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martes, 1 de septiembre de 2020

AÑO 1460. 8 DE DICIEMBRE.

AÑO 1460. 


8 DE DICIEMBRE.

Als molt reverend e honorables mossenyors los diputats del General de Cathalunya residents en Barchinona.
Reverend e molt honorables mossenyors. Crehem a noticia vostra es pervengut la detencio feta per la Majestat del Senyor Rey en la persona del Senyor Princep per la cual aquesta cort ha insistit per tots los remeys e mijans de supplicacions quens ha occorregut.
E perque defallint a nosaltres la potestat per la prorrogacio de la dita cort feta pera quinze de janer no havem forma de procehir a altres deliberacions e provisions per les quals se pogues obtenir lo desijat repos del dit cas havem delliberat cometre encarregar e pregar a vosaltres per la occurrencia de tant gran negoci vos placia ajustar consell ab aquell nombre de personas que a vosaltres sera vist en manera per mija de vosaltres e dels congregadors sian trobats tals remeys que concernesquen servey de nostre Senyor Deu e del Senyor Rey e utilitat e repos de la cosa publica (res publica) e tranquillitat de la persona del dit Princep. Perqueus pregam e encarregam molt afectadament queus placia en les dites coses donar presta expedicio axi com lo cas requer. Scrita en lo loch on es convocada la cort en Leyda a cinch dies del mes de deembre any Mil CCCCLX (1460). - La Cort general del Principat de Cathalunya convocada en la ciutat de Leyda a vostra honor.

En cumplimiento de lo prevenido en la carta que antecede, los diputados de Cataluña, que lo eran el abad de Monserrat, el noble Luis de Ivorra, y Miguel Cardona, ciudadano de Barcelona, convocaron para la tarde de dicho día y en la casa de la Diputación a las siguientes personas. - Por el brazo eclesiástico: - El señor obispo de Barcelona, el abad de San Benito de Bages, el abad de Roses, el Prior de Cataluña, maestro Juan Ferrando, prior de Tortosa; el Dean de la Seo, micer Nicolas Pujades, arcediano de la Mar; mosen Bartolomé Regas, micer Agustín de la Illa, mosen Francisco Colom, arcediano del Vallés; micer Dusay, oficial; maestro Juan Cosida, mosen Hugo de Lobets, maestro …. Janer, mosen Juan Sorts, mosen …. Sos, micer Bernardo Matheu, mosen Juan Pintor, fray Pedro Juan Çaplana, comendador de la Guardia. Por el brazo militar: Mosen Dalmacio de Queralt, mosen Martín Guerau de Cruilles, mosen Juan Çabestida, mosen Juan de Monbuy y de Tagamanent, mosen Burgués de Viladecans, mosen Jayme Giner, mosen Galceran Dusay, mosen Bartolomé Santjust, mosen Francisco Miquel de Gerona, mosen Hugo de Vilafrancha, mosen Pedro de Relat, mosen Jordi, baile de Rosellón; mosen Marcos Lor, mosen Gerardo de Clescari, mosen Francisco Çaçala, mosen Guillermo Ramón Dezbrull, menor, mosen Bartolomé Castelló, mosen Francisco Bisbal, mosen Baltasar Romeu, mosen Francisco Jonquers, mosen Pedro Juan Baldrich, En Francisco de Sanmenat, En Artal de Claramunt, En Bernardo de Guimerá, En Juan de Argentona, En Pedro Splugues, En Bernardo Miquel, En Pedro de Rochafort, En Francisco de Monbuy, En Francisco Benito Dezvalls y En Luis Miguel Dezvalls, hermanos.
Por el brazo real: - Por los concelleres de Barcelona, mosen Pedro Torrent, mayor, conceller en cap; mosen Luis Xexanti, conceller segundo, mosen Pedro Dusay, mosen Juan Lull, mosen Bernardo Fivaller, mosen Francisco del Bosch, de Lérida, mosen Jayme Ros, mosen Beltran Dezvalls, mosen Bernardo de Marimont, mosen Guillermo Romeu, mosen Pedro Juan de Santcliment, mosen Antonio Pujades, mosen Pedro Torrent, menor, mosen Francisco Lobets, mosen Guillermo Colom, mosen Beltran Torro, mosen Miguel Dezpla, mosen Juan Boscha, mayor de edad. En Juan Boscha, menor, En Raimundo Ros, En Juan de Mijavila, En Francisco de Millars, de Conflent, Ermant Negre, síndico de Puigcerdá, En Bartolomé Alcover, síndico de Cobliure.
Congregados todos ellos, y con asistencia de los asesores, notario y otros empleados de la Diputación, fueles leída dicha carta, y el abad de Monserrat explicó brevemente su contenido, pidiendo consejo sobre lo que debería hacerse. Discutido el negocio, se acordó lo que sigue:

Tots los dits senyors congregats son concordes que vist lo contengut en la preinserta letra als dits deputats tremesa per la dita cort de Cataluña (con ñ! Alguno se caerá de culo) que han per cert que los dits deputats en virtut de la dita letra e lo contengut en aquella han plen poder de fer les eleccions de persones pera missatgers e consellers e axi ho consellen als dits deputats ço es que ells e los oydors de comptes del dit General elegesquen aquell nombre de persones quels sera vist ab que ni hage de tots los estaments segons es acustumat per missatgers que vajen al Senyor Rey per explicar e supplicar a la sua Majestat tot lo que sera concordat e mes en les instruccions a ells per los diputats e oydors per aço fahedores. E axi mateix tots los dits congregats consellen als dits diputats que ells e los dits oydors elegesquen altre nombre de persones en lo qual ni haja de tots los estaments segons es acustumat per aconsellar als dits diputats e oydors totes les coses quils occorreran per los dits affers de la dita embaxada e altres coses concernents lo dit negoci. E per exequutar la dita embaxada e les altres coses concernents lo dit negoci han per cert poder despendre e aconsellen que despenen dels diners del dit General aquella quantitat de peccunia quels semblara esser necessaria en les dites coses.
Encara tots los dits congregats prometeren e juraren sobre los quatre sants Evangelis per ells tocats que en cas que en la dita cort de Cathalunya se fes algun dubte o contrast en la dita despesa segons dit es fahedora per prossegir les coses de la dita embaxada o altres concernents a aquest negoci que no consentiran ni algu dells consentira en algun acte fahedor en la dita cort desviant o contrari a les dites coses tro a tant que lo dit dubte o contrast sie tolt o levat e la dita despesa e actes per los dits deputats e oydors fets per les dites coses sien admesos lohats e ratificats per la dita cort.

Procedióse seguidamente a la elección de los doce embajadores y veinte y siete consejeros, siendo elegidos para el primer cargo: - El reverendísimo señor arzobispo de Tarragona, el reverendo señor obispo de Barcelona, maestro Ferrando, micer Pintor, egregio señor conde de Prades, mosen Martín Guerau de Cruylles, mosen Montayans, En Francisco de Santmenat, mosen Pedro Torrent, conceller en cap, mosen Bernardo Fivaller, mosen Pedro Juan de Santcliment, y Francisco Sampso, ciudadano de Gerona; y para el segundo: - El reverendo señor abad de San Benito de Bages, el Prior de Cataluña, mosen Bartolomé Regas, mosen el arcediano de la Mar, mosen Fransisco Colom, micer Juan Çaplana, micer Agustín de la Illa, mosen Andrés Sors, canónigos de Barcelona, fray Pedro Juan Çaplana, comendador de la Guardia, conde de Modica, mosen Dalmacio de Queralt, mosen Arnaldo de Vilademany y de Blanes, mosen Juan Çabestida, mosen Marcos Lor, mosen Burgués de Viladecans, Bernardo de Guimerá, Artal de Claramunt, Pedro Splugues, mosen Luis Xatanti, mosen Francisco del Bosch, de Lerida, mosen Pedro Dusay, mosen Jayme Ros, mosen Miguel Dezpla, mosen Francisco Lobet, mosen Guillermo Colom, mosen Pedro Torrent, el joven, mosen Antonio Pujades.

Al abad de Bages y a Arnaldo de Vilademany, que se hallaban ausentes, se les escribió como sigue.

Mossenyer Reverend. Per alguns afers concernents gran benavenir e honor de aquest Principat havem a comunicar ab vos. Pregam e encarregamvos per ço molt stretament que vista la present vingau e siau aci ab nosaltres de continent e sens triga car vostra venguda no sofer dilacio alguna. E sia lo Sant Sperit vostra guarda. Dada en Barchinona a VIIII dies del mes de deembre en lany de la Nativitat de nostre Senyor Mil CCCCLX. - A. P. abbat de Montserrat. - Los diputats del General de Cathalunya residents en Barchinona apparellats a vostra honor. - Al reverend mossenyer labat de Sant Benet de Bages.

En los mismos términos y por igual motivo se escribió también a Guillermo de Muntanyans.

martes, 23 de junio de 2020

327. LA JUSTICIA REAL EN ENTREDICHO


327. LA JUSTICIA REAL EN ENTREDICHO (SIGLO ¿XII? SOPEIRA)

El monasterio de Alaón está enclavado en un paraje de gran belleza natural, pero, por lo difícil del terreno, no siempre ha sido fácil acceder a él, y menos en la época a la que se refieren los hechos que conforman esta leyenda. En cierta ocasión, viajó el rey aragonés a Alaón, atravesando con dificultad no sólo el «Paso de Escalas» sino todos los caminos que llevaban al cenobio. Descansó en él el monarca y, antes de marchar, entregó al abad, fray Benito Larrás, cierta cantidad de dinero para adecentar las vías de acceso.

No obstante, el abad, ante la epidemia que en aquellos momentos azotaba la comarca, prefirió destinar el dinero en socorrer a los enfermos en lugar de reparar los caminos, necesidad que a su juicio podía esperar. El desacato llegó a los oídos del rey que, ante la denuncia que se le formulaba, no tuvo más remedio que actuar, aunque ello implicaba ajusticiar al abad. En efecto, el fraile fue condenado a morir ahorcado.

Acató fray Benito la condena, pero solicitó un último deseo al que el rey accedió: cuando se cumplieran treinta años de su muerte, debían desenterrar su cuerpo, pincharle el brazo izquierdo y volverlo a enterrar, pero entonces en el monasterio, en un lugar que diesen los rayos del sol y sobre el que todos cuantos fuesen a Sopeira tuvieran que pasar por encima. Con gran pena por parte de los vecinos, la justicia real se cumplió y se le dio sepultura en un lugar apartado.

Lo cierto es que el tiempo pasó y nadie se acordaba de lo sucedido. Pero cuando se cumplieron los treinta años del ajusticiamiento, un monje observó cómo de la tumba del antiguo abad salía una mano que asía un pergamino. Ante lo insólito del caso, se le comunicó al rey, que recordó su promesa, ordenando desenterrar el cuerpo de fray Benito, que no sólo apareció tan natural como el día en que fuera ajusticiado, sino que al pincharle el brazo brotó sangre caliente. Emocionado por el hecho, ordenó también que se le llevara al monasterio, se le depositara en la cripta y se abriera una mirilla orientada al camino que fue objeto de su trágico fin. Además, los caminantes podían pasar casi por encima de su tumba, tal cual había sido su deseo.

Desde entonces, todos cuantos pasaban por allí, conocedores del motivo humanitario por el que murió fray Benito Larrás, cogían una piedrecilla y tras besarla la arrojaban a la cripta, como si del rezo de una oración se tratara.

[Gironella, J., «El servidor de Dios, Benito Larrás», en Folletón Altoaragón, 3 (1980), pág. 2.]

lunes, 15 de febrero de 2021

22, 23, 24, 25, 26, 27, 28 de agosto, 1461

22 DE AGOSTO.

Trataron de enviar unos comisionados a los embajadores, para que instasen el despacho de los principales negocios que convenía resolver.
Por la tarde del mismo día se celebró otra sesión, y en ella, después de haberse ocupado de varios negocios secundarios, se propuso, en nombre del Señor Primogénito, que se suspendiese la comisión o embajada que se había tratado de enviar al Señor Rey, para libertar a la Princesa y para tratar de la prestación del juramento, hasta que hubiese regresado el abad de Poblet.

23 DE AGOSTO.

No hubo sesión, por ser domingo.

24 DE AGOSTO.

No hubo sesión, con motivo de ser la fiesta de San Bartolomé.
25 DE AGOSTO.

Reunidos los señores Diputados con los oidores de cuentas, se ocuparon del despacho de muchos y diversos negocios peculiares de su cometido, pero enteramente ajenos a la cuestión del Señor Primogénito.

26 DE AGOSTO.

No hubo sesión, por tener que ocuparse los señores Diputados de otros trabajos de su oficio.

27 DE AGOSTO.

Se recibió una carta de los embajadores, por conducto del señor abad de Poblet, quien de palabra explicó a los señores Diputados el objeto de aquella, a saber, que el señor Rey intentaba hacer algunas modificaciones en las instrucciones dadas a los embajadores; y después de leída la referida carta y la nota o lista de las modificaciones, acordóse prorogar aquella sesión para la tarde, a ver si se presentaría el enviado del señor Rey, que era su protonotario Antonio Nogués, y en tal caso se le diese audiencia y se deliberase en seguida; de cuya resolución indicó el señor abad que se diese noticia igualmente, como se hizo, al Concejo de la ciudad.
En lo tocante al negocio de Castro, se mandó expedir dos cartas, que fueron leídas en consejo y aprobadas. Las demás que se recibieron en este día, o fueron expedidas, se hallan a continuación.

Molt reverends egregi nobles magnifichs e honorables senyors. Lo dia passat desempacham daci correu per lo qual vos scrivim notificant vos tot lo procehit e enantat per nosaltres fins en aquella ora e mes la deliberacio feta del anar aqui lo reverend abbat de Poblet e de les causes e necessitats urgents per les quals tal deliberacio es feta lo dia present que lo dit reverend abbat devia partir segons vos haviem scrit ses detengut a pregaries del Senyor Rey per sperar certa persona per la Majestat del dit Senyor Rey segons nos ha significat a vosaltres tramesa. Adonchs partira dema Deu volent e junt que sera aqui explicara a les reverencies e magnificencies vostres per part sua e nostra tot lo que occorre segons per vista e oyda ell sab plenariament. Placiaus donarli creença en ço que per part de tots dira e explicara axi com per nosaltres tots dit era. E apres vos placia entendre en la expedicio del dit reverend abbat per forma que sia de presta tornada com la dilacio sia en detriment dels afers e la aturada que fem aci no sia enujosa e molesta. La Sancta Trinitat molt reverends egregi nobles magnifichs e honorables senyors vos haja en guarda sua. Rescrivintnos de tot ço queus placia. De Calatayu a XVIIII dies del mes de agost any Mil CCCCLXI - A tota vostra ordinacio prests los embaxadors del Principat de Cathalunya. - Als molt reverends egregi nobles magnifichs e honorables senyors los diputats del General e consell lur representants lo Principat de Cathalunya.

Molt honorables e savis senyors. Com lo noble don Joffre de Castro Calla major de Cervera nos haja exposat que alguns del regne Darago ab lurs complices e sequaces li han feta gran novitat en dos lochs seus que te en Arago segons es contenguda en una articulacio per part sua donada e com vullau de les coses en la articulacio contengudes esser vertaderament informats attes ques preten la dita novitat es stada feta al dit noble per quant ha pres sou del exercit de Cathalunya fet per la liberacio de la persona del lllustrissimo Senyor Primogenit e per conseguent contra la capitulacio concordada ab lo Illustrissimo Senyor Rey e aquest Principat scrivim al diputat local de aqui que requira lo veguer e altres oficials dins sa diputacio constituits qui de les dites coses poran saber la veritat de aquelles prengau bone e verdadera informacio. E per quant per assistencia color e favor vostre les dites coses hauran millor e pus prompta exequcio vos pregam afectuosament en les dites coses vullau fer aquella assistencia color e favor que obs sia per saber ne millor la veritat segons pus largament ne scrivim al diputat local qui tot vos ho comunicara. E aço vos haurem a gran e singular complacencia. E sia molt honorables e savis senyors la Sancta Trinitat vostra guarda. Dada en Barchinona a XXVII de agost del any Mil CCCCLXI. - M. de Monsuar. - Los diputats del General e consell etc. a vostra honor apparellats. - Als molt honorables e savis senyors los pahers de la ciutat de Leyda.

Molt honorables senyors. Nosaltres scrivim als honorables pahers e al diputat local de aqueixa ciutat queus requira e inste en virtut del sagrament e homenatge que havets prestats e o devets prestar de obtemperar e exequtar nostres requestes reebau bona e vertadera informacio sobre les coses contengudes en certa articulacio per part del noble don Joffre de Castro Calla major de Cervera presentada per certa novitat que lo dit noble preten esserli feta en Arago per alguns aragonesos e lurs complices e sequaces per quant ell havia pres sou en lo exercit de aquest Principat per la liberacio de la persona del Illustrissimo Senyor Primogenit. E com vullam que en la recepcio de la dita informacio e dels testimonis que sobre aquells rebreu vos hajats ab summa diligencia segons de vos comfiam e lo cars requer pregant vos que los testimonis queus seran produits sien tals persones que rahonablement los puga e dega esser dada fe. Dada en Barchinona a XXVII de agost de any de la Nativitat de nostre Senyor Mil quatrecents sexanta hu. - M. de Monsuar dega de Leyda. - Los diputats del General e consell etc. - A vostra honor apparellats. - Als molt honorables los lochtinents de veguer e cort de la ciutat de Leyda e lur assesor.

Molt honorables senyors. Per quant lo noble don Joffre de Castro Calla major de Cervera no sens clamor nos ha exposat que alguns del regne de Arago ab lurs complices e sequaces li han feta certa novitat en los lochs seus que te en Arago segons es largament deduit e contengut en una articulacio per part del dit noble a vosaltres presentada la qual vos enviam closa e segellada apart e aço per ques preten la dita novitat es stada feta al dit noble per que ell ha pres sou del exercit de Cathalunya fet per la liberacio de la persona del lllustrissimo Senyor Primogenit e per conseguent contra la capitulacio concordada ab lo lllustrissimo Senyor Rey e aquest Principat e vullam de les coses en la dita articulacio contengudes esser vertaderament informats volem eus manam que de part nostra insteu e requiriau lo lochtinent de veguer cort e son assessor e altres qualsevol oficials dins vostra diputacio constituits los quals sabien de les dites coses pugam e degam pendre informacio e saber la veritat en virtut de la seguretat que han prestada e son tenguts de prestar de obtemperar e exequtar nostres requestes sens dilacio consell o consulta que rebau sobre les coses en la dita articulacio contengudes e encara si per part del dit noble seran presentats altres articles sobre aquells axi mateix rebau bona e verdadera informacio de totes aquelles persones que per part del dit noble seran nomenades e de altres per les quals se pora saber la veritat de aquells e la dita informacio façau redigir en scrits e auctenticament per forma que plena fe hi puga esser dada. Encautant lo dit veguer e altres oficials qui la dita informacio rebran que rebeu (o reben) deposicio de persones que bonament sien tals los dega esser dada fe. E de aço axi mateix volem primer ne comuniqueu ab los honorables pahers de aquesta ciutat e ultra quels ne scrivim los pregueu de nostra part hi vullan fer aquella assistencia e dar aquella color e favor que obs sia per saber la dita veritat. Haveu vos hi segons de vos confiam. E rebuda la dita informacio enviau lans per persona certa. Dada en Barchinona a XXVII de agost dol any de nostre Senyor any Mil CCCCLX hu. - M. de Monsuar dega de Leyda. - Los diputats del General etc. Als molt honorable senyor En Luis Dolzinelles donzell diputat local en la ciutat e vegueria de Leyda.

Los diputats del General del Principat de Cathalunya residents en Barchinona e consell per ells dat en consellar en los fets tocants la liberacio del lllustrissimo don Karlos princep de Viana e primogenit Darago e de Sicilia e ara loctinent general del Illustrissimo Senyor Rey pare seu gloriosament regnant e lo pacifich e tranquille stat del Principat de Cathalunya e poblats en aquell als molt honorables lo lochtinent de procurador justicia e batle general e altres oficials en lo comdat de Ribagorça per lo Illustre Infant don Ferrando fill del dit Senyor Rey e comte del dit comdat de Ribagorça al qual o als quals las presents pervendran e seran presentades salut e honor.
Com a hoyda e noticia nostra sia novament pervengut per informacio a nosaltres feta per part del noble don Joffre de Castro Calla de la vila de Cervera e senyor de la questia del Arbos en lo dit Principat de Cathalunya que Nestevenet de Agramunt Blasco de Bardaxi e altres complices e sequaces lurs dels quals part son del abbadia de Sant Victoria (San Victorián) en Arago constituint no havent causa debat o questio alguna ab lo dit noble e sens deseximents ne altre titol saltem just en lo principi de aquest mes ma armada e hostil son venguts als lochs de la Squarra e Laguarres en lo dit comdat sitiats qui son del dit noble e possehits per ell pacificament e quieta e han correguts e robats violentment e hostil e ab si portats cent cinquanta peçes de copes e taces dargent setanta bisties grosses carregades de roba dels habitants en los dits lochs e en comptants del dit noble e dels dits sos vassalls habitadors dels dits lochs entorn cinch milia florins en diverses monedes axi daur com dargent poch mes o menys e totes les dites coses axi violentment per ells preses e robades encara sen han portades ab si lo rector del dit loch de la Squarra ab XXVII homens dels quals part ne han fet rescatar segons se aferma per la terra del dit comdat sens contradiccio o empaig vostre o de alguns de vosaltres que es cosa de maravellar. E com tals coses si axi es com se aferme sien de molt mal eximpli e fetes injustament e violenta e en gran dan del dit noble qui es catala e heretat nat e domiciliat en Cathalunya e per quant los dits malfeytors ab les dites coses axi preses e robades son retrets e receptats en alguns lochs del dit comdat segons es afermat. Ab la present vos pregam e exhortam que los dits malfeytors e bens e coses per ells axi robades e preses com dit es la on los poreu haver dins vostra jurisdiccio a mans vostres e poder hajats e detingats segurament tro a tant que havent loch les dites coses se pusquen fer deguda reintegracio fahent en aço aquella diligencia que de vosaltres confiam e lo cars requer per obviar a scandels e inconvenients qui facilment se porien preparar si prestament e deguda en les dites coses no era remediat e provehit. Datta en Barchinona a XXVII de agost del any de la Nativitat de nostre Senyor Mil CCCCLXI. - M. de Monsuar dega de Leyda.

28 DE AGOSTO.

No hubo sesión, por reunirse aquel día los señores Diputados con el Señor Primogénito, para tratar de la llegada del protonotario Nogueres, el cual traía unas cartas de parte del Señor Rey.

jueves, 4 de febrero de 2021

16 DE JUNIO.

16 DE JUNIO.

Habiendo reunido algunas personas el señor abad de Montserrat, con motivo de estar ausentes sus compañeros de diputación, manifestóles que su objeto era leerles una carta, que había traído Juan Oller, de parte del arzobispo de Tarragona, en la que se explicaba que la Reina estaba contenta de firmar los capítulos presentados, con tal que el Principado le ofreciese enviar una embajada al Rey de Castilla, por los sucesos de Navarra. Hizo saber desde luego el señor abad, que lo mismo había notificado ya al señor Primogénito y a los concelleres de la ciudad, quienes, por su parte, dijeron que estaban conformes en que se hiciese la embajada, si se firmaban los capítulos; y siendo de igual parecer las antedichas personas, acordóse que se pasara adelante en hacer el ofrecimiento.
A consecuencia de esta sesión, volvió a tenerse otra por la tarde, a la que asistieron los señores Diputados y consejo, junto con el abad de San Cucufate, el de San Benito de Bages, el arcediano de la mar, el preceptor de La Guardia, Juan Lull, Juan Çabastida y Juan Andreu, síndicos de Villafranca; y reiterada la proposición de la mañana, deliberóse enviar al señor arzobispo una respuesta, como también que se escribiese A Miguel Vives, cuyas cartas se hallan a continuación.

Responsio facta dicto domino Archiepiscopo.
Senyor molt reverend. Vostra letra de creença he rebuda per lo meu Pere Johan Oller e entes lo que en virtut de la creença me ha volgut dir e explicar de vostra part ço es que la lllustrissima Senyora Reyna es contenta fermar ab les respostes que son stades derrerament per vosaltres a la sua Senyoria presentades per aquest Principat si los de aquest consell e de aquest Principat oferen fer embaixada al Senyor Rey de Castella per los afers de Castella e de Navarra yo he parlat ab los de aquest consell e ab lo Senyor Primogenit e ab los quatre concellers de aquesta ciutat e tots son contents que fermats los dits capitols per la dita Senyora Reyna ab les respostes derrerament concordades e meses en execucio les coses en aquelles contengudes sia a la sua Senyoria feta oferta que lo dit Principat fara embaixada al dit Senyor Rey de Castella que sera servey de Deus e de la Majestat del Senyor Rey e del dit Senyor Primogenit e de aquest Principat e no obstant Ies coses dites lo Senyor Primogenit e la ciutat e lo nostre consell volen vingau dema per tot lo dia juxta la forma de la letra derrerament tramesa. Scrita en Barchinona a XVI de juny any Mil CCCCLXI.

Dirigitur Michaeli Vives defensori jurium generalitatum.
En Miquell Vives. Segons vos havem scrit que dema que sera dimecres los embaixadors que teniu aqui sen vinguen e vos ab ells encara vos ne tornam scriure que dema vos ne vingau en totes maneres e noy haja falla com axi vullam se fassa. Dada en Barchinona a XVI de juny del any Mil CCCCLXI. - A. P. abat de Montserrat. - Los diputats etc.

sábado, 29 de junio de 2019

RAMIRO I NOMBRA OBISPO DE LOS MOZÁRABES ZARAGOZANOS AL ABAD PATERNO


93. RAMIRO I NOMBRA OBISPO DE LOS MOZÁRABES ZARAGOZANOS AL ABAD PATERNO
(SIGLO XI. ZARAGOZA)

La actividad política, diplomática y de persuasión más que guerrera y reconquistadora de Ramiro I, primer rey de Aragón, fue bastante intensa. Intentó solventar pacíficamente sus diferencias con los pamploneses, dirigidos por su propio hermano García; intimidó a los moros de Lérida —a cuyo walí impuso un tributo a cambio de la paz—; llegó ante Huesca con objeto de atemorizar a su walí, al que hizo tributario; y entabló buenas relaciones con el rey taifal Almugdavir de Sarakusta, en quien más que a un enemigo al que combatir encontró un amigo con quien tratar.

En cuanto al caso zaragozano, el rey de la Aljafería se declaró tributario del aragonés y ambos acordaron que Almugdavir no prestaría más favor y socorro a sus correligionarios fronterizos de Aragón y Sobrarbe y, por último, los dos monarcas se declararon públicamente como amigos y confederados condenando la acción armada para dirimir sus posibles diferencias futuras.
Naturalmente, durante el pacífico encuentro Ramiro I no podía olvidar las condiciones precarias en las que, desde hacía siglos, se desenvolvían los mozárabes zaragozanos, congregados en torno a la iglesia de Santa María laMayor, quienes habían sostenido con firmeza y constancia sus creencias, a pesar de todos los inconvenientes. Por ejemplo, hacía ya más de doscientos años que esta ciudad se encontraba sin obispo, tras el exilio de Bencio a Ribagorza, momentos antes de la conquista musulmana de la ciudad.
Así es que Ramiro I expuso el problema y exigió y obtuvo del rey Almugdavir el restablecimiento de los obispos en Zaragoza, nombrando a un fraile de su confianza, Paterno, que era abad de San Juan de la Peña. Los cristianos de la ciudad recibieron así un gran consuelo, abrigando la esperanza de que este suceso habría de influir poderosamente y ser un motivo para intentar liberar Zaragoza en un día no lejano. En adelante, la serie episcopal continuó, con la circunstancia de que los sucesores de Paterno fueron como él abades del monasterio pinatense.

[Martínez Herrero, Bartolomé, Sobrarbe y Aragón, II, págs. 81-84.]




https://issuu.com/historiayarqueologia/docs/elc__diceprovenzaldesan_rufo_y_elli


viernes, 28 de junio de 2019

LA DONACIÓN DE ABETITO A SAN JUAN DE LA PEÑA, SIGLO X


3. EL MUNDO CRISTIANO

3.1. LOS REYES

88. LA DONACIÓN DE ABETITO A SAN JUAN DE LA PEÑA
(SIGLO X. SAN JUAN DE LA PEÑA)

LA DONACIÓN DE ABETITO A SAN JUAN DE LA PEÑA  (SIGLO X. SAN JUAN DE LA PEÑA)


Durante el largo reinado de don García Sánchez II (934-970), en cierta ocasión visitó y permaneció durante varias jornadas en el monasterio de San Juan de la Peña el conde de Aragón Fortún Jiménez, siendo muy bien recibido y acogido por la congregación de frailes que entonces encabezaba con reconocido acierto el abad Jimeno.
Sin duda alguna —por las naturales dificultades que para el desarrollo de la agricultura presentaba el terreno en el que estaba asentado—, la base en la que sustentaba su economía el cenobio pinatense era eminentemente ganadera, lo cual significaba, sin duda alguna, una cierta colisión de intereses con los rebaños del cercano poblado de Atarés, de modo que el abad Jimeno debió convencer al conde para que tratara de delimitar con claridad y legalmente los términos donde podían pacer sin impedimentos los ganados de su subsistencia y evitar así enfrentamientos que no deseaban.
Poco tiempo después de aquella visita, comunicó el conde Fortún Jiménez al rey el proyecto y, acompañados por el obispo jaqués Fortún, decidieron trasladarse ambos al monasterio no sólo para redactar y firmar el documento de delimitación, sino también para recortar al conde de Atarés algunas de sus importantes prerrogativas y donar al cenobio quinientos siclos de plata, una antigua moneda bíblica. Además, el monarca decidió confirmar a los monjes la licencia para llevar a pacer sus ganados y cortar leña en el monte Abetito.

Años después, ya en 959, según la tradición, regresó en cierta ocasión a San Juan de la Peña el rey García Sánchez II y, viendo que, a pesar de sus órdenes concretas, los monjes se sentían completamente inermes ante el poderoso señor de Atarés, ordenó que los términos pinatenses no pudiesen ser atravesados por nadie a no ser con el permiso expreso del abad o, en caso contrario, los monjes tenían potestad desde aquel momento para matar vacas, puercos y carneros sin que ello pudiera dar origen a ningún tipo de pleito real. Desde aquel instante, el monasterio de San Juan de la Peña comenzaba a cimentar así el que sería con el tiempo su importante señorío.
[Risco, P., España Sagrada, 30, págs. 409-413.
Ubieto, Antonio, Historia de Aragón: Literatura medieval, I, págs. 45-46.]



domingo, 7 de marzo de 2021

5 DE MARZO.

5 DE MARZO.

Se recibió otra carta de Juan Ferrer, que sigue.

Als molt magnifichs e de gran reverencia senyors mossenyors los diputats del Principat de Cathalunya.
Molt magnifichs senyors. Quant lo Senyor Rey fonch vengut de Olit scrivi a vostres reverencia e magnificencies de les noves quem semblava bonament se poguessen scriure. Ara ab la present he molt poch a dir car no tinch al present fahenes açi de aqueix Principat de que fretur scriure ni tant poch hi ha tals novitats que sen hage fer molta mencio he (e; y) si aqui sera dit de certa gent de Castella qui ha corregut en diversos lochs de aquests regne e de gents de aquest regne qui han corregut en Castella no es sino per occasio de marques que exequuten huns contra altres. Es ver que yo crech que si molt dura (dura castellano, verbo durar; dure) haura a saber a guerra. Los embaxadors de Çaragoça son arribats aci los quals son stats molt ben rebuts. Eslos exit (les hes salido; els es sortit) a rebre (recibir) lo mestre fil (fill, fillo, fijo, hijo; fil con una l es hilo, filo) del Rey e linfant comte de Empuries e tota la cort. Son venguts XXXXIII embaxadors. Crech sien ja empatxats e partiran prest. Lo Senyor Rey encara no ha principiat la cort als de aquest regne crech yo que la major part de aquesta quaresma se despendra en aquesta terra. Feta en Tudela a XXV de febrer Mil CCCCLXII. - Mossenyors. - Quim recoman en vostra gracia e merce Johan Ferrer prest a vostres manaments.

En otra sesión de este día, el arcediano Çariera leyó una carta dirigida por las personas de los estamentos eclesiástico y militar de Gerona, en que hacían saber la resolución de los remensas en no pagar a sus señores, y como dichos labradores iban en cuadrillas con su tamborino, y soltando voces subversivas, habiéndose nombrado de entre ellos, y de diversos obispados, veinte y cuatro comisionados para que fuesen a suplicar al señor Rey.
Al mismo tiempo, unos caballeros enviados por la Reina participaron que dicha señora había provehido ya el asunto de los oficiales para la administración de justicia, si bien extrañaba que, habiéndolo hecho saber al Consejo y Diputados, no le hubiesen dado contestación; sobre cuyo negocio y otros varios que se trataron, pasóse a votación, por el orden siguiente.

Voto del señor Patriarca.

Dix que sia feta embaxada a la Senyora Reyna de nombre copios del concell aplicant hi de la ciutat de Barchinona a la qual suplicaran complidament hi vulla provehir com en neguna manera ja nos pugue tolerar la audacia e temeritat dels dits pagesos. E si expeditament la dita Senyora no hi provehira que lo taulell faça pensament que si deura fer.
Al fet de don Jofre de Castro dix que deu esser feta relacio en lo taulell tantost dema de les informacions rebudes en Ribagorça per veure que es provat en aquelles e juxta la relacio expeditament deliberar que deu fer lo Principat per satisfer a son degut.
Al fet de mossen Copons dix que per prima faç lo tractament que li es fet star en algun interes del stament militar e per conseguent de tots. E per ço deuria esser attes als oficials qui entrevenen en los fets de aquell per que no fahent lo degut sapien sera provehit segons se pertany.
Al fet dels oficials de que demana la Senyora Reyna resposta dix esser gran necessitat haver oficials specialment dels preheminents. E por ço nos deuria sperar la dita Senyora incitas a nosaltres mas lo taulell e aquesta ciutat de Barchinona deuen attendre en procurar tot orde que la Senyora Reyna convençuda de suplicacions e instancies provehescha a la comuna utilitat la qual per mija de oficials precipuament se ha fer.

Del conde de Pallars.

Al fet del homens de remença dix esser de parer que si deu provehir ab gent de cavall e de peu en tant nombre com sera necessari a despesa del General la qual gent asistescha primerament en fer obtemperar les letres e manaments reginals als dits pagesos dirigides e encara als senyors lurs e altres que sien conservats en lurs drets pero es de intencio que preceescha suplicacio a la Senyora Reyna de part del taulell suplicant la sua Altesa que proveescha a les dites coses e si noy proveix ques exequute lo que dit ha dessus.
Al fet de don Jofre de Castro dix es de parer quo les letres derrerament ordonades de part dels diputats e consell deuen anar com les informacions novament rebudes en Ribagorça no obsten en alguna manera a revocar la deliberacio feta del anar de les dites letres per los diputats e consell e per la ciutat de Barchinona.
Al fet de mossen Copons dix esser de parer que als tres qui han carrech de aço sia dat poder de veure tot lo que sera provehidor circa aquesta materia e que ho referesquen al consell.
Al fet dels oficials de que demana resposta la Senyora Reyna es de parer que los diputats diguen a la Senyora Reyna quals no son stats admesos per los diputats e consell e ques entene en admetre o repellir los altres qui no son stats passats ab faves. (Las habas, faba, fava, fabesfaves, blancas y negras que se usaron en la elección.) Mister Bean

Del canónigo Dusay.

In omnibus es del parer del senyor patriarcha.

De mosen Bastida, en nombre propio y en el del conde de Módica.

Es del parer del patriarcha en los dos caps primers de les remençes e de don Jofre de Castro. Aço empero fegit en lo primer cap de les remençes que sien elegides persones ara de present qui entenen en lo que lo taulell deu e pot fer.

De mosen Marcos Lor, por sí y por Guillermo Arnau de Cervelló.

Idem ut patriarcha in omnibus.

De micer Agustin della Illa.

En los caps de les remençes e de don Jofre de Castro e de mossen Copons ut patriarcha.

De Pedro Juan de Sant Climent.

In omnibus ut patriarcha.

De mosen Dalmau de Queralt.

Idem ut patriarcha.

De Pedro Dez-Torrent, por sí y por la villa de Puigcerdá.

Idem ut patriarcha ab la addicio de mossen Bastida.

Del maestro Bernardo Lor.

En los caps de don Jofre e dels oficials ut dominus patriarcha.

De mosen Narciso de Sant-Dionis.

Idem ut patriarcha in omnibus ab la addicio en lo primer cap de mossen Bastida.

De Francisco Burgues alias de Sant Climent.

In omnibus ut dominus patriarcha ab la addicio de mossen Bastida

Del arcediano de la Mar, por sí y por el honorable Juan Dalmau.

In tribus capitibus ab lo senyor patriarcha. En lo fet de mossen Copons que sia servada la deliberacio ja sobre aço feta.

De mosen Cirera.

Idem in omnibus ut patriarcha.

De mosen Hostalrich.

Ut patriarcha in omnibus.

De Pedro Miguel de Peguera.

Ut patriarcha id facto de don Jofre de Castro tantum.

De mosen Juan Sorts.

Ut patriarcha in omnibus ab addicio en lo fet de les remences que si la Senyora Reyna noy provehira degudament que lavors lo taulell hi proveescha.

De Romeu Lull.

Al fet de don Jofre tantum ab lo senyor patriarcha.

De mosen Bernardo Çaportella, por sí y por mosen Sampsó.

Idem ut patriarcha in omnibus.

De Juan Agulló, paher y síndico de Lérida.

Idem in omnibus ab lo parer del conde de Pallas.

Del abad de San Juan.

Idem del parer del dit comte en los dos caps derrers ço es de mossen Copons e dels oficials.

Del abad de Amer. (de Mer en textos anteriores)

Idem in omnibus ut comes.

De mosen Antich Ferrer.

Idem in omnibus.

De mosen Roger Alamany.

Idem in omnibus ut comes declarat en lo cap primer que sia suplicada la Senyora Reyna com ha dit lo senyor patriarcha com stigue tot en sa Majestat e si tantost noy proveex a compliment e ab eficacia que façe ço que diu lo senyor comte de Pallars.

De mosen Bastida por sí y por el conde de Módica.

En los dos caps derrers idem ab lo comte de Pallars.

Del abad de San Benito.

Ut comes in omnibus pro se et domino episcopo Vicensi.

Del canónigo Colom.

En lo cap de les remençes que sia feta embaxada segons diu lo senyor patriarcha e si la Senyora Reyna a compliment e prest no hi provehira que sia fet lo que ha dit lo comte de Pallars. En tots los altres caps es del parer del senyor comte de Pallars.

Del canónigo Çariera.

Idem ut comes in tribus primis capitibus. En lo derrer dels oficials se ature deliberacio.

De Francisco Lobet.

Ut comes in omnibus pero que en lo fet de les remençes la embaxada preceescha a la Senyora Reyna segons ha dit lo senyor patriarcha e que lo consell se ajust dues veguades quascun dia.

De Agustin de la Illa.

En lo fet dels oficials ab lo senyor comte de Pallars.

De mosen Vilademany.

Idem ut comes in omnibus.

Del comendador Çaplana.

Idem in omnibus ut comes pero que en lo fet de les remences preesque la embaxada a la Senyora Reyna segons ha dit lo senyor patriarcha aço empero entes que la embaxada no perturbe lo que es stat dit per lo dit senyor comte.

Del canónigo Thor.

Idem ut comes in omnibus.

De Bernardo de Guimerá.

Idem ut comes.

De Galceran Carbó.

Idem ut comes ab la addicio de mossen Roger Alamany.

De Artal de Claramunt.

Idem en los tres primers caps. Al fet dels oficials se ature deliberacio.

De Pedro Despluges.

Idem in omnibus ut comes ab la addicio de mossen Roger Alamany.

De Guillermo Colom, por sí y por Antonio Pujades.

Idem in omnibus ut comes ab la addicio de mossen Roger Alamany.

De Francisco del Bosch, por sí y por la ciudad de Cervera.

Idem ut comes in omnibus.

Del canónigo Torres.

Idem ut comes ab la addicio que preceescha la embaxada no torbant empero lo parer del comte de Pallas.

De Pedro Cestrada.

Idem ut comes.

De Bernardo de Marimon.

Idem ut comes in omnibus.

De Pedro Miguel de Peguera.

Idem ut comes en los caps de remençes. De mossen Copons e dels oficials ab la addicio en les remençes de mossen Roger Alamany.

De Juan Dez-Valls.

Ut canonicus Torres in omnibus.

De Luis Xatantí.

Idem ut comes ab la addicio de mossen Roger Alamany.

De Romeu Lull.

En lo fet de les remençes ut comes pero que preceescha la suplicacio a la Senyora Reyna e que per aço no se ature de fer lo que ha dit lo comte de Pallas. Al fet de mossen Copons e dels oficials ut comes.

De Bernardo Juan Çapilla.

Idem ut comes ab la addicio de mossen Roger Alamany.

De Juan Ros, hijo, en nombre de mossen Juan Ros.

In omnibus ut comes. Pero que preceescha la embaxada a la Senyora Reyna e que per aço nos empatx lo que ha dit lo senyor comte.

De micer Pedro Severtes.

Idem ut comes in omnibus que empero hi consente la ciutat de Barchinona.

De maestro Bernardo Dez-Lor.

Attes que es cert quel General ha ya despes per aquest fet de remençes en lo trienni passat que ere oidor del General en virtut de la comissio de la cort es del vot en aquest cap en lo fet de mossen Copons del dit comte de Pallas.

Del abad de Monserrat.

Idem ut mestre Lor en lo fet de les remençes attes que ere deputat lo trienni passat ques feu la despesa dita per mestre Lor.
Del abad de San Juan.

Idem ut proxime es al fet de les remençes pro se et episcopo Barchinone.

Habiendo reunido mayor número de votos el parecer del conde de Pallars, se tomó por los Diputados la siguiente deliberación.

Los diputats clohen lo present consell en los caps on ha XXXII veus o mes ab aço empero que per aquest acte en quant se sguarda la despesa del General no sia fet prejudici del sagrament e homenatge a que son tenguts e obligats com a diputats.

Y después de leída por el escribano, añadió este al pie de la deliberación, requerido por los treinta y cinco que votaron con el conde, la nota que sigue.

Los XXXV requeren e preguen los dits diputats que com sien tenguts ab sagrament segons forma de la capitulacio et alias de cloure tota hora que hi ha XXXII veus segons tota vegada es stat praticat sens condicio o retencio alguna e ara sien XXXV vots conformes que hagen a cloure la dita deliberacio en los dos caps dessus tocats sens condicio alguna protestant de la infriccio del jurament e de totes altres coses licites de protestar.

A cuya protesta, contestaron los Diputados bajo la siguiente forma.

E los dits diputats dixeren que stan e perseveren en la conclusio que han feta en la manera dessus dita com sien primer tenguts a la observacio de llur sagrament e homenatge oferint se que pus no sia contra lo dit sagrament e homenatge ells faran so que es stat delliberat per los XXXV retenint se que hi puixen altrament respondre ab consell dels advocats de la casa.

Acerca de los otros dos asuntos, a saber, el de don Jofre de Castro y el de los oficiales, no se tomó acuerdo alguno, por no haberse reunido suficiente número de votos.

16, 17 febrero, 1462

16 DE FEBRERO.

Leyóse la siguiente carta, relativa a los hombres de remensa.

Als molt reverends egregis nobles magnifichs e honorables senyors los diputats del General e consell del Principat de Cathalunya residents en Barchinona.
Molt reverends egregis nobles magnifichs e honorables senyors. Apres deguda comendacio no sens gran congoixa vos certificam com en aquests dies occorrents per causa de les tasques e censos que los senyors han demanats a llurs pagesos sic ha fets aplecs de grans gents dels pagesos. E segons los sentiments que son de llurs fets e la sperlencia (speriencia, experiencia) mostrant sasperan (se esperen es valenciano, la a típica del occitano, y su dialecto catalán) tals inconvenients que si la clemencia divina noy proveheix es metre tota aquesta terra a gran perdicio e a quin fi tiran cascu na son parer de aquests fets. Les grans reverencies nobleses magnificencies e savieses vostres seran amplament informades per los trames nostres als quals vos placia donar fe e creença en tot ço e quant de part dels dos staments nostres a vosaltres diran e explicaran ordenant en lendemig totes coses a vosaltres plasents. Scrita en Gerona e segellada ab lo segell de la dignitat episcopal del qual usam en lo present negoci a XIII de febrer any LXII.
- A tota ordinacio beneplacits e servicis vostres aparellats les XVI persones representants los dos staments ecclesiastich e militar de la ciutat e bisbat de
Gerona en lo fet de les remençes taschas (tasques, tascas con a en plural típico occitano) e censos.

Se leyó, en seguida, una súplica de parte de mosen Juan de Copons, que tenía preso la señora Reina, y a consecuencia se pasó a votación la mencionada súplica,
votándose al propio tiempo lo tratado sobre los remensas, según es de ver a continuación.

Voto del reverendísimo Patriarca.

Dix que la provisio o letra en lo dit fet acordada e apuntada per los de la novena vaja axi com es stada puntada. E apres si necessari sera sia suplicada la Senyora Reyna de anar en propria persona als lochs necessaris per fer de sa ajustar les gents e reprimir e castigar aquells degudament. En lo fet de mossen Copons dix que sien designades persones per suplicar la dita Senyora Reyna que li placia desapartarlo e eleugarli les presons e tractar lo altrament que fins aci no es stat tractat e que lo proces vaja juxta les leys de la terra e que en res no sien prejudicades.

De mosen Miguel Dezpla conceller en cap.

En lo fet de les remençes se atura deliberacio ab la ciutat. En laltra fet es del parer del patriarcha.

De mosen Juan Agulló síndico de Lérida.

En lo fet de les remençes dix que vaja provisio tant fort quant al mon se pora fer e si aquella no sorteix degut efecte que ara per lavors sia hagut deliberat de esser feta potencia de gent darmes a despeses del General per reprimir e castigar lo ajust de la dita gent e que la dita provisio isque dema per tot lo dia. En lo fet de micer Copons dix esser del parer dels altres.

Del reverendo obispo de Vich.

Dix que sia suplicada la Senyora Reyna que li placia decontinent atorgar la provisio acordada la qual sia desempatxada tota empara cessant e que apres decontinent sien deputades persones del present consell e de la ciutat per pensar en lo remey e provisio tocada per mossen Johan Agullo. Per semblant sien deputades persones a suplicar la dita Senyora Reyna per lo fet de mossen Copons que li placia deliurar lo soltament e hon no li fos plasent que vegen e regoneguen que en son negoci e proces ell ne les libertats de la terra no sien prejudicades.

De mosen de Monserrat.

Dix esser del parer del senyor patriarcha en tot.

De mosen Vilademany.

Dix que la Senyora Reyna sia suplicada de atorgar e fer desempatxar la letra en la forma e manera que acordada es. E que de present sien elegides persones per pensar ab quals remeys si deura provehir hon la dita letra no sortis efecte e que la provisio tal qual sera acordada se fahes a cost e despesa del General. En lo fet de mosen Copons dix que sien elegides persones qui supliquen la Senyora Reyna e vegen que contra ell ne libertats de la terra nos façe res indegut e que sia procehit contra lo vicicanciller e micer Taranau e micer Falco e altres si han res fet indegudament no contra forma de la capitulacio. E mes sia inquirit contra mestre Vasach e algunes persones qui fan malvats reports e acusacions contra algunes persones a fi que aquells tals de llurs malicias (les seves malicies en el invento de Pompeyo Fabra) sien castigats degudament.

De micer Savertes por Tortosa.

Dix que la provisio segons es apuntada e concordada sia desempatxada expeditament e no contrastant alguna empara o empares e que les mateixes persones qui han hagut carrech de suplicar supliquen per aço mateix encara acompanyades de major nombra (nombre; número; occitano) e sia mes suplicada la Senyora Reyna de anar en persona hon necessari fos e hon aquestes coses no parissen efecte. En lo expedient lavors tret per mossen Agullo si les altres universitats si acompanyaran ell se atura (ature; se para, espera a la deliberación) deliberacio. En lo fet de mossen Copons ha per bons los vots dessus toquats que dien que sien eletes persones per veure en son fet que res no hi sia fet indegut contra la persona sua ne leys de la terra.

Del abat de Poblet.

Dix que la provisio o letra sia spetxada de continent cessant totes empreses e que de present sien elegides sis persones del present consistori les quals ensemps ab persones elegidores per la ciutat pensen continuament qual provisio se deura fer hon la dita letra no sortis son efecte ço es que no fossen oberts (obeits, obeíts; obedecidos) los manaments de la Senyora Reyna e lo que hauran pensat les dites persones hajen a referir al present consell. En lo fet de micer Copons per semblant dix sien eletes persones a suplicar la Senyora Reyna que lo seu proces vaja degudament e si res hi haura fet indegut torn a loch e que li placia castigar los oficials e ministres qui res indegut hi hagen fet hi (nexo y, e, et, i latina no se encuentra; no es el hi del hic latín, que incluso en castellano se encuentra como hy) encara castigar los qui hauran mal parlat en denigracio de algunes persones o del Principat de Cathalunya.

Del abad de San Benito.

Dix esser del parer de mossen Viladamany en tot.

De mosen Jaime Francisco de Sant Celoni por Gerona.

Dix esser del parer de mosen Agullo ab la addicio de mossen Viladamany. Encara mes que les persones eletes hajan (hayan, tengan) carrech de veure les nou persones que son stades dades (dadas, donades, donadas, dar, donar) en nomina de esser caporals del negoci de les remençes com deuran esser castigades.

Del egregio conde de Prades.

Dix esser de la opinio del senyor patriarcha ab la addicio de mossen de Poblet de eleccio de persones qui pensen (què pensin; que penson) que es de fer hon la letra de la Senyora Reyna e apres la Senyoria anant hi (este hi es del hic latín) personalment no fos obeida com se deu. En lo fet de mossen Copons dix sia suplicada la Senyora Reyna de gracia e hon no li placia que sien eletes persones qui vegen en son proces no haja greuge algu (no + algu; no haya agravio alguno). E mes sia suplicada la Senyora Reyna de castigar los oficials si res han fet contra la capitulacio ne leys de la terra e que sia fet contra ells juxta forma de la dita capitulacio.

De mosen Argentona.

Dix esser del parer de mossen de Poblet e de mossen Viladamany que es tot de un parer.

Del arcediano Çariera.

Dix esser del parer del abat de Poblet en tot.

Del egregio conde de Pallars.

Dix esser de la opinio de mossen de Poblet ab les addicions de mossen Viladamany salvo que nos cura sia procehit ne feta mencio dels mals parles (mal parlers; mal habladores) en lo que tocha (toca; toque) interes seu.

De mosen Sorts.

Dix esser del parer del patriarcha ab les addicions del comte de Prades en tot. E aço dix per si e per mossen de Barchinona.

De mosen Jaime Ros.

Fonch en tot del vot de mossen de Poblet.

Idem En Pere Splugues.

Idem mosen Marcos Lor.

Idem mosen Roger Alamany.

De En Jaime Tallada por Cervera.
Dix que la letra vaja de continent e ques provehesqua que en lo Principat nos seguesqua scandil e que sien decontinent eletes persones a pensar en la provisio necessaria per fer reposar los homens (els homes; los hombres) e per la seguretat dels senyors de aquells a despeses del General.
En tot lo fet de mossen Copons sia suplicada la Senyora Reyna de gracia e sien elegides per aço persones e si la dita Senyora Reyna no plau sien eletes persones que vegen que no li sia fet greuge algu ni prejudici a les libertats de la terra.

De mosen Francisco del Bosch.

Dix que de present sien eletes persones qui pensen ab quals remeys a despesa del General se dega (es degui) provehir en lo fet dels pagesos. En lo fet de mossen Copons que sia suplicada la Senyora Reyna de deliurarlo de continent o tenir lo arrestat com per tal cas no dege (degue, degui; deba) esser tractat en tal manera.

De mosen Francisco Lobet.

Fonch en tot del vot de mossen de Poblet.

Idem mossen Galceran Hostalrich per mossen Luis Ivorra.

Idem En Galceran Carbo.

De micer Juan Çaplana.

Fonch del parer del senyor patriarcha ab les addicions del comte de Prades en tot.

Del abad de Mer por el ex-abad de San Cucufate. (Sant, San Cugat)

Fonch del parer de mossen de Poblet.

De mosen P. Torrent, en nombre propio y en el de Puigcerdá.

Fonch del parer de mossen de Poblet.

De En Artal de Claramunt.

En lo fet dels pagesos fonch de la opinio de mossen de Poblet. En lo fet de mossen Copons que sien elegides persones qui supliquen la Senyora Reyna que li placia liurar lo. En laltra (lo altre; l´altre, l´altra; el otro fecho, hecho, feyto) fet de instancia contra los oficials e altres persones fonch del parer de mossen Viladamany.

De micer Juan Dalmau.

En lo fet dels pagesos fonch del parer de mossen de Poblet. En lo fet de mossen Copons dix que sia suplicada la Senyora Reyna de clamencia e en lo fet de les persones quis diu que parlen etc. es de parer que no sen deu fer mencio.

De mosen Antonio Pujades.

Fonch en tot del parer de mossen de Poblet

Del arcediano de la Mar.

Dix que sia suplicada la Senyora Reyna trameta de continent la letra acordada la qual se te per dit que sera obeida e que no cal entrar en altra pensament que sera de fer car creu que no freturara altra provisio.

En lo fet de mossen Copons si son derogades libertats de la terra que sia feta instancia per deputats e per lo consell si sera necessari sien reparades.

Del comendador de la Guardia.

En lo fet dels pagesos fonch del parer de mossen de Poblet. En lo fet de micer Copons per semblant ab la addicio de mossen Viladamany de inquirir contra les oficials si dilinquit hauran ne res fet indegut en lo proces.

De mosen Juan Bastida.

En lo fet dels pagesos fonch del parer de mossen de Poblet. En lo fet de mossen Copons dix que sia suplicada la Senyora Reyna de donarlo libertament e si no li sera plasent sia haguda copia del proces e sia vist que no sia fet greuge algu en lo fet dels mals parlers que a (ha) tocat mossen Vilademany de que nou (no ho; no lo tiene) te a res ne es de parer sen dege fer alguna mencio.

De mosen Guillermo Colom.

En lo fet dels pagesos e de mossen Copons dix esser del parer de mossen de Poblet. Ab aço que seria de parer que aquest fet dels pagesos tocha molt a les
generalitats en les quals coses los diputats han jurisdiccio per interes del General que dits diputats porien e deurien procehir a castigar los qui son aci menejadors de aquests afers no contrestant qualsevol guiatge que no val contra generalitats e de aço son tenguts los diputats ab jurament e axi los ne suplica.

De mosen Antich Ferrer por el vizconde de Illa.

Fonch del parer de mossen de Poblet en tot.

De En Bernardo de Marimon.

En lo fet dels pagesos del parer de mossen de Poblet ab la addicio de mossen Colom ab aço encara que sia vista la deliberacio feta en dies passats de procehir contra los qui menegen los dits afers e aquella sia exequutada e que axiu suplica los deputats. En lo fet de mossen Copons del parer de mossen de Poblet.

De micer Ramon Dusay.

Del parer de mossen de Poblet en tot.
Idem mosen Regaç.

De En Bernardo Çapila, por Vilafranca de Panadés.

En lo fet dels pagesos fonch del parer de mossen de Poblet. En lo fet de mossen Copons dix que sia suplicada la Senyora Reyna que li placia jaquir lo anar libertament car lo Rey En Pere ne jaqui (ne jaquí anar; dejó ir; jaquir; dejar) anar hu qui havia mal parlat dell. (Pues si los que hablan mal del rey en Cataluña y en toda España tuvieran que estar presos...) E ha per bona la addicio de mossen Guillem Colom que deputats procehesquen contra los qui menegen los dits afers de les remençes.

De mosen Bisbal.

En lo fet dels pagesos fonch del parer de mossen de Poblet. En lo fet de mossen Copons dix que sia suplicada la Senyora Reyna de misericordia. En lo restant dels mals parlers dix que no diu res.

De En Bernardo de Guimerá. (Mi primer apellido)

Fonch en tot del parer de mossen de Poblet ab la addicio de mossen Colom que deputats castiguen (en castellano también castiguen; castiguin) los qui menegen los afers e axi los ne suplica. (Este los ne suplica se convierte, por arte de magia, en els en suplique. Lo mismo con todos los artículos lo, los, que pasan a el, els).

De En Francisco Burgués, por mosen Burgués, su padre.

En lo fet dels pagesos fonch del parer de mossen de Poblet. E en lo fet de mossen Copons del parer del comte de Prades.

De En Pedro Strada, por El Arbós.

Fonch del parer del abat de Poblet.

De En Romeu Lull por mosen Juan Lull, su padre.

Fonch del parer de mossen de Poblet en tot ab la addicio de mossen Guillem Colom que sia vista la conclusio per la qual deputats deuen procehir contra los qui ho menegen e axi los ne suplica.

Del arcediano Colom.

En lo fet dels pagesos e de micer Copons de la opinio de mossen de Poblet ab la addicio de mossen Guillem Colom de procehir los deputats e axi los ne suplica.

De En Pedro Miguel de Paguera.

Fonch del parer de mossen de Poblet en tot.

Idem mosen Luis Xatanti.
Idem don Anton de Cardona per lo comte de Modica.

De mosen Juan Torres.

Fonch del parer de mossen de Poblet ab les addicions de mossen Vilademany e de mossen Guillem Colom.

De En Juan Boschá.
(El escritor Juan Boscán Almogáver o Almogávar, nace en Barcelona en 1487, su padre Joan o Juan o Johan Valentí Boscán, Boschá, Boschà, Boscà, oidor de cuentas y atarazanero del General.)

Dix esser del parer del senyor patriarcha ab la addicio del comte de Prades.

Del baron de Cervelló.

Dix esser del parer del abad de Poblet.

Idem En Felip Albert.

De mosen Çaportella, en nombre propio y en el de mosen Juan Sampso.

Dix esser del parer del senyor patriarcha en tot.

Dominó en esta votación el voto del abad de Poblet, que fue adoptado como deliberación.
Fueron nombradas, en seguida, las nueve personas designadas para presentar las súplicas a la señora Reina sobre el asunto de los remensas y otros varios, a saber, el Patriarca, el conde de Pallars, mosen Miguel Desplá, conceller, el abad de Poblet, micer Juan Çaplana, baron de la Lacuna, En Pedro Miguel de Paguera, el síndico de Tortosa y el de Vilafranca de Conflent.

17 DE FEBRERO.

Ocupáronse del asunto de mosen Copons.

lunes, 13 de julio de 2020

CAPÍTULO XLVII.


CAPÍTULO XLVII.

Que contiene la vida de Armengol de Córdoba, cuarto conde de Urgel.

La paz y quietud de que gozaban los cristianos de Cataluña, después que el conde Borrell retiró los moros a las orillas del Segre, fue tal, que dio lugar al conde Armengol, tres años después de muerto su padre, de ir a visitar la ciudad santa de Roma, devoción muy usada en aquellos siglos. Fueron en su compañía Arnulfo, obispo de Vique, y otros prelados y algunos caballeros, y llegaron en ocasión que Gregorio V celebraba concilio general. De esta peregrinación nos da noticia el episcopologio de Vique, por ocasión de un clérigo llamado Guadaldo, que llamado del pontífice, iba allá y se acompañó con ellos, y juntos llegaron a Roma. Teníanse de este clérigo en la curia romana grandes quejas, originadas de ambición, que fue tan vehemente, que quiso el obispado de Vique a Fruyano y le tomó para sí, y con astucia y maña se hizo consagrar de otro obispo. Descomulgólo por ello Juan XVI, y él hizo tan poco caso de este castigo, que, añadiendo males a males, mató a Fruyano y otros, para así mejor asegurarse en el obispado.
Reinaba en Cataluña Ramón Borrell, y aborrecía las mañas de este intruso: con su favor hicieron obispo de Vique a Arnulfo, que era abad de san Felio (Feliu) de Gerona, el cual fue consagrado obispo en lugar del muerto. Este obispo y otros prelados de Cataluña y el conde de Urgel informaron de la verdad al pontífice y concilio, y tomado su testimonio y la confesión del delincuente, le dieron el merecido castigo, que refiere el episcopologio de Vique, y Arnulfo se quedó con el obispado, y pasando por Narbona, el arzobispo le consagró.
Aunque reposaban los cristianos en Cataluña, no estaban ociosos los moros, antes se prevenían para hacer entrada en tierras de cristianos y darles algún daño notable. Favorecíanles para ello los privados de Hicen, rey de Toledo, por cuyas manos todo se gobernaba, porque él, o por ocio o por incapacidad, cuidaba poco de sus obligaciones; vinieron por la parte de Tarragona y entraron en el Panadés, y aunque los pueblos de él estaban fortificados y prevenidos, no lo fueron tanto, que pudieran defenderse de tan gran poder. Padeció toda la tierra notables daños, y la Seo de Barcelona, que allá tenía las más de sus rentas, fue notablemente damnificada, y hubo de vender las joyas de su sacristía para reparar una torre que servía de presidio y defensa a todas aquellas fronteras de Villafranca. Pasaron al campo de Urgel, y los cristianos les fueron al alcance; pasaron por la puente de Balaguer el Segre, y se retiraron a la campiña de Albesa, lugar que está a las orillas de Noguera Ribagorzana, en los pueblos ilergetes, donde fueron vencidos y derrotados. No *declaran las memorias antiguas cosa particular de esta victoria; pero infiérese que fue grande, pues dicen que de allí adelante casi todas las ciudades de Cataluña que ocupaban los moros se hicieron tributarias al conde de Barcelona Ramón Borrell; y de los nuestros no leemos que muriese otra persona de cuenta, sino Bererengario, obispo de Elna. (Berenguer, Berengarius, Belenguer, Berenguera para mujer).
Era en estos tiempos tan grande en España la potencia de los moros y tan impenetrable, que ningún poder ni fuerza fuera el suyo era bastante para ofenderles; pero ellos, por quererlo así Dios, para mayor bien del cristianismo y aumento de estos reinos, con sus pasiones y propias armas invencibles por entonces, se hicieron guerra y finalmente tributarios y cautivos de los cristianos, que a la postre los echaron de estos reinos. Vivían sus reyes en Córdoba (allí uno de los reyes de taifas), y había muchos años que tenían allá su silla real: era entre ellos esta ciudad cabeza y metrópoli de las demás de España, grande el tesoro que poseían, y numerosos los ejércitos que sustentaban. Duró este estado cerca de doscientos años: el fin fue de discordias entre ellos; causólas la flojedad de Hicen que era rey en nombre y apariencia: quedó de edad de diez años cuando murió su padre, pero tan subyugado y oprimido de Almanzor y de Abdulmelic, capitanes y privados suyos, que siempre le tuvieron encerrado en el alcázar de Córdoba, y no se le permitía hablar, ni salir sino a una grande huerta, donde a nadie era permitido acercársele. Teníanle allí muchas mujeres y otros entretenimientos, y hacíanle creer que en aquello consistía el ser rey. De esta manera vivió veinte y seis años; pasados ellos murieron sus dos privados, que con gran prudencia gobernaban aquel reino; comenzaron luego algunos levantamiratos, y el más notable fue de Mahomad Almohadi, que con doce de los más principales de Córdoba, sus confidentes, se levantó con el reino, apoderóse de la persona de Hicen, y con mucho secreto le encerró en la casa de uno de aquellos doce, sin que nadie supiese de él, y publicaron que era muerto, matando en su lugar a un cristiano su semejante, que por más disimular, enterraron entre los demás reyes.
De esta manera quedó Mahomad en el reino; pero presto se cansaron los cordobeses de su tiranía, y levantaron por rey a Zulema, sobrino del escondido Hicen, que luego cercó a Mahomad, que estaba dentro de Córdoba; pero por no sentirse poderoso pidió socorro al conde don Sancho de Castilla, hijo del conde don Garci Fernández, a quien años antes habían muerto los moros, y con buen ejército de leoneses, castellanos y navarros, se juntó con Zulema y fueron todos a Córdoba. Mahomad salió en campo y quedó vencido, y treinta y cinco mil de los suyos muertos. Retiróse al alcázar de Córdoba, y allí don Sancho y Zulema le cercaron: él conociendo que sus cosas iban de mal en peor, sacó al escondido Hicen, exhortándoles que dejasen a Zulema, que tanto daño les había hecho, metiendo cristianos en sus tierras; pero la gente estaba tan alborotada, que no fue oído, y así, dejando a Córdoba, se retiró a Toledo, donde estuvo algún tiempo, y Zulema quedó rey, y tenía consigo al conde don Sancho como a fundamento de su seguridad; y éste, dejando ya asegurado a Zulema en el reino, certificado de una traición que algunos moros tramaban contra de él y los suyos, se volvió a Castilla muy satisfecho, por haber vengado la muerte de su padre. Estas y otras discordias abrieron buen camino a los cristianos para hacerles guerra. En el mismo tiempo Ramón Borrell, conde de Barcelona, venció al rey de Tortosa; tomóle muchos lugares y matóle mucha gente, y don Sancho el Mayor, rey de Aragón, alcanzó de ellos insignes victorias, porque ocupados en sus guerras civiles, no tenían aquel antiguo valor y fortaleza.
Prevalecía entre ellos el bando o partido de Zulema; Mahomad Almohadi estaba en Toledo, donde reinaba ya Abdallá, que se era levantado con la ciudad y se llamaba rey de Toledo: y Almohadi, por acomodarse con el tiempo, disimulaba con él.
En este tiempo había en Medina-Celi otro capitán moro llamado Alagib Albahadi, por otro nombre Alamés, y tenía un gran ejército para acudir en socorro de los moros de Cataluña, si es que lo hubiesen menester. Este, lastimado de los sucesos de Almohadi, le aconsejó que, a imitación de Zulema, llamase cristianos en su favor contra su enemigo. Pareció bien a Almohadi, y puso sus tratos e inteligencias, por medio del mismo Alamés, con el conde de Barcelona y el de Urgel, su hermano: propúsoles grandes intereses
y partidos, que aceptaron, y prometieron favorecerle. Valiéronse de los prelados, barones, nobles y pueblos de Cataluña: fueron de los más señalados Aecio, obispo de Barcelona; Arnulfo, de Vique; Oton, de Gerona; Oliva, abad de Ripoll; el abad de San Cugat del Vallés (Beuter dice que también pasó allá el obispo de Urgel, y le nombra Berenguer, no siéndolo sino san Armengol, tío del conde de Urgel); Ugo, conde de Ampurias; Gastón de Moncada, Dalmau de Rocabertí, Bernat, conde de Besalú; Ugo, vizconde de Bas; Aymar de Porqueras, Bernat de Bestraca, Ramón de Puig-Perdiguer y otros muchos.
Era el ejército de nueve mil hombres; fuéronse a Toledo, donde hallaron la gente de Almohadi; y con estos ejércitos se juntó el que tenía ya Alamés en Medina-Celi (Medinaceli), y de todos se formó uno que era de más de treinta y cuatro mil combatientes. Tomaron el camino de Córdoba, si bien hay autores que afirman que los nuestros pasaron por Navarra y Aragón a Castilla, antes que llegasen a Córdoba, por ser estas tierras de cristianos o amigos de Almohadi, y tener mejor comodidad, caminando entre ellos, que entre enemigos. Zulema, que reinaba en Córdoba, pidió a los de la ciudad que salieran contra los enemigos, pero ellos se excusaron. Tenía Zulema muchos moros
de África, que siempre le valieron y en esta ocasión le animaron a la batalla, ofreciéndole las vidas y sustentarle en el reino, en que ellos le habían puesto. Animado con esto el moro, salió en busca de los enemigos y asentó su campo; llegó allá Mahomad Almohadi con los ejércitos de Cataluña, Toledo y Medina-Celi, y sin darles el enemigo tiempo de reposar, ni ordenarse, dio de improviso sobre ellos; trabóse la batalla, que faltó poco que no fuese de poder a poder, y toda la furia de los moros cargó sobre las tropas de los condes de Barcelona y Urgel. Al conde no le fue posible defenderse ni ser defendido de los suyos, y quedó muerto de muchas heridas que le dieron los moros. Beuter dice que, andando trabada la batalla, se encontraron el conde Armengol y el rey moro de Córdoba, y pasáronse entrambos las lanzas y quedaron muertos: otros dicen que el rey moro buscaba igual suyo para pelear y daba voces:
“¿quién es aquí rey o hijo de rey que pelee conmigo?” y que el conde, que lo oyó, dijo:
yo soy hijo de conde, que es á par de rey”, y arremetió para él; otros que murió queriendo hacer calle por medio de los enemigos, y recibió tantas lanzadas que luego murió de ellas, despues de haber diez y ocho años tenía el condado. Murieron con él muchos cristianos, y otros fueron mal heridos: de los muertos fue Aecio, obispo (pone abispo) de Barcelona; Arnulfo, de Vique, que salió muy peligrosamente herido, y a los 22 de octubre de este año 1010, vuelto ya en su Iglesia, murió también; y Oton, obispo de Gerona, que había sido abad de San Cugat, donde está en su sepulcro una tabla que da cuenta de estos sucesos con los versos siguientes:
IN HAC URNA JACET OTHO, QUONDAM ABBAS INCLITUS,
QUI CUM VIXIT CORDE TOTO FUIT DEO DEDITUS.
HIC, CUM AD PRAEPOSITURAM VALLENSIS PERGERET,
CONTIGIT QUOD SIC JACTURAM MORTIS TUNC EVADERET;
NAM TUNC FUIT BARCHINONA A PAGANIS OBSITA,
ATQUE DOMUS HUJUS BONA CUM PERSONIS PERDITA.
TANDEM, MAURIS HINC PULSATIS, OTHO CITO REDIIT,
ET HANC SANCTI CUCUPHATIS DOMUM MURIS MUNIIT.
MOX ELECTUS IN ABBATEM, MONACHOS INSTITUIT,
QUOS SECUNDUM FACULTATEM DOMUS PAVIT, INDUIT.
SIC, PROTECTUS DEI DEXTRA, CURAM EGIT OMNIUM,
QUE DITAVIT INTUS EXTRA PRAESENS MONASTERIUM.
TUNC GERUNDA HUNC VOCAVIT PRAESULIS AD GLORIAM,
ET UTRAMQUE GUBERNAVIT PRUDENTER AECCLESIAM.
ITA HUNC PRAEVENIT DEUS BENEDICTIONIBUS,
QUOD NON EST INVENTUS REUS, SED JUSTUS IN OMNIBUS.
DUM FLORERET ISTE SANCTUS MERITORUM FLORIBUS,
CASUM MORTIS EST ATTRACTUS PAGANORUM ICTIBUS;
NAM IN BELLO CORDUBENSI CUM PLURIBUS ALIIS
MORTE RUIT, DATUS ENSI, COELI DIGNUS GAUDIIS;
CUJUS OSSA SUNT SEPULTA IN HOC PARVO TUMULO,
SPIRITUSQUE LAUDE MULTA SUMMO VIXIT SAECULO.
ERANT ANNI MILLE DECEM POST CHRISTI PRAESEPIA,
QUANDO DEDIT ISTI NECEM PRIMA LUX SEPTEMBRIS.

Fue esta batalla, según lo declaran estos versos, a 1.° de setiembre del año 1010.

El cardenal César Baronio, siguiendo al padre Juan de Mariana, de la Compañía de Jesús, siente mal que estos prelados de Barcelona, Gerona, Vique y otros fueran a esta guerra; pero a su sentir satisface la costumbre de España, porque en estos tiempos era cosa muy ordinaria asistir los prelados a las campañas contra los moros, para animar a los cristianos contra los enemigos de la fé católica, que nos tenían profanados los templos y tiranizada la tierra, y ministrar los sacramentos a los que lo hubiesen menester; y se usó muchos años después. En el año 1212, en la batalla de las Navas de Tolosa, estaban el arzobispo de Toledo y el obispo de Placencia y muchos otros prelados; y en la de Benamarin, llamada del Salado, había muchos sacerdotes que ministraban los sacramentos; y el rey don Fernando, el Santo, que ganó Sevilla, siempre llevó en su compañía el obispo de Sevilla; y fray Francisco Ximenez de Cisneros, en el año 1509, estuvo siempre en el ejército que pasó a Oran, desde el principio hasta la fin; y en la batalla de Lepanto fueron padres capuchinos, franciscos observantes, de la Compañía de Jesús y otros de otras religiones y en tiempo de los reyes godos, en las entradas o acometimientos súbitos que hacían los enemigos, los obispos y sacerdotes habían de salir a ayudar por espacio de cien leguas o millas en torno del lugar acometido. El bienaventurado fray Juan de Campistrano es muy celebrado por lo que hizo en Hungría contra turcos, y a fray Lorenzo de Panormo, de la religión de san Francisco, de consejo y de consentimiento de los cardenales, envió el papa con sus frailes por comisario apostólico a las Indias Orientales, para incitar a los isleños tomaran armas contra los turcos; y por estos mismos tiempos, o poco después, Ramón Guillen, obispo de Barcelona, por exhortación de un legado apostólico, fue con el conde Ramón Berenguer a la conquista de Mallorca, donde murió herido. Ni el intento de estos prelados fue de favorecer a los moros, sino de ayudar a los que iban contra de ellos para que entre si se acabasen y consumiesen, que, en razón de estado, prudente cosa es dejar a los enemigos infieles que ellos mismos se persigan y acaben, pues que los
reinos divisos, según la sentencia del Evangelio, se vienen a destruir y deshacer; de manera que estos obispos no favorecieron a los moros, antes cooperaron en su total ruina: y así dicen generalmente todos nuestros autores, que después que los moros tuvieron entre sí las contiendas y batallas que acabamos de decir, nunca jamás levantaron cabeza en España, y nuestros condes de Cataluña, con insignes victorias, les fueron echando poco a poco de lo que poseían en este principado. Algunos autores que describen esta batalla confunden la ida del conde Sancho con la de los condes de Urgel y de Barcelona, poniéndoles todos en una misma batalla y tiempo, afirmando que los condes valieron a los moros contra don Sancho; y esto es imposible, porque ni cuando don Sancho fue a favorecer a Zulema era allá el conde de Barcelona, ni cuando el de Barcelona fue a favorecer a Almohadi se hablaba de don Sancho, ni sabemos que en esta última batalla fuese en favor de Zulema cristiano alguno.
Los cuerpos del conde Armengol y del obispo de Gerona fueron llevados a Cataluña y enterrados, el del conde en Ripoll, con sus padres, y el del obispo en el convento de San Cugat del Valles, a la mano derecha de la puerta que entra del claustro a la iglesia, donde están los versos o epitafio que traigo arriba. Por haber muerto en Córdoba el conde Armengol, comunmente le llaman de Córdoba, para diferenciarle de los otros Armengoles de la casa de Urgel. Algún autor dice que un linaje de Córdobas que hay en Castilla, muy principal y noble, desciende de este conde; pero esto más fue buen pensamiento de aquel que lo dice, que verdad, porque la denominación de estos Córdobas no tiene nada que ver con lo que tratamos aquí.
No dejó más de un hijo de su nombre, habido en la condesa su mujer, cuyo nombre aún no ha venido a mi noticia.

A Rodulfo fue sucesor en el obispado de Urgel Guiso o Visado o Wisago, que todos estos nombres le acomodan, y no he hallado otro obispo entre los dos. Este fue en el año 971 ejecutor de la bula del papa Juan XIII, cuando el arzobispado de Tarragona fue unido a la seo de Vique, por estar aquel ocupado de moros; y a 28 de setiembre de 976, se halló en la consagración da la iglesia del monasterio de San Miguel de Coxá, fundación de ciertos clérigos devotos de la Seo de Urgel, según dice fray Yepes, en el tomo 3, fol. 125.

CAPÍTULO XLIV.


CAPÍTULO XLIV.

De Armengol de Moncada, primer conde de Urgel, y vida de san Hermenegildo, de quien deriva este nombre. - De como el nombre de san Hermenegildo fue muy recibido en España, y de los muchos nombres que de este se han formado.- Prosíguense los hechos que se saben de Armengol de Moncada.

Dapifer de Moncada quedó en el lugar de Otger Catalon, y por muerte de él, le eligieron sus compañeros capitán, cabeza y caudillo, y lo fue toda su vida. Este Dapifer dejó un hijo, que se llamó Arnaldo de Moncada, y por muerte del padre, sucedió en el cargo y gobierno de las poblaciones que había en los montes Pirineos, en nombre del rey de Francia, señor de Cataluña. Murió Arnaldo, y dejó un hijo llamado Armengol, que sucedió en el cargo. Esté vivía cuando Carlo Magno entró en Cataluña, y gobernaba, a más de los montes Pirineos, la tierra de Cerdaña, Pallars, Urgel, Empurias y otras muchas. En su tiempo se edificaron los más de los castillos que hay en aquellos montes, que, como eran guarida y retirada de los cristianos, procuraban todo lo posible que estuviesen con la debida fortificación, para poder mejor resistir a los moros que continuamente les molestaban. Fue esta venida de Carlo Magno el año 791, o el siguiente. Conoció Carlos a Armengol, y le trató y tuvo claras señales de su valor y merecimientos, y vio con sus propios ojos los servicios que de Dapifer y Arnaldo, su padre y abuelo, había recibido, y que el nombre francés se era, por su valor y esfuerzo, conservado en Cataluña. Esto y ser Armengol de gran linaje, le dio motivo para honrarle como lo merecía: dióle título de conde de Urgel, Rosellón, Empurias, Cerdaña y Pallars, y fue el primero que gozó de estos títulos juntos, y con mucha razón, por debérsele a él y a sus ascendientes mucha parte de la conservación y conquista de aquellas tierras; y el título que usaba primero, anteponiéndole a los demás, era conde de Urgel, y así es comunmente llamado. En memoria suya quedó que los condes de Urgel, sucesores suyos, tomaron este nombre de Armengol, que por muchos años duró en aquella ilustre casa y familia. Es forzoso en aquesta historia nombrar infinitas veces este nombre Armengol, el cual era tan propio de los condes de Urgel, que cuando decían el conde Armengol, por antonomasia, se entendía el de Urgel; y eran ellos tan celosos de conservarle, que obligaban los padres a los hijos lo conservaran sus descendientes, y Sunyer, tercer conde de Urgel, a dos hijos suyos dio este nombre, como veremos en su lugar.
Es este nombre y suena lo mismo que Hermenegildo en Castilla, y se toma del glorioso rey mártir san Hermenegildo, honra y lustre de todos los reinos de España, y más de la ciudad de Tarragona, donde padeció martirio y se guarda su cuerpo.
La vida y martirio de este santo escribieron muchos autores antiguos y modernos; pero como no habían llegado a noticia de ellos (porque aún no se eran hallados) los fragmentos históricos de Lucio Dextro y cronicon de Marco Máximo, obispo de Zaragoza, su devoto y contemporáneo; no pudieron escribir con puntualidad igual a la de este autor, que fue testigo de vista; y así, por honra de este bienaventurado santo y por la memoria que de él quedó en los condes de Urgel, y en honra de su nombre, del que, aunque corrompido, cada paso se hace mención en este libro, he querido escribir aquella, como cosa muy de mi propósito e intención.
Fue este santo español de nación, hijo primogénito de Leovigildo o Levigildo, godo, rey de España (Ludwig, Luis), y de la reina Teodora, que fue hija de Severiano, capitán general del rey y gobernador de Cartagena y su distrito, y de Teodora su mujer, varones de gran virtud y santas costumbres. De estos fueron hijos san Leandro, arzobispo de Sevilla, san Fulgencio, obispo de Écija, san Isidoro, que sucedió a su hermano en el arzobispado de Sevilla, y santa Florentina, abadesa y maestra de muchas monjas y vírgenes dedicadas al Señor. Nació el año 562, siendo pontífice romano Pelagio (Pelayo, Pelaya, Pelaia, Pelagia, como el mote de mi abuela Mercedes). Faltóle su madre Teodora a los tres años de su edad y 566 de Cristo, mujer santa y católica, a quien no se apegó ningún contagio de la herejía del rey su marido: murió en Toledo, y fue sepultada con gran dolor y sentimiento de la ciudad y de los suyos en la iglesia de santa Leocadia Pretoriense, en el arrabal de Toledo, sobre el río Tajo. No tardó mucho tiempo en tomar el rey otra mujer, aunque muy diferente en costumbres de la primera; llamábase esta Gosvinta, viuda del rey Atanagildo, su predecesor, mujer astuta, maliciosa e inficionada de la secta arriana, de quien no leemos que quedasen hijos. Deseaba el rey ver casado a su hijo primogénito, y por eso pidió por nuera a Indegunda, hija de Sigiberto o Heriberto, hijo de Clotario primero, rey de Francia, y Brunequilda, reyes de Austrasia. Para esto envió Agila, su tesorero; pero porque la edad de Indegunda era poca, se dilató el matrimonio siete años. El siguiente tomó el rey por compañeros del reino a sus dos hijos Hermenegildo y Recaredo, con que les aseguró la sucesión y excluyó a los godos de elegir rey; y de aquí le quedó el título de rey a Hermenegildo, aunque murió en vida del padre. Creció la novia y vino a España el año 580: era de edad de diez y seis años, hermosa sobremanera, dotada de reales y cristianas costumbres: vinieron en su acompañamiento Eugenio o Epifanio, arzobispo de Toledo, a quien en los arquiepiscopologios de aquella Iglesia llaman Eufimio; Fortunio, obispo Pictaviense; Salviano, Aligense; Frontiniano, Acuense; Beltrinio, Burdegalense; Gregorio, Turonense, y con lo mejor de la nobleza de los reinos de Francia y España. Veláronse los novios en la iglesia de santa María de Toledo. Sintió mucho la novia que el rey su marido estuviese inficionado de la herejía de Arrio, pero confiada del favor del cielo, con sus continuas exhortaciones y ayudada con cartas de San Leandro, tío de su marido, dejó la herejía y confesó la fé católica, admitió el concilio Niceno, y se declaró patrón y amparo de los católicos. Sintióse de esto el padre, y le amonestó que se apartase de ellos y dejase de favorecerles; la madrastra Gosvinta tratábala mal, tomóla un día por los cabellos y arrastróla por el suelo, dejóla toda ensangrentada, y un día la echó en una alberca con gran peligro de ahogarse, y estaba llena de odio y rencor contra de ella, por ser católica y haber reducido a su marido al cristianismo. Los católicos, contentos de tener de su parte al príncipe y sucesor del reino, tomaron las armas: declaráronse por el príncipe y por católicas las ciudades de Córdoba, Sevilla, Murcia, Orihuela, Évora y otras. Movióse cruel guerra; sitió el rey en Sevilla a su hijo, que confiado de algunos pocos romanos que aún quedaban en España, se era fortificado en ella; pero ellos, cual otros Juda,s fueron traidores al príncipe y le entregaron al rey su padre, que le metió en duras y horrendas prisiones en Sevilla, que son las que describe Ambrosio de Morales en su historia, de las cuales salió dando rehenes, y metiéndose so la obediencia del rey su padre las ciudades y pueblos que habían seguido su voz; pero esto duró poco, porque el año siguiente, después de salido de la cárcel el príncipe, el rey le volvió a perseguir. Cercóle en una villa de Portugal, llamada Osset, y le tomó y llevó a Toledo, y allá le metió en la cárcel. Estando el santo detenido en ella, se congregó en aquella ciudad un conciliábulo de obispos arrianos; presidió en él Pascasio, que se intitulaba obispo de Toledo; Vincencio, obispo de Zaragoza; Sumnio y Nepontiano, obispos de Mérida; Hugo, de Barcelona; Murila, de Valencia; Argimundo, Portucalense; y Gardingo, Tudense, y otros de la misma secta. Lo que salió de aquella maldita y execrable junta dice Ambrosio de Morales, libro undécimo, capítulo sesenta y cinco; y porque los obispos católicos y otras personas contradijeron a lo declarado en aquel conciliábulo, el rey los desterró, y en esta ocasión fue el abad Juan de Valclara desterrado a Barcelona, el que escribió muchas cosas de este santo, el cual, librado de la cárcel que había padecido en Toledo, el año siguiente de 583 se retiró a Sevilla, donde le cercó otra vez el rey su padre; y porque debió hallar alguna resistencia, llamó en su favor a Miron, rey de los suevos, que entiendo reinaban en Galicia, y gran copia de gentes, con cuyo favor prendió el rey en Córdoba a su hijo, que de Sevilla se era retirado en aquella ciudad. De aquí le mandó otra vez desterrado volver a Sevilla, y después a Toledo, y de
aquí a Valencia. Duraron estas peregrinaciones algunos meses, y por quitarle el rey su padre de los ojos de los súbditos, cuyos corazones iban tras él, y más los de los católicos, le mandó prender otra vez, y así preso y con ejército que le servia de guarda, le envió a Tarragona y le mandó meter en una cruel y estrecha cárcel. No le faltó aquí la consolación de Dios, que le envió tres santísimos varones, que eran el arzobispo de Toledo, el abad Juan de Valclara, que estaban aquí desterrados, y Eufemio, que fue arzobispo de Tarragona, que le exhortaron y animaron, aunque secretamente, por temor de los arrianos, a sufrir aquellos y mayores trabajos por la fé santa de Cristo señor nuestro. Vivía en aquella ocasión en Tarragona Pascasio, arzobispo intruso de Toledo, hereje arriano, y por mandado del rey, la vigilia de Pascua fue a la cárcel, y allá quiso con su sacrílega mano comulgar al santo príncipe, que indignado del atrevimiento de aquel desvergonzado hereje, no quiso recibir la comunión, antes bien con ira y odio le echó de sí, dándole las razones y reprehensión que dice Ambrosio de Morales, de lo que el padre se sintió mucho, e irado sobremanera, de una vez quiso acabar con el hijo, y mandó a Sigiberto, capitán de su guarda, que le matase. Este obedeciendo al impío rey, que no debiera, fue a la cárcel y con una alabarda o maza de armas, o con un puñal, como dice
Escolano en la historia de Valencia, le hirió de muerte; y debieron ser, sin duda, muchas las heridas que le dio, porque en la sagrada cabeza de este santo, que hoy está en el Escorial, donde fue llevada desde el monasterio de Xixena, del orden de san Juan, en Aragón, tiene un ahujero cuadrado en la coronilla y otros más abajo, a manera de cuchilladas. Con estas y otras heridas salió aquella bendita alma, y coronada con la auréola de martirio voló a su Criador, que para tanta gloria suya y honra de España la había criado, honrándola con una infinidad de milagros, como fueron, en el silencio de la noche oír músicas celestiales sobre su cuerpo y salir una sobrenatural resplandor que, quitadas las tinieblas de la cárcel, la volvió más clara que si el sol diera en ella. Estos y otros milagros enseñaron a los fieles que debían reverenciarle como a cuerpo de mártir glorioso. Asistían en aquella ciudad el arzobispo de Toledo y otros obispos, y el abad Juan de Valclara: estos, juntos con el arzobispo de Tarragona y muchos seglares, con grandes llantos y sentimiento le sepultaron en la iglesia de santa Tecla de Tarragona, como dice Marco Máximo, obispo de Zaragoza, contemporáneo de este santo, y hoy por nuestros pecados y poca devoción de aquellos a quien toca, no sabemos en qué parte, aunque muchos dicen que en aquella iglesia está sepultado un santo, pero ni saben quién es, ni dónde; y yo tengo por cierto que este santo fue sepultado, no en la iglesia catedral, mas en otra que está no muy lejos de ella, de edificio antiguo, que llaman santa Tecla la Vieja, de la cual Luis Pons de Icart, en sus Grandezas de Tarragona, dice estas palabras: «y por esto se dice que, siendo en Tarragona san Pablo, mandó edificar la iglesia de santa Tecla la Vieja so la invocación de la dicha santa, la cual devoción se ha siempre tenido en Tarragona, y de entonces acá la tienen por abogada y protectora;» y he notado yo que está esta iglesia, aunque pequeña, llena de muchos sepulcros antiguos, que denotan mayor antigüedad, sin duda, de la que tiene la iglesia mayor y metropolitana de aquella ciudad, aunque ambas a dos son muy antiguas. La cabeza de este santo y
buena parte de su cuerpo, poco después de muerto, Marco Máximo, obispo de Zaragoza, devoto suyo, la tomó y llevó a Zaragoza, enriqueciendo con tal tesoro la iglesia de Nuestra Señora del Pilar, y de aquí vino la cabeza a Xixena, de allí al Escorial, por medio del obispo de Vique y de Juan Francisco de Copons de la Manresana, caballero catalán, como lo refiere largamente Alonso Morgado en la historia de Sevilla. Este Marco Máximo fue contemporáneo de este santo amigo y conocido suyo, y le consoló en sus trabajos, esforzándole al martirio, y continuó la omnímoda historia de Flavio Dextro, y refirió lo que queda dicho; y así, como a testigo de vista, se le debe fé y crédito, mayormente no apartándose de lo que escriben san Gregorio, papa, y el Turonense; Juan, abad de Valclara; don Lucas de Tuy, Paulo Emilio, Roberto Gaguino, Adon, arzobispo de Viena en Francia; Ambrosio de Morales, Baronio, Pisa, Alonso de Morgado, Ribadeneira, Villegas, Marieta y otros graves autores, así contemporáneos del santo, como modernos; y dice Marco Máximo, hablando de este santo: quem martirem ego de facie novi, et saepius allocutus sum, cum esset in custodia patris, Hispali, mox Cordubae, rursus Toleti, Valentiae, et postremò Tarraconae, cujus ut devotissimus vitae sanctisimique martirii, carmen hoc ei qualecumque dicavi, quod est index pietatis in eum meae, etc. La mujer del santo se fue a África, y de aquí a Sicilia, donde murió y allí fue sepultada; un hijo que tenía, llamado Teodorico, fue llevado a Constantinopla, donde san Leandro, tío de su padre san Hermenegildo (que estaba allá para negociar con el emperador que favoreciese los católicos de España), cuándo le vio, se entristeció sobremanera. Murió este santo rey y príncipe de España a 13 de abril del año 586 a los veinte y cuatro años de su edad. El año siguiente murió el rey Leovigildo, su padre, a quien Dios hizo mucha merced, pues le dio conocimiento del error en que estaba y de la persecución y muerte que dio al príncipe su hijo, y abominando de los errores de los arrianos, abrazó la fé católica, y en ella murió a 2 del mes de abril del año 587, muy arrepentido del mal que había hecho, y fue sepultado en Toledo, en la iglesia de Nuestra Señora, la Antigua.
Poco después, que fue el año 588, murió también en Constantinopla Teodorico, hijo de este santo príncipe; y Sigiberto, que fue el que le mató no quedó sin pena, porque fue convencido de graves delitos, y el rey Recaredo, hermano de san Hermenegildo, le castigó muy afrentosamente, mandándole raer el cabello, que era gran ignominia entre los godos, y cegarle, y después le subió en un asno, y con la cola en la mano, a manera de cetro, le mandó pasear por la ciudad y llevar al suplicio. A Gosvinta, madrastra del santo, no le faltó su castigo, porque fue acusada de un grave delito que olía a traición contra del rey Recaredo, que le asignó jueces que conociesen de sus delitos, y por voto de ellos, que eran muchos, con un lazo le quitaron la vida.
Ambrosio de Morales, devotísimo que fue de este santo, trabajó en averiguar todo lo que le fue posible lo tocante a su vida y hechos, y es cierto dijera más, sí más hallara. Refiere este grave autor, que en una dehesa llamada Casa Blanca, cerca de Córdoba, donde hay vestigios de edificios antiguos, halló una moneda de oro de este santo: celébrala aquel autor por insigne antigualla, como cierto lo es, y más por la devoción que aquel buen autor tuvo a aquel santo. Tiene esta moneda a la una parte el rostro del santo sobre un trono, con una cruz en medio de él, y alrededor dicen las letras: Hermenegildi; de la otra parte tiene la moneda una victoria, y la letra que está al derredor dice: Regem devita, como que exhortaba el santo a los españoles que se apartasen del rey, porque con la herejía no les inficionase, siguiendo en esto el consejo del Apóstol, que dice: haereticum hominem post unam et secundam correctionem devita; y con este mote justificó el santo la causa porque había tomado las armas contra su padre, y el católico intento que tuvo en aquella guerra. De este mote hace autor Morales a san Leandro o san Isidoro, tíos del santo. Es esta medalla de oro muy fino, lo que no tenían las de los demás reyes godos, argumento de ser ella verdadera y no contrahecha, que la curiosidad en estas cosas se contenta de metal más bajo y no tan costoso como el oro. Don Antonio Agustín, en sus diálogos de las medallas, no parece que la tenga por verdadera; pero yo creo que él no debió de ver la que tenía Ambrosio de Mavales, sino otra diferente, que, aunque de oro, debía estar mal labrada o consumida del tiempo, cuya antigüedad no dejó distinguir en ella lo que Morales en la suya; el cual a buen seguro que no afirmó lo que no era, y más en cosa tocante a este santo, de quien se confiesa muy devoto, y reconoce por su medio haber alcanzado de Dios muchas mercedes.
El nombre de este santo y esclarecido mártir fue muy recibido en España, y mucha gente principal por devoción suya (como se echa de ver en muchas escrituras de los primeros reyes de Castilla después de don Pelayo) le tomaba. En la dotación que el rey don Alfonso, el Casto, hizo a la Iglesia de Oviedo, uno de los testigos se llamaba Hermenegildo: es la data de esta escritura a 16 de noviembre, año 812, y en tiempo del rey don Alfonso, el tercero de este nombre, llamado el Magno, un obispo de Oviedo y un conde de Tuy en Galicia, y otro del Puerto (O porto, Oporto) en Portugal, tuvieron este mismo nombre, como parece en el primer concilio de Oviedo, celebrado el año 879; y en un privilegio que tiene la Iglesia de Santiago de Compostela del mismo rey año 881, confirman tres Hermenegildos, el uno obispo, el otro mayordomo del rey y el otro sin título; y después, en tiempo del rey don Fernando, el primero, después de haberse frecuentado mucho, este nombre, se sacó de él un sobrenombre, que era Hermenegildez, así como de Fernando Fernández, de Gonzalo González, de Rodrigo Rodríguez; y este sobrenombre Hermenegildez era muy frecuente en las confirmaciones de los privilegios de este rey, en que anda un Pedro Hermenegildez que se halló en la confirmación de muchos de ellos: después se fue corrompiendo y abreviando algún tanto, y en privilegios de Alfonso, hijo de doña Urraca, confirma muchas veces un Gutierre Hermildes, que en otros privilegios se llama Gutierre Hermenegildez, do se ve claro ser todo un mismo nombre; y en Portugal había linajes y caballeros que lo tomaban por sobrenombre, como Alonso Ermegic, Estévan Ermiges, Alonso Ermiges y otros.
No fue menor la devoción con que veneraron este santo en Cataluña, donde fue muy ordinario su nombre, aunque algo mudado y corrompido, como vemos cada día que diversos lenguajes mudan más o menos, de una manera y de otra los nombres propios, o desgobernando las letras o añadiéndolas o quitándolas a los vocablos; y de aquí quedaron Armengol o Hermegaudo por Hermenegildo, y todo es un mismo nombre, y en muchas escrituras vemos que los que aquí son Hermengaudos y Armengols, en Francia son Irmingarios y en Castilla los llaman Hermenegildos. De esto hay muchos ejemplos; solo referiré algunos: en la fundación de la antigua Valladolid, que hizo el conde don Pedro Anzures a 21 de mayo, era 1133, y de Cristo señor nuestro 1095, que está en el archivo de aquella iglesia, confirma el conde Armengol de Urgel, yerno del conde
Pedro Anzures, y no se nombra ni firma Armengol, sino Hermenegildus; y en muchos privilegios latinos del rey don Alfonso, hijo de doña Urraca, y en otros que trae el obispo de Pamplona en su historia, firma el conde de Urgel, y no se llama sino Hermenegildo, acomodando su nombre al verdadero y original de Castilla. En unos versos que están en la vida del conde Armengol de Castilla, nieto del conde Pedro Anzures, le llama el poeta Hermenegildus; y no solo tomaron este nombre los hombres, mas aún también las mujeres, y es cierto que el nombre de Ermengarda, Ermisenda, Ermesinda y otros semejantes que vemos en escrituras antiguas, es el de este santo, y se echa de ver esto, en que a las mujeres que en unas partes están nombradas con uno de estos tres nombres, en otras las nombran Hermenegildas, y todo es una misma cosa.
Duró por espacio de trescientos cincuenta años que todos los condes de Urgel, a imitación y ejemplo de Armengol de Moncada, tomaban este nombre; y porque cuando heredaron aquella casa los vizcondes de Cabrera se dejó este nombre, el conde don Ponce de Cabrera mandó en su testamento que sus hijos, que eran cuatro, y otros a quienes venía la sucesión de aquel condado, estuviesen obligados a llamarse Armengoles o Ermengaudos, y lo repite muchas veces, encargándolo con grandes veras, porque sabía y se era observado ser este nombre, en la casa y linaje de Urgel, nombre de fortuna y felicísimo, y tanto cuanto duró en ella, gozó paz, felicidad, buena ventura, aumento de estados, paz con los reyes, amor con sus vasallos, sosiego en sus tierras y señoríos, y de felicísimas victorias de sus enemigos; y así nota muy eruditamente un autor, que hay nombres que tienen fortuna, y otros que son desdichados. El nombre de Antonino fue en Roma felicísimo, y lo daban a los Césares en pronóstico de la virtud y valor se prometían de ellos, hasta que lo tuvo Eliogábalo, que con sus pésimas costumbres le afrentó de manera, que de allí en adelante se tuvo por nombre afrentoso. Judas fue apellido sacrosanto desde el principio de la república hebrea hasta que pereció, y así hubo cuatro de este apellido en el colegio apostólico; pero el uno fue tal, que llenó el nombre de ignominia y su malicia le afrentó en gran manera. Los nombres de Fernando y
Alfonso en Castilla son felicísimos, y desgraciados los Enriques, así como los Jacobos en Escocia (James, Jaime, Tiago, Santiago), Carlos en Inglaterra, y los príncipes Carlos en España.
Tuvo el conde Armengol de Moncada en casa del rey de Francia y emperador Carlo Magno y de Ludovico Pío, su hijo, muchos y muy honrados cargos y dignidades: en el año 800 de Cristo señor nuestro fue nombrado virrey y gobernador de la isla de Mallorca por el emperador Carlo Magno, y años después confirmado por Bernardo, su nieto, hijo de Pepino, a quien dejó Carlo Magno lo de Italia. La causa y motivo para dar este cargo a Armengol, fue porque el año 799, que fue uno antes de coronarse emperador Carlo Magno, los moros de África y España causaban grandes daños en aquella isla y vecinas, y los isleños estaban en continuos sustos y temores por no tener donde acudir, por estar por todas partes rodeados de enemigos. Vivieron con este desasosiego hasta el año 800 que pidieron favor a Carlo Magno, prometiendo que si se lo daba, serían sus vasallos. El emperador aceptó la ofrenda muy contento de ser señor de tan fértiles y pobladas islas, y así les dio el socorro necesario para prevalecer contra los enemigos, dándoles por capitán y virrey a Armengol de Moncada, conde de Urgel, para que les gobernase y tuviese en devoción suya, defendiéndoles de los moros que corrían aquellos mares. Estos, sabiendo el socorro que había venido a los mallorquines, dejaron de molestarles y mudaron sus correrías y pasaron a destruir y * y a la vuelta dividieron su armada, y la una parte fue a la isla de Cerdeña, y otra a la de Córcega, donde hicieron grandes daños, talando los campos y destruyendo los pueblos, y llevándose muchos cautivos con lo mejor de aquella isla, y a la que, ricos de la presa, se volvían a África a gozar de ella, tuvo Armengol noticia y salióles con su armada. Trabóse batalla y quedó vencedor, y tomó ocho naves a los enemigos, y dio libertad a más de quinientos corsos que llevaban cautivos. Con esto se volvió con triunfo a la isla, asegurando con esto todos los mares vecinos.
Tomaron de esto los moros tanta rabia, que por vengarse, volvieron a Italia (que a Mallorca ya no osaban) , y dieron sobre Civitavechia, en la Toscana, y sobre algunos pueblos de la provincia Narbonense (Francia); y en venganza de la pérdida de las ocho naves hicieron gran daño en aquellas tierras, y después que hubieron saciado su crueldad, volvieron a Cerdeña, donde hallaron resistencia, porque los sardos estaban prevenidos y mataron muchos de ellos.
Crecía cada día la fama del conde por todo el mundo, en terror y espanto de sus enemigos, triunfó de ellos en mar y en tierra muchas veces, gobernó con gran prudencia la isla de Mallorca, conservándola en devoción del emperador Carlo Magno, y muerto él, de Bernardo su nieto, hijo de Pepino, que le confirmó el gobierno de la isla, y le duró toda su vida.
Murió Armengol en tiempo de Ludovico Pío, hijo de Carlo Magno, siendo conde de Barcelona Bara, el año no se sabe de cierto, mas por evidentes conjeturas se entiende fue antes del 820. Por su muerte volvieron los condados que él tenía, y en particular el de Urgel, a Ludovico Pío, rey de Francia y señor de Cataluña, no, como dice Tomic, por haber muerto sin hijos, sino porque no eran estos títulos hereditarios, como después lo fueron, y solo se daban durante la vida del proveído, con obligación que no pudiese disponer de ellos en favor de sus hijos o descendientes; y con esto queda respondido a la opinión del dicho Tomic, que quiere que Guifre Pelos dispusiese de estos condados entre sus hijos, lo que no pudo ser, porque Armengol de Moncada a Guifre pasaron más de sesenta años, y antes de Guifre hubo otro conde de Urgel, como diré después, que fue
nombrado por Ludovico Pío, y a Guifre le pertenecieron aquellos condados por haber cedido y renunciado en su favor y de sus descendientes Carlos Calvo, rey de Francia, el derecho y señorío que tenía en Cataluña.
De Armengol de Moncada no hallo hijos, antes en las escrituras de aquel linaje consta haberle heredado Oton de Moncada, hijo de Arnaldo. Este Otón sucedió en el cargo de general, y le hallo con él en la conquista de Barcelona con Ludovico Pío, que se dio por tan bien servido de él, que le remuneró con muchos lugares cerca de aquella ciudad, en el Vallés, a cuya cabeza puso el nombre de su apellido de Moncada, y con la mitad de la ciudad de Vique, que por muchos años poseyeron sus sucesores; y de este desciende la ilustre familia de los Moncadas, de quien ha escrito muy docta y elegantemente don Tomás Tamayo de Vargas, cronista del rey Católico, este año pasado de 1638.
Las armas de este primer conde fueron las mismas que él llevaba, propias, de su linaje, que eran, según dice el doctor Beuter, las de la casa de Baviera, de donde ellos descendían; y despues las dejaron, y tomaron siete panes de oro en campo de sangre, esto es, tres y medio en cada una de las dos tiras, y después dividieron el escudo en palo, y a la mano derecha pusieron los siete panes, y a la otra los palos de Cataluña, por haber emparentado con la casa real de Aragón y los que hoy son bajar de aquella.