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lunes, 3 de junio de 2019

Tomo I, texto III Martín a Violante

AÑO DE 1407. 
III. 7 de junio.
Carta del rey don Martín a la reina doña Violante, su cuñada, en la cual le dice, que habiéndole participado su consejero mosen Galcerán de Sentmenat la prisión de Artal de Alagón, rebelde y traidor a él y al rey de Sicilia, su primogénito; y que el rey de Jerusalén y de Nápoles, hijo de la misma dona Violante, le hizo prender en París en el hostal de les tres puncelles, y llevarlo después al castillo de Ganges, según se contaba en la corte del padre santo; le escribía a dicho rey de Nápoles, rogándole que lo tuviese bien guardado, hasta tanto que él le avisase de su intención.


III.

Reg. 2251, fol. 41. 7 Je junio de 1407.

Senyora molt cara sor. Per relacio del amat conseller e camerlench nostre mossen Galceran de Sentmenat havem entes que sabut per vos com lo molt alt et molt car nebot nostre lo rey de Jerhusalem et de Napols fill vostre havia haut a sa ma Artal Dalago rebelle et traydor a nos et a nostre molt car primogenit lo rey de Sicilia escrivis de continent al dit rey sobre la bona guarda e retencio del dit Artal la qual cosa vos grahim molt. Apres ses seguit que vuy data de la present havem reebuda una letra de micer Johan de Balleterra la qual nos havem tramesa al sant pare escrita en Marsella a XXII de mars prop passat per la qual nos certifica com en la cort del dit sant pare se contava certament que lo dit rey vostre fill hauria fet pendre lo dit Artal en Paris en un hostal apellat de les tres puncelles et aquell haguera apres fet traure dalli e aportarlo en lo castell de Ganges del dit rey e axi parria que es certa la preso del dit Artal: perque nos scrivim de present al dit rey pregantlo axi afectuosament com podem que ell vulla fer tenir be guardat lo dit Artal et aquell no vulla manar soltar en alguna manera tro que nos ben certificats de la sua preso escriscam clarament de nostra intencio: e jatsia cregam fermament que ell per nostra contemplacio e honor e del dit rey de Sicilia ho fara de bon grat empero encaraus pregam senyora et molt cara sor que de continent li vullats scriure conformantvos ab la present lletra nostra per manera que lo dit Artal no sia en manera alguna soltat e deliurat sens expressa volontat: e sera cosa de la qual nos farets gran plaher lo qual molt vos grahirem: rescrivintnos fiablament totes coses a vos plasents. E sia tots temps en vostra guarda senyora e molt cara sor lesperit sant. Dada en Valencia sots nostre segell secret a VII dies de juny del any MCCCCVII (1407)— Rex Martinus, - Dominus Rex mandavit michi. - Johannes de Tudela. - Dirigitur domine Regine Yolande. (Violante: Yolanda)

domingo, 28 de abril de 2019

LA PÉRDIDA DE BELMONTE


6. LA PÉRDIDA DE BELMONTE (SIGLO VIII. BELMONTE)

A comienzos del siglo VIII, como ocurriera en todos los pueblos de la comarca, Belmonte había sucumbido a las armas musulmanas. Una nueva administración gobernó el municipio, en el que trataron de convivir moros y cristianos separados en dos núcleos distintos. Los primeros habitaban la parte baja de casco urbano; los cristianos, la parte alta del pueblo, en el castillo, de modo que nunca podrían huir sin pasar por la parte dominada por los moros.
En un momento en el que las relaciones entre ambas comunidades se crisparon, los musulmanes acorralaron a los cristianos, que se hicieron fuertes en el castillo. La situación se hizo tan insostenible para éstos que pensaron seriamente en la rendición. Si tardaron algún tiempo más de lo que cabía esperar, dadas las circunstancias precarias en las que se hallaban, se debió a un hecho extraordinario que ocurrió una tarde.
En efecto, mientras los hombres velaban en las troneras de la muralla, las mujeres cosían y repasaban la ropa en lugar aparte aprovechando los rayos del sol. Fue entonces cuando la Virgen se les apareció, recomendándoles que aconsejaran a sus maridos e hijos que no se entregaran. En testimonio de aquella aparición, y para que los hombres no tuvieran duda de cuanto les decían, les dejó el recuerdo de una talla de su imagen.
Tras comentar lo ocurrido, decidieron entre todos no entregarse y resistir, hasta que la evidencia de la superioridad musulmana les aconsejó dejar las armas, tras pactar que serían respetadas sus vidas. No obstante, antes de rendirse pensaron qué hacer con la talla de la Virgen, cuya integridad corría peligro. Y decidieron construir una pequeña cámara en un lienzo del muro, emparedando la imagen hasta que llegara el momento de la libertad.
Pasaron los años e incluso los siglos. Belmonte fue liberado por las tropas de Alfonso I y la población cristiana resurgió. Pero nadie se acordaba de la imagen de la Virgen. La paz y las nuevas tácticas militares hicieron inútil el castillo, que poco a poco se fue desmoronando, tanto que un día quedó al descubierto la imagen de la Virgen, a la que se le construyó y dedicó una ermita, la de «Nuestra Señora del Castillo», todavía en pie sobre las ruinas de la antigua fortaleza.

[Ricardo Blasco, Francisco Jurado, Jesús Pablo, Silvia Pablo y Yolanda Rodrigo, en La Voz de la Comarca (coord. de Mª Gloria Magaña y Lino de Miguel), Colegio «Augusta Bílbilis». Calatayud.]




https://es.wikipedia.org/wiki/Belmonte_de_Graci%C3%A1n

LA PÉRDIDA DE BELMONTE (SIGLO VIII. BELMONTE)