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domingo, 7 de julio de 2019

EL GUANTE DE CONRADINO PARA PEDRO III


128. EL GUANTE DE CONRADINO PARA PEDRO III (SIGLO XIII. PALERMO)

Estamos en plena efervescencia de las terribles y asoladoras pugnas en las que los güelfos (partidarios de los Papas) y los gibelinos (partidarios del Emperador) dividen y ensangrientan a la Europa del siglo XIII.

Entre los gibelinos más activos y comprometidos, destacaba el rey Manfredo de Sicilia, que a la sazón era suegro del rey Pedro III de Aragón desde dieciséis años antes de acceder éste a la corona aragonesa, puesto que se había casado con la hija de Manfredo, Constanza.

El Papa —como máximo representante de los güelfos y deseoso de tener a Sicilia como feudo de la Iglesia— persiguió con encono a Manfredo, destituyéndolo como rey y dando Sicilia a Carlos de Anjou, hermano menor de San Luis de Francia. Pero Carlos de Anjou sólo poseía Sicilia teóricamente, de modo que se vio obligado a ir a ganársela de manera efectiva por las armas.

Así es que organizó un ejército e invadió la isla, derrotando y matando a Manfredo. Poco tiempo después, Conradino, su sobrino, que se presentó como heredero legítimo, siguió idéntica suerte.
Sin embargo, Conradino, antes de morir ajusticiado en el patíbulo, protagonizó una escena que, si de momento no tuvo consecuencias palpables, sí dio frutos maduros algunos años más tarde. Con el porte muy digno, como un auténtico caballero que era, antes de entregar su cabeza al verdugo, paseó retador la mirada entre la multitud que estaba presente en la ejecución y, quitándose el guante que cubría su mano diestra, lo arrojó con fuerza hacia gentío como en demanda de un vengador.

La tradición y las crónicas sicilianas aseguran que recogió el guante lanzado por Conradino un conocido caballero siciliano llamado Juan de Prócida y que éste, pensando en quién pudiera ser capaz de poder hacer efectivo el reto, no dudó que ese era el rey de Aragón, así es que fue a entregárselo a Pedro III, yerno del rey ajusticiado por Carlos de Anjou, haciéndole de esta manera heredero de la venganza siciliana.





EL GUANTE DE CONRADINO PARA PEDRO III (SIGLO XIII. PALERMO)

II (texto sin revisar)

Cuando Pedro el Épico subió en 1276 al trono de Aragón, llevaba ya diez y 
seis años de matrimonio con Constanza, hija de Manfredo, rey de Sicilia y uno de los más firmes adalides de la causa gibelina. Constanza, en quien luego vino á recaer el trono de Sicilia, es la que el Dante llama generatrice 
dell'onor di Sicilia e d'Aragona.
Hacía ya mucho tiempo que oía hablar el mundo de güelfos y gibelinos, 
poderosísimos bandos, partidario el uno de los Papas, y de los Emperadores el 
segundo, influyentes y batalladores partidos, al último de los cuales, es decir, 
al gibelino, acabó por pertenecer el altísimo poeta sentenciado á ser quemado 
en estatua, y á quien, sin embargo, tantas estatuas habían de levantarse en el 
mundo, el mismo del que decían las matronas veronesas al verle pasar por las calles de Verona, solo y proscripto de Florencia, señalándolo á sus hijos: 
—¿ Veis ese hombre de túnica roja, coronado de laurel? Pues ese hombre ha estado en el infierno. 

Todas las cóleras de la Santa Sede cayeron sobre Manfredo el gibelino. Persiguióle el Papa, sin tregua, sin descanso, sin cuartel, y, ardiendo en deseos de tener á Sicilia como feudo de la Iglesia, ofreció el reino á Carlos de Anjou, hermano menor de San Luis, que fué rey de Francia, y tío de Felipe el Atrevido que entonces lo era. Aceptó Carlos, y con gran poder de franceses pasó á Sicilia para combatir á Manfredo de cuyas manos debía arrancar el reino que tan rumbosamente le daba el Papa... para cuando lo hubiese conquistado. 

Manfredo el excomulgado y Carlos el pretendiente, á la cabeza de numerosa hueste cada uno, se encontraron al pie de los muros de Benevento, y en sangrienta batalla recogió Carlos de Anjou la corona caída de la yerta frente de Manfredo, cuyo cadáver fué arrojado á los perros que vagaban errantes por las orillas del Verde. 

Conradino, gentil mancebo de diez y siete años, sobrino de Manfredo, se presentó á ocupar el trono de Sicilia. Fué vencido también, hecho prisionero y condenado á muerte. 

Vestido de púrpura estaba el cadalso, como dispuesto para regia pompa, encapotado el cielo y oscuro el día, como negándose el sol á presenciar el acto. Con varonil entereza subió el joven Conradino al patíbulo, y, antes de entregar al verdugo su cabeza, paseó una mirada por la multitud que en la plaza de Nápoles se agrupaba junto al tablado, y, descalzando el guante de su diestra, lo arrojó al gentío como en demanda de un vengador

La tradición y las crónicas sicilianas cuentan que recogió el guante un caballero de Sicilia llamado Juan de Prócida, quien fué á entregárselo al rey de Aragón, haciéndole heredero de la venganza siciliana. 

Esta leyenda dio origen á un drama de los Sres. Doncel y Valladares, que en los buenos tiempos del romanticismo recorrió con aplauso todos los teatros de España, titulado El guante de Conradino, y también, más recientemente, prestó asunto al poema dramático El guante del degollado, que vive aún en la escena catalana. 

Carlos de Anjou, teniendo por escabel los cadáveres de Manfredo y Conradino, subió al trono de Sicilia, á la que castigó con tanto desafuero, tanta venganza y tanta tiranía, que el pueblo le llamaba Carlos sin merced. Y así, víctima infeliz, fué subiendo Sicilia la cuesta de su calvario, hasta llegar el último día de Marzo de 1282, y con él el primero de su libertad. Fué aquél el día terrible y sangriento conocido en la historia por las Vísperas sicilianas. Al toque de vísperas, en Palermo, comenzó la matanza de los franceses, y el pueblo arboló la bandera de su independencia, arrojando á Carlos de Anjou y fijándose desde aquel momento la atención y las miradas de todos en Pedro de Aragón, esposo de Constanza, heredera legítima de aquel trono. 

Al ocurrir el sangriento suceso y catástrofe de las Vísperas, Carlos de Anjou se hallaba en Roma junto al Pontífice, y Pedro de Aragón en Cataluña preparando con urgencia, una escuadra poderosa, con todos los aprestos y armamentos de guerra y con mucha gente de armas de mar y tierra, sin que nadie supiera, sólo el rey, cuál debía ser el destino de aquella fuerza. // ....

jueves, 27 de junio de 2019

Ibn al-Balansi, Abd ar-Rahman, al-Hakam, Ubayd Allah

Os dirán que antes de 1238 no había ni valencianos, aunque de mucho antes hubo hasta príncipe musulmán apodado así.
Bat Ye'or; The Decline of Eastern Christianity under Islam, 1996.

In 210 <23 April 825>, Abd ar-Rahman b. al-Hakam sent a strong troop of cavalry commanded by Ubayd Allah - known by the name of Ibn al-Balansi,-  into Frank territory... 


Ibn al-Balansi, Balansiya, Valencia, València, Valéncia, Valénsia

WIKI:

Alhakén II, al-Hakam II o Alhaquén II (en árabe, الحكم بن عبد الرحمن, al-Ḥakam ibn ʿAbd ar-Raḥmān; Córdoba, 13 de enero de 915 – Id., 1 de octubre de 976) segundo califa omeya de Córdoba, desde el 16 de octubre de 961 hasta su muerte. Durante su reinado —uno de los más pacíficos y fecundos de la dinastía en la península—​ se amplió la mezquita de Córdoba,​ ciudad que alcanzó su apogeo del periodo califal.​ Es conocido asimismo como gran bibliógrafo y gobernante de gran cultura.

Sucedió a Abderramán III a los 47 años y nueve meses de edad, en el 962, continuando​ la política de su padre y manteniendo la paz y la prosperidad en al-Ándalus. No sólo sostuvo el apogeo al que llegó el califato con su padre, sino que con él alcanzó su máximo esplendor.

A los 8 años fue nombrado sucesor de Abderramán III, y su educación fue exquisita, participando intensamente en las actividades de gobierno, así como en las campañas militares, acompañando al califa en varias ocasiones. Conservó durante toda su vida gran aprecio por las artes y las letras.​ Cuando a la muerte de su padre se hizo cargo del poder contaba con 47 años y adoptó el título de al-Mustánsir bi-l-Lah («el que busca la ayuda victoriosa de Alá»). Hasta entonces, y pese a su unión con Radhia, no tuvo hijos.
Al llegar al trono la descendencia se hacía necesaria y logró dársela una concubina esclava, de origen vascongado llamada Subh (también llamada Zohbeya Aurora), a quien Alhakén dio el nombre masculino de Chafar.

Entre las primeras medidas que tomó al ser nombrado califa, se encontraba la reclamación al reino cristiano de León de las diez fortalezas que su rey, Sancho I, había prometido a su padre Abderramán III por el apoyo prestado en la disputa dinástica que aquél mantuvo con Ordoño IV y que le había permitido recuperar el trono en el 960.

Ante la negativa del rey leonés a cumplir su promesa, Alhakén acogió al depuesto Ordoño IV en la corte cordobesa prometiéndole reponerlo en el trono, lo que hizo que Sancho I se retractase y enviase una embajada a Córdoba con la promesa de cumplir lo pactado. Sin embargo, la muerte de Ordoño IV —en la propia Córdoba, en 962— motivó que Sancho I cambiase nuevamente de postura y concertase una alianza con el rey navarro García Sánchez I, con el conde castellano Fernán González y con el conde de Barcelona Borrell II para hacer frente al poderío del califa.

Alhakén inició en respuesta, en 963,​ una ofensiva militar que se ve culminada por el éxito al conquistar las plazas de San Esteban de Gormaz, Atienza y Calahorra lo que, unido a las crisis dinásticas que surgieron en los reinos cristianos, volvieron a colocar al califato cordobés en su posición de supremacía.​ Se reforzó además Gormaz como centro de defensa frente a cualquier embate castellano. En el 965, la muerte por envenenamiento de Sancho llevó al trono leonés al pequeño Ramiro III, de tres años; su minoría de edad y la regencia de su tía Elvira condujeron a la crisis del reino y el califato quedó árbitro de las numerosos disputas de sus señores feudales. No solo numerosos señores leoneses, sino también el nuevo conde castellano García Fernández y el rey navarro Sancho Garcés, se apresuraron a prestar homenaje a Alhakén a finales de la década de 960 y principios de la siguiente.

Se inició así un periodo de calma militar que se extendió hasta 974,​ cuando el nuevo conde castellano García Fernández, que había sucedido a Fernán González, aprovechando que el grueso del ejército califal se encontraba en África,​ atacó la plaza de Deza.​ García se alió con leoneses navarros y puso cerco a Gormaz en abril del 975. Su incursión que se vio acompañada en 974 por el asalto del también nuevo rey de León Ramiro III de la plaza de San Esteban de Gormaz. El retorno del general Gálib de su campaña africana puso fin a los ataques cristianos al vencerlos en las batallas de Gormaz (junio del 975), Langa Estercuel.

miércoles, 21 de julio de 2021

XVIII, LLUCH.

XVIII

LLUCH.

Son altes les montanyes, la verda cabellera D´alzines druïdenques cobreix los comallars; Lo Sol de Deu quant daura la matinal brumera Corona ´ls puigs de flames que lluhen com altars.



Et
erit in novissimis diebus praeparatus,
mons domus Domini in
vertice montium...
et fluent ad eum omnes Gentes.
(Isaiae,
cap. 2.) (*)

Son altes les montanyes, la verda
cabellera
D´alzines druïdenques cobreix los comallars;
Lo Sol
de Deu quant daura la matinal brumera
Corona ´ls puigs de flames
que lluhen com altars.

¡Lo vent be remoreja! ¡Lo bosch es un
sagrari!
Ressonan dins la selva les primitives veus;
Y surten
les sibiles del Lúcus, ab desvari,
Y ´ls sacerdots gentílichs
vestits ab blanchs arreus.

Remors de la Velluria, passáu com
un oratje;
Les áligues s´axecan del cim de los turons;
Raigs
de sol juguetejan baix lo fullam selvatje
Ab gotes de rosada que
penjan dels brostons.

(*) Esta oda obtingué “Menció
honorífica”, en lo certámen de les Fires y Festes, celebrat á
Palma lo día 15 de Setembre de 1881.



XVIII
LLUCH.

Son
altas las montañas; la verde cabellera de druídicos encinares ondea
en sus vertientes: el Sol de Dios, cuando enciende las brumas de la
mañana, corona de llamas las cumbres, que como altares
brillan.

¡Suspira fuerte el viento! ¡El bosque es un
sagrario! Resuenan en lo interior de la selva, las voces de los
habitantes primitivos. Las sibilas salen del Lúcus, tocadas de
divino furor; y aparecen los sacerdotes del Gentilismo, envueltos en
blancas vestiduras.

Voces de los antiguos tiempos, pasad como
la brisa. Levántanse las águilas sobre la cima de los cerros; rayos
de sol juguetean, bajo el nudoso ramaje, con gotas de rocío que
penden de los mirtidanos.







Brancams
de les pinedes, violetes de la vía,
Perfums de les boscuries,
olors del vent suau,
Formem un incesari pe´l trono de María;
Que
´ls núvols repartescan l´aroma en lo cel blau.

Fontanes
abscondides, brolláu, brolláu depressa;
Cantáu ab més dolçura,
rossinyolets de nit;
Y ab vostres harmoníes oferirèm
expressa
Cançó á la Santa Verge del fons de nostre pit.

Ací,
en mig de les penyes, s´eleva ´l Santüari;
L´Amor en antichs
setgles sos fonaments alçá.
¿De los moderns tal volta malnat
alè contrari,
Per odi trabucarlos voldría?... ¡No podrá!

Sobre
estes santes lloses, devant la negra Imatge
De la celestial Verge,
posaren sos genolls
Los qui la gloria cercan, los qui li fan
estatje,
Los afanyats de ditxa, los qui n´están sadolls.

Lo
rey sa real corona, lo duch sa forta espasa,
Lo llaurador sa
rella, sa barca ´l mariner,
Sagraren á María dins esta santa
Casa;
Y´l poble baleárich d´amor li feu dosser.

Los qui
´ls verjers colturan de Sóller y Pollença,
Omplint á grans
faldades lo porxo de fruyts d´or;
Los qui ab les ones lluytan,
d´Andratx en la defensa;
Los qui´ls rahims trapitjan morats de
Manacor;
Ramas de los pinares, violetas del camino, perfumes de
las selvas, olores de los céfiros, formemos incensario para el trono
de María: que las nubes repartan este aroma por el azulado cielo.




Ocultas
fuentecillas, saltad, saltad apresuradamente; cantad, cantad,
melodiosos ruiseñores de la noche; y con vuestras armonías
ofreceremos á la Santísima Vírgen expresa cancion, salida del
fondo de nuestro pecho.

Aquí, en medio de las peñas, se
levanta el Santuario. El amor en remotos siglos echó sus cimientos.
¿Tal vez los modernos abrigan en contra malsanas aspiraciones, y por
odio volcarlos quisieran?... ¡No podrán!

Sobre estas santas
losas, ante la negra Imágen de la celestial Vírgen, doblaron sus
rodillas los que buscan la gloria, los que ya la poseen, los afanosos
de felicidad, los que están hartos de ella.

El rey su real
corona, el capitán (lo duch) su invencible espada, el
labrador su arado, el marino su buque, consagraron á María bajo las
bóvedas de esta Santa Casa; y todo el pueblo balear le preparó en
ella el magnífico solio del amor.

Los que cultivan los
verjeles de Sóller y Pollenza, almacenando en sus desvanes el
abundante fruto de oro; los que, por el buen nombre de Andratx,
desafían el poder de las olas; los que pisan en el lagar las moradas
uvas de Manacor;


La mare carinyosa qu´espera la
tornada
Del qui la mar inmensa per son deber solcá;
L´esposa
benehida, la jove enamorada,
Lo noy ple d´esperances, lo consirós
anciá;

Tots pujan estes costes, tots duhen presentalles,
Per
ornar de María lo noble camaril;
Tots li demanen força del mon
en les batalles,
Y esperan obtenirne les gracies mil á mil.

Oh
santa Verge nostra, perleta mallorquina,
Sis setgles fa
qu´ascoltas la veu dels insulars;
Sis setgles fa qu´est trono de
forma gegantina
Bastiren, perque fosses la Reyna de ses
llars.

Has vist de nostra historia passar totes les gestes;
Al
peu de tes montanyes están los mallorquins;
¡Llibèrtalos,
Senyora, d´iniquitats ferestes,
Y de la bella Patria goberna los
confins!

Agost de 1881.





La
cariñosa madre que aguarda la vuelta del que, en cumplimiento del
deber, atravesó el inmenso mar; la bendita esposa; la jóven
enamorada; el niño, de esperanzas lleno; el anciano
meditabundo;


Todos suben estas cuestas, todos traen ex-votos
para colgar en el antiguo camarin de María; todos la suplican les dé
fuerzas en los combates del mundo; y esperan obtener de ella mil y
mil gracias.


Oh Santa Vírgen nuestra, brillante perla
mallorquina; seis siglos hace que escuchas la voz de los isleños;
seis siglos hace que te levantaron este trono de gigantesca forma,
para que fueses la Reina de la Isla.


Has visto pasar los
sucesos de nuestra historia; al pié de tus montañas están los
mallorquines. ¡Señora, libértalos de feroces iniquidades; sé Tu
el piloto de esta bella patria!


(V. nota 13.)

https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_Lluc

sábado, 29 de junio de 2019

CÓMO ACCEDIÓ RAMIRO I AL TRONO DE ARAGÓN


91. CÓMO ACCEDIÓ RAMIRO I AL TRONO DE ARAGÓN
(SIGLO XI. NÁJERA)


CÓMO ACCEDIÓ RAMIRO I AL TRONO DE ARAGÓN  (SIGLO XI. NÁJERA)


Transcurría el siglo XI y nos hallamos en la corte pamplonesa del palacio real de Nájera. El rey Sancho III el Mayor, requerido por diversos e importantes asuntos, tuvo que abandonar el palacio real dejando allí a los infantes y a la reina, a la que encomendó personal y expresamente, entre otras cosas, la custodia de su caballo preferido.
Habían transcurrido pocos días cuando don García, el hijo primogénito de los reyes, pidió permiso a la reina, su madre, para que le dejase montar el caballo favorito del rey. Insistió tanto el infante que, a pesar de las recomendaciones al respecto del propio Sancho III, a punto estuvo de acceder, pero se lo desaconsejó un caballero de la corte.
Quedó enojado García por la negativa materna y para vengarse, contando con el beneplácito de su hermano Fernando, acusó a la reina de adulterio con el caballero que la había asesorado, jurando ante el rey que era verdad cuanto decía, para lo cual ponía por testigo a don Fernando, su hermano.
Sancho III el Mayor, tras dar crédito a la gravísima acusación de sus hijos, condenó a la reina, conminándole a que buscase un caballero que luchara por ella y la salvase, como era costumbre de la época. Nadie quiso indisponerse contra los infantes y la reina quedó totalmente desvalida, pero ante semejante situación, ofrecióse a lidiar en su nombre su hijastro, don Ramiro, que creía en la inocencia de su madrastra.
Casi al mismo tiempo que sucedían estos hechos, los infantes, apesadumbrados por el cariz que había tomado el asunto, confesaron a un monje najerense la trama urdida, y éste se lo contó al rey, que inmediatamente exculpó a su esposa.
Esta, agradecida a Ramiro por su valentía y fidelidad, logró que Sancho III el Mayor le nombrara heredero de sus tierras de Aragón. Así fue como Ramiro se convirtió en el primer rey de Aragón, donde gobernaría con el nombre de Ramiro I, destacando en su lucha contra los moros, incluido el rey de Huesca, al que venció en dos batallas.

Ramiro I, destacando en su lucha contra los moros, incluido el rey de Huesca, al que venció en dos batallas.



[Zurita, Jerónimo, Anales..., libro I, págs. 73-74.

Ubieto, Antonio, Crónica de los Estados Peninsulares, págs. 118-119.]




WIKI Ramiro I:

Ramiro I de Aragón (ca. 1006/7-8 de mayo de 1063) es considerado como el primer rey de Aragón​ (1035-1063) al que añadió los territorios de Sobrarbe y Ribagorza desde la muerte de su hermanastro Gonzalo en 1045, intitulándose así pues rey de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza.


Conquistó, aliado con Arnal Mir de Tost y el Condado de Urgel de Armengol III, los castillos de Laguarres, Lascuarre, Falces, Viacamp y Benabarre, e intentó tomar la poderosa fortaleza de Graus al rey de la taifa de Saraqusta Al-Muqtadir —quien contó con la ayuda de la mesnada del aún infante Sancho II de Castilla en cuyo ejército figuraba un joven Cid de alrededor de catorce años: Rodrigo Díaz—, pero Ramiro I murió en el transcurso de esta operación bélica, seguramente a manos de un experto soldado de Al-Muqtadir.

Hijo de Sancho el Mayor de Pamplona y de Sancha de Aibar, contrajo matrimonio con Ermesinda de Aragón, una hija de Bernardo Roger de Foix, con lo que inició una tradición de alianza entre el reino aragonés y el condado ultrapirenaico, que se prolongaría por varios siglos. Estableció también alianzas con el Condado de Urgel, casando a su primogénito Sancho Ramírez con una hija de Armengol III de Urgel (a quien además dio en matrimonio a su hija Sancha) para así oponerse a las ansias expansionistas del conde de Barcelona Ramón Berenguer I en la zona del Cinca medio.

En 1045, a la muerte de su hermano Gonzalo, se anexionó los condados de Sobrarbe y Ribagorza que correspondía regir a su hermano García,​ unificando así los tres condados, junto con el de Aragón, que iban a formar el nuevo reino.

Instituyó un «obispo de Aragón» con sede en San Adrián de Sásabe; su hijo Sancho Ramírez convertirá posteriormente Jaca (que en tiempos de Ramiro era solo una aldea) en una ciudad que se convertirá en capital del reino y albergará la sede episcopalhttps://www.diocesisdejaca.org/

Hijo natural de Sancho el Mayor, rey de Pamplona, y una joven llamada Sancha de Aibar o Aybar, de la nobleza de las tierras de Aibar.

Representación heráldica de la Cruz de Íñigo Arista, una cruz patada apuntada en su brazo inferior cuando es de plata y figura sobre un franco-cuartel, sobre campo de azur. Aparece por primera vez en el siglo XIV, cuando la adopta Pedro IV el Ceremonioso como «armas antiguas de Aragón».
Después de la muerte de Sancho el Mayor, heredó el trono su hijo primogénito legítimo García Sánchez III el de Nájera, que gobernaba en todo el territorio paterno. A su hermano Ramiro se le había adjudicado la honor del espacio aragonés, y se proclamó baile en las tierras del Aragón que había recibido de su padre con trono en Jaca. Muy pronto se enfrentaron en la batalla de Tafalla y Ramiro inició una dinastía nueva en el reciente reino de Aragón tras usurpar los derechos de Gonzalo, que regía las rentas reales en Sobrarbe y Ribagorza.

Ramiro había sido el primer varón nacido de Sancho el Mayor pero era un hijo natural, fuera del matrimonio legítimo, con lo que quedó apartado de la primogenitura. Sin embargo nunca se consideró hijo bastardo, pues toda la documentación de la época se refiere a él como regulus, el mismo tratamiento que recibieron sus hermanos menores, y creció en la corte con su madre Sancha, tutora de Sancho III durante su minoría de edad entre 1004 y 1011, periodo en el que fue concebido Ramiro.

En su documentación auténtica el monarca aragonés se tituló como Ramiro, hijo del rey Sancho, sin usar el título de rey, pero no se consideró carente de legitimidad regia y actuó en todo momento ejerciendo a todos los efectos la potestas regia. En cualquier caso, recibió la fidelidad de los condes, barones y señores aragoneses en los que apoyó su autoridad. Aunque él mismo no se tituló rey, sí lo hicieron sus coetáneos, en documentos tanto aragoneses como navarros y castellanos. Aparece en ellos citado como rex Ranimirus, Ranimiri regis o meo regi entre otras expresiones. Así fue considerado por sus vasallos, reyes contemporáneos a Ramiro I y notarios. Los reyes de Pamplona García Sánchez III y Sancho Garcés IV el de Peñalén también le otorgarán el título de rey. Del mismo modo lo considerará su hijo y heredero Sancho Ramírez, al roborar como ego Sancius Raminiro regis filio 'yo Sancho hijo del rey Ramiro'.

Sentó las bases del que sería el Reino de Aragón garantizando la sucesión de su linaje al casar con Ermesinda, hija de Bernardo Roger, conde de Foix-Bigorra, en 1036, con la que tuvo a Sancho Ramírez, a García Ramírez (que posteriormente sería obispo de Jaca) y tres hijas más, Sancha, Urraca y Teresa. Con ello la continuidad dinástica estaba garantizada.

Con el tiempo fue rodeándose de nobles de su confianza, a los que asignó tenencias en castillos estratégicos. Reafirmó, además, la figura del obispo de Aragón aragonensis episcopus—, al que otorgó un monasterio, San Adrián de Sásabe y un cuantioso patrimonio, para ganarse el favor de la prelatura en su tarea de consolidación del poder.


signum regis, sello real, Ramiro I de Aragón


El signum regis era la firma que identificaba al rey en los documentos y remitía a la Cruz de los ejércitos empleada por las tropas cristianas en la batalla hasta el siglo XI. Posteriormente, Pedro IV el Ceremonioso lo identificó en el siglo XIV como la Cruz de Íñigo Arista y le atribuyó el carácter heráldico de antiguas armas de Aragón.
Tras hacerse con el control a partir de 1043 de los condados de Sobrarbe y Ribagorza a la muerte de su hermano Gonzalo, que nunca habitó en aquellos territorios, tuvo que entrar en pugna por los ricos territorios musulmanes a los que se accedía a través de la vía natural de la cuenca del Cinca. Las sustanciosas parias que pagaba el rey taifa de Saraqusta para evitar el ataque cristiano se las disputaban además de Aragón, el conde de Urgel, el de Pallars y el conde de Barcelona Ramón Berenguer I.

Para frenar el empuje de Ramón Berenguer de Barcelona, Ramiro I acordó un doble matrimonio de su hija Sancha con Armengol III de Urgel, y de Isabel, hija del conde urgelino, con su propio hijo primogénito Sancho Ramírez, el heredero al trono de Aragón. De este modo el Condado de Urgel y el Reino de Aragón establecen una sólida alianza, y la unión de sus fuerzas permitió a Ramiro conquistar los castillos de Laguarres, Lascuarre, Capella, Caserras, Falces, Luzás, Viacamp y Benabarre, con lo que impedía a Ramón Berenguer I —que había comprado castillos en la zona, en tierras que los condes catalanes JA JA JA reconocieron pertenecer al condado de Ribagorza como parte del reino de Aragón—​ el acceso al Cinca. La tenencia de Benabarre fue entregada al vizconde de Tost Arnal Mir, quien también se había convertido en aliado del rey aragonés.

Estos avances le hicieron concebir la idea de dar el asalto a la poderosa fortaleza de Graus, que el rey de Zaragoza Al-Muqtadir fue a defender en persona al frente de un ejército que incluía un contingente de tropas castellanas al mando de Sancho, el futuro Sancho II de Castilla, que pudo contar en su mesnada con el joven caballero Rodrigo Díaz, conocido posteriormente como «El Cid». Al-Muqtadir primeramente perdió las plazas de Torreciudad y Fantova, al norte de Barbastro, y la balanza parecía inclinarse del bando cristiano,​ pero finalmente consiguió rechazar a los aragoneses que perdieron en esta batalla a su rey, al parecer asesinado por un soldado árabe, llamado Sadaro o Sadada, que hablaba romance y que, acercándose al real de Ramiro I disfrazado de cristiano, le clavó una lanza en la frente. Murió ante las puertas de Graus el 8 de mayo de 1063.

Pese a la muerte de Ramiro I, su sucesor Sancho Ramírez y Armengol III de Urgel continuaron con un proyecto emprendido por el difunto rey y que contó con el apoyo del papa, que convocó a tropas francesas para emprender la cruzada de Barbastro que acabó con éxito en 1064. La importante ciudad musulmana pasó a formar parte del Reino de Aragón y su gobierno fue confiado como tenencia a Armengol III. Pero la permanencia en poder cristiano fue efímera, pues un año después sería reconquistada por la taifa de Zaragoza. En 1065 murió el conde de Urgel en tierras de al-Ándalus, probablemente en Monzón.

Ramiro I contrajo dos matrimonios sucesivos:

Su primer matrimonio fue con Gisberga, hija del conde Bernardo Roger de Foix, a quien entregó carta de arras el 22 de agosto de 1036. Gisberga en su bautizo pasó a llamarse Ermesinda.
De este matrimonio nacieron:

Sancho Ramírez.
Sancha de Aragón (1045-entre el 5 de abril y el 16 de agosto de 1097), casada con Armengol III de Urgel, tras enviudar de ese matrimonio, tuvo un relevante papel al servicio de la política de su hermano el rey Sancho Ramírez, dirigió el monasterio de Siresa e incluso llegó a regir el obispado de Pamplona entre 1082 y 1083.
García Ramírez (hacia 1046-17 de julio de 1086), obispo de Aragón (1076-17 de julio de 1086) y de Pamplona (1076-1082).
https://es.wikipedia.org/wiki/Garc%C3%ADa_Ram%C3%ADrez_(obispo_de_Arag%C3%B3n_y_de_Pamplona)
Urraca, que fue monja en Santa Cruz de la Serós.
Teresa o Taresa, casada con Guillermo Bertrand de Provenza.

// Aquí hay un lío : Con Inés de Aquitania (1025-1097) era hija del duque Guillermo V de Aquitania, se casó en fecha desconocida, aunque antes del 10 de octubre de 1054, fecha en la que aparecen juntos por primera vez en la documentación medieval. No se conoce descendencia de este matrimonio.
http://fmg.ac/Projects/MedLands/AQUITAINE.htm#_Toc276227873
//

Fuera de matrimonio, y antes de contraerlo, tuvo de doña Amuña (Amuina) un hijo natural:

Sancho Ramírez con diversas posesiones en las actuales Navarra y Aragón.


  • Durán Gudiol, Antonio (1993). Ramiro I de Aragón. Zaragoza: Ibercaja. ISBN 84-87007-90-2.
  • Lapeña Paúl, Ana Isabel (2004). Sancho Ramírez, rey de Aragón (¿1064?-1094) y rey de Navarra (1076-1094). Gijón: Ediciones Trea. ISBN 84-9704-123-2.
  • Montaner Frutos, Alberto (1998). El Cid en Aragón. Zaragoza: Caja de Ahorros de la Inmaculada; Edelvives. ISBN 84-88305-75-3.
  • Sesma Muñoz, José Ángel (2000). «El establecimiento de la monarquía aragonesa». La Corona de Aragón. Colección Mariano de Pano y Ruata, 18. Zaragoza: Caja de Ahorros de la Inmaculada. pp. 19-29. ISBN 84-95306-80-8.
  • Ubieto Arteta, Antonio (1960). El título de rey en Aragón. «Estudios en torno a la división del reino por Sancho el Mayor de Navarra». Príncipe de Viana (Pamplona: Gobierno de Navarra: Institución Príncipe de Viana). pp. 175-182. ISSN 0032-8472.
  • Viruete Erdozáin, Roberto (2008). Aragón en la época de Ramiro I. Zaragoza: Universidad de Zaragoza. ISBN 978-84-692-2032-0.

domingo, 14 de julio de 2019

ALFONSO V NACE ENTRE TERREMOTOS Y ESPANTO

131. ALFONSO V NACE ENTRE TERREMOTOS Y ESPANTO
(SIGLO XIV. VALENCIA)

ALFONSO V NACE ENTRE TERREMOTOS Y ESPANTO  (SIGLO XIV. VALENCIA)


En casi todas las culturas y pueblos, se hayan desarrollado más o menos, es bastante habitual buscar señales extraordinarias —generalmente de carácter sideral, sobrehumano o sobrenatural— para tratar de significar ante los demás mortales a determinadas personas.
El futuro Alfonso V el Magnánimo —hijo del Trastámara con el que se instauró esta dinastía en Aragón tras el Compromiso de Caspe— tuvo, sin duda, las suyas.

Un dietario redactado en Valencia, repleto de innumerables noticias de toda índole, nos describe de manera sucinta cómo en el año de la Natividad de 1396, lunes, día 18 del mes de diciembre, conmemoración de la Expectación de la gloriosa Virgen María, a la hora en la que las campanas tocaban a misa en la seo valenciana, tuvo lugar un impresionante terremoto y un gran espanto en todo el reino de Valencia.

Tal debió ser la intensidad del seísmo que se derrumbaron tanto iglesias de cimientos profundos como pequeñas ermitas; se abatieron enormes castillos roqueros y se hundieron casas modestas hechas de adobe por doquier. Fue tanto y tan grande el daño producido por el terremoto en todo el reino que fue causa de grandísimo dolor.

Luego se supo y se relacionaron ambos hechos que, a muchos kilómetros de distancia, en aquel año, en el mismo día y a idéntica hora, nacía en Castilla el infante don Alfonso, primogénito de don Fernando —hermano del rey de Castilla—, el cual don Fernando fue rey de Aragón, con el nombre de Fernando I de Antequera. Luego, a la muerte de este último, fue rey de Aragón el dicho don Alfonso —Alfonso V—, autor de grandes y maravillosos actos.

[Cabanes, Mª Desamparados, Dietari..., pág. 105.]



Alfonso V de Aragón (Medina del Campo, 1396 - Nápoles, 27 de junio de 1458), llamado también el Magnánimo y el Sabio,​ entre 1416 y 1458 fue rey de Aragón, de Sicilia, Valencia, Mallorca, Cerdeña y Córcega, conde de Barcelona, duque de Atenas y Neopatria, así como conde de Rosellón y Cerdaña; y entre 1442 - 1458 rey de Nápoles.

//

Nos Alphonsus Dei gratia Rex Aragonum, Siciliae, Valentiae, Maioricarum, Sardiniae et Corsicae, Comes Barchinonae, Dux Athenarum et Neopatriae, ac etiam Comes Rossilionis et Ceritaniae

//

Era el hijo primogénito del regente de Castilla Fernando de Antequera y posteriormente rey de Aragón con el nombre de Fernando I, y de la condesa Leonor de Alburquerque. Pertenecía, por tanto, a la Casa de Aragón por ser nieto de Leonor de Aragón (ya que la dignidad real aragonesa podía transmitirse por línea femenina)​ y al linaje Trastámara por ser nieto de Juan I de Castilla.


El 28 de junio de 1412 se convierte en heredero al trono de la Corona de Aragón cuando su padre fue proclamado rey tras el llamado Compromiso de Caspe y tres años más tarde, el 12 de junio de 1415, en la catedral de Valencia, contrae matrimonio con su prima la infanta María hija de Enrique III de Castilla y de Catalina de Lancáster.


El 2 de abril de 1416, tras el fallecimiento de su padre le sucede como rey de Aragón y de los demás reinos de los que era titular.


En las Cortes de 1419 tendrá un enfrentamiento cuando la nobleza catalana formó una liga de barones, villas y ciudades reclamando a Alfonso V que redujera el elevado número de miembros de la nobleza castellana elegidos para cargos de gobierno, lo que hizo que el monarca redujera y reorganizara la Casa Real.


En 1448, Alfonso V dicta desde Nápoles, donde había instalado la corte, una provisión que permitía a los payeses reunirse en un sindicato para tratar la supresión de los malos usos. Los propietarios de las tierras se oponen a la medida y la hacen fracasar. El tema volverá sin embargo en 1455 cuando Alfonso dicta la conocida como “Sentencia interlocutoria” en la que suspende las servidumbres y los malos usos, medida que en 1462, ya reinando Juan II de Aragón provocará la primera guerra remensa.


Juan II ocupaba el trono castellano desde 1406 tras la muerte de su padre Enrique III, quien en su testamento y debido a que al acceder al trono Juan sólo contaba con poco más de un año de edad, había dispuesto que la regencia del reino la desempeñaran su viuda Catalina de Lancaster y el infante Fernando de Trastámara.


Al ser coronado Fernando rey de Aragón en el Compromiso de Caspe (1412), dejó a sus hijos, los infantes de Aragón Juan II de Navarra y Enrique, como sus lugartenientes en Castilla para defender sus intereses.


En 1419, Juan II de Castilla alcanza la mayoría de edad y pretende librarse de la influencia de los Infantes. Tras el golpe de Tordesillas y el fracasado cerco del castillo de La Puebla de Montalbán a finales de 1420, delega todo el poder en el nuevo Condestable de Castilla Álvaro de Luna, lo que dará lugar a una larga e intermitente guerra civil entre dos bandos: el primero formado por don Álvaro y la pequeña nobleza, y el segundo formado por los infantes de Aragón y la alta nobleza, apoyados por Alfonso V desde Aragón.

Constitutio Alphonsi V Aragon. Regis (1423)

Sin embargo, el enfrentamiento que surge entre los propios infantes por el poder provoca que la influencia aragonesa en Castilla corra peligro, por lo que Alfonso V, que se encontraba en Nápoles, decide retornar a la Península. En 1425 tras acusar a Álvaro de Luna de usurpador del gobierno, logra reconciliar a sus hermanos los infantes y, aunque consigue en un primer momento, 1427, que el Condestable de Castilla sea desterrado a Cuéllar, no pudo evitar su retorno vencedor al año siguiente.


Alfonso V, entre 1429 y 1430, se enzarza en una guerra contra su primo Juan II de Castilla y la política del valido Álvaro de Luna para apoyar a sus hermanos los infantes pero, cuando ambos bandos se encontraban, cerca de Jadraque, frente a frente para entablar batalla, la intervención personal de la reina castellana María de Aragón, hermana de Alfonso V, la evitó.


En 1432 Alfonso retorna a Italia y, en 1436, se firma la paz con Castilla mediante un tratado en el que los infantes abandonaban el reino castellano a cambio de percibir rentas anuales.


Representación heráldica ecuestre del rey de Aragón («Le Roy | d’Aragon») Alfonso V el Magnánimo con el señal real en sobreveste y gualdrapas del caballo

Representación heráldica ecuestre del rey de Aragón
(«Le Roy d’Aragon») Alfonso V el Magnánimo con el 
señal real en sobreveste y gualdrapas del caballo en el Armorial ecuestre del Toison d'Or. París, Bibliothèque de l’Arsénal, ms. 4790, f. 108r, miniatura n.º 228.

Más en la wikipedia ...

  1. Alberto Montaner Frutos, El señal del rey de Aragón: Historia y significado, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 1995, págs. 24-25; Ana Isabel Lapeña Paúl, Ramiro II de Aragón: el rey monje (1134-1137), Gijón, Trea, 2008, pág. 184; Ernest Belenguer, «Aproximación a la historia de la Corona de Aragón», en Ernest Belenguer, Felipe V. Garín Llombart y Carmen Morte García, La Corona de Aragón. El poder y la imagen de la Edad Media a la Edad Moderna (siglos XII - XVIII), Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEACEX), Generalitat Valenciana y Ministerio de Cultura de España - Lunwerg, 2006, pág. 26; Adela Mora Cañada, «La sucesión al trono en la Corona de Aragón», en El territori i les seves institucions històriques. Actes de les Jornades d’Estudi. Ascó, 1997, vol. 2, Barcelona, Pagés (Estudis, 20), 1999, vol. 2, págs. 553-556 y Carlos Laliena Corbera y Cristina Monterde Albiac, En el sexto centenario de la Concordia de Alcañiz y del Compromiso de Caspe, coord. por José Ángel Sesma Muñoz, Zaragoza, Gobierno de Aragón, 2012, pág. 5.
  2. Alberto Montaner, «La problemática del número de elementos en las armerías medievales: diseño frente a representación»,
    Miguel Metelo de Seixas y Maria de Lurdes Rosa (coord.), Estudos de Heráldica Medieval, Lisboa, Instituto de Estudos Medievais; Centro Lusíada de Estudos Genealógicos e Heráldicos, 2012, págs. 125-142; cfr. esp. pág. 130, fig. 2. ISBN 978-989-97066-5-1

jueves, 29 de julio de 2021

Á L´HORA DEL TRENCH DE L´AUBA.

II


Á
L´HORA DEL TRENCH DE L´AUBA.



MEDITACIÓ
Y SÚPLICA.



Deus, Deus meus,
Ad Te de luce vigilo.
(Salm LXII.)







Ab
la llum matinera de la diada,
Ab les gayes cançons del
passerell,
Oh Deu, mon Deu, desperta
L´ánima mía, pren
assedegada
Son vol rápit envers vostre Escambell.







II


Á
LA HORA DEL ALBA.




MEDITACION
Y SÚPLICA.



Con
la primera luz del día, con las alegres canciones de los pajarillos,
oh Dios, Dios mío, despiértase mi alma, y toma, sedienta de Ti, su
rápido vuelo hacia tu Trono.





Jau
lo còs en lo llit, mes ab dalera
Mon pensament s´enlayra fins á
Vos.



¿No
sou font sanitosa
Que la carn esmortuida regenera,
Que fa
s´alegri l´esperit dolrós?



Del
erm los solitaris en esta hora
La salmodia començan del matí;
Al
sò d´una campana,
Que´s sent de los pinars per més enfora,
Ab
fe us demanan lo socors diví.



Pare
nostre, qu´estau en les altures,
De resplendentes glories
rodejat,
Com l´ermitá us imploro;
Permeteume que conte
desventures,
Que us demane consol per caritat.



¿Lassa
còm no ha d´estar l´ánima mía
Si per tot vostre Nom veig
malehir,
Y, ensenyorint la terra,
Axecarse ab ergull la
flastomía,
Fahent als hòmens del Creador fugir?







Aun
ántes de levantarse de la cama el cuerpo, anheloso mi pensamiento se
remonta hasta Ti. ¿No eres la fuente de salud, que regenera la
enfermiza carne, que alegra el doliente espíritu?

Los
solitarios del yermo principian ahora la salmodia matutina; al són
de una campana, que resuena más allá de los pinares, con fe
impetran de Ti divino auxilio.



Padre
nuestro, que estás en los Cielos, rodeado de resplandeciente gloria;
como el ermitaño te imploro. Permíteme que te cuente desventuras;
que por caridad te suplique me consueles.



¿Cómo
no ha de estar angustiada mi alma, si por do quiera oigo maldecir tu
santo Nombre? Írguese estólida la blasfemia, enseñoreándose del
mundo; los hombres huyen de su Creador.





Lo
Regne de la pau y la bonesa
Que Vos vinguéreu á establir al
mon,
´Par que retut ne quedi.



Triunfa
lo mal, s´engrexa la vilesa,
Floca la guerra, la justicia´s
fón.



La
Voluntat del univers regina,
Qui del no-rés tragué los mars, la
llum,
La gran naturalesa;
La Voluntat, dels ángels lley
divina,
Menysprehada n´es de vanitat pe´l fum.



Guaytáu,
Senyor, desde lo trono altíssim,
Guaytáu... No hi há nengú que
fassa ´l bé;
La miseria ´ns atupa;
Per moltes parts hi falta
lo suavíssim
Pa d´esperit, y´l de lo còs també.



¡Ah!
Si d´amor la font veym estroncada
Y l´arbre de la ciencia
enmatzinat,
Si´l cor y el seny patexen;
La descarnida fam, la
set irada,
Del còs de molts gaudexen á ciutat.







El
Reino de la paz y la bondad, que Tú viniste á establecer en el
mundo, aparece derrotado. El mal triunfa, se engorda la vileza, es
aclamada la guerra, desconócese la justicia.

La Voluntad
reina del universo, que de la nada sacó los mares, la luz, la
grandiosa naturaleza; la Voluntad, divina ley de los ángeles; es acá
abajo despreciada, por el humo de los vanos caprichos.



Mira,
Señor, desde tu trono altísimo; mira... Nadie practica el bien. La
miseria nos azota. En muchas partes falta el dulce pan del espíritu,
y áun el del cuerpo.



¡Ah!
que se ha secado la fuente del amor; que se ha envenenado el árbol
de la ciencia. El corazon y el entendimiento sufren. Y por cima de
eso, la descarnada hambre, la rabiosa sed, se apoderan de muchos
infelices en las ciudades modernas.







Y
´ls contratemps los hòmens no sofferen,
Y, omplerts d´enveja y
de mortal rencor,
Foch del infern vomitan;
Los deutes de son
pròxim no alleugeran,
Y ´ls oys cobejan enjegant
l´amor...

L´ánima mía fins al moll dels òssos
Assabarada
d´amargor está.



L´ampla
terra consiro,
Y l´infantívol innocencia, trossos,
Ab vell
vestit, despellissada vá.



Aydat
de los plahers ab la falsía
Per fernos renegar vé el
tentador;
Ens breça, ens afalaga;
Per places y carrers, de nit
y día,
Rialler presenta lo pecat traydor.



¡Oh
Pare, Pare nostre!, ¿ens abandona
La omnipotencia? La que ´ls
lliris vest;



Y
á les aus boscatanes
En lo xarmat ivern socors les dona,
¿A
Satán nos entrega que ´ns envest?







Y
los hombres no soportan con paciencia los contratiempos; y, comidos
de envidia y de mortal rencor, vomitan fuego del infierno. No
perdonan las faltas del prójimo; abrigan, sí, los odios, cerrándose
al amor fraternal.



Mi
alma está anegada en amargura, hasta los tuétanos. Contemplo la
redondez de la tierra: la cándida inocencia anda por ahí
destrozada, con viejos arreos, horriblemente andrajosa.



Ayudado
de los falsos placeres, para hacernos apostatar, viene el tentador.
Nos acaricia, nos halaga; por calles y plazas, de noche y de día,
nos presenta risueños los más infames vicios.



¡Oh
Padre, Padre nuestro!, ¿nos abandona la omnipotencia? La que viste
los lirios del valle, y en el desnudo invierno ampara las aves del
bosque, ¿nos entrega á la furia de Satán?







¡No,
per ditxa!... Lo sol sa llum destrena,
Y de la boyra axuga ´l
regalim;
Sol de la pura gracia,
Envïaunos un raig de llum
serena,
Calor qu´axugui dels pecats lo llim...

Vejentme
past de l´infernal llobera,
Moltes vegades invoquí ´l sant
Nom;
Vos lo crit exoíreu
Y me lliuráreu de l´horrible
fera,
Perque sou sempre el lliurador del hom.



Aveníu,
donchs, bon Deu; per la clemencia,
Per la Mare puríssima eus ho
dich;
Ohíu la humil pregaria.
¡Daunos ajuda, santa
Providencia;
Agenollat posantme eus ho suplich!



Senyor,
vostra fortesa vencedora
Habite avuy en lo pregon dels cors;
Y
la virtut s´axequi,
Com al bes de la rohada animadora
S´axecan
ara les mostisses flors.

Janer 1871.







¡No,
por dicha!... El sol destrenza su cabellera de luz, y enjuga el
reguero de gotas caídas de las nieblas. Sol de pura Gracia, envíanos
un rayo de serena lumbre, cuyo calor enjugue el cieno de los pecados.



Viéndome
pasto del lobo infernal, otras veces invoqué el santo Nombre. Tú
oíste mi grito, y me libraste de la horrible fiera; porque Tú eres
siempre libertador de los humanos.



Vén,
pues, oh Dios. Por tu clemencia, por tu purísima Madre te lo ruego.
Acoge mi humilde plegaria. ¡Danos alivio, santa Providencia; te lo
suplico de rodillas!



Señor
tu invencible fortaleza habite hoy en lo profundo de los corazones. Y
levántese la virtud; como, al beso del vivificante rocío, se
levantan ahora las flores macilentas.