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jueves, 14 de marzo de 2019

Libro cuarto

LIBRO
CUARTO DE LA HISTORIA DEL REY DON IAYME DE ARAGÓN, PRIMERO DE ESTE
NOMBRE, LLAMADO EL CONQUISTADOR.

Capítulo primero. Como el
Rey fue declarado sucesor en las tierras de Ahones, y que don
Fernando se alzó con Bolea, y de las ciudades que le siguieron.


Con la desastrada muerte de don Pedro Ahones quedó casi
postrada del todo la desvergonzada liga y engañosa machina que fue
contra el Rey por sus más propincuos deudos y allegados fabricada.
La cual puesto que el Conde don Sancho la puso primero en campo: y
después la encaró Ahones para que fuese certera, don Fernando fue
el atrevido que osó dispararla (
desparalla).
Mas aunque fue mayor la estampida que el golpe, y más presto tentada
la paciencia Real que vencido su valor, y magnanimidad, no por eso
dejó de haber para los tres, por el atrevimiento, su merecido
castigo y debida pena. Pues ni el Conde don Sancho osó más parecer
ante el Rey en Corte: ni Ahones se escapó de venir a morir en las
manos del Rey: ni en fin don Fernando (que sin duda fuera más
castigado que todos, si el parentesco Real no le librara) pudo pasar
más de la vida quieta, sino con sobresalto y mengua. Pues ni se le
permitió jamás dejar el hábito, ni la dignidad que tenía para
pasar a otra mayor, ni por sus pretensiones del Rey no haber ninguna
otra recompensa. Puesto que por la benignidad del Rey, ni fue echado
de su consejo real, ni jamás privado de su conversación y secretos:
prefiriendo siempre la persona y autoridad de él a la de todos: no
embargante, que por lo que agora y a delante veremos, siempre le fue
don Fernando por su innata inquietud e insolencia, una perpetua
ocasión y ejercicio de magnanimidad y paciencia. Muerto pues Ahones,
y llevado por el mismo Rey a sepultar a Daroca, como no quedase
legítimo heredero de él, declaró el consejo real que en todos sus
señoríos y tierras sucedía el Rey, y que a esta causa fuese luego
a tomar posesión de Bolea villa principal y vecina a Huesca, la
cual por ella sucesión ab intestato le pervenía, y que se hiciese
luego prestar los homenajes, antes que la mujer de Ahones, o el
Obispo de Zaragoza don Sancho hermano del muerto, se alzasen con ella
y le pusiesen gente de guarnición para defenderla: y que podía ser
lo mismo de los dos Reynos de Sobrarbe y Ribagorza: por haberlos
tenido Ahones mucho tiempo en rehenes, por una gran suma de dinero,
que había prestado al Rey don Pedro para la jornada de Vbeda: y
también por el derecho de ciertas caballerías de honor, que por
servicio se le debían. Conformaron todos en que luego fuese el Rey a
tomar posesión de ellos. Al cual pareció lo mesmo, y que sería muy
gran descuido suyo, perder estos reynos, haciendo merced a otri
dellos, antes de tener los demás estados suyos pacíficos:
mayormente por encerrarse en ellos muchas villas y lugares con cuya
confianza Ahones había tomado alas y orgullo para
rebelársele.
Por esto determinó de no más enajenarlos por empeños, ni otras
necesidades sino que volviesen a
encorporarse
en el patrimonio Real para siempre. Señaladamente, por haber visto
en las cortes que tuvo poco antes en estos Reynos, la mucha calidad e
importancia de ellos. Con este fin junto alguna gente de a caballo de
poco número: porque a la verdad pensaba que Bolea se le entregaría,
sin resistencia alguna. Y así fue para ella, enviando delante
algunos caballeros para que tentasen los ánimos de los de Bolea, y
se asegurasen de la entrada. Pero le sucedió (sucediole) muy al
contrario de lo que pensaba. Porque don Fernando que nunca reposaba,
sabida la muerte de Ahones, luego sospechó lo que el Rey haría, y
con gran número de gente y copia de vituallas, se metió en la
villa, confiado de que apoderado de esta, y no hallándose otro
legítimo heredero de Ahones, no solo se haría señor de todas sus
villas y lugares con los dos Reynos arriba dichos, pero aun los haría
rebelar contra el Rey, y esto con el favor del mismo Obispo de
Zaragoza, que podía mucho, y deseaba en gran manera vengar la muerte
de Ahones su hermano. También por lo mucho que confiaba en el poder
de los Moncadas, y de otros señores y barones de Aragón y Cataluña
a quien el Rey había ofendido, y él con muchas dádivas y otros
medios obligado a que le siguiesen. Pudo tanto con esto, que no solo
a los de Bolea, pero aun a la gente de los dos reynos pervirtió de
manera, que se ofrecieron a servirle y seguirle contra cualquiera.
Como el Rey llegase a Bolea, y la hallase muy puesta en defensa, y a
la devoción de don Fernando que estaba dentro, determinó pasar
adelante, y apoderarse de los principales lugares y fuerzas de los
dos reynos, con fin de romperla contra don Fernando. Sabido esto por
don Fernando, de muy amargo y sentido por la muerte de Ahones, y
mucho más por temerse, de que siendo él igual y mayor en la culpa,
no fuese lo mismo de él: propuso de hacer rostro al Rey con abierta
guerra: tanto que osó decir en público, no pararía un punto hasta
que lo hubiese echado del Reyno. Lo cual pensaba él acabar
fácilmente, por tener en poco al Rey así por su poca edad y
experiencia, como por los muchos y muy principales amigos, que en la
gobernación pasada él había granjeado, y sabía que no le habían
de faltar. Por donde le fue muy fácil traer apliego la común
rebelión de los de Zaragoza, con los demás pueblos grandes del
reyno, excepto Calatayud (como dice la historia del Rey) y otros
también escriben de Albarracín y Teruel que fueron fieles. mas no
se contentó con lo de Aragón don Fernando, que tambien escribió al
Vizconde don Guillé de Moncada en Cataluña, que de la guerra pasada
quedaba muy escocido contra el Rey: para que con la más gente que
pudiese viniese luego, y no perdiese tan buena ocasión para vengarse
de lo pasado. De suerte que el Vizconde solicitado del intrínseco
odio y temor que al Rey tenía, no dejó de intentar cuanto contra su
real persona se le ofrecía, en que podelle ofender.




Capítulo II. De la
venida del Vizconde de Cardona en favor del Rey, y de los extremos
que hacía el Obispo de Zaragoza por vengar la muerte de Ahones, y de
la matanza que don Blasco hizo en los zaragozanos.

Sabido por
el Rey lo que pasaba, y que don Fernando se ponía muy de veras
contra él en esta guerra, dejó la del monte, y descendió con su
ejercito que ya iba creciendo a lo llano a la villa de Almudévar, de
donde pasó a Pertusa en el territorio de Huesca. En esta sazón el
Vizconde don
Ramón Folch de Cardona sabida la necesidad y
trabajo en que el Rey estaba, y la junta de gente que el Vizconde de
Bearne con los suyos hacían, para ir a favorecer a don Fernando
contra el Rey, junto con don Guillen Ramón de Cardona su hermano,
una muy escogida banda de hasta 60 hombres de armas. Y partido para
Aragón llegó primero que todos los demás socorros que vinieron, a
los contornos de Zaragoza, donde halló al Rey, al cual se ofreció
con todo su poder y gente para servirle hasta morir en su defensa.
Esta venida del Vizconde con tan principal socorro fue tenida en
mucho por el Rey, así por ser tan a tiempo, como porque con su
autoridad y ejemplo el Vizconde movió a muchos en Cataluña para
seguir y favorecer la parcialidad Real: lo mandó (mandolo) alojar
con toda su gente muy principalmente: y pues se halló con tan buen
cuerpo de guarda, mandó a don Blasco de Alagón, y a don Artal de
Luna fuesen con una compañía de infantería, y una banda de
caballos a hacer guarda en la villa de Alagón contra los
Zaragozanos, que por no haberlos seguido juraron de saquearla:
quedándose con el Rey don Atho de Foces, don Rodrigo Lizana, don
Ladrón, y el Vizconde con su gente. A vueltas de todo esto, el
Obispo de Zaragoza había juntado gran número de soldados de los que
habían quedado de Ahones su hermano, y estaba tan puesto en la
venganza de su muerte, que sin acordarse de su dignidad Pontifical,
ni del respeto que a su Rey debía, demás del escándalo y mal
ejemplo que de si daba, salió a puesta de Sol de Zaragoza
con su
ejército, y marchando toda la noche llegó a la villa de Alcubierre,
la cual por no haber querido poco antes, siendo requerida, juntarse
con los de Zaragoza contra el Rey, la dio a saco: y por ser en tiempo
santo de la cuaresma, para quitar de escrúpulo a sus soldados, decía
voz en grito y con furiosa ira, que era tan santa y justa la
guerra que contra el Rey hacía como contra Turcos, y por tanto
absolvía, armado como estaba, a todos de la culpa y escrúpulo, que
por el saco hecho tenían, y por mucho más que hiciesen. Demás que
no solo afirmaba con pertinacia, que gente que se empleaba contra el
tirano por la salud y libertad de la Repub. podía sin escrúpulo
comer carne en los días prohibidos, pero aun prometía la celestial
gloria a cuantos en esta guerra le seguían. También por otra parte
los Zaragozanos por dar alguna muestra y señal de su mala liga y
rebelión contra el Rey salieron segunda vez para el Castellar, que
está cerca de Alagón, río en medio; el cual pasaron en barcos, y
puestos en celada, enviaron alguna gente delante, porque fuesen
vistos de los de Alagón, a efecto de que, saliendo sobre ellos, se
retirarían con buen orden, hasta traerlos a dar en la celada. Como
don Blasco y don Artal los vieron, sospechando lo que podía ser, se
detuvieron aquella tarde, y los Zaragozanos viendo que no salían a
ellos, se retiraron a la otra parte del río, por estar más
seguros. Dejando pues don Blasco alguna gente de guarda en la villa
salió a media noche con toda la caballería, y pasaron a Ebro con
poco estruendo en los mismos barcos, y al romper del alba, dieron
sobre los Zaragozanos, que los hallaron durmiendo, sin centinelas, y
bien descuidados: y de tal manera los persiguieron que entre muertos
y presos fueron trescientos, huyendo los demás. Esta victoria fue
para el Rey y los de su parcialidad muy alegre, porque se creyó que
todas las aldeas como miembros, entendiendo que la cabeza era
vencida, perderían el orgullo, y se rendirían más presto. Luego
vino el Rey a verse con los vencedores, para hacerles por ello las
gracias, y tratar sobre lo que harían.





Capítulo
III. De los aparatos de guerra que el Rey hacía, para el saco de
Ponciano, y cerco que puso sobre la villa de las Cellas, y como
fue presa.

En este medio que el Rey se detuvo en Pertusa,
distrito de Huesca, mandó armar diversos trabucos e instrumentos de
guerra, y asentarlos sobre los carros para llevarlos de una parte a
otra (aunque con grande dificultad, por ser la tierra fragosa) por lo
mucho que se había de valer de ellos en tan larga y porfiada guerra,
como se le aparejaba. A la cual se preparaba con tanto ánimo, que
como a uso de Vizcaínos, a más tormenta más vela, así cuanto más
crecían los enemigos y rebeldes, tanto más ensanchaba su pecho, y
se disponía a resistirles. Volviendo pues de Alagón para Pertusa, y
llevando consigo al Vizconde con los suyos y la demás gente de
guarda, de paso dieron asalto a la villa de Ponciano, que estaba por
don Fernando: la cual fue luego entrada y saqueada. De allí pasó a
la villa de las Cellas junto a Pertusa, y puso cerco sobre ella, y
aunque estaban la villa y fortaleza muy bastecidas de gente y
municiones, al tercero día que plantaron las máquinas y trabucos
hacia las partes más flacas del muro, y comenzaron a batirlas, el
Alcayde de la fortaleza vino a concierto con el Rey, que si dentro de
ocho días no le venía socorro, le entregaría la fortaleza con la
villa. Aceptó el rey el concierto, y un día antes que se cumpliese
el plazo, dejando allí su ejército, pasó con poca gente a Pertusa,
para dar prisa a juntar los Pertusanos con la Infantería de
Barbastro, y Beruegal que había mandado venir, para que el siguiente
día se hallasen todos en la presa de las Cellas.
En este mismo
punto que el Rey estaba rezando en la iglesia de Pertusa, vieron de
lejos venir hacia la villa al galope dos caballeros armados en blanco
por el camino de Zaragoza, y eran Peregrin
Atrogillo,
y su hermano don Gil. Llegados al Rey le avisaron como don Fernando y
don Pedro Cornel, con ejército formado de la gente de que Zaragoza y
Huesca, venía a más andar en ayuda de las Cellas, y no quedaban
lejos. Como esto entendió el Rey, luego se puso en orden, y se
partió con solos cuatro de a caballo para las Cellas. Mandando a los
Pertusanos con los de Barbastro y Beruegal le siguiesen. Llegado a
los alojamientos do habían quedado el Vizconde y don Guillen su
hermano, con don Rodrigo Lizana, que con todo el ejército no pasaban
de ochocientos hombres de armas, y mil y seiscientos Infantes,
determinó esperar con estos a don Fernando: ni temió los grandes
escuadrones de las ciudades, con ser cuatro tantos más que los
suyos, por más
empauesados
que viniesen, como se decía. Había entonces en el Consejo del Rey
un don Pedro Pomar, hombre anciano, y muy experimentado en cosas de
paz y guerra, el cual considerando el mucho poder del ejército de
don Fernando, que en número y bien armado excedía de mucho al del
Rey, según los caballeros que
truxeron
la nueua
lo
afirmaban
, y que la persona Real
estaba en muy grande y manifiesto peligro, le pareció (pareciole)
exhortar al Rey, mas le rogó que con gran presteza se subiese en un
monte alto, que estaba junto a la villa, adonde con la aspereza del
lugar defendiese su persona, hasta que llegase el socorro de los
pueblos que aguardaba. Al cual respondió el Rey animosa y
varonilmente, diciendo. Sabed don Pedro que yo soy el verdadero y
legítimo Rey de Aragón, y que tengo muy justo y legítimo Señorío
y mando sobre aquellos, que siendo mis verdaderos súbditos y
vasallos toman injustamente las armas contra mí, como esclavos que
se amotinan contra su señor. Por tanto confiando en la suprema
justicia de Dios, y que tengo ante su divina Majestad más
justificada mi causa que ellos, no dudo que con su divino favor podré
con los pocos que tengo, resistir y vencer el grande ejército de los
rebeldes y fementidos que viene contra mí, y así mi determinación
es hoy en este día, o tomar por fuerza de armas la villa, o morir
ante los muros de ella. Por eso vuestro consejo de fiel y prudente
amigo guardadlo (
guardaldo)
para otro tiempo, que aprovechará con más honra que agora. Como
acabó de decir esto, comenzó más animoso que nunca a instruir y
poner en orden los escuadrones, con tanta diligencia y valor, como si
ya estuvieran presentes, y le presentaran la batalla los enemigos:
los cuales, como ni pareciesen, ni llegasen, y el plazo fuese
cumplido, la villa con sus fortaleza se le entregó libremente, y fue
librada de saco.





Capítulo IIII
(IV). Como vino el Arzobispo de Tarragona a concertar al Rey con don
Fernando, y no pudo: y como los de Huesca con astucia hicieron venir
al Rey, y del gran trabajo en que se vio con ellos.

Tomada la
villa de las Cellas, y bien fortificada su fortaleza de gente y
municiones, el Rey se volvió a Pertusa, adonde poco antes era
llegado don Aspargo Arzobispo de Tarragona, hombre muy pío y sabio,
y (como dijimos) pariente del Rey muy cercano: el cual entendidas las
diferencias del Rey y don Fernando, de las cuales cada día se
seguían tan grandes novedades, daños, y divisiones de pueblos en
los dos Reynos: tanto, que ya en Cataluña se iba perdiendo autoridad
y obediencia del Rey, y cada uno vivía como quería, puso todas sus
fuerzas en apaciguar, y concordar tío con sobrino, por divertirlos
de tan escandalosa guerra como se hacían el uno al otro. Mas como el
odio estuviese en ellos tan encarnizado, por estar don Fernando tan
persuadido que había de reynar, cuanto el Rey determinado de no
perder un punto de su derecho, y posesión del Reyno, dexolos: y sin
acabar cosa alguna se volvió a Tarragona, a encomendarlo todo a
nuestro señor, y rogarle por
el estado de la paz. En este medio
los de Huesca que vieron perdidas las Cellas, comenzaron a apartarse
del bando de don Fernando, y a descubrirse entre ellos la parcialidad
del Rey, aunque más flaca que la de don Fernando: pero muchos
deseaban pasarse a ella, sino que con mañas prevalecía siempre la
contraria, porque don Fernando, en aquel poco tiempo que estuvo
recogido en el monasterio, o Abadía de Montaragon, junto a Huesca,
teniendo ojo a lo por venir, tenía corrompidos y atraídos a si los
de la ciudad con presentes, dádivas, y muy largas promesas. De
manera que en los ayuntamientos venciendo la parte mayor (como suele
ser) a la mejor, la de don Fernando prevalecía, y no se hacía más
de lo que él quería, por donde los desta parcialidad en nombre de
toda la ciudad, comenzaron con grande astucia a inventar contra el
Rey cosas nuevas. Porque entrando en consejo trataron engañosamente
con Martín Perexolo juez de la ciudad por el Rey puesto, y con los
de la parcialidad Real, que hiciesen saber al Rey como los de Huesca
le eran muy verdaderos súbditos y fieles vasallos, y deseaban mucho
viniese a verlos y tratarlos, que lo recibirían con grandísima
honra y aplauso del pueblo, y sin réplica harían por él cuanto
les mandase. Como el Rey entendió esto de los de Huesca, y tuviese
el ánimo fácil y sencillo para echar siempre las cosas a la mejor
parte, sin tener ninguna sospecha dellos, dejó el ejército
encomendado al Vizconde y acompañado de muy pocos, por no dar que
temer al pueblo, se partió para Huesca. Llegado a vista de ella le
salieron a recibir veynte ciudadanos de los más principales a la
ermita de las Salas: y como le recibieron con mucha honra y fiesta:
así también el Rey recogió a todos ellos con grande benignidad y
alegre rostro, y porque conociesen por cuan fieles súbditos los
tenía y los amaba, les habló con palabras muy amigables, y de tanta
llaneza como si fuera compañero entre ellos, y trayendo cabe si a
don Rodrigo Lizana, don Blasco Maza, Assalid Gudal, y Pelegrin Bolas,
principales caballeros de su consejo, entró en la ciudad. Por aquel
día el pueblo le recibió con tantos juegos y regocijo, que pareció
dar de si muy grandes indicios de fidelidad: pero en anochecer
tocaron al arma, y se vinieron a poner a las puertas de palacio, cien
hombres armados como en centinela, guardando y rondando por de fuera
el palacio toda la noche. Entendió el Rey lo que pasaba, y
considerando el grande peligro en que estaba, en siendo de día
disimuladamente, y con gran serenidad de rostro envió a llamar los
más principales de la ciudad, y mandó convocasen todo el consejo
allí en palacio, adonde dentro del patio, que era grande, concurrió
toda la ciudad y pueblo, y el Rey puesto a caballo, señalando
silencio, les habló desta manera.





Capítulo V.
Del razonamiento que el Rey hizo a los de Huesca, y como acometieron
de prendelle.

Hombres buenos de Huesca, no creo que ninguno de
vosotros ignora ser yo vuestro verdadero y legítimo Rey, y que poseo
y soy señor vuestro, y de vuestras haciendas por derecho de sucesión
y herencia. Porque xiiij. generaciones han pasado hasta hoy, que yo y
nuestros antepasados por recta linea poseemos el Reyno de Aragón.
Por lo cual, con la continuación de tan larga prescripción, se ha
seguido tan estrecha hermandad de nuestro señorío con vuestra fiel
obediencia y servicio, que ya como natural, y que tiene su asiento y
rayz en los ánimos, ha de ser preferida a cualquier obligación de
parentesco y sangre: porque esta se puede deshacer con el tiempo; y
la otra es tan indisoluble, que antes suele con el mismo tiempo
acrecentarse más. Por esta causa he siempre deseado, que de la
afición y amor que os tengo, naciese la pacificación vuestra, para
mayor honra y utilidad del pueblo, y para mejor ampliaros los fueros
que nuestros antepasados os concedieron: si con la inviolable fé, y
obediencia que siempre habéis tenido con ellos, correspondiese ahora
conmigo vuestra fidelidad y servicio. Por donde ya que con tantos
y tan manifiestos indicios y señales de alegría y contentamiento
habéis solemnizado (solenizado) y festejado la entrada de vuestro
Rey, no debíais (deuiades) agora de nuevo deslustrarla con tanto
estruendo de armas, y aparatos de guerra: porque no
diérades
ocasión alguna para desconfiar de vuestra fidelidad. Mayormente que
yo no he venido sin ser llamado, antes he sido para ello muy rogado
de vosotros, y que de muy confiado de vuestra debida fé y prometida
obediencia, he dejado el ejército, y entrado en esta ciudad, no
cierto para destruirla, sino para más ennoblecerla, y magnificarla.
Como llegó el Rey a este punto, levantose tal murmuración del
pueblo contra los que regían, que no pudo pasar más adelante su
plática. Sino que haciendo señal de silencio, se adelantó uno de
los principales del regimiento antes que los del consejo
respondiesen, y dijo, que los de Huesca siempre habían tenido y
tenían por muy cierto, que su real ánimo era propicio y favorable
para ellos, y que de allí adelante lo ternia mucho más: pues para
más manifestar la buena voluntad que les tenía, les había hablado
con palabras de mucho amor, y con tanta mansedumbre: y así por esto
el pueblo tendría (ternia) su consejo, y harían en todo lo que el
mandaba. Con esto se recogieron los principales del, quedándose el
Rey a caballo en el patio, y se encerraron en las casas del Abad de
Montearagón, adonde sin tener más respeto a la persona del Rey,
tuvieron entre si diversas y largas pláticas con la contradicción
de algunos que defendían la parte del Rey, interviniendo
(entreuiniendo) en ellas muchas voces y porfías: aunque siempre
prevalecía como está dicho, la parcialidad de don Fernando, demás
que por alterar al pueblo, no faltaron algunos malsines, que
sembraron rumores, afirmando muy de veras que el Vizconde de Cardona,
después de haber bien reforzado el ejército Real, venía so color
de librar al Rey a saquear a Huesca. Por donde comenzándose a
alborotar la gente popular, los congregados se salieron a fuera para
tocar al arma. Pero el Rey les aseguró, y mandó se estuviesen
quedos, y volviesen a su consejo, porque estando él presente no se
desmandaría el ejército.
Quietáronse
algo, aunque siempre quedaron los ánimos alterados, y muy puestos en
poner las manos en el Rey, de muy accionados a don Fernando, y
sobornados por él: pero cuanto más miraban su Real persona tanto
más les faltaba el ánimo y fuerzas para hacerlo, y con ello
dilataron el consejo para otro día, diciendo, que por entonces no
había lugar para responder al Rey, y así se despidieron todos,
quedando encargados cada uno, de lo que había de hacer.





Capítulo VI.
Del astucia
que usó el Rey para burlar a los de Huesca, y como se salió libre
con toda su gente de ella.

Sabiendo el Rey por algunos de su
parcialidad lo que había pasado en consejo, y del secreto orden que
cada uno traía de lo que había de hacer, todo por orden de don
Fernando, que siempre llevaba sus malas intenciones adelante,
apeose del caballo, y subiose a su aposento con la gente de guarda,
que ya le había acudido alguna: repartiéndola, parte por las
puertas grandes, parte por la sala y antecámara. Estaban con el Rey
los mismos don Rodrigo de Lizana, Gudal, y Rabaça, hombre de gran
juicio, y (como dice la historia) muy entendido en negocios. Llegaron
en aquella sazón don Bernardo Guillen tío del Rey, y don Ramó de
Mópeller pariente del mismo, y Lope Ximenez de Luesia. Los
cuales poco a poco con razonable copia de gente de a caballo bien
armados se habían entrado en la ciudad, sin que nadie se los
estorbase. Sobresto nació nueva revolución en el pueblo, y se
sintió gran estruendo de armas, ya con manifiesta determinación de
prender al Rey. Porque a la hora atravesaron muchas cadenas por las
calles y pusieron de ciertos a ciertos lugares cuerpo de guarda,
porque no pudiese escapar hombre de a caballo, cerrando con mucha
presteza las puertas de la ciudad. Como entendió esto el Rey usó
con ellos de astucia y ardid admirable. Mandó luego aparejar un
convite opulentísimo, y a gran prisa buscar todo género de
servicios por la ciudad, enviando algunos de ella por las aldeas a
traer terneras y volatería, y convidar los principales del pueblo,
para que se descuidasen y perdiesen la sospecha que tenían de su
ida: lo que el pueblo aceptó de muy buena gana. En este medio echose
el Rey encima una cota de malla, y subiendo en su caballo, y con él
don Rodrigo y don Blasco y tres otros, se salieron por la puerta
falsa de Palacio, y por ciertas calles secretas descendieron a la
puerta Isuela por donde van a Bolea. Mas hallándola cerrada, y sin
gente de guarda, forzaron a los que tenían las llaves a que la
abriesen. La cual abierta, parose el Rey en medio de ella hasta que
llegase toda su gente de a caballo que ya venía con diligencia y
salidos a fuera al punto de medio día, con el fervor del Sol, y a
vista de todo el pueblo, hicieron su camino. hasta que encontraron
con el Vizconde que ya venía con el resto del ejército, y
juntos como paseando se fueron a Pertusa.





Capítulo
VII. Del sentimiento que el Rey hizo por la muerte del Papa Honorio,
y como concertó las diferencias de don Fernando con don Nuño
Sánchez, y del Vizconde de Cardona con el de Bearne.


Estando
el Rey en Pertusa le llegó nueva de Roma de la muerte del sumo
Pontífice Honorio iij. la cual sintió el Rey en extremo. Porque
este Pontífice tuvo siempre por muy proprias sus cosas cuando niño,
y las de la Reyna María su madre, como en el libro 2 se ha dicho. Y
si no fuera por la ocupación y embarazos de la guerra, y falta de
aparatos, le hubiera hecho las obsequias con aquella suntuosidad y
pompa que se debía. Escribió luego al sucesor que fue Gregorio ix.
dándole el para bien del Pontificado. Encomendándole a si y a sus
cosas, y prometiendo en su nombre y de sus Reynos toda obediencia y
servicio a su santidad, y a la santa sede Apostólica. Allí también

supo el Rey de algunos que acudieron de Huesca, la secreta
conjuración que había en ella para prender su persona, por
inducción (inductió) de don Fernando, el cual si acudiera luego, o
hiciera alguna muestra dello, sin duda que se desacataran, y pusieran
en ejecución lo que pensaban. Por donde no acudiendo, quedó su
parcialidad tan afrentada y corrida, que si el Rey entonces quisiera
perseguir a don Fernando todos le siguieran, pero
túvole
el Rey siempre tanto respeto que jamás pudo acabar consigo de
hacerle guerra de propósito, esperando su conversión y
reconocimiento, y que se apartaría del mal uso que tenía de darle
tantas veces con la mocedad en rostro. Puesto que así las malas
palabras, como las peores obras de don Fernando, el buen Rey las
disimulaba, y como hemos dicho, las tomaba como por ejercicio de su
paciencia y magnanimidad: y pudo tanto con estas dos virtudes, que
con ellas no solo confundía a sus enemigos y malévolos, pero
asimismo domaba, templando el ardor de su mocedad, y dando siempre
lugar a que la razón se enseñorease en él, y fuese suave su
reynar. Porque aunque toda la vida se le pasó en guerra, su fin fue
siempre la paz y concordia, y no había cosa en que de mejor gana se
emplease, que en averiguar diferencias, y atajar distensiones entre
los suyos: pues sin quererse acordar de las ofensas de don Fernando,
ofreciéndose ciertas diferencias bien reñidas entre él y don Nuño,
que era persona tal, que si el Rey le hiciera espaldas, sacara a don
Fernando del mundo, no solo no lo hizo, pero mostró querer hacer la
parte de don Fernando, procurando de atraer a don Nuño a la
concordia con un tan formado enemigo de los dos. También tomó a su
cargo de concertar otras semejantes y mayores diferencias y bandos
antiguos entre los Vizcondes de Cardona y el de Bearne. Las cuales
eran de tanto peso, que habían puesto a toda Cataluña en dos
parcialidades, con grande quiebra de la autoridad y jurisdicción
Real. Mas por mandato del Rey, así el de Bearne, como don Guillen
Ramón su hermano, y todos los de su bando, con haber recibido
grandes daños y menoscabos de hacienda en estas distensiones
(dissensiones) fueron contentos de hacer por manos del Rey treguas
por diez años con el Vizconde de Cardona, para que con tan larga
quietud la paz se confirmase entre ellos. Con tal que el de Cardona
diese cinco castillos, con otros tantos hijos de principales en
rehenes, con condición que dentro de cinco años no rompiendo la
paz, pudiese librar cada año un castillo, con uno de los rehenes,
pero si durante aquel tiempo rompía la tregua, o se cometiese algo
de parte del Vizconde contra el de Bearne, los castillos del de
Cardona con las rehenes fuesen perdidos. Y que de los daños por
ambas partes recibidos no se hablase, porque eran iguales, con otras
muchas condiciones que seria superfluo aquí ponerlas. Sino que en
conclusión, anularon, y tuvieron por revocados cualesquier derechos,
pactos, condiciones y promesas, que con cualesquier personas para
esta guerra se hubiesen firmado. Exceptuando solamente los derechos
Reales: y que de nuevo por ambas partes se diese la obediencia y
prestase homenaje al Rey.




Capítulo VIII. De
la unión y conciertos que entre si firmaron las ciudades de Jaca,
Huesca y Zaragoza.

Apaciguadas las arriba dichas diferencias
entre los Vizcondes y los demás, en los dos reynos, de las cuales
pudo mucho valerse don Fernando para perturbar el gobierno del reyno:
mas como ya
le faltasen las amistades, comenzó de allí adelante
a venir muy albaxo su parcialidad, y prevalecer la real. En tanto que
convencido él mismo, no menos de la paciencia del Rey, que de su
propria conciencia, vino a decir que quería públicamente dar la
obediencia al Rey para ejemplo de todos. Puesto que en este mismo
tiempo los de Zaragoza con los de Jaca y Huesca, que seguían la
parcialidad de don Fernando, por sus procuradores y largos poderes,
se juntaron en Iaca, que es una ciudad fuerte de las más
cercanas y fronteras a la Guiayna, en medio de los montes Pyrineos,
aunque en lugar llano fundada: donde hicieron una confederación y
alianza entre si, dándose la fé unos a otros: y entre otras cosas
prometieron, que en ningún tiempo se faltarían los unos a los
otros, y que por el común y particular bien de cada una, se valdrían
contra cualesquier personas de cualquier estado, orden y condición
que fuesen, que por cualquier vía tentasen de perturbar sus repub.
Desta conjuración, o unión se halla que fue la cabeza, e inventora
Zaragoza. Las causas que para hacerla tuvieron, se decía era
primeramente por la división de los Reynos, y el estar puestos
tanto tiempo había en parcialidades: y por atajar los atrevidos
acometimientos de la una parcialidad contra la otra, perturbando el
orden y mando de la justicia, y abusando de la honestidad y religión.
El Rey que oyó se hacían estos ayuntamientos sin su autoridad y
licencia en tiempos tan turbados, túvolos por sospechosos: creyendo
que se hacían, no tanto por algún buen fin, y beneficio público de
las ciudades, cuanto por alguna secreta ponzoña que de nuevo habría
sembrado don Fernando y los suyos. Y que ni fue por defenderse de los
daños que las parcialidades se hacían unas a otras, sino para que
con este color estuviesen siempre en armas para ofender más presto
que para defenderse de otros.





Capítulo IX. Como
don Fernando y el Vizconde de Bearne determinaron entregarse a la
voluntad del Rey, y le enviaron sus embajadores sobre ello.

Cuanto
más iba don Fernando pensando en su comenzado propósito y ánimo de
quererse reconciliar con el Rey, tanto más hallaba le convenía
ponerlo luego en efecto, antes que acabase de incurrir en mayor
ira y desgracia suya. Puesto que las ciudades no dejaban secretamente
de solicitarle, por haberse puesto por él tan adelante en su
empresa, que casi le forzaban a proseguirla. Pero a la postre como se
viese ya cargar de años, y se hallase muy cansado de haber andado
tanto tiempo por el camino de la ambición y nunca llegar al fin
pretendido: considerando entre si, que habiéndole Dios hecho tan
aventajado en calidad, saber, y amigos, la fortuna siempre le
deshacía sus cosas: y por el contrario las del Rey contra toda
fortuna ser tan favorecidas: conoció que obraba Dios en estas, y que
por no incurrir en la ira de Dios era menester renunciar a las suyas
proprias y mal intencionadas obras, y entregarse del todo a la
obediencia y voluntad del Rey. Y así determinó de comunicar esto
con sus amigos, señaladamente con el Vizconde de Bearne, don
Guillén de Moncada, y don Pedro Cornel los principales de su
parcialidad y bando, que también estaban muy en desgracia del Rey
(no hallándose allí don Guillen Ramón hermano del Vizconde que
por cierta ocasión era vuelto a Cataluña) a los cuales de muy
quebrantados de tantos y tan continuos trabajos de la guerra, sin
hacer ningún efecto bueno en ella, fácilmente persuadió lo mucho
que convenía tratar de esta común reconciliación de todos. Y así
para mejor determinarse sobre ello, se fueron juntos a Huesca.
Adonde concluido su propósito, envió don Fernando sus
embajadores al Rey que estaba en Pertusa, haciéndole saber como él
y el Vizconde con todos los principales de su parcialidad se habían
juntado en Huesca, y por gracia de nuestro señor habían determinado
de ponerse muy de veras en sus reales manos, a toda su voluntad y
albedrío, con verdadero arrepentimiento de las ofensas y desacatos
que le habían hecho, para pedirle humildemente perdón de todo. Y
así suplicaban les diese licencia para ir a verse con él fuera de
Pertusa, que la tenían por sospechosa, y la junta fuese con muy
pocos de a caballo que llevarían consigo, con que no fuesen más los
que su real persona trajese, y que habida licencia partirían
luego. Propuesta y oída por el Rey la embajada, luego los del
consejo y principales caballeros que con él estaban, se levantaron
todos mostrando muy grande alegria, y dando voces de placer por
tan felice nueva: entendiendo que de la reconciliación de don
Fernando con el Rey se seguía toda la pacificación y quietud
deseada para los reynos, y se acabada la guerra con el mayor
honor y triunfo del Rey que desear se podía. Habido pues consejo
sobre la embajada, se dio por respuesta a los embaxadores, que se les
permitía a don Fernando, y al Vizconde y los demás, venir a esta
junta a verse con el Rey en el monte de Alcalatén junto a Pertusa,
con solos siete de a caballo, y que los aseguraba, debajo su Real fé
y palabra, que no saldría con más de otros tantos dentro de tercero
día.





Capítulo X.
Como don Fernando y el de Bearne, y otros se entregaron al Rey y les
perdonó, y se siguió de esto la general paz para todos los Reynos.


Expedidos los embajadores y vueltos a don Fernando, como
entendió de ellos la benignidad con que el Rey los
haura
recebido, y oydo su embajada, de más del regocijo y alegría que
toda la Corte sentía, en tratarse de concordia, sintiola don
Fernando mucho mayor, y el Vizconde con él, y luego se pusieron en
camino. Mas no tardó el Rey de acudir al puesto, acompañado del
Vizconde Folch de Cardona y su hermano don Guillé, don Atho de
Foces, don Rodrigo Lizana, don Ladrón, de quien afirma el Rey ser de
muy buen linaje, Assalid Gudal y Pelegrin Bolas, con otro que no se
nombra. Vinieron con don Fernando y el Vizconde don Guillé de
Moncada, don Pedro Cornel, Fernán Pérez de Pina, y otros en ygual
número con los que el Rey traía. Y llegados al monte que tenía en
lo alto su llanura, don Fernando con muy grande acatamiento y
humildad, los ojos en tierra, juntamente con los demás se postró
ante el Rey, el cual los recibió humanísimamente, abrazando a cada
uno, y no sin lágrimas de todos. Y porque tomasen ánimo y
hablasen libremente, les puso en pláticas de placer y regocijo, y
respondieron con las mismas. Puesto que don Fernando, como a quien
más tocaba hablar por todos, endreçaua toda la conversación a que
su Real benignidad tuviese por bien de perdonar a él, y a sus
compañeros, los atrevimientos y desacatos pasados cometidos contra
su Real persona, y admitirles en todo su amor y gracia, como antes.

Pues se le debía como a tío, y deudo tan conjunto como a
Eclesiástico, y que estaba con toda humildad rendido a sus pies,
para que hiciese de él lo que fuese servido. Lo mismo rogó por el
Vizconde que estaba en la misma forma humillados, pidiéndole perdón
y la mano como vasallo suyo, de quien con todo su poder y estado se
podía valer y servir como de un esclavo. A esto añadió el
Vizconde, usando de la misma sumisión y acatamiento, como no
ignoraba su Alteza cuan estrecho deudo tenían los suyos con los
Condes de Barcelona que fueron los fundadores de aquel Principado. Y
que por esto se le debían a él mayores mercedes, y había de ser
restituido en mayor amor y gracia para con su real benignidad. Porque
siendo su estado aventajado a todos los demás,
por el Vizcondado
de Bearne, que era el más principal de toda la Gascuña, podía
mejor y con mayor poder que todos servirle. Demás que cuanto había
hecho antes, no había sido con ánimo de ofender, sino solo por
defenderse de su real ira con que tanto le había perseguido: pero
que si sus cosas se habían echado a mala parte, y a otro fin de lo
que se hicieron, de nuevo pedía (pidia) perdón para si, y a los
suyos: prometiendo que en ningún tiempo, por más ocasiones que se
le diesen, movería guerra contra la corona real, antes se preciaría
tanto de servirle, que merecería muy de veras su perpetua gracia
y alabanza. Como pidiesen y protestasen lo mismo los demás con
palabras humildes haciendo muestras de quererse postrar y besar los
pies al Rey, él los levantó y se enterneció con ellos, y dijo que
habido consejo respondería. Luego de común parecer los del Rey, se
dio por respuesta tres cosas. La primera, que don Fernando, y el
Vizconde de Bearne, con todos los de su parcialidad fuesen admitidos
a perdón, y restituidos en la gracia del Rey.
La segunda, que
las diferencias y pretensiones de ambas partes, por ser negocios
gravísimos, y que consistían en materia de justicia, se remitiesen
a la determinación de los jueces que se nombrarían para ello. La
postrera, cerca de las novedades de las ciudades por haberse de nuevo
conjurado, y hecho unión por si, quedase a solo arbitrio del Rey
declarar sobre ellas. Determinados estos capítulos y notificados a
las partes, y por todos aceptados, don Fernando y el Vizconde con los
demás de su parte besaron con grande afición y humildad al Rey las
manos, el cual con mucho regocijo, de uno en uno los abrazó a todos,
y se entraron en Pertusa, donde el Rey los mandó
aposentar y
regalar esplendidísimamente, con ygual contentamiento y placer de
ambas partes. Pues como luego se divulgase por todo el Reyno la
alegre y tan deseada nueva de esta concordia, los Prelados mandaron
hacer por todas las yglesias de sus distritos grandes procesiones de
gracias, con muchos sacrificios a nuestro señor, por tan felice
pacificación y concordia: los pueblos las celebraron con muchas
fiestas, danzas, y regocijos en señal de universal contentamiento de
todos. Porque aunque las diferencias que de la guerra quedaban
por averiguar entre los pueblos, eran grandes, y los daños de ambas
partes infinitos, y muy difícil la recompensa dellos, el deseo de la
paz, y vivir con tranquilidad cada uno en su casa era tanto, que vino
a ser fácil y suave, lo que antes parecía muy áspero, e imposible.





Capítulo XI.
De las capitulaciones que se hicieron para asentar las demandas que
por ambas partes había, para reparo de los daños por la guerra
causados.

Para que la deseada paz y concordia viniese a
debido efecto, fue necesario capitular primero sobre el asiento que
se había de dar en el reparo de tantos daños, y pérdidas que por
las guerras se habían padecido. Para esto se nombraron jueces
supremos el Arzobispo de Tarragona, el Obispo de Lerida, y el
comendador Monpensier vicario del Maestre del Temple en los reynos de
España. A estos se remitió el examen y declaración de todas sus
diferencias y pretensiones. Y prestado el juramento por ambas partes,
prometieron de estar al parecer y determinación dellos.
Lo más
principal y más difícil de todo era la enmienda y recompensa de los
daños que el Rey había recibido de la primera conjuración de don
Fernando y del Obispo hermano de Ahones, y hecha en su nombre de
Sancha Pérez viuda, y también de don Pedro Cornel, Pedro Iordan, y
G. Atorella. Los cuales daños demandaba el Fisco Real, y se habían
de rehacer: también la
fe
promesas y pactos de los de la parcialidad de don Fernando, que a fin
de llevar adelante la conjuración se firmaron con juramento, se
habían de anular, y deshacer del todo. A lo cual oponía el Obispo,
aunque absente, debían primero restituirle las villas y castillos
que el Rey, muerto Ahones, le había tomado por fuerza de armas, con
una gran suma de dinero prestado, por el cual le habían dado en
rehenes ciertas villas y castillos, sin los que tenía en los reynos
de Sobrarbe y Ribagorza. Finalmente oídas de parte del Obispo, y del
Fisco real sus demandas, Los jueces juzgaron, cuanto a lo primero,
Que don Fernando y los demás de su bando entregasen al Rey todos los
instrumentos de la conjuración, así de los caballeros, como de las
ciudades, como de otras cualesquier personas, en cualquier tiempo
hechos. Que don Fernando y los demás conjurados de nuevo diesen la
fé y obediencia al Rey. Que el Rey no teniendo otro más conjunto
pariente que a don Fernando, le diese para su ayuda de costa en honor
xxx. caballerías, o la renta de ellas, en cada un año, durante su
vida. Que assi mesmo le perdonase muy de corazón, y le absolviese de
cualquier crimen lese magestatis, y de toda otra culpa en que por la
conjuración hubiese incurrido, y le diese su fé y palabra que para
en lo
por venir
podía seguramente, sin ningún recelo entregarse a su mero imperio y
voluntad. Lo mismo se hizo con don Sancho el Obispo, aunque absente,
que había de ser restituido en la gracia del Rey: y también por
haber hecho todo lo que hizo: por el gran dolor que de la muerte de
su hermano tuvo, fuese libre y absuelto de toda culpa, teniendo de
allí a delante al Obispo, y a la sancta cathedral yglesia de
Zaragoza por muy encomendados. Que los castillos y lugares que Ahones
viviendo poseía por mano del Rey, fuesen restituidos al patrimonio
real: mas los que poseía por derecho de sucesión y herencia,
viniesen al Obispo su hermano, a quien también se pagase cualquier
suma de dinero que a Ahones el Rey debiese. De la misma gracia y
clemencia usó el Rey con Cornel, Atorella y Iordán, y con los demás
que siguieron la parcialidad de don Fernando. Demás desto fueron
libres de cárceles y cadenas todos cuantos presos hubo (vuo) por
ambas partes, y también los castillos y villas que se hallaron
usurpadas, se restituyeron a sus propios señores: excepto el
castillo y villa de las Cellas, que por haberlos tomado el Rey por
guerra, quedaban incorporadas en la corona real. Finalmente
declararon que se habían de conceder treguas y salvo conduto por
tiempo de onze años a todos los que serían acusados de comuneros,
para que dentro de aquel término pudiesen alcanzar perdón del Rey.
El cual no dejó entre estas cosas de acordarse de algunos
principales que en el más trabajoso y peligroso tiempo de su vida,
fidelísimamente le siguieron, y en sus tan grandes necesidades le
valieron con sus personas, vidas y haciendas, hallándose siempre a
su lado. Porque a cada uno de estos hizo mercedes, y dio más
caballerías de honor. Señaladamente a don Artal de Luna, a quien
dio perpetua la gobernación de la ciudad de Borja: y a don Garces
Aguilar comendador de la orden de Calatrava en Aragón, la encomienda
mayor de la villa de Alcañiz, y a don Pérez Aguilar la señoría de
la villa de Rhoda ribera de Xalon. A los cuales no solo estas
mercedes, pero muchas caballerías que tenían dudosas se las
confirmó, y dio de nuevo. Es bien de creer que a todos los demás
que le siguieron y sirvieron, aunque no están en su historia
nombrados, hizo el Rey grandes mercedes.








Capítulo
XII. Como sabiendo las tres ciudades que el Rey se había reservado
el concierto con ellas, le enviaron embajadas para entregársele, y
de las condiciones con que fueron perdonados.

Como
los ciudadanos de Zaragoza, Huesca y Iaca, que poco antes como
dijimos, con falso nombre de defensa, tácitamente se eximían, y
alzaban con la jurisdicción Real, entendieron que habiendo el
Rey concertado y restituido en su gracia a don Fernando, y perdonado
a todos los de su parcialidad, y a las demás villas y lugares que le
siguieron, y que a solas ellas excluía del perdón general, y se
quedaban afuera: hicieron otra junta en Iaca: y luego determinaron
hacer embajada al Rey, por certificarse de su deliberación y ánimo
para con ellas. Para esto Zaragoza envió sus cinco jurados, o
regidores, Huesca y Iaca los principales de cada pueblo, con
bastantísimos poderes para tratar de cualesquier partidos y
conciertos, a fin de alcanzar universal perdón para todos. Llegados
pues los embajadores a Pertusa, y entendido que el ánimo del Rey
estaba muy
desabridos
contra las ciudades: que lo colligieron, viendo la poca cuenta y
fiesta que la villa hizo en su entrada, y porque los de palacio, a
cuyo favor y medio venían remetidos, les dijeron que el Rey no les
oiría de buena gana, se fueron para los Prelados Iuezes, a los
cuales mostraron los poderes que traían, que no contenían otro en
suma, que pedir paz y perdón, y que solo fuesen restituidos en la
gracia y merced del Rey, se obligarían a cumplir en su nombre y
de las ciudades, todos y cualesquier decretos y mandamientos, que por
ellos fuesen determinados. Hecha relación de todo esto, y satisfecho
el Rey mandó sentenciar a los jueces. Lo primero que ante todas
cosas las ciudades anulasen y deshiciesen todos y cualesquier pactos,
condiciones, promesas y juramentos de conjuración, por cualesquier
personas y ciudadanos hechos contra la autoridad, jurisdicción, y
persona Real, tácita, o expresamente. Lo segundo que por cada
una de ellas se diese al Rey de nuevo la pública fé y obediencia
con pleito y homenaje. Lo tercero, que todas las injurias,
menoscabos, y daños que hubiesen padecido y recibido del ejército
del Rey, fuesen absolutamente remetidos y olvidados. Lo último
que todos los que fueron presos por haber seguido la parcialidad del
Rey y sus bienes robados, fuesen libres de ellas y que del común, y
propios de sus ciudades les fuesen restituidas todas sus haciendas.
Oídos por los embajadores los decretos publicados por los jueces, y
hallándose con suficientes poderes para venir bien en ellos: demás
de lo que de palabra habían entendido de las ciudades, que solo
alcanzasen perdón del Rey, los condenasen en cuanto quisiesen, los
aceptaron y ratificaron sin excepción alguna. Con esto mandó el Rey
se librasen de las cárceles todos los presos de las ciudades, y se
entregasen a los embajadores. Los cuales con mucha alegría y
hazimiento de gracias besaron las manos al Rey, y fueron admitidos
con sus principales al general perdón, y se volvieron muy contentos
y pagados de la magnanimidad y benignidad del Rey. De lo cual, las
ciudades quedaron muy satisfechas, y fuera de todo recelo, y de allí
adelante le sirvieron y guardaron toda fidelidad.





Capítulo
XIII. Como Avrembiax hija del Conde de Urgel pidió al Rey le mandase
restituir el condado, y de las condiciones con que el Rey se ofreció
de conquistarlo.

Acabados de firmar por el Rey los capítulos
de la paz y perdón general, y de nuevo confirmados todos los fueros,
privilegios y libertades por los Reyes sus antecesores a las villas y
ciudades del reyno concedidas, pacificada la tierra, se partió para
Lerida. Con fin de dar una vista por Cataluña, y con su presencia
reducir los ánimos de algunos señores, y Barones, y aun de los
pueblos que por ocasión de la guerra y parcialidad del Vizconde de
Bearne, estaban muy estragados y enajenados de su amor y respeto. A
donde (para que el fin de una guerra y trabajos fuese principio de
otra) había
llegado Aurembiax hija de Armengol vltimo Conde de
Urgel, a la cual, como dijimos en el libro precedente, el Rey había
mandado reservar su derecho para pedir el condado a don Guerao
Vizconde de Cabrera, que se lo había tomado por fuerza de armas:
pues con esta condición había el Rey permitido al Vizconde poco
antes que retuviese el Condado. Esta petición como fuese justa, y
tocase a la persona Real hacerla buena y cumplirla, por haberlo así
prometido, respondió a Aurembiax que tomaría la empresa por
propria, y con las condiciones que fue entre ellos concertado antes,
la llevaría a debido efecto: si primero ella como a legítima
heredera que era del condado,
renunciase todo el derecho y acción
que contra la ciudad de Lérida podía pretender, por cualquier
derecho y acción que a ella tuviese por los Condes sus antepasados.
Lo segundo que después de hecho el concierto reconociese haber
recebido el condado de mano del Rey por derecho de feudo. Lo tercero
que ella y sus sucesores en el condado, en tiempo de paz, y guerra,
fuesen obligados de recoger al Rey, y a sus sucesores, en las nueve
villas y fortalezas que son Agramonte, Linerola, Menargues, Balaguer,
Albesa, Pons, Vliana, Calasanz y Monmagastre. Obligándose también
el Rey de hacer restituir a la Condesa las villas y castillos que le
había usurpado Pontio Cabrera, hijo de don Guerao. Finalmente
concedió todo lo sobredicho la Condesa, y dio de nuevo por especial
promesa al Rey, que no se casaría sino con quien él le mandase.
Concluidos estos conciertos, el Rey
pmetio
y juró sobre su corona real en presencia de los suyos, y de los que
acompañaban a la Condesa, que no dejaría de emplear todo su poder y
fuerzas hasta poner a la Condesa en pacífica posesión de todo el
Condado.





Capítulo XIV. Como
fue mandado citar el Conde Guerao, y no compareciendo personalmente,
el Rey conquistó muchos pueblos del Condado.


Hecho y
jurado el concierto con la Condesa, mandó el Rey juntar los dos
consejos de paz y de guerra en los cuales se halló presidente don
Berenguer Eril Obispo de Lérida, y se determinó por ellos que don
Guerao Cabrera fuese llamado a juicio, y que dentro cierto término
pareciese ante el
Rey, para que oída la petición de la condesa
respondiese a ella. Pero ni don Guerao, ni Pontio su hijo, aunque
fueron dos veces citados, comparecieron: solo don Guillen hermano del
Vizconde de Cardona se presentó ante el Rey en nombre de don Guerao,
diciendo, que el Vizconde de Cabrera y Conde de Urgel, por ningún
derecho era obligado a comparecer en juicio, porque con justo título

por tiempo de xx. años y más, poseía pacíficamente aquel
estado. Como se opusiese contra esto Guillén Zasala el más famoso
letrado de su tiempo, alegando leyes en favor de los derechos de la
condesa, y propusiese que el Rey forzase a don Guerao restituyese
todas las villas y lugares que le había usurpado, dicen que don
Guillén no respondió otra cosa, sino que el Conde de Cabrera no
había de perder punto de su justicia por la infinidad de leyes
alegadas por Zasala, señalando que
este pleyto no se había de
averiguar ante juez letrado, sino armado: porque era de aquellos que
consisten en la punta de la lanza. Y así con esto se despidió don
Guillen. Cuyas palabras entendió el Rey muy bien, y vista la dureza
y obstinación de don Guerao, y que no con palabras sino con armas se
había de ablandar, escribió a los de Tamarit de Litera villa
principal, que otros dicen de Santisteuá, y es de gente belicosa,
cercana a Lerida, mandado a los oficiales Reales, que con la más

gente que pudiesen, viniesen, trayéndose provisión para tres
días, a la villa de Albesa del Condado de Urgel. También escribió
a don Guillen de Moncada hermano del Vizconde de Bearne, y a don

Guillen Ceruera barones principales de Cataluña, rogándoles que
con toda la gente que pudiesen, suya y de sus amigos, acudiesen a
favorecerle en esta guerra: la cual había determinado hacer en
persona, confiado de su socorro. Partió luego de Lérida con tan
pocos para comenzarla, que trayendo consigo a don Pedro Cornel, que
llevaba la auanguardia, apenas le siguieron xiij. de a caballo. Llegó
a Albesa, a donde aunque no asomaba la gente de Tamarit, hallando
allí a Beltrá Calasans con lxx. soldados bien armados determinó
cerrar con los de Albesa, y espantarlos con su presencia, la cual no
era menos horrible para muchos, que amable para todos. Comenzando
pues a batir la tierra, que era medianamente grande y cercada, los
del pueblo, puesto que pudieran
defenderse de harto mayor
ejército, vista la persona del Rey, se atajaron de arte que el día
siguiente, apenas descubrieron la gente de Tamarit, cuando entregaron
la villa con el Castillo al Rey: confiando de su palabra que serían
libres del saco. De allí pasó el campo a Menargues pueblo
poco
menor que Albesa, el cual luego voluntariamente se le entregó. Allí
llegaron las compañías que se mandaron hacer en Aragón y Cataluña
de ccc. caballos, y mil infantes. Con estos, pareciendo ser bastante
ejército, determinó el Rey conquistar lo que quedaba del condado. Y
así pasó a Linerola, la cual el Conde Guerao había fortalecido, y
estaba harto en defensa. Pero como el Rey sobreviniese de improviso,
y no quisiese ella darse a ningún partido, fue animosamente
combatida por el ejército, y tomada por fuerza: juntamente con los
principales del pueblo, que se habían retirado a una torre muy alta,
y por eso fueron tomados a partido, pero la villa no pudo escapar de
ser saqueada. Adonde se detuvo el Rey tres días para hacer muestra
de la gente que tenía, y dar el orden que se había de tener para
pasar adelante.







Capítulo XV.
Como el Rey fue a poner cerco sobre la ciudad de Balaguer, cuyo
asiento se describe, y de lo que pasó en su combate.

Tomada
Linerola pasó el Rey con su ejército a delante a poner cerco sobre
la ciudad de Balaguer, por donde pasa el río Segre, y es la segunda
cabeza del Condado. En la cual hacía cuenta don Guerao esperar todo
el peso de la guerra: para esto la había mucho fortificado y
abastecido de munición y gente de guerra. Llegado el Rey a vista de
la ciudad, pasado el río, asentó su real sobre un montecillo que
llaman Almatan, que está cauallero a la ciudad, y se descubría de
él la mayor parte de ella con las casas y edificios de manera que no
era posible defenderse de las máquinas y trabucos que en el campo se
armarían. Al mismo tiempo llegaron las compañías de a pie y de a
caballo que el Vizconde de Bearne y don Guillen Cervera habían hecho
por mandato del Rey, y venía por Coronel de ellas don Ramó de
Moncada hermano del Vizconde. Con estos creció el ejército hasta en
número de cccc. cauallos y dos mil infantes, y porque la ciudad
estaba muy fortificada, y no se le podía dar el asalto sin abrir
primero el camino con las máquinas y trabucos, pareció al Rey
plantar dos de ellos en la parte del monte, donde mejor pudiesen
encararlos a las casas, pues se tiraban con ellos noche y día tantas
y tan gruesas piedras, que no escapaba casa, ni
edificio que no
fuese quebrantado dellas, y la gente muy atemorizada. Diose la guarda
de los trabucos y máquinas a don Ramón con tres otros caballeros
principales con poca gente, por no estar muy apartadas del cuerpo del
Real. Como supo esto don Guillen de Cardona que favorecía a
don
Guerao, y como dijimos, compareció por él ante el Rey, y era
gobernador de la ciudad, salió de ella por una puerta pequeña del
muro, al amanecer, con xxv de acaballo, y cc. infantes. Los de
a
caballo que iban con las lanzas enristradas dieron en las guardas y
mataron y atropellaron la mayor parte de ellos: los de a pie fueron
con
achas
encendidas para las máquinas. Pues como el capitán Pomar uno de los
principales de la guarda descubriese esta gente, y viese que de los
de
a pie unos iban hacia las máquinas, otros a las tiendas del
campo a poner fuego en ambas partes, dejó a don Ramón muy en orden
junto a las máquinas, y saltó de presto a despertar al Rey. Mas don
Guillen enderezando su caballería contra don Ramón le acometió con
tanta ferocidad, que pensando ya llevarlo de vencida, le dijo que se
rindiese: pero don Ramón se defendió, y le entretuvo hasta que
llegó el Rey con la caballería. El cual dejando parte de ella en
ayuda de don Ramón, se fue con los demás para las máquinas, que le
daban más cuidado, pues para las tiendas quedaba el cuerpo del
ejército que las defendería. Adonde trabada la escaramuza con los
de a pie los venció: de manera que las tiendas y máquinas en un
punto fueron libres del incendio, y a don Guillen le fue forzado
con
harta pérdida de su gente retirarse a la ciudad.





Capítulo XVI. Como
los de Balaguer visto el gran daño y tala que mandó el Rey hacer en
sus huertas y arrabales se dieron a partido, y se libraron del
saco.

Aguardó el Rey dos días sin batir de nuevo, por ver lo
que la ciudad haría. Y como no daban ningún sentimiento de si,
viendo su pertinacia, y lo poco que les movía el grandísimo daño
que las máquinas y trabucos hacían en las casas noche y día:
asimismo, la pérdida que su gobernador
don Guillen había
hecho: demás del poco, o ningún socorro que esperaban de otra
parte, determinó de arruinarles sus lindas y bien entretejidas
huertas, con los arrabales,y talar todos sus campos a vista de ellos.
Esto sintieron tanto los ciudadanos, que luego se indignaron
gravísimamente contra el Conde Guerao, y de allí comenzaron a
tratar entre si, que sería bueno entregarle a la Condesa Aurembiax,
su natural y verdadera señora, la cual en aquella sazón había
llegado al campo del Rey. Con este acuerdo, secretamente le enviaron
sus embajadores para tratar de darse a partido. En este medio como
alguno ciudadanos de los que estaban repartidos por la muralla
hablasen con alguna gente del Rey que andaba alrededor, descubiertos
por los soldados del Conde Guerao que guardaban el alcázar y
fortaleza, les tiraron muchas saetas, e hirieron a los del muro,
porque hablaban con los enemigos. Con esta segunda ocasión se
conmovieron tanto los de la ciudad, que ya no secretamente sino al
descubierto se rebelaron contra el Conde, y con nueva embajada
ofrecieron al Rey y a la Condesa darles la ciudad con la fortaleza.
Entendido esto por el Conde, escribió al Rey estaba
muy pronto
para entregarle la fortaleza, con condición que se encomendase por
los dos a
Ramón Berenguer Ager, para que la tuviese guardada
hasta tanto que se averiguase a quien tocaba el derecho del condado.
A esto dijo el Rey que le placía lo que pedía el Conde, y como en
el entretanto los de la ciudad le solicitasen, se entregase de ella
dijo a los del Conde que ternia su consejo sobre su demanda, y con
esto, iba dilatando la respuesta. Mas el Conde, o que disimuladamente
hiciese estos tiros, como que no sabía nada de lo que los ciudadanos

trataban con el Rey y Condesa: o como si hubiera aceptado lo que
el Rey mandaba, se salió
secretamente solo de la ciudad, llevando
un gavilán en la mano, y envió un criado llamado Berenguer
Finestrat a buscar a Ramón Ager, para que fuese a guardar la
fortaleza por el concierto hecho. Pero mientras le buscaban, sin
hallarle, los ciudadanos alzaron el estandarte del Rey en la
fortaleza a vista de todos, echando con todo rigor la gente de guarda
que el Conde había puesto en ella. Como vio esto Finestrat, y
entendió lo que había pasado entre el Conde y el Rey para mejor

burlar al Conde, apartose de allí confuso y burlado: y lo mismo
aconsejó a Ramón Berenguer Ager, que ignorando lo que pasaba, venía
ya para entrar en la fortaleza.






Capítulo XVII. Como don Guerao fue echado de
todo el condado de Urgel, y Aurembiax puesta en posesión del, y como
casó con don Pedro de Portugal primo del Rey.


Tomada la
ciudad de Balaguer, don Guerao y su gente se pasaron a Monmagastre, y
a la hora la Condesa por mano del Rey fue puesta en posesión, y
jurada por señora en Balaguer, mudando los oficiales, y dando nuevo
regimiento a la tierra. De allí se fue el Rey con el ejército, y
también la Condesa a Agramunt villa principal del condado, a donde
don Guillen de Cardona había puesto para defenderla. Asentose el
ejército en la subida de un monte llamado Almenara, a vista del
pueblo, lugar más alto y bien acomodado para combatir la villa.
Visto esto por don Guillen la noche antes que diesen el asalto, se
salió con los suyos secretamente del pueblo, el cual luego
essotrodia se dio con la fortaleza a la Condesa. Lo mismo
determinaron hacer los de la villa de Pons, porque llegó de secreto
un embajador al ejército diciendo que luego en viniendo el Rey se le
darían. Pero él no quiso venir a esto, por haber entendido que la
villa estaba por el Vizconde Folch de Cardona, al cual no había
según costumbre, desafiado antes que comenzase contra él guerra.
Por donde quedándose en Agramunt, envió allá a la Condesa y a don
Ramón de Moncada, con todo el resto del ejército, quedándose con
solos xv. caballeros. Como el ejército se allegó a Pons, sin que el
Rey pareciese en él, indignados de esto los del pueblo, por el
menosprecio que en esto mostraba hacer de ellos, salieron de
improviso a dar sobre el ejército: pero fueron del también
recibidos, que trabando la escaramuza quedaron del todo vencidos,y
puestos en huida hacia la villa, se recogieron en ella con muy grande
pérdida suya. Como la Condesa les enviase a decir que aun eran a
tiempo de darse muy a su salvo, que les haría toda merced,
respondieron con la misma obstinación, que a ninguno sino a la misma
persona del Rey se rendirían. Sabido esto por el Rey, luego partió
para ellos, y en llegando le entregaron la villa con la fortaleza, la
cual el Vizconde de Cardona había dejado bien proveída de gente y
munición. Acceptola el Rey salvando al Vizconde sus derechos, si
algunos tenía a la villa. Para esto de parte del Rey y de la Condesa
se dio toda seguridad, y al pueblo se le tuvo tal respeto, que no
dejaron entrar en él al ejército, ni se le hizo ningún ultraje.
Tomado Pons,
Vilana
con las demás villas y lugares de la montaña de Segre arriba,
libremente y sin condición alguna se entregaron al Rey y a la
Condesa. De manera que con el favor y amparo del Rey, la condesa
cobró todo el condado de Urgel y fue puesta en pacífica posesión
de él. Hecho esto casó el Rey a la condesa con don Pedro de
Portugal su primo hermano, hijo del Rey de Portugal, que por aquellos
días era venido desterrado del Reyno a pasar su destierro en la
Corte del Rey, y se hicieron las bodas con muy grandes fiestas y
regocijos. Finalmente don Guerao viéndose echado a punta de lanza de
todo el Condado, hallándose cargado de años y cansado de tantos
reveses de fortuna, entró en la orden de los caballeros Templarios,
dejando a su hijo Poncio el Vizcondado de Cabrera. El cual después
de muerta la Condesa Aurembiax sin hijos, renovando la antigua
pretensión de su padre, tentó de volver a entrar en el condado.
Pero no le sucedió bien la empresa, como adelante diremos. Acabada
esta guerra, y apaciguados todos los alborotos, y distensiones de los
dos Reynos, deshecho el ejército, el Rey se fue para Tarragona, a
donde por orden del cielo, se le abrió una grande puerta para salir
fuera de sus reynos, y entrar a hacer muy señaladas empresas en
tierras de infieles.

Fin del libro quarto.





domingo, 22 de diciembre de 2019

XXXV, perg 125, mayo


XXXV
Perg. Nº 125. Mayo 11*1.

In Dei nomine ego Petrus Sangis Dei gratia rex facio hanc cartam donationis ad te Galindo Garzez. Placuit mihi libenti animo et spontanea volumptate et dono tibi in Barbastro unas casas cum tota illa hereditate quod habebas ibi sicut eras inde tenente die quod ista carta fuit facta quod habeas illud ingenuum et liberum et francum ad tua propia hereditate tu et filii tui et omnis generacio tua salva mea fidelitate et de omni mea posteritate per secula cuncta. + (Hay una firma que parece decir Signum Petri Sangis) . Facta carta ista era MCLXXVIIII in mense majo me Dei gratia regnante in Aragoneet Pampilona et in Superarbi vel Ripa curcia. Episcopus dompnus Stephanus in Osca. Dompnus Petrus episcopus in Irunia. Episcopus dompnus Poncius in Barbastro et Exemen Garzez in Monsso et Fertung Dat in Calasanz et Ramon Galindo in Estata et Statella. - Ego Garcia sub jussione domini mei regis hac cartam scripsi et hoc signum + feci.

Nota:
Irunia: Pamplona.
Estata, Statella: Estada, Estadilla (y
Estadella).
MCLXXVIIII : 1179 (no se corresponde con el
11*1)

domingo, 28 de junio de 2020

359. BENEDICTO XIII RECIBE A LOS EMISARIOS DEL CONCILIO DE CONSTANZA

359. BENEDICTO XIII RECIBE A LOS EMISARIOS DEL CONCILIO DE CONSTANZA
(SIGLO XV. PEÑÍSCOLA)

El Cisma de Occidente se hallaba en pleno apogeo. Existía un papa en Roma —Gregorio XII— y existía teóricamente otro papa de Avignon, residente ahora en Peñíscola Benedicto XIII—, situación que se agravó con el nombramiento de un tercero por los cardenales reunidos en Pisa (1409)
Alejandro V—, contestado por los dos anteriores y que no contó tampoco con el apoyo de los monarcas europeos.

Poco a poco se fue imponiendo la tesis de solucionar el problema a través de un concilio que, con el apoyo del emperador Segismundo —«abogado y defensor de la Santa Iglesia»— acabó reuniéndose en Constanza y trabajó entre 1413 y 1417, finalizando su tarea con el nombramiento de un papa único: Martín V (1417-1431). La solución de Constanza dio al poder temporal de los monarcas una autoridad moral y efectiva ante los cleros nacionales respectivos que antes no poseían y dando paso, asimismo, a un nuevo tiempo histórico, el de los concordatos. Hasta aquí son datos históricos, pero la situación dio lugar a anécdotas y leyendas de todo tipo, de modo que Peñíscola y el aragonés don Pedro de Luna han entrado de lleno en el mundo legendario.

En estos momentos, para que Benedicto XIII compareciera ante el Concilio de Constanza, se redactó la correspondiente citación en noviembre de 1416, que fue hecha pública y fijada en todos los pueblos del dominio de la Orden de Montesa cercanos a Peñíscola, para que fuera de común conocimiento. Pero, además, don Pedro de Luna recibió en su castillo-fortaleza de Peñíscola a la comisión encargada de la citación.

Tras hacerles esperar algunos días, el 21 de enero de 1417 el sobrino de Benedicto XIII, a su vez jefe de la guardia del castillo, condujo a los dos monjes encargados de la misión al salón de audiencias, cubierto de tapices y alfombras, lo que daba mayor solemnidad al momento. Llegó por fin el Papa Luna. El instante fue tenso, máxime cuando éste, al ver a los emisarios vestidos absolutamente de negro, en señal de luto por el Cisma, exclamó sonoramente: «¡Ya están aquí los cuervos del concilio!». Parece ser que uno de ellos, sin perder la compostura, le contestó: «Cuervos somos; por eso venimos al olor de carne muerta».

[Simó Castillo, Juan B., Pedro de Luna, el papa de Peñíscola, pág. 163.]



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IV. ÍNDICES

II.1. ÍNDICE DE LEYENDAS

1. LA CONQUISTA MUSULMANA.................................................................... 43
1. El conde don Julián, prisionero y muerto en Loarre ........... 43
2. La conquista de Sarakusta por Carlomagno ................................ 44
3. Bestué, librada de los moros.................................................................... 45
4. La resistencia de Trasobares a los moros ....................................... 45
5. La pérdida y despoblamiento de Novillas...................................... 46
6. La pérdida de Belmonte ............................................................................. 47
7. La defensa cristiana de Borja .................................................................. 48
8. El obispo de Zaragoza ante la conquista musulmana........... 49
9. La conquista musulmana de Agiria (Daroca)............................. 50
10. El origen de Centenero ............................................................................... 51
11. La toma de Calanda por los musulmanes...................................... 52
12. Abén Aire, el buen valí de Sarakusta................................................. 52
2. RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN ............................................................. 55
2.1. RECONQUISTA ......................................................................................................... 55
13. El primer almogávar aragonés................................................................ 55
14. La defensa de Mediano................................................................................ 56
15. La localización de Saz ................................................................................... 57
16. San Pedro de Tabernas, primer núcleo de resistencia......... 58
17. La reconquista de Aínsa .............................................................................. 59
18. La reconquista de Jaca........................................................................ 59
19. Las mujeres en la reconquista de Jaca.............................................. 60
20. Victoria cristiana frente al rey moro de Zaragoza ................... 61
21. Las gestas del conde Bernardo de Ribagorza ............................. 62
22. La Santa Cruz guía el camino................................................................. 63
23. El conde Bernardo de Ribagorza, reconquistador de Calasanz ............ 64
24. Ramiro I lucha por Calahorra......................................................... 65
25. La reconquista de Alquézar........................................................... 65
26. Los hermanos Isarre, en la reconquista de Alquézar............ 66
27. La reconquista de Ejea por los soldados franceses (1095) 67
28. El sitio de Barbastro de 1064............................................. 68
29. La dramática rendición de Barbastro (1064).............................. 69
30. Barbastro, tomada gracias a una traición....................................... 70
31. La esclava liberada en Barbastro.................................................... 71
32. La muerte del último señor moro de Momagastre ................ 72
33. La Virgen colabora en la batalla de Piedratajada .................... 72
34. El origen de los López de Gurrea................................................... 73
35. Un detalle del último asedio de Huesca (1096)....................... 74
36. San Jorge pelea en el cerco de Huesca............................................ 75
37. Los caspolinos, en la batalla de Alcoraz.......................................... 76
38. La reconquista de Luna...................................................................... 77
39. Pedro I de Aragón lucha contra el Cid .................................. 77
40. El Cid, en Calanda...................................................................... 78
41. Santiago ayuda al Cid en Torrenublos ............................................. 79
42. La huida de una reina taifal........................................................ 80
43. La traición del moro Glafar................................................. 81
44. La reconquista de Monzón ...................................................... 81
45. La ayuda de Pedro Ruiz de Azagra al Cid...................................... 82
46. Nuestra Señora de la Oliva, en la conquista de Ejea............. 83
47. Nuestra Señora del Portillo, defensora de Zaragoza............. 84
48. San Miguel, en la reconquista de Zaragoza.................................. 85
49. La capitulación de los moros zaragozanos .................................... 86
50. La reconquista de Alagón ........................................................ 87
51. La reconquista de Borja ............................................................ 87
52. Borja, en manos del Batallador ........................................ 88
53. La virgen del Castillo, defensora de Bijuesca............................ 89
54. La cañada de la celada ............................................................ 90
55. La pérdida musulmana de Lanaja ..................................... 91
56. La reconquista de Maluenda ....................................... 92
57. La reconquista de Daroca ................................................... 93
58. Un intento de recuperación mora de Daroca........................ 94
59. El exilio de Zafadola .............................................................. 95
60. La reconquista de Alcañiz.......................................................................... 96
61. La resistencia de los mozárabes de Calanda ............................ 96
62. La cabra de oro inalcanzable......................................................... 97
63. Un detalle de la batalla de Fraga (1134)........................................ 98
64. Alfonso I el Batallador, castigado por Dios en Fraga............. 99
65. La reconquista de Monreal del Campo........................................... 100
66. La reconquista de Aguilar de Alfambra .......................................... 101
67. La reconquista de Camañas........................................................ 102
68. Cretas, reconquistada el día de santa Pelagia ............................. 103
69. El origen de Alcorisa..................................................................... 104
70. La fundación de Teruel................................................ 105
71. El juez traidor................................................................... 105
72. La reconquista de Villel............................................ 106
73. Matrimonio de Alonso de Rubielos y Fátima de Mora ........ 107
74. Asedio y reconquista de Mora de Rubielos............... 108
75. La reconquista de Morés ........................................ 109
76. Reconquista del castillo del Mallo ........................... 110
77. El fracaso de la reconquista de Ibiza ....................... 111
78. Abú Zeyt, rey de Valencia, al servicio de Jaime I ..... 112
79. Los darocenses en la reconquista de Valencia............ 113
80. La promesa del guerrero............................................... 114
2.2. REPOBLACIÓN............................................................................. 115
81. Fundación y destrucción de la ciudad de Pano ........................ 115
82. Fundación de la villa de Acumuer....................................................... 116
83. Delimitación del término municipal de Binéfar ...................... 117
84. La repoblación de Suelves ................................. 117
85. Tras la reconquista de Oliete.......................................... 118
86. La presa de Almonacid ............................................................ 119
87. El legado de Martina Pérez........................................................ 120
3. EL MUNDO CRISTIANO ................................................................. 123
3.1. LOS REYES............................................................................. 123
88. La donación de Abetito a San Juan de la Peña ......................... 123
89. Un noble aragonés salva de la muerte a Sancho Abarca ... 124
90. La coronación de Sancho Garcés................................................ 125
91. Cómo accedió Ramiro I al trono de Aragón................................ 126
92. Ramiro I huye desnudo de Tafalla................................................ 126
93. Ramiro I nombra obispo de los mozárabes zaragozanos al abad
Paterno ............................................................................... 127
94. Sancho II de Castilla mata a Ramiro I de Aragón .................... 128
95. La muerte de Sancho Ramírez........................................................ 129
96. Pedro I, curado por san Miguel in Excelsis .............................. 130
97. La escolta chesa de Alfonso I....................................................... 131
98. La reconquista de Ejea reconcilió a Alfonso I y Urraca ...... 132
99. La muerte de Alfonso I, un castigo de Dios .............................. 133
100. El exilio soriano de doña Urraca ................................................. 133
101. El reto de la Varona a Alfonso I el Batallador .......................... 134
102. Alfonso I venga su honor en Candespina .................................... 135
103. Doña Urraca solicita el divorcio a Alfonso I ................................ 136
104. La victoria naval de Alfonso I el Batallador .................................. 137
105. Alfonso I y su pretendida homosexualidad................................... 138
106. La elección de Ramiro II como rey de Aragón .......................... 139
107. El matrimonio de Ramiro II el Monje .............................................. 140
108. Ramiro II, rey de Aragón, huye ileso de Pamplona ................ 141
109. La burla de Ramiro II .............................................................. 141
110. El escarmiento de los nobles en Huesca .................................. 142
111. Ramiro II se enfrenta a Roldán ............................................... 143
112. La muerte de Ramiro II .......................................................... 144
113. La aparición de un falso Alfonso I.............................................. 145
114. La coronación de Pedro II en Roma.................................................. 146
115. Jaime I concebido gracias a una treta palaciega ....................... 147
116. Los reinos de Monzón y Pomar, en poder de Jaime I........... 148
117. Jaime I salvado de la muerte por unas sopas de ajo ............... 149
118. La primera espada de Jaime I ................................................. 150
119. Jaime I hereda la espada «Tizona» ........................................ 150
120. La espada de Villardell............................................................. 151
121. Jaime I y Nuestra Señora de la Silla.......................................... 152
122. La réplica de la virgen de la Alegría en Barcelona................. 153
123. Jaime I, cofrade de la Virgen de los Ángeles ............................... 154
124. Mosqueruela, sede veraniega de Jaime I......................................... 155
125. Jaime I impone su autoridad ante Pedro Ahones .................... 156
126. La pérdida de Pitilla.................................................................... 156
127. Pedro III desafió a un dragón.................................................... 157
128. El guante de Conradino para Pedro III ...................................... 158
129. Pedro III, en las justas de Burdeos ........................................... 159
130. Jaime II elige esposa (1314) .............................................. 160
131. Alfonso V nace entre terremotos y espanto .................................. 161
132. La condesa de Urgell pretende envenenar a Fernando I.. 162
133. Fernando el Católico, engendrado en El Frasno..................... 162
134. Fernando II, armado caballero de María................................... 163
135. La Virgen del Pilar salva a Fernando II.................................. 164
3.2. LA NOBLEZA Y LOS SEÑORÍOS ................................................. 165
136. El nacimiento de la nobleza aragonesa ....................................... 165
137. El origen de los Aysa .......................................................................... 166
138. García Aznárez, asesino de Céntulo de Bigorra........................ 167
139. La cruenta muerte del barón de Espés...................................... 168
140. El origen de los Maza ........................................................... 169
141. El nacimiento de los Esparza...................................................... 169
142. El origen del topónimo Nonaspe.................................................. 170
143. El señorío de Albarracín, vasallo de Santa María ................... 171
144. Origen de la baronía de Escriche .................................................. 172
145. Pedro Fernández de Azagra, milagrosamente ileso .............. 173
146. El nombramiento del primer conde de Luna ......................... 173
147. La fuerza de las armas ............................................. 174
148. Revuelta campesina......................................................... 175
149. La muerte del conde Artal, señor de Mequinenza ................. 176
150. Las herraduras del marqués de Ayerbe ....................................... 177
151. La historia también gasta bromas ............................................. 178
152. El mal «señor» de Fabara ...................................... 179
153. La curación milagrosa del hijo del conde de Ribagorza .... 180
3.3. LA VIDA CORTESANA....................................................... 181
154. La condesa traidora ................................................. 181
155. Los afectos castellanos de la reina Sancha ..................... 182
156. La prisión de la reina doña Urraca ................................. 182
157. El duque de Híjar y la hija de Jaime I........................ 183
158. Jaime I castiga a su trovador............................... 184
159. La sombra de la princesa doña Blanca ........................ 185
160. Nace la Orden de la Banda de la Virgen del Pilar.................. 186
161. La reina María llora la ausencia de Alfonso V ............................ 187
162. El trovador de la Aljafería ............................................. 188
163. El príncipe de Viana escapa de Mallén .................................... 189
164. El trovador que murió de amor .............................................. 189
3.4. LAS PUGNAS FAMILIARES.................................. 190
165. Las primeras armas de Jaime I................................. 190
166. Las consecuencias de la pugna entre los Albir y los Frago 191
167. Los Marcilla y los Segura, frente a frente....... 192
168. La pelea de Pedrola................................................... 193
169. Los Urrea contra los Cornel ............................................ 194
170. La loca enamorada de Montalbán...................... 195
171. Los Luna y los Urrea, enfrentados........................ 196
172. Luchas de los Luna contra los Urrea ................................................ 197
173. Los Muñoz y los Marcilla, frente a frente ...................................... 197
3.5. LA GUERRA ENTRE CRISTIANOS................................ 198
174. Las mujeres, vencedoras ante las tropas de Pedro el Cruel 198
175. Miguel de Bernabé, en el sitio de Daroca ................... 199
176. La defensa del castillo de Báguena............................ 200
177. La resistencia heroica de Bueña ....................... 201
178. El portal de la traición................................... 202
3.6. AMORES Y DESAMORES ............................... 203
179. Los celos de Alfonso de Barbastro........................ 203
180. Los amores de Clara y Manfredo................................. 204
181. Un nuevo puente sobre el Turia: el de doña Elvira............... 205
182. La venganza de Arnaldo, señor de Castro de Malavella ..... 206
183. Los amores de Berenguer de Azlor y Aldonza de Entenza 206
184. El juramento incumplido .......................................... 207
185. La guardia del castillo de La Fresneda ............. 208
186. Juan Miguel, soldado de Juan II ...................... 209
187. Los rosales del amor.......................................... 210
4. EL MUNDO MUSULMÁN.......................................... 213
188. Un toro de oro espera ...................................... 213
189. Selima, la pretendida de Ibn Abdalá de Zaragoza .................. 214
190. La reina mora de Guarrinza ............... 215
191. Las tres moras de Zaragoza........................................ 215
192. La piedra horadada por el amor ........................ 216
193. La princesa mora que buscó la libertad................. 217
194. El toro de oro que espera oculto............................ 218
195. La construcción del castillo de Trasmoz.............. 219
196. La venganza de Abdelmelic........................... 220
197. El tesoro escondido de Alí Mohal................ 221
198. Las revueltas musulmanas previas a la reconquista de Sarakusta...... 222
199. El tesoro de Cañarda ......................... 223
200. La eterna espera de la mora de Guadalaviar............... 224
201. El tesoro de la reina mora ................... 224
202. La mora de la basa............................................ 225
203. La mora encantada de Bastarás .................. 226
204. La mora encantada de Sallaón............................ 227
205. El amor de Zoraida y los alarifes de Teruel........ 228
206. La losa mora....................... 229
207. El tesoro de la mora de Siresa .................. 230
208. La larga espera de la reina mora.......... 230
209. El tesoro de El Castellar ............... 231
5. EL MUNDO JUDÍO .................................. 233
210. El Cid expulsa a los judíos de Tamarite ....................... 233
211. Los amores de Juan el herrero y la bella hebrea ..................... 234
212. El milagroso hallazgo del cuerpo de santo Dominguito de Val... 235
213. El monasterio de San Miguel de Foces, asaltado ..................... 236
214. La venganza del judío noble.......... 236
215. El augurio de Vicente Ferrer................. 237
216. La conversión de los judíos darocenses.......... 238
217. La conversión del judío dormido ............... 239
6. RELACIONES ENTRE CRISTIANOS Y MUSULMANES....... 241
6.1. RELACIONES AMISTOSAS ................................. 241
218. Los mozárabes de Peralta de la Sal.............. 241
219. Los amores imposibles de Zoma y María .............. 242
220. La enamorada del Cid ..................................... 243
221. El nacimiento de un mudéjar ............................ 244
222. Los amores de Roderico de Mur y Zulima............ 245
223. Almanzor y los mozárabes de La Almunia .................. 245
224. Dos pretendientes para Zaida ....................... 246
225. La cueva de la mora encantada .................... 247
226. El amor pudo a la religión ................. 248
227. El alma del castillo de Gallur ....................... 249
228. El amor, nueva religión........................... 250
229. La conversión del moro Tocón............... 251
230. El tesoro escondido de Mustafá.................... 252
231. El amor de don Pedro de Azagra................. 252
232. La mora que acudió a la Virgen de Salas......... 253
233. La mora peinadora......................... 254
234. La cristiana peinadora ................... 255
235. La conversión del alfaquí zaragozano.............. 256
236. La lavandera morica de Sena ............... 257
237. Las tres doncellas encantadas ........... 258
238. La mora solitaria y el pastor de Luesia........ 259
6.2. RELACIONES PROBLEMÁTICAS.............. 260
239. Orosia muere a manos musulmanas............. 260
240. Nunilo y Alodia, víctimas de la intransigencia religiosa...... 261
241. Visorio, asesinado por una partida de moros ........... 261
242. La persecución de Elena..................... 262
243. Los mozárabes de Zaragoza, expulsados a El Burgo ............. 263
244. El agua de Tarazona ................. 264
245. La venganza del conde cristiano............... 265
246. El celebrado salto de Pero Gil, escudero del Cid ........ 266
247. La conversión de un moro ...................... 267
248. Galiano Galinás roba un cáliz a los moros ........... 268
249. El pozo de Ainés............................. 269
250. La expulsión de los moros de Pina............... 270
7. ASPECTOS RELIGIOSOS ................ 271
7.1. LOS MONASTERIOS........................................... 271
251. Nacimiento de San Juan de la Peña.......................... 271
252. Voto y Félix, en San Juan de la Peña ....................... 272
253. García Jiménez funda San Juan de la Peña .................................. 273
254. Fundación del monasterio de San Martín de Cercito .......... 274
255. Antecedentes del monasterio de Trasobares............................... 275
256. Balandrán, elegido heraldo de la virgen del Pueyo ............... 275
257. Fundación del monasterio de Trasobares..................................... 276
258. Don Pedro de Atarés, fundador de Veruela................................. 277
259. La reina Sancha funda el monasterio de Sigena ...................... 278
260. Los condes de Sástago construyen el santuario de Monler. 279
261. Gil de Atrosillo, señor de Estercuel, y la aparición de la
Virgen ...................... 280
262. La fundación del monasterio de Santa Fe....................... 281
263. Los condes de Sástago crean la cartuja de Fuentes................ 282
264. El túnel bajo el Ebro.............................. 283
7.2. LOS PEREGRINOS ........................................... 283
265. San Marcial visita Benasque.................................. 283
266. El peregrino anónimo ........................................... 284
267. Los peregrinos escultores.............................. 285
268. El romero de Castiello....................................... 286
269. San Gregorio, peregrino .................................... 287
7.3. LOS SANTOS ................................................... 288
270. El vaticinio de san Valero ......................... 288
271. El destierro del obispo san Ramón........................ 289
272. San Ramón cura a una joven desahuciada.................... 290
273. San Ramón libera a dos soldados........................ 291
274. San Licer quiso reposar definitivamente en Zuera................. 291
275. Santo Domingo predica la devoción del rosario ...................... 292
276. Santo Domingo intercede por la noble Alejandra.................. 293
277. Santo Domingo, amamantado por una vaca ............................... 294
278. San Roque, en el hospital de Valdealgorfa ................................... 295
279. Los predicadores Gregorio y Domingo, en Besiáns ............... 296
280. Vicente Ferrer, predicador en Mora de Rubielos .................... 297
281. La endemoniada de Piedra....................... 297
282. El crucifijo de san Vicente Ferrer ........................ 298
283. Vicente Ferrer salva su propia vida ................... 299
284. Vicente Ferrer se apiada de la madre trastornada.................. 300
285. Vicente Ferrer vaticina la destrucción de Teruel..................... 301
286. Vicente Ferrer predica en Calatayud........................ 302
287. Los falsos frailes ........................................ 302
288. Vicente Ferrer impide que los diablos se acerquen a Caspe 303
289. Vicente Ferrer aplaca una tempestad .................... 304
290. Vicente Ferrer instituye la procesión de la disciplina........... 305
291. La palabra de Vicente Ferrer en Aínsa ............. 306
292. El mas de Ferrer................................... 307
293. El cuadro desprendido........................... 307
294. Pedro Arbués, pretendiente de santa Bárbara ........................... 308
295. San Gil y san Ginés, predicadores........
296. San Blas elige Torrecilla de Alcañiz para quedarse................ 310
297. Elección de santa Tecla como patrona ..................... 311
7.4. LOS PORTENTOS ............................................... 312
298. La justicia del obispo Bencio........................... 312
299. Un antídoto contra la sequía......................... 312
300. La Virgen viajera .................................................. 313
301. Los corporales llegan a Daroca............................ 314
302. Invención del rosario............................. 315
303. Un episodio de la guerra albigense.................... 316
304. La palidez de la Virgen de Salas .................. 317
305. Las avenidas del Ebro y de la Huerva ..................... 318
306. Martín Visagra, perjuro............................. 319
308. Los corporales de Andorra ........................ 320
309. El agua, transformada en sangre ................ 321
310. La absolución de Lope Fernández de Luna .............. 322
311. Los corporales de Fraga ................................................ 323
312. Los corporales de Aguaviva.................... 324
313. Los corporales de San Juan de la Peña, intactos ...................... 325
314. Los presagios de la campana ........................... 325
315. Graus salvada de la inundación ........................... 326
316. El cadáver del papa Luna.............................. 327
317. Catalina, librada de los demonios......................... 328
318. San Macario cura una quebradura.......................... 329
7.5. LAS RELIQUIAS ............................................... 330
319. El brazo del apóstol san Pedro, en Siresa ....................... 330
320. García Aznárez trae a Aragón los restos de san Indalecio. 331
321. El relicario de Jaime I.......................................
322. Jaime I dona una espina de la corona de Cristo al monasterio
de Samper.................................................................... 333
323. Pan de la Última Cena salvado de las llamas................. 333
324. El Santo Grial, en Aragón ............................ 334
325. Europa busca el Graal............................................. 335
8. ASPECTOS SOCIO-CULTURALES.................................. 337
8.1. LA JUSTICIA......................................... 337
326. Nacimiento de los fueros de Sobrarbe y del Justicia ............. 337
327. La justicia real en entredicho................................... 338
328. Los falsificadores de moneda ............................ 339
329. Justicia para todos ................................................. 340
330. Alfonso V interviene en la lucha de los Marcilla y los Muñoz 340
331. El escudo de armas del Justicia de Aragón.................... 341
8.2. PLAGAS Y EPIDEMIAS ................................ 342
332. El miedo a la peste ................................ 342
333. La fundación de Salinas de Hoz .................................. 343
334. San Miguel lucha contra la plaga de la langosta ...................... 344
335. San Sebastián libró de la lepra a Fayón.......................... 345
336. La peste de la calle Baja .................................... 346
337. La plaga de la langosta dominada por la Virgen ..................... 347
338. San Sebastián detiene la peste en Azanuy .................... 347
339. La lucha contra la peste .................................... 348
340. La desaparición de un pueblo: Daymús.......................................... 349
341. Fuentes de Ebro salvada de la plaga de la langosta................ 350
342. La peste despuebla Niablas........................... 351
8.3. LA CULTURA ...................................................... 352
343. Las medicinas de san Caprasio................................... 352
344. Los excrementos del caballo de Roldán ................... 353
345. Contienda juglaresca ................... 354
346. El quitamiedos de Robres ............................. 354
347. Surge la jota............................................... 355
348. Salmón a precio de oro ........................ 356
8.4. ARAGONESES ALLENDE LAS FRONTERAS..................................... 357
349. Embajada de Pedro Martínez de Bolea a Castilla.................... 357
350. Santa Isabel hizo de monedas rosas ....................... 358
351. El cautivo de los griegos....................................... 359
352. El rescate de un esclavo aragonés en Jerusalén ........................ 360
353. Sancho Fernández de Heredia y la conquista de Cerdeña 361
8.5. ARAGONESES CON PERSONALIDAD................. 362
354. Juan Fernández de Heredia lucha contra los turcos............. 362
355. El mar reconoce a Pedro de Luna como papa .......................... 363
356. La tozudez de Benedicto XIII................... 363
357. El envenenamiento de Benedicto XIII ...................... 364
358. El Papa Luna se traslada en secreto a Roma ............................... 365
359. Benedicto XIII recibe a los emisarios del concilio de Constanza .......................... 366


2. ÍNDICE DE LUGARES DE ORIGEN

Acumuer (H): 82/186/254. Adahuesca (H): 240/332. Aguaviva (T): 312.
Aguilar de Alfambra (T): 66. Aínsa (H): 17/291/303.
Aísa (H): 137.
Alagón (Z): 50/348.
Albarracín (T): 45/143/159/192/196/231. Albentosa (T): 123.
Alcañiz (T): 60.
Alcolea de Cinca (H): 266. Alcorisa (T): 69/165.
Alcubierre (H): 343. Almonacid de la Cuba (Z): 86. Alquézar (H): 25/26/213.
Andorra (T): 308/318. Aniñón (Z): 307.
Aquilué (H): 233.
Arándiga (Z): 337.
Atea (Z): 15.
Ayerbe (H): 150/151/194. Azanuy (H): 338.
Báguena (T): 176.
Barbastro (H).
Bastarás (H): 203.
Belmonte (Z): 6.
Benabarre (H): 292.
Benasque (H): 265.
Besiáns (H): 279.
Bestué (H): 3.
Betorz (H): 240.
Biescas (H): 242.
Bijuesca (Z): 53.
Binaced (H): 87.
Binéfar (H): 83.
Biscarrués (H): 33.
Blecua (H): 187. Boltaña (H): 241/267. Bono (H): 258.
Borja (Z): 7/51/52/195/347. Broto (H): 77.
Bueña (T): 177.
Bujaraloz (Z): 336.
Burbáguena (T): 177.
Calanda (T): 11/40/61. Calasanz (H): 23.
Calatayud (Z): 215/286/347/349. Camañas (T): 67.
Capella (H): 299.
Caspe (Z): 37/283/288. Castejón de las Armas (Z): 134. Castejón de Valdejasa (Z): 209. Castellote (T): 199.
Castelnou (T): 270. Castiello de Jaca (H): 268. Cella (T): 224.
Centenero (H): 10.
Cervera de la Cañada (Z): 297. Chía (H): 248.
Cimballa (Z): 309.
Cortes de Aragón (T): 247. Cretas (T): 68.
Cubel (Z): 80.
Cuevas de Cañart (T): 201. Cutanda (T): 54.
Daroca (Z): 9/57/58/65/78/79/125/146/175/189/216/219/229/287/301/ 306.
Echo (H): 97/112/190.
Ejea de los Caballeros (Z): 27/46/98/156. El Burgo de Ebro (Z): 243.
El Frasno (Z): 133. El Grado (H): 204. Escatrón (Z): 264.
Escriche (T): 144.
Estercuel (T): 261.
Fabara (Z): 152.
Fayón (Z): 335.
Fraga (H): 63/64/311.
Frías de Albarracín (T): 193. Fuentes de Ebro (Z): 341.
Fuentes de Jiloca (Z): 174.
Gallur (Z): 42/226/227. Gistaín (H): 202.
Graus (H): 94/221/222/290/315.
Griegos (T): 188/220. Guadalaviar (T): 200.
Híjar (T): 157.
Huesca: 34/35/36/95/107/109/110/111/140/232/293/304.
Ibieca (H): 214.
Illueca (Z): 316.
Inogés (Z): 352.
Jaca (H): 18/19/21/108/239/320.
La Almunia (Z): 172/223. La Fresneda (T): 185.
La Iglesuela del Cid (T): 41. Labuerda (H): 241.
Lagueruela (T): 121. Lanaja (H): 55/263. Loarre (H): 1.
Lobera (Z): 277.
Luesia (Z): 238.
Luna (Z): 38.
Lupiñén (H): 295.
Maella (Z): 5/148/284. Magallón (Z): 166/321. Mallén (Z): 163.
Maluenda (Z): 56.
Mediano (H): 14.
Mequinenza (Z): 149.
Monreal del Campo (T): 197/230. Montalbán (T): 170/183.
Montearagón (H): 323.
Monzalbarba (Z): 305.
Monzón (H): 44/116/118/119/122.
Mora de Rubielos (T): 74/280. Morés (Z): 75.
Mosqueruela (T): 76/124. Munébrega (Z): 282/354. Murero (Z): 15.
Nonaspe (Z): 142.
Oliete (T): 85.
Ortilla (H): 295.
Oto (H): 342.
Pedrola (Z): 168.
Peñarroya de Tastavíns (T): 339. Peralta de Alcofea (H): 39.
Peralta de la Sal (H): 32/218. Piedra (Z): 145/182/281/317. Pina de Ebro (Z): 250.
Pueyo de Araguás (H): 22.
Rasal (H): 208/234.
Ricla (Z): 228.
Roda de Isábena (H): 272/273. Robres (H): 346.
Rueda de Jalón (Z): 43/59.
Sabiñán (Z): 237. Salinas de Hoz (H): 333.
Sallent de Gállego (H): 138. Samper de Salz (Z): 322.
San Juan de la Peña (H): 81/88/136/251/252/253/313/324/325. Sástago (Z): 147/260.
Seira (H): 16.
Sena (H): 236.
Siresa (H): 207/319. Sopeira (H): 139/327.
Sos del Rey Católico (Z): 126/184/248. Suelves (H): 84.
Tamarite (H): 210.
Tarazona (Z): 180/225/244/249. Tauste (Z): 334.
Teruel: 70/71/117/167/173/178/181/205/285/329/330. Tierga (Z): 62.
Torla (H): 77.
Torralba (Z): 20.
Torrecilla de Alcañiz (T): 296. Tosos (Z): 294.
Tramacastilla (T): 246. Trasmoz (Z): 195/328. Trasobares (Z): 4/255/257.
Valdealgorfa (T): 120/278. Velilla de Cinca (H): 340. Velilla de Ebro (Z): 314.
Veruela (Z): 211/258. Villanueva de Sigena (H) 259. Villarroya de la Sierra (Z) 310. Villel (T): 72.
Yebra de Basa (H): 239.
Zaragoza.
Zuera (Z): 274.
Aragón: 90/99/105/106. Castilla: 154.
Cataluña: 127.
Chipre: 130.
Aibar (NA): 89.
Amposta (T): 104.
Belem (Portugal): 350.
Burdeos: 129.
Calahorra (Rioja): 24.
Monterroso (Galicia): 103.
Montpellier (Francia): 115.
Nájera (Rioja): 91.
Palermo: 128.
Pamplona: 141.
Peñíscola: 355/356/357/358/359. Perpignan: 158.
Roma: 114.
San Miguel de Aralar: 96. Soria: 100/101/102.
Tafalla: 92.
Valencia: 131.
Sin lugar: 155/206/302/344.

3. ÍNDICE ANALÍTICO
Abad: Alaón: Benito Larrás, 327; Leire: García, 108; Montearagón: 169; Rueda: Gastón de Ayerbe, 147; Samper del Salz: Guillermo, 322; San Ponce de Tomeras: 110; San Juan de la Peña: Jimeno, 88; Paterno, 93; Sancho, 320; San Pedro de Tabernas: 90; Veruela: 169.
Abárzuza, 253.
ABDALA, alarife turolense, 205.
ABDELMELIC BEN RAZIN, señor de Albarracín, 196. ABDERRAHMAN, rey de Huesca, 36.
ABDELAZIZ, gobernador musulmán de Zaragoza, 81. ABDEL-MECH, rey de Zaragoza, 43.
ABDEMELIC, militar moro de Zaragoza, 81. ABDERRAHMAN AL-GAFEQUI, 343.
ABD-AL-RAHMAN [III] AL NASIR, califa de Córdoba, 12. ABEL EL MALEK, walí de Jaca, 18.
ABEN AIRE, walí de Zaragoza, 12.
ABEN AMED MUTAMIN, alcaide moro de Borja, 52. ABEN-GAMA, gobernador moro de Daroca, 57, 65. ABEN GANYA, rey de Valencia, 63, 64.
ABEN JAIR, 188. ABEN JAYE, 188.
ABEN JOT, creador de la jota, 347. ABENLUPO, juez moro de Jaca, 239. Abetito, monte, 88.
Abiego (H), 26, 332.
Abín Ferruz, almunia, 338.
ABU-AMER, santón moro de Daroca, 219. Abuán, 224.
ABUHASALEM, moro de Zaragoza, 198.
ABU MERUAN, señor moro de Albarracín, 192. ABU ZEYT, rey moro de Valencia, 78, 125.
ACISCLO, obispo, 239.
ACMET, moro, 21.
Acol, antecedente de Alcorisa, 69.
Acueducto: de Cella, 192. Acumuer (H), 82, 186, 254.
Adahuesca (H), 240, 332. Adakún (Vid. Alacón).
ADELFA, mora de Zaragoza, 198. África, 1, 18, 104, 161.
Agiria (Vid. Daroca).
AGNES, reina y esposa de Ramiro II, 107. Ágreda (Soria), 100.
Aguaviva (T), 309, 312.
Aguasvivas, río, 86.
ÁGUEDA, santa, 338.
Aguilaniu (H), 271.
Aguilar de Alfambra (T), 66. Aguilón (Z), 294.
AHMAR, moro de Daroca, 189. AHMED BEN IBRAIN, 58.
AHMED BEN ABD-AL-MALIK, rey de Rueda de Jalón, 59. AIMERICO DE NARBONA, 28.
AINES, mudéjar turiasonense, 249. Ainielle (H), 342.
Aínsa (H), 3, 17, 19, 23, 253, 291, 292, 303.
Aísa (H), 137.
AIXA, hija del rey de Albarracín, 193; mora de Aquilué, 233. Alacón (T), 196.
Alagón (Z), 50, 348.
ALAMAÑAC, compañero de san Jorge, 36. Alaón, monasterio, 327.
Alarcos, batalla, 63, 155.
Alarife: Abdalá, de Teruel, 205; Omar, de Teruel, 205. ALBA, esposa del rey Lobo, 231.
Albalate del Arzobispo (T), 318.
Albarracín (T), 45, 143, 145, 159, 167, 177, 188, 192, 193, 196, 197, 200, 220, 231,
246.
ALBAYACETO, judío de Zaragoza, 212. Albentosa (T), 123.
Albero Alto (H), 165. Alberuela de Laliena (H), 332. Albigenses: 303.
ALCADIR, rey moro de Valencia, 197.
Alcaide: 185, 192, 195, 316; Báguena: Miguel de Bernabé, 175, 176, 177, 178; Borja: Abén Amed Mutamín, 52; Cella, Garcí Núñez (224); Daroca: Pedro Gilbert, 175; Zoma (219); Gallur: 226; Graus: 221; Monreal: Mustafá, 230; Peralta de la Sal: 218; La Puebla de Castro: Alhor Ben Alí, 222; Villel: Setí Mahomat, 72.
Alcalá, despoblado cerca de Pina (Z), 250. Alcanadre, río, 55, 236, 259, 266, 271, 344.
Alcañiz (T), 12, 60, 285, 288, 296.
Alcolea de Cinca (H), 266. Alcoraz, batalla, 34, 36, 37, 52.
Alcorisa (T), 69, 165.
Alcubierre (H), 343.
ALDA, hija de Vicente Belbís, 78. ALDONZA DE ENTENZA, 183.
ALEJANDRA, dama zaragozana, 276. ALEJANDRO [V], papa, 359.
Alfajarín (Z), 169.
Alfambra (T), 67, 173.
Alfaquí: de Zaragoza, 235; Jahy ben Jaldún, 58. ALFONSO [I], falso, 113.
ALFONSO [I] EL BATALLADOR, rey de Aragón, 5, 6, 15, 34, 43, 46, 47, 48, 49, 50, 52,
53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 62, 63, 64, 68, 95, 97, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 104,
105, 106, 107, 108, 110, 111, 113, 138, 141, 142, 156, 198, 229, 243, 255, 257, 258,
259, 266, 271, 272, 273, 346.
ALFONSO [II], rey de Aragón, 66, 68, 70, 71, 74, 76, 113, 144, 155, 199, 259.
ALFONSO [III], rey de Aragón, 120. ALFONSO [IV], rey de Aragón, 130.
ALFONSO [V] EL MAGNANIMO, rey de Aragón, 131, 132, 160, 161, 173, 311, 314, 316,
324, 330, 334.
ALFONSO [VI], rey de Castilla, 101. ALFONSO [VII], rey de Castilla, 59, 63. ALFONSO [VIII], rey de Castilla, 155. ALFONSO DE BARBASTRO, 179.
Algás: castillo, 68; río, 68.
Alhambra, 134.
ALHOR, moro de Zaragoza, 191.
ALHOR BEN-ALI, alcaide de La Puebla de Castro, 222. ALI MALHALI, moro de Zaragoza, 191.
ALI MOHAL, moro, 197. ALICIA, 149.
Aljafería, palacio, 12, 39, 43, 93, 161, 198, 246, 324, 350. Aljama: judía de Barbastro, 289; judía de Zaragoza, 212. ALMANZOR, 154, 223.
Almazán, 100.
Almenar, 39.
Almería, 320.
Almériz, término de Huesca, 304.
Almogávares: 111.
Almohades: 155.
Almonacid de la Cuba (Z), 86. Almonacid de la Sierra (Z), 172. Almorávides: 45, 54, 56, 59.
AL-MOSTAIN, gobernador moro de Zaragoza, 35. AL-MOTAMID, rey de Sevilla, 320.
ALMUGDAVIR, rey moro de Zaragoza, 93. AL-MUZAFFAR, señor de Lérida, 30.
ALODIA, santa, 240.
ALONSO DE ARAGÓN, conde de Ribagorza, 153. ALONSO DE ARHUELLO, arzobispo de Zaragoza, 235. ALONSO DE RUBIELOS, señor de Rubielos de Mora, 73. Alpuente, taifa, 196.
Alquézar (H), 25, 26, 213, 240, 271.
ALSHAMA, moro de Zaragoza, 191. Altabás, arrabal de Zaragoza, 35. AL-TAMIN, jefe almorávide, 54.
ALVAR PÉREZ DE AZAGRA, señor de Daroca, 65. ALVAR SÁNCHEZ MUÑOZ, 173.
ALVARADO, peregrino darocense, 216. AMAD DOLA, rey moro de Zaragoza, 198. Amán, peña, 111.
Ambel (Z), 51.
Amezcóa, 253.
Amposta, 104.
ANA, santa, 353.
Andalucía, 59, 168, 320.
Andorra (T), 308, 309, 318.
Andorra la Vella, 308, 318.
ANDRÉS MARTÍNEZ DE GOMBALTE, 177.
Anento (H), 270.
ANFORTAS, hijo de Titurel, 325. Aniñón (Z), 307.
Antequera, 172.
Antioquía, 68; batalla, 36, 37.
ANTÓN GUILLEN, 90.
ANTÓN DE LUNA, 171, 172.
ANTONIO ARTAL, 162.
Añavieja, laguna, 244. Apriz, castillo de Jaca, 18. Aquilué (H), 233.
Aquitania, ducado, 239.
Ara, río, 17, 267, 291, 342.
Arabia, 2, 57.
Aragón, río, 19, 101, 252.
Aralar, monte, 96.
Arán, valle, 298.
Aranda, río, 337.
Arándiga (Z), 337. Arba de Biel, río, 38.
Arba de Luesia, río, 238.
Arco: del Cid, en Calanda, 40.
ARGENTINA, esposa del conde Garcí Fernández, 154. Arguedas, 209.
Armas: Aguja de salmar, 72; alabarda, 139; alfanje, 13; almajaneque, 63; arco, 70,
112, 185; armadura, 165; ballesta, 69, 70, 92; cortaplumas, 25; cuchillo, 72; escudo, 109; espada, 24, 109, 111, 139, 143, 144, 146, 165, 171; espada corta, 127;
flecha, 97, 112, 185; lanza, 18, 24, 70, 102, 172; máquina, 175, 178; mazas, 35,
140; puñal, 211, 276; saeta, 34, 95, 188; venablo, 103.
ARMENGOL, conde, 31.
ARMENTARIO, conde de Ribagorza, 16. ARNALDO, señor de Castro de Malavella, 182.
ARTAL, conde y señor de Mequinenza, 149; hijo de Blasco de Alagón, conde de Sástago, 263.
ARTAL DE ALAGÓN, señor de Gallur, 227.
ARTAL DE MUR Y PUYMORCA, barón de Aínsa, 303. ARTURO, rey, 325.
Arzobispo: Zaragoza: 169, 171, 308; Alonso de Arhuello, 235; García Fernández de Heredia, 172, 283; Lope Fernández de Luna, 310.
Asia, 113.
Atarés (H), 88, 251.
Atea (Z), 15.
Ateca (Z), 134.
ATO GARCÉS, señor de Barbastro y alférez real, 100. ATÓN, obispo de Pallars, 23.
Aurín, río, 254.
AVA, condesa de Ribagorza, 154. Avignon, 147, 331, 359.
Ayerbe (H), 150, 151, 194, 208.
Ayerbe de Broto (H), 342. Aytona, 163.
Azanuy (H), 338.
AZNAR, conde, 18, 19, 21, 82, 254.
AZNAR ATÓNEZ, 138.
AZUCENA, hija de la gitana Estrella, 162.
Babilonia: Baligante, emir de, 2. Badajoz, 42.
Báguena (T), 65, 175, 176, 177, 178.
Bailo (H), 324.
BALANDRÁN, santo, 256.
BALIGANTE, emir de Babilonia, 2. BANU HUD, familia, 59.
BANU JALAFEL, walí de Alquézar, 25.
Baños: árabes de Tarazona, 225. Barahona, 101.
BÁRBARA, santa, 294.
Barbastro (H), 23, 28, 29, 30, 31, 100, 164, 179, 245, 256, 271, 273, 274, 289, 291,
292, 326.
Barcelona, 122, 130, 146, 180, 257, 324, 351.
Barcos: chalanas, 2; galeras, 2.
Bardallur (Z), 59.
BARIO, Nuestra Señora de, 3.
Barón: de Escriche, 144; de Espés, 139; Artal de Mur y Puymorca, 303; Francisco de Ezpeleta, 216.
Barrancohondo, foz del Guadalaviar, 246.
Barrio: Alcañiz, Alcañiz Viejo, 60; Calanda, mozárabe, 61; Pina, morería o de la Parroquia, 250; Trasobares, mozárabe, 255; Zaragoza, mozárabe, 243; morería,
235; Altabás, 35.
BARTOLOMÉ, san, 294.
Basarán (H), 342.
BASCUEL DE CUTANDA, 179.
Bastarás (HB), 203.
Batalla: naval, 104; Aínsa, 17; Alarcos, 63, 155), Alcoraz, 34, 36, 37, 52; Antioquía,
36, 37; Chío, 301; Cutanda, 54, 56, 58; Épila, 146; Fraga, 55, 63, 68, 99, 100, 104,
110, 113; Graus, 94; Guadalete, 9; Jaca, 19; Maluenda, 56; Muret, 119; Navas de
Tolosa, 137, 155, 274; Piedratajada, 33; Zalaca, 63.
Batea, 68.
Bea (T), 121.
Bearn, 274, 320.
BEATRIZ, de Daroca, 65.
BEATRIZ DE LUNA, mujer de Blasco de Alagón, conde de Sástago, 263. Beceite (T), 68.
Belchite (Z), 12, 56, 86.
Belem (Portugal), 350.
BELLA, nodriza de la reina Constanza, 180. Belmonte (Z), 6.
Belsierre (H), 3.
BELTRÁN, escudero, 21, 145. BELTRÁN GASCON, de Trasobares, 4.
BEN AL-AFHIR, cronista, 105.
BEN ALHAG, moro de Zaragoza, 198. BEN AWARRE, 13.
BENCIO, obispo de Zaragoza, 8, 16, 93, 298.
Benabarre (H), 292.
Benasque (H), 52, 248, 265.
BENEDICTO, monje de San Juan de la Peña, 252, 253.
BENEDICTO [XIII], papa, 316, 331, 355, 356, 357, 358, 359.
BENITO LARRAS, abad de Alaón, 327. Berbegal (H), 23.
Berbería, 161.
Berdejo (Z), 53. Berdún, canal de, 23.
BERENGUER DE AZLOR, 183.
BERENGUER DE ENTENZA, señor de Ricla, 228, 301.
BERENGUER DE PERATALLADA, 129.
Bergua (H), 342.
BERNARDO, fray, 275; san —, fundador del Cister, 257;
BERNARDO DE CABRERA, 146.
BERNARDO DE RIBAGORZA, conde, 23; hijo del conde Ramón, 21, 23.
BERNAT AGUILÓ, estafador, 287.
Besináns (H), 279.
Beso, fuente de Tarazona, 180. Bestué (H), 3.
Betorz (H), 240.
Bielsa (H), 191.
Biescas (H), 242. Bigorra, conde de, 27. Bijuesca (Z), 53.
Binaced (H), 87.
Binéfar (H), 83.
Biscarrués (H), 33.
BLANCA, reina de Navarra y esposa de Juan II de Aragón, 160; infanta aragonesa, 159. BLANCA DE ANJOU, esposa de Jaime II de Aragón, 130.
BLANCA DE NAVARRA, reina y mujer de Juan II de Aragón, 163. BLAS, santo, 296.
BLASCO DE ALAGÓN, 129; conde de Sástago, 147, 263. BLASCO GARCÉS DE MARCILLA, caballero, 70.
BLASCO MAZA, señor de Gallur, 227. BLASCO PÉREZ, sacristán de Tarazona, 328. Blecua (H), 187.
Boca del Infierno, 97. Bohemia, ducado, 239.
Boltaña (H), 191, 241, 267.
Bono (H), 298.
Borau (H), 324.
BORIBONIO, duque de Bohemia o Aquitania, 239. Borja (Z), 7, 51, 52, 106, 107, 195, 232, 258, 321, 347.
Botaya (H), 81.
Botín: 18, 64, 86, 92, 104.
Brecha de Roldán, 111. BRIANDA DE LUNA, 169.
Bruja: Kundrie, 325; de Trasmoz, 328.
BUCAR, rey, 45.
BUCHAR, sobrenombre de Texufín ben Alí ben Yusuf, 104. Bueña (T), 177.
Buera (T), 25.
Bujaraloz (Z), 336.
Burbáguena (T), 125, 353.
Burdeos, 129.
BUVES DE COMARCIS, hijo de Aimerico de Narbona, 28.
Cacabiello, castillo, 10.
Cadeillán, 241.
Cadrete (Z), 262.
CAJAL, 108.
Calahorra, 24.
Calamocha (T), 125.
Calanda (T), 11, 40, 61.
Calasanz (H), 23.
Calatayud (Z), 12, 56, 62, 145, 146, 174, 175, 177, 178, 215, 286, 309, 347, 349, 352.
CALATRAVA, Orden, 68, 137.
Calcena (Z), 324.
CALILA, mora de Ricla, 228.
Calle: Alquézar: San Gregorio, 213; Bujaraloz: Baja, 336; Daroca: Gragera, 219; Ejea:
Mediavilla, 156; Ramón y Cajal, 156; Fayón: Arrabal, 335; Monzón: Traición, 44;
Mosqueruela: Ricoshombres, 124; Zaragoza: Buenaire, 12; Sepulcro, 169.
Camañas (T), 67.
Camarero real, Pedro Martínez de Bolea, 349.
Camarlengo real, de Fernando II, 133.
Campana de Huesca, 109, 110, 111.
Candespina, 102.
Canigó, monte, 127.
Cannes, 343.
Cañarda, sierra, 199.
Capella (H), 271, 299.
Carabantes, 53.
Carboneras, castillo, 87,
Carcasona, 343.
Cárcel: de Florencia, 357. Cariñena (Z), 146, 178, 316.
CARLOMAGNO, 2, 21, 23, 111, 189.
CARLOS, rey de los francos, 16; príncipe de Viana, 160, 162, 163.
CARLOS DE ANJOU, 128, 129.
CARLOS MARTEL, 343.
CARLOS [III] DE NÁPOLES, 130.
Cartuja: de Nuestra Señora de Fuentes, 263. Casasnovas, 87.
Caspe (Z), 37, 131, 171, 172, 280, 283, 285, 288.
Castejón de las Armas (Z), 134. Castejón de Valdejasa (Z), 209. Castellote (T), 199.
Castelnou (T), 270.
Castelserás (T), 296. Castiello de Jaca (H), 268.
Castilla, 24, 45, 64, 91, 92, 94, 98, 99, 100, 101, 102, 103, 105, 131, 133, 135, 140, 143,
146, 154, 171, 175, 177, 178, 209, 255, 273, 310, 349.
Castillo: Abuán, 224; Aguilar de Alfambra, 66; Alacón, 196; Alagón, 50; Albarracín,
143, 193; Albentosa, 123; Albero Alto, 165; Alcañiz, 60; Alcolea, 266; Alfajarín,
169; Algás, 68; Alquézar, 25; de Antón de Luna, 171; Apriz, en Jaca, 18; Ayerbe,
194; Báguena, 176, 177, 178; Barbastro, 28, 29; Batea, 68; Belmonte, 6; Bijuesca,
53; Borja, 7, 52; Cacabiello, 10; Calatayud, 56; Carboneras, 86; Castejón de las
Armas, 134; Castro de Malavella, 182; Panifico, en Cercito, 82; Peña, 126; Peñíscola, 316, 355, 356, 357, 358; Peralta de la Sal, 218; Pitilla, 126; Pomar, 116; Ricla, 225; Rueda de Jalón, 43; Sabiñán, 237; Santa María de Eruson, 82; Sástago, 147; Sora, 156; Sos, 184; Suelves, 84; Tamarite, 210; Tarazona, 180; Tierga, 62;
Trasmoz, 51, 126, 195, 328; Trasobares, 4; Valtierra, 209; Villel, 72.
Castro de Malavella, 182. CATALINA, endemoniada, 317.
Cataluña, 135, 171, 266.
Catarroja, 301.
Catedral: Albarracín, 143; Barbastro, 289, 290; Barcelona, 122; Jaca, 43; Valencia,
131, 307; San Salvador de Zaragoza, 132, 146, 172, 212, 235, 287, 316.
Caulor, 59.
Cazorla, tratado, 155.
Cea, río, 64.
Cella (T), 70, 192, 224, 330.
Centenero (H), 10. CÉNTULO DE BEARN, 320.
CÉNTULO DE BIGORRA, conde, 138.
Cercito (H), 82, 254.
Cerdeña, 353.
Cervera de la Cañada (T), 297.
CHAFAR AMAD BEN HUD, llamado Zafadola, 59. Chaves, cueva, 203.
Chía (H), 248.
Chinchín, puerta de Graus, 222. Chío (H), castillo, 301.
Chipre, 130.
Chistau (Vid. Gistaín).
Ciezmo, monte de Tarazona, 249. Cillas (H), 342.
Cimballa (Z), 309.
Cinca, río, 3, 14, 17, 22, 31, 55, 64, 116, 122, 139, 191, 204, 262, 266, 271, 291, 340.
Cinco Villas, 156.
Cinegia, puerta de Zaragoza, 8. CIRIACO, obispo de Zaragoza, 319. CÍSTER, orden, 257.
CLARA, muchacha de Tarazona, 180. Clarés, río, 20.
CLARIÓN DE VAUDUNE, 28.
CLEMENCIO, acólito de san Visorio, 241. CLEMENTE, papa, 331.
Cóculo, monte, 252.
Cofradía: Albentosa: Nuestra Señora de los Angeles, 123; Belchite, 86; Binaced, San Marcos, 87; Pedrola: Nuestra Señora de los Angeles, 168; Zaragoza: del Rosario, 275, 276.
Colegiata: Ejea: San Salvador, 156; Mora de Rubielos, 280. Colliure, 355, 356.
Comendador: Berenguer de Azlor, de Santiago, 183; de San Miguel de Foces, 213. Comminges, 274.
Compromiso de Caspe: 131, 171, 288.
Comunidad: Albarracín, 177; Calatayud, 177, 309; Daroca, 177, 307; Teruel, 124, 177.
Concilio: 16; Constanza, 359; Pisa, 359.
Conde: Armengol, 31; Artal, señor de Mequinenza, 149; Gómez de Candespina, 102; González Salvadórez, 43; Guillermo de Poitiers, 56; Lope de Luna, 146; Nuño Álvarez de Lara, 43; Ramón, 21; Waldo, hijo de don Rodrigo, 18; Alfambra: Rodrigo, 67; Aragón: Fortún Jiménez, 88, 239; García Aznar, 136; Atarés: 88; Barbastro: 245; Barcelona: Ramón Berenguer IV, 65, 257; Bigorra: 27; Céntulo, 138; Camañas: Rodrigo, 67; Castellano: Fernán González, 154; Garcí Fernández, 154; Sancho, 95; Castilla: García Ordóñez de Nájera, 35, 36; Gonzalvo, 36; Gutierre
Fernández, 59; Rodrigo Martínez, 59; Entenza: Fernando, 164; Jaca: Aznar, 18,
19, 21, 82, 254; Galindo, 21, 82, 254; Poitou: 106, 107; Provenza: Ramón, 119; Ribagorza: Alonso de Aragón, 153; Armentario, 16; Bernardo, 21; Ramón II, 154;
Sancho, 92; Sástago: 260, 263; Urgell: 262, 283; Jaime, 171, 172.
Condesa: de Urgell, 132; Ava, de Ribagorza, 154; Blanca de Navarra, de Ribagorza, 160; Garsenda de Ribagorza, 154; Hermenjart, 28; Maribel, hija de Fernando de Entenza, 164.
CONRADINO, sobrino de Manfredo de Sicilia, 128, 129. CONRADO DE LLANZA, 129.
Conserans, obispo de, 274. Constantinopla, 323, 351.
Constanza, 359.
CONSTANZA, reina de Aragón y mujer de Pedro III, 128, 180. Córdoba, 9, 12, 28, 29, 63, 154, 189.
CORNELIO, hermano de santa Orosia, 239.
Corporales: Aguaviva, 309, 312; Andorra, 308, 309; Aniñón, 307; Daroca, 146, 216,
301, 312; Fraga, 309, 311; Montearagón, 309; San Juan de la Peña, 313.
CORSOUT DE TABARIE, moro, 28.
Cortes de Aragón (T), 247.
Cortes: Aragón, 336; Borja, 106, 107; Monzón, 106, 107; Teruel, 330; Zaragoza, 169.
Cortillas (H), 342.
Cretas (T), 68.
CRISTINA, hija del Cid, 119.
Crucelos, 332.
Cuarte de Huerva (Z), 262. Cubel (Z), 80.
Cuenca, 58, 196.
Cueva: Biescas, 242; El Grado, 204; Rasal, 234; San Juan de la Peña, 251; San Vicente de Labuerda, 241; Yebra de Basa, 279; Chaves, en Bastarás, 203; Forato de la Mora, en Aquilué, 233; de la Mora, en Guadalaviar, 200.
Cuevas de Cañart (T), 201. Cutanda (T), 54, 56, 58, 125.
Dachera, puerto, 190.
Daroca (Z), 9, 56, 57, 58, 65, 78, 79, 125, 146, 175, 176, 177, 178, 189, 216, 219, 229,
287, 301, 306, 307, 312.
Daymús, despoblado, 340.
Despoblados: Alcalá, cerca de Pina, 250; Daymús, 340; El Castellar, 100, 102, 162, 209;
Lascasas de Sevil, 332; Niablas, 342; Novillas, 5; Saz, 15; Torrenublos, 41; Villa,
333.
DIEGO, escudero, 145.
Diócesis: Lérida, 262; Zaragoza, 298.
DIONÍS, rey de Portugal, 180, 350.
DOMINGA LÓPEZ, mujer de Vicente Belbís, 78. DOMINGO: santo, 275, 276, 277, 300, 302; beato, 279. DOMINGO DE LA FIGUERA, mercader, 129.
DOMINGUITO DE VAL, 212.
DONATO, abad de San Pedro de Tabernas, 16.
Ducado: Bohemia o Aquitania, Boribonio y Ludemila, 239; Híjar, 157; Villahermosa, Alonso de Aragón, 153.
Ebro, río, 2, 3, 4, 5, 9, 12, 13, 20, 24, 32, 33, 39, 42, 46, 47, 50, 54, 56, 81, 94, 95, 99,
102, 104, 132, 147, 156, 169, 172, 189, 190, 209, 212, 218, 227, 243, 255, 259, 260,
264, 269, 305, 314, 319, 341, 344, 348.
Echo (H), 97, 112, 190, 254.
EDUARDO, rey de Inglaterra, 129.
Ejea de los Caballeros (Z), 27, 46, 98, 156, 277. El Burgo de Ebro (Z), 243, 341.
El Castellar, hoy despoblado, 100, 102, 162, 209; monte de Mora de Rubielos, 74. El Frasno (Z), 133.
El Grado (H), 204. El Pilaret, 340.
ELENA, santa, 242.
ELISENDA DE MONCADA, mujer de Jaime II de Aragón, 130. ELOÍSA, hija del rey de Chipre, 130.
ELVIRA, 181; mujer de Alfonso de Barbastro, 179.
Endemoniada: Aínsa, 291; Piedra, 281; Soria, Catalina, 317.
Enfermedades: cólera, Villa, 333; dolor de genitales, Pedro I, 96; lepra, Fayón, 335; mal de amores, 343; migraña, 343; peste, Azanuy, 338; Bujaraloz, 336; Lascasas de Sevil,
332; Niablas, 342; Peñarroya de Tastavíns, 339; Vallibona, 339; Villa, 333; quebradura, 318; reumatismo, 343.
ENRIQUE [III] EL DOLIENTE, rey de Castilla, 161.
Épila (Z), 146.
Ermita: 47, 80, 85, 96, 116, 119, 122, 131, 166, 229, 242, 247, 257, 262, 263, 269, 275,
300, 304, 340.
Escalas, paso, 327.
Escartín (H), 342.
Escatrón (Z), 147, 264.
Esclavo: 71, 72; aragonés en Jerusalén, 352; Gracia, cristiana, 76; Teófilo, cristiano de
Zaragoza, 198.
Escó (Z), 126.
Escondilla, 72.
Escriche (T), 144.
Escudo: Aragón, 17, 22; Justicia de Aragón, 331; los Aysa, 137; los Isarre, 26; Alcorisa, 69; Caspe, 37; Jaca, 19; Maella, 148; Monzón, 44.
Escultor: peregrino, 266, 267; de Zaragoza, 300; de Jaime I, 122.
Esera, río, 22, 248, 290, 315.
Espada: de Jaime I, 118; de don Lope Juan, 108; «Durandel», de Roldán, 344; «Preclara», del conde Bernardo, 21; «Tizona», del Cid y Jaime I, 119; «San Martín», de Jaime I, 119; «Villardell», de Jaime I, 119, 120.
ESPARZA, 141.
ESPÉS, barón de, 139.
ESTEBAN, obispo de Huesca, 271, 272, 273, 299. ESTEFANÍA, reina de Pamplona, 94.
Estercuel (T), monasterio, 261. ESTHER, judía de Alquézar, 213. ESTRELLA, gitana, 162.
Europa, 325, 331. EUROSIA (Vid. OROSIA).
EVANCIO, monje pinatense, 320. Extremadura, 59.
Fabara (Z), 152.
FACUNDO, mártir, 64. Falsificador: de moneda, 328. Fantova (H), 279.
FÁTIMA, señora musulmana de Mora, 73. Fayón (Z), 68, 335.
FELIPA DE LA CASA, 292. FELIPE [III] DE ANJOU, 161. FÉLIX, santo, 252, 253, 313.
FERNANDO, infante, 146; hermano de Pedro II de Aragón, 126; conde de Entenza, 164.
FERNANDO [I], rey de Aragón, 131, 132, 171, 172, 283, 288, 355, 356, 358; rey de Castilla, 24, 91, 92.
FERNANDO [II], rey de Aragón, 133, 134, 135, 153, 209, 263, 314.
FERNÁN GONZÁLEZ, conde de Castilla, 154. FERRER DE LANZA, justicia de Aragón, 311. FERRIZ, 108.
FIRMINIANO, acólito de san Visorio, 241.
FLOR, amante de Arnaldo, señor de Castro de Malavella, 182. Florencia, 357.
FLORINDA, la Caba, 1.
Flumen, río, 111, 344.
Forato de la Mora, cueva de Aquilué, 233. FORTÚN, 139; Maza, 35; obispo de Jaca, 88. FORTÚN DE GARDE, 90.
FORTÚN JIMÉNEZ, conde de Aragón, 88, 239. FORTÚN DE LIZANA (Vid. Fortún de la Maza).
FORTUÑO FERNÁNDEZ DE HEREDIA, señor de Godojos, 353. FORTUÑO DE VIZCARRA, 13.
Foz: de Barrancohondo, en el río Guadalaviar, 246.
Fraga (H), 31, 55, 63, 64, 68, 99, 100, 104, 110, 113, 266, 309, 311, 340.
Francia, 1, 2, 28, 107, 128, 129, 154, 191, 239, 257, 268, 274, 298, 303, 331, 344, 349.
FRANCISCO DE EZPELETA, barón de Daroca, 216. FRANCISCO DE VILLANUEVA, juez de Teruel, 330.
Frías (T), 193.
Fuenclara, monasterio, 262.
Fuente: Barbastro, 30; Beso (Tarazona), 180; de la Bóveda (Sos), 184; Cella, 224;
Mentirosa (Frías), 193; Monzón, 118; Rasal, 208; Saso (Monzón), 119, 122; San
Juan (Tarazona), 244.
Fuentes de Ebro (Z), 12, 341. Fuentes de Jiloca (Z), 174.
Fuero: del Reino, 136; Pamplona, 141; Sobrarbe, 326; Teruel, 71, 178, 330.
Gaeta, 314.
Galias, 2, 103, 343.
GALIANO GALINAS, cristiano de Chía, 248.
GALINDO, conde, 21, 82, 254; hermano de García Aznárez, 138.
Gállego, río, 10, 194, 269, 274.
Gallipienzo, 126.
Gallocanta (Z), 58.
Gallur (Z), 42, 126, 226, 227.
GARCÍA, monje pinatense, 320; abad de Leire, 108; obispo de Zaragoza, 171. GARCÍA [III], rey de Pamplona, 91, 92, 93, 94, 108.
GARCÍA AZNAR, de Trasobares, 4.
GARCÍA AZNÁREZ, señor de Latrás, 138; señor del valle de Tena, 320. GARCÍ FERNÁNDEZ, conde castellano, 154.
GARCÍA FERNÁNDEZ DE HEREDIA, arzobispo de Zaragoza, 172, 283. GARCÍA ÍÑIGUEZ, rey de Pamplona, 89, 90; rey de Sobrarbe, 19. GARCÍA JIMÉNEZ, rey de Sobrarbe, 17, 253.
GARCI NÚÑEZ, señor de Cella, 224.
GARCÍA ORDÓÑEZ DE NÁJERA, conde de Castilla, 35, 36. GARCÍ PÉREZ, escudero, 145.
GARCÍA SÁNCHEZ [II], rey de Pamplona, 88.
GARSENDA, esposa del conde Ramón II de Ribagorza, 154. Gas, río, 19.
Gascuña, 27, 35.
GASTÓN DE AYERBE, abad del monasterio de Rueda, 147. GASTÓN DE ESPES, 27.
Gavarnié, 344.
Gelsa (Z), 250.
Génova, 331.
Germania, 2.
Gerona, 130.
Gibraltar, 1, 4, 7.
GIL, santo, 295; hermano de Pelegrín de Atrosillo, 165. GIL DE ATROSILLO, señor de Estercuel, 261.
GINÉS, santo, 295.
GINFAR AMAD, rey de Rueda de Jalón, 43. GIOMAIL BEN ZEYAN, moro de Valencia, 78. GISBERTA, esposa de Fortuño de Vizcarra, 13. Gistaín (H), 90, 191, 202.
GLAFAR, rey moro de Rueda de Jalón, 43. Godojos (Z), 353.
GÓMEZ DE CANDESPINA, conde, 102. GONZÁLEZ SALVADÓREZ, conde, 43.
GONZALO GARCÍA, mayordomo del infante Jaime, 329. GONZALVO, conde de Castilla, 36.
GRACIA, esclava cristiana, 76.
Gran maestre: Juan Fernández de Heredia, de la Orden de Malta, 354. Granada, 134, 168.
Graus (H), 94, 221, 222, 271, 290, 291, 292, 315.
GREGORIO, santo, 269; beato, 279; papa, 319.
GREGORIO [VII], papa, 319, 320. GREGORIO [XII], papa, 359.
Grial: 307, 324, 325.
Griegos (T), 188, 220.
Gruta del Gato, en Monreal, 197.
Guadalaviar, río, 72, 143, 159, 192, 200, 224, 246.
Guadalope, río, 296.
Guara, sierra, 111, 191.
Guarrinza, valle, 190.
Guaso (H), 19.
GUILEIN, hijo de Buvés de Comarcís, 28.
GUILLÉN DE MONTRODÓ, maestre del Temple, 119.
GUILLERMO, abad de Samper del Salz, 322; obispo de Pamplona, 48. GUILLERMO DE POITIERS, conde, 56.
GUIRART, hijo de Buvés de Comarcís, 28. Gurrea (H), 34.
GUTIERRE FERNÁNDEZ, conde, 59.
GUZMÁN, cristiano de Ricla, 228. GUZMÁN EL BUENO, 177.
HERMENJART, condesa, 28.
HERNANDO, conde del castillo de Abuán, 224. HERNANDO DÍEZ DE AUX, caballero de Daroca, 79. HERNANDO SÁNCHEZ, de Trasobares, 4.
Híjar (T), 12, 157.
Horca, cerro, en Villel, 72.
Horno: Villel, 72. Horta de San Juan, 68
Hospedería: Boltaña, 267; Castiello de Jaca, 268. Hospital: Boltaña, 267; Lascasas de Sevil, 332. HOSPITAL, Orden, 87.
Huecha, río, 347.
Huerva, río, 262, 305.
Huesca, 8, 30, 34, 35, 36, 37, 38, 39, 91, 93, 95, 104, 107, 109, 110, 140, 146, 165, 191,
208, 232, 233, 240, 271, 274, 293, 299, 304, 323.
HUGO DE LUSIGNAN, rey de Chipre, 130. HURTADO, renegado cristiano, 78.
IBÁÑEZ DOMINGO DE MORTÓN, juez de Teruel, 71.
Ibieca (H), 214.
Ibiza, 77.
IBN ABDALA, gobernador de Zaragoza, 189.
Iglesia: Alcolea: San Juan Bautista, 266; Andorra: Santa María Magdalena, 308; San Julián, 318; Ayerbe: San Pedro, 150; Burbáguena: parroquial, 353; Daroca: San Marcos, 301; Santa María la Mayor, 125; Ejea: Santa María, 156; Escatrón: San Javier, 264; Graus: San Miguel, 315; Loarre: mozárabe, 1; Montalbán: parroquial, 183; Munébrega: parroquial, 282; Teruel: San Martín, 205; San Salvador, 205; Santa María, 329; Zaragoza: San Gil, 212; San Miguel de los Navarros, 243, 341; Santa María la Mayor, 8, 12, 198, 269.
Illueca (Z), 316.
INDALECIO, san, 253, 313, 320.
Inglaterra, rey, 129.
INOCENCIO [III], papa, 114, 119.
Inogés (Z), 352.
ÍÑIGO, san, 215.
ÍÑIGO ARISTA, rey de Pamplona y Sobrarbe, 22, 90.
ÍÑIGO DE AXUAR, 108.
ÍÑIGO FORTUÑONES, 142.
ÍÑIGO ZAIDÍN, alférez y amigo de Jaime I, 77.
Inquisidor: Pedro de Arbués, 294.
ISABEL, doncella de Borja, convertida en Zaida, 52.
ISABEL LA CATÓLICA, reina, 133, 153.
ISABEL DE PORTUGAL, infanta aragonesa, mujer de Dionís de Portugal, 180, 350. ISABEL SEGURA, amante de Teruel, 167.
ISABEL DE URREA, 146.
Isábena, río, 21, 290, 315.
ISARRE, hermanos, 26.
Isuela, río (del Moncayo), 62, 257, 337; (del Pirineo), 344.
Italia, 161.
Jaca (H), 18, 19, 21, 23, 108, 138, 239, 251, 255, 313, 320, 324. JAHY BEN JALDUN, alfaquí, 58.
JAIME, conde de Urgell, 171, 172; hijo de Jaime II, 329; san, 41.
JAIME [I], rey de Aragón, 75, 76, 77, 78, 79, 86, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121, 122,
123, 124, 125, 126, 157, 158, 165, 301, 321, 322, 328.
JAIME [II], rey de Aragón, 130, 329. JAIME DE BOLEA, 183.
JAIME DÍEZ DE AUX, caballero de Daroca, 57. JAIME PÉREZ EL MENOR, juez de Teruel, 329. JAIME DE URGELL, 132.
Jalón, río, 43, 50, 56, 75, 134, 174, 215.
Jérica, 197, 301.
Jerusalén, 130, 352.
Jiloca, río, 58, 174, 175, 197, 215, 306.
JIMENA, esposa del Cid, 24.
JIMENO, abad de San Juan de la Peña, 88. JIMENO GARCÉS, 142.
JIMENO DE RADA, tenente, 126. JORGE, san, 34, 36, 37, 41, 52, 338. JOSÉ DE ARIMATEA, 324.
JUAN, san, 269; Fray, 78; herrero, 211; habitante de Escatrón, 264; rey de Navarra, 314; rey de Portugal, 314.
JUAN [II], rey de Aragón, 133, 153, 160, 162, 163, 186, 307.
JUAN ALBIR, habitante de Magallón, 166.
JUAN DE ARAGÓN, infante de Aragón, luego Juan II, 160. JUAN DE ATARÉS, eremita, 251, 252, 253.
JUAN BAUTISTA, san, 251, 252, 266.
JUAN FERNÁNDEZ DE HEREDIA, Gran maestre de la Orden de Malta, 354. JUAN LER, anacoreta, 260.
JUAN DE LUNA, sobrino de Benedicto XIII, 316; el Jaque, de Daroca, 9. JUAN MARTÍNEZ DE MARCILLA, 173; amante de Teruel, 167.
JUAN MIGUEL, pastor de Tena, 186. JUAN MORENO, caballero de Daroca, 79.
JUAN DE LA PIEDAD, habitante de El Frasno, 133. JUAN DE PRÓCIDA, caballero siciliano, 128.
JUAN RODRÍGUEZ DE SALAMANCA, compromisario, 171. JUAN XIMÉNEZ CERDÁN, justicia de Aragón.
JUANA, reina de Nápoles, 161.
JUANA ENRÍQUEZ, esposa de Juan II de Aragón, 133, 163.
Judíos: aragoneses, 284, 308; darocenses, 58; Barbastro, 31, 245, 289; Calatayud, 215;
Ibieca, 214; Lérida, 210; Munébrega, 282, Peñalba, 283; Tamarite, 210; Teruel,
285; Trasmoz, 211; Zaragoza, 132, 212, 217; Albayaceto, de Zaragoza, 212; Esther, de Alquézar, 213; Leví, de Alquézar, 213; Manasés, de Daroca, 216.
Juegos: ajedrez, 126; dados, 126; pelota, 150.
Juez: Alquézar, musulmán, 240; Bujaraloz, 336; Huesca, Zumail, 240; Jaca, Abenlupo, 239; Peñarroya de Tastavíns, 339; Teruel, 173, 178; Francisco de Villanueva, 330; Ibáñez Domingo Mortón, 71; Jaime Pérez el Menor, 329; Martín de Orihuela, 330.
Juglar, 179, 345.
JULIÁN, conde visigodo, 1. Juslibol (Z), 209, 269.
Justa: Burdeos, 129; Peralta, 39; Soria, 101.
Justicia: Ferrer de Lanza, de Aragón, 311, 326; Juan Ximénez Cerdán, de Aragón, 331.
JUSTINA, pastora de Tarazona, 244. KUNDRIE, bruja, 325.
La Almunia de Doña Godina (Z), 172, 223. La Codoñera (T), 296.
La Fresneda (T), 185. La Ginebrosa (T), 312.
La Iglesuela del Cid (T), 41. Labuerda (H), 241.
Lagueruela (T), 121.
Lanaja (H), 55, 263.
Langa (Z), 229.
Lagres (Francia), 343.
Las Arcas, puerto de montaña, 139. Las Facenas, 87.
Las Tiesas, 137.
Lascasas de Sevil, despoblado, 332. Laspuña (H), 3.
Lastra, monte, 145.
Latrás (H), 138.
LEANDRO, san, obispo de Sevilla, 319. Leciñena (Z), 166, 321.
Lecumberri (Navarra), 90.
Leire, monasterio, 108.
León, 64, 102, 179.
LEÓN ISAURIO, emperador de Constantinopla, 351.
LEONOR SESÉ DE URREA, 162.
Lérida, 63, 93, 99, 163, 210, 262, 266; Al-Muzaffar, señor de, 30. Lerins, isla de Francia, 343.
Levantamiento: campesino de Maella, 148.
LEVÍ, judío de Alquézar, 213.
LICER, san, 269, 274.
Lizana, 165.
LIZANA, noble, 111.
Lledó (T), 68.
Loarre (H), 1, 194.
Lobera de Onsella (Z), 277.
LOBO, en realidad Muhammad ben Mardanis, rey, 45, 231.
LOPE DE ALBERO, señor de Alcorisa, 165.
LOPE ARTAL DE AZLOR, noble, 162.
LOPE FERNÁNDEZ DE LUNA, arzobispo de Zaragoza, 310.
LOPE JUAN, espada de don, 108.
LOPE XIMÉNEZ DE URREA, 169.
LÓPEZ DE GURREA, hermanos, 34.
LOPE DE LUNA, el «caballero de la espuela», primer conde de Luna, 146. LORENZO, san, 324, 325.
LUDEMILA, duquesa de Bohemia o Aquitania, 239. Luesia (Z), 238.
LUIS CORNEL, 169.
LUIS DE FRANCIA, santo y rey de Francia, 28, 128. Luna (Z), 38.
Lupiñén (H), 295.
MACARIO, SAN, 318.
Maella (Z), 148, 284.
Maestrazgo, 40, 41.
Maestre: Guillén de Montrodó, del Temple, 119. Magallón (Z), 78, 166, 321.
Maladeta, Pico, 252, 298.
Malanquilla (Z), 53.
Maleján (Z), 347.
Mallén (Z), 5, 163.
Mallo, castillo, junto a Mosqueruela, 76. Mallorca, 77, 261.
Malta, isla y orden, 354. Maluenda (Z), 56, 174.
MANFREDO, trovador, 213; rey de Sicilia, 128, 129; paje de la reina Constanza, 180. Manises, 301.
MANRIQUE DE LARA, trovador, 162.
MARCELO, monje de San Juan de la Peña, 252, 253.
MARCOS, cofradía, 87.
Marcuello (H), 194.
MARÍA, joven de Alquézar, 25; cristiana de Daroca, 219; nombre cristiano de Zulima, 222; reina y esposa de Pedro II, 115; reina y esposa de Alfonso V, 161, 311.
MARÍA BAYOD, hija natural de Jaime I, 157.
MARÍA DE LUSIGNAN, hija del rey de Chipre y esposa de Jaime II, 130.
MARÍA PÉREZ, la Varona, 101.
MARIBEL, condesita, hija de Fernando de Entenza, 164.
MARIETA, Zaida de mora, 221.
Marqués: de Ayerbe, 150, 151; de Suelves, 84.
Martín, río, 85, 157.
Mártires: de Zaragoza, 198; Orosia, 239; San Pedro de Arbués, 314.
MARSILIO, walí de Zaragoza, 2, 20.
MARTÍN, santo, 254; hijo de Fortuño de Vizcarra, 13; obispo de Albarracín, 143. MARTÍN [I], rey de Aragón, 171, 172, 215, 280, 309, 324.
MARTÍN [V], papa, 359.
MARTÍN DE ALPARTIR, cronista, 316. MARTÍN DE AYSA, 137.
MARTÍN GONZÁLEZ, caballero aragonés, 24. MARTÍN MARTÍNEZ DE GOMBALTE, 177.
MARTÍN DE ORIHUELA, juez de Teruel, 330. MARTÍN PÉREZ, señor de Escondilla y de Villel, 72. MARTÍN PÉREZ DE LUNA, noble aragonés, 125.
MARTÍN PÉREZ DE VILLEL, señor de Ricla, 228. MARTÍN DE RAVANERA, 65.
MARTÍN VISAGRA, vecino de Daroca, 306.
MARTINA, pastora de Acumuer, 186; prometida de Hernando Díez de Aux, 79. MARTINA PÉREZ DE LOZANO, fundadora de la cofradía de San Marcos, en Binaced, 87. Mas de Ferrer (H), 292.
Mas de la Pudiola, 292. Matamoros, barranco, 20.
Matarraña, río, 68, 148.
MATEO MARTÍNEZ, mosén darocense, 301. MATILDE, prometida de Juan de Luna, 9.
Mayordomo: Gonzalo García, del infante Jaime, 239. Mediano (H), 14.
Medicinas: brebajes, 343; conjuros, 117; hierbas, 117; medicinas de san Caprasio, 343; músicas, 117; pócima, 67; quitamiedos de Robres, 346; sopas de ajo, 117.
MELEK, hijo del walí de Albarracín, 224.
MELILAH, princesa mora, 57.
MENCIA, mujer de Arnaldo, señor de Castro de Malavella, 182. Mequinenza (Z), 149.
Mercado: Bujaraloz, 336; Valencia, 71; Zaragoza, 172.
METODIO, santo, 239.
Mezquita: Daroca, 219.
Midi, 269.
MIGUEL, arcángel san, 48, 74, 310, 334.
MIGUEL DE BERNABÉ, alcaide de Báguena, 175, 176, 177, 178. MIGUEL IN EXCELSIS, santo, 96.
MIGUEL PÉREZ ZAPATA, señor de Cuarte, Cadrete y Purroy, 262. Milagro, 209.
Mirabayo, paradero, en Híjar, 157. Miralsot (H), 340.
MOHAMAD, moro turolense, 205.
MOHAMED ALTABILL, rey moro de Zaragoza, 191. Molina de Aragón, 58, 145, 196.
Molino: Albentosa (de Arriba), 123; Villel, 72. Momagastre, castillo, 32.
Mombrún, 87.
Monasterio: Alaón, 327; Fuenclara, 262; Leire, 108; Montearagón, 99, 169, 309, 323;
Montserrat, 351; Piedra, 145, 182, 281, 309, 317; Predicadores, de Zaragoza, 275;
Rueda, 147, 264; Samper del Salz, 322; San Juan de la Peña, 17, 19, 81, 88, 93,
104, 136, 251, 252, 253, 313, 320, 324, 325; San Martín de Cercito, 82, 254; San
Pedro de Siresa, 82, 97, 207, 254, 255, 257, 319, 324; San Pedro de Tabernas, 16,
90, 324; San Ponce de Tomeras, 107, 110; Santa Cruz, 90; Santa Fe, 262; Santa
María de Obarra, 21, 23, 139; Selvamayor, 27; Sigena, 155, 259; Trasobares, 255,
257; Trinitarios, de Daroca, 306; Veruela, 169, 211, 258.
Moncayo, 62, 195, 211, 244, 257, 258, 324.
Monedas: aragonesa, 328; mazmudinas, 126; morabetinos, 126, 209; morabetinos aiars, 126; morabetinos alfonsinos, 126; morabetinos lupinos, 126; siclos de plata, 88.
Monegros, 55, 155, 259, 263, 283.
Monreal del Campo (T), 65, 197, 230.
Montalbán (T), 170, 173, 183. Monte Mayor (antigua Luna), 38. Monte Perdido, pico, 77.
Montearagón, monasterio, 99, 169, 309, 323.
Monteros: reales, 97.
Monterroso, 103.
Monler, santuario, 260.
Monsalvat (Vid. San Juan de la Peña). Montpellier, 115, 301.
Monzalbarba (Z), 166, 305.
Monzón (H), 39, 44, 77, 83, 106, 107, 116, 118, 119, 122, 126.
Mora: 65; de Albarracín, 220; de la Basa, 202; Bastarás, 203; Borja, 232; Gallur, 226;
Guadalaviar, 200; Guarrinza, 190; Luesia, 238; Rasal, 208, 234; Sabiñán, 237; Sallaón, 204; Saravillo, 206; Sena, 236; Siresa, 207; Tarazona, 225; Aixa, de Albarracín, 193; Aixa, de Aquilué, 233; Calila, de Ricla, 228; Fátima, de Mora, 73; Serena Alma, de Gallur, 227; Zaida, de Cella, 192; Zoraida, de Teruel, 205.
Mora de Rubielos (T), 73, 74, 280.
Morata (Z), 174.
Morella, 100, 132, 163, 261.
Morería de: Pina, 250; Zaragoza, 47, 49, 235.
Morés (Z), 75.
Morilla de Ilche (H), 256. Mosqueruela (T), 76, 124.
Mozárabes: 13, 15, 20, 42, 60, 61, 137, 152; Cretas, 68; Daroca, 219; Huesca, 240; La
Almunia, 223; Loarre, 1; Peralta de la Sal, 218; Tamarite, 210; Tarazona, 244;
Trasobares, 255, 257; Zaragoza, 243, 305, 341; Pedro Cardona, valenciano, 78.
Mudéjares: 49, 194, 205, 208, 230; Borja, 232; Langa, 229; Pina, 250; Tamarite, 210;
Zaragoza, 235; Ainés, turiasonense, 249; alcaide de Graus, 221; Tocón, 229.
MUDIELOS, hermanos, 34. Muela, en Teruel, 70.
Muela de San Juan, 188, 200.
MUHAMMAD BEN MARDANIS, llamado rey Lobo, 231. MUHAMMAD BEN MAXIN, de Zaragoza, 12.
MULEY TAREC, gobernador moro de Valencia, 347. Munébrega (Z), 282, 354.
Muniesa (T), 247.
Muralla: Alagón, 50; Aguilar de Alfambra, 66; Albarracín, 193; Báguena, 175, 176;
Bijuesca, 53; Bueña, 177; Calatayud, 215; Constantinopla, 351; Daroca, 58, 146,
175, 189; Ejea, 156; Fraga, 63; Fuentes de Jiloca, 174; Huesca, 34, 95, 140; Lizana, 165; Mora de Rubielos, 74; Muela de San Juan, 188; Pomar, 116; Teruel, 178;
Valencia, 79; Zaragoza, 47, 48, 56, 172, 300, 305.
Murcia, 59, 63, 64, 231.
Murero (Z), 15.
Muret, batalla, 119.
MURID OMED, moro de Daroca, 57.
Música: flauta, 67; tamboril, 161; trompeta, 161. MUSTAFA, alcaide moro de Monreal, 230.
MUZA, 8, 10, 18, 189.
Nájera, corte de, 91.
Nápoles, 130, 160, 161, 314, 349.
Narbona, 343; obispo de, 79; Aimerico de, 28.
Navarra, 19, 51, 90, 126, 163, 177, 186, 314.
Navas de Tolosa, batalla, 137, 155, 274.
Niablas, despoblado, 342.
Nimes (Francia), 343. Noguera Ribagorzana, río, 21. Nonaspe (Z), 68, 142.
Novillas (Z), 5.
Nuestra Señora: Alegría: Barcelona, 122; Monzón, 122; Aliaga: Muniesa, 247; Ángeles:
Albentosa, 123; Cubel, 80; Pedrola, 168; Zaragoza, 351; Antigua: Monzalbarba,
305; Bario: Bestué, 3; Blanca: Piedra, 317; Cantal: Oliete, 85; Capítulo: Trasobares,
255, 257; Castillo: Alagón, 50; Aniñón, 307; Belmonte, 6; Bijuesca, 53; Cerro: Castejón de las Armas, 134; Cigüela: Torralba, 20; Encontrada: Chía, 248; Fuente: Peñarroya de Tastavíns, 339; Fuentes: Lanaja, 263; Guía del Guerrero: Cubel, 80; Huerta: Arándiga, 337; Huesca, 304; Magallón, 166, 321; Humillada: Calanda, 61; Jerusalén: Inogés, 352; Linares: Benabarre, 292; Magallón: Leciñena, 166; Mar: Munébrega, 354; Mártires: Atea, 15; Mayor: Zaragoza, 8, 12, 166, 198, 269; Milagro: Zaragoza, 300; Miramonte: Biscarrués, 33; Monler: Sástago, 260; Mora: Peralta de la Sal, 32; 218; Nieves: Bujaraloz, 336; Oliva: Ejea, 46; Olivar: Estercuel, 261;
Zaragoza, 275, 300; Palacios: La Almunia, 223; Peña: Aguilar de Alfambra, 66; Pilar: Zaragoza, 61, 135, 153, 160; Portillo: Zaragoza, 47, 166; Pueyo: Barbastro, 256;
Ríos: Rasal, 208; Rosario: Zaragoza, 276; Sagrada: Monzalbarba, 166, 305; Salas:
Huesca, 232, 304; Silla: Lagueruela, 121; Tocón: Langa, 229; Veruela: Veruela, 258;
Victoria: Jaca, 19; Villarroya: Villarroya, 310; Zaragoza la Vieja: El Burgo, 243, 341.
NUNILO, santa, 240.
NUÑO ÁLVAREZ DE LARA, conde, 43.
OBAIDALA, señor moro de Alacón, 196.
Obispo: Acisclo, 239; Albarracín: Martín, 143; Barbastro: Ramón, 271, 272, 273, 299;
Conserans: Licer, 274; Huesca: Esteban, 271, 272, 273, 299; Jaca: Fortún, 88; Narbona, 79; Pallars: Atón, 23; Pamplona: Guillermo, 48; Ribagorza: 16; Sevilla: san
Leandro, 319; Zaragoza: 93, 125; Bencio, 8, 16, 93, 298; Ciriaco, 319; García, 171;
Paterno, 93.
Oliete (T), 85.
Olite (Navarra), 160.
Olsón, sierra, 13.
OMAR, alarife turolense, 205. OMAR BEN AHMED, jerife, 58.
Onda, 39.
Ontiñena (H), 344.
Orden: Órdenes Militares, 152, 199; Banda, 160; Calatrava, 68, 137; Císter, 257, 258,
281, 322; Dominicos, 309; Franciscanos, 98, 309, 351; Hospital o San Juan, 68,
87, 155, 213, 259; Jarra, 161; Malta, 354; Montesa, 359; Predicadores, 275, 279,
287, 293, 300; 315; San Agustín, 310; Santiago, 183; Temple, 65, 77, 118, 119,
122, 227, 259; Trinitarios, 306.
ORDERIC VITAL, cronista, 104. Ordesa, valle, 344.
Oroel, monte, 19.
OROSIA o EUROSIA, santa, hija de los reyes de Bohemia o Aquitania, 239. Ortilla (H), 295.
Otal (H), 342.
Oto (H), 342.
OTO DE POITIERS, emir, 21.
Oza, selva, 112.
PALACÍN, señor de Gallur, 227.
Palacio: Real de: Nájera, 91; Pamplona, 89; Zaragoza, 348; Albarracín, 193, 196; Daroca, 219; Lanaja, 55; Olite, 160; árabe de Zaragoza, 198; la Aljafería, 12, 43, 93,
161, 246, 324, 350; la Alhambra, 134; la Zuda, 12; de Almanzor, en La Almunia, 223; de doña Urraca, en Soria, 100, 102; de Urriés, de los marqueses de Ayerbe, 150, 151; duque de Híjar, 157; conde de Ribagorza, en Zaragoza, 153; de Jaime I, en Mosqueruela, 124.
Palermo, 128.
Pallars, Atón, obispo de, 23. Palomera, sierra, 67.
Pamplona, 19, 89, 90, 92, 94, 95, 108, 141.
Panifico, castillo de Cercito, 82.
Panillo, sierra, 22.
Pano, sierra, 22, 81, 251.
PANTALEÓN, santo, 269.
Papa: Alejandro V, 359; Benedicto XIII, 316, 331, 355, 356, 357, 358, 359; Clemente,
331; san Gregorio VII, 319, 320; Gregorio XII, 359; Inocencio III, 114, 119; Martín V, 359; san Sixto, 324. Paracuellos de Jiloca (Z), 174.
Paradero o parque: de Mirabayo, en Híjar, 157. París, 23, 28, 257.
Parroquia, barrio de Pina, antigua morería, 250. PARSIFAL, 325.
Pastor: 33, 302; de El Burgo, 243; Fuentes de Ebro, 341; Lobera, 277; Luesia, 238; la
Maladeta, 298; Sigena, 259, Yebra de Basa, 239; san Balandrán, 256; san Visorio,
241; Justina, de Zaragoza, 244; Pedro Novés, 261.
PATERNO, abad de San Juan de la Peña y obispo de Zaragoza, 93.
Patrón: San Bartolomé (Tosos), 294; san Blas (Torrecilla de Alcañiz), 296; san Caprasio (Alcubierre), 343; san Gil (Ortilla), 295; san Ginés (Lupiñén), 295; san Macario (Andorra), 318; san Pedro Arbués (Aguilón), 294; san Sebastián (Fayón), 335; san Vicente Ferrer (Graus), 290.
Patrona: Santa Bárbara (Tosos), 294; santa Pelagia (Cretas), 68; santa Tecla (Cervera de la Cañada), 297.
PEDRO, santo, 289, 319; abad de San Pedro de Tabernas, 90; fray, 78; señor de Mediano, 14; habitante de Zaragoza, 275; doncel, hijo de Ato Garcés, 100; infante de Aragón, luego Pedro I, 320.
PEDRO [I], rey de Aragón, 34, 35, 36, 37, 39, 44, 95, 96, 106, 140, 273; rey de Castilla, 174, 175, 176, 177, 178.
PEDRO [II], rey de Aragón, 114, 115, 118, 119, 122, 126, 155, 274, 303.
PEDRO [III], rey de Aragón, 120, 127, 128, 129, 180, 349, 350.
PEDRO [IV], rey de Aragón, 146, 169, 174, 177, 178, 336, 347.
PEDRO AHONES, noble aragonés, 125. PEDRO ALFONSO, 345.
PEDRO ARBUÉS, santo e inquisidor, 294, 314. PEDRO ATARÉS, señor de Borja, 106, 108, 258.
PEDRO DE AZAGRA, señor de Albarracín, 231. PEDRO DE BIOTA, 142.
PEDRO CARDONA, mozárabe de Valencia, 78.
PEDRO FERNÁNDEZ DE AZAGRA, 167; señor de Albarracín, 145. PEDRO GIL, escudero del Cid, 246.
PEDRO GILBERT, alcaide de Daroca, 175. PEDRO GONZÁLEZ DE LARA, 102.
PEDRO MARTÍNEZ DE BOLEA, camarero real, 349. PEDRO MARTÍNEZ DE LUNA (Vid. Benedicto XIII). PEDRO NOVES, pastor, 261.
PEDRO RUIZ DE AZAGRA, señor de Albarracín, 45, 143. PEDRO SEGURA, 167.
PEDRO DE SESÉ, 90. PEDRO TIZÓN, 106.
PEDRO DE URREA, noble aragonés, 172. Pedrola (Z), 168.
PELAGIA, santa, patrona de Cretas, 68. PELEGRÍN DE ATROCILLO, noble, 165.
Peña, castillo, 126.
Peña del Morrón, en La Iglesuela del Cid, 41. Peñacil (o Peña del Cid), en Montalbán, 170, 183. Peñalba (H), 283.
Peñalén (Navarra), 141. Peñarroya de Tastavíns (T), 339.
Peñíscola, castillo, 316, 355, 356, 357, 358, 359. Peralta de Alcofea (H), 39.
Peralta de la Sal (H), 32, 218. Perarrúa (H), 279, 299.
Peregrino: De Alcolea, 266; Boltaña, 267; Castiello de Jaca, 268; Monzón, 118; conde francés, 154; Alvarado, de Daroca, 216; Blasco de Alagón, 147; García Aznárez, 320; san Gregorio, san Juan, san Licer y san Pantaleón, 269; san Marcial, 265.
PEREGRINO DE CASTILLAZUELO, 106.
Perpignan, 158, 331, 343, 356.
PETRONILA, reina de Aragón, 107, 113, 257.
Piedra, monasterio, 145, 182, 281, 309, 317; río, 145. Piedra del Moro, 32.
Piedratajada, batalla, 33.
Pina (Z), 250.
Pirineos, 190, 207, 239, 241, 253, 269, 270, 274, 298, 324, 325, 326, 343, 346.
Pisa (Italia), 359.
Pitilla (Navarra), 126.
Plagas: De la langosta en: Arándiga, 337; Fuentes de Ebro, 341; Tauste, 334. Plan (H), 202.
Plaza: De Aínsa, 291; Alta, de Ayerbe, 150; Mercado, de Calatayud, 286; Mercado, de Teruel, 329.
Poitou, conde de, 106, 107. Pomar de Cinca (H), 116. Portalé, puerto de montaña, 138.
Portento: 301, 302, 307, 308, 309, 310, 311, 312, 313, 314, 315.
Portugal, 180, 314.
Posada: Mora de Rubielos, 280; cerca de Sariñena, 263. Pota del Caballo, 40.
PRADO, noble gallego, 103.
Presa hidráulica: Almonacid de la Cuba, 86. PRIMITIVO, mártir, 64.
Provenza, 119.
Puebla de Fantova (H), 279.
Puente: Calanda, del Cid, 40; Mediano, 14; Teruel: san Francisco, 181; doña Elvira, 181. Puerta: Barcelona: San Ibo, en la catedral, 122; Calanda, de Valencia, 61; Calatayud, de Zaragoza, 286; Graus, de Chinchín, 222; Teruel, de la Traición, 178; de Zaragoza, 178; Zaragoza, Cinegia, 8; Oriente, 8; Quemada, 305; Valencia, 48.
Puerto de mar: Barbastro, 28; Ragusa, 351.
Puerto de montaña: Dachera, en Guarrinza, 190; Tena, 186. Puértolas (H), 3.
Puebla de Castro (H), 222. Pueyo, santuario, 256.
Pueyo de Araguás (H), 22. Punta la Mora, en Luesia, 238.
Purroy (Z), 262.
Puyarruego (H), 3.
Queiles, río, 180.
QUELO, habitante de Fayón, 335. Quemada, puerta de Zaragoza, 305. Quicena (H), 323.
QUITERIA, santa, 119, 122.
Ragusa, puerto, 351.
RAMIRO, infante pamplonés, 141; habitante de Mosqueruela, 76. RAMIRO [I], rey de Aragón, 24, 91, 92, 93, 94, 105, 221.
RAMIRO [II], rey de Aragón, 106, 107, 108, 109, 110, 111, 112, 257.
RAMIRO GARCÉS, infante de Pamplona, 43.
RAMIRO SÁNCHEZ, señor de Monzón, 119.
RAMÓN, conde, 21; infante pamplonés, 141; conde de Provenza y primo de Jaime I, 119.
RAMÓN [II], conde de Ribagorza, 154.
RAMÓN BERENGUER [IV], conde de Barcelona, 65, 257.
RAMÓN GUILLERMO o SAN RAMÓN, santo, obispo de Barbastro, 271, 272, 273, 299.
Rasal (H), 208, 234.
Reina: Agnes, esposa de Ramiro II de Aragón, 107; Alba, mujer del Rey Lobo, 231; Blanca de Navarra, mujer de Juan II, 163; Constanza, mujer de Pedro III, 128, 180; Elisenda de Moncada, mujer de Jaime II, 130; Estefanía, de Pamplona, 94; Isabel de Aragón, reina de Portugal, 180, 250; Isabel la Católica, 133, 153; Juana Enríquez, mujer de Juan II, 133, 163; María, esposa de Pedro II, 115; María, mujer de Alfonso V, 161, 311; María de Lusignan, mujer de Jaime II, 130; Petronila, de Aragón, 107, 113, 257; Sancha de Castilla, mujer de Alfonso II, 155, 259; Urraca, de Castilla, 98, 99, 100, 102, 103, 105, 156.
Reino: De Albarracín, 200; Granada, 134; Monzón, 116; Pomar, 116. Redonda, monte de la, 261.
Relicario: Alfonso I, 64; Jaime I, 321; Montearagón, 323; Samper de Salz, 322; San Juan de la Peña, 324, 325.
Reliquia: 16, 64, 319, 320, 321, 322, 323, 324, 325.
Rey: Albarracín, 246; Almería, 320; Francia, 331, 349; Nápoles, 349; Sarakosta, 246; Sevilla, 320; Sobrarbe, 82; Abderrahmán, de Huesca, 36; Abdel-Mech, de Zaragoza, 43; Abu Zeyt, de Valencia, 78, 125; Ahmed ben Abd al Malik, de Rueda de Jalón, 59; Alcadir, de Valencia, 197; Alfonso [I], de Aragón, 5, 6, 15, 34, 43, 46,
47, 48, 49, 50, 52, 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59, 60, 62, 63, 64, 68, 95, 97, 98, 99, 100,
101, 102, 103, 104, 105, 106, 107, 108, 110, 111, 113, 138, 141, 142, 156, 198, 229,
243, 255, 257, 258, 259, 266, 271, 272, 273, 346; Alfonso [II], de Aragón, 66, 68,
70, 71, 74, 76, 113, 144, 155, 199, 259; Alfonso [III], de Aragón, 120; Alfonso [IV],
de Aragón, 130; Alfonso [V], de Aragón, 131, 132, 160, 161, 173, 311, 314, 316,
324, 330, 334; Alfonso [VI], de Castilla, 101; Alfonso [VII], de Castilla, 59, 63; Alfonso [VIII], de Castilla, 155; Al-Motamid, de Sevilla, 320; Almugdavir, de Zaragoza, 93; Amad Dola, de Zaragoza, 198; Arturo, de Inglaterra, 325; Bucar, 45; Carlos [II], de Nápoles, 130; Dionís, de Portugal, 180, 350; Eduardo, de Inglaterra, 129; Enrique [III], de Castilla, 161; Fernando [I], de Aragón, 131, 132, 171,172, 283, 288, 355, 356, 358; Fernando [I], de Castilla, 24, 91, 92; Fernando [II],
de Aragón, 133,134, 135, 153, 209, 263, 314; García [III], de Navarra, 91, 92, 93, 94, 108; García Íñiguez, de Pamplona y Sobrarbe, 19, 89, 90; García Jiménez, de Sobrarbe, 17, 253; García Sánchez [II], de Pamplona, 88; Ginfar Amad, de Rueda de Jalón, 43; Glafar, de Rueda de Jalón, 43; Hugo de Lusignan, de Chipre, 130; Íñigo Arista, de Pamplona y Sobrarbe, 22, 90; Jaime [I], de Aragón, 75, 76,77, 78, 79, 86, 115, 116, 117, 118, 119, 120, 121, 122, 123, 124, 125, 157, 158, 165,
301, 321, 322, 328; Jaime [II], de Aragón, 130, 329; Juan, de Navarra, 314; Juan,
de Portugal, 314; Juan [II], de Aragón, 133, 153, 160, 162, 163, 186, 307; Lobo, de Murcia y Valencia, 45, 231; san Luis, de Francia, 28, 128; Manfredo, de Sicilia, 128, 129; Martín [I], de Aragón, 171, 172, 215, 280, 309, 324; Mohamed Al-tabill, de Sarakosta, 191; Pedro [I], de Aragón, 34, 35, 36, 37, 39, 44, 95, 96, 106,
140, 273; Pedro [I], de Castilla, 174, 175, 176, 177, 178; Pedro [II], de Aragón,
114, 115, 118, 119, 122, 126, 155, 274, 303; Pedro [III], de Aragón, 120, 127, 128,
129, 180, 349, 350; Pedro [IV], de Aragón, 146, 169, 174, 177, 178, 336, 347; Ramiro [I], de Aragón, 24, 91, 92, 93, 94, 105, 221; Ramiro [II], de Aragón, 106,
107, 108, 109, 110, 111, 112, 257; Sancho [II], de Castilla, 94; Sancho [III] el Mayor, de Pamplona, 91; Sancho [IV], de Pamplona, 141; Sancho [IV], de Castilla, 349; Sancho [VII], de Navarra, 126, 155; Sancho Garcés, de Pamplona y Sobrarbe, 22, 89, 90, 136, 319; Sancho Ramírez, de Aragón, 26, 27, 30, 33, 34, 38, 44,
94, 95, 138, 140, 141, 255, 257, 320.
Ribagorza, 13, 16, 21, 23, 32, 92, 93, 153, 160, 298, 299.
Ribota, río, 20.
Ricla (Z), 78, 223, 228.
Riguala (H), 13.
Ríos: Aguasvivas, 86; Alcanadre, 55, 236, 259, 266, 271, 344; Algás, 68; Ara, 17, 267,
291, 342; Aragón, 19, 101, 252; Aranda, 337; Arba de Biel, 38; Arba de Luesia,
238; Aurín, 254; Cea, 64; Cinca, 3, 14, 17, 22, 31, 55, 64, 116, 122, 139, 191, 204,
262, 266, 271, 291, 340; Clarés, 20; Ebro, 2, 3, 4, 5, 9, 12, 13, 20, 24, 32, 33, 39,
42, 46, 47, 50, 54, 56, 81, 94, 95, 99, 102, 104, 132, 147, 156, 169, 172, 189, 190,
209, 212, 218, 227, 243, 255, 259, 260, 264, 266, 269, 305, 314, 319, 341, 344, 348;
Ésera, 22, 248, 290, 315; Flumen, 111, 344; Gállego, 10, 194, 269, 274; Gas, 19;
Guadalaviar, 72, 143, 159, 192, 200, 224, 246; Guadalete, 9; Guadalope, 296;
Huecha, 347; Huerva, 262, 305; Isábena, 21, 290, 315; Isuela (Moncayo), 62,
257, 337; Isuela (Pirineo), 344; Jalón, 43, 50, 56, 75, 134, 174, 215; Jiloca, 58, 174,
175, 197, 215, 306; Martín, 85, 157; Matarraña, 68, 148; Noguera Ribagorzana,
21; Piedra, 145; Queiles, 180; Ribota, 20; Segre, 344; Selcós, 244; Sosa, 122; Sotón, 295; Tajo, 9; Turia, 117, 178, 181, 270; Vero, 29, 30, 163, 290, 299.
Rivas (Z), 347.
Robres (H), 346.
Roda de Isábena (H), 13, 272, 273, 299. RODRIGO, rey visigodo, 1; conde de Camañas, 67.
RODRIGO DÍAZ DE VIVAR (EL CID), 24, 39, 40, 41, 45, 94, 101, 119, 192, 196, 197, 210,
220, 224, 246.
RODRIGO DE LIZANA, noble aragonés, 165. RODRIGO MARTÍNEZ, conde, 59.
RODERICO DE MUR, caballero grausino, 222. ROLDÁN, 2, 344; descendiente de Roldán, 111.
Roma, 96, 114, 147, 271, 319, 320, 324, 325, 358, 359.
Romería: Santa Quiteria, 340. ROQUE, santo, 278, 338.
Rosario: 275, 276, 302.
Rosellón, 174.
Royuela (T), 143. Rubielos de Mora (T), 73.
Rueda, monasterio, 147, 264.
Rueda de Jalón (Z), 43, 59.
Sabiñán (Z), 237.
Sabiñánigo (H), 138.
Sagunto, 65.
Sahla, 196.
Salerno, 96.
Salinas de Hoz (H), 334. Sallaón, collado, 204.
Sallent de Gállego (H), 138. Samper del Salz (Z), 322.
San Beltrán de Comminges, 265. San Clemente, peña, 279.
San Francisco, puente de Teruel, 181. San Juan, sierra, 19.
SAN JUAN, Orden, 68, 155.
San Juan de Mozarrifar (Z), 269.
San Juan de la Peña (H), 17, 19, 81, 88, 93, 104, 136, 251, 252, 253, 313, 320, 324,
325.
San Lázaro, próximo a Teruel, 71.
San Martín de Cercito, monasterio, 82, 254. San Miguel, peña, 111.
San Miguel de Aralar, santuario, 96.
San Pedro de Siresa, monasterio, 82, 97, 207, 254, 255, 257, 319, 324.
San Pedro de Tabernas, monasterio, 16, 90, 324. San Pedro de Torrecilla, 94.
San Ponce de Tomeras, monasterio, 107, 110. San Salvador, ermita, 116.
San Vicente, ermita de Monzón, 119. San Vicente de Labuerda, 241.
SANCHA, reina de Aragón y mujer de Alfonso II, 155, 259; Ava, condesa de Ribagorza, 154.
SANCHA LÓPEZ, mujer de Pelegrín de Atrocillo, 165. SANCHA MARTÍNEZ DE MARCILLA, 173.
SANCHO, infante de Pamplona, 43; hijo de Sancho [III] el Mayor y conde de Ribagorza, 92; conde castellano, 95; infante, hijo ilegítimo del rey García de Pamplona, 94; hijo de Garcí Fernández, 154; abad de San Juan de la Peña, 320.
SANCHO [II] GARCÉS (ABARCA), rey de Pamplona, 22, 89, 90, 136, 319; rey de Sobrarbe, 22.
SANCHO [II], rey de Castilla, 94.
SANCHO [III] EL MAYOR, rey de Pamplona, 91. SANCHO [IV] DE PEÑALÉN, rey de Pamplona, 141. SANCHO [IV], rey de Castilla, 349.
SANCHO [VII] EL FUERTE, rey de Navarra, 126, 155. SANCHO FERNÁNDEZ DE HEREDIA, 353.
SANCHO FRAGO, habitante de Magallón, 166.
SANCHO RAMÍREZ, rey de Aragón, 26, 27, 30, 33, 34, 38, 44, 94, 95, 138, 140, 141, 255,
257, 320.
SANCHO DE RAVANERA, de Daroca, 65. SANCHO SÁNCHEZ MUÑOZ, caballero, 70.
Sangüesa (Navarra), 186. Santa Isabel, sierra, 10. Santa Cruz, monasterio, 90.
Santa Cruz de la Serós (H), 81. Santa María de las Cellas, 119. Santa María de Eruson, 82.
Santa María la Mayor, iglesia de Zaragoza, 93. Santa María de Obarra, monasterio, 21, 23, 139. Santa Quiteria, ermita de Monzón, 119.
Santas: Águeda, 338; Alodia, 240; Ana, 353; Bárbara, 294; Elena, 242; María Magdalena, 308; Nunilo, 240; Orosia, 239; Pelagia, 68; Quiteria, 119, 122, 340; Tecla,
297.
Santiago, 154, 265, 266, 268.
SANTIAGO, apóstol, 41, 269; Orden, 183. Santísimo, acampo de Zaragoza, 269.
Santo Domingo, sierra, 277.
Santos: Agustín, 311; Balandrán, 256; Bartolomé, 294; Bernardo, 257; Blas, 296; Caprasio, 343; Domingo, 275, 276, 277, 300, 302; Dominguito de Val, 212; Félix,
252, 253, 313; Francisco, 351; Geraldo, 27; Gil, 295; Ginés, 295; Gregorio, 269,
319; Indalecio, 253, 313, 320; Íñigo, 215; Jaime, 41; Jorge, 34, 36, 37, 41, 52, 338;
Juan, 269; Juan Bautista, 251, 252, 266; Julián, 318; Leandro, 319; Licer, 269,
274; Lorenzo, 324, 325; Macario, 318; Marcial, 265; Marcos, 87, 301; Martín, 254;
Metodio, 239; Miguel, 48, 310, 315, 334, 341; Miguel Arcángel, 74; Miguel in Excelsis, 96; Nicolás de Bari, 314; Pablo, 289; Pantaleón, 269; Pedro, 289, 319, 324,
331, 358; Pedro Arbués, 294; Ramón, 271, 272, 273, 299; Roque, 278, 338; Santiago, 41; Sebastián, 296, 335, 338; Sixto, 324; Valero, 270, 296, 340; Vicente, 119,
122; Vicente Ferrer, 132, 215, 216, 217, 266, 280, 281, 282, 283, 284, 285, 286,
287, 288, 289, 290, 291, 292, 293, 309, 315, 331, 358; Victorián, 36; Visorio, 241;
Voto, 252, 253, 313.
Santos Lugares, 354.
Santuario: Albarracín: Nuestra Señora de los Dolores, 143; Aralar: San Miguel, 96; Atea: Nuestra Señora de los Mártires, 15; Barbastro: Nuestra Señora del Pueyo, 256; Biescas: Santa Elena, 242; Ibieca: San Miguel de Foces, 213; Huesca: Nuestra Señora de Salas, 232, 304; de Monler: 260; Monzalbarba: Nuestra Señora de la Antigua, 305; Monzón: Nuestra Señora de la Alegría, 122; y San Vicente y Santa Quiteria, 119, 122; Selgua: San Salvador, 116; Velilla de Ebro: San Nicolás de Bari, 314; Zaragoza: Nuestra Señora del Olivar, 275; y San Miguel de los Navarros, 48.
Saona, 331.
Saravillo (H), 202, 206.
Sariñena (H), 263.
Sasa (H), 342.
Saso, fuente, en Monzón, 118, 119, 122.
Sástago (Z), 147, 260, 263.
Saz, despoblado, 15.
SEBASTIÁN, santo, 296, 335, 338; vaquero de Soria, 244.
SEGISMUNDO, emperador, 356, 359.
Segorbe, 197, 301.
Segre, río, 344.
Seira (H), 16.
Selcós, río, 244.
Selgua (H), 116.
SELIMA, sobrina de Muza y mujer de Ahmar, 189.
Selva, Oza, 112.
Selvamayor, monasterio, 27.
Sena (H), 236.
Sens (Francia), 343.
Señés (H), 90.
Señor: Alacón: Obaidalá, 196; Albarracín: 159, 167; Abdelmelic ben Razín, 196; Abú Meruán, 192; Pedro de Azagra, 231; Pedro Fernández de Azagra, 145; Pedro Ruiz de Azagra, 45, 143; Alcorisa: Lope de Albero, 165; Amezcoa y Abárzuza: García Jiménez, 253; Atarés: 88; Barbastro: Ato Garcés, 100; Borja: Pedro Atarés, 106,
108, 258; Camañas: Rodrigo, 67; Castro de Malavella: Arnaldo, 182; Cella: Garcí Núñez, 224; Cuarte, Cadrete y Purroy: Miguel Pérez Zapata, 262; Daroca: Alvar Pérez de Azagra, 65; Escondilla: Martín Pérez, 72; Espés:, 139; Estercuel: Gil de Atrosillo, 261; Fabara: 152; Gallur: Artal de Alagón, 227; Blasco Maza, 227; Orden del Temple, 227; Palacín, 227; Godojos: Fortuño Fernández de Heredia, 353; Híjar, 157; Latrás y Valle de Tena: 138, 320; Lérida: Al-Muzaffar, 30; Mediano: Pedro, 14; Mequinenza: conde Artal, 149; Monzón: Ramiro Sánchez, 119; Ricla: Berenguer de Entenza, 228, 301; Martín Pérez de Villel, 228; Rubielos de Mora: Alonso, 73; Sástago: Blasco de Alagón, 147, 260, 263; Somed: 182; Suelves: 84; Villel: Martín Pérez,
72.
Señora: Fátima, de Mora, 73; Martina Pérez de Lozano, de Mombrún, Fuenclara, Las Facenas y Casasnovas, 87.
Sepúlveda, 102.
SERENA ALMA, mora de Gallur, 227.
SETI MAHOMAT, alcaide moro de Villel, 72. Sevilla, 42, 320.
Sicilia, 128, 129, 130.
Sierra/monte: Abetito, 88; Albarracín, 188, 224, 246; Alcubierre, 343; Amán, 111; Aralar, 96; Canigó, 127; Cañarda, 199; Ciezmo, 249; Cóculo, 252; Frías, 193; Guara,
111, 191; Ibérico, 133; Lastra, 145; Luna, 38; Maladeta, 252, 298; Morena, 80; Olsón, 13; Oroel, 19, 251; Palomera, 67; Panillo, 22; Pano, 22, 81, 251; Peñacil, 170;
Perdido, 77; Pueyo, 256; Redonda, 261; Sallaón, 204; San Clemente, 279; San
Juan, 19, 251; San Miguel, 111; San Valero, 340; Santa Isabel, 10; Sevil, 332; Sil,
13; Troncedo, 22.
Sigena, monasterio, 155, 259.
Sil, sierra, 13.
SIMÓN DE MONTFORT, 119, 303.
Sinagoga: Zaragoza, 212.
Siresa (H), 2, 82, 112, 207, 319, 324, 325.
SIXTO, papa, 324.
SOBEYA, hija de Mohamed Altabill, 191.
Sobrarbe, 17, 19, 22, 23, 32, 93, 136, 241, 251, 253, 326.
Sobrepuerto, 342.
Somed, 182.
Somontano, 164, 218, 292.
Somport, 268.
Sopeira (H), 139, 327.
Soperún (H), 23.
Sora, castillo, 156.Soria, 100, 101, 102, 244, 300, 317.
Sos, 248.
Sos del Rey Católico (Z), 126, 133, 184.
Sosa, río, 122.
Sotón, río, 295.
Sotonera, 295.
Suelves (H), 84.
SULAIMAN BEN YAQZAN BEN AL-ARABI, 2.
Tafalla (Navarra), 92.
Taifa: Reinos taifales, 59; Albarracín, 195, 196; Gallur, 42; Rueda, 59; Zaragoza, 43,
52, 62, 195, 198.
Tajo, río, 9.
Tamarite (H), 210.
Tarazona (Z), 56, 62, 100, 146, 177, 180, 225, 244, 249, 328.
Tarbes (Francia), 274.
Tarifa, 177.
TARIK, 8, 9, 219.
Tauste (Z), 5, 334.
TECLA, santa, 297.
TEMPLE, Orden, 65, 77, 118, 119, 122, 227.
Templos: Mezquita, 2; sinagoga, 2.
Tena, valle, 138, 186, 320.
TEÓFILO, esclavo cristiano de Zaragoza, 198.
Terremoto: Valencia, 131.
Teruel, 65, 70, 71, 72, 73, 74, 76, 78, 117, 124, 125, 146, 167, 173, 174, 176, 177, 178,
181, 205, 285, 329, 330.
Tesoro: 42, 49, 55, 108; Ayerbe, 194; Castellote, 199; Cuevas de Cañart, 201; El Castellar, 209; Griegos, 188; Guarrinza, 190; Monreal, 197, 230; Siresa, 207; Sos, 248;
Tierga, 62.
TEXUFIN BEN ALI BEN YUSUF, 104.
Tierga (Z), 62.
TITUREL, 325.
TOCÓN, moro de Langa, 229.
TODA, hija del conde Galindo, 21; mujer del conde Bernardo de Ribagorza, 23. TODA RAMÍREZ, fundadora del monasterio de Trasobares, 257.
Toledo, 8, 9, 42, 59, 98.
Torla (H), 344.
Torneo: Mora de Rubielos, 73. Torralba de Ribota (Z), 20.
Torre: Albarracín: Doña Blanca, 159; Daroca: Jaque, 9; del «caballero de la espuela» o de Cariñena, 146; Graus: Peña del Moral, 221; Teruel: San Martín, 205; San Salvador, 205; Zaragoza: Santa María la Mayor, 269; Zuda, 172.
Torrecilla de Alcañiz (T), 296. Torrelapaja (Z), 53.
Torrenublos, 41.
Torrijo (Z), 53.
Tórtoles (Z), 328.
Tortosa, 99, 100.
Tosos (Z), 294.
Tozal de las Forcas, en Alquézar, 26.
Tozal de la Mora, en Sena, 236. Tramacastilla (T), 246.
Trasmoz (Z), 51, 126, 195, 211, 328.
Trasobares (Z), 4, 255, 257.
Tratado: Cazorla, 155.
Tributo: 93, 203.
Troncedo, sierra, 22.
Trovador: de Barbastro, 164; de Jaime I, 158; Guzmán, 228; Manfredo, 213; Manrique de Lara, 162; Pedro, 100.
Tudela (Navarra), 5.
Túnel: Ejea: Carasoles, 156; Corona, 156; Cuco, 156; Rueda: bajo el Ebro, 264; Tierga, 62.
Turia, río, 117, 178, 181, 270.
Urci, 320.
Urgell, 132, 171, 172, 262, 283.
URRACA, reina y mujer de García Íñiguez, 89, 90; reina y mujer de Alfonso I el Batallador, 98, 99, 100, 102, 103, 105, 156.
Urrea (Z), 59.
Usón (H), 319.
Valdealgorfa (T), 278.
Valderrobres (T), 68.
Valencia, 45, 58, 63, 64, 71, 75, 76, 77, 78, 79, 117, 119, 121, 124, 131, 146, 171, 173,
197, 199, 220, 231, 246, 261, 284, 301, 307, 324.
VALERIANO, emperador romano, 324.
VALERO, santo, 270, 296, 340.
Vallibona, 339.
Valtierra (Navarra), 209. Vaudune, Clarion de, 28. Velilla de Cinca (H), 340. Velilla de Ebro (Z), 314. Velilla de Jiloca (Z), 174.
Vero, río, 29, 30, 163, 290, 299.
Veruela, monasterio, 169, 211, 258.
VICENTE, santo, 119, 122.
VICENTE BELBÍS, de moro llamado Abu Zeyt, rey de Valencia, 78.
VICENTE FERRER, fraile dominico y santo, 132, 215, 216, 217, 266, 280, 281, 282, 283,
284, 285, 286, 287, 288, 289, 290, 291, 292, 293, 309, 315, 331, 358.
VICMAR, fraile, 21.
VICTORIÁN, santo, 36.
Villa, despoblado, 333.
Villafeliche (Z), 80.
Villahermosa, ducado, 153.
Villanueva de Sigena (H), 236, 259.
Villar (T), 246.
VILLARDELL, espada, 119, 120.
Villarroya de la Sierra (Z), 310. Villel (T), 72.
VISORIO, santo, 241.
Vitoria, 95.
VOTO, santo, 252, 253, 313.
WALDO, conde e hijo de don Rodrigo, 18.
Wali: Albarracín, 224; Alquézar, 25; Borja, 195; Cella, 224; Jaca, 18; Tarazona, 244;
Zaragoza, 2, 12, 20.
WITIZA, 1.
Yebra de Basa (H), 239, 324.
YUSUF, alcaide moro de Camañas, 67.
ZAFADOLA, de nombre Chafar Amad ben Hud, 59.
ZAIDA, hija de Abú el Malek, 18; hija del alcaide de Cella, 192; de Cella, 224; la cristiana Isabel convertida en, 52.
Zaidín (H), 340.
Zalaca, batalla, 63.
ZALDÍVAR, vasco, 21.
Zaragoza, 2, 5, 8, 9,11, 12, 16, 20, 35, 36, 37, 38, 39, 42, 43, 46, 47, 48, 49, 50, 52, 53,
54, 56, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 81, 93, 104, 105, 113, 121, 125, 132, 133, 134, 135,
146, 153, 156, 160, 161, 162, 165, 166, 169, 189, 191, 196, 198, 209, 212, 217, 227,
229, 233, 235, 243, 246, 252, 260, 262, 269, 274, 275, 276, 287, 298, 300, 305, 310,
319, 326, 331, 345, 348, 351.
ZILA, moro de Zaragoza, 198. ZOMA, alcaide de Daroca, 219.
ZORAIDA, hija del rey moro de Mallorca, 77; mora de Graus convertida como Marieta, 221; mora de Teruel.
Zuda, palacio de Zaragoza, 12. Zuera (Z), 35, 191, 269, 274.
ZULEIKA, mercader, 57.
ZULEYA, hija del walí Abén Amed Mutamín, de Borja, 52. ZULIMA, hija del alcaide de La Puebla de Castro, 222.
ZUMAIL, juez moro de Huesca, 240.

ÍNDICE GENERAL
I. INTRODUCCIÓN ..................................................................................... 5
1. Algunas cuestiones previas ................................................................. 7
2. Una historia paralela a través de las leyendas 13
II. ANTOLOGÍA DE LEYENDAS 41
1. La conquista musulmana (1/12) 43
2. Reconquista y repoblación (13/87) 55
2.1. Reconquista (13/80) 55
2.2. Repoblación (81/87) 115
3. El mundo cristiano (88/187) 123
3.1. Los reyes (88/135) 123
3.2. La nobleza y los señoríos (136/153) 165
3.3. La vida cortesana (154/164) 181
3.4. Las pugnas familiares (165/173) 190
3.5. La guerra entre cristianos (174/178) 198
3.6. Amores y desamores (179/187) 203
4. El mundo musulmán (188/209) 213
5. El mundo judío (210/217) 233
6. Relaciones entre cristianos y musulmanes (218/250) 241
6.1. Relaciones amistosas (218/238) 241
6.2. Relaciones problemáticas (239/250) 260
7. Aspectos religiosos (251/325) 271
7.1. Los monasterios (251/264) 271
7.2. Los peregrinos (265/269) 283
7.3. Los santos (270/297) 288
7.4. Los portentos (298/318) 312
7.5. Las reliquias (319/325) 330
8. Aspectos socio-culturales (326/359) 337
8.1. La Justicia (326/331) 337
8.2. Plagas y epidemias (332/342) 342

Índice general
8.3. La cultura (343/348) 352
8.4. Aragoneses allende las fronteras (349/353) 357
8.5. Aragoneses con personalidad (354/359) 362
III. BIBLIOGRAFÍA 369
IV. ÍNDICES 379
1. Índice de leyendas 381
2. Índice de lugares de origen 391
3. Índice analítico 397

La reconstrucción histórica se ha basado fundamentalmente en las fuentes documentales escritas (en general, las emanadas del poder establecido) y en las arqueológicas, pero cada vez va adquiriendo más empuje otro tipo de fuentes y ayudas, como las que proporcionan la arqueología industrial, la elaboración seriada y estadística de datos, la fotografía, los exvotos, la cartografía histórica, etc. Entre las que últimamente han adquirido un fuerte vigor en Aragón están las leyendas, transmitidas oralmente, en principio, pero recogidas ya la mayor parte por escrito en un momento determinado, aunque en los medios de difusión más variopintos, dispersos o inalcanzables.
Las trescientas cincuenta y nueve leyendas recopiladas permiten hilvanar una historia más o menos paralela del Aragón medieval, una historia quizás algo alejada de la realidad, pero creada por el pueblo, que ha tratado de buscar explicaciones a hechos cuya trama interna no alcanzaba a descifrar ni comprender. La Historia que el pueblo ha trazado con estos relatos legendarios carece de rigor científico, pero gana en calor humano, en sencillez y en naturalidad.