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domingo, 21 de abril de 2019

Aragón en la biblioteca histórica

BIBLIOTECA HISTÓRICA DE LA FILOLOGÍACASTELLANA POR EL CONDE DE LA VIÑAZA

original en pdf en archive.org

Unos pocos extractos donde aparece Aragón:

La lengua latina (escribe el ilustre conquense), desterró en España a la griega, y fué la que se habló con los residuos que de ésta quedaron, hasta la venida de los Godos, los cuales no hicieron desaparecer el latín, sino que le corrompieron más con nuevas exóticas palabras. Esta lengua latina, así mezclada y corrompida, duró por toda España, según el autor, hasta el año 719 (sic), en que vinieron los moros, cuyo idioma empezó a hablarse, excepto en Asturias, Vizcaya, Lepuzca y algunos lugares fuertes de Aragón y Cataluña que no pudieron ser sojuzgados.

Hasta la conquista de Granada, dice Valdés, no pudieron tanto conservar los españoles la pureza de su lengua, que no se mezclase con ella mucho de la arábiga; y de los vocablos que dejaron, añade, el uso hacía tener por mejores que los latinos algunos de ellos, diciéndose
alhombra, mejor que tapete; alcreuite, que piedra zufre; azeite, que olio.


Dolor grande fué que la obra de Valdés no pudiese ejercer influencia en los estudios filológicos por haber permanecido desconocida de todos hasta el siglo pasado, a lo cual pudo contribuir también el haberse compuesto en tierra extranjera, donde tenía que ser menos apreciado el manuscrito, si por casualidad llegó a verlo alguno. Por esto no hay citado nada de lo que sustenta aquel famoso conquense en su Diálogo, en ningún escrito anterior a los Orígenes de la lengua española de D. Gregorio Mayans, excepción hecha de la mención que del manuscrito de Valdés hizo el cronista D. Juan Francisco Andrés de Ustarroz en sus Progresos de la historia del reino de Aragón.

Don Pelayo, y sus Castellanos de las Montañas, y por años después que siguieron, hablaron la Lengua Castellana corrompida de la Romana latina, y aun entremezclada con la arábiga, por la comunicación que con los Agarenos tuvieron. La mesma Romana latina hablaron los moradores en las vertientes de los Pirineos; empero por la vecindad del estudio de Letras que antiguamente tuvieron en Huesca los Romanos, tenían muchas dicciones latinas; y como los moradores de aquella tierra fueron gente tosca y mal mirada, corrompieron aquel latín y mezclaron Lengua Gascona, y formaron una Lengua muy confundida del latín Bárbaro y corrompido, y de la Romana y Gascona: y assí, si no es en Zaragoza, Ciudad principal, y cabeza de Aragón, que la propria Lengua Aragonesa se habla, toda la otra gente, que está en las fronteras de Gascuña, Navarra, Castilla y Valencia, es muy agena de la verdadera Lengua Aragonesa.
Pues entremos en Castilla, que es un Reino muy grande, compuesto y ayuntado de muchos Reinos, donde el Rey y su Corte siempre reside, y tantos grandes Señores y Cavalleros, y hay Ciudades muy grandes y populosas, donde se habla la perfecta Lengua Castellana muy galana, cortesana y graciosa, y muy esmerada y estimada por todos los Reinos, y Provincias del mundo, por ser muy inteligible y conversable. Empero si nos imos por los linderos y aledaños de Castilla, donde afronta Aragón, Navarra, Vizcaya, Galicia, Portugal, Granada, en quanto hay Algaravía, y Valencia, qué mixturas de Lenguas hallamos, que se le han apegado por la comunicación de los foranos; por cierto que es lástima ver que en la Lengua Castellana aya tanta mixtura de términos y nombres del Arábigo, y ales venido por la mucha comunicación que por muchos años han tenido en guerra y en paz con los agarenos. Y hanse descuidado los Castellanos dexando perder los propios y naturales
vocablos, tomando los extraños: y desto rescibe la Noble Lengua Castellana, no poco, sino muy grande perjuicio, en consentir que de la más que
cevil y abatida Lengua Arábiga tome vocablo, ni nombre alguno; pues en Castilla hay millares de Varones sabios, que en lugar de los Arábigos podrían hallar vocablos proprios a qualquier cosa, en demás teniendo la Lengua latina, de la qual la Lengua Castellana pretende ser tomada del tiempo de los Romanos venidos a España; que pues la latina es madre de muchas otras Lenguas, la Castellana se mejoraría grandemente. Y conforme a lo dicho lo hallarán en la Lengua Valenciana, que por más que en Reino de Valencia havia dos tercios de Agarenos, que hablavan Arábigo, y en esta Era hay un tercio de convertidas que hablan Arábigo, jamás la Lengua Valenciana ha tomado, ni usado de palabra alguna Arábiga, antes por ser el Arábigo tan enemigo del Christiano, le tienen por muy aborrecido. Son estos conversos de la Secta
Mahomética a nuestra Santa Fe Cathólica tales, que al cabo de cinquenta años, que son baptizados, jamás se ha podido acabar con ellos que dexen el Algaravía, y hablen Lengua Valenciana; y quando mucho los apretamos, responden algunos de ellos:


Por qué quereis que dexemos la Lengua Arábiga? Por ventura es mala? Y si es mala, por qué la hablan los Castellanos mezclada en su Lengua? Dexen ellos nuestra habla, y nosotros la dexaremos poco á poco. Y viniendo a contradecirles un convertido bien avisado, en Lengua Castellana, dixo: No veis que a los Castellanos les faltan muchos vocablos proprios, y por aquella falta toman de la Algaravía estos:
Sarten, Azeyte, Azeituna, Azeituno, Azebuche, Alhombra, Altamia, Candil, Alcuza, Alhucema, Alquitara, Arrayan, Albahaca, Azaar, Adelfa, Azufeyfo, Azucena, Azaleja, y muchos otros sin número. Y los ríos casi todos son nombren de Algaravía, como Guadalquivir, Guadiana, Guadarrama, Guadalete, &c. Otra mixtura tiene la Lengua Castellana, pero no tan mala, y es que como los Castellanos son muchos, y andan por diversas partes en servicio de los Reyes, y en


jornadas de grande valor, quando tornan de su jornada hay algunos que trahen algunas señales de heridas en sus personas, con que se glorian y honran por tener aquellas por valerosos servicios que a su Rey hicieron contra Saxonia, Francia, Italia, Turco y Túnez, y otros enemigos. Otros ay, que pues su ventura los libró de las heridas y de la muerte, y bolvieron vivos a su tierra, por mostrar que allá sirvieron, traen dos docenas de vocablos extraños y háblanlos y péganlos a su Lengua Castellana. Y ya que esto se hace si fuere de otra lengua buena como la Castellana, aún sería de sufrir; pero a las veces es de alguna ruin Lengua, y en lugar de honrar su lengua ensúcianla; y de esta manera es Lengua compuesta de muchas. En qualquier Lengua, ora sea Castellana, Aragonesa, Valenciana, o otras ay tres maneras de hablar. La primera, y más principal, es la que hablan los hombres de ciencia y letras, porque guarda la propriedad del término, siguiendo la verdadera significación, pronunciación, ortographía y acento; y en caso, que estos no hallen, o tengan algún buen término, acuden a tomarle del Griego o latín, que son las dos princesas en bien hablar, y con esto tienen su lengua muy corregida y copiosa. La segunda manera es la que hablan los Cavalleros, y gente principal cortesana, y ciudadana, que hablan muy cortés, polido y gracioso; y es buena Lengua, y bien hablada, empero si no hay en los tales letras, adelgazan tanto su polideza, que se van confundiendo, acortándola como los vestidos de que usamos, que han venido a decir vuestra señoría, o merced. y por acortar, tráganse la dicción de vuestra, y exprimen la señoría o merced. Otros hay que del vicio hacen gala con duplicar la esse, que por decir casa o coja, dicen cassa o cossa. Otros exprimen la ache diciendo: Chuan, chente, &c. Otros pronuncian templum, dominum. mudando la final de eme en ene, siendo todo lo contrario a la verdadera ortographía y buen acento. Desde aquí pienso que alguno que no estava advertido destos defectos, leyendo este aviso me lo agradecerá, y se emendará. La tercera, y última manera de hablar es la que hablan los villanos, y gente común, que estos aplican a cada passo términos contrarios e improprios; y quanto más va, tanto corrompen su Lengua, de los quales no se ha de tomar exemplo alguno sino de la más esmerada y preciada Lengua de que usan los hombres de Letras, pues aquellos quanto más andamos siempre mejoran su Lengua. Esto se nos da a entender con los libros escriptos en tiempo antiguo, en los quales vemos la forma del antiguo hablar. Esso mesmo vemos en los libros que después en otros años fueron escriptos con la mejoría de la Lengua; y en esta era vemos los libros que se escriven quán bien y mejorada está la Lengua...


Cap. VI. A lingoa que oje falla em Portugal donde teve origem, & porque se chama Romance.

Desta introduçāo da lingoa latina, que os Romanos fizerāo em Hespanha, & como de muitas naçóes & varios costumes, se vierāo a conformar, & parecer tudo hum povo de Romanos, he teste minha mesma lingoa que oje fallamos, ainda que corrupta, & húa pedra antiga que se achou na cidade de Empurias do reino de Aragão, que era habitada de Gregos, & Hespanhoes que diz asi:

Emporitani popvli graeci hoc
templvm svb nomine dianae
ephesiae eo secvlo condidere,
qvo nec relicta graecorvm lingva,
nec idiomate patriae iberae
recepto, in mores, in lingvam,
in ivra, in dictionem cessere


romanam. m. Cetego et Lvcio Apromo. coss.

Acrecentaron la lengua indígena, al decir del Cronista aragonés, las colonias griegas y fenicias, los bárbaros y los árabes, en fin; mas de ninguna manera los judíos que en miserables y dispersas tribus vinieron a España. Y en cuanto a la semejanza y afinidad entre nuestra lengua y la latina, escribe: No deve hazer novedad, sabiéndose que son tenidos por Españoles aquellos Antiquísimos Príncipes Hespero, Italo, Zano i otros, i que el Antiguo Parentesco de Entrambas Lenguas se renovó con el arrivo de tantos Españoles a Roma... Con tales argumentos, nacidos de las turbias fuentes antes aludidas, escribe Pellicer todo su alegato, para probar que la lengua matriz de nuestra Península es la misma lengua española hablada hace más de dos mil años.



IV. E riflettendo, che la Lingua Provenzale, e la stessa appunto, che la mia materna Catalana, come attestano parecchi Autori e può conoscere ognuno, confrontando le parole, le maniere, i modi di dire, e lo stile delle nostre antiche Costituzioni di Catalalogna, esistenti nella Biblioteca Barberina, cogli antichi Statuti di Provenza, che si trovano nella Libreria Casanattense; e come anche più agevolmente riconoscerá il Lettore dalla lettera, che per questo efetto ho estratta dalla Storia, e Cronica di Provenza di Cesare di Nostradama scritta da Renato d Angió Re di Napoli il decimosesto, e Conte di Provenza il ventunesimo nell anno 1468, en son bon, & franc Catalan Provenzal, come dice l istesso Nostradama, a Giovanni d Angió intitolato Duca di Calavria suo figlio primogenito, e Generale dell Armata Franzese, e Provenzale, che allora si trovava ne confini di Catalogna; (benchê nel detto anno, anzi ventisei anni prima, fosse giá il suddetto Conté scaduto dalla Regia di Napoli, avendo prevaluto il partito, e il va ore delle armi de i Catalani, e degli Aragonesi contro degli Angioini, ed essendo in essa rimasto trionfante, e coronato fino dal 1442, il Re Alfonso il II d Aragona, e il I di Napoli cognominato il Magnanimo), la qual lettera ho qui trascritta con la medesima ortografía, che nella predetta Istoria si legge del seguente tenore:


...Ben noto e per altro, a tutti i Letterati, che la nostra Lingua, e più antica assai, della Castigliana, poiché su per tutto il Ponente, tra tutti gli altri Idiomi di quelle parti di gran lunga primiera e cosí florida, culta, ac polita ut nulla feré extiterit Regio, in quam immissa non fuerit e la Castigliana al contrario, mentre fino al 1479, nel quale ad unicum Principem tota Hispaniarum potestas rediit, come dice il Du-Fresne rarioris fuit usus, ut poté barbaris spersa vocabulis. Anzi lo stesso Crescimbeni, parlando sopra questa materia di precedenza, ed antichitá fra le lingue volgari, mi disse aver letto in un certo Autore straniero, che in Catalogna incominció a corrompersi il dialetto latino, che correva in tempo dell Imperio de Goti. Ed a questo proposito e cosa degna d osservare, che in Catalogna pure s incominció l uso di trattare le Leggi, e Costituzioni, e tutti gli atti giudiziali in lingua volgare; anzi nel 1412. D. Ferdinando I, Infante di Castiglia, che su eletto, e dichiarato Re d Aragona, e Conte di Barcellona dagli Stati di Catalogna, Aragona, e Valenza congregati in Caspe, per esser morto intestato, e senza successione il Re Don Martino, che su 1 ultimo Re, e Conte della stirpe de Beringhieri; fece in Catalogna una Legge, tra 1 altre, insieme co i tre Stati generali del Principato, cioé l Ecciesiastico, il Nobile, e l Borghese, o Cittadino, comandando espressamente, che tutte le suddette cose fossero fatte, e trattate nel nostro volgar Catalano, e non in latino, né in altro straniero linguaggio, come aparisce dal Volume delle nostre Costituzioni esistente nella Biblioteca Barberina, e cosí su sempre praticato fino al 1714; la quale legge, per dirlo di passaggio, pare che indirettamente, e in alcun modo sia stata confermata dalla Santissima Vergine Nostra DonnA, coll´ occasione d un miracolo, che a intercession sua, fece il Beato Fra Salvadore d Orta Francescano, di far parlare in Lingua Catalana una Donzella muta di otto anni di Nazione Navarrese, come raccontano i compilatori della Vita di esso Beato Fr. Salvatore, e riferisce il Bollando negli Atti de i Santi. E simile uso poi negli altri Stati, e Regni dell Europa, non che di Castiglia solo, non incominció, che cento cinquant anni dopo, nella propria lingua naturale di ciascun paese. Ma non occorre, che sopra ció mi affatichi, né perda più tempo in addurre dell altre autoritá, e memorie, che mi sono rimase nel Zibaldone, e fra laltre, che.
L´an 1613 on imprimá à Paris un gros livre in quarto en langue Françoise, qui contient 1030 pages, ayant pour titre: Thresor des Langue de cêt univers, contenant les origines, beautez, perfections, decadences, mutations, & ruines des langues, où l´Autheur Monsieur Claude Duret Bourbounois, en compte jusquà 56, & parmy les autres, il place la Cathalanne avant l´Espagnole, & plusieurs autres: mentre che dalle Tavole degli Autori, e de i libri in Provenzale, poste in fronte del mio Vocabolario puó il Lettore abbastanza foddisfarsi; conciossiaché i più antichi, che la Castigliana Lingua in questo, od altro giudizio possa produrre, faranno di gran lunga posteriori a molti di quei, che in esse Tavole oggidí compariscono... (Págs. 36-38.)


... Conchiudo, che più tofto che errori dovrebbero con più proprietá chiamarsi Provenzalismi, de quali abbondano le scritture Toscane del buon secolo, e maggiormente quelle tratte da i testi Provenzali, che sono molte. E molto più si rende ció manifesto, se si considera, come ho toccato di sopra, che la medesima nostra Lingua Provenzale pura, e schietta, che per tutta l Europa si sparse, su ella da Toscani studiosamente ne primi tempi adoperata, e poi lungamente imitata siccome da tutta la Francia, dall´ Inghilterra, e dalla Germania, essendo allora amata, e pregiata come la Greca, e la latina, e su a i più delicati ingegni comune, ed universale; anzi tant oltre passó in riputazione, e fama, che ella sola su in istima tra le lingue... (Págs, 69, 70).



Este escritor sostiene las mismas proposiciones de todos los bascófilos, a saber: que la lengua bascongada fué, no sólo la primera que se habló en España, a donde la trajo Túbal, sino también la primera del mundo. En su discurso estudia las etimologías de porción de nombres de lugar de la Península, modernamente usados, presumiendo probar que se derivan del eúskaro. Pirineos (= Bi-Erri-Eneac, Pirineac), Aragón (= Arrigonia), Cardona ( = Gatzona, Catzona), Gerona ( = Hiri-ona o Herriona), Barcelona (= Parcer-ona o Parcel-ona), Sagunto ( = Es-egunto), Andalucía ( = Landalucea), Setúval ( = Echetúval), etc.



Hicieron notar los articulistas la importancia excesiva que Mayans dio al elemento griego, en cuya apreciación anduvieron más acertados que en la inexactitud con que resumieron lo que en los Orígenes se dice respecto de la lengua hebrea; aumentaron las prerrogativas otorgadas por el erudito valenciano a la lengua árabe en la composición de nuestro Diccionario; quisieron (por ser, sin duda, nacido en Aragón uno de los articulistas del Diario) contradecir la opinión de que la lengua hablada en dicha comarca no es ningún dialecto, sino tal lengua aragonesa; discutieron con más o menos acierto algunas etimologías, y no se inspiraron, finalmente, en un espíritu de verdad y de justicia, pues llegaron hasta afirmar que el autor de los Orígenes no sabía traducir del latín al castellano.

Hicieron notar los articulistas la importancia excesiva que Mayans dio al elemento griego, en cuya apreciación anduvieron más acertados que en la inexactitud con que resumieron lo que en los Orígenes se dice respecto de la lengua hebrea; aumentaron las prerrogativas otorgadas por el erudito valenciano a la lengua árabe en la composición de nuestro Diccionario; quisieron (por ser, sin duda, nacido en Aragón uno de los articulistas del Diario) contradecir la opinión de que la lengua hablada en dicha comarca no es ningún dialecto, sino tal lengua aragonesa; discutieron con más o menos acierto algunas etimologías, y no se inspiraron, finalmente, en un espíritu de verdad y de justicia, pues llegaron hasta afirmar que el autor de los Orígenes no sabía traducir del latín al castellano.


1788.

27. Discurso sobre el origen, uso y cultura de la lengua española en Aragón.

Inserto en el Memorial literario de Febrero y Marzo de 1788, págs. 274 y 353.

La noble tendencia que inspira todo este trabajo se lee en síntesis a su comienzo.

Dos errores o preocupaciones igualmente injuriosas a Aragón (dícese), se van introduciendo en materia del idioma o lenguaje español. Uno es excluir a este reino de la formación de cultura de la lengua principal de la nación, y otro el adoptar en él la lengua lemosina o provenzal, queriéndola hacer en algunos tiempos común y ordinaria: el primero no se enseña abiertamente, pero el vulgo se va imbuyendo indirectamente de él, no faltando alguno de los doctos que incidentemente lo afirme; el segundo se publica como invención erudita y con todo el aparato seductivo de citar en su confirmación noticias exquisitas, códices y monumentos recónditos; de manera que es necesario cautelarse mucho para no dejarse alucinar de una opinión tan favorita de los sabios. Así es que, en lo antiguo, los mismos escritores llamaban nuestra lengua con la disyuntiva de castellana o española, como se ve en Aldrete, Covarrubias y Sepúlveda, La misma Real Academia le da con frecuencia el nombre de lengua española en la primera edición de su Diccionario, si bien en el Discurso proemial sobre el origen de la lengua dice que este dictado es del uso de los extranjeros, y en su segunda edición constante y solamente con el nombre de castellana. Mayans, en sus
Orígenes, poniéndose a explicar el significado de esta voz, lengua española, dice que por ella se entiende la lengua común de la nación; pero añade que no puede incluir la aragonesa por no tener la perfección que en Castilla, donde el menor comercio con los extranjeros la ha conservado más pura. Todavía está más áspero con nosotros el P. Terreros (Paleografía española, fol. 212, en el tomo XIII del
Espectáculo), que después de olvidar a Aragón, cuando tratando del origen de la lengua menciona casi todas las provincias de España, prosigue luego su historia, y dice que en tiempo del Rey D. Fernando de León, nieto del Rey D. Sancho de Castilla, con motivo de su dominación en León y


Navarra, les comunicó su lengua que también tomaron los aragoneses.


En ciertas circunstancias el dativo hace también la función del acusativo. Hay que observar:

a) El artículo neutro es una adquisición propia del castellano, y no se emplea más que con el adjetivo abstracto elevado a la calidad de sustantivo: lo bueno, lo grande, lo mejor, lo mío. Lo por él se encuentra en los antiguos, particularmente en el dialecto leonés y aragonés; por ejemplo: lo lazo, lo chico (niño); y se une a las preposiciones, según se indicará más adelante.



2: sustantivos: asinus, cophinus, dominus, fraxinus, bucina, femina, pagina. Castellano: asno, cofre, dueño, fresno, bocina, hembra, página. Poseemos también una forma ezno (esno), destinada a señalar el origen: lobo, lobezno; pavo, pavezno (arc.); pecado, pecadesno (ib.); víbora, viborezno. Es, sin duda, contracción de cinus, esto es, inus precedido de una c diminutiva: lobezno, latinizado, sería lupicinus (antiguo apellido aragonés: Lupicino). Este sufijo se aplica también a algunas palabras que designan objetos, como torezno (torrezno), rodezno.


aneus. -1.° Adjetivo: extraneus, circumforaneus, spontaneus, subitaneus, subterraneus.

Castellano (-año, -aneo): extraño, subterráneo, espontáneo, sopitaño (arc.) -De aneus se pasa fácilmente a la forma anus, como en el provenzal de Aragón forano, y en el latino fontaneus, a cuyo lado se encuentra fontanus. -A este ejemplo latino se ajustan algunas nuevas derivaciones que proceden, ya de sustantivos, ya de adverbios: tacaño, cutáneo, frustráneo.


ensis. -Adjetivo: designa la descendencia o la ciudadanía: algensis, forensis, lutensis, nemorensis, hortensis, portuensis, atheniensis, carthaginiensis, narbonensis, rhodensis. -En castellano esta forma ha permanecido activa, pero más bien para formar nombres de pueblos que nombres comunes. Ejemplos de vocablos, en su mayor parte nuevos, algunos de los cuales son empleados como
sustantivos (-és): cortés, burgués, marqués, aragonés, cordobés, francés, inglés, leonés, portugués;

(-ense): conquense, ateniense, oscense, hispalense.


3: Adverbios de cantidad.
Multo, longe = mucho, mucho más.
Mol, molt en chapurriau.
Nimis. Demasiado (de demás = de magio),
massa en chapurriau.
Satis = asaz.
Parum, paulum = paucum (
poco) = algo.
Tantum, solum = solo, no -sino, no -mas (perífrasis).
Tan, tant, sol en chapurriau.
Vix. Compuestos con a: alés (arc.), mal -avez (arc.) Perífrasis: apenas, a duro, de duro.
SALTEM = a lo menos, siquiera (sisqueraen chapurriau).
Vel = mismo,
vel - bel en aragonés.
Omnino sustituido por totus = del todo,
del tot en chapurriau.
Fere, paene = cuasi, fascas hascas (ares. hasta casi), por poco que, por poco no, falta poco.

Adverbios de comparación.

Sic = si, sin.
Tam = tan, tanto.
Aeque, perinde, están representados por compuestos con sic: otro -sí, otrosi, otrosí, ansí, así.
Ut ha sido suplantado por quomodo, para lo cual se ha despojado de su propio sentido. Como, en lo antiguo quomo, com (chapurriau igual), como, coma (usado todavía en La Litera, Huesca, por ejemplo).


Quam = cuan. El sentido de estos adverbios puede expresarse también con sustantivos: guisa, manera, suerte, modo.


II. Preposiciones.

La mayor parte de las preposiciones latinas las ha conservado el castellano: ab, cis, ex, erga, ob, prae, propter: otras menos importantes, ya no existen en castellano independientes. Las palabras nuevas de esta clase no todas tienen el mismo origen. Son:
1: Compuestos de diversas preposiciones; por ejemplo: de -ad, ad - Prope (
a prop, prop en chapurriau), in -contra, in -versus, per -ad, per -ante, per -inter.
2: Adverbios empleados con el sentido de preposiciones.
3: Nombres. -a) sustantivos que, repeliendo la preposición que les seguía, han tomado el sentido de una partícula: cabe. b) Adjetivos o participios considerados como neutros, que, por el abandono de toda flexión, se han convertido en partículas: bajo, junto. -Las preposiciones propias, son aquéllas que pueden ser inmediatamente prepuestas al nombre. Son impropios todos los adverbios y los nombres que, para expresar un sentido preposicional, necesitan el intermedio de una preposición. De la gran cantidad de estos últimos, la lista siguiente no puede dar más que un pequeño número de ejemplos. Para reconocerlos, únese a cada uno de ellos la preposición que ordinariamente les sigue; pero es de advertir que muchos nombres así caracterizados se emplean también sin este complemento.

Ab. -No existe más que en composición; en general ha sido reemplazada por
de. Para darle el sentido local o temporal de ex o in -de a, hay palabras especiales, como desde (de ex).
Ad = a -Compuesto que indica el fin: para = pora (pro ad,
per a -pera en chapurriau) en los siglos XII y XIII.

Ante = ante, antes de.
Ab ante = abáns en chapurriau.

Apud (en las inscripciones apue). -El sentido de esta preposición está representado por sustantivos, como cabe, cabo (arc.), a cabo.

Circa = acerca de.

Contra = contra.

Cum (cun, con en las inscripciones) = con.

De = de. Para expresar relación: acerca de.
Erga. -Reemplazada por versus. Posteriormente versus se reemplaza por contra, por ejemplo en una pelea.

Ex. -Reemplazada por
de.

Extra. -Reemplazada por foras, foris, con o sin de.
Extramuros = a las afueras del poblado.

In = en.

Inter -entre. -Sinónimo: en medio (
en mich en ch.). La significación temporal de inter está expresada por participios, como durante.

Intra. -Derivada del adverbio intro = dentro de.

Ob ha desaparecido, siendo reemplazada por
per, pro. -Expresiones perifrásticas: por razón de, a causa de (*g, griego moderno).

Per = per (arc.), hoy desaparecida,
excepto en chapurriau. -Por de pro.

Post = en pos de, después de.

Praeter, falta. -El adjetivo neutro
excepto la ha reemplazado.

PRO = por, que al mismo tiempo reemplaza la preposición perdida
per. Un sentido particular de pro está representado por en lugar (en lloc de en ch.), en vez (en ves de en ch.), cuyas expresiones se construyen con genitivo.

Prope (
prop en chapurriau). -Su sentido se expresa por medio de adjetivos. Así, junto de.

Sine = sin, sines, senes (arc.). De senes, por metátesis, se construye
sense en chapurriau.

Sub = so (
sota en aragonés, catalán). Ha sido reemplazada por subtus = bajo, debajo de (sinónimos). Deball -daball en chapurriau.

SUPER = sobre. Además, encima de, tienes la comida sobre la mesa.
Tens lo diná sobre la taula, damún (de) la taula; en chapurriau.

Tenus ha desaparecido. Hay que asignar otro origen a las palabras anticuadas
fata o ata (árabe, hatta). El antiguo vocablo fasta = hasta moderno, parece un compuesto de facia ata.

Usque. -Corresponde a la expresión arcaica
entro.

Trans, como preposición, toma en castellano el sentido de
post, pone. Tras, que puede estar precedido de a, de, atrás, detrás.

Versus, aunque ha sustituido a
erga en algunas lenguas neo-latinas, carece de correspondencia en la nuestra. Lucha de 1 VS 2 -actualmente (2019) CONTRA.

Hay todavía algunos nombres empleados como preposiciones, como
mediante, no obstante, etc.

III. -Conjunciones.

Quedan pocos vestigios originarios en esta clase de palabras, pues los adverbios y las perífrasis nominales han llenado este vacío histórico.

Et = y, i, e (arc.), et (arc.)
NEC = ned (arc.), nen (arc.), ni.
ETIAM = también,
tamé en chapurriau. Expresiones negativas: tampoco (tampoc en ch.), ni menos.
AUT = o, O.

Ut, quod = que. Compuestos: para que (*g, griego moderno), a fin (de) que.
Ut, sicut, quam. A esta última, en tanto que se refiere a un comparativo, corresponde que, ca (arc.) Quasi se ha conservado literalmente.
Casi moderno.
Si = si.
Nisi = si no.
Dummodo = Caso que.

Sed y las otras partículas adversativas están representadas por
magis (en lugar de potius), que ha producido también adverbios: mas, pero, empero,
Potius = antes,
sinó.

Etsi. -Está representada de diversas maneras: bien que , aunque, puesto que.
Tamen = todavía, con todo esto, sin embargo.

Nam, quia. Compuesta con la partícula que: por tanto que. Compuesta con el pronombre que: por qué. - Hay adverbios de tiempo tomados en un sentido casual: pues (
pos en chapurriau), pues que, ya que.

Nempe = a saber.

Igitur, ergo = pues, luego. Por ideo, propterea, empléanse ende, por eso, por tanto (
per tán en ch.).

Quum (
cuan en ch.) ha desaparecido: como partícula temporal ha dado al castellano la voz cuando. Varios adverbios de tiempo pueden, con el auxilio de la partícula que, pasar a la categoría de conjunciones, siendo suprimida también a veces esta partícula. Así, después de.
Una voz nueva por la latina DUM es la castellana
mientras.

IV. -Interjecciones.

El latín no es rico en esta parte de la oración; el castellano tiene, en cambio, muchas interjecciones. Las cuales son: 1:, sonidos naturales; 2:, sonidos más complejos; y 3:, palabras mutiladas o abreviadas.

La interjección más común, que sirve para reforzar el vocativo, es
oh. Las siguientes expresan una llamada: ha, he, ahe, aik en chapurriau. Compuesta con la: óla. El alemán usa Halló con acento en la ó para llamar la atención, Hállo con acento en la á para saludar.

El dolor se expresa por ah, ay. Con pronombre personal: ay me, ay de mí. -La amenaza o la queja se expresa por
guay (vái, gótico). Aragonés: Guaita (con los güellos) -mira (con los ojos. Quizás provenga del vái gótico.
Las primeras, que denotan el dolor, también sirven para revelar la alegría y la admiración.

Es difícil averiguar el origen de ciertas interjecciones, como
cáspita, caramba. Collóns o mecagondéu ya es más fácil de averiguar.

Para exhortar y alentar, empléase
ea (eja, lat.), ea pues, sus, upa, aúpa (¿las dos de origen alemán?), alafé, alahe, alae (las tres arcaicas). -Una llamada: al arma, ah de casa, aquí del rey. -Un deseo: ojalá (enschá allah, árabe). -Una caricia: halo halo (arc. halagar).

Interjecciones para la repugnancia y aversión: dale, zape, oxte (arc. por exte, de exir), fuera, vete, su,
fuch en chapurriau.

Para el silencio: chito, chitón, ta, tate (tace?)

Para la protestación (protesta) y la maldición: por Dios, cuerpo de Dios, cuerpo de tal, y muchas más blasfemias incluidas. 

El distinguido aragonés D. Mariano Nougués Secall ha extractado las principales ideas del trabajo de su compatriota, en la nota que copio a continuación:

En el trabajo del Sr. Lasala se combate la prioridad que pretenden los castellanos en el ejercicio del romance español, diciendo que de antes del siglo XII no posee Castilla escrito alguno oficial ni diplomático en romance español, y que tal vez no sucede lo mismo en Aragón.

Pretende que en el privilegio de los veinte, otorgado por Alfonso el Batallador a Zaragoza, se leen algunas palabras vulgares de aquel reino: cita un documento de 1148, que se encuentra en el archivo de la iglesia del Pilar de Zaragoza, en el cual, entre otras palabras, se leen las de carta, cuartals de trigo, campo, brazal, etc.

Cita asimismo otro documento, que trae Briz Martínez, del año 1061.

Pasa a examinar los códices, y sostiene que el de Sobrarbe es indisputablemente más antiguo que el de Avilés.

Observa que el Rey San Fernando, el conquistador de Sevilla, dio en 1241 el Fuero Juzgo a Córdoba; pero que no consta que en su reinado se romanceara, y que si en él no se hizo su romanceamiento, seria por su hijo D. Alonso.

Que si se duda de que el fuero de Sobrarbe lo dio Sancho Ramírez, no puede ofrecer duda que lo diera Alonso el Batallador a Tudela, en cuyo archivo se conserva con el mismo romance que los demás códices, de lo que se infiere que en romance se escribió este fuero.

Habla en seguida de un códice de fueros anteriores a Jaime I, que se conserva en el archivo del Pilar, y que observada la diferencia que existe entre el lenguaje del códice Pilarense y el de la compilación de Huesca del año 1247, aquél debe suponerse anterior a éste en un siglo. Añade que en la Biblioteca Nacional se halla un Ms. en pergamino de esta compilación, en la cual sólo se encuentran siete fueros de la Pilarense, cuyo lenguaje es más incorrecto que el usado en el del Obispo Canellas.

Deduce el Sr. Lasala de estos antecedentes que el códice Pilarense debía ser muy antiguo, cuando en 1247 se reconoció la necesidad de otra compilación, y viene a parar por qué el fuero de Avilés (de 1155) puede pasar por coetáneo, no del de Sobrarbe, sino en su caso de el del Pilar.

No cabe decir, en su concepto, que la compilación de Canellas se escribiera en latín y se romanceara después; porque es sabido que quien hizo la traducción fué el Justicia Salanova en 1352, advirtiéndose que el escrito en romance tiene más títulos y fueros y distinto orden que el latino, lo que demuestra que no es copia de éste el que se encuentra en romance, sino que éste es el original, y el otro su copia modificada y alterada en un latín poco castizo.

La consecuencia que deduce el Sr. Lasala de todos estos datos y antecedentes, es que el fuero asturiano no tiene la antigüedad que el de Sobrarbe, cuyo prologista murió en 1094, ni mayor tampoco que los del códice del Pilar, y que el romanceamiento del Fuero Juzgo fué posterior a la compilación de Canellas.

En seguida pasa a verificar un cotejo entre el fuero de Avilés y el Pilarense, deduciendo que entrambos pertenecen al mismo período histórico en que el habla común de los españoles luchaba por sacudir el yugo del idioma latino; y por si no se acepta el códice Pilarense, trae para hacer la comparación algunos fueros del de Sobrarbe.

De este parangón deduce también la mayor perfección de los fueros citados sobre el de Avilés, en el que no se encuentran oraciones completas, y sí el uso del presente de indicativo en vez de los demás tiempos de sus conjugaciones.

Todavía, por si se supusiese sofisticado el fuero de Sobrarbe y por sospechosos los del Pilar, sostiene que sólo con el Código de Canellas hay suficiente para probar la prioridad y perfección de Aragón en el uso del romance. San Fernando murió en 1252, dejando a su hijo el encargo de romancear el libro de los Jueces; la promulgación de la compilación de Canellas se hizo cinco años antes, o sea en 1247, no habiendo podido hacer más dicho Obispo que compilar, en el corto espacio de dos meses y medio que se le concedió, los fueros promulgados anteriormente, haciendo un argumento irresistible, y es el de que hubiera sido inútil la traducción de los fueros por Salanova si los hubiera redactado en latín el Obispo Canellas.

El Sr, Lasala, en su trabajo comparativo del prólogo del Fuero Juzgo y del de la compilación Oscense, observa que es más perfecta la construcción aragonesa que la del Código castellano.

Llevando a término su trabajo, hace un cotejo entre el lenguaje de las Partidas y el privilegio general otorgado en 1283 y con los privilegios de la Unión, que lo fueron tres años después del fallecimiento del autor de las Partidas.


52. Sobre el origen y formación de las lenguas romances y en particular de la lengua castellana, por D. José Amador de los Ríos.

Tomo II de su Historia critica de la literatura española: Madrid, imprenta de José Rodríguez... 1862. -Ilustración II, págs. 361-414, y Apéndice I, págs. 581-596.

Trabajo de selecta erudición, en el que su autor opina que, durante las dominaciones romana y visigótica, existían en España otros idiomas, hablados, si no escritos, a la vez que el latino, aunque éste, después del Concilio III, fué el preferido y el dominante. Fija en el año 739, fecha que lleva la famosa inscripción de Santa Cruz de Cangas, el punto de partida del romance declarado, que se formó, como dice el Sr. Amador, de los elementos congregados en el suelo español, entre los que si al latín corresponde mucha parte, no pequeña se les debe al hebreo y al arábigo; aunque es innegable que el primero constituye el núcleo y fundamento del castellano. Varios documentos ilustran la tesis defendida, y sirven para probar las diferencias distintivas del habla vulgar, usadas en los comienzos de su historia por aragoneses, navarros y castellanos.

1868.

56. Discurso leído ante la Real Academia Española de Arqueología y Geografía del Príncipe Alfonso, por el señor D. Francisco Otín y Duaso, en el acto solemne de su recepción de Académico de número de la misma. Madrid. 1868. Por D. Alejandro Gómez Fuentenebro, impresor de dicha Real Academia.

4.°-62 págs.

Tema del Discurso: El idioma de Aragón y de Castilla es uno mismo en su origen, formación y progreso; pero en determinada comarca del Pirineo se vislumbran los vestigios de una lengua desconocida, cuyos nombres de ignorada etimología aparecen como incrustados en el romance común. Los nombres en que se funda la segunda parte de esta tesis son principalmente los de ríos,
montes, pueblos y los patronímicos de todo el partido de Jaca y parte del de Boltaña y Huesca. La naturaleza de estos vocablos la supone el autor arraigada en tiempos anteriores a los de la dominación romana. Hace notar las frecuentes terminaciones en
es o íes, y las en üe, ües, üas y sus derivadas: üe-lo, üe-go, üe-rre; y, afirmando que las voces a que pertenecen no son ni éuscaras, ni latinas, ni godas, ni mucho menos árabes, necesariamente (dice el autor) han de corresponder a uno de los varios idiomas que se hablaban en la Península antes de las invasiones de cartagineses y romanos.

Siguen a este discurso muy eruditas notas, donde se ven catalogados muchos nombres de las citadas terminaciones, y se incluye además una lista de 328 voces aragonesas, 34 de ellas anticuadas, de uso común en el Pirineo de Aragón, de etimología evidentemente latina y derivadas las más del
ablativo o del infinitivo. Al lado de cada una de ellas pone el autor las correspondientes palabras latina y castellana.

A este Discurso acompaña el de contestación por el Académico Sr. D. Mariano Nougués y Secall, distinguido aragonés, como el Sr. Otín. En dicho trabajo sostiene el autor que el romance se habló antes con más perfección en la comarca aragonesa que en la de Castilla; que muchos de los
llamados provincialismos de Aragón han sido vocablos puros usados por los castellanos, y que en este antiguo reino, así como también en el de Navarra, se habló primitivamente el éuscaro o bascuence. Interesantes notas y algunos documentos castellanos (o aragoneses mejor dicho), de remota fecha, completan el trabajo.


87. Souhaits de bienvenue adressés a Ferdinand le Catholique par un poète barcelonais, en 1473. Estudio de crítica histórica y filológica, por D. Alfredo Morel-Fatio.

https://www.persee.fr/doc/roma_0035-8029_1882_num_11_42_6213 (varias páginas escaneadas).

Publicado en la Romania, núms. 43, (Julio 1882), y 61, (Enero 1887), tomos XI y XVI: páginas 333 -356 y 92 -97 respectivamente.

El poema consta de 225 versos, y su autor revela que no estaba acostumbrado a escribir en puro castellano, a pesar del esfuerzo que hizo para saludar en esta lengua al monarca aragonés. Abundan en él, por consiguiente, las palabras y giros extraños, y así es su estudio de gran utilidad para la historia de nuestra lengua.

En el análisis hecho por el Sr. Morel -Fatio trata primero de las modificaciones fónicas, siendo de notarse las siguientes:

a átona por e. -Ejemplos: bozas, enamigos = voces, enemigos.
e por a. -Ej.: egenos = agenos (
ajenos).
e final átona por o. -Ej.: testes, viente = testo, viento.
u átona por o. -Ej.: queus (queos) = que vos; suspecha, bufetadas (
chapurriau bufetada, bufetades) -sospecha, bofetadas.
ie por e. -Ej.: presidiente = presídente.
ue por o. -Ej.: puenga = ponga.
c inicial por g. -Ej.: critos, colpes = gritos, golpes =
chapurriau crits, cops.
T final por D. -Ej.: virtut, grant = virtud, grand.
s por ç, y. -Ej.: verguensa, punision = verguença (
vergüenza), punizion (punición, castigo).
tz por c. -Ej.: suitzia = sucia.

Después se ocupa el crítico francés de las modificaciones gráficas; y es de advertir que en el poema se pone la h entre dos vocales para indicar el hiato.

Estas particularidades las hace en parte propias Morel-Fatio, con muy buen acuerdo, del dialecto aragonés; porque, efectivamente, la lengua antigua aragonesa, así mencionada desde principios del siglo XV (Véase Colección de documentos inéditos del Archivo de Aragón, tomo I, pág. 103), sustituía los diptongos ie y ue por e y o; la d final por t; la ç o y por s; la ñ y ch por ny, tx y x, y pronunciaba nt, rt, y no nte, rte, como los castellanos.

No faltan tampoco formas catalanas en este pequeño poema; pero, a nuestro juicio, puede considerarse principalmente como un ejemplo precioso del lenguaje aragonés.

als presentz, Pedro II, Osca


104. Para la fonética castellana del siglo XIII es muy importante el estudio directo de los textos inéditos publicados, con una advertencia preliminar y preciosas notas de critica filológica, por el señor Morel-Fatio en la Romania. Números 62-64: Avril -Octobre, 1887.

Tomo XVI: págs. 364-382.
La transcripción de que el Sr. Morel-Fatio se ha valido para la impresión, parece ser hecha en Aragón, a juzgar por las siguientes importantes observaciones, propias del castellano da esta comarca:
1: Conservación de los grupos iniciales cl, pl: clamados, pleno, plora.
2: De la d media: fryda, frydor, odi, piedes, creder.
3: El uso de los pronombres
meu o meo y seu, etc.

Lo que diximos de la lengua ebraica, griega e latina: podemos mui mas claramente mostrar en la castellana: que tuvo su niñez en el tiempo de los juezes e Reies de castilla e de leon: e comenzo a mostrar sus fuerzas en tiempo del mui esclarecido e digno de toda la eternidad el Rei don Alonso el sabio. Por cuio mandado se escrivieron las siete partidas, la general istoria, e fueron trasladados muchos libros de latín e arabigo en nuestra lengua castellana. La cual se estendio después hasta aragon e navarra e de allí a italia siguiendo la compañía de los infantes que embiamos a imperar en aquellos Reinos. Y assi crecio hasta la monarchia e paz de que gozamos primeramente por la bondad e prouidencia diuina: después por la industria, trabajo e diligencia de vuestra real majestad.
En la fortuna e buena dicha de la cual los miembros e pedazos de españa que estauan por muchas partes derramados: se reduxeron e aiuntaron en un cuerpo e unidad de reino.

Los franceses mosier. los
aragoneses mosen. los moros abicid. mulei. Assi que sera don en nuestro lenguaje en lugar de pronombre e aun devesse escrivir por breviatura como los pronombres latinos, o como lo escriven agora los cortesanos en roma: que por lo que nosotros dezimos don Juan: ellos escriben do joannes. Connombre (cognom catalán) es aquel que se pone después del nombre proprio: e es común a todos los de aquella familia, e llamase propriamente entre nosotros el apellido, como los estunigas. los mendozas.

Denominativos se pueden llamar todos los nombres que se derivan e decienden de otros nombres, e en esta manera los patronímicos, possesivos. diminutivos, aumentativos, e comparativos se pueden llamar denominativos. Mas propriamente llamamos denominativos: aquellos que no tienen alguna especial significación. I porque estos tienen mucha semejanza con los possesivos e gentiles: diremos agora juntamente dellos. Gentiles nombres llaman los gramáticos: aquellos que significan alguna gente, como español, andaluz, sevillano. Aunque Tulio en el primero libro de los oficios haze diferencia entre gente, nación, e naturaleza . porque la gente tiene debaxo de si muchas naciones. Como españa a castilla, aragon. navarra, portogal.

117. Gramática de la Lengua Vulgar de España. (Grabadito en madera que representa un ignente sol, en cuyo centro está la figura del Niño Dios sentado, con el mundo en su mano izquierda: encima de esta empresa, en una línea, este lema: In sole posuit tabernaculum suum)
Impresso, en Lovaina por Bartholomé Gravio. M.D.LIX. Con Gracia i priuilegio del Rei. -(Al fin.) Impresso, en Lovaina por Bartholomé Gravio. M.D.LIX.

8.°-31 hs. útiles sin foliación. - Signs. Aij -dIIIIj, ó sean 4 pliegos de impresión. Portada. - Texto.

Cuatro son, i mui diferentes entre si, los lenguajes, en que hoi día se habla en toda España. Al primer lenguaje llaman
Vazquense, que es la lengua de Viscaia, de la Provincia, i de Navarra: tiene su origen esta lengua, i reconosce por madre a la lengua Caldea, según dizen los dotos que la entienden: es mui notorio (como paresce a los graves varones) que esta es la mas antigua lengua entre todas las otras, que se hablan por toda España en este tiempo. Síguese tras esta, la Araviga, que es verdaderamente Hebrea, la qual tiene el lugar segundo, no solo por su antigua y noble descendencia, como también por haver escrito en ella muchos Españoles bien, i agudamente diversas obras en todas las artes liberales: esta se habla en el reino de Granada, i en parte de los reinos del ´Andaluzia (i con diéresis), de Valencia, i Aragón.
La tercera es la lengua Catalana; esta es verdaderamente Francesa, i trahe su origen de la provincia de
Cascoña, de la mui antigua ciudad de Limojes: hablase en ella en los reinos de Cataluña, de Valencia, Mallorca, Menorca, Iviça, Cerdeña, i aun en Napoles, tiene esta lengua su lugar inmediatamente junto a la lengua Araviga (dexando aparte muchas, i mui buenas razones) por esta solo, que, después de los Araves, no se han escrito en toda España tantos, tan buenos, i tan sotiles libros en prosa, i metro, como en esta lengua Catalana, tanto que todos los Italianos a una voz dizen, i confiesan, havér sido los Proençales inventores de sus trobas, de que hoi día tanto se precia la ingeniosa i prudente Italia: i la lengua Proençal, de que ellos hablan, es la mesma Catalana, lo qual ninguno duda, i si lo dudase, se prueva del pie a la mano por las mui antiguas obras de los Proençales, por el Dante, por el Petrarca, por el Bocacho, i principalmente por el veinteno Canto de su Purgatorio del Dante, en el qual haze hablar a su maestro, el gran Limosin, padre de poesia (e con diéresis), el divino Arnoldo Daniel, digo, le haze hablar en lengua de Limojes, o Proençal, do se vée claramente, que la Proençal, i Catalana son una mesma lengua.

El quarto lenguaje, es aquel, que io nuevamente llamo, Lengua Vulgar de España, porque se habla, i entiende en toda ella generalmente, i en particular tiene su asiento en los reinos de Aragón, Murcia, Andaluzia, Castilla la nueva, i vieia (
vella en chapurriau), Leon, i Portugal: aunque la lengua Portoguesa tiene tantas, i tales variedades en algunas palabras, i pronunciaciones, que bien se puede llamar lengua de por si: todavia no es apartada realmente de aquella, que io llamo vulgar, antes son vna mesma cosa, manaron de vna mesma fuente, tienen en todo, i por todo vna mesma descendencia, saluo que la Portuguesa se paresce algo mas con la madre de entrambas, la lengua latina. Por esto no embargante, licito es a cada uno apartarlas la vna de la otra, i de quatro que io hize, hazer cinco lenguas diferentes. A esta, que io nombro Vulgar, algunos la llamaron lengua Española, en lo qual, a mi parescer, erraron, pues vemos que en España hai mas de una lengua; i otras mas antiguas, que no esta, i de mas lustre, por los mas escritores, que han tenido. Otros la llamaron Castellana, dándole el nombre de la provincia de Castilla, donde (según se dize) ella mas floresce; lo qual, aunque no paresce desaforado, todavia es nombre ambicioso, i lleno de imbidia, pues es mas claro que la luz del sol, que los reinos de Leon, y Aragon tienen maior y mejor derecho en lengua Vulgar, que no el reino de Castilla, i esto por tres razones: la primera porque estando Castilla debaxo la sujeción de reies Moros, do no se hablava sino en Aravigo, en Aragon, i Leon reinavan reies Cristianos, en cuio reino entonces ia se hablava en la lengua que ellos quieren nombrar Castellana: la segunda, porque toda Castilla fue conquistada i reduzida a la lei de Cristo por la industria emparo, i favor de los reies de Leon i Aragon, echando della los Moros, que la posseian: la tercera, por quanto siendo los dos reinos sobredichos con ceptro i real corona adornados, Castilla era condado sujeto i dando parias al reino de Leon. Por las quales causas, i otras que adrede callo, ma parescio nombrarla no Española, ni Castellana, sino Vulgar, como siempre la llamaré en toda esta obra; porque siendo la mas vulgar, la mas usada, i la que mas tierra ocupa en toda España, fue necessario hallarle un nombre conforme a lo que ella es, para que se diesse a cada uno lo suio quitando todo perjuicio i contienda, i esto basta para lo que se deve saber acerca del nombre desta lengua, que al presente enseñar queremos. Esta lengua Vulgar tiene su origen de la latina, sino que con el comercio i aun con el imperio de muchas i mui peregrinas naciones, como Africanos, Godos, Vandalos, Vnos, Alanos i otras; queda tan mudada, i desecha de su propiedad, i natural ser, admitiendo en su habla palabras, acentos, y pronunciaciones estranjeras, que ha resultado, i venido a hazerse una lengua de por si, compuesta de la latina, i de las sobredichas; de tal manera que tenga mui mucho mas de lo latino, que de las otras, tanto que claramente se le parescia ser aquella mesma, que antiguamente se usava en Roma: por donde no sin causa se puede llamar esta nuestra Vulgar, lengua latina alterada, i corropida. Desta pues quiero dar al presente tales reglas i precetos, que todo hombre de qualquier nación que fuere, pueda mui facilmente, i en breue tiempo hablarla, i escriuirla mas que medianamente: lo qual, para bien y perfetamente hazerse, devia tratarse quatro maneras dichas Ortografía, Etimología, Sintaxe, i Prosodia; pero io, dexando estas dos postreras partes al uso comun, de do se aprederan mejor i mas facilmente; solo trataré de las dos primeras, porque dellas depende la conicion necessaria desta lengua, de manera, que esta obrezita será diuidida en dos libros; en el primero diremos de la Ortografía: i en el segundo i postrero trataremos de la Etimología: en cada uno de los quales (servando breuedad) se tratará no todo quanto se pudiere dezir, si no lo que a mi me paresciere ser necessario para la instrucion de un principiante...

(Del primer libro de este tratado, o sea del llamado De ortografía, damos cuenta en el año 1559 de la tercera parte de este Segundo Libro de nuestra Biblioteca.)

(En cuanto a la primera parte de esta curiosa Gramática, júzguese por lo que a continuación consignamos:)

La etimología, es la segunda parte de las reglas de bien hablar, cuia fuerça consiste en mostrar la origen i descendencia de las palabras, es a saber, que raiz tienen, que fuerças, quantos ramos, que hoja, que flor, i que fruta llevan; seame licito hablar con esta metáfora, pues es mui conveniente i apropiada a la materia en que tratamos. Todas estas cosas, de que tiene cargo la etimología, los antiguos Gramáticos las abraçaron debaxo deste vocablo de origen, o descendencia; i en verdad que lo hizieron mui bien i agudamente, en hacerlo assi. Estas descendencias se consideran de muchas maneras; pero entre ellas, una hai muy necessaria a los principiantes, sin la qual no se pueden tan fácilmente entender ni aprender lenguas peregrinas; digo, que una hai mui necessaria, la cual por los latinos Gramáticos fue llamada Declinación o Conjugación, que todo es una mesma cosa... Declinación, es forma i manera de entender las finales cadencias i variedad de las palabras con que hablamos en respondencia de macho, i hembra, persona, numero, i tiempo: cujas partes son quatro solamente, Declinación del Articulo, del Nombre, del Pronombre, del Verbo; porque las partes de la Declinación no pueden ser mas, de lo que fueren las partes declinables...

Los articulos son de aquella calidad en esta lengua, que son en la griega, Hebrea, Italiana i Francesa, hai de tres suertes dellos: El, que es para el Macho: La, que es para la Hembra: Lo, para el Neutro... Casos no tienen los articulos, i por esso hazen mal, los que fuera, antes contra su naturaleza, los quieren declinar por casos... El articulo
veril algunas veces se pone por el articulo feminino en aquellas palabras que comienzan por vocal; como el alma, el agua; lo cual se hace, porque la pronunciación sea mas suave: aunque también se pone el articulo feminino a las mesmas; como la alma, la agua.

Este mesmo articulo juntándose con palabras que comiençan por vocal, suele perder su e, i allegando tanto a su nombre, que se haga un cuerpo de entrambos; como el ojo, el estandarte, lojo, lestandarte...
Sigue la declinación del nombre y de todos los pronombres.
Declinación del verbo en sus tres clases: Modos: Indicativo, Imperativo, Subjuntivo, Comun e Infinitivo. Tiempos de Indicativo: Presente, Imperfecto, Perfeto, Venidero. De Imperativo: Presente de Subjuntivo (se dize Subjuntivo, porque es de tal condición, que necesariamente se le ha de añadir otro verbo, para que diga algo): Presente y Venidero.

El quarto Modo es por mi llamado Común, porque todos sus tiempos son comunes i dedicados para declarar aquellos dos Modos que los latinos dizen Optativo i Subjuntivo, que en la lengua latina todos los gramáticos nesciamente han repetido, poniendo unos mesmos Tiempos en diversos
Modos, do no era menester. Este Comun Modo, tiene tres tiempos, Presente, Imperfeto i Promiscuo.

sábado, 13 de julio de 2019

PEDRO III, EN LAS JUSTAS DE BURDEOS


129. PEDRO III, EN LAS JUSTAS DE BURDEOS (SIGLO XIII. BURDEOS)

PEDRO III, EN LAS JUSTAS DE BURDEOS (SIGLO XIII. BURDEOS)


Es históricamente conocido cómo Pedro III, rey de Aragón, yerno del desposeído y muerto Manfredo, rey de Sicilia, acabó tomando esta isla, vengando a su suegro e incorporándola a sus demás Estados.
Había recogido el guante retador de Conradino. Le quedaba pendiente todavía el personal ajuste de cuentas con Carlos de Anjou, el güelfo al que expulsara de Sicilia. El duelo entre Pedro III (excomulgado por el Papa) y Carlos de Anjou (hijo carísimo de la Iglesia) estaba previsto que se celebrara en Burdeos, en tierras del rey de Inglaterra, a quien el papa Martín IV le rogó que no lo permitiese, como trató de hacer.

papa Martín IV

No obstante, Pedro III no quiso faltar a aquella cita de honor, pero sabía que Eduardo de Inglaterra controlaría todos los caminos que llevaban a Burdeos y que, además, tenía que atravesar Francia, dos peligros a sortear.
Lo de Burdeos, en definitiva, era una trampa, pero su honor le llevaba a ella.
Sin embargo, en Burdeos todo se había preparado. La cristiandad entera estaba pendiente de lo que allí pudiera ocurrir. Entre las muchas comitivas que se dirigían a Burdeos estaba la del famoso mercader y tratante de caballos Domingo de la Figuera, conocido en toda Europa. Como siempre, su comitiva era numerosa. Al cargo de mercancías y cabalgaduras iban tres criados pobremente vestidos, aparte de su mayordomo. En realidad, el mayordomo era Pedro III y los tres criados Blasco de Alagón, Berenguer de Peratallada y Conrado de Llanzá.
Bajo el disfraz, la comitiva aragonesa llegó a Burdeos, donde era bien sabido que no acudiría Carlos de Anjou, por habérselo prohibido el Papa. El senescal de Burdeos recibió aviso de que le aguardaba un mensajero del rey de Aragón, un encapuchado que le dijo si estaba en condiciones de garantizar la seguridad del rey aragonés, quien se podría presentar allí en poco tiempo.
El senescal inglés indicó al mensajero que bajo ningún concepto se presentara Pedro III, pues sería preso, ya que los hombres del rey de Francia y de Carlos de Anjou estaban por todas partes. Entonces, el mensajero le dijo al senescal si conocía personalmente al rey aragonés. Como dijera que sí, el interlocutor le mostró su rostro y, sin pensarlo más, fue a tomar posesión de su sitio en el palenque. Sólo le pudieron hacer desistir tras recibir un documento acreditativo de haberse presentado a la justa.

[Balaguer, Víctor, Instituciones y reyes de Aragón..., págs. 115-123.]

Pere Rey, Pedro III de Aragón, representado en la Genealogía de la Casa de Aragón redactada por orden el rey Martín I de Aragón.
Pedro III de Aragón, representado en la Genealogía de la Casa de Aragón redactada por orden el rey Martín I de Aragón.


Pedro III el Grande en el collado de las Panizas, por Mariano Barbasán. 1891. (Diputación Provincial de Zaragoza).
Pedro III el Grande en el collado de las Panizas, por Mariano Barbasán. 1891. (Diputación Provincial de Zaragoza).
Pedro III de Aragón (Valencia, 1240 - Villafranca del Penedés, 11 de noviembre de 1285),​ llamado el Grande, fue hijo de Jaime I el Conquistador y su segunda esposa Violante de Hungría. Sucedió a su padre en 1276 en los títulos de rey de Aragón, rey de Valencia y conde de Barcelona. Además, llegó a ser también rey de Sicilia.

Casado el 13 de junio de 1262 en la catedral de Montpellier con Constanza de Hohenstaufen, hija y heredera de Manfredo I de Sicilia, fueron coronados en Zaragoza, probablemente el 17 de noviembre de 1276,​ en una ceremonia en la que Pedro canceló el vasallaje que con el papado había concertado su abuelo Pedro II.

Todo su reinado se centró en la expansión de la Corona de Aragón por el Mediterráneo y para ello aprovechó su matrimonio con Constanza para reivindicar la corona siciliana. Sicilia se encontraba desde 1266 bajo la soberanía de Carlos de Anjou quien, con el apoyo del papa Clemente IV, que no deseaba a ningún Hohenstaufen en el sur de Italia, había sido investido rey tras derrotar en Benevento a Manfredo, quien falleció en la batalla.

El monarca angevino hizo cegar a los tres hijos varones de Manfredo y, en 1268, capturó e hizo decapitar a Conradino que –como nieto de Federico II– era el último heredero varón de la casa Hohenstaufen. La línea sucesoria pasó entonces a Constanza, quien ofreció refugio en Aragón a las familias partidarias de su padre, los Lanza, los Lauria y los Prócidas. Desde ahí, Juan de Procida, Roger de Lauria y el resto del antiguo partido Hohenstaufen organizaron la oposición a Carlos de Anjou con Pedro como candidato con el apoyo bizantino.

Una flota de la corona aragonesa, al mando de Conrado Lanza, recorre en 1279 las costas africanas para restablecer la soberanía feudal de Aragón sobre Túnez, que la muerte del emir Muhammad I al-Mustansir había debilitado. Posteriormente, en 1281, Pedro III armó una flota para invadir Túnez y solicitó al recién elegido papa Martín IV una bula que declarara la operación militar como cruzada, pero el papa, de origen francés y partidario de Carlos de Anjou, se la negó.

Cuando la flota se disponía a zarpar, tuvieron lugar en Sicilia los acontecimientos conocidos como las Vísperas sicilianas que provocaron la expulsión de la isla, tras una gran matanza, de los franceses. Los sicilianos enviaron entonces una embajada a Pedro III ofreciéndole la corona siciliana, a la que tenía derecho gracias a su matrimonio. El rey aragonés puso entonces su flota rumbo a Sicilia, donde arribó el 30 de agosto de 1282 y fue coronado rey en la ciudad de Palermo.

Inmediatamente envió una embajada a Carlos de Anjou, que se encontraba en Mesina, instándole a reconocerle como rey de Sicilia y a abandonar la isla. La derrota de la flota angevina en Nicoreta, a manos del almirante Roger de Lauria, obligó a Carlos a dejar Mesina y refugiarse en su reino de Nápoles.

El papa Martín IV respondió a la coronación siciliana de Pedro III con su excomunión (9 de noviembre de 1282) y su deposición como rey de Aragón (21 de diciembre de 1283), ofreciendo la corona al segundo hijo del rey de Francia, Carlos de Valois, a quien invistió el 27 de febrero de 1284, y declarando una cruzada contra Aragón, entre 1284 y 1286, por su intervención en los asuntos sicilianos en contra de la voluntad papal. La mayor parte del conflicto se desarrolló en tierras catalanas, aunque los primeros episodios se sucedieron en la frontera navarro-aragonesa. Como respuesta, los aragoneses atacaron a los franceses en Mallorca y Occitania.

La situación en la que se encontró Pedro III era totalmente inestable, ya que no sólo tenía que enfrentarse a la invasión francesa que se preparaba al norte de los Pirineos, sino que tuvo que hacer frente a graves problemas en el interior de sus reinos surgidos ante las necesidades económicas que provocó la conquista de Sicilia.

Pedro III soluciona los problemas internos concediendo, en las Cortes de Tarazona (1283-84), la formación de la Unión aragonesa y prestando juramento al Privilegio General que defendía los privilegios de la nobleza; asimismo concedió al Condado de Barcelona la constitución “Una vegada l´any” en las cortes celebradas en Barcelona entre 1283 y 1284.

Solucionados los problemas interiores, pudo centrar su atención en la invasión francesa, que al mando del propio rey francés Felipe III tomó en 1285 la ciudad de Gerona, para inmediatamente tener que retirarse cuando la flota aragonesa retornó de Sicilia al mando de Roger de Lauria e infligió a la escuadra francesa una derrota total en las islas Formigues y a continuación una derrota en tierra en el barranco de las Panizas, cuando las tropas francesas se retiraban.

Tras su gran victoria, Pedro III se dispuso a enfrentarse a su hermano Jaime II de Mallorca y a su sobrino el rey Sancho IV de Castilla, que no le habían prestado apoyo durante su conflicto con los franceses,pero su prematura muerte lo impidió. A finales de octubre de 1285, el rey enfermó cuando se disponía a emprender viaje a Barcelona y tuvo que detenerse en la localidad de San Climent donde los médicos, que viajaron desde la capital para atenderle, no pudieron hacer nada para salvarle. Falleció el 11 de noviembre de 1285 en la festividad de san Martín. Los estudios forenses de sus restos, exhumados en 2010, indican que probablemente su deceso se debió a una afección pulmonar.

En su testamento, Pedro III dispuso que su cadáver recibiera sepultura en el Monasterio de Santes Creus, de la orden cisterciense. Las exequias del monarca se celebraron con gran solemnidad y el cuerpo del rey fue colocado en una urna de pórfido rojo, que el almirante Roger de Lauria trajo desde Sicilia. Él fue el primer monarca aragonés en recibir sepultura en el Monasterio de Santes Creus.

El rey Jaime II de Aragón, ordenó la erección de las tumbas del rey Pedro III el Grande, su padre, al mismo tiempo que disponía la creación de su propia tumba y la de su segunda esposa, Blanca de Nápoles. Se dispuso que los sepulcros se hallaran cobijados, como así se hizo, bajo baldaquinos labrados en mármol blanco procedente de las canteras de San Felíu, cerca de Gerona. Cuando el rey Jaime II dispuso la creación de su propio sepulcro, tomó como modelo el sepulcro de su padre.

El sepulcro del rey Pedro III fue realizado entre los años 1291 y 1307 por Bartomeu de Gerona y es más rico que el de su hijo Jaime II y su esposa. Un gran templete de caladas tracerías alberga el sepulcro del rey, consistente en una urna de pórfido rojo, antes una pila de baño romana, traída a España por el almirante Roger de Lauria. La urna de pórfido se encuentra rodeada por imágenes de santos.

El epitafio del rey Pedro III, colocado enfrente del mausoleo, en el pilar que separa el presbiterio de la capilla lateral del crucero, reza la siguiente inscripción:

PETRUS QUEM PETRA TEGIT GENTES ET REGNA SUBEGIT,

FORTES CONFREGITQUE CREPIT, CUNCTA PEREGIT, AUDAX MAGNANIMUS SIBI MILES QUISQUI FIT UNUS, QUI BELLO PRIMUS INHERET JACET HIC MODO IMUS, CONSTANS PROPOSITO VERAX SERMONE FIDELIS, REBUS PROMISSIS FUIT HIC ET STRENUUS ARMIS, FORTIS JUSTITIA VIVENS AEQUALIS AD OMNES, ISTIS LAUDATUR VI MENTIS LAUS SUPERATUR, CHRISTUS ADORATUR DUM PENITET UNDE BEATUR, REX ARAGONENSIS COMES ET DUX BARCINONENSIS, DEFECIT MEMBRIS UNDENA NOCTE NOVEMBRIS, ANNO MILLENO CENTUM BIS ET OCTUAGENO,

QUINTO, SISTE PIA SIBI TUTRIX VIRGO MARIA.

En diciembre de 1835, durante la Primera Guerra Carlista, tropas gubernamentales integradas por la Legión Extranjera Francesa (procedente de Argelia) y varias compañías de migueletes se alojaron en el edificio monacal, causando numerosos destrozos en el mismo. Las tumbas reales de Jaime II y su esposa fueron profanadas. Los restos de Jaime II, hijo de Pedro III, fueron quemados, aunque parece que algunos restos permanecieron en el sepulcro. La momia de la reina Blanca de Nápoles fue arrojada a un pozo, de donde fue sacada en 1854. El sepulcro de Pedro III, a causa de la solidez de la urna de pórfido utilizada para albergar los regios despojos, impidió que sus restos corrieran igual suerte.

En 2009 se hallaron los restos mortales del rey en su tumba de Santes Creus.​ Mediante una sofisticada técnica de endoscopia y una analítica de los gases contenidos en su interior, se ha podido comprobar que es la única tumba de un monarca de la Corona de Aragón que no ha sido nunca profanada.


De su matrimonio con Constanza en 1262 nacieron:

Alfonso III de Aragón (1265-1291), rey de Aragón, Valencia y conde de Barcelona.
Jaime II de Aragón el Justo (1267-1327), rey de Aragón, Valencia, conde de Barcelona, rey de Cerdeña y de Sicilia.
Isabel de Aragón (1271-1336), «Santa Isabel de Portugal», reina consorte de Portugal por su matrimonio en 1288 con Dionisio I de Portugal.
Federico II de Sicilia (1272-1337), rey de Sicilia.
Violante (1273-1302), casada en 1297 con el infante Roberto de Nápoles, futuro Roberto I.
Pedro de Aragón (1275-1296).
Tuvo tres hijos naturales de su relación con María Nicolau, antes de contraer matrimonio con Constanza:

Jaime Pérez de Aragón (m. 22 de mayo de 1285). Primer señor de Segorbe.5​ Casado con Sancha Fernández, hija de Fernando Díaz o Rodrigo Díaz, señor de Benaguasil, y de su mujer Alda Fernández de Arenós, señora del Vall de Lullén, de quien tuvo a Constanza Pérez de Aragón quien fuera II señora de Segorbe, enlazada con Artal Ferrench de Luna, VIII señor de Luna;
Juan Pérez de Aragón;
Beatriz Pérez de Aragón, falleció en Portugal en 1316 y recibió sepultura en el monasterio de Monasterio de Santa Clara-a-Velha en Coimbra. Con su esposo, Ramón de Cardona, acompañó a su media hermana Isabel de Aragón cuando esta se casó con el rey Dionisio de Portugal. Fueron padres de cinco hijos: Guillermo, Ramón, Isabel, Beatriz y Leonor.
De la relación que mantuvo alrededor de 1275-1280 con Inés Zapata, a quien le donó las villas de Llíria y Alzira en el Reino de Valencia, nacieron cuatro hijos ilegítimos:

Fernando de Aragón. Caballero Hospitalario, su padre le dio el señorío de Albarracín en 1284 después de asediar y tomar la ciudad en septiembre de ese año, derrotando a Juan Núñez I de Lara. En 1305 fue enviado por su hermano Federico II, a ocupar Rodas y otras islas Griegas, expedición que fracasó.
Sancho de Aragón. Castellán de Amposta.
Pedro de Aragón,​ luego Pedro de Aragão, marchó al reino de Portugal en 1297 en compañía de su media hermana Isabel de Aragón y usó del apellido de Aragón y de las armas del rey su padre. Caballero hidalgo en Portugal. Su hermana, la reina Isabel, le dejó 1000 libras en su testamento otorgado en 1314. Se casó en Portugal​ con Constança Mendes da Silva, segunda hija de Soeiro Mendes "Petite" da Silva y de su primera esposa Maria Anes Brochado, de la cual tuvo un hijo.
Teresa de Aragón.​ Contrajo tres matrimonios: el primero con García Romeu III, ricohombre de Aragón, hijo de García Romeu II; el segundo con Artal IV de Alagón (m. 1295), X señor de Alagón en 1293, III señor de Sástago, I señor de Pina de Ebro, de Calanda y de Alcubierre, con descendencia; y el tercero con Pedro López de Oteiza.




Restos de Pedro III de Aragón en el siglo XXI
Restos de Pedro III de Aragón en el siglo XXI

sábado, 29 de junio de 2019

CÓMO ACCEDIÓ RAMIRO I AL TRONO DE ARAGÓN


91. CÓMO ACCEDIÓ RAMIRO I AL TRONO DE ARAGÓN
(SIGLO XI. NÁJERA)


CÓMO ACCEDIÓ RAMIRO I AL TRONO DE ARAGÓN  (SIGLO XI. NÁJERA)


Transcurría el siglo XI y nos hallamos en la corte pamplonesa del palacio real de Nájera. El rey Sancho III el Mayor, requerido por diversos e importantes asuntos, tuvo que abandonar el palacio real dejando allí a los infantes y a la reina, a la que encomendó personal y expresamente, entre otras cosas, la custodia de su caballo preferido.
Habían transcurrido pocos días cuando don García, el hijo primogénito de los reyes, pidió permiso a la reina, su madre, para que le dejase montar el caballo favorito del rey. Insistió tanto el infante que, a pesar de las recomendaciones al respecto del propio Sancho III, a punto estuvo de acceder, pero se lo desaconsejó un caballero de la corte.
Quedó enojado García por la negativa materna y para vengarse, contando con el beneplácito de su hermano Fernando, acusó a la reina de adulterio con el caballero que la había asesorado, jurando ante el rey que era verdad cuanto decía, para lo cual ponía por testigo a don Fernando, su hermano.
Sancho III el Mayor, tras dar crédito a la gravísima acusación de sus hijos, condenó a la reina, conminándole a que buscase un caballero que luchara por ella y la salvase, como era costumbre de la época. Nadie quiso indisponerse contra los infantes y la reina quedó totalmente desvalida, pero ante semejante situación, ofrecióse a lidiar en su nombre su hijastro, don Ramiro, que creía en la inocencia de su madrastra.
Casi al mismo tiempo que sucedían estos hechos, los infantes, apesadumbrados por el cariz que había tomado el asunto, confesaron a un monje najerense la trama urdida, y éste se lo contó al rey, que inmediatamente exculpó a su esposa.
Esta, agradecida a Ramiro por su valentía y fidelidad, logró que Sancho III el Mayor le nombrara heredero de sus tierras de Aragón. Así fue como Ramiro se convirtió en el primer rey de Aragón, donde gobernaría con el nombre de Ramiro I, destacando en su lucha contra los moros, incluido el rey de Huesca, al que venció en dos batallas.

Ramiro I, destacando en su lucha contra los moros, incluido el rey de Huesca, al que venció en dos batallas.



[Zurita, Jerónimo, Anales..., libro I, págs. 73-74.

Ubieto, Antonio, Crónica de los Estados Peninsulares, págs. 118-119.]




WIKI Ramiro I:

Ramiro I de Aragón (ca. 1006/7-8 de mayo de 1063) es considerado como el primer rey de Aragón​ (1035-1063) al que añadió los territorios de Sobrarbe y Ribagorza desde la muerte de su hermanastro Gonzalo en 1045, intitulándose así pues rey de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza.


Conquistó, aliado con Arnal Mir de Tost y el Condado de Urgel de Armengol III, los castillos de Laguarres, Lascuarre, Falces, Viacamp y Benabarre, e intentó tomar la poderosa fortaleza de Graus al rey de la taifa de Saraqusta Al-Muqtadir —quien contó con la ayuda de la mesnada del aún infante Sancho II de Castilla en cuyo ejército figuraba un joven Cid de alrededor de catorce años: Rodrigo Díaz—, pero Ramiro I murió en el transcurso de esta operación bélica, seguramente a manos de un experto soldado de Al-Muqtadir.

Hijo de Sancho el Mayor de Pamplona y de Sancha de Aibar, contrajo matrimonio con Ermesinda de Aragón, una hija de Bernardo Roger de Foix, con lo que inició una tradición de alianza entre el reino aragonés y el condado ultrapirenaico, que se prolongaría por varios siglos. Estableció también alianzas con el Condado de Urgel, casando a su primogénito Sancho Ramírez con una hija de Armengol III de Urgel (a quien además dio en matrimonio a su hija Sancha) para así oponerse a las ansias expansionistas del conde de Barcelona Ramón Berenguer I en la zona del Cinca medio.

En 1045, a la muerte de su hermano Gonzalo, se anexionó los condados de Sobrarbe y Ribagorza que correspondía regir a su hermano García,​ unificando así los tres condados, junto con el de Aragón, que iban a formar el nuevo reino.

Instituyó un «obispo de Aragón» con sede en San Adrián de Sásabe; su hijo Sancho Ramírez convertirá posteriormente Jaca (que en tiempos de Ramiro era solo una aldea) en una ciudad que se convertirá en capital del reino y albergará la sede episcopalhttps://www.diocesisdejaca.org/

Hijo natural de Sancho el Mayor, rey de Pamplona, y una joven llamada Sancha de Aibar o Aybar, de la nobleza de las tierras de Aibar.

Representación heráldica de la Cruz de Íñigo Arista, una cruz patada apuntada en su brazo inferior cuando es de plata y figura sobre un franco-cuartel, sobre campo de azur. Aparece por primera vez en el siglo XIV, cuando la adopta Pedro IV el Ceremonioso como «armas antiguas de Aragón».
Después de la muerte de Sancho el Mayor, heredó el trono su hijo primogénito legítimo García Sánchez III el de Nájera, que gobernaba en todo el territorio paterno. A su hermano Ramiro se le había adjudicado la honor del espacio aragonés, y se proclamó baile en las tierras del Aragón que había recibido de su padre con trono en Jaca. Muy pronto se enfrentaron en la batalla de Tafalla y Ramiro inició una dinastía nueva en el reciente reino de Aragón tras usurpar los derechos de Gonzalo, que regía las rentas reales en Sobrarbe y Ribagorza.

Ramiro había sido el primer varón nacido de Sancho el Mayor pero era un hijo natural, fuera del matrimonio legítimo, con lo que quedó apartado de la primogenitura. Sin embargo nunca se consideró hijo bastardo, pues toda la documentación de la época se refiere a él como regulus, el mismo tratamiento que recibieron sus hermanos menores, y creció en la corte con su madre Sancha, tutora de Sancho III durante su minoría de edad entre 1004 y 1011, periodo en el que fue concebido Ramiro.

En su documentación auténtica el monarca aragonés se tituló como Ramiro, hijo del rey Sancho, sin usar el título de rey, pero no se consideró carente de legitimidad regia y actuó en todo momento ejerciendo a todos los efectos la potestas regia. En cualquier caso, recibió la fidelidad de los condes, barones y señores aragoneses en los que apoyó su autoridad. Aunque él mismo no se tituló rey, sí lo hicieron sus coetáneos, en documentos tanto aragoneses como navarros y castellanos. Aparece en ellos citado como rex Ranimirus, Ranimiri regis o meo regi entre otras expresiones. Así fue considerado por sus vasallos, reyes contemporáneos a Ramiro I y notarios. Los reyes de Pamplona García Sánchez III y Sancho Garcés IV el de Peñalén también le otorgarán el título de rey. Del mismo modo lo considerará su hijo y heredero Sancho Ramírez, al roborar como ego Sancius Raminiro regis filio 'yo Sancho hijo del rey Ramiro'.

Sentó las bases del que sería el Reino de Aragón garantizando la sucesión de su linaje al casar con Ermesinda, hija de Bernardo Roger, conde de Foix-Bigorra, en 1036, con la que tuvo a Sancho Ramírez, a García Ramírez (que posteriormente sería obispo de Jaca) y tres hijas más, Sancha, Urraca y Teresa. Con ello la continuidad dinástica estaba garantizada.

Con el tiempo fue rodeándose de nobles de su confianza, a los que asignó tenencias en castillos estratégicos. Reafirmó, además, la figura del obispo de Aragón aragonensis episcopus—, al que otorgó un monasterio, San Adrián de Sásabe y un cuantioso patrimonio, para ganarse el favor de la prelatura en su tarea de consolidación del poder.


signum regis, sello real, Ramiro I de Aragón


El signum regis era la firma que identificaba al rey en los documentos y remitía a la Cruz de los ejércitos empleada por las tropas cristianas en la batalla hasta el siglo XI. Posteriormente, Pedro IV el Ceremonioso lo identificó en el siglo XIV como la Cruz de Íñigo Arista y le atribuyó el carácter heráldico de antiguas armas de Aragón.
Tras hacerse con el control a partir de 1043 de los condados de Sobrarbe y Ribagorza a la muerte de su hermano Gonzalo, que nunca habitó en aquellos territorios, tuvo que entrar en pugna por los ricos territorios musulmanes a los que se accedía a través de la vía natural de la cuenca del Cinca. Las sustanciosas parias que pagaba el rey taifa de Saraqusta para evitar el ataque cristiano se las disputaban además de Aragón, el conde de Urgel, el de Pallars y el conde de Barcelona Ramón Berenguer I.

Para frenar el empuje de Ramón Berenguer de Barcelona, Ramiro I acordó un doble matrimonio de su hija Sancha con Armengol III de Urgel, y de Isabel, hija del conde urgelino, con su propio hijo primogénito Sancho Ramírez, el heredero al trono de Aragón. De este modo el Condado de Urgel y el Reino de Aragón establecen una sólida alianza, y la unión de sus fuerzas permitió a Ramiro conquistar los castillos de Laguarres, Lascuarre, Capella, Caserras, Falces, Luzás, Viacamp y Benabarre, con lo que impedía a Ramón Berenguer I —que había comprado castillos en la zona, en tierras que los condes catalanes JA JA JA reconocieron pertenecer al condado de Ribagorza como parte del reino de Aragón—​ el acceso al Cinca. La tenencia de Benabarre fue entregada al vizconde de Tost Arnal Mir, quien también se había convertido en aliado del rey aragonés.

Estos avances le hicieron concebir la idea de dar el asalto a la poderosa fortaleza de Graus, que el rey de Zaragoza Al-Muqtadir fue a defender en persona al frente de un ejército que incluía un contingente de tropas castellanas al mando de Sancho, el futuro Sancho II de Castilla, que pudo contar en su mesnada con el joven caballero Rodrigo Díaz, conocido posteriormente como «El Cid». Al-Muqtadir primeramente perdió las plazas de Torreciudad y Fantova, al norte de Barbastro, y la balanza parecía inclinarse del bando cristiano,​ pero finalmente consiguió rechazar a los aragoneses que perdieron en esta batalla a su rey, al parecer asesinado por un soldado árabe, llamado Sadaro o Sadada, que hablaba romance y que, acercándose al real de Ramiro I disfrazado de cristiano, le clavó una lanza en la frente. Murió ante las puertas de Graus el 8 de mayo de 1063.

Pese a la muerte de Ramiro I, su sucesor Sancho Ramírez y Armengol III de Urgel continuaron con un proyecto emprendido por el difunto rey y que contó con el apoyo del papa, que convocó a tropas francesas para emprender la cruzada de Barbastro que acabó con éxito en 1064. La importante ciudad musulmana pasó a formar parte del Reino de Aragón y su gobierno fue confiado como tenencia a Armengol III. Pero la permanencia en poder cristiano fue efímera, pues un año después sería reconquistada por la taifa de Zaragoza. En 1065 murió el conde de Urgel en tierras de al-Ándalus, probablemente en Monzón.

Ramiro I contrajo dos matrimonios sucesivos:

Su primer matrimonio fue con Gisberga, hija del conde Bernardo Roger de Foix, a quien entregó carta de arras el 22 de agosto de 1036. Gisberga en su bautizo pasó a llamarse Ermesinda.
De este matrimonio nacieron:

Sancho Ramírez.
Sancha de Aragón (1045-entre el 5 de abril y el 16 de agosto de 1097), casada con Armengol III de Urgel, tras enviudar de ese matrimonio, tuvo un relevante papel al servicio de la política de su hermano el rey Sancho Ramírez, dirigió el monasterio de Siresa e incluso llegó a regir el obispado de Pamplona entre 1082 y 1083.
García Ramírez (hacia 1046-17 de julio de 1086), obispo de Aragón (1076-17 de julio de 1086) y de Pamplona (1076-1082).
https://es.wikipedia.org/wiki/Garc%C3%ADa_Ram%C3%ADrez_(obispo_de_Arag%C3%B3n_y_de_Pamplona)
Urraca, que fue monja en Santa Cruz de la Serós.
Teresa o Taresa, casada con Guillermo Bertrand de Provenza.

// Aquí hay un lío : Con Inés de Aquitania (1025-1097) era hija del duque Guillermo V de Aquitania, se casó en fecha desconocida, aunque antes del 10 de octubre de 1054, fecha en la que aparecen juntos por primera vez en la documentación medieval. No se conoce descendencia de este matrimonio.
http://fmg.ac/Projects/MedLands/AQUITAINE.htm#_Toc276227873
//

Fuera de matrimonio, y antes de contraerlo, tuvo de doña Amuña (Amuina) un hijo natural:

Sancho Ramírez con diversas posesiones en las actuales Navarra y Aragón.


  • Durán Gudiol, Antonio (1993). Ramiro I de Aragón. Zaragoza: Ibercaja. ISBN 84-87007-90-2.
  • Lapeña Paúl, Ana Isabel (2004). Sancho Ramírez, rey de Aragón (¿1064?-1094) y rey de Navarra (1076-1094). Gijón: Ediciones Trea. ISBN 84-9704-123-2.
  • Montaner Frutos, Alberto (1998). El Cid en Aragón. Zaragoza: Caja de Ahorros de la Inmaculada; Edelvives. ISBN 84-88305-75-3.
  • Sesma Muñoz, José Ángel (2000). «El establecimiento de la monarquía aragonesa». La Corona de Aragón. Colección Mariano de Pano y Ruata, 18. Zaragoza: Caja de Ahorros de la Inmaculada. pp. 19-29. ISBN 84-95306-80-8.
  • Ubieto Arteta, Antonio (1960). El título de rey en Aragón. «Estudios en torno a la división del reino por Sancho el Mayor de Navarra». Príncipe de Viana (Pamplona: Gobierno de Navarra: Institución Príncipe de Viana). pp. 175-182. ISSN 0032-8472.
  • Viruete Erdozáin, Roberto (2008). Aragón en la época de Ramiro I. Zaragoza: Universidad de Zaragoza. ISBN 978-84-692-2032-0.