HISTORIA DE LOS CONDES DE
URGEL.
CAPÍTULO LIX.
Vida de don Armengol de
Cabrera, XVI conde de Urgel. - Estado del condado de Urgel cuando
murió el conde don Álvaro. - El conde de Foix trata de que el conde
Armengol cobre el condado de Urgel, y déjase de hacer, por estar el
conde en desgracia del rey.
- De las disensiones que hubo entre
el rey y los condes de Urgel y otros señores de Cataluña. - De los
servicios hizo el conde de Urgel al rey don Pedro, pasando a África,
hasta tomar el reino de Sicilia. - De lo que pasó entre el rey y el
conde don Armengol, sobre algunas pretensiones tenía el rey en los
estados del conde. - De algunas cosas particulares del conde y
condado de Urgel. - De la muerte y testamento del conde Armengol, y
fundación del convento de Predicadores de la ciudad de Balaguer.
Muerto don Álvaro, quedó el condado de Urgel en el más
mísero e infeliz estado que jamás se hubiese visto, lleno de
confusión y división. El rey don Jaime, que después de haber
tomado las tenencias de los castillos se quedó son (con)
ellos, tenía ocupado casi lo mejor de él, y los pueblos y castillos
más principales. Don Álvaro murió empeñado, cargado de
inumerables deudas y obligaciones; era su recámara pobre y poca, y
las rentas de los estados tenía en Castilla se cobraban con
dificultad, y los acreedores, que eran muchos, pedían su dinero, y
no había de dónde acudirles, y el rey no quería por entonces pagar
na*
Guerau de Cabrera, vizconde de Cabrera, hermano * conde, que
era de edad de veinte y cuatro años, decía * él era conde de
Urgel, y que le competía aquel estado * el testamento de su padre,
que había hecho muchos gra* de substitución, y entre otros, que
muriendo su hijo segundo, que él llamaba Rodrigo, sin hijos varones
de legítimo matrimonio, fuese heredero Guerau, su cuarto hijo, *
había nacido poco antes que muriera el padre, porque *cia que don
Armengol y don Alfonso no eran legítimos, * tenían derecho ni
podían suceder en el condado de Urgel * y él les había de ser
preferido; pero el rey poseía en sí * aquel estado o lo mejor de
él, y don Guerau, que no te* posibilidad de pagar las muchas deudas
de padre y herma* no continuó su pretensión. El rey, por mejor
asegurarse en el condado, y por dar satisfacción a los que era justo
* fuesen pagados, fue pagando lo que le pareció
legítimamente deberse, que era mucho y pasaba más de
doscientos cincuenta mil sueldos, que era más que ahora
doscientos cincuenta mil ducados; porque hallamos en memorias * estos
tiempos ser grande el valor de la moneda, por ha* poca y estimarse
mucho, de donde se originaba el * barato de las cosas, porque de
aquello que hay más abundancia se hace menos estima, y mucha de lo
que * poco: por eso en estos tiempos un par de capones, según parece
en registros y tarifas antiguas, valía diez y ocho dineros, un par
de gallinas diez y seis dineros, un par de perdices ocho dineros, un
par de xíxelles cuatro dineros, una liebre ocho dineros, un
par de tórtolas cuatro dineros, y el cuarto del mejor carnero diez y
ocho dineros, y un *cabrito lo mismo; y a ese precio estaban tasados
estos mantenimientos en Barcelona; y el real era del mismo metal,
peso, cuño y quilate que es el día de hoy; y este barato tan grande
no era solo en Barcelona y Principado de Cataluña, pero aun en
Castilla era lo mismo. Refiere el padre Mariana, que en el año 1239
se padecía en Córdoba mengua de mantenimientos, y valía la hanega
de trigo doce maravedis, que, según la cuenta y averiguación
del maestro Ambrosio de Morales, eran cuatro reales, porque el
maravedí antiguo valía poco más que once de los de ahora, y tres
maravedís antiguos hacían un real del mismo peso y quilate que es
el día de hoy; así que vale el real castellano treinta y cuatro
maravedís de los de ahora y tres de los antiguos, y la hanega de
la cebada tres, que es un real y un maravedí de ahora, y esto en
aquel tiempo se tenía por grande y subido precio; y en una hambre
que hubo el año de 1228 en Cataluña, lo que se padecía era igual a
lo que se padece en largos cercos: valía la cuartera del trigo
veinte y ocho reales, que era un precio excesivo y muy
extraordinario, y lo cuentan por cosa en aquellos tiempos no vista ni
oída; y esto no solo pasaba en los tiempos que digo, pero en los
años después era lo mismo. González de Ávila, en su historia de
Salamanca, refiere el barato que había en el año 1415 en aquella
ciudad, donde la hanega de trigo valía diez maravedís, el arrael de
la vaca dos maravedís, y otro tanto el azumbre del vino. ¡Dichoso
tiempo en que tanta abundancia había de mantenimientos y tan grande
era el valor del dinero! Quisiera que consideraran esto algunos
de levantado espíritu, que hacen escarnio y menosprecio cuando oyen
hablar del gasto de los reyes y señores de aquellos tiempos y de lo
que daban de dote a sus h*teniéndolo por bajeza y mengua, sin
considerar la falta * oro y de plata que había, y el valor tan
subido en que *taba entonces este metal, y que no acudían las flotas
* las Indias con la abundancia y facilidad que hoy vien* porque
pasaron muchos años antes que no se descubr* aquel nuevo mundo; y es
muy verisímil que si el comer* de las Indias cesaba, o por acabarse
las minas, o faltar * que trabajan en ellas, o por cualquier
accidente, volve*mos al mismo tiempo de los romanos; y si queremos ir
* atrás, en tiempo de Salomón era grande la copia de oro y plata
que corría por sus señoríos, y las cosas se vendían * caras; pero
después cesó todo eso, y los tiempos se m*ron, por faltar los
minerales y los que trabajaban en * y vino a haber tanta carestía de
oro y de plata y barat* mercaderías, como lo conocerá el que con
atención le* las historias antiguas y modernas, y viere los autos y
*tratos de unos siglos y otros.
Volviendo, pues, a nuestra
historia, digo, que * que murió el conde don Álvaro, los ejecutores
de su testamento, que eran Jaime de Cervera, A. de Fluvia,
abad de Fontfreda y antes de Poblet, y Juan, abad * Nuestra Señora
de Bellpuig, tomaron posesión de los *estados de don Álvaro, para
pagar lo que debía; pero por estar * pueblos más principales en
poder del rey, se vieron * imposibilitados de poder acudir a las
obligaciones del *difunto, y defender el condado y vizcondado de
tantos *ensores como cada día salían, y por esto le renunciaron *
favor del rey, con obligación y promesa de pagarse de * doscientos
cincuenta mil sueldos que se le debían, y que * salían otros
acreedores del conde, o se hubiese de pagar algo de las pías causas
dejadas en su testamento o de su padre, lo cumpliría, según lo
ordenarían los dichos ejecutores, y que luego que fuese pagado y
satisfecho de todo, restituiría los estados e aquellos a quien de
derecho pertenecieren.
Obligóse el rey a recuperar a sus costas
los castillos y lugares del dicho condado, y que le fuesen pagadas
solo las costas hiciere en la guarnición de los tales castillos y no
más.
Esto pasó en Aljecira a 4 de los idus de marzo del
año de la Encarnación 1267; y prometió que haría que el infante
don Pedro, su hijo, lo firmase y jurase. Esto no agradó a don
Guerau, hermano de don Álvaro, que decía que aquella
renunciación habían hecho los marmesores le era muy perjudicial;
pero porque estaba del todo imposibilitado de alcanzar el señorío
de Urgel, que había sido de su hermano y pasados, suplicó al rey
que, en satisfacción y enmienda de sus derechos, le asignase alguna
parte de él con que pudiese vivir, y él renunciaría en su favor
lo que le pertenecía por razón del testamento de su padre; y el
rey, que no deseaba otra cosa, vino en ello. Entonces don Guerau
renunció en favor del rey todos los derechos le competían en los
estados de su hermano, y los derechos le competían sobre el conde de
Foix, por razón del vizcondado de Castellbó, que poseía, y contra
cualquier persona que tuviese tierras del dicho vizcondado,
reservándose el castillo de Ager franco de todo servicio, y con
obligación de dar las tenencias siempre que por parte del rey fuese
requerido, y los castillos y villas de Os, Tartareu, Claramunt,
Millas, Montsor, Boix é Ivars, en puro y franco alodio, y
muriendo él sin hijos, hereden los dichos lugares Ramón y Guillen
de Peralde, don Guillen de Peralta y doña Marquesa, su
mujer y hermana de don Guerau, que ya era muerta, y que * castillo de
Monfort no se pueda reedificar de nuevo, y que * que está edificado
se derribe del todo, y si acaso de nuevo * se hiciera algún
edificio, pueda el rey mandarlo derribar * sin embargo ni
contradicción alguna. Este castillo está * sobre la Noguera
Ribagorzana, y a los límites de Aragón y Cataluña, y debía ser
gran conveniencia del rey, según * veras con que lo prohíbe; y
por mayor seguridad, se obli* como a fianza G. de Anglesola. Esto
pasó en Aljecira (Alcira, Alzira, vemos Valencia; no Algeciras) a 12 de las calendas de abril de este año
de la Encarnación de 1267; y porque los hijos de don Álvaro y de
doña Cecilia de Foix, favorecidos del conde de Foix, su curador y
d*do muy cercano, pretendían suceder a su padre, según la
disposición del testamento de don Ponce, su abuelo, conc* que en
caso se pleitease esto, tomase él por propio el pleito y le
continuase hasta sentencia definitiva, a gastos del rey, y que
ganado, transfiriese y cediese todo su derecho en favor del rey: esto
se concertó por medio de don Sancho de *ralta, obispo de Zaragoza,
Jaime de Cervera, Guillen Bernat de Fluviá, arcediano de Ribagorza,
y Jayme Gruny, ciudadano de Barcelona; y entonces el rey se quedó en
posesión de dicho condado y de todas las villas y castillos de * y
cobró algunas que había tomado el vizconde de Cardona cuando murió
don Álvaro, y dejada en ellas buena guarnición, el rey se vino de
Valencia a Aragón, y mandó * infante don Pedro que se fuese
a Cervera y estuviese * cuidadoso del condado de Urgel, y si alguna
cosa se movía en él, diese pronto remedio; y el rey de Aragón se
*vino a Barcelona, para pasar a la conquista de la Tierra Santa de
Jerusalén, movido por lo que refiere Zurita y otros autores.
Doña
Constanza de Moncada, por razón de sus créditos dotales, quedó
señora de cuatro lugares del condado de Urgel y vizcondado de Ager,
y eran Agramunt y Linyola, Ager y Castelló de Farfanya; pero estos
dos últimos el rey se los tenía ocupados. Pareció a Jaime de
Cervera y a Guerau de Cabrera, que entre otros eran ejecutores del
testamento del conde don Álvaro, que el valor de estos dos pueblos
excedía a los créditos de doña Constanza, y que de aquellos les
había de ayudar a pagar las deudas del conde, que eran muchas; pero
ella no venía bien en eso, porque a más de sus créditos dotales,
había de ser pagada de los gastos había hecho en Roma y otras
partes, por razón de la causa matrimonial. Sobre esto había cada
día contiendas, sin concluir nada; y Jaime de Cervera la llamó a
juicio delante del rey: argumento claro que debía ser grande la
justicia de los
testamentarios, pues les obligaba a convenir a la
condesa delante del rey, que era deudo suyo muy cercano. Ella no
quiso comparecer, sino que envió un caballero de su casa,
llamado
Maymon de Castellaulí, y dijo que ella no podía pagar lo que
se le pedía, porque el rey la había desheredado de Agramunt y
Linyola, y que cuando se los restituyese, haría lo que debía; y que
aunque es verdad que le quedaban Ager y Castelló, pero que aquel no
era negocio para tomarse delante del rey, por ser aquellos castillos
alodiales; y en este caso no quiere responder sino en poder de mano
criminal, por ser esta la costumbre de Cataluña y observarse así, y
más que ella poseía aquellos castillos por prenda, y no debía
volverlos sino a aquel que se los dio o * sus herederos; pero dado
que todo fuese como pretendían los ejecutores, aquella causa se
había de tratar, no delante del rey, sino delante de juez
eclesiástico, por ser cosa de última voluntad y legado pío, y que
ella estaría a lo que fuese legítimamente declarado. Esto pasó en
Lérida a * de las calendas de julio de 1268; el rey se sintió mucho
de ello, porque no gustaba que declinase de fuer* y se quisiese
apartar de su juicio, y se lo dio muy bien a entender dos días
después; pero no pasó mucho tiempo que * se concertaron los
ejecutores del testamento del conde, * y la pagaron de su dote y
concertaron que de tres mil morabatines que ella tenía de
esponsalicio (escreix, que decimos), recibiese dos mil
a sus voluntades, y que pues el rey
tenía casi todo el condado
de Urgel, que la pagase; * así lo prometió, dándole tres mil
sueldos jaqueses de renta hasta que fuera pagada de dichos dos mil
morabatines, por ello le obligó las rentas de Vallobar y
Tamarit, con pacto que si las rentas excedían tres mil
sueldos jaqueses el exceso fuese del rey, y si faltaba, el rey lo
supliese, * que el año que se le pagasen los dos mil morabatines, *
fuese pagada íntegramente de los dichos tres mil sueldos. Este
concierto fue a 3 de las nonas de octubre de este año 1268; pero no
quedó contenta de él doña Constanza porque le pareció que aquello
perjudicaba a los derechos
tenía ella en los bienes del conde,
por razón * gastos y marcas que en su favor habían
adjudicado el romano pontífice y otros jueces apostólicos, y que
obstaba a sucesión y derechos pertenecían a Leonor, su hija, en *
condado de Urgel; pero el rey le dio satisfacción cumplida
declarando no serle de perjuicio alguno. Estos lugares de Vallobar y
Tamarit no debieron de quedar mucho tiempo en poder de la condesa,
porque ya en mayo de 1273 el rey los dio a don Guerau de Cabrera,
hermano de don Álvaro, por razón de ciertos concambios que
hicieron.
Por estos tiempos los marmesores de don Álvaro dieron
el lugar de Llorens, que les había quedado, a Maymon de
Castellulí y Berenguer de Cardona, ejecutores del testamento de don
Guillen de Cardona, y pidion guiaje al rey y seguridad, porque cada
día les inquietaban en la posesión; y el rey lo concedió, y mandó
a sus oficiales, que ninguno del dicho lugar pudiese ser preso o
ejecutado, sino por delito líquido y claro, pues el rey les
metía bajo su salvaguardia. En el año 1270, a 5 de los idus de
noviembre, el rey, estando en Valencia, incorporó en la corona
real los lugares y castillos de Albesa y Menargues, que habían
sido de la condesa doña Margarita, madre del conde don Álvaro, que
ya era muerta; y declara que los dichos lugares sean inseparables de
la corona real, salvo en caso que de justicia perteneciesen a los
hijos del conde don Álvaro, y les confirmó todos los privilegios.
El año de 1271, a 19 de las calendas de enero, dio el rey la
bailía de Menargues a Arnaldo de Calaph, la cual dice el rey
ser suya, y le enfeudó el castillo y lugar de Ivars, que dice el rey
haber sido del conde de Urgel, y quiere que tenga de dar las
tenencias, iratus et pacatus, según la costumbre de Cataluña. Este
Arnaldo de Calaph había sido muy gran servidor del conde; el rey
hacía mucha cuenta de él, y en vida del conde había tenido en
custodia cuatro años y medio el castillo de Castelló de Farfanya, y
aun muerto
el conde perseveró en ella, y se le debían once mil
cuatrocientos y diez sueldos jaqueses, así por razón de dicha
guarda, como por haber tenido otras cuentas con el conde * y el rey
se lo mandó pagar todo en mayo de 1273, y asignó la paga sobre los
derechos recibía el rey de la cal*ra de Lérida, de que hablamos en
otra ocasión.
No poseyó mucho tiempo Arnaldo la villa de Ivars,
* que convino al rey cobrarla, y en enmienda de ella le * el lugar y
castillo de Gil, en el reino de Aragón, en feu* honrado,
según consuetud de Cataluña y Usajes de Barcelona, y
que le haya de dar, iratus et pacatus, las tenencias siempre que sea
requerido, y que no esté obligado a hacer servicio alguno, y que
cuando diere las tenencias * esté obligado a dar escombrado
el castillo, antes bien * den en él todos los bienes muebles que
hubiere, y el * se los asegure; y que en caso él los queira
sacar del castillo y meter en poder de otro, donde quiera que fuere,
el *rey se los guía y asegura; y por mayor seguridad, mandó el *rey
a Jaime de Roca, sacrista de Lérida, que en su nombre lo
jurase y prometiese, y después el rey lo firmó, y el * Arnaldo de
Calaph se hizo hombre del rey, el cual le ace* por tal: esto pasó en
Lérida a 9 de las calendas de * del año 1273, y he visto este auto
en el Archivo Real de Barcelona, en un registro de estos años, del
rey don Jaime, y hay copia de él en el armario de Sobrarbe, saco A,
* 23. De esta manera iba el rey cobrando y añadiendo a la corona los
castillos y villas del condado de Urgel y vizcondado de Ager.
Por
este mismo tiempo, a 9 de las calendas de mayo de 1273, estando el
rey en Lérida, le pidió Guerau de Cabrera alguna enmienda, porque
no tenía efecto la donación que le había hecho del vizcondado de
Ager y demás lugares y pueblos de aquel valle, porque el vizconde de
Cardona y sus valedores le poseían; y el rey entonces cobró el
*echo competía a don Guerau, y en recompensa de ello, *ió el
castillo y villa de Vallobar, y el castillo y villas de *uarres y de
Lesquarte, en franco alodio, y también el castillo y villa de
Estopanyá, en feudo, y con obligación de las tenencias; pero
que no alcanzando don Guerau el condado de Urgel por vía de
justicia, esta permuta fuese * ningún valor, y las cosas volviesen
como estaban antes de * este concambio. Están estos tres lugares en
el reino de Aragón, y parece en memorias antiguas, que el dicho
Guerau de Cabrera, a 16 de las calendas de enero del año 1277,los
volvió al infante don Pedro, hijo del rey, y no * lo que cobrase
el castillo de Ager y demás lugares de * Val de Ager (Val + Ager
: Balaguer).
Estando en poder del rey el condado de Urgel y
vizcondado de Ager, sucedieron las guerras civiles o deseximents
* enviaron al rey el vizconde de Cardona y sus valedores
y amigos:
cuéntanlos muy largamente Zurita en sus Anales, * el rey, en su
historia, y Miedes en sus comentarios, y * muy ajustados con lo que
hallamos en los registros *
este rey y escrituras de su tiempo.
Turbóse entonces todo el Principado, y por los grandes disgustos que
el vizconde y los de su bando dieron al rey, cayeron en su *desgracia
y merecieron castigo. El conde Armengol y don *aro, su hermano, se
declararon por el vizconde, y dieron cartas de deseximent de
esta manera: que el conde * en la del vizconde, que se despachó en
Solsona, donde *ban fortificados, su jornada de 6 de las nonas de
julio de 1274; y don Álvaro dio la suya a 7 de las calendas de
octubre del mismo año; y a 3 de las calendas de noviembre * dio el
rey sus respuestas, escribiendo al vizconde de Cardona y a los que
con él habían firmado una carta, y otra a don *varo. Hay de todo
esto un registro en el real archivo, titulado Jacobi I, annorum 1273,
74 et 75. Sobre esto *nacieron entre el rey y estos barones muchas
discordias, * duraron todo el tiempo de su vida, que refieren largo *
autores arriba alegados.
Murió el rey don Jaime en Aljecira
del reino de Valencia a 27 de julio del año 1276, después de haber
reinado *sesenta y tres años y le sucedió en el reino el infante
don
Pedro, su hijo, a quien sus hechos gloriosos dieron el nombre
de Grande. Este rey tuvo grandes disgustos con los mismos que los
había tenido su padre; porque en *ocasión
que estaba él
ocupado en guerra con los moros del reino de Valencia, llamaron los
barones de Cataluña a Roger Bernat, conde de Foix, que era muy
poderoso y rico: jun*ronse con él Armengol, conde de Urgel, don
Álvaro, su hermano, Arnaldo Roger, conde de Pallars, Ramón Rog* don
Ramón de Anglesola, don Ramón Guillen de Jo*
Guillen Ramón,
vizconde de Vilamur, Pedro de Moncada, Berenguer de Puigvert, Guerau
Alamany de Cervelló y su hermano, Pons de Ribelles, Hugo de Troja,
Guerau y Berenguer Despes, Gispert de Guimerá, Guillen de
Belle* Ferrer de Abella, Ponç
Çacosta, Ramón de Boxadors,
P* de Oluja, Juan de Ponç,
Guerau de Meyá, Guerau de *Aguiló, Jaime de Peramola y otros.
Estos, después de haber enviado al rey sus cartas de deseximent,
se confederaron * juramento de hacer guerra al rey, aunque ausente y
ocupado en la guerra de los moros; combatieron muchos lugares y
pueblos reales, y arruinaron toda la tierra. El de Foix y el de
Urgel, con sus valedores, hicieron más daño: el obispo de Urgel,
don Pedro Urg, fue notablemente damnificado, y dió razón de ello al
rey, que estaba en Montesa, y firmó de derecho delante de él,
prometiendo de estar a lo que fuese de justicia y declarase el rey;
pero no aprovechó, porque sin hacer caso de unas letras reales
que el
rey envió al conde, cada día hacían mil daños, y
tomaba cada uno lo que podía. Pons de Ribelles tomó los castillos y
lugares de Aguilar, de Çaclusa
y Dansamora, y B. de Josa
el castillo de Tuxent, que eran de la
mensa episcopal de Urgel: el rey les mandó los restituyesen, y que
si no lo hacían, que Ferrico de Liçana,
gobernador de Cataluña, o su lugarteniente, los sacase de paz y
tregua, y a todos los vegueres, bailes, paeres y demás oficiales
reales y subditos suyos, que favorezcan y den favor y valenza
al obispo y a sus vasallos y cosas, siendo requeridos. El conde de
Foix hizo también muchos daños; y el rey mandó, desde Valencia, al
gobernador de Cataluña, que procediese contra de él, obligándole a
dar satisfacción y enmendar el daño había dado al obispo y a sus
cosas, y no por eso obedeció. El motivo porque hacían esto era
porque el rey, después de su coronación, no acudía a tener cortes
a los catalanes y confirmarles con juramento las leyes, privilegios y
libertades que los reyes y condes de Barcelona, sus pasados, les
habían concedido; y la causa era porque había algunas cosas que el
rey no quería confirmar, sino que fuesen revocadas, por ser de algún
perjuicio, dejando lo demás en su ser y disposición.
Los barones
de Cataluña, sentidos de la resistencia * el rey hacía, hicieron su
liga y enviaron al rey cartas de deseximent y despedida,
firmadas y selladas de todos; y el *rey
respondió, que a él poco
cuidado le daba lo que ellos *podían hacer; pero con todo ofreció y
prometió de estar * ellos a lo que fuese de justicia, y enmendarles
lo justo * debido.
Pero ellos no por eso se sosegaron, ni
quisieron seg* sus causas por vía y medio de justicia, y partieron
con *sus gentes a correr las tierras, y más en particular las del
obispo de Urgel, sin que le valiese haber ofrecido estar a lo *que
fuese juzgado por el rey, el cual mandó a don Ramón de Moncada,
gobernador del reino de Aragón, que con la *gente que tenía fuese
en ayuda del obispo, y lo mismo mandó a los bailes de Ribagorza y
Pallars y a los vegueres de Cervera y Urgel; y por medio de don
Estévan de *Cardona, repostero de la reina, trató con el conde de
Pallars, don Guerau de Cabrera, don Guillen de Anglesola, don Ramón
de Peralta, don Ramón de Cervera, don Ramón de Moncada, don Bernat
y don Ramón de Anglesola y otros, *q diesen favor al obispo contra
los condes de Foix y de Urgel; mandó que los concejos de
Lérida, Tamarit, *Almenara, Camarasa, Cubells y Mongay se ajuntasen
para *resistirle; y escribió a todos los barones que tenían feudos
en Cataluña, que por todo el mes de marzo siguiente *estuviesen
juntos, para irle a servir contra los condes de Foix y Urgel. Dejó
el rey aparte todos los negocios de Aragón y Valencia y vino a
Cataluña, y con las huestes habían acudido a *su llamamiento, fue
al condado de Urgel, en ocasión que el conde de Foix había tomado a
Pons y a Monmagastre, * se había fortificado con él. El
conde de Urgel y los vizcondes de Cardona y de Ager, y otros que,
temiendo al rey, habían escapado como mejor pudieron por no dar en
sus manos, se fortificaron en Balaguer y otros castillos; y el conde
de Foix, no se teniendo seguro allá, se pasó a Ciudad,
castillo muy fuerte, en el vizcondado de Castellbó, con intento de
defenderse: tomó el rey a Pons y a Monmagastre, y mandó derribar
los castillos, y de allá pasó a Agramunt, y puso cerco a la villa y
castillo. Entonces se movieron tratos de paz entre el rey y los
condes y sus valedores, los que ofrecieron dejar las armas, si el rey
les hacía derecho y les daba lo que *era suyo. Fueron los medianeros
el obispo de Tarragona y *el abad de Poblet; y entre otras cosas que
se trataron, fue *casar al infante don Jaime, hijo segundo del
rey, que después sucedió en la corona (Jaime II), con doña
Constanza, hija primogénita del conde de Foix y de doña
Margarita, hija única y heredera de don Gaston de Moncada,
señor de Bearne, a * quien Guillermo de La Perriere, en la
historia de los condes de Foix, llama Juana, y la hace hija
tercera del conde *(es error, así como lo es afirmar que tuvo efecto
aquel casamiento). El rey, por contemplación de este matrimonio,
*hacía donación al infante de todas las tierras tenía en Ribagorza
y Pallars; y el conde daba a su hija el vizcondado de Castellbó, y
muriendo sin hijos varones, el condado de Foix. Fueron los
concertadores de este matrimonio, Ponce *Hugo, conde de Ampurias,
Arnaldo Roger, conde de Pallars, Ramón de Peralta, Ponce de Ribelles
y Pedro Martínez de Artesona. En esta ocasión, valiéndose el de
Foix * favor del rey, le suplicó que el conde de Urgel fuese
restituido en su condado y cobrase todos los pueblos y castillos de
aquel estado, que estaban en poder del rey y sus
ministros, y el rey, que no deseaba otra cosa sino dar *gusto
al conde y obligarle más en su servicio, vino bien en *ello y
estando en la villa de Agramunt, le dio a don Armengol en
feudo el dicho condado de Urgel y el vizcondado de Ager (porque, a lo
que conjeturo, era ya don Álvaro muerto – (pone esto en el
texto en latín: Ermegaudo filio quondam
nobilis Alvari
quondam), según uso y consuetud de
Barcelona, con todas las villas, castillos y lugares, grandes y
pequeños, hombres y mujeres, * jurisdicciones, con todo lo demás
que había en quel condado y vizcondado, con gran largueza y
cumplimiento.
Reservóse el rey valenza contra cualquiera
que le *ofendiese - es valenza la obligación que tiene el vasallo
de valer * favorecer al señor cuando está en
necesidad, y ayudarle con armas contra sus enemigos, y las tenencias
de todos los castillos en el auto mencionados, y en ciertos casos de
*rompimientos de paz y tregua, se reserva el rey la cognicion
* ello. Oblígale a haber de asistir a las convocaciones generales de
cortes, así como los otros nobles y caballeros, * esto porque
estos condes de Urgel pretendían ser tan señores en sus tierras,
que no les obligaban las Constituciones * Usajes de Cataluña, ni
tenían obligación de asistir a cortes. A todo previno el rey para
asegurarse de ello; pero nada bastó, según veremos adelante. El
auto de esta donación, sacado del real archivo, es el siguiente:
Nos Petrus dei gratia rex Aragonum etc. ob
gratiam et *honorem nobilis viri Rogerii Bernardi comitis
damus et *concedimus per nos et nostros ad feudum ad
consuetudinem *Barchinone vobis Ermegaudo filio
quondam nobilis Alvari
quondam *comitis Urgellensis et vestris perpetuo totum
comitatum et vicecomitatum Urgelli cum omnibus castris et
villis scilicet *castrum et villam de Balagario et de Albesia
et de Menarguis et *de Linyola et de Acrimont et
de Munmagastre et de Pontibus (Pons, Ponts, Ponç)
de * Ribes et de Collfret de Uliana et de
Tiurana et de
Vilaplana et de Castilion (Castelló de Farfanya)
et de Ager et de Os et de Tartareu et de Boix
et de *Montassor et de Milla et de Claramunt et
de Ivars et de Camols et de Peramola et de
Lavansa et de Pinell et de Madrona et de Biosca
et de Taltahull et omnia alia castra et munitiones villas et
loca tam parva quam magna cum militibus et dominabus et aliis
hominibus cujuscumque conditionis sint in dictis comitatu et
vicecomitatu castris villis sen (seu) aliis locis
heremitibus et habitalis et cum justitiis jurisdictionibus moneta
questiis ademprivis usibus servitiis servitutibus senioraticis et cum
montibus et planis silvis *guarrigiis (garrigas,
garrigues) nemoribus aquis fluviis et omnibus aliis
juribus universis salva tamen et retenta nobis et nostris in omnibus
predictis valensa contra omnes homines et quod de predictis
comitatu et vicecomitatu castris villis et aliis locis et omnibus
aliis predictis que vobis damus et concedimus ad feudum faciatis
nobis et nostris vos et vestri homagium et sacramentum
et quod vos et vestri detis nobis et nostris potestates de omnibus
predictis castris et locis irati et pacati quandocumque et
quotienscumque a nobis et nostris fueritis requisiti ad consuetudinem
et usaticos Barcinone quos in predictis comitatu et
vicecomitatu et aliis locis volumus observari salvis specialibus
consuetudinibus predictarum terrarum. Retinemus etiam nobis in
predictis comitatu et vicecomitatu et aliis locis paces et
treguas in hunc modum: quod si vos vel alius de terra vestra
frangeretis pacem et treguam contra aliquem hominem nostrum vel
regionum terre nostre quod pro his habeatis firmare et respondere in
posse nostro vel officialium nostrorum secundum forum pacis
et tregue: et si vos frangeretis pacem et treguas in
aliquo exceptis hominibus nostris teneamini similiter firmare et
respondere pro pace et tregua in posse nostro vel officialium
nostrorum: si vero homines nostri inter se frangerent pacem vel
treguam vel hominum religiosorum existentium in comitatu et
vicecomitatu habeatis vos in eis pacem et treguam quam pro nobis
teneatis ad feudum sicut alia que vobis damus ad feudum in hoc
instrumento. Retinemus etiam nobis et nostris quod teneamini vos et
vestri venire ad curiam (corte, cortes) nostram sicut
alii nobiles Cathalonie: confirmantes et concedentes
vobis et vestris nihilominus omnia jura vobis competentia quoquomodo
in predictis ante *hujusmodi donationem et concessionem salvis tamen
nobis et re*tis omnibus supradictis ut superius sunt expressa. Ad hec
* Ermegaudus (Ermengaudus, Armengol) predictus
recognoscentes vobis domino regi * fieri per vos gratiam specialem
gratis et ex certa scientia *pimus a vobis predictum comitatum et
vicecomitatum et *castris villas et omnia alia loca predicta et omnia
alia suprascripta * feudum secundum usaticum
Barcinone
sub forma et *consuetudinibus seu conventionibus supradictis salvo
tamen jure *abbatis monasterii Sancii Petri Agerensis in
castro de Ager: et *promittimus et convenimus per nos et
nostros vobis et vestris *facere homagium pro predictis feudis et
dare vobis potestates * omnibus predictis castris villis et locis que
a vobis recipi* in feudum irati et paccati quandocumque et
quotiescumque
vobis vel vestris fuerimus requisiti et venire ad
curiam * alii nobiles Cathalonie et juvare et
valere vobis et vestris * et nostri cum corpore nostro et cum terra
nostra et *hominibus nostris et servare et complere inviolabiliter
omnia et singula que vobis retinetis in hac donatione et omnes
conventiones * superius continentur. Et ad majorem vero cautelam
juramus * Deum et ejus sancta quatuor evangelia per nos corporaliter
*tacta omnia et singula attendere et complere inviolabiliter ut
superius sunt expressa et ea bona fide firmiter observare et *fecimus
vobis de presenti homagium ore et manibus pro *bus supradictis. Quod
est actum in Acrimonte tertio idus *decembris anno Domini
millessimo ducentessimo *septuagessimo octavo (1278).- P.
Marquesii.
Esta fue la enfeudación que hizo el rey a don
Armengol del condado de Urgel y el título con que lo poseyó, y otra
vez que después de haberlo tomado los reyes lo volvieron a los
descendientes de aquellos primeros Ermengaudos, *que tan libre y
francamente lo poseyeron, y sin tantas condiciones como después
añadieron los reyes, los cuales, cada vez que le volvían a los
condes, los hacían obligar de nuevo, *para asegurarlos más en su
servicio: pero no bastaban las prevenciones de los reyes, porque
cuanto más se aseguraban de * más irritados los dejaban, y luego
que hallaban sazón * tenían poder, era cierta la guerra entre
ellos, para echar *de sí los pactos y obligaciones de nuevo
impuestas; porque *aunque lo aceptaban y recibían de mano de los
reyes y * las condiciones que ellos querían, no atendían sino solo
* la sangre y gran linaje de donde venían, y va* con que sus
ilustres progenitores habían adquirido aquel * de los moros, con sus
armas y vasallos, y sin tantos *reconocimientos y sujeciones como
después se les añadieron. Pocos días después, que fue a 17 de
diciembre de 1278, el conde, en presencia de algunos magnates de la
corte del rey, le hizo homenaje por todo el condado de Urgel y
vizcondado de Ager, confesando y reconociendo tenerlos por el rey,
con los cargos y obligaciones que quedan referidas; y *porque se
había ya tratado, por medio de Arnaldo Roger, conde de Pallars,
Ramón de Peralta y Pons de Ribelles y Pedro Martínez de Artesona,
justicia de Aragón, que luego * el conde tuviese donación del
condado, asegurase al rey * pagarle dentro de diez años, con diez
iguales pagas, lo que se le debía de tiempo de don Álvaro, su
padre, de cuan* los ejecutores de su testamento le entregaron el
condado; * cumplimiento de ello obligó al rey todas las rentas y
*provechos del condado y vizcondado y de todos los lugares tenía en
feudo del rey, y por mejor asegurarlo, dio por fianza * conde de
Foix; y el rey, con conocimiento del conde de Urgel,
dio en
comanda al de Foix todo aquello que el de Urgel le había obligado,
para que lo tenga por espacio de *ocho años en feudo del rey, y que
no tenga obligación, durante el dicho tiempo, de volverlos o
dejarlos, sino es que él se lo mandase, y que todos los frutos y
provechos qued* en poder del de Foix. Y el rey prometió al conde de
Urgel que, cuando llegue a edad de veinte y cinco años, le
restituirá todo aquello que había dado en comanda al de Foix para
que el conde lo tenga con los mismos pactos que se había dado en el
auto arriba referido, obligándole al conde y a don Álvaro, su
hermano, que se intitulaba vizconde de Ager y tenía algunos lugares
en la Val de Ager, hiciesen * debido homenaje, siempre que por parte
del rey fuesen requeridos. Todo esto pasó a los 16 de diciembre *
dos días después prometió el rey al conde de Foix, que dentro de
los dichos ocho años no le pediría ninguno de * pueblos y castillos
le había encomendado: y por cuanto * castillo, villa y Val de Ager
estaban en feudo del monasterio de San Pedro de Ager, de
canónigos regulares de San Agustín, Pedro, abad de aquel
monasterio, aprobó aquella donación que el rey había hecho, el
cual prometió * haría el debido reconocimiento por razón de aquel,
siempre que fuese requerido por parte de él y de los abades
sucesores. Todo esto hacía el rey para facilitar la paga * aquello
que se le debía, y asegurar más al conde y a sus valedores en su
servicio, aunque aprovechó poco, por las *alteraciones y novedades
que después de esto acontecieron en este principado de Cataluña.
No tuvo efecto el matrimonio se trataba entre la hija del conde
de Foix y el hijo del rey; y el conde de Foix se * a Perpiñan
a ver el rey de Mallorca, su cuñado, casado con Esclaramunda,
su hermana. Tenía el rey de Mallorca algunos disgustos con el de
Aragón, por razón del supremo *dominio tenía en sus estados; y
aunque se vieron los dos reyes por dar asiento a ellos, quedaron más
disgustados, como suele acontecer de las vistas de dos reyes. El de
Foix se volvió dentro de pocos días a Cataluña, y juntóse con los
demás señores del principado, y los halló muy quejosos del rey. El
autor del Flos mundi dice que eran cuatro las quejas tenían
del rey: la primera, porque no celebraba cortes generales; la
segunda, porque no les confirmaba los privilegios y libertades; la
tercera, porque les hacía nuevas demandas, pidiéndoles nuevos
servicios; y la última, querían que les hiciese francos en alodio
sus bienes, así como lo eran antiguamente: y por esto le enviaron
sus embajadores, y el rey no lo quiso otorgar. Por esto se juntaron
con el de Foix, el de Urgel y Álvaro, su hermano el conde de
Pallars, el vizconde de Cardona, Pons de Ribelles, Arnau Roger,
sobrino del de Pallars, Ramón de Avella, Pedro de Josa,
Guillen de Canet, Bernat Roger de Eril, Ramón Roger, Ramon de
Anglesola, Guillen Ramón, vizconde de Vilamur, Pedro de Moncada,
Berenguer de Puigvert, Guerau Alemany de Cervelló, Hugo de Troja,
Berenguer Despes, Guerau Despes, Gispert de Guimerá, Guillen
de Bellera, Ferrer de Abella, Pons Çacosta,
Ramón de Boxadors, Pons de Oluja, Juan de Pons, Guerau de Mejá,
Guerau de Aguiló, Jaime de Peramola y otros, y enviaron al rey sus
mensajeros con cartas de despedida o desafío, selladas con los
sellos del de Foix y de los demás; y la respuesta del rey fue: que
aunque sus desafíos y despedidas le daban poco
cuidado, quería
estar a justicia y derecho con ellos en todas sus demandas y
pretensiones, ofreciéndoles que les desagraviaría; pero ellos, que
estaban poderosos, no hicieron caso de esto, y el rey, indignado, les
sacó de la paz y tregua en que con él estaban, por pretender que
ellos la habían *rompido. Hallábase el rey en Aragón, y allá
mandó fortificar muchos castillos y convocó muchas gentes de armas,
dejando en defensa toda su tierra. En esta ocasión Ramón Folc,
vizconde de Cardona, con su gente, pasó una *noche el río de
Llobregat, y corrió toda aquella comarca, hasta llegar a los muros
de Barcelona, de donde salió Gombau Benavent, que era veguer, y le
hizo retirar a Cabrera, dejando muchos heridos y maltratados: luego
él y todos los pueblos reales dieron al rey aviso de lo que pasaba,
pidiéndole con mucha instancia socorro y favor, porque los condes de
Foix y Urgel también corrían la tierra y *llegaban a las puertas de
Lérida, haciendo notables daños, y los labradores no osaban salir
al campo; que por eso fue poca la *sementera de aquel año, y por
faltar los mantenimientos *hubo hambre en Cataluña, y se pusieron a
precio desmesurado.
Aunque el rey sabía lo que pasaba, no pudo
acudir tan pronto como deseaba a remediarlo; pero mandó a sus
*caballeros y pueblos que eran de su obediencia, estuviesen
*prevenidos para cierto día, que él diría lo que habían de hacer.
*Estando aún en Aragón, supo como el conde de Foix y sus valedores
y amigos estaban en la ciudad de Balaguer, *con seiscientos hombres de
a caballo y siete mil infantes, * intención de hacer una gran
entrada en tierras del rey y sus servidores: el rey, con gran
diligencia y con intento de tomarles desapercibidos, caminando de día
y de noche, llegó a Lérida, y aquí tomó gente de nuevo, y con la
que él ya llevaba, llegó al amanecer a Balaguer, en ocasión que
los de dentro aún estaban en las camas. Ellos, oyendo el ruido de
armas, se asomaron al muro y vieron que el rey con muy lucida gente
asentaba su castro en una parte, y en otra el infante don
Alonso el suyo, y que por momentos iban creciendo, por
la
mucha gente que llegaba, así que, en breve tiempo se halló el rey
con tres mil caballos y cien mil infantes, y entre ellos el rey de
Mallorca, su hermano, que aunque entre los dos reyes habían
pasado algunas disensiones, en razón de los feudos, pero no por esto
dejó al rey, su hermano, en esta ocasión. Cercaron entonces la
ciudad de Balaguer, y con cinco trabucos, que llamaban
brígolas, (fonévols) muy grandes, de día y de noche,
con piedras, combatían los muros y casas de aquella ciudad. Los
cercados, que no eran gente bisoña, sino muy valientes y pláticos
en aquel menester, se defendían muy bien, y de noche levantaban
aquello que de día había derribado la batería, y la ciudad
amanecía más fortificada, y ellos se ponían a la defensa, con gran
valor y ánimo, sin que les espantase el numeroso ejército que les
tenía cercados por todas partes. Esto pasó a la fin de junio de
este año 1280. Estando en esto, aconteció que Ramón Roger, hermano
del conde de Pallars, Ramón de Anglesola, Ramón de Marcha-Fava,
caballero de la Gascuña, y Squiu de Miralpeix, caballero de
Tolosa, con sesenta ballesteros de ballestas de cuerno, y
cuarenta de a caballo, se juntaron en la villa de Agramunt, para
entrar a dar socorro a los de Balaguer, y de allí enviaron un correo
muy diligente, con cartas para los cercados, asegurándoles el
socorro, y que en teniendo la entrada segura, sacasen dos faginas
ardiendo en lo más alto del castillo, y después las dejasen caer en
el foso, y con esta señal, ellos, con sesenta soldados y cuarenta
caballos, acudirían la noche siguiente a la puerta de la ciudad. El
correo fue desgra* porque llegando al real y conocido de los
guardas *fue preso y llevado al rey: en las cartas supieron lo *que
pasaba, y como se iban acercando a la torre de Alm* (Almenar?)
por estar más cercanos a la ciudad, el rey, por mejor *gerlos, mandó
que en la misma noche desde lo más alto de la iglesia de Nuestra
Señora de Almata, donde * aposentado el rey, sacasen dos faginas
ardiendo y las dejasen caer; y como era de noche y el castillo e
iglesia * cerca y en igual altura, creyeron que los del castillo
habían recibido las cartas y hacían la señal concertada *
marcharon a toda prisa por dar el socorro a los cercados * el rey no
mandó atajar los pasos, porque pensaba que darían el socorro hasta
la noche siguiente, como decían las cartas, pero ellos, que ya
estaban en la torre de Alme*, vistas las señales, no aguardaron más,
sino que *salieron luego, caminaron tan aprisa, que a la media noche
*estaban ya muy cerca de las trincheras del real. Enviaron *una
espía, porque mirase si había centinelas o quien
*pudiese
descubrir por la parte que habían de entrar, q* por el vado del río,
que estaba entre ellos y los cercados * que por la puente era
imposible la entrada, porque *los del rey la guardaban con mucha
diligencia: la espía volvió y dijo que no había nadie que
les pudiese impedir la entrada, y que ya los de la ronda habían
pasado por aquella parte.
Con esto, caminaron hasta la orilla del
río, * viendo estorbo, sin cuidar del vado, caminaron río a* hasta
llegar a la puente: en ella tenían los de la ciudad *centinelas, e
ignorantes del socorro, pensaron que los *del *rey escalaban la
ciudad; tocaron alarma, y todos acudían a los muros, y los
caballeros que habían de entrar, por no perder tiempo en allanar el
paso de la puente, arrojados en el agua, pasaban nadando, y
apellidaban: ¡Foix y Cardona! para darse a conocer, porque
los de la villa no les dañasen.
Los del rey, que oyeron estos
gritos, con ballestas y hondas les dieron una rociada; pero no
impidieron el paso, y dieron poco daño; y uno de ellos se acercó a
la ciudad y pidió por el conde de Pallars, y le dijo, que acudiese a
socorrer a su hermano y a los demás que, por socorrerles, se habían
echado a pasar el río, y que temía, por ser en aquella parte muy
hondo, que no se habiesen ahogado. El conde, muy enojado de
oír tales nuevas, echó de sí con despecho y enfado el escudo y
celada y acudió a la puerta, donde halló a su hermano y los demás
caballeros y peones, excepto cuatro caballeros y veinte y cinco de
los demás, que quedaban ahogados en el río; y fue tal el contento
de ver aquellos que se habían salvado, que les hizo olvidar la
pérdida de los otros. Uno de los que hallaron menos fue Squiu de
Miralpeix: éste, hallándose bajo la puente y en la parte donde
corre el agua con más ímpetu, perdió el caballo, que se le fue al
fondo, y él, como mejor pudo, se asió a un pilar de la puente
y quedó abrazado en él, con harta pena, porque estaba
armado; los caballeros de la ciudad salieron para recogerle a él y a
otros, si hallaban por el río, y con un barco se pusieron bajo la
puente, porque se dejase caer en él; pero estaba muy alto, y no se
quiso aventurar, temiendo errar el salto y anegarse, y así le
dejaron, porque la corriente no les dejaba parar en aquel lugar, y
prosiguieron buscando los demás, y no hallaron ninguno. Creciendo el
día, los del rey descolgaron al de Montesquiu de aquel lugar,
y preso, le subieron a Almata, donde estaba el rey, el cual le
preguntó él quién era, y le dijo * nombre y que iba a socorrer al
conde de Foix, su deu* con diez y ocho caballeros y otros tantos
peones. El rey * mandó desarmar y le dio un vestido suyo muy rico, y
* mandó poner en buena guarda, quedando muy descontento del socorro
que en la ciudad había entrado; y por impedi*le otra vez, mandó
labrar dos puentes, una de estacas, * arriba de la ciudad, y otra más
abajo, de barcas *atadas con cadenas, y en ellas muchos soldados de
guarnición, que de día y de noche impedían la entrada a
cualquiera. Quedaron con esto los cercados tan oprimidos, que por
ninguna parte, si no era volando, podían salir, ni entrarles * la
batería nunca cesaba, aunque salían ellos algunas veces a
impedirla; sentíase ya falta de mantenimientos, y los *vecinos de
Balaguer estaban cansados del cerco, y más de ver * sus ojos sus
alquerías y huertas destruidas, y las casas, *por todas partes, con
las piedras de los trabucos *derribadas
no podían tolerar tantos
daños y pérdidas, y temían ser *dos a saco, si el rey entraba la
ciudad por fuerza. * excusar todo esto, avisaron al rey con grande
secreto, que si dentro de breve tiempo los caballeros cercados no
daban traza de concierto, su voluntad era entregar la ciudad. Esto no
fue tan secreto que no llegase a oídos de ellos, y consideraban que
si los paisanos daban entrada al rey, sin saberlo ellos, habían
todos de morir a sus manos, porque era hombre que no toleraba
desobediencias, como, * siendo infante, lo había experimentado
Fernán Sánchez, * hermano. Tuvieron entonces todos aquellos
magnates, * estaban recogidos en el castillo, por mejor partido
entregarse
en mano del rey y rendírsele: los que sentían *esto
eran Ramón Roger, Ramón de Anglesola y Pons de Ribelles, y se
lamentaban mucho de haberse de meter en poder
del rey, porque
desconfiaban del perdón y de las vidas suyas y de los que con ellos
estaban; pero habían llegado a un punto, que no lo podían excusar,
y enviaron al rey a darle aviso de su venida, y poco después
salieron desarmados de la ciudad, y llegados ante el rey, postrados a
sus piés, le pidieron perdón y misericordia, suplicándole los
tratase con piedad; *mas el rey, casi sin hacer semblante de oírles,
mandó al infante don Alfonso, su hijo, les llevase presos, con
buenas guardas, no curando de prender a los demás caballeros y
peones que les habían servido, antes les dejó ir seguros, con sus
armas y caballos, y a todos los que le habían servido dio
licencia para ir a descansar a sus casas. Esto pasó el día de santa
Margarita de este año; y el infante llevó los presos
a
Lérida y los encerró en una casa fuerte: Zurita dice en el
castillo, y el anal de Ripoll dice esparcidos en diversos castillos
de sus reinos; y cargados, según dice Desclot, de grillos y
cadenas, con buenas guardas, estuvieron en ellas mucho tiempo. Al
conde de Foix, que fue el caudillo de todos, y de quien más sentido
estaba el rey, porque muchas veces le faltó en lo que le había
prometido, y muy atrevidamente daba a entender al rey, que, si salía
de la prisión, le haría mayor daño y guerra que hasta allí le
había hecho, mandó de pasar al castillo de Ciurana. Tomic dice que
el rey metió algunos de los prisioneros en el castillo de Miravet,
que está a la ribera del Ebro, muy fuerte por arte y por naturaleza;
y el conde de Foix, impaciente de la prisión, echaba bravatas de
hacer, si estaba en libertad, todos los deservicios que pudiese al
rey, el cual le mandó dar libertad, porque entendiese el poco caso
que hacía de él, y que * poderoso, si se atrevía a hacer lo que
decía, de castiga* así por lo hecho, como por lo que podía hacer.
Quedaron en la cárcel hasta el mes de mayo del * 1281; y Ramón
Folc, vizconde de Cardona, Arnau *Roger, conde de Pallars, y Ramón,
su hermano, Bern* Roger de Erill y Ramón de Anglesola, por cobrar la
libertad, se concertaron con el rey, y pusieron en su poder los
castillos y villas que tenían, hasta que fuese dada *entera
satisfacción a los que se quejaban de ellos, y pag* al rey las
costas que hizo su ejército real en el cerco de Balaguer, según
fuese juzgado; y en caso que debieran * confiscados aquellos
castillos, se los volvería, porque * tuviesen en feudo por el rey,
otorgándoles toda jurisdicción
civil y criminal, y que
estuviesen obligados a dar al rey las tenencias, siendo requeridos; y
después estando el rey en Lérida, a 20 de agosto de este año, los
jueces que fueron
nombrados para esto condenaron a los dichos en
* suma inmensa, y por quedar imposibilitados a la paga de ella,
dieron al rey sus castillos y villas, y el rey se los *
en feudo,
obligándoles a ciertos reconocimientos; y de aquella hora en
adelante todos quedaron en su servicio.
Fuera de esta
concierto quedaron por entonces los condes de Foix, de Urgel y don
Álvaro, su hermano, Guillen Ramón de Josa, Pons de Ribelles, Ramón
de *Vilamur, Guillen y Galceran de Cartellá, y otros
caballeros que * tiempo después* con el íntegro dominio de sus
cosas, *vieron en servicio y gracia del rey, el cual los ocupó *
cargos y puestos muy preeminentes en sus reinos, valiéndose de ellos
en todos las empresas y sucesos de más importancia, * porque,
olvidadas las cosas pasadas, y reconociendo la benignidad con que el
rey les había tratado, hicieron en su servicio todo lo que pudiese
hacer cualquier buen vasallo por su rey y señor.
Referiré
sumariamente lo que hallo en memorias antiguas del conde don
Armengol: él fue uno de los caballeros catalanes que con el rey
don Pedro el Grande pasaron
a Berbería, llevando consigo
muchos de sus vasallos que en aquella empresa quisieron seguir su
fortuna; aquí guardó la vida al conde de Pallars, que siendo más
valiente de lo
que debiera, solo, acometió un escuadrón de
sesenta moros, y después de haber muerto a dos, que eran caudillos
de los demás, otro le dio una cuchillada en un muslo. Por escaparse
del peligro en que estaba, picó el caballo y atravesó todo el
escuadrón, y se vio en manifiesto peligro de perderse: el conde de
Urgel, con dos hijos de Vidal de Sarriá, acudió a socorrerle; pasó
por medio de los sesenta moros (-2 muertos) hasta juntarse con
el de Pallars, y dio una lanzada a un moro, que le pasó adarga y
pecho, llevándose el caballo al moro, sin que el conde pudiese
cobrar la lanza; sobrevino el de Pallars, que confiado en sus
fuerzas, mayores que las del conde de Urgel, asió del cuento,
y tiró tan fuertemente, que rompiendo las correas de la adarga, se
la llevó atravesada en la lanza, cayendo el moro en tierra muerto.
Cuando fueron los desafíos tan nombrados entre el rey don
Pedro y Carlos de Anjou, rey que fue de Sicilia, el
conde de Urgel fue uno de aquellos cuarenta caballeros que en nombre
del rey don Pedro, y por su parte, habían de jurar que
cumpliría el rey todo lo que con Carlos estaba concertado, en razón
de sus desafíos, so ciertas penas que refieren los autores que
cuentan estos desafíos.
Fue asímismo uno de aquellos cien
caballeros que el rey don Pedro escogió para combatir con el dicho
rey Carlos y con otros tantos que habían de venir con él al desem*
aplazado en la ciudad de Burdeos, del reino de Francia * poseída
entonces de Eduardo, rey de Inglaterra.
En aquel general
entredicho que puso el pontífice *Martín en todas las tierras del
rey don Pedro y de sus vasallos * los estados del condado de Urgel
fueron de los más *trabajados, y duró mucho tiempo que no se
ministraron otros *sacramentos, sino el bautismo a los que
nacían, y la penitencia a los que morían: solo se permitía en las
iglesias catedrales y colegiales una vez cada semana celebrar misas,
para renovar la santísima Eucaristía para los que estaban en
peligro de muerte, y esto era cerrados los templos.
Cuando
Felipe, rey de Francia, hijo de san Luis, entró en
Cataluña para la conquista de ella, jamás dejó las armas para
defensa de ella y del rey, a quien siempre asistió; y fue
uno de
aquellos caballeros que aconsejaron al rey, después de haberse
fortificado en la villa de Peralada, que se saliese de ella,
por no estar aquella villa para poderse defender
del ejército
del rey de Francia largo tiempo, porque supo que había trazado el
rey don Jaime de Mallorca, cómo el rey y el conde don
Armengol y los demás estaban allá vinieran en poder del rey de
Francia.
Menos faltó en los reencuentros que tuvo el rey con los
franceses, cerca del cerro de Tudela, el día de Nuestra Señora de
Agosto de este año 1285, en que el rey se vio en grandes peligros.
De esta manera le fue sirviendo, hasta que murió, que fue a 10 de
noviembre de 1285, en Igualada. (como Fernando I, el de
Antequera)
Muerto el rey, fue a visitar la ciudad de Balaguer
y demás pueblos de su estado, y arregló el regimiento de ellos,
porque con las continuas guerras hubo en el principado de Cataluña
necesitaban todas aquellas tierras de su presencia.
No estuvo
mucho tiempo allá, porque el rey don Alfonso *, hijo del rey
don Pedro y sucesor suyo en la corona, le *llamó, porque él y todos
los demás caballeros de su corona asistieran a las exequias había
de hacer al rey, su padre, en el monasterio de Santas Cruces, donde
fue sepultado, *ara el mes de febrero de este año 1286.
Por
estos tiempos, y por ser muerto el gran rey don Pedro, suscitó el
vizconde de Cardona algunas pretensiones que *venían de años atrás,
sobre algunos lugares y castillos del condado de Urgel; el vizconde
rompió las treguas que había entre los dos, y el conde de Urgel le
desafió, y *la uno de ellos llamó en su favor a sus valedores, y se
*citaron grandes bandos que de cada día se iban encen*ndo, y el
rey, que de Valencia había de ir a Huesca, vino a Cataluña y los
dejó en paz.
En la conquista del reino e isla de Menorca,
sirvió al rey don Alfonso con quinientos infantes y grandes sumas de
* y cebada, en socorro de la armada real que pasó a aquella isla.
Cuando el rey prometió dar libertad a Carlos, príncipe de *o,
hijo del rey Carlos, que lo fue de Sicilia y estaba * en estos
reinos, dio por rehenes al rey de Inglaterra, * intervino en aquel
negocio, al infante don Pedro, su hermano, a los condes de Urgel y
Pallars y al vizconde de Cardona.
Muerto el rey don Pedro, su
hijo, el rey don Alfonso * fue continuando las empresas a que aquel
gran rey no *pudo dar fin: para apartar de estos reinos a los
enemigos, pa*
las conquistas de Mallorca, Menorca e Iviza;
tuvo guerra con el rey de Castilla, y en la mar sustentaba gran
armada, que gobernaba el almirante Roger de Lluria. Era * rey
de natural liberal y dadivoso, por donde le quedó el nombre de
franco, y así le nombran comunmente, para diferenciarle de
los demás Alfonsos. Esta naturaleza del rey conocieron todos los
barones y demás vasallos suyos, y *abusaron de ella: el rey no sabía
negar cosa que le pidiesen, y * lo que daba le parecía poco, medido
con su deseo; no *
ninguno de los que le cortejaban, que no
saliese med* y rico. Obligaban al rey (a más de su natural) a ser
ta* liberal y franco, la gran necesidad tenía él de sus vasallos, *
notable perjuicio le había de ser, si le dejaban; y ello* entendían
así, y le vendían muy caro el servicio que le hacían.
Entre
muchas mercedes que hallamos en sus registros, * una en favor del
conde Armengol, que, sacada de su *nal, dice así:
Noverint
universi quod Nos Alfonsus dei gratia rex Arago*
Majoricarum et Valentie ac comes Barcinone
attendentes * vos nobilis Ermengaudus
comes Urgelli exibuistis illustri* domino regi patri
nostro inclite recordationis et nobis * grata et idonea servitia et
quotidie exiberis et que de vob* posterum speramus idcirco concedimus
vobis quod habeatis * et vestri comitatum Urgelli cum omnibus
pertinentiis et ju* universis ad feudum prout nobilis Alvarus pater
vester quondam comes Urgelli ipsum comitatum habebat et
tenebat ad feudum pro domino rege avo nostro sic quod
vos et vestri ipsum comitatum castra et alia loca ipsius comitatus
teneatis pro nobis ad feudum sub illa conditione sub qua dictus pater
vester ipsum tenebat pro dicto rege avo nostro.
Salvamus igitur nobis et successoribus nostris integre jus quod
pertinebat dicto domino regi Jacobo in comitatu predicto
tempore quo vivebat dictus Alvarus pater vester revocantes de
presenti ex certa scientia instrumenta conveniencias atque pacta
inita inter dominum reem * patrem predictum ex una parte et vos seu
nobilem Rogerium Bernardi comitem Fuxiensem nomine
vestro ex altera super restitutione dicti comitatus et
vicecomitatus Agerensis vobis facta per ipsum dominum regem
patrem nostrum que quidem instrumenta convenientias et pacta inita
carere volumus omni robore firmitatis: salvo tamen nobis et
successoribus nostris in
predicto comitatu jure nobis pertinente
et pertinere debente prout superius est jam dictum. Absolventes
nihilominus de presenti omnes ricos homines milites et alios in dicto
comitatu et vicecomitatu habitantes ab omni homagio et sacramento
quod dicto domino regi patri nostro fecerunt ratione dictorum
instrumentorum convenientiarum et pactorum initorum inter ipsum
dominum regem patrem nostrum ex una parte et vos seu comitem
Fuxiensem nomine vestro ex altera super restitutione dicti
comitatus et vicecomitatus. Non tamen intendimus ipsos absolvere ab
illo vinculo quo tenebantur dicto domino avo nostro tempore dicti
nobilis Alvari patris vestri. Data Osce
XII kalendas julii M.CC.LXXXVI. (1286)
Después, a 7 de
las calendas de julio, se despacharon letras, absolviendo a todos los
del condado de Urgel de todo sacramento y homenaje prestado al rey su
padre, por razón de los instrumentos y concesiones hechas entre el
dicho rey su padre y los condes de Urgel y Foix, sobre la restitución
del condado de Urgel.
Eran estas y las demás donaciones muy por
fuerza; por eso, estando el rey en su palacio real de Tarragona,
con el mayor secreto le fue posible, a las idus de diciembre del año
1287, siendo testigos de ello Pedro Marqués, (P.
Marquesii) su
secretario, y Juan Sabata, juez de su casa y corte, mandó a Miguel
Boter, notario de Tarragona, tomase auto y memoria de las donaciones
y mercedes había hecho por fuerza contra su voluntad, y entre ellas,
dice, donationem factam nobili Ermengaudo comiti urgellensi de
quibusdam castris et juribus ipsius comitatus; y porque entendiesen
mejor su intención, declara ser inválidas y contra su voluntad
aquellas en que faltan estas palabras: gratis et spontanea voluntate
et ex certa scientia; y pareciéndole que con esta primera
declaración no quedaba bien explicada su voluntad, estando en
Barcelona, a 17 de las calendas de abril de 1288, siendo testigos el
dicho Pedro Marqués y Bernardo Guillen y notario Pedro Marc, con el
mismo secreto, hace memoria de muchas mercedes y concesiones, entre
ellas, donatio quam fecit comiti Urgelli de comitatu Urgelli; y dice
haberlas hecho *inverec
petentium inhiatione et impressione et
non motus de propria voluntate sed nimia impressione petentium, y
siendo de menor edad, en caso que no le era lícito disminuir el real
patrimonio; que su intención era, cuando tuviese oportunidad,
revocarlas públicamente, porque todo lo hecho era con temor que los
donatarios no le fuesen contrarios en aquellas guerras o estorbo en
sus empresas.
No debieron ser, a lo que se puede conjeturar,
estas revocaciones tan secretas, que no llegasen a noticia del conde,
porque después de hechas, no hallo que asistiese al rey ni le
sirviese como de antes; sino que todo el tiempo que vivió el rey,
*asta 18 de junio de 1291, vivió retirado de la *casa real.
* el
rey don Alfonso, heredó los reinos de la corona * don Jaime, rey de
Sicilia, su hermano, que llama*uroso, el cual dejando aquel reino a
don Fadrique * hermano, se pasó a Cataluña. Las cosas más notables
* acontecieron al conde y condado de Urgel, conti*, según las he
hallado en las memorias y regis*te rey.
*e las idus de mayo de
1297, reconociendo el *rvicios del conde y de sus pasados, estando en
Va* confirmó la donación que a 12 de las calendas de *1286 le hizo
el rey, su hermano, del condado de *clarando nulas cualesquier
revocaciones que hubiese *icho rey, y en caso que pareciesen, quiere
sean de *uerza o valor.
* mismo año le nombró el rey por juez,
para de* juntamente con el maestre del Templo y el vizconde de
Cardona, las diferencias había entre los pretenso* ndado de Pallars,
que fueron tales, que pusieron * encender crueles guerras en estos
reinos.
* en el mes de agosto del año 1298, el rey don * embarcó
su gente en la marina de Pati, en la *Sicilia, se le rindieron, entre
otros, el castillo de * el cual se volvió después a la obediencia
del rey *.
El rey, o sentido de la mudanza, o porque le im*uella
plaza, envió para tomarla al conde de Ur* na buen número de
soldados, y la combatió por * hasta llegar a darle asalto; pero fue
poco afor* porque los paisanos con piedras, vigas y armas, se
defendieron animosamente, de manera que obligaron * conde y a su
gente a haberse de retirar, dejando del to* el castillo; y pensando
los de dentro que el conde había *ido por más gente, para dar más
recio el combate, desampararon la plaza, la cual quedó vacía de
gente, así de la del rey como de los enemigos, de la manera que en
nuestros días
aconteció en el campo de Leucata, en el
año de 163* cuando se retiró el duque de Cardona, dejando
todo bagaje y artillería.
Fue esta misma campaña poco favorable
al vizconde de Ager, hermano del conde, el cual, con don Berenguer y
* hermano don Ramón de Cabrera, capitaneando un buen número de
gente que estaba bajo de sus banderas, corrieron las campañas de
Petra Percia, con pensamiento de tomar * los sicilianos, sus
enemigos, todo lo que hallasen por aquellas comarcas; de lo que
teniendo noticia don Blasco de Alagón, capitán del rey
don Fadrique, puso su gente en celada, en un lugar llamado
Jaretania, y acometiéndolos en un paso estrecho, por todas
partes, en una noche muy tempestuosa de relámpagos y truenos,
fueron desbaratados * presos, y llevados a Catania y
presentados al rey Fadrique (Federico, Frederic) * los
capitanes y cabos fueron llevados con buena guarda, * los demás
ensartaron atándoles a todos en una larga cuerda * y así los
entraron en aquella ciudad.
En el año 1299, cuando el rey pasó
a Italia, fueron con él el conde y don Álvaro, su hermano; y en el
mes de mayo, cuando a instancia del rey Carlos dio libertad a
Berenguer de Entença,
prometió que en diez años no tomaría las armas contra el rey
Carlos, so pena de dos mil marcos de plata, que era suma notable en
aquellos tiempos. Dio por *fianza al conde, a don Guillen de Entença,
su hermano, a Ramón de Cervera y a Pedro Giménez, obligándose cada
* por quinientos marcos.
En este tiempo, en las batallas navales
que tuvieron él y *rey, y su hermano don Fadrique, en que fue herido
el * de Aragón, murieron don Álvaro y don Berenguer de *Cabrera, y
don Arnaldo, su hermano; y entonces el vizconde de Ager volvió a
unirse con el condado de Urgel, y el * fue conde de Urgel y vizconde
de Ager, porque no *daron ningunos hijos de don Álvaro, aunque fue
casado * doña Sibilia de Cardona. Esta Señora murió a 11 de
las calendas de setiembre (no dicen las memorias que he * de qué
año) y está sepultada en el real monasterio de *Poblet, sobre la
puerta que pasa de la iglesia al claustro, *ce la memoria que era
hermana de Ramón Folc, vizconde de Cardona, y dejó fundado, entre
otras pías instituciones, un aniversario en la iglesia del
monasterio de San *ente, de la villa de Cardona, celebrador
perpetuamente * mismo día que murió.
En el mes de febrero de
este mismo año declaró el rey, * la remisión y venta había hecho
en favor del principado de Cataluña del derecho llamado bovaje,
no fuese en perjuicio ni diminucion del que el conde solía
recibir de sus *vasallos, porque si es que tal derecho le compita, su
inten* solo era remitir y vender lo que él recibía, sin perjudicar
al conde, el cual, aunque le recibía en algunas partes, no * era
debido, y así, después de muerto, sus albaceas lo *restituyeron,
como veremos en su lugar. Esto pasó en la ciudad de Barcelona, en
las nonas del dicho mes del año 1299, *ante Ponce Hugo, conde de
Ampurias, Ramón Folc, vizconde da Cardona, Hugueto de Mataplana,
conde de Pallars, don Guillen de Entença
y don G. de Anglesola.
El mismo día, delante de los dichos,
confirmó al con* todas las donaciones, privilegios y concesiones le
había hecho el rey, su hermano, y quiere sean firmes y válidas, así
como lo eran antes de la celebración de las últimas cortes; por
razón de lo hecho en ellas, no quiere sea de perjuicio al conde. El
haber tenido noticia de las revocaciones había hecho el rey don
Alfonso, siempre le tenía con recelo * sospecha.
En las cortes
celebró el rey don Jaime en el año 1300 se hizo una constitución,
que es la sesta, título de accione * y obligaciones,
que habla del conde Armengol.
Fundóse por el rey don Jaime, este
año de 1300, el estudio general de Lérida, (universidad)
de quien en otra parte se hace larga mención.
Asímismo en este
año, siendo viudo el conde de doña Sibilia de Moncada, hija de don
Pedro de Moncada, y no teniendo hijos de ella, casó con doña
Faydida, dama francesa, hija de Jordan, quinto de este nombre,
vizconde de Illa (Dilla, D´Illa), y de madama Guillerma de
Durfort, caballeros muy principales del reino de Francia; y hallo
memoria como en dicho día el padre de la condesa y sus hermanos,
Bernardo Jordan y Jordan de Illa, confesaron deber al conde
Armengol cuatro mil quinientas libras *turonensium parvorum.
Era este linaje muy antiguo y principal en el reino de Francia, y
descendían de los condes de Tolosa: escribe de ellos Arnaldo
Oihenarto, autor francés, en su Notitia Vasconiae, libro
lleno de gran erudición y verdad.
* año 1307, a 4 de los idus
de marzo, siendo tes* ello Guillen de Anglesola, Guillen de Moncada,
* Ribelles, Bernardo de Bibelles, Berenguer de *, Hugo de Cardona,
arcediano de Barcelona, *er de Sarriá, almirante, se concordaron el
rey * de sobre la jurisdicción de algunos lugares con* con el
condado de Urgel. El caso fue, que los * y otros oficiales reales de
Lérida, Tárrega y Cer*an del mero y misto
imperio en los lugares y cas* La Morana, Concabella, Hostafranchs,
Riber, *Garayó, Montalé, Lo Canós, Queralt, Conil, Riudo*,
Figuerosa, Luçá, Altet,
Claresvalls, Cespigol, *Tornabous, Castelladral, Montclé, Roda,
Lyll, La Foliola, Val* apçenic,
Lo Pual, Guaten, Belvis, Termens, Çafa*galls,
Ceteró, Spallargues, Florejáchs, Les Siges, * Belver, Ratera,
Ganalon, Orçó, Besaldú,
Alma*ascó, Ballestar y Castellserá, y el conde pretendía * él.
Sobre la cognicion de esto nombró el rey por * Pedro .... ,
obispo de Lérida, y a Juan de *, capiscol de aquella iglesia,
para que averiguasen *jercían estas jurisdicciones en tiempo del rey
don * primero, y de don Álvaro, padre del conde; y * hay un proceso
de testigos en el real archivo de *Barcelona.
Después cometió
el rey esta causa a Berenguer *guers, arcediano de Urgel, y a Ramón
de Penyafrac*lo de Lérida, que fue subrogado en el lugar del *po.
Sobre esto se hicieron grandes averiguaciones, * el conde de ello,
por evitar pleitos, que ya en *pos eran tan largos y enfadosos como
usan hoy, *do en manos del rey, porque escogió antes alcanzar su
derecho por vía de gracia y merced que de justicia * nombró por
esto algunas personas que le hicieron relación de todo, y entonces
hizo el rey merced al conde de la *íntegra
jurisdicción de los
lugares de La Morana, Florejac*, Siges, Spallargues, Concabella,
Hostafranchs, Ratera, Orç* Montalé,
Castellserá, Ballestar, Bellvis, Tarascó, Almaç*
Besaldú,
La Foliola, Valvert, Castelladral, Tornabous, Cespigol, Lo Pual,
Xarapçenic, Çafaretg
y Guaten, concediéndole la misma jurisdicción que tiene en el
condado de Urgel
y declara que esta concesión no sea en
perjuicio de * derechos y jurisdicciones que en dichos lugares
*tuvieran otros, y que el conde lo haya de tener todo en feudo, *
como tiene la ciudad de Balaguer y las otras jurisdicciones * y él
lo aceptó todo. Está este auto con los sellos del rey * del conde
pendientes: el del conde es de cera colorada con su figura a caballo,
armado de todas piezas, con un escudo en la una mano de sus armas, y
espada desnuda en la otra, silla y estribos de armar a la antigua,
encubertado * caballo de paramentos jaquelados, y con unas letras por
* orla, que dicen: Sigillum Ermengaudi comitis urgellensis;
los listones do pende el sello son de seda amarilla y negra *
tejidos a jaqueles como son las armas de Urgel; y el *sello o signum
del conde es el que los condes de Urgel han usado siempre como a
señal propio y particular de ellos.
A 14 de las calendas de
setiembre de 1311 se decl* sobre la pretensión que tenía Ramón de
Vilalta, rector de Balaguer, que la notaría o escribanía de aquella
ciudad era suya y de la iglesia de Balaguer, y que el escribano de la
corte del conde podía hacer las escribanías judiciales o procesales
y los autos de los negocios pertenecientes al conde y a sus
oficiales, y no otros, y que a solo el notario de dicho rector e
iglesia pertenecía hacer escrituras públicas; y después, a 13 de
las calendas de noviembre de 1331, el rey lo confirmó en Tortosa.
Con cuidado he visto los registros del rey don Jaime que están
en el real archivo de Barcelona, y hallo que uno de los caballeros
que más asistieron a aquel rey en las ocasiones de paz y de guerra,
fue el conde, el cual por eso y continuos servicios fue muy estimado
y preferido a muchos señores de sus reinos y señoríos.
El
testamento del conde se otorgó en la villa de Camporells, del
condado de Ribagorza, donde se era retirado, para gozar de buenos y
saludables aires: allí le apretó la última enfermedad y acabó la
vida. Tomólo Arnaldo de Gerona, notario de Balaguer, a 10 del mes de
julio del año 1314; y en él ordenó de sus cosas en esta manera:
que si quedare hijo varón, que sea heredero, y a la hija que en tal
caso dejare, lega diez mil áureos; y si quedaren dos hijos varones,
al mayor deja heredero, y al otro aquello que, por derecho de
legítima, le perteneciere: si quedare una hija sola, la nombra
heredera, y si muchas, heredera la primogénita, y diez mil áureos a
cada una de las demás; y no quedando hijos, ordena y quiere que sus
albaceas, que eran fray Ramón de Trebailia, obispo de Urgel, del
orden de San Benito, Guillen de Moncada, tío y consanguíneo del
testador, Bernardo de Peramola, señor de Peramola, Bernardo de
Guardia, caballero, y Arnaldo de .... de
Balaguer (a quien nombra
baile general de todas sus tierras, tanto cuanto tiempo estuviesen en
poder de los testamentarios, confirmándole la gracia le había hecho
de la
*bailía de Balaguer, y a quien encarga muy en particular *
el manejo de la ejecución de su testamento y marme* con plenísimo
poder), ejecuten y cumplan su testamento *siguiendo en todo el
consejo y parecer de fray Bernardo Pi* la orden de San Francisco,
conventual de Lérida, * muerto, del guardián que fuere de san
Francisco de Lérida, y dando forma a su disposición, manda que
vendan el condado de Urgel y vizcondado de Ager al rey don Jaime de
Aragón, por precio de cien mil libras jaquesas, y a más de ellas,
haya de dar a la condesa Faydida, su mujer, *por dote y esponsalicio,
quince mil libras barcelonesas, a *
deja también mille aureos
alfonsinos y todas sus joyas * recámara de ella, para que pueda
hacer a su voluntad * albedrío, y que el rey haya de casar al
infante don Alfonso * su hijo segundo, que después fue rey, con doña
Teresa de Entença, y tomar
armas de Urgel, sin mezcla algu* intitularse conde de Urgel, y
asímismo cualquier que *viniere a suceder en dicho condado y
vizcondado. Era doña Teresa hija de don Gombaldo de Entença
y de doña *Constanza de Antillón, su mujer, que era hija de Sancho
de Ant* y de doña Leonor, hermana del testador, por parte de padre,
y no de madre, porque ella era hija de doña
Constanza de
Moncada, y él de doña Cecilia de Foix.
Era este
linaje de los Entenças muy
antiguo y prim* en Aragón, y eran ricos hombres de natura y
de gran * tuvieron señorío de honor en Zaragoza, Calatayud y T* y
fueron muy estimados de los reyes. Fue esta casa de las más ricas de
la corona, y hubo en este linaje muchos *varones principalísimos,
que tuvieron muy gran parte en la conquista de los reinos de
Valencia, Cerdeña y Sicilia y otros.
Sus armas eran un escudo de
oro, con la cabeza negra.
En Cataluña y en las orillas del Ebro
hay otra baronía que llaman de Entença,
que fue de los duques de Cardona; pero es diferente de la
baronía de Entença
del reino de Aragón, que consiste en los pueblos que diremos
después, en el capítulo siguiente.
En caso que el infante don
Alfonso, hijo primogénito del rey, muriese antes de casar doña
Teresa con él, quiere que esta case con el infante don Pedro, hijo
tercero del rey don Jaime, que después casó con doña Guillerma de
Moncada; y en caso que muera doña Teresa antes de casar, quiere que
case don Alfonso con doña Urraca, su hermana, que después casó con
Arnaldo Roger, conde de Pallars, hijo de Hugo de Mataplana, que
sucedió a la condesa Saurina en aquel estado; y faltando
Alfonso y Teresa, quiere que case el infante don Pedro con doña
Urraca; y si antes de casar faltaren las dos hermanas Teresa y
Urraca, llama al condado y vizcondado al infante don Alfonso, y él
muerto, a don Pedro, obligándoles a que en su debido tiempo se hayan
de casar; y si Alfonso viniere a ser rey de Aragón, como lo fue,
quiere que suceda en el condado y vizcondado su hijo segundo. Revoca
una donación que él y Álvaro, su hermano, años atrás habían
hecho al
conde de Foix, que después movió harto ruido, como
veremos en su lugar, ante Arnaldo de Gerona, notario de Balaguer, por
muchas razones, y en particular por ser mayor de quinientos escudos,
y carecer de los requisitos que el derecho dispone, y porque no
cumplió ciertas cosas a que era obligado, y no le tenía buena
correspondencia. Declara
también y quiere que sean revocados
unos codicilos * antes de pasar el rey a Sicilia había otorgado, a 5
de los idus de julio de 1298, en que ordenó que, muerto Álvaro, su
hermano, sin hijos, fuese heredero el conde de Foix, *con tal que
estuviese en gracia del rey, y cuando no, le priva * la herencia,
porque no quiere goce de sus bienes *hombre que no fuese muy servidor
y buen vasallo del rey, y lo *repite dos veces.
Escogió su
sepultura en el monasterio de Nuestra Señora de Bellpuig de las
Avellanas, del orden Premostratense, * entiendo ser suyo un sepulcro
muy suntuoso con un *simulacro sobre la tapa de la tumba, que está
en la capilla * Cristo de la dicha iglesia, a la parte del evangelio;
y dejó *para el gasto de las funerarias cien escudos, y sus armas y
caball* y si no le tiene, quiere que sea comprado uno de valor * mil
sueldos acrimonteses; y para reparar los edificios * aquel
convento, mandó mil áureos, y dos mil en enmienda
de los daños
o tuertos hubiere hecho al dicho monasterio * a sus cosas, a
conocimiento del dicho su confesor, de *fray Pedro Olivon, del
orden de predicadores, del maestro
Ramón Vilalta, rector de
Balaguer, y de Berenguer Sala, *letrado de Lérida, a quienes, antes
de morir, dio facultad * plenísimo poder para juzgar, conocer y
enmendar y *mandó
restituir cualquier injurias, agravios,
dineros u otras cosas cualquier cosas a que estuviese obligado en
conciencia, *como realmente lo hicieron, y pasó el conde por lo que
ellos
*saron, al revés de aquellos que de todas sus cosas
*aguardan la enmienda para después de muertos, como * sus albaceas
hubieran de saber mejor sus obligaciones y cargos, que ellos mismos
que las hicieron; y mandó asímismo fuesen pagados los legados y
dejas de sus pasados.
A su confesor legó cincuenta morabatines,
para que los reparta en limosnas; y a los monasterios de Poblet y de
las Franquesas, que era de monjas cistercienses y estaba en la vega
de Balaguer, deja a cada uno, en enmienda de sus pecados y de sus
mayores, mil morabatines, y quiere que las monjas de las Franquesas
hayan de comprar bienes raíces en aumento del convento.
Al
monasterio de Trago dejó doscientos morabatines; y quiere que
si fuese declarado ser deudor a los dichos tres monasterios de
Poblet, Franquesas y Trago, por razón de
injurias o daños causados a ellos o sus cosas, sean en pago de
ello, y cuando no bastaren, sea hecho debido cumplimiento, según
fuere tasado por los dichos nombrados para descargar su conciencia.
A los monasterios de Vallbona, Pedregal, Vallsanta y Bonrepós,
dejó cincuenta morabatines a cada uno, y doscientos a la iglesia
de Nuestra Señora de las Parrellas, junto a Balaguer,
Al
monasterio de Nuestra Señora de Monserrate quiere sea hecha
una campana de valor de cuatrocientos morabatines, y que de ciento
cincuenta morabatines sea creado un
censal de pensión de
diez quintales de aceite, o de cien sueldos acrimonteses, para
que ardan diez lámparas perpetualmente en aquel monasterio.
A
las monjas de los conventos de Santo Domingo y San Francisco de
Lérida, deja doscientos morabatines a cada uno, y así a los dichos
dos monasterios, como a los de
la Merced y Trinidad para rescatar
cautivos, a la obra de la iglesia de Santa Eulalia de Agramunt,
a Santa María de Pons, y a la iglesia de Albesa, y a la de Serriols
y de Monmagastre, treinta morabatines a cada uno; a la iglesia * Seo
de Lérida, setenta áureos para la obra; a la iglesia de Santa María
de Salas, para ornamentos, cien *morabatines a Nuestra Señora de
Almata, que era la iglesia *mayor de Balaguer, dejó cien
morabatines, y otros cien a la cofradía * aquella, de la cual dice
ser él cofrade, para que de ell* compre un censal; a la obra de san
Salvador de Balaguer cuarenta morabatines, y a las iglesias de
Nuestra Señora de Gualter, San Pedro de Pons, y Agramunt, cien
morabatines a cada una, para cálices, y veinte a san Pedro de *Ager
* Nuestra Señora del castillo de Farfanya; y a cada iglesia,
*hospitales de sus tierras y señoríos, dejó a cada uno
*
morabatines para cálices; a Santa Quiteria de Ayre, en
*Gascuña, in cujus commenda, dice, nos sumus, deja setenta
morabatines; y finalmente, que para satisfacción de sus pecados,
hayan sus albaceas de distribuir diez mil *morabatines de oro
alfonsíes en limosnas a los pobres del condado y otros señoríos
del conde.
A don Guillen de Moncada dejó quinientos morabatinos,
y a los demás, a Berenguer de Morello, Pons de Casti* a Jacinto,
sobrino del conde, hijo de Pedro Martínez, * a cada uno; y así
mismo a muchos caballeros y *servidores suyos, que nombra en su
testamento, hace diversos *legados y mandas.
Quiere que sean
fundados cinco perpetuos aniversarios * uno en Almata, otro en Ager,
otro en Agramunt, otro en Pons, otro en Bellpuig, y deja, para
fundación y *dota de ellos, doscientos cincuenta morabatines, y que
le * de celebrar tal día como aconteciere el morir: y que Ager,
Balaguer, Pons, Agramunt, Albesa y Castilló sean fundados seis
cirios, de peso de una libra de cera cada uno, para llevar delante
del santísimo Sacramento, cuando fuere a los enfermos, y que sea
hecho un censo perpetuo de seiscientos sueldos, para vestir pobres en
Pons, Balaguer y Agramunt.
Y aunque es verdad que todas estas
instituciones fueron muy señaladas y pías, el día presente hay
poca memoria de ellas, así por haber subido el precio de las cosas,
como por haberse perdido muchas de las rentas se fundaron para ellas.
Lo que es más notable y duradero es la fundación del monasterio de
Predicadores de la ciudad de Balaguer, que
mandó fuese edificado
en la huerta o llano de Villanueva, cerquita del cabo de la puente
del río Segre, delante de la ciudad de Balaguer, uno de los mejores
y más apacibles sitios de Cataluña; y ordena que le sean comprados
libros, cálices de plata, cruces, paños y cualesquier ornamentos, y
todos los demás aparamentos y aderezos que fuesen necesarios, y un
censal de mil y quinientos sueldos de renta cada año, y le diesen la
agua fuese menester de la acequia que pasa junto aquel puesto, y que
hayan de vivir en él un prior y doce frailes: este convento no se
edificó hasta el año 1323, y para ello alcanzó el rey don Jaime
una bula del papa Juan XXII, dada en Aviñon, en que dio
licencia paras esta fundación. Es obra y edificio muy suntuoso y
bien labrado, todo de sillería, muy grande y capaz, con muchas y muy
buenas capillas, y dos claustros muy grandes y espaciosos: hay buenos
dormitorios, y todos los cuartos y oficinas necesarias para un gran
convento y de los mejores de la Corona; pues anduvieron en este
edificio tan liberales los testamentarios como el conde, si viviera.
Hay en la iglesia muchas sepulturas de caballeros de la ciudad de
Balaguer y condado de Urgel: en la capilla de san Pedro, mártir, hay
una caja * mármol, muy bien labrada, larga cuatro palmos, y en la
*dra que la cubre dos figuras que denotan ser de m*chos hijos del
rey, con sus coronas en las cabezas y esp* en las manos; las
almohadillas tienen bajo sus cabezas es* sembradas de escudos muy
pequeños, unos con los palos * Cataluña, otros con las armas de
Entença, señal cierto * de
los hijos de los infantes don Alfonso y doña Teresa de Entença.
El año 1636 algún curioso movió la tapa y * halló dentro de la
caja cosa alguna: pudo ser que el *tiempo *que ha pasado desde doña
Teresa de Entença hasta el d*
año, que son más de trescientos años, haya consumido *aquellos
cuerpecitos, o que de allí los hayan mudado a *Poblet o Almata,
donde dice el rey don Pedro en su historia que tienen sepultura sus
hermanos, que todos fueron *hijos de doña Teresa.
Este convento,
aunque de esta vez quedó tan magníficamente edificado, el año 1413
fue muy maltratado de la *gente de guerra del rey don Fernando el
primero de Aragón cuando asedió en aquella ciudad al último
conde de Urgel * y se alojó en el convento el tercio del duque de
Gandía, y *recibió mucho daño de la casa fuerte de la condesa,
que *estaba vecina a aquel lugar, aunque después se reparó el *daño
recibido, mandando el rey que Hernando de Bardaxí, *ector general
del condado de Urgel, pagase dos mil * florines de oro de Aragón,
para reparo de este *convento que de la guerra quedaba muy arruinado.
Despachó el rey *esta orden en Montblanc, a 3 de octubre de 1414.
Han *salido de este convento insignes religiosos en santidad y
letras: uno de ellos fue fray Bartolomé de Panadés, lector
de Sentencias en el sacro palacio, y después provincial de la
Corona, y fray Bartolomé de la Rápita, que también fue provincial;
y se han celebrado en este convento cinco capítulos provinciales, y
seis congregaciones.
Continuando la disposición del testamento
del conde, reconoció y declaró, que él ni sus antepasados no
tenían bovaje ni monedaje en los hombres de sus lugares, ni en los
vasallos de las iglesias del condado, ni en otras personas; y
reconociendo y confesando que todo lo que por ello había recibido
era injusto, quiere que sea plenariamente restituido a aquellos de
quien lo había exigido.
A los vasallos manda obedezcan a sus
albaceas en todo, correspondiendo con ellos, así como a él mismo,
si viviera. Y porque fuesen conservadas a sus vasallos sus franquezas
y privilegios, manda, que antes que su heredero o su sucesor,
cualquiera que sea, reciba el homenaje y juramento de sus vasallos,
les apruebe y confirme plenísimamente, y con
auto público,
todas las libertades, inmunidades y privilegios, en especial o en
general por él y sus pasados a ellos concedidos; y si aquellos a
quien tocare ejecutar su voluntad fueren en cumplirlo descuidados,
ruega al obispo de Urgel les obligue a ello, y suplica al rey no lo
impida; y que si alguno moviere pleito contra lo contenido en este su
testamento, haya de perder lo que le manda, aunque sea su heredero, e
instituye los pobres de Jesucristo nuestro Señor. Ratifica asímismo
la donación había hecho a Bernardo de Foix, del lugar de Vilaplana,
y a Ramón de Mur de ciertas rentas junto a Balaguer.
Tuvo el
condado como cuarenta y seis años, y fue el último de los condes de
la casa y linaje de Cabrera, que señorearon aquellos estados de
Urgel y Ager, y que tanto trabajaron por poseerlos pacíficamente.
Poseyéronle, con cortas interrupciones, por espacio de ciento y seis
años, que tantos pasaron desde la muerte de Armengol, el octavo, en
1208, hasta la de este conde, y a la postre se acabaron así como los
demás señoríos del mundo.