258. DON PEDRO DE ATARÉS, FUNDADOR DE
VERUELA
(SIGLO XII. VERUELA)
Don Pedro de Atarés (o Pedro Taresa,
como le denominan algunos documentos), uno de los seniores o tenentes
más importantes del momento, era un noble aragonés emparentado con
la monarquía, que a punto estuvo de convertirse en rey tras la
muerte de Alfonso I el Batallador, ante la crisis dinástica que
entonces tuvo lugar. Tenía don Pedro el centro principal de su
señorío en Borja y sus tierras aledañas.
Era don Pedro un hombre de acción, por
lo que también era frecuente verle recorrer sus dominios,
interesándose por todo cuanto en ellos acontecía. No es extraño,
pues, que, en cierta ocasión, una auténtica tempestad le sorprendiera en las
inmediaciones del Moncayo, donde de paso pretendía cazar.
Se perdió el noble en plena montaña y
a punto estuvo de despeñarse con su cabalgadura. La cortina de agua
era intensa; varios rayos cayeron a su alrededor segando de raíz
inmensos árboles; las torrenteras se habían convertido en
auténticas cataratas; y el viento huracanado apenas dejaba avanzar a
su caballo que, enloquecido por el espectáculo, acabó por derribar
al jinete, que se encontraba perdido y solo.
Quizás por la gran devoción que le
profesaba, en momento tan trágico para el noble se le apareció la
Virgen a don Pedro. Venía a consolarle y a infundirle ánimos para
seguir luchando contra los elementos adversos, como así sucedió. A
la vez, invitó al señor de Borja a que levantara en aquellos
parajes un monasterio en su honor, para que se convirtiera en centro
espiritual de la comarca y en refugio de los caminantes como él.
Pocos días después de acaecido este
suceso, don Pedro de Atarés preparó los documentos pertinentes,
dotó de dinero el proyecto que le diseñó su propio arquitecto y
comenzó a levantar, con obreros llegados de todas las latitudes, el
que se conocería como monasterio de Santa María de Veruela y que
encomendó a una congregación de monjes cistercienses, orden
religiosa que hizo del cenobio un centro de enorme importancia
repobladora y cultural para el desarrollo ulterior del Reino.
[Recogida oralmente.]