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martes, 23 de junio de 2020

315. GRAUS SALVADA DE LA INUNDACIÓN


315. GRAUS SALVADA DE LA INUNDACIÓN (SIGLO XV. GRAUS)

De todos es conocida la veneración que el pueblo de Graus profesa a san Vicente Ferrer, el famoso fraile predicador, al que los grausinos nombraran
—en recuerdo de su estancia en la villa— su patrón y guía, y del que quedan múltiples evocaciones y testimonios.

Entre los recuerdos más imborrables está un hermoso crucifijo que el santo predicador donara a la iglesia de San Miguel en testimonio de las muchas homilías en ella ofrecidas a los fieles, un Cristo que llevaba siempre consigo allá adonde fuera.

Es creencia generalizada que este crucifijo propiedad del santo salvó en cierta ocasión de la catástrofe a su villa preferida. Ocurrió que, tras un invierno muy crudo y largo, durante el cual estuvieron completamente cubiertas de nieve las cumbres pirenaicas, la primavera fue tumultuosa para los ríos Ésera e Isábena. El prolongado deshielo provocó constantes avenidas, arrastrando enormes piedras, haciendo variar los cauces, derribando antiguos puentes y anegando las huertas de la subsistencia.

Una noche de un mes de abril, el nivel de las aguas de los dos ríos amenazó con anegar por completo toda la villa, a la que entonces la abrazaban ambos, quedando sitiada y sin posibilidad de socorro exterior. Un palmo más de agua y las calles de Graus serían brazos incontrolados del Ésera y del Isábena. No se veía posibilidad humana de poderlos contener y mucho menos de dominarlos. Morirían, sin duda, muchos hombres y animales.

Los grausinos, desesperados y temerosos, recurrieron entonces al santo cristo que el fraile les donara, poniendo el pie de la cruz en contacto con las aguas desbordadas. Al instante, como si de un verdadero sortilegio se tratara, el nivel de ambos ríos disminuyó, y, más asombroso todavía, el cauce del Isábena desvió su trayectoria de siempre, para unirse al Ésera aguas abajo de Graus, como ocurre en la actualidad. Desde entonces, la villa dejó de temer al deshielo, por muy abundantes que sean las nieves del invierno.

[Faci, Roque A., Aragón..., I, págs. 134-135.]

290. VICENTE FERRER INSTITUYE LA PROCESIÓN DE LA DISCIPLINA


290. VICENTE FERRER INSTITUYE LA PROCESIÓN DE LA DISCIPLINA
(SIGLO XV. GRAUS)

Una vez más Vicente Ferrer, el dominico valenciano, había entusiasmado con sus sermones a los barbastrenses, a los que, por cierto, salvó de una espantosa tempestad mientras estaban oyendo misa en la catedral. Luego, cuando creyó que su misión había concluido en la ciudad del Vero, se encaminó a Graus. Era el verano de 1415, y los grausinos le recibieron también con los brazos abiertos, en olor de multitudes, acudiendo gentes de todos los pueblos de las riberas de los ríos Ésera e Isábena.

En Graus inició una línea nueva filosófico-religiosa, de manera que una buena parte de los argumentos mantenidos por el santo fraile dominico se basó en una defensa apasionada de la disciplina de la carne como medio eficaz de santificación y de penitencia, puesto que si sangrar al cuerpo mortal para buscar su curación era sano —se refería, sin duda, a las sangrías que los galenos recetaban en no pocos casos—, más lo sería para sanar el alma.
La palabra de Vicente Ferrer era escuchada en sermones diarios, bien en la iglesia bien en la plaza, a los que acudía con recogimiento prácticamente toda la población. Lo cierto es que sus argumentos calaron muy hondo entre los grausinos, de modo que, siguiendo prácticamente al pie de la letra sus pláticas, accedieron a establecer la penitente procesión de la disciplina, de la que el santo valenciano se puede considerar su inventor y Graus uno de los lugares pioneros de esta práctica piadosa, que llegaría a alcanzar su máxima expresión durante los actos procesionales de Semana Santa.

Como es natural el predicador tuvo que abandonar Graus para proseguir su andadura pastoral, pero fue tal la semilla que el valenciano sembró en Graus que la villa determinó adoptarle como patrón, distinción que perdura hasta la actualidad.

[Vidal y Micó, Francisco, Historia de la portentosa vida..., pág. 231.]

273. SAN RAMÓN LIBERA A DOS SOLDADOS


273. SAN RAMÓN LIBERA A DOS SOLDADOS (SIGLO XII. RODA DE ISÁBENA)

273. SAN RAMÓN LIBERA A DOS SOLDADOS (SIGLO XII. RODA DE ISÁBENA)


Ramón Guillermo, el futuro san Ramón, accedió al obispado de Barbastro siendo rey de Aragón Pedro I, y es sabido que ambos congeniaban perfectamente, pero la muerte del rey supuso un duro golpe para aquél, máxime cuando Alfonso I el Batallador, por su carácter activo y avasallador, se entendió mucho mejor con Esteban, obispo de Huesca, al que apoyó en sus reivindicaciones contra el barbastrense.

Lo cierto es que el francés san Ramón tuvo que huir de Barbastro y refugiarse en Roda de Isábena, donde moriría en el exilio. Pero su fama trascendió a su muerte, siendo considerado como santo por sus contemporáneos, de manera que se le adjudican varios legendarios milagros que le sirvieron para acceder a la santidad oficialmente.

En cierta ocasión, dos soldados cristianos estaban cautivos de los moros en tierras de Castilla. Sufrían un severo encarcelamiento en una mazmorra lóbrega, con una escasa pitanza el día, en condiciones sanitarias deleznables y cargados de grilletes que les sujetaban a la pared. Las posibilidades de escapar por sus propios medios de aquella prisión eran prácticamente nulas y las de recibir ayuda, ninguna.

En la última contienda entre castellanos y aragoneses, en la que estuvieron presentes, debieron tener conocimiento de la fama de santidad que adornaba al ex obispo de Barbastro, Ramón, ya fallecido, y de los muchos milagros que solía hacer Dios en beneficio de sus devotos, de modo que decidieron invocarle con gran esperanza.

Aquel día, cuando intuyeron que había caído la noche, pues desde su mazmorra no tenían noción del transcurso del tiempo, oraron piadosamente poniendo sus pensamientos en el santo obispo rotense. Inmediatamente se les cayeron los grilletes y las cadenas y se abrieron de par en par las puertas de la prisión, de modo que pudieron escapar amparados en la oscuridad reinante.

Sin dudarlo, se dirigieron al reino de Aragón camino de Roda de Isábena, donde se postraron ante la tumba del santo, dando testimonio a todo el mundo del milagroso acontecimiento y dejando colgados en una pared cercana las cadenas y los grilletes que les habían tenido prisioneros.

[López Novoa, S., Historia... de Barbastro, pág. 100.]

272. SAN RAMÓN CURA A UNA JOVEN DESAHUCIADA


272. SAN RAMÓN CURA A UNA JOVEN DESAHUCIADA (SIGLO XII. RODA DE ISÁBENA)

El obispo Ramón de Barbastro, reconfortado por el cariño de los rotenses, acababa de morir en olor de santidad en el forzado exilio de Roda de Isábena, donde le habían llevado tanto la ambición desmesurada y sin límites del obispo Esteban de Huesca como la connivencia con éste del propio rey de Aragón, don Alfonso I el Batallador, quien al cabo del tiempo acabaría arrepintiéndose finalmente por ello.

Unos meses después de fallecer el obispo, sucedió que, en el mismo pueblo de Roda de Isábena, una muchacha de la localidad enfermó gravemente de calenturas. Transcurrió el tiempo lentamente sin que sintiera mejoría alguna, a pesar de los denodados esfuerzos hechos por los médicos, e incluso por algunos curanderos, por sanarla.

Lo cierto es que la madre —y con ella toda la familia— desesperaba ya de la curación de su hija resolviendo apelar por fin a los auxilios del cielo, buscando para ello la intercesión de san Ramón a quien había conocido y admirado.
Así es que la apesadumbrada madre se sentó a la cabecera de la cama de la muchacha y le hizo ver la extrema gravedad de la situación y, por lo tanto, la necesidad de confiar en el santo obispo, de modo que cariñosamente le dijo: «Acuérdome, hija mía, de la vida tan santa que hacía aquel bendito prelado san Ramón, que ha pocos días han sepultado en Roda, el cual, aunque ha muerto temporalmente, vive en la Iglesia para siempre. Yo creo y confío, hija mía, que si a él te encomendaras, y en sus merecimientos y santidad tuvieses firme esperanza, alcanzarías la salud».

De momento, la atribulada hija no dijo absolutamente nada, pero al cabo de unos instantes decidió seguir el consejo de su madre, así es que invocó con mucha devoción la intercesión del santo ante el cielo. Lo cierto es que aquello no resultó en vano, porque pronto expulsó de su cuerpo todos los humores superfluos que tenía dentro, de manera que curó las calenturas que la tenían postrada y quedó totalmente sana.
Agradecidas a san Ramón madre e hija, fueron a visitar la tumba del santo para darle las gracias por la especial merced que les había dispensado.

[López Novoa, S., Historia ... de Barbastro, págs. 99-100.]

272. SAN RAMÓN CURA A UNA JOVEN DESAHUCIADA (SIGLO XII. RODA DE ISÁBENA)





El sepulcro de San Ramón está ubicado dentro de la catedral de Roda de Isábena. En la cabecera del templo se abren tres criptas, siendo la del tramo central la edificada por orden del obispo San Ramón hacia el año 1125. En su interior, alberga el magnífico sepulcro de San Ramón, que contuvo sus restos hasta que fueron exhumados y colocados en una urna funeraria. No obstante, en origen, el sepulcro se hallaba empotrado en el ábside de la cripta y, posteriormente en el claustro, antes de recolocarse en su actual ubicación.
La obra está realizada en piedra y presenta restos de policromía (en temple sobre estuco). Se desconoce su autoría y está fechada hacia el año 1170. Las dimensiones del sepulcro sin tapa son: 44,5 x 166 x 59 centímetros. 
El frontal del sarcófago muestra cuatro escenas en relieve de la Vida de la Virgen desarrollándose sucesivamente la Anunciaciónla Visitaciónla Natividad y la Epifanía. El lado derecho completa estas escenas de la Vida de la Virgen con la Huída a Egipto.
El programa iconográfico se completa en el lateral izquierdo con una escena dedicada a San Ramón, que aparece vestido de pontífice, entre dos diáconos que le asisten en la liturgia. En esta zona es donde más restos de policromía existen.
Historia
Siglo XII
El Sarcófago de San Ramón de la Catedral de Roda de Isábena es de autoría anónima y está datado en torno al año 1170.

Restauración, Siglo XX (1997)

En 1997 el Gobierno de Aragón promovió la restauración de esta pieza. El presupuesto de los trabajos fue de 1.325 euros y éstos fueron realizados por María Pilar del Val Molina. La intervención consistió en la adhesión de fragmentos de estuco y pigmento desprendidos del soporte de piedra y la limpieza superficial y consolidación de la policromía.

271. EL DESTIERRO DEL OBISPO SAN RAMÓN

271. EL DESTIERRO DEL OBISPO SAN RAMÓN (SIGLO XII. BARBASTRO)

271. EL DESTIERRO DEL OBISPO SAN RAMÓN (SIGLO XII. BARBASTRO)


Las pugnas entre los obispos Esteban, de Huesca, y Ramón, de Barbastro, eran constantes, fundamentalmente por cuestiones territoriales y de delimitaciones jurisdiccionales, pues hay que tener en cuenta que ambos obispados se estaban construyendo al propio ritmo que imponía el proceso reconquistador.

El obispo oscense reclamaba al barbastrense no sólo la importante población de Alquézar sino también la zona que delimitan el Cinca y el Alcanadre, y, con la aquiescencia o al menos el dejar hacer de Alfonso I el Batallador, logró fomentar y alimentar el descontento entre la nobleza barbastrense contra su obispo Ramón.

Completamente convencido de que le asistía la razón, decidió Ramón acudir personalmente a Roma en busca del apoyo pontificio, regresando en 1116 con documentos fehacientes de sus derechos. Pero Esteban, con el apoyo ahora abierto y declarado del rey, incluso llegó a desalojar al barbastrense de su propia casa, de modo que tuvo que salir huyendo de la ciudad de Barbastro donde estaba su sede. Hasta aquí los datos son rigurosamente históricos, pero a partir de ellos comienza la leyenda.

En su precipitada huida, san Ramón pernoctó en la localidad de Aguilaniu y honor semejante reclaman varios pueblos de la comarca, entre ellos Panillo, cercano a Graus, donde algún tiempo después de haber pasado por allí el obispo fugitivo se repartían como auténticas reliquias pequeños fragmentos de las sábanas entre las que durmió el obispo desterrado.

En Capella, todos sus habitantes sin excepción, sin poder dar crédito a lo que estaba sucediendo sin explicación plausible, creyeron oír cómo las campanas repicaban solas anunciando la presencia y cercanía del obispo y, cuando salieron a recibirle en el camino, le hallaron sentado en una roca que durante siglos fue venerada como si se tratara de un lugar sagrado.

Portentos y milagros diversos, muchos de ellos adornados por la leyenda, hicieron que el obispo Ramón alcanzara pronto no sólo fama universal sino también la santidad, que le fue reconocida por Roma.

[Iglesias Costa, Manuel, Roda de Isábena, págs. 123-124.]

http://caminosdebarbastro.blogspot.com.es/2012/06/camino-de-san-ramon-roda-de-isabena.html


Ramón de Roda, de Ribagorza, de Barbastro o Ramón del Monte (Durban, Ariège, Francia, 1067 - Huesca, 1126) fue obispo de Roda-Barbastro. Es venerado como santo por la Iglesia católica. Nacido en Durban, en la vertiente norte de los Pirineos, en el seno de una familia noble, se llamaba Raimon Guillem. Se le proporcionaron unos buenos estudios y empezó la carrera militar, pero la abandonó para dedicarse al estudio y la religión. Fue canónigo regular en Pamiers. Alfonso I de Aragón le concede el obispado de Barbastro-Roda en 1104, con sede en la catedral de Roda, para así resolver la disputa que mantenían los obispos San Odo de Urgel y Esteban de Huesca (ambos argumentaban que la recién conquistada ciudad de Barbastro tendría que formar parte de sus respectivas diócesis, no de la de Roda). Ya en la sede de Roda, tuvo conflictos con los obispos de Huesca, de Urgel y con el rey Alfonso, principalmente por cuestión de límites. Recibió apoyo de los papas Pascual II y Calixto II. El año 1100, Pascual II, según testimonio del obispo Poncio de Roda, había delimitado la diócesis, declarándola inmune e inviolable. Pero el rey Alfonso I y el obispo de Huesca no la respetaron. En una carta de san Olegario al papa Inocencio II, el prelado barcelonés dice que el rey Alfonso guardaba rencor a Ramón de Roda "porque el obispo no quería participar en las guerras contra los cristianos". En 1116, el obispo Esteban de Huesca, con el apoyo de nobles de Barbastro y del mismo rey Alfonso I, consiguió que Ramón fuese desterrado de Roda, acusándolo de oponerse a combatir con las armas a los musulmanes y otros herejes. Barbastro pasó a la diócesis de Huesca y, cuando Ramón vuelve en 1119, se instala en Roda (Barbastro no vuelve a la diócesis de Roda hasta 1133 y el 1145 pasa de nuevo a la de Huesca). Durante su obispado se iniciaron las obras de reconstrucción del edificio de la actual catedral románica de Roda y se consagraron numerosas iglesias de la diócesis, como las de Taüll o Alaón, o los altares de Alquézar y Roda, que introdujeron el arte románico más innovador en aquel momento. Ramón se marchó hasta su retorno a Roda en 1119. Una ermita en la montaña, cercana a la ciudad, marca el punto donde, al marchar, el santo lloró y bendijo la ciudad. Posteriormente, en 1125, acompañó al rey Alfonso en la campaña por de Andalucía, con la intención de conquistar Granada. La campaña afectó a su salud: al volver a Huesca ya venía enfermo y murió el 21 de junio de 1126. Su cuerpo se trasladó a Roda y se le sepultó en la catedral el 26 de junio. Canonizado, su festividad se celebra el 21 de junio. Es patrón de la diócesis y la ciudad de Barbastro.

jueves, 14 de noviembre de 2019

LA CONDESA TRAIDORA, CASTILLA


3.3. LA VIDA CORTESANA

154. LA CONDESA TRAIDORA (SIGLO X. CASTILLA)

El de las manos blancas


El conde castellano Garcí Fernández, hijo de Fernán González, era un joven apuesto del que se dice que enamoraba a las damas por la belleza de sus manos, que debía ocultar con guantes. Tal es así que enamoró a Argentina, una princesa francesa que pasaba por Castilla hacia Santiago, con la que se casó. No obstante, las continuas ausencias del conde enfriaron el amor, y Argentina acabó regresando a Francia tras un conde francés peregrino, abandonando al castellano. Decidió Garcí Fernández vengarse y, disfrazado de mendigo, marchó a Francia. Merodeando por el palacio donde vivía Argentina, supo de la existencia de Sancha (en la realidad era la condesa ribagorzana Ava, hija de los condes Ramón II y Garsenda), hija del conde con el que aquélla había huido, y decidió enamorarla valiéndose de sus manos. No sólo logró tal propósito, sino que, deslizándose furtivamente hasta el lecho de los adúlteros, les dio muerte, huyendo a Castilla con Sancha, a quien su padre el conde y Argentina tenían encerrada.

Una vez en Castilla, Garcí Fernández y Sancha se casaron naciendo de ambos un niño llamado Sancho. Pero la infidelidad surgió de nuevo y Sancha, siguiendo el ejemplo que le diera su padre, el conde francés, se entregó a Almanzor, que le prometió en secreto hacerla reina si le ayudaba a vencer a las tropas castellanas, con las que mantenía un constante duelo.

La traidora Sancha preparó una estratagema diabólica: estando al cuidado de los establos condales, hizo alimentar con salvado en lugar de cebada al caballo de García Fernández, debilitando así sus fuerzas. Y consiguió, asimismo, que el conde diera permiso a la mayor parte de sus guerreros con motivo de la Navidad. Advirtió inmediatamente a Almanzor quien, reclutando una nutrida hueste, entró en tierras de Castilla, sorprendiendo al conde castellano, que, dada la debilidad de su montura, fue hecho prisionero y llevado a Córdoba donde murió.

Sancha tramó también la muerte de su propio hijo Sancho, preparándole una pócima mortal, aunque una sirvienta fiel avisó al joven conde de ello. Cuando su madre trató de hacerle beber el mortal brebaje, éste le obligó a que bebiera ella primero lo que significó su muerte. Almanzor, que de nuevo iba a tomar por sorpresa a los castellanos, se vio descubierto, sufriendo una tremenda derrota que acabó con su vida. El conde Sancho había salvado a Castilla y al mundo cristiano hispano.

[Iglesias Manuel, Roda de Isábena, pág. 41; — «Leyendas y tradiciones ribagorzanas. La condesa traidora», en Cuadernos Altoaragoneses, 66 (1988), pág. VI.]


García Fernández el de las Manos Blancas (Burgos, c. 938a​-Medinaceli, 995) fue conde de Castilla de 970 a 995.


Hijo de Fernán González y Sancha Sánchez, seguía reconociendo la superioridad jurídica de los monarcas leoneses, aunque tuvo plena autonomía administrativa en su territorio. Para hacer frente al peligro musulmán que se cernía sobre sus fronteras, amplió la base social del condado promulgando las ordenanzas sobre los caballeros villanos de Castrojeriz, equiparando a los caballeros villanos con los infanzones: aquellos campesinos que dispusieran de un caballo para la guerra serían equiparados automáticamente con los nobles de segunda clase.



martes, 30 de abril de 2019

EL SITIO DE BARBASTRO DE 1064


2.28. EL SITIO DE BARBASTRO DE 1064 (SIGLO XI. BARBASTRO)

EL SITIO DE BARBASTRO DE 1064 (SIGLO XI. BARBASTRO)
catedral de Barbastro, interior

Históricamente es bien conocido cómo la reconquista de Barbastro dio origen a la predicación de la primera cruzada, de modo que la ciudad del Vero fue conocida en toda Europa y, junto a los hechos históricos ciertos, pronto se construyó toda una leyenda acerca del sitio de Barbastro, que tomó forma de canción de gesta.
Según la leyenda, hallábase Aimerico de Narbona celebrando un torneo cuando le llegaron noticias de que el emir musulmán pretendía conquistar Francia, coronarse en el propio San Denís de París y apresar a Aimerico para cortarle la cabeza. Antes de lo esperado, los musulmanes avistaron Narbona, cogiendo prisionera a la propia condesa Hermenjart. La victoria, tras reñida y sangrienta batalla, sonrió a los musulmanes, que hicieron muchos prisioneros, entre los que se encontraban el hijo del propio Aimerico, llamado Buvés de Comarcís, y dos hijos de éste, Guirart y Guileín.

Ordenó el rey musulmán que llevaran a los prisioneros a la fortaleza de Barbastro, siendo encerrados junto a la terrible serpiente «Belinais», a la que afortunadamente lograron matar con las armas que les proporcionó Clarión de Vaudune, musulmán dueño de la mitad de Barbastro, que era despreciado por el resto de sus correligionarios. Buvés de Comarcís, con la ayuda de Clarión, se hizo con la plaza y consiguió bautizar a los musulmanes que allí quedaban.
El moro Corsout de Tabarie logró escapar de Barbastro e ir a Narbona, donde anunció al emir la pérdida de la ciudad. Ello hizo que las tropas musulmanas abandonaran Narbona para trasladarse a Barbastro. Buvés de Comarcís y el emir acabaron enfrentándose, cayendo herido el jefe moro.
Ante el cariz que tomaban los acontecimientos, los musulmanes de Barbastro pidieron ayuda a los cordobeses, de modo que las naves de Córdoba, tras cuatro días de navegación, llegaron al puerto de Barbastro. La situación para Buvés de Comarcís y los suyos era desesperada. Gracias a la llegada de un ejército mandado por Aimerico de Narbona y por el propio rey Luis de Francia, los sitiados cristianos fueron liberados y el victorioso rey francés pudo dedicarse a reconquistar España, arrojando de ella a los musulmanes.

Ubieto, Antonio, Historia de Aragón. Literatura medieval, I, págs. 359-360.]

https://es.wikipedia.org/wiki/Barbastro

Barbastro (en aragonés Balbastro) ​es una ciudad española de la provincia de Huesca, siendo la tercera ciudad más poblada y la séptima de Aragón, capital de la comarca del Somontano de Barbastro. La ciudad (originalmente es posible que se llamara Bergidum o Bergiduna) se encuentra en la unión de los ríos Cinca y Vero.

Entre las primeras estribaciones de los Pirineos y las llanuras de los Monegros se extiende la comarca del Somontano ("terreno situado en la falda de una montaña"), cuya capital es Barbastro. A estas vías se une una buena red de carreteras comarcales y locales, como el eje que siguen el cauce del río Vero para penetrar en el Parque Cultural del Río Vero al que da nombre y al Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara.

Barbastro posee una altitud de 341 metros sobre el nivel del mar. Está enclavada en una zona prepirenaica y su clima es mediterráneo continental con una temperatura media de 13,8 °C y une mediante las numerosas acequias que derivan del río Vero, que atraviesa la población y se encuentra canalizado en la zona urbana a lo largo de más de un kilómetro.

Como principales cultivos destacan el olivo, el almendro, los cereales y la vid, que produce un vino bajo la Denominación de Origen Somontano.

Es una de las ciudades con más empresas industriales de la comarca.

En la época romana formaba parte de la Hispania Citerior, más tarde llamada Hispania Tarraconensis.

La ciudad fue tomada por los árabes bajo el liderazgo de Muza (711), quienes le dieron el nombre Barbaschter, que deriva del nombre de Barbastrum, de acuerdo a la opinión comúnmente aceptada. Los sarracenos la mantuvieron en su poder hasta el año 1063 en que fue tomada por Sancho Ramírez. Ramiro I de Aragón ya había intentado repetidas veces apoderarse de Barbastro y Graus, lugares estratégicos que formaban una cuña entre sus territorios. Barbastro era la capital del distrito nororiental de la Taifa de Zaragoza y esta localidad acogía un importante mercado.

En 1063 Ramiro I sitió Graus, pero Al-Muqtadir en persona, al frente de un ejército que incluía un contingente de tropas castellanas al mando de Sancho II de Castilla (hermano de Alfonso VI de Castilla) que contaba entre sus huestes con un joven castellano llamado Rodrigo Díaz de Vivar, consiguió rechazar a los aragoneses, los cuales perdieron en esta batalla a su rey Ramiro I. Poco duraría el éxito, pues el sucesor en el trono de Aragón, Sancho Ramírez, con la ayuda de tropas de condados francos ultrapirenaicos, tomó Barbastro en 1064 en lo que se considera la primera llamada conocida a la cruzada, la cruzada de Barbastro. A ese hecho histórico se refiere el cantar de gesta francés del ciclo carolingio Le siège de Barbastre del que se conserva un ejemplar manuscrito de principios del siglo XIII en la Biblioteca Nacional de París.

En 1065 Al-Muqtadir reaccionó solicitando la ayuda de todo Al-Ándalus, y llamando a la yihad volvió a recuperar Barbastro. Este triunfo le permitió tomar a Al-Muqtadir el sobrenombre honorífico de "Billah" ("el poderoso gracias a Alá"), y Barbastro siguió en manos de la Taifa de Zaragoza hasta que fue recuperada definitivamente en 1101 por el rey Pedro I de Aragón que, con el permiso del Papa, la convirtió en sede episcopal, trasladando la sede desde Roda de Isábena. El primer obispo, Poncio, fue a Roma para obtener el permiso del Papa para hacer el traslado.

Muchos concilios provinciales y diocesanos se han realizado en la ciudad desde entonces: las Cortes Generales se han reunido allí ocasionalmente y durante una de las sesiones en 1134 el nuevo rey Ramiro II de Aragón, el Monje, renunció a la silla episcopal.

En el año 1137 se produjo en la ciudad uno de los acontecimientos históricos más relevantes: en el barrio del Entremuro, se firmaron los esponsales entre el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona y Petronila, hija de Ramiro II el Monje. Este hecho dio lugar al nacimiento de la Corona de Aragón.

De su importancia en la época nos hablan las frecuentes visitas de Alfonso II, puesto que desde su reconquista se ganó el rango de ciudad infanzona con voto en Cortes, acogió las celebradas por Pedro II, en 1196.

Dos siglos más tarde, y a la muerte de Juan I, Barbastro sufrió el sitio del Conde de Foix en 1395.

Nuevamente, en 1626, las Cortes Generales de Aragón, bajo el reinado de Felipe IV se convocaron en la ciudad. Con este monarca, Barbastro fue retaguardia en la guerra de Cataluña, reiterando un protagonismo en la vida militar que se repetiría en la guerra de la Independencia, en el primer choque entre liberales y carlistas o en la Guerra Civil española. El escritor británico George Orwell, que estuvo restableciéndose en Barbastro de una herida de guerra, hace referencia en varias páginas de su libro "Homenaje a Cataluña", a la vida y al paisaje urbano de esta ciudad. Durante la guerra civil española se produjo en esta zona la mayor persecución religiosa de toda España, donde murieron el 87% de los sacerdotes y monjes de toda la diócesis.

Del siglo XIX, con realizaciones importantes y caracterizado por un impulso urbano y comercial progresista, se pasa a un regresivo comienzo del siglo XX. Solo a finales de los años 60, con las obras del embalse de El Grado y el Canal, un nuevo ritmo reactiva la economía. Con este impulso, el afán de industrialización de la década siguiente, con la creación de un Polígono Industrial, retoma el testigo de la agricultura y el comercio. También la construcción en los años 70 del cercano santuario de Torreciudad, ha contribuido a la notoriedad de esta ciudad.

La actividad comercial en Barbastro ha sido siempre unos de los pilares económicos de la ciudad:

Las tiendas son muchas y en todas se encuentran objetos de uso del país y de lujo para las clases acomodadas que no tienen necesidad de acudir a otros puntos para llenar sus deseos de gusto y elegancia

Ignacio de Asso en su Historia de la economía Aragonesa, siglo XVIII
Durante la Guerra de los Pirineos, concretamente entre diciembre de 1794 y enero de 1795, en que el comercio no era floreciente, a la vez que las intensas relaciones comerciales con Francia estaban cortadas. A pesar de todo, los comerciantes de Barbastro mantenían su actividad comercial con la venta de géneros, no solo españoles sino ultramarinos, que llegaban de Inglaterra o de las colonias a los puertos catalanes o levantinos.

Las calles más comerciales de Barbastro eran Mayor, Monzón, Mercado y Rioancho, destacando las dos últimas que con sus porches y enlosados facilitaban al público sus compras. Basándonos en los derechos reales que debían pagar los comerciantes por los géneros ultramarinos éstos se pueden clasificar en tres grandes grupos:

Alimenticios: Cacao, chocolate, azúcar, especias como la pimienta, el clavo, la canela Casia o la de Manila y el abadejo, que se almacenaba en un local habilitado en el Santo Hospital de San Julián y Santa Lucía.
Quincalla: Hebillas, cruces, corazones, medallas, agujas de coser o del pelo, alfileres, clavos para carro, cascabeles, cuerdas de monocordio, persianas, dedales de hierro y de latón o hilo de hierro, entre otras cosas.
Textiles:
- Tejidos de lana como los barraganes
- Telas impermeables, el anascoto
- Las sargas de Guadalajara
- El tripe, similar al terciopelo
- El cristal, tejido muy fino con algo de lustre
- Las sempiternas, tejido muy tupido
- La rasilla
- Las serafinas, similar a la bayeta con flores o dibujos
- Las estameñas
- El lila, telas de colores
- El burato, para alivio del luto en verano
De los géneros de algodón destacan:
- La indiana, que estaba estampada por una cara
- Los ruanes
- Las sargas
- El fustán, que tenía pelo por una cara
- La muselina de Flandes
- El true, lienzo fino
- El coton
- El terliz que era una tela fuerte.
Por lo que respecta a los tejidos finos:
- La escarlatina de seda, brocada en oro
- La estofa de seda
- La griseta que era un tejido de seda con flores
- El broquat o brocado de seda con dibujos de colores.
Había otra serie de tejidos variados:
- Los chamelotes que era un tejido impermeable de pelo de camello
- Las platillas o lienzo barato
- El peñasco, tela muy duradera
- Los zaffres que eran de color azul
- El bocadillo, lienzo delgado muy barato
- Los chalones, mantos negros
- El clarín que era una tela fina de hilo para vueltas
- El cambray
- La holandesa

- monfortes, escadarzo, felipichi y otros.

A la ciudad de Barbastro, a lo largo de su historia, se le han concedido varias ferias; por el estudio de un documento del año 1732 depositado en el Archivo Municipal de Barbastro sabemos que la ciudad celebraba la feria de San Marcos Evangelista, que había sido concedida por Privilegio del rey Alonso de Aragón y que duraba siete días antes de la festividad del santo y siete después.

Otra era la feria de San Bartolomé que comenzaba quince días antes de la celebración del santo y continuaba quince días después; esta feria fue concedida por un Privilegio Real de Pedro IV de Aragón, dado en Zaragoza el 24 de junio de 1361, ratificado por el Justicia Mayor del Reino de Aragón el 30 de agosto de 1555 y posteriormente, el 23 de enero de 1672.

El 3 de noviembre de 1371, en la Villa de Caspe, el rey Pedro IV otorgó un Privilegio a la ciudad de Barbastro para celebrar una feria que durase quince días y que comenzaba el día de Nuestra Señora de Agosto.

También concedió el rey Carlos II, en las Cortes Generales de Zaragoza de 1678, un Privilegio para celebrar feria-mercado el día 1 y 15 de cada mes, sin que se extendiese a otros. La feria de Santo Tomás Apóstol se venía celebrando desde tiempo inmemorial.

Pero la que más nos interesa es la de Nuestra Señora de la Candelaria, concedida por un Privilegio de la “Serenísima Señora Doña Germana de Foix”, esposa del rey Fernando el Católico, en las Cortes celebradas en la Villa de Monzón el 22 de septiembre de 1512. La feria comenzaba doce días antes de la festividad de Ntra. Sra. y continuaba por espacio de otros doce días, vendiéndose en ella hierro labrado y quincalla, ampliándose posteriormente a otros géneros.

La feria de la Candelera se ubicaba en el cuartón de “dentromuro”, en la plaza del Entremuro o de la Candelera y calles adyacentes. Cobró tal auge que en un momento determinado las autoridades municipales decidieron cambiar su localización, buscando un sitio más amplio, por lo que en el año 1813 se publicó un bando para que la feria se celebrase “debajo del Coso y Rioancho y los cerdos se pusiesen en la Plaza Rastro”, mandándose iluminar las ventanas de las casas para el paso de la retreta que se celebraba el último día.

Pero no solo fue especial la Feria de la Candelera del año 1813 por su nueva ubicación sino porque además coincidió con el acto oficial de la jura de la Constitución política de la Monarquía Española que había sido proclamada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, pero al estar Barbastro ocupado por los franceses, el juramento no pudo efectuarse hasta 1813. La vigencia de esta constitución fue breve, ya que a finales de mayo del año siguiente y por orden expresa del rey Fernando VII se quemó el único cuadernillo que de ella había en la ciudad, en un acto público celebrado en la Plaza del Mercado, tal como describe el Libro Gestis de la Ciudad:

Aquí no se había hecho sino publicar la constitución en la forma y modo que queda dicho, ni había mas monumento que el exemplar de la misma depositado en las casas Consistoriales de las que fue extraído y conducido al Mercado donde fue entregado â las llamas por el Corredor de la Ciudad, y se reduxo â cenizas entre las execraciones del Pueblo que al mismo tiempo aclamaba â su Soberano”.

Libro Gestis de la Ciudad

La feria de la Candelera ha sido la única que ha conservado su carácter mercantil, ya que la feria de septiembre, que eran fundamentalmente de ganado, se ha convertido en las fiestas patronales, perdiendo totalmente su carácter comercial.

Barbastro acoge desde hace casi medio siglo el Premio Internacional de Novela Corta Ciudad de Barbastro
https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/25604-l-premio-internacional-de-novela-ciudad-de-barbastro-2019-espana
y el Premio Internacional de Poesía Hermanos Argensola.
https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/25605-li-premio-internacional-de-poesia-hermanos-argensola-2019-espana

Premios que son considerados dos de los certámenes de novela corta y poesía más prestigiosos y consolidados de España. A lo largo de los años han contado entre sus ganadores a autores como Javier Tomeo, Eduardo Mendicutti, Fernando Marías Amondo, Luis Leante, Pablo Villafruela, Juan Carlos Méndez Guédez, Antonio Rabinad, Cristina Cerrada, Blanca Riestra y Juan Malpartida, en novela corta, y Luis de Blas, Carlos Alcorta, Luna de Miguel y Jordi Virallonga, entre los de poesía.


Se enmarca dentro de la cocina aragonesa, caben destacar como autóctonos la empanada goguera. Aunque uno de los platos más representativos es la chireta (tripa de cordero rellena de arroz, jamón, tocino y vísceras). Dentro de la repostería cabe destacar los crespillos elaborados con las borrajas del lugar. Son populares también los pasteles Biárritz y el pastillo (denominado también: empanadico). Barbastro es la capital del vino de la D.O. Somontano.


lunes, 29 de abril de 2019

LAS GESTAS DEL CONDE BERNARDO DE RIBAGORZA


2.21. LAS GESTAS DEL CONDE BERNARDO DE RIBAGORZA (SIGLOS IX-X. JACA)

En el valle del Noguera Ribagorzana, en una pequeña ermita, se dedicaba a Dios el fraile Vicmar. Una noche, en medio de una gran tormenta, llamaron a su puerta solitaria dos caballeros agotados, anciano uno, joven el otro. Los acogió al calor de su fuego, pero poco tardó el primero, exhausto y enfermo, en morir. Era Beltrán, fiel escudero del padre del más joven, Bernardo, hijo del conde Ramón. Ardía Bernardo en deseos de batirse con el moro, de modo que, tras enterrar a Beltrán, su guía, le preguntó al eremita dónde encaminarse para hacerlo. Éste le dirigió hacia las tierras de Jaca, donde gobernaba Galindo, hijo de Aznar.
Llegó justo en el momento en el que Acmet, un auténtico gigantón moro, atacaba con sus huestes a los cristianos, para tratar de recuperar Jaca. El conde Galindo y Acmet lucharon cuerpo a cuerpo, cayendo heridos ambos, aunque este último, demostrando su bravura, aún tuvo fuerzas para derribar y matar al vasco Zaldívar, que había acudido a socorrer al jacetano. Luego se retiró momentáneamente para reponerse y volver a atacar.
Bernardo creyó llegado el momento y no lo dudó: blandiendo su espada
«Preclara» —que había ganado en combate al emir árabe Oto de Poitiers y luego heredado su abuelo y su padre— entró en batalla y desafió a Acmet, que menospreció su valor al verle tan joven. Pero, manejando el acero como un guerrero avezado, derribó y dio muerte al gigante moro, siendo aclamado en las calles de Jaca y obsequiado en el palacio de Galindo.
Quiso el conde jaqués entregar a Bernardo tierras y honores si le daba su espada, pero éste se negó. No obstante, accedería a cambio de la mano de Toda (o Teuda), su hija, de quien se enamoró nada más verla. Explicó Bernardo que su padre era conde y que su madre fue hija de Carlomagno, aunque una intriga palaciega les obligó a huir, acabando él y su escudero Beltrán en la ermita de Vicmar, de donde acababa de llegar.
Hubo matrimonio. Galindo se ciñó la espada «Preclara» y el conde Bernardo, acompañado de Toda, su esposa, recorrió victorioso las tierras que riegan los dos ríos Noguera y el Isábena. Ribagorza comenzó a sacudirse el yugo musulmán, mientras los cristianos que luchaban con él, enardecidos por su valentía y caudillaje, cantaban y extendían por doquier las gestas de Bernardo, que fundó el monasterio de Santa María de Obarra.

LAS GESTAS DEL CONDE BERNARDO DE RIBAGORZA


[Iglesias Costa, Manuel, «Leyendas y tradiciones ribagorzanas. La canción del conde Bernardo», Cuadernos Altoaragoneses (13-III-1988), pág. VI.]












domingo, 28 de abril de 2019

EL PRIMER ALMOGÁVAR ARAGONÉS


2. RECONQUISTA Y REPOBLACIÓN

2.1. RECONQUISTA

2.13. EL PRIMER ALMOGÁVAR ARAGONÉS (SIGLO VIII. RIGUALA)

Apenas hacía ocho años que los musulmanes se habían apoderado del valle del Ebro, pues discurría el año 721, cuando una banda incontrolada, a cuyo frente estaba el terrible Ben-Awarre, tenía atemorizados a los cristianos de Ribagorza.
Un atardecer, cuando Fortuño de Vizcarra —que había cazado tres jabalíes para reponer su despensa— se preparaba para pasar la noche en el monte, divisó una gran humareda en Riguala, donde vivían y le esperaban su esposa Gisberta y su hijo Martín. Temeroso por ellos, dejó a buen recaudo las piezas e hizo corriendo al galope el largo camino que le separaba de su pueblo, que había sido incendiado y saqueado por los hombres de Ben-Awarre. 
Como pudo, llegó a su casa. Gisberta y Martín, fundidos en un abrazo, temían morir en cualquier instante. Los sacó como pudo Fortuño de Riguala para llevarlos a Roda de Isábena, donde la situación era, asimismo, dantesca. Dejó a su mujer e hijo en la iglesia, lugar en el que se habían refugiado los cristianos, y corrió a buscar a su madre y hermana que vivían allí.
Apenado por la muerte de su madre, regresó a la iglesia, donde ya no quedaba nadie. Preguntó a un vecino y supo por él que a Gisberta la llevaban a rastras, calle abajo, dos moros. Corrió desesperado y, al doblar una esquina, tropezó con el cadáver de uno de ellos, y, un poco más lejos, con el cuerpo de Gisberta, herida de muerte y delirando. Enloquecida y exhausta, la esposa de Fortuño amenazaba con matar con su propio alfanje al otro moro que había despeñado a su hijo. Sin fuerzas, Gisberta murió en brazos de su marido.
Ante los infortunios provocados por Ben-Awarre, sin que las autoridades musulmanas acertaran a poner fin, Fortuño de Vizcarra tomó una firme determinación y, antes de que finalizara tan aciaga noche, desapareció. Desde entonces, unido a otros cristianos de la comarca, haciendo de las sierras de Sil y de Olsón su bastión, no cejó en atacar y saquear a cuantos viajeros y caminantes moros se atrevían a recorrer sus caminos.
Contó con el apoyo de los cristianos mozárabes, y nadie pudo apresarle. Los moros, al referirse a él, le llamaban el «almogávar», el primero que en Aragón se lanzó al monte para luchar, cual guerrillero, contra los invasores.
[Andolz, Rafael, «Leyendas del Altoaragón. El primer almogábar», 4 Esquinas (nov. 1989), 44-45.]

Ben-Awarre, Benabarre, Benavarri
Benabarre (Huesca)


https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Andolz_Canela

http://www.benabarre.es/


https://es.wikipedia.org/wiki/Benabarre , Benavarri en catalán ribagorzano
JA JA JA, la wikipedia es una risa. 
Es la capital histórico-cultural de la comarca y la antigua capital del
condado de Ribagorza (Ripacurtia).
Forma parte de La Franja oriental (la franja del meu cul) de
municipios aragoneses en los que se habla catalán.
En algunos textos antiguos aparece como Benabarri



Osca, aragonés medieval, Pedro II


Es una población muy antigua, probablemente la "Bargidum" o "Bargusia" de los romanos y se dice que fue adjudicada a los árabes tomando el nombre de su primer señor Aben Avarre. En 1058 fue conquistada a la Taifa de Zaragoza por Armengol III con el soporte de Ramón Berenguer I y Arnau Mir de Tost.

Fue la capital del Condado de Ribagorza hasta que en la Guerra de la Independencia las tropas francesas de Napoleón decidieron hacer de Graus la capital de la región, a modo de represalia contra los habitantes de Benabarre. Después de esto, Benabarre dejó de ser la capital administrativa pero sigue siendo el centro cultural de la Ribagorza. Durante la primera guerra carlista (1833-1840) fue una de las poblaciones que más sufrió de las de la provincia de Huesca.

Núcleos de población del municipio


Aler. Término agregado a Benabarre antes de 1930. Situado a 669 metros de altitud y en la cuenca del Río Ésera. 16​ Al noroeste del lugar se encuentra la ermita de Nuestra Señora de las Ventosas.
Antenza. Situado en la margen izquierda del Río Cajigar. Pertenece a Benabarre desde 1974. El castillo del pueblo fue el origen de la Baronía de Antenza.18​
Benabarre (capital del municipio).(Sus calles mantienen una estructura medieval). Situado a 1 km al norte se encuentra el antiguo monasterio dominicano de Nuestra Señora de Linares.
Caladrones. Está situado en una colina en la margen izquierda del Río Guart. Del antiguo Castillo de Caladrones sólo queda la torre. En 1974, el término municipal de Caladrones junto con sus pueblos: Caladrones, Ciscar i Antenza, se anexó al de Benabarre.
Castilló del Pla. Situado al pie de la Sierra de la Corrodella, a 762 metres d'altitud. Antiguamente formaba parte del municipio de Pilzán.
Ciscar. Situado a 591 metros de altitud en la margen derecha del Río Cajigar.
Estaña. Está situado a 716 metros de altitud en la sierra que separa el Río Guart i las aguas de la Sosa (Río Cinca).
Pilzán. A 905 metros de altitud sobre el nivel del mar. Hasta 1972 fue un municipio independiente. Les entidades de población que comprendía el término eran: Estaña, Castilló del Pla, los despoblados de Penavera i Cabestany, i la quadra d'Andolfa.
Purroy de la Solana. Situado encima del barranc del Molí. Término independiente hasta 1974.27​ El municipio comprendía la ermita de Nuestra Señora del Pla.​

  1.  Consejo General de Procuradores de España
  2.  Gobierno de Aragón. «Zonas altimétricas por rangos en Aragón y España, y altitud de los municipios de Aragón.»Datos geográficos. Archivado desde el original el 4 de diciembre de 2011. Consultado el 15 de agosto de 2012.
  3.  Rizos Jiménez, Carlos Ángel; Selfa Sastre, Moisés. Municipio de Benavarri (Benabarrre). Toponimia de Ribagorza. Editorial Milenio-Gobierno de Aragón. ISBN 978-84-9743-303-7.
  4.  Según aparece en el Decreto Legislativo 2/2006 (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial y la última versión)., de 27 de diciembre, del Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Delimitación Comarcal de Aragón.
  5. Antonio María Alcover, «Geografía y estadística de la lengua catalana»ABC, 15 de mayo de 1919.
  6. Agustín Ubieto ArtetaToponimia aragonesa medieval, Valencia, Anubar, 1972. pág 2. 55 y 56.
  7. Temprado Ordíaz, Santiago (1993). Pueblos de Aragón: Paterna. Ed. Alcañiz. p. 230.
  8. Mora Giné, Xavier. Un poble del comtat d'Urgell: Alberola (en catalán). Universitat de Lleida. p. 26. ISBN 8484093417.
  9.  Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas (Gobierno de España). «Treinta aniversario de las primeras elecciones municipales de la democracia». Archivado desde el original el 6 de marzo de 2014. Consultado el 6 de marzo de 2014.
  10.  Alcaldes de Aragón de las elecciones de 2011
  11.  «Alcaldes de todos los municipios de la provincia de Huesca»Heraldo.es. 14 de junio de 2015.
  12.  «Base de datos de Alcaldes. Elecciones 1979-2015.». 6 de mayo de 2018. 
  13.  Alcaldes de Aragón de las elecciones de 2011
  14.  «Alcaldes de todos los municipios de la provincia de Huesca»Heraldo.es. 14 de junio de 2015.
  15.  Gobierno de Aragón. «Archivo Electoral de Aragón». Consultado el 13 de agosto de 2012.
  16.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Aler»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  17.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «les Ventoses»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  18.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Entença»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  19.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Benavarri»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  20. Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Llinars»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  21.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Calladrons»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  22.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Castilló del Pla»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  23.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Siscar»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  24.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Estanya»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  25.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Cabestany»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  26.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Pilzà»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  27.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «Purroi»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  28.  Gran Enciclopedia Catalana (ed.). «el Pla»l'Enciclopèdia (en catalán). Barcelona.
  29.  ribagorza.com. «Benabarre / Benavarri». Archivado desde el original el 16 de julio de 2014. Consultado el 12 de agosto de 2014.
  30.  FEMP. «Listado de corporaciones locales españolas hermanadas con Europa». Archivado desde el original el 24 de abril de 2014