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miércoles, 8 de mayo de 2019

BORJA, EN MANOS DEL BATALLADOR, siglo XII

2.52. BORJA, EN MANOS DEL BATALLADOR (SIGLO XII. BORJA)

A finales del siglo XI, dependiente de la taifa sarakustí, se hizo famoso el alcaide de Borja, Abén Amed Mutamín, tanto por su férrea oposición a los cristianos, como por su gran afición a la astrología y a la nigromancia. Tanta era su pasión por las ciencias ocultas que empezó a circular el rumor de que Mutamín tenía relaciones con el diablo, pues de otra manera no se podía explicar cómo consiguió levantar el castillo de Trasmoz en un solo día.
El pueblo no se equivocaba, aunque sí ignoraba el contenido del pacto. La realidad era que el gobernador, habiendo invocado al maligno, llegó a un acuerdo con él de modo que el diablo construiría el castillo en un solo día si Mutamín aceptaba que el primer miembro de su familia que viera ondear la cruz de los cristianos en Borja descendiera al averno con él. El gobernador, sediento de poder, aceptó sin dudarlo.

Pasaron los años y un día llegó a la ciudad un escuadrón que traía como prisionera a una hermosa doncella cristiana, Isabel, de quien Mutamín quedó prendado y, pese a la oposición de la joven y del consejo de ancianos, se casó con ella. Isabel tomó el nombre musulmán de Zaida, pero su corazón permaneció cristiano. Zaida dio a luz una hermosa niña, a quien llamaron Zuleya, que significaba «hora triste», bien porque la niña nació el día de la derrota mora en Alcoraz, bien porque su madre perdió la vida en el parto.
La niña creció al cuidado de una esclava cristiana de Benasque, quien le inculcó sentimientos cristianos. La niñera, que conocía el pacto del padre, creía que así la protegía del mal. El gobernador, con el paso del tiempo, tenía tanto amor por su hijita que se alejó del oscurantismo hasta tal punto que se olvidó de su promesa al diablo.


BORJA, EN MANOS DEL BATALLADOR, siglo XII


El tiempo pasó y el avance de Alfonso I hacia Zaragoza era imparable, llegando pronto a Borja, a la que cercó en septiembre de 1118, y, entrando en la ciudad, plantó su enseña con la cruz de San Jorge en lo alto del castillo. Pero cual no sería su sorpresa al encontrar la plaza desierta. Y es que fue Zuleya la primera en ver la cruz y el diablo, que no olvida, se la reclamó a Mutamín. Pero el gobernador, dándose cuenta del peligro que corría su hija, prefirió hacer uso por última vez de su magia, convirtiendo en piedra a su hija y a todos sus servidores. Y para satisfacer su promesa, él mismo se entregó al diablo.

[Domínguez, Juan, «La Zuleya de Borja», Aragón legendario, II, págs. 95-97.]

LA RECONQUISTA DE BORJA, siglo XII


2.51. LA RECONQUISTA DE BORJA (SIGLO XII. BORJA)

El jefe musulmán de Borja, amparado en lo inexpugnable de su castillo, realizaba constantes razzias en los territorios cristianos del norte, lo que le proporcionaba pingües beneficios.

LA RECONQUISTA DE BORJA (SIGLO XII. BORJA)


En cierta ocasión, se adentró con sus huestes en Navarra y, junto con la captura de un gran botín, raptó a la hija de un noble cristiano con ánimo de convertirla en su esposa, como así hizo. Llevó a la joven a Borja, se casó con ella y la confinó entre las paredes del castillo, prohibiéndole realizar prácticas de su religión cristiana y mucho menos que se las enseñara al hijo que esperaban. En realidad, nació una niña, mientras la desdichada madre moría en el parto. La niña fue confiada a una nodriza.
Las cosas se complicaron para el jeque borjano, pues sus enemigos cristianos le atacaron en varias ocasiones con evidente peligro. Redobló la vigilancia y mejoró las defensas, pero todo era poco, así es que, totalmente en secreto, pactó con el diablo.
A la vez que el jefe moro buscaba apoyos tan extraordinarios, el ama nodriza —no sabiendo nada del hechizo y temiendo por el futuro de la niña— la bautizó, mientras los asaltantes cristianos arreciaban en la pelea. Fue entonces cuando tuvo lugar el cataclismo, pues la niña quedó convertida en una estatua de piedra.

El diablo, cuando vio roto el pacto sellado y el poco provecho que podía sacar de la situación, pues no se podía llevar el alma de una inocente, deshizo el sortilegio y los cristianos entraron en la fortaleza. El jeque murió y el diablo, huyendo a la vez que lanzaba enormes alaridos, se escondió por Ambel, donde puede oírsele en determinadas ocasiones.

El ama nodriza, enloquecida por la pena, escondió la estatuilla de la niña (que todavía no ha sido hallada) y se marchó a Trasmoz, donde se unió a las brujas de su castillo, dejando oír de cuando en cuando sus bufidos y lamentos sin límite.
[Bordejé, Federico, «La mora encantada», en Aragón, 69 (1931), págs. 120-122.]










domingo, 28 de abril de 2019

LA DEFENSA CRISTIANA DE BORJA


7. LA DEFENSA CRISTIANA DE BORJA (SIGLO VIII. BORJA)

Los ejércitos musulmanes, tras atravesar el estrecho de Gibraltar para apoyar a una facción de los gobernantes visigodos, con una rapidez insospechada para los medios de la época, conquistaron prácticamente toda la Península Ibérica en no más de tres o cuatro años. El valle del Ebro, sobre todo su parte más llana y accesible, no fue una excepción.
Es sabido cómo la mayor parte de las poblaciones hispanas capitularon y entregaron sus llaves a los nuevos políticos y administradores, si bien se dieron ejemplos heroicos de resistencia, aunque ésta sirviera de poco. El de Borja es uno de esos ejemplos. En efecto, llegado el momento, el soberbio castillo roquero de Borja, defendido por los cristianos que pudieron ampararse dentro de sus muros de piedra, fue un obstáculo relativamente molesto para el avance impetuoso de las tropas moras, aunque la población que se asentaba a sus pies hubiera caído ya en sus manos.
Los musulmanes sitiaron la fortaleza y, sin presentar batalla, se limitaron a mantener bien cerrado el cerco en espera de que se acabasen los alimentos de sus defensores, lo que, sin duda alguna, les llevaría a rendirse. Pero los cristianos no se dieron por vencidos y, aunque apenas les quedaban casi víveres con los que mantenerse vivos, idearon una estratagema que inmediatamente pusieron en práctica y que surtió su efecto aunque fuera efímero.

Tomaron la última vaca que quedaba con vida en el fortín y le dieron de comer todo cuanto tuvieron a su alcance, incluida la comida destinada a los propios defensores. Una vez que estuvo bien cebada y, por lo tanto, lustrosa y rebosante, la sacaron del castillo con ánimo de que llegara al campo enemigo. Los musulmanes, ante aquella realidad que no esperaban, creyeron que todavía les quedaban víveres para muchos meses, decidiendo aflojar el cerco y dedicar sus esfuerzos en la conquista de poblaciones aledañas.
Es cierto que la fortaleza acabó cayendo en manos moras, pero la estratagema permitió huir a muchos soldados cristianos, bastantes de los cuales fueron a engrosar la resistencia que, poco a poco, fue fraguándose en las montañas pirenaicas.

[Datos proporcionados por Enrique Lacleta, Javier Sánchez y Daniel Sancho. Instituto de Bachillerato de Borja.]



LA DEFENSA CRISTIANA DE BORJA

Enlaces WIKI:

  1.  Consejo General de Procuradores de España
  2.  Gobierno de Aragón. «Zonas altimétricas por rangos en Aragón y España, y altitud de los municipios de Aragón.»Datos geográficos. Archivado desde el original el 4 de diciembre de 2011. Consultado el 15 de agosto de 2012.
  3.  http://dare.ht.lu.se/places/18323.html
  4.  Al menos 93 militares han muerto en accidentes aéreos en España desde 1980
  5.  Diario El País 1/3/1984
  6.  (en catalán) Joan Iborra: Joan Baptista Roig i l’Origen ilustre de los Borjas. Actes, Núm. 4 (2012-2013), Revista Borja, Simposi Francesc de Borja home del Renaixement sant del Barroc (2010)
  7.  Gracia Rivas, M. y, Pasamar Lázaro, José Enrique - Gracia Rivas, Manuel (2002, págs. 49-70). Los Borja y Borja - El influjo de Juan Vicente de Albis en la formación de un mito (En torno a un documento inédito de la Real Academia de la Historia). Cuaderno de Estudios Borjanos, Nº 45. Borja (Zaragoza). ISSN 0210-8224.
  8.  Gracia Rivas, M. y, López Abasolo, M. (1994). En torno a las armas de la Ciudad de Borja. Cuaderno de Estudios Borjanos XXXI-XXXII. Borja (Zaragoza). ISSN 0210-8224.
  9.  Aguilera Hernández, Alberto: Borja y los Borja: la forja de un mito para enaltecer una ciudad. Revista Borja. Revista de L’iieb, 5: Actes del Congrés Els Borja en L’art. España, 20 p.
  10.  Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas (Gobierno de España). «Treinta aniversario de las primeras elecciones municipales de la democracia». Archivado desde el original el 6 de marzo de 2014. Consultado el 6 de marzo de 2014.
  11.  Alcaldes de Aragón de las elecciones de 2011
  12.  «Alcaldes de todos los municipios de la provincia de Zaragoza»Heraldo.es. 14 de junio de 2015.
  13.  La Vanguardia, Cultura, 24 de agosto de 2012.
  14.  La Vanguardia, Cultura, 23 de agosto de 2012.
  15.  El Mundo, Cultura, 25 de agosto de 2012.
  16.  Un hecho incalificable. Centro de Estudios Borjanos. Martes, 7 de agosto de 2012.