Mostrando entradas con la etiqueta Siresa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Siresa. Mostrar todas las entradas

sábado, 20 de junio de 2020

207. EL TESORO DE LA MORA DE SIRESA


207. EL TESORO DE LA MORA DE SIRESA (SIGLOS XIV-XV. SIRESA)

En uno de los frondosos bosques cercanos al pueblo de Siresa, en el mismo corazón del Pirineo, vivía totalmente apartada y escondida del resto del mundo una mora cuya ilimitada codicia le había llevado a atesorar un importante número de objetos religiosos, entre los que destacaban varios cálices y cruces de oro. Nadie sabía a ciencia cierta dónde estaba el escondite de tanta riqueza acumulada, pues la enigmática mora era muy celosa con sus joyas y nunca se había delatado.

Ocurrió que cierto día un pastor de Siresa que, tras haber dejado a buen recaudo a sus ovejas, regresaba cansado a su casa, encontró perdido en medio del monte un precioso y valioso cáliz. Feliz por el inesperado y bonito hallazgo, metió la copa en su zurrón y se apresuró a llevarlo al pueblo dispuesto a contar a sus convecinos lo que le había sucedido.

207. EL TESORO DE LA MORA DE SIRESA


Cuando estaba ya muy próximo al monasterio de San Pedro de Siresa, el pastor sintió una presencia que lo perseguía a una cierta distancia, así es que apresuró el paso y fue a refugiarse a toda prisa dentro de la iglesia del cenobio entre cuyas paredes se sintió a salvo.

Y así era realmente, pues quien lo perseguía no era otra que la mora solitaria, quien no podía entrar en el templo por ser recinto sagrado, lo cual significaba perder el cáliz. Esta situación le contrarió de tal manera que, convertida en una tremenda serpiente, dio un coletazo en el banco de piedra de la entrada al templo. Tan tremendo fue el golpe que su huella quedó grabada para siempre.

[Gari, Ángel, La tradición pagana..., págs. 36-37.]

El de San Pedro de Siresa, fechado en el año 833, es probablemente uno de los primeros monasterios de Aragón. Del mismo solamente se conserva la iglesia de San Pedro, de planta de cruz latina con un único ábside semicircular muy profundo en la cabecera, el crucero y una nave de tres tramos con tribuna a los pies.


Se cree que fue una abadía carolingia, cuya primera noticia documental data de 808-821, la copia de un diploma en el se habla de la fundación de un cenobio por el Conde aragonés Galindo Garcés, tras una donación de terrenos.

Según la leyenda, en un hueco abierto en el ábside se encontró el Santo Grial que custodió entre los años 815 y 831 y que se supone que también se albergó en el monasterio de San Juan de la Peña, la cueva de Yebra de Basa, la iglesia de San Adrián de SasabeSan Pedro de la Sede Real de Bailo, o la Catedral de Jaca...

En el 848, San Eulogio de Córdoba visitó el monasterio, quedando impresionado por el número de monjes que lo habitaban y la rica biblioteca, que incluso le regaló ejemplares para la escuela de San Zoilo de Córdoba. El edificio actual se considera iniciado en el siglo XI, siendo el viejo monasterio de San Pedro un edificio románico, construido en 1082 a raíz de una supuesta reforma agustiniana de la abadía. En esa fecha, el Rey Sancho Ramírez le concedió el título de Capilla Real e introdujo en ella Canónigos Regulares, reservándose la presidencia del monasterio que delegó en su hermana, la Condesa Doña Sancha. Bajo su tutela se educó en Sirena su sobrino, Alfonso I El Batallador.

Adscrita a la Catedral de Jaca en 1145, en 1252 se encontraba en ruinas y así, en el siglo XIII se llevó a cabo una restauración; en la fábrica original se empleó piedra caliza en hilada bien dispuestas, mientras que la segunda es de mampostería y tosca. En 1345, el padre Huesca refiere un incendio en el que perecieron ornamentos, alhajas y libros litúrgicos.


San Pedro de Siresa

Durante el siglo XX se realizaron varias restauraciones y remodelaciones, siendo en 1991 cuando se realizan excavaciones arqueológicas en las que se descubrió una estructura de tres naves con cabecera cuadrangular. Entre 1989 y 1991 el Gobierno de Aragón promovió una restauración en cuatro fases que afecto a la práctica totalidad del edificio.

Declarada Monumento histórico artístico en 1931, el Gobierno de Aragón completa en 2002 la declaración originaria de Bien de Interés Cultural de la Iglesia del Monasterio de San Pedro de Siresa.

Mobiliario:

Encontraremos retablos góticos, pintados en el siglo XV entre ellos dos tablas laterales y una predela robados por la banda de Erik “el belga” y recuperados. También encontraremos una bella imagen de la Virgen, románica del siglo XIII y un Cristo de la misma época. Éste se halló el 6 de julio de 1995, enterrado bajo la mesa altar. La imagen de San Pedro que preside la iglesia, es del siglo XVII y procede de la Catedral de Jaca.


miércoles, 25 de diciembre de 2019

CLIX, 27


CLIX
Núm. 27.

Hic sunt nomina illorum scripta qui jurando fecerunt hominium et fidelitatem Raimundo comiti barchinonensi in regno aragonensi de Jacha scilicet et de aliis castris Aragonis. In primis de Jacha fecerunt hominium et sacramentum: Peregrinus Datrussil. Calvet filius Gali Dat. Bernad Andreu. Ponç Andreu. Constantini Sancti Antuli. Guillelmus de Forches. Petrus Richer. Nadal. Arnaldus filius Galiciani. Guillelmus Beli. Lambert. Johan de Meitat. Bartolomeu de Chahore. Peitavi Mercer. Banc Fertunons. Magnet. Bernad de Ban. Garner. Pere de Madel. Jorda de Gali Dat. Bernad de Tarbes. Alaman Sancti Antuli. Pere de Forches. Ermengodet. Geral de Chaorc. Ramon de Fortsanc. Bernad Guarter. Guilem Belabarba. Pere Beli. Pere Bonet. Guilem Barrau. Arnal Eschasset. Pere Gras. Selvan. Marti Domeng. Ebrard. Garcia de Porta. Beceli. Palai. Galton. Ponç de Campfranc. Domeneg de Madel. Guilem Assota. Pere Ramon Moneder. Ramon de Terrachona. Pere Assiu. Tebal Pelicer. Pere Giral. Bofil. Guilem de Pampalona. Bernard Celesti. Furtun de Madel. Ramon Mercer. Ramon de Carrio. Guilem Benassis. Bonet Estable. Arnal Ferrer. Esteva Mercer. Garsio Texener. Andres. Arbert Cabater. Pere Majorges. Berard. Muza de Caorc. Aimeric Mercer. Allbert Pellicer. Vidal de Liurada. Johan Long. Ez de Befoneria. Ponç Ferrer. Pere Bru. Bernad de Muli. Garsio Cabater. Pere de Ruphet. Sanc Guilem Pelicer. Garsia Sanc de Esa. Bernad Miroela. Sanc Galinc Alhaiat. Garsio de Baseia. Guilem Garsia. Guilem de Sanc Sandot. Gilabert Cabater. Vidal Cabater. Pere Choia. Elias de Peragiis. Bonet Carter. Sanc de Burgnou. Bru Cabater. Pere Bernad. Guilem Jouan. Arnall filius Sanc Habic. Bonet Beli. Jouan Radolf. Lucad. Joies Cabater. Osmo Cabater. Rogger Cabater. Pere Lambert. Arnal Calvet. Bonet Alleger. Guilem Paminer. Pere Trentalabres. Guilem Blanc. Bru Doreci. Guilem Trosseler. Ramon Colteler. Arnal Vestid. Pere Alleger. Jouan Richarc. Bernad Malvestid. Guilem de Campfranc. Duran de Morlans. Arnal Cabater. Guilem Arnal. Ug Cabater. Deussalvet. Sanc Dagossa. Calvet Ferrer. Ramon Constanti. Christia Madeler. Vidal filius Dominici. Marti Bataia. Jouan de Gorra. Constanti Ferrer. Pere Dorchau. Ramon Picho. Perola. Furtun Dates. Bonet. Arnolf. Marti Osmon. Francesc Cabater. Chastan Dates. Bonet Formes. Marti Cabater. Baro Muliner. Sanc Pelicer. Bertran Cabater. Bernad de Oscha. Constanti de Burgs. Ubert Borrel. Bru Camiador. Jocbert de Chaorc. Bernad Gocelm. Bernad Ros. Guilem Richer. Ramon de Todela, Guilem Burgnou. Galicia. Sanc Cabater de Tolosa. Vidal Cabater. Guilem Flotes. Steve de Chaorc. Pere Daissa. Ramon de Condom. Renall de Partanai. Ponc Barba. Garsio de Morlans. Pere Archimbal. Ramon de Forches. Jouan Fabre. Geral Rois. Bernard Umball. Vidal Ferrer. Armengod Cabater. Forester. Enego Duran. Garsia Madeler. Jofre Seler. Gocelm de Montpestler. Ponc Esteve de Jacha. Bertran filius ejus. Steva Carpenter. Guilem de Jacha. Gocelm de Jacha. Guilem Rocha. Pere de Toronia. Grasset. Esteve de Amer. Elies Fornes. Calvet Madeler. Garsia Tascher. Sanc Curador. Petito. Simon. Jouan. Duran. Gali de Madel. Folco de Treies. Aner de Forces. - Assotani: Abbas Blasc. Blac Oriol. Enego Blasc. Garciacec. Furtun Acenarc. Alchal. Garcia Sanc de Fau. Sanxo Fort. Bitarnall. Forts. Monxo. Beliartala. Garcia Tonoxoa. Ariol Arraia. - De Bardaisa: Galino Baions. Maiaio. Sanx Acenarc. Garcia Dat. Garcia Cenarc. Xemeno Garcians. Garcia Riol. Garcia Blasc.
- De Siroesa: Gali Prior. Oliver. Saxo Vorra. Salvo. Jouans. Dat Enecons. Garsia. Furtun. Blascho. Navarro. - De Vilanova: Lup Garcec. Ariol. San Sanc. Xeme Lobec. Acenar. Bonet. Benet. Furtun Lobec. - De Aruxo: Neco Blasc. Eneco Necons. Gali Garcec. Acenar Blasc. Enego. Gali Sanc. Anaiola. Ramon Galvan. - Daratores: Garcia Sanc. Banc Adogar. Arnal Oriol de Vergosa. Gali Garcec. de Vergossa. Gali de Vergossa. Sanxo de Castelo. Blasc Varcec. Garcia Dat. Garcia Xemenons. Garcia Blasc. Sanxo Arcec. Sanxo Arcec de Sancto Martino. Garcia Necons de Atoressa. Ato de Vergossa. San Xemenons. Acenar Galinc de Vergossa. Xome Acenar de Vergossa. Gali Marti de Verguo. Blasc Arcec de Voschos. Sanxo de Arox. Mucartica de Usa. Enec Acenarc do Darag. Eneg Xemenons Daratores. Blasc Varcec de Castel. Garcia Sentar Dosse. Sanx Enecons de Veschos. Ariol de Vila Noela. Sanx Acut. Sanx Oriol de Vila Noela. Petrus filius ejus. Alvaro de Vilanova. Mir de Vilanova. Arnal de Vilanova. - De Acin: Acenar. Enec Acenarc. San Garcec de Canalela. Acenarcec de Castel. Enec Oriol de Vila Noela. Acenar de Vergossa. Sanxo de Sires. Sanxo de Castelo. Enec Arcec de Rossa. Francho de Castello. Gali de Rossa. Petro Dacin. Garci Acenarc de Rossa. - Un Castel: Alchal. Enego Mic. San Sanx. Daniel. San Facivel. Petro Garcec. Eneg Xemenons. San Fertinons. Jouan Garcec. Petro Enegons. Garcia Orbita. Enec Arcec. Furtun Balast. Garcia Fertunons. San Fertinons. Jouan Sanc. Garcia Sanc. Jouan Fertinons. Jouan Cornei. Garcia Sanc. Almorabid. Sanc. Garcec. Garcia Canuto. Jouan de Certan. Eneg Fertunons. Fertun Lop. Petro Fertinons. Cantador. Garciacec. Jouan Oriol. Furtun Biel. Garcia Fertinons. Guilem Arnal. Ciprianus. Guilem de Samata. Garciacec de Bel. Furtu Enecons. - Aoer: Enec Arceec. Alcal. Garci. Alinic. Marti Garcec. Gali Acenarc. Garcia Necons de Comaire. Eneg Lobic de Liso. Garcia Sanc filius Sanc Sanc. Xeme Bacons. Garciacec. Menestral. Petro filio Enego. Sanxo Barcec Dargileva. Pero Lobec. Sanx Oriol. Pedro Acenar. Pedro Sanc filius de Carnerer. Eneg Alinic. De Cimel. Gali Sanc fil de Sanc Sanc. Blasc Arcec. Garcia Necons nepos ejus. Eneco Necons de Comarux. Garcia Necons Bronx. Furtun Garcec. Paracol. Enec Arcec de Rumpsacs. Xeme Galons. hanc Acenarc. Sanc Galinic. Garciacec de Nan. Eneg Fertinons. Furtu (o Furto) Xemenos. - Lusia: Pardo. Alchal. Pedro Sanc. Garcia Lobec. Bonet. Assiv. Furtun Sanc. Garcia Necons. Enec Sanc. Camariol. Pedro Sanc. Jouan Enecons. Furtun Sanc. Bonet Cabate. Saxo Arcec Jouan. Garcia Sanc. Morel. Abbas Gali. Gali Acenarc. Lop Enegons. Galidat. Lop Lobec. Bitanau. Gali Necons. Garcia Cenarc. Xeme Sanc. Eneg Xemenos. Gali Garcec. Furtun Fertunons. Gali Sanc. Garcia Sec. Gaicia Sanc, Garcia Bacons. Gali Garces. Enec Necons. Enec Acenarc. Garcia Fertinons. Eneg Sanc. Eneg Fertinons. Garcia Fertunons. Garcia Fertunons alter. Eneg Fertunons. Garciacec. Petro Galinic. Jouans. Sanxo Arcce. Garcia Sanc. Furtun Dat. Salvador Eneg Lobet. Sanxo. Pedro Arcec. Gali Jouan. Garcia Fertinons. Enec Ariol. Pedro Arcec. Garcia Sanc. Eneg Xemenons. Donat. Garcia Fertinons. Lop Enegons. Pedro Lobec. Sanx Enegons. Gali Enegons. Banc Enegons. Furtun Garcec. Acenar Fertunons. Biel. Alchal. Galegons. Eneg Sanc. Garci Ardonic. San Fertunons. Garcia Necons. Garci Arcec. Furtun Galinc. Sanxo Bacons. Garcia Sanc. At Acenarc. Fertu Jouans. Galino Bacons. Arid. Anaia. Eneco Necons. Sanxo Ferreto. Sanxo Galinic. Ato Garcec. Lop Enegonis. Enego Necons. Oriol. Enec Sanc. Fertuno. San Sanc. Garcia Necons. Enec Acenarc. Munter. Albaro. Dato. Xeme. Garcia Fertunons. San Sanc. Acenarc. Sanc.

miércoles, 3 de julio de 2019

LA MUERTE DE RAMIRO II


112. LA MUERTE DE RAMIRO II (SIGLO XII. ECHO)

Ramiro II el Monje, rey de Aragón, para liberarse de las múltiples tensiones diarias que le producía el gobierno del reino, tenía la costumbre de ir a cazar al monte acompañado siempre por su primer ministro y por algunos monteros que les servían de guía y ayuda.

Uno de aquellos días de otoño, hallándose por las inmediaciones de Siresa que tanto le gustaban al rey, fueron ambos a cazar por la cercana selva de Oza.
valle de hecho selva oza

Uno de aquellos días de otoño, hallándose por las inmediaciones de Siresa que tanto le gustaban al rey, fueron ambos a cazar por la cercana selva de Oza. Se pusieron en camino y, poco después de iniciar el ascenso por la ladera, escucharon repetidamente unos gemidos. Alentados por la posibilidad de hallar una buena pieza, sorteando las muchas dificultades del terreno, se encaminaron hacia el lugar de donde provenían.

De repente, en medio de uno de los pequeños claros del bosque, divisaron un osezno agazapado que había sido abandonado a su suerte por su madre.

Inmediatamente, tanto el rey como su acompañante tensaron los arcos y dispusieron las flechas para ser lanzadas. Cuando ambos estaban ya apuntando a la desvalida cría, ésta les suplicó con voz humana que no la mataran, pues, argumentaba, no eran los osos quienes perseguían los rebaños y se comían el ganado, sino los lobos y los zorros.
Ramiro II reconoció o creyó reconocer inmediatamente en aquella voz los lamentos que escuchara en un sueño que había tenido la noche anterior, aunque nada había dicho de ello a nadie, y trató de evitar a toda costa que su acompañante disparara la flecha que tenía dispuesta, interponiéndose de manera instintiva entre el primer ministro y el animal para tratar de proteger a éste. Todo ello sucedió en un instante, de modo que la flecha del arco del primer ministro salió rauda e imparable con tan mala fortuna que fue a clavarse en el pecho desprotegido del monarca, que cayó gravemente herido.

Aunque el rey fue atendido en el acto por el primer ministro y los monteros que les acompañaban, nada pudieron hacer prácticamente. Ramiro II el Monje, el rey de los aragoneses, había muerto.

[Serrano Dolader, Alberto, Historias fantásticas..., pág. 94.]



Libro disponible en Casa del libro

domingo, 28 de abril de 2019

LA CONQUISTA DE SARAKUSTA POR CARLOMAGNO


2. LA CONQUISTA DE SARAKUSTA POR CARLOMAGNO (SIGLO VIII. ZARAGOZA)

La Historia nos cuenta que varios prohombres de la Sarakusta musulmana, entre ellos el influyente Sulayman ben Yaqzan ben al-Arabí, decidieron solicitar ayuda y entregar la ciudad y su distrito (en realidad la parte central y más rica del valle del Ebro) a las tropas de Carlomagno, en el año 777. Pero lo cierto es que cuando llegaron a sus puertas éstas no se abrieron, teniendo que retirarse a Francia, aunque no sin antes ser humillados en el valle de Siresa, donde moriría el caballero Roldán. Sin embargo, la leyenda que recoge la «Canción de Roldán» es bien distinta.
Carlomagno no sólo creó un imperio históricamente cierto basado en toda la Galia y parte de Germania, sino que la mente humana le hizo dueño de todo el valle del Ebro, en Hispania. La Zaragoza mora no pudo impedir su paseo triunfal aunque lo intentó.
En efecto, Sarakusta —un auténtico vergel para los sitiadores francos— era gobernada por el walí (rey para los francos) Marsilio, que se negó a entregar las llaves de la ciudad, por lo que Carlomagno tuvo que sitiarla, cerco en el que moriría el legendario Roldán.
Ante la amenaza del gran Carlomagno, el rey Marsilio fue capaz de reclutar más de cuatrocientos mil hombres armados, aunque una buena parte se vio pronto acorralada entre las filas francas y un caudaloso Ebro que no pudieron atravesar, muriendo ahogados o cayendo prisioneros. El propio Marsilio era herido en el combate y tenía que guarecerse en la ciudad, que estaba a punto de sucumbir.
Únicamente la llegada de los refuerzos del emir de Babilonia, Baligante, con sus tropas que remontaron el Ebro en chalanas y galeras retrasó la rendición, pero sólo fue una simple demora, pues Carlomagno mataba a Baligante y sus hombres derribaban la puerta principal de la ciudad. / Puerta Cinegia /
Sarakusta fue saqueada, las mezquitas y sinagogas destruidas y los infieles que se negaban a recibir el bautismo eran ajusticiados, aunque se convirtieron más de cien mil. Carlomagno había salvado a la Cristiandad occidental con la toma de Sarakusta.
[Ubieto Arteta, Antonio, La Chanson de Roland..., págs. 9-16.]