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lunes, 29 de abril de 2019

LA RECONQUISTA DE JACA


2.18. LA RECONQUISTA DE JACA (SIGLO VIII. JACA)

Tras la conquista musulmana, en el siglo VIII, Jaca estaba gobernada por Abel el Malek ben Omar, pariente del propio Muza. Vivía en el lujoso castillo de Apriz, acompañado por su hija, la hermosa Zaida, con quien llegara desde África hacía algunos años.
Una tarde del mes de abril, mientras la joven oraba a su dios, se escuchó un rumor lejano que poco a poco se iba acercando: era el walí que regresaba del último combate contra los cristianos. Venía él delante, orgulloso de su nuevo triunfo, seguido de los soldados, que traían un magnífico botín y muchos cautivos. Zaida, inundada por la alegría de saber que su padre estaba a salvo, corrió a esperarlo en la puerta del castillo.
Los soldados miraban complacidos a la bella muchacha, y las penas de los cautivos parecían atenuarse ante ella. Uno de los cristianos prisioneros no pudo contenerse y gritó: «¡Aragón por san Jorge y las hembras sandungueras!». Este atrevido prisionero no era otro que el conde Waldo, hijo de don Rodrigo, a quien el walí, en lugar de darle muerte, lo hizo prisionero con la esperanza de obtener un buen rescate por él.
Zaida había quedado prendada del caballero cristiano y de la lisonja que se atreviera a pronunciar. Por eso, salvando múltiples peligros, la joven se decidió a visitar al cautivo en las mazmorras. Allí, ambos se declararon su mutuo amor, y, tras ocho días de visitas clandestinas, Zaida anunció a su padre que Waldo se convertiría al Islamismo y se casaría con ella. Y así acaeció.
Pero poco duró la felicidad de la pareja, pues la misma noche de la boda entró en Jaca el ejército cristiano y tomó el castillo y la ciudad, acuchillando a todos los infieles, incluido Abel el Malek. Zaida fue hecha prisionera y destinada al servicio de la mujer del conde don Aznar.
Waldo, que había sobrevivido al ataque, reorganizó el ejército moro e intentó recobrar la ciudad, pero fue derrotado por los cristianos, quienes, junto con algunas otras, expusieron su cabeza ensartada en una lanza para escarmiento de los infieles. Zaida se desvaneció ante tan cruel espectáculo.
Así castigaba Dios la apostasía de un cristiano.

[X.X., «En el castillo “Apriz” de Jaca», Aragón, 166 (1940), pág. 59.]

2.19. LAS MUJERES EN LA RECONQUISTA DE JACA (SIGLO VIII. JACA)

Jaca, como el resto del actual Aragón, había pasado rápidamente a poder de los musulmanes a comienzos del siglo VIII, y la mayor parte de sus habitantes habían huido hacia las altas montañas en espera de mejores tiempos. Poco después, en San Juan de la Peña, un puñado de no más de trescientos cristianos había nombrado como primer rey de Sobrarbe a García Íñiguez, que no sólo recobró Aínsa y Pamplona, sino que llegó hasta Álava. No obstante, Jaca, a poca distancia del cenobio pinatense, continuaba en manos moras.
Mientras García Iñiguez recorría victorioso tierras alavesas, capitaneaba en su nombre las tropas cristianas que vivaqueaban por las sierras de San Juan y Oroel, hasta llegar a la vera del río Aragón, un guerrero valiente llamado Aznar. Éste, sintiéndose con fuerzas suficientes, decidió sitiar Jaca hasta ganarla por las armas y repoblarla, reparando sus murallas, restituyendo sus iglesias y poniendo en explotación las tierras circundantes que regaban los ríos Aragón y Gas. El rey García Íñiguez, alentado por la recuperación de Jaca, creó —corría entonces el año 759— el condado de Aragón, designando, como no podía ser menos, al valiente Aznar como primer conde del territorio.
Al año siguiente, el primer viernes del mes de mayo, no menos de noventa mil moros, a las órdenes de cuatro experimentados adalides, llegaron desde Navarra para tratar de retomar Jaca, dada su importancia estratégica. El conde Aznar les salió presto al encuentro en las tierras onduladas de Guaso, donde el río Gas confluye en el Aragón.
En la batalla, que fue tremendamente sangrienta y reñida, el menor número de combatientes cristianos fue contrarrestado por su mayor arrojo y por el apoyo moral de la virgen de la Victoria, que se apareció a las tropas para infundirles ánimo. No obstante, fue definitiva la ayuda inesperada de las mujeres jaquesas que, armadas y vestidas completamente de blanco, acudieron en socorro de sus hombres. Sorprendidos, los musulmanes sufrieron una humillante derrota, quedando tendidos en el campo de batalla los cuatro adalides, representados desde entonces en el escudo de armas de la ciudad de Jaca.
[Anónimo, «Conquista de Jaca», en Eco del Pirineo Central, 4 (Jaca, 1881). Lustono, E. de, «La conquista de Jaca», El Pirineo Aragonés, 3 (Jaca, 1882). Leante García, Rafael, Santuarios..., págs. 101-105.

Olivera, Gonzalo, Condado de Aragón..., págs. 26-29.]

https://es.wikipedia.org/wiki/Jaca

Jaca (Chaca o Xaca en aragonés) es un municipio de la provincia de Huesca, capital de la comarca de La Jacetania en la comunidad autónoma de Aragón, España.


El término municipal, además del casco urbano de Jaca, incluye los núcleos de población de Abay, Abena, Acín, Ara, Araguás del Solano, Ascara, Asieso, Astún, Atarés, Badaguás, Banaguás, Baraguás, Barós, Bataraguá, Bergosa, Bernués, Bescós de Garcipollera, Binué, Botaya, Caniás, Espuéndolas, Fraginal, Gracionépel, Guasa, Guasillo, Ipás, Jarlata, Larrosa, Lastiesas Altas, Lastiesas Bajas, Lerés, Martillué, Navasa, Navasilla, Novés, Orante, Osia, Ullé, Villanovilla y Yosa de Garcipollera, denominados «barrios rurales» y que acogían a inicios de 2018 a 951 habitantes.



Panorámica de Jaca a los pies de la peña Oroel desde el Fuerte de Rapitán.
Panorámica de Jaca a los pies de la peña Oroel desde el Fuerte de Rapitán.

Jaca es la capital de la comarca de La Jacetania y dista 72 km de Huesca, la capital provincial, y 143 km de Zaragoza. Está situada en el norte de la provincia, en el valle del Aragón, único gran valle paralelo al eje de la cadena pirenaica. La prolongación de este eje, desde la Cuenca de Pamplona, al oeste, hasta la Cuenca de Tremp, al este, facilita las comunicaciones entre Navarra y Cataluña a través del norte de Aragón.


La ciudad está emplazada en la depresión de la Canal de Berdún, a 818 msnm, sobre una terraza fluvioglaciar en la margen izquierda del río Aragón a la salida del valle de Canfranc, precisamente en el exterior del codo que forma el río al cambiar la dirección norte-sur por la este-oeste que lleva sobre la Canal de Berdún.


Edad Antigua

Iaca o Iacca —nombre antiguo de Jaca— era la capital de los iacetanos, citados por el historiador griego Estrabón (siglo I) como un pueblo que se extendía desde las estribaciones del Pirineo hasta las llanuras, llegando hasta la región de los ilergetes alrededor de Ilerda (Lérida) y Osca (Huesca). Poco se sabe de su límite occidental, pero se ha sugerido que pudo estar en Navardún, término céltico que aludiría al antiguo nombre de unos extintos navarri sobre los cuales surgió luego el topónimo Navarra. Los iacetanos (Iakketanoi, en griego) eran parientes de los aquitanos (Akkitanoi), siendo ambos pueblos parecidos. De acuerdo a Estrabón, hubo entre los iacetanos reminiscencias de usos matrilineales, predominio del pastoreo, agricultura complementaria —acaso a cargo de las mujeres— y actividades guerreras como solución habitual a los problemas económicos.

Iaca acuñó moneda autónoma con alfabeto ibérico y se piensa que controlaba la actual Jacetania y la Canal de Berdún. Excavaciones arqueológicas dentro del casco urbano han descubierto en el nivel más profundo fragmentos de cerámica fabricada a torno con «técnica ibérica», así como cerámica campaniense de tipo A. Dicho material, fechado en el siglo II a.C., supone la aparición de los primeros indicios arqueológicos que se pueden relacionar con la población indígena de Iaca.


Existe una hipótesis alternativa, menos plausible, postulada en el siglo XVI por el cronista imperial Florián de Ocampo —y que decía haber explicado Alonso de Nebrija—, que afirma que Jaca fue fundada por el capitán griego Dionisio Baco —de sobrenombre Yaco— en el año 1325 a. C.


En el año 195 a. C., el cónsul romano Marco Poncio Catón inició la conquista de la ciudad que terminó en la primavera de 194 a. C. A fines del siglo III a. C. y comienzos del II a.C., los iacetanos habían efectuado numerosas expediciones de rapiña sobre los suessetanos afincados en las llanuras centrales de Aragón y parece ser que, en general, lo habían hecho impunemente.​ Conociendo la enemistad entre iacetanos y suessetanos, Catón situó a estos últimos delante de la escasa caballería romana ante las puertas de Iaca, provocando la salida de los montañeses, acostumbrados a vencer siempre a sus vecinos; una vez quedó desguarnecida la ciudad, ésta fue conquistada por el cónsul.



Integrada en el Imperio romano, Jaca constituyó un punto de vigilancia de los caminos del Pirineo y desarrolló una próspera economía cuyo auge se mantuvo hasta el siglo III. En el siglo IV entró en decadencia por la amenaza de los bandidos que atacaban a las caravanas y a los mercaderes que transitaban los caminos pirenaicos.

En las montañas de los Pirineos se conservaron territorios cristianos tras la conquista de los árabes debido al protectorado carolingio establecido por Carlomagno en la llamada Marca Hispánica. Uno de esos condados fue el núcleo del Reino de Aragón. Hacia 920, establecido por el Reino de Pamplona como condado independiente de los francos, Galindo II Aznárez repobló antiguas poblaciones de la cuenca del río Aragón, a lo largo de la cual se articulaba el condado, entre las que se encontraba Jaca, que entonces era una fortaleza habitada por unos pocos pobladores, una aldea con actividad meramente agropecuaria. Pertenecía a una zona dependiente del monasterio de Siresa y contaba con un monasterio con una iglesia de planta basilical, una nave y cabecera plana, que fue reformada en el siglo XI y derribada en 1841.​


Jaca era a comienzos del siglo XI un castro (o campamento militar fortificado) perteneciente al Reino de Pamplona, a cuyo entorno había surgido un conjunto exiguo de viviendas, pero que iría cobrando cada vez mayor importancia por su situación al pie del paso de Somport (uno de los más accesibles para acceder a Francia desde la Edad Antigua) y por su situación estratégica en el Camino de Santiago que, en este siglo, iba a cobrar creciente importancia, y como cabeza del camino hacia Pamplona que recorría la Canal de Berdún.



A la muerte en 1035 del rey de Pamplona Sancho Garcés III, apodado el Mayor, este deja escrito el reparto de sus extensos dominios a sus diferentes hijos. Uno de ellos, Ramiro (1006-1063), que ya ejercía de Régulo en La Jacetania y norte de Huesca, se convertirá en Ramiro I de Aragón y establece en Jaca una residencia regia, posiblemente en el castro fortificado, y situó cerca del monasterio de San Pedro la sede del obispo de Aragón, denominado así hasta que en 1077 Sancho Ramírez dotara a Jaca de su fuero e iniciara, hacia 1082, la construcción de la sede catedralicia. La posesión de fueros, catedral con obispado y su ciudadela, hicieron de Jaca la primera y más importante capital del Reino de Aragón. Sin embargo, entre el monasterio de San Pedro y el castro inicial, la aldea estaba deshabitada. Como señaló José María Lacarra, siendo sede real y residencia habitual del obispo aragonés, comenzaron a llegar personas dedicadas a la administración y comerciantes que hicieron de Jaca algo más que una aldea dedicada exclusivamente a la ganadería y la agricultura.


Retrato idealizado de Galindo II Aznárez, conde de Aragón, que repobló Jaca en torno a 920.
Retrato idealizado de Galindo II Aznárez, conde de Aragón, que repobló Jaca en torno a 920.
Así, en 1063 se celebró en la localidad el Concilio de Jaca. El historiador Jerónimo Zurita, en sus Anales de la Corona de Aragón, refiere que Ramiro I «porque había diversos abusos en el estado eclesiástico y por descuido de los reyes pasados duraban grandes corruptelas contra lo establecido por los sagrados concilios generales que hubo en la primitiva Iglesia, procuró que se congregase en la ciudad de Jaca concilio provincial».

También señala que este monarca fue el primero de los reyes de la península ibérica en restaurar los «cánones», que no debieron ser otros que los establecidos por el Concilio de Roma de 1059 referidos a la vida canónica y al celibato de los clérigos.


Otro de los resultados de este concilio fue restablecer la diócesis de Huesca —suprimida durante el dominio musulmán—, quedando la sede provisional en Jaca en tanto no se reconquistara Huesca.


Pero el definitivo impulso a Jaca se lo dio Sancho Ramírez en 1077 cuando, por lo dispuesto en el mencionado fuero, pionero entre los territorios cristianos y difundido posteriormente en otras ciudades de Navarra o Cuenca, convirtió a la villa en ciudad, la dotó de sede episcopal, en cuya catedral se asentaría el ahora obispo de Jaca, y le dio el estatus que la hacen ser considerada la primera capital del reino entre 1077 y 1096 en que, conquistada Huesca, sucedería en el obispado y capitalidad. Asimismo, edificó Sancho Ramírez un nuevo palacio real en el barrio de Santiago, y unificaría los tres núcleos iniciales (castro fortificado, monasterio de San Pedro y burgo de Santiago) en una sola entidad poblacional unida por dos calles cruzadas, al modo del cardo y decúmano romanos, y las viviendas de todos aquellos hombres francos que quisieran acogerse a los nuevos privilegios que se decretaron para los habitantes de Jaca.


el fuero de Jaca



La pérdida de la capitalidad no implicó para Jaca la desaparición de otras funciones urbanas relacionadas con su situación geográfica. Así, siguió desempeñando su papel de ciudad-mercado y de servicios para su comarca; también, como ciudad final de etapa, Jaca cobraba uno de los cinco peajes que se percibían sobre la ruta de Zaragoza a Francia, y albergaba a los peregrinos a Santiago de Compostela.


Las pestes y los incendios de finales de la Edad Media hundieron a Jaca en una profunda crisis de la que no saldría hasta la intervención de Fernando el Católico para formar un gobierno local. La burguesía se vio favorecida por esta situación y muchos se convirtieron en mecenas de artistas cuyo resultado se puede apreciar especialmente en la catedral.



Vista aérea de la Ciudadela de Jaca.

La situación fronteriza de Jaca se fue determinando a medida que se consolidaban los límites territoriales de los reinos europeos y los Pirineos se erigían como eficaz frontera natural. La ciudad se consolidó como plaza militar desde la que defender los reinos peninsulares de una hipotética invasión francesa. A este respecto, Felipe II ordenó la construcción de varias fortalezas a lo largo de todo el Pirineo. En 1592 este monarca ordenó la construcción de una fortaleza en los campos que habían configurado el Burgo Nuevo, el barrio levantado extramuros de la ciudad. Así, se levantó una soberbia fortaleza pentagonal diseñada por el ingeniero italiano Tiburcio Spannocchi, la Ciudadela de Jaca, para dar respuesta a un ejército provisto de artillería. De esa época es también la bella Casa Consistorial (1544), construida según el estilo de los palacios platerescos aragoneses.

La epidemia de peste que asoló el levante peninsular a mediados del siglo XVII —cuyos primeros brotes surgieron en Valencia en 1647— ocasionó una mortandad entre la población de Jaca del 42%.16​17​ La epidemia llegó en dos oleadas diferenciadas: la primera entre octubre de 1653 y febrero de 1654, y la segunda —la más devastadora— entre mayo y diciembre de 1654.


En la Guerra de Sucesión, Jaca se puso del lado de los Borbones. Por ello, en 1707 fue asediada por aliados del Archiduque Carlos y socorrida por el marqués de Salutcio a cuya vista se retiraron a un bosque, donde fueron atacados por el marqués de Santa Coloma, quien les mató mucha gente e hizo numerosos prisioneros. El rey Felipe V gratificó a la ciudad de Jaca con los títulos de «muy noble, muy leal, y muy vencedora», añadiendo la flor de lis al escudo de sus armas que ostentaba la Cruz de Sobrarbe y las cuatro cabezas, emblema de la batalla de Alcoraz.


A finales del siglo XVIII, Jaca jugó un papel importante en la Guerra del Rosellón, al ser uno de los objetivos de los revolucionarios franceses por su situación estratégica. En la Guerra de la Independencia, la ciudad se rindió a los franceses el 21 de marzo de 1809 a causa de la deserción que fomentó en secreto el misionero Fray José de la Consolación, que gozaba de influencia, quedando dentro de la plaza muy pocos soldados. El general Mina recuperó la plaza en febrero de 1814.


En el marco de las Guerras Carlistas, fueron denunciados en 1839 varios soldados de la guarnición de Jaca por vender armas a los "revolucionarios". Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe a Jaca en los términos siguientes: «sus casas en número de 488 de sólida y buena construcción todas blanqueadas, cómodas y aseadas en su interior, se distribuyen en 37 calles bien alineadas, empedradas, y la mayor parte con aceras... tiene 7 plazas, entre las cuales solo la llamada Campo del Toro y la del Mercado con soportales, destinada á la venta de hortalizas, son las principales, pues las otras no tienen objeto y son pequeñas».​ La Revolución Gloriosa de 1868 trajo consigo el nacimiento de la Junta revolucionaria de Jaca, enfrentada a la de Huesca, que tomó una serie de medidas tales como la supresión del Seminario o la creación de los Voluntarios de la Libertad, completadas en el sexenio revolucionario con la construcción de la carretera de Jaca a Francia.


Jaca experimentó a principios del siglo XX un despertar urbanístico y demográfico, motivado en buena medida por el derribo de su muralla medieval, que se inició en 1908. En 1928 llegó el ferrocarril a Canfranc, a cuya inauguración asistió el monarca Alfonso XIII. En ese mismo año también se creó la Universidad de Verano.

El 12 de diciembre de 1930 tuvo lugar el episodio de la Sublevación de Jaca, pronunciamiento militar contra la monarquía de Alfonso XIII durante la «dictablanda» del general Berenguer. Se inició con la proclamación de la República desde los balcones del ayuntamiento jaqués y el nombramiento de la primera alcaldía republicana. Al mismo tiempo se organizaron dos columnas dirigidas por el capitán Fermín Galán y Salvador Sediles que partieron hacia Huesca.


La sublevación fue sofocada en la madrugada del día siguiente y el 14 de diciembre fueron fusilados los capitanes Galán y García Hernández, mientras que el capitán Sediles, también condenado a muerte, fue indultado ante las movilizaciones populares. Sin embargo, los efectos de esta sublevación se dejaron sentir en la proclamación de la Segunda República Española cuatro meses después; tras las elecciones del 12 de abril, la monarquía se exilió y se proclamó la República, que les reconoció como "mártires".


Conclusión


Pero tras esto, lo más notable de Jaca es su condición de pionera. Primera capital del Reino de Aragón, primera que aclamó a Ramiro II "el monje", primera que se sublevó a favor de la república, cuando se hizo famosa su Calle Mayor, la misma ruta que cantó Miguel Fleta en ritmo de jota. Grandes personajes y escritores hablaron de Jaca; en el siglo XIII, Alfonso X el Sabio, hablaba de la jacetana fiesta de la victoria; en el Renacimiento, Nebrija, explicaba sus orígenes legendarios; Cervantes la cita en El Quijote hablando de sus grandes montañas; Unamuno alaba la Peña de Oroel; y Ramon y Cajal describe su largo periodo de vida en la ciudad.



sábado, 20 de junio de 2020

213. EL MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE FOCES, ASALTADO (SIGLO XIV. ALQUÉZAR)


213. EL MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE FOCES, ASALTADO (SIGLO XIV. ALQUÉZAR)

213. EL MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE FOCES, ASALTADO (SIGLO XIV. ALQUÉZAR)


El siglo XIV tenía siete años de vida y nos hallamos en Alquézar. En una calle empinada como tantas otras, la de San Gregorio, vivía y abría su tienda un modesto mercader judío llamado Leví, un hombre viudo, cuyo único tesoro era su hija Esther.

La joven hebrea, de extraordinaria hermosura y suave voz, estaba permanentemente invadida por la tristeza sin que nadie supiera el motivo de la misma, excepto ella. Pero guardaba celosamente su secreto, sin compartirlo ni con su mejor amiga, otra muchacha hebrea.

Sólo Esther y nosotros sabemos que aquella perenne tristeza se debía a la ausencia del joven trovador provenzal que un día llegara a Alquézar y se enamorara de él. Desde que se marchó a su tierra, sólo pensaba en el momento de volver a verle. La imagen de Manfredo siempre estaba en su mente, lo que hacía que presentara ese semblante entre ido y triste.

Procuró el padre aplicar cuantos remedios estaban a su alcance para paliar el mal que desconocía, pero todo fue en vano. Así es que se decidió por un último intento. Para lograrlo, contrató Leví a unos desalmados forajidos sin decir nada a nadie, y les encomendó la tarea de traerle a su presencia al comendador de San Miguel de Foces, hombre versado en misteriosas ciencias. Con toda seguridad, él tendría la solución.

Los hombres contratados, armados con espadas y puñales, asaltaron el convento sanjuanista. El caos se apoderó del ambiente mientras las llamas comenzaban a devorarlo todo. Los frailes de San Miguel rodearon a su comendador para tratar de defenderle, aunque fue en vano. La barbarie fue tal que pudo con la vida de todos, excepto con la del comendador, cuyos secretos y artes mágicas ansiaban los salteadores.

San Miguel de Foces quedó destruido; Manfredo no regresó de su tierra; Leví pagó con su vida el resultado de tan desproporcionado amor paterno; y al rostro de Esther no le llegó la sonrisa.

[García Ciprés, Gregorio, «Los Foces, ricos-hombres de Aragón», Linajes de Aragón, VI (1915), 423-425.
Ayerbe, Salvador Mª de, A través del Somontano..., págs. 119-127.]



El topónimo árabe "Alquézar" (al-Qasr) significa fortaleza, y hace clara alusión a su origen militar. Es un pueblo surgido a la sombra de un castillo, poblando la falda de la montaña. Fue una de las principales fortalezas de la Barbitania, protegiendo el acceso a Barbastro.

Según los cronistas musulmanes, perteneció primero a los Banu Jalaf y sería conquistada en el 893 por Ismail ibn Muza, de los Banu Qasi de Zaragoza, y tomada más tarde por al-Tawil. En 938, Abd al-Rahman III nombró a su hijo Yahia gobernador de Barbastro y Alquézar.

Jalaf ibn Rasid levantó a comienzos del siglo IX esta fortaleza como enclave defensivo frente a los núcleos de resistencia pirenaicos cristianos, en este caso, frente al condado autóctono de Sobrarbe.

En torno a 1067 es conquistada por Sancho Ramírez (hijo de Ramiro I) y se convierte en fortaleza cristiana -"Castrum Alqueçaris"- frente a los musulmanes, constituyéndose en punto clave para posteriores etapas de la Reconquista. Se dotó la fortaleza con guarniciones militares asistidas por una comunidad agustiniana. En 1099, se consagró como capilla real la iglesia de Santa María.

A medida que el proceso de la Reconquista avanza hacia tierra baja (Barbastro, Huesca,...) pierde importancia como fortaleza militar estratégica y se convertirá en una institución religiosa y centro comercial de la comarca, conocida como "priorato alquezarense".

La población primitiva residía dentro del recinto amurallado del castillo. El aumento de población en el siglo XIII, gracias a las mejoras sociales y económicas, hará que se comience a edificar fuera de la fortaleza; la población se irá trasladando gradualmente al "Burgo Nuovo Alquezaris", dejando el castillo prácticamente deshabitado, ocupado solamente por algunos religiosos.

El pueblo tiene una fisonomía totalmente medieval que muy poco ha cambiado, al menos en lo que se refiere al trazado de las calles: un trazado sinuoso con un evidente sentido práctico, facilitándose la comunicación (una red de calles bien enlazadas mediante otros callejones más pequeños) y resguardando de las inclemencias del tiempo (del sol y del viento). Es un trazado típicamente musulmán, de callejuelas estrechas y altas, pero es ésta una disposición típica de los pueblos de montaña más antiguos, adaptados a la topografía (las casas se apiñan en la ladera).

Tenía el pueblo un cierto sentido defensivo como recinto cerrado y fuerte, tal vez amurallado (aunque esto no parece probable); se accedía por tres puertas de las que se conservan dos: la principal, gótica (siglo XIII), y la otra en la parte baja del pueblo; tenían portalones que se cerraban a una hora determinada, no permitiéndose el acceso al interior del pueblo.

El pavimentado de las calles era mucho más rústico que el actual, a base de gruesos cantos de piedra clavados en el suelo de tierra, sin ningún tipo de argamasa para la unión. Las calles tenían un sistema de desagüe, con vertiente hacia el centro, canalillo por el que discurrían las aguas.

La población de Alquézar era totalmente cristiana, pero abundaban los mudéjares (musulmanes conversos) en la comarca, y éstos serían los alarifes de la mayoría de las casas. De las actuales casas las más antiguas podrían datarse en los siglos XIV y XV, y en la época de esplendor del pueblo, el siglo XVI. Las casas se integran perfectamente con el entorno por el uso de materiales autóctonos, como la Piedra (sobre todo para esquinas, zócalos, marcos de ventanas y puertas), el ladrillo, el adobe o el tapial. Los alarifes mudéjares introdujeron la técnica del ladrillo, más práctico que la piedra, casi de igual resistencia y, sobre todo, mejor conocido por estos alarifes. El buen uso del ladrillo se observa sobre todo en las galerías superiores de arquillos y en los aleros.

Estas casas, o bien son de origen noble o de función ganadera y agrícola, pero todas con un sistema y un esquema básicamente igual en todas: interiormente tienen una planta calle de servicios, con cuadras, lagar, bodegas. Una planta noble de vivienda. Y una falsa o granero. Al exterior, domina la fachada el gran arco de acceso, que puede ser de piedra o de ladrillo (dependiendo del gusto o de las posibilidades económicas). También en la planta calle puede haber una pequeña ventana, que da al lagar. En el planta noble destaca el escaso número de ventanas, así como su pequeño tamaño; puede existir algún balcón (se generalizan a partir del siglo XVIII), sobre todo en las casas más ricas. En las casas destacan las galerías de arquillos de ladrillo, o bien arquitrabadas, mediante vigas de madera con columnas y zapatas talladas. Estas galerías son típicas de la arquitectura civil aragonesa de los siglos XVI y XVII. Rematan las fachadas otros elementos característicos, como son los aleros, muy salientes, que protegían de la lluvia; son en madera o bien en ladrillo, con diferentes combinaciones, sobre todo en retícula y en esquinilla.

Un elemento muy típico del pueblo, y de tradición medieval, son los pasadizos en alto, gracias a los cuales parece ser que se podía pasar por todo el pueblo sin pisar la calle, manteniéndose esta práctica hasta el siglo XVII.

La plaza Mayor era el centro neurálgico del pueblo. En ella se encuentran las casas más nobles de la villa; es como un centro de caminos similar al foro romano o al zoco musulmán. Se concibe rodeada de soportales; la irregularidad de sus porches arquitrabados o con arcos, con columnas o pilares, de piedra o de ladrillo) se debe a las distintas épocas de construcción y al hecho de carecer de normas urbanísticas, haciéndolos cada uno a su gusto.

Los escudos tendrían su origen en los emblemas de las familias nobles. Se colocaban sobre los arcos de entrada de las casas. El de Alquézar es una fortaleza con tres torres, más alta y ancha la central. Este símbolo puede aparecer formando parte de escudos particulares junto a otras figuras: los elementos más habituales son torres, cruces de órdenes militares, flores de lis, barras, el olivo, etc. Estos escudos datan en su mayoría del siglo XVIII, época de renovación de las casa, pero se copiarían de los originales medievales. Están sin estudiar, y el significado de muchos de ellos se ha perdido con el tiempo, al pasar las casas de unas familias a otras.

domingo, 24 de noviembre de 2019

SELIMA, LA PRETENDIDA DE IBN ABDALÁ DE ZARAGOZA


189. SELIMA, LA PRETENDIDA DE IBN ABDALÁ DE ZARAGOZA
(SIGLO VIII. DAROCA)

SELIMA, LA PRETENDIDA DE IBN ABDALÁ DE ZARAGOZA


Esta historia tuvo lugar en pleno territorio musulmán, en la época del llamado emirato independiente de Córdoba, cuando Sarakusta (Zaragoza) era gobernada, en nombre y representación del emir cordobés, por un tal Ibn Abdalá. El moro en cuestión se vio obligado a buscar la ayuda de Carlomagno para afianzar su tambaleante poder por todo el valle del Ebro, pues no debemos olvidar que toda la Marca Superior de al-Andalus era un enrevesado entresijo a modo de pequeñas cortes tribales, difícilmente controlables desde la lejana Córdoba y casi tampoco desde Sarakusta.

Entre los territorios que, más en la teoría que en la práctica, dependían políticamente del sarakustí Ibn Abdalá estaban los que se administraban desde Daroca, que era una importante plaza fortificada.

Vivía en Daroca Selima —una sobrina del mismísimo Muza y a la sazón esposa de un tal Ahmar—, bella mujer de la que gobernador Ibn Abdalá se había enamorado y pretendía hacer suya, si bien se vio rechazado de manera reiterada en sus pretensiones.

La providencia quiso que Ahmar falleciera por aquel entonces y la bella Selima, ahora viuda y, por lo tanto, libre, rechazó una vez más los galanteos del gobernador, que visitaba con cierta frecuencia Daroca para poder verla. Mas si en vida de Ahmar la prudencia le hizo actuar con cautela, ahora tomó muy a mal la pertinaz negativa de Selima, de modo que, despechado y abusando de su poder, mandó prenderla y enterrarla viva en lo más profundo de las mazmorras del castillo darocense.

Desde entonces, de cuando en cuando, hay quienes oyen extraños ruidos y lastimeros lamentos que surgen de la oscuridad y, en ciertas ocasiones, se puede ver cómo una sombra vaga y casi difuminada recorre la muralla y los restos del castillo de Daroca, portando unas tenues luminarias en su mano invisible. Se trata, sin duda alguna, de la sombra quejumbrosa y errante de la fiel y hermosa Selima que pide venganza.

[Beltrán Martínez, Antonio, Leyendas aragonesas, pág. 120.]


domingo, 28 de abril de 2019

EL OBISPO DE ZARAGOZA ANTE LA CONQUISTA MUSULMANA

8. EL OBISPO DE ZARAGOZA ANTE LA CONQUISTA MUSULMANA
(SIGLO VIII. ZARAGOZA)

Discurría el año 714, cuando el cerco de los hombres de armas que capitaneaba Tariq a punto estaba ya de conseguir la victoria sobre la importante ciudad de Cesaraugusta. Como quiera que ésta —amparada tras las gruesas murallas que construyeran los romanos— se defendía con bravura inusitada, aún se le unieron a aquél las tropas de Muza llegadas desde Toledo, de modo que el obispo zaragozano Bencio, ante la gravedad de la situación, reunió en la iglesia de Santa María la Mayor a los personajes más destacados de la ciudad para aconsejarles que abandonaran rápidamente la ciudad para ir a refugiarse en zonas más inaccesibles y seguras de las montañas pirenaicas.
Mientras se luchaba denodadamente en los muros, en la iglesia, en medio de aquella plática, un noble hispanogodo interrumpió al obispo en su arenga para advertirle que era él quien debía huir y poner a salvo las sagradas reliquias y el tesoro de la iglesia, no así los caballeros cristianos, que debían aprestarse a defender la ciudad hasta el final junto a sus hombres. Sin excepción, todos los allí presentes apoyaron con rotundidad la propuesta de aquel noble.
Así fue como el obispo Bencio, acompañado por dos de sus familiares, recogieron todos los bienes de valor, lo cargaron a lomos de varias mulas, y salieron por la puerta de Oriente en dirección a las montañas del norte, hacia Huesca, amparados por la escolta de los hombres de dos de los nobles presentes en la reunión.
Aquella fue una decisión que reflejaba perfectamente el ánimo de los cristianos, conocedores de lo que estaba sucediendo en todas las poblaciones que, una tras otra, caían en manos sarracenas. Lo cierto es que —según la leyenda— aún no habían transcurrido tres horas de la huida de la comitiva del obispo Bencio, cuando los musulmanes consiguieron derribar la puerta Cinegia y, entrando como una auténtica avalancha por sus calles y plazas, obligaron a las autoridades de Cesaraugusta a capitular.

[Sánchez Pérez, José A., El Reino de Aragón, págs. 81-82.]



Carrillo y Lamberto prolongan su episcopado hasta el año 700 o 701 nombrando como su sucesor a Bencio, a quien Risco considera un obispo ficticio.

http://books.google.es/books?id=HG4OAAAAQAAJ&pg=PA197


domingo, 1 de agosto de 2021

NOTAS.

NOTAS.



NOTA
PRELIMINAR.



OBSERVACIONES
ORTOGRÁFICAS Y LITERARIAS.



Paréceme
indispensable apuntar aquí, no precisamente para los lectores
mallorquines, sino para los castellanos, algunas observaciones acerca
de la ortografía catalana, lemosina, ó balear y modo de leer este
idioma literario.



OBSERVACION
1.a – Diferentes sistemas ortográficos: -
Dos
sistemas se siguen por la generalidad de los autores lemosines: ó el
de Mariano Aguiló, ó el de Rubió y Ors. Yo me he adherido siempre
al primero, con la mayoría de los escritores mallorquines y
valencianos, y no pocos catalanes propiamente dichos, entre quienes
descuella Jacinto Verdaguer. Distínguese este sistema por adoptar la
ortografía antigua, de los siglos XIII, XIV, XV y XVI, época
maravillosa de nuestra literatura. Los plurales de los nombres
procedentes de la primera declinacion latina terminan en es, y no en
as; como rosa, plural roses, y no rosas. Muchas razones filológicas
se aducen en pro de tal desinencia, que no son de este lugar.



OBSERVACION,
2.a – De las letras. - La letra a tiene dos sonidos:
grave, (como la castellana), cuando sobre ella carga la
pronunciacion; leve, (parecida á la e muda francesa), en el caso
contrario. Así en el vocablo paraula, (palabra), sólo la segunda a
se pronuncia distinta y claramente.
La e, como en frances, es
abierta è, cerrada é, y muda e. No siempre las distingue el acento,
sino el uso.
Esta última se pronuncia exactamente como la a leve.
De modo que eras, (verbo), y feres, (nombre), son consonantes.
Téngase muy en cuenta esta circunstancia, para percibir la armonía
rítmica. Otro ejemplo:
A la claror de la lluna,
Los oratjols
respirantne,
Que alzinars y garriguelles
De bosch en bosch
embalsaman.



Es
romance, porque respirantne y embalsaman, tienen asonancia; la última
e del primero, y la última a del segundo se pronuncian del mismo
modo. Los valencianos y alicantinos se separan algo de esta última
regla, en la pronunciacion vulgar.



La
o tiene dos sonidos: ò abierta, como en frances é italiano; y o cerrada, como la castellana. No siempre las
distingue el acento, sino el uso.



La
c en las sílabas ce, ci, ça, ço, çu, se pronuncia como la s
castellana. Se usa de la ç en las sílabas ça, ço, çu, cuyo
orígen latino lleva claramente c, * (k o h, no se lee bien) ó
ch,
Todos los vocablos lemosines terminados en c toman h final,
(sólo en la terminacion masculina, si son adjetivos), como joch,
ètich; y esta ch equivale á q.



La
g y la j tienen el mismo sonido que en frances, parecido al de la y
castellana. Úsase de g siempre que claramente la lleva en su orígen
latino: Jeroni, y no Geroni; imatge, y no imatje.
La ny representa
la ñ castellana ó gn francesa: any, Catalunya.
(Aquí no se
dice nada del añy que se lee en textos como las ordinacions del
regne de Mallorca.)

La s se pronuncia fuerte entre vocal y
consonante: Anselm, ansa; suave entre vocales, como en frances: ase.
Para sonido fuerte entre dos vocales, se dobla la s ó se pone ç,
segun sea el orígen: braços, amorosíssim.
La x tiene el sonido
de sh inglesa, y en algun modo de ch castellana, pero suave: xot,
(cordero), bruxa, (bruja). Exceptuándose las palabras compuestas de
la preposicion latina ex, y algunas otras, que enseña el uso, en las
cuales la x tiene el sonido de cz ó de cs: extranjer, exámen,
luxuria. La x final, (y no la de en medio de diccion, como
acostumbran escribir los valencianos), va precedida de i, débilmente
pronunciada: peix, (pescado), coix, (cojo.)
La y griega suele
substituir á la latina en los diptongos ai, ei, oi, ui, (ayre,
reyna, boyra, fruyt.) Finalmente: la z tiene el sonido de s suave; y
la usamos cuando se necesita este sonido entre vocal y consonante:
alzina.
OBSERVACION 3.a – Sílabas y terminaciones. -
Las silabas finales aig, eig, ig, oig, uig, se escriben tal como aquí
van escritas; y no atx, etx, itx, otx, utx; ni aitx, eitx; ni aix,
eix; ni acx, ecx. Ejemplos: gavaig, (buche), raig, (rayo), roig,
(rojo)... En el plural toman s; y se pronuncian débilmente la i en
el número singular, y la g en el plural.



Se
escriben con qu, y no con c, muchas sílabas que llevan q en su
orígen latino; pronunciándose la u, excepto en que, qui. Ejemplos:
quant, qual.
Las segundas personas de singular y terceras de
plural del presente de indicativo en los verbos de la primera
conjugacion toman a, y no e, para no confundirse con las respectivas
personas del subjuntivo. Pero las mismas personas en los verbos
regulares de las otras tres conjugaciones lemosinas, (pues el
infinitivo en nuestros verbos termina de cuatro modos; AR, amar; ER,
temer; IR, partir; RE, confóndre (confundir); toman e, y no
a.
Igualmente las segundas personas del singular y terceras del
plural de los pretéritos imperfectos de indicativo, de todos los
verbos, toman a, y no e, (á pesar de la contraria regla que seguían
los antiguos), porque así lo pide su orígen.
Ejemplos:


INDICATIVO SUBJUNTIVO



Pres.
Tu amas – Ells aman Que tu ames – Qu´ells amen.



“partexes
- “partexen “partescas – partescan... etc.
Pret. amavas. y
no amaves.
amavan. y no amaven
partías. y no
partíes.
Partían. y no partíen...etc.




OBSERVACION
4.a – De los acentos y pronunciacion. -
Dos son los
acentos: agudo, y grave. Para su buen uso deben adoptarse las mismas
reglas, con poca diferencia, que la Real Academia Española señala
para la lengua castellana en su Gramática, ya en la edicion de 1874,
(sígola yo en este tomo, por no haberme sido posible otra cosa), ya
en la de 1880. El acento grave se usa cuando la pronunciacion, (en
palabras esdrújulas, graves terminadas en consonante, ó agudas
terminadas en vocal,) carga sobre la o ó la e.



OBSERVACION
5.a – Lengua literaria: lengua vulgar. -
En cuanto
al acento general y cadencia en la pronunciacion, que tanto distingue
á los mallorquines, de los valencianos y catalanes, debo advertir
que una cosa es la lengua literaria y otra la vulgar. El catalan
literario es uno; y se escribe, y debe escribirse, del mismo modo por
catalanes, baleares y valencianos. Así lo hicieron los escritores
antiguos; así lo cumplen los buenos autores modernos. La
pronunciacion literaria debe acercarse, en cuanto sea posible, á la
unidad; aunque no es absolutamente necesario. El catalan vulgar
tiene, respecto á pronunciacion, tres dialectos: el barcelonés, el
valenciano y el mallorquin. El primero se distingue por la
preponderancia de la è abierta, el segundo de la é cerrada ó
castellana, y el tercero de la e muda. El mallorquin vulgar tiene
tres subdialectos principales: el sollerense, el pollensin y el
menorquin; ademas de las variantes de Ibiza y del llano de Mallorca.
Es privativo del mallorquin vulgar el artículo es, sa, equivalente
al literario el ó lo, la. La gente de Sóller pronuncia como u la o
no acentuada. En Pollenza carecen del artículo es, sa, (no en
absoluto); en cambio tienen el raro artículo eu. la, equivalente al
literario el ó lo. la. Así como en Palma solemos convertir en y la
ll de muchos nombres, en Menorca la suprimen. Fulla (hoja), en Palma
es fuya; en Ciudadela de Menorca fua. La r de los infinitivos
generalmente no se pronuncia, en la conversacion vulgar; no sólo en
Baleares sino tambien en las otras comarcas de la lengua catalana.
Falta un Diccionario balear que dé a conocer estas diferencias,
escribiendo el vocablo literario y sus diferentes pronunciaciones.
Falta igualmente una gramática académica, que fije las desinencias
y las construcciones. El Diccionario mallorquin de Amengual, (Imp. de
J. Colomar, Palma: 1858-1878, - dos grandes volúmenes), es
incompleto; desconoce la unidad de la lengua; rompe la tradicion
literaria en la ortografía. A lo sumo puede servir de guía á los
que estudian el dialecto de Palma. Sin embargo; le faltan bastantes
nombres, áun de los vulgarmente conocidos en la isla.
Hé aquí
algunos:
Aubahina. - Llovizna matinal.
Barba d´olivera. -
Musgo.
Calandria. - Alondra.
Estebeig. - Murmullo,
hervidero.
Gró. - Especie de seda. Gro.
Llar. - hogar.
Mabre.
- Mármol, pez.
Pedra viva. - Piedra parda.
Ramat. - Rebaño.
(también leemos Remat de blanques ovelles...)
Sibina. -
Sibina, arbusto. (Sabina)
Terra broja. - Tierra fría; el
santo suelo.
Tivellar, tivella. - Hacer dobleces.
Esto, unido á
lo desigual de su redaccion, pues en el tomo primero abundan las
disertaciones extemporáneas, y en el segundo apénas se explica la
significacion de los vocablos, hace que este Diccionario, superior al
del P. Figuera y al de Unos amigos, no responda todavía á
las exigencias del renacimiento literario.



OBSERVACION
6.a – El Catalanismo. - Éste principió en Palma cuando
la fundacion de los Juegos florales de Barcelona, en 1859. Las
Fábulas de D. Tomás Aguiló, padre, y las Baladas fantásticas,
(1852), del hijo, están escritas en mallorquin vulgar, y nada tienen
que ver con el espíritu del renacimiento. Lo Joglar de Maylorcha,
(1882), de D. Jerónimo Rosselló, señala la introduccion del nuevo
gusto, predicado desde Barcelona con admirables ejemplos por Mariano
Aguiló, y Picó Campamar.



En
1872 publica Bartolomé Ferrá sus Comedies y Poesíes; y, aquel año
fundada, difunde las nuevas ideas La Revista Balear, reemplazada
luégo con ventaja por el Museo Balear, que muere fatalmente en 1877;
cuando ya se había dado á luz la delicada Corona poética á la
Beata Catalina Tomás en 1874, el tomo de Poetas baleares del siglo
XIX, y el Homenaje á R. Lull en el centenario de Miramar. Tal es,
hasta hoy, nuestro caudal literario moderno. No hablo de las nuevas
ediciones de autores antiguos, ni de pequeñas publicaciones, ménos
importantes.
Esta escuela poética mallorquina se distingue por su
amor á la pureza de la forma, por su exquisita seleccion de
vocablos, y por un espíritu de provincialismo inofensivo, en nada
contrario al espíritu patriótico nacional. Aquí nadie sueña en
locos separatismos; y si cultivamos la lengua del país, es para
conservar su antigua literatura, para promover las espontáneas
creaciones de la Musa indigena, tesoro de orientales perlas; y,
especialmente, para averiguar y exponer sus relaciones con la lengua
nacional. El cultivo del mallorquin, vulgar ó literario, debe
contribuir al conocimiento y extension de la lengua castellana. Las
faltas de ortografía y sintáxis castellanas que se cometen en
Mallorca, se evitarán únicamente cuando se conozcan y estudien bien
las relaciones entre ambos idiomas, sus idiotismos, sus elegancias,
su historia, sus clásicos.



No
niego que en Barcelona habrá habido escritores que tal vez han
rebasado esa línea de legitimidad; en Mallorca, nunca. Por mi parte,
protesto contra toda tendencia repulsiva, ó perturbadora de la
unidad constitucional de nuestra adorada España. D. Francisco M.
Tubino, en su reciente Historia del Renacimiento literario
contemporáneo en Cataluña, Baleares y Valencia, duda del
españolismo de algunos escritores catalanistas.
- De mí dice lo
siguiente, que le agradezco en lo que vale:
“El presbítero
mallorquin D. José Taronjí, se ha dado á conocer como amador de la
gentileza, publicando versos en los periódicos de la isla y tomando
parte en los certámenes catalanistas. Nació el 10 de Marzo de 1847,
significando desde muy jóven sus aficiones literarias. Es persona
docta, que atribuye al renacimiento provincial su justo carácter.
Entre sus poesías cítanse como notables: A la Llotja de Palma,
Sóller, y la que escribió con motivo del centenario de Raimundo
Lulio. Reproducimos...etc.” (Tubino. - Obra citada; página 618.)



(Nota
1.a)
Página 14. (En el pdf original)

MALLORCA.
Esta isla tiene 15 leguas de longitud, desde Cap de Pera, hasta Cap
Grosser; y 7 de latitud, desde Palma á Alcudia. Está situada en
medio del Mediterráneo, á 40 leguas al S. de Barcelona y 37 al E.
de Valencia. El promontorio Pera mira á levante y costa de Cerdeña,
el Grosser al ocaso y playa de Valencia, el de Formentera al N. y
costa de Cataluña, y el de Salinas al Sur y tierras de Argel. La
superficie es de 1234 millas cuadradas, que ocupan dos ciudades, 45
villas, 32 lugarejos, y 2496 alquerías ó posesiones (BOVER.
Noticias).
- La Sociedad para el estudio de las lenguas romances,
tiene su asiento en Mompeller, y es notable centro de reunion de
Felibres ó poetas provenzales. En 15 de Setiembre de 1876 publiqué
en el Museo Balear un artículo, con el objeto de dar a conocer en
esta provincia la Felibrería francesa. Voy a reproducirlo en parte;
las relaciones entre baleares y provenzales son de importancia
filológica. Dice así:
“Prometimos en nuestro último número
que nos ocuparíamos con más detalles que entonces , en la nueva
Asociacion general del Mediodía, que se ha constituido en Francia
para el cultivo de la antigua lengua de Oc y de sus dos ramas, que
actualmente son la lengua provenzal y la catalana, con todos sus
dialectos y subdialectos respectivos. La poesía provenzal sigue,
especialmente desde el año último, una marcha ascendente, y sus
manifestaciones vienen á ser verdaderas festividades literarias en
la Francia del Sur; como lo son en la España oriental desde algunos
años á esta parte las manifestaciones de la lengua catalana. En el
mes de Mayo útimo tuvieron lugar dos de estas alegres é históricas
fiestas: una en Nímes y otra en Aviñon, con poco intervalo de
tiempo.
“La ciudad de Nímes erigía una estatua á Reboul, en
los jardines de La Fontaine. El autor de l´Ange et l´enfant, del
Dernier jour, de las Traditionelles, tuvo al escribir en frances sus
horas de gran poesía; pero lo que áun ignoran muchos es que
escribiese en provenzal y fuese en esta lengua un pintor de
costumbres, un poeta lleno de originalidad y de rasgos incisivos y
mordaces. Numerosos felibres acudieron aquel día, y entre ellos
Roumanille, que debía pronunciar un discurso en el momento de la
inauguracion de la estatua. La lluvia impidió el acto; pero por la
noche tuvo lugar en el teatro y delante de un auditorio numeroso, que
pudo oír de boca del gran felibre el más cumplido elogio de su
digno conciudadano.
“La reunion de Aviñon tuvo lugar el 21 de
Mayo, día de Santa Estrella, y aniversario vigésimo tercero del
Felibrije. Tenía por objeto reconstituir esta asociacion sobre bases
más anchas, y darle en Langüedoc y en Gascuña una existencia que
hasta el presente sólo era nominal. La reunion tuvo lugar en la
antigua Capilla de los caballeros de San Juan de Jerusalem,
restaurada hace poco y adornada con inscripciones tomadas de las
obras de los principales poetas de la Provenza contemporánea. Muchos
hombres ilustres se habían adherido al pensamiento; entre ellos
figuraban Mistral, Aubanel, Roumanille, Alberto de Quintana, Gabriel
Azaïs, Bonaparte-Wysse, Anselmo Mathieu, Berluc-Perussis, Alfonso
Tavan, Villeneuve-Esclapon, el abate Lientaud, Arnavielle, Bonnet,
Laforgue, Cárlos de Tourtoulon, Cavallier, Antonio Glaize, Gaidan,
Aquíles Mir, Gaut, Roumieux, Ernesto Rousset, Chastanet, Aressy,
Frizet, Fourès, el hermano Savinien (de las Escuelas cristianas),
Pablo Gaussen, Mario Bourrelly, Mario Girard, Challamel, Bar,
etc.
“Por acuerdo de meridionales y catalanes quedó constituido
definitivamente el Felibrije. Formará una Asociacion especial tanto
en Cataluña como en el Mediodía de Francia, dividiéndose por ahora
en tres secciones ó mantenencias: Provenza, Cataluña y Langüedoc;
abrazando esta última todo lo que no sea la Provenza propiamente
dicha, el condado Venesino, Niza y el Delfinado. Cada mantenencia
tendrá su direccion especial, sus reglamentos y sus escuelas
particulares. Un consistorio de cincuenta mayorales, (majorals =
majouraus), resumirá bajo la autoridad del presidente ó capoulié
las diversas fracciones de la Asociacion. Este consistorio tendrá
sesion anual, en Aviñon, ó en otra ciudad de antemano indicada por
la Junta administrativa. Los mantenedores, (manteneires), pueden ser
en número ilimitado. El catalan de Barcelona, purgado de
importaciones extranjeras y otros defectos sabidos por los
catalanistas de buen gusto, es la lengua literaria de la seccion de
Cataluña.



En
recuerdo de los siete trovadores de Tolosa y de los siete
mantenedores de los Juegos florales de Barcelona, el Felibrije tiene
por símbolo y distintivo una estrella de siete rayos; sus Juegos
tendrán lugar cada siete años; su Junta administrativa se compone
de siete personas, fuera del presidente; y, no contando á éste, el
mismo número siete se encuentra siete veces en el número de
miembros del Consistorio. La palabra Felibre no tendrá
exclusivamente la significacion de poeta provenzal. Segun la
definicion de Aubanel, designa tanto al historiador, al pintor y al
escultor, como al poeta y al erudito: “al que sabe y ama los
nombres de los santos, de los reyes, y de los grandes hombres de
Provenza y Cataluña.” El Felibrije sale de su período provenzal,
y piensa en unir á sus principios é ideas el mediodía de Francia y
el oriente de España.



Una
de las mejores disposiciones de los estatutos votados en Aviñon, es
la que separa en absoluto la política de todas las reuniones del
Felibrije. Hay que responder con hechos á las maliciosas
insinuaciones de la prensa de Paris y Madrid. Los Felibres
provenzales, dice una autorizada Revista, de la cual tomamos estas
noticias, no olvidan jamas que son leales franceses; como los
Felibres catalanes no olvidan jamas que son leales españoles.
“La
Junta directiva ó direccion general del Felibrije la componen los
señores siguientes: Presidente (capoulié), Mistral;
vice-presidentes (assessour), Azaïs, Balaguer, y Roumaille;
canciller (cancelié), Roumioux; síndico de Provenza, Aubanel;
síndico de Languedoc, Tourtoulon; síndico de Cataluña, Alberto de
Quintana...
“Antes de pasar al nombramiento de la Junta, Mistral
leyó su poesía La copa (La coupo). En este canto corren parejas la
esperanza y el temor; el poeta se pregunta si él y sus amigos son el
principio ó el fin de Provenza, los últimos hijos de una raza que
desaparece, ó sus primeros retoños. Aquellos versos entusiastas y
tiernos, miéntras la copa catalana corría de mano en mano
hasta el último convidado, dieron á la reunion un carácter
solemne, no comprendido por los que no sienten amor á los recuerdos,
amor á la historia. Podía considerarse como un sueño esta fiesta
poética, celebrada en la vieja capilla de los caballeros de Malta;
ante aquellos muros, cincelados por los viejos felibres de la piedra;
bajo las bóvedas que oyeron las oraciones de los caballeros,
felibres de la espada. Las cenizas de los muertos trovadores
saltarían de gozo. Pero es que cada nuevo triunfo del catalanismo ó
del provenzalismo, ha dicho Tourtoulon, parece un sueño que se
realiza.
¡Adelante; que así renace la verdadera poesía; así
puede confiar en un dichoso porvenir!”
Esto escribí hace seis
años; la Asociacion general del Mediodía no ha prosperado; mas su
espíritu vive aún en Francia y en España.



(2.a)
PÁGINA
32 (del original en pdf).



La
Lonja. - Este elegante edificio, es modelo del arte ojival aplicado á
las construcciones civiles. Con instrumento público de 11 Marzo
1426, ante Bernardo Sala, notario, tomó el arquitecto mallorquin
Guillermo Sagrera la empresa de levantarlo por el precio de 22,000
libras; luégo se le abonaron 2500 más. “Es la lonja un edificio
rico y noble; en su interior resplandecen la majestad, el desembarazo
y la elegancia; en su exterior gózase de su originalidad y esbeltez;
y de aquella su disposicion particular que le constituye altamente
poético y pintoresco....; ahora que raras fábricas civiles de
aquellos tiempos han sido respetadas, ella es un monumento más
precioso, digno de una conservacion la más esmerada, y tal vez en su
género el primero de España.” (PIFERRER. Mallorca.)

(3.a)



PÁGINA
40.



EL
SEPULCRO DE LA B. CATALINA TOMÁS. - El incorrupto cuerpo de esta
bendita Santa mallorquina yace en una urna de plata y cristales. Fué
trasladado á su capilla del convento de Santa Magdalena de Palma, en
31 Agosto 1815. - A manera de trono se ve un nicho de figura
circular, al que se sube por una escalinata. Sostienen el techo,
artesonado de oro, ocho columnas estriadas de piedra de Santañí, de
órden corintio, con capiteles dorados. Sobre la última grada se
levanta un altar de mármoles, donde descansa la urna. El cardenal A.
Despuig costeó la obra; y fué su arquitecto Tomás Abrínes, y su
escultor Guillermo Torres. (FURIÓ. Panorama.)

(4.a)
PÁGINA
48.

Contra Lulio y la doctrina luliana se han esforzado en
declamar los dominicos, siguiendo al inquisidor Eymerich. En 1483 D.
Fernando V el Católico erigió la universidad literaria mallorquina,
con las mismas prerrogativas de que gozaba la de Lérida. Pero como
en ella había de leerse la doctrina luliana, se opusieron á su
fundacion los dominicos. Mandó el soberano que se zanjasen las
diferencias, disputando públicamente un lulista y un dominico. El
catedrático lulista Pedro Daquí, y el inquisidor Guillermo Caséllas
fueron los nombrados; y, en largas conferencias, á presencia del
obispo, cabildo, jurados y doctores, salió vencedor el lulista. El
dominico, despues de haber confesado delante de tan numeroso y
escogido concurso la bondad de la doctrina luliana, procuró molestar
a Daquí, por medio del inquisidor general; pero un procedimiento tan
extraño dió motivo para que se quitase temporalmente el tribunal de
la inquisicion á los dominicos de Mallorca. - En 1752 se suscitaron
reñidas disputas entre dominicos y lulistas, por no haber querido
asistir los primeros á una fiesta que se celebró en honor del B. R.
Lulio; y, despues de muchos altercados, recayó órden del gobierno
para que los dominicos fuesen privados de las cátedras que
desempeñaban en la universidad mallorquina.
(BOVER. Noticias).



(5.a)
PÁGINAS
74 y 80.

La
fiebre amarilla invadió á Palma en 1870, cuando la ciudad no había
podido aún reponerse de los estragos del cólera de 1865. - En 1870
hizo pocas víctimas; pero todavía se acordaban los ancianos de la
invasion de 1821, cuando la horrible fiebre quitó la vida á 5000
personas.

(6.a)



PÁGINAS
86 y 96.



VALLDEMOSA.
- Situada á unas 3 leguas al N.O. de Palma, en el corazon de la
sierra. Es conocida por lo saludable de su clima, por lo hermoso de
su cielo, por la belleza de su accidentado suelo, y por sus
monumentos artísticos. La Cartuja fué antiguamente un castillo
construido por el rey D. Sancho de Mallorca en 1321; el rey D. Martin
de Aragon, en 1399, hizo donacion del castillo al P. D. Pedro
Solánes, para fundar un monasterio de cartujos, que se conservó
hasta 1835.
- La iglesia moderna, de órden compuesto, se empezó
en 1735 dando la traza el arquitecto D. Antonio Mezquida; el insigne
Jovellános contribuyó con sus consejos á su embellecimiento, y fué
bendecida en 1812. Tiene excelentes pinturas de Juncosa.



(7.a)
PÁGINA
110.



MIRAMAR.
- El sepulcro del B. Raimundo Lulio es obra monumental. Se levanta en
oscura capilla del convento de San Francisco, de Palma. El maestro
Juan Llobet, verdadero fundador de la enseñanza luliana en Mallorca,
erigió á sus espensas la capilla, y trazó é ideó el diseño de
los adornos para el sepulcro. La capilla se acabó en Junio de 1448.
El escultor del sepulcro fué Mossen Francisco Sagrera, presbítero,
de la familia del inmortal Guillermo Sagrera, arquitecto de la Lonja.
En 9 de Setiembre de 1492, se depositó el cuerpo del B. Ramon en la
tumba, donde desde entónces es venerado. - Miramar está situado
cerca de
una ensenada, camino de Valldemosa á Deyá. Hace pocos
años se veían alli las ruinas de una pequeña iglesia, consagrada á
la Santísima Trinidad. Eran los venerandos, aunque olvidados, restos
del colegio de lenguas orientales, fundado en 16 de Noviembre de 1276
por el B. Raimundo. Allí se enseñó durante la edad media la
doctrina del célebre maestro; allí se estableció la primera
imprenta balear, en 1485. - Un ilustre extranjero, un modelo de
príncipes, S.A.D. Luis Salvador, de Austria, ha restaurado tan
gloriosa memoria. En 25 de Enero de 1877 se celebró allí el sexto
centenario de la fundacion del colegio. Permítaseme reproducir lo
que acerca de tan fausto acontecimiento escribí en El Porvenir de
Mallorca, (año 2.° n.° 4), al regresar de la fiesta literaria.



La
fiesta literaria, repetidas veces anunciada por los periódicos de
Palma, para solemnizar el sexto centenario de la fundacion del
colegio de Miramar por nuestro inclito compatriota el mártir Ramon
Lull; tuvo lugar el 25 del pasado Enero, día en que la iglesia de
Mallorca celebra la conversion á la piedad y á mejor vida del
expresado mártir.
Desde las primeras horas de la mañana, una
numerosa concurrencia de personas de todas clases y condiciones se
apiñaban al rededor del edificio y capilla, levantados en aquellos
pintorescos sitios por Su Alteza el Sr. Archiduque de Austria D. Luis
Salvador. Muchos vecinos de los pueblos de Valldemosa, Deyá y Sóller
acudían á la fiesta; y las elegantes señoritas de Palma alternaban
con las sencillas payesas de aquellos montes, formando un encantador
y animado conjunto. A las diez de la mañana empezó la justa
literaria, á la que asistían los principales vates mallorquines.
Desde principios del siglo XVI no se había visto reunido tal y tan
copioso número de literatos para cantar, en las dos lenguas, la
oficial y la materna, la gloria y exclarecidos hechos de Raimundo. En
un largo y espacioso salon, situado en el ala izquierda del edificio,
estaban colocados los señores del certámen, en la forma siguiente:
En el fondo varios personajes distinguidos; á la izquierda, como
formando el tribunal de esa corte de amor y buen decir, S. A. el
Archiduque, su Señora madre la Gran duquesa (duquosa) de Toscana, el
Sr General D. Miguel de la Vega Inclan, el Sr. Alcalde de Palma, y
otras personas representando corporaciones ó autoridades: junto á
la puerta de entrada se agolpaba el bullicioso pueblo, ávido de oír
los inspirados acentos de la poesía lulista: y en el centro y á la
derecha estaban sentados, en sendos sillones de construccion antigua,
formando paralelógramo al rededor de una preciosa mesa, los poetas y
literatos convidados.



A
invitacion del Sr. Archiduque, comenzó D. José María Quadrado á
leer su trabajo, consistente en una bien escrita Memoria histórica
de Miramar, en lengua castellana. Otros señores leyeron elegantes
poesías castellanas, entre los cuales recordamos á D. Juan Palou y
Coll, D. Antonio Frátes, D. Tomás Aguiló, D. Eduardo Infante, D.
Joaquin Fiol, D. Leon Carnicer, Don Francisco María Servera, D. Juan
O´Neille y D. Francisco Manuel de los Herreros. Leyéronse
igualmente hermosas composiciones mallorquinas de las señoras doña
Manuela de los Herreros de Bonet, doña Victoria Peña de Amer, y
doña Margarita Caymari de Baulo, renombradas poetisas de Palma, que
no pudieron asistir al solemne acto. Y la sala resonó con los
acentos, hora tiernos y melancólicos, hora enérgicos y entusiastas
de la Musa lemosina, de la antigua poesía trovadoresca, que parecía
cobrar nueva vida y entrar en el pleno goce de sus derechos
literarios, en aquel sagrado recinto, en donde se habían dado cita
el amor á la Religion, el estudio de la antigüedad y la adhesion á
la patria mallorquina, bajo las ramas de las encinas y de los olivos
seculares. Entre los señores que con sus dulcísimos versos
catalano-mallorquines tributaron elevado culto á Ramon Lull y á su
patria, recordamos á los casi todos laureados, vates D. Jerónimo
Rosselló, Don Gabriel Maura, D. Pedro de Alcántara Peña, D. José
Taronjí, Pbro. (el que escribe el libro), D. Bartolomé
Ferrá, D. Mateo Obrador, D. Tomás Forteza y D. Juan Alcover. No
pudieron asistir á la fiesta, pero enviaron bellas poesías
mallorquinas que fueron leídas con las demas, los señores D. José
Luis Pons, D. Miguel Victoriano Amer, Don Ramon Picó y Campamar, D.
Miguel Costa, y D. Onofre Prohens. Terminó el acto con la lectura de
una sentida carta castellana de D. Mariano Aguiló, quien desde
Barcelona decía no haberle sido posible concurrir á la solemnidad,
pero que se asociaba con toda su alma al espíritu general del
certámen. El Sr. Archiduque dió las gracias a los señores
reunidos, y declaró terminada la justa poética.



Los
poetas y personas convidadas recorrieron con el Sr. Archiduque los
deliciosos paseos de la posesion de Miramar. Las grandes arboledas,
los encrespados montes, las azuladas olas que se pierden á lo léjos
en la vasta llanura de los mares, el sol que desde Occidente difundía
entre las brumas quebrados rayos de misteriosa claridad, sobre los
declives de los montes y los rasgados peñascos de las playas; todo
elevaba el alma, todo absorbía la imaginacion, hácia un mundo ideal
de belleza y de recuerdos. Parecía que la augusta sombra de Ramon
Lull bajaba á conversar con sus queridos discípulos, al cabo de
seis siglos. Todas las poesías habían nombrado á Ramon Lull; todas
las imaginaciones le tenían presente. ¡Que el insigne sabio, desde
el cielo, su eterna patria, bendiga aquellos sitios y estos
esfuerzos!
“A las dos y media de la tarde el Sr. Archiduque
obsequió á sus convidados con una comida; en la que reinaron la
mayor cordialidad, la más dulce expansion y las afecciones más
simpáticas y puras.



Al
despedirse del Sr. D. Luis Salvador y de su señora madre la Duquesa
de Toscana, los baleares que en aquellos salones habían sido tan
caballerosamente obsequiados, llevaban la conviccion de que los
actuales poseedores de Miramar son mallorquines de corazon, y que
están dispuestos á hacer en beneficio de Mallorca y á honor de
Ramon Lull todo lo que pueda concebir su ilustrada inteligencia. En
nombre de todos, el decano de los poetas mallorquines, entregó al
Sr. Archiduque una poesía laudatoria, dedicada á Su Alteza y
firmada por los demas literatos. Y cada uno de estos señores,
recibió de manos de Su Alteza una medalla conmemorativa del sexto
centenario de Miramar. Esta medalla es de metal blanco, perfectamente
acuñada; en el anverso lleva el busto del beato mártir con esta
inscripcion: Ramon Lull. - 1276 -; en el reverso lleva un alto
relieve representando la posesion y la ermita, con este lema: Miramar
-1876. -”



(8.a)
PÁGINA
126.



Deyá.
- Villa á 5 leguas al N. de Palma. En arábigo significa cortijo. En
tiempo de la reconquista pertenecía con Muza ó Valldemosa (vall
de Muza
), á la antigua Buñona, (hoy Buñola), que era cabeza de
uno de los 12 distritos en que los árabes dividieron la Isla.



(9.a)
PÁGINA
136.



SÓLLER.
- Pintoresca é industriosa villa, situada á 4 leguas al N. de
Palma, en un valle de naranjos y limoneros, rodeado de elevadísimas
montañas que se abaten repentinamente en el cerrado puerto. La
configuracion de éste recuerda los más risueños lagos de Suiza é
Italia.



(10.a)
PÁGINA
144.

LA MUERTE DE LOS NARANJOS. - Una desastrosa enfermedad
mataba los naranjos de Sóller, cuando escribimos esta poesía. La
tristeza dominaba los ánimos; sin embargo, los industriosos hijos de
Sóller no se han dejado abatir por el infortunio; y recorren hoy las
ciudades del litoral español y francés, buscando en el comercio lo
que la naturaleza se propuso al parecer negarles. Bien por ellos.

(11.a)
PÁGINA
162.



BINISALEM.
- Está situada á 4 leguas al E. de Palma Antes se llamó Rubines.
La iglesia se edificó en el siglo XVIII. El P. Cayetano de Mallorca
dice que esta iglesia es una de las más bellas alhajas de estas
islas. Su arquitecto fué Bernardo Cabrer.



(12.a)
PÁGINA
164.




RAXA.
- Este predio dista de Palma 2 leguas y media, camino de Sóller. En
tiempo de los árabes se llamó Araxa, y está contiguo á otros
predios que áun conservan el nombre de aquellos invasores, como son
Beni Atzar y Alfabia. El eminentísimo señor Don Antonio Despuig, de
la casa de Montenegro, descubrió, en 1787, en los campos romanos de
Arriccia, en el sitio donde Domiciano dedicara magnífico templo á
la ninfa Egeria, la mayor parte de las preciosísimas esculturas y
fragmentos del arte clásico, que, con lo adquirido de otras partes,
trajo á Mallorca, su patria. Así se fundó el celebrado museo de
antigüedades, uno de los primeros de Europa.



(13.a)
PÁGINA
168.



LLUCH.
- La pequeña antiquísima imágen de la Vírgen, fué hallada por un
pastorcillo en 1238, en el fondo de un lúcus o bosque sagrado. Al
principio, se la dedicó una capilla; luégo los templarios le
cedieron porcion de un predio, en 1270. Tomás Tomás, prohombre de
la casa, en 1456 le cedió otro predio; y Calixto III en el mismo año
erigió allí un colegio de sacerdotes, confirmado en 1465 por
Alejandro VI. Clemente VII en 1551 dió las actuales constituciones.
Ademas del prior y sacerdotes del culto, tiene 20 estudiantes de
latin y música. La obra actual es del siglo XVI. En sus espaciosas
crujías hospédanse continuamente multitud de peregrinos baleares.




(14.a)
PÁGINA
174.

LA VICTORIA. - Es un cerro que termina en el promontorio
del Pinar, al N. E. de la Isla. Encima hay la ermita de la Vírgen de
la Victoria, llamado así desde la época de las germanías. A un
lado está la ciudad de Alcudia en el fondo de su bahia, y al otro en
otra bahía la graciosa villa de Pollenza. - Alcudia es nombre árabe
que significa altozano; Pollenza, nombre latino, que significa poder,
(de pollens), como que Pollentia era, (segun dicen algunos), la
capital de la isla, y colonia romana.
La Vírgen fué hallada
tambien por un pastor. - En 1405 D. Luis de Prádes concedió al
ermitaño Diego que pudiese celebrarse misa en la capilla. En 1523
habitaron allí frailes carmelitas. Por una victoria que los de
Alcudia obtuvieron contra los comuneros, en 1522, se le dió este
nombre á la Vírgen.

(15.a)
PÁGINA
180.



RANDA.
- El cerro de Randa forma un doble cono truncado, á 3 leguas al E.
de Palma. El santuario de Gracia está á la ladera del S., engastado
en la roca. El P. Miguel Galmés, lo edificó en 1497, construyendo
oratorio y hospedería. La nueva iglesia data de 1644.
- Sobre el
peñasco descuella la ermita de San Honorato, fundada en 1394 por el
ermitaño Arnaldo Brull. - En la parte más elevada del cerro vense
las ruinas del colegio de Ntra. Sra. de Cura, donde enseñaron
famosos lulistas, (Boil, Pelagio, Daquí, Llobet, Libanio). - El
viajero debe visitar la cueva de Lulio, y la mata escrita, en cuyas
hojas parecen leerse, (segun cuentan), los nombres de Jesus y María,
en caractéres hebreos, grabados por Lulio. Los reyes católicos, y
el B. Juan de Ribera quisieron tener hojas de este lentisco. - Al

(aquí salta de la página 545 a la 550).




ÍNDICE
(se omite).



FIN DE LA OBRA.





ERRATAS
Y CORRECCIONES.



Página Línea Dice Debe
decir.



(respecto
al original en pdf
)



4 13 arpa harpa



24 27 Abg
reu Ab greu



40 8 Sus
lo sepulcre Vora´l sepulcre



52 13 Totxa Xotxa



60 25 Donzelles
y dorades Donzelletes y orades.



80 2 VII VIII



111 4 quec
ompuso que compuso



121 2 Oh
tú, que nos escuchas, histórica ruina
Oh tú, histórica
ruina
142 17 1876 1868



154 25 voltons voltors



157 15 re
recoge se esconde



163 11 piedra
fría, piedra parda,
166 9 cristalina cristallina



180 15 voluntad voluntat



192 11 La
vida amor. La vida amor;
193 11 La vida amor. La vida
amor;
194 9 Yá Morey y á Salvá los inspiraren



Y
á mestres mallorquíns los inspiraren



195 8 á
los maestros Morey y Salvá á maestros
mallorquines,
288 10 Que´l pur oratje Qu´ab los
oratjes
id. 11 del cel me trau; del cel baxau;
321 5 a
llamarada la llamarada



322 8 trits! trist!

440 2 la encreuat l´encreuat



512 15 esperitual espiritual



526 7 ó
balear ó balear,
id. 23 OBSERVACION, 2.a OBSERVACION 2.a



527 14 valensianos valencianos



id. 17 taliano; italiano;