jueves, 29 de julio de 2021

XII, LA MORT DE SANT PAU.

XII

LA
MORT DE SANT PAU.



Ego enim jam delibor, et
tempus resolutionis meae instat.
Bonum
certamen certavi,
cursum consummavi.
(Ad Tim cap. IV.)







Al
peu del Capitoli, que domina
De la reyna del Tíber los palaus,
En
mig de cendres y de greu ruína,
Se descubreix la carçre
Mamertina,
Últim alberch de presoners y esclaus.



Les
cendres y les ruines qu´estremexen
Los vents al devallar del
Apení,
Son los casals antichs que no existexen,
Son los vells
caserius que desparexen
Perque Céssar Neron ho mana axí.







XII
LA
MUERTE DE SAN PABLO.



Al
pié del Capitolio, que señorea los palacios de la reina del Tíber,
entre escombros y montones de cenizas, se descubre la cárcel
Mamertina, último asilo de prisioneros y de esclavos.



Las
cenizas y las ruinas, que el viento sacude al bajar del Apenino, son
las antiguas (la i no se ve) casas solariegas, que han sido
derribadas por el fuego; son los viejos caseríos, que desaparecen,
porque César Neron lo manda.




Roma
sotsmesa baix d´un jou de ferra,
No té un cor que renegui dels
tyrans;
Roma envilida dins lo fanch y l´erra
Declara als bons
inacabable guerra,
Y llepa´l fuet que brandan los vilans.



¡Als
bons!... Dins exa carçre malanada,
Dins exa cova que l´Imperi

Pera guardar sa vída assegurada,
Espera ´l sol de la
derrera diada
Un home just, un defensor del bé.



Es
un valent que de llunyana platja
N´es vingut contra´ls vicis á
lluytar,
Pero de Roma el gobernant selvatje
No comprèn d´eix
soldat lo pur llenguatje,
Y ordres dona per ferlo degollar.



Es
lo Apòstol de Crist, qu´ha corregudes
Les nacions y provincies
infidels
Per l´espasa romana combatudes,
Y á ses gents sota
del pecat segudes
Ha duyt la creencia y lo perdó dels cels.



Y
ara del bé qu´ha fet en recompensa,
En premi dels dolors qu´ha
alleugerat,
En premi de l´humana renaxença
Qu´ha sostengut
ab valentía inmensa,
Per los humans á mort es condemnat.




Roma,
sometida al férreo yugo, no tiene ni un corazon que reniegue de la
tiranía; Roma, encenegada en el vicio y el error, declara incansable
guerra á los buenos, y lame el látigo que blanden manos viles.



¡Los
buenos!... En esa cárcel maldita, en esa cueva que el Imperio tiene
para defenderse de importunas agresiones; espera el sol de su último
día un varon justo, un defensor del Bien.



Es
un héroe, que vino de lejanas tierras á pelear contra los vicios;
pero el déspota de Roma no comprende el purísimo lenguaje de ese
valiente, y da la órden de decapitarlo.



Es
el Apóstol de Cristo, que recorrió las provincias y naciones
infieles, expugnadas por el romano brazo; y á tantas gentes,
sentadas á la sombra de la muerte, llevó la creencia y el perdon
divinos.



Y
ahora, en recompensa del bien que ha hecho, en premio de los dolores
que ha consolado, en premio del Renacimiento moral de la humanidad,
que ha predicado con inquebrantable valor; los hombres le condenan á
muerte.







¡Miráulo!,
dret en la presó; ferida
D´una aurora de Juny pe´l raig
primer
Qu´entra per la finestra empetitita,
La cara del
Apòstol enardida
Resplendeix com lo sol dematiner.



La
barba en llargues trenes retorçuda,
Sobre´l pit inflamat de sant
ardor,
La capa sus l´espatlla decayguda,
La má per les
cadenes abatuda
Y els ulls fixats en la llampant claror.



Una
dolça visió de l´esperança
Brilla en los ulls oberts del gran
cristiá;
Ab l´oratjol del día que s´atança,
Les aures de
l´eterna benhaurança
Afalagan son front sobrehumá.



Recorda
Saulo ses etats primeres,
La ja passada ardenta jovintut;
Les
un jorn penosíssimes carreres,
Per escampar les noves
enciseres
De la gracia, la gloria y la virtut.



Y
ab l´accent de profunda melanjía
Qu´els genis contrariats solen
tenir
Quant ve llur suspirada derrería,
Mes ple del esperit
que l´enfortía,
Deya parlant ab sí meteix: - “¡Finir!;




¡Vedle!,
de pié en la prision; alumbrada por el primer rayo de un día de
Junio, que entra por estrecha saetera, la cara del Apóstol,
enardecida, resplandece como el sol de la mañana.



La
barba, retorcida en largas trenzas, sobre el pecho, inflamado en
santos ardores; el manto, caído de sobre los hombros; las manos,
abatidas por las cadenas; y los ojos, fijos en la brillante claridad.



Dulce
vision de la esperanza chispea en los abiertos ojos del gran
cristiano; con la brisa matinal, las auras de la Bienaventuranza
acarician su transfigurada frente.



Saulo
recuerda su primera edad; su ardiente juventud; y recuerda sus
penosísimos viajes, para propagar las grandes nuevas de la gracia,
la gloria y las virtudes.



Y
con el acento profundamente melancólico, que los genios contrariados
suelen usar al acercarse su ansiada postrimería; pero lleno del
espíritu de fortaleza, decía, hablando consigo mismo:
- “¡Morir!







¡Finir
quant l´enemich posseyeix les portes
De la humanal ciutat;
Finir
quant tantes ánimes veig mortes,
Y en tenebres la pobre
humanitat!



Perque
he volgut el bé de les criatures
Encadenat ne som;
Mes l´ánima
romprá estes lligadures,
Y volará al bon Deu com un colom.



Desitj
qu´est tabernacle se disolga,
Y esser prompte ab Jesús;
Qu´en
pols ma vestidura se resolga,
Y anármen d´aquest mon que corre
il-lús.



Molts
que´s deyan amichs son traydors ara,
Quant abatut m´han
vist;
Alexánder y Démas copa amara
Beure fan al enviat de
Jesucrist.



¿Qué
importa? El Reyne de la pau divina
Dins la Ciutat s´extén;
Dins
la matexa carçre Mamertina
Lo foch de Gracia y d´Esperit
s´encén.



La
llavor de la Fe s´es derramada
Del Orient al Ocás,
La Fe
qu´en altre temps fo maltractada
Pe´l fariseu, la vía de Damás.




¡Morir,
cuando el enemigo posee las puertas de la ciudad del mundo; morir,
cuando tantas almas yacen en la muerte; y las tinieblas cubren la
Humanidad!



Porque
quise el bien de los hombres, encadenado estoy. Pero mi alma romperá
estos nudos, y volará á Dios como una paloma.



Deseo
que este tabernáculo se disuelva; deseo hallarme pronto con
Jesucristo; que en polvo se convierta mi carne, y huya mi alma de
este mundo ilusionado.



Muchos
que se decían amigos, resultan traidores, al verme vencido.
Alexánder y Démas dan á beber amarga copa al enviado del Salvador.



¿Qué
importa? El reino de la paz de Dios se propaga en la Ciudad; hasta en
la cárcel Mamertina prende la llama del Espíritu.



La
semilla de la Fe sembróse del oriente al ocaso; la Fe, perseguida
ayer por el Fariseo, de Damasco en el camino.





¡Y
còm ens resisteix la Sinagoga,
Reptant á los crehents!
No vol
que la barrera se remoga
Pera obrir pas á les humanes gents.



¡Ella
m´ha perseguit per mar y terra,
Ella avorreíx mon nom;
Mos
germans israelites dura guerra
Juraren cechs al cristiá renom.




“La
paraula de Fe de ells es llevada,
Y es duyta als infidels;
Y
l´hora d´un nou poble es arribada,
De bones obres seguidor
excels.







El
pare benehit, qu´es invisible,
L´Unigènit enviá;
Y´l
Senyor humiliat en carn visible
A les figures cumpliment doná.



Ara
ja ni en Judea ni en Samaria
l´únich altar veurém,
Mes de la
terra en l´infinita amplaria
Los temples del amor
axecarém.

“L´amor, la gracia, la virtut divina,
Lo goig
universal;
Perque devant la Creu la Palestina
Dona als hòmens
un òscul fraternal.




¡Y
cómo se nos resiste la Sinagoga, desafiando á los creyentes! No
quiere destruir la antigua barrera y abrir paso á todos los pueblos.



Ella
me ha perseguido en todas partes; ella aborrece mi nombre. Mis
hermanos israelitas juraron, en su ceguedad, encarnizada guerra al
Cristianismo.



Quítaseles
la palabra de la Fe, y es llevada á los infieles: ha llegado la hora
de constituir un nuevo pueblo, excelso seguidor de buenas obras.



El
padre en las alturas invisible, envió al Unigénito; y el Señor,
humillado en carne visible, dió cumplimiento á los antiguos
símbolos.



Ya
ni en Judea, ni en Samaria veremos el único altar; sino que en la
infinita redondez de la tierra, levantaremos los templos del amor.



El
amor, la gracia, las virtudes de Dios, el gozo universal; porque ante
la Cruz, la verdadera Palestina da á todos los hombres el ósculo de
la fraternidad.





Jo
he visitat les illes de l´Acaya,
Menat pe´l dit de Deu;
Y
sens la ciencia y ab polvorosa saya,



Los
he mostrat la ignominiosa Creu.



Los
sabis del Areópago sentiren
Que´l Deu desconegut
Que los
antichs poetes enaltiren,
A redimir los hòmens es vingut.



La
incerta ciencia dels prohoms d´Atenes,
Qu´era ergull solzament,



Se
posa les dolcíssimes cadenes
De Fe cristiana y renovada´s sent.



De
la mar de Corinto á Macedonia
La Grecia he corregut;
No hi há
ciutat capdal, no hi há colonía
Hont la Gracia de Deu no
m´haja dut.



Y
perills en la mar y en les planures,
Perills de nit y
jorn,
Perills y cansament y desventures,
Y fam y set en
qualsevol sejorn.



Moltes
voltes los grechs apedregaren
A est home malhaurat;
Moltes
voltes les ones l´enfonzaren,
Perque´l Regne de Deu fos ofegat.




Yo
visité las islas de la Acaya, guiado por el dedo de Dios; y, sin
ciencia de mi parte, y en traje de peregrino, les enseñé la
ignominia de la Cruz.



Los
sabios del Areópago oyeron que el Dios ignoto, celebrado por
los antiguos poetas, ha venido á redimir á los hombres.



La
incierta ciencia de los sabios atenienses, que sólo era orgullo, se
pone las dulcísimas cadenas de la Fe cristiana, y adopta verdaderos
principios.



Desde
el mar de Corinto á Macedonia, he recorrido toda la Grecia; no hay
ciudad capital, no hay colonia, á donde no me haya llevado la gracia
de Dios.



Y
peligros en el mar, y en la tierra; peligros de noche, y de día;
peligros, y cansancio, y desgracias, y hambre, y sed, en todas
partes.



Muchas
veces los helenistas apedrearon á este desventurado; muchas veces
las olas lo cubrieron, para ahogar el Reino de Dios.





Oh
fills de l´alta Grecia estimadíssims,
Goig y corona meus,
Estáu
en el Senyor, fillets caríssims,
Vulláu per sempre enderrocar
los deus.



El
senyor vostres còssos dirigesca
Y´ls nobles cors anim,
Y
esperit de paciencia us infundesca,
Y eus apart de tacarvos ab lo
crim...

“Jo he vingut fins al centre del Imperi,
Per
divinal Bondat;
Mes, ay, que´ns hi preparan cementeri,
Perque
´ls fa mal la llum de Veritat.



Lo
Crist desde la cima del Calvari
Morint vencé la mort,
Mes la
mort y l´infern en son desvari
Forcetjan per destruir la nostra
sort.



Italia,
la Senyora de la terra,
Italia ´s lliga ab ells,
Italia nos
rebutja y nos desterra,
O tira ´ls nostres còssos als arpells.



Roma,
superba Roma, tu qu´esclafas
Lo mon ab ton greu pes,
Tu qu´ab
vils ferros á los justs agafas,
Contra´l Deu inmortal no podrás
res.




Oh
queridos hijos de la exclarecida Grecia; mi gozo y mi corona; estad
en el Señor, hijos carísimos: derribad para siempre los infames
dioses.



El
Señor dirija vuestros pasos, y anime vuestros corazones, y os
infunda espíritu de paciencia, y os preserve de mancharos con el
crímen de la idolatría...

“Yo he venido hasta el centro
del Imperio, por bondad de Dios; mas, ¡ay!, que aquí se me ha
cavado la fosa, porque la luz de la verdad daña sus ojos.



El
Cristo desde la cima del Calvario, muriendo venció la muerte; mas la
muerte y el infierno en su furor forcejean para destruir nuestra
dicha.



Italia,
la señora del orbe, Italia se une á ellos; Italia nos rechaza, nos
destierra, ceba con nuestros cuerpos las aves de rapiña.



Roma,
soberbía Roma, tú que aplastas el mundo con tu peso; tú que
vilmente aherrojas á los justos; contra Dios inmortal no podrás
nada.









Les
tenebres d´infern s´acaramullan,
L´ignorancia ´s remou,
Plens
de verí y de rabia los cors bullen,
Perque dels ídols cruximent
ja s´ou.



De
l´una part los fruyts de la materia:
Latrocinis
violents,
Adulteris y morts y gran llatzeria,
Y mentides crüels
en los potents.



De
l´altra part les glories religioses,
Los fruyts del Esperit;
Éram
abans tenebres horroroses,
Ara llum celestial en Jesucrist.



¿Y
tu tems, Missatger de la llum pura,
Nunci del Redemptor?
¿No
veus créxer la nova criatura,
L´home perfet, lo setgle venidor?



Sento
de llibertat el suau aroma,
De fe, virtut y pau;
Mostrar debem
á los tirans de Roma
Còm se mor per la fe d´un Deu esclau.



¡Abba!
Jesús, Senyor de cels y terra,
A Vos, Pare meu, vinch;
Ni ´ls
açots, ni ´l poder, quietut ni guerra
Me podrán apagar l´amor
que us tinch.




Infernales
tinieblas se agolpan; la ignorancia se retuerce; arden en venenosa
rabia los corazones; porque ya crujen los pedestales de los ídolos.



De
una parte están los frutos de la materia: violentos latrocinios,
adulterios, asesinatos, miseria espantable, y crueles mentiras en los
poderosos.



De
otra parte las glorias religiosas, los frutos del espíritu. Éramos
ántes horribles tinieblas; ahora la luz celestial en Jesucristo.



¿Y
tú temes, mensajero de la pura luz, nuncio del Redentor? ¿No ves
crecer la nueva criatura, el hombre perfecto, el siglo por venir?



Siento
el suave aroma de la libertad; la fe, la virtud, la paz divina.
Mostremos á los tiranos de Roma, cómo se muere por la fe de un Dios
esclavo.



¡Abba!
¡Jesus, Señor de cielos y tierra, a Ti voy, Padre mío! Ni los
azotes, ni el poder, ni la paz, ni la persecucion, me podrán apagar
el amor que te profeso.







Guardí
´l depósit que de gracía un día
Jesús me confiá;
S´es
consumada la carrera mía;
¡Anem!... ¡Deu per l´Esglesia
vetlará!”-
__

Diu lo Sant; y el Senyor de les
altures
Que res oblida ni la tendra flor,
Que may gira
l´espatla á ses criatures,
Un ressò de les cèliques
ventures
Dexa sentir que li engrandeix lo cor.



Les
guardies del Pretori reforçades
S´acostan ja ab ses llances y
destrals,
Ressonant per les sòlides arcades;
Axí los glavis
en les mans sagrades
S´ou retenir vora ´ls xotets pascals.



Entran;
l´Apòstol á ses mans se dona,
Desafiant del Imperi los
furors;
Pere surt pera rebre igual corona;
S´abraçan
fortament per breu estona;
Y al Viminal s´en van ab los
lictors.....

La sanch del Cristiá fou derramada,
La
sentencia del Céssar per cumplir;
La Terra ab ella romangué
tacada;
¡Mes l´arbre de la Creu feu gran brostada,
Y ses
rames lo mon varen cubrir!!

Febrer 1874.




He
guardado el depósito de la gracia que Jesus me confió; he consumado
la carrera mía. ¡Vamos!... ¡Dios velará por la
Iglesia!”-
__

Dice el Santo; y el Señor omnipotente, que
nada descuida, ní siquiera las florecillas del valle; que nunca
desatiende á sus criaturas; déjale oír un eco de la celestial
felicidad, que le ensancha el corazon.



La
guardia del Pretorio reforzada, se acerca ya; resuenan las lanzas y
segures bajo los sólidos arcos, Así las víctimas, en el
sacrificio, oyen el ruido de las sagradas cuchillas.



Entran;
el Apóstol se entrega á ellos, afrontando el furor de los verdugos.
Pedro viene tambien, para recibir igual corona; abrázanse
estrechamente breves momentos y salen para el Viminal con los
lictores......

La sangre del cristiano derramóse, para
cumplir la sentencia del César; la tierra quedó manchada con un
crímen más; pero el árbol de la Cruz echó infinitos renuevos, y
sus ramas cubrieron el mundo.

XI, LO DÍA DE TOTS SANTS.

XI

LO
DÍA DE TOTS SANTS.



Lumen Gloriae.



Alegres
sonan les majors campanes,
Ecos de ditxa los carrers
omplenen,
Dexan los hòmens les converses vanes,
Fadrins del
poble lo traball no prenen.



Vuy
lo derrer alè de los bons díes
Nos du lo sol, vencent la
nuvolada;
Demá s´acabarán les alegríes,
Demá lo adeu
direm á l´estiuada.







XI
EL
DÍA DE TODOS LOS SANTOS.



Suenan
alegremente las campanas mayores; ecos de felicidad llenan las
calles; los hombres abandonan las vanas tertulias; los hijos del
pueblo no toman los instrumentos del trabajo.



El
sol vence las nubes, y hoy nos envía el postrer aliento de los días
hermosos; mañana, día de los muertos, se acaban las alegrías;
mañana se dice adios al verano.







Gran
gernació, de gom en gom, xalesta,
S´en va á la Seu per ascoltar
l´Ofici;
Es de Tots Sants la majestuosa festa;
Canta lo chor;
comença ´l Sacrifici.



__
Lo
Subdïaca la Visió sagrada
Llig de Sant Joan, que l´esperit nos
dona;
Dels fills de Deu la multitut salvada
Veym, y lo Cel
ahont tenen la corona.



Hermoses
tendes lo seu camp cobrexen,
Bells tabernacles de color
divina;
Les banderes de Crist hi resplendexen
Ab llum que de
son Trono ´ls illumina.



Segella
´ls fronts la Sanch inmaculada
Del viu Anyell que redimí la
terra;
Violetes naxen á son pas d´aubada,
Dolça alegransa
los dolors desterra.



Ab
ells triunfan, oh Deu, les causes nobles,
Los qui per los humans
daren la vida,
Los leals amichs de la salut dels pobles,
Los
defensors de gent mal oprimida.



Los
missioners, dexant patria ventura
Y ofrint als negres del desert
los braços;
Y les hermoses verges de clausura,
Fuytes del mon
per evitar sos llaços.




Numeroso
y alegre gentío llena la Catedral de bote en bote, para oír la
solemne Misa de Tercia. Se celebra la majestuosa festividad de Todos
los Santos; canta el coro; principia el Santo Sacrificio.



__

El
subdiácono lee la sagrada Vision de San Juan, que nos infunde
religioso espíritu. Ya vemos la innumerable muchedumbre de séres
glorificados, y el Cielo donde ciñen la corona.



Hermosas
tiendas cubren su campamento, bellos tabernáculos de sorprendente
color; las banderas de Cristo resplandecen, con la luz que emana del
alto Trono.



Sella
sus frentes la inmaculada Sangre del Cordero vivo que redimió la
tierra; á su paso nacen las flores, como al del alba; la dulce
alegría del bienestar aleja de ellos el dolor.



Con
ellos triunfan, oh Dios, las nobles causas; los que díeron su
vida por la humanidad; los verdaderos amantes de la salud del pueblo;
los defensores de familias oprimidas.



Los
misioneros que abandonaron las dulzuras del patrio hogar para correr
al desierto, en busca de infelices negros que consolar y convertir.
Las hermosas vírgenes del claustro, que huyeron del mundo para mejor
evitar sus redes.





Los
pobres llauradors qui sense enveja
Les possessions vehines
contemplaren;
Los reys que ab forta má feren que´s veja
Lliura
la patria d´hosts que la violaren.



Los
qui extragueren al Dolor los glavis,
Pujant á véure´l á los
últims pisos;
Y´ls qui no amaren venjament d´agravis,
Nets
de conciencia y de vilesa llisos.



En
mig d´aytal exèrcit hi figuran
Los Pares de la ciencia y l´art
cristianes;
Qui menysprearen la gloria que procuran
Del mon los
sabis y les ciencies vanes.



La
llum de lo infinit, llum de la gloria,
Revest los còssos de
claror divina;
Himne sublim de la inmortal victoria
Al temple
del Amor los encamina...

Benhaurats, oh vosaltres, qui
ventura,
Ventura eterna possehiu fa estona,
Guardantne sòls
d´antiga desventura
Florits llorers d´una esplendent corona.



Benhaurats,
los humils; haveu per terra
Per mar y cel empriu y anomenada;
Lo
poble vostres òssos desenterra,
Per darlos sempre reverent
besada.




Los
labradores pobres, que miraron sin envidia las posesiones del rico
vecino. Los reyes que, con fuerte mano, libertaron su patria de
enemigas huestes que la violaban.



Los
que extrajeron al dolor la espada, subiendo á las guardillas á
visitarlo. Y los que no toman venganza de las injurias, limpios de
corazon, libres de toda indignidad.



En
medio de ese gran ejército descubro á los Padres de la ciencia y
del arte crístianos, que menospreciaron la gloria mundanal y
la vanidad de la falsa ciencia.



La
lumbre de lo infinito, lumbre de gloria, reviste los cuerpos de
divina claridad. Himno sublime de inmortal victoria, los guía al
templo del Amor.



Bienaventurados,
oh vosotros que poseéis há tiempo la eterna felicidad; de vuestros
antiguos pesares os han quedado los floridos lauros de esplendente
corona.



Bienaventurados
los humildes; tenéis en la tierra, en el mar, y en el cielo, señorío
y duradera fama. El pueblo levanta de la tierra vuestros restos, para
cubrirlos siempre de besos respetuosos.





Mil
voltes benhaurats los qui patíreu
Fam y set de justicia ab gran
fortesa;
Los qui afrontes crüels del mon sofríreu,
Pe´l mon
cercant lo Ver y la Bellesa.



¡Oh!
molt just era qu´arribás lo día
De premiar, Ramon Lull, tos
dòls y hassanyes;
Y´ls teus, bell ángel de la patria mía,
Colom
de nostres patriarcals montanyes.



Francesch,
imatge de Jesús sencera,
Cor ardent de Teresa
l´espanyola,
Thomás, lo sabi de la ciencia vera,
Pere, Clau
del Poder que´ns agombola...
__
Nosaltres hem vengut per
ascoltarne
Devant l´altar la sacrossanta Missa;
Germans del
Cel, venim pera lloarne
Vostra vida mortal á Deu submissa.



Sérs,
que gosau la llum d´eterna Aurora,
De la infinita ditxa en la
posada;
No oblideu, no, la fosca malfactora
Qu´avuy creix per
la terra malanada.



Ara
qu´estau sobre la blava esfera,
Més amunt que lo cércol de la
lluna;
En presencia de Deu, formant renglera,
Intercerdíu del
mon per la fortuna.

Novembre de 1869.




Bienaventurados
mil veces los que padecisteis con fortaleza hambre y sed de justicia;
los que sufristeis crueles afrentas del mundo, buscando siempre la
verdad y la belleza.



Justo
era que llegase la hora de premiar, oh Raimundo Lulio, tus amarguras
y grandes hechos; y los tuyos, oh Catalina Tomás, bello ángel de mi
patria, paloma de nuestros valles.



Francisco
de Asís, completa imágen de Jesucristo; Teresa, la española de
corazon ardiente; Tomás de Aquino, el sabio de la verdadera ciencia;
Pedro, llave del poder que nos une....


---

Nosotros hemos
venido para oír ante el altar de la Catedral la sacrosanta Misa;
hermanos del Cielo, venimos para alabar los hechos de vuestra vida
mortal, á Dios siempre sometida.



Séres
que gozáis la luz de eterna aurora, en la morada de la eterna dicha;
no olvidéis que en nuestro desgraciado planeta, avanza hoy espantosa
oscuridad.



Ahora
que vivís sobre la azul esfera, más arriba que el círculo de la
luna; formad un coro al rededor del trono de Dios, é interceded por
la prosperidad del mundo.

X, Á MADONA SANTA MARÍA EN LA DIADA DE LA SEUA GLORIOSA ASSUMPCIÓ.

X

Á
MADONA SANTA MARÍA



EN
LA DIADA DE LA SEUA GLORIOSA ASSUMPCIÓ.



¿Y
t´en pujas, María?
¿La terra dexas del dolor Posada?
¿T´en
vas? ¡Oh dolça aymía!
¡Oh celestial rosada
Del Ver y del
Amor tan suspirada!



Los
ángels te rodejan,
Relluu ta noble faç enlluernadora;
Los serafins voltejan
Per l´ala voladora
Posar baix de tos peus,
oh gran Senyora.







X
Á
LA SANTíSIMA VÍRGEN MARÍA
EN SU GLORIOSA ASUNCION.



¿Y
te vas, María? ¿Dejas la tierra, mansion de los dolores? ¿Te vas?

¡Oh dulce Amada nuestra! ¡Oh celestial suspirado rocío de la
verdad y del amor!



Rodéante
los ángeles; brilla deslumbrador tu noble rostro; los serafines , oh
gran Reina, ponen debajo de tus piés sus voladoras alas.





Dolcíssima
harmonía
Per los espays de lo infinit ressona;
Desde allí
dalt, María,
Lo Cel joyós abona
L´admiració que sent per la
gran Dona.



Per
los núvols moguda,
Casi no´t veig del còs ab les ullades...
¿Y
á la nau combatuda
Per tempestats irades,
Quí les riberes
mostraráli amades?



¿Quí
de la nau de la vida
D´ara en avant gobernará per
l´ona?
¿L´Angoxa malehida
Veurém dins breu estona
Del
Mon enjoyellarse ab la corona?



L´Angel
caygut ¿no esguerra
Del sant conhort l´abnegació divina?
¿Còm,
donchs, podrá la terra,
Velleta sexantina,
Sens Tu portarne
del dolor l´espina?



Sense
Tu al visitarnos
La bona sòrt, ¿no pert el quest totduna?



¿Còm
podrem lliberarnos
De l´adversa fortuna?
¿Còm sens Tú
viatjarém, lusenta lluna? …

¡Ay! Mare glorïosa,
Un poch aguárdat, car axò retgira!

Mare mía amorosa,
La pobre terra mira;
¡Ton fill ascolta, qui de cor suspira!

1869.


Dulcísima armonía resuena por los
infinitos espacios; el alto cielo da regocijada muestra de la
admiracion que siente por la gran mujer.



Por
las nubes velada, apénas te descubro con los ojos del cuerpo...
¿Y
á la nave, por fieros temporales combatida, quién le enseñará las
amadas playas?



¿Quién
gobernará de hoy en adelante la nave de la vida, en medio de las
ondas? ¿Los tristes pesares se ceñirán pronto la corona del mundo?



El
ángel caído echa á perder la divina abnegacion de los santos
consuelos; ¿cómo, pues, la tierra, ya anciana octogenaria, podrá
soportar las espinas de los dolores?



Sin
Ti la dicha al buscarnos no nos encuentra. ¿Cómo nos libraremos de
calamitosos infortunios? ¿Cómo viajar sin Ti, luciente luna?



¡Ay! gloriosa Madre, aguárdate; que tal pensamiento nos asusta. Madre
amorosísima, mira la infeliz tierra; ¡escucha los suspiros de este
hijo tuyo!

IX, EL COR DE JESÚS.

IX

EL
COR DE JESÚS.



I

Dins
la mar de les negres desventures
Vogam de nit y jorn,
Y té lo
desconhort en les criatures
Perpetüal sejorn.



He
vist desgraciats que l´aspra vida
No poden suportar,
Y sanch
de sa cruelíssima ferida
No cessa de ratjar...

Cor de
Jesús, ab les paraules mudes,
Eloquents, que sabeu,
Vulláu
aconsolar al qui perdudes
Ses alegríes veu.



IX
EL
CORAZON DE JESUS.



I

En
el mar de las negras desventuras, vogamos incesantemente; el
desconsuelo tiene en el corazon humano perpetua morada.



He
visto desgraciados, que no pueden sobrellevar el cruel peso de la
vida; y de sus heridas nunca se restaña la sangre.



Corazon
de Jesus, con las mudas pero elocuentes palabras que Tú sabes,
consuela á los que han perdido la alegría.







II

En mig de les
foscors que perseguexen
Al home peregrí,
Cercam les
resplendors que no finexen
Y mostran lo camí.

He vist
enteniments que fantasiavan
Un mon de veritat,
Y ansiosos de
trobarlo sòls trobavan
Impura realitat.,.

Cor de
Jesús, ab la claror divina
Que de Vos se desprén,
Vulláu
il-luminar al qui camina
Y´l bon camí no pren.







III

Com suspiran
les flors pe´l dolç oratje
Per la pau suspiram,
Mes de la
guerra ab lo febrós coratje
La patria destroçam.



Veig
qu´arboran fatídiques banderes
D´Europa´ls pobles-reys,
Y
posan dels canons en les rengleres
Les sobiranes lleys...

Cor
de Jesús, la pau tan anyorada
Se pert en somnis vans;
¡Vulláu
que´s donen prompte una abraçada
Al manco los cristians!







II
En
medio de las tinieblas que persiguen al peregrino de la vida,
buscamos los resplandores eternos, que señalan la verdadera senda.



He
visto espíritus que soñaban un mundo de Verdad, y, anhelando
descubrirlo, sólo descubrían la realidad impura.



Corazon
de Jesus, con la celestial claridad que de Ti se desprende, ilumina
al viajero que yerra el camino.





III

Como
las flores suspiran por suaves cefirillos, suspiramos por la paz;
pero destrozamos la patria con el calenturiento ardor de la guerra.



Veo
que en Europa los pueblos-reyes enarbolan fatídicas banderas; y
cifran en la multitud de sus cañones la soberanía de la
ley...

Corazon de Jesus, la tan suspirada paz se evapora en
vanos sueños.
¡Haz que pronto se den abrazo duradero, al ménos
los Cristianos!







Senyor,
Vos sou lo goig, la llum, la vida,
De los humans tresor.



¿Quína
font brolla aquexos dons sens mida?
¡Ah, Deu meu: vostre
Cor!



1873.







Señor,
Tú eres el gozo, la luz, la vida de las criaturas; su gran tesoro.

¿De qué fuente fluyen tan inconmensurables dones? ¡Ah, Dios
mío: DE TU SACRATÍSIMO CORAZON!

VIII, ¡ALELUYA!

VIII

¡ALELUYA!



¡Resurrexit!,
la llum de l´aurora,



¡Resurrexit!,
los raigs de lo sol,
¡Resurrexit!,
l´estrella de
l´auba,
¡Resurrexit!,
exclamam ab goig.
_

L´ha
vist ara l´amant Magdalena,
L´han vist ara dexebles
d´Emaús,
L´ha vist ara la Verge María,
L´han vist ara Sant
Pere y Sant Joan.



_

¡Aleluya!
,
ressòn dins l´esglesia,
¡Aleluya!,
la mar y lo
mon,
¡Aleluya!,
beneytes campanes,
¡Aleluya!,
cridáu ab amor.


Setembre
1881.





VIII
¡ALELUYA!



¡Resurrexit!,
la luz de la aurora,
¡Resurrexit!,
con gozo
exclamó,
¡Resurrexit!,
la estrella del
alba,
¡Resurrexit!,
los rayos del sol.



_

Que
le ha visto la fiel Magdalena,
Que le han visto camino de
Emaús,
Que le ha visto la Vírgen María,
Que le han visto San
Pedro y San Juan.
_

¡Aleluya!, resuene en el
templo,
¡Aleluya!, en la gran creacion,
¡Aleluya!,
benditas campanas,
¡Aleluya!, gritad con amor.

VII LA MATINADA DEL DIVENDRES SANT.

VII

LA
MATINADA DEL DIVENDRES SANT.



Á
MA GERMANA MARIETA.



I

A
L´AUBA.







Avuy
finá´l bon Jesús;
Tal día com ´vuy la mort
Tot un Deu del
Cel y Terra
Sofrí clavat en un tronch.



Axecáuvos,
ma germana,
Que vull anar al sermó;
Axecáuvos, les cinch
justes
Toca´l rellotje de Cort.



Temps
prou n´hi há per dormir,
Descans ne tenim bé prou;
Ara al
servici de Deu
Ab afany correrém pront;





VII
LA
MADRUGADA DEL VIÉRNES SANTO.



Á
MI HERMANA MARÍA.



I
AL
ALBA.



Hoy
murió nuestro Señor Jesucristo; hoy el soberano Dios de cielos y
tierra sufrió la muerte, clavado en un madero.



Levántate,
hermana: iremos á oír el sermon; levántate, las cinco dan en punto
en el reloj de la Ciudad.



Ya
dormiremos más otro día; sobrado tiempo queda para el descanso;
ahora debemos correr con presteza al servicio de Dios.








Ara
qu´els braços extesos
Per derramar gracia al cor,
Per darnos
una aferrada
Estreta té´l Fill del Hom.



Vaja,
sí, ma germaneta,
Vestíuvos saya de dol,
Llarch vestit de
merin negre,
Espessa manta de gro;




Y
ab cabells plans, á imatge
De la Mare dels Dolors,
A ab los
ulls baxos, plorosos,
Y gens falaguer lo còs;

Ab humil
cara mostráune
Del pit lo greu desconhort;
Que l´Esglesia nos
convida
A que dexem vuy lo mon.
¡Ay, Deu meu, per mi
moríreu;
Muyra mon pecat per vos!





II
PE´L
CARRER.



Qué
n´es de fredós l´oratje;
Còm siula lo ventijol;
D´un
extrem á altre natura
Desficiosa se conmou.


Ahora tiene el
Hijo del Hombre abiertos los brazos, para derramar su gracia en el
corazon, para abrazarnos estrechísimamente.



Vaya,
hermanita. Vístete traje de luto; larga falda de negro merino,
mantilla de espesa seda.



Ciñe
tu pelo, sin rizos, como el de la Vírgen de los Dolores; ten los
ojos bajos y llorosos, el paso grave;

El ademan humilde, el
rostro compungido, para demostrar de alguna manera el acerbo dolor
del alma: que la Iglesia nos convida á que hoy dejemos el mundo.



¡Ay
Dios mío, por mí moriste! ¡Muera por Ti mi pecado!



II
EN
LA CALLE.



Qué
aire tan frío. Silba el viento. Naturaleza se conmueve toda por
extraño modo.





Tardana´s venguda
l´auba,
No llambrejará lo sol,
Qu´avuy tapat, esmortit,
Roda
per un cel boyrós.



Mes ¡ay! ¿còm lluhir
podría
Si Jesucrist son autor,
Si´l Sol diví de
Justicia
Apaga ses resplendors?

Mira el cel, ma
germaneta,
Mira lo cel, que fa por,
Perque los ángels avuy
No
volen mirar lo mon.

Y plany la naturalesa
Los traballs de
son Creador;
Cada any sembla que s´asusta;
Veus, filla meua,
ja plou.



No´s
descobreix la montanya,
Ni clareja l´horizont,
Ni una campana
ressona,
Ni lo fum ix dels fogons;

Ni les gayes
pagesetes
Esmeltan son pit ab flors;
Perqu´es ben trista
diada
Del Divendres sant lo jorn.
¡Ay, Deu meu!. per mi
moríreu!

¡Muyra mon pecat per vos!







Tarde
lució el alba; el sol no mostrará su faz, porque cubierto,
desmayado, gira en el nublado cielo.



Mas
¡ay! ¿Cómo brillar pudiera, si Jesucristo, su autor, divino Sol de
Justicia, apaga los propios resplandores?

Mira el cielo,
hermana mía, mira el cielo; infunde pavor, porque hoy los ángeles
no quieren mirar el mundo.



La
Naturaleza se conduele de los padecimientos de su Creador; todos los
años se asusta. Ya está lloviendo, hija mía.



No
se ven las montañas; no hay un claro en el horizonte; ni una campana
resuena; ni el humo se escapa de los hogares;

ni las graciosas
campesinas esmaltan con flores su pecho; porque es tristísimo día,
el día del viérnes Santo.



¡Ay
Dios mío, por mí moriste! ¡Muera por Tí mi pecado!





III
DINS
LA SEU.



Baix d´estos archs nos
espera
La verge de la oració;
No cerquem aygua beneyta,
Que´s
d´alegría recort...

Encara la Casa-Santa
Destil-la ses
resplandors,
Sobre´l sepulcre d´argent
Ahont reposa lo
Deu-Hom.



Sacramentat tot lo
día
Des l´ofici de Dijous,
En tota la nit passada
Ací ha
ascoltat sublims vots.



Ni un ciri, ni una
catifa,
un domás se veu p´en lloch;
Sens ornaments
les columnes,
Despullat lo Altar major.



Sobre les rònegues
pedres,
Demunt los banchs y escalons,
S´asseuen en terra
broja,
Moguts per la devoció,

Homes y dones del poble,

Mariners y texidors,
Qu´han vengut per meditar
La mort de
son Redentor.



III
EN LA CATEDRAL.




Bajo estas bóvedas
nos espera la vírgen de la oracion; no busquemos agua bendita, que
es recuerdo de gozo espiritual...

Áun está iluminado el
Monumento, y el resplandor de sus hachas se difunde sobre el argénteo
sepulcro, donde descansa el Hijo del Hombre.



Sacramentado desde la
misa del Juéves Santo, toda la noche ha escuchado quí sublimes
deseos.



Ni una vela, ni una
alfombra, ni un damasco se ven en los otros lados de la iglesia; sin
adornos las columnas, desnudo el altar mayor.



Sobre las solitarias
piedras, en los bancos y escalones, se sientan, en el santo suelo,
llevados de su devocion,

hombres y mujeres del pueblo,
marineros, tejedores, que han venido á meditar la sagrada muerte de
Jesucristo.





¡Quín silenci! ¡quín
silenci!
Les ombres dels sigles morts
Sembla qu´ouen, y
s´acostan,
Ab llurs mantos descomposts...

Lo sacerdot dés
la trona
Conta de Deu la Passió,
Y á la multitut
plorosa
Relliquies mostra ab fervor;




Un quadro del
Ecce-Homo,
Quant treyan Deu al balcó;
Espines de la corona
Que
li aficaren al front.



Ne
conta les set paraules
Que en la creu digué´l Senyor;
Lo
perdó dels enemichs,
Del home la redempció;

Son gran
crit, quant espirava;
Y´l terratrémol del mon,
Entés per un
humil sabi
D´una llunyana regió.

Los desgraciats que
ascoltan
Suspirs llan
çan y singlots;
Ningú´s distrau,
ningú parla;
Y posantse de genolls,


¡Qué silencio!
Las sombras de los pasados siglos prestan atencion, y se acercan, con
los mantos agitados...

El sacerdote desde el púlpito narra la
Pasion del Redentor, y enseña á la llorosa muchedumbre santas
reliquias;



un
cuadro del Ecce-Homo, que representa cuando Pilátos sacó a Jesus al
balcon; espinas de la corona, que le hincaron en la frente.



Cuenta
las siete palabras que el Señor habló en la Cruz; el perdon de los
enemigos; la redencion del género humano;



su
gran clamor, cuando espiraba; y el terremoto del mundo, interpretado
por humilde sabio de lejanas regiones.



Los
pobres trabajadores que escuchan, lanzan profundos suspiros y
sollozos; ninguno se distrae, ninguno habla; y poniéndose de
rodillas,


Miran la
encreuat Jesús
Que senyala´l sacerdot...
Míra´l, oh germana
mía;
Tres hores de cruels dolors

Costaren á Deu los
hòmens
Y llurs térboles passions.
Míra´l, extés per
nosaltres,
Li ratjava sanch á doll........
¡Ay, Deu meu, per
mi moríreu!
¡Muyra mon pecat per vos!



Març
de 1869.





Miran
al crucificado Jesus, que el sacerdote tiene en las manos.... Míralo,
hermana mía: tres horas de crueles dolores

costaron á Dios
las turbulentas pasiones humanas. Míralo, clavado por nosotros, le
saltaba la sangre á torrentes.......

¡Ay Dios mío, por mí
moriste! ¡Muera por tí mi pecado!

VI, AMOR DEL BON JESÚS.

VI

AMOR
DEL BON JESÚS.



Vous
serez le plus ingrat de
touts les homnes si vous n´aimez
pas
Dieu qui vous aimes tant, et
qui ne se rebute point de
frapper
á la porte de vostre coeur pour y
répandre son
amour.



(FENELON.
- Lletres espirituals.)



Anima
meua, per est mon perduda,



Per
entre´ls espinals desgarriada,
Ovella tendra, dins lo bosch
ombrívol;
S´en ve la nit, y está la guarda llunya;
¿Qué
ferás, lassa, quant lo llop s´en tema
De que tu has fuyta y lo
camí no trobas?
Vindrá lo llop. Sa gola ja aparella,
Ja ses
dents verinoses vol clavarte;
¡Detúrat, infeliça!




VI
AMOR
DE JESUCRISTO.



Alma
mía, perdida por el mundo, extraviada entre las zarzas, pequeña
ovejuela, en la oscuridad del bosque. Viene la noche; está lejos tu
rebaño. ¡Ay triste! ¿Qué vas á hacer, si el lobo se apercibe de
tu fuga y extravío? Ya se acerca el lobo; abre las fauces, quiere
hincar en tus carnes sus venenosos dientes. ¡Párate, infeliz!







¡Oh
bon Pastor! ¿La dexarèu tant sola,
Y abandonada á l´inimiga
furia?
¿La trobarán los vïatjers cadavre
Mig menjat, del
torrent á la vorera?



Sos
òssos compodrits haurán per tomba
L´aspre rocam, ó del milá
les críes?



¡No,
per gracia! ¡Cuytáu, qu´encara es hora,
Cuytáu, Senyor, y á
son ramat tornáula



Sobre
la vostra esquena!



Ánima
mía, ¿sents la veu placévola
Del bon Jesús qui ple d´amor te
crida?
Torna, torna, d´amor ubriacada;
No tengas por de que ab
mal ull te mire;
No cregas, no, que rebujarte vulla;
Ab los
braços extesos Ell t´espera
Per oblidar tes enujants
ofenses,
Per darte una dolcíssima abraçada
Y esser la teua
gloria.



Sempre
Jesús als pecadors estima;
Jesús derrama de los bens la copa.
Un
día, quant los hòmens renegaren
Y Adam seguí les infernals
banderes,
Nengú sortía fiançador del Home,
Nengú per
l´Home del Etern les ires
Resolgué satisfer; les cruels
tristeses
Eran les primogènites germanes
De la nissaga
nostra.


¡Oh buen Pastor! ¿Dejarásla sola, y abandonada á la
enemiga furia?
¿Encontraránla cadáver los viajeros, medio
comido, á la orilla del torrente? ¿Sus restos putrefactos, tendrán
por sepultura las escuetas roca, ó las crías de los cuervos (milá
: milanos
)? ¡No, por gracia! ¡Apresúrate, que es tiempo
todavía; apresúrate, Señor, y vuélvela sobre tus espaldas al
aprisco!



Alma
mía, ¿oyes la plácida voz de Jesucristo que te llama, movido de su
amor? Vuelve, vuelve, de amor embriagada. No temas que te mire con
enojo; no creas que á rechazarte vaya. Con los brazos abiertos Él
te espera; para olvidar tus irritantes injurias; para darte dulcísimo
abrazo, y ser tu gloria.



Jesus
ama siempre á los pecadores; Jesus derrama la copa de los bienes. Un
día, cuando renegaron de su Creador los hombres, y Adan siguió las
banderas del Infierno; nadie salía fiador de los humanos; nadie
resolvió satisfacer por ellos á la divina Justicia: las crueles
tristezas eran las hermanas mayores de nuestra raza (nissaga:
saga
).











Y
Ell més plasent que totes les criatures,
Y Ell més amant que´ls
serafins altívols,
Verb inmortal de la inmortal Essencia,
De
carn mortal ofría revestirse
Y ab sa mort rembre lo perdut
llinatje.
Y aparegué. Y ´ls ángels lo vegeren
Arrufadet
demunt la menjadora,
¡Oh fineses d´amor!, desde
l´infancia
Donantnos bell exemple.



Després
fet home corregué la terra,
Del vall á la montanya, per les
viles,
Conhort suavíssim regalant als pobles.
Exían de sa
boca les paraules
Tant sòls pera dictarnos la sabiesa,
La fe
senzilla, y el perdó benévol.
De son ropatje una virtut
sortía
Qu´als coxos y tullits alleugerava,
Movent llur cor de
teya.



Hereu
del regne de los cels no fore
L´home caygut, sens eix Amor per
mestre,
Que son giny endreçás per bona vía,
Que sa pena
regís malensenyada.



Sens
eix Amor per metje, corrompuda
La terra fore ab lo lleig cranch
del vici;
Sense eix Amor, ¡ay Deu!, per santa víctima,
De los
abyms l´eterna flamarada
Era la nostra herencia.




Y
Él más amable que todas las criaturas, más amoroso que los
elevados serafines. Verbo inmortal de la inmortal Esencia, ofreció
vestirse de carne mortal, y con su muerte redimir el humano linaje.

Y apareció. Los ángeles le vieron, reclinado en el pesebre de
Belen.
¡Oh finezas de amor! Desde la cuna nos dió bellos
ejemplos.



Luégo,
ya hombre, recorrió la tierra de Palestina, los montes, y los
pueblos, regalando la suavidad de su consolacion. Salían de su boca
las palabras, sólo para dictarnos sabias cosas, la Fe sencilla, y el
perdon benévolo. De su vestido salía tal virtud, que aliviaba á
los cojos y tullidos, moviendo á penitencia su corazon de roca
(teya).



Heredero
del reino de Dios, no sería hoy el Hombre caído, sin ese Amor por
maestro, que su juicio endereza al buen camino, que rige su ántes
mal enseñada inteligencia. Sin ese Amor por médico, estaría la
tierra devorada por el horrible cáncer de los vicios. Sin ese Amor,
¡ay Dios!, por santa víctima, la eterna llamarada de los abismos
sería nuestra herencia.







¡Be
ho sap aquexa roca del Calvari!
Allí, clavat Jesús al pal
d´afronta,
Com infelís esclau per l´hom suspira.
Negra fosca
cubreix lo sacrifici,
Estremida la Terra se detura,
Brujit de
flastomíes l´ayre omplena;
Y devalla la veu adolorida
Del bon
Jesús, qui desde l´alt patíbol
Sitio, - tench set, -
clamava.



¿Y
de qué assedegat talment podía
Nostre Jesús estar? ¿Per quí
angunioses
Al etern Pare ses paraules pujan?



¡Ah!
¡prou que´s veu! Estimació tot era;
Patir, set de patir per
nostres ánimes,
Set tormentosa de dexarnos lliure
De fanch
l´esprit, lo cor de l´impuresa,
La Fe del dubte, calcigant per
sempre
De Satanás l´imperi.



Y
un poch abans de bèurese lo cálzer,
¡Oh gran Mártyr del mon!,
en la vesprada,
Havent amat desde´l principi als hòmens
Aymáls
fins á la fí. Los sants Apòstols
Lo viu recort de la passió
reberen,
¡Angèlich Pa, de los cristians fortesa,
Goig de llur
vida, de llur cel penyora,
Miracle hermós qu´al home
dignifica,
Batent son captivatje!







¡Sábenlo,
sí, las rocas del Calvario! Allí, clavado Jesus en afrentoso madero
como un infeliz esclavo, suspira por el Hombre. Negra oscuridad rodea
el Sacrificio; la tierra estremecida va á pararse; sordo ruido de
blasfemias rueda en la atmósfera; y baja la doliente voz de Jesus,
que desde el alto patíbulo clama: Sitio, - tengo sed.



Y
¿de qué podría estar sediento, tan intensamente, nuestro divino
Jesus? ¿Para quién suben al eterno Padre, sus angustiosas
palabras?
¡Ah! ¡Demasiado lo conocemos! Todo era amor; y sed de
padecer por nuestras almas; sed tormentosa de dejarnos libres de
cieno (fango: fanch)
el espíritu, de impureza el corazon, de dudas la fe, hollando para
siempre el satánico imperio.



Y
ántes de apurar el Cáliz de su pasion; ¡oh sublime Mártir del
mundo!, en aquella noche memorable de la última cena, habiendo amado
desde el principio á los hombres, los amó hasta el fin. Los santos
apóstoles recbieron el vivo recuerdo de la pasion, el Pan de los
ángeles, fortaleza de los cristianos, gozo de su vida, prenda de su
cielo, hermoso milagro, que dignifica al hombre, rompiendo su
cautividad.







¿Ho
sents, ánima mía? ¿Y exmoguda
No t´han de Jesucrist aytals
grandeses?
¿Qué més esperas que no´t mous encara?
¿Qué
més cobejas que de greu no ploras?
Torna, torna, d´amor
ubriacada;
No tengas por de que ab mal ull te mire,
No cregas
qu´Ell tot rebujarte vulla;
Ab los braços extesos ja
t´espera,
Vol ser la teua gloria.



___


¡Senyor,
Senyor!, á vostres peus tirada
L´ánima mía reconeix
l´angoxa
Que per ella sentiu, y ses injuries.



¿Per qué ho tench
d´amagar? A la presencia
De vos qu´el sol creáreu ho
confeso.
¡Culpable som; som la perduda ovella!
Mes vos sou bo,
com la remor dels arbres;
Dolcíssim com la mel de primavera;
Sou
del Amor... ¡MISTERI!

Janer 1871.




¿Lo
oyes, alma mía? ¿No te enternecen esas maravillas del Amor de
Jesucristo? ¿Qué más esperas, que áun no te mueves? ¿Qué más
buscas, que no rompes en amargo llanto? - Vuelve, vuelve, de amor
embriagada. No temas que Él te mire con enojo; no creas que vaya á
rechazarte. Ya te aguarda con los brazos abiertos; quiere ser tu
corona..........

¡Señor, Señor!, á tus piés arrojada el
alma mía, reconoce la angustia que por ella sientes, y sus ofensas.
¿A qué negarlo? Ante ti, que el sol creaste, lo confieso. Culpable
soy; soy la perdida oveja. Mas tú eres bueno, como el rumor de los
árboles; dulcísimo, como la miel de primavera. Eres de Amor...
¡MISTERIO!