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domingo, 7 de julio de 2019

JAIME I IMPONE SU AUTORIDAD ANTE PEDRO AHONES


125. JAIME I IMPONE SU AUTORIDAD ANTE PEDRO AHONES
(SIGLO XIII. DAROCA)

JAIME I IMPONE SU AUTORIDAD ANTE PEDRO AHONES  (SIGLO XIII. DAROCA)


Jaime I apenas había cumplido los diecisiete años y era ya de ánimo tan esforzado y noble como alto de porte pues, como dicen sus cronistas, era un palmo más alto que los demás hombres. El valor y entereza que le habrían de caracterizar durante toda su vida se pusieron de manifiesto, a pesar de su corta edad, con motivo del enfrentamiento que sostuvo con don Pedro Ahones.

En efecto, Jaime I había citado en Teruel a todos los ricos hombres de su reino, con la pretensión de organizar una cabalgada a tierras de los moros levantinos, pero lo cierto es que no llegó ninguno a pesar de estar esperándoles durante tres semanas. Por el contrario, quien llegó fue una embajada del rey moro de Valencia, Zeyt Abuzeyt, que le solicitaba una tregua a cambio del pago de un tributo. Jaime I, con gran disgusto, pero ante la realidad de los hechos, pactó con el moro y decidió regresar a Zaragoza.

En el camino de vuelta, a la altura de Calamocha, tropezó con don Pedro Ahones —hermano del obispo de Zaragoza— y sus hombres, considerado el cabecilla del enfrentamiento nobiliario contra el rey, que pretendía ir a tierra de los moros levantinos por su cuenta. Le pidió el monarca que regresara con él pues precisaba hablarle junto con los demás nobles del reino, pero apenas consiguió que llegara a Burbáguena.

Reconvino el rey a Pedro Ahones por su actitud y le prohibió ir contra Valencia, puesto que ello significaría la ruptura de la tregua firmada con Zeyt Abuzeyt. El noble le contestó que había invertido mucho dinero en preparar la expedición y que no estaba dispuesto a obedecerle, lo cual obligó a Jaime I a arrestarle. Pero Pedro Ahones desafió al rey, llegando a luchar cuerpo a cuerpo, hasta que el sublevado logró escapar para ir a refugiarse al castillo de Cutanda.

Le persiguió Jaime I llegando a entablar batalla. Y antes de que el rey lo pudiera remediar, don Pedro Ahones fue herido de muerte por Martín Pérez de Luna. Don Jaime I, viendo que Pedro Ahones moría, no pudo contener las lágrimas. Pusieron al herido en un caballo, pero antes de llegar a Burbáguena murió. El rey lo hizo llevar a Daroca, donde le dio sepultura, con gran solemnidad, en la iglesia de Santa María la Mayor, bajo un epitafio que decía y dice: «Aquí yace D. Pedro Ahones. Año 1225».

Aquí yace D. Pedro Ahones. Año 1225, Daroca, iglesia, Santa María la Mayor





[Beltrán, José, «Muerte trágica de D. Pedro Ahones», en Tradiciones y leyendas de Daroca].



Pedro de Ahonés (? - Burbáguena , 1226) fue un caballero aragonés del linaje de los Ahonés. Conjuntamente con su hermano, el obispo Sancho de Ahonés y el también caballero Pelegrín de Ahonés, dominaban el Sobrarbe, Bolea y Loarre, que le había sido empeñado por el rey Pedro II de Aragón; asimismo, también tenía Tauste, cedido por Jaime I de Aragón. Fue servidor del rey Pedro II de Aragón y defensor de su hijo Jaime I de Aragón durante la minoría de edad de este. Posteriormente participó en las revueltas nobiliarias contra Jaime I de Aragón y fue muerto por los caballeros del rey durante una discusión con el rey. Su muerte originó la tercera revuelta nobiliaria contra Jaime I de Aragón.


Sus orígenes son desconocidos, y Jerónimo Zurita indica que fue criado en la corte del rey Pedro II de Aragón. Su hermanos eran el obispo de Zaragoza Sancho de Ahonés, y el caballero Pelegrín de Ahonés.

Servidor del rey Pedro II de Aragón, lo acompañó a la batalla de Las Navas de Tolosa. Tras la muerte del rey en la batalla de Muret, fue uno de los elegidos como embajador en Roma para pedir al papa Inocencio III la restitución del infante Jaime (el futuro rey Jaime I de Aragón), que entonces se encontraba en manos del conde Simón IV de Montfort.

En 1216 fue designado consejero de la Procuraduría y en 1217 participó en la conjura de Monzón para sacar el infante Jaime del castillo de Monzón. El 1218 fue nombrado consejero real de Jaime I y designado Mayordomo del Reino de Aragón sucediendo a su hermano Pelegrín de Ahones . Continuó sirviendo fielmente al rey durante la primera revuelta nobiliaria así como en la guerra entre Guillem de Montcada y Nuno Sanç de Aragón. Pero en 1224, durante la segunda revuelta nobiliaria traicionó la fidelidad al rey y se pasó al bando de los opositores. Terminada la segunda revuelta y liberado el rey, el año 1225 fue uno de los nobles que le acompañó al asedio de Peñíscola. El sitio no fue exitoso, pero el rey firmó una tregua con los sarracenos que garantizaba la paz pero que al mismo tiempo impedía cualquier expansión territorial hacia el sur.

En 1226, Pero de Ahones tuvo la intención de desacatar la orden del rey de respetar la tregua, pero el rey la interceptó antes de que iniciara la expedición. En medio de una fuerte discusión, acabó por batirse cuerpo a cuerpo con el rey, que le intimó a rendirse; pero pudo escapar y los caballeros del rey iniciaron una persecución, lo alcanzaron e hirieron mortalmente. Mientras lo trasladaban a Burbáguena para curar las heridas, murió. Su muerte a manos del rey fue la causa que desencadenó la tercera revuelta nobiliaria contra Jaime I de Aragón.

jueves, 9 de mayo de 2019

LA PÉRDIDA MUSULMANA DE LANAJA


2.55. LA PÉRDIDA MUSULMANA DE LANAJA (SIGLO XII. LANAJA)

Tras la derrota de Fraga sufrida por Alfonso I el Batallador, algunas de las tierras tan trabajosamente ganadas a los musulmanes en los valles del Cinca y del Alcanadre volvieron a perderse, lo que significó un momentáneo retroceso y hubo que volver a empezar. Por eso, unos años después, en 1142, una vez repuestos de la derrota, los cristianos se disponían a reconquistar varias de estas plazas, entre ellas Lanaja, en plenos Monegros.

LA PÉRDIDA MUSULMANA DE LANAJA (SIGLO XII. LANAJA)

En estos momentos, las escaramuzas armadas entre cristianos y moros eran constantes, pero también se daban ciertas relaciones amistosas producidas por el trato casi continuo que mantenían en los últimos años. Por lo tanto, no es de extrañar en absoluto que uno de los caballeros cristianos aragoneses se enamorara perdidamente de la hija del alcaide musulmán de Lanaja, aunque ésta no compartiera con él el mismo sentimiento.
Una vez decidida la reconquista de Lanaja, las tropas cristianas entraron en la población, que apenas se pudo defender, y nuestro caballero se lanzó a la búsqueda de la joven agarena. La encontró donde sospechaba, orando en la mezquita, pero ella no sólo volvió a rechazarle una vez más, sino que huyó precipitadamente a través de los pasadizos subterráneos que llevaban desde la mezquita al palacio. El joven la persiguió.
Cuando el guerrero cristiano estaba a punto de alcanzar a la bella mora, sucedió algo increíble: ésta se convirtió repentinamente en un toro amenazante y feroz, que pasó a perseguirle de manera enconada hasta que, a duras penas, se pudo poner a salvo.

Toro, Lanaja, Huesca


Mientras la situación en la calle era ya desesperada para los moros, su alcaide, enrocado en su palacio, buscaba a su hija desesperadamente sin hallarla. De pronto, oyó unos mugidos que le condujeron hasta el toro, comprendiendo el encantamiento de su hija. Cuando intentaban encontrar la manera de desencantarla, volvió a suceder otro prodigio: el toro no sólo quedó paralizado, sino que se convirtió repentinamente en oro. Antes de capitular y entregar la plaza, el alcaide escondió el toro dorado en lugar tan seguro que, aun a sabiendas de que existe, nadie ha podido encontrarlo todavía.
[Andolz, Rafael, «Dichos y hechos del Altoaragón. La leyenda de Lanaja», Folletón del Altoaragón, 59 (28 de marzo de 1982), pág. VIII.]



Lanaja es un municipio de la provincia de Huesca (Aragón, España). Además del núcleo urbano, comprende las entidades de población de Cantalobos y Orillena. Su población es de 1.324 habitantes (INE 2014).

Lanaja está situada al norte de la depresión del Ebro, junto al barranco de los Paúles, afluente del Flumen, a 369 msnm. Forma parte de la comarca de Los Monegros, estando a 17 km de Sariñena, la capital comarcal, y a 61 km de Zaragoza.

Su temperatura media anual es de 14 °C y su precipitación anual de 475 mm.

En la localidad se encuentran los yacimientos de Val de Lupo, Valderrey, Peñalveta, La Malena y Aldea del Correo. Todos ellos indican que el poblamiento de esta zona abarca desde el Neo-Eneolítico hasta el imperio romano. En Aldea del Correo, yacimiento perteneciente a la época romana, se han advertido restos de construcción que debieron pertenecer a un establecimiento rústico de la época.

Pero quizás el yacimiento de mayor interés sea el de La Malena, en el barranco de Valonguera, cuyos restos —con abundantes materiales y estructuras de filiación ibérica— muestran que se trata de un poblado indígena posteriormente romanizado. Se ha encontrado material cerámico de la primera Edad del Hierro (700-450 a. C.), cerámica ibérica, cerámica campaniense y restos de terra sigillata hispánica lisa. También se ha hallado una piedra de molino con orificio central y un importante grupo de monedas romanas de algunos emperadores romanos, además de monedas hispano-latinas de Caesaraugusta, Celsa y Osca.

El topónimo Lanaja es de origen árabe. En el siglo X, varias mesnadas de Abderramán III fueron en auxilio del rey de Zaragoza Abu Yahya, al mando de Nadja, antiguo esclavo que llegó a ser el primer general del Califato. Una hipótesis es que se dio el nombre de Al Nadja a este poblado en honor a Umm Kuraish al Nadja, hermana del general Nadja, favorita de la esposa del califa.

Jerónimo Zurita, historiador del siglo XVI, cree que fueron los guerreros franceses, al servicio de Alfonso I el Batallador, quienes se apoderaron de todas estas tierras entre 1114 y 1118, señalando expresamente que tomaron Sariñena y otros lugares donde hasta entonces los moros se habían defendido en sus castillos. Por tanto, se puede situar la reconquista cristiana de Lanaja en torno a 1115.

Posteriormente, Jaime I entregó Lanaja a la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, con sede en el Monasterio de Sigena, y de dicho monasterio dependía en todos los aspectos al ser feudo donado por el Rey. Se pagaban los tributos a los clérigos del monasterio en una dependencia construida al efecto y conocida como «el granero de la diezma», donde se entregaba la décima parte de las cosechas de cereales, aceite y vino. Cuando en el siglo XVI éste resultó pequeño, se construyó uno nuevo junto a la iglesia de la Asunción. La dependencia del monasterio perduró hasta mediados del siglo XVIII, momento en el que Lanaja comenzó su vida como municipio independiente, coincidiendo sus límites con los que Alfonso I había establecido al hacer entrega a la Orden Sanjuanista.

En 1507, se establecieron los Cartujos de San Bruno en lo que hoy es la Cartuja de la Virgen de Las Fuentes. Con la desamortización de Mendizábal, la Cartuja pasó a manos de sus actuales dueños, la casa de Bastaras, quienes al adquirirla, registraron la propiedad en la vecina Sariñena al ser los impuestos más baratos en dicho municipio.

En el siglo XIX, Lanaja sufrió las correrías de los carlistas y de varias partidas de bandoleros, que operaban en la comarca desde sus refugios en la cercana sierra de Alcubierre. Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, señala que Lanaja «tiene 216 casas, de las cuales, las dos terceras partes solo tienen un piso, y las restantes dos, ofreciendo por consiguiente pocas ó ninguna comodidad; están unidas formando 2 plazas y diferentes calles sin empedrar».

El término municipal de Lanaja fue escenario de la muerte del legendario bandolero Mariano Gavín Suñén «el Cucaracha», acaecida el 28 de febrero de 1875, según el extracto de partidas de defunción de Lanaja en ese año. Fue tiroteado por la Guardia Civil tras haber sido envenenado junto con cuatro compañeros más de su banda en la aldea de Peñalbeta. Tenía fama de generoso, pues robaba a los ricos para dar a los pobres, persiguiendo y vejando a los caciques de la región.

La Guerra Civil fue especialmente cruenta en Lanaja. En los primeros días de la sublevación militar de 1936, fue rechazada una primera incursión de falangistas provenientes de Zaragoza; todavía se conserva en lo alto del Saso un monolito, conocido por el «Monolito de los falangistas», que recuerda la muerte de un alférez y seis falangistas cuando intentaron entrar el 24 de julio de 1936. Al día siguiente, la iglesia parroquial fue saqueada, siendo destruidas las obras de arte que había en su interior, así como la documentación existente.​ Ese mismo día, una fuerza militar procedente de Zaragoza ocupó el pueblo, pero tuvo luego que replegarse por la cercanía de columnas de milicianos catalanes. Varios vecinos y trabajadores fueron llevados a Alcubierre y allí fusilados por falangistas. Los milicianos catalanes no hicieron nada malo. Finalmente, la villa fue ocupada a finales de julio por la columna Arquer-Piquer del POUM.

Lanaja permaneció leal al gobierno de la República hasta la caída del frente de Aragón en marzo de 1938, por lo que sufrió intensos bombardeos por parte de la aviación del ejército de Franco. La ruptura del frente provocó el éxodo de una parte de la población hacia Cataluña. Al ser definitivamente ocupada la villa por las tropas franquistas, se desencadenó una fuerte represión que produjo un número indeterminado de víctimas.

La iglesia parroquial de la Asunción parece que fue construida sobre la mezquita musulmana y ésta, a su vez, sobre la primitiva iglesia visigoda de la localidad. Consta de dos naves diferentes. La del norte, más antigua, responde al estilo gótico cisterciense, probablemente de la segunda mitad del siglo XIII y tiene tres tramos abovedados en forma de cañón apuntado. El ábside del lado norte tiene siete paños y dos ventanas apuntadas, decoradas con las acostumbradas puntas de diamante o columnillas, dovelas y chambrana.

La nave sur es algo más larga y consta de cuatro tramos de cañón apuntado. Se comunica con la nave antigua por un gran arco del mismo perfil pero muy achatado. En su muro se abre una hermosa puerta abocinada, enmarcada por dos contrafuertes, decididamente gótico; la portada parece ya de los siglos XIV o XV, lo que permite inferir en que fecha tuvo lugar la ampliación del templo.

La Ermita de San Sebastián, situada en el «Saso» —montículo desde el cual se domina todo el pueblo— se edificó en el lugar que en tiempos pasados estuvo el Castillo de Montoro, del cual apenas perviven los restos de una muralla. Es una construcción del siglo XVIII de estilo barroco popular.

La Ermita de Santa Bárbara, a 1 km del casco urbano, se encuentra en ruinas desde la Guerra Civil.

El Pozo de hielo, la nevera, situado en el Saso, se usaba para conservar el hielo recogido en invierno para usarlo en verano. Es un aljibe cilíndrico, cubierto superiormente con una cúpula de gruesos muros de mampostería. Tiene 6 m de diámetro y más de 11 m de altura.

Por su parte, el Caño es una construcción subterránea de unos 400 m que se encuentra en al parte norte la población. Por el tipo de construcción se puede pensar que es de época árabe.

De la Guerra Civil se conserva, en la carretera de Cantalobos, un emplazamiento para ametralladoras o también para fusil ametrallador. Fue proyectado y construido por ingenieros y soldados republicanos. Esta estructura de hormigón armado protegía como fortín y observatorio a un vasto territorio en dirección noroeste y noreste, dentro de un conjunto defensivo hoy prácticamente inexistente, enmarcado en la denominada «línea Lenin» de defensa.

En 2009 fue inaugurado en Lanaja, en el edificio del siglo XVI llamado el Granero de la Diezma, el Museo Barbie, dedicado a la conocida muñeca de Mattel. La colección contaba con más de mil piezas, entre ellas más de 700 «barbies» y 200 trajes confeccionados por su propietaria. El museo cerró en 2011 y se prevé su traslado a Cuba.

El 20 de enero es la festividad de San Sebastián, en la actualidad las fiestas pequeñas. La víspera se encienden las tradicionales hogueras.
El 5 de febrero se celebra Santa Águeda, organizada por las mujeres de la localidad.
El 19 de marzo, San José, aquí llamada Fiesta de Quintos, se organiza una fiesta para los jóvenes que cumplen 20 años.
En la festividad de San Isidro, el 15 de mayo, las mujeres suelen ir por la mañana andado hasta el Monasterio de Nuestra Señora de la Fuentes. En la antigüedad este día servía para ir a pedir agua a la Virgen de las Fuentes.
Las fiestas mayores de Lanaja, en honor a San Mateo, tienen lugar entre el 20 y el 24 de septiembre. Cabe destacar el día 20 el desfile de carrozas, y el 21 la procesión y la representación del «dance». Éste es de los clásicos de pastorada, con mayoral, rabadán y dieciséis danzantes en grupos de cuatro.
Una de las tradiciones más arraigadas entre los vecinos de Lanaja es la del tesoro del Castillo de Montoro. Se cuenta que durante la dominación musulmana, uno de sus reyezuelos mandó fundir el oro recaudado a los habitantes del poblado, dándole la forma de un toro. Ocultó el toro de oro en el pasadizo que conducía desde el castillo a la mezquita y, de acuerdo a la tradición, permanece todavía enterrado.



Personajes ilustres:
Camilo Labrador Vicuña (n. 1807). Político y científico español.
Cristina Grande (n. 1962). Fotógrafa y escritora española.
José María Javierre Ortás (1924 - 2009). Periodista, sacerdote católico y escritor español.

  1.  Consejo General de Procuradores de España
  2.  Gobierno de Aragón. «Zonas altimétricas por rangos en Aragón y España, y altitud de los municipios de Aragón.»Datos geográficos. Archivado desde el original el 4 de diciembre de 2011. Consultado el 15 de agosto de 2012. Lanaja (Gran Enciclopedia Aragonesa)
  3.  Poblados prehistóricos (Ayuntamiento de Lanaja)
  4.  Saltar a:  Historia del municipio de Lanaja (Ayuntamiento de Lanaja)
  5.  Saltar a:  Historia de Lanaja (www.lanaja.com)
  6.  Madoz, Pascual (Madrid, 1846-1850). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Establecimiento tipográfico de P. Madoz y L. Sagasti. Volumen V, pág. 57.
  7.  El Cucaracha (Gran Enciclopedia Aragonesa)
  8.  Victimas civiles de la guerra. SPICA. Sistema de información del Patrimonio Cultural Aragonés.
  9.  Mateo Caballero, Roberto (2008). Las batallas de Lanaja. Zaragoza: Comarca de Los Monegros.
  10.  Censo de 1857. Huesca (INE)
  11.  INE: Población por municipios y sexo.
  12.  Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas (Gobierno de España). «Treinta aniversario de las primeras elecciones municipales de la democracia». Archivado desde el original el 6 de marzo de 2014
  13.  Alcaldes de Aragón de las elecciones de 2011
  14.  Gobierno de Aragón. «Archivo Electoral de Aragón». Consultado el 13 de agosto de 2012.
  15.  Saltar a:  Patrimonio (Ayuntamiento de Lanaja)
  16.  Nido de ametralladoras de Lanaja (Bienes de interés cultural de Aragón)
  17.  «El Museo Barbie de Lanaja se trasladará a Cuba»El Heraldo de Aragón. 10 de julio de 2014. Consultado el 7 de noviembre de 2014.
  18.  El Castillo de Montoro (www.lanaja.com)
  19. FEMP. «Listado de corporaciones locales españolas hermanadas con Europa». Consultado el 20 de diciembre de 2013.

viernes, 28 de junio de 2019

Antonio Ubieto Arteta

Ubieto, Antonio, Historia de Aragón: Literatura medieval, I, págs. 45-46
Antonio Ubieto Arteta


https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Ubieto_Arteta


Antonio Ubieto Arteta (Zaragoza, 31 de marzo de 1923 - Valencia, 1 de febrero de 1990) fue un historiador y filólogo medievalista español.

Biografía:
Discípulo del historiador medievalista José María Lacarra, destacó como investigador de la historia y la literatura medieval sobre todo en el ámbito aragonés, donde estudió. Primero fue catedrático de la Universidad de Valencia (1958-1977), y tras la jubilación de su maestro Lacarra fue archivero y catedrático de Universidad de Zaragoza, y en 1977 obtuvo la Cátedra de Historia Medieval de dicha Universidad, dirigiendo el departamento homónimo hasta 1988. En su etapa valenciana, destaca el estudio sobre la formación del Reino de Valencia, y el estudio en profundidad del "Llibre del Repartiment", donde demostró que Próspero de Bofarull había descartado varios asientos, que se referían a repobladores aragoneses, navarros y castellanos y de muchas otras "naciones". Tales estudios le provocaron severos conflictos con algunos compañeros de tesis catalanistas; incluso sufrió amenazas personales, apareciendo en pintadas el nombre de sus hijos y los colegios donde estudiaban más ataques directos a él, por lo que jubilado su maestro, retornó a su Zaragoza natal.

Su obra como medievalista abarca cientos de trabajos destinados a la edición de fuentes primarias de temas navarro-aragoneses, de historia valenciana o épica medieval. Destaca su labor en el esclarecimiento de los orígenes de los reinos de Castilla, Aragón y Valencia y la profundización en la historia de Aragón, en cuyo ámbito publicó una magna obra de referencia en varios volúmenes, su Historia de Aragón.

Son importantes asimismo sus aportaciones a la autoría y datación del Cantar de mio Cid, iniciando la corriente crítica, hoy dominante de una datación tardía y una autoría única y posiblemente culta para el Cantar.

Como continuadores de su obra figuran dos discípulos como su hermano, Agustín Ubieto, especializado en la génesis y cambios territoriales tanto de España como de Aragón en sus conocidas obras en formato de atlas históricos; y el también medievalista turolense Antonio Gargallo, quien destacó por su estudio sobre la Comunidad de Teruel a lo largo de toda la Edad Media, y que a su vez ha servido de inspiración para la recreación anual de Las Bodas de Isabel de Segura, representada en el mes de febrero en Teruel.

También trabajó en la actividad editorial. En dicho ámbito fundó la revista Ligarzas y la editorial «Anubar» (ANtonioUBietoARteta), de las que fue director. En ellas inició importantes colecciones, como lo son Textos Medievales, Obras de Investigación, Comercio Valenciano, Temas Valencianos, y Alcorces.

Bibliografía del autor:






Antonio Ubieto Arteta, «Observaciones al Cantar de Mio Cid», Arbor, XXXVII (1957), 145-170.
Antonio Ubieto, Juan Reglá, José María Jover, Carlos Seco, Introducción a la Historia de España, Teidei, 1963, ISBN 84-307-7310-X
Antonio Ubieto Arteta, Historia de Aragón, Zaragoza, Anubar, 1981-1989, 6 vols.
—, Colección Diplomática de Cuéllar, Segovia, Diputación Provincial, 1961. Presentación del Exmo. Sr. D. Pascual Marín Pérez, magistrado y catedrático de Derecho Civil.
—, Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista, I, Zaragoza, Anubar, 1981, ISBN 84-7013-155-9
—, Orígenes del Reino de Valencia. Cuestiones cronológicas sobre su reconquista, II, Zaragoza, Anubar, 1979, ISBN 84-7013-156-7
—, Cartulario de San Millán de la Cogolla (759-1076), Valencia, Anubar, 1976, ISBN 84-7013-082-X
—, El "Cantar de Mío Cid" y algunos problemas históricos, Zaragoza, Anubar, 1992, ISBN 84-7013-054-4
Notas bibliográficas
UBIETO ARTETA, Antonio, Creación y desarrollo de la Corona de Aragón (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial y la última versión)., Zaragoza, Anubar (Historia de Aragón), 1987, págs. 7 y ss. ISBN 84-7013-227-X
Bibliografía utilizada
«Antonio Ubieto Arteta». Gran Enciclopedia Aragonesa. Consultado el 4 de noviembre de 2017..
Martín Duque, Ángel J. (1990). «El medievalista aragonés Antonio Ubieto Arteta». Príncipe de Viana (Pamplona: Institución Príncipe de Viana) (189): 19-22. ISSN 0032-8472.
Ferrer Navarro, Ramón (1998). «El profesor Ubieto y el medievalismo hispano». Revista de Historia Jerónimo Zurita. Historiadores de la España Medieval y Moderna (Zaragoza: Institución Fernando el Católico) (73): 89-116. ISSN 0044-5517..