bueña la escena de Tarifa, y como el hijo de Guzmán el Bueno, los hermanos Gombalde fueron asesinados a la vista de los defensores.
Cuando siguieron camino de Teruel, las tropas castellanas fueron constantemente hostigadas por los hombres de Bueña, vengando así la muerte de sus hijos. Bueña y Tarifa pasaron juntas a la historia.

Una vez finalizada la contienda, Pedro IV el Ceremonioso premió a los hermanos Martínez Gombalde y a sus descendientes con honores y mercedes, desde el castillo causante del dolor a otros en distintos puntos del reino, incluso en Navarra.

[Gisbert, Salvador, «Los dos hermanos Gombalde», Revista del Turia, 13 (1884), 5-7.]


Bueña es un municipio y población de España, perteneciente a la Comarca del Jiloca, en la Sierra de Lidón (Sistema Ibérico), al noroeste de la provincia de Teruel, comunidad autónoma de Aragón, a 61,4 km de Teruel. Tiene un área de 40,75 km² con una población de 53 habitantes (INE 2016) y una densidad de 1,74 hab/km² con una fuerte tendencia a la regresión demográfica debido a la despoblación. El código postal es 44394.


En su término urbano se han encontrado restos arqueológicos de gran importancia.

Con la victoria en la batalla de Cutanda, Alfonso I conquistó estos terrenos a los musulmanes, siendo tierra fronteriza, pero se perdió a su muerte. Posteriormente fue tomado por Ramón Berenguer IV, pasando a formar parte del Reino de Aragón.

Integrado en la Comunidad de aldeas de Teruel, dentro de la Sesma de Visiedo, su situación, próxima a tierras castellanas, hizo que en esta nueva época se transformase de nuevo en lugar estratégico. En 1363 sufrió un ataque castellano, en donde el alcalde Martín Martínez de Gombalde tuvo la oportunidad de demostrar su valentía, al negarse a entregar el castillo a los invasores. Tal gesto de lealtad hacia la Corona de Aragón costó la ejecución de sus hijos, Andrés y Martín de Gombalde.

Posteriormente, tras la ruptura de relaciones entre Pedro IV y Enrique de Trastámara, volvió a ser zona fronteriza.

CITAS:

También hay leyendas de apuestas macabras en Caminreal y tradiciones orales que nos ponen de manifiesto la valentía y abnegación de personajes de la comarca, como Miguel Bernabé, un labriego de Báguena que defendió en un acto heroico, pagando con su propia vida, el castillo de su pueblo. La misma historia se repite en Bueña en donde el alcaide de la villa, Martínez de Gombalde, no sucumbió a la amenaza, si no entregaba la villa, del sacrificio de la vida de sus hijos, que terminaron muriendo en manos de los ejércitos castellanos.
Francisco Lázaro Polo.