Mostrando las entradas para la consulta mallorquines ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta mallorquines ordenadas por relevancia. Ordenar por fecha Mostrar todas las entradas

domingo, 1 de agosto de 2021

NOTAS.

NOTAS.



NOTA
PRELIMINAR.



OBSERVACIONES
ORTOGRÁFICAS Y LITERARIAS.



Paréceme
indispensable apuntar aquí, no precisamente para los lectores
mallorquines, sino para los castellanos, algunas observaciones acerca
de la ortografía catalana, lemosina, ó balear y modo de leer este
idioma literario.



OBSERVACION
1.a – Diferentes sistemas ortográficos: -
Dos
sistemas se siguen por la generalidad de los autores lemosines: ó el
de Mariano Aguiló, ó el de Rubió y Ors. Yo me he adherido siempre
al primero, con la mayoría de los escritores mallorquines y
valencianos, y no pocos catalanes propiamente dichos, entre quienes
descuella Jacinto Verdaguer. Distínguese este sistema por adoptar la
ortografía antigua, de los siglos XIII, XIV, XV y XVI, época
maravillosa de nuestra literatura. Los plurales de los nombres
procedentes de la primera declinacion latina terminan en es, y no en
as; como rosa, plural roses, y no rosas. Muchas razones filológicas
se aducen en pro de tal desinencia, que no son de este lugar.



OBSERVACION,
2.a – De las letras. - La letra a tiene dos sonidos:
grave, (como la castellana), cuando sobre ella carga la
pronunciacion; leve, (parecida á la e muda francesa), en el caso
contrario. Así en el vocablo paraula, (palabra), sólo la segunda a
se pronuncia distinta y claramente.
La e, como en frances, es
abierta è, cerrada é, y muda e. No siempre las distingue el acento,
sino el uso.
Esta última se pronuncia exactamente como la a leve.
De modo que eras, (verbo), y feres, (nombre), son consonantes.
Téngase muy en cuenta esta circunstancia, para percibir la armonía
rítmica. Otro ejemplo:
A la claror de la lluna,
Los oratjols
respirantne,
Que alzinars y garriguelles
De bosch en bosch
embalsaman.



Es
romance, porque respirantne y embalsaman, tienen asonancia; la última
e del primero, y la última a del segundo se pronuncian del mismo
modo. Los valencianos y alicantinos se separan algo de esta última
regla, en la pronunciacion vulgar.



La
o tiene dos sonidos: ò abierta, como en frances é italiano; y o cerrada, como la castellana. No siempre las
distingue el acento, sino el uso.



La
c en las sílabas ce, ci, ça, ço, çu, se pronuncia como la s
castellana. Se usa de la ç en las sílabas ça, ço, çu, cuyo
orígen latino lleva claramente c, * (k o h, no se lee bien) ó
ch,
Todos los vocablos lemosines terminados en c toman h final,
(sólo en la terminacion masculina, si son adjetivos), como joch,
ètich; y esta ch equivale á q.



La
g y la j tienen el mismo sonido que en frances, parecido al de la y
castellana. Úsase de g siempre que claramente la lleva en su orígen
latino: Jeroni, y no Geroni; imatge, y no imatje.
La ny representa
la ñ castellana ó gn francesa: any, Catalunya.
(Aquí no se
dice nada del añy que se lee en textos como las ordinacions del
regne de Mallorca.)

La s se pronuncia fuerte entre vocal y
consonante: Anselm, ansa; suave entre vocales, como en frances: ase.
Para sonido fuerte entre dos vocales, se dobla la s ó se pone ç,
segun sea el orígen: braços, amorosíssim.
La x tiene el sonido
de sh inglesa, y en algun modo de ch castellana, pero suave: xot,
(cordero), bruxa, (bruja). Exceptuándose las palabras compuestas de
la preposicion latina ex, y algunas otras, que enseña el uso, en las
cuales la x tiene el sonido de cz ó de cs: extranjer, exámen,
luxuria. La x final, (y no la de en medio de diccion, como
acostumbran escribir los valencianos), va precedida de i, débilmente
pronunciada: peix, (pescado), coix, (cojo.)
La y griega suele
substituir á la latina en los diptongos ai, ei, oi, ui, (ayre,
reyna, boyra, fruyt.) Finalmente: la z tiene el sonido de s suave; y
la usamos cuando se necesita este sonido entre vocal y consonante:
alzina.
OBSERVACION 3.a – Sílabas y terminaciones. -
Las silabas finales aig, eig, ig, oig, uig, se escriben tal como aquí
van escritas; y no atx, etx, itx, otx, utx; ni aitx, eitx; ni aix,
eix; ni acx, ecx. Ejemplos: gavaig, (buche), raig, (rayo), roig,
(rojo)... En el plural toman s; y se pronuncian débilmente la i en
el número singular, y la g en el plural.



Se
escriben con qu, y no con c, muchas sílabas que llevan q en su
orígen latino; pronunciándose la u, excepto en que, qui. Ejemplos:
quant, qual.
Las segundas personas de singular y terceras de
plural del presente de indicativo en los verbos de la primera
conjugacion toman a, y no e, para no confundirse con las respectivas
personas del subjuntivo. Pero las mismas personas en los verbos
regulares de las otras tres conjugaciones lemosinas, (pues el
infinitivo en nuestros verbos termina de cuatro modos; AR, amar; ER,
temer; IR, partir; RE, confóndre (confundir); toman e, y no
a.
Igualmente las segundas personas del singular y terceras del
plural de los pretéritos imperfectos de indicativo, de todos los
verbos, toman a, y no e, (á pesar de la contraria regla que seguían
los antiguos), porque así lo pide su orígen.
Ejemplos:


INDICATIVO SUBJUNTIVO



Pres.
Tu amas – Ells aman Que tu ames – Qu´ells amen.



“partexes
- “partexen “partescas – partescan... etc.
Pret. amavas. y
no amaves.
amavan. y no amaven
partías. y no
partíes.
Partían. y no partíen...etc.




OBSERVACION
4.a – De los acentos y pronunciacion. -
Dos son los
acentos: agudo, y grave. Para su buen uso deben adoptarse las mismas
reglas, con poca diferencia, que la Real Academia Española señala
para la lengua castellana en su Gramática, ya en la edicion de 1874,
(sígola yo en este tomo, por no haberme sido posible otra cosa), ya
en la de 1880. El acento grave se usa cuando la pronunciacion, (en
palabras esdrújulas, graves terminadas en consonante, ó agudas
terminadas en vocal,) carga sobre la o ó la e.



OBSERVACION
5.a – Lengua literaria: lengua vulgar. -
En cuanto
al acento general y cadencia en la pronunciacion, que tanto distingue
á los mallorquines, de los valencianos y catalanes, debo advertir
que una cosa es la lengua literaria y otra la vulgar. El catalan
literario es uno; y se escribe, y debe escribirse, del mismo modo por
catalanes, baleares y valencianos. Así lo hicieron los escritores
antiguos; así lo cumplen los buenos autores modernos. La
pronunciacion literaria debe acercarse, en cuanto sea posible, á la
unidad; aunque no es absolutamente necesario. El catalan vulgar
tiene, respecto á pronunciacion, tres dialectos: el barcelonés, el
valenciano y el mallorquin. El primero se distingue por la
preponderancia de la è abierta, el segundo de la é cerrada ó
castellana, y el tercero de la e muda. El mallorquin vulgar tiene
tres subdialectos principales: el sollerense, el pollensin y el
menorquin; ademas de las variantes de Ibiza y del llano de Mallorca.
Es privativo del mallorquin vulgar el artículo es, sa, equivalente
al literario el ó lo, la. La gente de Sóller pronuncia como u la o
no acentuada. En Pollenza carecen del artículo es, sa, (no en
absoluto); en cambio tienen el raro artículo eu. la, equivalente al
literario el ó lo. la. Así como en Palma solemos convertir en y la
ll de muchos nombres, en Menorca la suprimen. Fulla (hoja), en Palma
es fuya; en Ciudadela de Menorca fua. La r de los infinitivos
generalmente no se pronuncia, en la conversacion vulgar; no sólo en
Baleares sino tambien en las otras comarcas de la lengua catalana.
Falta un Diccionario balear que dé a conocer estas diferencias,
escribiendo el vocablo literario y sus diferentes pronunciaciones.
Falta igualmente una gramática académica, que fije las desinencias
y las construcciones. El Diccionario mallorquin de Amengual, (Imp. de
J. Colomar, Palma: 1858-1878, - dos grandes volúmenes), es
incompleto; desconoce la unidad de la lengua; rompe la tradicion
literaria en la ortografía. A lo sumo puede servir de guía á los
que estudian el dialecto de Palma. Sin embargo; le faltan bastantes
nombres, áun de los vulgarmente conocidos en la isla.
Hé aquí
algunos:
Aubahina. - Llovizna matinal.
Barba d´olivera. -
Musgo.
Calandria. - Alondra.
Estebeig. - Murmullo,
hervidero.
Gró. - Especie de seda. Gro.
Llar. - hogar.
Mabre.
- Mármol, pez.
Pedra viva. - Piedra parda.
Ramat. - Rebaño.
(también leemos Remat de blanques ovelles...)
Sibina. -
Sibina, arbusto. (Sabina)
Terra broja. - Tierra fría; el
santo suelo.
Tivellar, tivella. - Hacer dobleces.
Esto, unido á
lo desigual de su redaccion, pues en el tomo primero abundan las
disertaciones extemporáneas, y en el segundo apénas se explica la
significacion de los vocablos, hace que este Diccionario, superior al
del P. Figuera y al de Unos amigos, no responda todavía á
las exigencias del renacimiento literario.



OBSERVACION
6.a – El Catalanismo. - Éste principió en Palma cuando
la fundacion de los Juegos florales de Barcelona, en 1859. Las
Fábulas de D. Tomás Aguiló, padre, y las Baladas fantásticas,
(1852), del hijo, están escritas en mallorquin vulgar, y nada tienen
que ver con el espíritu del renacimiento. Lo Joglar de Maylorcha,
(1882), de D. Jerónimo Rosselló, señala la introduccion del nuevo
gusto, predicado desde Barcelona con admirables ejemplos por Mariano
Aguiló, y Picó Campamar.



En
1872 publica Bartolomé Ferrá sus Comedies y Poesíes; y, aquel año
fundada, difunde las nuevas ideas La Revista Balear, reemplazada
luégo con ventaja por el Museo Balear, que muere fatalmente en 1877;
cuando ya se había dado á luz la delicada Corona poética á la
Beata Catalina Tomás en 1874, el tomo de Poetas baleares del siglo
XIX, y el Homenaje á R. Lull en el centenario de Miramar. Tal es,
hasta hoy, nuestro caudal literario moderno. No hablo de las nuevas
ediciones de autores antiguos, ni de pequeñas publicaciones, ménos
importantes.
Esta escuela poética mallorquina se distingue por su
amor á la pureza de la forma, por su exquisita seleccion de
vocablos, y por un espíritu de provincialismo inofensivo, en nada
contrario al espíritu patriótico nacional. Aquí nadie sueña en
locos separatismos; y si cultivamos la lengua del país, es para
conservar su antigua literatura, para promover las espontáneas
creaciones de la Musa indigena, tesoro de orientales perlas; y,
especialmente, para averiguar y exponer sus relaciones con la lengua
nacional. El cultivo del mallorquin, vulgar ó literario, debe
contribuir al conocimiento y extension de la lengua castellana. Las
faltas de ortografía y sintáxis castellanas que se cometen en
Mallorca, se evitarán únicamente cuando se conozcan y estudien bien
las relaciones entre ambos idiomas, sus idiotismos, sus elegancias,
su historia, sus clásicos.



No
niego que en Barcelona habrá habido escritores que tal vez han
rebasado esa línea de legitimidad; en Mallorca, nunca. Por mi parte,
protesto contra toda tendencia repulsiva, ó perturbadora de la
unidad constitucional de nuestra adorada España. D. Francisco M.
Tubino, en su reciente Historia del Renacimiento literario
contemporáneo en Cataluña, Baleares y Valencia, duda del
españolismo de algunos escritores catalanistas.
- De mí dice lo
siguiente, que le agradezco en lo que vale:
“El presbítero
mallorquin D. José Taronjí, se ha dado á conocer como amador de la
gentileza, publicando versos en los periódicos de la isla y tomando
parte en los certámenes catalanistas. Nació el 10 de Marzo de 1847,
significando desde muy jóven sus aficiones literarias. Es persona
docta, que atribuye al renacimiento provincial su justo carácter.
Entre sus poesías cítanse como notables: A la Llotja de Palma,
Sóller, y la que escribió con motivo del centenario de Raimundo
Lulio. Reproducimos...etc.” (Tubino. - Obra citada; página 618.)



(Nota
1.a)
Página 14. (En el pdf original)

MALLORCA.
Esta isla tiene 15 leguas de longitud, desde Cap de Pera, hasta Cap
Grosser; y 7 de latitud, desde Palma á Alcudia. Está situada en
medio del Mediterráneo, á 40 leguas al S. de Barcelona y 37 al E.
de Valencia. El promontorio Pera mira á levante y costa de Cerdeña,
el Grosser al ocaso y playa de Valencia, el de Formentera al N. y
costa de Cataluña, y el de Salinas al Sur y tierras de Argel. La
superficie es de 1234 millas cuadradas, que ocupan dos ciudades, 45
villas, 32 lugarejos, y 2496 alquerías ó posesiones (BOVER.
Noticias).
- La Sociedad para el estudio de las lenguas romances,
tiene su asiento en Mompeller, y es notable centro de reunion de
Felibres ó poetas provenzales. En 15 de Setiembre de 1876 publiqué
en el Museo Balear un artículo, con el objeto de dar a conocer en
esta provincia la Felibrería francesa. Voy a reproducirlo en parte;
las relaciones entre baleares y provenzales son de importancia
filológica. Dice así:
“Prometimos en nuestro último número
que nos ocuparíamos con más detalles que entonces , en la nueva
Asociacion general del Mediodía, que se ha constituido en Francia
para el cultivo de la antigua lengua de Oc y de sus dos ramas, que
actualmente son la lengua provenzal y la catalana, con todos sus
dialectos y subdialectos respectivos. La poesía provenzal sigue,
especialmente desde el año último, una marcha ascendente, y sus
manifestaciones vienen á ser verdaderas festividades literarias en
la Francia del Sur; como lo son en la España oriental desde algunos
años á esta parte las manifestaciones de la lengua catalana. En el
mes de Mayo útimo tuvieron lugar dos de estas alegres é históricas
fiestas: una en Nímes y otra en Aviñon, con poco intervalo de
tiempo.
“La ciudad de Nímes erigía una estatua á Reboul, en
los jardines de La Fontaine. El autor de l´Ange et l´enfant, del
Dernier jour, de las Traditionelles, tuvo al escribir en frances sus
horas de gran poesía; pero lo que áun ignoran muchos es que
escribiese en provenzal y fuese en esta lengua un pintor de
costumbres, un poeta lleno de originalidad y de rasgos incisivos y
mordaces. Numerosos felibres acudieron aquel día, y entre ellos
Roumanille, que debía pronunciar un discurso en el momento de la
inauguracion de la estatua. La lluvia impidió el acto; pero por la
noche tuvo lugar en el teatro y delante de un auditorio numeroso, que
pudo oír de boca del gran felibre el más cumplido elogio de su
digno conciudadano.
“La reunion de Aviñon tuvo lugar el 21 de
Mayo, día de Santa Estrella, y aniversario vigésimo tercero del
Felibrije. Tenía por objeto reconstituir esta asociacion sobre bases
más anchas, y darle en Langüedoc y en Gascuña una existencia que
hasta el presente sólo era nominal. La reunion tuvo lugar en la
antigua Capilla de los caballeros de San Juan de Jerusalem,
restaurada hace poco y adornada con inscripciones tomadas de las
obras de los principales poetas de la Provenza contemporánea. Muchos
hombres ilustres se habían adherido al pensamiento; entre ellos
figuraban Mistral, Aubanel, Roumanille, Alberto de Quintana, Gabriel
Azaïs, Bonaparte-Wysse, Anselmo Mathieu, Berluc-Perussis, Alfonso
Tavan, Villeneuve-Esclapon, el abate Lientaud, Arnavielle, Bonnet,
Laforgue, Cárlos de Tourtoulon, Cavallier, Antonio Glaize, Gaidan,
Aquíles Mir, Gaut, Roumieux, Ernesto Rousset, Chastanet, Aressy,
Frizet, Fourès, el hermano Savinien (de las Escuelas cristianas),
Pablo Gaussen, Mario Bourrelly, Mario Girard, Challamel, Bar,
etc.
“Por acuerdo de meridionales y catalanes quedó constituido
definitivamente el Felibrije. Formará una Asociacion especial tanto
en Cataluña como en el Mediodía de Francia, dividiéndose por ahora
en tres secciones ó mantenencias: Provenza, Cataluña y Langüedoc;
abrazando esta última todo lo que no sea la Provenza propiamente
dicha, el condado Venesino, Niza y el Delfinado. Cada mantenencia
tendrá su direccion especial, sus reglamentos y sus escuelas
particulares. Un consistorio de cincuenta mayorales, (majorals =
majouraus), resumirá bajo la autoridad del presidente ó capoulié
las diversas fracciones de la Asociacion. Este consistorio tendrá
sesion anual, en Aviñon, ó en otra ciudad de antemano indicada por
la Junta administrativa. Los mantenedores, (manteneires), pueden ser
en número ilimitado. El catalan de Barcelona, purgado de
importaciones extranjeras y otros defectos sabidos por los
catalanistas de buen gusto, es la lengua literaria de la seccion de
Cataluña.



En
recuerdo de los siete trovadores de Tolosa y de los siete
mantenedores de los Juegos florales de Barcelona, el Felibrije tiene
por símbolo y distintivo una estrella de siete rayos; sus Juegos
tendrán lugar cada siete años; su Junta administrativa se compone
de siete personas, fuera del presidente; y, no contando á éste, el
mismo número siete se encuentra siete veces en el número de
miembros del Consistorio. La palabra Felibre no tendrá
exclusivamente la significacion de poeta provenzal. Segun la
definicion de Aubanel, designa tanto al historiador, al pintor y al
escultor, como al poeta y al erudito: “al que sabe y ama los
nombres de los santos, de los reyes, y de los grandes hombres de
Provenza y Cataluña.” El Felibrije sale de su período provenzal,
y piensa en unir á sus principios é ideas el mediodía de Francia y
el oriente de España.



Una
de las mejores disposiciones de los estatutos votados en Aviñon, es
la que separa en absoluto la política de todas las reuniones del
Felibrije. Hay que responder con hechos á las maliciosas
insinuaciones de la prensa de Paris y Madrid. Los Felibres
provenzales, dice una autorizada Revista, de la cual tomamos estas
noticias, no olvidan jamas que son leales franceses; como los
Felibres catalanes no olvidan jamas que son leales españoles.
“La
Junta directiva ó direccion general del Felibrije la componen los
señores siguientes: Presidente (capoulié), Mistral;
vice-presidentes (assessour), Azaïs, Balaguer, y Roumaille;
canciller (cancelié), Roumioux; síndico de Provenza, Aubanel;
síndico de Languedoc, Tourtoulon; síndico de Cataluña, Alberto de
Quintana...
“Antes de pasar al nombramiento de la Junta, Mistral
leyó su poesía La copa (La coupo). En este canto corren parejas la
esperanza y el temor; el poeta se pregunta si él y sus amigos son el
principio ó el fin de Provenza, los últimos hijos de una raza que
desaparece, ó sus primeros retoños. Aquellos versos entusiastas y
tiernos, miéntras la copa catalana corría de mano en mano
hasta el último convidado, dieron á la reunion un carácter
solemne, no comprendido por los que no sienten amor á los recuerdos,
amor á la historia. Podía considerarse como un sueño esta fiesta
poética, celebrada en la vieja capilla de los caballeros de Malta;
ante aquellos muros, cincelados por los viejos felibres de la piedra;
bajo las bóvedas que oyeron las oraciones de los caballeros,
felibres de la espada. Las cenizas de los muertos trovadores
saltarían de gozo. Pero es que cada nuevo triunfo del catalanismo ó
del provenzalismo, ha dicho Tourtoulon, parece un sueño que se
realiza.
¡Adelante; que así renace la verdadera poesía; así
puede confiar en un dichoso porvenir!”
Esto escribí hace seis
años; la Asociacion general del Mediodía no ha prosperado; mas su
espíritu vive aún en Francia y en España.



(2.a)
PÁGINA
32 (del original en pdf).



La
Lonja. - Este elegante edificio, es modelo del arte ojival aplicado á
las construcciones civiles. Con instrumento público de 11 Marzo
1426, ante Bernardo Sala, notario, tomó el arquitecto mallorquin
Guillermo Sagrera la empresa de levantarlo por el precio de 22,000
libras; luégo se le abonaron 2500 más. “Es la lonja un edificio
rico y noble; en su interior resplandecen la majestad, el desembarazo
y la elegancia; en su exterior gózase de su originalidad y esbeltez;
y de aquella su disposicion particular que le constituye altamente
poético y pintoresco....; ahora que raras fábricas civiles de
aquellos tiempos han sido respetadas, ella es un monumento más
precioso, digno de una conservacion la más esmerada, y tal vez en su
género el primero de España.” (PIFERRER. Mallorca.)

(3.a)



PÁGINA
40.



EL
SEPULCRO DE LA B. CATALINA TOMÁS. - El incorrupto cuerpo de esta
bendita Santa mallorquina yace en una urna de plata y cristales. Fué
trasladado á su capilla del convento de Santa Magdalena de Palma, en
31 Agosto 1815. - A manera de trono se ve un nicho de figura
circular, al que se sube por una escalinata. Sostienen el techo,
artesonado de oro, ocho columnas estriadas de piedra de Santañí, de
órden corintio, con capiteles dorados. Sobre la última grada se
levanta un altar de mármoles, donde descansa la urna. El cardenal A.
Despuig costeó la obra; y fué su arquitecto Tomás Abrínes, y su
escultor Guillermo Torres. (FURIÓ. Panorama.)

(4.a)
PÁGINA
48.

Contra Lulio y la doctrina luliana se han esforzado en
declamar los dominicos, siguiendo al inquisidor Eymerich. En 1483 D.
Fernando V el Católico erigió la universidad literaria mallorquina,
con las mismas prerrogativas de que gozaba la de Lérida. Pero como
en ella había de leerse la doctrina luliana, se opusieron á su
fundacion los dominicos. Mandó el soberano que se zanjasen las
diferencias, disputando públicamente un lulista y un dominico. El
catedrático lulista Pedro Daquí, y el inquisidor Guillermo Caséllas
fueron los nombrados; y, en largas conferencias, á presencia del
obispo, cabildo, jurados y doctores, salió vencedor el lulista. El
dominico, despues de haber confesado delante de tan numeroso y
escogido concurso la bondad de la doctrina luliana, procuró molestar
a Daquí, por medio del inquisidor general; pero un procedimiento tan
extraño dió motivo para que se quitase temporalmente el tribunal de
la inquisicion á los dominicos de Mallorca. - En 1752 se suscitaron
reñidas disputas entre dominicos y lulistas, por no haber querido
asistir los primeros á una fiesta que se celebró en honor del B. R.
Lulio; y, despues de muchos altercados, recayó órden del gobierno
para que los dominicos fuesen privados de las cátedras que
desempeñaban en la universidad mallorquina.
(BOVER. Noticias).



(5.a)
PÁGINAS
74 y 80.

La
fiebre amarilla invadió á Palma en 1870, cuando la ciudad no había
podido aún reponerse de los estragos del cólera de 1865. - En 1870
hizo pocas víctimas; pero todavía se acordaban los ancianos de la
invasion de 1821, cuando la horrible fiebre quitó la vida á 5000
personas.

(6.a)



PÁGINAS
86 y 96.



VALLDEMOSA.
- Situada á unas 3 leguas al N.O. de Palma, en el corazon de la
sierra. Es conocida por lo saludable de su clima, por lo hermoso de
su cielo, por la belleza de su accidentado suelo, y por sus
monumentos artísticos. La Cartuja fué antiguamente un castillo
construido por el rey D. Sancho de Mallorca en 1321; el rey D. Martin
de Aragon, en 1399, hizo donacion del castillo al P. D. Pedro
Solánes, para fundar un monasterio de cartujos, que se conservó
hasta 1835.
- La iglesia moderna, de órden compuesto, se empezó
en 1735 dando la traza el arquitecto D. Antonio Mezquida; el insigne
Jovellános contribuyó con sus consejos á su embellecimiento, y fué
bendecida en 1812. Tiene excelentes pinturas de Juncosa.



(7.a)
PÁGINA
110.



MIRAMAR.
- El sepulcro del B. Raimundo Lulio es obra monumental. Se levanta en
oscura capilla del convento de San Francisco, de Palma. El maestro
Juan Llobet, verdadero fundador de la enseñanza luliana en Mallorca,
erigió á sus espensas la capilla, y trazó é ideó el diseño de
los adornos para el sepulcro. La capilla se acabó en Junio de 1448.
El escultor del sepulcro fué Mossen Francisco Sagrera, presbítero,
de la familia del inmortal Guillermo Sagrera, arquitecto de la Lonja.
En 9 de Setiembre de 1492, se depositó el cuerpo del B. Ramon en la
tumba, donde desde entónces es venerado. - Miramar está situado
cerca de
una ensenada, camino de Valldemosa á Deyá. Hace pocos
años se veían alli las ruinas de una pequeña iglesia, consagrada á
la Santísima Trinidad. Eran los venerandos, aunque olvidados, restos
del colegio de lenguas orientales, fundado en 16 de Noviembre de 1276
por el B. Raimundo. Allí se enseñó durante la edad media la
doctrina del célebre maestro; allí se estableció la primera
imprenta balear, en 1485. - Un ilustre extranjero, un modelo de
príncipes, S.A.D. Luis Salvador, de Austria, ha restaurado tan
gloriosa memoria. En 25 de Enero de 1877 se celebró allí el sexto
centenario de la fundacion del colegio. Permítaseme reproducir lo
que acerca de tan fausto acontecimiento escribí en El Porvenir de
Mallorca, (año 2.° n.° 4), al regresar de la fiesta literaria.



La
fiesta literaria, repetidas veces anunciada por los periódicos de
Palma, para solemnizar el sexto centenario de la fundacion del
colegio de Miramar por nuestro inclito compatriota el mártir Ramon
Lull; tuvo lugar el 25 del pasado Enero, día en que la iglesia de
Mallorca celebra la conversion á la piedad y á mejor vida del
expresado mártir.
Desde las primeras horas de la mañana, una
numerosa concurrencia de personas de todas clases y condiciones se
apiñaban al rededor del edificio y capilla, levantados en aquellos
pintorescos sitios por Su Alteza el Sr. Archiduque de Austria D. Luis
Salvador. Muchos vecinos de los pueblos de Valldemosa, Deyá y Sóller
acudían á la fiesta; y las elegantes señoritas de Palma alternaban
con las sencillas payesas de aquellos montes, formando un encantador
y animado conjunto. A las diez de la mañana empezó la justa
literaria, á la que asistían los principales vates mallorquines.
Desde principios del siglo XVI no se había visto reunido tal y tan
copioso número de literatos para cantar, en las dos lenguas, la
oficial y la materna, la gloria y exclarecidos hechos de Raimundo. En
un largo y espacioso salon, situado en el ala izquierda del edificio,
estaban colocados los señores del certámen, en la forma siguiente:
En el fondo varios personajes distinguidos; á la izquierda, como
formando el tribunal de esa corte de amor y buen decir, S. A. el
Archiduque, su Señora madre la Gran duquesa (duquosa) de Toscana, el
Sr General D. Miguel de la Vega Inclan, el Sr. Alcalde de Palma, y
otras personas representando corporaciones ó autoridades: junto á
la puerta de entrada se agolpaba el bullicioso pueblo, ávido de oír
los inspirados acentos de la poesía lulista: y en el centro y á la
derecha estaban sentados, en sendos sillones de construccion antigua,
formando paralelógramo al rededor de una preciosa mesa, los poetas y
literatos convidados.



A
invitacion del Sr. Archiduque, comenzó D. José María Quadrado á
leer su trabajo, consistente en una bien escrita Memoria histórica
de Miramar, en lengua castellana. Otros señores leyeron elegantes
poesías castellanas, entre los cuales recordamos á D. Juan Palou y
Coll, D. Antonio Frátes, D. Tomás Aguiló, D. Eduardo Infante, D.
Joaquin Fiol, D. Leon Carnicer, Don Francisco María Servera, D. Juan
O´Neille y D. Francisco Manuel de los Herreros. Leyéronse
igualmente hermosas composiciones mallorquinas de las señoras doña
Manuela de los Herreros de Bonet, doña Victoria Peña de Amer, y
doña Margarita Caymari de Baulo, renombradas poetisas de Palma, que
no pudieron asistir al solemne acto. Y la sala resonó con los
acentos, hora tiernos y melancólicos, hora enérgicos y entusiastas
de la Musa lemosina, de la antigua poesía trovadoresca, que parecía
cobrar nueva vida y entrar en el pleno goce de sus derechos
literarios, en aquel sagrado recinto, en donde se habían dado cita
el amor á la Religion, el estudio de la antigüedad y la adhesion á
la patria mallorquina, bajo las ramas de las encinas y de los olivos
seculares. Entre los señores que con sus dulcísimos versos
catalano-mallorquines tributaron elevado culto á Ramon Lull y á su
patria, recordamos á los casi todos laureados, vates D. Jerónimo
Rosselló, Don Gabriel Maura, D. Pedro de Alcántara Peña, D. José
Taronjí, Pbro. (el que escribe el libro), D. Bartolomé
Ferrá, D. Mateo Obrador, D. Tomás Forteza y D. Juan Alcover. No
pudieron asistir á la fiesta, pero enviaron bellas poesías
mallorquinas que fueron leídas con las demas, los señores D. José
Luis Pons, D. Miguel Victoriano Amer, Don Ramon Picó y Campamar, D.
Miguel Costa, y D. Onofre Prohens. Terminó el acto con la lectura de
una sentida carta castellana de D. Mariano Aguiló, quien desde
Barcelona decía no haberle sido posible concurrir á la solemnidad,
pero que se asociaba con toda su alma al espíritu general del
certámen. El Sr. Archiduque dió las gracias a los señores
reunidos, y declaró terminada la justa poética.



Los
poetas y personas convidadas recorrieron con el Sr. Archiduque los
deliciosos paseos de la posesion de Miramar. Las grandes arboledas,
los encrespados montes, las azuladas olas que se pierden á lo léjos
en la vasta llanura de los mares, el sol que desde Occidente difundía
entre las brumas quebrados rayos de misteriosa claridad, sobre los
declives de los montes y los rasgados peñascos de las playas; todo
elevaba el alma, todo absorbía la imaginacion, hácia un mundo ideal
de belleza y de recuerdos. Parecía que la augusta sombra de Ramon
Lull bajaba á conversar con sus queridos discípulos, al cabo de
seis siglos. Todas las poesías habían nombrado á Ramon Lull; todas
las imaginaciones le tenían presente. ¡Que el insigne sabio, desde
el cielo, su eterna patria, bendiga aquellos sitios y estos
esfuerzos!
“A las dos y media de la tarde el Sr. Archiduque
obsequió á sus convidados con una comida; en la que reinaron la
mayor cordialidad, la más dulce expansion y las afecciones más
simpáticas y puras.



Al
despedirse del Sr. D. Luis Salvador y de su señora madre la Duquesa
de Toscana, los baleares que en aquellos salones habían sido tan
caballerosamente obsequiados, llevaban la conviccion de que los
actuales poseedores de Miramar son mallorquines de corazon, y que
están dispuestos á hacer en beneficio de Mallorca y á honor de
Ramon Lull todo lo que pueda concebir su ilustrada inteligencia. En
nombre de todos, el decano de los poetas mallorquines, entregó al
Sr. Archiduque una poesía laudatoria, dedicada á Su Alteza y
firmada por los demas literatos. Y cada uno de estos señores,
recibió de manos de Su Alteza una medalla conmemorativa del sexto
centenario de Miramar. Esta medalla es de metal blanco, perfectamente
acuñada; en el anverso lleva el busto del beato mártir con esta
inscripcion: Ramon Lull. - 1276 -; en el reverso lleva un alto
relieve representando la posesion y la ermita, con este lema: Miramar
-1876. -”



(8.a)
PÁGINA
126.



Deyá.
- Villa á 5 leguas al N. de Palma. En arábigo significa cortijo. En
tiempo de la reconquista pertenecía con Muza ó Valldemosa (vall
de Muza
), á la antigua Buñona, (hoy Buñola), que era cabeza de
uno de los 12 distritos en que los árabes dividieron la Isla.



(9.a)
PÁGINA
136.



SÓLLER.
- Pintoresca é industriosa villa, situada á 4 leguas al N. de
Palma, en un valle de naranjos y limoneros, rodeado de elevadísimas
montañas que se abaten repentinamente en el cerrado puerto. La
configuracion de éste recuerda los más risueños lagos de Suiza é
Italia.



(10.a)
PÁGINA
144.

LA MUERTE DE LOS NARANJOS. - Una desastrosa enfermedad
mataba los naranjos de Sóller, cuando escribimos esta poesía. La
tristeza dominaba los ánimos; sin embargo, los industriosos hijos de
Sóller no se han dejado abatir por el infortunio; y recorren hoy las
ciudades del litoral español y francés, buscando en el comercio lo
que la naturaleza se propuso al parecer negarles. Bien por ellos.

(11.a)
PÁGINA
162.



BINISALEM.
- Está situada á 4 leguas al E. de Palma Antes se llamó Rubines.
La iglesia se edificó en el siglo XVIII. El P. Cayetano de Mallorca
dice que esta iglesia es una de las más bellas alhajas de estas
islas. Su arquitecto fué Bernardo Cabrer.



(12.a)
PÁGINA
164.




RAXA.
- Este predio dista de Palma 2 leguas y media, camino de Sóller. En
tiempo de los árabes se llamó Araxa, y está contiguo á otros
predios que áun conservan el nombre de aquellos invasores, como son
Beni Atzar y Alfabia. El eminentísimo señor Don Antonio Despuig, de
la casa de Montenegro, descubrió, en 1787, en los campos romanos de
Arriccia, en el sitio donde Domiciano dedicara magnífico templo á
la ninfa Egeria, la mayor parte de las preciosísimas esculturas y
fragmentos del arte clásico, que, con lo adquirido de otras partes,
trajo á Mallorca, su patria. Así se fundó el celebrado museo de
antigüedades, uno de los primeros de Europa.



(13.a)
PÁGINA
168.



LLUCH.
- La pequeña antiquísima imágen de la Vírgen, fué hallada por un
pastorcillo en 1238, en el fondo de un lúcus o bosque sagrado. Al
principio, se la dedicó una capilla; luégo los templarios le
cedieron porcion de un predio, en 1270. Tomás Tomás, prohombre de
la casa, en 1456 le cedió otro predio; y Calixto III en el mismo año
erigió allí un colegio de sacerdotes, confirmado en 1465 por
Alejandro VI. Clemente VII en 1551 dió las actuales constituciones.
Ademas del prior y sacerdotes del culto, tiene 20 estudiantes de
latin y música. La obra actual es del siglo XVI. En sus espaciosas
crujías hospédanse continuamente multitud de peregrinos baleares.




(14.a)
PÁGINA
174.

LA VICTORIA. - Es un cerro que termina en el promontorio
del Pinar, al N. E. de la Isla. Encima hay la ermita de la Vírgen de
la Victoria, llamado así desde la época de las germanías. A un
lado está la ciudad de Alcudia en el fondo de su bahia, y al otro en
otra bahía la graciosa villa de Pollenza. - Alcudia es nombre árabe
que significa altozano; Pollenza, nombre latino, que significa poder,
(de pollens), como que Pollentia era, (segun dicen algunos), la
capital de la isla, y colonia romana.
La Vírgen fué hallada
tambien por un pastor. - En 1405 D. Luis de Prádes concedió al
ermitaño Diego que pudiese celebrarse misa en la capilla. En 1523
habitaron allí frailes carmelitas. Por una victoria que los de
Alcudia obtuvieron contra los comuneros, en 1522, se le dió este
nombre á la Vírgen.

(15.a)
PÁGINA
180.



RANDA.
- El cerro de Randa forma un doble cono truncado, á 3 leguas al E.
de Palma. El santuario de Gracia está á la ladera del S., engastado
en la roca. El P. Miguel Galmés, lo edificó en 1497, construyendo
oratorio y hospedería. La nueva iglesia data de 1644.
- Sobre el
peñasco descuella la ermita de San Honorato, fundada en 1394 por el
ermitaño Arnaldo Brull. - En la parte más elevada del cerro vense
las ruinas del colegio de Ntra. Sra. de Cura, donde enseñaron
famosos lulistas, (Boil, Pelagio, Daquí, Llobet, Libanio). - El
viajero debe visitar la cueva de Lulio, y la mata escrita, en cuyas
hojas parecen leerse, (segun cuentan), los nombres de Jesus y María,
en caractéres hebreos, grabados por Lulio. Los reyes católicos, y
el B. Juan de Ribera quisieron tener hojas de este lentisco. - Al

(aquí salta de la página 545 a la 550).




ÍNDICE
(se omite).



FIN DE LA OBRA.





ERRATAS
Y CORRECCIONES.



Página Línea Dice Debe
decir.



(respecto
al original en pdf
)



4 13 arpa harpa



24 27 Abg
reu Ab greu



40 8 Sus
lo sepulcre Vora´l sepulcre



52 13 Totxa Xotxa



60 25 Donzelles
y dorades Donzelletes y orades.



80 2 VII VIII



111 4 quec
ompuso que compuso



121 2 Oh
tú, que nos escuchas, histórica ruina
Oh tú, histórica
ruina
142 17 1876 1868



154 25 voltons voltors



157 15 re
recoge se esconde



163 11 piedra
fría, piedra parda,
166 9 cristalina cristallina



180 15 voluntad voluntat



192 11 La
vida amor. La vida amor;
193 11 La vida amor. La vida
amor;
194 9 Yá Morey y á Salvá los inspiraren



Y
á mestres mallorquíns los inspiraren



195 8 á
los maestros Morey y Salvá á maestros
mallorquines,
288 10 Que´l pur oratje Qu´ab los
oratjes
id. 11 del cel me trau; del cel baxau;
321 5 a
llamarada la llamarada



322 8 trits! trist!

440 2 la encreuat l´encreuat



512 15 esperitual espiritual



526 7 ó
balear ó balear,
id. 23 OBSERVACION, 2.a OBSERVACION 2.a



527 14 valensianos valencianos



id. 17 taliano; italiano;

miércoles, 21 de julio de 2021

XXVIII, diada VI festa centenaria mort Jaume d´Aragó

XXVIII

LO
TROVADOR MALLORQUÍ



EN
LA DIADA DE LA VI FESTA CENTENARIA



CONMEMORATIVA
DE LA MORT



DE
LO ALT EN JAUME D´ARAGÓ.

Poesía
que en lo certámen de Valencia de 28 de Juliol de 1876, obtingué lo
premi de una medalla de bronzo,
oferta per “La Société pourl´étude des langues romanes.”



¡Salut!



Trovadors,
bons trovadors,
Que l´arpa haveu puntejat
En tan solemne
dïada,
En festa tan solemnial;

Vosaltres que´l cor
sentiu
Enardirse y esclatar
D´amor á la santa patria
Que
la velluria ´ns lexá;



XXVIII
EL
TROVADOR MALLORQUIN
EN LA FIESTA DEL VI CENTENARIO



DE
LA MUERTE DEL REY
DON JAIME DE ARAGON
.



¡Salud!



Trovadores,
galanos trovadores, que habéis preparado las históricas arpas, en
este solemne día, en esta solemnísima conmemoracion;

Vosotros,
cuyos pechos enardece el santo amor á la patria que nos legaron
nuestros abuelos;







Trovadors,
bons trovadors,
Los de vida sens pecat,
Los de la elevada
pensa,
Los de l´harmònich parlar;



¡Salut!
Jo us contempl´ avuy,
En exa hermosa ciutat
Que les onetes del
Turia
Solen quietes besar.



No´m
so mogut de ma terra
Perque no ho vol lo meu fat,
(Ma vida aquí
troba vida
Per vides arreplegar;)



No´m
so allunyat de les roques
Hont s´esbrava ´l temporal,
No he
perdut de vista l´Ángel



Qui´ns
defensa la Ciutat;




Per anármen á
ascoltarvos,
Rossinyols enamorats,
Per ab vosaltres unirme
Y
de l´antigor parlar.



¡Ay!
sentir no puch lo alè
De inspiració celestial,
Que se desprèn
de vosaltres
Y ´ns trasporta á lo Passat.





Trovadores,
galanos trovadores, los de historia sin mancilla, los de levantados
pensamientos, los de armonioso lenguaje;

¡Salud! Os contemplo
hoy reunidos en esa hermosa ciudad, besada por las apacibles olas del
Turia.



No
me he movido de mi tierra, porque no lo quieren los hados; acá mi
vida halla vida, para juntar muchas vidas en una.



No
me he alejado de las rocas, donde se estrellan los temporales; ni he
perdido de vista el Ángel de bronce, que desde las torres del árabe
castillo, defiende la ciudad de Palma.



No
me he movido de casa, para ir á escucharos, ruiseñores del amor;
para unirme con vosotros, y hablar de los tiempos antiguos.



¡Ay!
No puedo mecerme en el aura de celestial inspiración, que de
vosotros se desprende, y nos transporta á lo Pasado.







Pero
l´ánima valenta,
Sens que l´aturi ´l rocam,
Passa ab ses
ales divines
De una volada la mar;

Y descobreix l´horta
bella,
Y arriba al històrich Grau,
Y respira dolços ayres
De
jardins embalsamats;



Y
entra á la Ciutat garrida,
Que vos dona rich hostal;
Y se
mescla entre vosaltres,
Y eus escomet, Valencians.



¡Qué
gaya es la vostra terra,
Qué superbos los casals,
Qué
flayroses les arbredes,
Y qué delitós lo cant!



¡Oh!
sento unes harmoníes
Voladores com les aus,
Ascolt sonores
esparses,
Suspirs d´amor ideal.



Trovadors,
los d´exa terra,
Los del enginy sobirá,
¡Quína música tan
dolça!
¡Quína llengua avuy parlau!




Pero
mi alma, valerosa, sin que valgan á detenerla peñascos y
promontorios, pasa de un solo vuelo, en alas de su entusiasmo divino,
el brazo de mar;

Y descubre la bella huerta, y llega al viejo
puerto del Grao, y respira el dulce ambiente de embalsamados
jardines;



Y
entra en la graciosa ciudad, que hoy os da fastuosos albergue; y se
reune con vosotros; y os saluda, hijos de Valencia.



¡Qué
alegre es vuestro país! ¡Qué soberbios palacios! ¡Qué aromosas
arboledas!
¡Qué deliciosos cantares!

Oigo
armonías voladoras como los pájaros; escucho estrofas llenas de
sonoridad, suspiros de ideal amor.



Trovadores
de esa tierra, los del soberano ingenio, ¡qué música tan dulce!
¡qué lengua tan melodiosa estáis hablando!





Nosaltres
no l´hem perduda,
No l´hem oblidada may;
Exa llengua qu´ara
sento
Nostra mare ´ns la ensenyá.



Dins
les pletes mallorquines,
Per les montanyes y plans,
Desde la
platja á la serra,
Desde ´ls horts als comallars;

Per
tot, per tot encarara
Ressona y vol ressonar;
Per tot, per
tot encarara
S´ouen sos accents corals.



La
pageseta refila
Ses cançons per l´alzinar,
Lo mariner á la
lluna
Ses codolades retrau.



Per
la terra de Mallorca,
Sense por y sense esglay,
Viu sanitosa y
xalesta
La llengua que festejau.



Trovadors,
bons trovadors,
Axí Deu sempre eus ampar,
Com es ver que
l´alegría
Dintre del cor no m´hi cap.



Nosotros
no la hemos abandonado; no la hemos olvidado nunca. Esa lengua, cuyos
acentos resuenan ahora tan dulces, nos la enseñaron nuestras madres.







A
lo largo de las dehesas mallorquinas; en las montañas ó en las
llanuras; desde las playas á las sierras, desde los huertos á las
hondonadas de los barrancos;

Por do quiera se la oye; por do
quiera los ecos reproducen sus afectuosas palabras.



La
montañesa modula en el encinar sus populares canciones; el marinero,
al rayo de la luna, repite sus codoladas.



En
tierra de Mallorca, sin padecer temores ni desmayos, goza de perfecta
salud y vive alegre la lengua que hoy festejáis.

Trovadores,
galanos trovadores, así Dios os dé siempre su gracia, com es verdad
que la satisfaccion rebosa de mi pecho.





El
goig lo meu cor umplena
Perque ´us veig arrenglerats;
¡Ditxa
de la patria mía!
¡Tant de bo qu´ella durás!



¡Tant
de bo!... Vostres paraules
Recordan los temps passats,
De la
raça llemosina
La gloria y los fets més alts.



Un
nom repeteix lo llabi,
Un nom recorre l´espay,
Un nom avuy
ressucita:
Rey En Jaume, Deu vos guart.



Rey
En Jaume, de la tomba
Be vos podeu axecar,
Veníu veníu de la
gloria,
Hon eternalment estau.



Del
aplech de los poetes
Ascoltarèu lo cantar,
Sentirèu les gayes
troves
Ó los himnes trïunfals.



Mes
¡ay! ¿quína veu planyívola
Ix del cors apesarats,
Y
uníssona ´s dexa entendre
Com un cántich funeral?




El
regocijo hinche mi corazon, porque os veo á todos reunidos. ¡Oh
dicha de mi patria! ¡Ojalá no se acabase nunca!



¡Ojalá!...
Vuestras palabras hacen revivir los tiempos pasados, la gloria y los
exclarecidos hechos de la raza lemosina.



Un
nombre vuela de boca en boca, un nombre recorre el inmenso espacio,
un nombre resucita: rey Don Jaime de Aragon, Dios te guarde.



Rey
Don Jaime de Aragon, bien puedes levantarte del sepulcro; vén, vén
de la Gloria, en donde estás por toda la Eternidad.



Escucharás
los cambios de los poetas, las gayas trovas, los himnos triunfales.



Mas
¿qué lamento es ése, que se escapa de los apesadumbrados pechos, y
se me figura cántico funeral?





¡Ay!
¡ay! passaren centuries,
Sis n´havem passades ja;



Y
en tal día com est día
Valencia esclatava en planys.



Y
plorava Catalunya,
Y l´Aragó, y Alacant,
Y Montpeller de
Provença,
Y´l generós balear.



Tocavan
de mort campanes,
Frares corrían migrats,
Richs-hòmens y
duchs y comtes
Revoltavan el Palau;

En braços de l´alt En
Pere
Espirava lo rey gran,
Lo rey més gran y més sabi
Que
vejeren les etats.



Ell
lo renom merexía
De Conqueridor com cal;
Ell vos doná
l´existencia
La terra, la llum, la pau.



Ell
arrancá ab sa potença
De les arpes del alarb
Exa terra, mare
vostra,
Y ´ns creá la llibertat.




¡Ay!
Pasaron los siglos; seis han pasado ya: y, en tal día como hoy,
prorrumpía en sollozos todo el reino de Valencia.



Y
lloraba Cataluña, y Aragon, y Alicante, y Mompeller de Provenza, y
el generoso Balear.



Las
campanas tocaban á muerto, corrían despavoridos los religiosos,
richos-hombres y duques y condes rodeaban el Alcázar.



En
brazos de Su Alteza, el príncipe D. Pedro, espiraba el gran rey, el
rey más grande y más sabio que vieran las edades.



Él
mereció el renombre de bravo Conquistador; él os dió la
existencia, el país, la luz, la paz.



Él
con su poder arrancó de las garras del alarbe esta tierra, madre
vuestra; y os creó la libertad.





Quant
s´espasa llampegava,
Y eguinava son cavall,
Res del mon podía
abátrel,
Res podía ´l capturar.



En
lo Puig, á Borrïana,
De Tortosa per avall,
Sa má ferma y no
retuda
Los sarrahins martellá.



Y
en los murs, y en les mesquides
Que clamavan á Ceyán,
D´Aragó
y de Catalunya
Les banderes feu alçar.



Y
en les hortes valencianes
Y en les torres més capdals,
Abatent
la mitja lluna,
Les santes Creus hi plantá.



Trovadors,
bons trovadors,
Qui us planyeu de son trespás,
També mon cor
l´ha de plányer,
També me cal suspirar.



De
Mallorca, de Mallorca
Som avuy la veu lleal;
Y de ma patria
Mallorca
No puch dir lo dol amarch.



Cuando
su acero relampagueaba, y relinchaba su bridon, nada era capaz de
abatirle, nadie era capaz de detenerle.



En
el Puig, en Burriana, en el llano de Tortosa, su siempre firme y no
vencida mano, fué martillo de los sarracenos.



Y
en lo alto de los muros, y en las mezquitas, que obedecían á Aben
Zeyán, enarboló las banderas de Aragon y Cataluña.



Y
en las vegas valencianas, y en las más altivas torres, plantó la
Santa Cruz, sobre las ruinas de la Media Luna.



Trovadores,
sencillos trovadores, que os lamentáis de su muerte; también mi
corazon la lamenta, tambien debo suspirar.



Soy
voz de Mallorca; y no me es posible en este día ocultar el amargo
duelo de mi patria.





La
Illa verge que ´l sol daura
Y besan los vents de mar,
Avuy sa
llum y sa ditxa
Muda en un tristíssim plant.



Recorda
que son gran pare
Tal día com ´vuy finá,
Son pare, ´l qui
vida y honra
Y gloria li va tornar.



Recorda
que en los navilis
Ixqué dels ports catalans;
Les platjes de
Santa Ponça
Los vejeren arribar.



Y
´ls barons de sa companya,
Y tota la host reyal,
Envestiren de
los moros
Les armades de lleoparts.



Cavallers
ardits y prous
Queyan á mils en lo camp;
Pero en mig d´ells
lo gran Príncep
Avançava guerrejant.



Y
la ciutat fou vençuda,
Y los catius deslliurats,
Y en les tors
de l´Almudayna
Vetlava l´almogavar.




La
Isla vírgen, dorada por el Sol, besada por los vientos del mar, hoy
convierte su luz y su dicha en tristísimo llanto.



Recuerda
que su gran padre murió en tal día como hoy, su padre, el que le
devolviera la vida, la honra y la gloria.



Recuerda
que en la real armada salió de los puertos catalanes. Las
mallorquinas playas de Santa Ponza le vieron echar pié á tierra.



Y
los barones de su mesnada, y toda la hueste real envistieron contra
las filas de leopardos musulmanes.



Buenos
y bravos caballeros caían a miles en el campo de batalla. En medio
de ellos avanzaba el gran príncipe, blandiendo su montante.



Y
fué vencida la ciudad; y liberados los cautivos; y se apostaron
centinelas almogávares, sobre las torres de la Almudaina.





Y
després Mallorca bella,
Sultana del fer alarb,
Va ser la verge
cristiana
Ungida ab oli sagrat.



¡Ay!
¡que sía la gloria eterna
Al bon rey qui´ns batejá!
¡Deu
li haja donat lo premi
Que guanyaren sos traballs!



¡De
la gloria en les altures
Deu l´haja clarificat!
¡Oh! ¡sí,
sí! ¡Lo guasardó
Tinga dels héroes cristians!



Jo´l
veig assegut en trono
De llum y de majestat,
Resplendent y
enlluernador,



Com
l´Essencia divinal.



Vèrgens
y angelets ayrosos
Fills dels regnes qu´ell salvá,
Cantan ses
glorioses gestes
Duguent palmes celestials.



Lo
acompanyan los guerrers
Qui devora ell van finar,
En les
ardentes batalles
Contra la lley del Islam.




Y
luégo la bella Mallorca, sultana del fiero muslim, vino á ser la
cristiana vírgen, ungida con los sagrados óleos.



¡Gloria
eterna al buen rey, que nos dió el Bautismo! ¡Dios le haya
concedido el premio que ganaron sus virtudes!



¡Dios
le haya inundado de luz en las alturas de la Gloria! ¡Sí, sí!
¡Posea el galardon de los héroes cristianos!



Véole
sentado en trono de luz y majestad, resplandeciente, deslumbrador,
como la divina Esencia.



Graciosas
vírgenes y pequeñuelos ángeles, hijos de los reinos que él salvó,
cantan sus gloriosos hechos, llevando en las manos triunfadoras
palmas.



Rodéanle
los guerreros que murieron á su lado, en las ardientes batallas
contra el Islam.



Y
li sonriuen gojosos
Los reys cavallers y sants;
De França lo
noble Lluis,



De
Castella ´l pros Ferrant...



Trovadors,
bons trovadors,
¿No´l veys al gran capitá?
Al qui ab son
sceptre regía
De Nimes al Cap de Pals?

Ab sa espasa
triunfadora
La patria nos va formar,
Ab ses lleys se
sabïesa
Nos proclamava germans.



Cantem,
cantem de sa gloria
Los recorts benavirats,
Esperances de la
patria
Son los recorts qu´exalçam.

Cantem en la nostra
llengua
Un afectuosíssim lay,
La llengua en la que dictava
Lo
rey sa Historia inmortal.



Del
Conqueridor les gestes
Inflamen l´estol de vats,
Y dexe la
festa d´ara
Recordança perpetual.




Y
le dirigen inefable sonrisa los reyes caballeros y santos; el noble
Luis de Francia, el buen Fernando de Castilla.

Trovadores,
galanos trovadores, ¿no le veis al gran capitan? ¿Al que con su
cetro regía nuestra tierra desde Nímes al cabo de Palos?



Con
su vencedora espada formó nuestra patria; con sus sabias leyes
proclamaba nuestra fraternidad.



Cantemos,
cantemos los bienhadados recuerdos de su gloria. Los recuerdos de hoy
esperanzas son de la patria.



Cantemos
en nuestra lengua lemosina afectuosísimo lay; en la lengua en
que el rey escribió su inmortal Historia.



Las
hazañas del Conquistador inflamen esa muchedumbre de poetas; y deje
la presente solemnidad, imperecedera memoria en los anales.





Y
´ls temps esdevenidors
Prengan exemple sagrat;
Y la patria
reverdesca
Quant senta lo noble cant.



Lo
Trovador mallorquí
Vos diu coratjós y pla:
Germans de fe y de
victoria,
¡Benvinguts! ¡Cantáu, cantáu!



Juliol
de 1876.




Y
los tiempos de lo porvenir tomen religioso ejemplo; y la patria
reflorezca, al escuchar tan nobles cantos.



El
Trovador mallorquin os dice con entusiasmo sincero: ¡Hermanos en la
fe y en la victoria, bien venidos seáis! ¡Cantad, cantad!



(V.
nota 20.)

miércoles, 25 de agosto de 2021

III, continúa la Biografía

III.



Los
que suponen, para dar al hecho más visos de sobrenatural, que
Raimundo Lulio después de su conversión, así como pasó desde la
vida sensual y mundana a la espiritual y contemplativa, desde la
vanidad y los devaneos a la virtud más sublimada, pasó también de
la ignorancia al grado de la más alta sabiduría, cometen un error
harto visible. No es justo que el afán de hacer ver que la gloriosa
era de su sabiduría empezó por un milagro, así como la de su
libertinaje había acabado por un desengaño, haya de apartar
nuestros ojos de los testimonios que el mismo Raimundo nos da de lo
que fuera él durante su vida cortesana y caballeresca. Si su
inteligencia apareció como iluminada prodigiosamente por un destello
de clara luz, no es que el sacro fuego no estuviese depositado en el
fondo de su alma grande, creada para altísimos fines, sino que su
ardor permanecía como extinguido bajo el peso de su misma
degradación moral, y ahogado al parecer por la indómita carne que
le envolvía. ¡Qué mucho pues que al recibir el doble y continuo
incentivo de la contemplación y del estudio, no radiase en poco
tiempo y se convirtiese en una antorcha de claridad vivísima y
deslumbrante!



Raimundo,
además de nacer con el privilegio del genio estampado en su frente,
recibió una educación la más esmerada que en aquellos tiempos
podía apetecerse, al lado de la nobleza y entre los más altos
príncipes de la época: y si bien a las armas se había propuesto
consagrar toda su existencia, no por eso dejó de alternar en este
noble ejercicio con el de las letras, para ser más tarde un
caballero tan apto para defender a su patria con su brazo, como para
aconsejar a su rey con su saber. A pesar de lo independiente de su
carácter y de lo indómito de sus pasiones, contra las cuales, según
el mismo manifiesta, no bastaban palabras ni astucias, castigos ni
halagos, el joven Raimundo se hizo uno de los donceles de más
inteligencia y talento de la corte aragonesa. La instrucción
en los negocios de estado, el conocimiento de la índole, usos y
costumbres de los pueblos, el arte de la guerra, la política, la
cosmografía, la historia y las letras, venían a formar los más
bellos adornos de su espíritu, en términos de que por lo claro de
su entendimiento tanto quizás como por su hidalguía, y por los
servicios que prestara su padre al rey Don Jaime el Conquistador
en sus bélicas expediciones, le escogió este de entre la
muchedumbre que formaba la nobleza de su reino, para senescal
de su hijo el príncipe Don Jaime, más tarde rey de Mallorca.

Tan
alto y distinguido empleo no era a la verdad propio de sus juveniles
años, pero lo que le sobraba en talento suplía lo que en años le
faltaba; y tan a gusto de su señor desempeñó en palacio su
cometido, que conquistó enteramente su afecto y se granjeó por do
quiera las más vivas simpatías. Tratando con los más altos y
distinguidos personajes adquiría mayor experiencia, así como en los
viajes en que acompañaba a su príncipe se hacía con mayor
instrucción. Por eso en los comienzos de su vida contemplativa pudo
escribir aquellos preciosos y ya citados libros sobre el Régimen de
príncipes y del Orden de caballería, y más tarde su Arte política
que cita Alfonso de Proaza en su catálogo de las obras de Lulio,
fruto de su experiencia y de sus observaciones durante su existencia
palaciega.



Una
de las tareas literarias empero que más ocupaban los ocios de su
brillante juventud, fue el dulce estudio de la poesía. Aspirando al
título de trovador, con que se habían honrado hasta los Alfonsos y
los Pedros de Aragón, y que tanto había ennoblecido desde
antiguo la protección que los Berengueres de Barcelona
dispensaron a la gaya ciencia, poco costó sin duda a su rica
imaginación hacerse el mejor lugar entre los que ocupaban entonces
la atención general. Y el aura popular de que le rodeara la viveza
de su ingenio y la gracia de sus trovas, haciéndole objeto del amor
de las damas y del respeto de los caballeros, fue quizás lo que
contribuyó a que despertase su corazón a los malos instintos de la
vanidad у a que se rindiese a las seducciones de la vida galante y
sensual que acabaron por conducirle a los mayores extravíos.



Mas
aunque después, tal vez a pesar suyo, hubo de abandonar la corte
aragonesa
que tantos incentivos ofrecía a su espíritu, para
pasar a Mallorca con el infante Don Jaime a quien servía; ni
la vista de su nativo suelo, ni el reposo a que la pacífica isla le
brindaba, pudieron desviarle de la existencia inquieta y aventurera a
que se había lanzado. Sus devaneos se hicieron públicos, sus
amoríos llegaron al escándalo y sus compatricios no veían ya en él
sino a un loco disipado a quien la providencia había concedido un
talento que deplorablemente malograba. Así como en Barcelona la
emulación y la sed de gloria literaria le dictaron tal vez más de
un lais para aspirar a la violeta de oro que en premio se ofrecía en
los poéticos certámenes al que mejor rimaba, en Mallorca destinó
solamente el habla divina de la poesía con que el cielo le dotara,
para cantar por las noches lánguidos suspiros de amor bajo la reja
de desdeñosa doncella, o para insinuar con la magia de su poder en
el alma de cándidas vírgenes el sensualismo que le estaba
devorando.



Por
desgracia de las letras mallorquinas estos rasgos de la pluma juvenil
de Raimundo se han perdido. Toda aquella vida de exaltación y de
amorosa fiebre, de quejas y suspiros, de temores y desdenes, de
exigencias y reproches, de placeres y orgías que estampaba en el
papel en armoniosas consonancias el más ardiente y mejor hablista de
los trovadores lemosines de su época, ha quedado envuelta en
las tinieblas de los siglos; o quizás las aniquiló el remordimiento
del poeta sin dejar de ellas rastro alguno, al aniquilar en su propio
corazón hasta el más mínimo rastro de sensación mundana y de
profano sentimiento. Ay! ¿Quién pudiera tener en sus manos uno solo
de aquellos inspirados cantares del amante trovador, una sola de las
concepciones poéticas que trazara aquella imaginación poderosa,
aquella alma de fuego, cuando concentrada toda en el amor, por el
amor vivía, por el amor deliraba y de amor enloquecía! ¡Quién
pudiera tener en sus manos aquel precioso romance que, en medio del
despecho amoroso que le produjera el más terrible de los desengaños,
escribía para dar salida a los sollozos de su corazón dilacerado,
poco antes de representarse a sus abrasados ojos la figura del
Redentor, para que tras él emprendiese el camino de la virtud!
¡Quién pudiera fijar una mirada sobre aquellos sentidos versos con
que se despedía de un amor que tan cruelmente le había desengañado,
y de la idolatrada hermosura que de tan terrible manera le había
hecho comprender lo falaz y miserable de los placeres del mundo (1)!



Ni
una canción siquiera de las que escribió Lulio durante su
existencia de corte ha llegado a nuestros días; y si el autor
coetáneo de su vida y el poeta mismo en varios pasajes de sus obras
no nos dijese que en escribirlas se ocupó mucho durante su
extraviada juventud, creyéramos sin duda que su afición a la rima y
su arte en manejarla, fue uno de tantos resultados que alcanzó su
entendimiento luego de entregarse a la contemplación y al estudio.



(1)
Hay divergencia entre los biógrafos de Lulio acerca el nombre de la
bellísima genovesa que tan amorosamente perdido tenía a Raimundo, y
que en tan gran manera contribuyó a su conversión, haciéndole ver
la repugnante enfermedad que corroía su seno, y mostrándole que
solo lo eternamente bello e incorruptible era digno de ser amado.
Leonora es el nombre que unos dan a tan interesante hermosura; otros,
y entre ellos Solerio, asegura que se llamaba Ambrosia del Castello.




Sin
embargo ha habido biógrafos estrangeros que han trascrito una
versión, sino del poético billete con que Raimundo declaraba a su
dama la pasión que le devoraba, de la contestación que la bella
hizo llegar a sus manos. He aquí como cuenta uno de dichos biógrafos
la singular aventura. - “Costumbre era entre los poetas catalanes celebrar en sus versos la belleza, objeto de su
adoración. En una trova que Raimundo Lulio dirigió a Ambrosia, hizo
grande elogio del seno de la hermosa dama, pintando la admiración y
el ardiente amor que le inspiraba. La trova no ha llegado a nuestros
tiempos, pero sí la contestación de Ambrosia, cuya lectura ofrece
algún interes. "Señor, dice, los versos que me habéis
dirigido, si bien demuestran la excelencia de vuestro espíritu,
hacen ver al mismo tiempo el error, cuando no la debilidad de vuestro
juicio. No es extraño que pintéis con tan vívidos colores la
hermosura, cuando sabéis embellecer aun la fealdad misma. Mas ¿cómo
consentís en serviros de vuestro divino ingenio para prodigar
alabanzas a un poco de arcilla coloreada con el tinte de la rosa?
Emplear debierais toda vuestra habilidad en ahogar el amor que os
consume en vez de declararle. No es que no os considere digno del
aprecio de las damas más distinguidas, mas sin duda desmereceríais
mucho ante ellas si persistiéseis en servir a la menor de todas.
Así, no es regular que un alma esclarecida como la vuestra, creada
únicamente para Dios, se ciegue hasta el extremo de adorar una
criatura. Olvidad, pues, una pasión que degrada vuestra nobleza, y
no expongáis por tan poco vuestra reputación: que si continuáis en
tan loco empeño me veré en la necesidad de desengañaros,
haciéndoos ver que lo que forma el objeto de vuestro entusiasmo no
debe serlo sino de vuestra aversión. Me decís en vuestros versos
que mi seno os ha flechado el corazón! Bien, yo convengo en
descubríroslo para curar vuestra llaga. Mas en el ínterin podéis
estar seguro de que os tengo tanto amor, como aparento no amaros."
Raimundo Lulio, como amante, interpretó estas líneas enigmáticas
en favor de su pasión, y se enamoró más locamente de Ambrosia.
Seguíala a todas horas, y tal era su frenético afán de verla, que
un día cabalgando Raimundo por la plaza mayor de Palma, en el
momento mismo en que Ambrosia se dirigía a la catedral, llevado de
su ciega pasión la siguió montado hasta el interior del templo.
Aunque esta extravagancia fue objeto de burla y de muchos comentarios
en toda la ciudad, Raimundo llevó a tal extremo su indiscreción,
que la dama, que en lo que menos pensaba era en tal amor, resolvió
poner fin a un asunto cuyos resultados podían llegar a ser
desagradables. Con posterioridad a la carta que había enviado a
Lulio, ni las manifestaciones más visibles de desagrado ni hasta los
desdenes que empleó la linda genovesa, pudieron contener a su
constante perseguidor. Cansada en fin de tan inútiles medios, se
decidió, acorde con su esposo, a emplear el último recurso.
Escribió a Raimundo y le dio en su casa una cita; acudió volando a
ella el joven amante, quien no pudo menos de conmoverse, viéndose en
presencia del objeto que adoraba, y al notar la calma, la gravedad y
el sello de tristeza que se vislumbraba en su semblante. La dama fue
la que rompió el silencio preguntándole el motivo porque tan
obstinadamente la perseguía; a cuyas palabras Raimundo, más
insensato que nunca, le dijo que siendo ella la criatura más hermosa
de la tierra le era imposible no adorarla, o dejar de seguirla.
Hallándose pues en su tema favorito de la belleza de su ídolo, no
vaciló en loar con entusiasmo los hechizos que le habían inspirado
sus versos. Entonces la infeliz Ambrosia decidióse a sanar a
Raimundo de su amorosa locura. "Vos me creéis, le dijo, la más
bella de las mujeres; ¡cuánto os engañáis! Mirad, añadió, mirad
lo que tanto amáis, mirad lo que causa vuestro delirio; y le
descubrió su seno que un espantoso mal estaba devorando. Pensad en
la podredumbre de este pobre cuerpo que alimenta vuestras esperanzas,
y aviva vuestros deseos. Ah! exclamó Ambrosia no pudiendo comprimir
sus lágrimas, dirigid a mejor fin vuestra pasión, y en vez de amar
a una imperfecta criatura que se consume, amad a Dios que es perfecto
e incorruptible.” Apenas hubo Ambrosia proferido estas palabras,
cuando se dirigió al interior de su estancia, dejando solo a
Raimundo entregado a sus reflexiones." -



Sea
como fuere, nosotros deseáramos que los que estampan palabras tan
textuales, hubiesen dado pruebas de su autenticidad, trascribiéndonos
el original de tan interesante carta, o citándonos el cronista del
sentido coloquio. Por lo demás es lo cierto que esta aventura al
mismo tiempo que puso término a los amoríos y locuras de Raimundo,
dio fin también a sus apasionadas trovas; y que conduciendo el alma
del amante a más elevadas regiones, dio a su estro un carácter
sublime, grave y severo.



Si
en este cambio vino a ganar o no la poesía de Lulio no es fácil
determinarlo cuando no hay posibilidad de comparar; sin embargo es de
creer que perdiese en la forma y en la gracia de la expresión lo que
por otra parte ganaba en elevación y grandeza: pues como sus
galantes y amorosos versos tenían por objeto exclusivo deleitar con
su armonía a las beldades que le inspiraban para hacer más fácil
la conquista de su corazón, o lucir quizás sus dotes poéticas en
los concurridos certámenes, era regular fuesen escritos con más
esmero todavía que aquellos en que, prescindiendo algún tanto de
semejante atractivo, se dirigían noblemente a más altos fines y a
mayores empresas. La guerra abierta que declaró a cuanto pudiese dar
el menor halago a los sentidos, al mismo tiempo que le circunscribió
a un género de vida extremadamente rígido, le hizo adoptar hasta en
sus escritos un lenguaje ajeno de todo artificio, si bien puro y
agradable; y a tal extremo llevó su severidad, que hasta se duele en
varios pasajes de sus obras de que sus contemporáneos gustasen de
las pinturas y vanos adornos en los libros y prescindiesen del
espíritu que en ellos se encerraba.



Su
devoción le aficionó a los asuntos místicos y religiosos; sus
contratiempos le hicieron a veces plañidero y elegíaco; la magnitud
de sus proyectos le dio atrevimiento y osadía en sus versos de
circunstancias; su fé, caridad y amor al prójimo le convirtió en
cantor de la moral más pura y de las excelencias de Dios; y la
idolatría con que amaba la ciencia le hizo poeta didáctico: y así
como durante los desvíos de su juventud, según él mismo
manifiesta, la hermosura de las mujeres era el imán de sus ojos; más
tarde lo fueron de su corazón la poética figura de María, bajo
cuyo manto procuraba conducir a los que vivían en las tinieblas del
error, la imagen (imájen) sagrada de la religión por la que
tanto se desvelaba, y la majestad sublime de la sabiduría de que
quiso ser hijo predilecto.



Remordiéndole
la conciencia por el sensualismo de las profanas canciones que había
escrito, cuyos consonantes exhalaban, dice, el hedor de la
concupiscencia (1), quiso expiar su falta dedicándose a los asuntos
místicos y escribiendo lleno de devoción y en sentidos versos una
bella composición elegíaca sobre el Llanto y dolores de María, y
otra que tituló las Horas de la Virgen; para inmortalizar sus
infortunios nos dejó el Canto de Raimundo y el Desconsuelo; para
alentar a la cristiandad en los grandes proyectos que tenía
meditados compuso el Concilio; para que la criatura conociese los
misterios y las grandezas del Todo-poderoso trazó su Dictado de
Raimundo y los Cien nombres de Dios; para inculcar los sanos
principios de la moral cristiana y enseñar a aborrecer el vicio puso
en rimas el extenso libro que llamó Medicina del pecado; y para la
mejor aplicación de su doctrina, delineó un poema sobre la Lógica,
y otro sobre las Reglas para la aplicación del Arte general.



(1)
Teniendo presente Lulio sus pasadas trovas escribía en el libro de
Contemplación, que fue uno de los primeros que compuso en su retiro:
- “Luxuria fá, Senyor, fer cançons, dançes, é voltas, é lays
als trobadors é cantadors. On ¿qu'els val, Senyor, loament de
fayçons, ni de agensament de paraules, pus que la obra per la qual
son cantadors es tota plena de pudors é de sucietats?" - Cap.
143.



Siendo
pues la poesía nuestro exclusivo objeto, ocuparémonos de cada una
de estas obras en particular, por el orden cronológico con que
fueron escritas, y daremos de las mismas los textos originales,
inéditos todavía (1), con toda la exactitud que nos sea dable,
prefiriendo siempre en los pasajes que nos han parecido oscuros, transcribirlos letra por letra y tal como están en los antiguos
códices que poseemos, antes que alterar en lo más mínimo ni la
idea ni la expresión del autor, y notando las principales variantes
que nos resulten del minucioso cotejo de ambos códices; mas no
consentimos en dar fin a nuestro bosquejo sin que insertemos un
fragmento de la carta que por vía de nota acompaña la bellísima
Descripción histórica artística del castillo de Bellver, escrita
por el célebre Jovellanos. - “El solo nombre de Lull, dice, vale
por cuantos testimonios se pudieran alegar en favor de Mallorca. En
la esfera inmensa de sus escritos se descubre un amor decidido, y un
felicísimo talento para la poesía. Han perecido a la verdad los
innumerables versos de amor y galanterías que confiesa haber escrito
en su extraviada juventud, y aún yacen olvidados muchos de sus
poemas piadosos; pero bastan los que se conocen para prueba de que
ningún trovador del siglo XIII le igualó ni en hermosura de
dicción, ni en pureza de estilo. Lo más digno de notar es, que
mientras los demás trovadores envilecían su profesión y numen,
copiándose y repitiéndose unos a otros ideas lúbricas y
pensamientos frívolos, solo Lull levantándose en las alas de la
filosofía y de la religión, consagraba su estro ora a la expresión
de las ideas más sutiles y abstractas, tal como en su lógica y
retórica en metro catalan, ora a los pensamientos más
sublimes y piadosos, como en su patético poema del Desconort, y en
los que escribió sobre los cien nombres de Dios y sobre el orden del
mundo. De forma que si V. considera que Lull nació en Mallorca dos
años después de la conquista; que recibió en ella su educación, y
que pasó su juventud en la corte de sus reyes, no sólo hallará que
la musa balear ganó por él un puesto muy distinguido en el
Parnaso catalan, sino que a él le deben la lengua y la poesía catalana su majestad y esplendor."



(1)
No sabemos que se haya impreso en su original ninguna de las obras
poéticas de Raimundo Lulio. Algunas lo han sido en latín por
algunos amantes de las glorias de nuestro célebre paisano. D.
Nicolás de Pax publicó en el siglo XVII una traducción castellana
del Desconort que se ha reproducido en nuestros días.




Yo
no sé si esta fue la razón que tuvo el docto Mariana para decir que
los poetas de la corte de Don Juan I componían y trovaban en
lenguaje mallorquín; pero el suyo fue siempre muy exacto, y
sus frases siempre muy pensadas, para que creamos que asentó aquella
sin alguna buena razón. Lo que no tiene duda es que el ilustre
ejemplo de Lull no fue perdido para su patria. Si el descuido ha
dejado olvidar en ella como en otras partes las producciones de sus
trovadores, la frecuente residencia de los reyes de Mallorca
en Cataluña y Francia; la gran cabida que tuvieron los
mallorquines, así, en su corte como en la de Aragón;
su afición constante a los buenos estudios, y el genio que en ellos
acreditaron, y que se podría comprobar con muchos y buenos
testimonios, no permite que se les excluya de la participación de
esta gloria, cuanto menos constándonos el aprecio que siempre
hicieron de los escritos de su ilustre paisano, cuyos libros andaban
a todas horas en sus manos, y el esplendor con que sus discípulos
cultivaban todavía la poesía nacional en el siglo XV y a la entrada
del XVI.