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jueves, 12 de marzo de 2020

Núm. 29. Reg.n. 1377. fol. 139. 8 dic. 1340.

Núm. 29.

Reg.n. 1377. fol. 139. 8 dic. 1340.

Al muy alto et muy noble
don Alfonso por la gracia de Dios rey de Castiella de Leon de Toledo de Gallicia de Sevilla de Cordova de Murcia de Jahen del Algarbe et senyor de Molina don Pedro por esa mesma gracia rey de Aragon etc. salut como a rey que tenemos en lugar de hermano a quien mucho amamos et preciamos et de quien mucho fiamos et pora quien querriamos mucha hondra et buena ventura et tanta vida et salut como para nos mesmo. Rey fazemosvos saber en como recibiemos unas letras en las quales nos faziades saber la victoria et la honor et la gloria que nuestro senyor Dios vos havia querido dar del enemigo malo de la nuestra fe catholica et de la cruz de nuestro senyor Jesucristo et de las sus gentes perfidas et malvadas: de la qual cosa somos seydo nos et todas nuestras gentes muy alegres et pagados et facemos por ende a nuestro senyor Dios lohor et gracias del bien et la merce que vos ha querido fazer en darvos la su ayuda et la su victoria. Porque vos rogamos rey quanto podemos que toda hora que avinente vos sera nos querades significar el buen estamiento de vuestra persona et de vuestros afferes et de las gentes que con vos son a servicio de Dios qual cosa es de lo que nos tomaremos plazer en nos et grant alegria. Dada en Barcelona VIII dias andados del mes de diziembre en el anyo de nuestro Senyor de mil trescientos et quaranta. - Eximinus Garcia mandato domini regis (1).

(1) Después de la más detenida y escrupulosa investigación para el hallazgo de la carta que el monarca castellano escribió al aragonés, participándole la victoria del Salado, de cuya dirección y recibo no puede dudarse según el contenido de su contestación, tenemos el sentimiento de no poder continuar en este apéndice, por no haberle hallado en este archivo general, un documento tan interesante cual sería este, para desvanecer, después de cinco siglos del hecho, algunas dudas a que ha dado margen la misma exageración con que le refieren los más clásicos historiadores. El exacto P. Mariana fija su ocurrencia al lunes 30 de octubre del año 1340, y los historiadores árabes del señor Conde le refieren al lunes 7 de la luna Giumada del año 741 de su hegira; pero es muy reparable que el Ceremonioso monarca aragonés no correspondiese la finura o política castellana con la debida enhorabuena hasta después de pasados 38 días de el en que se dio la batalla, en época precisamente en que tantas galeras y otras naves castellanas y catalanas cruzaban continuamente el Mediterráneo desde el estrecho de Tarifa a los puertos de Valencia y Barcelona, donde residía entonces el rey don Pedro de Aragón, según la data de la misma carta que hemos transcrito.


viernes, 7 de junio de 2019

Tomo I, texto XVII, Francesch Martorell, sanct pare


XVII.
Reg. 2252, fol. 93. Se halla entre los documentos de 1409.

Memorial de ço que per part del senyor rey deu dir al sanct pare en Francesch Martorell cambrer del dit senyor. - Primerament apres la recomendacio acostumada dara al sanct pare la letra de creença quel dit senyor li tramet per virtut de la qual li dira les coses seguents. -
Bernardus secretarius. - Ço es quel dit senyor ha novellament reebut una letra que mossen Francesch Daranda li ha tramesa ab que li ha fet saber lo procehiment quels cardenals e anticardenals qui son en Pisa han fet contra ell de que lo dit senyor ha haut gran desplaer e quel supplica que de totes novitats quels dits cardenals faran lo vulla soven certificar. - Bernardus secretarius. - Noresmenys li dira que al dit senyor appar si a la sua santedat sera ben vist faedor quel dit sant pare degues trametre a dir a ses ambaxadors qui son en Pisa que ells degen mostrar e notificar a tots los missatgers del emperador reys e daltres grans princeps e de comunitats e universitats la offerta quel dit sanct pare ha feta als dits cardenals anticardenals e concili: e si per mostrar aquesta offerta los dessus dits tornaven a loch lo mal e errada que han feta be staria e si perseveraven en lur iniquitat apparia al dit senyor rey que en aquest cas lo dit sanct pare la notificas ab letres sues e per persones certes a tots los reys e princeps de cristians per tal que poguessen clarament veure que no esta per ell mas per los dessus dits qui obcegats per lur iniquitat han procedit contra justicia e bona equitat. - REX MARTINUS - Dominus rex mandavit michi - Bernardo Medici (1).

(1) En la mayor parte de cartas que los monarcas de Aragón dirigían o recibían de otros personajes (de cuya originalidad no puede dudarse), observamos la costumbre de no espresar su data mas que el lugar, día y mes en que fueron escritas, suprimiendo el año con un etc., sin duda por considerar
que se recibirían en el que entonces corría. En el siglo 14.° no era conocida aun la institución de correos generales, y solía ser el portador de las cartas reales un enviado o persona más o menos caracterizada, que por lo general venía espresada y recomendada en las mismas, con facultades para enterar y tratar del asunto de su misión. Algunas veces ni siquiera le indica el testo de la credencial, como ni tampoco el nombre del monarca a quien iba dirigida; de modo que es menester acudir a mil rodeos, a veces infructuosos, para venir en conocimiento del año, del asunto o del monarca a quienes se refiere la carta. Don Pedro el Ceremonioso fue el primer rey de Aragón que estableció el número de veinte hombres de los más andarines con título de correos de su corte, como puede verse en el registro de las Ordinacions de la casa real de Aragó. núm, 1529, fol. 97.

martes, 10 de diciembre de 2019

Colección corona Aragón, tomo IV


Colección de documentos inéditos del archivo general de la Corona de Aragón,
publicada de Real Orden
por el archivero mayor
D. Próspero de Bofarull y Mascaró.

Tomo IV.

Procesos de las antiguas cortes y parlamentos
de Cataluña, Aragón y Valencia,
custodiados en el archivo general de la corona de aragón,
y publicados por Real Orden por el archivero mayor
D. Próspero de Bofarull y Mascaró.
Tomo IV.
Barcelona.
En el establecimiento litográfico y tipográfico de
D. José Eusebio Monfort.
1849.

/Ortografía actualizada en los textos escritos por Bofarull/

Documentos relativos a la unión del condado de Barcelona con el reino de Aragón, al gobierno y casa real de sus monarcas, institución y régimen de sus municipalidades, y celebración de sus cortes.

Introducción.

Después de publicados en la primera serie de la Colección general de documentos inéditos de este Archivo todos los que hemos juzgado conducentes para ilustrar el gran negocio de los parlamentos de Cataluña, Aragón y Valencia, y del Compromiso de Caspe, desde los últimos años del reinado de don Martín de Aragón, hasta los primeros de la nueva dinastía del electo don Fernando de Antequera, infante de Castilla, y muerte de su antagonista, el conde de Urgel, don Jaime el desdichado, daremos a luz en esta segunda serie otros monumentos históricos, que pueden servir, en nuestro concepto, a los escritores públicos para esclarecer las instituciones políticas de los Estados de que se componía esta corona, y particularmente sus antiguas cortes, objeto principal de nuestro propósito, a tenor de las Reales disposiciones.
Y como para formar la verdadera idea de estos congresos o cuerpos legislativos, que convocaba y presidía el monarca, con asistencia del clero, nobleza y pueblo de los respectivos reinos, sea indispensable tenerla anticipada del tiempo y modo como estos se unieron y engrandecieron, hasta llegar a su apogeo en los siglos medios, a beneficio de tratados y conquistas, y de sus buenas instituciones políticas, tanto reales como municipales; dividiremos la materia en cuatro partes, insertando en cada una de ellas, a la letra y por su orden cronológico, documentos que más puedan ilustrarla.

En la 1.a, bajo el epígrafe: unión del Condado de Barcelona con el reino de Aragón, presentaremos todos los documentos interesantes y curiosos que custodia este Archivo, referentes a la época, y enlace del conde de Barcelona don Ramón Berenguer IV con doña Petronila de Aragón, hija de don Ramiro el monje, desde el testamento del conde don Ramón Berenguer III en 1131, hasta la abdicación de la reina a favor de su hijo don Alfonso el Casto en 1173, después de la muerte del padre; pues no cabe duda que a esta dichosa unión, y al poderío, talentos, política, relaciones y victorias de este esclarecido conde, debió la España Oriental su completa restauración cerca de tres siglos antes que la Occidental, en tiempo de los Reyes Católicos.
En efecto, con la mayor representación y fuerza que adquirieron entonces estos reinos, y las rápidas y simultáneas conquistas de todas las plazas fuertes de las márgenes del Cinca, Segre y Ebro, y especialmente de las de Fraga, Lérida, Mequinenza y Tortosa, hasla el puerto de los Alfaques, abrió este conde a su magnánimo bisnieto don Jaime I los mares para la conquista de Mallorca, y las puertas del reino de Valencia hasta más allá de la ciudad de Murcia, donde tuvo que hacer alto, acaso por no violar los tratados que mediaban con sus deudos, los reyes de Castilla, o por otras razones que pueden dilucidarse con el examen de su crónica y con el de los documentos del reinado de este gran monarca, que a su vez figurarán en esta misma Colección.
En la 2.a parte, bajo el epígrafe: Gobierno y Casa Real de los monarcas de Aragón, daremos a luz otros muchos documentos, bastantes, en nuestro concepto, para dar a conocer la forma de gobierno, tanto público como doméstico, de estos soberanos en los siglos medios, en que la perfeccionó el talento y perspicacia de don Pedro IV de Aragón con tantas y tan acertadas ordenaciones, estatutos y reglamentos políticos, militares y de etiqueta, que con razón le merecieron el singular dictado de Ceremonioso, con que se le distinguió en su tiempo; y cuando ya sus estados se estendian no solo a la porción de península española que tocara a estos monarcas en sus repartimientos con los de Castilla, si que también a diferentes puntos de Asia, África e Italia; y mientras sus numerosas escuadras señoreaban el Mediterráneo, y las barras de Aragón ondeaban desde la antigua Bizanzio, hasta las columnas de Hércules, como puede verse en nuestros más clásicos historiadores, y particularmente en las Memorias sobre la marina, comercio y artes de la antigua ciudad de Barcelona del erudito e infatigable investigador don Antonio Campmany.
En la 3.a parte, y bajo el epígrafe: Municipalidades, publicaremos en seguida y con el mismo orden algunos privilegios, estatutos y reglamentos que los monarcas de Aragón, descendientes del conde don Ramón Berenguer IV y de la reina doña Petronila, fueron concediendo parcial y progresivamente, después de sus gloriosas conquistas, a las ciudades, villas y lugares de sus dominios, para erección y régimen de los cuerpos de la administración civil y económica, con denominación de paheres, conselleres, jurados o cónsules de los comunes, luego que el cúmulo de negocios que les ocasionó la vasta estension de Estados, la mayor cultura de sus súbditos, el aumento de vecindario en las poblaciones antiguas y en las que de nuevo se fundaron, y finalmente el acrecentamiento de la agricultura, artes y comercio, les precisaron a ceder o confiar a los mismos pueblos su gobierno interior, y a despojarse de una regalía que habían ejercido desde los primeros siglos de la restauración, por sí solos o por el corto número de sus oficiales reales, sin intervención alguna del pueblo, sino cuando el soberano autorizaba las juntas o reunión de los padres de familia para tratar de los asuntos comunales que les interesaban.
Con tan sabias y adelantadas instituciones municipales y con el estímulo de privilegios, libertades, cartas-pueblas y otras mercedes, lograron con el tiempo aquellos previsores monarcas encender el patriotismo y captarse el amor y adhesión de los pueblos, que a competencia les facilitaron sumas inmensas, en cuotas de frutos y otras voluntarias imposiciones, para su reincorporación a la Corona, y a fin de cubrir los grandes gastos que necesitaron hacer para el feliz éxito de sus continuas espediciones y empresas. Entretanto las más señaladas ciudades, villas y lugares merecieron en recompensa de estos servicios el inestimable privilegio de sentarse en los escaños de las cortes, donde, con denominación de Brazo Real y al pie del mismo trono, le defendieron más de una vez de los ataques del feudalismo.
En la 4.a y última parte de la serie, y con el epígrafe: Cortes, daremos finalmente un sucinto estracto del formulario de los procesos de la clase que custodia este Archivo, insertando en sus respectivos lugares, al pie de la letra, todos los documentos que consideraremos interesantes y dignos del examen de los literatos que gusten dedicarse a esclarecer una institución tan acatada, como poco controvertida, ya sea por las circunstancias de los tiempos pasados, o ya por no haberse formado hasta los presentes una compilación de actas de aquellos célebres congresos, que han sido en todos tiempos y hasta nuestros días el paladion de los españoles en los grandes apuros del Estado.
Si la irreparable pérdida de los archivos de Zaragoza en los gloriosos pero asoladores sitios que sostuvo aquella heroica ciudad, durante la alevosa guerra de la Independencia, no lo imposibilitara, el ilustrado gobierno de S. M. se aprovecharía de aquella malograda riqueza, reuniendo a la compilación de este Archivo que damos a luz, los muchos procesos y escrituras de la misma cuerda que, según Blancas y otros sabios escritores, existían en aquellos preciosos depósitos, con lo cual se completaría esta colección y quedarían enteramente satisfechos los deseos de la Reina N. S. (q. D. g.); pero ya que esta medida sea irrealizable, podrán aprovecharse otros muchos procesos de las cortes de estos reinos de Aragón, que se hallan diseminados en los archivos de Simancas, Valencia, Tarragona y otras poblaciones, y darán materia para algún apéndice.
Debemos advertir, que, aunque Carbonell, Peguera, Zurita, Blancas, Diago, Marca, el malogrado don Pablo Piferrer y otros escritores hayan dado noticia y copias de documentos de este Archivo, sobre las mismas cuestiones que principalmente nos proponemos ilustrar en esta segunda serie de la Colección general; no por esto dejaremos de continuar en ella todos los que existen en este depósito de fé pública, sin reparar en que uno ú otro haya sido publicado aisladamente por los citados escritores; pues a más de ciertas variantes que hemos notado en alguna de sus copias, nos obliga a no omitir las nuestras la poderosa consideración de que no todos los aficionados que acudan a esta Colección general para ilustrarse tendrán a mano las obras de los citados escritores. Sin embargo, como en estas se encuentran también diferentes copias de escrituras sacadas de otros archivos, que no existen en éste, y son al mismo tiempo muy necesarias para ampliación de las pruebas históricas que pueden necesitarse, no debe descuidarse su detenido examen.
Con esta serie de documentos, y otros muchos de igual clase que en casos particulares podrá facilitar este Archivo a las personas que los necesiten, creemos que tendrán los escritores públicos suficientes pruebas para ilustrar la constitución política de los diferentes Estados de que se componía la antigua Corona de Aragón en los siglos medios, y para la aclaración de otros puntos históricos que de ellos se desprenden, y son igualmente objeto de esta Colección.


unión condado Barcelona reino Aragón

lunes, 18 de noviembre de 2019

LAS PRIMERAS ARMAS DE JAIME I


3.4. LAS PUGNAS FAMILIARES

165. LAS PRIMERAS ARMAS DE JAIME I (SIGLO XIII. ALCORISA)

LAS PRIMERAS ARMAS DE JAIME I


Pelegrín de Atrocillo, influyente noble de la corte del rey Jaime I el Conquistador, acababa de casarse con la joven Sancha López, hija de don Lope de Albero, que era señor de la villa de Alcorisa en nombre y representación de la orden calatrava. Don Pelegrín, con motivo de la boda, recibió de su suegro, además de otros bienes menores, la citada villa, que, según estipularon entre ambos, devolvería a don Lope si Sancha moría sin sucesión. Reinó el sosiego y la concordia en el seno de ambas familias, hasta que un suceso extraordinario vino a perturbarlos.

Corría más o menos el año 1220 cuando don Lope fue atacado vil y súbitamente en su castillo de Albero Alto, en la actual provincia de Huesca, por Rodrigo de Lizana, que le hizo su prisionero, a la vez que vejaba a los habitantes cristianos y moros de la villa.

LAS PRIMERAS ARMAS DE JAIME I (SIGLO XIII. ALCORISA)

Pelegrín de Atrocillo, apoyado por su hermano Gil, se desplazó rápidamente a la ciudad de Zaragoza para tratar de defender a su suegro ante el propio rey Jaime I, que apenas contaba entonces doce años de edad. Ante la narración de lo sucedido y enojado por ello, el joven monarca no sólo facultó a Pelegrín de Atrocillo para oponerse con las armas a Rodrigo de Lizana, sino que él mismo, sin dilación de tiempo, se vistió la armadura y empuñó la espada por vez primera, poniéndose al frente de la hueste organizada contra aquél, de modo que sus primeras armas en batalla las hizo y las veló en el asedio y posterior toma del importante castillo de Albero Alto, que acabó rindiéndose a las tropas del rey dos días después.

Tras apoderarse del castillo de Albero y todavía con el joven monarca a la cabeza, prosiguió luego la hueste hasta alcanzar los muros del pueblo de Lizana, feudo de don Rodrigo, donde entraron tras abrir brecha en ellos y rescataron del forzado cautiverio a don Lope de Albero.

El gesto de Jaime I puso desde entonces a los Albero y Atrocillo de manera incondicional a su favor por el resto de sus días, encontrando en ambas familias un apoyo leal y constante.

[Pallarés, Matías, «Don Pelegrín deAtrocillo...», en BHGBA, I-II (1908), 20-22.]

domingo, 7 de julio de 2019

JAIME I, COFRADE DE LA VIRGEN DE LOS ÁNGELES


123. JAIME I,
COFRADE DE LA VIRGEN DE LOS ÁNGELES (SIGLO XIII. ALBENTOSA)

JAIME I,  COFRADE DE LA VIRGEN DE LOS ÁNGELES (SIGLO XIII. ALBENTOSA)


Una vez reconquistada la aldea de Albentosa por las huestes del rey aragonés Jaime I el Conquistador, en pleno siglo XIII, el lugar, situado en el límite con las tierras levantinas, fue repoblado por cristianos llegados del reino adentro para poner en explotación sus tierras situadas a casi mil metros de altitud.

Transcurridos algunos años desde aquel memorable día de la conquista, el rey volvió a pasar por Albentosa, ciertamente hambriento y cansado, acompañado tan sólo por un puñado de escogidos guerreros. El pueblo, situado como tantos otros en la falda del monte, estaba desierto cuando entró el rey en él, encontrando en sus calles tan sólo a un niño al que Jaime I le preguntó dónde estaban los demás vecinos. Respondió el muchacho que todos estaban en el castillo, hacia el cual dirigió el monarca su montura siendo seguido a cierta distancia por sus acompañantes.

Conforme se iban acercando a las murallas del alcázar, se oían más nítidamente la algarabía y el bullicio del interior. Desde la puerta, pudo observar el rey que se estaba preparando una apetitosa y abundante comida, circunstancia que aún provocó más a su estómago desfallecido. Ante sus insistentes llamadas, acudió a la puerta una mujer anciana que no reconoció en el caballero al monarca y, sin mediar palabra alguna por parte de éste, le dijo que nadie que no fuera cofrade de la virgen de los Ángeles podía entrar aquel día en el castillo, ni siquiera el rey, a no ser que se hiciera miembro de la cofradía.

Jaime I, tras aquella información tan escueta y tajante, preguntó a la anciana qué era necesario para ser admitido como cofrade, pues él estaba dispuesto a hacerse, respondiéndole la mujer que bastaba con pagar una pequeña cuota y tener deseo de serlo. Entonces, el rey llamó a su escribano y sobre un pergamino hizo donación a la Virgen de múltiples bienes, destacando el llamado Molino de Arriba, todavía en funcionamiento hasta hace pocos años.

Cumplidos con creces los requisitos precisos, el rey y su hueste pudieron penetrar en el castillo, donde fueron recibidos como cofrades de Nuestra Señora de los Ángeles y pudieron saciar, por fin, su hambre.

[Proporcionada por Josep Martínez Rondán.]


Albentosa es una localidad y municipio de la comarca Gúdar-Javalambre en la provincia de Teruel, en la comunidad autónoma de Aragón, España.

Tiene un área de 68 km² con una población de 267 habitantes (INE 2016) y una densidad de 3,93 hab/km².

En el término municipal se encuentran las localidades de: Albentosa (capital del municipio), y los barrios Venta del Aire, Estación de Mora de Rubielos, Fuen del Cepo y Los Mases.

Propiedad de la tierra: Siempre de realengo, por pertenecer a la comunidad aragonesa. Estuvo encuadrada en la comunidad de aldeas de Teruel el la Sesma del Campo de Sarrión, hasta la división provincial de 1833.

En la localidad destacan la iglesia de estilo gótico tardío y renacentista de Nuestra Señora de Los Ángeles del siglo XVI, restos del castillo (actual cementerio), el ayuntamiento, del siglo XVIII y el puente medieval de los siglos XV y XVI.

Sus fiestas Patronales son el 2 de agosto, Virgen de los Ángeles. Organizadas de forma voluntaria por Comisiones de fiestas, a partir de la Asociación Cultural V.A. Comprenden aproximadamente una semanas de actos festivos y otra de actos culturales.

Ibáñez González, Javier (coord.) (2009). Las Hoces del Mijares y los Caminos del Agua. Qualcina. Arqueología, Cultura y Patrimonio. ISBN 978-84-937190-0-5.

Ibáñez González, Javier & Casabona Sebastián, José F. (2013). Castillos, murallas y torres. La arquitectura fortificada de la Comarca de Gúdar´Javalambre. Qualcina. Arqueología, Cultura y Patrimonio. ISBN 978-84-937190-5-0.

jueves, 21 de noviembre de 2019

LUCHAS DE LOS LUNA CONTRA LOS URREA


172. LUCHAS DE LOS LUNA CONTRA LOS URREA (SIGLO XV. LA ALMUNIA)

Hallándose en Antequera preparando hueste contra el moro el noble castellano don Fernando, llegaron al campamento mensajeros con la triste noticia de la muerte, sin heredero directo, de don Martín el Humano, rey de Aragón, su tío. Por los mismos mensajeros supo, asimismo, cómo las tierras del reino aragonés quedaban enormemente alteradas por las intrigas de varios pretendientes, fundamentalmente por la pugna entre don Pedro de Urrea (partidario y defensor del propio don Fernando), que «quería justicia» frente a los demás pretendientes, y don Antón de Luna, erigido en defensor del conde de Urgell como rey «por fuerza» y no por razón y derecho.

don Antón de Luna, que estaba acampado con sus guerreros junto a Almonacid de la Sierra


Ante la difícil situación creada, intentó el arzobispo zaragozano don García de Heredia actuar de mediador entre ambas partes, dirigiéndose para ello hacia La Almunia de Doña Godina, con el fin de «concertallos» y hacerles entrar en razón, pero don Antón de Luna, que estaba acampado con sus guerreros junto a Almonacid de la Sierra, le salió por sorpresa al encuentro arropado por más de cincuenta caballeros armados quienes, tras herirle con sus lanzas, provocaron su muerte.

Enterado don Pedro de Urrea del crimen perpetrado en la persona del arzobispo, acudió presto con sus huestes a Zaragoza para enfrentarse al conde de Urgell, quien, como monarca que pretendía ser, se había trasladado con celeridad a la capital acompañado de un gran ejército y la intención de tomarla y coronarse en San Salvador como tal. Junto al mercado, cerca del Ebro, al pie de las murallas romanas, con el torreón de la Zuda por testigo, tuvo lugar una sangrienta batalla, en la que el conde quedó vencido y obligado a huir de la ciudad vadeando como pudo el río.

LUCHAS DE LOS LUNA CONTRA LOS URREA (SIGLO XV. LA ALMUNIA)


Poco después llegaba desde Caspe la noticia de la proclamación de Fernando de Antequera como rey de Aragón, solución que el conde urgellés no aceptaría, dando lugar a una serie de batallas y actos belicosos que ensangrentaron el reino durante mucho tiempo.

[Gella, José, Romancero Aragonés, págs. 118-119.]


Almonacid de la Sierra debe su nombre a la antigua comunidad árabe y a su situación aunque hay discrepancias sobre su significado, pues podría significar «lugar fronterizo» o «el monasterio». // Ahora leed aquí abajo: al-Munascid //


El Castillo y la villa de Almonacid de la Sierra fueron fundados por el musulmán al-Munascid, siendo citados por el cronista al-Udri. Por ello, la época de dominación musulmana fue importante para la localidad; el topónimo, el trazado de sus calles y la tradición alfarera así lo atestiguan. De su pasado morisco dan cuenta una serie de manuscritos árabes y aljamiados encontrados en la localidad, que se custodian en la biblioteca Tomás Navarro Tomás, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC. El hallazgo tuvo lugar al reparar una casa antigua en el verano de 1884, constituyendo uno de los más importantes hallazgos de este tipo realizados en la península ibérica.

Como reducto árabe, Almonacid resistió los envites cristianos hasta el reinado de Alfonso I el Batallador. Tras su reconquista, la población pasó a manos de la condesa doña Sancha y más tarde a las de Pedro de Sessé, señor de Medina. A finales del siglo XIII, Almonacid fue concedida a Pedro Martínez de Luna, fundador de los Luna de Almonacid y de los que derivarían los de Illueca.

Pero los Luna perdieron la población cuando Antón de Luna, ferviente partidario del pretendiente a la corona Jaime II de Urgel, asesinó en 1412 al obispo de Zaragoza, García Fernández de Heredia, quien apoyaba a Fernando de Antequera, a la postre rey después del Compromiso de Caspe. El nuevo monarca de Aragón confiscó a Antón de Luna todos sus bienes, entre ellos la villa de Almonacid, pasando ésta a ser propiedad de Pedro Ximenez de Urrea en 1414, quien sería primer Conde de Aranda. La casa de Urrea regiría los destinos de la localidad hasta la supresión de los señoríos en 1812.

La población de Almonacid, que contaba con 88 hogares​ —unos 400 habitantes— de acuerdo al fogaje de 1495, estaba mayoritariamente compuesta por moriscos, conviviendo junto a judíos y cristianos. Por ello, la expulsión de los moriscos a comienzos del siglo XVII, tuvo importantes repercusiones para la localidad. El geógrafo portugués Juan Bautista Labaña recogió en su Itinerario del Reino de Aragón, realizado entre 1610 y 1611, que «Almonazir es un lugar grande situado al pie de la sierra, es del conde de Aranda, quien tiene en este lugar una muy buena casa situada en lo alto de un otero, al pie del cual yace el lugar». Asimismo explica que «fue población de moriscos y fueron los últimos que salieron de este reino, había 300 vecinos y ahora no hay más que cincuenta». Las cifras aportadas por historiadores apuntan que pudo haber más de 1 200 habitantes de Almonacid expulsados de sus casas. Ello conllevó un gran retraso en el desarrollo de la localidad que no fue superado hasta muchos años después, aunque los señores concedieron en 1628 una carta de población a los colonos con que se repobló Almonacid. 
Coincidiendo con el 400 aniversario de estos sucesos, se realizó la serie Expulsados 1609: la tragedia de los moriscos, coproducción de TVE, TV3, Aragón TV, Canal de Historia, Sagrera Audiovisual y la Casa Árabe.



Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe a Almonacid en los términos siguientes: «Tiene 300 casas de regular construccion distribuidas en varias calles y plazas espaciosas y bien empedradas; un pósito, una carniceria, dos posadas públicas, una escuela de primeras letras... y una iglesia parroquial bajo la advocación de Nuestra Señora». Refiere que «el terreno llano en general es de buena calidad y muy feraz, aunque pudiera serlo mas á tener las aguas suficientes para el riego». En cuanto a la economía, señala que la localidad «produce vino, trigo puro, centeno, cebada, avena, garbanzos, judías, pocas frutas y hortalizas, y cria ganado lanar, cabrío y alguna caza» y que quedaban algunas alfarerías, la fábrica de aguardiente y la arriería.

martes, 23 de junio de 2020

321. EL RELICARIO DE JAIME I


321. EL RELICARIO DE JAIME I (SIGLO XIII. MAGALLÓN)

Existía en pleno monte, en las afueras de la villa de Magallón, una pequeña pero bonita ermita dedicada a la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de la Huerta, a la que sus habitantes acudían con frecuencia puesto que le profesaban una gran devoción.

En cierta ocasión, cuando el rey don Jaime I el Conquistador pasó al frente sus tropas por aquí con intención de enfrentarse al monarca castellano, acampó e hizo noche, confraternizando con las gentes de Magallón, que le dedicaron grandes agasajos.

Fue entonces cuando el rey se enteró de aquel fervor popular hacia Nuestra Señora de la Huerta, a la que se le atribuían múltiples milagros, de modo que decidió visitar la capilla y, esperando ganarse los favores de la Virgen, decidió adoptarla como patrona.

Al día siguiente, antes de proseguir el camino con sus huestes hacia Borja, volvió a visitar la capilla y ofreció a la Virgen un completísimo relicario si la batalla que iba a disputar llegaba a significar el término de la guerra que mantenía contra el monarca castellano. Se trataba de un relicario que siempre llevaba pendiente del cuello y al que tenía en gran estima.

Como la campaña militar contra el rey castellano fue un verdadero éxito, al regresar victorioso a sus tierras aragonesas, a pesar de la prisa que llevaba, tuvo el tiempo preciso para detenerse en Magallón mientras sus tropas seguían camino adelante y volver a la ermita para cumplir su promesa. Una vez ante la Virgen se despojó del preciado relicario y lo depositó a los pies de Nuestra Señora de la Huerta, la misma que pocos años después, como consecuencia del crimen sacrílego que se cometió ante ante ella en el recinto de la ermita, abandonó el lugar para reaparecer en los montes de Leciñena.

[Faci, Roque A., «Nuestra Señora de Magallón», en Aragón..., I, pág. 84.]

viernes, 27 de agosto de 2021

AL ARXIU GENERAL DE LA CORONA D'ARAGÓ

AL ARXIU GENERAL

DE LA CORONA D'ARAGÓ, LO JORN QUE FOU UBERT EN
L'ANTlCH PALAU
DELS VIREYS DE BARCELONA
.

AL ARXIU GENERAL  DE LA CORONA D'ARAGÓ, LO JORN QUE FOU UBERT EN L'ANTlCH PALAU DELS VIREYS DE BARCELONA.


Desde que fuyts dels
vilatjes


Els lleons
espahordits,


Per deserts per
boscatjes


Pasturan no mes de
nits;





Desde que el cavall
s'acosta


Al qui 'l vol
cualcar sotmes,


Per monarca y no per
hoste


Al home la terra ha
pres.





Ab quin pler sentí
'l còr batre


El primer qui pels
turons


L'aliga del cel va
abatre


Ab son arch ò ab
sos falcons!





AL ARCHIVO GENERAL


DE LA CORONA DE
ARAGÓN
, EL DÍA QUE FUE ABIERTO EN EL ANTIGUO


PALACIO DE LOS
VIREYES BE BARCELONA.


Desde que huyendo de
las villas los leones amedrentados, pacen no más que de noche por
selvas y desiertos;


Desde que el caballo
se acerca sumiso a quien pretende montarlo, ha reconocido la tierra
al hombre, no ya por huésped, sino por su monarca.


¡De qué gozo
sintió latir su corazón el primero que por los montes derribó al
águila del 
cielo con su arco o
can sus halcones!





De llavors ¡cuánta conquista


Lo geni al home ha
fet fer,


Perque sia manco
trista


La vida ara que
primer!





No 'ls lleons ni les
arpelles


Mos donan goig de
cassar;


Dels nigulats les
centelles


Obedients feym
devallar.





Vergues de llamps
qu'esfondravan


Castells, temples y
palaus,


A una punta ara se
clavan,


Y una cadena ´ls fa
esclaus.





Daguerre ha
fet presoneres,


Si un poch tenen
d'aturay,


Les imatjes
volanderes


Que passan per son
miray.





Y ab tanta nova
conquista


Que 'l geni al home
ha fet fer,


¿No sabrem si es
manco trista


La vida ara que
primer?





Vell temps, qui
volas y volas


Cada jorn mes avïat,


¿Entristexes o
consolas,


Cuant mes va,
l'humanitat?





Desde entonces ¡cuánta conquista ha facilitado al hombre su genio,
para que sea menos triste, ahora que antes, la vida!


No tenemos ya gozo
en cazar leones y milanos: de las nubes hacemos bajar obedientes las
centellas.

Rayos que
hundían castillos, templos palacios, vienen ahora a clavarse en una
punta, y una cadena los hace esclavos.


Daguerre ha
aprisionado, por poco que se detengan, las imágenes fugitivas que
pasan por delante de su espejo.


Y con tanta nueva
conquista que el genio ha facilitado al hombre, ¿no sabremos si es
menos triste, ahora que antes, la vida?


Anciano tiempo, que
vuelas y vuelas de cada día más aprisa, ¿es que a la humanidad la
entristeces o la consuelas siempre más?





Calla, y girantmos s'esquena


Vola sempre mes
seguit;


Per lligarli una
cadena


Ningú hi ha 'I mon
prou ardit.





Ab ses ales
axamplades


L'espay inmens
abrassant,


Ses vides totes
passades


Empeny correns per
devant.





L´esbart d'hores
voladores,


Que cuant
arriban j' han fuyt,


Aplega, com les
cohidores (collidores)


De l'olivera lo
fruyt
.





Com a bous que 'l
pastó ´arruxa,


Cuant sent bramulá
'l mestral,


Y el nigul qui
calabruxa


Veu mes prop que la
bobal;





Els anys, els
setgles s'en mena


A amagá ' á
l'eternitat,


Y de boyra dexa
plena


La carrera del
passat.





Y els qui son ingeni
apuran


En tot art, ciencia
y trebay,


Y els qui ´ls
llamps del cel aturan,


¿Cuantre 'l temps
podrán res may?





Él calla, y volviéndonos la espalda, vuela siempre más veloz; para
atarle una cadena, nadie hay bastante osado en el mundo.


Con sus alas
extendidas abarcando el espacio inmenso, todas las vidas pasadas las
empuja en su curso por delante.


Recoge la bandada de
horas aladas que cuando llegan huyeron ya, como las aceituneras el
fruto del olivo.


A la manera que el
pastor aguija sus bueyes cuando oye bramar el noroeste, y ve la nube
que graniza más cerca que el establo;


Así se lleva los
años y los siglos a esconder en la eternidad, y deja envueltas en
niebla las huellas de lo pasado.


Y los que apuran su
ingenio en toda ciencia, arte y trabajo, y los que detienen a los
rayos celestes, ¿podrán jamás alguna cosa contra el tiempo?





Sí: que tots cuants se complauen


De conversar ab els
morts,


Y glorias qu'en
oblit cauen


Fer reviure en sos
recorts,





L'han agafat per ses
ales


Sens dexarli fuyta,
no,


Y l'han pres dins
estes sales


Com dins la gabia al
lleó.





Com tant d'animal
sauvatje


Els reys engabian
viu,


Hora es que cada
vilatje


Ferm lo temps dins
son arxiu.





Hora es ja que cada
pobble


Repleg y als arxius
coman


Lo que ha tengut de
mes nobble,


Lo que ha tengut de
mes gran.





De cada gloria
retrona


L'èco encara en est
palau;


Lo corn de la guerra
hi sona,


Y la gayta en jorns
de pau.





Los mantells condals
estesos


Cobren encara
aquests murs;


Sos escuts penjats y
arnesos


Relluen encara purs.





Sí, que todos cuantos se complacen en conversar con los muertos y
hacer revivir en sus recuerdos las glorias que en olvido caen,


Le han cogido por
las alas, sin dejarle escapatoria, no, y le han preso en estas salas
como al león dentro la jaula.


Así como los reyes
enjaulan vivo a tanto animal salvaje, hora es que cada lugar ate al
tiempo dentro de su archivo.


Hora es ya de que
cada pueblo recoja y encomiende a los archivos lo que ha tenido de
más noble, lo que ha tenido de mas grande.


El eco de cada
gloria retumba en este palacio todavía; suena en él el guerrero
caracol (cuerno) y la gaita de los pacíficos días.


Los mantos condales
extendidos tapizan todavía estos muros, todavía relumbran con
pureza sus pendientes arneses y escudos.





Corones ja rovellades


Redolan per lo
trispol;


De sas victories
passades


Encare aquí escalfa
'l sol...





Oh! jò qui guart
esperançes


De parlar d´una
altre edat,


Y visch de les
recordançes


Que han romás del
temps passat;





Jo qui son vel de
misteri


Penetrar intent ab
l'uy,


Fosser en est
cementeri,


¡Mirau si fas festa
avuy!





Sols entrant aquí
s'esbuca,


La Babel que 'm
axecat,


Y el temps devant mí
trabuca


Son rellotje del
passat.





La fantasía va a
lloure


De setgle en setgle
correns;


Els morts que li
plau fa moure,


Fins quE ´ls té
devant presents.





A poch poch de sos
sepulcres


S´axecan els reys
finats,


Tornan pendre ´ls
escuts pulcres,


Y altre pich arman
combats.





Ruedan por el pavimento coronas ya enmohecidas; aún calienta aquí
el sol de las victorias ganadas.


Oh! yo que guardo
esperanzas de hablar de otra edad, y vivo de los recuerdos que del
tiempo pasado quedan;


Yo que penetrar
intento con los ojos su misterioso velo, yo sepulturero en este
cementerio, mirad si es hoy mi fiesta.


Sólo al entrar aquí
se desploma la Babel que hemos levantado, y el tiempo en mi presencia
trabuca su reloj de arena.


Suelta va la
fantasía corriendo de siglo en siglo: pone en movimiento los muertos
que le place, hasta tenerlos ante sí presentes.


Poco a poco los
reyes finados se levantan de sus sepulcros; vuelven a tomar sus
hermosos escudos, y otra vez traban combates.





Baix d´un castell a una coma


Veig apilotarse
gent;


Los estandarts de
Mahoma


Volan estesos p'el
vent.





Els catalans ses
senyeres


Ab les barres
d'Aragó
,


Els castellans ses
banderes


Ab les torres y el
lleó,


Els catalans ses senyeres  Ab les barres d'Aragó,



Els castellans ses banderes  Ab les torres y el lleó,






Ses flámules els
marquesos


Veig desplegar desde
aquí,


S'oriflama los
francesos,


Sos penons el
sarrahí.





Com a calabrux, les
fuyes


Rebotan de mil
montants,


Pegant com demunt
encruyes


Demunt elms, demunt
turbants.





Debades ab ses
galteres


La cara han volgut
cubrir;


Jò ´ls conech en
les maneres


De combatre y de
ferir.





Sent els crit
de les batalles,


Veig onades de
soldats,


Cercantse ´l còr
entre malles,


Ab sos ulls
ensangrentats.





Al pie de un castillo, en una cañada, veo agruparse gente; vuelan
tendidos al viento los estandartes de Mahoma.


Las enseñas catalanas con las barras de Aragón, las banderas castellanas con las torres y el león,


Las flámulas de los
marqueses veo desde aquí ondear, el oriflama de los franceses, los
pendones del sarraceno.


Como granizo rebotan
las hojas de mil montantes, golpeando, como sobre yunques, sobre
turbantes yermos.


En vano con sus
viseras han querido cubrirse el rostro; yo los conozco a todos en las
maneras de acometer y lidiar.


Percibo los gritos
de las batallas, veo oleadas de soldados que al través de las mallas
se buscan el corazón con ojos ensangrentados.



Uns a altres p'el coll s'agafan,


Y ab ses masses los
capells


Del ferro mes doble
esclafan,


Fent p'els ulls
sortí els cervells.





Dòl fa veure tants
cadavres;


De cavallers prous e
honrats,


Els punys encare a
sos sabres,


De sobinas
allargats...





Y cuant la visió de
guerra


Escarrufa massa el
còr,


El torneig qui vé
desterra


De mes entranyes la
pòr.





Veig bornar ab
riques vestes


Cavallers, duchs y
barons,


Veig ses madònes
xelestes
P´els cubertats escalons,





Que los guayten
assegudes,


Plata y or vestint
per drap;


Si ells ferint pegan
caygudes,


Porugues giran lo
cap.





Y entre 'ls homens
de paratje


Sos combats y sos
amors,


Un lay en
l'antich llenguatje


Sent cantar als
trovadors.





Unos a otros se asen por el cuello, y con sus mazas aplastan los
cascos de hierro más doble (grueso), haciendo salir el
cerebro por los ojos.


Duelo causa ver
cadáveres tantos de caballeros de honra y pro, empuñando todavía
sus espadas, tendidos boca arriba. (sobinas; supino)


Y cuando la visión
guerrera da grima al corazón en demasía, el torneo que en pos viene
destierra el miedo de mis entrañas.


Veo justar con ricas
vestiduras caballeros, duques y barones, veo a las damas placenteras
por las alfombradas graderías,


Que sentadas se
asoman a mirarlos, vistiendo telas de plata y oro; cuando ellos
acometiéndose dan caídas, ellas vuelven tímidas la cabeza.


Y mezclados con los
hombres de paraje (nobles), con sus amores y combates, oigo a
los trovadores cantar un lay en el antiguo idioma.







Axí dex ma fantasía


Que se cans de
loquetjar,


Que sols cuant s'en
assacía


A pler comens a
estudiar.





Sols llavò, ab pas
de formiga,


Vé la freda
reflexió,


Y un fil ab altre
fil lliga,


Cercant de tot la
rahó.





Dins el plat de la
balansa


D´un en un fa passá
´ls reys,


Y sens amor ni
venjansa


Sos fets mesura y
ses lleys...





Oh! la sanch del de
Mallorca,


Rey Pere del
punyalet
,


Ni una eternitat la
't torca,


Si d'ella 'l còr no
'n tens net.





Lletjiré fulla per
fulla


Els llibres d'aquell
procés,


Qu'encare la sanch
remulla


D'un rey, de tants
cavallés:





Y si 't trob les
mans sollades


De la sanch del teu
cunyat,


De les gotes
escampades


Lo front n'has de
dur marcat.





Dejo así a mi fantasía que se canse de loquear, pues sólo cuando
de hacerlo se harta, empiezo a estudiar con sosiego.


Sólo entonces viene
con paso de hormiga la fría reflexión, y liga un hilo con otro
hilo, investigando la razón de todo.


Dentro el plato de
su balanza hace pasar los reyes uno por uno, y sin amor ni venganza,
pesa sus hechos y sus leyes.


Oh! la sangre del de
Mallorca, o rey Pedro el del punyalet, ni una eternidad te la
limpia, si no tienes limpio de ella el corazón.


Hoja por hoja leeré
los volúmenes de aquel proceso, mojado todavía con la sangre de un
rey y de tantos caballeros.


Y si te encuentro
con las manos manchadas en la sangre de tu cuñado, marcada has de
traer la frente con las gotas que la salpicaron.





Los qui sceptre d´or tingueren


Per governar grans
estats,


L'últim judici no
esperan


Per romandre
judicats.





Cuant dels set
àngels la trompa


D´espant la terra
aborron,


Cuant Deu la cadena
rompa


Que son trono lliga
al mon;





Cuant els xerafins
s´esglayen,


Y tremolen els mes
forts;


Cuant el sepulcres
badayen


Amollant cada un sos
morts;





Llavors cuant cada
persona


Comparega a
tribunal,


Lo rey ab pesant corona,


L'esclau ab lleuger
dogal;





Setgles haurá que
ta vida


Com d´altre Cain se
cont;


Vell sagell de
fratricida


Durás, rey Pere, en
el front.

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Los que empuñaron cetro de oro gobernando grandes estados, para
quedar juzgados no aguardan al último juicio.


Cuando la trompeta
de los siete ángeles estremezca de espanto a la tierra, cuando rompa
Dios la cadena que tiene al mundo pendiente de su trono;


Cuando los serafines
se espanten, y tiemblen los más fuertes; cuando bostecen los
sepulcros, soltando cada uno sus muertos;


Entonces, cuando
cada persona comparecerá ante el tribunal, el rey con pesada corona,
con ligera cadena el esclavo;


Siglos habrá ya que
tu vida será contada cual la de otro Caín; antiguo será, ó
rey Pedro, el sello de fratricida que traerás en la frente.

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