lunes, 29 de abril de 2019

LAS GESTAS DEL CONDE BERNARDO DE RIBAGORZA


2.21. LAS GESTAS DEL CONDE BERNARDO DE RIBAGORZA (SIGLOS IX-X. JACA)

En el valle del Noguera Ribagorzana, en una pequeña ermita, se dedicaba a Dios el fraile Vicmar. Una noche, en medio de una gran tormenta, llamaron a su puerta solitaria dos caballeros agotados, anciano uno, joven el otro. Los acogió al calor de su fuego, pero poco tardó el primero, exhausto y enfermo, en morir. Era Beltrán, fiel escudero del padre del más joven, Bernardo, hijo del conde Ramón. Ardía Bernardo en deseos de batirse con el moro, de modo que, tras enterrar a Beltrán, su guía, le preguntó al eremita dónde encaminarse para hacerlo. Éste le dirigió hacia las tierras de Jaca, donde gobernaba Galindo, hijo de Aznar.
Llegó justo en el momento en el que Acmet, un auténtico gigantón moro, atacaba con sus huestes a los cristianos, para tratar de recuperar Jaca. El conde Galindo y Acmet lucharon cuerpo a cuerpo, cayendo heridos ambos, aunque este último, demostrando su bravura, aún tuvo fuerzas para derribar y matar al vasco Zaldívar, que había acudido a socorrer al jacetano. Luego se retiró momentáneamente para reponerse y volver a atacar.
Bernardo creyó llegado el momento y no lo dudó: blandiendo su espada
«Preclara» —que había ganado en combate al emir árabe Oto de Poitiers y luego heredado su abuelo y su padre— entró en batalla y desafió a Acmet, que menospreció su valor al verle tan joven. Pero, manejando el acero como un guerrero avezado, derribó y dio muerte al gigante moro, siendo aclamado en las calles de Jaca y obsequiado en el palacio de Galindo.
Quiso el conde jaqués entregar a Bernardo tierras y honores si le daba su espada, pero éste se negó. No obstante, accedería a cambio de la mano de Toda (o Teuda), su hija, de quien se enamoró nada más verla. Explicó Bernardo que su padre era conde y que su madre fue hija de Carlomagno, aunque una intriga palaciega les obligó a huir, acabando él y su escudero Beltrán en la ermita de Vicmar, de donde acababa de llegar.
Hubo matrimonio. Galindo se ciñó la espada «Preclara» y el conde Bernardo, acompañado de Toda, su esposa, recorrió victorioso las tierras que riegan los dos ríos Noguera y el Isábena. Ribagorza comenzó a sacudirse el yugo musulmán, mientras los cristianos que luchaban con él, enardecidos por su valentía y caudillaje, cantaban y extendían por doquier las gestas de Bernardo, que fundó el monasterio de Santa María de Obarra.

LAS GESTAS DEL CONDE BERNARDO DE RIBAGORZA


[Iglesias Costa, Manuel, «Leyendas y tradiciones ribagorzanas. La canción del conde Bernardo», Cuadernos Altoaragoneses (13-III-1988), pág. VI.]












VICTORIA CRISTIANA FRENTE AL REY MORO DE ZARAGOZA


2.20. VICTORIA CRISTIANA FRENTE AL REY MORO DE ZARAGOZA
(SIGLO IX. TORRALBA)

Como es sabido, todo Aragón fue dominado por los musulmanes a comienzos del siglo VIII, aunque una buena parte de los hispanogodos que vivían en sus pueblos permanecieron en los mismos, bien convertidos a la religión de los nuevos gobernantes, bien continuando fieles al cristianismo, con el estatuto de mozárabes.
En algún caso, las relaciones entre ambas comunidades dieron lugar a enfrentamientos más o menos sangrientos, como ocurriera en Torralba, en torno al año 800, es decir, casi un siglo después de la invasión.
Eran los tiempos en los que gobernaba en Sarakusta el rey moro Marsilio, cuando los mozárabes de Torralba, descontentos por el trato que recibían por parte de sus dominadores musulmanes, tomaron la firme decisión de hacerles frente para lograr un trato más justo.
Cuando una noche estaban deliberando qué hacer, en un lugar situado entre los ríos Clarés y Jalón, naturalmente a espaldas de sus opresores, en el mismo lugar que esto ocurría fueron iluminados por un intenso resplandor que procedía del cielo, oyendo a la vez una dulce voz que les decía: «Esforzaos cristianos en el Señor, que habéis de vencer».
Confiados y animados por el anuncio celestial de su victoria, los cristianos de Torralba lucharon con tanto ánimo y valor que lograron lo que parecía imposible, vencer a los poderosos moros. Tras la batalla, como muestra de su victoria, ofrecieron a los pies de la celestial capitana las cabezas de los infieles derrotados, cuyos cadáveres fueron enterrados en el valle contiguo, llamado desde entonces «barranco de Matamoros».
Desde entonces, el paraje que está entre los ríos Clarés y Jalón se convirtió en lugar sagrado, y allí se veneraría en adelante la imagen de la virgen de Cigüela, a la que los cristianos debieron su victoria cuando el dominio de los sarracenos era total en todo el valle del Ebro.

[Faci, Roque Alberto, Aragón..., II, pág. 158.]


VICTORIA CRISTIANA FRENTE AL REY MORO DE ZARAGOZA  (SIGLO IX. TORRALBA)

Torralba de Ribota es una localidad y municipio español de la provincia de Zaragoza situado en la comarca de la Comunidad de Calatayud, comunidad autónoma de Aragón. Tiene un área de 32,5 km² con una población de 181 habitantes (INE 2017) y una densidad de solo 4 hab/km².


Torralba debe su nombre sin duda a la conjunción en latín de Turris y Alba (Torre Blanca) que derivó en el actual topónimo.

En nuestros días aun se puede admirar la torre en piedra de color blanco a la que se le añadió hace unas décadas un tejado que disimuló las antiguas almenas. La referencia a Ribota viene dada por el río Ribota, de escaso régimen pluvial que discurre a una cierta distancia del casco urbano (1,5 km). El pueblo se halla enclavado en un pequeño cerro redondeado a una altitud de 625 msnm y se extiende sobre 32,9 km² .

Dos romerías una a la ermita de San Sebastián (20 de enero) y otra a la Ermita de la Virgen de Cigüela, junto a la sierra de Armantes (25 de marzo). Las fiestas mayores se celebran en honor del patrón San Félix (1 de agosto) y se prolongan a lo largo de varios días.

Torralba de Ribota cuenta con uno de los mejores exponentes del mudéjar aragonés.
La Iglesia de San Félix Mártir. Se trata de una iglesia fortaleza es de estilo gótica-cisterciense y la obra se terminó en el siglo XIII. Los mejores ejemplos de este tipo de arquitectura están aquí, la iglesia de Santa María en Tobed (Zaragoza) y la iglesia parroquial de la Asunción en Cervera de la Cañada a unos kilómetros de distancia por la N-234.

El arte mudéjar aragonés fue declarado patrimonio de la humanidad por la comisión de Patrimonio Mundial de la UNESCO basado en París (Francia).