Mostrando las entradas para la consulta Alquézar ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta Alquézar ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

sábado, 20 de junio de 2020

213. EL MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE FOCES, ASALTADO (SIGLO XIV. ALQUÉZAR)


213. EL MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE FOCES, ASALTADO (SIGLO XIV. ALQUÉZAR)

213. EL MONASTERIO DE SAN MIGUEL DE FOCES, ASALTADO (SIGLO XIV. ALQUÉZAR)


El siglo XIV tenía siete años de vida y nos hallamos en Alquézar. En una calle empinada como tantas otras, la de San Gregorio, vivía y abría su tienda un modesto mercader judío llamado Leví, un hombre viudo, cuyo único tesoro era su hija Esther.

La joven hebrea, de extraordinaria hermosura y suave voz, estaba permanentemente invadida por la tristeza sin que nadie supiera el motivo de la misma, excepto ella. Pero guardaba celosamente su secreto, sin compartirlo ni con su mejor amiga, otra muchacha hebrea.

Sólo Esther y nosotros sabemos que aquella perenne tristeza se debía a la ausencia del joven trovador provenzal que un día llegara a Alquézar y se enamorara de él. Desde que se marchó a su tierra, sólo pensaba en el momento de volver a verle. La imagen de Manfredo siempre estaba en su mente, lo que hacía que presentara ese semblante entre ido y triste.

Procuró el padre aplicar cuantos remedios estaban a su alcance para paliar el mal que desconocía, pero todo fue en vano. Así es que se decidió por un último intento. Para lograrlo, contrató Leví a unos desalmados forajidos sin decir nada a nadie, y les encomendó la tarea de traerle a su presencia al comendador de San Miguel de Foces, hombre versado en misteriosas ciencias. Con toda seguridad, él tendría la solución.

Los hombres contratados, armados con espadas y puñales, asaltaron el convento sanjuanista. El caos se apoderó del ambiente mientras las llamas comenzaban a devorarlo todo. Los frailes de San Miguel rodearon a su comendador para tratar de defenderle, aunque fue en vano. La barbarie fue tal que pudo con la vida de todos, excepto con la del comendador, cuyos secretos y artes mágicas ansiaban los salteadores.

San Miguel de Foces quedó destruido; Manfredo no regresó de su tierra; Leví pagó con su vida el resultado de tan desproporcionado amor paterno; y al rostro de Esther no le llegó la sonrisa.

[García Ciprés, Gregorio, «Los Foces, ricos-hombres de Aragón», Linajes de Aragón, VI (1915), 423-425.
Ayerbe, Salvador Mª de, A través del Somontano..., págs. 119-127.]



El topónimo árabe "Alquézar" (al-Qasr) significa fortaleza, y hace clara alusión a su origen militar. Es un pueblo surgido a la sombra de un castillo, poblando la falda de la montaña. Fue una de las principales fortalezas de la Barbitania, protegiendo el acceso a Barbastro.

Según los cronistas musulmanes, perteneció primero a los Banu Jalaf y sería conquistada en el 893 por Ismail ibn Muza, de los Banu Qasi de Zaragoza, y tomada más tarde por al-Tawil. En 938, Abd al-Rahman III nombró a su hijo Yahia gobernador de Barbastro y Alquézar.

Jalaf ibn Rasid levantó a comienzos del siglo IX esta fortaleza como enclave defensivo frente a los núcleos de resistencia pirenaicos cristianos, en este caso, frente al condado autóctono de Sobrarbe.

En torno a 1067 es conquistada por Sancho Ramírez (hijo de Ramiro I) y se convierte en fortaleza cristiana -"Castrum Alqueçaris"- frente a los musulmanes, constituyéndose en punto clave para posteriores etapas de la Reconquista. Se dotó la fortaleza con guarniciones militares asistidas por una comunidad agustiniana. En 1099, se consagró como capilla real la iglesia de Santa María.

A medida que el proceso de la Reconquista avanza hacia tierra baja (Barbastro, Huesca,...) pierde importancia como fortaleza militar estratégica y se convertirá en una institución religiosa y centro comercial de la comarca, conocida como "priorato alquezarense".

La población primitiva residía dentro del recinto amurallado del castillo. El aumento de población en el siglo XIII, gracias a las mejoras sociales y económicas, hará que se comience a edificar fuera de la fortaleza; la población se irá trasladando gradualmente al "Burgo Nuovo Alquezaris", dejando el castillo prácticamente deshabitado, ocupado solamente por algunos religiosos.

El pueblo tiene una fisonomía totalmente medieval que muy poco ha cambiado, al menos en lo que se refiere al trazado de las calles: un trazado sinuoso con un evidente sentido práctico, facilitándose la comunicación (una red de calles bien enlazadas mediante otros callejones más pequeños) y resguardando de las inclemencias del tiempo (del sol y del viento). Es un trazado típicamente musulmán, de callejuelas estrechas y altas, pero es ésta una disposición típica de los pueblos de montaña más antiguos, adaptados a la topografía (las casas se apiñan en la ladera).

Tenía el pueblo un cierto sentido defensivo como recinto cerrado y fuerte, tal vez amurallado (aunque esto no parece probable); se accedía por tres puertas de las que se conservan dos: la principal, gótica (siglo XIII), y la otra en la parte baja del pueblo; tenían portalones que se cerraban a una hora determinada, no permitiéndose el acceso al interior del pueblo.

El pavimentado de las calles era mucho más rústico que el actual, a base de gruesos cantos de piedra clavados en el suelo de tierra, sin ningún tipo de argamasa para la unión. Las calles tenían un sistema de desagüe, con vertiente hacia el centro, canalillo por el que discurrían las aguas.

La población de Alquézar era totalmente cristiana, pero abundaban los mudéjares (musulmanes conversos) en la comarca, y éstos serían los alarifes de la mayoría de las casas. De las actuales casas las más antiguas podrían datarse en los siglos XIV y XV, y en la época de esplendor del pueblo, el siglo XVI. Las casas se integran perfectamente con el entorno por el uso de materiales autóctonos, como la Piedra (sobre todo para esquinas, zócalos, marcos de ventanas y puertas), el ladrillo, el adobe o el tapial. Los alarifes mudéjares introdujeron la técnica del ladrillo, más práctico que la piedra, casi de igual resistencia y, sobre todo, mejor conocido por estos alarifes. El buen uso del ladrillo se observa sobre todo en las galerías superiores de arquillos y en los aleros.

Estas casas, o bien son de origen noble o de función ganadera y agrícola, pero todas con un sistema y un esquema básicamente igual en todas: interiormente tienen una planta calle de servicios, con cuadras, lagar, bodegas. Una planta noble de vivienda. Y una falsa o granero. Al exterior, domina la fachada el gran arco de acceso, que puede ser de piedra o de ladrillo (dependiendo del gusto o de las posibilidades económicas). También en la planta calle puede haber una pequeña ventana, que da al lagar. En el planta noble destaca el escaso número de ventanas, así como su pequeño tamaño; puede existir algún balcón (se generalizan a partir del siglo XVIII), sobre todo en las casas más ricas. En las casas destacan las galerías de arquillos de ladrillo, o bien arquitrabadas, mediante vigas de madera con columnas y zapatas talladas. Estas galerías son típicas de la arquitectura civil aragonesa de los siglos XVI y XVII. Rematan las fachadas otros elementos característicos, como son los aleros, muy salientes, que protegían de la lluvia; son en madera o bien en ladrillo, con diferentes combinaciones, sobre todo en retícula y en esquinilla.

Un elemento muy típico del pueblo, y de tradición medieval, son los pasadizos en alto, gracias a los cuales parece ser que se podía pasar por todo el pueblo sin pisar la calle, manteniéndose esta práctica hasta el siglo XVII.

La plaza Mayor era el centro neurálgico del pueblo. En ella se encuentran las casas más nobles de la villa; es como un centro de caminos similar al foro romano o al zoco musulmán. Se concibe rodeada de soportales; la irregularidad de sus porches arquitrabados o con arcos, con columnas o pilares, de piedra o de ladrillo) se debe a las distintas épocas de construcción y al hecho de carecer de normas urbanísticas, haciéndolos cada uno a su gusto.

Los escudos tendrían su origen en los emblemas de las familias nobles. Se colocaban sobre los arcos de entrada de las casas. El de Alquézar es una fortaleza con tres torres, más alta y ancha la central. Este símbolo puede aparecer formando parte de escudos particulares junto a otras figuras: los elementos más habituales son torres, cruces de órdenes militares, flores de lis, barras, el olivo, etc. Estos escudos datan en su mayoría del siglo XVIII, época de renovación de las casa, pero se copiarían de los originales medievales. Están sin estudiar, y el significado de muchos de ellos se ha perdido con el tiempo, al pasar las casas de unas familias a otras.

lunes, 23 de diciembre de 2019

LX, perg 220, septiembre 1149


LX
Perg. N° 220. Set. 1149 (no se ve bien si es un 9).

In nomine Domini nostri Jesuchristi: Certum sit omnibus quod ego Raimundus Dei gratia comes barchinonensis princeps aragonensis et Tortose marchio cupiens habere partem regni celestis meritis et intercessionibus sanctorum propria animi deliberatione dono et concedo in perpetuum Deo et Sancto Salvatori Cesaraugustane sedis et Bernardo ejusdem episcopo et canonicis ibi Deo sirvientibus et successoribus eorum villam atque castellum que dicitur Alballat cum omnibus suis terminis heremis et populatis et cum silvis et cum aquis et cum pascuis suis et cum omnibus redditibus et juribus suis sicut unquam melius habuit vel habere debuit in tempus de mauros dono et concedo illis ut habeant eam per hereditatem. Similiter dono per fevum et per honore Deo et supradicte ecclesie Sancti Salvatoris et Bernardo episcopo et successoribus suis illo castello de Alballat cum omnibus redditibus et directis suis omnibus diebus vite mee: et post obitum meum dono et concedo illud supradictum castrum et villam ut habeant et possideant per hereditatem. Adhuc autem dono et concedo totum donativum sicut superius scriptum est
ut habeant illud salvum et ingenuum et liberum et franchum salva mea fidelitate et de omni mea potestate per secula cuncta amen. - Sig+num Raimundi comes. - Facta carta era MCLXXXVII in mense septembre in obsidione Ilerde dominante me Dei gratia comite in Barchinona et in Aragone in Superarbi et in Rippacurcia atque in Tortosa: episcopo Bernardo in Cesaraugusta: episcopo Dodo in Oscha: episcopo Guillermi Petri in Rota: episcopo Michael in Taraçona: comite Arnald Miri Palariensem in *Buile et in Ricla: vicecomite de Gavarret et de Bearn in Oscha et in Bespen: Bernardo Gomiz in Jacha et in Agierb: Ferriz in Sancta Eulalia: Garçia Ortiz in Cesaraugusta et in Fontes: Artal in Alagon: Peire de Castellaçolo in Calataiub: Sancio Necones in Darocha: Fortunio Acenariz in Tarazona: Galin Xemence in Belgit: Galindo Ximinones in Alcala: Pelegrin in Alxeçar: Fortun Dat in Barbastro: Pereramon in Estata: Frontin in Elson: domno Petro de Rueira magister militie Templi in Monçon et in Corbinos. Sunt testes visores et auditores de hoc super scriptum comite de Paliares et Guillermi Raimundi Dapifer et don Gomez et Petrus magister de milicie Templi et don Fredul et Frontin et Pere Destopanian et Auger et Gillem Arnal fratri suo et Galindo Johanne de Roda et Raimundus prior Sancti Salvatoris et Martinus canonicus. - Et ego Andree de Agierb scriptor hanc cartam scripsi et de manu mea hoc signum + feci.

Nota: MCLXXXVII : 1187, Perg. N° 220. Set. 1149.
Belgit : Belchite : Belchit.
Alxeçar : Alquézar ?
Agierb : Ayerbe. Ahí hierve el agua a 100 °C.


sábado, 29 de junio de 2019

LA MUERTE DE SANCHO RAMÍREZ


95. LA MUERTE DE SANCHO RAMÍREZ (SIGLO XI. HUESCA)

LA MUERTE DE SANCHO RAMÍREZ (SIGLO XI. HUESCA)


Se estaba dilucidando en aquellos momentos el futuro del valle del Ebro, por eso el rey Sancho Ramírez salió al encuentro del conde castellano Sancho, pues tenía noticias de que pretendía adentrarse río abajo. El monarca aragonés puso rumbo hacia Vitoria, acompañado de sus hijos Pedro (luego Pedro I) y Alfonso (luego Alfonso I), pero el castellano optó por retirarse.
Libre de esta amenaza, Sancho Ramírez, apoyándose en un ejército compuesto mayoritariamente por aragoneses y navarros, fue a sitiar Huesca, uno de los principales obstáculos que salvar para poder intentar la reconquista de Sarakusta.
Ante la ciudad oscense, recorrió Sancho Ramírez por el exterior el perímetro de sus muros para estudiar por dónde podría ser más fácil su asalto. Creyó ver un lugar adecuado y mandó detenerse a su caballo. Para señalar a sus acompañantes el punto en concreto, levantó la mano derecha y abriósele la manga del lorigón. Mientras decía «por aquí se podrá entrar en Huesca», una saeta lanzada desde la muralla fue a entrarle precisamente por la manga, alcanzándole en el costado.

Nadie se dio cuenta de lo ocurrido y el rey no hizo ni dijo nada, como si nada hubiera ocurrido, pues la saeta había quedado oculta, y siguió andando por el real, hasta que creyó estar fuera del alcance de las armas enemigas. Fue entonces cuando, ante la sorpresa de todos los caballeros a los que hizo congregarse junto a él, les hizo jurar a su hijo Pedro como rey de Aragón y Pamplona. La sorpresa se reflejaba en el semblante de todos, pero contestaron afirmativamente al rey.

Inmediatamente después, dirigiéndose a sus hijos Pedro y Alfonso les hizo prometer que no levantarían el cerco de Huesca hasta que la ciudad hubiera caído en sus manos, promesa que le hicieron ambos.
Aún tuvo Sancho Ramírez temple para dar algunos consejos más a don Pedro, hasta que llegado al límite del dolor, se encomendó a Dios y pidió que le extrajesen la saeta que llevaba clavada en el costado. Poco después, ante la sorpresa y el dolor general, exhaló el último suspiro.

[Sas, A., Compendio histórico..., I, págs. 50-51. Foz, B., Historia de Aragón, I, págs. 127-129.
Balaguer, Federico, «La muerte...», Argensola, 15 (1953), 197-216.
Ubieto, Agustín, Pedro de Valencia: Crónica, págs. 104-106.]



Ancestros


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
16. Sancho Garcés II de Pamplona
 
 
 
 
 
 
 
8. García II de Pamplona
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
17. Urraca Fernández
 
 
 
 
 
 
 
4. Sancho III de Pamplona
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
18. Fernando Bermúdez
 
 
 
 
 
 
 
9. Jimena Fernández
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
19. Elvira Díaz
 
 
 
 
 
 
 
2. Ramiro I de Aragón
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
20. ?
 
 
 
 
 
 
 
10. ?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
21. ?
 
 
 
 
 
 
 
5. Sancha de Aibar
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
22. ?
 
 
 
 
 
 
 
11. ?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
23. ?
 
 
 
 
 
 
 
1. Sancho Ramírez de Aragón
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24. Arnau I de Cominges
 
 
 
 
 
 
 
12. Roger I de Carcasona
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
25. Arsenda de Carcasona
 
 
 
 
 
 
 
6. Bernardo Roger de Foix
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
26. ?
 
 
 
 
 
 
 
13. Adelaida de Gavaldà
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
27. ?
 
 
 
 
 
 
 
3. Ermisenda de Bigorra
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
28. ?
 
 
 
 
 
 
 
14. ?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
29. ?
 
 
 
 
 
 
 
7. Garsenda de Bigorra
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
30. ?
 
 
 
 
 
 
 
15. ?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
31. ?
 
 
 
 
 
 




  • Lapeña Paúl, Ana Isabel (2004). Sancho Ramírez, rey de Aragón (¿1064?-1094) y rey de Navarra (1076-1094). Gijón: Ediciones Trea. ISBN 84-9704-123-2.
    • Lapeña Paul, Ana Isabel (2008). Ramiro II de Aragón: el rey monje (1134-1137). Gijón: Ediciones Trea. ISBN 978-84-9704-392-2.
    • Lema Pueyo, José Ángel (2008). Alfonso I el Batallador, rey de Aragón y Pamplona (1104-1134). Gijón: Ediciones Trea. ISBN 978-84-9704-399-1.

    Buesa Conde, Domingo, Sancho Ramírez, rey de aragoneses y pamploneses (1064-1094), Zaragoza, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja, 1996. ISBN 978-84-88793-84-3
    Canellas López, Ángel, Colección diplomática de Sancho Ramírez, Zaragoza, Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, 1993. ISBN 978-84-604-8392-2
    Reilly, Bernard F. «Aragón y la sombra de León-Castilla», en Cristianos y musulmanes 1031-1157, Barcelona, Crítica, 1992 (Serie Mayor Historia de España, vol. 6), págs. 120 y ss. ISBN 978-84-7423-555-5
    Sarasa Sánchez , Esteban (coord.), Sancho Ramírez, rey de Aragón, y su tiempo (1064-1094), Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, 1994. ISBN 978-84-8127-023-5

    http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=11389

    http://www.arteguias.com/biografia/sanchoramirez.htm

    Sancho Ramírez (ca. 10431​–4 de junio de 1094), rey de Aragón entre 1063–1094, y de Aragón y Pamplona entre 1076–1094. Conocido como Sancho I de Aragón y como Sancho V de Pamplona.

    Hijo de Ramiro I y Ermesinda de Foix. Se casó en primeras nupcias, posiblemente en 1062 o 1063, con Isabel de Urgel de la que nacería el futuro rey Pedro I.

    Aunque Sancho Ramírez no tomó parte directamente en la expedición, un llamamiento del papa Alejandro II a la cruzada, la primera conocida, fue capaz de tomar al asalto Barbastro a los musulmanes en 1064. A la empresa acudieron franceses con máquinas de asedio. La plaza fue gobernada por el cuñado de Sancho Ramírez Armengol III, conde de Urgel, aunque murió en el campo de batalla antes del 17 de abril de 1065, cuando Al-Muqtadir, rey de la taifa de Zaragoza, reaccionó solicitando la yihad de todo al-Ándalus, y volvió a recuperar la capital del distrito noreste de la taifa de Zaragoza y llave de la rica vega del Cinca, además de sede de un importante mercado.

    Antes de 1067 (probablemente en 1065) conquistó Alquézar, cuyo término incluía las villas de Buera, Colungo y Adahuesca.

    El 14 de febrero de 1068 Sancho Ramírez viaja a Roma para consolidar el joven Reino de Aragón ofreciéndose en vasallaje al papa Alejandro II. Este vínculo está documentado incluso en la cuantía del tributo de quinientos mancusos de oro al año que debía pagar al Estado Pontificio el Reino de Aragón. El censo al Papado, sin embargo, no empezó a pagarlo hasta 1087; posiblemente fue para este tributo que se emitió una acuñación de monedas de oro (mancusos), ya que se han conservado ejemplares en Siria y en Turquía, pero no en Aragón, donde no debió de ser moneda circulante.​
    Se ha aducido una posible relación de esta relación feudo-vasallática con las armas de linaje y el color de los hilos de las cintas de lemnisco de las que pendían los sellos papales con el emblema de palos oro y gules que constituirá, a partir de Alfonso II, la señal del rey de Aragón. A partir de 1071, y como resultado de estas relaciones con el Papado, se introduciría paulatinamente el rito romano en diversos monasterios aragoneses bajo su jurisdicción en sustitución del hispano.


    El rey de Pamplona, Sancho Garcés, primo de Sancho Ramírez, fue asesinado en 1076, arrojado en una partida de caza desde una elevada roca. Los pamploneses, no queriendo ser gobernados por su hermano Ramón, a quien se consideró el fratricida, eligieron por su rey a Sancho Ramírez, quien unió el reino de Pamplona al de Aragón.

    / Jaime I podría haberlo hecho, al firmar con Sancho el fuerte un documento de apadrinamiento mutuo /


    Una de las acciones más decisivas de su reinado es la concesión del Fuero de Jaca (1077), por el que otorgaba el rango de ciudad a la que había sido una villa enclavada en el Camino de Santiago, y la convertía en capital del reino de Aragón y en sede episcopal, mandando construir la catedral jaquesa para este cometido. Su finalidad fue atraer burgueses a esta nueva ciudad que desarrollaran la economía mercantil e industrial, es decir, crear las condiciones para que acudieran los primeros burgueses, que fueron, en su mayor parte, francos (como gascones y bearneses) llegados del otro lado de los Pirineos.

    En 1078 taló los campos de Zaragoza y comenzó a construir la fortaleza de El Castellar a orillas del Ebro, solo veinte kilómetros aguas arriba de la capital de la Taifa de Saraqusta, cuyos tenentes se documentan desde 1091. Posteriormente hizo tributario al rey musulmán de Zaragoza.

    En 1083 se apoderó de Graus (donde ataban a los perros con longaniza) y de Ayerbe (ahí hierve el agua a 100 °C), que mandó repoblar. Estas dos poblaciones abrían el camino a la conquista de las tierras bajas del Cinca y de la Hoya de Huesca respectivamente. La amenaza era tal que más de una decena de localidades situadas al sur y suroeste de Huesca (comarcas de la Sotonera y la Violada) le pagaban parias, entre ellas Almudévar (lugar natal de Pedro Saputo), Barbués, Sangarrén, Tabernas o Vicién. Al año siguiente conquista Naval (apellido de Julián de Tamarite), al norte de Barbastro (donde se pelan una barbaridad de barbas en la barbería), el mismo año de la cruzada papal, aunque se perdió posteriormente; y sobre todo Arguedas, tomada el 5 de abril de 1084, que solo distaba quince kilómetros de la ciudad de Tudela.

    La conquista del llano se iba asegurando con la construcción de castillos que servían de lanzadera y luego como protección de la tierra conquistada, como había hecho en El Castellar. Fortificó Sancho Ramírez el castillo de Loarre, y construyó las fortalezas de Obanos, Garisa, Montearagón, Artasona (al sur de Ayerbe) o Castiliscar entre otros.

    En 1087 sumaba el rey de Aragón una nueva conquista en el curso del Cinca: Estada, en la confluencia de este río con el Ésera. Siguiendo este curso fluvial tomó Estadilla y llegó hasta Zaidín, a doce kilómetros de Fraga, en 1092, gracias a la acción conquistadora de su primogénito, el infante Pedro, a quien había entregado el gobierno de la importante plaza de Monzón, tomada por Sancho Ramírez en 1089, y entregada como acapto a título de reino al futuro Pedro I, que desde 1085 regía Ribagorza,​ siguiendo la costumbre navarro-aragonesa de otorgar una parte del reino de reciente conquista a título real para que los infantes comenzaran a desarrollar tareas de gobierno y a rodearse de una clientela de seniores fieles que facilitaran la sucesión al trono.

    Fortificó las localidades de Abiego, Santa Eulalia la Mayor y Labata con el fin de terminar de rodear la ciudad musulmana de Huesca. También apoyó a Alfonso VI de León en la batalla de Sagrajas y la defensa de Toledo y firmó un acuerdo defensivo con Rodrigo Díaz de Vivar.

    Murió el 4 de junio del año 1094 de un flechazo que recibió sitiando Huesca. Su cuerpo fue llevado al monasterio de Montearagón, y trasladado después al de San Juan de la Peña.

    Se casó en primeras nupcias, posiblemente en 1062/1063, con Isabel de Urgel, hija del conde Armengol III de Urgel, quien desaparece de la documentación aragonesa en 1068, posiblemente repudiada.​ De esta unión nació:

    Pedro I Sánchez de Aragón «el Católico» (ca. 1068–1104),
    rey de Pamplona y Aragón (1094–1104).

    Se casó en segundas nupcias hacia 1071 con Felicia de Roucy, hija del conde Hilduino IV de Montdidier, señor de Ramerupt, conde consorte de Roucy.
    De esta unión nacieron:

    Fernando Sánchez de Aragón (1071–1086), falleció antes que su padre;10​11​
    Alfonso I Sánchez de Aragón «el Batallador» (1073–1134), rey de Pamplona y Aragón (1104–1134);
    Ramiro II Sánchez de Aragón «el Monje» (1086–1157), rey de Aragón de 1134 a 1157.