lunes, 30 de agosto de 2021

A LA VERGE MARIA. Victoria Penya.

A LA VERGE MARIA.


Tot anant la Verge un dia  Cullint floretes,  Quantes sos dits ne tocavan  Tornaven perles.



I.


Tot
anant la Verge un dia


Cullint
floretes,


Quantes
sos dits ne tocavan


Tornaven
perles.


Les
floretes tot gojoses,


Com
si ho sabessen,


A
María s'inclinaven,


Prendades
d'Ella.


Y
Ella cull que cullirás,


Ab
gran sorpresa,


Fins
que de perles se n' porta


La
falda plena.


Dins sa cambra les enfila


Tota
contenta,


Y
veu com fils d'or se tornan


Los
fils de seda.





A
LA VIRGEN MARÍA.





I.


Cogiendo
flores estaba un día la Virgen, y trocábanse en perlas cuantas sus
manos allegaban.


Y
como si esto presintiesen las florecillas, inclinaban hacia María
sus copas, prendadas de su hermosura.


Y
ella, sorprendida del milagro, afanábase en su tarea, hasta que de
perlas su falda hubo llenado.


Al
llegar a su estancia ensarta alegremente las perlas, y los hilos de
seda se convierten en hilos de oro.




Quant ne té enfilades
quinze


S'ha
alabadeta,


Lo
collaret en las mans


Y
en Deu la pensa.


-
¡Oh, collaret de miracles!


Dins
son cor deya,


¡Quí
pogués ab tú enjóyarne


La
Predilecta!


L'esperança
de les gents


A
Israel promesa!


La
que ha d'esser de Deu Mare,


De
gracia plena! -





II.





Des
lo mon al cel no pujan


Ni
ángels ni vérgens;


La
porta n'está tancada


Per
tots los setgles.


Mes
dins son cor ne guardava


La
Providencia


Una
ánima inmaculada,


Tota
puresa.


Aquesta
ánima es María,


La
Predilecta,


Que
quant Adam naufragá


Mal
no vá rebre.





Quince perlas tenía ya
en el collarcito, cuando queda embebecida la virgen con la rica sarta
en las manos y en Dios fijo el pensamiento.

-
¡Oh, collar milagroso! exclamaba con toda la efusión de su alma.
¡Quién pudiera ataviar con tu riqueza a la elegida entre todas!

A
la esperanza de las generaciones del mundo, a la prometida al pueblo
de Israel, a la llena de gracia que ha de ser madre de Dios! -





II.


Ni
ángeles ni vírgenes ascienden al cielo desde la tierra: cerrada
está la puerta por los siglos de los siglos.


Mas
la Providencia tiene guardada para sus fines, un alma inmaculada, un
alma dechado de pureza.


María
es aquella alma, María es la predilecta, la que el pecado de Adán
no manchó con sombra de culpa.






La contemplava 'l Senyor


Y
als ángels deya:


-
Veus aquí la Soberana


De
cel y terra!


Gabriel,
a la vall de llágrimas


Ton
vol emprenne,


Y
les claus del cel li portas


A
la donzella.


Diguésli:
“Tú n'ets, María,


De
gracia plena,


Beneyta
n'ets per lo fruyt


Del
teu sant ventre.”


Lo
collaret dels miracles


Son
coll cenyesca,


Y
una corona compònli


De
quinze estrelles.


Tant
forta com ma justicia


N'es
ma clemencia,


Y
jo vull que 'l cel se 'n omple


D'ángels
y vérgens. -





Contemplábala
el Señor, y a los ángeles decía: - Ved ahí a la soberana de cielo
y tierra.


Emprende
tu vuelo, Gabriel, desciende al valle de las lágrimas, para entregar
a la doncella las llaves del reino celestial.


Dile:
“Llena eres de gracia, bendita tú eres y bendito es el fruto de tu
vientre.”


Ciña
el collar de los milagros su ebúrneo cuello, y coloca en su
cabeza una diadema de quince estrellas.


Mi
clemencia es tan fuerte como mi justicia, quiero que de ángeles y de
vírgenes mi reino se llene.




III.


Brilla
que mes brillarás


Les
estrelletes,


Com
lo seu Criador ohïren


Totes
rumbejan.



En
son vol l'ángel s'emporta


Les
mes lluentes,


Brilla
que mes brillarás


Les
altres quedan...





Fit
a fit miran al cel


Com
si diguessen:


-
Nosaltres ¿qué havem de fer


Per
la gran Reyna?


-
Brilla que mes brillarás,


Déu
les contesta,


Fins
tot l'univers omplirne


De
ma grandesa. -


La
gloria de Déu n'es gloria


De
lo seu temple,


María
exalça a qui lloha


L'Omnipotencia.





Déu
n'ha sentit l'anyorança


De
s' obre mestre,


Sense
falta n'ha volgut


L'home
en son regne.





Sa
clemencia al mon María


Ne
representa,


Y
del cel se obrin les portes


Per
tots los setgles.

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III.





Cuando
las estrellas oyeron la voz de su Criador ostentaron todo su brillo,
y lucieron con sus mas fúlgidos resplandores.

El ángel
arrancó del cielo a las más brillantes para llevarlas consigo, y
las otras quedaron centelleando en las alturas.


Y
miraron de hito en hito a Dios, como si preguntasen con su mirada:
-
¿Qué podemos hacer nosotras por la excelsa Reina? -


Y
contéstales el Eterno: - Brillad, brillad a cual más, llenad de mi
grandeza todo el universo.


La
gloria de Dios, gloria es de su templo; María ensalza al que alaba
la Omnipotencia divina. -


El
Criador echó de menos a la más grande de sus obras, y quiso redimir
al hombre para que tuviese entrada en su reino.


María
representa en el mundo la clemencia divina, y se abren las puertas
del cielo por los siglos de los siglos.



_____




AMOR DE MARE. Victoria Penya.

AMOR DE MARE.


I.


Prop
d'un bressolet de jonchs,


Hont
l'infant ja no hi dormía,


Plorava
una pobre mare


Tota
la seua desditxa.


Dintre
'ls llansolets d'Holanda


L'hi
sonreya fá poch dias


Lo
fillet de lo seu cor,


Que
altre mes bell no n'hi havía.


La
mare, folla d'amor,


En
sos brassos lo prenia,


Contra
son pit l'apretava,


De
tants petons l'enrogía
,


Diëntli:
- Rey de mon cor,


Vida
de la meua vida,





AMOR DE MADRE.


I.


No
dormía ya el tierno niño en su cuna pequeña de mimbres, mas junto
a la cuna desierta, lloraba una pobre madre la mayor de las
desdichas.


Poco
ha le sonreía su hijuelo, el ídolo de su corazón, arrebujado entre
finas sábanas de Holanda: y era tan hermoso para ella, que ninguno
podía comparársele. Loca de amor la apasionada madre, complacíase
en tenerle entre sus brazos, le estrechaba contra su pecho, y a
fuerza de besos enrojecía su rostro tiernísimo diciéndole:
-
Rey de mi alma! vida de mi vida! antes de de que te conociera, no
pude comprender toda la intensidad del gozo. Ay, luz de todas mis
esperanzas! Ay, fuente de mis alegrías todas! -





Jo no conexía 'l gotx


Quant
a tú no 'l' conexía.


Ay,
llum de mes esperançes!


Ay,
font de mes alegríes! -


Pobre
mare, pobre mare!


La
pena la té esmortida,


Y
ompl' el bressolet de llágremes,


Passantne
les diades tristes.


No
entra 'l sol dintre la cambra


Ni
dins l' ánima afligida;


Ja
per ella no hi ha festes,


Lo
mon endolat ovira.


Y
vindrán tristes y fredes


De
Nadal les belles fires,


Tornará
la nit de Reys,


Mes
no portará joguines,


Vindrá
'l diumenge de Rams


Sense
pauma benehida.


Llasseta,
n'está pensant


Si
le hi ressucitaria


A
son fillet lo bon Deu,


Que
's el mateix d'altres dias.


Ja
n'hi té ofert a la Verge


De
ses joyes la mes rica,


Ja
n'hi té ofert a Jesús


Corona
de plata fina.


Mes
lo seu fillet no torna


Y
passan les diades tristes.


Ay,
llum de ses esperançes!


Ay,
font de ses alegríes!





Pobre madre, pobre madre!
la angustia la tiene ya desfallecida; y pasa triste las horas,
inundando de lágrimas la fría y desierta cuna de su pequeñuelo. El
sol no se atreve a penetrar en la oscuridad de la estancia, ni en la
pena profunda de aquel corazón afligido. No hay fiestas ya para la
atribulada madre, que ve el mundo cubierto de luto. Vendrán las
ferias de Navidad, mas ¡cuán tristes y cuán frías ! Vendrá la
vigilia de Reyes, pero no habrá juguetes ni muñecos! Llegará el
domingo de Ramos y no verá la madre palmas bendecidas !


Desgraciada
imagínase a veces que el Dios a quien siempre invocó en sus
oraciones, le resucitará a su idolatrado niño. Para alcanzar el
milagro, ofrece a la Virgen la más rica de sus joyas, y una corona
de plata a Jesús crucificado.


Mas
los días pasan en la tristeza y el tierno niño no torna. Ay, luz de
todas sus esperanzas! Ay, fuente de sus alegrías todas!





II.





Aprés
del jorn vé la nit,


Aprés
de la nit l'aubada,


Aprés
de la pluja 'l sol,


La
roda del mon may para.


Ja
havía dat moltes voltes


Desque
llur dol esplayava


Dintre
sa cambra soleta,


La
mare desventurada.


Desde
llavores la vida


La
partida a la mort guanya,


Y
axó fa que ab dolsa veu


Podrém
sentirla quant canta,


Gronxant
d'un peu lo bressol,


Cançonetes catalanes, (tú sí que saps cóm se guañe una joya als
jochs florals!
)


Per
adormí un infantó


Y
un altre que 'n té a la falda.


Tot
cantant, cantant sonriu,


Tot
sonrient l'hi cauhen llágremes,


Sonriu
als fillets que té,


Plora
'l fillet que l'hi manca.


Son
dos ángels, dos esteles,


De
son pit nafrat lo bálsam,


Son
com l'arch de Sant Martí


Los
infants que vuy esguarda.


Los
contempla embadalida


Y'ls
patoneja la mare,





II.





En
pos del día viene la noche, tras la noche luce la alborada, y
después de la lluvia asoma el sol en el cielo: vueltas va dando el
mundo sin tregua ni descanso. Muchas había dado ya desde que la
desventurada madre, triste y sola en su estancia, exhaló en llanto
su dolor. Por fin la muerte cedió a la vida; y por esto se oye la
dulce voz de la infeliz, que más sosegada, entona cantarcillos catalanes para adormecer al hijuelo 
que
mece en su cuna y al que descansa más tiernecito en su regazo.


Cantando
una tonada tras otra, acaba por sonreír, mas sus sonrisas terminan
también en lágrimas. Sonríe a los pequeñuelos que Dios le
conserva, y llora al otro que le falta. Los que viven son dos
angelitos, dos hermosos luceros; son el bálsamo y el consuelo de su
llagado pecho, el iris en que se fijan todas sus miradas.
Contémplales 
embebecida
la amorosa madre, y les llena de apasionados besos: mas ay, con gotas
de llanto cubre








Mes ay! llurs galtetes
rojes


Y
llur front de neu los banya.


Les
besades son d'amor,


Les
llágremes d'anyorança!


Els
aprompta cent joguines,


Y
quant aquestes los cansan,


També
'ls trau les seues joyes,


Y
ensemps van perles y llágremes,


Les
unes cauhen en terra,


Al
cel s'en pujan les altres.


Ben
de matinet se lleva,


Ben
de matinet s'afanya,


Feynera
quant vé la fosca,


Feynera
quant trenca l'auba;


Mes
tot estirant l'agulla


També
la robeta banya;


Cuyta
p'els fillets que dormen,


Plora
'l que la terra guarda.


A
l' Iglesia s'els emporta


Y
allí prega ajonollada;


Los
angelets que té al mon


Al
que té al cel encomana.


Y
quant la gent los hi mira


Sos
ulls se negan de llágremes,


Y'ls
axeca al cel pensant


Que
'l mes estimat l'hi manca.


Quant
son cor se regositja,


L'esperit
mòr d'anyorança,


Que
es lo cor dels fills que viuhen


Y
dels fills que han mort es l'ánima.





sus mejillas rosadas,
cubre sus frentes de nieve. Los besos son de amor, mas sus lágrimas
las arranca la memoria del hijuelo ausente. Apróntales mil juguetes,
y cuando de ellos se cansan, les permite jugar también con sus
joyas, juntas van y confundidas lágrimas y perlas. Estas caen
desparramadas por el suelo, aquellas suben a las celestes alturas.


Muy
de mañanita la madre se levanta, y afánase desde muy de mañana;
hacendosa cuando el día empieza, y no menos diligente cuando viene
la noche. Mas, mientras la aguja cose y surce (zurce),
humedece con llanto su labor; desvélase por los hijuelos que
duermen, y llora por el que la tierra guarda en su seno. Llévalos
consigo a la Iglesia, y allí ruega con ellos de hinojos; y
encomienda al angelito que tiene en el cielo, los que Dios en el
mundo le conserva. Cuando la gente los va reparando, se le arrasan de
lágrimas sus ojos, y los levanta al cielo, al pensar que allá se
subiera el que más ama.


Y
si su corazón se regocija, su espíritu muere apenado por la
ausencia del ángel que perdió, que el corazón es de los hijos que
viven, y el alma para los que se fueron.