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domingo, 12 de mayo de 2019

UN DETALLE DE LA BATALLA DE FRAGA, 1134

2.63. UN DETALLE DE LA BATALLA DE FRAGA (1134) (SIGLO XII. FRAGA)

La batalla de Fraga constituye uno de los hitos más importantes de la reconquista, y la derrota de Alfonso I el Batallador estuvo a punto de dar al traste con las ganancias obtenidas, incluida la ciudad de Zaragoza. Es rigurosamente cierto que la actitud de Alfonso I ante Fraga posibilitó no sólo la resistencia de los fragatinos sino también la llegada de socorros de Córdoba, de Lérida, de Valencia y Murcia (dirigidos estos últimos por Abén Ganya).


La táctica mora fue la misma que emplearon en Zalaca y la que utilizarían en Alarcos algo después: mientras los moros que atacaban de frente con escasas fuerzas eran derrotados, la parte más gruesa de su ejército atacaba por la espalda y asaltaba los campamentos cristianos, sembrando el pánico y provocando su derrota. En Fraga, fue Abén Ganya quien encabezó las tropas de refresco y quien se presentó como auténtico vencedor.
Naturalmente existe una parte legendaria según la cual los obispos y clérigos, mientras los guerreros peleaban, elevaban preces al cielo que no les oyó, pues, como dice la «Crónica de Alfonso VII», ni el arcángel Gabriel ni Miguel, príncipe de la milicia celestial, acudieron en ayuda de Alfonso I, que fue derrotado en toda regla.
Una crónica musulmana narra que, antes de que apareciera Abén Ganya con sus guerreros, se presentó al rey aragonés un monje francés diciéndole que, ante una invocación suya a Dios, los moros se rendirían. Obtuvo el monje permiso, ascendió a la colina más cercana al muro de Fraga y comenzó su imprecación. Los defensores, que tenían noticia de aquella intervención, ubicaron en aquel lado del muro un almajaneque potentísimo, colocando en la balanza una enorme piedra izada por más de veinte hombres. Cuando el fraile se hallaba en plena invocación, accionaron el almajaneque y la piedra impactó de lleno en él llevándose la mitad de su cuerpo.
Alfonso I el Batallador —que estaba preparado para atacar con sus guerreros, a los que había formado detrás del monje— quedó totalmente desconcertado y, con un susto de muerte en su cuerpo, se retiró a su campamento totalmente abatido. Allí fue donde le sorprendería Abén Ganya con sus soldados valencianos y murcianos causándole la derrota.

[Lacarra, José María - Vida de Alfonso el Batallador, págs. 128-129.]

UN DETALLE DE LA BATALLA DE FRAGA, 1134


https://journals.openedition.org/e-spanialivres/184

http://www.ibiza-hotels.com/hoteles/ibiza_museums/history4.php

https://es.wikipedia.org/wiki/Almajaneque



El almajaneque (del ár. and. "almanganíq”) era una máquina de guerra utilizada para lanzar grandes piedras de más de 500 kg de peso, con el fin de destruir las murallas o almenas de los castillos enemigos.

Su funcionamiento estaba basado en el sistema de palanca, con un brazo largo con el eje descentrado en cuyo extremo había un contrapeso; los más sofisticados tenían sistemas de reenvío mediante poleas. Habitualmente eran sencillos y se construían al pie de las murallas a derribar: disparaban los proyectiles en trayectoria baja y no alcanzaban gran altura, de manera que las piedras disparadas golpeaban contra las murallas, en vez de volar sobre ellas y caer en el interior del recinto.

Eran unas máquinas de diseño sencillo y rústico, pero a su vez eficaces y demoledoras.

Un gran almajaneque fue utilizado por Abderramán III en el asedio al castillo de Juviles, en las Alpujarras de Granada, con el que bombardeó con proyectiles de piedra sin cesar el castillo, hasta conseguir al cabo de 15 días la rendición del mismo.

Otros nombres:
Trebuchet
Mangonel
Maganel

http://terraimagina.blogspot.com/2007/06/armas-iv-maquinaria-de-asedios.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Fraga_(Huesca)

Fraga es un municipio español situado en el extremo sureste de la provincia de Huesca, en la comunidad autónoma de Aragón, en el último tramo del Valle del río Cinca. Es cabeza de partido judicial y capital política de la comarca del Bajo Cinca. Cuenta con 14 979 habitantes (INE 2018).

En octubre de 2018, era único municipio aragonés con una población superior a 10.000 habitantes que conseguía el pleno empleo, es decir, una tasa de paro menor del 5%. El sector de la agroalimentación, la progresiva y dinámica expansión de la Plataforma Logística de Fraga y la estratégica localización de la ciudad han sido tres aspectos esenciales para la consecución de estos datos.

El origen y la antigüedad:
Se cree que la ciudad tiene origen prerromano, pero no hay pruebas fehacientes de ello. En las cercanías se han encontrado numerosos restos arqueológicos.

Edad del Bronce:
El yacimiento más antiguo es el del Barranco de Monreal, de entre el 1800 a. C. y el 1500 a. C.

Del bronce medio es el yacimiento de Punta Farisa, destruido en parte en la construcción de un camino. También son del bronce medio los inicios del yacimiento de Masada del Ratón, cercano al anterior. En ambos han aparecido cerámicas, elementos líticos y moldes de fundición para hachas y puntas de flecha.

Del bronce final son las capas superiores del yacimiento de Masada del Ratón, el yacimiento de Zafranales, a pocos metros del casco urbano y el de Lo Puntal, poblado en alto que se extiende por la ladera desde la que se domina la llanura de la Litera. Los restos de cerámica relacionan los asentamientos con la cultura de los campos de urnas.

Edad del Hierro:
De esta época no hay yacimientos estudiados en profundidad, aunque existen diversos indicios de poblamiento. No se conocen las causas de esta laguna, que puede ser debido a una disminución en la población por causas desconocidas o bien porque los poblados íberos se construyeron sobre los asentamientos del hierro.

Íberos:
El ibérico pleno se desarrolla en la zona a partir del año 400 a. C., a partir de la cultura de los campos de urnas. Se han encontrado diversos yacimientos en la comarca, como los del castillo de Chalamera, Lo Vedat de San Simón, La Noria, o Punta Calvari.

El más destacado es el de Lo Pilaret de Santa Quiteria, que se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad. El poblado comenzó su andadura en las últimas décadas del siglo V a. C. y sobrevivió hasta época romana, en la que se supone que sirvió de base para una villa. A destacar una lápida encontrada por José Salarrullana de Dios en 1894 con una inscripción íbera:

aloŕiltu
i.belaśbais
ereban.keltaŕ
erkeryi.aye
teikeoen.ery
i
de la que se desconoce el paradero. Luis Silgo Gauche intentó en el 2003 una traducción como: «Aloŕiltu hijo de Belaśbaiser, hic situs est».

http://ibers.cat/


Fraga perteneció en época íbera al territorio ilergete.

Época romana:

Uno de los mosaicos romanos encontrados en Villa Fortunatus, de dónde procede el nombre. (Museo de Zaragoza)
No se tienen noticias concretas de las vicisitudes de la ciudad en época romana. Se supone que, al igual que el resto del territorio ilergete, compartiría la suerte de Ilerda en la romanización: participación en las guerras púnicas como aliados de Cartago, rebelión contra los romanos de Indíbil y conquista definitiva por los ejércitos romanos hacia el 205 a. C.

En época romana el área perteneció junto a Ilerda al convento de Caesaraugusta, dentro de la provincia de Tarraco. La ciudad se encuentra en la vía de Ilerda a Celsa, en el punto en el que el camino cruza el Cinca. El Cinca, al igual que el Ebro, eran navegables, con lo que el asentamiento representaría un cruce de rutas entre las fluviales y las calzadas. Es decir, por vía fluvial las comunicaciones serían a Caesaraugusta (Zaragoza), Tolous (Nuestra Señora de la Alegría, Monzón), Ilerda (Lérida) y Dertosa (Tortosa) y por vía terrestre a Celsa (y desde allí a Caesaraugusta) y a Ilerda (y desde allí a Tarraco (Tarragona) y a Roma).

No se han encontrado restos de la ciudad romana. Sin embargo a pocos kilómetros de la ciudad se pueden visitar las ruinas de una extensa villa del siglo II, llamada Villa Fortunatus. Aunque no debió ser el centro romano más importante de la zona, en la villa se han encontrado algunos de los mosaicos más hermosos de Aragón. Actualmente se encuentran dispersos en museos de Zaragoza y Barcelona, aunque los más sencillos se conserven en el lugar. También se encontraron algunas estatuas, una de las cuales, un niño montando a un delfín, se puede admirar en el museo de Huesca. El edificio continuará su actividad como basílica hasta el siglo V, ya en época visigoda.

Hay sospechas de que la ciudad de Gallica Flaouia mencionada por Ptolomeo es la ciudad de Fraga, aunque investigaciones recientes tienden a desmentirlo. Ptolomeo menciona la ciudad de Gallica Flaouia entre los ilergetes a orillas del Cinca, pero la sitúa a 3 leguas al norte y 1 legua al oeste de Lérida.

Medina Afraga:
La ciudad musulmana de la Marca Superior (714) tuvo una relativa importancia, menor que la de Lérida, pero suficiente para ser nombrada por numerosos cronistas de la época. Cuenta Al-Qazwini (1203 - 1283):

Fraga, ciudad de Al-Andalus, próxima a Lérida; hay en ella abundantes huertas, abundantes aguas, buenos edificios, y es tan hermosa en perspectiva, como buena en realidad... Está situada sobre el río de los olivos (río Cinca) y muy bien construida. Está provista de una fortaleza bien defendida e inaccesible y rodeada de numerosos huertos que no tienen igual...

También es citada en el Dikr bilad al-Andalus, una descripción anónima de al-Andalus del siglo XIV. En esta época la población ya hacía mucho tiempo que había dejado de ser andalusí, aunque es probable que sus habitantes o parte de ellos siguieran siendo musulmanes (mudéjares):

Fraga es una de las capitales del oriente de al-Andalus, ciudad antigua y de remota fundación, sus habitantes son árabes de origen, pues en la época de la conquista se establecieron allí unas tribus yemeníes cuya descendencia continúa habitándola; son gente piadosa y de fe firme. Produce mucha miel y azafrán de calidad; en su territorio hay escarpadas montañas, castillos y gran cantidad de aldeas, cuyo número sobrepasa las tres mil; en todas ellas se realiza el sermón de los viernes.

El casco histórico es un típico ejemplo de ciudad árabe medieval, con su laberinto de estrechas callejuelas frescas en verano y protegidas del cierzo en invierno.

Entrada medieval de las murallas:
Los musulmanes crearon en las tierras del valle una red de regadío que daba a la ciudad su huerta, su riqueza y su renombre. Citando a Kitab ar-Rawd al-Mitar, está situada Fraga sobre el río de los olivos (Nahr al Zaitun) y bien construida. Se halla provista de una fortaleza bien defendida e inaccesible y rodeada de numerosos jardines que no tienen comparación.

A partir de la caída del Califato de Córdoba en 1010, Fraga pasó a depender de Zaragoza, Lérida o Huesca, según la suerte del reino taifa de turno. Ya en el siglo XI, llegaron Sancho Ramírez y Pedro I a las cercanías de la ciudad. Monzón cayó en 1089 y Zaidín en 1092. A partir de ese momento, Fraga pasaría a ser zona fronteriza de resistencia contra los cristianos.

Los cronistas también alaban el castillo y las murallas, que unidas a la red de túneles que todavía se conservan bajo el casco histórico, convertía la ciudad en casi inconquistable. Tuvo ocasión de comprobarlo el 17 de julio de 1134 Alfonso I el Batallador, que moriría a causa de las heridas sufridas en la batalla de Fraga.
Movió Alfonso I guerra a los reyes de Lérida y Fraga... Habiendo cobrado los moros gran soberbia. Y Abengania, rey de Lérida y el rey de Fraga, juntaron huestes con las cuales peleó el emperador Alfonso I (1133). La desgracia de Alfonso I fue que tropas de Córdoba (2000 jinetes), Valencia (500) y Lérida (200) se habían reunido tras las murallas de la ciudad para defenderla. Los caballeros musulmanes defensores arrollaron el campamento enemigo cuando la mayoría de los 12.000 caballeros cristianos se hallaban de permiso concedido por el rey tras el asedio a la ciudad. Sólo diez caballeros cristianos salvarían la vida, entre ellos don García Ramírez, señor de Monzón y futuro rey de Navarra.


Fraga y Lérida caerán en manos cristianas el mismo día, el 24 de octubre de 1149. En el momento de la conquista, parece que Fraga era un distrito inferior del amal de Lérida, que pertenecía al reino taifa de Zaragoza. Por lo menos técnicamente, ya que Ibn Mardanis, el último gobernador musulmán de Afraga, había convertido la ciudad en un taifa independiente aprovechando disputas familiares entre Zaragoza y Lérida.​ Ibn Mardanis, llamado el rey Llop o Lop (lobo), contando con tan sólo 25 años tuvo que negociar la rendición de la ciudad con Ramón Berenguer IV el 24 de octubre de 1149, consiguiendo un trato de favor para los musulmanes que quisieron quedarse, como el que pudieran regirse por sus propias leyes.

¿Aragonesa o catalana?
La pertenencia de la ciudad a Cataluña o Aragón en la Edad Media no está clara. Resulta difícil adscribir la ciudad a unos territorios que aún estaban en formación y no tenían su forma actual. Por ejemplo Ramón Berenguer IV se declaraba "Conde de Barcelona, Príncipe de Aragón, la reina era Petronila, hija del rey Ramiro II el monje, Duque de Lérida y Marqués de Tortosa" y decía "reinar en Zaragoza y en Aragón, en Sobrarbe y Ribagorza, en toda Barcelona, en Provenza y en Tortosa, junto con Zaragoza, Provenza y Calatayud".​ Ramón Berenguer IV NO reinaba, el rey seguía siendo Ramiro II y la reina Petronila, firma Petrvs.

http://www.donapetronila.es/historia/


http://blogs.iec.cat/scej/wp-content/uploads/sites/22/2011/05/5654_DonacionRamiroII.pdf

https://historiaragon.com/2017/08/10/los-acuerdos-de-barbastro-aragon-y-barcelona-unen-sus-fuerzas/

Tampoco facilita el asunto que los reyes modificaran la frontera varias veces durante sus reinados. Estas diferencias entre los conceptos de pertenencia medievales y los modernos y la falta de información e investigación exhaustiva llevan a diferentes autores a dar interpretaciones diversas.


Antonio Ubieto Arteta afirma en Historia de Aragón. La formación territorial que la incorporación inicial no fue ni a una ni a otra, sino al «patrimonio real»:

Los testimonios ambivalentes para Fraga, Lérida y Tortosa son debidos a que los territorios no se conquistaron para ser incorporados ni a Aragón, ni a Cataluña, sino al «patrimonio real» del rey de Aragón, que se consideraba inseparable.
Durante los siglos XI y XII, Fraga tendrá «tenencias», una institución claramente aragonesa, a pesar de que algunos tenentes pudieran ser catalanes, o de Montpellier, o mallorquines, valencianos, todos de la corona de Aragón.
La afirmación de las cortes de Lérida (1214) y de Tortosa (1218) de que Cataluña llegaba hasta el Cinca, se refiere al límite meridional (entre Salses al norte y el Cinca al sur), es decir a la confluencia del Cinca y el Segre antes de afluir al Ebro.
En 1248 se confirmó que el límite entre Aragón y Cataluña estaba en el Ebro entre Mequinenza y Tortosa.
En 1243, la donación de las tierras entre el Cinca y el Segre que hace Jaime I a su hijo Pedro serían las tierras, es decir, que los bienes los cobrase el infante Pedro, pero la «potestad real» se mantenía en Alfonso, su primogénito, ya que esta era indivisible para territorios heredados. La interpretación hecha por las cortes de Barcelona ya no fue como en 1214, la desembocadura del Cinca, sino que se tomaba el cauce completo del Cinca. En 1245, Jaime I divide de nuevo Aragón y Cataluña con fronteras más concretas, incluyendo Fraga y Mequinenza en Cataluña, aunque existen numerosas incongruencias en el documento. En 1257 concede a su hijo Pedro de nuevo el gobierno de toda Cataluña desde Salses al Cinca, tomando el río como frontera.
La teórica catalanidad de Fraga duró poco: en 1284 un noble fragatino aparece entre las tropas de la nobleza catalana; pero en 1289 el señor de Fraga aparece ya citado entre las poblaciones y señores aragonesas.
Posteriormente hubo problemas entre la población y los señores, algunos catalanes, que pretendían imponer cada uno sus estatutos jurídicos: la población los aragoneses y los señores los catalanes.
Joaquín Salleras Clarió en Comarca del Bajo Cinca considera que Fraga se incorporó a Cataluña tras la reconquista.

Cree que en las negociaciones entre Ramón Berenguer IV y Ramiro II el primero se reservó Fraga para sí y sus descendientes, entregando el señorío y gobierno de la villa al conde de Pallars Jussà Arnal Mir, vasallo suyo.
Ramón Berenguer VI usó durante un tiempo el título de «príncipe de Fraga».
En la Asamblea de la Fatarella, en 1173, Alfonso II de Aragón delimitó la frontera entre Cataluña y Aragón colocando la frontera en el Cinca, por lo que Fraga pasaría a ser catalana. Pedro II y Jaime I confirmarían este hecho.
La Gran Enciclopedia Aragonesa afirma que Fraga es aragonesa por lo menos desde 1244.

En 1214 se considera que Cataluña llega hasta el Cinca.
En 1244 se considera que Cataluña va «desde el Cinca hasta Salses». La excepción serían Monzón y Fraga, que permanecerían como aragonesas a pesar de estar en el lado izquierdo del río Cinca.
Lérida, que había acudido a las Cortes aragonesas, quedaba así en Cataluña.

Igualmente en 1244, se rechaza la pretensión aragonesa de hacer llegar Aragón hasta el Segre.
En 1283 también se confirma la pertenencia a Aragón de la Ribagorza hasta la clamor de Almacellas.
La Enciclopedia Catalana considera que Fraga fue catalana con seguridad desde 1244 y probablemente hasta finales del siglo XV.

La villa fue incorporada inmediatamente al obispado de Lérida.
En 1255 Jaime I entrega Fraga a Guillermo de Montcada, por lo que la villa pasa a formar parte del Condado de Barcelona.
En el testamento de Jaime I (HAY VARIOS) se divide Cataluña y Aragón entre sus dos hijos (tiene más, e hijas), fijando la frontera entre los dos territorios. Inicialmente estaría en el Segre (Lérida juró fidelidad al heredero de Aragón en las cortes de Daroca), sin embargo en las cortes de Barcelona de 1244 definiría Cataluña de «Salses al Cinca» a pesar de la oposición de los aragoneses que consideraban la Ribagorza, la margen derecha del Segre y Lérida, como territorio aragonés. Sólo la parte del término de Fraga a la derecha del Cinca sería aragonesa (la villa de encuentra al lado izquierdo).
Ximén Pérez de Salanova, Justicia de Aragón, afirma en 1311 explícitamente que Fraga pertenece a Cataluña.
Como parte de la veguería de Lérida, Fraga perteneció al Principado de Cataluña hasta época de Fernando II de Aragón a finales del siglo XV, con lo que se incorpora definitivamente a Aragón.
En 1707 los Decretos de Nueva Planta que Felipe V hizo para Aragón incorporaron Fraga en el corregimiento de Zaragoza.
Francisco Castillón Cortada en Fraga. La sultana del Cinca considera que Fraga fue aragonesa desde el principio:

Tanto Fraga como Lérida no se incorporaron a Cataluña tras la reconquista, puesto que esta todavía no existía como tal ente político. La pertenencia a Ramón Berenguer IV y a Cataluña son conceptos diferentes que no se implican el uno al otro. Todavía en 1337, Pedro IV se dirige a la Pahería (Ayuntamiento) en Lérida con las siguientes palabras: aunque Lérida estaba en Cataluña, no pertenecía al condado de Barcelona.
El problema se planteará por primera vez con Jaime I el Conquistador, que declara Mequinenza, Fraga y Monzón como catalanas. La división no se llevaría a cabo por la oposición de los nobles aragoneses. Así, mientras los nobles aragoneses pretendían extender sus tierras hasta el Segre, los catalanes pretendían extender las suyas hasta el Cinca.
Jaime I el Conquistador le otorga el fuero de Huesca en 1240, por la que se rige durante la Edad Media. Los usos y costumbres y la moneda serán aragonesas.
En el Atlas Catalán hecho por Cresques Abraham en 1375, el lugar aparece como aragonés.
A finales del siglo XIII la villa no fue incorporada en el censo de población de Cataluña, por lo que parece que en la época se consideraba una ciudad aragonesa.
Pedro IV de Aragón intentó de nuevo incorporar la ciudad a Cataluña, pero las protestas de fragatinos y aragoneses le llevaron a declarar en las Cortes Generales «...que certa cossa es, que la universitat de Fraga es poblada per privilegio a fur d'Aragó et de aquell observen en tempos esdevenidor, axi complidament com antigament han observat. Plau al Senyor Rey que los d'Arago ussen tota aquella possesió que han acostumbrat de ussar tro el día de huy et revoca totas quals se vol cosses feytes en contrari.» (cuidadito con los textos antiguos con tildes y apóstrofes. En los tomos de los dos Bofarull no se encuentra ninguna tilde ni apóstrofe, y muy pocas comas o punto y coma.)
E. Sarasa Sánchez afirma que «Jaime II había incluido en el reino [de Aragón la] Ribagorza, la Litera (hasta la denominada "clamor de Almacellas"), Fraga y el señorío de Albarracín.» en el Atlas de Historia de Aragón.

La cuestión ha vuelto a la actualidad en parte debido al nacionalismo catalán y el pancatalanismo, que pretende incluir la zona dentro de los Países Catalanes (Països Catalans) e incluso dentro de la propia Cataluña.

La ciudad cristiana:
La villa, tras la reconquista en manos del Conde de Pallars Jussà Arnal Mir, al igual que otras similares, se convertirá en un mosaico de culturas y religiones en la que judíos, musulmanes y cristianos convivirán con mayor o menor acierto.

Los judíos de Fraga pertenecieron a la colecta de Lérida hasta 1294, año en que pasaron a depender del Conde de Montcada. Tras la muerte del Conde en 1328, se unieron a la colecta de Huesca para pagar sus impuestos reales.

Tras la conquista de Lérida, el obispado de Roda-Barbastro se traslada a Lérida, pasando a llamarse Lérida-Roda durante un tiempo. Así, todos los territorios que dependían del obispo de Roda, además de las nuevas conquistas como Fraga, pasan a depender eclesiásticamente de Lérida en 1149. La situación se mantuvo hasta 1995, en que las parroquias aragonesas pasan a depender también de diócesis aragonesas, en el caso de Fraga del obispado de Barbastro-Monzón. Este cambio ha llevado a una polémica por la entrega a los obispados correspondientes de las obras de arte de las parroquias aragonesas que se encuentran en el Museo Diocesano de Lérida.

Los templarios ocuparían el castillo y obtuvieron grandes haciendas en la zona.

Se celebraron en la iglesia de San Pedro dos veces Cortes Generales del Reino, en 1384 y 1460, una vez con presencia del rey Juan II. También se refugiaría en su castillo Leonor de Sicilia señora de la villa, durante su enfrentamiento con Pedro IV el Ceremonioso.

En 1391 Juan I de Aragón concede a la ciudad un mercado, que se instala en la Calle Mayor.

La historia moderna:

Vista de Fraga en 1779, con el escudo de la ciudad.
La expulsión de los moriscos de 1610 tuvo un gran impacto en la economía fragatina. Durante 800 años los moriscos habían sido una parte muy importante de la población. La expulsión coincide con la llegada de los monjes trinitarios en 1550 y la Orden de San Agustín en 1615.14​

Felipe IV se asentó en la villa durante la Guerra de los Segadores. En esta ocasión lo acompañaría Velázquez, que pintaría dos cuadros durante la estancia: un retrato del rey (llamado Felipe IV de Fraga, Colección Frick de Nueva York) y un retrato de un enano de la corte, Diego de Acedo, apodado El Primo. Dicho cuadro se identifica con dudas con el conservado en el Museo del Prado de Madrid.

Durante la Guerra de Sucesión Española la ciudad cambió de manos en diversas ocasiones, pero por permanecer siempre fiel al rey Felipe V recibió los títulos de "ciudad" (1709), "vencedora y fidelísima" (1710), además del privilegio de añadir la flor de lis al escudo. También le fueron concedidas dos ferias francas en 1710, el que no pudieran ser confiscados sus bienes a los vecinos de la ciudad sino por crimen de lesa majestad, robos y homicidios y voto en cortes con preferencia a las demás ciudades, excepto Zaragoza, Tarragona y Jaén.15​16​

El puente colgante fue inaugurado en 1847.
Fraga fue saqueada en diversas ocasiones, entre otras en 1642 durante la Guerra de los Segadores, en la Guerra de Sucesión, en la Guerra de la Independencia y durante la Guerra Civil. Durante la Guerra de Independencia, la ciudad fue ocupada por las tropas francesas; las tropas españolas volaron en mayo de 1810 el puente y las trincheras realizadas por los franceses.15​ Entre 1845 y 1847 se construyó un puente colgante sobre el Cinca, que se hundiría parcialmente en 1852, falleciendo doce personas.18​ Durante la Guerra Civil, bajo el gobierno de un comité de la CNT-FAI, se impuso un régimen de comunismo libertario en el que se colectivizaron todos los bienes, tierras y servicios y se abolió el dinero. En esa época también se fundó una Casa de los Ancianos para ancianos pobres y sin familia, muchos de los cuales se habían acercado a Fraga desde lugares cercanos.

Economía:

La actividad principal de la ciudad y la comarca circundante es la agricultura. Los terrenos del valle del Cinca (la "huerta") son desde antiguo de regadío, actualmente con plantaciones de árboles frutales (melocotón y manzana) y hortalizas (consumo propio). Fueron famosos los «higos de Fraga» y, aunque actualmente casi no se cultivan, Fraga sigue produciendo algunas especialidades propias de su célebre pan de higo.19​ Las zonas altas (el "monte") tradicionalmente se dedican al cereal y las laderas al olivo y la almendra. En los últimos años se ha introducido el regadío en algunas de las zonas de "monte" con lo que se han introducido, entre otros, el cultivo de girasol. Posee una depuradora de lechos biológicos con un caudal de 4208 metros cúbicos por día.

Para promocionar el sector agrario de la ciudad, se creó mercoFraga, un mercado en origen cuyos objetivos son promover el libre intercambio entre productores e intermediarios, mejorar la transparencia del mercado y asegurar la calidad del producto.

La ganadería también está muy presente en la economía de la localidad, pues son numerosas las instalaciones porcinas, avícolas y vacunas. Existen dos empresas con cierta importancia dentro del sector ganadero dedicadas a la fabricación de piensos, integración de granjas y también producción de ganado porcino.

También es importante el sector servicios, que en las áreas de comercio, mecánica, banca, sanidad, hostelería, transportes, educación, etc., ocupa un tercio de la población activa. A destacar la discoteca Florida 135, que atrae a visitantes no sólo de la comarca, sino también de Zaragoza y Barcelona.

Las industrias más importantes son la planta de Becton-Dickinson, donde se fabrican jeringuillas, otra de remolques cisterna y Precocinados Angel Bosh de pollos y pavos rellenos, de especial salida durante la época navideña. Además existen algunas otras industrias, pero de menor calado.

Todos los años se realiza Merco Equip, una pequeña feria de muestras para la promoción de las actividades locales y comarcales.

Lo fragatí


Lo fragatí, Fraga, als presentz, Osca, Pedro II
Romance aragonés

El fragatino, el habla local, es considerado por la mayoría de los estudiosos catalanistas como un dialecto del catalán nordoccidental, más concretamente del grupo ribagorzano, es decir, de lo que se conoce como hablas de la Franja del meu cul. Sin embargo, de forma parecida a lo que ocurre con la polémica del valenciano, también existen diferencias entre los hablantes sobre la pertenencia o no de la lengua al catalán. Estos últimos se dividen entre los que consideran el fragatino como un dialecto del aragonés o de transición entre el aragonés y el catalán, y los que creen que son hablas propias evolucionadas en la zona.

Los hablantes de fragatino, independientemente de que lo consideren un dialecto del catalán o no, hacen una distinción entre los hablantes de català y los de fragatí (dialecto de Fraga), mequinensà (dialecto de Mequinenza), torrentí (dialecto de Torrente de Cinca), saidiné (dialecto de Zaidín), etc. Esto puede dar una idea de la particularidad del dialecto, si tenemos en cuenta que se considera que hablantes de localidades a menos de 10  km hablan "catalán". El hecho se explica habitualmente por ser un dialecto de "frontera", con fuertes influencias del castellano y del aragonés.

Hasta finales del siglo XX todavía vivían algunas mujeres de avanzada edad que sólo hablaban fragatino. Actualmente los hablantes son bilingües en castellano, lengua en la que se recibe toda la educación primaria y secundaria. En la década de 1980 se introdujo la enseñanza del catalán en la educación secundaria.

La fonética del fragatino es muy similar a la del valenciano y del ribagorzano. Quintana (1989) y Veny (1993) mencionan que el fragatino posee 19 fonemas, mientras que el catalán central posee 24. También es de destacar la aparición de grupos consonánticos palatalizados, como cllau (en catalán estándar clau, llave), pllat (plat, plato) o plle (ple, lleno), como ocurre en otras poblaciones cercanas, Tamarite de Litera.

fraga.org

https://es.wikipedia.org/wiki/Alfonso_I_de_Arag%C3%B3n

clamabanlo don Alfonso batallador porque en Espayna no ovo tan buen cavallero que veynte nueve batallas vençió.

domingo, 17 de octubre de 2021

LA POESÍA CONTEMPORÁNEA EN MALLORCA.

LA
POESÍA CONTEMPORÁNEA


EN
MALLORCA. (*)



(*)
El autor escribió este artículo en el año 1861; y si bien en
aquella época los poetas que menciona lograron colocar su nombre en
elevadísimo puesto, no habían dado a luz todavía las obras que
después han robustecido su fama, extendiéndola muy merecida por el
continente; ni los trabajos de la nueva pleyada (pléyade)
con que se honra el país, enriquecían a la sazón el repertorio de
la poesía balear.
Tomás Forteza, hoy Maestro en Gay saber, no
dotaba aún la literatura indígena con ninguna de las composiciones
que más tarde le han valido el honroso título que le expidiera el
Consistorio de los Juegos florales de Barcelona. Dedicaba, sí,
Antonio Frates con fruto sus ocios al cultivo de la poesía, pero sus
versos, escritos por vía de pasatiempo, no pasaban al dominio
público. Si Pedro de Alcántara Peña se distinguía por su
perseverante afición a las letras, las justas literarias del
principado catalán no le habían una y otra vez proclamado vencedor.
Tampoco eran conocidas las robustas odas con que Gabriel Maura ha
acreditado su rica y poderosa imaginación; ni daba a la estampa
Bartolomé Ferrá (BARTOLOME FERRA en el original) sus donosas
concepciones en un volumen que el pueblo saborea con avidez por el
gracejo de su frase natural y gráfica y el vivo colorido de sus
pinturas. De RAMON PICO, tan ventajosamente juzgado en Barcelona por
sus poesías líricas, como aplaudido en el teatro catalán, no era
sabido el nombre siquiera: y tantos jóvenes distinguidos como Juan Alcover, Miguel Zavaleta, Miguel Costa, José Tarongi (Taronjí en
el libro editado por mí Lo trovador mallorquí)
, Gerónimo Forteza, Mateo Obrador, Juan Bautista Enseñat, Juan Luis Estelrich y
otros, no tenían aún demostrado lo mucho que Mallorca puede esperar
de su aplicación y de su talento (todo lo contrario a Gabriel Bibiloni). - Los más de los poetas de la
isla han tomado una parte muy activa en el renacimiento de las
letras catalanas
, y con tan buena fortuna, que han compartido
con los vates del principado los honores del triunfo, no sólo en los
juegos florales, sino en los demás certámenes celebrados en
Cataluña, cabiéndoles no poca gloria en la resurrección de la
patria lengua.

(En los textos de Guillermo Forteza
leemos varias veces lemosín, lemosin, lemosina. El catalán siempre fue un dialecto occitano, y para decir sí afirmativo usaban las
variantes OCcitanas: hoc, oc, òc, och
)

Creemos, pues, que si
favorable es el juicio que formara nuestro autor, en 1861, de la
poesía contemporánea en Mallorca, lo fuera doblemente hoy, que
nuevos poetas de valía y nuevas obras de los ya entonces conocidos,
colocan a la provincia entre las más aventajadas en literatura. Mas
ya que nuestro malogrado autor, arrebatado tan prematuramente a su
país, no ha podido adicionar este su artículo, como requería el
incremento de la poesía en el suelo balear, véase siquiera lo que
estampa el distinguido literato catalán D. Joaquín Rubió y Ors en
uno de sus más notables trabajos sobre el renacimiento de las letras
en Cataluña
:
- De Mallorca, dice, cuyos hijos debían algunos
años más tarde poner a tanta altura la bandera donde en campo
rojo y amarillo
ostentase la hermosísima divisa de nuestros
juegos florales, nos llegaron los primeros y, por ser de fuera, más
estimados refuerzos. A la manera que se cruzan en medio del ancho
canal que los separa las miradas que parecen mútuamente dirigirse el
elevado Puigmajor y el riscoso Montserrat, cruzáronse los cantos que
allí exhalaban sus poetas con los acordes que de sus liras
arrancaban los nuestros.” - En suma, para formarse una idea más
cabal de lo que va apuntado, puede verse la colección titulada Flors de Mallorca, publicada en 1873 por Gerónimo Rosselló, que
contiene la mayor parte de las poesías mallorquinas premiadas por el
Consistorio barcelonés desde su institución, y notas biográficas
de cada uno de los poetas que en ella figuran.
- N. del E.
(Gerónimo Rosselló también aparece como autor, poeta:

FLORS DE MALLORCA. POESÍES DE AUTORS VIVENTS, PREMIADES LES MES EN LOS JOCHS FLORALS DE BARCELONA. ESTAMPA
DE PERE JOSEPH GELABERT.
1873. En esa época de
Renaixença, la catalanización de estos autores baleares es bien
tangible. También se propagó esta enfermedad nacionalista a otros
autores españoles, y a los franceses del Felibrige, con Frederic Mistral como cabeza).





I.


Si
espectáculos hay siempre antiguos y siempre nuevos que levanten el
ánimo a la más soberana alteza del pensar y del sentir, que le
hagan saltar las murallas del tiempo y espaciarse por las regiones
del infinito, morada eternal de toda luz para el espíritu, de toda
serenidad y contentamiento para el corazón; uno de ellos es, sin
duda, el de la naturaleza no domeñada por la mano avasalladora del
hombre. Lejos está la primera impresión que este espectáculo nos
causa, de lisonjear nuestro orgullo, pues el alma, bajo la pesadumbre
de una sublime y temerosa emoción, siente flaquear sus fuerzas, la
conciencia de nuestra tiránica personalidad, suelta temblorosa el
cetro de su señorío, y la materia frágil que nos aprisiona se
anonada ante la inmensidad de la materia universal, gloriosa,
triunfante. Pero la esencia divina del espíritu no le permite
prolongar su homenaje a la materia, por ostentosa que se presente; la
majestad perecedera de la naturaleza le rememora la suya inmortal, y
ambas le avivan el seso para encaminarla derechamente al principio y
fin de todo lo grande, al asiento de toda majestad. Entonces dos
serafines purísimos toman sobre sus alas al serafín prisionero, la
gratitud у el amor elevan al alma, y rotas las cadenas que a la vida
real la sujetaban, pronto deja atrás a las alondras, a los cóndores,
a las águilas caudales, piratas de los espacios y amigas del sol, y
atravesando los mundos como flecha disparada, sólo se detiene a las
plantas bendecidas del Hacedor supremo.


Uno de
los países en donde puede a sus anchuras saborear el alma
este linaje de fruiciones altísimas, es en la Isla de Mallorca,
paraíso de sus naturales y admiración de cuantos la visitan. Bajo
la sonrisa tutelar de un cielo trasparente, sonríe también al
viajero esta ondina del Mediterráneo, atrayéndole ya desde lejos
con sus virginales aromas y convidándole a gozar la apacibilidad de
su clima, la hermosura de sus vergeles y regadíos y el accidentado
panorama de sus paisajes. Enriscados montes la ciñen, sus cumbres
enlazadas entre sí por los fraternales brazos de mil ondulosas
colinas, ora dibujan la gentileza de sus azulados perfiles en el
fondo de un azul más claro, ora envueltas en el misterio de nieblas
plomizas, engañan el deseo de la impaciente mirada. Bosques y
encinares las coronan, y sólo en las faldas se atreve el humildoso
cultivo a desplegar el modesto lujo de sus almendros, la ufanía de
sus viñedos, el fruto sacro de sus olivos, las estrellas de plata y
las pomas (“Taronjí: Esclatar en esmelts de noves
pomes.
”) de oro de sus opulentos y codiciados naranjales (ver
ses teronges en youtube, de Miguel Montero, y los poemas de Taronjí:
Sóller “
Ab los
taronjerals enjogassada”
y la mort dels taronjers: “Desde´ls horts de taronjes y de pomes).

El caserío trepa unas veces de loma en loma
cual si afanoso buscase aires más puros y más pintorescas atalayas,
otras se desbanda por las laderas, en vistoso desconcierto, como
rebaño de ovejas asustadizas, o ya despeñándose se agrupa en
hondos valles como familia bien avenida que no acierta a vivir
separada.
(Al voltant d´un caseríu, A dins la vall recolzada... Joseph Taronjí, A la vila de Valldemossa.)


Si
no conociésemos por experiencia propia lo mucho que el hábito
amengua el hervor de nuestros más entrañables afectos y el alcance
de nuestras más vivas sensaciones, imposible nos fuera comprender
como el perenne aspecto de una naturaleza llena de original y salvaje
poesía, no ha infundido en el carácter general de los mallorquines
algo del tinte poético que avalora las bellísimas tradiciones de
sus montañas y aldeas, el ritmo fundamental de sus cantos populares
llenos de grave o tierna melancolía y no escasa parte de sus
costumbres. La imaginación popular de estos bienhadados isleños,
lejos de brillar por la exuberante fecundidad y volubilidad
chispeante de otros países meridionales, parece siempre
contrapesada por el lastre de una reflexión instintiva y de un
cariño nada platónico a la vida material en el círculo angosto en
que acostumbran concebirla y practicarla. Medianamente inclinados a
idealizar la realidad, cifran (Cifre es apellido corriente en ses
illes, como el de mi amiga desde Paderborn: Na Malena de Pollentia :
Pollença, Pollensa
) en ella la mayor suma de felicidad asequible
acá en la tierra. Por esto un vago instinto de repulsión les hace
rechazar todo carácter anovelado, toda aspiración que tienda a
trastornar el mezquino y rutinario orden de cosas que satisface por
completo sus necesidades morales. Tal vez la raza árabe que
tanto tiempo fue dominadora de la isla, ya que no hizo herederos a
sus naturales de los tesoros de su oriental y prodigiosa
fantasía, logró embalsamar para siempre su carácter y perpetuar en
él su somnolencia moral, su
retraimiento, su silencioso quietismo y todo el seráfico conjunto de
sus virtudes sociales. De otra parte una invencible timidez, no
desnuda de modestia ni destituida de recelo, enfrena los
esfuerzos expansivos del corazón. Acallemos con férrea mano las más
apasionadas simpatías del nuestro y digamos toda la verdad. El
carácter general de los mallorquines, no sólo carece de poesía, no
sólo se identifica sobradamente con la realidad, no sólo tributa un
culto interno a las pequeñeces de la vida práctica, sino que carece
de iniciativa colectiva y es hasta cierto punto refractario a todo
progreso social.


Veamos
ahora cómo se destaca de ese carácter general el de los poetas
contemporáneos de Mallorca
.




II.


Pocos
pero de valía son los poetas con que hoy puede enorgullecerse
Mallorca. Por un elevado sentimiento de justicia, todos ellos
conceden el puesto de preferencia a Mariano Aguiló (Marian,
Marià
). Como esos árboles avaros de hojosas bizarrías que,
engañando por algún tiempo las dulces esperanzas de su dueño y
nada cuidadosos en halagar su deseo con la vana ostentación del mal
sazonado y primerizo fruto, en día memorable lo desplegan
riquísimo y bello y abundoso, después de haber ajuntado en la
oscuridad tesoros de fecunda savia, así el nombrado poeta apareció
de repente a los ojos de sus conciudadanos.


Ignorada
de todo el mundo y apenas rastreada por algún amigo, creció y se
fortificó su vocación poética en el misterioso cenáculo de un
alma tan pura como de recio temple, sin ninguna de esas influencias
académicas más o menos legítimas, pero que lejos de prestar un
amoroso arrimo a la inspiración juvenil, suelen arrancarle su
espontaneidad, desnaturalizarla y falsearla. El sentimiento intuitivo
de la verdadera poesía que, desde sus más verdes años, ardía
esplendente en el pecho de Mariano Aguiló, pudo así conservar
intacta esa aureola de pudor y de dignidad que una pureza ejemplar de
costumbres, envidia y admiración de cuantos le conocen, ha concluido
por hacer ordinaria, habitual, inestimable. Por su fortuna como
hombre y como poeta, desde las santas fruiciones del hogar doméstico,
desde la dulce tutela de una familia, dechado de honrados procederes,
desde la influencia angelical de una madre tan inteligente como
tierna, pasó al trato intimo, a la confraternidad intelectual más
estrecha con D. Pablo Piferrer. Al calor de este espíritu
sublime, gloria insigne de Cataluña, regaladamente se desarrolló la
irresistible vocación poética de nuestro paisano; cobró bríos su
sentimiento artístico, se acrisolaron sus aficiones y simpatías
literarias, y tomó un carácter definitivo de originalidad su ya
entonces robustísima inspiración.


Precozmente
encariñado por la poesía popular, largo tiempo hace que cifra en
ella sus más escondidos y nobles deleites. Cazador infatigable de
tradiciones y cantos populares, va a sorprenderlos en el fondo de las
rústicas aldeas, en lo alto de los más encumbrados montes, y con
sabroso recogimiento las escucha y trascribe de boca misma del niño,
de la aldeana, de las viejas, del hosco y casi salvaje pastor. Las
incomodidades de penosas excursiones, el desvío montaraz con que la
gente rústica acoge no pocas veces las insinuaciones y súplicas del
poeta, la codicia de unos, el desdén de otros, la fría y estúpida
indiferencia de muchos, nada le retrae del objeto constante de sus
fatigosos desvelos. De tan difícil y aun arriesgada manera y al cabo
de años y a fuerza de inquebrantable celo ha podido Mariano Aguiló
acopiar una colección de romances lemosines verdaderamente
asombrosa, y cuyo valor histórico, literario y filológico es
incalculable. Los sinceros amantes de la poesía popular en Alemania,
en España, en Portugal, en Francia, aguardan con el más vivo
interés la publicación de tan inmenso tesoro. En él ha sabido
encontrar Mariano Aguiló un auxilio natural y poderoso de sus
propias concepciones, y un manantial de vida para comunicarla
fecundante a su numen. Dotado de una imaginación lírica tan
esplendorosa como la de Moore y de Heyne, nunca la tiene exuberante y
manirrota como la mayor parte de los líricos españoles modernos.
Tampoco se entretiene, como muchos de ellos, en atestar de adornos
baladíes la trivialidad jactanciosa, o la enfermiza raquitiquez
de concepciones mal nacidas y peor alimentadas. Esta intuición
infalible, que es el carácter supremo de las inteligencias
extraordinarias, lo hace ser sabiamente avaro de su patrimonio
poético. Además, una razón siempre en alto, sabe moderar como
habilísimo jinete a un corcel árabe rebosando fogosidad, los
arranques de una fantasía lozaneadora. El lirismo de Mariano Aguiló
encarna en lo vivo del corazón humano, es psicológico, profundo,
trascendental. Esta sobriedad resplandece más todavía en las
poesías exclusivamente populares del poeta balear. Quien haya leído
las pocas composiciones que ha publicado, todas versificadas en el
más clásico lenguaje lemosin, A Dios, El entendimiento y el
amor, Don Alfonso de Castelnegro, A un ciprés, A la traslación del
Archivo de la corona de Aragón, Una visita a los muertos, y
Esperanza, más aún si ha leído sus composiciones inéditas, no
encontrará ciertamente desmesurados nuestros elogios: sólo él,
dechado de veraz modestia, podrá encontrarlos inmerecidos. (*)


(*)
Si justos son los elogios que tributa el autor a este poeta de
privilegiadísimas dotes, hoy es poco cuanto se diga para encomiar
sus trabajos literarios, asiduos sobre toda ponderación, y
encaminados a colocar la literatura catalana
(Guillermo
Forteza usa:
lenguaje
lemosin, varias veces, 8 líneas más arriba, p.ej.
Gerónimo
Rosselló publica las obras rimadas de Ramon Lull, sí, con L al
principio y ll al final, en “idioma catalan-provenzal”
)

en el alto pedestal que le corresponde (un dialecto occitano
en un pedestal; cuándo estará la lengua manchega, o la lengua
extremeña, o la lengua gaditana, etc, en el mismo pedestal? Cuando
tengan tanto dinero como los catalanistas para gastarse en su
promoción
).
A pesar de que son más que suficientes las
composiciones que tiene publicadas para concederle puesto, y no poco
elevado, entre los mejores líricos de España, es sensible que lo
que inédito conserva, así permanezca, en menoscabo de su gloria y
de la literatura, y más aún del renacimiento de la catalana,
que necesita obras en que aprender y modelos que imitar.
Mariano Aguiló es en realidad un ardiente entusiasta por la
lengua de los almogávares
, y a ella puede decirse tiene
consagradas todas sus facultades, toda su existencia, dedicándose a
tan perseverantes estudios y a investigaciones filológicas
tan detenidas, emprendiendo trabajos de tal magnitud, que sólo con
largos años de vida alcanzara llevarlos a término. Es por todos
conceptos importantísima la colección de romances populares
de que habla el autor (Guillermo Forteza), y que a fuerza de
diligencia y de penosas excursiones, tiene recogida en las diferentes
provincias
que formaron la nacionalidad catalana. (Los
paísus cagaláns, PPCC actuales
)

El extenso y razonado
catálogo de las obras impresas en catalán desde la invención
de Guttemberg (la imprenta) hasta nuestros días, premiado por
el gobierno, es una obra cuya impresión, empezada ya, debiera
concluirse, porque es realmente la mejor clave, la guía más segura
para emprender el estudio de la lengua. El Diccionario, que
tan adelantado tiene y tan rico promete ser, que representa dilatados
años de trabajos ímprobos, (no es el DCVB de Alcover) no
debiera hacerse esperar más, por lo mucho que ha de contribuir a la
restauración gloriosamente empezada, y a fijar el mismo idioma
a cuyo cultivo tantísimos se dedican. Y por fin sus colecciones de
refranes, de cantares, de navidades, de cuentos populares y otras
muchas, forman un inapreciable caudal que es lástima no puedan
saborear y estudiar todavía los amantes de la literatura patria.
Hoy es Aguiló Maestro en Gay saber, por haber alcanzado los tres
primeros premios de reglamento en los Juegos florales de Barcelona,
(año 1866) y ocupa el cuarto lugar entre los que han obtenido este
título; dirige además la Biblioteca Catalana, preciosa
colección de obras clásicas de nuestra literatura
indígena
, en la que colaboran los catalanistas Amer
y Rosselló, y el entendido bibliotecario Bartolomé
Muntaner
; y por último publica en caracteres góticos un
precioso cancionero que, por su especialidad y condiciones
tipográficas, forma a la vez las delicias de los literatos, de los
anticuarios y de los bibliófilos. Es de desear que estas
publicaciones se terminen, y vean pronto la luz tantos trabajos
inéditos, para que todo constituya la copiosa fuente en que pueda
beber nuestra juventud estudiosa, (sobre todo los de “jovent”)
ávida de conocer las cosas de su país y lo que nos ha legado
el genio de nuestros abuelos. - N. del E.

Tres cuerdas
principales tiene la lira de Tomás Aguiló: tristeza, amor,
aspiración cristiana (falta la cuarta, el dinero catalán).
Víctima resignada de injusticias sociales (Espanya ens roba)
que debe rechazar altamente todo pecho noble, ha reconcentrado en el
suyo un caudal de infecundas lágrimas (els pluramicas catalans)
que ha ido derramando en sus versos quejumbrosos. El carácter
sigiloso del poeta, ha contribuido a hacer crónica esta pasión en
sus composiciones poéticas, pues sin este desborde tan higiénico
como literario, no es dudoso que se hubiese convertido en sauce
llorón (ploramiques), aumentando así la ya pingüe colección
de las metamorfosis mitológicas. Esta tristeza desnuda de energía y
dignidad, fatiga y aburre en lugar de despertar simpatías generosas.
Sólo cuando el sentimiento religioso la ilumina con la luz de sus
consolaciones inefables, logra interesar y conmover. Así acontece
con su bellísima poesía Resignación, que aparte de algunos lunares
de forma, es una elegía deliciosa. El amor tal como lo concibe el
autor de las Rimas varias, podrá ser recomendable bajo el punto de
vista moral, pero mucho dudamos que sea poético. Una frase benévola
del objeto amado le hace el más feliz de los mortales, sólo lo que
pide es una mirada, una sonrisa. De todo podrá tacharse a este amor
menos de exigente, y a fé no comprendemos cómo la Dulcinea o
Dulcineas de nuestro contentadizo amador hayan podido regatearle, a
no ser tigres de Hircania, unos favores tan sencillos y ortodoxos. No
sabemos qué admirar aquí, si el recato de ellas, o la humildad de
él. Por lo demás, el egoísmo de una pasión individual, para
entrar en los dominios de la poesía más sujetiva, tiene
necesidad de grandes condiciones artísticas para ser con verdad
estética y cautivar los corazones. Presentar al mundo las emociones
de un amor tan pueril, tan mísero, tan pordiosero, tan apocado, no
sólo es desconocer el alto fin de la poesía lírica, sino las leyes
más rudimentarias del corazón humano. El mismo Petrarca necesita
deslumbrar a sus lectores con las riquezas, a menudo baladíes, de su
exornación poética, para no cansarles con su eterna donna.

(Esta palabra se parece a la “catalana” dona, ¿a que sí?
Pues viene de Domina: dómina, domna; la que domina; señora,
senyora; mulier : muller.
Señor con ñ, eñe, ya lo escribe
Ramon Lull circa 1300, anno a nativitate Domine MCCC: don; señor,
senyor. Se puede leer en un libro de Geroni Rosselló.
)

Adivinando este escollo los más grandes líricos, han procurado
objetivar la esencia eminentemente subjetiva del lirismo y con
especialidad el amor. Es preciso que el poeta, cuando canta himnos al
objeto de sus adoraciones, no olvide que los canta en alta voz, y que
si no logra cautivar con la novedad y beldad de sus cantos a los que
les prestan oído, corre riesgo de encontrarse a lo mejor sin
oyentes. Más feliz ha sido Tomás Aguiló en la expresión de sus
efectos religiosos, de sus cristianas aspiraciones. La voz de Dios,
Abdiel y Los siglos ante
Jesucristo, a ser menos artificiosa su versificación, y a dejarse
traslucir menos el antipoético afán de rebuscar consonantes
difíciles (defecto general de casi todas las composiciones en verso
de Tomás Aguiló), son joyas de buenos quilates. (Ya Ramon Lull
construía versos rimados muy forzados para explicar su Arte y su
Idea y que a la gente se le quedase en la memoria.
)
No
ocasionado a fantasear fuera de los límites del dogma, como
Lamartine, hace justamente gala de creyente sincero, y nunca pierde
de vista el norte de la fé.
Esta cualidad, que hace honor a sus
acendradas creencias, da nuevo aprecio a sus poesías, por lo difícil
que es moverse con brío y desembarazo en esfera tan restringida.
Otras que no pertenecen a los tres caracteres señalados dan a Tomás
Aguiló un envidiable puesto en la literatura balear. Tales son El
numen, Aridez, Tristeza, y Los claustros de San Francisco, y sobre
todo sus baladas mallorquinas, que son el florón más
preciado de su corona poética. (*)


(*)
Con sobrada severidad juzgó ciertamente el autor a Tomas Aguiló,
que, además del título honroso de patriarca y decano
(¿Este
editor sabe quién fue Ramon Lull, por poner un ejemplo? O sólo se
refiere a los alucinados catalanistas de la Renaixença?
Taronjí
sí que lo conocía:
“¡Ah! sòls una esperança conceb que
m´enamora:
La dolça poesía renaix y té espiray.
Ramon, de
los poetes vindrá ta nova aurora;
¿Nosaltres oblidarte, Ramon?
¡Jamay, jamay!”
)
de los poetas mallorquines, reúne
el de ser, en unión de D. José María Quadrado, iniciador y padre
del renacimiento literario en la mayor de las Baleares.
Sus poesías castellanas son realmente modelos de buena forma
y de esmeradísima dicción, habiendo conseguido ser un poeta
severamente gramático sin que nada perdiesen en la expresión sus
acendrados sentimientos ni su inspiración levantada. En los tres
tomos que forman sus Rimas varias hay composiciones que no desdeñaría
ninguno de los primeros vates españoles. Cierto es que sus poesías
mallorquinas
exceden en mérito a las Rimas; y si en 1861 ya las
consideró el autor del artículo que anotamos como el florón más
preciado de la corona del poeta, hoy que el precioso ramo ha sido
aumentado con nuevas e inextimables flores, podemos decir, que
el volumen que dispone Aguiló para la impresión, comprensivo de
todas sus poesías escritas en lengua materna, será una obra
de mérito superior y digna de figurar entre lo mejor que ha
producido nuestro renacimiento literario.
Su leyenda
Constança d‘ Aragó, que alcanzaba en 1867 uno de los tres
primeros premios en los Juegos florales de Barcelona, es una
composición de primer orden, impregnada de un sentimiento religioso
profundísimo, y tan bien pensada como correctamente escrita (“...L'
esposa del rey en Pere: Que som reyna vertadera”...La reyna dona
Constança, La muller del rey en Pere...
). No obstante, Tomas
Aguiló no ha dejado de cultivar la poesía castellana, y en 1871 dio
a luz un reducido tomo de Escenas episódicas en verso, relativas a
la pasión de Jesucristo, que no son de escasa valía. La obra
titulada A la sombra del ciprés, aunque escrita en castiza prosa
castellana
, revela los grandes recursos de su imaginación y el
esplendor de su fantasía. - N. del E.

(Añado el poema de
Aguiló en su versión mallorquina. En el libro Flors de Mallorca
está traducido también al castellano
.
CONSTANÇA D'ARAGÓ.


1284.


-
Respira, cor meu, respira,


Que
prest del foch que 'l turmenta


No
romandrá ni una espira:


Un
broll de sanch no 'm retgira


Si
de sanch las taques renta.


De
ta llarga malaltía


Remey
será aquexa sanch.


¿Qu'importa
que noble sia?


Mes
ho era la qu'un dia


Feu
vermell mon manto blanch.


En
mitx de tanta grandesa


Qu'als
pesars consol no dona,


De
cruels inimichs ofesa,


Per
enganar ma tristesa


Duya
d'òr una corona.






Mes
fins ara 's pot dir qu'era


Reyna
solament de nom


L'esposa
del rey en Pere:


Que
som reyna vertadera


Ben
prompte ho veurá tothom.


Res
em fa que pugan creure


Que
de bronzo un cor abrich.


No
'm quedarán res a deure:


Del
cálzer que 'm feren beure


Ne
beurá mon inimich.


Que
plor. Si. Qu'ensaboresca


Aquell
glop d'amarch verí.


Per
ágre que li paresca,


Com
las gotes d'una bresca


Els
seus plors serán per mí.


Y
¡cóm s'engana si espera


Que
podrá la compassió


Fer
tornar mon bras arrera!


L'esposa
del rey en Pere


Arrera
no torna, no.


Primer
daria a mans plenes


Les
joyes de mon tresor,


Mon
manto faria benes,


Sanch
treuria de mes venes,


Trossos
faria mon cor.


Que
totes les nits encara


Quant
estich mitx condormida,


M'arriba
una veu ben clara,


La
triste veu de mon pare,


Que
“mort y venjança” crida.






Venjança,
dolsa venjança,


Anys
fa qu'envers tú m'empenyen


El
desitx y l'esperança;


Pero
avuy mon bras l'alcança,


Avuy
mos brassos l'estrenyen.


No
'l' deixaré. No m'espanta,


No
'm gela 'l cor el nom teu:


Quant
ets justa també ets santa,


Ets
un cástich qu'adelanta


L'invisible
má de Deu.


Me
venjaré a tota ultrança:


Qu'el
botxí son ferro esmol,


Y
axí veurán còm s'alcança;


Qu'aquesta
avorrida França


En
sentir mon nom tremol. -






Axó
's deya a sí matexa


La
reyna dona Constança,


La
muller del rey en Pere,


Qu'en
la Sicilia comanda.


En
son palau de Messina


Tanta
de gent s'ha aplegada,


Que
en sa cort, mes no 'n tendría


L'emperatriu
de Alemanya.


En
son trono está la reyna


Ab
la corona posada,


Ab
lo pom d' òr y lo sceptre,


Distintius
de soberana.


Dels
infants que tant estima


Un
ne vol a cada banda,







en Frederich a má esquerra,


A
má dreta l'alt en Jacme.


Y
sols ells tres allá séuen


En
les cadires daurades,


Sobre
vistosa catifa


De
flors vermelles y blaves.
-----


Ornament
que sembla impròpi,


Del
costat la paret tapan


Una
folgada cortina


Y
un dosser de negre llana.






De
Jesucrist la figura


Imponent
allá destaca,


Coronat
el cap d'espines,


En
la creu les mans clavades,


Devant
ella resplandexen


De
cera groga sis atxes


Que
ab la seua llum recordan


Les
de trista funeraria.


Y
prop d'allá per lo sèries


De
terror el pit conglassan


De
set rigurosos jutges,


Vestits
de negre, les cares,
___






Ni
se miren, ni sonríuen,


Ni
se parlan ab veu baxa,


Y
aquella cambra está plena


De
cavallers y de dames;






De
patges y de donzelles,


De
barons de antich paratge,


De
prelats que duhen mitra,


De
guerrers qu'han guanyat fama;


De
valents que compartexen


Ab
el gran Rotger de Lauria


Lo
domini de les ones,


Els
perills de les borrasques.


Hi
há nobles de Sicilia,


De
la Grecia, d'Alemanya,


Catalans,
aragonesos...


Sols
un de francesa rassa.
____






En
Carles príncep de Nápols,


Del
tronch d'Anjú noble rama,


Que
a n'en Rotger sens afronta


Rendí
sa vensuda espasa,


N'es
aquest qu'allá se troba


Presoner
y en mitx de llançes,


Aguardant
que decidesca


De
sa vida una paraula.


Ni
la tem, ni la provoca.


De
sos ulls tranquils no saltan


Ni
de fel amargues gotes,


Ni
espires d'encesa rábia.


Sabent
a qué está sotsmesa


La
cega sòrt de les armes,


Ni
l'orgull son front axeca,


Ni
'l dolor son front acala.






Mes
fort que son bras de ferro


Quant
feria en la batalla,


Un
cor té que no 'l doblegan


De
la mort les amenasses.


Prou
coneix qu'ella s'acosta,


La
remor sent de ses ales,


Y
la sent com grossa alzina


Els
bramuls de la ventada.


____


Fit
a fit la reina 'l mira,


Y
llavores sí que ratja


Sanch
mes viva y mes bullenta


De
son cor l'antiga llaga!


Del
color de les roselles


Enceses
mostre les galtes,


Y
del foch qu'en son pit cova


Respiran
p'els ulls les flames.


___



Rompent
aquell llarch silenci:


-
¿Sabeu, oh jutges, esclama,


Que
del Rey Manfré som filla?...


Som
la filla desditxada! -


Y
sa passió rencorosa


Cedint
a la pena amarga,


Son
esperit li flaquetja,


Y
sos ulls en plors esclatan.






-
No ploreu, aquells responen,


Senyora,
seréu venjada.


Del
rey Manfré la memoria


Lo
temps no ha esborrat encara.


Del
rey Coradí l'afronta


Hem
pesat en la balança:


Cap
per cap es la justicia,


Mort
per mort la lley demana. -


-
Demá...! y s'atura. - Reyna!


Diu
el príncep ab gran calma,


Si
fòs encara possible


Demanaria
una gracia.


-
No hi há mercé. - Es tan petita!


-
Y es? - Morir quant la campana


Tòqui
a las tres del capvespre


La
tercera batayada.


-
Per qué axí?... - Demá 's divendres,


Mon
calvari es una plassa,


Y
en el seu en aquesta hora


Mon
Redemptor espirava.
___




Commoguda,
com si fossen


Tan
poques y humils paraules


Ferest
tró d'una centella


Que
reventás dins la cambra,


La
reina s'axeca dreta,


Gira
el cap, y ses mirades


En
la figura 'n tropessan


Que
baix del dosser ressalta.






Gran
batech el cor li dona,


Mut
gemech son pit eczhala, (exhala)


Y
ab sa veu que li tremola,


Pero
veu ben estil-lada:


-
Barons, diu, en Catalunya


Lo
Rey mon espòs s'encuantra,


A
ell li pertany fer sentencia


De
tal príncep en la causa.


Si
mon perdó necessita,


Lo
té ja, qu'a mí no 'm bastan


Els
llorers que se mostian,


Els
llorers qu'ab sanch se guanyan. -






Com
estorats tots se quedan


Mentres
qu'ella s'adelanta,


Al
príncep besa en la boca


Y
sa ma dreta li allarga.


Y
ningú 's tem que sa esquerra


Comprimint
son pit estava,


Y
que 's deya a sí matexa:


-
¡Calla, cor meu, calla, calla!


No
'm recordis que som reyna,


Recórdem
que som cristiana,


Que
Jesucrist es mon mestre,


Que
Jesucrist es mon pare. - )











Gerónimo
Rosselló, más que por la novedad y grandeza de sus concepciones, se
distingue por la delicadeza de sus conceptos y la tersura primorosa
de su versificación. Los numerosos sonetos que encabezan sus Hojas y
flores son acabados modelos de un género en que tanto han brillado
Lope de Vega, los dos Argensolas, y Arguijo, y tan desdeñado o mal
entendido por nuestros poetas actuales. Si el soneto es una cajita
adornada de riquísima labor, y en el cual se encierra una piedra
preciosa, Rosselló sólo merece elogios en lo que atañe al
exquisito mosaico de esta cajita, por más que alguna vez la joya en
ella guardada pudiese ser de más levantado precio. Tiene odas de
robusta entonación, romances llenos de gallardía, y traduce
felizmente a varios poetas alemanes. Lástima que por lo
general sus producciones extremen la dulzura que las caracteriza y
deslían con exceso ideas pobres de suyo, y afectos demasiado
comunes. (*)


(*)
Cuando el autor emitió este juicio, Gerónimo Rosselló era conocido
como poeta sólo por el volumen titulado Hojas y flores, impreso en
1853; colección de poesías escritas todas en edad muy temprana, y
puede decirse que las más en la adolescencia. A poco de haberlas
publicado, dedicóse asiduamente al estudio de la lengua materna,
y dio a luz, en 1859, (aquí ya era mayor de edad) las Obras
Rimadas De Raimundo Lulio, con una extensa biografía y numerosos
artículos críticos;
(OBRAS RIMADAS
DE
RAMON
LULL,
ESCRITAS EN
IDIOMA CATALAN-PROVENZAL,
PUBLICADAS
POR PRIMERA VEZ
CON UN ARTÍCULO BIOGRÁFICO, ILUSTRACIONES Y
VARIANTES,
Y
SEGUIDAS DE UN
GLOSARIO - 145
páginas dinA4, arial 12 - DE VOCES ANTICUADAS
POR
GERÓNIMO
ROSSELLÓ.
PALMA.


IMPRENTA
DE PEDRO JOSÉ GELABERT.
AÑO 1859.
Editado por Ramón Guimerá
Lorente, disponible en regnemallorca.blogspot.com; en Amazon quizás
lo tenga que publicar con el glosario aparte, sinó es demasiado
grande y Bezos no me deja. Además, lo tengo que publicar como
“catalán”, es lo que tiene la política, ya sea lingüística,
de izquierdas, de derechas o de centro
);

y en 1860 dio
fin a su Biblioteca Luliana, no impresa todavía, existente en
la Biblioteca Nacional en virtud de Real orden. Estos trabajos
fueron apreciados por el profundo literato D. José Amador de los
Ríos
, al ocuparse del gran pensador del siglo XIII, (escribe
también unos años del XIV
) estampando en el tomo 4.° de su
Historia crítica de la literatura española las siguientes palabras:

–«D. Gerónimo Rosselló, concienzudo escritor mallorquín,
con una diligencia que le honra por extremo, ha recogido muy curiosas
noticias sobre la vida y obras del beato Raimundo, así en la
esmerada edición de sus poesías hecha en 1859, (Palma - Imprenta de
Pedro José Gelabert) como en el interesante trabajo bibliográfico
que con el título de Biblioteca luliana presentó a uno de
los últimos concursos celebrados por la Biblioteca Nacional. El Sr.
Rosselló restituye a Lulio muchas obras que le habían sido
arrebatadas sin causa, y le descarga de la responsabilidad de haber
escrito otras que se le atribuyen sin criterio. No creemos que se
haya pronunciado en el particular la última palabra; pero es, sí,
deber nuestro, manifestar que el Sr. Rosselló ha prestado, en uno y
otro concepto, señalado servicio a la historia de las letras
patrias, siendo su ejemplo altamente digno de ser imitado por cuantos
se interesen en su cultivo.” - Robustecido el poeta con estos
asiduos estudios de la lengua de su país, absolutamente
necesarios para semejantes trabajos, presentó en los Juegos florales
de 1861 un romance histórico escrito en lenguaje catalán del
siglo XIII, (como el catalan-provenzal de Ramon Lull o el lemosín,
lemosin que vemos en los textos de Guillermo Forteza
) que le
valió un premio extraordinario; y en el año siguiente obtuvo los
dos primeros ofrecidos por el Consistorio, que le expidió en
consecuencia el codiciado título de Maestro en Gay saber; distinción
solamente alcanzada entonces por D. Víctor Balaguer, siendo por
tanto el segundo, en el orden cronológico, de los honrados con tan
alto premio. En el mismo año dio a la estampa un volumen de romances
históricos con el nombre de Lo Joglar de Maylorcha que fue saludado
en Barcelona con las siguientes frases: - «Lo Joglar de Maylorcha es
una colección de poesías que podría firmar cualquiera de los
primeros poetas, así nacionales como extranjeros. Más bien que un
libro es una historia soberbiamente escrita en verso sobre los hechos
más notables acontecidos en el antiguo reino de Mallorca.
(regnemallorca.blogspot.com) Compónese la obra de diferentes
romances, dos de los cuales alcanzaron premio en los Juegos florales.
De los otros podemos asegurar que son tan excelentes como los
premiados. No hay para que desear vientos favorables a la nave en que
nos ha venido Lo Joglar, porque la brisa que la impelió a nuestras
playas fue la brisa de la gloria, y no dudamos que ella la llevará
por otros mares, hacia otras tierras.” - Desde entonces ha
alcanzado nuevos lauros, y no ha dejado de publicar poesías
catalanas y castellanas en los periódicos literarios
de Cataluña y Mallorca; y hace algún tiempo que tiene anunciada la
impresión de las líricas en catalán con el pseudónimo de
Lo Cançoner de Miramar.
(A ver si saben de quién es
este fragmento:
“...Plorau, Senyor, que mos uylls plorarán,


E
ab dolrós plant vos farán compaynia:


Senyor,
plorau, que a Miramar irán


Faels
servents, que per vos penarán,


Portant
silicis, dejunant cada dia... ”
)

Prefiriendo consignar
aquí el voto de los extraños, para que el nuestro no
parezca apasionado
, he aquí cómo juzgaba recientemente a
Rosselló el sabio profesor de la Universidad literaria de
Barcelona
D. Joaquín Rubió y Ors, en uno de sus últimos
y más interesantes opúsculos: – «En 1843 comenzaba sus estudios
de derecho en esta Universidad literaria otro hijo de Mallorca que
debía ser, andando el tiempo, uno de los que más honrasen con sus
obras poéticas y sus trabajos críticos aquella hermosa isla. La
lectura de un volumen de modernas rimas catalanas, dadas a la
estampa dos años antes, que llegó a sus manos, si es que no
determinó su vocación para la poesía, encendió en su pecho el
amor, que aún dura y durará en él lo que su vida, al dulce idioma
que aprendió en el regazo de su madre (mallorquí siempre que su
madre fuese mallorquina; yo soy aragonés, de Beceite, y mi lengua
materna es la lengua castellana
).
Tres o cuatro años
después, y a los veinte o veinte y uno de su edad, daba ya a luz en
los periódicos de Palma algunos de sus versos mallorquines.
Aquel joven, ganadas las tres joyas que dan derecho al honroso
título de Maestro en Gay saber,
(gaya scientia; lengua
Occitana con sus variantes o dialectos, “catalan
comprès”, escribe Loís Alibèrt en su grammatica occitana segon
los parlars lengad
ocians, después de Pompeyo
Fabra y su gramática en castellano; Loís escribe Pompeu.
)
era
proclamado tal en la fiesta poética de 1862: con el pseudónimo de
Lo Joglar de Maylorcha entregaba a la prensa en aquel mismo año un
tomo de romances históricos; y modestamente oculto tras el de Lo
Cançoner de Miramar, ganaba una buena joya en los Juegos florales de
1864. El nombre de Gerónimo Rosselló es hoy un timbre de gloria
para la isla que le dio el ser, y para Cataluña, donde aprendió
a amar la poesía
, a la cual debe, principal pero no
exclusivamente, el renombre de que goza dentro y fuera de su querida
patria.» - N. del E.






José
María Quadrado, pensador eminente, inteligencia gemela de la del
malogrado e ilustre Balmes, distinguido publicista y buen
historiador, se ha dedicado poco a la poesía, pero con éxito feliz.
Su Aspiración, Armadans y Espanyols y El último rey de Mallorca,
son magníficos partos de una inspiración vigorosa. (*)
(*) En
los periódicos La Palma y La Fe publicados respectivamente en
1840 y 1844, insertó el Sr. Quadrado excelentes composiciones
poéticas que revelan así el alma y el temple del poeta, como la
inteligencia del pensador. Tiene inéditos algunos trabajos de un
valor literario inapreciable, y obras dramáticas en las que
resplandecen, al par que el brillo de su fantasía, un conocimiento
profundo de los resortes de la escena. Es preciosa su novelita
titulada Ausias March. La extensa colección Ensayos
religiosos, políticos y literarios es de lo mejor que puede leerse
de buena doctrina, sagaz polémica y crítica concienzuda. Como
historiador raya a grande altura; y los tomos que lleva publicados en
la magnífica obra Recuerdos y bellezas de España, le acreditan de
vigoroso y correcto prosista, al mismo tiempo que de arqueólogo de
vastísimos conocimientos. Sería necesario un volumen entero para
juzgar al SR. Quadrado como merecen su múltiple talento y las
diversas obras con que ha enriquecido el mundo científico, artístico
(artís-ico) y literario. - N. del E.






Miguel
Victoriano Amer, sólo ha necesitado rimar los latidos de su corazón
para despertar en los ajenos dulce y tierna consonancia. Con dos alas
de oro se eleva su musa a las regiones de luz, con la caridad y con
la esperanza. Blando, apacible, resignado, sus versos son, por
decirlo así, la tranquila respiración de su alma. ¡Feliz quien la
tiene tan hermosa como Miguel Victoriano! ¡Feliz quien, como él, no
sabe cantar sin mirar el cielo, ni mirar el cielo sin cantar! (*)
(*)
Desde que el autor escribió este juicio, Miguel Victoriano Amer ha
ido publicando poesías que le han valido honrosísimos premios en
los Juegos florales de Barcelona, en donde tiene adquirida una
envidiable reputación literaria. Fue laureada su bellísima
composición Redempció en el certamen del año 1865, y en 1867
obtuvo el primer accésit la titulada Fé, Esperança y
Caritat (como pueden ver los catalanistas, y los que no lo son,
con una y griega más bonita que el Parc Güell
). Es uno de los
más fervorosos amadores de la Gaya ciencia, y de los
catalanistas más concienzudos que cuenta el actual
renacimiento. - N. del
E.



Victoria
Peña ha escrito composiciones que revelan un bello corazón y una
fantasía bastante lozana. (**)
(**) El amor de madre y el amor de
la patria, juntamente con el sentimiento religioso más acendrado,
han sido verdaderos manantiales de poesía para la simpática y
tiernísima Victoria Peña: Recordando esta que ya en el primer año
de la restauración de los Juegos florales había conseguido
premio su poesía Anyorament, (añoranza : “añoramiento”
: enyorament
) presentó en el certamen de 1865 la inspirada
composición Amor de mare (¿esto es catalán? Amore, de,
Mater, lo entendería cualquier orphanus del imperio romano, Julio
César, Virgilio, y hasta Homero que hablaba y escribía en griego.
Lo entiende cualquiera de Madrid, de Cádiz o de Porriño de Abajo
)
que obtuvo una joya extraordinaria. Parecidos lauros han
conseguido en otros certámenes de Cataluña algunas de sus
poesías religiosas; y en el año 1873 fue premiada por el
consistorio barcelonés otra composición dedicada a Mallorca.
Dignas compañeras de esta poetisa son Manuela de los Herreros,
Margarita Caimari y Angelina Martínez, cuyos versos, verdaderamente
sentidos, merecen tenerse en cuenta cuando se trata de la poesía
contemporánea en Mallorca. Distínguense las poesías de la primera
por el candoroso gracejo que generalmente en ellas abunda, así como
las de las últimas por los delicados sentimientos que las inspiran.
- N. del E.

La gota de agua bendita de José Luis Pons es una
poesía en la cual compiten la novedad y suma delicadeza del concepto
con la belleza de la forma. (*)


(*)
A la poesía que el autor cita de José Luis Pons (y Gallarza)
podría añadirse la dedicada a la muerte tan profundamente sentida
del eminente literato catalán
D. Pablo Piferrer
, que es
una composición de esmeradísima forma y que entraña elevados
conceptos y rasgos felices. Mas si en la poesía castellana ha
sabido Pons concebir obras como las indicadas, en la catalana
raya a la altura de los más notables. La llar es una
composición de una forma clásica perfecta. La Montanya catalana
es de un colorido notable, y está impregnada de verdadero espíritu
catalán
. (No hay nada mejor para ganar en unos jochs florals
de Barchinona
)
Estas poesías y otras varias han sido
premiadas en los Juegos florales de Barcelona, y le valieron
el título de Maestro en Gay saber que le fue expedido en el año
1867, ocupando el quinto lugar entre sus compañeros. El Sr. Pons
tiene una dicción correcta y una frase artísticamente culta. Merece
ser citado como uno de los más distinguidos prosistas catalanes. -
Nota del E.






Joaquín
Fiol, dotado de una sensibilidad tan exquisita como inagotable, será
un poeta distinguido el día que versifique con más facilidad y
corrección. Le sobran condiciones, le falta voluntad. (*)
(Le
falta voluntad de lamer el prepucio de los jueces de los juegos
florales.)


(*)
Este poeta coleccionó sus versos en un volumen no muy extenso
publicado en Palma, año 1868. El mismo Forteza en una carta
que escribió para figurar al frente de la colección, se ocupa del
numen poético de Joaquín Fiol en los siguientes términos: -
«Hablemos algo de tus composiciones. No las tengo en este momento a
la vista, pero las conozco, y conozco largo tiempo hace, los
sentimientos que te las dictaron y tu manera general de darles
rítmica forma. Tu Musa no es si se quiere una matrona de gallarda
robustez y de laureles eternos coronada, de mirar centelleante y
altivo; enamorada de bosques bravíos y enriscadas cumbres, a quien
el bramar de las tempestades deleita, y que huelga de cantar lo
grandioso y sublime en la naturaleza y en las pasiones, con voz
resonante y solemne. Modesta, humilde, sencilla tu Musa prefiere
cantar lo tierno y delicado; y sobre todo derramar lágrimas y flores
sobre dos tumbas: la de tu madre y la de tu hija. Sí, amigo del
alma, estas dos tumbas te han hecho poeta. Tus inspiraciones
consagradas a aquellos dos ángeles son las más bellas, porque son
las más hondamente sentidas: en casi todas las demás que he visto
tuyas, resuena una cuerda de dolor reconcentrado, se descubren
aquellas dos imágenes adoradas, como asoman entre flores dos
epitafios. Pero tu dolor es resignado y tiene fijos siempre los ojos
en el cielo, lo cual lo hace simpático y consolador. Tal vez una
crítica ceñuda pedirá a tus afectos más variedad, a tus formas
poéticas más riqueza, a tu lenguaje más colorido; pero, quien
estime como yo, en lo que vale la constancia de un sentimiento
verdadero y purísimo, no echará de menos ciertas galas que podrían
prestarle más hermosura en su expresión no más intensidad en su
esencia. Por mi parte sólo te aconsejaría que no descuidases tanto
el noble cultivo de tus poéticas dotes, regalo exquisito de Dios,
que de seguro no te ha dado para que lo tuvieras escondido en un
rincón de tu alma. N. del E.






Juan
Palou y Coll, autor renombrado de La campana de la Almudaina, es el
único poeta dramático con que cuenta por ahora la isla. Su obra fue
objeto de una ovación que difícilmente se borrará de la memoria de
sus compatricios. ¡Ojalá no se borre de la suya para que siga
trabajando con fé y constancia, ya que tantos laureles ha obtenido
en los primeros pasos de su carrera dramática, que deseamos no sean
los postreros! (*)
(*) Con posterioridad a la representación de
La Campana de la Almudaina ha dado Juan Palou y Coll a la escena La
espada y el laúd, drama representado por primera vez en el teatro
del Príncipe el día 25 de Enero de 1865. No tiene esta obra las
interesantes situaciones, ni produce los grandes efectos de la
primera, pero en cambio, según nuestro modo de ver, ostenta mayor
corrección en el lenguaje y más esmero en la forma y la
versificación. Véase el artículo que Forteza publicó en los
periódicos de Madrid juzgando la segunda producción del tan
extraordinariamente aplaudido en la primera. Pocas poesías ha dado a
luz el Sr. Palou, pero es muy notable, por más de un concepto, la
que con el título de Miramar leyó en el certamen verificado en 1877
para solemnizar el sexto centenario de la fundación del Colegio de
Miramar por Raimundo Lulio. - Nota del E.






III.


Una
provincia que tan estimables poetas cuenta, (**) tiene derecho a
reclamar un asiento distinguido en la poesía nacional. Además, los
literatos mallorquines han sabido utilizar en pro de sus medros
intelectuales la bienhadada tranquilidad de que anchamente disfrutan
en el foreciente paraíso que habitan. Inclinados a las
solitarias fruiciones del estudio, lejos del odioso palenque do
tantas ambiciones guerrean, do tantas personalidades liliputenses
se afanan por escalar el cielo de los honores y del poderío, han
podido conservar esa regalada serenidad de espíritu, fuente
inagotable de la vida moral. No les pese la oscuridad en que viven:
no son menos olorosas las margaritas y violetas porque en agrestes
lomas exhalen sus virgíneos perfumes. No en lujoso y visitado
jardín, sino en la soledad umbría del bosque, trinan a sus anchas
los ruiseñores.
(**) El autor, que debe contarse también en el
número de los escogidos, ha escrito poquísimas poesías en
castellano. Las catalanas no dejan de ser notables. La
titulada Lo que diu l‘ oreneta obtuvo un premio extraordinario el
primer año de la restauración de los Juegos florales de Barcelona,
y otro L‘ orfanet saboyart en los de 1867. Las demás no son menos
dignas de encomio. En conclusión, como comprobante de lo mucho que
se han distinguido los poetas mallorquines en el actual
movimiento de la literatura catalana, de los honrosos lauros
que han conquistado en las anuales justas poéticas que
celebra la ciudad condal desde el año 1859,
continuamos la lista de los que desde aquella fecha han obtenido el
título de Maestro en Gay saber, por el orden de su
proclamación:


En
1861. - D. Víctor Balaguer.


En
1862. - D. Gerónimo Rosselló.


En
1863. - D. Joaquín Rubió y Ors.


En
1866. - D. Mariano Aguiló.


En
1867. - D. José Luis Pons.


En
1868. - D. Adolfo Blanch.


En
1869. - D. Francisco Pelayo Briz.


En
1871. - D. Jaime Collell.


En
1873. - D. Tomás Forteza.


En
1874. - D. Francisco Ubach y Vinyeta.


En
1875. - D. Federico Soler (Pitarra.)


En
1877: - D. Ángel Guimerá.


De
los cuatro mallorquines que han obtenido el expresado título, tres
de ellos han presidido la fiesta de los Juegos florales; el Sr.
Rosselló en 1873, el Sr. Aguiló en 1867, y el Sr. Pons en 1871. -
N. del E.






Las
poco lisonjeras apreciaciones que hemos formulado sobre el carácter
general


de
los isleños, han brotado del fondo mismo de nuestro amor al país
que nos vio nacer. Pero el verdadero amor no se desalienta nunca: el
suave influjo de la esperanza, en sus decepciones le anima, en sus
desmayos le sostiene. La juventud actual de Mallorca comprende todas
las ideas nobles y abriga en su seno todos los sentimientos
generosos. Enemiga cordial de preocupaciones infames, detesta la
complicidad, no por pasiva menos perniciosa, que la rancia sociedad
de su país les presta, y se halla dispuesta a combatirlas de frente.
Mucho esperamos de sus bellas intenciones, mucho de su entusiasmo por
la libertad, de sus arraigados instintos de justicia, de su profundo
cariño a la moderna civilización. ¡Juventud mallorquina! No cejes
en tu benemérito empeño; enarbola con decisión y brío la gloriosa
enseña de la regeneración de tu adorada isla; lucha y vencerás; no
lo dudes, vencerás.
_____